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INSTITUCIÓN EDUCATIVA SAN FRANCISCO DE SALES

“amablemente exigentes”

TALLER O GUÍAS
CÓD. GA-R04 VERSIÓN: 3.0 FECHA: 14 /02/19 PÁG. 1 DE 6

ESTUDIANTE CURSO

ÁREA ESPIRITUALIDAD Y ÉTICA Y VALORES FECHA DD MM AA


DOCENTE Jhonny Fabián Hernández Ortiz PERIODO 2

El valor moral

¿Qué es el valor?, ¿Dónde está el valor?, ¿Quién da el valor?, ¿Qué es lo valorado? Estos interrogantes han de estar presentes
en nuestra intención de saber qué es y en qué consiste el valor moral, podemos por supuesto situarnos ante muchos otros
interrogantes, en cuanto al valor cuestionando incluso su objetividad y normatividad; pero antes de profundizar en el valor
en cuanto tal, es conveniente examinar quién es quien da el valor, es necesario establecer un punto de partida que nos
permita profundizar en el valor moral.
¿A qué nos referimos específicamente cuando hablamos de valor?, ¿es acaso el valor un ente con densidad ontológica o es
una cualidad de la cosa valorada?

El valor: noción y jerarquía de los valores

La noción de valor es una noción compleja. Por una parte hace referencia a algo específico. Como dice Ortega y Gasset, “allí
donde se habla de valor existe algo irreductible a las demás categorías, algo nuevo y distinto de los restantes ámbitos del
ser” pero por otra parte el valor no puede concebirse sin referencia a otras categorías, como el bien, el fin, etcétera.
¿Qué es entonces el valor? “el valor es una cualidad estructural que tiene existencia y sentido en situaciones concretas. Se
apoya doblemente en la realidad, pues la estructura valiosa surge de cualidades empíricas y el bien al que se incorpora se da
en situaciones concretas: pero el valor no se reduce a las cualidades empíricas ni se agota en sus realizaciones concretas,
sino que deja abierta una ancha vía a la actividad creadora del hombre”.

Según esto el valor es fruto de una síntesis nacida de una realidad subjetiva y una realidad objetiva. Esto supone: a) que los
valores no son producto de nuestra subjetividad, sino una realidad objetiva que encontramos fuera de nosotros; b) y que la
cualidad valorativa es distinta de otras cualidades que encontramos en las cosas.
“no son pues los valores un don que nuestra subjetividad hace a las cosas, sino una extraña, sutil casta de objetividades que
nuestra conciencia encuentra fuera de sí, como encuentra los árboles y los hombres” (Ortega y Gasset).

Los valores también pueden entenderse como esencias dadas a priori, inmediata e intuitivamente en los sentimientos
espirituales (y no en la inteligencia). Son hechos o realidades ofrecidas por sí mismas sin deducción ni raciocinio alguno, a la
intuición de los sentimientos espirituales. Se trata de realidades autónomas, independientes: son ellas y nada más que ellas,
sin nada por encima o por debajo de sí. “hay una especie de experiencia, cuyos objetos son enteramente inaccesibles a la
razón; para esos objetos la razón es tan siega como puede serlo el oído para los colores; el orden y las leyes de estos valores
se asemejan a la lógica matemática en su precisión; es decir, que hay conexiones y oposiciones entre valores y posturas
valorativas, entre los actos del preferir que se encuentran sobre ellos. En virtud de esos valores es posible y necesaria una
verdadera fundamentación de las decisiones morales y de sus leyes.

Los valores no solamente valen sino que realmente son; pero son sólo esencias ideales. Se distinguen de los hechos de la
experiencia, en cuanto son a posteriori. En cambio los valores son dados inmediatamente como esencias.
También subraya Scheler que los valores aunque dados en la intuición de los sentimientos, son en sí mismo independientes
de tales sentimientos y del sujeto y persona que los aprehende. Una vez de-velados por ésta, son y valen por sí mismos. Más

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NOMBRE : Jhonny Fabián Hernández Ortiz NOMBRE:
CARGO: DOCENTE CARGO: JEFE DE ÁREA
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aún las esencias valiosas son trascendentales al sujeto que las advierte, están ahí desde siempre y sin en sí mismas inmutables
y eternas. No son ellas las que cambian, es el hombre e su situación histórica, quien las aprehende o no y de un modo o de
otro.

