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TEMA 1.- EL DERECHO DE PROPIEDAD
El CC establece que todos propietario podrá cerrar o cercar sus heredades por medio de
paredes, zanjas, setos vivos o muertos, o de cualquier otro modo, siempre que no se
perjudiquen servidumbre constituidas sobre las mimas. Esta norma supuso una quiebra
del entendimiento histórico ya que hasta los movimientos liberales, el pastoreo exigía la
inexistencia de cercados en las fincas, salvo concesión especial del poder real.
Iusususinocui es el derecho a utilizar los predios ajenos sin que el dueño sufra daño
alguno, ya que se trataría de un uso inocuo (sin daño).
4. La Facultad de Goce.
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4.1 Goce y disfrute.
Según la terminología clásica el propietario es, el único autorizado para usar, modificar
e incluso consumir la cosa que le pertenece, a no ser que él mismo disponga otra cosa.
La percepción de los frutos por el propietario sólo resulta posible cuando ha sido objeto
de separación de la cosa matriz que lo produce.
El CC dice que el poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos. Así es , ya que
los frutos corresponden al propietario, salvo que haya transmitido voluntariamente a
otra persona la facultad de goce por cualquier tipo de relación jurídica (usufructo,
arrendamiento…)
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4.3 La extensión del dominio en sentido vertical.
Existen supuestos en los que las facultades de goce y disfrute de las cosas están
afectadas por razones de utilidad pública o privada.
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B/ La caracterización legal de las servidumbres.
6. La medianería (EXAMEN).
7. La facultad de disposición.
El CC dispone que la propiedad “es el derecho de disponer de una cosa sin más
limitaciones que las establecidas en la ley”. El propietario cuenta con un conjunto de
facultades denominadas facultades de disposición.
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8. Las prohibiciones de disponer (EXAMEN).
- Los herederos (del declarado fallecido) no podrán disponer a título gratuito hasta cinco
años después de la declaración de fallecimiento (por si apareciese).
- Los derechos de uso y habitación no se pueden arrendar ni traspasar a otro por ningún
título.
Además se exige, para las prohibiciones a título gratuito, que se basen en justa causa o
interés legítimo.
La LH establece las prohibiciones de disponer legales como aquellas que tienen plena
eficacia jurídica sin expresa declaración judicial o administrativa. Por ello, cuando la
prohibición de disponer se establece en la ley, pero se materializa mediante resolución
judicial o administrativa, se habla de prohibiciones as hoc.
El desarrollo del abuso del derecho lo representó la teoría de los actos de emulación,
formulada en la edad media. Se trataba de erradicar y considerar contrarias a derecho
aquellas conductas de propietarios que, aunque tenían como base las facultades de la
propiedad causaban daño o molestias al vecino.
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B/ La formulación legal de la prohibición del abuso del derecho.
El abuso del derecho se incorpora, por primera vez, a nuestra legislación en la Ley de
Arrendamientos Urbanos de 1964. También está incluido en el CC.
La LOPJ impone a los Jueces y Tribunales que se rechacen las peticiones, incidentes y
excepciones que se formules en base al abuso del derecho o supongan fraude de ley o
procesal.
- Actuación u omisión abusiva: que el titular sobrepase los límites normales del
ejercicio de su derecho, no se requiere forma malévola o consciente y deliberada.
La víctima del daño puede solicitar indemnización por daños y perjuicios y reclamar la
adopción de medidas judiciales o administrativas que impidan que persista el abuso.
La ilegitimidad del abuso del derecho tiene carácter general, pero hay gran cantidad de
resoluciones en que se descarta su aplicación. El TS establece que la prohibición del
abuso del derecho debe utilizarse con especial cuidado atendiendo a las circunstancias y
procurando que se cumplan los requisitos. El principio del abuso del derecho solo se
aplica en ausencia de otro principio aplicable y se exige que el interés presuntamente
dañado no esté protegido por prerrogativa o tenga protección determinada.
No todas las categorías de bienes tienen el mismo valor social e importancia económica
por ellos, se deduce que no se puede considerar la existencia de una función social de la
propiedad de carácter unitario, aplicable al régimen jurídico respectivo de todos los
bienes que son susceptibles de apropiación privada. Por ello la CE expresa que será la
legislación ordinaria la que delimite el contenido de la propiedad privada conforme a la
función social de la propiedad.
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TEMA 3.- LA COPROPIEDAD Y LA PROPIEDAD HORIZONTAL.
1. Comunidad y Copropiedad.
- Cada uno de los copropietarios, aunque sea idealmente, tiene atribuida una cuota de
participación en el derecho compartido, que rige para la contribución a los gastos y la
adopción de acuerdos por mayoría.
- Los copropietarios tiene libertad para adoptar acuerdos sobre la propiedad, pudiendo
incluso extinguir la cotitularidad mediante la división de la cosa común.
