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Época: Décima Época

Registro: 2005331
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 2, Enero de 2014, Tomo IV
Materia(s): Civil
Tesis: XVIII.4o.12 C (10a.)
Página: 2980

APELACIÓN. PROCEDE ESTE RECURSO CONTRA LA SENTENCIA SI EXISTIÓ UNO INTERMEDIO EN UN


JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL, A PESAR DE LA REFORMA A LOS ARTÍCULOS 1339 Y 1340 DEL
CÓDIGO DE COMERCIO, PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL NUEVE DE
ENERO DE DOS MIL DOCE.

Los artículos 1339 y 1340 del Código de Comercio, con anterioridad a la reforma publicada en el
Diario Oficial de la Federación el nueve de enero de dos mil doce, estatuían la procedencia del
recurso de apelación contra las resoluciones dictadas durante el procedimiento y las sentencias
que recayeran en negocios cuyo valor excediera de doscientos mil pesos por concepto de suerte
principal; y con motivo de su entrada en vigor el uno del mes y año de su publicación, dicho
recurso sólo procede contra resoluciones cuya suerte principal sea mayor a quinientos mil pesos.
Ahora, si en un juicio ejecutivo mercantil se hizo valer un recurso de apelación intermedia con
anterioridad a la reforma aludida, atendiendo a que la cuantía del negocio principal era superior a
doscientos mil pesos, entonces resulta inconcuso que la apelación intermedia, preventiva, hace
recurrible la resolución que se dicte en el asunto principal, aunque ésta se dicte después de la
reforma legal que alude a los quinientos mil pesos, porque tales medios de impugnación
conforman una unidad, por el simple hecho de que la tramitación del primero de ellos, depende
de la recurribilidad de la sentencia, en atención a que, si bien tales preceptos son de carácter
procesal, por estatuir un medio ordinario de defensa, lo cierto es que debe prevalecer a favor del
gobernado el principio de no retroactividad de la ley, que establece que cuando iniciados los
juicios se alteran los requisitos y elementos esenciales de la acción ejercitada, o se limitan sus
defensas, no puede aplicarse una ley nueva que le perjudique; hipótesis de retroactividad
considerada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la tesis aislada LI/89,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo IV, Primera Parte, julio a
diciembre de 1989, página 111, de rubro: "RETROACTIVIDAD. EL ARTÍCULO 426, FRACCIÓN I, DEL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL NO ES RETROACTIVO." (con
número de registro IUS 205922). En ese contexto, el medio ordinario de defensa contra la
sentencia debe regirse conforme al texto de las normas vigentes al momento de la interposición
de uno intermedio, en la etapa procesal respectiva, porque el supuesto permitido por la ley se
actualizó al amparo de aquéllas en la etapa procesal, al hacerlo valer y ser legalmente admitido
por ser apelable la sentencia dictada en el asunto. Máxime que el decreto en cita no puede hacer
nugatorio el derecho de los apelantes a una segunda instancia hecha valer con anterioridad a su
vigencia; sostener lo contrario, implicaría reconocer que las apelaciones intermedias deben
tramitarse y resolverse de manera independiente, contra el texto legal, y que la sentencia es
irrecurrible, es decir, que existe la segunda instancia para el trámite y no así para la resolución,
pues no obstante que no debe romperse la regla genérica de que, sin importar la naturaleza o
materia de la nueva ley, no deben aplicarse las normas procesales en forma retroactiva, porque
dada la naturaleza especial, éstas se agotan en fases y que, a la fecha en que entran en vigor,
deben aplicarse a los asuntos en trámite; sin embargo, esa aplicación debe hacerse sobre derechos
no adquiridos, aun dada la fase en que se encuentre el proceso; se insiste, aplicar la norma vigente
al caso concreto, hace nugatorio el derecho a una segunda instancia, tanto en el procedimiento,
como respecto de la sentencia, lo que implica una violación a los derechos de audiencia
contenidos en el párrafo segundo del artículo 14 y de acceso a la justicia estatuido en el diverso
17, ambos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO OCTAVO CIRCUITO.

Amparo directo 570/2012. Marcos Vargas Ramírez y otra. 13 de diciembre de 2012. Unanimidad
de votos. Ponente: Juan José Franco Luna. Secretaria: Cristina Reyes León.

Esta tesis se publicó el viernes 17 de enero de 2014 a las 13:02 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época


Registro: 2002886
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XVII, Febrero de 2013, Tomo 2
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: XVI.3o.C.T.3 C (10a.)
Página: 1498

RECURSO DE APELACIÓN DE TRAMITACIÓN CONJUNTA CON LA DEFINITIVA, PREVISTA EN EL


ARTÍCULO 1341 DEL CÓDIGO DE COMERCIO (ANTERIOR A LAS REFORMAS DE ENERO DE DOS MIL
DOCE), AUN Y CUANDO ES JURÍDICAMENTE PROCEDENTE CONTRA EL ACUERDO QUE DESAPRUEBA
UNA DILIGENCIA DE REQUERIMIENTO DE PAGO, EMBARGO Y EMPLAZAMIENTO, DENTRO DE UN
JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL, MISMO QUE CONSTITUYE UN ACTO CUYOS EFECTOS SON DE
IMPOSIBLE REPARACIÓN, AL NO PODER SER MATERIA DE ANÁLISIS EN LA SENTENCIA QUE SE
PUDIERA LLEGAR A EMITIR, NO ES UN RECURSO ACCESIBLE Y EFECTIVO PARA RESTITUIR AL
INTERESADO EN EL GOCE DE SUS DERECHOS QUE ESTIMA FUERON VIOLADOS, LO QUE HACE QUE
NO SEA IDÓNEO PARA UNA IMPARTICIÓN DE JUSTICIA PRONTA, COMPLETA E IMPARCIAL, COMO
LO PREVÉ TANTO EL ARTÍCULO 17 CONSTITUCIONAL, COMO EL 25 DE LA CONVENCIÓN
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.

El artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dispone que toda
persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para
ello, en los plazos y términos que fijen las leyes, quienes deberán emitir sus resoluciones de
manera pronta, completa e imparcial. Asimismo, ha sido criterio de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, que en términos del artículo 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en todo procedimiento debe existir un recurso judicial sencillo y rápido o cualquier otro
recurso efectivo contra actos que se estimen violatorios de derechos fundamentales; entonces, el
recurso de apelación preventiva previsto en el precepto 1341 del Código de Comercio, que
procede contra un acuerdo que desaprueba una diligencia de requerimiento de pago, embargo y
emplazamiento, dentro de un juicio ejecutivo mercantil, al ser de tramitación conjunta con el que,
en su caso, pudiera promoverse contra la sentencia definitiva correspondiente, no es útil ni idóneo
para restituir al interesado en el goce de sus derechos fundamentales que estima violados, por no
ser de aquellos que se resuelven en un plazo prudente, lo que es contrario a la garantía de acceso
a la justicia eficaz, pronta y expedita, contenida en el citado artículo 17, porque tendría que
esperarse hasta la conclusión del juicio para que sea resuelta; por tanto, al tratarse de un acto
emitido dentro de un juicio mercantil, cuya ejecución es de imposible reparación, resulta
procedente el juicio de amparo indirecto, al actualizarse una excepción al principio de
definitividad, por no ser la apelación preventiva un medio de impugnación efectivo para modificar,
revocar o nulificar el acto reclamado, en un tiempo que se estime prudente.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 44/2012. 27 de septiembre de 2012. Mayoría de votos. Disidente: José Juan
Trejo Orduña. Ponente: José de Jesús Ortega de la Peña. Secretario: Ubaldo Díaz Infante Márquez.

Época: Décima Época


Registro: 2001302
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XI, Agosto de 2012, Tomo 2
Materia(s): Civil
Tesis: I.3o.C.13 C (10a.)
Página: 1755
DERECHO FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA JUSTICIA. EL ARTÍCULO 1171 DEL CÓDIGO DE
COMERCIO ES VIOLATORIO DE ÉSTE.

El artículo 17 de la Constitución Federal establece el derecho de toda persona a acudir a los


tribunales del Estado Mexicano para que se le administre justicia. Por su parte, el artículo 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos prevé que todo individuo tiene derecho a un
recurso sencillo y rápido. Ambos dispositivos consagran el derecho fundamental de acceso a la
justicia o tutela judicial efectiva. Pues bien, tanto la Suprema Corte de Justicia de la Nación como
la Corte Interamericana de Derechos Humanos han coincidido en que para respetar, en forma
plena, el derecho fundamental en comento, el Juez debe garantizar que la sentencia que llegue a
dictarse podrá materializarse en el mundo fáctico. De no ser así, la tarea jurisdiccional sería
ilusoria. Es decir, de nada serviría dictar una sentencia si ésta no podrá cumplirse. En
consecuencia, los Jueces deben utilizar todos los medios a su alcance para asegurar la
materialización del fallo. Entre esos medios se encuentran las providencias precautorias, las cuales
fueron implementadas por el legislador para evitar que surjan obstáculos que dificulten o impidan
la ejecución de la condena. Pues bien, el artículo 1171 del Código de Comercio prohíbe la
aplicación de otras medidas precautorias distintas al arraigo y al secuestro. Al establecer dicha
prohibición, el referido dispositivo impone límites a la obligación del Juez de garantizar el
cumplimiento de la sentencia, lo cual es injustificable. Esto, porque el Juez debe salvaguardar un
derecho fundamental y, por esa razón, puede acudir a la totalidad de los medios previstos en el
orden normativo para ese efecto. Así, la actuación del Juez no puede limitarse a dos providencias
específicas, sino que éste podrá acudir a cualquier medida prevista en el derecho civil, dentro del
cual se ubica el derecho mercantil, que estime eficaz para asegurar la materia del juicio, según la
naturaleza de los derechos reclamados. De ahí que este Tribunal Colegiado de Circuito se aparte
del criterio sostenido en la tesis I.3o.C.623 C, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta en junio de dos mil siete, Tomo XXV, página 1130, de la Novena Época.

Amparo en revisión 253/2011. Víctor M. González García. 14 de octubre de 2011. Unanimidad de


votos. Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Secretario: Arturo Alberto González Ferreiro.

Nota: Esta tesis se aparta del criterio sostenido por el propio tribunal en la diversa I.3o.C.623 C, de
rubro: "PROVIDENCIAS PRECAUTORIAS EN MATERIA MERCANTIL, SU REGULACIÓN ESPECIAL NO
ADMITE SUPLETORIEDAD DE LA LEY ADJETIVA LOCAL O FEDERAL."

Por instrucciones del Tribunal Colegiado de Circuito, la tesis que aparece publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro VIII, Tomo 2, mayo de 2012,
página 1860, se publica nuevamente con la modificación en el texto que el propio tribunal ordena.

Época: Décima Época


Registro: 2000771
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro VIII, Mayo de 2012, Tomo 2
Materia(s): Constitucional
Tesis: I.3o.C.13 C (10a.)
Página: 1860

DERECHO FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA JUSTICIA. EL ARTÍCULO 1171 DEL CÓDIGO DE


COMERCIO ES VIOLATORIO DE ÉSTE.

