II de corintios

1. Los apóstoles son llamados por la voluntad de Dios.

 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y Timoteo, el hermano, a la
Iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya.
(2Co. 1, 1)
2. El apóstol es un hombre de firme esperanza.
 Es firme nuestra esperanza respecto de vosotros; pues sabemos que, como sois
solidarios con nosotros en los sufrimientos, así lo seréis también en la consolación.
(2Co. 1, 7)
3. El apóstol es un hombre de fe.
 Pues hemos tenido sobre nosotros mismos la sentencia de muerte, para que no
pongamos nuestra confianza en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los
muertos. (2Co. 1, 9)
4. El apóstol es un hombre convencido del mensaje que lleva.
 Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió.
(2Co. 1, 21)
5. El apóstol no impone la fe, al contrario acompaña el crecimiento de la misma.
 No es que pretendamos dominar sobre vuestra fe, sino que contribuimos a vuestro
gozo, pues os mantenéis firmes en la fe. (2Co. 1, 24)
6. El apóstol busca la felicidad de los seguidores de Cristo.
 En mi interior tomé la decisión de no ir otra vez con tristeza donde vosotros. Porque
si yo os entristezco ¿quién podría alegrarme sino el que se ha entristecido por mi
causa? (2Co. 2, 1-2)
7. El apóstol sufre aflicciones, por el cariño que le tiene a la comunidad.
 Efectivamente, os escribí en una gran aflicción y angustia de corazón, con muchas
lágrimas, no para entristeceros, sino para que conocierais el amor desbordante que
sobre todo a vosotros os tengo. (2Co. 2, 4)
8. El apóstol vive los sentimientos del pueblo y el pueblo los del apóstol.
 Pues si alguien ha causado tristeza, no es a mí quien se la ha causado; sino en cierto
sentido - para no exagerar - a todos vosotros. (2Co. 2, 5)
9. El apóstol es un hombre de perdón.
 Y a quien vosotros perdonéis, también yo le perdono. Pues lo que yo perdoné - si
algo he perdonado - fue por vosotros en presencia de Cristo. (2Co. 2, 10)
10. El apóstol es un enviado de Dios.
 ¡Gracias sean dadas a Dios, que nos lleva siempre en su triunfo, en Cristo, y por
nuestro medio difunde en todas partes el olor de su conocimiento! (2Co. 2, 14)
11. El apóstol sabe que es Cristo el que actúa y él es solamente un instrumento.
 Ciertamente no somos nosotros como la mayoría que negocian con la Palabra de
Dios. ¡No!, antes bien, con sinceridad y como de parte de Dios y delante de Dios
hablamos en Cristo. (2Co. 2, 17)
12. El apóstol lleva el mensaje por amor y no por negocio.
  Ciertamente no somos nosotros como la mayoría que negocian con la Palabra de
Dios. ¡No!, antes bien, con sinceridad y como de parte de Dios y delante de Dios
hablamos en Cristo. (2Co. 2, 17)
13. El apóstol deja la más grande prueba del evangelio en la comunidad.
 Evidentemente sois una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita
no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas
de carne, en los corazones. (2Co. 3, 3)
14. El apóstol pone su confianza en Dios por medio de Cristo Jesús.
 Esta es la confianza que tenemos delante de Dios por Cristo. No que por nosotros
mismos seamos capaces de atribuirnos cosa alguna, como propia nuestra, sino que
nuestra capacidad viene de Dios. (2Co. 3, 4-5)
15. El apóstol no se predica asi mismo, sino a Cristo.
 No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros
como siervos vuestros por Jesús. (2Co. 4, 5)
16. El apóstol permanece fuerte, a pesar de las dificultadas.
 Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados (2Co. 4, 8)
17. El apóstol vive siempre convencido del amor de Cristo.
 Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos
por tanto murieron. (2Co. 5, 14)
18. El apóstol se renueva cada día con su fe en el Señor.
 Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo
(2Co. 5, 17)
19. El apóstol no confía en los bienes materiales ya que tiene a Cristo y eso es todo lo que
necesita.
 como tristes, pero siempre alegres; como pobres, aunque enriquecemos a muchos;
como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos. (2Co. 6, 10)