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Muchas veces, como adultos lectores, ya sea por nuestra profesión o por nuestro interés,
nos preguntamos por qué resulta difícil lograr que los niños, y no tan niños, posean hábitos
de lectura. Elegimos relatos entretenidos, variamos de autores o de géneros, proponemos
situaciones atractivas, pero todo esto parece que no alcanza.
La creación de los círculos de mediadores de lectura responde a una seria preocupación y a
un comprometido esfuerzo por ahondar en esta problemática y generar propuestas de
actividades que resulten eficaces para nuestra tarea. No se pretende en este cuadernillo
agotar las respuestas, sino compartir experiencias que han sido productivas y establecer un
ámbito de experimentación y discusión sobre lo que podemos hacer.
Lo invitamos a compartir una aventura múltiple, ya que en realidad no es sólo una sino que
son dos, tres, o todas las que usted quiera. La aventura de invitar a leer, de ser un
mediador de lectura.
La aventura de leer este cuadernillo donde se cuentan las aventuras de otros mediadores de
lectura.
La aventura de explorar los mundos de la literatura.
¡Mucha suerte!
La actividad de lectura aún no había terminado si bien el cuento había llegado a su fin.
Varios chicos se acercan para ver si el libro tiene dibujitos. La necesidad de explorar el
paratexto que no se había profundizado en el inicio del encuentro, surge ahora
espontáneamente y marca, de alguna manera, un aspecto a mejorar en próximos
encuentros. Le entrego el libro a uno y lo revisa. Encuentra la foto del autor y se lo acerca a
otro chico para que lo vea. Comienzan a pasarse el libro de mano en mano. En este
momento surge mi preocupación por el objeto libro ¿Sobrevivirá a las cincuenta manos
que se le aproximan? ¿Saldrá indemne de la exploración? Aprovecho entonces para hacer
una referencia a la circulación de los libros, al bien común que estos representan sobre todo
si el libro pertenece a la biblioteca (el libro es "mío" pero ellos no lo saben), la necesidad de
cuidarlos para que otros lo puedan leer y también para que ellos mismos lo puedan leer
otra vez.
Cuando el libro (mi libro) vuelve a mis manos, me siento más tranquila y continúo:
El registro
En el título de este apartado consideramos la tarea del mediador como unaaventura, y
cualquier aventura es mucho más enriquecedora y placentera cuando se comparte. Por esta
razón, es importante plantearse la posibilidad de trabajar en parejas. Ya se sabe, cuatro
ojos "leen" más que dos.
Por otra parte, esta aventura es una nueva experiencia con la cual tendremos que ir
aprendiendo, y al compartir la tarea con otro mediador se puede llevar un registro de los
encuentros.
Registrar es escribir lo observado y lo vivido durante una determinada situación; es una
herramienta para el trabajo. Puede ser una reconstrucción realizada después de la
experiencia o puede llevarse a cabo por un observador durante la misma.
Parte de la transcripción del encuentro anterior corresponde a la reconstrucción realizada
después de la experiencia. Nos referimos al momento de la planificación de la actividad y a
fragmentos de la post-lectura.
El registro permite conservar los aspectos más significativos de la tarea, construir la
memoria documentada del proyecto. Volver a trabajar las prácticas centrando la reflexión
en las situaciones que resultan problemáticas. Descubrir nuevos cuestionamientos a partir
de un material que ha objetivado esas prácticas. Comunicar
experiencias, dudas, hallazgos con lo cual la singularidad de la práctica adquiere valor
colectivo
Y por último, contar con un texto al que se puede apelar para profundizar, ejemplificar,
buscar soluciones, comunicar las líneas de trabajo implementadas, evaluar, elaborar
informes. A manera de muestra, transcribiremos a continuación fragmentos del registro
realizado por el observador de la actividad comentada anteriormente.
"La mediadora intenta distraer la atención de los chicos sobre el libro que tenía entre sus
manos. Supongo que está pensando si cambiaba de lectura o no. Tiene en su bolso un
"hermoso" cuento de terror. ¿Lo cambiará?
Las preguntas se orientan sobre el tema de los nombres creo que seguirá adelante con el
libro que tenía seleccionado."
Cerca del final del encuentro, cuando un chico evalúa al Varitero, que se atribuyó el
arreglo de la varita mágica ("Si él no la arregló, la arreglaron el árabe y ella sola"), el
observador anota: " Se pierde una oportunidad para trabajar los personajes. Hubiera sido
posible desarrollar porqué el Varitero responde así, qué características tenía, compararlo
con el mago, etc."
