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I.E.S. DOS MARES 1.

La Ilustración
Departamento de Filosofía 1.1. Panorama Histórico y cultural del siglo XVIII
Prof.: José Ángel Castaño 1.2. Concepto de Ilustración
1.3. Los grandes temas del pensamiento ilustrado
1.3.1. La ciencia como modelo de investigación
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA (2º Bach.) 1.3.2.La historia como progreso de la humanidad
1.3.3.El liberalismo y la democracia
TEMA 9 – Kant: Conocimiento y deber. 1.3.4.La educación como medio de la moral y la autonomía personal
1.3.5.El sensualismo y el utilitarismo
1.3.6.La filosofía como crítica

2. El criticismo kantiano
2.1. Vida, obras y proyecto
2.2. El problema crítico: la síntesis a priori y su fundamento
2.3. La revolución copernicana de Kant
2.4. La estética trascendental (la doctrina del conocimiento sensible y de
sus formas a priori)
2.5. La analítica trascendental y la doctrina del conocimiento intelectivo y
de sus formas a priori
2.5.1.La lógica kantiana y sus divisiones
2.5.2.Las categorías y su deducción
2.5.3.El “yo pienso” o apercepción trascendental
2.6. La analítica de los principios: el esquematismo trascendental y el sis-
tema de todos los principios del entendimiento puro, o la fundación
trascendental de la física newtoniana
2.7. La distinción entre fenómeno y noúmeno (la cosa en sí)
2.8. La dialéctica trascendental
2.8.1.La concepción kantiana de la dialéctica
2.8.2.La facultad de la razón en un sentido específico y las ideas de
la razón en un sentido kantiano
2.8.3.La psicología racional y los paralogismos de la razón
2.8.4.La cosmología racional y las antinomias de la razón
2.8.5.La teología racional y las pruebas tradicionales de la existencia
de Dios
2.8.6.El uso normativo de las ideas de la razón
2.9. La ética formal y la concepción de la historia
2.9.1.La razón práctica: La fundamentación de la moral
2.9.2.El imperativo categórico y el formalismo
2.9.3.Los postulados de la razón práctica
2.9.4.Historia y progreso en el pensamiento kantiano

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1. LA ILUSTRACIÓN francés Luis XV, existieron maneras ilustradas de ejercer el poder: reformas de
los impuestos, construcción de carreteras y embellecimiento de las ciudades,
1.1. Panorama Histórico y cultural del siglo XVIII creación de academias de investigación, reducción de la tarifas internas o con-
trol de los precios de los bienes básicos. Medidas cívicas que aumentaron el
El siglo XVIII fue Ilamado "el siglo de las luces", y a su mentalidad filosófica bienestar. El gasto para la guerra, que obligaba a subir los impuestos, y la exis-
general se le denomino Ilustración en español, Aufklarung en alemán, Iluminis- tencia de privilegios fueron reversos negativos de esta política que acabo por
me en francés, Enlightment en ingles. La Ilustración no coincide exactamente minar el poder absoluto de las monarquías a finales del siglo XVIII y durante el
con este siglo, pues se inicia en Inglaterra a mediados del XVII y finaliza en la siglo XIX.
primera mitad del XIX. Corresponde a un momento histórico que se caracteriza
por el rápido ascenso de la burguesía (compuesta básicamente por funciona- La sociedad seguía dividida en estamentos. Nobleza y alto clero copaban los
rios, letrados, médicos, banqueros, comerciantes y artesanos cualificados), cargos más importantes del Estado, mientras que la burguesía se encontraba
coincidente con los primeros signos de la revolución industrial. Aunque el sector dividida entre los que preferían comprar títulos nobiliarios para entrar en el es-
agrario sigue siendo muy importante, sobre todo a partir del descubrimiento de tamento superior y quienes deseaban acabar con el sistema de privilegios que
la rotación de los cultivos y la mejora técnica de las herramientas, la existencia impedía una mayor igualdad política, social y económica.
en Inglaterra de una amplia clase media que demandaba mayores cantidades
de bienes hizo que se aguzara el ingenio para ver como satisfacerlas. De este Aunque no hubo la explosión cultural del Renacimiento y del Barroco -con la
modo surgirán inventos como la lanzadera volante (John Kay, 1733) y la salvedad de la música: recordemos a Mozart y a Haydn- el siglo XVIII produjo
máquina de vapor, veinte años después (Watt, 1753), que revoluciono el mun- genios como los poetas alemanes Goethe y Hölderlin y escritores de impor-
do de la industria. tancia, como los ingleses Daniel Defoe, Jonathan Swift y Lawrence Sterne,
los españoles Jovellanos y Moratín, y el francés Voltaire. Sin embargo, el
A la Revolución Industrial hay que sumar los cambios políticos que se van a dar mundo de la ciencia y de la filosofía en general estalla en figuras de primer
en este siglo. Una vez afianzado el modelo del Estado nacional, se suceden orden y en un sinfín de pensadores de segundo rango. Cafés, salones, logias
constituciones, se proclaman derechos legales y se llevan a cabo las primeras masónicas y publicaciones de toda índole son espacios para pensar y también
democracias modernas, como ocurrirá en los recién creados Estados Unidos para publicar la buena nueva, una creencia no religiosa que marcará toda esta
(1776) y en la Francia revolucionaria de 1789. No obstante es en Gran Bretaña centuria y las dos siguientes con la fuerza de su fe, el progreso de la humani-
donde la burguesía accede al poder por vez primera, si bien junto a la nobleza dad. La historia posterior se encargara de matizar este ideal, como algunos
terrateniente. filósofos del siglo XX han observado, en especial los pensadores de la primera
generación de la Ilamada Escuela de Frankfurt: la Ilustración es un movimiento
A pesar del parlamentarismo inglés, sancionado en 1689 con la Declaración de dialéctico, con una cara amable que busca el bienestar y la perfección del
Derechos, la forma de gobierno predominante en la Europa continental fue el hombre y otra terrible, pues la unión de la razón y la técnica -la razón instru-
despotismo ilustrado. En los principados alemanes, en pequeños Estados mental- puede producir también acciones negativas (véase el poder mortífero
como Cerdeña o Dinamarca, en el Portugal del marqués de Pombal o la Espa- que suponen las guerras tecnológicas del presente, así como el control cada
ña de Carlos III, en Rusia con el reinado de la zarina Catalina II, en Prusia, con vez mayor de los individuos dentro y fuera de las democracias occidentales).
Federico II, en la Austria de María Teresa y Jose II o en los ministros del rey Como tituló Goya uno de sus grabados, El sueño de la razón produce mons-
truos. A veces lo hace porque la razón duerme cuando impera la ignorancia,
pero en otras ocasiones la monstruosidad surge cuando se tiene un uso exclu-
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La llustración no fue una escuela filosófica ni un movimiento unitario, aunque entre sus autores sivamente instrumental de la misma razón.
encontramos un gran "parecido de familia"; dado que los temas de investigación son similares, aun-
que a veces las conclusiones a que Ilegan sean muy dispares. Ocurre igual con las ilustraciones
culturales. A pesar de las semejanzas temáticas, la llustración inglesa, la francesa y la alemana, los
tres grandes focos ilustrados difieren entre sí en algunos aspectos: mas epistemológica y política la
inglesa; mas materialista y revolucionaria la francesa; cauta e históricamente progresista, pero de
gran poder analítico, la alemana.

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1.2. Concepto de Ilustración libre, autónomo y capaz de buscar su propia felicidad. Esta tarea de formar al
ser humano es lo que hacía decir a Herder que:
Si el punto de arranque de la filosofía griega marco una quiebra en el pen-
samiento tradicional, caracterizado por su adscripción a la explicación mitológi- «La humanidad es el fruto de todo esfuerzo humano, y al mismo tiempo, el arte
ca, la filosofía ilustrada da otra vuelta de tuerca a la misma idea. Conscientes de nuestro género. La formación para Ilegar a él es una obra que debe ser con-
de la existencia de restos poco racionales en la ciencia, en la práctica ético- tinua y constante; o caeremos tanto los altos como los bajos estamentos en la
política y en la filosofía, los pensadores ilustrados tienen la voluntad de librar más cruda bestialidad, en la brutalidad». La idea de humanidad.
una batalla, que ellos querrían considerar definitiva, contra los diversos mitos
que continúan acampando en tales actividades humanas. Estos mitos provocan
un estado de infantilización de la razón cuyos síntomas, el miedo, la supersti-
ción, la dominación irracional de las personas a manos de otras, impiden la 1.3. Los grandes temas del pensamiento ilustrado
consecución del desarrollo integral del ser humano. Lo que se quiere no es otra
cosa que sacudir las adormecidas conciencias hasta el punto en que cada per- ¿Cómo se concreta este ideal ilustrado, heredero tanto del espíritu sofista como
sona pueda considerarse dueño y señor de sí mismo. Saben que esto requiere del renacentista? Aunque es imposible hablar de una escuela ilustrada dado
un movimiento imparable en el tiempo, pues creen que esta emancipación es que lo que hubo fue más bien un pensamiento efervescente que originó múlti-
indivisible del conocimiento, y éste siempre se ensancha más y más. Así lo ples doctrinas, podemos sintetizarlo en los elementos temáticos siguientes:
expresan Adorno y Horkheimer, en su crítica y compleja Dialéctica de la Ilus-
tración (1944):

«La Ilustración, en el más amplio sentido de pensamiento en continuo progreso, 1.3.1. La ciencia como modelo de investigación
ha perseguido desde siempre el objetivo de liberar a los hombres del miedo y
constituirlos en señores». Dialéctica de la Ilustración, p. 59. Después de los avances conseguidos en la física y la matemática, la filosofía
adopta una mirada "científica": sistematizadora, analítica y radical. Podemos
Ser señor significa romper los lazos con todo aquello que hace al hombre ser citar a Newton, Leibniz, Buffon, Linneo, Euler, Volta, Coulomb y Lavoisier,
menos que él mismo, y si la imagen ideal que tenemos de él nos lo muestra no entre los científicos matemáticos y de la naturaleza y a Adam Smith, y F.
como un niño asustado por miedos irracionales, sino como un adulto en todo su Quesnay entre los científicos sociales. Se trata, ante todo, de conocer más y
esplendor, entonces su señorío no sería sino el fruto de esta Ilegada del ser mejor el mundo de la naturaleza y de investigar el puesto del hombre dentro de
humano a su verdadera condición. Así lo enunció Kant con inigualable lucidez: ella. Así, los dos pensadores citados en último lugar, Quesnay -de la escuela
"La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad". fisiocrática, que considera que las leyes económicas se rigen por el derecho
Pero la desaparición de esta condición de "hombre infantil" sólo es posible a natural- y Smith, padre del liberalismo económico, buscan en la naturaleza
través del uso de la razón y, dentro de ella, del ejercicio de la razón crítica, que humana las leyes básicas de su conducta.
es capaz de buscar en sí misma los elementos que la aprisionan en el mundo
del mito, y eliminarlos una vez cuestionados y pasados por la apisonadora del Los filósofos ilustrados son también hombres de ciencia. Voltaire estudia ma-
análisis crítico. temáticas y se ocupa de divulgar la filosofía natural de Newton; Diderot tiene
amplios conocimientos de anatomía y química; Jean Jacques Rousseau es
La humanidad en su conjunto, es decir, el carácter total del ser humano más también botánico. El ideal renacentista y cartesiano del conocimiento pleno y
que su condición de individuo, es lo que preocupa al ilustrado. No es que cada sistemático sigue teniendo cabida en la Ilustración.
individuo deje de importar, pues la humanidad como concepto solo tiene senti-
do desde las personas que la integran y además no podemos olvidar que la
Ilustración también sacraliza al individuo, sino que el acento está puesto en un
ideal que tiende a un futuro global, a un porvenir libre. Por eso, la Ilustración
hace hincapié en el desenvolvimiento continuo de lo que es más propio del
hombre, esto es, en su condición de auténtico ser humano racional y por ello

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1.3.2. La historia como progreso de la humanidad contrar si no leyes naturales, si fuerzas progresivas que la encauzan hacia ma-
yores cotas de libertad y racionalidad humanas. Se trata entonces de buscar la
La idea de la historia como progreso es una de las nociones centrales de la posibilidad de hacer real esta ciencia, de manifestar la cognoscibilidad de la
Ilustración. Desde la época de los mitos griegos hasta la noción cristiana de la historia como ciencia más allá del mero conocimiento trivial de sucesos. Por
historia como providencia, se había considerado el devenir humano como con- eso la Ilustración:
secuencia de una degeneración motivada por algún tipo de caída (el pecado
original en el caso cristiano o las edades corruptas que surgen a partir de una «pregunta por las condiciones de posibilidad de la historia como pregunta por las
edad áurea, como ocurría en la mentalidad griega). En la manera preilustrada condiciones de posibilidad del conocimiento natural. Trata, ciertamente en esbo-
de pensar -si hacemos excepción de las utopías renacentistas- la felicidad zos primeros y provisionales, de establecer tales condiciones; se esfuerza por fi-
humana se encuentra inserta en un espacio temporal mítico, mientras que en jar el sentido de lo histórico buscando frente a él un concepto claro y distinto que
trate de determinar la relación entre lo universal y lo particular, entre idea y reali-
esta nueva concepción la felicidad es un asunto del futuro. Gracias al avance dad, entre leyes y hechos, y demarcar sus fronteras». La filosofía de la Ilustra-
de la razón y al dominio de la naturaleza por la ciencia, los seres humanos ción, p. 222.
tendrían que encontrar un porvenir cada vez más luminoso en el que se des-
arrollara y perfeccionara el sentido más propio de la forma racional del hombre. El primer historiador en este sentido moderno del término será Pierre Bayle
Condorcet lo expreso con absoluta claridad de este modo: (1647-1704), autor del Diccionario histórico y crítico. En él señala que la clari-
dad de los conceptos es fundamento metodológico tanto de la ciencia natural
«Nuestras esperanzas sobre el estado venidero de la especie humana pueden
como de la historia. En razón de tal claridad es posible eliminar críticamente
reducirse a estos tres puntos importantes: la destrucción de la desigualdad entre
las naciones; los progresos de la igualdad dentro de un mismo pueblo; en fin, el
aquellas nociones históricas cuya oscuridad y confusión no permitan arrojar luz
perfeccionamiento real del hombre». Bosquejo de un cuadro histórico de los pro- en ellas. De ahí que la tarea del historiador no consiste tanto en descubrir la
gresos del espíritu humano. verdad, sino lo falso, lo que no es ni claro ni distinto, que se esconde habitual-
mente bajo la máscara de lo dogmatico.
Ahora bien, este futuro no puede renegar del pasado, pues toda la historia se
observará desde ahora, no como una mera sucesión de hechos accidentales,
sino más bien como un espacio temporal del desarrollo progresivo de la racio-
nalidad y la moralidad. Muchos ilustrados serán defensores de este finalismo 1.3.3. El liberalismo y la democracia
de la historia. Para Voltaire, los conocimientos históricos desvelan una apertu-
ra cada vez mayor a la moralidad racional. Turgot va más allá: la historia es A partir de la concepción iusnaturalista iniciada en Grecia y desarrollada en Ia
depositaria de una semilla de perfección que va creciendo según va en- Edad Media y sobre todo en el Renacimiento, los ilustrados concebirán al ser
sanchándose el espíritu humano. En esta perfectibilidad humana progresiva no humano como un sujeto nacido con un conjunto de derechos individuales. Se
hay cabida para los designios divinos. Condorcet, por su parte, cree que el trata, por lo tanto, de constituir un orden social en el que los individuos puedan
carácter perfectivo del hombre es infinito, hasta el punto en que debe Ilevar a la gozar de tales derechos naturales.
creación efectiva de las utopías en la Tierra, originando sociedades igualitarias
y perfectas. Kant piensa el progreso como la realización paulatina del derecho, Aunque fue Hobbes el primero que percibió la naturaleza humana como un
que se Ileva a cabo como un mecanismo natural incluso a pesar de los aspec- estado en el que la libertad y la igualdad marcan la pauta del comportamiento
tos insociables de los seres humanos. Cesare Beccaria usará la idea de la humano, su decidido pesimismo respecto a este estado conflictivo de naturale-
perfección moral para criticar la tortura y la pena de muerte. za impide a los ilustrados seguir su estela. Ahora se quiere encontrar en el es-
tado de sociedad elementos propios del estado de naturaleza, aunque deben
Pero tal progreso humano visto como una constante histórica es también fruto ser congruentes con el principio de autoridad. Es en este sentido como se con-
de la consideración de la historia como ciencia. Aunque esta idea se afianzará templan la autonomía personal y la soberanía popular. Ambas nociones se ali-
sobre todo en el Romanticismo, la Ilustración es quien marca el nuevo punto de mentan de la tesis iusnaturalista moderna, de modo que ya no es el poder ab-
inflexión. La historia no es teología, esto es, no es historia sagrada, como tam- soluto otorgado por Dios el que marca la pauta, sino la idea de que todo Estado
poco es mera cronología. En su incesante datación de hechos se pueden en- es una asociación de personas constitutivamente libres e iguales, que buscan

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su felicidad personal en medio de un contexto social de amplia complejidad. Pero en todos los casos, tanto en el liberal como en el democrático, se conside-
Para legitimar (justificar la existencia de un hecho político partiendo de su rará el paso del estado de naturaleza al social como una cuestión contractual:
carácter justo) al Estado y sus leyes, el pensamiento ilustrado optará más por los derechos naturales solos no bastan, deben Ilevarse a cabo dentro de una
una concepción liberal de la sociedad -por la que el Estado es un mero garante ordenación política y jurídica que los desarrollen. Se supone entonces que esto
de las libertades individuales que tolera la diversidad de opciones de sus sólo será posible si media un contrato originario entre los individuos y los pode-
miembros, como pensarán Locke, Kant y Montesquieu- que por una democrá- res estatales.
tica, según la cual la fortaleza del Estado radica en la voluntad general de la
ciudadanía y no en la autoridad de sus representantes.

