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Las siguientes.-
PRIMERO: Que, Srta. Magistrada, se ha procedido ha conceder a la demandante
en representación de nuestra segunda hija LIDIBETH ZARATH (03 años de edad)
el monto ascendente al 30% de mis haberes, sin haberse tomado en cuenta (y
además omite olímpicamente señalarlo la demandante) que de nuestra unión
convivencial tenemos DOS HIJAS, la mayor ITSEL IVETTE de 11 años de edad y
la segunda para quien la demandante solicita “alimentos” de nombre LIDIBETH
ZARATH de 03 años de edad; dejando constancia que de la primera ni la
menciona en su demanda la actora, pensamos que ex profesamente, por cuanto
tal hija se encuentra en mi poder y, como es lógico corriendo absolutamente y en
forma exclusiva con todos los gastos que involucra el cuidado y manutención de
un hijo o en este caso de una hija ya casi adolescente, sin que la actora se
acuerde de coadyuvar a tal manutención, habiéndose olvidado de que su hija
también requiere alimentos, vestimenta, educación etc., y que ello por supuesto
significa un fuerte egreso que lo realiza exclusivamente el demandado y, con
respecto a nuestra segunda hija, dejar constancia que la actora la tiene desde
hace poco, significando que antes tenía en mi poder a ambas y corría con todos
los gastos como ya se ha detallado líneas arriba y, desde que tiene en su poder la
demandante a nuestra segunda hija igualmente he cumplido con subvenir a todos
sus requerimientos, he cumplido con pagar su educación, he velado por su salud,
corriendo con todos los gastos médicos que ha significado su quebrantada salud
como ya se ha detallado en mi contestación a la demanda; es decir no he
permanecido indiferente a las necesidades de mi segunda hija que ahora se
encuentra en poder de la demandante.
SEGUNDO: Que, Srta. Magistrada, en ese orden de ideas, prácticamente fue un
acuerdo (y además por lógica) que cada uno de los padres teniendo a una hija en
su poder, igualmente se entiende que cada progenitor asume las obligaciones de
la que tiene en su poder, sin perjuicio –claro está- de la ayuda que el uno pueda
brindarle a la que no tiene en su poder y dentro de las posibilidades, como en
realidad ha venido actuando el demandado, puesto no obstante que asume todos
los gastos de la hija que tiene en su poder y sin reclamar nada, cumple con
ayudar igualmente a la que no tiene en su poder, lo que no sucede con la
demandante, quien a pesar de no brindarle nada a su hija mayor y, además
ayudarla con la que tiene en su poder, pretende reclamar alimentos al emplazado
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y, ello a pesar de que la actora cuenta con trabajo estable y bien remunerado,
más que suficiente para encargarse de la manutención de la hija que tiene en su
poder y, si a ello se suma la ayuda que también cumplo con brindarle; entonces
NO ES JUSTO que ahora se proceda a descontárseme el TREINTA POR CIENTO
de mis haberes y, ¿entonces con qué puedo mantener a mi hija que se encuentra
en mi poder? ¿Cómo se explica el mandato constitucional que señala que
AMBOS padres tienen el deber de mantener a los hijos (la demandante tiene
mejor trabajo que el demandado, no es una madre que se dedica exclusivamente
al hogar y sin ingreso económico, por el contrario), entonces es acaso tal mandato
una ilusión? Si a ello se suma cubrir mis requerimientos y las de mi madre en la
condición de viuda; simplemente se nos condena a una situación bastante difícil y,
¿Qué pasaría si por el contrario es el demandado quien hubiera accionado en
contra de la ahora actora por Alimentos, toda vez que tengo bajo mi poder a una
hija y la aludida cuenta con trabajo y remuneración estable? La situación no es
que quien primero demanda gana. No es así, no debe ser así, debe resolverse de
acuerdo a ley, derecho y JUSTICIA. Es decir que cada uno teniendo a una hija
bajo su responsabilidad, cada uno se encargue de su manutención, sin que ello
signifique que me voy a olvidar de la hija que no se encuentra conmigo, por el
contrario, pero en la medida de mis posibilidades, es lo justo; toda vez que al
descontárseme el treinta por ciento, realmente no se deja margen para cumplir
con los requerimientos de mi hija que se encuentra en mi poder. Finalmente
señalar que si a la actora se le descontara el treinta por ciento de sus haberes por
la hija que se encuentra en mi poder, lo más probable que haría es llevarse a mi
hija para no tener que asistirme en dicho porcentaje.
TERCERO: Que, por todo lo expuesto, se tiene que la Judicatura vulnera
flagrantemente principios constitucionales como son el debido proceso y