- Cada uno de los copropietarios puede realizar, sin consentimiento del resto, actos de
disposición o enajenación, desvinculándose de la copropiedad.
- Entre los copropietarios, y en relación con la cosa común, no existe más vínculo que la
titularidad compartida.
La copropiedad supone que varias personas tienen derecho de propiedad sobre una
misma cosa, esto obliga a descomponer idealmente sus poderes sobre dicha cosa
mediante la atribución de cuotas partes a cada propietario.
La desigualdad de las cuotas vendrá dada por, el título adquisitivo o las aportaciones
realizadas en el momento de nacer la situación de copropiedad. En los casos de
desigualdad de cuotas los propietarios soportarán los beneficios y las cargas en directa
proporción a sus cuotas.
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4.2 Conservación y defensa en juicio.
Respecto a las actuaciones judiciales que sean necesarias para la conservación y defensa
de perturbaciones extrañas de la cosa común, que pudieran ser negativas para todos los
codueños, el CC guarda silencio y la jurisprudencia ha establecido que cualquier
copropietario está legitimado procesalmente, tanto activa como pasivamente, para
comparecer en juicio en defensa o en beneficio de la comunidad. De tal modo que, la
sentencia dictada a su favor aprovechará a los demás comuneros, sin que les perjudique
la contraria. También el STS ha declarado que el actor tiene legitimación “aunque no se
haya hecho constar en la demanda, de manera expresa, que se actúa en nombre de la
comunidad y en interés de la misma”.
La regla general es que los acuerdos deben ser adoptados por “la mayoría de los
partícipes”. “entendiendo por mayoría cuando el acuerdo se adopte por los partícipes
que representen la mayor cantidad de los intereses de la comunidad”. Es decir, que se
exige que la suma de las cuotas de los propietarios que voten el acuerdo sea superior a
las cuotas de aquellos que quedan en minoría.
El CC dispone que tanto para realizar alteraciones materiales de la cosa común, cuanto
para su enajenación deberá concurrir el consentimiento de todos los copropietarios, es
decir, absoluta unanimidad. A pesar de que la alteración redunde en beneficio de todos.
El CC establece que la cuota parte que le corresponde a cada propietario será el baremo
decisivo para determinar su contribución a las cargas de la comunidad. Por “cargas” ha
de entenderse todo tipo de obligaciones que tengan que afrontar los comuneros. Y las
deudas se atribuirán a cada comunero en proporción a su cuota.
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5. Enajenación o disposición de la cuota privada.
Pese a que copropiedad supone indivisión de la cosa, cualquiera de los partícipes puede
enajenar, vender o ceder su propia cuota.
Pacto por el que resulta obligatorio conservar la cosa indivisa, sólo con carácter
temporal, no de forma indefinida.
Según establece el CC, en principio, el plazo del pacto de indivisión queda limitado a un
máximo de 10 años. Aún cuando exista dicho plazo, los comuneros de forma unánime
podrán restablecer la división de la cosa común. También dispone el CC que “este plazo
de 10 años podrá prorrogarse por nuevo acuerdo”; al respecto la doctrina actual se
pronuncia a favor siempre que se acuerde de forma unánime y que el periodo de tiempo
de cada nuevo pacto no supere los 10 años.
El CC no permite la división de la cosa común en aquellos casos en los que ésta sea
objetivamente indivisible, es decir, cuando al dividir la cosa, la misma perdiera su
utilidad o cuando aún siendo objetivamente divisible, pierda valor al dividirla (fábrica).
Para estos casos, la Ley, procura que, los codueños lleguen al acuerdo de que la cosa
indivisible sea adjudicada a uno de ellos (abonando éste al resto el valor de sus
cuotas=indemnizando); amenazándolos con que en caso contrario, habría que vender la
cosa y repartir el precio entre los propietarios según sus cuotas.
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En la partición hereditaria, el CC establece que “bastará que uno solo de los herederos
pida su venta en subasta pública, sin licitadores extraños, para que así se haga”. En caso
de falta de acuerdo entre los comuneros, la venta se realizará en subasta pública; está
norma tiene carácter supletoria pues los comuneros pueden decidir que se realice una
subasta privada (entre ellos) en vez de pública.
7. La práctica de la división.
Cuando la división se realice por acuerdo de los interesados, el CC establece que podrán
realizarla “de la manera que tengan por conveniente”. Aunque siempre debe realizarse
de forma unánime, con el consentimiento de todos y no pudiéndose suplir la falta de
consentimiento de uno o algunos por autorización judicial. La autorización judicial solo
se admite en el caso de que exista entre los copropietarios alguna persona que no tenga
plena capacidad y que, por tanto actúe mediante sus representantes legales.
Pero, es difícil establecer con exactitud el valor de cada uno de los lotes en los que se
divide la cosa común, por lo que frecuentemente se fijan lotes, por unanimidad de los
codueños, y después se procede a la adjudicación de dichos lotes por sorteo.