En el registro se puede incluir tanto datos objetivos como las impresiones de que la
actividad nos produce, en
referencia a la participación de los talleristas como así también a las intervenciones del
mediador. Por ejemplo:
*Datos: fecha, lugar, características del grupo, cantidad de integrantes, textos con los que
se trabaja, proyecto en el que se inscribe la experiencia, tiempo del registro, contenidos y
actividades específicas del período del registro. (Elementos objetivos)
*Indicios: gestos de los niños, actitudes de interés, intercambios, variaciones en el ritmo de
la tarea, modificaciones del clima grupal.
*Hipótesis: interpretaciones o supuestos acerca de lo que va ocurriendo, con las
modificaciones que se consideren pertinentes. (Elementos subjetivos)
*Focos de interés: la tarea, el proceso grupal, las dificultades que aparecen, la resolución de
esas dificultades.
(Observación: a continuación tendría que ir la experiencia de Guillermo)
Un modelo de planificación
En este apartado nos proponemos brindarle los detalles, que antes les habían evitado, sobre
la planificación del trabajo con un cuento. En este caso trabajaremos con el texto de Emma
Wolf, "Cuento chino" que se encuentra en el libro C uento chino y otros cuentos no tan chinos , de
la serie Blanca de Los libros del Quirquincho. El trabajo está pensado para un grupo de
primer ciclo de la EGB.
Cuento chino
Hace muchos años había en China una emperatriz. Se llamaba Tsu-Hsi. ( Si no están muy
fuertes en pronunciación china pueden llamarla Susi. Suena casiigual.)
Tsu- Hsi pasaba sus días en el famoso Palacio de Verano, donde siempre habían vivido los
emperadores.
El Palacio de Verano era enorme. Mitad fortaleza mitad laberinto. Tenía muchos edificios
delicados, jardines que se perdían de vista, bosques, lagos, puentes y esas cosas.
Tsu- Hsi no se cansaba de recorrer su palacio. Viajaba sentada sobre un palanquín dorado
que cargaban entre cuatro.
-Voy a ver las flores de mis naranjos- decía la emperatriz.
Entonces se sentaba en el palanquín y allá iba, bamboleándose dentro de su real vehículo.
Cuando los cargadores del palanquín se cansaban, los reemplazaban otros cuatro. Los
primeros, para descansar, subían a otro palanquín llevado a su vez por ocho cargadores que
cuando se cansaban trepaban a otro llevado por treinta y dos
cargadores, etcétera, etcétera... Total que cada vez que Tsu-Hsi iba a visitar sus naranjos, la
acompañaba un séquito de 1.576 palanquistas, 47 damas de compañía, 24 secretarios, 8
peluqueros por si se despeinaba y 11 cocineros por si se le ocurría hacer pic-nic.
Los cuatro cargadores que llevaban el palanquín de Tsu-Hsi se tomaban muy en serio su
papel. Iban tiesos como si hubieran tragado cemento. No se permitían tropezar, ni patear
piedritas, ni estornudar, ni rascarse, por miedo a que Su Majestad se incomodara ose fuera de
hocico contra el suelo.
Así y todo, Tsu-Hsi no habría podido tomar la sopa dentro del palanquín. (Tsu-Hsi tomaba
sopa de aletas de tiburón. Pero si no les gustan las aletas de tiburón digamos que tomaba sopa,
nada más.)
Todos llevaban el palanquín de la emperatriz con gran reverencia y respeto.
Todos, menos uno...
-¿Quién osó tener un ataque de hipo ayer, mientras transportaba mi real persona?-preguntó aquella vez Su
majestad.
Los cortesanos enmudecieron de preocupación. Todo se sabía, pero nada se sabía en el
palacio. Hasta que una voz perdida en el fondo del salón del trono dijo:
- Es Lu- Pin. Sólo puede ser él
Y todos hicieron una profunda reverencia.
En China las reverencias llegaban hasta el suelo. Los súbditos de la emperatriz saludaban a
Tsu-Hsi inclinándose hasta tocar el piso con la frente, sin doblar las rodillas. No era nada
fácil... Los más ágiles hacían reverencias elegantes. Los gorditos o los que acababan de comer
chancho relleno con almendras no podían levantarse tras el saludo.Esperaban a que alguien
los alzara tomándolos por la coleta.