1.3.4. La educación como medio de la moral y la autonomía personal

El siglo XVIII es también el siglo de la educación y la divulgación. Como ya


hemos dicho, el ideal ilustrado se caracteriza por su idea de progreso, pero
éste carece de sentido cuando la ciudadanía es formada en la superstición, el
mito y la obediencia ciega a quien detenta el poder. Para aliviar estas creencias
y hábitos funestos se requiere una doble actuación. Por un lado se busca la
reforma de la educación institucional, que normalmente estaba a cargo de reli-
giosos. Partiendo de una posición racionalista de la moral, que vela en las luces
de la razón el camino para la discriminación de lo bueno y lo malo y, por tanto
la vía de la virtud, el pensamiento de la Ilustración buscara una formación laica
y cívica que permita la autonomía de los sujetos. Para ello había que hacer ver
que todo error es fruto de la ignorancia, de la sinrazón. Por el contrario, si se
daban los mecanismos pertinentes para el uso de la razón sin cortapisas, en-
tonces surgiría con facilidad la capacidad de la autonomía de cada ser humano,
puesto que la premisa de la igualdad natural de los hombres les otorgaba la
capacidad para juzgar por sí mismos sin tutelas a las que obedecer ciegamen-
te. Además, puesto que la educación que se preconizaba debería servir para
El liberalismo -tanto el económico de Adam Smith como el político- será visto que los individuos tuviesen más medios racionales para conseguir su felicidad
por muchos autores como el sistema de la libertad moderna, frente al concepto personal, su puesta en práctica tendría que ser placentera. Esta idea, pedagó-
antiguo de la misma, representado sobre todo por la democracia ateniense, que gicamente fundamental, fue desarrollada por Rousseau, quien es contrario a la
estaba caracterizado por la participación activa y constante del poder de la enseñanza basada en la disciplina excesiva y en el culto a los argumentos de
colectividad, mientras que la libertad moderna se resume en el "goce pacifico autoridad.
de la independencia privada", como dijo el ilustrado francés Benjamin Cons-
tant. Sin embargo, esta teoría no tenía como consecuencia directa el poder La otra actuación consistió en la divulgación de los conocimientos para que
democrático porque ponía el acento más en el deseo de que el Estado no per- pudieran Ilegar al gran público. Consecuencia de esto es la ingente cantidad de
mitiera discriminaciones que impidieran el uso efectivo de este disfrute, que en artículos de prensa destinados a tal fin, aunque la obra mas característica de
la participación de todos los ciudadanos en la administración del poder. Por este empuje al conocimiento generalizado son los diccionarios y enciclopedias,
eso, frente al liberalismo surge la doctrina de la democracia radical, cuyo repre- entre las que destaca la famosa Enciclopedia, o diccionario de las ciencias, de
sentante más importante será Rousseau, teoría que se fusionará posterior- las artes y de los oficios editada por D'Alembert y Diderot, en la que participa-
mente con la liberal para originar las nociones básicas de las democracias ac- ron diversos autores ilustrados.
tuales.
Es interesante notar que la filosofía ilustrada está alejada de las universidades.

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Su lugar lo ocupan los salones, regidos habitualmente por aristócratas, en don- es lo que tiende a aumentar la suma total de su bienestar" (Introducción a los
de se reúnen los más afamados pensadores y científicos para exponer sus principios de moral y de legislación). Aunque este pensador fue quien sistema-
tesis y discutirlas. La propia investigación científica está también fuera de la tizó el concepto de utilidad en su obra, podemos decir que el utilitarismo estuvo
Universidad -que se dedica sobre todo a la docencia- y se realiza en las Aca- representado con mayor o menor fortuna en buena parte de los filósofos ilus-
demias nacionales bajo el patronazgo real. trados, como Voltaire, Hume o los economistas liberales o fisiócratas.

1.3.5. El sensualismo y el utilitarismo 1.3.6. La filosofía como crítica

El hombre medieval tenía un sentimiento trágico de su existencia. Marcado por La Ilustración tiene la voluntad de criticar la cultura en todos los ámbitos, am-
el mito de la caída y del pecado original, ponía en manos de la religión el senti- pliando así el programa de Descartes, quien fue pionero del análisis crítico de
do de su vida terrenal, considerada un puente que debía cruzar cargado con la la razón en sus aspectos ontológicos y epistemológicos. Quien mas incidió en
pesada tarea del menosprecio del goce y de la sensualidad. El premio a esta este aspecto fue Inmanuel Kant, para quien la razón, el gran motor del progre-
vida sacrificada es la eternidad sobrenatural. Menos sujeta a la religiosidad so y la libertad de los pueblos y los individuos, tiene que ser crítica con los as-
medieval, pero igualmente trágica, la visión pesimista del mundo que tiene el pectos irracionales que habitan en ella. Para que esto sea posible la razón tiene
hombre barroco le impide también el disfrute sensual. que ser capaz de usar el análisis filosófico con ella misma, de forma que se
despoje de aquellos elementos que le impiden ser realmente autónoma. Tal es
La Ilustración cambia esta manera de pensar. La autonomía tanto del conoci- la idea central de la Crítica de la razón pura, seguramente el libro más influyen-
miento como de la moral que se inicia con Descartes, conlleva también un te en filosofía después de las obras de Platón y Aristóteles. La autonomía sería
desapego de la autoridad teórica más tradicional, y posibilita la creación en un desarrollo lógicamente necesario del concepto de razón secularizada que la
algunos autores ilustrados materialistas, como el barón D'Holbach y el mar- ciencia había empezado a usar en sus procedimientos y sus teorías, anulando
qués de Sade, de una moral sensualista basada en la naturaleza. No son los la posibilidad de la hipótesis divina como premisa explicativa.
únicos que unen placer y naturaleza, pues algunos fisiócratas como Lemercie-
re de la Riviére creerán también que la persecución del goce personal es el La autonomía de la razón significa, por tanto, que la filosofía debe ser precavi-
motor de la economía natural y de sus leyes. En el caso de D'Holbach, Sade y da y combativa con los rasgos irracionales que habitan en ella y en otros as-
otros libertinos, lo que se defiende es la idea de la naturaleza como único ser y pectos propios de la existencia y convivencia humana, cuya naturaleza es ra-
única maestra, de modo que lo racional sería seguir las inclinaciones y deseos cional. La lucha se establece en varios frentes: contra la superstición y los pre-
que la naturaleza ha puesto en las personas. Las leyes sociales o son conven- juicios, que anteponen la credulidad y la mera opinión al análisis racional (no
ciones -y por tanto se podrían cambiar sin demasiados problemas-, o son leyes confundir la creencia o la fe en Dios, que puede ser compatible con la razón);
de la naturaleza y siguen la lógica de la maximización del placer. La moral contra la tradición sin sentido, que se autojustifica sólo por medio del peso de la
sádica puede ser vista como un kantismo invertido donde el imperativo moral costumbre; contra la autoridad no articulada racionalmente, que como los pre-
es siempre el mayor placer posible, individual o compartido, y como un rous- juicios vive de un pasado en el que la razón se encontraba esclavizada por la
seanismo también vuelto hacia abajo, porque la idea de naturaleza que mantie- mera tradición, o habita en un presente en el que la razón de la fuerza tiene
ne el marqués es negativa, destructiva, frente al carácter benefactor y creativo más peso que la fuerza de la razón.
que la caracteriza para Rousseau.
Una de las consecuencias de esta lucha por la racionalidad humana es la tole-
Alejado del espíritu libertino, el utilitarismo también recoge como premisa la rancia. La racionalidad debe convivir con las creencias siempre que éstas no
idea del placer. Bentham -el padre de esta doctrina filosófica y moral- definirá intenten imponerse por la fuerza:
lo útil como "la propiedad o la tendencia de una cosa a preservar de algún mal
o a procurar algún bien. Mal es pena, dolor o causa de dolor. Bien es placer o «¿Qué es la tolerancia? Es el patrimonio de la humanidad. Todos estamos mode-
causa de placer. Lo que está conforme con la utilidad o el interés del individuo lados de debilidades y de errores. Perdonémonos las necedades recíprocamente,

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es la primera ley de la naturaleza. Que el guebra, el baniano, el judío, el ma- Otro de los desarrollos de la filosofía como crítica fue el uso de la razón a la
hometano, el deícola chino, el brahman, el cristiano griego, el cristiano cuáquero, hora de abordar la religión. Muy alejados de las denominadas religiones revela-
trafiquen juntos en la Bolsa de Amsterdam, de Londres, de Surate o de Basora: das, los ilustrados -salvo los librepensadores, los libertinos y los materialistas,
no levantarán el puñal unos contra otros por ganar almas para su religión». Vol- que solían ser ateos- prefirieron acercarse a un concepto natural de religión en
taire, Diccionario filosófico.
el que ni las doctrinas particulares de cada creencia en particular, ni los rituales
de las mismas encuentran sentido. El dios racionalizado, herencia de Descar-
Años antes, el filósofo empirista John Locke había iniciado este camino pro-
tes, no participa activamente en el destino de las criaturas, sean humanas o no,
pugnando la separación entre la religión, que debería restar en un ámbito pri-
ya que estas se rigen por las leyes naturales con que dispuso su creación. Esta
vado, y el gobierno del Estado. La tolerancia, que después se amplió a otro tipo 2
forma de pensar se denomina deísmo .
de cuestiones, empezó necesariamente por las cuestiones religiosas, pues no
se puede olvidar el daño que provocaron las guerras de religión a lo largo de la
historia.
2. EL CRITICISMO KANTIANO
Pero como el pensamiento ilustrado es sobre todo un conjunto de doctrinas que
buscan la libertad -individual y social- de los hombres, el autoanálisis de la
2.1. Vida, obras y proyecto
razón no puede quedarse sólo en el plano teórico del conocimiento, sino que
debe acercarse también a su vertiente práctica, el de la acción humana en sus
cotidianeidad. Por ello, la razón continúa su labor crítica con los aspectos mora- Emmanuel Kant nació en Königsberg, en 1724. Su padre era guarnicionero.
les, políticos, históricos y estéticos. La estética, disciplina en la que Kant tam- Comenzó sus estudios en 1740 influido por el llamado racionalismo escolar.
bién descolló, es una materia de reciente creación que nace de la mano del Posteriormente leyó a Hume, quien según sus propias palabras, le hizo aban-
alemán Baumgarten y se desarrollará con rapidez en el movimiento romántico. donar los esquemas del dogmatismo racionalista. En 1755 se habilitó como
profesor enseñando todas las disciplinas filosóficas; pero hasta 1770 no pudo
obtener la cátedra de metafísica y lógica. A partir del año 1796 tuvo que aban-
donar sus lecciones debido a su senilidad, y en 1804 murió en su ciudad natal
de la que nunca había salido. Buena parte de su obra la escribió bajo el reinado
de Federico II el Grande, un monarca ilustrado que, como tal, mantuvo buenas
relaciones con los intelectuales y una actitud de tolerancia religiosa. A la muerte
de éste (1786) las cosas comenzaron a cambiar. El nuevo régimen prohibió
toda actitud «que pudiera hacer vacilar la fe», estableciendo una rígida censu-
ra; esto le planteó algunos problemas a Kant y se vio obligado finalmente a
renunciar a cualquier tratamiento de cuestiones religiosas.

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PRINCIPIOS Y ARGUMENTOS DEL DEÍSMO VOLTERIANO

1. Hay motivos racionales para afirmar la existencia de Dios, pero no podemos determinar su esen-
cia.
2. La creación es necesaria, por lo que Dios no es responsable del mal.
3. Dios es bueno o todopoderoso, pero no las dos cosas. Existe el mal y Dios no lo impide; es
bueno, ergo Dios no es todopoderoso.
4. No hay ni providencia ni milagros, sino ignorancia humana.
5. Lo verdadero de la religión no es la superstición y la magia, ni el galimatías de la Trinidad, sino la
moral racional (moralismo).
6. Voltaire critica por razones morales la doctrina del pecado original y de la gracia.
7. No debemos creer lo absurdo -como que Dios ha creado a la mayoría de la humanidad para
condenarla-, sino lo congruente con nuestro entendimiento.

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Podemos establecer dos períodos en la actividad de Kant: el período precrítico 11. Metafísica de las costumbres: de 1797.
y el período crítico.
12. Antropología en sentido pragmático y Disputa de las facultades: ambas de 1798.
 Entre las obras del primer período destacan: (1) Nueva dilucidación de los
primeros principios metafísicos del conocimiento (donde reduce el principio de 13. Paso de los principios metafísicos de la ciencia de la naturaleza a la física (obra
razón suficiente de Leibniz al principio de identidad y sostiene que éste es el princi- inacabada): publicada póstumamente en 1888.
pio supremo): publicada en 1755. (2) El único argumento posible para la demostra-
ción de la existencia de Dios (en esta obra reduce todas las pruebas para la demos- Para Kant, la filosofía va a ser un saber de la razón, un saber de la razón pura,
tración de la existencia de Dios a la de la contingencia del mundo): de 1763. (3) entendiendo ésta, no en un sentido técnico, restringido, como facultad opuesta
Consideraciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime: de 1764. (4) Sobre el
al entendimiento, sino en un sentido amplio, es decir, como conjunto de todas
primer fundamento de la distinción de las regiones del espacio (plantea la vieja dis-
cusión entre Leibniz y Newton acerca de la naturaleza del espacio, la postura de las facultades cognoscitivas superiores. En esta significación, el término razón
Kant es que el espacio es algo primario, no derivado de nociones anteriores como abarca, pues, a la Sensibilidad, al Entendimiento y a la Razón. Así pues, la
sostenía Leibniz): de 1768. filosofía va a ser una investigación sobre la razón pura, pero también desde la
razón, y, en este sentido, el ideal de saber filosófico va a estar mediatizado por
 Entre las obras del segundo período (el período crítico) destacan: el ideal sistemático, propio de nuestra razón arquitectónica.

1. Crítica de la razón pura: es su obra fundamental. Publicada en 1781. En efecto, el ideal kantiano de ciencia y filosofía es un ideal arquitectónico,
sistemático, y éste sólo puede ser posible si todos nuestros conocimientos
2. Prolegómenos a toda metafísica futura que quiera presentarse como ciencia (es una están ordenados y jerarquizados en y desde la razón: el ideal del sabio consiste
especie de versión resumida de la C.R.Pu.): de 1783. en convertir los conocimientos rapsódicos en sistemáticos, y el instrumento
encargado de ello no puede ser otro que la razón pura.
3. Idea de una historia universal en sentido cosmopolita y Respuesta a la pregunta ¿qué
es la ilustración?: ambas de 1784.