Los arbitro o amigables componedores nada tienen que ver con el arbitraje y su
nombramiento depende única y exclusivamente de la voluntad de los propios
interesados de la división. Dicho nombramiento debe realizarse de común acuerdo entre
todos los copropietarios. No obstante, la jurisprudencia permite que en el caso de existir
sólo dos copropietarios, el acuerdo consista en que cada uno designe un árbitro
reservando la designación de árbitro dirimente al Juez.
El proceso judicial ad hoc es un proceso especial para la división de la cosa común, pero
dada su remisión a las normas de la división de la herencia, algunos autores han
propuesto como procedimiento adecuado el juicio voluntario de testamentaría.
Sin embargo, se concluye que el procedimiento a seguir debe ser el ordinario que, en
atención a la cuantía del caso, corresponda.
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8. Efecto de la división (EXAMEN).
Los terceros pueden resultar afectados por la división de la cosa común. El CC dispone
que “los acreedores o cesionarios de los partícipes podrán concurrir a la división de la
cosa común y oponerse a que se realice sin sus consentimiento. Pero no podrán
impugnar la división consumada, excepto en caso de fraude o en caso de verificarse la
oposición formalmente interpuesta para impedirla, y siempre a salvo los derechos del
deudor o del cedente para sostener su validez”
El CC procura garantizar los derechos que los terceros pudieran tener contra la
comunidad y establece que “la división de una cosa común no perjudicará a terceros, el
cual conservará los derechos de hipoteca, servidumbre y otros derechos reales que le
correspondieran antes de hacer la partición”. Conservarán también los derechos
personales.
Por ello es importante distinguir entre las partes privativas y las partes comunes.
- El propietario puede realizar obras dentro de sus elementos privativos, siempre que no
menoscabe o altere la seguridad del edificio, su estructura general, su configuración o
estado exterior, o perjudique los derechos de otros propietarios. Debe dar cuenta de las
obras, previamente, al Presidente de la Comunidad.
- El propietario puede dividir materialmente la parte que le corresponda de forma
privativa.
En este caso el problema es que la cuota de participación tiene que ser modificada. Por
ello, la Ley exige que dichas obras sean objeto de aprobación por la Junta de
propietarios, que habrá de fijar las nuevas cuotas de participación sin modificar las de
los restantes propietarios (si un piso tiene una participación del 0,5 y se divide en dos
apartamentos, estos deberán tener x ejemplo 0,3 y 0,2 respectivamente).
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- El propietario puede disponer libremente de su derecho de propiedad sobre su piso y
los bienes anejos e inseparables de éste, así como sobre su derecho de copropiedad
sobre los elementos del edificio.
Cabe la impugnación de la cuota atribuida cuando se hayan burlado los criterios legales
de fijación de cuotas establecidos en la LPH: “se tomará como base la superficie útil de
cada piso o local en relación con el total del inmueble, su emplazamiento interior o
exterior, su situación y el uso que se presuma racionalmente que va a efectuarse de los
servicios o elementos comunes”. Criterios de carácter objetivo y de Derecho imperativo.
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12.3 Fijación de la cuota en centésimas.
La LPH indica que la cuota de participación, en relación al valor del inmueble, quedará
“referida a centésimas del mismo”. Así, se pretende que la cuota juegue como un
coeficiente que, aplicado, por ejemplo a los gastos de comunidad, arroje la cantidad
resultante a pagar por cada uno de los propietarios.
- Por unanimidad: los que afecten a asuntos recogidos en el título constitutivo o en los
Estatutos.
- Por 3/5 partes: establecimiento o supresión de los servicios de ascensor, portería,
conserjería u otros servicios de interés general.
- Mayoría: si se trata de suprimir barreras arquitectónicas, aunque modifique Estatutos o
títulos constitutivos.
- Por 1/3 la instalación de infraestructuras comunes de telecomunicación.
13.2 El presidente.
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13.3 El secretario.
Puede ser desempeñado por cualquiera, sin que se requiera que sea propietario. En tal
caso, no tendrá derecho de voto. Sus funciones:
13.4 El administrador
Tal carga de tareas, supone que se haya profesionalizado y sea desempeñada por unos
gestores cualificados que cobran un tanto mensual a la comunidad de propietarios por
sus servicios: Los Administradores de Fincas.
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TEMA 4.-LOS DEREHCOS REALES Y LA POSESIÓN.
La elasticidad del dominio supone la posibilidad de que sobre una cosa existan varios
derechos reales y el hecho de que la propiedad tiene virtualidad absorbente, ya que el
propietario asume de forma inmediata todas las facultades que tuviesen con anterioridad
los titulares de otros derechos reales.