Los reverenciadores más entusiastas se daban la cabeza contra el piso. Por eso andaban
siempre con la frente abollada y todas las baldosas del Palacio de Verano estaban flojas.
Pero había alguien que no hacía reverencias... Todo se sabía y nada se sabía en el palacio.
Cuando la emperatriz preguntó quién era, una voz le respondió:
-Es Lu-Pin. Sólo él es.
Y Tsu-Hsi no preguntó más porque en realidad no quería saber, sino solamente que le
contestaran. Además estaba ocupadísima preparando la Fiesta del Dragón El último día de
primavera, en la corte de la emperatriz Tsu-Hsi se celebraba la Fiesta del Dragón.
Los chinos tenían muchísimas fiestas en el año: la Fiesta de la Caña de Bambú, la de la
Golondrina Descalza, el festival de los Faroles Amarillos y la Gran Celebración del Día de la
Sombrilla. Pero la más hermosa era al del Dragón. Ese día el palacio se adornaba. La fiesta
consistía en que todo el mundo se disfrazaba de dragón, incluidos los dragones. Los miembros
de la corte se pegaban rabos, crestas y pezuñas verdes; luego se pavoneaban por los jardines
simulando que echaban fuego por la boca.
También Tsu- Hsi se disfrazaba de dragona. Pero de dragona real, le encantaba ocuparse
personalmente de todos los disfraces y de que a ningún ser viviente dentro del palacio le
faltara el suyo.
Los festejos terminaban al amanecer, cuando los falsos dragones empezaban a echar bostezos.
Y todas las veces así.
Menos la última vez...
-¿Quién osó venir a la Fiesta del Dragón disfrazado de mandarina?- preguntó la
emperatriz Tsu-Hsi.
(Por si no están enterados: la mandarina es la esposa del mandarín.)
Todos se miraron muy preocupados.
Y como algo y nada se sabía en el palacio, una voz susurró:
-Lu-Pin. Sólo él puede ser.
Pero en ese momento, el jefe de los ejércitos chinos pidió hablar urgentementecon Su Majestad.
La grave noticia ya estaba en boca de todos: los soldados del emperador del norte habían
invadido el país de Tsu- Hsi. Un ejército de muchos miles había cruzado la frontera y
avanzaba hacia el Palacio de Verano. ¡Formaban un mar encrespado desables!
-¡Qué nadie se mueva!- ordenó Tsu-Hsi- ¡Pero antes cierren todas las puertas!
¿Qué pasaba?
El ejercito de la emperatriz estaba ensayando el desfile para la Fiesta del
Banderín Tornasol y se encostraba a muchos kilómetros de allí; más bien hacia el sur. No
estaba enterado de la terrible invasión ni nada. Tsu-Hsi quedó como el jamón del sanguhche:
con el ejército invasor al norte y el ejército propio al sur. Cuando Tsu-Hsi se decidió a mandar
aviso a sus generales, el enemigo ya había rodeado el palacio. Y entonces fue peor. Es de
cualquier de la muralla por el que Tsu-Hsi se asomara veía enemigos que la miraban mal.
Pero, como había ordenado que nadie se moviera, todos permanecieron en el lugar donde
habían recibido la orden: debajo de la cama. Si no había forma de avisarle al ejército chino,
estaban fritos. ¡ Y cómo hacerlo si ni siquiera podían asomarse fuera del palacio a tomar aire!
Pero todo se sabía y nada se sabía en el palacio... Así es que llegó un rumor claro alas orejas de la emperatriz.
-¿Quién se atrevió a desconocer mis órdenes y cruzar las filas enemigas?-preguntó
Tsu- Hsi.
La voz que vino del fondo del salón del trono no pudo sino contestar:
-Lu-Pin. Él fue.
La emperatriz quiso sabe más. ¿Cómo era posible?
-Es que voló por encima de las murallas, Majestad- dijo uno- Tiene alas fuertes y ágiles.
-De ninguna manera- aclaró el Secretario Mayor -. Yo lo vi cuando cavaba con sus uñas un túnel para cruzar
por debajo de la línea enemiga. Los cortesanos se miraron unos a otros confundidos. Un servidor atento
desmintió a los dos que habían hablado antes:
-Nada de eso es posible porque hoy estaba tomando leche de un tazón en la cocina de su majestad.