Jerarquía y clasificación de los valores.

Los valores tienen propiedades o características fundamentales. Destacan las siguientes: a) bipolaridad: mientras las cosas
son lo que son, los valores se desdoblan en un polo positivo en polo negativo; b) rango: es esencial a todo valor es ser inferior,
superior o equivalente a otro; los seres pueden ser clasificados, los valores tienen que ser jerarquizados dentro de una tabla
de valoración; c) la materia “cualidad u rango son propiedades de cada valor que éste posee a merced de su materia”
De entre las propiedades nos interesa aludir a la jerarquización de los valores si es fácil admitir que una jerarquía de valores
es sumamente difícil formularla, precisamente las ciencias normativas como la ética, han de partir de las tablas de valores
que se encuentran en la realidad de la vida para valorarlas. Eso supone que exista una tabla objetiva de valores.

Daremos a continuación la tabla de valores propuestos por Scheler, el creador de la axiología. Scheler cree que la superioridad
de un valor se aprehende por un acto especial del conocimiento del valor que es el preferir. Sin embargo lo que realmente
constituye la jerarquía axiológica es el uso de leyes que son separables de los actos de competencia aunque denoten rasgos
de las leyes del preferir. Reduce a cinco éstos criterios: durabilidad, divisibilidad, fundamentación, satisfacción y relatividad.
Que se pueden comprender de la siguiente manera:

1. Durabilidad del valor. Siempre se ha preferido, observa Scheler, los bienes duraderos a los pasajeros y cambiantes. Sin
embargo, no hay que confundir la durabilidad del valor con la durabilidad de los bienes, y menos aún, de los depositarios.
Así una "fea" estatua de mármol, no puede ser superior a una "bella" creación en madera. Y la corta vida de un genio, no
cambia el valor de la misma.
Así, según Scheler, los valores más inferiores de todos, son los valores esencialmente 'fugaces'; los valores superiores a todos,
son, al mismo tiempo, valores eternos.
2. Divisibilidad. La altura de un valor es tanto mayor cuanto menos divisible sea el valor. A diferencia de los valores de lo
agradable sensible, en donde la magnitud del valor se mide por la magnitud del bien o del depositario, (por ejemplo, un trozo
de tela fina, o una porción de un alimento exquisito, valen aproximadamente el doble que la mitad del mismo trozo o una
media porción), los valores que suponen el gozo estético, o los valores espirituales, no suponen el mismo comportamiento.
Así, la mitad de una obra de arte, no corresponde a la mitad de su valor total.
Los valores espirituales son indiferentes al número de personas que participan de su goce, mientras que el goce de lo
agradable sensible, exige el fraccionamiento de los bienes correspondientes. De ahí que los bienes materiales separen a las
personas -al establecerse conflictos de intereses sobre su posesión- mientras que los bienes espirituales unen a los hombres
en una posesión común.
3. La fundamentación constituye el tercer criterio para jerarquizar los valores. Si un valor A, funda a un valor B, el valor A será
más alto. Esto significa que para que se dé el valor B, se requiere la previa existencia del valor A. Así, lo agradable se apoya o
se funda en lo vital.
Todos los valores se fundan, desde luego, en los valores supremos que son, para Scheler, los religiosos. Al sostener esta tesis
vuelve Scheler a un monismo axiológico semejante al medieval que el desarrollo de la cultura moderna parecía haber
superado.
4. La profundidad de la satisfacción es el cuarto criterio. Según este criterio, el valor más alto, produce una satisfacción más
profunda. Scheler aclara los conceptos de "profundidad" y "satisfacción". La satisfacción no debe ser confundida con el

