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ANALISIS

En el presente trabajo se analiza el caso “Aymarazo se analiza a partir del contexto en


que se desarrolló el denominado “Aymarazo”, que estos últimos días estába llenando la
página de muchos diarios y medios de comunicación, a partir del análisis de la familia
como protectora de derechos fundamentales a vivir en un medio ambiente sano y si se
vulnera otros derechos fundamentales y como consecuencia se dio el caso “Aymarazo”,
caso ocurrido en la ciudad de Puno, a través de la revisión de diferentes informes y
Jurisprudencia, sentencia y otros documentos, llegándose así a la conclusión de que
existe vulneración del derecho fundamental que tiene toda persona a gozar de un medio
ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida.
Uno de los aspectos más importantes para la vida de los aymaras está en relación a su
saber andino como conocimiento que está en relación a sus valores y creencias
ancestrales: por cuanto, para ellos los cerros “Apus” se constituyen como los guardianes
tutelares de custodia de su vida y su cosmovisión andina; es decir de su cultura.
Además, que consideran que la tierra y las especies de flora y fauna tienen vida propia,
de ahí su relación magnifica con la “Pachamama” que le da sus frutos no sólo para su
subsistencia en relación a sus necesidades básicas de alimentación sino algo más
místico y espiritual.
Se analizará sobre; conciencia y papel de la mujer en el “Aymarazo”, en donde le permita
desarrollarse en los distintos ámbitos, en donde ya no sea una más, sino “parte de”.
II. CONTENIDO
RECUENTO HISTÓRICO
En el Perú estos conflictos socio-ambientales se dieron durante las llamadas reformas
estructurales que se dieron durante la década de los noventas en el Perú, a partir de
ello una serie de cambios en los marcos institucionales y normativos abrió las puertas a
la inversión privada y a la instauración de la lógica de mercado como la principal
asignadora de los recursos. El estado de haber tenido un rol protagónico en la economía
y el ordenamiento de lo social, pasó a un rol básicamente regulador. En efecto, la
economía inició un crecimiento sostenido basado en ciertos sectores, sobre todo
extractivos y en particular alrededor de la explotación minera e hidrocarburífica. A par
de esta fase expansiva de la economía, se abrió también un escenario nuevo con la
particularidad y persistente presencia de los denominados conflictos socio ambiental.
Pero antes de desarrollar el artículo, es necesario precisar que el estado peruano a
través del Decreto Supremo N° 083-2007-EM, declara de interés público la inversión
privada en la actividad minera y otorga concesión minera “Santa Ana” que se encuentra
dentro de los 50 km de la frontera con Bolivia a favor de la empresa Bear Creek Mining
Company Sucursal en Perú, en los distritos de Huacullani, Kelluyo y Pizacoma
pertenecientes a la provincia de Chucuito - Juli.
CONTEXTO
Según el diario La República, durante los últimos años las concesiones mineras en Puno
han aumentado de manera importante, y se ha convertido en la segunda región,
después de Arequipa con más concesiones.
En los últimos días, uno de los temas que ha llenado las páginas de muchos diarios y
medios de comunicación puneños, ha sido la sentencia dictada en el proceso penal del
caso “Aymarazo”.
Es así que el 9 de mayo del 2011 las comunidades aymaras de Puno emprenden su
lucha en defensa de sus recursos naturales, para ellos considerado como fuente de vida
y producción.
En este contexto se emitió la sentencia que condenó a Walter Aduviri (en su calidad de
dirigente) como autor inmediato de lo ocurrido en aquel momento. Esto constituye una
afectación y enfrenta a los derechos de los pueblos indígenas, quienes solo buscaron
por medio de las protestas defender los derechos que la constitución política del Estado
Peruano les había reconocido en el ejercicio de sus derechos.
ANÁLISIS SOCIAL
Las comunidades campesinas, y por ende el poblador aymara, está íntimamente
vinculado a la defensa de su territorio y los recursos naturales considerándolo como
fuentes vitales de sobrevivencia y producción, y en caso esto se encuentre en riesgo o
amenaza harán lo necesario por asumir actos de defensa, organizándose para evitar tal
acontecimiento. Están tan arraigados a su cosmovisión y su forma de vida que si
tratamos de modificar esto, se estaría afectando los derechos de los pueblos indígenas
y todo lo avanzado tendría un retroceso irreparable.
Las consecuencias a nivel social se dieron desde un lado racista, despectivo y
discriminatorio, tildando a todos los aymaras como revoltosos, matones, agresivos e
irrespetuosos, generando así tipificaciones despectivas perjudicando su integridad.
Además, la familia sufrió daños y consecuencias irreparables afectando su composición
y organización como tal, se generó descomposición y quiebre en su organización dentro
de ella. Entendiéndose que la familia es la primera institución con la que entra en
contacto todo ser humano, pues aún antes del nacimiento vive en primera persona el
efecto de la relación materno-filial. De tal forma que, desde el inicio de la existencia
humana, las funciones prodigadas por la familia respecto de sus miembros son
insustituibles y fundamentales.
Dichas funciones no sólo cubren los aspectos materiales (alimentación, vivienda,
medicamentos, entre otros) de las necesidades de sus miembros, sino también los
aspectos espirituales (educación, solidaridad, afecto, seguridad, comunicación,
atención, seguridad, socialización, etc.). Es sobre todo en relación a estos últimos, que
la familia se convierte más que en un conglomerado de personas con funciones
meramente asistenciales, en una comunidad de amor y de vida en la que cada uno de
sus miembros se siente acogido, respaldado y seguro.
En ese sentido, el ambiente familiar proporciona al ser humano los bienes necesarios
para desarrollarse adecuadamente y previene o corrige las situaciones que puedan
afectar dicho desarrollo. De esta manera, son los padres quienes ostentan la
responsabilidad primordial de la crianza, orientación y protección de los niños y niñas,
quienes para desarrollarse integralmente necesitan del entorno familiar y del ambiente
de felicidad, amor y comprensión que se vive dentro de él; siendo, en consecuencia, los
primeros obligados en resguardar el respeto y primacía del interés superior del niño y
niña en las situaciones que lo involucran.