Y así siguieron. Unos decían que se había ido caminando tranquilamente. Otros, que había
seguido el camino de las hormigas. Otros, que nunca se había ido. Otros, que nunca había
estado....
Pro, tres días más tarde, los centinelas del palacio que miraban hacia el sur vieron llegar a su
ejército. Los soldados de Tsu-Hsi se aproximaban cabalgando con furia. Alguien había
llegado hasta ellos con el aviso de peligro...
Cuando el invasor los vio llegar, se sintió perdido: los chinos eran muchísimos. (Por si no lo
saben, aún hoy los chinos siguen siendo muchos.) El enemigo huyó antes de que las tropas de
la emperatriz se dieran el gusto de convertirlo en harina. ¡El palacio de Tsu-Hsi había sido
liberado! Al poco tiempo todo volvió a la normalidad en la corte.
Los cerezos florecieron educadamente. Tsu-Hsi siguió haciendo paseos al aire libre y nadie se
llevó por delante en
árbol mientras cargaba su palanquín. En la Fiesta del bote todo el mundo se disfrazó de bote.
Tsu-Hsi estaba melancólica.
El invierno tapó los puentes con nieve. También Tsu-Hsi se contagió algo del invierno. Todo
un año pasó así, repleto de días iguales. Tsu-Hsi se había puesto tan mustia que ni siquiera
sonrió cuando su sobrina, la emperatriz de Birmania Oeste, le regaló u sacacorchos de marfil
puro.
Hasta que una tarde, Tsu- Hsi se fue de pesca. En el lago descubrió un pez que se parecía en
todo a los otros peces, pero que se paseaba debajo de sus narices sin dejarse atrapar. Pese al
empeño que puso la emperatriz, el pez se negó a morder el anzuelo. Las exquisitas lombrices
reales no lo tentaron. Entonces Tsu- Hsi recordó que esa mañana alguien había confundido a
sus camareras y ellas le habían alcanzado dos zapatos del pie izquierdo.
También se acordó que alguien había dormido la siesta en su trono de entrecasa, porque
estaba tibio cuando se sentó y hasta había creído escuchar ronquidos.
Tsu-Hsi no preguntó nada esta vez. No necesitaba preguntar para saber; ni necesitaba otra
cosa para sentirse contenta.
Cualquier persona en China que no tuviera los ojos confundidos y los oídos desorientados
podía darse cuenta de que Lu- Pin estaba de vuelta.
¿Por qué se eligió este cuento? Ya se dijo antes que uno de los factores que hay que tener en
cuenta para la elección de un texto a trabajar es el gusto. Otro es la adecuación a la edad de
los lectores y al tiempo disponible para el trabajo con el mismo. El factor que
desarrollaremos a continuación está relacionado con las posibilidades que el
cuento ofrece en función de nuestro objetivo. Generalmente, por su carácter de texto
literario, estas posibilidades son muchas. Sin embargo, no es necesario agotarlas todas en
una actividad, podemos elegir las que consideremos más interesantes según qué sea lo que
queremos realizar. En esta ocasión, el interés era trabajar personajes para luego
integrarlos en las producciones, actividad que había quedado desplazada en el encuentro
anterior, cuando se trabajó con "El árbol de las varitas mágicas".
EL " Cuento chino" instala al lector en un mundo especial a partir del título. No sólo por lo
exótico que se presupone lo "chino" sino por la alusión a la frase "son cuentos chinos",
comentario coloquial referido a la falsedad de algún enunciado.
Ya en el comienzo del texto se refuerza la ubicación extraña y lejana de los hechos que se
narrarán: " Hace muchos años había en China una emperatriz." El cargo que se le
atribuye al personaje también nos remite a lo exótico. Estamos en el mundo de los "cuentos
de hadas". En los párrafos siguientes se describe el lugar que habitaba
la emperatriz y se completa, de esta manera, el sentido de exótico: emperador, palacio,
fortaleza, laberinto, palanquín, vehículo real, reverencias, cortesanos, trono,
súbditos,dragones, son algunas de las palabras que van a generar el ámbito maravilloso de
este relato.
Por otra parte, el equilibrio inicial se rompe por la presencia de un personaje del cual sólo
se sabe su nombre y al que se le atribuyen acciones que perturban el orden impuesto por la
emperatriz. Lu Pin estornuda, no hace reverencias, se disfraza de mandarina, sale del
palacio para avisar al ejército, confunde a las asistentes de Tsu-Hsi,
usa el trono de entrecasa y por último, luego de hacerse extrañar durante el invierno, se
convierte en pez que no se deja atrapar.
