Decisión nº 06-D de Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Transito de Tachira (Extensión San Cristóbal), de 26 de Abril
de 2012
INTERDICTO DE OBRA VIEJA
Se evidencia con la sentencia analizada, que el interdicto prohibitivo de obra vieja persigue establecer medidas para asegurar la posesión de una amenaza de daño, por lo que queda claro que si el daño ya ocurrió, no se procede con una querella interdictal, sino a través de un procedimiento ordinario. En este sentido, se destaca que el querellante detectó filtraciones de aguas negras que proviene de la casa vecina que caen directamente al estanque de su propiedad, por lo tanto va afectando a la fundación de la vivienda del querellado, razón por el cual el juez admite la querella y procede a realizar la inspección judicial. Ahora bien, las recomendaciones del experto se concentran en la realización de trabajos de excavación y reparaciones del daño, dado que en la casa vecina, se evidencia que existe un estanque en construcción con aguas negras depositadas. Esta situación nos lleva a analizar sobre la finalidad del interdicto de obra vieja, tal como lo señala el juez de primera instancia, este tipo de interdicto hace referencia al daño temido, a la amenaza de lo que pueda ocurrir, al daño que es grave y está próximo a producirse, por lo tanto, no puede ser interpuesta la querella de este tipo de interdicto cuando el daño ya se produjo y en este caso, quedó comprobado con la inspección judicial, que el daño está claro y requiere de reparaciones, por lo tanto, con la querella interdictal no se puede ordenar las reparaciones necesarias, esto sólo es posible a través de una sentencia producida en un procedimiento ordinario.
Como fundamento de la decisión, el juez resalta que se deben cumplir algunos
requisitos para que proceda la querella interdictal, entre ellos expone:
1) Que el supuesto de hecho está determinado por una obra ya existente, es
decir, se presume que existe un temor a un daño próximo que puede ocasionar el inmueble ya construido. 2) El daño debe ser próximo y grave, que amerite establecer medidas de seguridad que hagan cesar el temor al daño. 3) Que se ejerza en el momento en que las circunstancias haga temer lo que la amenaza al daño represente.
Por lo tanto, en relación al caso planteado se concluye que el querellante debe
tener claro la amenaza del daño, que sea cierto y que exista en el momento que se interponga la querella, si ya el daño fue ocasionado, el juez no podré dictar medidas para evitar el daño porque ya fue producida.