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SEMESTRE : 2019-I
HUACHO PERU
2019
INTRODUCCION
I. ¿QUÉ ES LA PLANEACION?
Por eso, en algunas oficinas públicas en vez de acciones estratégicas parecen trabajar
como Departamento de Bomberos, apagando fuegos sin poder prevenirlos. ¿Por qué la
necesidad de la planeación? La planeación menospreciada sigue siendo frecuente; es
más, ni siquiera se concretaba y quedaba al interior de las instituciones como
documento de escritorio, muchas veces sólo en la zona de confort (como política
gubernamental, o como visión incómoda, o como mero interés personal, no social) sin
aplicarse a una realidad cambiante. Todas las instituciones y organizaciones públicas y
privadas tienen que planear.
La planeación nos ayuda a prever, a entender qué debemos hacer y en qué tiempo; son
caminos detallados de lo que tenemos que hacer sin improvisar, sin desperdiciar
recursos, sin desgastarnos en esfuerzos inútiles.
Planear es prever, es anticipar lo que pudiera suceder y tomar medidas antes de que
pase o evitar que algo malo pase. Es considerar todos los elementos internos y externos
que pudieran incidir en nuestra situación, es tratar de ver más allá de donde nuestros
ojos pueden ver ahora. Eso es visión de futuro, de largo plazo, prospectiva.
De nada sirve tener una visión de futuro si no se puede incidir en la realidad. De ahí que
las estrategias configuren los escalones de la visión a la realidad. Sin estrategia no
podemos pasar a la acción.
El hecho es que si la prospectiva nos muestra cuáles son las alternativas de futuro que
puede tener una organización, la estrategia nos dice cómo construir el futuro que más
conviene. La una sin la otra no tendría sentido.
En la estrategia debemos tomar en cuenta los diferentes estadios por los cuales
concretamos nuestras acciones en la realidad para actuar en ella. Recordemos que
pueden plantearse ideas de transformación profunda y que éstas pueden tener serios
obstáculos para su realización, o bien lo que se conoce como los cuellos de botella:
parámetros tradicionales, burocracia, incompetencia, perderse en los detalles, etcétera.
Y en ese sentido preguntarnos: ¿qué acciones deben ser inmediatas para tener éxito en
nuestra idea transformadora?
Las metas deben estar claras. Aquí es donde la institución determina: ¿qué se hará,
quién lohará, cómo lo hará, y cuándo lo hará? Se diseñará una estrategia que
contenga un conjunto de acciones que se apliquen en el ahora para la construcción del
mejor futuro para la organización.Jordi Serra (2009) comenta que una vez determinada
la estrategia, es necesario:
A diferencia del análisis de tendencias, que tiene como objetivo la extrapolación del pasado
en el futuro, la prospectiva trata de construir el porvenir (el futuro), no de predecirlo: trae la
reflexión sobre el futuro al presente mediante la analogía y la metáfora; interpreta el pasado
y orienta el presente con una visión del futuro novedosa.
Actualmente, la prospectiva atraviesa por una etapa de renovación tanto teórica como
aplicativa, lo que ha implicado integrar críticamente el bagaje conceptual que las ciencias
sociales han elaborado durante el siglo XX. Asimismo, derivado de esta reflexión
epistemológica, se ha incorporado al discurso prospectivo la participación colectiva en las
decisiones para construir un futuro común.
La prospectiva es una ciencia imprecisa y un arte (de la conjetura) que tiene por objeto
el futuro. Un objeto plástico que permite anticiparse. Sus preguntas anclas son: ¿dónde
estoy?, ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy? Al contestarlas nos permiten configurar
escenarios, relatos sobre lo que pudiera suceder si todo sigue igual, si empeora o si
mejora. Ello posibilita construir el porvenir a partir de evitar la catástrofe y resolver las
tendencias negativas. Este proceso de construir lo deseable posible es en sí mismo
estratégico y además anticipatorio. Permite que las personas y sus organizaciones dejen
de ser reactivas y pasen a ser proactivas. La prospectiva es, por tanto, no sólo un
instrumento para planear, sino un instrumento para innovar, para crear y, finalmente,
para construir “el mejor de los futuros posibles”.