Este personaje escurridizo es lo que más nos va a interesar. Lo no dicho, lo que el lector
tiene interpretar.
En "Cuento chino" los personajes principales no están definidos explícitamente. Por
ejemplo, no se dice que los cortesanos eran cobardes, se dice"...todos permanecieron en el
lugar donde habían recibido la orden: debajo de la
cama." No se dice de Tsu-Hsi si era buena o mala, sino que se construye este personaje por
medio de sus costumbres, sus acciones y sus comentarios. El otro personaje, Lu Pin, ni
siquiera se termina de definir, no se dice qué es, cuál es su aspecto, sino que está sugerido a
través del relato de sus acciones. Para poder caracterizar a ambos personajes es necesario
realizar inferencias, es decir que el lector debe reponer o completar el significado de lo que
no está dicho de manera explícita.
Esta característica, común en la literatura pero exacerbada en este cuento, permite
trabajar una importante operación de lectura de dos maneras, ya que es posible que los
chicos realicen las inferencias necesarias para caracterizar a los personajes, o bien que no
logren caracterizarlos por no poder hacer las inferencias. En
el primero de los casos, permitirá hacer consciente la operación; en el segundo caso, se
podrá guiar a los lectores para que realicen las inferencias.
Como mediador, es necesario prever las posibilidades y proyectar actividades que permitan
adaptarse a las situaciones de lectura que se presenten. Veamos, entonces, cómo se
planifican las actividades para cada una de las situaciones previstas.
Una vez leído el cuento y habiendo atendido a todas las intervenciones de los chicos,
haremos hincapié en las características de los personajes. Se puede comenzar por la
pregunta ¿ Qué o quién es Lu- Pin?. Tendremos respuestas variadas y ninguna más
acertada que la otra, por la forma en que este personaje está presentado en el
cuento.
Seguidamente, se les pedirá a los chicos que justifiquen por qué lo imaginan de tal o cual
manera. Para esto será necesario volver al texto, por lo tanto habrá que contemplar la
posibilidad de tener ejemplares disponibles o, en su "gran" defecto, contar con fotocopias.
También será necesario ir registrando en un pizarrón o cartulina las respuestas que los
chicos den. Sería útil pensar en dos columnas en las cuales se anoten lo que dice el cuento y
lo que interpretamos de lo dicho. Por ejemplo:
En el cuento dice...
- que no hacía reverencias
- que había desobedecido la orden de la emperatriz
Por eso Lu Pin es...
- maleducado/ irrespetuoso/ rebelde
- desobediente
Una vez que se haya completado la caracterización de este personaje se puede pasar a la
emperatriz. Con estas actividades estaremos orientando a los lectores a reponer la
información que no está dicha en el texto.
Si el grupo puede caracterizar a los personajes fácilmente es que habrá hecho las
inferencias necesarias. Nuestra actividad se centrará, en este caso, en actualizar esa
operación, es decir en poner de manifiesto las pistas que el texto les dio para poder pensar
cómo son los personajes. La pregunta inicial podría ser ¿ Cómo se dieron cuenta
que Lu Pin era desobediente? O bien: travieso, valiente, atrevido o gracioso según las
características que los chicos le atribuyan. Habrá que marcar que en el texto no están
escritas estas palabras, sin embargo por alguna razón el lector se lo puede representar así.
La actividad será buscar en el texto las partes que nos permiten hacer esa
interpretación. El cuadro estará invertido. Por ejemplo:
Lu Pin es
-Valiente
- desobediente
Porque en el cuento dice
-que se atrevió a pasar por donde estaba el ejército enemigo.
- No le hacía caso a la emperatriz.
Una vez que se haya completado el cuadro, se pasará a la actividad de crear personajes a
partir de sugerencias. Por ejemplo:
¿Qué acciones tendría que realizar un personaje para que el lector se dé cuenta que es
torpe, ágil, solidario, etc.?
Por último, se puede retomar la ubicación en el tiempo y en el espacio presentada por este
cuento y remarcar cómo influye en la caracterización de los personajes. A partir de esto, se
pedirá a los chicos que ubiquen al personaje, o personajes, creado por ellos y que le pongan
un nombre. De esta manera se conformará un fichero con
personajes que podrán ser incluidos en sus producciones.