El artículo 17 de la Constitución Federal establece el derecho de toda persona a acudir a los


tribunales del Estado Mexicano para que se le administre justicia. Por su parte, el artículo 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos prevé que todo individuo tiene derecho a un
recurso sencillo y rápido. Ambos dispositivos consagran el derecho fundamental de acceso a la
justicia o tutela judicial efectiva. Pues bien, tanto la Suprema Corte de Justicia de la Nación como
la Corte Interamericana de Derechos Humanos han coincidido en que para respetar, en forma
plena, el derecho fundamental en comento, el Juez debe garantizar que la sentencia que llegue a
dictarse podrá materializarse en el mundo fáctico. De no ser así, la tarea jurisdiccional sería
ilusoria. Es decir, de nada serviría dictar una sentencia si ésta no podrá cumplirse. En
consecuencia, los Jueces deben utilizar todos los medios a su alcance para asegurar la
materialización del fallo. Entre esos medios se encuentran las providencias precautorias, las cuales
fueron implementadas por el legislador para evitar que surjan obstáculos que dificulten o impidan
la ejecución de la condena. Pues bien, el artículo 1171 del Código de Comercio prohíbe la
aplicación de otras medidas precautorias distintas al arraigo y al secuestro. Al establecer dicha
prohibición, el referido dispositivo impone límites a la obligación del Juez de garantizar el
cumplimiento de la sentencia, lo cual es injustificable. Esto, porque el Juez debe salvaguardar un
derecho fundamental y, por esa razón, puede acudir a la totalidad de los medios previstos en el
orden normativo para ese efecto. Así, la actuación del Juez no puede limitarse a dos providencias
específicas, si no que éste podrá acudir a cualquier medida prevista en el derecho civil, dentro del
cual se ubica el derecho mercantil, que estime eficaz para asegurar la materia del juicio, según la
naturaleza de los derechos reclamados.
.

Amparo en revisión 253/2011. Víctor M. González García. 14 de octubre de 2011. Unanimidad de


votos. Ponente: Víctor Francisco Mota Cienfuegos. Secretario: Arturo Alberto González Ferreiro.

Nota:

Por instrucciones del Tribunal Colegiado de Circuito, esta tesis se publicó nuevamente con la
modificación en el texto que el propio tribunal ordenó, para quedar como aparece publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XI, Tomo 2, agosto de 2012,
página 1755, con el rubro: "DERECHO FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA JUSTICIA. EL ARTÍCULO
1171 DEL CÓDIGO DE COMERCIO ES VIOLATORIO DE ÉSTE."

Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 415/2012, de la que derivó
la tesis jurisprudencial 1a./J. 27/2013 (10a.) de rubro: "PROVIDENCIAS PRECAUTORIAS EN
MATERIA MERCANTIL. CUANDO LA SOLICITUD DE LA MEDIDA NO SE FUNDA EN LOS CASOS QUE
PREVÉ EL ARTÍCULO 1168 DEL CÓDIGO DE COMERCIO, LA RESTRICCIÓN CONTENIDA EN EL
ARTÍCULO 1171 DE LA MISMA LEY PARA DICTARLAS, NO IMPIDE LA APLICACIÓN SUPLETORIA DE
LAS MEDIDAS DE ASEGURAMIENTO PREVISTAS EN LOS NUMERALES 384 A 388 DEL CÓDIGO
FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS CIVILES (ABANDONO PARCIAL DE LAS TESIS 1a. LXXIX/2007 Y 1a.
LXXXI/2007)."

Nota: Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 415/2012, de la que
derivó la tesis jurisprudencial 1a./J. 27/2013 (10a.) de rubro: "PROVIDENCIAS PRECAUTORIAS EN
MATERIA MERCANTIL. CUANDO LA SOLICITUD DE LA MEDIDA NO SE FUNDA EN LOS CASOS QUE
PREVÉ EL ARTÍCULO 1168 DEL CÓDIGO DE COMERCIO, LA RESTRICCIÓN CONTENIDA EN EL
ARTÍCULO 1171 DE LA MISMA LEY PARA DICTARLAS, NO IMPIDE LA APLICACIÓN SUPLETORIA DE
LAS MEDIDAS DE ASEGURAMIENTO PREVISTAS EN LOS NUMERALES 384 A 388 DEL CÓDIGO
FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS CIVILES (ABANDONO PARCIAL DE LAS TESIS 1a. LXXIX/2007 Y 1a.
LXXXI/2007)."

Época: Novena Época


Registro: 167646
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXIX, Marzo de 2009
Materia(s): Civil
Tesis: II.4o.C.36 C
Página: 2842

RECURSO DE APELACIÓN EN MATERIA MERCANTIL. APLICABILIDAD DE LA JURISPRUDENCIA 1a./J.


28/2008, A LOS ARTÍCULOS 1336, 1339 Y 1344 DEL CÓDIGO DE COMERCIO, VIGENTES A PARTIR
DEL DIECISÉIS DE JULIO DE DOS MIL OCHO.

El legislador, al emitir el decreto por el cual reforma y adiciona diversas disposiciones del Código
de Comercio, publicado en el Diario Oficial de la Federación el diecisiete de abril de dos mil ocho,
con relación al recurso de apelación, introdujo como figura jurídica la apelación preventiva. Por
tanto, de la interpretación conjunta de los artículos 1336, 1339 y 1344 del citado código vigentes a
partir del dieciséis de julio de dos mil ocho, se advierte que tratándose de violaciones procesales
deben impugnarse durante el curso del procedimiento mediante la apelación preventiva y
resolverse conjuntamente con la apelación que se interponga en contra de la sentencia definitiva,
siempre y cuando se reitere la violación mediante el agravio respectivo. En el caso de que la alzada
estime fundadas las violaciones procesales aducidas en la apelación preventiva y éstas trasciendan
al fondo del juicio, dejará insubsistente la sentencia definitiva, regresando los autos originales al
inferior, para que éste reponga el procedimiento y las repare en los términos que ordena la
resolución del superior. En el supuesto de que el tribunal de apelación considere infundadas o
improcedentes las violaciones procesales alegadas en la apelación preventiva, el tribunal de alzada
estudiará y resolverá la procedencia o no de los agravios expresados en contra de la definitiva. En
consecuencia, la jurisprudencia 1a./J. 28/2008, publicada en la página 343 del Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVII, junio de 2008, de voz: "VIOLACIONES
PROCESALES. NO ES PROCEDENTE ANALIZARLAS EN EL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO EN
CONTRA DE LA SENTENCIA DEFINITIVA DE PRIMERA INSTANCIA, EN MATERIA MERCANTIL.", no
pugna con el nuevo marco procesal que regula el recurso de apelación, pues la materia del recurso
de apelación preventiva será el auto, interlocutoria o resolución dictada en el procedimiento. En
tanto que el objeto del recurso de apelación que se interponga en contra de la sentencia definitiva
de primera instancia tendrá como objetivo confirmar, revocar o modificar la sentencia dictada en
primera instancia, lo cual implica únicamente analizar las violaciones cometidas en su dictado, esto
es, los errores u omisiones cometidos al dictarse la sentencia apelada, mas no examinar
cuestiones extrañas a dicho objeto, como lo son las violaciones procesales cometidas durante el
desarrollo del procedimiento, motivo de la apelación preventiva.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 957/2008. Leopoldo Arana Ontiveros. 4 de diciembre de 2008. Unanimidad de


votos. Ponente: José Martínez Guzmán. Secretaria: Mónica Saloma Palacios.

Época: Novena Época


Registro: 170217
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXVII, Febrero de 2008
Materia(s): Civil
Tesis: IX.2o.47 C
Página: 2366

PROVIDENCIA PRECAUTORIA MERCANTIL. LA PARTE EMPLAZADA A JUICIO CONTRA QUIEN SE


DECRETA, DEBE AGOTAR LA RECLAMACIÓN INCIDENTAL PREVISTA EN LOS ARTÍCULOS 1187 A 1192
DEL CÓDIGO DE COMERCIO, PREVIO AL EJERCICIO DE LA ACCIÓN CONSTITUCIONAL.

La parte demandada que ha sido debidamente emplazada a un juicio mercantil y que produjo su
contestación esto es, que ya se ha integrado a la relación procesal, no puede ser considerada
como una tercera extraña por equiparación en el procedimiento incidental derivado de aquel en el
cual se decretó un embargo precautorio en su contra, bajo la consideración de que no fue llamada
a la incidencia de mérito, ya que tal circunstancia atiende a la naturaleza propia de las medidas
precautorias las cuales, al no constituir actos privativos, no se rigen por la garantía de previa
audiencia para su imposición, de conformidad con lo establecido por el Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia P./J. 21/98, publicada en la página 18,
Tomo VII, marzo de 1998, Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de
rubro: "MEDIDAS CAUTELARES. NO CONSTITUYEN ACTOS PRIVATIVOS, POR LO QUE PARA SU
IMPOSICIÓN NO RIGE LA GARANTÍA DE PREVIA AUDIENCIA.". Por otro lado, acorde con los
artículos 1187 al 1192 del Código de Comercio, toda persona contra quien se haya pronunciado
una providencia precautoria puede reclamarla incidentalmente en cualquier tiempo hasta antes
del dictado de la sentencia definitiva. En tal contexto, es inconcuso que la reclamación que
establecen los artículos de mérito, constituye un medio ordinario de defensa que tiene como
finalidad modificar, revocar o nulificar la medida provisional la cual, doctrinalmente, se clasifica
como un remedio procesal cuya pretensión es corregir los actos y resoluciones judiciales ante el
propio Juez que los ha dictado. Por tanto, en estricto acatamiento al principio de definitividad que
rige el juicio de garantías, previo a la impetración de la acción constitucional contra una medida
precautoria mercantil, debe agotarse la reclamación que como medio ordinario de defensa prevé
la ley de la materia, y en la cual se pueden alegar las violaciones procedimentales que se hubieran
generado durante el dictado de la providencia precautoria, como son el cuestionamiento de las
pruebas ofrecidas para justificar la necesidad de la medida provisional o acreditar que el derecho
que se tiene para gestionarla no es el idóneo para ello, o bien, que no se ajusta a los requisitos
legales.

Amparo en revisión 283/2007. Comercializadora Médica Evolución, S.A. de C.V. 28 de noviembre


de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Juana María Meza López. Secretario: José Luis Caballero
Rodríguez.

Época: Novena Época


Registro: 171225
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXVI, Octubre de 2007
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 141/2007
Página: 46

CITACIÓN PARA SENTENCIA EN MATERIA MERCANTIL. ANTE LA OMISIÓN DEL JUEZ DE DICTAR EL
AUTO RESPECTIVO, LAS PARTES TIENEN QUE EXIGÍRSELO, SO PENA DE QUE OPERE EL PLAZO PARA
LA CADUCIDAD.

