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Dennis Geovanni Lobo García

Carnet: 11-1673-2017
Reinaldo Antonio Rivas Mercado
Filosofía Sección 11

ENSAYO CRÍTICO DE LA POLITICA SALVADOREÑA SEGÚN LA TEORIA


POLITICA DE T. MAQUIAVELO Y EL LIBERALISMO

En este ensayo se utilizan dos conceptos: gobernabilidad y democracia, de forma


operativa, es decir, como instrumentos que nos ayuden a medir la capacidad del gobierno
para dar respuesta a los problemas económicos, sociales y políticos del país. La
pregunta que sirve como guía es ¿existe gobernabilidad y democracia en El Salvador?

La gobernabilidad es la capacidad de los sistemas democráticos para aprobar,


poner en práctica y mantener decisiones necesarias para resolver los problemas sociales
de un país1. El concepto de democracia que utilizamos es tomado de la doctrina política,
concebida como una forma de vida en sociedad, que enarbola los valores de respeto a
los derechos humanos, la protección de las libertades civiles, de los derechos
individuales, la igualdad de oportunidades en la vida política, económica y cultural de la
sociedad.

El descrédito de los políticos y de la política. Los políticos han caído en una


crisis de credibilidad. El descrédito particular se extiende en general a la política. Es
frecuente escuchar de los ciudadanos respecto a los políticos “no luchan por los demás
sino por sus propios intereses” “se han alejado de la gente” “todos son iguales”, “no
trabajan” “no hay oportunidad para los jóvenes” etc. Con estas expresiones despectivas
se descalifica los políticos de manera personal y, por extensión, a la política en general.

Esta percepción negativa de la población hacia los políticos es derivada, entre


otras acciones, de los actos de corrupción que se han conocido, del uso y abuso de los
recursos del Estado por parte de ciertos políticos, promesas incumplidas etc. Por otra
parte, la “campaña sucia” en los periodos electorales de algunos partidos políticos que
deja ver: un déficit teórico en los análisis, una ausencia de propuestas concretas a los
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problemas que angustian a la población y estas acciones acrecienta el grado de


polarización de la sociedad.

El gobierno de la República reconoce que “superar esta polarización es uno de los


mayores desafíos nacionales, porque al no haber acuerdos básicos sobre el tipo de
sociedad y de país que se quiere, hay poco espacio para la definición de políticas de
Estado y la consecuente construcción de certidumbre institucional. Sin embargo en la
práctica sigue reinando la desconfianza, el diálogo poco transparente y los partidos
políticos son las principales instituciones que fomentan la polarización. Sin duda, los
políticos han caído en un desprestigio social y, actualmente, son los menos confiables
en la sociedad salvadoreña.

Podemos concluir que las decisiones que se han tomado para solucionar los
problemas más urgentes de la población como: la violencia, la economía y el empleo, no
han dado buenos resultados, al contrario, la población opina que la situación ha
empeorado.

En relación a la política, se siguen observando las mismos rostros antiguos, y los


pocos jóvenes que surgen no parece que obedecen a una apertura de los partidos
políticos; sino a un marketing electoral, es decir, atraer votos para conservar y
prolongarse en el poder. Los derechos humanos, la protección de las libertades civiles,
los derechos individuales, la igualdad de oportunidades en la vida política, económica y
cultural, la impunidad etc., siguen siendo temas pendientes.

Se reconoce que se hacen esfuerzos, pero son insubstanciales. Las políticas que
se requieren para revertir la situación angustiosa que vive la mayor parte de la población
actual tienen que apuntar a la estructura, es el sistema el que está en crisis. La
gobernabilidad y la democracia, condición imprescindible, sigue pendiente.

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