La característica más importante del derecho real es el señorío que ejerce la persona de
forma directa e inmediata sobre la cosa, ésta puede ser TOTAL, cuando sólo una
persona puede ejercitar todas las facultades inherentes a la dominación de la cosa
(propiedad); o PARCIAL cuando diversas personas ejercitan facultades, de forma
simultánea y compatible sobre un mismo bien.
La existencia de diversos derechos reales sobre una misma cosa obliga a distinguir entre
la propiedad en sí misma considerada (DERECHO REAL PLENO) y los demás
derechos reales que el propietario atribuye o está obligado a reconocer a otras personas,
así se habla de derechos reales limitados o de DERECHOS EN COSA AJENA.
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Estos dos últimos, no otorgan a sus titular facultad para disfrutar de la cosa usándola sea
o no fructífera.
No todo derecho real supone poseer la cosa. De hecho, puede una persona poseer algo
sin que exista derecho real (tener un objeto encontrado para entregarlo a la policía)
1.5 La generalidad del fenómeno posesorio: la posesión como hecho y como derecho.
La posesión civil sirve de base a la usucapión, ya que ésta requiere que el poseedor lo
sea en concepto de dueño.
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Si consideramos como sinónimas las expresiones "poseedor civil" y "dueño",
coincidiremos con los artículos 430 y 432 CC, que distinguen entre los que tienen la
posesión del bien como dueño por un lado, y el resto de poseedores por otro (a los que
califica de "tenedores" o "poseedores naturales"). Estos poseedores naturales puede ser
poseedores civiles de su derecho, pero nunca serían poseedores de la cosa en concepto
de dueño.
En resumen, se trata de distinguir entre la posesión de un derecho que recae sobre una
cosa, de la posesión de dicha cosa (Ej. El usufructuario será el poseedor del derecho de
usufructo, pero el poseedor civil del bien será el nudo propietario).
Este entendimiento plantea problemas que se intenta explicar acudiendo a la figura del
servidor de la posesión, según el cual, el detentador de una cosa lo es debido a una
relación de servicio con el verdadero poseedor. Esta explicación no ha sido muy acogida
en nuestro sistema. Sin embargo, en nuestro sistema, el poseedor en nombre ajeno tiene
facultad de ejercitar las llamadas acciones interdictales.
Sin embargo, teniendo en cuenta que el CC califica la tenencia material como posesión
y establece que la continuidad posesoria por periodo superior a 1 año determina la
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pérdida de “la posesión del antiguo poseedor”, habría que considerar como posesión la
tenencia material de la cosa por parte del despojante. Es decir, el despojante es un
poseedor de hecho, dicha posesión se encuentra protegida frente a terceros mediante
interdictos.
Según el autor, la posesión del despojante habría de encontrarse protegida incluso frente
a la recuperación clandestina o violenta del despojado, que tenía la posesión como
derecho. Así, es necesario diferenciar la posesión injusta y viciosa, ya que el despojado
que recupera violentamente la cosa tendría la posesión justa, aunque viciosa.
- En los bienes muebles adquiridos de buena fe: de modo que aquel que por cualquier
título adquiera un bien mueble ignorando que está viciado, tal vicio no afectará a su
adquisición.
- La buena fe del poseedor (o mala fe) es el criterio que permite determinar el estado
posesorio, es decir, si el poseedor debe dejar de serlo por mala fe.
Según el CC los actos tolerados no afectan a la posesión. Esto puede entenderse en dos
sentidos:
- Quien lleva a cabo los actos de tolerancia, no llega a ser poseedor ni siquiera tiene la
posesión como hecho, de modo que no podrá contar con la protección interdictal ni con
la posibilidad de usucapión.
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Tema 5.- DINÁMICA DE LA POSESIÓN.
1. Sujetos de la posesión.
El CC establece que “los menores y los incapacitados pueden adquirir la posesión de las
cosas; pero necesitan de la asistencia de sus representantes legítimos para usar de los
derecho que de una posesión nazcan a su favor”. Así, se deduce que para la adquisición
de la posesión no se requiere la plena capacidad de obrar.
1.2 La coposesión.
El CC establece que la posesión recae tanto sobre las cosas propiamente dichas, como
sobre los derechos. Y dispone que sólo pueden ser objeto de posesión las cosas y
derechos que sean susceptibles de apropiación privada o realizada por los particulares.
Las cosas pueden ser objeto directo de posesión, no presentan problema las cosas
materiales, pero… ¿Qué ocurre con las cosas incorporales o inmateriales? (un invento o
marca). ¿Qué es en tal caso el objeto de la posesión, la cosa o el derecho sobre la cosa?
Lo más acertado probablemente es la segunda opción, pero, de una forma u otra lo
importante es que cabe la posesión sobre las cosas incorporales.
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tanto sobre cosas como sobre derechos. Además, nuestro CC habla de “tenencia de una
cosa o disfrute de un derecho”, sin distinguir entre posesión de cosas y posesión de
derechos.
