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EL poco dominio de las técnicas de litigación oral en materia civil lleva a que el desarrollo

de las audiencias no se adecúe a lo establecido en el Código de procedimiento civil de


Nicaragua-Ley 902.

El diez de abril del año dos mil diecisiete, entró en vigencia la ley 902, Código Procesal Civil
de Nicaragua, aprobado por la Asamblea Nacional, sancionado por el Presidente de la
República, publicado en la Gaceta Diario Oficial No 191 del nueve de octubre del año dos
mil quince. La nueva legislación deja sin efecto el Código de Procedimiento Civil de
Nicaragua que entró en vigencia el primero de enero de mil novecientos seis (1906).

Con la entrada en vigencia del Código de Procesal Civil de la República de Nicaragua (Ley
902) se institucionaliza una serie de principios en garantía de los derechos tales como: el
proceso, tutela judicial efectiva, igualdad, contradicción, defensa e imparcialidad, oralidad,
inmediación, concentración procesal, celeridad, integración de principios, entre otros.
Contemplados en el libro primero, título I disposiciones preliminares – capítulo único.

Es a través de la incorporación del principio de oralidad en materia civil, que se excluyen


soluciones por el procedimiento o actuaciones rígidas y estructuradas como las que se
practican en los sistemas escritos o por expedientes, siendo la oralidad un método que
constituye la base fundamental para cumplir el objeto o fin del proceso, ya que esta trastoca
los cimientos en la forma de desarrollarse el proceso, consecuentemente cambia por
completo la forma en que se sustanciaban los procedimientos, porque exige que los actos
procesales, la práctica de la prueba y la tramitación del litigio se hagan verbalmente en
audiencias públicas.

Ahora bien, el principio de oralidad va de la mano con el principio de inmediación que exige
que el juzgador haya presenciado por sí mismo las pruebas que se practiquen en el juicio,
de modo que la sentencia traiga consigo el discernimiento propio y directo del juez. De
hecho cuando por cualquier razón quien presencio la prueba no pueda dictar sentencia,
tendrá que repetirse toda actividad probatoria.

Este método permite adoptar una visión estratégica en la que se puedan identificar
diferentes vías de solución, como la adopción de métodos alternos de resolución de
conflictos. Es así que permite al litigante conocer profundamente la estructura del proceso
oral y presentar de una manera técnica e incluso persuasiva la información en audiencia. De
esa forma, potencia la oralidad como la mejor metodología para la obtención de información
de calidad, a partir de la depuración que de ella hacen las partes y, en efecto, posibilita la
toma de decisiones jurisdiccionales de alta calidad.

Al mismo tiempo, el desarrollo de las capacidades relativas a la elaboración de la teoría del


caso permitirá que los litigantes identifiquen la controversia de mejor manera y determinen
si es viable el juicio o una solución alternativa al conflicto. De allí la idea de que el juicio es
la instancia excepcional y se relega sólo a los conflictos que son irresolubles de otro modo.

Para ello, se vuelve necesario adquirir destrezas relativas a la presentación del caso desde
lo fáctico, jurídico y probatorio. Esto, ya que en dicha audiencia se realizará un control de la
información –hechos y pruebas– que las partes presenten para sustentar sus alegaciones. En
caso de que no sea posible resolver el caso de otro modo y si las pruebas son suficientes, se
viabilizará que las partes resuelvan su caso en el marco de un juicio oral.

En la audiencia de juicio oral, la teoría del caso juega un rol preponderante: será la brújula
que en todo momento indique qué tipo de información y bajo qué metodología se
presentará. En función a ello, los litigantes, en Nicaragua se enfrentan a un nuevo
paradigma dado que existe una cultura arraigada en la “cultura del pleito” o de lucha de
egos, ya sean por conocimiento o poder.

Ante esta panorámica surge la necesidad desarrollar técnicas negociadoras que permitan a
sus clientes obtener resultados, preferiblemente positivos en un corto o mediano plazo; y
evitar pasar años dentro de la desgastante tramitación de un juicio, cuyos resultados al final
serán inciertos, y podrían ser sorpresivos e inesperados. La cultura de los profesionales del
derecho en Nicaragua deberá adaptarse a la nueva tendencia global de la justicia: expedita
y apegada a la Ley. El gran reto es, inculcarlo y promoverlo en los abogados nicaragüenses,
y mejor aún, desde las facultades de Ciencias Jurídicas del país, para sentar bases para las
futuras generaciones de profesionales litigantes deberá adoptar para realizar su alegato de
apertura, examinar (producir) la prueba de cargo, contra examinar (controlar) la
información que aporte la contra parte y efectuar su alegato de clausura como síntesis de su
petición.

Hay que mencionar, además que Código Procesal Civil de la República de Nicaragua (Ley
No. 902), se configuró de modo que siempre sean efectivos y respetados determinados
postulados elementales de justicia, entre estos vale destacar: el libre acceso a la justicia; la
disponibilidad de la pretensión y del proceso; el respeto absoluto del debido proceso; la
maximización práctica del derecho de igualdad; contradicción y defensa; el principio de
aportación de parte; la dirección del proceso; celeridad.

Se debe agregar que los llamados principios jurídicos técnicos en los que descansa el modelo
procesal oral son: Inmediación, concentración, oralidad y publicidad, lo que significa que se
adoptó el modelo procesal mixto por audiencias con prevalencia de la oralidad.
El sistema mixto por audiencia a su vez exigirá una marcada transformación en el
rol de las autoridades judiciales, así como de las partes quienes asumirán un mayor
compromiso en el debate de sus pretensiones. El rol del abogado cambia ya que no
se trata de solo redactar escritos y de presentarlos en el juzgado, si no, por lo contario
debe: conocer a profundidad la pretensión de las partes y expresarlas de viva voz.

Por lo tanto, debe trazar una estrategia de litigación en base a los intereses de su
patrocinado. Elaborar una teoría del caso sustentada en los hechos y fundamentada
en los medios probatorios trayendo consigo ventajas y desventajas, ya que exigirá
reivindicar el verdadero valor y fines del proceso y de la justicia como mecanismo
para resolver los conflictos, lo que demandará un renovado enfoque en el estudio y
enseñanza del derecho.

De tal manera que requerirá del dominio de técnicas en la preparación de la teoría


del caso, en cómo se preparará y ejercitará una defensa, en fin requerirá el manejo
de habilidades y destrezas para la litigación oral, ya que la labor del abogado es
hacer llegar el mensaje al juzgador y el mecanismo natural de transmisión es el
relato, pero al litigante no le bastará – para ser bueno – tan solo que su historia sea
entretenida o interesante, sino que ella deberá transmitir que se trata de la versión
más fidedigna de los hechos y la interpretación legal más adecuada y justa.
El objetivo describir el poco dominio de las técnicas de litigación oral en materia civil
lleva a que el desarrollo de las audiencias no se adecuen a los establecido en el código
de procedimiento civil de Nicaragua.

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