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placer, si bien éste puede ser una consecuencia de la satisfacción. Esta última se refiere a una vivencia de cumplimiento que
se da cuando se cumple una intención hacia un valor mediante la aparición de éste. La satisfacción tampoco está
necesariamente ligada a una tendencia; el más puro caso de satisfacción ocurre en el tranquilo percibir sentimental y en la
posesión de un bien positivamente valioso.
El concepto de profundidad se refiere al 'grado' de satisfacción. Se dice que la satisfacción al percibir un valor es más profunda
que otra, cuando su existencia se muestra independiente del percibir del otro valor. De aquí que sólo cuando nos sentimos
satisfechos en los planos profundos de nuestra vida gozamos las alegrías superficiales.
5. La relatividad. La relatividad se refiere al ser de los valores mismos. Existen valores que son 'relativos' a un individuo como
es el caso del valor de lo agradable, que es "relativo" a un ser dotado de sentimiento sensible.
Ahora bien, el hecho de que un valor sea "relativo", no lo convierte en "subjetivo". Un objeto corpóreo que se presenta en
la alucinación es "relativo" al individuo, mas no es subjetivo en el sentido que lo es un sentimiento. También hay valores
"absolutos" que existen para un puro sentir, independiente de la sensibilidad, como es el caso del preferir y el amar. Los
valores morales pertenecen a esta última clase.

Tabla de valores de Scheler

A partir de éstos criterio Scheler propone la siguiente tabla de valores:


1) valores de lo agradable y lo desagradable. A éste conjunto de valores corresponde, por una parte, la función
sentimental sensible (con sus modos: el goce y el sufrimiento) y por otra, los estados afectivos de los sentimientos
sensoriales: el placer y el dolor.
2) Valores vitales. Éste conjunto de valores gravita sobre las antítesis noble-vulgar. Corresponde a la esfera de los
valores vitales: todos los modos del sentimiento vital (salud, enfermedad, vejes, muerte) todas las reacciones sentimentales
(alegría, aflicción) y todas las instintivas (angustia, venganza, etcétera). Los valores vitales constituyen una modalidad de
valor independiente y no reducible ni a los valores de lo agradable y desagradable ni a los valores espirituales. Se trata de un
conjunto sumamente rico en valores y contravalores.
3) Valores espirituales. Ante estos valores deben sacrificarse los valores vitales. Los valores espirituales se distribuyen
jerárquicamente del siguiente modo: a) valores de lo bello y de lo feo: el reino completo de los valores estéticos b) valores
de lo justo y de lo injusto (son distintos de los valores de lo recto y no recto los cuales dicen referencia a una ley): son los
valores éticos, c) valores del puro conocimiento de la verdad: valores teóricos
4) Valores de lo santo y de lo profano. Se manifiestan solamente en objetos, que son dados en la intención como
objetos absolutos. Las reacciones específicas a esta modalidad del valor son: la fe, la incredulidad, la adoración y actitudes
análogas.

Para Scheler estas modalidades de valores mantienen una jerarquía apriorística que precede a la serie de cualidades
pertenecientes a aquellas modalidades; jerarquía aplicable a los bienes de éstos valores así constituidos puesto que es
aplicable a los valores de los bienes. Los valores de lo noble y de lo vulgar son una serie de valores mas alta que la serie de
los valores de lo agradable y desagradable; los valores espirituales a su vez, son una serie de valores mas alta que los valores
vitales, y los valores de lo santo son una serie de valores mas alta que los valores espirituales.

Naturaleza del valor moral


El valor moral participa de la naturaleza y de las características del valor en general. Sin embargo tiene unas notas particulares
que lo definen en cuanto valor específico del orden moral. Vamos a fijarnos en ese carácter específico del carácter moral
sobre todo en lo que respecta a su naturaleza y a su constitutivo intrínseco.