En esta planificación se ha dejado de lado el valor connotativo de los nombres, muy rico
por cierto, y el nivel de las acciones o núcleos narrativos. Es posiblepensar que estos
aspectos surjan durante el encuentro, en las intervenciones de loschicos, y que será
necesario tenerlos en cuenta. Sin embargo, consideramos que sería abusivo desarrollarlos
en forma exhaustiva. Se pueden retomar en próximos encuentros a partir de otros textos,
con lo cual se estimulará la operación de relacionar las lecturas anteriores, es decir,
trabajar con los conocimientos previos de los lectores.
También es importante destacar que no se ha hecho hincapié, para este encuentro, en las
referencias explícitas al lector que se expresan en los paréntesis "Si no están muy fuertes en
pronunciación china..." "... si no les gustan las aletas de tiburón...", aspecto que
consideramos muy productivo para trabajar.
Actividades sugeridas
A continuación se sugieren una serie de actividades para trabajar distintosaspectos de los cuentos.
Para narrador, punto de vista:
- Renarrar oralmente un fragmento a partir de un personaje de un cuento leído.
- Buscar cuentos en los cuales haya diferentes tipos de narrador (en primera persona, en
tercera, protagonista, testigo). Pensar qué diferencias con respecto al relato se producen.
Para trabajar tipo de cuento, personajes:
- Buscar o contar cuentos que tengan algún elemento en común (personaje, situación,
conflicto) o similar.
- Rastrear entre una serie de libros dados los cuentos que pueden tener semejanzas o ser
totalmente diferentes. Incluye actividad de hipótesis a partir de los elementos
paratextuales. Leer los para confirmar o rectificar las
hipótesis.
es posible reconocer el género, una carta otra vez, y una distancia entre emisor
ydestinatario que nos anuncia el grado de formalidad que tendrá el contenido de la misma.
No queda fuera del acto de lectura la vinculación con la información sobre el mundo que el
lector posee. Tampoco la época en que vive, su historia personal, sus valoraciones su sexo y
obviamente su edad. Un lector de 10 años va a ser diferente a un lector de 15, ya que ambos
tienen distintos intereses, conocimientos y valoraciones.
Por estas razones, consideramos que la lectura es una actividad compleja que involucra
más habilidades que la de descifrar el código lingüístico. En cada acto de lectura se activan
competencias vinculadas con el código
lingüístico, el código sociocultural; el código retórico; y el código ideológico.
A su vez, el texto también es el producto de una persona (sujeto emisor) que ha activado las
mismas competencias que el lector con la intención de comunicarse. Esta comunicación que
se produce en el acto de lectura, a diferencia de la que se realiza cara a cara
(interpersonal), es diferida. Ambos participantes no están
presentes en el momento en que se realiza el "intercambio" y por lo tanto el escritor debe
prever lo que el receptor necesita para comprender su texto y a su vez el lector debe
reponer lo que no esté explicitado. Podemos decir que, al leer, el sujeto interactúa con el
texto otorgándole significados.
El lector despliega un “andamiaje” de conocimientos y saberes previos que le permiten
reconocer y actualizar informaciones sobre el contexto. Necesita realizar constantemente
un control de los significados de la lectura que le permitan seguir avanzando en ella. El
lector también tiene que realizar inferencias entre lo dicho y lo no dicho. Dominar la
expectativa que genera la tensión entre lo nuevo y lo viejo, lo conocido y lo desconocido.
Los recursos para el abordaje de diferentes textos deben internalizarse progresivamente.
Por otra parte, para que el texto genere más preguntas que respuestas evidentes, hay que
considerar que los textos no pueden estar demasiado alejados del vínculo comunicativo con
el lector, de manera tal que no pueda restablecerse la interacción entre uno y otro. La
actividad de lectura es dinámica con relación a las preguntas,
respuestas provisorias, expectativas, anticipaciones, inferencias, deducciones. Si el texto es
largo y difícil de
segmentar se puede correr el riesgo de que queden en el camino muchas cuestiones sin
responder. Puede ser que el lector se pierda en ese “bosque” que es el texto, olvide los
interrogantes, se extravíe en la selva enmarañada
de palabras, se frustre y desaparezca como interlocutor.
Leer es tejer redes comunicativas en donde el lector no es un mero decodificador sino que
realiza continuas negociaciones entre pensamiento y lenguaje. Para sostener esas
transacciones utiliza estrategias que se materializan en esquemas de procedimientos que el
individuo no los hace conscientes en el momento de la lectura.