Todas las cosas se crean dos veces: primero en la mente y luego en la realidad. Primero
es el diseño mental y luego el físico; sin embargo, el diseño mental se divide en dos: el
diseño estratégico, que es la visión de futuro y que no tiene más límite que nuestra
imaginación y creatividad (respetando algunas restricciones que se aclaran más
adelante), y el diseño lógico, que tiene que ver con las restricciones políticas, legales,
económicas, sociales. En otras palabras, el diseño estratégico es el futuro deseable y el
diseño lógico es el futuro alcanzable. El no distinguir entre esos dos tipos de futuros es
lo que explica el fracaso de muchos proyectos de planeación estratégica.
La Planeación Prospectiva y Estratégica incluye cinco dimensiones, ya que con una que
falle pondremos en riesgo el proyecto o fracasarán nuestros intentos. Esas cinco
dimensiones son:
1. Visión de Futuro.
2. Gestión de Conocimiento.
3. Diagnóstico.
Esas cinco dimensiones nos dicen hacia dónde vamos, de qué modelo de conocimiento
partimos, en dónde estamos, qué debemos hacer y cómo vamos a medir nuestro
avance.
1. Visión de Futuro
Es saber qué queremos, a dónde nos dirigimos, qué vamos a hacer, por qué y para qué.
Se señaló anteriormente que todas las cosas se crean dos veces: primero en nuestra
mente y luego en la realidad. Primero viene el diseño mental y luego el físico. Sin
embargo, la Visión de Futuro se divide en dos:
El Diseño Estratégico o Visión de Futuro sólo tiene que cumplir con cuatro requisitos:
1. Ser un sueño o un ideal muy alto, mientras más alto mejor, pero que esté relacionado
con las búsquedas del ser humano. Mientras nuestro sueño esté más conectado con
esas grandes búsquedas de la humanidad, más apoyo y sustentación tendrá. Además,
los seres humanos valemos en función del tamaño de nuestros sueños. 154 Planeación
Prospectiva En tanto nuestros sueños sean más grandes, más valemos. Pero los
sueños no se deben quedar en sueños, en utopías, sino que debemos ser capaces de
convertirlos en realidad, tal como dijo Alejandro Magno: “la grandeza de un ser humano
se mide entre la desproporción dolorosa que existe entre los sueños que se propone
alcanzar y la fuerza que le dieron los dioses al nacer para lograrlos”. Pero ¿cuáles son
esas grandes búsquedas del ser humano? Según los griegos clásicos: la verdad, la
bondad y la belleza, así como el poder y la riqueza. Los griegos crearon una gran
civilización basada en la verdad, la bondad y la belleza, pero nuestra civilización
occidental le ha dado más valor al poder y a la riqueza. La verdad es el conocimiento,
la tecnología, el saber cómo. La bondad es la compasión y el amor por los demás. La
belleza es el arte, la estética. El poder es la seguridad, la libertad. La riqueza son los
bienes materiales, el dinero, los recursos. Aunque también lo podemos observar desde
el lado negativo, ya que parte del sueño del ser humano es escapar de los flagelos como
la mentira, la maldad, la fealdad o la contaminación, la muerte, la impotencia, la pobreza,
la guerra, etcétera. Lo primero que debemos hacer es analizar cómo conecta nuestro
sueño, nuestra visión de futuro, nuestro ideal o nuestro proyecto, con las búsquedas del
ser humano o con el escapar de los flagelos. Mientras más conecte con estas
búsquedas, decíamos, nuestro sueño tendrá más sustentación.