Conforme al artículo 1407 del Código de Comercio, presentados los alegatos o transcurrido el
término para ello, previa citación y dentro del término de ocho días, se pronunciará la sentencia,
independientemente de que las partes lo pidan o no. Esto no significa que la actividad de los
contendientes culmina con la formulación de los alegatos, dados los términos precisos del
segundo párrafo del artículo 1076 del mismo ordenamiento, que dispone que la caducidad de la
instancia opera de pleno derecho, cualquiera que sea el estado del juicio, desde el primer auto
que se dicte en el mismo y hasta la citación para oír sentencia. De esta disposición se sigue que la
carga de las partes de dar impulso al procedimiento, so pena de que caduque la instancia, no cesa
con la formulación de los alegatos, sino que continúa en tanto el juez no dicta el auto de citación
para sentencia, de manera que si dicho funcionario no lo emite, las partes deben exigirlo.

Contradicción de tesis 68/2007-PS. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado del
Décimo Quinto Circuito y Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito. 22 de
agosto de 2007. Cinco votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretario: Miguel Bonilla
López.
Tesis de jurisprudencia 141/2007. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha veintinueve de agosto de dos mil siete.

Época: Décima Época


Registro: 2006372
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Publicación: viernes 02 de mayo de 2014 12:05 h
Materia(s): (Civil)
Tesis: I.6o.C.4 C (10a.)

PRUEBA CONFESIONAL EN EL JUICIO ORDINARIO MERCANTIL. EL ARTÍCULO 1214 DEL CÓDIGO DE


COMERCIO ES APLICABLE A ESA CLASE DE PROCEDIMIENTOS, POR LO QUE TAL MEDIO DE
CONVICCIÓN PUEDE OFRECERSE EN CUALQUIER TIEMPO DESDE LOS ESCRITOS DE DEMANDA Y
CONTESTACIÓN Y HASTA DIEZ DÍAS ANTES DE QUE CONCLUYA EL PERIODO PROBATORIO.

De acuerdo con el artículo 1214 del Código de Comercio, la prueba confesional puede ofrecerse
desde los escritos de demanda y su contestación, y hasta diez días antes de la audiencia de
pruebas; sin embargo, pese a que el referido ordenamiento no prevé en ninguna parte la
celebración de una audiencia específica de pruebas dentro del juicio ordinario mercantil, el
invocado artículo 1214 sí resulta aplicable a esa clase de procedimientos, en tanto que, de los
motivos que impulsaron la reforma procesal relativa al Código de Procedimientos Civiles para el
Distrito Federal y del Código de Comercio, publicada en el Diario Oficial de la Federación el
veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y seis, se sigue que fue intención del legislador
dar a la prueba confesional un tratamiento privilegiado, en la medida que dicho medio de
convicción pudiera ofrecerse en cualquier momento, hasta antes de que feneciera el periodo
probatorio. Lo anterior es así, porque del artículo 393 del Código de Procedimientos Civiles para el
Distrito Federal, aplicado supletoriamente al Código de Comercio, se advierte que con la recepción
de las pruebas en la audiencia de ley fenece el periodo probatorio pues, de acuerdo con el
dispositivo en cita, una vez que se concluye con el desahogo de las pruebas, se iniciará con el
periodo de alegatos. Entonces, ese mismo tratamiento resulta eficaz para determinar cuál es el
momento a que se hace referencia en el citado artículo 1214, para el ofrecimiento de la prueba
confesional, esto es, que en materia mercantil, al igual que sucede en la civil, debe realizarse con
una anticipación de diez días antes de que concluya el periodo probatorio. Lo anterior resulta
congruente con la naturaleza de los juicios mercantiles en los que, a diferencia de la legislación
local del Distrito Federal, no se prevé una audiencia de pruebas. Pese a ello, al igual que ocurre
con los juicios de naturaleza civil, en los mercantiles sí existe un periodo probatorio que si bien no
fenece en una audiencia de desahogo de pruebas y alegatos, sí tiene precisado el momento en
que concluye, para proceder enseguida con el periodo de alegatos. Asimismo, esta interpretación
resulta congruente con el propósito del legislador al reformar el precepto en estudio, que lo fue en
el sentido de conservar cierto privilegio para la confesional, pero sin dejar de lado la intención
fundamental que inspiró dicha reforma, que fue la de evitar el retardo en el procedimiento. En esa
medida, debe concluirse que la prueba confesional en el juicio ordinario mercantil puede ofrecerse
desde los escritos de demanda y contestación y hasta diez días antes de que fenezca el periodo
probatorio, en términos del señalado artículo 1214 del Código de Comercio.

Amparo directo 911/2012. Desarrolladora de Ilusiones, S.A. de C.V. 3 de abril de 2013. Unanimidad
de votos. Ponente: Fernando Rangel Ramírez. Secretario: Arturo Morales Serrano.

Esta tesis se publicó el viernes 02 de mayo de 2014 a las 12:05 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época


Registro: 2006373
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Publicación: viernes 02 de mayo de 2014 12:05 h
Materia(s): (Civil)
Tesis: I.6o.C.1 C (10a.)

PRUEBA CONFESIONAL EN EL JUICIO ORDINARIO MERCANTIL. NO EXISTE ANTINOMIA ENTRE LOS


ARTÍCULOS 1214 Y 1383 DEL CÓDIGO DE COMERCIO, SINO QUE SE COMPLEMENTAN EN LO
RELATIVO A LA OPORTUNIDAD DE SU OFRECIMIENTO.

El primero de los preceptos en cita establece una regla especial atinente a la oportunidad del
ofrecimiento de la prueba confesional, al señalar que ese medio de convicción puede ofrecerse
desde los escritos de demanda y su contestación, y hasta diez días antes de la audiencia de
pruebas. Por su parte, el segundo regula la duración del periodo probatorio y la forma en que éste
se subdivide para el ofrecimiento y desahogo de las pruebas que ofrezcan las partes, pues en el
párrafo primero de dicho precepto, se indica que según la naturaleza y calidad del negocio, el Juez,
de oficio o a petición de parte, abrirá el juicio a prueba por un término que no podrá exceder de
cuarenta días, de los cuales, los diez días primeros serán para ofrecimiento y los treinta siguientes
para desahogo de pruebas. En esas circunstancias, de la lectura de ambos preceptos se estima que
el artículo 1214 contiene una norma especial que regula específicamente la oportunidad en la que
puede ofrecerse la prueba confesional, a la que le da un tratamiento privilegiado, al señalar que
ésta puede proponerse en cualquier tiempo, desde los escritos que fijan la litis y hasta diez días
antes de la audiencia de pruebas, regla que es aplicable a toda clase de juicios mercantiles -de ahí
su generalidad-; mientras que el artículo 1383 es una norma que trata respecto del periodo
genérico de prueba que debe fijarse en todo juicio ordinario mercantil, esto es, la temporalidad de
la fase probatoria y la forma en que ésta se subdivide a efecto de que las partes contendientes
estén en aptitud de ofrecer, preparar y desahogar las pruebas que consideren pertinentes; por lo
que no existe contradicción ni antinomia entre dichas disposiciones, sino que, por el contrario, se
complementan, específicamente en lo relativo a la oportunidad del ofrecimiento de la prueba
confesional.

Amparo directo 911/2012. Desarrolladora de Ilusiones, S.A. de C.V. 3 de abril de 2013. Unanimidad
de votos. Ponente: Fernando Rangel Ramírez. Secretario: Arturo Morales Serrano.

Esta tesis se publicó el viernes 02 de mayo de 2014 a las 12:05 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época


Registro: 2005598
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo III
Materia(s): Civil
Tesis: I.11o.C.44 C (10a.)
Página: 2580

PRUEBA CONFESIONAL EN MATERIA MERCANTIL. ES LEGAL SU DESAHOGO AUN CUANDO EL


ABSOLVENTE COMPAREZCA DESPUÉS DE INICIADA LA AUDIENCIA, PERO ANTES DE QUE EXISTA
UNA DECLARATORIA DE CONFESO FÍCTAMENTE.

De los artículos 1213, 1214, 1215, 1216, 1217 y 1224, entre otros, del Código de Comercio, se
obtiene que es obligación del absolvente de posiciones presentarse a la audiencia respectiva. A su
vez, conforme al numeral 1232 del propio ordenamiento legal, uno de los supuestos para declarar
confeso fíctamente al absolvente, es aquel cuando no comparece a la audiencia en que se
desahogará la prueba a su cargo. Sin embargo, ni ese precepto ni algún otro del citado código,
señalan qué ocurre cuando el absolvente no está presente al inicio de la audiencia pero
comparece durante su desahogo y previo a la declaratoria de confeso. Al respecto, y en una
interpretación pro homine, no debe declarársele confeso al absolvente por la circunstancia de no
haber estado presente al inicio de la audiencia celebrada sobre el particular, en razón de que si
bien el que no acude a la cita debe ser declarado confeso de las posiciones que se califiquen de
legales, ello únicamente tiene cabida cuando la incomparecencia es absoluta, o bien, si el
interesado llega cuando ya fue declarado confeso. Luego, es ilegal la declaratoria de confeso
cuando quien ha de absolver posiciones se apersona a la audiencia en el momento en que el
juzgador ha abierto el sobre que contiene las posiciones o inclusive las ha calificado, pero aún no
se ha emitido la declaratoria de confeso; ya que la forma de proceder en ese supuesto, es que se
tenga al absolvente por presente y se proceda al desahogo de la prueba confesional. Lo anterior,
en aras de evitar que, por formulismos, se impida a las partes ejercer a plenitud su derecho de
defensa.

DÉCIMO PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 508/2013. Hilario Álvarez Vargas. 27 de septiembre de 2013. Unanimidad de


votos. Ponente: Indalfer Infante Gonzales. Secretario: Tomás Zurita García.

Esta tesis se publicó el viernes 14 de febrero de 2014 a las 11:05 horas en el Semanario Judicial de
la Federación.

Época: Décima Época


Registro: 2004558
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XXIV, Septiembre de 2013, Tomo 3
Materia(s): Civil
Tesis: I.3o.C.123 C (10a.)
Página: 2648

PRUEBA CONFESIONAL EN MATERIA MERCANTIL. REQUISITOS DE LAS POSICIONES PARA OBTENER


UNA CALIFICACIÓN DE LEGALIDAD FAVORABLE.