Por ejemplo, el muestreo que se observa a partir de experiencias donde se comprueba que
el ojo no decodifica letra por letra, palabra por palabra, sino que “aletea” por el texto y
elige “huellas” y “marcas” que sostengan el sentido. Además, está la anticipación ya que el
lector se adelanta todo el tiempo al texto, muchas veces lo direccionan los títulos, el
paratexto, los indicios intratextuales que lo orientan permanentemente y le permiten
suponer continuas respuestas a las preguntas que el texto le proponga. Otra operación que
se realiza es la inferencia que le permite
reconocer informaciones que desconoce a partir de las hipótesis que realizan sus saberes
previos. Estos saberes se construyen con información organizada dentro y fuera de la
escuela. La actividad lectora se convierte así en un “continuum” que pasa de las palabras a
las ideas, relaciona y jerarquiza las ideas y construye un significado global
del texto.
Leer, entonces, no es solo decodificar, leer es encontrar los sentidos de un texto, explorar
un universo creado por un autor para vincularlo con nuestro mundo, es integrar el
recorrido que el autor nos propone con nuestra experiencia. Podríamos decir que leer es
viajar. Y este viaje, el trayecto que realicemos para explorar un nuevo territorio, el texto,
requiere de la elaboración de estrategias para llegar a buen término.
Al pensar en un viaje, trayecto o recorrido, estamos pensando en un proceso que, en
principio, tiene varias etapas: la preparación, la partida, la estadía y el regreso.
Dentro de cada una de estas etapas encontramos diferentes momentos. Por ejemplo,
durante la estadía habrá un recorrido planificado, visitas a realizar, dificultades,
encuentros, desencuentros.
El proyecto de lectura
Hay que tener en cuenta que todas las habilidades que se requieren para leer no se
adquieren de un día para otro. Son progresivas y se van profundizando a lo largo del
tiempo y por medio de una práctica sostenida. Por estas razones, es importante realizar las
prácticas de lectura enmarcadas en un proyecto que permita ir graduando la complejidad
y paralelamente hacer un seguimiento del desarrollo de las competencias lectoras para
estar atentos a los ajustes que debemos hacerle a un proyecto. Dicho de otro modo, aunque
el objetivo sea leer, el proyecto no puede consistir en "leer un cuento", hay que generar una
motivación y una finalidad para leer los cuentos.
El trabajo en proyecto implica tener un objetivo final y sub-objetivos que se enmarcan
dentro de esa finalidad. Si bien consideramos que se lee para comprender, con todo lo que
esto significa como ya vimos, necesitamos objetivos intermedios para alcanzar el objetivo
más abarcador. Si se quiere, retomando la idea del viaje, pensemos
que trabajar en proyecto implica un viaje con escalas, y que cada estación será un lugar de
tránsito en la que estaremos más cerca de nuestra meta. ¿Cuáles podrán ser las finalidades
que propongamos en un proyecto? Podemos leer para contar, por ejemplo. Proponerle a un
grupo que seleccionen textos para leerles a otro grupo, para contarles a chicos más chicos.
Podemos leer para publicar una cartelera de recomendados. Podemos proponer la
reorganización de un sector de la biblioteca. Podemos leer para escribir cuentos y
publicarlos para que otros los lean. Cada una de estas propuestas implicará un proyecto de
lectura diferente.
Veamos un ejemplo de proyecto de lectura. Hace unos años, trabajando con un grupo de
chicos de 12 años, aproximadamente, no propusimos leer para armar un juego. El juego
involucraba una trampa para los participantes, queríamos saber cuánto conocían sobre
algunos escritores querenombrados. Lo primero que tuvieron que hacer fue leer al menos
una obra de cada uno de los autores propuestos. En la lista de nombres "famosos" que los
chicos organizaron estaban Gabriel García Márquez, Gianni Rodari, Horacio Quiroga,
Elsa Borneman.
Seleccionaron a partir de la bibliografía de cada autor un título, eligieron: "Cuentos de la
selva", de Horacio Quiroga; "Relato de un naufrago" de Gabriel García Márquez;
"Cuentos escritos a máquina " de Gianni Rodari y "El libro de los chicos enamorados " de
Elsa Borneman. Se armaron subgrupos en función de los libros elegidos. Por último, nos
propusimos un tiempo para dar cuenta al grupo de la lectura.