El CC dispone que sólo son idóneos para ser objeto de posesión las cosas que sean
susceptibles de apropiación. Pero también afirma que son susceptibles de prescripción
todas las cosas y derechos que estén en el comercio de los hombres, es decir, que las
cosas que estén fuera no pueden ser objeto de posesión ni de apropiación.
No son idóneas, como objeto de posesión las cosas comunes: el aire, la lluvia, el agua
cuyo uso generalizado imposibilita su apropiación.
Otra cosa es que sólo se pueden adquirir por usucapión la propiedad y ciertos derechos
reales, no la condición de arrendatario, comodatario o depositario. Esto no implica que
tales poseedores de derechos de créditos no cuenten con la protección interdictal,
incluso ante el poseedor mediato, si inquieta indebidamente su señorío de facto sobre la
cosa.
¿La “ocupación material de la cosa o derecho poseído” puede diferenciarse de “el hecho
de quedar éstos sujetos a la acción de nuestra voluntad? Según el autor, ambas formas
tiene un alcance similar: se trata de que el poseedor llegue a serlo por contar con la
tenencia de la cosa o el disfrute del derecho correspondiente, con independencia de que
dicha detención tenga su origen o no en la actuación del poseedor anterior.
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Uno de esos medios es la “tradición”: la entrega de la posesión con ánimo de trasmitir la
propiedad a los demás derechos reales. El traspaso posesorio no tiene por qué conllevar
la trasmisión de la titularidad, sino que puede consistir en la pura posesión, pero
permitiendo y legitimando al nuevo poseedor para sujetar la acción de su voluntad
sobre la cosa o el derecho correspondiente. En estos casos no habrá propiamente
tradición.
Otro medio es la “adquisición judicial de la posesión”, según la LEC hay que considerar
de forma especial:
- Cuando en virtud de la sentencia deba entregarse al que ganó el pleito alguna cosa, se
procederá a ponerlo en posesión de la misma. Se solicita la reintegración de la posesión
como hecho, pues el interesado ya la tiene como derecho, al haber sentencia firme.
- Cuando en caso de embargo preventivo de bienes muebles, se “depositen en persona
de responsabilidad”.
- La posesión inherente a la administración judicial de bienes litigiosos. Si el juez
acuerda la intervención en la administración de dichos bienes “se dará posesión al
elegido para desempeñarla”.
El CC regula que la adquisición de la posesión puede tener lugar por el propio poseedor
(persona que va a disfrutarla) o mediante la actuación de terceras personas
(representante legal, pro su mandatario o por un tercero sin mandato, en este caso no se
entenderá adquirida la posesión hasta que la persona en cuyo nombre se ha realizado el
acto posesorio lo ratifique). Así hablamos de adquisición por sí o por representante,
respectivamente.
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Algunos autores niegan que exista verdadera representación al ejercer la posesión por
otro, ya que consideran que la representación se refiere a las declaraciones de voluntad
en nombre de otro y ejercer la posesión no es realizar un negocio jurídico. Pero la
doctrina contemporánea niega tal consideración, ya que nuestro sistema no presupone el
alcance exclusivamente negocial de la representación.
Adquirida la posesión, su existencia produce efectos a favor del poseedor, entre ellos el
de favorecer su propia continuidad mediante la existencia de una serie de presunciones.
Respecto a las presunciones legales, cabe prueba en contrario, salvo que la ley lo
prohíba.
El TS establece que la posesión como buena o mala fe, es una cuestión reservada a los
Tribunales de instancia y no revisable en el recurso de casación.
El CC establece una presunción iuris tantum al disponer que “la posesión de una cosa
raíz supone la de los muebles y objetos que se hallen dentro de ella, mientras no conste
o se acredite que deben ser excluidos”.
- Abandono de la cosa
PÉRDIDA VOLUNTARIA
- Cesión hecha a otro por título oneroso o gratuito.
- Destrucción o pérdida total de la cosa, o por quedar fuera del comercio.
- Posesión de otro, aún contra la voluntad del antiguo poseedor, si la nueva posesión P.INVOLUN.
hubiera durado más de un año.
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6.1 El abandono de la cosa.
Consiste en la dejación del poder físico que el poseedor tiene sobre la cosa. Es una acto
unilateral que sólo requiere capacidad natural de entender o querer y no requiere el
simultáneo apoderamiento por otra persona distinta.
El término “cesión” ha sido criticado, por entenderse como un “negocio de cesión”, que
no es. Simplemente es un traspaso posesorio a otra persona. Esta cesión puede llevar a
la pérdida de la posesión por el poseedor anterior, en algunos casos, en otros el poseedor
anterior sigue siendo poseedor mediato.
Respecto a las cosas muebles, el CC dispone que “la posesión…no se entiende perdida
mientras se halle bajo el poder del poseedor, aunque éste ignore accidentalmente su
paradero”. Por lo que la desaparición o pérdida de los bienes muebles no conlleva la
pérdida de la posesión siempre que esté bajo su poder. No estará bajo su poder cuando
salga de la esfera de influencia y si la desaparición se produce en circunstancias que la
hacen totalmente irrecuperable para su poseedor.