En el caso “Aymarazo” las familias sufrieron atropellos que entorpecieron su rol de


padres, en muchos de los casos los padres salieron de sus viviendas dejando a su
familia en desamparo y velando por la defensa de sus recursos naturales, también hubo
hechos de separación y divorcios que desintegraron la familia.
También se generó daños a nivel psicológico afectando o alterando su convivencia en
la familia y comunidad limitando la participación en estos espacios en la cual la familia
debe participar como institución intermedia entre el individuo y la sociedad, es la
comunidad que, a través de la solidaridad como forma de vida, protege y educa a sus
miembros para su proyección en la vida social. Y ésta conjunción de funciones es una
labor que sólo puede ser cumplida naturalmente por ella y que no puede ser sustituida
sin que lleve consigo una afectación para sus miembros.
Se ha denominado como: “Aymarazo” este hecho social, en alusión y la relación en
analogía como movimiento social (que por cierto tiene matices diferentes) de lucha de
reivindicación social del “Baguazo” de nuestros hermanos de la región del oriente
peruano. El conflicto social generado por nuestros paisanos aymaras del sur de nuestra
región Puno tiene una explicación percibida desde motivaciones culturales, económicas,
ecológicas y sociales hasta políticas; que, por cierto, ha traído consecuencias en las
mismas dimensiones.
Uno de los aspectos más importantes para la vida de los aymaras está en relación a su
saber andino como conocimiento que está en relación a sus valores y creencias
ancestrales: por cuanto, para ellos los cerros “Apus” se constituyen como los guardianes
tutelares de custodia de su vida y su cosmovisión andina; es decir de su cultura.
Además, que consideran que la tierra y las especies de flora y fauna tienen vida propia,
de ahí su relación profunda con la “Pachamama” que le da sus frutos no sólo para su
subsistencia en relación a sus necesidades básicas de alimentación sino algo más
místico y espiritual.
Este movimiento social terminó en radicalizar sus medidas y estrategias de lucha al
enterarse que su Dios tutelar, estaba incluido dentro de los lotes de concesión para la
exploración y explotación minera que afecta incluso al país de Bolivia. Este lugar que se
constituye “sagrado” dentro de su cultura no sólo resulta ser un Dios tutelar, sino les
provee a varias comunidades campesinas y centros poblados de varios distritos de la
región sur del líquido elemental agua tanto para su consumo como para sus actividades
agropecuarias, además esto afecta al vecino país de Bolivia, porque en Huacullani se
encuentra varias cabeceras de agua que desembocan en la zona fronteriza.
Esencialmente ésta es la causa que dio origen al movimiento social de los aymaras que
terminó con consecuencias negativas de dimensiones económicas, sociales y políticas
que todos sabemos.
PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN EL CASO “AYMARAZO”
En la actualidad se habla bastante sobre toma de decisiones y participación de la mujer
en espacios políticos, económicos, ambientales, sociales, culturales, entre otras. Así es
capaz de emprender nuevos retos que la lleven a ejercer sus derechos y velar porque
estos sean respetados y valorados en el conjunto social. A través de la participación de
la mujer, se promueve una cultura equitativa e incluyente para fortalecer los distintos
espacios existentes y contribuir a mejorar las condiciones de vida y satisfacción de
necesidades de los grupos más excluidos, trabajando en conjunto para legitimar la
participación activa y viva de la mujer poniendo en práctica su papel en los procesos de
desarrollo.