2. El segundo requisito o restricción es que nuestro sueño no viole ninguna de las leyes
del universo en el que habitamos, ya que debemos alinearnos a las leyes del tiempo,
del espacio, de la materia y de la energía. Por ejemplo, no podemos proyectar una visión
de futuro para 1900 porque el tiempo sólo va para adelante, ésa es una de las leyes del
tiempo (”la flecha del tiempo”, como le llaman los físicos). Tampoco podemos plantear
el don de la ubicuidad, es decir, estar en dos lugares al mismo tiempo. O no podemos
proponer la desaparición o creación de la materia, porque ésta no se crea ni se destruye,
sino sólo se transforma. O no podemos inventar un móvil eterno, ya que las leyes de la
termodinámica nos dicen que todo sistema avanza hacia la entropía, es decir, hacia la
desorganización de la energía y la materia. Si encontramos una restricción universal de
tiempo, espacio, materia o energía, entonces eso hará inválido nuestro sueño, Si no
encontramos ninguna, entonces podemos seguir adelante. Aquí la regla es buscar para
no encontrar.
3. El tercer requisito o restricción es que nuestra visión de futuro debe de estar alineada
con nuestro gobernador humano, es decir, con nuestros principios, paradigmas,
motivaciones 155 Planeación Prospectiva y valores. Si nuestra visión viola un principio
fundamental, como la verdad, la libertad, la seguridad, la lealtad, el respeto, etcétera,
entonces esa visión se hará inválida, o si va en contra de nuestras creencias o
paradigmas, o si no está de acuerdo con nuestros incentivos o motivaciones como el
amor, el interés, el miedo, sueños o las necesidades, o si va en contra de nuestra
jerarquía de valores (la familia, la religión, la salud, el bienestar, el conocimiento, la
patria, el Estado de Derecho, etcétera).
4. El cuarto requisito de nuestra visión de futuro es que cumpla con las restricciones
particulares, que de acuerdo a Michel Hammer deben ser el argumento pro acción y pro
visión, es decir, tener un porqué y un para qué poderosos que nos obliguen o motiven a
realizar esa visión de futuro. De acuerdo con Russell Ackoff, debe ser tecnológicamente
viable y operativamente sustentable; en otras palabras, que exista o podamos crear la
tecnología y que si esa visión llega a nacer pueda sobrevivir. Por ejemplo, el Concord
era un avión supersónico tecnológicamente viable, pero que se volvió operativamente
insustentable. El ejemplo contrario sería la comunicación telepática que podría ser
operativamente muy sustentable, pero que en la actualidad es tecnológicamente
inviable, aunque desde el punto de vista científico nos digan que sí es posible. Como se
puede observar, a la Visión de Futuro Estratégica no le importan las restricciones
políticas, legales, económicas, sociales o ecológicas ya que se entiende que todas éstas
son superables.
En cambio, las restricciones de las búsquedas del ser humano, las restricciones
universales, las restricciones del gobernador humano y las restricciones particulares, se
consideran insuperables. Cabe advertir que para construir una Visión de Futuro que
tenga representatividad y legitimidad debemos seguir los siete Mecanismos para la
Construcción de una Visión de Futuro:
1. Mecanismos de consenso.
3. Mecanismo de difusión.
4. Mecanismo de transminación.
5. Mecanismo de participación.
6. Mecanismo de gestión.
Una vez que tenemos nuestra Visión de Futuro, entonces debemos cotejarla con el
marco de restricciones políticas, legales, económicas, sociales y ecológicas, y
desarrollar una agenda estratégica para ver cómo las vamos a enfrentar y superar, hasta
que convirtamos nuestra visión de futuro en un Marco Formal, el cual está compuesto
de cuatro componentes: el Marco Consensual, el Marco Legal, el Marco Institucional y
el Marco Presupuestal.
Todo proyecto o toda institución, toda empresa u organización, para operar requiere de
ese Marco Formal. El Marco Consensual nos dice cómo se logran los acuerdos, los
convenios, cómo se toman decisiones, qué se decide y qué no y quién lo decide. En una
empresa, el Marco Consensual depende tanto del Consejo de Administración como de
la Dirección General, pero también pueden participar los gerentes, los expertos e incluso
los operativos, cada quien en su nivel y cada quien de acuerdo con el conocimiento del
asunto o tema.