La prueba confesional es un elemento de convicción que tiene por objeto la aceptación o


reconocimiento de una de las partes respecto de la veracidad de un hecho que se le imputa a
quien debe responder y, por lo mismo, es susceptible de generar consecuencias jurídicas en su
contra. Para su desahogo tiene como base fundamental las posiciones que son las aseveraciones
que se formulan de manera verbal o escrita de los hechos que pretenden demostrarse o
desvirtuarse. Cada ley procesal puede indicar los requisitos que debe reunir una posición para que
pueda considerarse legalmente formulada; en materia mercantil el artículo 1222 del Código de
Comercio, contiene como primer exigencia para una posición, el que se formule en términos
precisos, lo que es acorde con la esencia de la prueba confesional que busca la aceptación de un
hecho o varios hechos propios del absolvente, respecto de los que su contraparte intenta su
demostración; por lo que si se requiere esa aceptación, la formulación debe ser específica,
describiendo el hecho propio del absolvente redactado de manera clara y concreta. También se
establece que para que se tenga por legal una posición es que las formuladas no sean insidiosas; al
respecto, la legislación mercantil no define qué es lo que debe entenderse por una posición
insidiosa, con lo cual el legislador cumple cabalmente con su tarea, puesto que el uso del lenguaje
llano o técnico dependerá de la naturaleza y finalidad de la propia norma, y es al Juez que aplica la
ley al que le concierne determinar ese significado; máxime que si el legislador tuviera que definir
cada uno de los términos que emplea, la ley se convertiría en una especie de diccionario o
enciclopedia. Además, el legislador en otros ordenamientos procesales como en el Código Federal
de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria al de Comercio, ha definido cuándo se debe
tener por insidiosa y establece que una posición es insidiosa cuando se dirige a ofuscar la
inteligencia del que ha de responder, es decir, busca confundir al absolvente. Una segunda
característica es que tenga por objeto obtener una confesión contraria a la verdad, esas dos
particularidades son las que pueden definir una posición insidiosa; lo que implica que por su
contenido la posición no es clara ni precisa; su redacción es tan contradictoria que produce
confusión en las ideas, o turbación; de modo que al aceptar una parte que parece lógica y cierta,
tenga que aceptarse otra parte que si se redactara por separado o de otra manera, podría
deslindarse con un sí o un no. Otro requisito necesario para que se declare legalmente formulada
una posición consiste en que contenga un solo hecho, y que éste sea propio del que declara. La
literalidad llevaría a establecer que basta que la posición contenga más de un hecho, para que no
se calificara de legal; pero atendiendo a la finalidad de la confesión, cuya naturaleza y objeto tiene
por base de un lado la buena fe del que articula las posiciones y, de la otra, la buena fe del que
responde, con la implicación de honorabilidad y fidelidad a la verdad, que conlleva negar o aceptar
ante un Juez la veracidad de un hecho, con la consecuencia legal de incurrir en falsedad, permite
establecer que en la realidad procesal resulta necesario admitir que también pueden formularse
dos o más hechos en una misma posición, por la íntima relación existente entre los hechos a
demostrar, y porque no habría obstáculo para afirmarse o negarse ambos. Finalmente, como toda
prueba, se requiere que los hechos a demostrar y contenidos en las posiciones, tengan relación
con la materia de la litis, lo que es un elemento común de todo medio de convicción.

Amparo en revisión 246/2012. Naval Mexicana, S.A. de C.V. 6 de septiembre de 2012. Unanimidad
de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretaria: Nora de Dios Sánchez.
Época: Décima Época
Registro: 2004561
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XXIV, Septiembre de 2013, Tomo 3
Materia(s): Civil
Tesis: I.3o.C.125 C (10a.)
Página: 2651

PRUEBA PRECONSTITUIDA PARA EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN EJECUTIVA.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha sostenido que una acción puede ser preparada a
través de medios preparatorios. Para el caso del juicio ejecutivo mercantil, la preparación consiste
en configurar el título ejecutivo, agregando a un documento algún requisito que le falte, como su
autenticidad o el carácter líquido de la deuda y su exigibilidad; o bien, la confesión judicial, expresa
o tácita, plena de la existencia del adeudo en una cantidad cierta, líquida y exigible. Se trata de
constituir una prueba fehaciente, ya que la base de la acción mencionada es la existencia de un
título ejecutivo, el cual debe contener todos los elementos que se requieren para el ejercicio de la
acción ejecutiva, como son el consignar la obligación de una suma de dinero, que la cantidad sea
líquida o fácilmente liquidable y exigible, o sea, de plazo vencido y que no se halle sujeta a
condición, pues la ausencia de cualquiera de estas condiciones hace inhábil el título para la
ejecución. Para la procedencia de la vía ejecutiva se requiere un título que traiga aparejada
ejecución, debido a que éste forma prueba preconstituida, que no está dirigida a que se declaren
derechos dudosos o controvertidos, sino llevar a efecto los que han sido reconocidos por un título
de tal fuerza que constituye una presunción de que el derecho del actor se legitimó y está
suficientemente probado para que se atienda y a que el demandado oponga, así como pruebe sus
defensas. Al respecto, el artículo 1391 del Código de Comercio dispone que la vía ejecutiva
mercantil tiene lugar siempre que la demanda se funde en documentos que traigan aparejada
ejecución, y específicamente en la fracción III de dicha disposición se señala a la confesión judicial
efectuada según el artículo 1288 del mismo código, cuando "... haga prueba plena y afecte a toda
la demanda, cesará el juicio ordinario, si el actor lo pidiere así, y se procederá en la vía ejecutiva.".
En tal virtud, esa confesión debe reconocer la existencia de una deuda cierta, líquida y exigible,
condiciones éstas que son esenciales en el título ejecutivo, pues no se puede despachar la
ejecución cuando el título no es ejecutivo por no contener en sí la prueba preconstituida de esos
tres elementos.

Amparo en revisión 246/2012. Naval Mexicana, S.A. de C.V. 6 de septiembre de 2012. Unanimidad
de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretaria: Nora de Dios Sánchez.

Época: Décima Época


Registro: 2000635
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro VII, Abril de 2012, Tomo 2
Materia(s): Civil
Tesis: VI.1o.C.5 C (10a.)
Página: 1890

PRUEBA PERICIAL EN MATERIA MERCANTIL. LA AUDIENCIA DONDE DEBE INTERROGARSE A LOS


PERITOS, NO ES OFICIOSA, SINO QUE ELLO ESTÁ SUPEDITADO A QUE UNA DE LAS PARTES LA
SOLICITE.

Si se considera que el artículo 1258 del Código de Comercio dispone que en la audiencia los peritos
serán interrogados por aquel que la solicite o los colitigantes que la hayan pedido, trae consigo
que aun cuando existe el derecho de las partes a interrogar a los expertos y la consecuente
obligación del juzgador para hacerlos comparecer, ello está supeditado a que una de las partes lo
solicite; a dicha conclusión se arriba, si se atiende al principio dispositivo que rige el procedimiento
mercantil, conforme al cual, el ejercicio de la acción, el desarrollo del proceso, los límites de la
acción y la actividad del Juez se regulan principalmente por las partes contendientes; principio que
radica en que dependen de las partes el inicio y la continuidad del proceso hasta su fin.

Amparo directo 447/2011. 10 de noviembre de 2011. Mayoría de votos. Disidente: Enrique Zayas
Roldán. Ponente: Eric Roberto Santos Partido. Secretaria: Araceli Zayas Roldán.

Época: Décima Época


Registro: 160209
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro VI, Marzo de 2012, Tomo 2
Materia(s): Civil
Tesis: VI.1o.C.165 C (9a.)
Página: 1295

PERITOS TERCEROS EN DISCORDIA EN EL JUICIO MERCANTIL. SU DICTAMEN NO DEBE LIMITARSE


AL CUESTIONARIO FORMULADO POR EL OFERENTE DE LA PRUEBA (INAPLICABILIDAD DE LA
JURISPRUDENCIA 2a./J. 36/2000).

De los preceptos que regulan la prueba pericial y, concretamente, del artículo 1255 del Código de
Comercio se advierte que cuando los dictámenes rendidos por los peritos nombrados por las
partes resulten sustancialmente contradictorios, de modo que el Juez considere que no es posible
encontrar conclusiones que le aporten elementos de convicción, dicho juzgador podrá designar un
perito tercero en discordia. Por tanto, atendiendo a que la discordia se produce en el momento en
que existe una oposición o desavenencia de voluntades u opiniones, el nombramiento de dicho
perito tercero constituye la última fase del desahogo de la prueba pericial y, por ello, dicho
profesional tiene como función ilustrar al Juez, aclarando las cuestiones oscuras de los otros
peritajes rendidos, sin resolver en abstracto el problema planteado, sino atendiendo a las
respuestas dadas por los otros peritos, declarando motivado éste, sobre la discordia generada en
sentido técnico y no como árbitro, aportando los elementos adicionales necesarios a efecto de
ilustrar al Juez para que pueda resolver, con base en sus conocimientos, los cuestionarios de las
partes, y debe acreditar tener conocimiento en la ciencia, técnica o arte sobre el cual versará su
dictamen y estar autorizado para emitirlo, protestar su desempeño, y rendir su dictamen, al no
existir motivo para establecer que esté sujeto a un régimen procesal distinto del que atañe a los
peritos de las partes; lo anterior no se contrapone con el criterio sustentado por la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 57/99, que dio
lugar a la jurisprudencia 2a./J. 36/2000, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XI, abril de 2000, página 163, de rubro: "PRUEBA PERICIAL EN EL
JUICIO LABORAL. EL PERITO TERCERO EN DISCORDIA DEBE RENDIR SU DICTAMEN SUJETÁNDOSE
AL CUESTIONARIO FORMULADO POR EL OFERENTE DE LA PRUEBA.", toda vez que la cuestión
debatida se analizó a la luz de la legislación laboral y el estudio se concretó a determinar si los
peritos terceros en discordia deben contestar el interrogatorio que formularon las partes para los
peritos que ofrecieron, o limitarse a contestar un cuestionario diverso, sin establecer que su
función fuera dictaminar sujetándose al cuestionario formulado por el oferente de la prueba, de lo
que se sigue que es inaplicable al criterio que sustenta la Sala.

Amparo directo 195/2011. Semmaterials México, S. de R.L. de C.V. 16 de junio de 2011.


Unanimidad de votos. Ponente: Enrique Zayas Roldán. Secretario: Roberto Alfonso Solís Romero.
Nota: La parte conducente de la ejecutoria relativa a la contradicción de tesis 57/99 citada,
aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XI,
mayo de 2000, página 671.

Época: Décima Época


Registro: 160955
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro I, Octubre de 2011, Tomo 3
Materia(s): Civil
Tesis: VI.2o.C. J/331 (9a.)
Página: 1478

APELACIÓN EN MATERIA MERCANTIL. PROCEDE CONTRA EL PROVEÍDO EN EL QUE EL PERITO


NOMBRADO ACEPTA Y PROTESTA EL CARGO CONFERIDO, ASÍ COMO CONTRA AQUEL EN QUE SE
ADMITE SU DICTAMEN.

En contra del proveído en el que el perito nombrado por alguna de las partes, en un juicio
ejecutivo mercantil, acepta y protesta el cargo conferido, así como en contra de aquel que admite
su dictamen procede el recurso de apelación, en términos del artículo 1203 del Código de
Comercio, por tratarse de resoluciones dictadas en relación con la admisión de una prueba que no
reúne los requisitos que marca la ley.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 229/2007. G. Manuel Campillo Avendaño y otra. 23 de agosto de 2007.


Unanimidad de votos. Ponente: Ma. Elisa Tejada Hernández. Secretario: Crispín Sánchez Zepeda.

Amparo directo 228/2008. Arturo Alonso Sánchez y/o José Arturo del Sagrado Corazón de Jesús
Alonso y Sánchez. 31 de julio de 2008. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Armando Pallares
Valdez. Secretaria: Gabriela Guadalupe Rodríguez Escobar.

