Violencia Familiar

Desde hace muchos años atrás se ha comprobado la necesidad de relacionarse del hombre
y formar parte de una sociedad o comunidad a la cual aporte de alguna u otra forma con
conocimientos, habilidades, valores, actitudes etc., lo cual se complementa aún más con
la idea de Aristóteles, quien reconoce este principio humano, diciendo que el hombre es
un ser social por naturaleza, pues al mantenerse en contacto con los suyos, perfecciona su
libertad, dinamismo en su obrar y descubre quien es en cuanto acto y en potencia de quien
espera ser en un futuro no muy lejano.
Existen teorías contradictorias como las de Hobbes y Rousseau las cuales nos presentan
ideas fundamentales para dar explicación previa a los acontecimientos que nuestra
sociedad presenta actualmente en cuanto a la forma en la que se relaciona el hombre; por
un lado tenemos a Hobbes, quien nos presenta su pensamiento, el cual radica en que “ el
hombre es el lobo del hombre, el peor enemigo de otro hombre” afirmando de esta forma
que los hombres desde su nacimiento poseen actitudes y atribuciones egoístas que solo
buscan el beneficio personal sin importar perjudicar a los demás, pues al tener las mismas
necesidades, se enfrentan entre ellos por el honor de quien las puede conseguir al ser el
más fuerte; es aquí donde Hobbes plantea la solución de un pacto social, en el que los
hombres accedan a formar una comunidad, la cual regule su conducta y la límite para una
mejor convivencia
Sin embrago Rousseau nos dice lo contrario, pues para él, el hombre es un ser
naturalmente bueno en su estado de naturaleza, en el que este se presenta como un ser
bueno, feliz, libre e independiente, en el que su naturaleza benevolente interviene para
relacionarse de manera adecuada en el medio en que se encuentra.
Para tener una idea más clara, si el hombre no viviera en sociedad y por el contrario
viviera aislada de esta, no podría desarrollarse ni mucho menos satisfacer aquí exigencias
físicas y espirituales, como tampoco tendría un crecimiento como ser humano, lejos de
poseer las manifestaciones que toda persona tiene, como lo son la autoconciencia,
libertad, intimidad, dialogo y la intersubjetividad, teniendo como claro ejemplo aquellos
niños ferales, los cuales fueron criados lejos de una sociedad y del contacto humano,
teniendo así comportamientos diferentes y distintos claramente a los de alguien que si ha
mantenido este contacto primordial desde la infancia
Es aquí entonces donde vienen las preguntas ¿si tanta falta nos hacemos los unos a los
otros porque nos destruimos contantemente?, ¿Tiene razón Hobbes al plantear que el
hombre es enemigo del hombre? ¿Si la familia es la base fundamental de una sociedad
porque exististe tanta violencia al interior de ella?, ¿Si queremos que nuestra sociedad
cambie por que no empezamos a cambiar esa violencia dentro de nuestras familias?
La familia se considera la principal fuente de organización de la sociedad, es aquella en
la que nace el amor y las emociones en un primer instante, como lo son el amor a los
hijos, al cónyuge y a demás integrantes de la familia, es aquí donde empiezan a formarse
los valores, las costumbres, la distinción entre lo bueno y lo malo, el aprendizaje de los
principios correctos. Es la base de la educación de los hijos, es aquella que debería estar
incondicionalmente en la vida de cada uno de los integrantes y la que se caracteriza
principalmente por ser fuerte, constante, perseverante, admirable, estable y unida, para
que todo en ella sea armonía y felicidad.
Siendo este solo un cliché de familia pues, existen realidades distintas en las que no todo
es paz y armonía, pues cabe resaltar que todas las familias tienen altos y bajos, discusiones
y conflictos, que en el mejor de los casos se resuelven con dialogo y comprensión, debido
a que las raíces de esta pequeña sociedad nacieron en el seno del respeto; si la gran parte
de la sociedad, pensara como se debe y actuara correctamente, existirían menos
problemas sociales y familiares, y con esto menos violencia.
A pesar de ello, no todos cuentan con el privilegio de formar parte de una familia con
estos valores, pues nadie escoge, donde quiere nacer, que padres quieren tener o dentro
de que familia quiere desarrollarse; la familia no se escoge y lo queda es vivir lo que toca
vivir, y en muchos de los casos no son cosas bonitas, pues también existe la dura realidad
en la que el núcleo familiar está muy dañado o no existe la comunicación debida,
empiezan las agresiones, los gritos y violencia.
La violencia familiar es aquello que una vez más corrompe nuestra sociedad, no le permite
avanzar ni progresar por aquella atadura de mantener un pensamiento retrograda, con el
que se cree que solo infundiendo terror y miedo se puede ganar el respeto de alguien,
cuando es totalmente lo contrario, pues causa rabia y ganas de salir de ese infierno en el
que se vive para encontrar algo mejor sin dar marcha atrás, en esta situación las decisiones
que se toman no siempre son las correctas, pues se actúa con cólera, ira y rabia,
provocando consecuencias de las cuales se arrepentirá, actuando en conveniencia propia
y destruyendo lo que en algún momento construyo.
Para evitar todo esto se debe tomar conciencia de lo que se quiere para un mejor futuro,
para las futuras generaciones; no dejemos el ejemplo de una sociedad destruida por la
violencia, corrupción y el abuso, midamos nuestros actos humanos y seamos conscientes
de todas aquellas conductas que lejos de formarnos como personas nos vuelven monstros
atentando contra nosotros mismos, debemos actuar en cuanto a buenos hábitos, virtudes,
principios, normas y valores de forma ética y moral, empezando el cambio por nosotros
mismos, haciendo una reflexión de cuál sería la mejor manera de vivir y lo que
necesariamente deberíamos ser para lograr esa ansiada familia y sociedad en la que
merecemos vivir.