4. Fundamentación de la metafísica de las costumbres: de 1785.


A) Los diferentes estadios de la razón. La superioridad del estadio crítico.
5. Crítica de la razón práctica (otra de sus obras fundamentales) y Sobre el uso de los
principios teológicos en filosofía: ambas de 1788. Según Kant, la razón puede pasar o estar instalada en tres estadios:
6. Crítica del juicio (donde se desarrolla la estética kantiana): de 1790.
Dogmático. Corresponde a una razón en estado infantil, ingenua, que
7. Sobre un descubrimiento según el cual toda nueva crítica de la razón pura resulta históricamente podemos hacer coincidir con el Racionalismo del siglo
superflua en virtud de una anterior, y Sobre el fracaso de todos los intentos filosóficos de XVII, pues sus representantes defendían una intuición privilegiada (in-
la `Teodicea": ambas de 1791. tuición intelectual), que no tenía que estar bajo el yugo de la daticidad,
sino que podía progresar por sí misma y desde sí misma. Adoptando
8. La religión dentro de los límites de la mera razón, ¿Cuáles son los progresos reales un punto de vista sistemático, sería lícito decir que ese estadio de la
que la metafísica ha hecho desde el tiempo de Leibniz y Wolff? y Sobre el dicho «Esto razón coincide también con la aplicación del uso intuitivo (construcción
puede ser cierto en teoría, pero no vale para la práctica»: las tres de 1793. de conceptos) a cuestiones filosóficas. Se trata de un estadio en el que
la razón se cree tan importante que no necesita de la experiencia para
9. Por la paz perpetua: de 1795. progresar en el dominio de sus conocimientos.
Este endiosamiento de la razón trae como última consecuencia, un es-
10. Sobre un tono noble en filosofía recientemente exaltado (critica el recurso a la intui- tadio fuertemente escéptico, en el que aquélla debe quedar sometida
ción intelectual y al misticismo en filosofía): de 1796. a la servidumbre de la experiencia. Históricamente se puede hacer co-

8
rresponder este estadio con la filosofía de Hume, cuyo proceder es su tercera crítica, Crítica del Juicio. En ésta, el Juicio o Facultad de juz-
considerado, desde la perspectiva kantiana, como una censura de la gar se convierte en el centro de una investigación que quiere dar cuen-
razón y que consiste en someter a examen los hechos de la razón ta tanto de nuestra experiencia estética, cuanto del posible conocimien-
misma. Para el filósofo crítico es un estadio decisivo, siempre que po- to de los seres organizados, abocando ambos niveles de análisis a una
sea exclusivamente un valor de tránsito, y no de permanencia. Se trata primacía del uso práctico de la razón.
de una llamada de atención al uso puro-dogmático de la razón; de un
«despertar del sueño dogmático».
Este estadio escéptico abre el camino a la razón hacia su verdadero
estadio, el crítico, en el cual debe permanecer. Tal estadio se da en el B) Uso académico y uso mundano del concepto de filosofía.
ámbito de una Crítica de la razón, mediante la que sometemos a exa-
men, no los hechos de la razón, sino la razón misma, es decir, no los
productos de la razón, sino sus potencialidades o capacidades. ’Crítica’ Kant distingue entre un uso académico y un uso mundano del concepto de
significa, pues, examen, investigación, poner como objeto de análisis filosofía. Según el primero, es tarea de la filosofía «buscar la unidad sistemática
las capacidades de la razón humana, investigar sus posibilidades, aco- del saber y la perfección lógica de nuestros conocimientos», es decir, la tarea
tar los límites propios en los que esa razón se mueva con soltura, y, de la filosofía es puramente metodológica, y consiste en ir perfeccionando los
dentro de los cuales, pueda generar conocimientos fiables. La Crítica distintos conocimientos que constituyen el ámbito del saber filosófico. El sentido
de la razón constituye el verdadero punto de partida para todo conoci- de esta tarea estriba en poder convertir alguna vez la filosofía en una ciencia
miento filosófico que quiera convertirse en universalmente válido. que pueda ser enseñada y aprendida como cualquier otra ciencia. Sin embar-
go, como es el caso que no existe ningún sistema de filosofía que pueda ser
enseñado como el verdadero sistema, sino que, más bien, lo que existe son
Según lo anterior, la filosofía tiene que ser entendida como una ciencia de la controversias y disputas entre las distintas filosofías, parece que lo más salu-
razón pura, es decir, como un saber que tiene por objeto de estudio la razón dable para el entendimiento común humano es, no dedicarse a aprender filosof-
humana, o mejor dicho, sus propios principios. Para ello, tomamos la razón en ía, sino sólo a «aprender a filosofar».
su uso puro, es decir, sin ninguna contaminación de la experiencia, y extrae-
mos de ella los principios racionales que rigen la estructura del conocimiento,
que es especificado por Kant como conocimiento científico, moral y estético. Ahora bien, existe un uso mundano del concepto de filosofía, que es el que
Kant adopta propiamente en la elaboración de su obra:
En efecto, esa ”ciencia de la razón pura” se expresa en un sistema, mediante el
«El campo de la filosofía en esta significación puede reducirse a las preguntas siguien-
que Kant piensa agotar el conocimiento completo de la realidad, a saber, la tes:
realidad científica, la realidad moral y la realidad estética. Para ello, ese uso
puro de la razón se despliega en tres dimensiones:
1. ¿Qué puedo saber?

Razón pura teórica. A su investigación está dedicada la Crítica de la 2. ¿Qué debo hacer?
razón pura y otras obras teóricas como los Prolegómenos a toda me-
tafísica futura…, y cuya tarea es determinar la estructura de todo cono-
3. ¿Qué me está permitido esperar?
cimiento en general, y del científico en particular, así como llevar a ca-
bo el estudio del alcance y posibilidad del saber metafísico.
4. ¿Qué es el hombre?».
Razón pura práctica. A su investigación está dedicada la Crítica de la
razón práctica y otras obras morales como la Fundamentación de la
Metafísica de las costumbres, y cuya tarea es delinear los principios
que deben regir nuestro comportamiento, así como establecer una fun-
damentación práctica del saber metafísico.
Razón pura teórico-práctica. Es el punto de vista que adopta Kant en

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2.2. El problema crítico: la síntesis a priori y su fundamento 1) El juicio analítico es un juicio que formulamos a priori, sin necesidad de ape-
lar a la experiencia, ya que con él expresamos de un modo distinto el mismo
Kant descubre que la naturaleza del conocimiento científico (el conocimiento concepto que expresamos mediante el sujeto. Por consiguiente, es universal y
verdadero) consiste en ser una síntesis a priori, y por lo tanto todo consiste en necesario, pero no amplía el conocer. Por lo tanto, la ciencia se vale en muchos
descubrir cuál es el fundamento que hace posible esta síntesis a priori. Por casos de estos juicios para aclarar y explicar gran número de cosas, pero no se
consiguiente, si se consigue establecer cuál es la naturaleza de la síntesis a basa en ellos cuando amplía su propio conocimiento. El juicio típico de la cien-
priori, podrá solucionarse con comodidad el problema acerca de cómo y por cia, pues, no puede ser el juicio analítico a priori.
qué son posibles las ciencias matemático-geométricas y la ciencia física, y se
podrá decidir si es posible o no una metafísica en cuanto ciencia, y en el caso 2) El juicio sintético, por el contrario, siempre amplía mi conocer, en la medida
de que no sea posible, por qué la razón humana se siente irresistiblemente en que siempre me dice del sujeto algo nuevo, algo que no estaba contenido
atraída por las cuestiones metafísicas. Dado que esto constituye un elemento implícitamente en él. Ahora bien, los juicios sintéticos más corrientes son los
clave y de su comprensión depende la comprensión de toda la filosofía kantia- que formulamos basándonos en la experiencia, es decir, los juicios experimen-
na, es preciso profundizar de manera adecuada en esta cuestión. tales.

El conocimiento científico –es decir, el verdadero conocimiento– consta funda- Todos los juicios experimentales son sintéticos, y como tales, «amplían el co-
mentalmente de proposiciones o de juicios universales y necesarios, y además, nocimiento». Sin embargo, la ciencia no puede basarse en ellos porque, justa-
incrementa de manera continuada el conocer. Entonces, ¿qué tipos de juicios mente al depender de la experiencia, son todos ellos a posteriori, y por lo tanto,
son aquellos que emplea la ciencia? Para responder al problema hay que exa- no pueden ser universales y necesarios. De los juicios de experiencia pueden
minar la teoría de los juicios, comprobar cuántos y cuáles son, y después esta- obtenerse, todo lo más, algunas generalizaciones, pero en ningún caso la uni-
blecer cuáles son los característicos de la ciencia. versalidad y la necesidad.

Un juicio consiste en la conexión entre dos conceptos, uno de los cuales (A) 3) Es obvio, por lo tanto, que la ciencia se basa en un tercer tipo de juicios: en
sirve de sujeto, y el otro (B), de predicado. aquella clase de juicios en los que el carácter a priori –es decir, la universalidad
y la necesidad– se unifica al mismo tiempo con la fecundidad, es decir, la «sin-
1) El concepto que actúa como predicado (B) puede estar contenido en el con- teticidad». Los juicios constitutivos de la ciencia son juicios sintéticos a priori.
cepto que actúa como sujeto (A), y por tanto cabe hallarlo mediante un simple Kant se halla por completo convencido de ello.
análisis del sujeto. Se tratará, entonces, de un juicio analítico, como sucede
cuando digo, por ejemplo, «todo cuerpo es extenso». El concepto de extensión,
en efecto, es sinónimo de «corporeidad», y cuando digo «todo cuerpo es ex- TABLA KANTIANA DE LOS JUICIOS
tenso» no hago más que explicitar y explicar lo que se entiende por «cuerpo». Origen A posteriori A priori
(contingentes) (universales y necesarios)
2) Sin embargo, el concepto que actúa como predicado (B) puede no hallarse Tipo Sintéticos Analíticos
implícito en el concepto que actúa como sujeto (A), y de todas maneras conve- (extensivos) (explicativos)
nirle a éste, con lo que tenemos un juicio sintético: el predicado (B) añade al Fundamento La experiencia La posibilidad de La identidad (pr.
sujeto (A) algo que no se puede establecer por un mero análisis. Por ejemplo, la experiencia de no contradic-
cuando digo «todo cuerpo es pesado» formulo un juicio sintético, porque el ción)
concepto de «pesado» no se obtiene por un mero análisis del concepto de Ejemplos "El calor dilata los "Todo lo que co- "El Todo es la
cuerpo, tanto es así que –desde la época de Aristóteles– se ha venido conside- cuerpos", "Cesar mienza a existir suma de las par-
rando durante mucho tiempo que algunos cuerpos (la tierra y el agua) eran paso el Rubicón" tiene una causa" tes"
pesados por su propia naturaleza, mientras que otros cuerpos (el aire y el fue- Disciplinas Física aplicada, his- Física teórica Lógica y Matemá-
go) eran ligeros por naturaleza. toriografía (Metafísica de la ticas
naturaleza)

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Todas las operaciones aritméticas, por ejemplo, son síntesis a priori. El juicio 5 tensión).
+ 7 = 12 no es analítico, sino sintético: cuando contamos (recuérdense también 2) El fundamento de los juicios sintéticos a posteriori, en cambio.
las operaciones realizadas con el ábaco) recurrimos a los dedos de las manos, puesto que son juicios experimentales, es por definición la expe-
es decir, a la intuición, y gracias a ésta vemos nacer (sintéticamente) el nuevo riencia.
número correspondiente a la suma. 3) Los juicios sintéticos a priori no se basan en el principio de identi-
dad (ni en el de no contradicción, derivado de aquél), porque lo que
Lo mismo se aplica a los juicios de la geometría. Kant escribe: «Que la línea vinculan no es un predicado igual (correspondiente) al sujeto, sino
recta sea la más corta entre dos puntos es una proposición sintética, porque el un predicado diferente. No se basan en la experiencia, porque son
concepto de recta no incluye determinaciones de cantidad, sino únicamente de a priori. mientras que todo lo que procede de la experiencia es a
calidad.» El concepto de línea «más corta» es algo del todo añadido y no pue- posteriori. Además, son universales y necesarios, mientras que lo
de obtenerse a través de un análisis del concepto de «línea recta». Para ello, que procede de la experiencia (como ya hemos dicho) nunca es
aquí hay que recurrir a la ayuda de la intuición, que es la única que posibilita la universal ni necesario.
síntesis.
He aquí, pues, el problema de Kant: «¿Qué es, aquí, la incógnita X. sobre la
De manera análoga, el juicio de la física «en todas las mutaciones del mundo que se apoya el intelecto, cuando cree que halla fuera del concepto A un predi-
corpóreo permanece invariable la cantidad de materia» es un juicio sintético a cado B, ajeno a él, y que sin embargo considera en conjunción con él?» El
priori, porque –afirma Kant– «en el concepto de materia no pienso la perma- hallazgo de esta incógnita X constituye el meollo del criticismo. Examinemos
nencia, sino únicamente su presencia en el espacio, en cuanto que lo ocupa. cómo llegó Kant a la solución de dicha incógnita.
Por eso, supero realmente el concepto de materia, para añadirle a priori algo
que no pensaba mediante dicho concepto. La proposición, pues, no es analítica
sino sintética, y sin embargo, pensada a priori»; lo mismo cabe decir de todas
las proposiciones fundamentales de la física. También la metafísica avanza 2.3. La revolución copernicana de Kant
mediante juicios sintéticos a priori, o por lo menos aspira a ello; sin embargo,
hay que comprobar si es con fundamento o sin él. La matemática –en cuanto ciencia que determina a priori, y no empíricamente,
su objeto– se constituyó como tal hace mucho tiempo, «mediante el maravilloso
Llegamos así al punto más importante: una vez establecido que el saber cientí- pueblo de los griegos», por obra de un solo hombre. Antes, señala Kant, la
fico está constituido por juicios sintéticos a priori, si descubrimos cuál es el fun- matemática tuvo que avanzar a través de ensayos inseguros, especialmente
damento de la síntesis a priori podremos resolver todos los problemas concer- entre los egipcios. Más adelante, en un momento determinado tuvo lugar una
nientes al conocimiento humano, su alcance, sus ámbitos legítimos, sus fronte- transformación definitiva, que hay que «atribuir a una revolución, puesta en
ras y su horizonte. En suma, podremos establecer en general cuál es el valor y práctica por la afortunada idea de un solo hombre, con una investigación tal
cuáles son las limitaciones del conocimiento humano. Precisamente esto es lo que –después de ella– ya no podía uno extraviarse en el camino que había que
que Kant se propone hacer mediante su Crítica. seguir, y la segura senda de la ciencia quedaba abierta y trazada para todos los
tiempos y con un recorrido infinito...» Kant continúa: «El primero que demostró
Formulemos mejor la cuestión, poniéndola en relación con el problema del fun- el triángulo isósceles (haya sido Tales o quien fuese), se vio iluminado por una
damento de las demás formas de juicio: gran luz: porque comprendió que no debía seguir paso a paso lo que veía en la
figura, ni ceñirse al mero concepto de tal figura, para aprender sus propie-
1) El fundamento de los juicios analíticos a priori pronto queda esta- dades; en cambio, mediante lo que por sus mismos conceptos pensaba y re-
blecido: al tratarse de juicios en los que sujeto y predicado son presentaba de ella (mediante una construcción) debía producirla; comprendió
equivalentes, cuando los formulamos nos estamos basando en el asimismo que, para saber con seguridad algo a priori, no debía atribuir a la
principio de identidad y de no contradicción. Si afirmase que, por cosa más que lo que necesariamente surgía de aquello que según su propio
ejemplo. el cuerpo no es extenso, caería en una contradicción, al concepto, le había otorgado él mismo.» En definitiva, la geometría nació cuan-
igual que si afirmase que el cuerpo no es cuerpo (corporeidad = ex- do Tales (o quien fuese) comprendió que se trataba de una creación de la men-

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te humana y que no dependía más que de la mente humana. las leyes de su sensibilidad y de su entendimiento, como ahora veremos en
detalle. Sin embargo, antes de pasar al examen de la sensibilidad y de sus
Lo mismo sucedió mucho después con la física. Kant señala que surgió como leyes, hay que aclarar el significado del término «trascendental», que recorre
ciencia por obra de una revolución del precedente modo de pensar. Tal revolu- de un extremo a otro la Crítica de la Razón pura y que es un elemento básico.
ción tuvo lugar mediante un desplazamiento del punto focal de la investigación Kant utiliza esta noción con mucha frecuencia, hasta extremos exagerados y
física, desde los objetos hasta la razón humana, y gracias al descubrimiento de con diversas acepciones (un especialista llegó a contar trece diferentes, sólo en
que la razón halla en la naturaleza lo mismo que ella ha colocado allí. la Crítica de la Razón pura); sólo hay una, empero, que sea verdaderamente
específica y del todo nueva. Kant define el término, en esta nueva acepción, de
En cambio, en la metafísica se constata un perpetuo avanzar en tinieblas y una la manera siguiente: «Llamo trascendental a todo conocimiento que tiene rela-
gran confusión. En otras palabras, la metafísica ha permanecido en una fase ción no con objetos, sino con nuestro modo de conocer los objetos, en la medi-
precientífica. ¿Cómo ha ocurrido tal cosa? ¿Acaso será imposible que llegue a da en que debe ser posible a priori.»
constituirse como ciencia? Y si así fuese, ¿por qué la naturaleza puso en la
razón humana una tendencia tan fuerte hacia los problemas metafísicos? ¿Es Muchos han considerado que esta noción resulta muy oscura y algunos con-
que hasta ahora se ha errado el camino, o es que no existe una vía que lleve a temporáneos la malinterpretaron de una manera rudimentaria. Sin embargo, si
que la metafísica se constituya como ciencia? Kant, mediante una revolución se tiene en cuenta lo que hemos dicho antes, es posible aclararla con facilidad.
que él mismo definió como «revolución copernicana», consiguió responder a Los modos de conocer a priori del sujeto son la sensibilidad y el entendimiento;
estos interrogantes, que coinciden con el hallazgo de la incógnita X antes cita- Kant califica de trascendentales los modos o las estructuras de la sensibilidad y
da. del entendimiento. En cuanto tales, dichas estructuras son a priori, porque son
algo propio del sujeto y no del objeto; no obstante, son estructuras que repre-
Hasta aquel momento se había intentado explicar el conocimiento suponiendo sentan las condiciones sin las cuales no es posible ninguna experiencia de
que era el sujeto el que debía girar alrededor del objeto; empero, puesto que ningún objeto. El trascendental, pues, es la condición de la cognoscibilidad de
así quedaban sin explicación muchas cosas, Kant invirtió los papeles y supuso los objetos (la condición de la intuibilidad y de la pensabilidad de los objetos).
que el objeto era el que debía girar en torno al sujeto. Copérnico había llevado
a cabo una revolución análoga: si la Tierra permanecía quieta en el centro del Si consideramos la «revolución copernicana» se volverá más evidente lo que
universo y los planetas giraban alrededor de ella, muchos fenómenos queda- estamos diciendo. Para la metafísica clásica, los trascendentales eran las con-
ban inexplicados, y por lo tanto a Copérnico se le ocurrió mover la Tierra y diciones del ser en cuanto tal, es decir, aquellas condiciones cuya eliminación
hacerla girar en torno al Sol. Dejando de lado la metáfora, Kant considera que suponía la eliminación del objeto mismo. Después de la revolución kantiana, ya
no es el sujeto el que, al conocer, descubre las leyes del objeto, sino al revés, no se puede hablar de condiciones del objeto en sí, sino únicamente de condi-
el objeto es el que se adapta –cuando es conocido– a las leyes del sujeto que ciones del objeto en relación con el sujeto; por tanto, el trascendental se des-
le recibe desde el punto de vista cognoscitivo. plaza desde el objeto hasta el sujeto. En conclusión, «trascendental» es aquello
que el sujeto pone en las cosas en el acto mismo de conocerlas, en el sentido
Kant supone, con su revolución, que nuestra intuición sensible no es la que que antes hemos explicado y que continuaremos aclarando.
debe regularse según la naturaleza de los objetos, sino que los objetos han de
regularse de acuerdo con la naturaleza de nuestra facultad intuitiva. De manera
análoga, supone que no es el entendimiento el que debe regularse a los obje-
tos para extraer los conceptos, sino al revés: los objetos, en cuanto que son 2.4. La estética trascendental (la doctrina del conocimiento sensible y de
pensados, deben ajustarse a los conceptos del intelecto y concordar con ellos. sus formas a priori)
En conclusión, «a priori, sólo conocemos de las cosas aquello que nosotros
mismos hemos colocado en ellas». Nuestro conocimiento se divide en dos ramas, que la filosofía había admitido
desde siempre: conocimiento por los sentidos y conocimiento por el entendi-
Se pone en claro así cuál es, para Kant, el fundamento de los juicios sintéticos miento. Estas dos formas de conocimiento no sólo difieren en grado –como
a priori: es el sujeto mismo que siente y que piensa, o mejor dicho, el sujeto con suponía Leibniz: conocimiento oscuro, en el primer caso, y claro, en el segun-

