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CRISIS ECONÓMICA Y LA GRAN DEPRECION DE 1929

INTEGRANTES

YARIS LEISI PALACIOS ZAPATA

ONIRIS RENTERIA PEREA

DOCENTE

HECTOR ADRIANO HENAO MARIN

ASIGNATURA

MACROECONOMIA

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL CHOCÓ

“DIEGO LUIS CÓRDOBA”

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS, ADMINISTRATIVAS Y CONTABLES

PROGRAMA: CONTADURIA PÚBLICA, JORNADA NOCTURNA

CHOCÓ – QUIBDÓ

2019
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Introducción

Es conveniente, de entrada, no confundir el crack del 29 con la crisis económica de la

misma época. El crack bursátil no fue más que el hecho que dejó al descubierto todas

las contradicciones de la época, que permanecieron ocultas mientras el auge bursátil fue

capaz de generar un desarrollo ficticio, sin unas bases sólidas y condenado al fracaso

desde sus inicios, debido a los desequilibrios no resueltos que había generado la Primera

Guerra Mundial. Esos desequilibrios latentes fueron los F. J. de la Cruz (2011) “La crisis

de 1929.

Si bien cabe mencionar que la primera Guerra Mundial afectó en algunas regiones

europeas, pero la crisis económica que se desencadenó a la finalización de ésta, afectó

a todo el planeta. Esta crisis que se dio en medio de las dos guerras mundiales, cuestionó

el sistema capitalista en sus planteamientos y fue allí donde se originó en Estados Unidos

y se extendió por todo el mundo.

Hoy en día vivimos una de las peores crisis económicas de la historia. Muchas personas están

pasando por difíciles situaciones debido a las graves repercusiones que la crisis tiene sobre la

sociedad. Los grandes acontecimientos de la historia son recordados por mucho tiempo, las

personas que vivimos en la actualidad podremos decir que hemos sufrido de vez en cuando crisis

económicas. Así mismo, hace 80 años las personas que vivían por aquel entonces tuvieron que

afrontar un acontecimiento tan grave y con repercusiones tan importantes como fue la Gran
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Depresión. Por tanto la situación actual, sin quitar protagonismo a la crisis de entonces, nos ha

motivado a llevar a indagar sobre la crisis de 1929 y la depresión de los años treinta que ocasionó.

Pensamos que es oportuno hacer este trabajo en este momento, ya que aunque son crisis diferentes,

en épocas diferentes, estamos viviendo en la actualidad una situación similar a la de aquellas

personas que sufrieron las consecuencias de la Gran Depresión allá por los años treinta.

La crisis de 1929 tuvo un alcance mundial, afectó en mayor o en menor medida a prácticamente

todos los países del mundo. Evidentemente, es imposible realizar un estudio de las consecuencias

de la crisis en todas las economías mundiales por lo tanto nos limitaremos a analizar sólo a Estados

Unidos y los más importantes de Europa.


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JUSTIFICACIÓN

La crisis mundial de 1929, es un hecho histórico de gran trascendencia para la

humanidad, tanto en el ámbito de la economía, de la política, como de la historia. Es

importante conocer cuáles fueron los antecedentes de esta depresión, así como su

desarrollo. Es por ello que realizamos este trabajo porque creemos que es mucho más

importante saber el cómo se solucionó este problema de grandes dimensiones, para que

le pueda servir a la humanidad como un ejemplo para posteriores y futuros problemas

que podamos enfrentar.


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OBJETIVO GENERAL

Entender la crisis por la que atraviesa la sociedad burguesa a comienzos del siglo XX, que se

expresa en procesos como las guerras mundiales y la gran depresión económica de 1929.
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OBJETIVOS ESPECÍFICOS

 Indagar los antecedentes políticos y económicos de la nación donde se originó la

crisis de 1929.

 Investigar cómo se dio la extensión a los demás países de la crisis de los 20´s.

 Descubrir los programas políticos creados, en respuesta de la crisis para darle

solución.
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La Primera Guerra Mundial había situado a Estados Unidos en una posición

privilegiada frente al resto del mundo, convirtiéndolo en el gran proveedor de materias

primas y productos alimenticios e industriales. El crecimiento industrial fue

extraordinario, basado en las teorías de Taylor y Ford sobre organización del trabajo y

producción en serie. Por el contrario la agricultura no tuvo un crecimiento paralelo; los

precios agrícolas eran muy inferiores a los industriales, por lo que muchos campesinos

vendieron sus tierras a bajo precio y se fueron a las ciudades. Eran tiempos felices de

alto consumismo y Estados Unidos era visto como la tierra prometida, una sociedad

rica y opulenta.

