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EL EVANGELISMO: ¿Cómo pueden los cristianos involucrarse en el evangelismo?

Ellos deben ser


personalmente responsables de compartir el Evangelio. Está en la Biblia, Mateo 9:37-38, "Entonces dijo a sus
discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe
obreros a su mies".

El evangelismo es un trabajo mundial para todos los cristianos. Está en la Biblia, Mateo 28:19-20, "Por tanto,
id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo".

El compartir a Jesús debe ser una forma de vivir. Está en la Biblia, Colosenses 1:26-29, "El misterio que había
estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso
dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza
de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin
de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de
él, la cual actúa poderosamente en mí".

Las Buenas Nuevas deben ser predicadas en todas partes antes de que Jesús regrese. Está en la Biblia, Mateo
24:14, "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y
entonces vendrá el fin".

Usted no tiene que ser erudito o educado para compartir a Jesús. Está en la Biblia, 1 Corintios 2:1-5, "Así que,
hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de
sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve
entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras
persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté
fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios".

Somos llamados a ser representantes de Jesús. Está en la Biblia, II Corintios 5:20, "Así que, somos embajadores
en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo:
Reconciliaos con Dios".

El evangelismo es hablar por Cristo, pero a la vez debemos ser modelos de la verdad. Está en la Biblia, Marcos
16:15 y Juan 13:35, "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. En esto conocerán
todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros".

El evangelismo es algo más que predicar y testificar. Está en la Biblia, Isaías 61:1, "El Espíritu de Jehová el
Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar
a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel".

Evangelismo - Definición, Concepto y Qué es


La palabra evangelio proviene del griego y significa literalmente buen mensaje. El buen
mensaje es, desde la perspectiva cristiana, el hecho de que Cristo murió por nuestros pecados
y que resucitó al tercer día. Así, la muerte y resurrección de Cristo es el cimiento sobre el que se
basa el evangelio.
En el Nuevo Testamento hay cuatro evangelios oficiales o canónicos, que son el de Juan, el de
Mateo, el de Marcos y el de Lucas, todos ellos apóstoles de Cristo que en sus testimonios
cuentan la vida y la predicación de Cristo. Los relatos de los evangelios son el fundamento del
Cristianismo, la fe religiosa que a su vez se divide en doctrinas distintas: catolicismo,
protestantismo, iglesia ortodoxa, evangelismo y otras corrientes doctrinales basadas en los
evangelios.
Cuestiones generales del evangelismo

Desde un punto de vista histórico el evangelismo como corriente cristiana apareció en el siglo
XVl en el sur de Europa entre aquellos católicos que cuestionaban algunas doctrinas oficiales,
especialmente la veneración a los santos y el recurso de las indulgencias para eludir
la responsabilidad de los pecados.
El evangelismo propugna recuperar el cristianismo primitivo y se desvía de las doctrinas de la fe
católica, asi como del luteranismo y del calvinismo. Para los fieles evangélicos, la palabra de
Dios contenida en los evangelios y la oración son los ejes de su fe.Un rasgo genuino de
esta doctrina es la predicación de la palabra de Dios, es decir, el proceso de evangelización.

Una aproximación a las iglesias evangélicas

Si bien es posible hablar del evangelismo en un sentido general (también denominado


protestantismo evangélico), hay muchas iglesias o corrientes evangélicas: Anabaptismo,
Pietismo, Hermanos evangélicos unidos, Iglesias evangélicas de Pentecostés, Ejército de
Salvación, la iglesia de Dios en Cristo, etc. Cada una de ellas tiene su propia interpretación de
los evangelios.A pesar de las diferencias, hay que recordar algunos elementos comunes de la
teología evangélica: la creencia en un solo Dios, la idea de la trinidad, la referencia a la
Sagrada Escritura, el fin próximo del mundo y la actividad misionera.

Principales diferencias entre el evangelismo y el catolicismo

Para los fieles evangélicos su fe debe inspirarse en la Biblia, mientras que para los católicos el
papel de la Iglesia es fundamental.