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1)Naturaleza del valor moral. La naturaleza del valor moral hay que buscarla en primer lugar a partir de la materia en que se
sustenta. Según la filosofía aristotélica, lo moral pertenece al orden de la acción humana, es decir, entra dentro de la
estructura dinámica del hombre. pero es necesario concretar más el significado de esa acción y de ese orden dinámico
humano.
Según Aristóteles existen tres formas de acción humana: la especulación (theoría). El hacer (to poiein), es decir, la actividad
artística y técnica en cuanto a producción o transformación de objetos exteriores al hombre; y el obrar (praxis) es decir, la
acción que queda dentro del sujeto. Ahora bien, el valor moral pertenece al nivel práctico de lo humano en cuanto
contradistinto del nivel teórico, técnico y artístico. Eso nos indica que el valor maral se relaciona con la actividad humana. Es
decir, en cuanto que la acción humana define al hombre mismo. Por tanto, el valor moral tiene por materia las acciones libres
en las que el hombre se define a sí mismo.

Características del valor moral

• El valor moral hace referencia directa e inmediata a la subjetividad pero una subjetividad entendida como intencionalidad,
como libertad y como compromiso interno el valor moral tiene como todo valor un aspecto objetivo y un aspecto subjetivo.
Lo específico del valor moral está en compromiso intencional del sujeto, el cual subjetiviza tanto la dimensión subjetiva como
la dimensión objetiva de la acción moral. Esto quiere decir que lo formal del valor moral viene dado por la referencia de
estructuras humanas de subjetivización, de libertad, de intencionalidad y de responsabilidad.
• El valor moral tiene el carácter de imponerse por el mismo. Sin entrar en la discusión de una ética del deber por el deber,
tenemos que afirmar que el valor moral tiene una justificación en si misma. No se coloca en la línea de mediatización, sino
que pertenece al orden de lo que se autojustifica. Esta última afirmación no ha de entenderse como si el valor moral estuviese
cerrado sobre el mismo o fuese el valor único y absoluto (la tentación del moralismo).
• El valor moral tiene otra característica muy especial es la que se refiere al sentido de relación con los otros valores. Todos
lo ordenes de valores tienen una interrelación. Sin embargo el valor moral hace de esa relación con los otros valores una
nota suya específica. En este sentido el valor moral tiene una función de mediación ente los valores religiosos y todos los
otros valores.
• El valor moral es el valor que condiciona a la persona en su realización. Por ser el valor inherente a los comportamientos
en que la persona se expresa en responsabilidad (en libertad) el valor moral aparece como la razón de ser del hombre. En
este sentido el valor moral es el más personalizante. A demás por ser el valor de la realización personal, tiene la complejidad
de ser un valor que realice un ideal universalmente válido pero al mismo tiempo condicionado a la situación personal del
sujeto.
• El valor moral tiene su tabla de jerarquización
Constitutivo intrínseco del valor moral
La determinación del constitutivo del valor moral es un elemento esencial de todo sistema moral. Viene a coincidir con la
determinación de cual es el valor supremo dentro del orden moral. A través de ese valor se considera como supremo se
organiza todo el universo objetivo de la moralidad.
De ese modo la pregunta y la respuesta sobre el constitutivo del valor moral denotan la manera de entender y resolver el
problema de la jerarquización de los valores morales dentro de un sistema moral determinado.
El problema de la fundamentación de la moralidad, del constitutivo intrínseco del valor moral, así como la jerarquización de
los valores morales es lo que define a los distintos sistemas morales.
Constitutivo intrínseco en algunos sistemas éticos
La obligación, como obediencia a un principio exterior legislante.
El placer (epicureísmo y hedonismo).

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La felicidad (Aristóteles).
La ataraxia (estoicismo).
La utilidad (utilitarismo).
El deber por el deber (Kant).
El altruismo (Smith, Spencer).
La libertad (Sartre).

Jerarquización de los valores morales.


Volvemos a encontrar la misma dificultad para establecer una tabla de valores morales. Que la que habíamos encontrado a
la hora de establecer la tabla de valores en general a nivel de moral vivida y de moral formulada podemos ver diversas tablas
de valores morales. Tales serían por ejemplo, los valores morales del antiguo Egipto, de China, India, Grecia, Roma,
cristianismo occidental etc.