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do– sino en su propia naturaleza. Sin embargo, Kant admite «que probable- to, un aparecer del objeto tal como se manifiesta mediante esa modifi-
mente brotan de una raíz común, pero desconocida para nosotros». A través de cación.
los sentidos, los objetos nos son dados, mientras que a través del entendimien- e. En el fenómeno (en las cosas tal como se nos aparecen en el conoci-
to son pensados. Por lo tanto, habrá que estudiar por separado ambas formas miento sensible) Kant distingue una materia y una forma. La materia es
de conocimiento. La indagación sobre la sensibilidad tendrá que realizarse en dada por las sensaciones o modificaciones aisladas, que el objeto pro-
primer lugar y la correspondiente al entendimiento vendrá más tarde, porque duce en nosotros. Como tal, sólo puede ser a posteriori (no puedo ex-
primero los objetos tienen que ser dados, para después ser pensados. perimentar frío o calor, o saborear algo dulce o amargo, si no es como
consecuencia de la experiencia, no antes de ella). En cambio, la forma
Kant llama «estética» a la doctrina acerca de los sentidos y de la sensibilidad, no viene de las sensaciones y de la experiencia, sino del sujeto, y es
no en el sentido en el que hoy se utiliza la palabra, sino en su significado eti- aquello por lo cual los múltiples datos sensibles son «ordenados en de-
mológico: aisthesis, en griego, significa «sensación» y «percepción sensorial». terminadas relaciones». En palabras más sencillas, cabe decir que la
La estética trascendental es pues la doctrina que estudia las estructuras de la forma de la que habla Kant es el «modo de funcionar» de nuestra sen-
sensibilidad, el modo en el que el hombre recibe las sensaciones y se forma el sibilidad, que –en el momento en que recibe los datos sensoriales– los
conocimiento sensible. Kant sostiene: «Llamo estética trascendental a una sistematiza de manera natural. Puesto que la forma es el modo de fun-
ciencia que versa sobre todos los principios a priori de la sensibilidad», donde cionar de la sensibilidad, es algo a priori para nosotros.
se entiende por «principios a priori» las estructuras o el modo de funcionar de f. Kant llama «intuición empírica» a aquel conocimiento (sensible) en el
la sensibilidad. que están presentes de manera concreta las sensaciones, e «intuición
pura» a la forma de la sensibilidad considerada con exclusión de la ma-
Para comprender cabalmente la estética trascendental y todo lo que viene a teria (prescindiendo de las sensaciones concretas).
continuación, hay que comenzar por una serie de aclaraciones terminológicas, g. Las intuiciones puras o formas de la sensibilidad son sólo dos: el espa-
sobre las que el propio Kant llama abiertamente la atención del lector. cio y el tiempo.

a. La sensación es una pura modificación o afección que el sujeto recibe Se hace evidente entonces que para Kant el espacio y el tiempo ya no son
(pasivamente) por obra del objeto (por ejemplo, cuando sentimos calor determinaciones ontológicas o estructuras de los objetos. Como consecuencia
o frío, vemos el rojo o el verde, o saboreamos algo dulce o amargo) o, de la revolución copernicana, se convierten en modos y funciones propias del
si se prefiere así, es una acción que el objeto produce sobre el sujeto, sujeto, «formas puras de la intuición sensible, en cuanto principios del conoci-
modificándolo. miento». Por consiguiente es obvio que no debemos salir de nosotros mismos
para conocer las formas sensibles de los fenómenos (espacio y tiempo), porque
b. La sensibilidad es la facultad que tenemos de recibir las sensaciones, las tenemos a priori en nosotros mismos.
la facultad mediante la cual somos susceptibles de ser modificados por
los objetos. El espacio, para Kant, es la forma (el modo de funcionar) de los sentidos ex-
ternos, la condición a la que deben sujetarse la representación sensible de los
c. La intuición es el conocimiento inmediato de los objetos. Según Kant, el objetos sensibles. En cambio, el tiempo es la forma (el modo de funcionar) de
hombre está dotado de un solo tipo de intuición: la que es propia de la los sentidos internos (y por lo tanto la forma de todos los datos sensibles inter-
sensibilidad. El entendimiento humano no intuye, sino que –cuando nos, en la medida en que sean conocidos por nosotros). El espacio, pues,
piensa– siempre se refiere a los datos que le suministra la sensibilidad. abarca todas las cosas que pueden aparecer exteriormente, y el tiempo todas
las que pueden aparecer interiormente.
d. El objeto de la intuición sensible se llama «fenómeno», que significa
(del griego phainomenon) «aparición» o «manifestación». Mediante el Por consiguiente, Kant pone en tela de juicio con gran vigor las pretensiones
conocimiento sensible no captamos el objeto tal como es en sí, sino tal del espacio y del tiempo que aspiran a convertirse en realidades absolutas.
como se nos aparece, porque la sensación (el conocer de los sentidos) Niega que puedan darse «también con independencia de la forma de nuestra
es una modificación que el objeto produce sobre el sujeto y, por lo tan- intuición sensible». Niega, por último, que puedan «ser algo absolutamente

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inherente a las cosas como condiciones o cualidades de éstas». a priori. Kant la resume en estos términos, al final de la exposición de la estéti-
ca trascendental: «Ya tenemos uno de los elementos necesarios para solucio-
Otros seres racionales, diferentes a los hombres, podrían captar las cosas de nar el problema general de la filosofía trascendental: ¿cómo son posibles los
una manera no espacial y no temporal; nosotros captamos las cosas según una juicios sintéticos a priori?» Este elemento consiste, precisamente, en las intui-
determinación espacial y temporal sólo porque nuestra sensibilidad está confi- ciones puras a priori, el espacio y el tiempo. Realizamos juicios sintéticos a
gurada de este modo (tenemos una sensibilidad que funciona así). priori basándonos en nuestras intuiciones. Sin embargo, concluye Kant, «di-
chos juicios, por esta razón, no van más allá de los objetos de los sentidos [da-
Se pone en evidencia qué es lo que Kant quiere decir cuando habla de «reali- do que la intuición del hombre sólo es sensible], y únicamente pueden aplicarse
dad empírica» y de «idealidad trascendental» del espacio y del tiempo. Tienen a los objetos de una experiencia posible», pero no a los objetos en sí. Por lo
realidad empírica porque todos los objetos que se dan a nuestros sentidos tanto, la geometría y la matemática tienen un valor universal y necesario, pero
están sujetos a ellos. Poseen idealidad trascendental porque no son algo in- dicho valor de universalidad y de necesidad queda restringido al ámbito fe-
herente a las cosas como condiciones suyas, sino que únicamente son formas noménico.
de nuestra intuición sensible (no son formas del objeto, sino formas del sujeto).

Su pensamiento acerca del conocimiento sensible define la primera etapa de


la «revolución copernicana»: los objetos, tal como son en sí, sólo pueden ser 2.5. La analítica trascendental y la doctrina del conocimiento intelectivo y
captados por la intuición propia de un intelecto originario (Dios) en el acto mis- de sus formas a priori
mo en que los configura. Por lo tanto, nuestra intuición –precisamente en la
medida en que no es originaria– es sensible, no produce sus propios conteni- 2.5.1. La lógica kantiana y sus divisiones
dos, sino que depende de la existencia de objetos que actúan sobre el sujeto,
modificándolo a través de las sensaciones. Por consiguiente, la forma del co- Además de la sensibilidad, el hombre posee una segunda fuente de conoci-
nocimiento sensible depende de nosotros, mientras que su contenido no de- mientos: el entendimiento. Mediante aquélla, los objetos nos son dados, y a
pende de nosotros, sino que nos es dado. través de la segunda, son pensados. Kant manifiesta: «Intuición y conceptos
constituyen, pues, los elementos de todos nuestros conocimientos; de manera
Nos hallamos ahora en disposición de comprender cuáles son los fundamen- que ni los conceptos, sin que les corresponda de algún modo una intuición, ni la
tos de la geometría y de la matemática, así como las razones de la posibili- intuición, sin los conceptos, pueden darnos un conocimiento.» Más aún: «Nin-
dad de construir a priori estas ciencias. Una y otra no se basan en el contenido guna de estas dos facultades debe anteponerse a la otra. Sin sensibilidad, no
del conocimiento, sino en su forma, en la intuición pura del espacio y del tiem- se nos daría ningún objeto, y sin entendimiento, no podría pensarse ninguno.
po, y justamente por esto poseen una universalidad y una necesidad absolutas, Los pensamientos sin contenido están vacíos, las intuiciones sin concep-
porque el espacio y el tiempo son estructuras del sujeto (y no del objeto), y tos son ciegas... Estas dos facultades o capacidades no pueden intercambiar
como tales, son a priori. Todos los juicios sintéticos a priori de la geometría sus funciones. El entendimiento no puede intuir nada y los sentimientos nada
(todos sus postulados y todos sus teoremas) dependen de la intuición a priori pueden pensar. El conocimiento sólo puede surgir de su unión. Pero no por
del espacio. Cuando digo «dadas tres líneas, construir un triángulo», puedo esto hay que confundir sus partes; por el contrario, es muy razonable separar-
construir el triángulo determinando sintéticamente a priori el espacio, a través las adecuadamente y mantenerlas divididas. Por ello, nosotros distinguimos
de mi intuición. Lo mismo se aplica a las diversas proposiciones geométricas. entre la ciencia de las leyes de la sensibilidad en general –la estética– y la
ciencia del entendimiento en general, la lógica.»
En cambio, la matemática se fundamenta en el tiempo: sumar, restar, multipli-
car, etc., son operaciones que como tales se extienden a lo largo del tiempo. Si La lógica, pues, es la ciencia del entendimiento en general y se divide en a)
tenemos en cuenta el modo intuitivo en que indicamos las operaciones median- lógica general, b) lógica trascendental.
te un ábaco (agregamos una bola después que la otra; restamos una bola des-
pués que la otra, etc.), todo esto se vuelve evidente. Podemos, entonces, brin- a) La primera prescinde de los contenidos y se limita a estudiar las leyes y
dar una primera respuesta específica al problema del fundamento de la síntesis los principios en general del pensamiento, sin los cuales no existiría

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una utilización del entendimiento. Ésta es la célebre lógica formal des- 2.5.2. Las categorías y su deducción
cubierta por Aristóteles, y según Kant, nació casi perfecta, hasta el pun-
to de que «no tuvo que dar ningún paso atrás» y se ha limitado a sufrir Únicamente la sensibilidad es intuitiva; el entendimiento, en cambio, es discur-
correcciones sólo de detalle. sivo. Por eso, los conceptos del entendimiento no son intuiciones, sino funcio-
b) Sin embargo, en la Crítica de la Razón pura no le interesa la lógica nes. La función propia de los conceptos consiste en unificar, en ordenar algo
formal sino la trascendental, que no prescinde del contenido. ¿Cuál múltiple bajo una representación común. Por lo tanto, el entendimiento es la
será el contenido que la lógica trascendental tiene por objeto, además facultad de juzgar, porque unificar bajo una representación común algo múltiple
de las formas mismas del pensamiento? Kant distingue entre concep- es juzgar. En la lógica trascendental, lo múltiple que hay que unificar –como
tos empíricos y conceptos puros; los empíricos son aquellos concep- sabemos– no es más que lo múltiple puro que nos da la intuición pura (espacio
tos que contienen elementos sensibles; puros, en cambio, son aquellos y tiempo). El entendimiento actúa sobre este múltiple con una función unificado-
que no están mezclados con ninguna sensación. En la estética nos en- ra, que Kant llama precisamente «síntesis». Los diversos modos en que el inte-
contramos con una distinción análoga, cuando Kant hablaba de intui- lecto unifica y sintetiza son los conceptos puros del entendimiento, o categor-
ciones puras e intuiciones empíricas: intuiciones puras son las formas ías.
del espacio y del tiempo; intuiciones empíricas son aquellas en las que
las sensaciones se mezclan con el espacio y el tiempo. Ahora bien, Una vez más, Kant usa un término aristotélico, que posee una historia gloriosa,
prescindiendo de todo contenido empírico, el entendimiento puede te- pero cuyo significado rectifica de acuerdo con la revolución copernicana, al
ner como contenido las intuiciones puras de espacio y de tiempo. Pre- igual que había hecho con respecto al espacio y al tiempo. Para Aristóteles, las
cisamente en esto consiste la lógica trascendental, que hace abstrac- categorías son leges entis; para Kant, se convierten en leges mentis. En lugar
ción de los contenidos empíricos, pero no de los vínculos con las intui- de modos del ser, se convierten en modos de funcionar el pensamiento. Los
ciones puras, esto es, de los vínculos que mantiene con el espacio y el conceptos puros kantianos o categorías no son contenidos, por lo tanto, sino
tiempo. Además, la lógica formal no considera el origen de los concep- formas, formas sintetizadoras. Si los conceptos puros o categorías fuesen de-
tos, sino que se limita a estudiar las leyes que regulan los nexos que terminaciones o nexos de los entes, podremos tener de ellos sólo un conoci-
hay entre ellos. En cambio, la lógica trascendental estudia el origen de miento empírico y a posteriori, y por consiguiente ningún conocimiento univer-
los conceptos y se ocupa específicamente de aquellos conceptos que sal y necesario podría basarse en ellos. En cambio, si los conceptos puros o
no provienen de los objetos, sino que provienen a priori del entendi- categorías son leges mentis, será posible realizar una lista o enumeración a
miento, y que sin embargo se refieren a priori a los objetos mismos. priori y completa, de todos ellos. Kant afirma que Aristóteles, cuando redactó la
tabla de sus categorías, procedía de una forma apresurada y poética, sin un
A continuación, Kant divide la lógica trascendental en analítica y «dialéctica». hilo conductor que le permitiese lograr el orden perfecto y la totalidad.
Más adelante hablaremos de la dialéctica. Por lo que concierne la analítica,
recordemos que el término es de origen aristotélico. «Analítica» procede del Kant, por el contrario, considera que ha hallado ese hilo conductor. Consiste en
griego analyo (analysis), que quiere decir «disuelvo una cosa en sus elementos lo siguiente: puesto que pensar es juzgar, entonces tendrá que haber tantas
constitutivos». En su nuevo sentido, la analítica trascendental se dedica a di- formas del pensamiento puro –tantos conceptos puros o categorías– como
solver el conocimiento intelectivo en sus elementos esenciales, descomponien- formas de juicio haya. Ahora bien, la lógica formal –que, según Kant, está cons-
do incluso la facultad intelectiva misma para buscar en ella los conceptos a tituida a la perfección– llegó a distinguir entre doce formas de juicio. Por lo tan-
priori y estudiar su utilización de modo sistemático: «Entiendo por analítica de to, doce habrán de ser las categorías correspondientes. Esta es la tabla de los
los conceptos no el análisis de ellos o el procedimiento –corriente en las inves- doce juicios, junto con la correspondiente tabla de las doce categorías, expues-
tigaciones filosóficas– de descomponer, en su contenido, los conceptos que se tas de forma paralela:
presentan, y ponerlos en claro; sino la descomposición, que aún se ha intenta-
do pocas veces, de la facultad intelectiva misma, para investigar la posibilidad
de los conceptos a priori, gracias al hecho de irlos a buscar únicamente en el
intelecto, que es su lugar de origen, y de analizar su utilización pura en general;
ya que éste es el deber propio de una filosofía trascendental».