Amparo directo 489/2008. Claudia Solano Sánchez y otra. 22 de enero de 2009. Unanimidad de
votos. Ponente: Ma. Elisa Tejada Hernández. Secretaria: María del Rocío Chacón Murillo.
Amparo directo 368/2009. Atanasia Martha Beristáin Fernández. 6 de noviembre de 2009.
Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez. Secretario: Raúl Ángel Núñez
Solorio.

Amparo directo 279/2011. 8 de septiembre de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: Ma. Elisa
Tejada Hernández. Secretario: Crispín Sánchez Zepeda.

Época: Novena Época


Registro: 163039
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXXIII, Enero de 2011
Materia(s): Civil
Tesis: I.3o.C.869 C
Página: 3247

PRUEBA TESTIMONIAL EN MATERIA MERCANTIL. SU NATURALEZA JURÍDICA, OBJETO Y ALCANCE


PROBATORIO QUEDAN A LA PRUDENTE DECISIÓN DEL JUZGADOR.

La lectura del artículo 1205 del Código de Comercio evidencia que la testimonial es un medio
permitido por la ley mercantil, que en la doctrina procesal, de acuerdo a los sistemas de la
valoración de la prueba, resultan para los Jueces tres posibilidades: una, la de que se vea en la
necesidad de atribuir a la prueba el valor que la ley establece; la otra, de que libremente, según su
arbitrio, atribuya a la prueba el valor que en conciencia y sano juicio deba tener; y finalmente, la
de que dentro de ciertas limitaciones pueda libremente apreciarla en conciencia. Doctrinalmente,
cada una de estas tres posiciones ha recibido los nombres de prueba legal o tasada, de libre
apreciación de la prueba o de sistema mixto, por participar simultáneamente de las
particularidades de los dos primeros. En el primer sistema, el legislador de antemano le fija al Juez
reglas precisas y concretas para apreciar la prueba, que se traslucen en una verdadera tasa del
pensar y del criterio judicial, es decir, existe una regulación legislativa que constriñe al Juez a
reglas abstractas preestablecidas que le indican la conclusión a que debe llegar forzosamente ante
la producción de determinados medios de probar. El segundo sistema, de la libre apreciación de
las pruebas, está basado en la circunstancia de que el Juez forme su convicción acerca de la verdad
de los hechos afirmados en el procedimiento libremente, por el resultado de las pruebas, es decir,
empleando las reglas de la lógica, la experiencia y el conocimiento de la vida; se establece como
requisito obligado en este sistema la necesidad de que al valorar la prueba el Juez motive el
criterio en que basa su apreciación, consecuentemente, el sistema de que se trata no autoriza al
Juez a valorar pruebas a su capricho, o a entregarse a la conjetura o a la sospecha, sino que
supone una deducción racional partiendo de datos fijados con certeza. En ese orden de ideas, los
medios probatorios tienen una importancia esencial dado que su función es formar el
convencimiento del juzgador sobre la verdad de los hechos litigiosos, los cuales se rigen de
acuerdo con los principios de pertinencia y de utilidad; el primero de ellos implica que la prueba
debe ser idónea para llegar al conocimiento de la verdad, mientras que el segundo significa que su
empleo se justifica en la medida que conduzca a lograr lo que se pretende. La prueba testimonial
no persigue como finalidad allegar al juicio datos técnicos o especializados sobre la cuestión a
debate, pues se basa en la declaración de una persona ajena a las partes sobre los hechos
relacionados con la litis que hayan sido conocidos directamente y a través de sus sentidos, ya que
el testigo es la persona que se encontraba presente en el momento en que el hecho tuvo lugar,
teniendo el carácter de un tercero que informa al juzgador respecto a un acontecimiento
percibido sensorialmente por él. El artículo 1302 del código citado deja la apreciación de la prueba
testimonial al arbitrio del juzgador, quien no puede considerar probados los hechos sobre los que
versó cuando no haya por lo menos dos testigos en los que por su edad, capacidad e instrucción,
declaren de ciencia cierta, esto es, que hayan oído pronunciar las palabras, presenciado el acto o
visto el hecho material sobre el que deponen; que sean uniformes no sólo en la sustancia sino en
los accidentes del acto que refieren o aun cuando no convengan en éstos, que no modifiquen la
esencia del hecho y den razón fundada de su dicho. Por su parte, el artículo 1303 del propio
ordenamiento establece las circunstancias que deberá tener en cuenta el juzgador para la
valoración de dicha probanza, entre las que aquí se destaca que no exista duda ni reticencia en la
declaración del testigo. En consecuencia, la prueba testimonial en materia mercantil se rige por el
sistema de valoración mixto, en tanto se establecen reglas para tasar una parte del testimonio y
una vez satisfechos se deja al arbitrio del juzgador la determinación de su alcance probatorio
conforme al cúmulo probatorio del caso concreto existente en el procedimiento.

Amparo directo 512/2010. Brokers International, S.A. de C.V. 9 de septiembre de 2010.


Unanimidad de votos. Ponente: Benito Alva Zenteno. Secretaria: Rosa María Martínez Martínez.

Época: Novena Época


Registro: 164451
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXXI, Junio de 2010
Materia(s): Civil
Tesis: I.9o.C.172 C
Página: 995

OBJECIÓN DE DOCUMENTOS EN MATERIA MERCANTIL (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DE LA


REFORMA DE DIECISIETE DE ABRIL DE DOS MIL OCHO) APLICABILIDAD DE LA JURISPRUDENCIA
NÚMERO 1a./J. 46/2007, SUSTENTADA POR LA PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
DE LA NACIÓN, DE RUBRO: "OBJECIÓN DE DOCUMENTOS PREVISTA EN EL ARTÍCULO 1247 DEL
CÓDIGO DE COMERCIO. NO PUEDE PLANTEARSE COMO UN ACTO PROCESALMENTE VÁLIDO AL
MOMENTO DE CONTESTAR LA DEMANDA.", QUE INTERPRETA DISPOSICIONES ANTERIORES A
DICHA REFORMA.

La jurisprudencia por contradicción de tesis sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, establece una distinción en cuanto a la naturaleza de las objeciones de
documentos y precisó el momento en que procesalmente debían realizarse, atendiendo a su
naturaleza. Así, en cuanto a la objeción genérica de alcance y valor probatorio, prevista por el
artículo 1247 del Código de Comercio, sostuvo que podía plantearse únicamente dentro de los tres
días siguientes a la apertura del término de prueba, sin que pudiera hacerse válidamente al
momento de contestar la demanda; respecto del artículo 1250 de esa legislación mercantil, se dijo
que el legislador determinó regular expresamente en él la objeción de documentos por falsedad,
precisando, además, que se podía plantear desde la contestación de la demanda y hasta diez días
después de que hubiera terminado el ofrecimiento de pruebas. Ahora bien, por decreto publicado
en el Diario Oficial de la Federación el diecisiete de abril de dos mil ocho, se reformaron, entre
otros, los artículos 1247 y 1250 del Código de Comercio, a que se ha hecho alusión; el nuevo texto
del primero destaca la naturaleza de la objeción a que se refiere esa regla general, es decir, a la de
alcance y valor probatorio de los documentos, delimitando su promoción a los tres días siguientes
al en que se dicte el auto admisorio de pruebas, respecto de los presentados hasta ese momento;
asimismo, se separan las disposiciones relativas a la objeción genérica y la objeción de falsedad,
quedando regulada aquélla en el artículo 1247 del Código de Comercio, y la objeción de falsedad
en el diverso numeral 1250. Así, se tiene que existe correlación entre las nuevas disposiciones y lo
interpretado en la jurisprudencia, lo que hace que el criterio sustentado por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, pueda válidamente aplicarse a los artículos ya reformados,
pues éstos no contienen modificaciones sustanciales en cuanto a la naturaleza de las objeciones ni
la oportunidad para su promoción y, por el contrario el origen de sus reformas se encuentra
precisamente en la interpretación hecha en la contradicción de tesis. Aunado a lo anterior, el
hecho de que la disposición en vigor obvie el trámite incidental, no es motivo para considerar que
esa circunstancia constituya una modificación trascendental que afecte la interpretación realizada
por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y torne inaplicable la
jurisprudencia de referencia pues, por el contrario, esa circunstancia encuentra su explicación al
advertir que la objeción genérica de alcance y valor probatorio, debe hacerse después de la
admisión de prueba, y que tal clase de objeción no requiere desahogo de prueba específico, pues
la objeción al alcance y valor probatorio puede y debe demostrarse razonadamente.
.

Amparo directo 50/2010. **********. 8 de abril de 2010. Mayoría de votos. Disidente: Ana María
Serrano Oseguera. Ponente: Daniel Horacio Escudero Contreras. Secretario: Máximo Sánchez
Jiménez.

Nota:

La tesis de jurisprudencia 1a./J. 46/2007 citada, aparece publicada en el Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVI, agosto de 2007, página 226.

Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 471/2012, de la que derivó
la tesis jurisprudencial 1a./J. 14/2013 (10a.) de rubro: "OBJECIÓN DE DOCUMENTOS PREVISTA EN
EL ARTÍCULO 1247 DEL CÓDIGO DE COMERCIO REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN
EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 17 DE ABRIL DE 2008. PUEDE PLANTEARSE COMO UN
ACTO PROCESALMENTE VÁLIDO AL MOMENTO DE CONTESTAR LA DEMANDA."

Nota: Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 471/2012, de la que
derivó la tesis jurisprudencial 1a./J. 14/2013 (10a.) de rubro: "OBJECIÓN DE DOCUMENTOS
PREVISTA EN EL ARTÍCULO 1247 DEL CÓDIGO DE COMERCIO REFORMADO MEDIANTE DECRETO
PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 17 DE ABRIL DE 2008. PUEDE
PLANTEARSE COMO UN ACTO PROCESALMENTE VÁLIDO AL MOMENTO DE CONTESTAR LA
DEMANDA."

Época: Novena Época


Registro: 165431
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXXI, Enero de 2010
Materia(s): Civil
Tesis: I.4o.C.196 C
Página: 2191
PRUEBA. SU CARGA EN MATERIA MERCANTIL, CONFORME A LOS PRINCIPIOS LÓGICO Y
ONTOLÓGICO.