En el siguiente encuentro, cada subgrupo expuso ante sus compañeros la impresión que la
obra le había causado y decidieron que para elaborar el juego necesitaban más
información sobre los autores. Acordaron un tiempo para recopilar la información que
consideraron necesaria. Esta implicaba datos biográficos, obras más conocidas,
características distintivas de sus obras, entre otros.
Una vez que tuvieron la información, establecieron cuatro ejes: datos del autor, aspectos
relevantes de su vida, obra, características de sus obras. Cada uno de esos ejes
correspondería a una tarjeta. El juego de las cuatro tarjetas referidas a cada autor era
similar a un "palo" de los naipes, por lo tanto también diseñaron una presentación común
para las mismas.
Las actividades de lectura no se remitieron solamente a los textos literarios. Tuvieron que
recurrir a modelos de instrucciones para juegos, al fin y al cabo eso era lo que querían
hacer
En esta etapa, leyeron para escribir. Tuvieron en cuenta cuál era la macroestructura del
texto: plantear el objetivo del juego, los pasos a seguir y la resolución del mismo.
Observaron que podían incluir diferentes niveles de dificultad. Luego de arduas
transacciones entre los integrantes del grupo, llegaron a acuerdos relativos a la modalidad
del juego. Y este fue el resultado:
JUEGO (vale aclarar que no se le puso nombre al juego, lo cual es una lástima)
El juego consta de 16 tarjetas divididas en cuatro grupos de tarjetascorrespondientes a cuatro autores diferentes.
Cada grupo contiene Datos del Autor,
Obras más conocidas, Aspectos importantes de su vida, Temas y personajes El objetivo es
armar un juego de cuatro tarjetas que formen la vida de un autor en el menor tiempo posible.
Instrucciones para jugar:
* Se reparte una tarjeta de "Datos del autor" a cada integrante del juego. Pueden participar
hasta cuatro jugadores.
* A partir de la señal de largada, cada jugador debe tomar tarjetas del pozo hasta completar
las cuatro correspondientes al autor que le tocó. Las tarjetas que no le sirvan deben ser
devueltas al pozo.
* Gana el jugador que arma primero el juego completo.
Variantes:
- Puede jugarse en parejas.
- Para hacerlo más difícil, puede repartirse tarjetas que correspondan a "Obras",
"Datos de la vida", "Temas/ personajes" o mezcladas
Tarjetas ( se presenta un " palo" como ejemplo)
Datos del autor:
Gianni Rodari
Fecha y lugar de nacimiento:
1920. Omegna, Piamonte, Italia.
Fecha y lugar de fallecimiento:
1981. Italia
Obras más conocidas:
- Cuentos para jugar.
- Cuentos escritos a máquina.
- Cuentos por teléfono.
Aspectos importantes de su vida:
Maestro, periodista y divulgador de la nueva pedagogía en Italia.
Fue galardonado con el premio Hans Christian Andersen.
Temas:
Escribió literatura infantil y pedagogía.
Una vez que las tarjetas estuvieron listas, invitamos a los padres y a hermanos mayores a
jugar. La experiencia resultó sumamente productiva tanto para los talleristas como para
los invitados. Comentarios como "yo no sabía que..." " creía que tal obra era de otro
autor...", "a este autor no lo conocía...", por parte de los invitados motivaron la decisión de
continuar leyendo. Entre los talleristas ya se había instalado durante el proyecto la
curiosidad por las obras comentadas y en algunos casos habían iniciado el intercambio de
libros.
Esta experiencia sirve como ejemplo de las variadas actividades que se pueden realizar en
el marco de un proyecto de lectura y como muestra de que tener un objetivo
concreto a realizar es un motor de promoción de la actividad, diferente al mero comentario
sobre una obra leída, o el fichaje o el tradicional resumen del argumento.
En el momento de realizar esa experiencia, no contábamos con la presencia de un
observador que registrara el proceso paso a paso. Esto provoca que al evocar hoy la
actividad, no podamos dar cuenta de los subprocesos que se realizaron, al menos no con el
detalle y la "objetividad" que el trabajo requiere (sabemos que la memoria es selectiva, es
posible que no recuerde momentos que presentaron dificultades y que hoy serían
provechosos para retomar la práctica)
Consideramos que este proyecto es adecuable a la propuesta presentada en los círculos,
cambiando el o los autores a incluir según sea el escritor que los visite.