El CC dispone que “el poseedor puede perder su posesión por la posesión de otro, aún
contra la voluntad del antiguo poseedor, si la nueva posesión hubiese durado más de un
año”. El periodo temporal contemplado coindice con otros relativos a la posesión, la
usucapión o la prescripción propiamente dicha.
Según la regla de que “la posesión como hecho, no puede reconocerse en dos personas
distintas, fuera de los casos de indivisión”, se concluye que la posesión como hecho la
tiene el despojante, mientras que el despojado, durante un año, sigue siendo el poseedor
de derecho.
El despojado puede recuperar la posesión, antes del transcurso de un año, a través del
ejercicio de la acción interdictal de recuperación de la posesión y no por sus propios
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actos o violencia. El CC dispone que “el que recupere, de acuerdo a derecho, la
posesión indebidamente perdida, se entiende para todos los efectos beneficiosos que ha
disfrutado sin interrupción”. Si no actúa de acuerdo a derecho, se convierte a su vez en
despojante y perdería la presunción establecida a su favor.
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TEMA 6.- LOS EFECTOS DE LA POSESIÓN.
Cuando la cosa es fructífera: los frutos o rentas generados por la cosa pertenecen al
poseedor material de la misma mientras no sea interrumpida legalmente la posesión.
Los frutos naturales e industriales se entienden percibidos desde que se alzan o separan
y los frutos civiles se consideran producidos por día.
La sucesión en la posesión puede darse por varias causas, pero no tiene por qué ser
consecuencia del ejercicio judicial de los derechos.
La liquidación del estado posesorio son las reglas que rigen los intereses del cambio de
poseedor, ya que el que vaya a dejarla tratará de obtener un último rendimiento de la
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cosa, al tiempo que pretenderá cargar sobre su sucesor todos los gastos originados por la
posesión.
La mala fe del poseedor demandado sólo podrá establecerse a partir del momento de la
presentación de la correspondiente demanda y no desde el comienzo de la posesión
claudicante.
- Hace suyos los frutos que haya percibido, ya sean naturales o civiles.
- De las cosechas pendientes (frutos pendientes) tiene derecho a recibir una cuota
proporcional al tiempo de su posesión; ya sean frutos civiles o naturales:
*El CC considera que los frutos civiles se producen por días y en esa proporción
pertenecen al poseedor de buena fe.
*De los frutos naturales el poseedor de buena fe tendrá derecho a la parte del producto
de la cosecha proporcional al tiempo de su posesión.
Gastos útiles o mejoras: son aquellos que suponen un incremento del valor de la cosa.
Serán reintegrables al poseedor de buena fe y éste cuenta también con derecho de
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retención siempre que se mantengan las mejoras en el momento de la sucesión. El CC
no se pronuncia respecto a poseedor de mala fe, la opinión mayoritaria entiende que no
deberán serle abonados.
Gastos suntuarios: son gastos de puro lujo o mero recreo que no suponen aumentar el
rendimiento económico de la cosa. No son abonables a ninguno de los poseedores, ni de
buena ni de mala fe. Por ello, el poseedor que ha realizado este tipo de gastos puede
llevarse los adornos y ornamentos añadidos a la cosa principal siempre, la cosa principal
no sufra deterioro y que el sucesor no prefiera quedarse con ellos abonando el importe
gastado en su día (si buena fe) o el valor que tenga en el momento de la sucesión (mala
fe).
Sobre algunos frutos, el poseedor de buena fe que deja o pierde la posesión tiene
derecho a una cuota proporcional al tiempo de la posesión. Esta regla se aplica en el
caso de que la posesión genere cargas, gastos o impuesto.
2.7 La virtualidad de las reglas del CC sobre la liquidación del estado posesorio.
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verdadero dueño, el adquirente pasa a ser propietario de ella (adquisición a non
dominio).
El CC dispone que “la posesión de los bienes muebles, adquirida de buena fe, equivale
al título. Sin embargo, el que hubiese perdido una cosa mueble o hubiese si do privado
de ella ilegalmente, podrá reivindicarla de quien la posea”. Esta exposición requiere
matizaciones y las posiciones doctrinales respecto de la interpretación del término título.
1ºTesis romanista: considera que el título sólo puede ser entendido como título hábil
para la usucapión a favor del adquirente, ya que la mera posesión de los bienes muebles
no puede privar al verdadero propietario de las facultades de reivindicación.
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4. La protección de la posesión.
La acción interdictal puede ser ejercitada por cualquier poseedor, sea de buena o mala
fe, usufructuario, ladrón…salvo el servidor de la posesión (posesión en nombre ajeno) y
el poseedor que pretenda ejercitarla contra otro poseedor de mejor rango.