El Código de Comercio no es determinante e inflexible en lo que se refiere a la carga de la prueba,


ya que permite arrojar la referida carga de demostrar, al contendiente que tenga la mayor
facilidad de probar el hecho controvertido, aun cuando se trate de manifestaciones en sentido
negativo, toda vez que, si bien resultan más fáciles de demostrar los hechos positivos que los
negativos, estos últimos no son imposibles de probar, pero sí más difíciles. Particularmente se
consideran aplicables cuando se trate de consumidores de servicios financieros como el contrato
de seguro, respecto de los cuales este tribunal ha considerado que se trata de una clase cuya
protección tiende a fortalecerse en la legislación contemporánea. El principio lógico se basa
esencialmente en que un enunciado negativo entraña mayor dificultad probatoria que uno de
carácter positivo, puesto que para el primero sólo se dispone de pruebas indirectas, en tanto que
para el segundo, también pueden existir las directas, de lo cual resulta natural asignarle la carga
probatoria al aspecto que es más fácil de demostrar, que es el positivo. El principio ontológico,
conforme al cual lo ordinario se presume, en tanto lo extraordinario se prueba, se funda en la
forma natural en que suceden las cosas, de ahí que quien afirma algo que está fuera de los
acontecimientos naturales, tiene en su contra el testimonio universal de las cosas y, por
consecuencia, tiene la carga de demostrar su aseveración. Los principios lógico y ontológico, se
inscriben en el marco de aplicación de las reglas de la lógica y máximas de la experiencia que no
son ajenas al campo mercantil pues, en cierta medida, se encuentran inmersos en los artículos
1194, 1195, 1196 y 1197 del Código de Comercio, en los cuales, si bien es cierto, en forma general
establecen que la parte que afirma se encuentra obligada a probar, en tanto que el que niega sólo
tendrá que hacerlo cuando su negativa envuelva una afirmación, también ordenan que
corresponde la carga probatoria a aquel litigante que aun cuando niega un hecho, con ello
desconoce la presunción legal que tiene a favor su contraparte, de lo que se advierte que la
legislación mercantil no rechaza los postulados en los que se basan los principios de la carga de la
prueba ya mencionados, pues, por el dinamismo que opera en las actividades mercantiles, en
donde se realizan multiplicidad de operaciones que en ocasiones no se ajustan a procedimientos
comerciales estrictos, pero que son cumplidos por el comerciante y por quienes contratan con
ellos, por lo que adquieren singular importancia las presunciones; por ello, resultan
imprescindibles las amplias facultades con las que ha dotado el Código de Comercio al juzgador en
los artículos 1284, 1285, 1286 y 1306, para resolver los negocios judiciales sometidos a su
potestad.

Amparo directo 655/2007. José Guadalupe García Ramos. 6 de marzo de 2008. Unanimidad de
votos. Ponente: Francisco J. Sandoval López. Secretario: Carlos Ortiz Toro.
Época: Novena Época
Registro: 166588
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXX, Agosto de 2009
Materia(s): Constitucional, Civil
Tesis: 1a. CVIII/2009
Página: 69

PRUEBA TESTIMONIAL EN MATERIA MERCANTIL. LOS ARTÍCULOS 1302, FRACCIÓN III, Y 1303,
FRACCIÓN IV, DEL CÓDIGO DE COMERCIO, AL CONDICIONAR SU EFICACIA A LA EXISTENCIA DE DOS
TESTIGOS PRESENCIALES DE LOS HECHOS QUE PRETENDEN DEMOSTRARSE, NO VIOLAN LA
GARANTÍA DE AUDIENCIA.

Los citados artículos prevén, respectivamente, que el juez no puede considerar probados los
hechos sobre los cuales verse una prueba testimonial cuando no haya por lo menos dos testigos
en quienes concurran, entre otros requisitos, el que declaren de ciencia cierta, esto es, que hayan
oído pronunciar las palabras, presenciado el acto o visto el hecho material sobre que deponen, y
que para valorar las declaraciones de los testigos aquél debe tener en cuenta, entre otras
circunstancias, que el hecho de que se trate sea susceptible de ser conocido por medio de los
sentidos y que el testigo lo conozca por sí mismo y no por inducciones ni referencias a otras
personas. Así, los requisitos contenidos en tales dispositivos atienden a criterios de idoneidad,
utilidad y trascendencia de los medios probatorios, y obedecen a un principio de congruencia
consistente en que las pruebas deben guardar un nexo directo con los hechos que traten de
probarse y ser eficaces para dilucidar los puntos litigiosos. Por tanto, los artículos 1302, fracción III,
y 1303, fracción IV, del Código de Comercio, al condicionar la eficacia de la prueba testimonial en
materia mercantil a la existencia de dos testigos presenciales de los hechos que pretenden
demostrarse, no violan la garantía de audiencia contenida en el artículo 14 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que conceden a las partes la oportunidad de ofrecer,
aportar y rendir las pruebas que estimen pertinentes, con independencia de que lo hagan correcta
o incorrectamente, y cumplen cabalmente con dicha garantía en tanto que establecen la manera
en que debe desahogarse la prueba testimonial para tener eficacia demostrativa, quedando las
partes enteradas de las formas y términos en que deben proceder. Es decir, los señalados
requisitos no restringen la capacidad probatoria de las partes en el juicio, pues no privan al posible
afectado de la oportunidad de su aportación, sino que únicamente lo constriñen a cumplir con una
formalidad más del procedimiento, consistente en ofrecer testimonio de dos o más testigos para
que la probanza tenga eficacia, lo cual se justifica en la medida en que así como a veces la ley
impone un criterio determinado para la valoración de la prueba, también puede establecer una
forma determinada en que debe ofrecerse o desahogarse.

Amparo directo en revisión 2072/2008. Distribuidora Industrial Virgo, S.A. de C.V. 28 de enero de
2009. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Sergio A. Valls
Hernández. Secretario: José Álvaro Vargas Ornelas.

Época: Novena Época


Registro: 167210
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXIX, Mayo de 2009
Materia(s): Constitucional, Civil
Tesis: 1a. LXXVII/2009
Página: 88

PRUEBA PERICIAL EN MATERIA MERCANTIL. EL ARTÍCULO 1253, FRACCIÓN VI, PRIMER PÁRRAFO,
DEL CÓDIGO DE COMERCIO, AL ESTABLECER QUE SI DENTRO DEL TÉRMINO LEGAL EL PERITO
DESIGNADO POR EL OFERENTE DE LA PRUEBA NO PRESENTA SU ESCRITO DE ACEPTACIÓN Y
PROTESTA DEL CARGO CONFERIDO, ÉSTA SE TENDRÁ POR DESIERTA, NO VIOLA LA GARANTÍA DE
AUDIENCIA.

La formalidad procesal relativa a la oportunidad de ofrecer y desahogar pruebas, derivada de la


garantía de audiencia contenida en el artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se cumple mediante la implementación de los instrumentos necesarios para no dejar
al gobernado en estado de indefensión; sin embargo, ello no impide que el legislador regule, e
incluso limite, la indicada oportunidad de probar, en aras de observar los principios procesales de
economía y celeridad, así como la garantía de administración de justicia expedita, tutelada en el
artículo 17 constitucional. En ese sentido, se concluye que el artículo 1253, fracción VI, primer
párrafo, del Código de Comercio, al establecer que si dentro del término legal el perito designado
por el oferente de la prueba no presenta su escrito de aceptación y protesta del cargo conferido,
ésta se tendrá por desierta, no viola la mencionada garantía de audiencia, pues el hecho de que el
oferente de la pericial tenga la carga procesal de conseguir que el perito por él designado presente
su escrito de aceptación y protesta del cargo, como condición para el desahogo de la prueba
respectiva, no lo priva de una instancia adecuada para ello, ya que en términos de las fracciones III
y VI del artículo 1253 citado, dicha instancia existe, precisamente en el acatamiento de la carga
procesal; y si se limita su actividad probatoria, estableciéndose la deserción de la prueba como
consecuencia del incumplimiento de esa carga, ello constituye una finalidad constitucionalmente
válida, tendente a evitar la prolongación del juicio mercantil, que debe destacarse por su
celeridad.
Amparo directo en revisión 259/2009. Pedro Chavira Cendejas. 1o. de abril de 2009. Unanimidad
de cuatro votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario:
Rodrigo de la Peza López Figueroa.

Época: Novena Época


Registro: 168930
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXVIII, Septiembre de 2008
Materia(s): Civil
Tesis: I.4o.C.145 C
Página: 1261

DOCUMENTOS. OBJECIÓN E IMPUGNACIÓN DE FALSEDAD. DIFERENCIAS (Código de Comercio,


anterior a las reformas publicadas el diecisiete de abril de dos mil ocho).

La objeción y la impugnación de falsedad de documentos previstas en los artículos 1241 y 1250 del
Código de Comercio, respectivamente, son instituciones diferentes en razón a su naturaleza,
finalidad, materia, plazo y substanciación. En conformidad con los artículos 1241 y 1296 del código
mencionado, la objeción es el medio dado por la ley para evitar que se produzca el reconocimiento
tácito del documento privado y para conseguir de esa manera que el valor probatorio del propio
instrumento permanezca incompleto. En cambio, la impugnación de falsedad, prevista en el
artículo 1250 del citado ordenamiento, constituye un acto jurídico distinto que opera en
diferentes circunstancias a las de la objeción de un documento privado, puesto que esta
impugnación se ejercita para evidenciar la falsedad de un documento, ya sea público o privado. En
atención a la naturaleza de las citadas instituciones, la diferencia radica en que, la objeción es un
acto jurídico, esto es, una expresión de voluntad tendente a poner de manifiesto, que quien la
produce no está dispuesto a someterse al documento privado contra el cual se formula ni a pasar
por él. De manera que la actitud de quien opone tal reparo evita incurrir en el no hacer o en la
pasividad ante el instrumento y, por ende, dicha conducta activa consigue que no se produzca el
reconocimiento tácito del documento privado. Por cuanto hace a la impugnación de falsedad se
encuentra que, aunque implica también una manifestación de voluntad, la característica que la
distingue es que está dotada de un propósito más enérgico, porque a diferencia de la objeción, en
la que sólo se busca no incurrir en la impasibilidad para que un documento privado no quede
perfeccionado, en la impugnación de falsedad, la voluntad está encaminada a privar de efectos al
documento que, por alguna razón, ya tiene pleno valor probatorio, como por ejemplo: un
documento público, o bien, un documento privado atribuido a la contraparte del oferente de la
prueba, cuya firma ha sido reconocida por su autor, etcétera. De esta manera, para que quede
patentizado el sentido hacia el cual se orienta la voluntad del promovente del incidente de
impugnación de falsedad, al plantearse, deben exponerse claramente los motivos específicos por
los cuales se redarguye de falso el documento, así como las pruebas con las que éstos se
pretendan demostrar, las cuales deben ofrecerse en términos del artículo 1250, fracciones II y III,
del código mercantil. Esto se logra a través de la formulación de una demanda incidental, en la
cual esté indicada la petición y la causa de pedir, así como las pruebas aptas para demostrar esta
última. Otra de las diferencias que existe entre las instituciones en estudio es la atinente a su
finalidad, pues la objeción tiene como presupuesto la aportación al juicio de un documento
privado. Esta clase de instrumentos son imperfectos y necesitan de otro medio probatorio para
poder completarse. Uno de los medios que da la ley para perfeccionar al documento privado es el
reconocimiento tácito, que surge por la impasibilidad de la contraparte del oferente frente a tal
instrumento, en el tiempo previsto en la ley. Por tanto, la finalidad de la objeción consiste en
evitar que se produzca el reconocimiento tácito, con lo cual se logra que el valor probatorio del
documento privado permanezca imperfecto. En cambio, en la impugnación de falsedad, el
presupuesto consiste en que uno de los contendientes aporte un documento público al juicio, o
bien, uno privado, pero ya perfeccionado, por ejemplo, porque el oferente ya ha obtenido su
perfeccionamiento con algún medio previsto por la ley, por ejemplo, el reconocimiento expreso de
la firma. Con la objeción se evita completar una prueba que por sí misma es imperfecta. En tanto
que, con la impugnación de falsedad a un medio de prueba que tiene plena fuerza de convicción,
quien hace valer el incidente respectivo pretende disminuir o anular esos efectos probatorios
plenos. Por cuanto hace a la materia de las instituciones citadas, la objeción (artículos 1241 y 1296
del Código de Comercio) recae sobre documentos privados y la impugnación de falsedad se dirige,
indistintamente, contra documentos públicos y privados (artículo 1250, fracción III). Otra
distinción de ambas instituciones se encuentra en el factor temporal, esto es, en el plazo otorgado
por la ley para plantear una u otra. En la objeción se cuenta con tres días para formularla, lo que
indica un tiempo breve. En cambio en el incidente de falsedad de documento no se cuenta con un
plazo específico; sin embargo, se prevé un tiempo acotado claramente para que se presente el
incidente respectivo, que va desde la contestación de la demanda, hasta diez días después de que
haya terminado el periodo de ofrecimiento de pruebas, lo que implica que se tiene un periodo
más amplio que en la objeción. Por cuanto hace a la substanciación, la ley prevé detalladas
formalidades para que la autoridad pueda conocer de la impugnación de falsedad, formalidades
que corresponden a la naturaleza, finalidad, materia, plazo, etcétera, de la institución. Esto
contrasta con el escaso formalismo previsto en la ley para la objeción, puesto que, aparte del
breve plazo de tres días que se tiene para hacerla valer, la ley menciona solamente la promoción
de un incidente. De ahí que, las diferencias apuntadas permitan concluir que la objeción e
impugnación de falsedad de documentos constituyen actos jurídicos distintos que no deben
confundirse.