En otras palabras, los católicos interpretan la Biblia según el magisterio de la iglesia, pero los
evangelistas propugnan una libre interpretación de las Sagradas Escrituras. Por otra parte, los
evangelistas cuestionan la divinidad de la Virgen María y rechazan el papel de los santos.
¿Qué es evangelizar? Mucho más que transmitir valores
cristianos
Siempre aparece la preocupación pastoral por los "creyentes no practicantes", pero nos olvidamos que
existen también "practicantes" que no son creyentes

La palabra evangelización, en sentido amplio, suele usarse para cualquier actividad eclesial, al punto
que corre siempre el riesgo de perder su sentido más específico: el anuncio de la fe que busca suscitar
la conversión a Jesucristo.Si contemplamos muchas de nuestras comunidades, la preocupación
pastoral se centra en la transmisión de valores éticos, en acciones sociales, en el modo de celebrar la
liturgia o en la fidelidad moral y doctrinal. Todo esto es muy importante, pero lo primero y
fundamental es el anuncio del Evangelio que busca la conversión. Sin esto, el edificio se derrumba
tarde o temprano.¿Hay deseos de que otros conozcan realmente a Jesús y experimenten su amor y su
misericordia? ¿Nuestra principal preocupación es que los que no conocen a Cristo le conozcan y
experimenten su amor? Solo quien está profundamente enamorado de Dios y del Evangelio puede
anunciarlo de manera que enamore a otros y les suscite hambre de conocerle y experimentarle.

El autoengaño de la sacramentalización

Muchos son los que figuran en las estadísticas como confesionalmente católicos, pero la fe cristiana
no es el eje de sus vidas, sino apenas un barniz cultural. ¿Qué significa esto? Sencillamente que,
aunque muchos se confiesen públicamente como “católicos” y se preparen para la primera comunión
y para la confirmación, su iniciación cristiana es la clausura del cristianismo en sus vidas. Es como si
se recibieran de “católicos” para no pisar más la Iglesia. Así la primera comunión es la última, y la
confirmación es el sello de salida de la Iglesia. Siempre aparece la preocupación pastoral por los
“creyentes no practicantes”, pero nos olvidamos que existen también “practicantes” que no son
creyentes.También es cierto que cuando declaran “creo, pero no practico”, habría que preguntarles
qué es lo que creen realmente. Y ese es otro autoengaño, que crean saber lo que es la fe católica y que
decidan no practicarla. Creo que en realidad no la conocen más que de oídas.Que haya más
bautizados y primeras comuniones no significa que haya más creyentes. Muchas personas que han
recibido los sacramentos, no tienen la más remota idea de quién es Jesús ni han leído los evangelios.
Estos son muchos de los que en sus búsquedas espirituales, han vivido su experiencia de conversión
en un culto pentecostal o en una pseudoterapia de la Nueva Era.Muchos creen conocer la fe católica,
pero no han conocido a Jesucristo. Si no se evangeliza primero, si no se busca suscitar la conversión y
enamorar a las personas de Dios, cualquier propuesta pastoral se vuelve un barniz cultural católico en
la vida de las personas.Claramente la culpa no es de ellos, sino de una omisión pastoral: la falta de
evangelización que busque la conversión. Jesucristo no hace un llamado a simpatizantes superficiales
ni a formar un club de fans, sino que hace discípulos que se vuelven misioneros. A un cristiano que no
tiene deseos de hablar de su fe y compartirla con otros, no hay que leerle documentos sobre la
importancia de evangelizar, sino evangelizarlo.

¿Qué es evangelizar?

La evangelización es un proceso en varias etapas, pero el primer anuncio (kerygma) es lo más


específico, lo primero y su fundamento permanente. Y en una mentalidad de cristiandad, es lo más
olvidado porque se da por hecho.¿Qué es este primer anuncio o kerygma? No es catequesis, no es un
discurso doctrinal, tampoco es un signo atractivo, ni una procesión, ni solo el testimonio, ni
proselitismo, ni tampoco una estrategia pedagógica previa a la catequesis, ni una conversación sobre
un tema espiritual, ni decir una fórmula mágica: “Dios te ama”.

