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PARTIDOS POLÍTICOS

La incapacidad de la burguesía para convertirse en una clase nacional encabezada por el


Partido Civil provocó el fracaso que facilitó la derrota con Chile. Este hecho significó la
destrucción de la capacidad productiva del país y la pérdida de los territorios salitreros de
Arica y Tarapacá. El país quedó en quiebra económica, con una gran frustración histórica y
con una clase dominante dislocada, situación sólo comparable a los años posteriores a la
independencia.
Estallada la guerra con Chile, en medio de las derrotas militares, Nicolás de Piérola dirige
una revuelta y captura el poder, instalándose dictatorialmente, suspendiendo la Constitución
de 1860 y promulgando un Estatuto Provisorio. Cuando los chilenos llegaron a Lima, no
quisieron negociar con Piérola y éste se vio obligado a dimitir, asumiendo la presidencia, por
medio de una Junta de Notables, Francisco García Calderón, quien declara vigente la
Constitución de 1860.
En tales circunstancias, un nuevo vacío político permitió la irrupción de un segundo
militarismo que duraría diez años. Se inició nuevamente la lucha entre caudillos militares,
que llevó al gobierno al general Andrés Avelino Cáceres bajo el respaldo del civilismo, que
se encontraba incapacitado de promover una empresa política autónoma. Los grandes
terratenientes, exportadores y comerciantes estuvieron en condiciones de desembarazarse del
caudillo recién diez años después, una vez que con su concurso se restableció el aparato
productivo.
La precariedad de la estructura social y económica se mostró en forma clara en la poca
articulación de los partidos y en la forma en que se manifestaron en el periodo inmediato
siguiente. Los caudillos militares del período, estaban encabezados por Miguel Iglesias y
Andrés Avelino Cáceres, reputado líder de las guerrillas de la resistencia contra los chilenos.
El primero de los nombrados gobernó el país y negoció con los chilenos el armisticio en
calidad de Presidente y Regenerador Provisorio entre 1882 y 1885. El segundo llegó a la
Presidencia de la República postulando por su partido Constitucional con el apoyo de los
civilistas. De esta manera la burguesía secundaba a un caudillo militar, en vista de su
incapacidad para obtener el poder directamente. Por el contrario, el pierolismo agrupado en
el Partido Demócrata se constituyó en la oposición política, criticando el proceso electoral en
vista de la manipulación de las normas legales. Cáceres salió elegido Presidente
Constitucional teniendo como vice-presidentes al Coronel Remigio Morales Bermúdez y
Aurelio Denegrí. Se iniciaba así el segundo militarismo que perduraría hasta 1894, año en
que fue expulsado del poder por Nicolás de Piérola. Los partidos políticos demostraron su
notable incapacidad de organizar y canalizar a las masas y la elite su imposibilidad de fundar
movimientos perdurables.
(El Peruano, 03 de Octubre del 2006)
PARTIDOS POLÍTICOS
La incapacidad de la burguesía para convertirse en una clase nacional encabezada por el
Partido Civil provocó el fracaso que facilitó la derrota con Chile. Este hecho significó la
destrucción de la capacidad productiva del país y la pérdida de los territorios salitreros de
Arica y Tarapacá. El país quedó en quiebra económica, con una gran frustración histórica y
con una clase dominante dislocada, situación sólo comparable a los años posteriores a la
independencia.
Estallada la guerra con Chile, en medio de las derrotas militares, Nicolás de Piérola dirige
una revuelta y captura el poder, instalándose dictatorialmente, suspendiendo la Constitución
de 1860 y promulgando un Estatuto Provisorio. Cuando los chilenos llegaron a Lima, no
quisieron negociar con Piérola y éste se vio obligado a dimitir, asumiendo la presidencia, por
medio de una Junta de Notables, Francisco García Calderón, quien declara vigente la
Constitución de 1860.
En tales circunstancias, un nuevo vacío político permitió la irrupción de un segundo
militarismo que duraría diez años. Se inició nuevamente la lucha entre caudillos militares,
que llevó al gobierno al general Andrés Avelino Cáceres bajo el respaldo del civilismo, que
se encontraba incapacitado de promover una empresa política autónoma. Los grandes
terratenientes, exportadores y comerciantes estuvieron en condiciones de desembarazarse del
caudillo recién diez años después, una vez que con su concurso se restableció el aparato
productivo.
La precariedad de la estructura social y económica se mostró en forma clara en la poca
articulación de los partidos y en la forma en que se manifestaron en el periodo inmediato
siguiente. Los caudillos militares del período, estaban encabezados por Miguel Iglesias y
Andrés Avelino Cáceres, reputado líder de las guerrillas de la resistencia contra los chilenos.
El primero de los nombrados gobernó el país y negoció con los chilenos el armisticio en
calidad de Presidente y Regenerador Provisorio entre 1882 y 1885. El segundo llegó a la
Presidencia de la República postulando por su partido Constitucional con el apoyo de los
civilistas. De esta manera la burguesía secundaba a un caudillo militar, en vista de su
incapacidad para obtener el poder directamente. Por el contrario, el pierolismo agrupado en
el Partido Demócrata se constituyó en la oposición política, criticando el proceso electoral en
vista de la manipulación de las normas legales. Cáceres salió elegido Presidente
Constitucional teniendo como vice-presidentes al Coronel Remigio Morales Bermúdez y
Aurelio Denegrí. Se iniciaba así el segundo militarismo que perduraría hasta 1894, año en
que fue expulsado del poder por Nicolás de Piérola. Los partidos políticos demostraron su
notable incapacidad de organizar y canalizar a las masas y la elite su imposibilidad de fundar
movimientos perdurables.
(El Peruano, 03 de Octubre del 2006)

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