En 1928 comienzan a notarse los síntomas de una economía en peligro: los ingresos

de la población no permiten seguir aumentando el consumo, los almacenes se llenan

de mercancías que no pueden ser vendidas y aumentan los despidos. Ajena a esta

realidad, la bolsa sigue creciendo. No existe relación entre el valor de una acción y el
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estado de la empresa; la gran demanda por parte de los especuladores hace que el

valor de las acciones siga subiendo.

LA CAÍDA DE LA BOLSA DE NUEVA YORK. El jueves 24 de octubre de 1929 ("Black

Thursday"), se produjo el crack de la Bolsa de Nueva York. Más de 16.000.000 de títulos que

cotizaban a la baja no encuentran comprador y provocan la ruina de miles de inversores,

muchos de los cuales habían comprado esos títulos con créditos que ya no podrán pagar.

Muchas personas entran en pánico y corren para tratar de retirar el dinero de sus cuentas

bancarias. Los bancos se ven desbordados por deudas incobrables, se paran los nuevos

créditos y no se refinancian las deudas existentes. Quebraron unos 600 bancos.

Después de haber mencionado un poco de la Primera Guerra Mundial y la continuación de los

años veinte, llegamos al tema principal de nuestro trabajo como lo es la crisis de 1929 y la

depresión económica que trajo a continuación. Nuestro trabajo no lo comenzamos en 1929

porque para llegar aquí consideramos que es necesario analizar primero lo anterior, ya que los

acontecimientos se suceden a lo largo del tiempo y para buscar explicación a los hechos hay que

echar la vista atrás y ver cómo se llega a cada momento.

La Primera Guerra Mundial tuvo unas consecuencias que determinaron los años siguientes, y

durante los años veinte los países se recuperaron de la guerra para más tarde afrontar una etapa

de crecimiento económico que terminaría en el crack de la bolsa de Nueva York en 1929. Al

igual que la Primera Guerra Mundial, la crisis de 1929 es un hecho muy importante y relevante

ya que ha sido la crisis económica más grave de la historia por su alcance mundial. Las

consecuencias fueron muy graves, las caídas brutales de la producción y el aumento espectacular

del desempleo se extendieron por todo el mundo. La recuperación de la economía mundial tardó

años en llegar.
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La crisis se inició en Estados Unidos y posteriormente se extendió a todos los países,

afectando prácticamente a todos pero no golpeando con igual intensidad a todas las economías.

Los países más afectados fueron Estados Unidos y Alemania, las dos mayores potencias

industriales del mundo, por eso merece la pena el estudio por separado de cada una de ellas.

Fueron los más gravemente afectados, en el caso de Estados Unidos porque venía de una etapa

de extraordinaria prosperidad y fue allí donde estalló la crisis con lo que las consecuencias de

ella fueron tremendas. Y en el caso de Alemania porque, aun siendo una potencia industrial, la

recuperación de la guerra aún estaba pendiente y dependía financieramente de los capitales

estadounidenses, capitales que dejaron de estar disponibles tras iniciarse la crisis bursátil en

Estados Unidos. Hubo otros países que también se vieron afectados aunque en menor medida,

países menos industrializados que los anteriores como Polonia, Checoslovaquia etc, así como los

países con economías subdesarrolladas. Por otro lado hubo países menos afectados como

Inglaterra o Suecia y otros que prácticamente no notaron los efectos de la crisis, el ejemplo más

claro es la URSS, ya que su política e ideología de no apertura al exterior hicieron que los

mecanismos de transmisión de la crisis no les afectaran demasiado.

La crisis de 1929 Ante el auge de la especulación que acabamos de explicar, la intervención

de la autoridad para evitarla fue escasa o nula, debido a la buena marcha de la economía, sin

pensar en las consecuencias que podía traer.

Así se llegó a los días fatídicos en donde el pánico se apoderó de las personas que intentaban

vender los títulos sin encontrar comprador, con la consecuencia de la caída espectacular de las

cotizaciones: el desplome de la bolsa.


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CAUSAS DE LA GRAN DEPRESIÓN

Han sido muchas las posturas tomadas por los especialistas en la elaboración de

hipótesis que conduzcan a establecer las causas de la gran depresión de los años treinta.

La teoría económica marxista ha hecho hincapié en el análisis de las grandes crisis del

capitalismo achacándolas a la descoordinación entre producción y consumo. La

sobreproducción ha estado siempre en el punto de mira de los historiadores de este

período, como Nogaro, como clave explicativa de la crisis del 29. Para Nere, en cambio, la

sobreproducción es un mito ideologizado y no explica todas las posibilidades causales.

Trataremos de elaborar en este epígrafe una síntesis de los factores que causaron la

crisis de los años treinta. Estos factores son: La sobreproducción, el desorden

monetario y la desigual y relativa recuperación económica.