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pensamiento. Los conceptos puros o categorías son, pues, las únicas condicio-
TABLA DE LOS JUICIOS TABLA DE LAS CATEGORÍAS nes en que es posible pensar algo en cuanto objeto de experiencia, así como el
I. CANTIDAD espacio y el tiempo son las únicas condiciones en las que es posible que se
1. Universales “(Todo) X es Y” 1. Unidad aprenda sensiblemente algo, en cuanto objeto de intuición.
2. Particulares “(Algún) X es Y” 2. Pluralidad
3. Singulares “(Un solo) X es Y” 3. Totalidad
II. CUALIDAD
1. Afirmativos “X es Y” 1. Realidad 2.5.3. El “yo pienso” o apercepción trascendental
2. Negativos “X no es Y” 2. Negación
3. Infinitos “ X es no Y” 3. Limitación La meta última a la que se dirige la «revolución copernicana» que Kant lleva a
III. RELACIÓN cabo es la siguiente: el fundamento del objeto está en el sujeto. El vínculo ne-
1. Categóricos “X es Y” 1. De inherencia y subsistencia cesario que configura la unidad del objeto de experiencia está constituido, en
(substancia y accidente) realidad, por la unidad sintética del sujeto. El concepto de objeto se había con-
2. Hipotéticos “Si X es Y, Q es R” 2. De causalidad y dependencia cebido tradicionalmente como aquello que está enfrente y se opone al sujeto.
(causa y efecto) Para Kant, por lo contrario, supone estructuralmente al sujeto. El orden y la
3. Disyuntivos “ X es Y o Q” 3. De reciprocidad (acción recíproca regularidad de los objetos de la naturaleza es el orden que el sujeto, al pensar,
introduce en la naturaleza.
entre agente y paciente)
IV. MODALIDAD
Se comprende, pues, que Kant haya introducido la figura teórica de la «aper-
1. Problemáticos “X es (posiblemen- 1. Posibilidad-imposibilidad
cepción trascendental», y la figura afín del «yo pienso», como momento culmi-
te) Y”
nante de la analítica de los conceptos. En efecto, puesto que hay doce categor-
2. Asertóricos “X es (realmente) Y” 2. Existencia-inexistencia
ías (doce formas de síntesis realizadas por el pensamiento, o doce modos de
3. Apodícticos “X es (necesariamen- 3. Necesidad-contingencia
unificación de lo múltiple), es obvio que aquellas suponen una unidad originaria
te) Y” y suprema, a la que todo debe dirigirse. Tal unidad suprema es la unidad de la
conciencia o de la autoconciencia, que Kant llama también «yo pienso».
Después de haber obtenido la cifra de categorías. Kant debe justificar su valor.
Este es uno de los puntos más delicados de la Crítica y Kant tuvo la necesidad El «yo pienso» debe estar en condiciones de acompañar todas las re-
de volver a redactar en su integridad las páginas referentes a ese tema. El pro- presentaciones permaneciendo idéntico, o de otro modo no podría tener con-
blema concerniente a las categorías es bautizado por Kant –utilizando una ter- ciencia de él o sería como si no la tuviese. Además, al ir variando las represen-
minología jurídica– con el nombre de «deducción» trascendental, que signifi- taciones, me convertiría en «un yo variopinto», cambiando al tiempo que cam-
ca justificación de la aspiración a una validez cognoscitiva por parte de las ca- bian las distintas representaciones. El punto focal en el que se unifica todo lo
tegorías. Se comprende muy bien la dificultad con la que tropieza nuestro filó- múltiple es la representación del «yo pienso», que obviamente no es el «yo»
sofo en este punto, ya que se trata de demostrar cómo conceptos puros a priori individual de un sujeto empírico, sino la estructura del pensar común a todos
deben referirse de manera necesaria a los objetos. los sujetos empíricos (aquello por lo cual cada sujeto empírico es un sujeto
pensante y consciente).
La solución que Kant encuentra es semejante a la que ya había dado para justi-
ficar la validez objetiva del espacio y del tiempo, que son las formas a priori de Llegamos así a la respuesta definitiva del problema: ¿cómo son posibles los
la sensibilidad. Al igual que las cosas, para ser conocidas de modo sensible, juicios sintéticos a priori? Son posibles porque poseemos las formas puras de
deben someterse a las formas de la sensibilidad, tampoco debe sorprendernos la intuición del espacio y del tiempo a priori, y además porque nuestro pensa-
para nada que para ser pensadas hayan de someterse necesariamente a las miento es actividad unificadora y sintetizadora, que se manifiesta a través de
leyes del entendimiento y del pensamiento. El sujeto, al captar sensiblemente las categorías y culmina en la apercepción originaria, que es el principio de la
las cosas, las espacializa y las temporaliza. Del mismo modo, al pensarlas, las unidad sintética originaria, la forma misma del entendimiento.
ordena y las determina conceptualmente según los modos que son propios del

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Kant concibió su «yo pienso», el sujeto trascendental, como una función, una además de ser muy sugerente. .
actividad, y trató por lo tanto de mantenerlo en una perspectiva crítica. Era in-
evitable, no obstante, que los románticos se centrasen justamente en esta fun- Hay que formular análogas observaciones a propósito del tratamiento que da
ción y en esta actividad, hasta llegar a construir una metafísica del sujeto Kant a todos los principios sintéticos del intelecto puro. En esta última parte de
(opuesta a la clásica metafísica del objeto), contra las intenciones del propio la analítica, el filósofo intenta aislar y justificar todos los principios sobre los que
Kant. se basa la ciencia (concebida a la manera de Newton) de la naturaleza enten-
dida como «conexión necesaria de fenómenos». Evidentemente, si la naturale-
za es el orden y la conexión de fenómenos, puede ser conocida a priori de un
modo universal y necesario, en la medida en que dicho orden y dicha conexión
2.6. La analítica de los principios: el esquematismo trascendental y el sis- proceden, en último término, del sujeto. La totalidad de los principios que se
tema de todos los principios del entendimiento puro, o la fundación tras- derivan de las categorías representa todo el conjunto de conocimientos a priori
cendental de la física newtoniana que podemos tener sobre la naturaleza. Nos limitaremos aquí a recordar los
tres principios correspondientes a las tres categorías de la relación, con objeto
Hemos tenido ocasión de mencionar varias veces el convencimiento kantiano de ilustrar lo que venimos diciendo.
en que las intuiciones sólo son sensibles y el entendimiento no intuye. Por lo
tanto, las intuiciones y los conceptos son heterogéneos entre sí. De aquí surge Kant llama «analogías de la experiencia» a tales principios, que reúne en este
el problema de la mediación entre la intuición y los conceptos primeros, que principio sumamente general: «La experiencia sólo se hace posible mediante la
Kant plantea en los siguientes términos: «¿Cómo es posible que las intuiciones representación de una conexión necesaria entre las percepciones.» La primera
queden subsumidas bajo los conceptos, y por lo tanto las categorías se apli- analogía de la experiencia, que corresponde a la categoría de la substancia,
quen a los fenómenos?» Hace falta «un tercer término, que sea homogéneo dice así: «En todo cambio de los fenómenos, la substancia permanece, y la
con la categoría por un lado, y con el fenómeno por el otro, y que posibilite la cantidad que hay de ella en la naturaleza no aumenta ni disminuye.» La segun-
aplicación de aquélla a éste». «Dicha representación intermediaria debe ser da analogía, correspondiente a la categoría de la causalidad, afirma: «Todos
pura (sin nada de empírico) y, por un lado, intelectual, y por el otro, sensible.» los cambios se producen de acuerdo con la ley del nexo entre causa y efecto.»
La tercera, por último, corresponde a la categoría de la acción recíproca y sos-
Kant llama «esquema trascendental» a este intermediario, y «esquematismo tiene: «Todas las substancias, en la medida en que pueden ser percibidas co-
trascendental» al modo en el que el entendimiento se conduce a través de es- mo simultáneas en el espacio, están entre sí en una acción recíproca univer-
tos esquemas. ¿Qué es, entonces, dicho esquema? La solución de Kant era sal.»
casi obligada, si se tiene en cuenta lo que viene a continuación. El espacio es
la forma de la intuición de todos los fenómenos externos, mientras que el tiem- Kant denomina «metafísica de la naturaleza» al estudio del conjunto de princi-
po es la forma de la intuición de todos los fenómenos internos. Sin embargo, pios que constituyen las condiciones de la ciencia de la naturaleza; pero es
los fenómenos externos –una vez que son aprendidos– se convierten en inter- evidente que dicha metafísica constituye la epistemología de la ciencia galilea-
nos al sujeto, de manera que el tiempo puede considerarse como aquella forma no-newtoniana, que se mantiene de forma programática dentro de la perspecti-
de la intuición que conecta todas las representaciones sensibles. Por esto, el va, fenoménica y excluye de manera tajante la accesibilidad cognoscitiva del
tiempo –como condición de todas las representaciones sensibles– es homogé- noúmeno.
neo con respecto a los fenómenos, y no se puede dar ninguna representación
empírica si no es a través de él. En cuanto forma –es decir, regla de la sensibi-
lidad– es a priori, puro y general, y como tal, es homogéneo a las categorías.
En consecuencia, el tiempo llega también a ser «la única condición general 2.7. La distinción entre fenómeno y noúmeno (la cosa en sí)
según la cual puede aplicarse a un objeto la categoría». El esquema trascen-
dental se convierte en una determinación a priori del tiempo, de modo que to- Las conclusiones de la analítica son muy claras: el conocimiento científico es
das las categorías se le puedan aplicar con comodidad. Este elemento, según universal y necesario, pero es fenoménico. Más aún, cabría decir que, única-
algunos especialistas, constituye una de las claves de la filosofía kantiana, mente porque es fenoménica, la ciencia es universal y necesaria, dado que el

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elemento de universalidad y necesidad sólo proviene del sujeto y de sus estruc- avanzar más allá del fenómeno.
turas a priori, en el sentido que ya se ha indicado antes. Sin embargo, el fenó-
meno es un ámbito restringido, que está completamente rodeado por un ámbito De la comprensión de este concepto de noúmeno depende la comprensión del
mucho más vasto, que se nos escapa. En efecto, si el fenómeno es la cosa tal resto de la doctrina kantiana, del intrincado debate que lleva desde el kantismo
como se nos aparece, es evidente que presupone la cosa tal como es en sí hasta el idealismo, y finalmente, del idealismo. Veamos ahora qué sucede,
(por la misma razón por la que hay un «para mí», debe haber también un «en según Kant, cuando nos aventuramos en aquel mar del noúmeno, abandonan-
sí»). Kant nunca pensó, ni siquiera remotamente, en reducir toda la realidad a do la segura isla del fenómeno.
fenómeno y en negar la existencia de una realidad metafenoménica. Más aún:
sin el supuesto de la «cosa en sí», la filosofía trascendental no sería válida y el
kantismo se hundiría. Hacia el final de la analítica trascendental, nuestro filóso-
fo escribe: 2.8. La dialéctica trascendental

Hasta aquí, no sólo hemos recorrido el territorio del intelecto puro, examinando 2.8.1. La concepción kantiana de la dialéctica
con cuidado todas sus partes, sino que también lo hemos medido y hemos asig-
nado en él un lugar a cada cosa. Pero esta tierra es una isla, cerrada por la natu-
La palabra «dialéctica» fue acuñada por los pensadores antiguos y ha asumido
raleza misma dentro de fronteras inmutables. Es la tierra de la verdad (¡nombre
halagador!), circundada por un océano vasto y tempestuoso. el imperio de la apa- diversos significados, tanto positivos como negativos. Hegel exaltará el signifi-
riencia, donde espesas nieblas y hielos —próximos a fundirse— ofrecen a cada cado positivo del término, mientras que Kant en cambio se ciñe a los aspectos
momento la ilusión de nuevas tierras, y engañando una y otra vez con vanas es- negativos. Como se trata de un término del cual, con posterioridad a Kant, la
peranzas al navegante que viaja en busca de nuevos hallazgos, le complican en filosofía moderna y la contemporánea han abusado con mucha frecuencia, es
aventuras de las que nunca puede evadirse y que jamás logra concluir. Antes de necesario realizar algunas matizadas puntualizaciones.
internarnos en este mar, para indagarlo en toda su extensión y comprobar si po-
demos esperar algo, será útil que echemos primero una mirada al mapa de la re- Cuando Kant habla de «dialéctica trascendental», aunque conserva la connota-
gión que queremos abandonar y nos preguntemos antes que nada si en cual-
ción negativa que hemos mencionado antes, utiliza el término en un sentido
quier caso no podríamos quedarnos satisfechos con lo que ésta contiene; o bien,
si no deberíamos contentarnos con ello por necesidad, en el caso de que en otra
nuevo y propio de ese autor, ligado con su «revolución copernicana», y no me-
parte no haya ni siquiera un terreno sobre el cual edificar una casa; y en segundo ramente en el sentido sofístico y erístico. Hemos comprobado en la analítica
lugar, con qué título poseemos esta región misma y cómo asegurarla contra toda que el hombre posee formas a priori o conceptos puros del entendimiento que
pretensión del enemigo. preceden la experiencia, pero que valen únicamente si se les considera como
condiciones de la experiencia real o posible, pero que en sí mismo permanecen
En la metáfora, el mar es la esfera de la cosa en sí y de la metafísica, a la que vacíos. Por lo tanto, no podemos ir más allá de la experiencia posible. Cuando
Kant dedicará la dialéctica. La conclusión es que debemos contentarnos por la razón intenta avanzar más allá, cae de modo inexorable en una serie de erro-
fuerza con la isla que habitamos, y que en otro lugar no existe un terreno sólido res y de ilusiones, que no son casuales sino que poseen un carácter necesario.
en el que se pueda construir una casa. La isla es el territorio del conocimiento Esta clase de errores, en los que incurre la razón cuando va más allá de la
fenoménico, el único conocimiento seguro. Nuestro entendimiento, como se ha experiencia, no son ilusiones voluntarias, sino involuntarias, y por lo tanto ilu-
podido apreciar en la exposición de la analítica, nunca puede franquear los siones estructurales. La dialéctica constituirá una crítica de tales ilusiones. In-
límites de la sensibilidad, porque sólo de ésta puede recibir su contenido. A cluso después que ha sido claramente denunciada, tal ilusión permanece, por-
priori, lo único que puede hacer el entendimiento es «anticipar la forma de una que se trata de una ilusión natural. Podemos defendernos de ella, pero no po-
experiencia posible en general». Por sí solo, el entendimiento no puede deter- demos eliminarla. Los sofismas erístico-dialécticos y las apariencias sofístico-
minar ningún objeto, y por tanto no puede conocerlo a priori. «El entendimiento dialécticas pueden eliminarse y desaparecer una vez que han sido desenmas-
y la sensibilidad, en nosotros, solamente pueden determinar los objetos si están carados. En cambio, las ilusiones y las apariencias trascendentales siguen
unidos. Si separamos a aquéllos, tenemos intuiciones sin conceptos, o concep- existiendo.
tos sin intuiciones, y en ambos casos, representaciones que no podemos referir
a ningún objeto determinado.» Por este motivo, no podemos estructuralmente En conclusión, podemos resumir en los siguientes puntos el pensamiento de