Después necesitamos el Marco Legal. De hecho, atrás de toda ley existe un consenso
explícito o no explícito, visible o no visible. Las leyes son acuerdos consensuales o
deberían serlo. Toda institución requiere un marco normativo; en el caso de un país, una
Constitución; en el caso de una empresa, un Acta Constitutiva, leyes, reglamentos,
normas, códigos de ética, etcétera.
El Marco Legal lo traducimos en un Marco Institucional. Una ley sin institución no sirve
de nada, así como tampoco una Institución sin Ley. El Marco Institucional se compone
de los organigramas, jerarquías, departamentos, procesos, manuales de organización y
procedimientos, instalaciones, etcétera.
Los otros recursos son las materias primas, la tecnología, el espacio, el tiempo, etcétera.
Como podemos observar, el Marco Formal es la antípoda o lo contrario al Marco de
Restricciones. Si nuestra Visión de Futuro está alineada al Marco Formal, será una
garantía de éxito; si no, debemos desarrollar la Agenda Estratégica para cerrar la brecha
entre el Marco Formal y el Marco de Restricciones
Cabe advertir que la Planeación Estratégica “va colgada” del Marco Formal. El diseño
lógico no puede escapar de ese Marco. Cualquier cosa que desarrollemos fuera de ese
marco, entonces nos generará problemas políticos o consensuales, legales o judiciales,
institucionales o jerárquicos o económico-financieros. Actuar fuera del marco formal
puede implicar incluso la cárcel o problemas de rompimiento de una sociedad. Nosotros
no construimos la Planeación Estratégica a partir de la Visión de Futuro, sino del Marco
Formal. Esta es la prueba de ácido. Si nosotros colgamos la Planeación de la Visión de
Futuro, de nuestros sueños, posiblemente no tendremos sustento consensual, legal,
institucional o económico para llevarla a cabo. Y si nosotros limitamos nuestra Visión de
Futuro al Marco Formal, entonces esa Visión de Futuro nacerá muerta, porque el Marco
Formal pertenece al presente y no al futuro. Este es un error que cometen sobre todo
los burócratas que han aprendido a no soñar, a no salirse del manual, a no ver dos
centímetros más allá de sus narices... Ya decíamos antes, se vale soñar, y mientras
más grande soñemos, más vivos estaremos y más valdremos como seres humanos y
como organizaciones. Sin embargo, para convertir esos sueños en realidades debemos
sujetarnos en el Marco Formal, y si no nos gusta, debemos desarrollar una Agenda
Estratégica para transformar nuestro Marco de Restricciones en iniciativas de
consensos o reformas legales, institucionales y presupuestales.
4. Gestión del Cambio Para ello requerimos la cuarta dimensión, la Gestión del
Cambio, la cual implica la reingeniería personal, es decir, cómo una persona se
alinea a los principios de efectividad personal, que según Stephen R. Covey son:
• Tener un fin en mente.
• Ser proactivos.
• Poner primero lo primero.
• Renovarnos mental, física, emocional, social y espiritualmente. Si logramos la
efectividad personal, será posible que nos integrmos a equipos de alto
rendimiento, para lo cual requeriremos alinearnos a otros principios de
efectividad grupal o social: 160 Planeación Prospectiva
• Primero escuchar.
• Establecer relaciones ganar-ganar.
• Lograr una visión común.
• Lograr la sinergia o trabajo en equipo.
• La renovación colectiva.
La Gestión del Cambio es la dimensión donde ocurren las cosas, porque como
asegura el general Gordon Sullivan, quien realizó la reingeniería del ejército
norteamericano, una corporación con más de un millón 400 mil efectivos que se
redujeron un 40% y con un presupuesto de 65 mil millones de dólares que se redujo
un 30% después de la caída del Muro de Berlín: “la esperanza no es un método”. Si
queremos que las cosas cambien, tenemos que hacerlas cambiar, con cambios
personales, en equipo y organizacionales.
http://www.sagres.org.br/artigos/pleneacion.pdf
https://docplayer.es/44166636-Planificacion-estrategica-y-prospectiva-estrategica-cual-
es-la-diferencia.html