Específicamente en el caso “aymarazo” muchas mujeres indígenas encabezaron a sus


comunidades en la lucha por la defensa de sus territorios y sus recursos naturales,
oponiéndose a los proyectos de extracción no reglamentados y a los acaparamientos
de tierras realizados en nombre del “desarrollo”. Bajo el ejercicio de sus derechos.
A partir del 2011 hubieron más de 100 personas en investigación, pero solo 19 fueron
procesados por el caso aymarazo y 2 de ellos fueron mujeres ex autoridades comunales
que en ese momento se encontraban sirviendo a su comunidad. Ellas son: Francisca
Sarmiento Choque de la Comunidad de Cumi y Gregoria Calisaya Pineda de la
Comunidad de Santa Cruz de Ariguas del sector Huanuni, ambas del distrito de
Desaguadero – Puno.
En la actualidad (2018), a pesar que las mujeres aymaras han sido absueltos (libres) del
proceso judicial luego de 7 años de litigio en el juzgado de la capital de la región, a lo
largo de estos años se demostró su inocencia de las que acusaba el Estado peruano,
pero aún quedan las secuelas que han dañado sus vidas en lo económico, psicológico,
salud, estigma social, daño a la organización comunal, quebrantamiento en la
cosmovisión Andina y la identidad de la cultura Aymara. Estos daños deben ser
reparados por parte del Estado peruano.
Sin embargo, la pregunta que se hace es ¿las mujeres realmente participan en estas
protestas por la defensa de sus recursos naturales o son manipuladas para cumplir
actividades domésticas? La pregunta la hago porque escuche a muchas personas decir;
“las mujeres solo van a cumplir labores domésticas”
En este caso me atrevo a decir que las mujeres si tuvieron un rol protagónico y
participativo en la defensa de sus recursos naturales, porque en las movilizaciones y
paros que se realizó, se observa bastante participación de ellas, tomando la iniciativa,
desplazándose a los lugares que sea necesario para defender sus recursos naturales y
explicando la razón de su protesta, en esta línea y viendo videos de medios de
comunicación local y nacional se puede ver que muchas mujeres pernoctaron en las
calles para ser escuchados, un ejemplo de ello fue cuando viajaron a la capital de Lima
sin ni siquiera haberlo planificado, solo con el claro objetivo de ser escuchados. Ellas
firmes en la defensa de sus recursos y cosmovisión.
A partir de ello se debe hacer un llamado a la reflexión en donde las mujeres adquieran
confianza en ellas mismas para promover su participación en el ámbito político y por lo
tanto buscar su desarrollo personal y realización como “mujer” que tome decisiones, que
se involucre en los distintos procesos y que sea partícipe de su propio desarrollo,
dejando atrás los paradigmas que la envuelven en un contexto donde se le clasifica
como grupo vulnerable y desprotegido.
La mujer puede asumir un papel que le permita desarrollarse en los distintos ámbitos,
en donde ya no sea una más, sino “parte de”, en donde la mujer tenga la oportunidad
de mejorar sus condiciones económicas, en donde tenga acceso a un trabajo digno y a