Pero en orden a una orientación pedagógica nos debemos preguntar por una tabla de valores éticos válidos hoy. ¿Podemos
establecer una tabla de valores para hoy? no sólo podemos sino que debemos establecerla para ser fieles a nosotros mismos.
A título de ejemplo proponemos la que han hecho y tratado de vivir dos grandes españoles:
1) Ortega y Gasset. Las virtudes orteguianas o, como el las llama, los imperativos vitales son: la sinceridad, la impetuosidad,
el deleite y la deportividad. Son virtudes creadoras de grandes dimensiones, las magnáminas.
2) Gregorio Marañón. La moral de Marañón según Laín Entralgo está dividida en cinco grandes capítulos: deberes que atañen
a la nuda condición humana, deberes que imponen a la edad en que se está, deberes que atañen a la vida sexual, deberes
que impone la situación histórica en que se existe, deberes que imponen la vida civil.
3) Profesor Aranguren. “el hombre moral de nuestro tiempo debe tomar sobre sí como principal la tarea de la lucha por la
justicia. Nadie puede permanecer ya neutral ante su demanda. El que no milita en pro de la justicia, en realidad ha elegido
inhibitoriamente que es la peor manera de elegir la injusticia. La conciencia y asunción de todas nuestras responsabilidades
es una de las virtudes mas necesarias al hombre de hoy…”
“otro de los problemas mas importantes hoy y en intima conexión con lo que acabamos de decir, es el enfrentamiento de
nuestra moral con las dos mas pujantes hoy, la marxista y la existencialista. El comunismo tiene, probablemente un profundo
sentido ético: el de forzarnos a luchar por la justicia social y por tanto, el de un reproche viviente, el de una terrible acusación
para nosotros. Por otra parte la moral vivida del existencialismo, la moral de la situación, de la libertad, de la elección o
invención personal en medio de sus graves errores nos ha hecho dos grandes servicios: refutar el neutralismo del hombre
privado, hacernos descender más allá de nuestras máscaras y engaños y asumir toda nuestra responsabilidad ética directa o
indirecta, individual o solidaria, heredada o actual…”.

Conclusiones

Podemos ahora dar respuestas a algunos de los interrogantes planteados desde la introducción, por ejemplo en cuanto la
pregunta ¿qué es el valor?, es ya claro que al hablar de valor estamos hablando primero que todo de una cualidad estructural
que tiene sentido en situaciones concretas, pero sin agotarse en ellas. A demás con todo lo visto se hace necesario entonces
reconocer ciertamente los aspectos más generales del valor moral como lo son su carácter objetivo y subjetivo. Y reconocer
a éste (el valor) como una síntesis entre la realidad objetiva y subjetiva; afirmando así la autonomía del valor, su existencia y
sus diferencias a las propiedades empíricas del objeto valorado.

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Los valores poseen cualidades, propiedades y características que permite hacer en ellos una clasificación, entre las cuales la
bipolaridad, el rango y la materia son comunes a todo valor, así mismo que hay ciertas leyes de predilección en cuanto al
valor se trata; estas mimas leyes y propiedades permiten hacer en el valor una clasificación jerárquica.
La naturaleza del valor moral es compartida con el valor en general y se halla en las acciones libres del hombre en cuanto
que estas ejercen una acción personalizante que de define al hombre mismo.
El valor moral se caracteriza por:
• Un aspecto subjetivo y objetivo
• Presentarse como estimable
• Ser parte del sujeto, (el valor moral no se suspende)
• Personalizante
• Singular (nadie puede remplazar a otro en la acción moral)
• Si es bueno para el sujeto es bueno para todo hombre
• Carácter de obligatoriedad.
El constitutivo intrínseco del valor moral es el valor supremo en torno al cual se organizan todos los valores y es propio de
cada sistema ético. V.g. El placer (epicureísmo y hedonismo); La felicidad (Aristóteles).

Los valores morales se pueden y se deben jerarquizar aunque exijan hoy día una visión más práctica.

Actividades
1. Sintetiza el texto utilizando un mapa conceptual
2. Con la información obtenida, realiza un friso que ilustre el valor moral
3. Explica tu friso a los compañeros, terminando tu explicación expresando qué le llamó más la atención de la temática y
para qué sirve en su vida diaria.

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