1. LA SOBREPRODUCCIÓN

La producción supera las necesidades reales de consumo a partir de 1925, sobre

todo en los Estados Unidos, donde los Stocks aumentaban conforme se reconstruían las

economías europeas. Las causas de la sobreproducción son:

o Distribución desigual de las rentas, que lleva implícita la limitación del consumo a

las capas sociales más ricas, que en la mayor parte de los países no eran muy

numerosas. Galbraith señala que en los Estados Unidos el 5 por 100 de la población

recibía la tercera parte de la renta nacional.

o
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o Mantenimiento de precios de monopolio, tipo cartel, que obligaba a la existencia de

grandes cantidades de stocks sin vender, al comprometerse los fabricantes a

mantener unos precios pactados de antemano.

o Desfase entre precios agrícolas e industriales: los primeros crecen más lentamente

que los segundos y hacen disminuir, por tanto, el poder adquisitivo de los campesinos

(importante clientela de la industria.

o La reconstrucción de las economías europeas, y el incremento de producción de

algunos países menos desarrollados o coloniales durante la guerra, junto con el

desenfreno productivo de los Estados Unidos.

2. EL DESORDEN MONETARIO

Los momentos de expansión exigen una sensibilidad monetaria y el funcionamiento de

un sistema monetario que organice los intercambios desde un centro financiero mediante

una divisa hegemónica. Pues la relativa expansión de los años veinte se caracterizó por el

marasmo monetario, la pérdida del patrón oro y la excesiva dependencia financiera de

los Estados Unidos, convertidos en los principales acreedores y con Wall Street como el

centro financiero más importante del mundo.

3. LA DESIGUAL Y RELATIVA RECUPERACIÓN ECONÓMICA

A partir de 1924 se produce una tendencia al alza en le economía mundial, favorecida

por la coyuntura política. Pero de hecho, puede afirmarse que únicamente los Estados

Unidos tuvieron una clara recuperación, sustentada en la expansión del consumo de

masas de dos sectores nuevos: los electrodomésticos y el automóvil.


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El resto de países capitalistas, experimentó tan solo una relativa recuperación.

Al mismo tiempo aparecen, signos de desequilibrios económicos: por un lado, hay un

estancamiento de sectores industriales tradicionales, como el ferrocarril, la siderurgia, el

algodón y el carbón.

Por otro, la agricultura sufrió una crisis que se traducía en la acumulación de stocks

(debido al aumento de la producción mundial al recuperarse la agricultura en los países

destrozados por la guerra) y el descenso de los precios. Finalmente, hay que hablar de

una disminución del comercio a causa de las medidas proteccionistas

norteamericanas y europeas a partir de 1922.

4. LA EXTENSIÓN DE LA CRISIS

El peso de la economía de los Estados Unidos en el resto del mundo hizo que la crisis

se extendiera a partir de 1931. Los norteamericanos se vieron obligados a repatriar

capitales, lo que motivó quiebras bancarias en Alemania y Austria y tensiones en la

economía británica. La caída de precios norteamericanos obligó a los países europeos a

rebajar los suyos para hacerlos competitivos y dar salida a sus stocks. Pero el descenso

del poder de compra de los Estados Unidos y su posterior proteccionismo cerraron aún

más el mercado mundial.

CONSECUENCIAS DE LA CRISIS

A. CONSECUENCIAS SOCIALES

 El paro. Constituye la primera y más terrible consecuencia de la gran depresión. En

1932 había en el mundo 40 millones de desempleados. En los Estados Unidos, el


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paro total y el paro parcial. En los Estados Unidos se calcula que el 63 por 100 de

los trabajadores industriales estaban contratados a tiempo parcial, con lo que los

salarios, ya de por sí bajos, se convertían en salarios de hambre. La juventud sufrió

con mayor dureza aún esta situación.

 Descenso demográfico. Se produce por la disminución de la nupcialidad, la

natalidad y las migraciones, unida al aumento de la mortalidad infantil y senil. En

cuanto a las migraciones, los Estados Unidos se negaron a la entrada de

emigrantes. En este aspecto la crisis también contribuyó a cambiar el statu quo

imperante en el mundo.

 Desigualdad en la estructura social. La crisis acentuó las desigualdades

sociales, pues aunque se produjeron importantes quiebras en sus negocios, los

patrimonios personales de los ricos no mermaron mucho, mientras que la depresión

afectó de lleno a las clases medias y bajas..

Pero sobre quien más recayó el peso de la crisis fue sobre el proletariado, que incluso

llegó a subdividirse en estratos diferentes según fuera industrial, rural, parado, semiparado

o con trabajo fijo.