capacitarse, que se compartan responsabilidades familiares, que las mujeres adquieran
conciencia y que eleven sus niveles de autoestima y seguridad en sí mismas. Esto solo
se logra a través de su participación real, protagónica e incidencia en espacios de toma
de decisiones políticas.
Por lo tanto, es imperativo impulsar acciones que promuevan la participación
protagónica de las mujeres a nivel social y político. Para eso las mujeres deben ser
capaces de expresar sus necesidades y defender sus intereses en el ámbito privado y
ampliarse al público. Los proyectos de desarrollo deben contribuir y estimular la
autonomía de las mujeres promoviendo el desarrollo de capacidades que les permitan
ejercer sus derechos como ciudadanas y sujetas políticas de cambio. Asimismo,
producir el empoderamiento de las mujeres que permita su involucramiento en los
procesos de participación social y el ejercicio de derechos y ciudadanía.
Es importante dar el primer paso para la participación de las mujeres, motivándolas a
involucrarse en los distintos procesos económicos, sociales, culturales y políticos de la
sociedad, que permitan la igualdad, generando el involucramiento de las mujeres en el
campo de la política, dando a conocer la temática y abriendo espacios de formación,
diálogo, debate, concertación y participación, ejerciendo los derechos como ciudadanas.
III. CONCLUSIONES
Las comunidades campesinas, y por ende el poblador aymara, está íntimamente
vinculado a la defensa de su territorio y los recursos naturales considerándolo como
fuentes vitales de sobrevivencia y producción, para ellos “suma jakaña”.
El caso “Aymarazo” tuvo una fuerte carga discriminatoria y despectiva, tildándolos de
vándalos, asesinos, revoltosos e irrespetuosos.
En este caso la familia sufrió daños y consecuencias irreparables que afectaron y/o
quebrantaron su composición y organización como tal, dentro de ella.
Uno de los aspectos más importantes para la vida de los aymaras es “suma jakaña” la
cual está en relación a su saber andino como conocimiento que está en relación a sus
valores y creencias ancestrales: por cuanto, para ellos los cerros “Apus” se constituyen
como los guardianes tutelares de custodia de su vida y su cosmovisión andina; es decir
de su cultura.
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Bigio, Isacc. (2002). Ilave: Linchamiento de Alcalde. Publicado en
http://www.bolpress.com/isaacbigio.php?Cod=2002080655
Elvira Adriana Huanca Quispe, (2017). La otra cara del aymarazo. Instituto de
Investigación Jurídica Remigio Cabala Pino. Puno – Perú. Extraído el 14 de mayo del
2018 de: http://institutodeinvestigacionremigiocabala.blogspot.pe
Derechos Humanos y Medio Ambiente, (22 de mayo de 2018). Conflicto socioambiental
Aymara. Puno – Perú [Archivo de video]. Extraído el 14 de mayo del 2018 de:
https://youtu.be/eZ9pUHf4480
Derechos Humanos y Medio Ambiente, (22 de mayo de 2018). La verdad de las mujeres
indígenas procesadas del caso aymarazo. Puno – Perú [Archivo de video]. Extraído el
14 de mayo del 2018 de https://youtu.be/DL8SFq4qWdk

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