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Kant sobre este tema. 1) El pensamiento humano se limita desde el punto de que impulsa sin pausa al hombre más allá de lo finito, para que busque los
vista cognoscitivo al horizonte de la experiencia. 2) Sin embargo, posee una fundamentos supremos y últimos. En suma: la razón es la facultad de la metafí-
tendencia natural e irrefrenable a ir más allá de la experiencia, que responde a sica, que está destinada a ser siempre una pura exigencia de lo absoluto, pero
3
una necesidad específica del espíritu y a una exigencia que forma parte de la que está incapacitada para alcanzar cognoscitivamente lo absoluto en sí.
naturaleza misma del hombre en cuanto hombre. 3) Apenas se aventura el
hombre fuera del marco de la experiencia posible, el espíritu humano cae fa- Hemos visto con anterioridad que el entendimiento es la facultad de juzgar, y
.
talmente en el error. (Sucede lo mismo que en el caso de la paloma, que cree que para Kant pensar es, sustancialmente, juzgar. Por esto considera que
que puede volar de forma más libre fuera de la atmósfera, sin tener en cuenta puede deducir la tabla de los conceptos puros del intelecto, o categorías, de la
que el aire sobre el cual se apoya el ala no es un obstáculo, sino la condición tabla de los juicios. En cambio, la razón es la facultad de silogizar. El juicio
'
imprescindible para poder volar.) 4) Estas ilusiones y estos errores en los que (sintético) siempre contiene un elemento proporcionado por la intuición, mien-
cae el espíritu humano cuando va más allá de la experiencia tienen una lógica tras que –por lo contrario– el silogismo opera sobre puros conceptos y juicios,
específica (son una clase de errores que no pueden no ser cometidos). 5) La no sobre intuiciones, y deduce de forma mediata conclusiones particulares
última parte de la Crítica de la Razón pura estudia con exactitud cuántos y cuá- desde los principios supremos e incondicionados.
les son estos errores y las razones por las que son cometidos, con objeto de
disciplinar la razón en sus excesos. 6) Kant denominó «dialéctica» a estos erro- Al igual que Kant dedujo de la tabla de los juicios la tabla de los conceptos pu-
res y estas ilusiones de la razón y también el estudio crítico de dichos errores. ros del intelecto, del mismo modo deduce de la tabla de los silogismos la tabla
de los conceptos puros de la razón, que llama «ideas» en sentido técnico, vol-
viendo a utilizar el término procedente nada menos que del fundador de la me-
tafísica, Platón. El término «idea», dentro del contexto kantiano, en realidad
2.8.2. La facultad de la razón en un sentido específico y las ideas de la cambia de significado y de alcance. Es muy elocuente la reducción de la canti-
razón en un sentido kantiano dad de ideas. Hay tres tipos de silogismos: a) categórico, b) hipotético y c) dis-
yuntivo. Por consiguiente, habrá tres ideas: a) psicológica (alma), b) cosmológi-
La estética trascendental estudia la sensibilidad y sus leyes; la analítica tras- ca (idea de mundo como unidad metafísica) y c) teológica (Dios). Kant afirma
cendental, el entendimiento y sus leyes; la dialéctica trascendental estudia la que las tres ideas se deducen de los tres tipos de silogismo, pero de hecho las
razón y sus estructuras. Ahora bien, el término «razón» posee en Kant a) un tres no son más que el objeto específico de las tres partes tradicionales de la
significado general, que indica la facultad cognoscitiva en general, y b) un signi- metafísica y, en particular, de la metafísica wolffiana.
ficado específico y técnico, que es el que se estudia en la dialéctica y que más
adelante tendrá un éxito enorme –con las debidas modificaciones– durante la Kant había comprendido que las ideas expresaban el objeto supremo de la
época del romanticismo. trascendencia metafísica, mejor que cualquier otra figura teórica. Al igual que
para Kant la metafísica no es ciencia sino pura exigencia de la razón, del mis-
¿Qué es la razón, en este sentido específico? mo modo las ideas se convierten en los conceptos supremos de la razón, en el
sentido de formas supremas o exigencias estructurales de ésta. Por lo tanto, la
El entendimiento puede hacer uso de sus conceptos puros (o categorías)
aplicándolos a los datos de la sensibilidad o manteniéndose en el marco de la
experiencia posible, pero también puede franquear el horizonte de la experien- 3
Esta distinción entre entendimiento (Verstand) y razón (Vernunft) proporcionará a los románticos
cia real o posible. Ahora bien, para Kant la razón es el entendimiento en la me- (en contra de las intenciones de Kant) el arma principal para disolver la ilustración y para construir
dida en que va más allá del horizonte de la experiencia posible. Este «ir más una metafísica nueva. Hegel, el más audaz metafísico de la razón, escribe: «Sólo Kant puso en
allá de la experiencia posible» no es una curiosidad frívola, ni algo ilícito, sino evidencia con precisión la distinción entre entendimiento y razón, estableciendo que el entendimien-
to tiene por objeto lo finito y lo condicionado, mientras que la razón, en cambio, versa sobre lo
algo estructural e imposible de eliminar, por las razones ya expuestas. En con- infinito y lo incondicionado.» A continuación, Hegel critica a Kant no haber sabido explotar esta
secuencia, el espíritu humano no puede dejar de ir más allá de la experiencia, conquista suya. En definitiva para Kant entendimiento y razón se convierten en dos modos muy
porque esto constituye una necesidad estructural. Por lo tanto, Kant también distintos de enfocar la realidad: el primero se limita al horizonte de la experiencia y, por lo tanto, de
define la razón como «facultad de lo incondicionado», como aquella facultad lo finito; el segundo, en cambio, tiende hacia más allá de la experiencia y lo finito, hacia lo infinito.

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sensibilidad posee dos formas o estructuras a priori, el espacio y el tiempo. El quiere pasar desde la consideración fenoménica del mundo hasta la nouméni-
entendimiento posee doce, las categorías. La razón tiene tres, que son las ide- ca, descubriendo la unidad incondicionada de todos los fenómenos, provocan
as. una serie de antinomias en las cuales se oponen recíprocamente tesis y antíte-
sis. Tanto unas como otras son defendibles desde el punto de vista de la pura
razón, y además la experiencia no puede confirmar ni desmentir a unas ni a
otras.
2.8.3. La psicología racional y los paralogismos de la razón
El término «antinomia» significa literalmente «conflicto entre leyes» y Kant lo
La primera de las tres ideas de la razón (el primer incondicionado) es el alma. utiliza en el sentido de «contradicción estructural», y por lo tanto insoluble. Este
La psicología racional se propone encontrar aquel principio incondicionado rasgo de insolubilidad estructural es el que muestra la ilusión trascendental de
(metaempírico y trascendente), aquel sujeto absoluto del que procederían todos la cosmología. (La contradicción no afecta el objeto de cuanto tal, sino única-
los fenómenos psíquicos internos. Sin embargo, la ilusión trascendental en la mente la razón que lo quiere conocer sin poseer los instrumentos cognoscitivos
que cae la razón –los errores trascendentales que comete al tratar de construir que hacen falta.)
esa presunta ciencia– constituye paralogismos. Éstos son silogismos defectuo-
sos, silogismos cuyo término medio se utiliza subrepticiamente con dos signifi- La cosmología racional tiene cuatro caras o, mejor dicho, considera lo absoluto
cados diferentes. cosmológico desde cuatro perspectivas (que corresponden, según Kant, a los
cuatro grupos de categoría: cantidad. cualidad, relación y modalidad), que dan
En la psicología racional, según Kant, este paralogismo consiste en el hecho de origen a los cuatro problemas siguientes: 1) ¿Hay que pensar metafísicamente
que se parte del «yo pienso» y de la autoconciencia, es decir, de la unidad el mundo como algo finito o infinito? 2) ¿Se puede reducir a partes simples e
sintética de la apercepción, y se la transforma en unidad ontológica substancial. indivisibles, o no? 3) ¿Sus causas últimas son todas de tipo mecanicista, y por
Como es obvio, la substancia –que es una categoría– puede aplicarse a los lo tanto necesarias, o en él también hay causas libres? 4) ¿Supone el mundo
datos de la intuición, pero no al «yo pienso», que es pura actividad formal de la una causa última, incondicionada y absolutamente necesaria, o no? Las res-
que dependen las categorías; es sujeto, y no objeto, de las categorías. puestas a estos cuatro problemas son precisamente las antinomias que antes
mencionamos: cuatro respuestas afirmativas (tesis) y cuatro negativas (antíte-
Somos conscientes de nosotros mismos en cuanto seres pensantes (el «yo sis) que se enfrentan entre sí, como se pone de manifiesto en el siguiente cua-
pienso» sólo me da la conciencia del pensamiento), pero no conocemos el sus- dro sinóptico.
trato nouménico de nuestro «yo». Nos conocemos sólo como fenómenos (es-
pacial y temporalmente determinados, y más tarde, determinados de acuerdo
con las categorías), pero se nos escapa el sustrato ontológico que constituye a PRIMERA ANTINOMIA
cada uno de nosotros (el alma, o «yo» metafísico). Y cuando pretendemos TESIS: «El mundo tiene un comienzo ANTITESIS: «El mundo no tiene
franquear estos límites, caemos por fuerza en aquellos errores (paralogismos) en el tiempo y, con respecto al espa- comienzo, así como tampoco límite
antes descritos. cio está igualmente encerrado en en el espacio. Es infinito tanto res-
límites». pecto del tiempo como del espacio».
SEGUNDA ANTINOMIA
TESIS: «Toda sustancia compuesta ANTITESIS: «Ninguna cosa com-
2.8.4. La cosmología racional y las antinomias de la razón consta de partes simples y no existe puesta consta de partes simples y no
más que lo simple o lo compuesto de existe nada simple en el mundo».
La segunda idea de la razón (el segundo incondicionado) es el mundo, que no lo simple en el mundo».
se entiende como simple conjunto de fenómenos regulados por leyes, sino TERCERA ANTINOMIA
como totalidad ontológica contemplada en sus causas nouménicas últimas, es TESIS: «La causalidad según las ANTITESIS: «Al mundo pertenece
decir, como un todo metafísico. Ahora bien, las ilusiones trascendentales en leyes de la naturaleza no es la única algo que, sea en cuanto parte suya,
que cae la razón a este respecto y los errores estructurales que comete cuando de la que pueden derivar los fenó- sea en cuanto causa suya, no consti-

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menos todos del mundo. Para expli- tuye un ser absolutamente necesa- ideal en sentido estricto del que la razón humana sea capaz, porque sólo en él
car éstos nos hace falta, además, la rio» se conoce un concepto en sí universal de una cosa, completamente determina-
causalidad por libertad». do por sí mismo y como representación de un individuo.» Dios es ideal porque
CUARTA ANTINOMIA es modelo de todas las cosas, las cuales en cuanto copias permanecen infini-
TESIS: «Al mundo pertenece algo ANTITESIS: «No existe en el mundo tamente alejadas de él, como lo derivado de aquello que es originario. Dios es
que, sea en cuanto parte suya, sea ningún ser absolutamente necesario, el ser del que dependen todos los seres, la perfección absoluta.
en cuanto causa suya, constituye un como tampoco existe fuera de él en
ser absolutamente necesario». cuanto causa suya». Sin embargo, esta idea o ideal que nos formamos mediante la razón nos deja
«en una ignorancia total sobre la existencia de un ser con una preeminencia tan
Estas antinomias son estructurales e insolubles, porque cuando la razón cruza excepcional». Esto da pie a las pruebas o vías para demostrar la existencia de
los límites de la experiencia no hace más que oscilar de un extremo a otro. Dios, que la metafísica ha venido elaborando desde la antigüedad. Según Kant,
Fuera de la experiencia los conceptos giran en el vacío. Kant efectúa una serie estas vías no son más que tres.
de observaciones muy interesantes a este propósito, las más importantes de
las cuales vamos a recordar a continuación. Las dos primeras antinomias son 1) La prueba ontológica a priori, que parte del puro concepto de Dios
llamadas «matemáticas» porque hacen referencia a la totalidad cosmológica como absoluta perfección y luego deduce su existencia. Ésta es la famosa
desde un punto de vista cuantitativo y cualitativo; la tercera y la cuarta reciben prueba que san Anselmo formuló por vez primera y que en la época moderna
el nombre de «dinámicas» porque implican el movimiento lógico de elevarse, había sido utilizada otra vez por Descartes y por Leibniz.
de condición en condición, hasta un término último e incondicionado.
2) La prueba cosmológica, que parte de la experiencia e infiere a Dios
Además Kant observa que las posiciones que se expresan en las cuatro tesis como causa suya. Kant la resume así: «Si existe algo, debe existir también un
son las características del racionalismo dogmático, mientras que las posturas ser absolutamente necesario. Existo yo mismo por lo menos: en conse-
expresadas por las cuatro antítesis son típicas del empirismo. cuencia, existe un ser absolutamente necesario. La menor contiene una expe-
riencia, y la mayor, el vínculo entre una experiencia en general v la existencia
Las tesis, consideradas en sí mismas, poseen una ventaja práctica (porque son de lo necesario. La prueba parte en sentido propio de la experiencia; por eso,
provechosas para la ética y la religión), son más populares (en la medida en no se configura completamente a priori, u ontológicamente; y como el objeto
que reflejan las opiniones de la mayoría) y poseen más interés especulativo de toda experiencia posible es el mundo. a esta prueba se la llama "cosmoló-
(porque satisfacen mejor exigencias de la razón). Las antítesis, en cambio, gica"».
sintonizan con la actitud y el espíritu científicos. Según Kant, lo cierto es que
ambas facciones se enfrentan con razones iguales y que la disparidad de crite- 3) La tercera prueba es la fisicoteológica (aunque sería más oportuno
rios carece de fundamento real, porque la ilusión trascendental (provocada por denominarla fisicoteleológica), que parte de la variedad. el orden. la finalidad
el hecho de que hemos franqueado los límites del fenómeno) hace creer a las y la belleza del mundo, y se remonta hasta Dios. considerado como ser último
dos partes en la realidad de los objetos, que éstos no poseen. y supremo, por encima de toda perfección posible. y considerado como cau-
sa.

1) Ahora bien, Kant señala que el argumento ontológico cae en el error


2.8.5. La teología racional y las pruebas tradicionales de la existencia de (en la ilusión trascendental) de substituir el predicado lógico por el real. La
Dios razón no sólo llega hasta el concepto de ente máximamente perfecto, sino
que es algo necesario para ella. Sin embargo, de dicho concepto o idea no se
La tercera idea de la razón es Dios (la idea de un incondicionado supremo, de deduce la existencia real, porque la proposición que afirma la existencia de
un ser absolutamente incondicionado y al mismo tiempo condición de todas las una cosa no es analítica, sino sintética. La existencia de una cosa no es un
cosas). En este caso, más que de una idea, se trata de un ideal, dice Kant, o concepto que se añade al concepto de aquella cosa, sino la posición real de
más bien, del ideal por excelencia de la razón. Y agrega: «Es también el único la cosa. La existencia de los objetos que pertenecen a la esfera sensible nos

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es dada por la experiencia, «pero en los objetos del pensamiento puro no hay convierten en dialécticas, cuando se las entiende mal, es decir cuando son
ningún medio de conocer su existencia, ya que habría que conocerlo íntegra- tomadas como principios constitutivos de conocimientos trascendentales, lo
mente a priori»; para ello, empero, habríamos de poseer una intuición intelec- cual sucedió precisamente en la metafísica tradicional.
tual que no poseemos.
Entonces, habrá que decir que las ideas no poseen un uso constitutivo (como
2) En la prueba cosmológica Kant descubre un auténtico cúmulo de erro- es el caso, en cambio, de las categorías). Sólo si se las utiliza en sentido cons-
res (errores trascendentales, en los que necesariamente se incurre al inter- titutivo –como si determinasen objetos reales del conocimiento– producen apa-
narse por esta senda). Señalaremos los dos principales. En primer lugar, el riencias, que resultan magníficas pero que son engañosas. En opinión de Kant,
principio que lleva a inferir que lo contingente posee una causa «sólo se apli- esto no es un uso, sino un abuso de las ideas.
ca al mundo sensible, pero fuera de éste carece de sentido», porque el princi-
pio de causa-efecto sobre el que se basa la experiencia sólo puede dar lugar En las páginas precedentes hemos visto en qué consiste dicho abuso. Queda
a una proposición sintética dentro del ámbito de la experiencia. La inferencia por ver cuál será su uso correcto, ya que para Kant las ideas, en cuanto estruc-
de algo no contingente representa, por lo tanto, una aplicación de la categoría turas de la razón, no pueden ser engaños e ilusiones. En otras palabras, nues-
fuera de su ámbito correcto. Pero sobre todo, Kant señala que la prueba cos- tro filósofo quiere justificar las ideas (brindar una deducción trascendental) des-
mológica acaba replanteando de forma camuflada el argumento ontológico: de el punto de vista crítico. La respuesta de Kant es la siguiente. Las ideas
una vez que se ha llegado hasta el ser necesario como condición de lo con- tienen un uso normativo; son esquemas que sirven para ordenar la experien-
tingente, queda por demostrar precisamente aquello de lo cual se trataba, su cia y para otorgarle la máxima unidad posible, se aplican como reglas para
existencia real, que no se obtiene de modo analítico, porque la existencia es sistematizar de manera orgánica los fenómenos: a) como si todos los fenóme-
una posición, y el juicio de existencia es sintético a priori. Esto significa que, nos que afectan al hombre dependieran de un único principio (el alma); b) co-
para captar la existencia de Dios, debemos intuirla intelectualmente. mo si todos los fenómenos de la naturaleza dependieran unitariamente de
principios inteligibles; c) como si la totalidad de las cosas dependiera de una
3) Puede aplicarse un razonamiento análogo en contra de la prueba fisico- inteligencia suprema.
teleológica (por la que Kant, no obstante, siente una gran simpatía). En opi-
nión de Kant, dicha prueba «podría en el mejor de los casos demostrar la Las ideas, por tanto, sirven como principios heurísticos: no ensanchan nuestro
existencia de un arquitecto del mundo, que estaría siempre muy limitado por conocimiento acerca de los fenómenos, sino que se limitan a unificar el cono-
la capacidad de la materia elaborada por él, pero no la existencia de un crea- cimiento, regulándolo de manera constitutiva. Dicha unidad es la unidad del
dor del mundo, a cuya idea se someta todo». Para demostrarlo, la prueba fisi- sistema, una unidad que sirve para estimular y fortalecer el entendimiento, y
coteleológica «salta hasta la prueba cosmológica», la cual a su vez «no es alentar la búsqueda que se dirige hacia lo infinito. En esto consiste el uso posi-
más que una prueba ontológica disfrazada». tivo de la razón y de sus ideas.