.
Amparo directo 802/2007. Bertha Romero Santoyo. 24 de enero de 2008. Unanimidad de votos.
Ponente: Mauro Miguel Reyes Zapata. Secretaria: María del Carmen Amaya Alcántara.

Época: Novena Época


Registro: 170217
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXVII, Febrero de 2008
Materia(s): Civil
Tesis: IX.2o.47 C
Página: 2366

PROVIDENCIA PRECAUTORIA MERCANTIL. LA PARTE EMPLAZADA A JUICIO CONTRA QUIEN SE


DECRETA, DEBE AGOTAR LA RECLAMACIÓN INCIDENTAL PREVISTA EN LOS ARTÍCULOS 1187 A 1192
DEL CÓDIGO DE COMERCIO, PREVIO AL EJERCICIO DE LA ACCIÓN CONSTITUCIONAL.

La parte demandada que ha sido debidamente emplazada a un juicio mercantil y que produjo su
contestación esto es, que ya se ha integrado a la relación procesal, no puede ser considerada
como una tercera extraña por equiparación en el procedimiento incidental derivado de aquel en el
cual se decretó un embargo precautorio en su contra, bajo la consideración de que no fue llamada
a la incidencia de mérito, ya que tal circunstancia atiende a la naturaleza propia de las medidas
precautorias las cuales, al no constituir actos privativos, no se rigen por la garantía de previa
audiencia para su imposición, de conformidad con lo establecido por el Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia P./J. 21/98, publicada en la página 18,
Tomo VII, marzo de 1998, Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de
rubro: "MEDIDAS CAUTELARES. NO CONSTITUYEN ACTOS PRIVATIVOS, POR LO QUE PARA SU
IMPOSICIÓN NO RIGE LA GARANTÍA DE PREVIA AUDIENCIA.". Por otro lado, acorde con los
artículos 1187 al 1192 del Código de Comercio, toda persona contra quien se haya pronunciado
una providencia precautoria puede reclamarla incidentalmente en cualquier tiempo hasta antes
del dictado de la sentencia definitiva. En tal contexto, es inconcuso que la reclamación que
establecen los artículos de mérito, constituye un medio ordinario de defensa que tiene como
finalidad modificar, revocar o nulificar la medida provisional la cual, doctrinalmente, se clasifica
como un remedio procesal cuya pretensión es corregir los actos y resoluciones judiciales ante el
propio Juez que los ha dictado. Por tanto, en estricto acatamiento al principio de definitividad que
rige el juicio de garantías, previo a la impetración de la acción constitucional contra una medida
precautoria mercantil, debe agotarse la reclamación que como medio ordinario de defensa prevé
la ley de la materia, y en la cual se pueden alegar las violaciones procedimentales que se hubieran
generado durante el dictado de la providencia precautoria, como son el cuestionamiento de las
pruebas ofrecidas para justificar la necesidad de la medida provisional o acreditar que el derecho
que se tiene para gestionarla no es el idóneo para ello, o bien, que no se ajusta a los requisitos
legales.

Amparo en revisión 283/2007. Comercializadora Médica Evolución, S.A. de C.V. 28 de noviembre


de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Juana María Meza López. Secretario: José Luis Caballero
Rodríguez.

Época: Novena Época


Registro: 171225
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXVI, Octubre de 2007
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 141/2007
Página: 46

CITACIÓN PARA SENTENCIA EN MATERIA MERCANTIL. ANTE LA OMISIÓN DEL JUEZ DE DICTAR EL
AUTO RESPECTIVO, LAS PARTES TIENEN QUE EXIGÍRSELO, SO PENA DE QUE OPERE EL PLAZO PARA
LA CADUCIDAD.

Conforme al artículo 1407 del Código de Comercio, presentados los alegatos o transcurrido el
término para ello, previa citación y dentro del término de ocho días, se pronunciará la sentencia,
independientemente de que las partes lo pidan o no. Esto no significa que la actividad de los
contendientes culmina con la formulación de los alegatos, dados los términos precisos del
segundo párrafo del artículo 1076 del mismo ordenamiento, que dispone que la caducidad de la
instancia opera de pleno derecho, cualquiera que sea el estado del juicio, desde el primer auto
que se dicte en el mismo y hasta la citación para oír sentencia. De esta disposición se sigue que la
carga de las partes de dar impulso al procedimiento, so pena de que caduque la instancia, no cesa
con la formulación de los alegatos, sino que continúa en tanto el juez no dicta el auto de citación
para sentencia, de manera que si dicho funcionario no lo emite, las partes deben exigirlo.

Contradicción de tesis 68/2007-PS. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado del
Décimo Quinto Circuito y Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito. 22 de
agosto de 2007. Cinco votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretario: Miguel Bonilla
López.
Tesis de jurisprudencia 141/2007. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha veintinueve de agosto de dos mil siete.

Época: Décima Época


Registro: 2004346
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XXIII, Agosto de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CCXXXVIII/2013 (10a.)
Página: 747

TÍTULOS DE CRÉDITO. SU CARÁCTER PRIVILEGIADO DE PRUEBA PRECONSTITUIDA NO VULNERA EL


DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD.

Los títulos de crédito, a diferencia de otros documentos de carácter privado, tienen aparejada
ejecución en una vía que resulta privilegiada como lo es la ejecutiva, sin que ello implique una
transgresión al derecho humano a la igualdad contenido en el artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues la diferencia entre otorgar el carácter de prueba
preconstituida a un título de crédito y no hacerlo con otro documento de carácter privado, tiene
una razón de ser objetiva y razonable, esto es, facilitar el crédito, lo cual debe privilegiarse, pues
es inconcebible un sistema económico sin el crédito suficiente para dar movimiento al capital en
que está sostenido; así, el hecho de que ese crédito provenga de instituciones crediticias o de
particulares, a través de los títulos de crédito, otorga confianza al acreedor de que el crédito le
será devuelto, pues dichos títulos son excelentes medios de obtención, instrumentación, garantía
y pago de un préstamo, en tanto que su sola existencia es suficiente para comprobar a favor de su
legítimo titular, la existencia de los derechos que el título le confiere, pues conlleva una confesión
por adelantado que hace el deudor de que debe a su acreedor la cantidad consignada en el
documento; sin que dicha circunstancia implique que la posibilidad de defensa del demandado sea
nula, pues se parte de la lógica de que si el título de crédito ya se pagó, éste ya no debe existir por
haberse destruido, debe dejar de surtir efectos por contener la leyenda de que está pagado o
encontrarse en poder de la persona que lo suscribió y pagó; es por ello que para demostrar el
adeudo contenido en él, basta mostrarlo al juez en una fecha posterior a su vencimiento, pues si el
vencido no está en poder del deudor, prueba que no cumplió con su obligación de pago,
circunstancia que puede desencadenar la maquinaria diseñada especialmente para garantizar no
sólo que la deuda será pagada a la brevedad, sino también la eficacia de los títulos de crédito.
Además, en este sistema no se exenta al actor de la carga de la prueba, por el contrario, dicha
carga consiste en acreditar la existencia del propio título, cuya presentación no implica que la
prueba sea incontrovertible, pues en el juicio ejecutivo, el demandado puede oponer defensas y
excepciones, ofrecer pruebas y formular alegatos.

Amparo directo en revisión 990/2013. Armando Oscar Corral Bustos. 15 de mayo de 2013. Cinco
votos. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretaria: Mercedes Verónica Sánchez Miguez.

Época: Novena Época


Registro: 176354
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXIII, Enero de 2006
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 69/2005
Página: 223

CONFESIÓN FICTA. ES SUFICIENTE PARA PROBAR PAGOS DE TÍTULOS DE CRÉDITO.

Si bien el título de crédito en que se funda un juicio ejecutivo es una prueba preconstituida de la
acción, ello no implica que la confesión ficta de la que se deriven hechos o circunstancias
contrarias a las expresadas en él, resulte inverosímil o pierda valor, ya que la dilación probatoria
que se concede en estos juicios es, precisamente, para desvirtuar ese documento, es decir, para
que la parte demandada justifique sus excepciones; lo que significa que un título de crédito sea
una prueba preconstituida de la acción es que, por el solo hecho de que se funde la acción en un
título de crédito, ya no debe demostrarse la procedencia de ésta, ni de la relación causal que le dio
origen, pero de ninguna manera puede decirse que sea una prueba preconstituida del adeudo o
de que éste no se ha pagado. La confesión ficta es una presunción juris tantum que admite prueba
en contrario. Los medios de convicción que pueden probar en contra de una confesión ficta deben
ser distintos a la del documento que se trata, a su vez, de desvirtuar con la confesión ficta, pues si
se considera que cualquiera puede perder valor ante un título de crédito, por el solo hecho de ser
prueba preconstituida, haría nugatoria la dilación probatoria. De esta manera, cuando en un juicio
ejecutivo mercantil se declara fíctamente confesa a la parte actora de que se ha realizado el pago
del adeudo, esta declaración es eficaz y prueba plenamente ese hecho cuando no existe otra
prueba en contrario distinta del propio título de crédito.

Contradicción de tesis 45/2005-PS. Entre las sustentadas por el Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Tercer Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado, actualmente en Materia Civil, del
Sexto Circuito. 8 de junio de 2005. Mayoría de tres votos. Disidentes: José de Jesús Gudiño Pelayo
y Juan N. Silva Meza. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Fernando A. Casasola
Mendoza.

Tesis de jurisprudencia 69/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha ocho de junio de dos mil cinco.

