Вы находитесь на странице: 1из 2

ESTUDIO DE CASO

“Una paciente joven, estudiante de ciencias pedagógicas, trajo al análisis el


siguiente sueño: “Veía una estatua precolombina; era una cabeza que estaba
dentro de estómago o abdomen de otra persona, la cavidad era muy clara. La
pieza precolombina era cómo un Tumaco. La veía y me gustaba, me parecía
interesante pero me daba mucho temor; era cómo algo misterioso; había algo
miedoso de negro”.

La paciente asoció en la siguiente forma: “Las estatuas precolombinas me gustan,


me atraen; es algo que uno descubre del pasado de un mismo; son objetos
valiosos; ahora cuesta mucho.

Yo he ido a los museos y he visto muchas estatuas; las estatuas romanas y las
griegas son perfectas; las Venus son como mujeres que no han tenido hijos, son
vírgenes como yo. No recuero haber visto estatuas antiguas con huesos; en las
precolombinas he visto varias veces la maternidad. La estatua del sueño es como
alguna que he visto. La maternidad…

Cuando niña, pensaba que los niños estaban dentro del estómago o en el
abdomen, que salían por el hueco del ombligo y que tenían que operar a la mamá,
que le salía mucha sangra y que era algo muy doloroso; finalmente, que les
quedaba un hueco, un vacío por dentro; toda esa era mi fantasía; vine a saber
cómo era cuando ya estaba mayorcita.

Cuando me vino la regla, en ese momento era como tener un bebé. La estatua del
sueño es como un embarazo. Yo quiero tener un bebé, estar embarazada, eso
será maravilloso, pero también es algo misterioso, oscuro, por que no lo conozco,
no sé cómo será. Tener un hijo dentro es algo que se tiene, que se es uno y otro al
mismo tiempo, que es independientemente; cuando sale, será también, en parte,
una prolongación de uno mismo.

“Volviendo a la estatua del sueño, es como una persona, yo, dentro de la cavidad
de la madre pero en el sueño era claro y no oscuro. Yo creo que cuando uno está
dentro, primero es todo negro, como un caos, es una confusión.

“Aquí en el análisis, uno se mete dentro de este recinto, de este cuarto, dentro de
uno mismo, pero también dentro del analista, o igualmente el analista se mete
dentro de uno. El interés que tengo por la escultura precolombina y la historia es,
como aquí, por mí misma; quizás yo tenga ancestros precolombinos y aquí uno
descubre sus raíces indígenas.
No sé por qué en el sueño puse la estatua de Tumaco; pienso que he visto la
estatua en algún lugar. Para mí Tumaco es algo misterioso, nunca he estado allí;
allá hay negros y dicen que las playas tiene arena negra; es algo miedoso, pero
también debe haber en el fondo muchas cosas bellas que uno no conoce; es
miedo y amor al mismo tiempo. No sé por qué pienso en los negros y en los
caníbales.

El hueco de la estatua no sólo puede ser el útero, sino la boca y el estómago; es


como si se comieran los bebes y cayeran al estómago. Recuerdo el mito de
Cronos según el cual el padre se comía a los hijos, y también el cuento de
Caperucita Roja en el que se la come el lobo y luego la saca el labrador del
estómago; también pienso en el de Alicia en el país de la maravillas, cuando se
cayó en ese espacio y encontró una y mil maravillas; eso es el estómago, el
interior de uno, el inconsciente que a uno le da miedo; es algo terrorífico, pero
atractivo y misterioso”.”

Вам также может понравиться