LAS SOLUCIONES A LA CRISIS

Hubo una primera respuesta a la casi común a todos los países: la política deflacionista,

que establece restricciones al crédito y a las importaciones. Esta política tenía como

objetivo preservar el equilibrio de los intercambios exteriores y defender la moneda.

Todas estas restricciones estaban condenadas al fracaso, pues eran difícilmente

soportables en el ámbito social. El carácter opuesto de estas dos medidas (deflación y


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devaluación) provocó la larga duración de la crisis. La falta de solidaridad entre las

naciones perpetuó aún más el marasmo. La conferencia de Londres de 1933 demostró que

cada una de las naciones iba a intentar solucionar sus problemas sin contar con la

participación de las demás: la frase exportar la crisis es la más explícita en este aspecto.

Es conveniente analizar dos modelos básicos de superación de la crisis: el New Deal en

los Estados Unidos y la autarquía en Alemania.

LA LUCHA CONTRA LA DEPRESIÓN ECONÓMICA

En la lucha contra la depresión, el economista británico Keynes y su Teoría general de la

ocupación, el interés y el dinero tuvo una importancia vital. Para Keynes no hay una lógica

económica, sino dos: la microeconomía y la macroeconomía. A partir de ahí, Keynes elaboraba

un modelo económico en el que la depresión económica se combatiría con déficit en el

presupuesto. A su vez, en tiempos de prosperidad se alcanzarían superávits para no incrementar la

producción y la especulación. Estas ideas “neomercantilistas” circulaban en la época y Keynes les

dio coherencia y rigor técnico.

Japón fue de los primeros países donde las medidas de Keynes se aplicaron y supuso un

crecimiento de la economía, aunque gracias también a su política nacionalista y expansionista a

costa de países vecinos. En Alemania, los gastos militares y las obras públicas tuvieron un papel

estratégico para sacar de la depresión al país. Estos gastos se pudieron realizar gracias al creciente

autoritarismo de Hitler tras llegar al poder, por el cual creo un estado militarizado, represivo y con

un control en todas las áreas del estado. Este aumento del intervencionismo estatal, aunque sin el

cariz totalitario de Alemania, también ocurrió en los países democráticos.

En EEUU Franklin D. Roosevelt basó su política económica en la Ley de Ajuste Agrícola y la

Ley de Recuperación Industrial. En estas políticas, enmarcadas dentro del New Deal, el gobierno
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pretendía subir salarios y reactivar la economía, aunque no por ello los trabajadores perdieron

derechos ya que Roosevelt quería dar estabilidad laboral en este tiempo de crisis. Por otro lado, en

Suecia se aplicó una política anticíclica de corte keynesiano, optando por la depreciación de la

moneda, el déficit público y la redistribución de la renta, a la par que se introducía un seguro por

desempleo. En Inglaterra se optó menos por la política anticíclica y la economía se recuperó casi

enteramente por factores internos. Otros países afectados en Europa fueron bastante afectados por

la crisis y su recuperación fue lenta.


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Conclusión

En definitiva, la Gran Depresión fue una gran catástrofe social causada por poner en práctica

simultáneamente paradigmas económicos y sociales incompatibles. Asimismo, los remedios contra la

depresión se aplicaron con ineptitud y retraso y se necesitó casi una década para que el mensaje

keynesiano fuera asimilado por los políticos. La política económica de Keynes fue fundamental e

influyó de gran manera durante buena parte del siglo XX. En este apartado de La Crisis de la

Historia solamente se ha ahondado de forma superficial el problema. Fue un periodo complejo y con

distintos puntos de vista y de análisis. En el futuro se seguirá analizando este interesante periodo y que

puede tener paralelismos con la crisis económica que empezó en el 2.008.

Finalmente las se pueden reconocer en última instancia, que los puntos de encuentros entre la

crisis del 29 y la crisis actual se pueden sintetizar en un incremento del desempleo, falta de pago

de créditos privados y entre bancos, disminución de la liquidez de las entidades financieras,

quiebra de bancos, recesión económica, a su vez, la situación se traslada a todos los sectores

económicas y sociales extendiéndose por toda Europa y el resto de países, desarrollo de una

crisis en la producción industrial, intervención del Estado para solucionar la crisis, imposición de

vías de leyes de emergencia para reactivar la actividad bancaria y pretensión de generar

confianza en el sistema financiero.


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Bibliografía

Tortella, Gabriel. Los orígenes del siglo XXI. Un ensayo de historia social y económica

contemporánea. Gadir Editorial, SL. Madrid. 2005

De la Torre, Hipólito (coord). Historia Contemporánea (1914-1989).1ª ed. Madrid. Editorial

Universitaria Ramón Areces; 2010

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