La Crítica de la Razón pura concluye reiterando el principio según el cual las


fronteras de la experiencia posible son infranqueables, desde el punto de vista
2.8.6. El uso normativo de las ideas de la razón científico. Al mismo tiempo, pone en evidencia con toda claridad la no contra-
dictoriedad del noúmeno y, por lo tanto, su pensabilidad y posibilidad, aunque
Aparecen como consecuencia las siguientes conclusiones. Se hace imposible no su cognoscibilidad.
una metafísica como ciencia, porque la síntesis a priori metafísica supondría un
entendimiento intuitivo, diferente del humano. La dialéctica pone de manifiesto ¿No habrá, acaso, otra vía de acceso al noúmeno, que no sea la propia de la
las ilusiones y los errores en que cae la razón cuando pretende elaborar una ciencia? Según Kant, tal vía existe: es la senda de la ética, que vamos a tratar
metafísica. A esta altura cabe preguntarse: ¿las ideas en cuanto tales (idea de ahora. La razón y las ideas suministran el pasaje natural desde el ámbito teóri-
alma, idea de mundo, idea de Dios) poseen algún valor, o bien son –también co hasta el práctico.
ellas– ilusiones trascendentales y dialécticas? Kant responde de un modo re-
suelto y categórico que no son en absoluto ilusiones. Sólo por un equívoco se

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2.9. La ética formal y la concepción de la historia Kant piensa que los principios de la ética no pueden provenir de la ex-
periencia, puesto que en este caso no serían universales y necesarios:
2.9.1. La razón práctica: La fundamentación de la moral así, si queremos una ética con validez universal su fundamentación
habrá de ser trascendental (a priori) y, por tanto, formal.
Con la Dialéctica Trascendental, Kant da por cerrado el análisis del campo de Una ética formal está vacía de contenido empírico (como todos los
lo teorético: el conocimiento es siempre una síntesis de elementos a priori y de principios a priori), esto es, no nos dice lo que hemos de hacer en cada
experiencia, si falta uno de estos elementos, entonces sobrepasamos el terreno caso concreto, sino como debemos obrar siempre, trátese de la situa-
de lo cognoscible: ahora bien, el conocimiento teórico no representa el todo de ción de que se trate.
la experiencia humana, sino que a su lado encontramos otros tipos de expe-
riencia irreductibles a la cognoscitiva: la experiencia moral y la experiencia El ser humano si quiere actuar moralmente tiene que actuar POR DEBER (obli-
estética. gación del cumplimiento de la norma) y no como medio para conseguir un fin.

La Razón Práctica abarca el análisis de la experiencia moral humana y su La exigencia de obrar moralmente se expresa en un imperativo categórico,
presentación es paralela a la de la Razón Teórica: del que Kant ofreció dos versiones:

Del mismo modo que en la teoría del conocimiento se daba por su- 1. “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo
puesto la existencia del conocimiento (física, matemáticas) y de lo que que se torne ley universal”.
se trataba era de establecer su fundamentación, en la ética se da por 2. “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como
su supuesto el hecho de la existencia de lo moral: Kant supone que es- en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y
tamos ya en posesión de conceptos y principios específicamente mora- nunca solamente como un medio”: El ser humano, en tanto que ser ra-
les. cional, es lo único que puede ser considerado como fin en sí mismo y
El problema es, entonces, encontrar el elemento a priori que proporcio- no ha de ser utilizado nunca, por tanto, como un medio.
na el fundamento, es decir, la universalidad y necesidad, a nuestros
juicios morales. Aquí se ve claramente el carácter formal y universal de lo que Kant entiende
por ética o moral racional: no se establece ninguna norma concreta, sino la
Seguimos dentro del radio de acción de la «razón pura», esto es, de la razón «forma» que ha de poseer cualquier máxima moral.
que busca la fundamentación trascendental. Pero esta razón no será meramen-
te una «razón pura», sino una razón pura práctica, es decir, la misma razón
pura pero no en su uso especulativo, sino en tanto que guía de la acción:
2.9.3. Los postulados de la razón práctica
No se trata de que haya dos razones, sino de que la «razón» posee dos funcio-
nes: mientras que la «razón teórica» se ocupa de conocer cómo son las cosas, Las ideas de la razón pura se convierten en postulados de la razón práctica:
la «razón práctica» se ocupa de cómo debe ser la conducta humana: ¿cuáles
son los «principios» que determinan la conducta humana si ésta ha de ser ra- La existencia de la moral exige una serie de condiciones («postulados») que no
cional y, por tanto, moral? son sino un grupo de «ideas», es decir, de cuestiones que están más allá de
toda experiencia, que si bien son incognoscibles desde la razón pura (no son
objeto de intuición) no lo son para la razón práctica y ello porque el hecho de
que exista una vida moral presupone y exige la validez de estas ideas, sin las
2.9.2. El imperativo categórico y el formalismo cuales la moralidad carecería de sentido.

La ética de Kant es una ética «formal»: sólo busca los principios a priori que Estas ideas es lo que Kant denomina «postulados de la razón práctica» y hay
como formas puras de la racionalidad posibilitan la experiencia moral: que entenderlos como exigencias absolutas de la moralidad que, aunque no

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demostrables teóricamente, dependen de una ley práctica que vale a priori y do la inmortalidad del alma que nos permite superar las barreras
cuya seguridad es tan cierta como cualquier conocimiento teórico: espacio-temporales con las que el cuerpo ata al hombre al mundo
de los fenómenos.
 Al no ser dogmas teóricos, sino presupuestos que tienen necesa-
riamente sólo valor práctico, su función no será la de ampliar el 3) La existencia de Dios.
campo del conocimiento especulativo o teórico, sino la de dar vali-
dez y realidad objetiva al mundo de la razón práctica.  Pero pudiera ocurrir que el sumo bien, la virtud y la felicidad no fue-
ran más que ideales, es decir, metas utópicas de ningún modo al-
 Los postulados son, pues, hechos cuya existencia es garantizada canzables, lo cual representaría una frustración del ser humano en
sólo por la consideración de la conciencia moral: la libertad, la in- su tendencia más íntima, el logro de la felicidad.
mortalidad del alma y la existencia de Dios.
 Por ello, es necesario postular la existencia de Dios como garante
Los postulados son los siguientes: supremo del orden moral: la existencia de dios garantiza que el su-
mo bien sea realizable.
1) La libertad.
Así pues, libertad, inmortalidad del alma, existencia de Dios, son ideas trascen-
 La existencia de una ley moral, ley que la voluntad se da a sí mis- dentes para la razón pura, pero son postulados para la razón práctica: inacce-
ma, exige la autonomía de la voluntad y, con ello, la existencia de la sibles al conocimiento teórico, se presentan con necesidad para la razón prácti-
libertad. ca y, por tanto, ofrecen absoluta certidumbre.

 Así, a diferencia del mundo natural, mundo fenoménico que está re- No las conocemos, sino que son objeto de fe, de una fe racional exigida por el
gido por la necesidad, el mundo de la razón práctica, está regido uso práctico de la razón.
por la libertad que representa la autonomía que sustenta la respon-
sabilidad moral, ya que de hecho la ley moral es un mandato que
podemos cumplir o no y esto indica que el hombre ha de ser libre
para optar moralmente por cumplir o no la ley moral. 2.9.4. Historia y progreso en el pensamiento kantiano

2) La inmortalidad del alma. Aunque la ley moral ordena que se cumpla el bien supremo, sabemos que éste
no puede realizarse en la corta vida de las personas, porque el sujeto no siem-
 El cumplimiento del mandato moral determina la virtud (= sumo res- pre actúa por el respeto al puro deber, sino que sobre todo es un ser sometido
peto a la ley moral) y su corolario ha de ser la felicidad: pero de a las inclinaciones naturales. La reconciliación con .el espíritu religioso que se
hecho, aunque el hombre sea virtuoso y trate de cumplir la ley mo- deriva de los postulados metafísicos de la razón practica, hace que el pensador
ral, no puede hacerlo de modo absoluto porque al estar sometido a prusiano intente pensar también un camino intermedio entre la fe racional que
la necesidad del mundo sensible –no olvidemos que el ser humano postula la ética y la pertenencia al ámbito temporal propia del mundo fenoméni-
es también un ser natural- se ve abocado inevitablemente a la co en que asimismo habita el ser humano.
atracción de los bienes empíricos y, por tanto, al alejamiento de la
ley moral: de este modo, el hombre se ve imposibilitado de alcanzar Esta vía es la que se introduce en la historia. Lo que trata de hacer Kant es
la felicidad en su existencia terrenal. reflexionar acerca de la posibilidad de moralización paulatina, para ver si el ser
humano es capaz de conseguir la dignidad suficiente para ser premiado con la
 Por ello, el “sumo bien” (unión automática de virtud y felicidad) es felicidad, pero no con aquella que es propia de las inclinaciones individuales,
una meta ideal que el hombre sólo puede alcanzar si se libera del sino con la que se deriva del deber cumplido una vez que la libertad se impone
mundo de la necesidad, pero esto es posible únicamente postulan- a la naturaleza. Se trataría por tanto de ver si la propia idea de humanidad to-

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mada en su conjunto puede admitir en su seno esta fuerza moral que es pen- dad, que Ileva a las personas a buscar relaciones justas. La naturaleza parece
sada para los individuos en los escritos morales de Kant. tener, pues, una intención oculta, un plan escondido en su seno, por medio del
cual el ser humano presenta un dinamismo conflictivo en el quehacer social.
Kant es consciente de lo que nos ha deparado la historia. Guerras y miserias, Una naturaleza que siendo aparentemente negativa, impulsa de modo esencial
luchas de unos contra otros motivadas por el egoísmo y las naturales inclina- el devenir perfectivo de la humanidad.
ciones humanas, parecen suponer que no existe ninguna finalidad racional que
sea perseguida conscientemente por el conjunto de los hombres, dado que El progreso es, por tanto, imparable, pero su desarrollo se hace a pesar de la
estos actúan siguiendo sus propios intereses e inclinaciones. No obstante, el hostilidad tanto de la naturaleza interna del ser humano (que incluye despotis-
investigador que estudia la historia y la sociedad humanas no puede quedarse mo, belicismo, sumisión a otros, etc.), como de la externa (manifestada en
en este nivel de observación, so pena de caer en el más absoluto escepticismo. fenómenos tales como enfermedades epidémicas, catástrofes, etc.). Por eso la
Por el contrario, su labor sería la de "poder señalar anticipadamente quiénes manera de ver como el progreso está existiendo de manera efectiva es obser-
son los sujetos capaces de asimilar la fuerza práctica de su propia reflexión var la paulatina conquista de ambas naturalezas, la interna por un lado, cuyo
teórica y de convertirse así en los agentes transformadores de esa historia de avance hacia lo inteligible se contempla desde el progreso legal y el moral que
la sociedad" Para Kant estos sujetos serán o podrán ser todos los seres racio- Kant ve en la marcha de la humanidad, y la externa por otro, que se logra al
nales, con tal que usen la razón en un sentido crítico y emancipatorio. Pero de reparar en el progreso científico-técnico y su aplicación en la economía. El pro-
entre todos los seres racionales, los que reflexionan teóricamente sobre el pa- greso tecno-económico permite el legal y este abre paso al moral.
sado son más capaces de orientar el futuro y dotarlo de mayor racionalidad y
libertad, porque pueden acelerar el progreso que existe en la historia. Todo el devenir histórico prepara al ser humano para la constitución de una
sociedad cosmopolita, cuyas leyes deberán estar en consonancia con el orden
Ahora bien, ¿qué nos garantiza la existencia de tal progreso, una vez visto el moral, pero este camino puede ser preparado por los hombres, con tal de que
cumulo de desgracias pasadas? Dicho de otro modo, si los pensadores pueden tomen conciencia de su racional autonomía para someterse a la ley moral y no
acelerar el advenimiento de una sociedad cada vez más perfecta, es porque se a las distintas tutelas que cercenan sus capacidades. De este modo, la consti-
encuentra en ella esta perfección, a pesar de la contemplación de los horrores tución perfecta del Estado mundial, cosmopolita, democrático y pacífico, será
de la historia. ¿Cómo es entonces posible esta racionalidad? Kant cree que la fruto de la acción racional humana y no solo de la naturaleza. Esa es la labor
propia naturaleza puede tener la respuesta. La naturaleza humana es dual, principal de la Ilustración.
como sabemos. Por un lado origina las disposiciones mas egoístas y sensibles,
pero por otro apunta a otro tipo de disposiciones: las que forman tanto el mun- Kant sabe que la Ilustración tardará aún bastante tiempo para Ilegar: no es
4
do de la humanidad como especie práctica, como las disposiciones propias de igual vivir en una época de Ilustración , que en una época ilustrada realmente.
un ser racional y moral. Estas últimas hacen entrever la condición inteligible del Hace falta que los poderes públicos pongan antes los medios para permitir que
ser humano. Por eso, aunque parece que existe una falta de finalidad racional- los individuos puedan tener la valentía de ser realmente autónomos, de manera
mente suprema en el conjunto humano, también es cierto que la propia natura- que su conciencia les Ileve, por la fuerza de su voluntad, a cambiar el signo de
leza parece apuntar a esos mismos fines. sus vidas, pasando de un estado de culpabilidad a otro, renacido, de libre ino-
cencia. Y este medio es principalmente la libertad, entendida en su carácter
Así pues, hay una disposición natural a establecer vínculos sociales, como los externo: social y político.
hay para los morales; de este modo podemos asegurar que tanto la justicia
como la libertad son a priori sociales, condiciones de posibilidad del estableci-
miento de las mismas, aunque este elemento trascendental se pueda ver pues- 4
to en duda a causa de las instancias naturales más fenoménicas, aquellas que La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. El mismo es culpable de ella. La
minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de
apuntan a los intereses egoístas. Esta característica doble de la naturaleza otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defec-
humana se resume en una expresión que Kant acuña, como es la de la inso- to del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin
ciable sociabilidad, es decir, la disposición natural a aislarse y defender los la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la
intereses personales, por un lado, y la disposición a formar parte de la socie- divisa de la ilustración.

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Apéndice. Pero, en cambio, es posible que el público se ilustre a sí mismo, siempre que
se le deje en libertad; incluso, casi es inevitable. En efecto, siempre se encon-
Immanuel Kant: ¿Qué es Ilustración? en Filosofía de la Historia, Ed. Nova. trarán algunos hombres que piensen por sí mismos, hasta entre los tutores
Buenos Aires. instituidos por la confusa masa. Ellos, después de haber rechazado el yugo de
la minoría de edad, ensancharán el espíritu de una estimación racional del pro-
La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. El mismo es cul- pio valor y de la vocación que todo hombre tiene: la de pensar por sí mismo.
pable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del pro- Notemos en particular que con anterioridad los tutores habían puesto al público
pio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta mi- bajo ese yugo, estando después obligados a someterse al mismo. Tal cosa
noría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimien- ocurre cuando algunos, por sí mismos incapaces de toda ilustración, los incitan
to, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, a la sublevación: tan dañoso es inculcar prejuicios, ya que ellos terminan por
sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio vengarse de los que han sido sus autores o propagadores. Luego, el público
entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración. puede alcanzar ilustración sólo lentamente. Quizá por una revolución sea posi-
ble producir la caída del despotismo personal o de alguna opresión interesada y
La mayoría de los hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde ambiciosa; pero jamás se logrará por este camino la verdadera reforma del
tiempo atrás de conducción ajena (naturaliter maiorennes), permanecen con modo de pensar, sino que surgirán nuevos prejuicios que, como los antiguos,
gusto bajo ella a lo largo de la vida, debido a la pereza y la cobardía. Por eso servirán de andaderas para la mayor parte de la masa, privada de pensamien-
les es muy fácil a los otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de to.
edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi concien-
cia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no Sin embargo, para esa ilustración sólo se exige libertad y, por cierto, la más
necesitaré del propio esfuerzo. Con sólo poder pagar, no tengo necesidad de inofensiva de todas las que llevan tal nombre, a saber, la libertad de hacer un
pensar: otro tomará mi puesto en tan fastidiosa tarea. Como la mayoría de los uso público de la propia razón, en cualquier dominio. Pero oigo exclamar por
hombres (y entre ellos la totalidad del bello sexo) tienen por muy peligroso el doquier: ¡no razones! El oficial dice: ¡no razones, adiéstrate! El financista: ¡no
paso a la mayoría de edad, fuera de ser penoso, aquellos tutores ya se han razones y paga! El pastor: ¡no razones, ten fe! (Un único señor dice en el mun-
cuidado muy amablemente de tomar sobre sí semejante superintendencia. do: ¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!) Por
Después de haber atontado sus reses domesticadas, de modo que estas pací- todos lados, pues, encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿cuál de ellas
ficas criaturas no osan dar un solo paso fuera de las andaderas en que están impide la ilustración y cuáles, por el contrario, la fomentan? He aquí mi res-
metidas, les mostraron el riesgo que las amenaza si intentan marchar solas. Lo puesta: el uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que
cierto es que ese riesgo no es tan grande, pues después de algunas caídas puede producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de
habrían aprendido a caminar; pero los ejemplos de esos accidentes por lo ser con frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo
común producen timidez y espanto, y alejan todo ulterior intento de rehacer particular el progreso de la ilustración.
semejante experiencia.
Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien hace de ella, en
Por tanto, a cada hombre individual le es difícil salir de la minoría de edad, casi cuanto docto, y ante la totalidad del público del mundo de lectores. Llamo uso
convertida en naturaleza suya; inclusive, le ha cobrado afición. Por el momento privado al empleo de la razón que se le permite al hombre dentro de un puesto
es realmente incapaz de servirse del propio entendimiento, porque jamás se le civil o de una función que se le confía. Ahora bien, en muchas ocupaciones
deja hacer dicho ensayo. Los grillos que atan a la persistente minoría de edad concernientes al interés de la comunidad son necesarios ciertos mecanismos,
están dados por reglamentos y fórmulas: instrumentos mecánicos de un uso por medio de los cuales algunos de sus miembros se tienen que comportar de
racional, o mejor de un abuso de sus dotes naturales. Por no estar habituado a modo meramente pasivo, para que, mediante cierta unanimidad artificial, el
los movimientos libres, quien se desprenda de esos grillos quizá diera un inse- gobierno los dirija hacia fines públicos, o al menos, para que se limite la des-
guro salto por encima de alguna estrechísima zanja. Por eso, sólo son pocos trucción de los mismos. Como es natural, en este caso no es permitido razonar,
los que, por esfuerzo del propio espíritu, logran salir de la minoría de edad y sino que se necesita obedecer. Pero en cuanto a esta parte de la máquina, se
andar, sin embargo, con seguro paso. la considera miembro de una comunidad íntegra o, incluso, de la sociedad