El objeto propio del interdicto es el hecho posesorio. El plazo para ejercitar la acción
según la LEC “el juez admitirá la demanda si se presenta antes de haber transcurrido un
año desde el acto que la ocasione”. Se trata de un plazo de caducidad.
Las cuestiones consideradas siguen estando igual en la vigente LEC, salvo ciertos
aspectos terminológicos en algunos preceptos de la Ley procesal.
La LEC 1881 habla del interdicto de adquirir. La vigente LEC 2000 no utiliza el
término interdicto en relación con dicho cauce procesal.
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El interdicto de adquirir se caracteriza por se un proceso declarativo que no se basa en la
posesión material de quien lo interpone, sino exclusivamente en su condición de
heredero. Carece de sentido si el heredero tiene ya la posesión de los bienes hereditarios
o puede adquirirla por sí mismo, por su propia autoridad, en cuanto no se encuentre
poseída materialmente por otra persona. Por tanto, ser requiere que los bienes
hereditarios se encuentre poseídos por otra persona.
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TEMA 7.- ADQUISICIÓN DE LOS DERECHOS REALES: LA
TRADICIÓN.
La sucesión mortis causa: los derecho reales tb se adquieren y transmiten por sucesión
mortis causa testada o intestada, pero la Herencia constituye una unidad patrimonial
compuesta por acciones, obligaciones y derechos que requiere un estudio específico.
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La adquisición originaria es aquella por la que se obtiene la titularidad con
independencia del derecho del titular anterior (ocupación de un inmueble vacante o
usucapión)
Los contratos de finalidad traslativa (compraventa), son los más frecuentes y determinar
cuándo el comprador se convierte en propietario no es una siempre cuestión técnica.
Según el CC, la transmisión convencional de los derechos reales exige dos elementos:
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- La tradición no transfiere el dominio si no se encuentra precedida de venta u otra justa
causa (título).
4. La tradición.
Tradición significa, entrega de la cosa sobre la que recae el derecho de propiedad (u otro
derecho) que se transmite de una persona a otra. La entrega ha de tener pretensión
traslativa.
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- De forma simbólica: sin llegar a producirse una transmisión material de la cosa, el
transmitente manifiesta inequívoca e irreversiblemente su intención de transferir la
posesión al adquirente (entrega llaves del piso) o cuando ponga en poder del comprador
los títulos de pertenencia (documentos acreditativos).
Pero este efecto traditio automático de la escritura pública, no se impone a las partes, si
no que puede ser excluido, y son frecuentes las escrituras de venta en las que se estipula
una cláusula de reserva de dominio que excluye el efecto traditio a favor del adquirente
mientras no pague el precio aplazado.
La traditio brevi manu se refiere sólo a los bienes muebles, pero, generalmente, las dos
anteriores son aplicables a los inmuebles. Se exige además el acuerdo de los
contratantes que se deducirá de las circunstancias de la transmisión, aunque es
preferible la forma expresa (a efectos probatorios).
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TEMA 8.- OCUPACIÓN, ACCESIÓN Y USUCAPIÓN.
1. La Ocupación.
La ocupación supone apoderarse de algo que nadie tiene bajo su dominio y que, por
tanto, puede ser objeto de libre apropiación. Está regulada por el CC que considera que
pueden se adquiridos por ocupación, los animales objeto de caza y pesca, el tesoro
oculto y las cosas muebles abandonadas.
Requisitos de la ocupación:
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1.3 Otros bienes excluidos de la ocupación.
Se atribuyen al Estado otros bienes que no son susceptibles de ocupación por los
particulares como:
El CC regula la suerte de las cosas perdidas que lo que se deduce el régimen jurídico
básico del “hallazgo”.
Por leyes especiales se regula el hallazgo de las mercancías arrojadas al mar para salvar
un buque, que no son susceptibles de ocupación particular, sea atribuyen directamente al
Estado.
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3. El Tesoro Oculto (EXAMEN).
El CC define “se entiende por tesoro oculto, para los efectos de la ley, el depósito oculto
e ignorado de dinero, alhajas u otros objetos preciosos, cuya legítima pertenencia no
conste”. El CC sigue los patrones romanos:
El tesoro pertenece, en principio, al dueño del terreno en que se halle; pero si quien lo
descubre, por casualidad, es persona diferente al dueño del terreno, “la mitad (de su
valor o propiedad) se aplicará al descubridor”. El tesoro no tiene porqué estar
“enterrado”, puede estar oculto en algún bien mueble (librería con doble fondo).
El CC requiere que el descubrimiento tenga lugar por casualidad y no por tareas que se
encuentren dirigidas a la búsqueda de un posible tesoro oculto. La jurisprudencia
considera que el descubrimiento de escondrijos en demoliciones de edificios, el
descubridor es el albañil y no el contratista de la obra).