Todas estas iniciativas pueden ser el ámbito para el anuncio, pero no son en sí mismas primer
anuncio, sino que allí o en algún momento posterior a ese encuentro ha de realizarse el primer
anuncio misionero que busca la conversión del corazón a Jesucristo. Y obviamente es un anuncio
explícito de Jesucristo, de su amor infinito y la salvación que nos ofrece. Es algo que sin la experiencia
de fe del evangelizador es imposible de hacer.Anunciar el kerygma sin fe, es como hablar en lenguaje
de enamorado, pero sin estar enamorado. Quedaría como una cursilería o una palabra vacía, una
simple formula sin efecto. Solo una palabra llena de la gracia, cargada de la experiencia del amor de
Dios, puede ser un verdadero kerygma, de lo contrario siempre serán cosas muy bonitas pero no será
evangelización real. Nadie puede testimoniar una fe, una pasión por Jesucristo que no tiene. Por eso,
la solución para aprender a realizar el primer anuncio en nuestras comunidades no será un nuevo
libro sobre evangelización, sino una auténtica renovación espiritual, mental y estructural de nuestra
vida eclesial. Solo una vida transformada por la presencia de Jesucristo, se vuelve una proclamación
constante del Evangelio. Esto no se da por decreto, sino por conversión.

¿Qué anunciar y cómo?

El kerygma es tanto el mensaje transmitido, como la manera de transmitirlo, es


contenido y método a la vez. Es un lenguaje testimonial, vivencial, cuyo punto de
partida es la propia experiencia de fe en Jesucristo. El contenido de este anuncio es una
actualización permanente del núcleo de la fe en la persona y la comunidad que lo anuncia.

El objetivo del kerygma es la conversión, que no es un mero cambio de actitudes, sino una
transformación del corazón, de toda la existencia centrada en Cristo. El kerygma no busca ganar la
simpatía, sino abrir el corazón de los demás al amor de Dios que los salva.
El punto de partida para el anuncio es una experiencia de vida donde el predicador descubre la acción
de Dios que da una nueva luz, un nuevo sentido y ayuda a descubrirle presente, donde antes solo se
veía una experiencia sin sentido. El núcleo central es el misterio de Cristo.del kerygma demanda
ciertas características del anuncio que hoy son necesarias en todas partes: que exprese el amor
salvífico de Dios previo a la obligación moral y religiosa, que no imponga la verdad y que apele a la
libertad, que posea unas notas de alegría, estímulo, vitalidad, y una integralidad armoniosa que no
reduzca la predicación a unas pocas doctrinas a veces más filosóficas que evangélicas. Esto exige al
evangelizador ciertas actitudes que ayudan a acoger mejor el anuncio: cercanía, apertura al diálogo,
paciencia, acogida cordial que no condena”.

No dar por descontado la fe

Uno de los grandes obstáculos a la evangelización es que hablamos excesivamente de moral, ya sea
moral sexual o moral sociopolítica, pero solemos reducir la fe a valores morales. Cuando se habla de
hacer el anuncio del Evangelio se suele decir que anunciamos “los valores del Reino”, o “los valores
del Evangelio de Jesús”, y eso no está mal, pero solemos quedarnos en un reduccionismo ético de la
fe.Se tiene alergia a poner a Dios en el centro. Jesucristo como persona viva y real que puede entrar en
relación conmigo, difícilmente aparece con claridad, salvo en algunos movimientos eclesiales que son
tildados de emocionalistas por un coro de racionalistas que reducen la religión a un proyecto ético.
Los valores cristianos han sustituido la predicación sobre la fe como relación con Jesucristo
vivo.Muchos que dicen tener fe, en realidad quieren expresar vagamente que “comparten los valores
cristianos”, pero no necesariamente tienen una relación real, íntima y profunda con Jesucristo. La
gracia es una palabra que se usa para explicar algo que no se entiende, pero se vive en un
semipelagianismo práctico, donde toda la vida cristiana es hacer y hacer en nombre de unos valores
abstractos, no de vivir bajo la gracia de aquél que ha vencido a la muerte y nos da vida eterna.
Despierta más pasión en muchos católicos los temas éticos que la misma persona de Jesucristo.
¿enamorados de Dios o de los valores y doctrinas? La defensa de los valores morales es muy
importante, pero no son el centro de la identidad cristiana. Incluso se encuentran movimientos e
instituciones católicas donde sus miembros saben más del fundador o fundadora que de Jesús o del
Evangelio. Se ha puesto una confianza excesiva en las estructuras y en los programas eclesiales, en la
distribución de poderes y funciones; pero ¿qué sucederá si la sal se vuelve sosa? Para que esto no
suceda, es necesario anunciar de nuevo con vigor y alegría el acontecimiento de la muerte y
resurrección de Cristo, corazón del cristianismo, fundamento y apoyo de nuestra fe, palanca poderosa
de nuestras certezas, viento impetuoso que barre todo miedo e indecisión, toda duda y cálculo
humano.”

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