Fuente: Apolodoro,Biblioteca

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REYES DE ATENAS

14 El autóctono Cécrope, que tenía cuer­

Disputa de Atenea
po híbrido de hombre y serpiente, fue
y Posidón por
el primer rey del Ática, y a esta tierra
el dominio
del Ática denominada antes Acte la llamó con su
nombre, Cecropia 2162
. Se dice que en su
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1
época los dioses decidieron tomar posesión de las ciu­
dades en las que cada uno había de recibir honores 2n.
Posidón llegó el primero al Ática y golpeando con su
tridente en medio de la acrópolis hizo brotar un mar,
al que ahora llaman Erecteo 218. Después llegó Atenea,
y habiendo puesto a Cécrope como testigo de su pose­
sión, plantó un olivo, que ahora se muestra en el Pan-
drosío2I9. Al surgir entre ambos dioses una disputa por
el dominio del país, Zeus los separó y designó jueces,
no a Cécrope y Cránao como dijeron algunos, ni tampo-

216 Según P ausanias , I 2, 6, el primer rey del Ática fue Acteo y

a éste le sucedió Cécrope.
217 Cf. H eródoto , V III 55; O vidio , Met. 70-82; H igino , Fáb. 164. Una
versión detallada la ofrece Varrón (en S an A gustín , La ciudad de Dios
X V III 9): cuando en el Ática aparecieron un olivo y agua, Cécrope con­
sultó al oráculo de Delfos sobre ello; el oráculo respondió que el olivo
era el signo de Atenea y el agua el de Posidón, y que los habitantes
del Ática podrían decidir cuál de los dos dioses daría nombre a la
ciudad. Hecha una votación en la que también tomaron parte las mu­
jeres, éstas votaron todas a la diosa y los varones al dios. Salió victo­
riosa Atenea, y Posidón, indignado, inundó el Ática y privó del voto
a las mujeres; también prohibió que los hijos llevasen los nombres
de la madre.
2,8 Un pozo de agua salada según P ausanias (I 26, 5), que produce
rumor de olas cuando sopla viento del sur; y añade que en la roca
se ve la huella de un tridente. Cf. también E strabón, IX 1, 16. Según
otra versión hizo brotar un caballo (cf. V irgilio , Georg. I 12 ss.).
219 El olivo se enseñaba en la Acrópolis todavía en el siglo ii d.
C. Dice Pausanias (I 17, 2) que se quemó cuando el medo incendió Ate­
nas y que, el mismo día, volvió a retoñar hasta dos codos de altura.
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co a Erisictón, sino a los doce dioses n0. Por su vere­

dicto el país fue otorgado a Atenea, pues según el testi­
monio de Cécrope ella había sido la primera en plantar
el olivo. Entonces Atenea denominó a la ciudad Atenas,
según su nombre; pero Posidón, indignado, inundó la
llanura Triasia y sumergió el Ática bajo el mar.
Cécrope se casó con Agraulo, hija de 2
Acteo, y tuvo un hijo, Erisictón, que mu-
Hijos de Cécrope r'ú sin descendencia, e hijas, Agraulo,
Herse y Pándroso. De Agraulo y Ares,
nació Alcipe. A ésta trató de violarla
Halirrotio, hijo de Posidón y de la ninfa Éurite, pero
fue descubierto y muerto por Ares. Posidón lo acusó,
y Ares, juzgado en el Areópago por los doce dioses, fue
absuelto 22’.
De Herse y Hermes nació Céfalo 2 *22; 3
0
Eos, enamorada, lo raptó y después de
Céfalo. Adonis unirse a él en Siria concibió a Titono,
de quien nació Faetón 223; Faetón en­
gendró a Astínoo,,y éste a Sándoco,
que marchó desde Siria a Cilicia y fundó la ciudad de
Celénderis. Casado con Fárnace, hija de Megasares, rey

220 Cf. Ovidio , Met. V I 72.

22> El Areópago, ‘colina de Ares’, recibe este nombre porque fue
Ares el prim ero que allí Fue juzgado. Cf. P ausanias, I 28, 5; E urípides,
ífigenia entre los Tauros 945 ss.
222 Cf. I 9, 4, donde se dice que Céfalo era hijo de Deyón y Dio-
mede; cf. también II 4, 7 y III 15, 1. H igino , en dos pasajes (Fáb. 189
y 270) escribe que Céfalo es hijo de Deyón, y en otro (Fáb. 160) que
es hijo de Mercurio (Hermes) y Creúsa, hija de Erecteo.
223 De acuerdo con H esíodo, Teog. 986-991, y Pausanias, I 3, 1, Fae­
tón era hijo de Céfalo y Eos (la Aurora). Pero en la mayoría de los
textos es hijo de Helios (el Sol); cf. Diodoro, V 23, 2; H igino , Fáb. 152
y 156; Ovidio , Met. II 19 ss.; P ausanias, 14, 1; II 3, 2. Apolodoro omite
la célebre historia de Faetón: este pidió al Sol que le probara que era
su padre y el Sol le prometió bajo juramento concederle lo que pidie­
se. Faetón le pidió conducir por un día el carro en el que recorre la
órbita celeste. El Sol trató de disuadirlo, pero no lo consiguió. Enton-