Época: Novena Época


Registro: 187584
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XV, Marzo de 2002
Materia(s): Civil
Tesis: I.6o.C.237 C
Página: 1312

CONFESIÓN JUDICIAL EN MATERIA MERCANTIL.

De una sana interpretación a contrario sensu del artículo 1235 del Código de Comercio, se sigue
que si existe confesión judicial ante la autoridad jurisdiccional, tanto al contestar la demanda
como al absolver posiciones, también se produce ésta en el caso del contenido del pliego de
posiciones que exhiba el oferente ante dicha autoridad, cuando reconoce en él hechos propios y
determinados.

Amparo directo 326/2001. José Luis Bastida Maldonado. 9 de febrero de 2001. Unanimidad de
votos. Ponente: Gustavo R. Parrao Rodríguez. Secretario: José Guadalupe Sánchez González.

Véase: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo V, abril de 1997,
página 270, tesis I.8o.C.122 C, de rubro: "PRUEBA CONFESIONAL. SU EFICACIA PROBATORIA.".

Época: Novena Época


Registro: 194347
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo IX, Abril de 1999
Materia(s): Civil
Tesis: II.2o.C.168 C
Página: 512

CONFESIÓN FICTA EN MATERIA MERCANTIL. TIENE VALOR PROBATORIO AUN CUANDO NO ESTÉ
ADMINICULADA CON OTRA PROBANZA.

Conforme a los artículos 1232, fracción I y 1289 del Código de Comercio, a quien ha de absolver
posiciones se le debe declarar confeso cuando entre otros supuestos no comparezca a la segunda
citación a la audiencia de desahogo de la prueba confesional; sin embargo, para que se consideren
plenamente probados los hechos sobre los que versen las posiciones que han sido dadas por
absueltas fíctamente, se requiere: a) Que el interesado sea capaz de obligarse; b) Que los hechos
sean suyos y concernientes al pleito, y, c) Que la declaración sea legal. En tales condiciones, si al
contestarse la demanda se opone la excepción de espera y para tal efecto es ofrecida la prueba
confesional, a la que el actor no comparece sin justa causa, con dicha probanza puede estimarse
acreditada la excepción de referencia, sin que sea necesario su adminiculación con prueba alguna
para que tenga suficiente convicción jurídica, pues al establecer el artículo 1289 del Código de
Comercio que los hechos contenidos en las posiciones pueden ser considerados "plenamente
probados", ello implica que la confesión ficta por sí sola tiene valor probatorio suficiente si reúne
los requisitos mencionados, salvo prueba en contrario, como lo establece el diverso numeral 1290
del código invocado.

Amparo directo 1060/98. Guillermo Manzano Robledo. 2 de marzo de 1999. Unanimidad de votos.
Ponente: Raúl Solís Solís. Secretario: Agustín Archundia Ortiz.

Nota: Por ejecutoria de fecha 8 de noviembre de 2006, la Primera Sala declaró inexistente la
contradicción de tesis 76/2006-PS en que participó el presente criterio.

Época: Novena Época


Registro: 185796
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XVI, Octubre de 2002
Materia(s): Civil
Tesis: XXIII.2o.1 C
Página: 1351

CONFESIÓN TÁCITA. EL CÓDIGO DE COMERCIO NO LA MENCIONA EXPRESAMENTE, PERO SÍ PREVÉ


LOS SUPUESTOS EN QUE SE CONFIGURA.

Pese a que el Código de Comercio, en los artículos 1211, 1212 y 1213, no establece la confesión
tácita, en la diversa disposición 1232 la reconoce tácitamente al señalar: "El que deba absolver
posiciones, será declarado confeso: I. Cuando sin justa causa no comparezca a absolver posiciones
cuando fue citado para hacerlo, y apercibido de ser declarado confeso; II. Cuando se niegue a
declarar; III. Cuando al hacerlo insista en no responder afirmativa o negativamente.". Este tipo de
confesión corresponde a la prevista por el artículo 247 del Código de Procedimientos Civiles para
el Estado de Aguascalientes, el cual establece que la confesión tácita es la que se presume en los
casos señalados por la ley. Así, en virtud de que la confesión tácita está regulada deficientemente
en el Código de Comercio, pues aun cuando establece los supuestos en los que se configura no la
menciona expresamente como un tipo de confesión, el artículo 1232 del Código de Comercio sí la
reconoce al establecer los casos de confesión tácita.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO TERCER CIRCUITO.

Amparo directo 498/2002. Salvador Arellano Guzmán. 15 de agosto de 2002. Unanimidad de


votos. Ponente: Miguel Ángel Alvarado Servín. Secretaria: Esperanza Arias Vázquez.

Época: Décima Época


Registro: 2002561
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XVI, Enero de 2013, Tomo 3
Materia(s): Común
Tesis: III.4o.(III Región) 11 K (10a.)
Página: 2089

JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN. LA OBLIGATORIEDAD DE LA


EMITIDA ANTES DE LAS REFORMAS A LOS ARTÍCULOS 1o. Y 103, DE DIEZ Y SEIS DE JUNIO DE DOS
MIL ONCE, EN RELACIÓN CON EL 133, TODOS DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, SE SUJETA A QUE
AQUÉLLA SEA ACORDE CON LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS RECONOCIDOS POR LA
CARTA MAGNA Y LOS TRATADOS INTERNACIONALES DE LOS QUE EL ESTADO MEXICANO SEA
PARTE (INAPLICABILIDAD DE LA TESIS 2a./J. 108/2010).

Conforme al artículo 192 de la Ley de Amparo, la jurisprudencia que establezca la Suprema Corte
de Justicia, funcionando en Pleno o en Salas, es obligatoria para éstas en tratándose de la que
decrete el Pleno, y además para los Tribunales Unitarios y Colegiados de Circuito, los Juzgados de
Distrito, los tribunales militares y judiciales del orden común de los Estados y del Distrito Federal, y
tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales. Ahora bien, el mecanismo para el
control de convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos debe ser acorde con el
modelo general de control de constitucionalidad que deriva del análisis sistemático de la reforma
que sufrieron los artículos 1o. y 103, en relación con el 133 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, lo que significa que la observancia de la jurisprudencia de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación es obligatoria siempre que se ajuste a esas reformas
constitucionales, es decir, que sea acorde con la protección de los derechos humanos, reconocidos
tanto por la Carta Magna como por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte. De tal suerte que, la no aplicación de criterios jurisprudenciales emitidos con anterioridad a
la reforma constitucional aludida, porque el tratado internacional contempla un derecho humano
de mayor beneficio al justiciable, lo que se conoce en la doctrina como principio pro persona, no
implica desacato a lo dispuesto por el citado artículo 192, pues la obligatoriedad de la
jurisprudencia se encuentra sujeta a que ésta interprete un sistema jurídico vigente aplicable al
caso concreto de que se trate. Esta premisa generó que este tribunal ejerciera oficiosamente el
control difuso de convencionalidad e inaplicara la jurisprudencia 2a./J. 108/2010, de rubro:
"EMPLAZAMIENTO AL TERCERO PERJUDICADO POR EDICTOS. EL INCUMPLIMIENTO DEL QUEJOSO
DE RECOGERLOS Y PAGAR SU PUBLICACIÓN NO CONDUCE NECESARIAMENTE AL SOBRESEIMIENTO
EN EL JUICIO DE AMPARO.", que en esencia, considera que a efecto de que no se sobresea en el
juicio de garantías por incumplimiento de recoger los edictos, el quejoso debe comparecer a
manifestar su imposibilidad para cubrir el gasto de su publicación y tanto de su afirmación como
de los elementos que consten en autos deben existir indicios suficientes que demuestren que no
tiene la capacidad económica para sufragar un pago semejante, sólo entonces el juzgador podrá
determinar que el Consejo de la Judicatura Federal, a su costa, los publique para emplazar al
tercero perjudicado. Ello es así, porque mediante el principio de interpretación conforme en
sentido amplio, respecto de los numerales 1, 24 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, se advierte que el Estado Mexicano, en su orden, adquirió la obligación de respetar los
derechos y libertades reconocidos en él, a efecto de garantizar el libre y pleno ejercicio a toda
persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna, entre otros motivos, por la
posición económica, así como que todas las personas son iguales ante la ley; además, el Estado
deberá contar o implementar los mecanismos legales idóneos, necesarios o suficientes para
permitir a toda persona en el ejercicio de su derecho de defensa contra actos que estime
transgresores de su esfera jurídica, lo cual está referido a toda materia de derecho. De ese modo,
si la citada jurisprudencia condiciona la procedencia del juicio de garantías a que el particular
comparezca a manifestar y evidenciar su imposibilidad para cubrir el gasto de los edictos,
entonces esa circunstancia se estima contraria a los derechos humanos de gratuidad de la
administración de justicia, que consagra el artículo 17 constitucional, de igualdad ante la ley y no
discriminación por posición económica, en virtud de que se condiciona el derecho de gratuidad de
la administración de justicia a que se colmen los requisitos que no establece la ley de la materia,
los que giran en torno a motivos de índole económica, lo que significa que el citado derecho se
reserva sólo para las personas que no tengan la capacidad económica para sufragar el pago de la
publicación de los edictos, que se traduce en clara violación a los derechos humanos referidos,
pues la garantía de igualdad y la no discriminación prohíben la diferencia de tratamiento entre
seres que no se correspondan con su única e idéntica naturaleza.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO AUXILIAR DE LA TERCERA REGIÓN, CON
RESIDENCIA EN GUADALAJARA, JALISCO.

Amparo directo 402/2012 (cuaderno auxiliar 685/2012). 27 de septiembre de 2012. Unanimidad


de votos con voto aclaratorio del Magistrado José de Jesús López Arias. Ponente: Jorge Humberto
Benítez Pimienta. Secretario: Abel Ascencio López.

Nota: La tesis 2a./J. 108/2010 citada, aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXII, agosto de 2010, página 416.

Época: Décima Época


Registro: 2003974
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CCXIV/2013 (10a.)
Página: 556

DERECHOS HUMANOS. INTERPRETACIÓN CONFORME, PREVISTA EN EL ARTÍCULO 1o. DE LA


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.

El segundo párrafo del precepto citado, reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial
de la Federación el 10 de junio de 2011, establece que las normas relativas a los derechos
humanos se interpretarán de conformidad con la propia Constitución y con los tratados
internacionales de la materia, favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más
amplia (principio pro persona). Ahora bien, dicho mandato implica que una ley no puede
declararse nula cuando pueda interpretarse en consonancia con la Constitución y con los tratados
internacionales en materia de derechos humanos, dada su presunción de constitucionalidad y
convencionalidad. Esto es, tal consonancia consiste en que la ley permite una interpretación
compatible con los contenidos de los referidos materiales normativos a partir de su delimitación
mediante los pronunciamientos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los criterios -
obligatorios cuando el Estado Mexicano fue parte y orientadores en el caso contrario- de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.

Amparo en revisión 173/2012. 6 de febrero de 2013. Mayoría de tres votos. Disidentes: Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo de Larrea reservó su
derecho para formular voto concurrente. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Jorge
Jiménez Jiménez.

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