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cosmopolita; en cuanto se la estima en su calidad de docto que, mediante es- ción de la insensatez.
critos, se dirige a un público en sentido propio, puede razonar sobre todo, sin
que por ello padezcan las ocupaciones que en parte le son asignadas en cuan- Pero una sociedad eclesiástica tal, un sínodo semejante de la Iglesia, es decir,
to miembro pasivo. Así, por ejemplo, sería muy peligroso si un oficial, que debe una classis de reverendos (como la llaman los holandeses) ¿no podría acaso
obedecer al superior, se pusiera a argumentar en voz alta, estando de servicio, comprometerse y jurar sobre algún símbolo invariable que llevaría así a una
acerca de la conveniencia o inutilidad de la orden recibida. Tiene que obedecer. incesante y suprema tutela sobre cada uno de sus miembros y, mediante ellos,
sobre el pueblo? ¿De ese modo no lograría eternizarse? Digo que es absolu-
Pero no se le puede prohibir con justicia hacer observaciones, en cuanto docto, tamente imposible. Semejante contrato, que excluiría para siempre toda ulterior
acerca de los defectos del servicio militar y presentarlas ante el juicio del públi- ilustración del género humano es, en sí mismo, sin más nulo e inexistente,
co. El ciudadano no se puede negar a pagar los impuestos que le son asigna- aunque fuera confirmado por el poder supremo, el congreso y los más solem-
dos, tanto que una censura impertinente a esa carga, en el momento que deba nes tratados de paz. Una época no se puede obligar ni juramentar para poner a
pagarla, puede ser castigada por escandalosa (pues podría ocasionar resisten- la siguiente en la condición de que le sea imposible ampliar sus conocimientos
cias generales). Pero, sin embargo, no actuará en contra del deber de un ciu- (sobre todo los muy urgentes), purificarlos de errores y, en general, promover la
dadano si, como docto, manifiesta públicamente sus ideas acerca de la incon- ilustración. Sería un crimen contra la naturaleza humana, cuya destinación ori-
veniencia o injusticia de tales impuestos. De la misma manera, un sacerdote ginaria consiste, justamente, en ese progresar. La posteridad está plenamente
está obligado a enseñar a sus catecúmenos y a su comunidad según el símbo- justificada para rechazar aquellos decretos, aceptados de modo incompetente y
lo de la Iglesia a que sirve, puesto que ha sido admitido en ella con esa condi- criminal. La piedra de toque de todo lo que se puede decidir como ley para un
ción. Pero, como docto, tiene plena libertad, y hasta la misión, de comunicar al pueblo yace en esta cuestión: ¿un pueblo podría imponerse a sí mismo seme-
público sus ideas --cuidadosamente examinadas y bien intencionadas-- acerca jante ley? Eso podría ocurrir si por así decirlo, tuviese la esperanza de alcan-
de los defectos de ese símbolo; es decir, debe exponer al público las proposi- zar, en corto y determinado tiempo, una ley mejor, capaz de introducir cierta
ciones relativas a un mejoramiento de las instituciones, referidas a la religión y ordenación. Pero, al mismo tiempo, cada ciudadano, principalmente los sacer-
a la Iglesia. En esto no hay nada que pueda provocar en él escrúpulos de con- dotes, en calidad de doctos, debieran tener libertad de llevar sus observaciones
ciencia. Presentará lo que enseña en virtud de su función --en tanto conductor públicamente, es decir, por escrito, acerca de los defectos de la actual institu-
de la Iglesia-- como algo que no ha de enseñar con arbitraria libertad, y según ción. Mientras tanto --hasta que la intelección de la cualidad de estos asuntos
sus propias opiniones, porque se ha comprometido a predicar de acuerdo con se hubiese extendido lo suficiente y estuviese confirmada, de tal modo que el
prescripciones y en nombre de una autoridad ajena. Dirá: nuestra Iglesia ense- acuerdo de su voces (aunque no la de todos) pudiera elevar ante el trono una
ña esto o aquello, para lo cual se sirve de determinados argumentos. En tal propuesta para proteger las comunidades que se habían unido en una dirección
ocasión deducirá todo lo que es útil para su comunidad de proposiciones a las modificada de la religión, según los conceptos propios de una comprensión
que él mismo no se sometería con plena convicción; pero se ha comprometido más ilustrada, sin impedir que los que quieran permanecer fieles a la antigua lo
a exponerlas, porque no es absolutamente imposible que en ellas se oculte hagan así-- mientras tanto, pues, perduraría el orden establecido. Pero consti-
cierta verdad que, al menos, no es en todos los casos contraria a la religión tuye algo absolutamente prohibido unirse por una constitución religiosa incon-
íntima. Si no creyese esto último, no podría conservar su función sin sentir los movible, que públicamente no debe ser puesta en duda por nadie, aunque más
reproches de su conciencia moral, y tendría que renunciar. Luego el uso que un no fuese durante lo que dura la vida de un hombre, y que aniquila y torna infe-
predicador hace de su razón ante la comunidad es meramente privado, puesto cundo un período del progreso de la humanidad hacia su perfeccionamiento,
que dicha comunidad sólo constituye una reunión familiar, por amplia que sea. tornándose, incluso, nociva para la posteridad. Un hombre, con respecto a su
Con respecto a la misma, el sacerdote no es libre, ni tampoco debe serlo, pues- propia persona y por cierto tiempo, puede dilatar la adquisición de una ilustra-
to que ejecuta una orden que le es extraña. Como docto, en cambio, que habla ción que está obligado a poseer; pero renunciar a ella, con relación a la propia
mediante escritos al público, propiamente dicho, es decir, al mundo, el sacerdo- persona, y con mayor razón aún con referencia a la posteridad, significa violar y
te gozará, dentro del uso público de su razón, de una ilimitada libertad para pisotear los sagrados derechos de la humanidad. Pero lo que un pueblo no
servirse de la misma y, de ese modo, para hablar en nombre propio. En efecto, puede decidir por sí mismo, menos lo podrá hacer un monarca en nombre del
pretender que los tutores del pueblo (en cuestiones espirituales) sean también mismo. En efecto, su autoridad legisladora se debe a que reúne en la suya la
menores de edad, constituye un absurdo capaz de desembocar en la eterniza- voluntad de todo el pueblo. Si el monarca se inquieta para que cualquier verda-

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dero o presunto perfeccionamiento se concilie con el orden civil, podrá permitir pre que no se trate de mantenerlos artificiosamente en esa condición.
que los súbditos hagan por sí mismos lo que consideran necesario para la sal-
vación de sus almas. Se trata de algo que no le concierne; en cambio, le impor- He puesto el punto principal de la ilustración --es decir, del hecho por el cual el
tará mucho evitar que unos a los otros se impidan con violencia trabajar, con hombre sale de una minoría de edad de la que es culpable-- en la cuestión
toda la capacidad de que son capaces, por la determinación y fomento de dicha religiosa, porque para las artes y las ciencias los que dominan no tienen ningún
salvación. interés en representar el papel de tutores de sus súbditos. Además, la minoría
de edad en cuestiones religiosas es la que ofrece mayor peligro: también es la
Inclusive se agravaría su majestad si se mezclase en estas cosas, sometiendo más deshonrosa. Pero el modo de pensar de un jefe de Estado que favorece
a inspección gubernamental los escritos con que los súbditos tratan de exponer esa libertad llega todavía más lejos y comprende que, en lo referente a la legis-
sus pensamientos con pureza, salvo que lo hiciera convencido del propio y lación, no es peligroso permitir que los súbditos hagan un uso público de la
supremo dictamen intelectual --con lo cual se prestaría al reproche Caesar non propia razón y expongan públicamente al mundo los pensamientos relativos a
est supra grammaticos-- o que rebajara su poder supremo lo suficiente como una concepción más perfecta de esa legislación, la que puede incluir una fran-
para amparar dentro del Estado el despotismo clerical de algunos tiranos, ejer- ca crítica a la existente. También en esto damos un brillante ejemplo, pues
cido sobre los restantes súbditos. ningún monarca se anticipó al que nosotros honramos.

Luego, si se nos preguntara ¿vivimos ahora en una época ilustrada? respon- Pero sólo alguien que por estar ilustrado no teme las sombras y, al mismo
deríamos que no, pero sí en una época de ilustración. Todavía falta mucho tiempo, dispone de un ejército numeroso y disciplinado, que les garantiza a los
para que la totalidad de los hombres, en su actual condición, sean capaces o ciudadanos una paz interior, sólo él podrá decir algo que no es lícito en un Es-
estén en posición de servirse bien y con seguridad del propio entendimiento, tado libre: ¡razonad tanto como queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!
sin acudir a extraña conducción. Sin embargo, ahora tienen el campo abierto Se muestra aquí una extraña y no esperada marcha de las cosas humanas;
para trabajar libremente por el logro de esa meta, y los obstáculos para una pero si la contemplamos en la amplitud de su trayectoria, todo es en ella pa-
ilustración general, o para la salida de una culpable minoría de edad, son cada radójico. Un mayor grado de libertad civil parecería ventajoso para la libertad
vez menores. Ya tenemos claros indicios de ello. Desde este punto de vista, del espíritu del pueblo y, sin embargo, le fija límites infranqueables. Un grado
nuestro tiempo es la época de la ilustración o "el siglo de Federico". menor, en cambio, le procura espacio para la extensión de todos sus poderes.
Una vez que la Naturaleza, bajo esta dura cáscara, ha desarrollado la semilla
Un príncipe que no encuentra indigno de sí declarar que sostiene como deber que cuida con extrema ternura, es decir, la inclinación y disposición al libre
no prescribir nada a los hombres en cuestiones de religión, sino que los deja en pensamiento, ese hecho repercute gradualmente sobre el modo de sentir del
plena libertad y que, por tanto, rechaza al altivo nombre de tolerancia, es un pueblo (con lo cual éste va siendo poco a poco más capaz de una libertad de
príncipe ilustrado, y merece que el mundo y la posteridad lo ensalce con agra- obrar) y hasta en los principios de gobierno, que encuentra como provechoso
decimiento. Al menos desde el gobierno, fue el primero en sacar al género tratar al hombre conforme a su dignidad, puesto que es algo más que una
humano de la minoría de edad, dejando a cada uno en libertad para que se máquina.
sirva de la propia razón en todo lo que concierne a cuestiones de conciencia
moral. Bajo él, dignísimos clérigos --sin perjuicio de sus deberes profesionales--
pueden someter al mundo, en su calidad de doctos, libre y públicamente, los
juicios y opiniones que en ciertos puntos se apartan del símbolo aceptado. Tal
libertad es aún mayor entre los que no están limitados por algún deber profe-
sional. Este espíritu de libertad se extiende también exteriormente, alcanzando
incluso los lugares en que debe luchar contra los obstáculos externos de un
gobierno que equivoca sus obligaciones. Tal circunstancia constituye un claro
ejemplo para este último, pues tratándose de la libertad, no debe haber la me-
nor preocupación por la paz exterior y la solidaridad de la comunidad. Los
hombres salen gradualmente del estado de rusticidad por propio trabajo, siem-

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IMPOSICIONES Se opone PRÍNCIPE ILUSTRADO
OFICIALES Federico
Proclama

Se opone Pretende
Impone Pereza Impone
Impulsa Tolerancia
Cobardía
-Libertad de
Pensar

Promueve
-Tolerancia

MINORÍA ÉPOCA DE ILUSTRACIÓN ÉPOCA -Libertad de


Tutorías de
Salida

Religiosas, etc. ¡Sapere aude! ILUSTRADA Actuar


EDAD
-Autonomía
Origina
Necesita
-Unidad en
Mantiene RAZÓN LIBERTAD libertad
Contribuye
Ejerce

Uso privado Uso público


En puesto Limitado Ilimitado Como hombre
Oficial Docto

Immanuel Kant ¿Qué es Ilustración?


RELACIÓN CON RESPECTO
LA VERDAD RACIONA-
ENTRE A LA EMPIRISTAS
CONTENIDA EXPRESAN: CIENCIAS LISTAS
SUJETO Y EXPERIENCIA (Hume)
ES: (Leibniz)
PREDICADO SON:

ANALÍTICA. No
Verdades
El predicado hay ampliación A PRIORI.
JUICIOS necesarias. La Lógica y Verdades de Relaciones de
está implícito en del Independiente de
ANALÍTICOS contraria es matemáticas. razón. ideas.
el sujeto conocimiento. la experiencia
imposible.
Tautología.
SINTÉTICA. Hay Verdades
El predicado no A POSTERIORI. Ciencias
JUICIOS ampliación del contingentes. Verdades de Cuestiones de
está implícito en Derivada de la naturales y
SINTÉTICOS conocimiento. La contraria es hecho. hecho.
el sujeto experiencia. experimentales.
Contingencia. posible.

SENSIBILIDAD ENTENDIMIENTO RAZÓN

Espacio-tiempo Categorías Ideas

C
O
S
A
S SÍNTESIS SÍNTESIS NO HAY
DE DE SÍNTESIS
APREHEN- RECONOCI-
E
SIÓN MIENTO
N

S
Í

INTUICIÓN COSA INTUIDA NOÚMENO


SENSIBLE (FENÓMENO)

Impresiones USO OBJETIVO DE LA MENTE USO METAFÍSICO


DE LA MENTE
Espacio: fund.
Estética trascendental de la geometría
(sensibilidad)
Tiempo: fund.
Fund. de las matemáticas
de la aritmética

Doctrina
Analítica Analítica de los
CRÍTICA trascendental conceptos
trascendental
DE LA de los elementos (Entendimiento)
RAZÓN Lógica Fund. de la física
PURA Analítica de los
trascendental principios

Dialéctica trascendental (Razón)


¿Fundamentación de la Metafísica?

Doctrina trascendental del método


1ª muralla: SENSIBILIDAD 2ª muralla: ENTENDIMIENTO
• elemento material: • elemento material:
El caos de sensaciones
• elemento formal:
SENSIBILIDAD Intuiciones de la
sensibilidad
- Sensibilidad interna: el tiempo (sensaciones, más espacio
- Sensibilidad externa: el espacio y tiempo)
Es • elemento formal:
p ac Las categorías
o io vista
oido mp
Tie Tie
io
ENTENDIMIENTO mp
c o
pa
Es Realidad Negación Limitación

Totalidad
Categorías de cualidad

Necesidad
RAZÓN

Categorías de modalidad
Categorías de cantidad
Pluralidad

Mu
po

Esp
ma

Existencia
n
Tiem

do
Al

cio a
olfato tacto
Dios
cio

Unidad

Tiem
Posibilidad
a
Es p

Conceptos y juicios

po
Categorías de relación
Sustancia Causalidad Reciprocidad
Intuiciones de la sensibilidad
(sensaciones, más espacio y tiempo) 3ª muralla: RAZÓN
• elemento material:
Espacio Tiempo Conceptos y juicios
SUJETO gusto
• elemento formal:
- Idea psicológica: alma
TRASCENDENTAL - Idea cosmológica: mundo
- Idea teológica: Dios
Como postulado y
como algo
deducido de la Como garantía de = virtud + felicidad
existencia de al la posibilidad de
ley moral un progreso
indefinido en la Como garantía de
virtud que virtud y
felicidad han de
coincidir
finalmente
La buena voluntad Que se manifiesta
deber
¿Hay una razón “pura” (intención del acto) mediante el
práctica que mueva la
voluntad?
Típica del juicio: utiliza
Pasa del formalismo como “esquema” el
al actuar concreto concepto de “naturaleza”
mediante la (conjunto de leyes que se
SI Determina lo que es cumplen necesariamente)
el “bien”, lo bueno
Está determinada a Respeto a la
priori por el ley
sentimiento de (único móvil moral)

Ser formal material


esencia
(empirismo y utilitarismo)
Existen principios
Imperativo
morales universales
categórico
(leyes morales)
fórmula universalidad

consecuencias Sentido negativo


Fundamento
libertad
Juicio sintético y condición
Las ideas de la razón pura a priori no
fenoménico Sentido positivo
tienen realidad moral ratio essendi

ratio cognoscendi

postulados autonomía
Se impone a la conciencia moral
como un “hecho de razón” por la

La existencia de Dios como La inmortalidad del alma Crítica a la


La libertad: el hombre garantía de que virtud y como garantía de la
heteronomía
entre lo fenoménico y felicidad han de coincidir posibilidad de un progreso
lo nouménico finalmente indefinido en la virtud

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