El CC dispone que “el derecho de caza y pesca se rige por leyes especiales” de carácter
administrativo. Hay diferentes leyes nacionales. En caza y pesca, es suficiente con
abatir o atrapar la pieza, mediante instrumentos propios, aunque no hayan sido
aprehendidas efectivamente, para considerarlas como propias del cazador o pescador.
El CC establece que “los animales fieros solo se poseen mientras se hallen en nuestro
poder, los domesticados o amansados se asimilan a los mansos o domésticos si
conservan la costumbre de volver a casa del poseedor”. El régimen jurídico propio de
los animales domésticos es el mismo que el de las restantes cosas muebles.
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6. La accesión.
El Cc dispone que “la propiedad de los bienes da derecho por accesión a todo lo que
ellos producen o se les une o incorpora, natural o artificialmente”.
La accesión supone la absorción de una cosa accesoria por otra de mayor valor que
otorga al propietario de esta última la facultad de apropiarse de aquella, de acuerdo al
principio “la cosa accesoria sigue la suerte de la principal”. La accesión es un modo de
adquirir la propiedad de las cosas accesorias.
Los incrementos fluviales a favor de los predios a causa de las crecidas de los ríos:
aluvión, avulsión, mutación de cauce y formación de isla. Estos supuestos carecen de
transcendencia por la regulación de las aguas fluviales mediante embalses y la propia
escasez de aguas.
El CC establece que “pertenecen a los dueños de las heredades colindantes con las
riberas de los ríos el acrecentamiento que aquellas reciben paulatinamente por efecto de
la corriente de las aguas”. Los linderos físicos de las fincas no quedan afectados por las
subidas o bajadas del nivel de las aguas de estanques o lagunas.
B) Mutación de cauce: las aguas de un río varían su curso y se desvían del terreno que
ocupaban para anegar otras tierras. El CC dispone:
- Si el rio pasaba por una sola finca, los terrenos liberados pertenecerán al propietario de
aquella.
- Si se abre un nuevo cauce en dicha finca, en relación al terreno libre de agua el
propietario lo hace suyo por accesión, mientras que los terrenos ocupados por el nuevo
cauce habrán de considerarse de dominio público.
- Si el terreno que queda libre del rio separaba dos fincas con dueños distintos, el
terreno libre se dividirá equitativamente entre ambos.
C) Formación de isla: el CC señala que “las islas que se forman en los mares adyacentes
a las costas de España y en los ríos navegables y flotables pertenecen al Estado”.
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Las islas que por sucesiva acumulación de arrastres superiores se van formando en los
ríos, pertenecen a los dueños de las márgenes más cercanas, o a los de ambas márgenes
si la isla se hallase en medio del río, dividiéndose longitudinalmente por la mitad.
A) Suelo propio y materiales ajenos: El CC dispone que “el propietario del suelo que,
por si mismo o por otro, hiciera plantaciones, construcciones u obras con materiales
ajenos, debe abonar su valor y, si ha obrado de mala fe, está además obligado a resarcir
por daños y perjuicios. El dueño de los materiales tiene derecho a retirarlos solo en caso
de que pueda hacerlo sin menoscabo de la obra construida.
El TS concluye que, se deben resolver los litigios ponderando los intereses en juego y
aplicando los preceptos dedicados a la accesión de mueble a inmueble. La
jurisprudencia ha aclarado que lo principal es el edificio y lo accesorio es el suelo.
- Que el edificio se haya construido en suelo propio del constructor y, en parte, en suelo
ajeno colindante con extensión no superior al del terreno del constructor. Si sólo se han
realizado tareas preparatorias, el propietario del suelo invadido pude detener el efecto
propio de la accesión invertida, también cuando en cualquier momento inicial de la
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construcción se opone. Se aplicará si el dueño del terreno deja hacer y no se opone hasta
finalizada la construcción.
- Que las dos partes del suelo formen con el edificio un todo indivisible.
- Que el edificio tenga un valor económico superior al valor del suelo invadido.
- Que haya buena fe por parte del constructor.
- Inexistencia de relaciones contractuales entre constructor y dueño del suelo invadido.
A) Unión o adjunción: tiene lugar cuando dos cosas muebles de distingos dueños, se
unen formando una sola cosa que sufriría detrimento si se pretendiese recuperar la
forma primitiva de sus componentes. El CC dispone que cuando la cosa unida es más
precisa que la cosa principal, el dueño de aquella puede exigir su separación aunque
sufra detrimento la principal. Pero, ¿cuál es la cosa principal y la cosa accesoria?. El
CC:
- Considera principal aquella a la que se ha unido otra para adorno, uso o perfección.
- En caso de insuficiencia de lo anterior, será cosa principal el objeto de mayor valor y
si tienen el mismo valor, el de mayor volumen.
- En todo caso, en la pintura y escultura, en los escritos, impresos, grabados y
litografías, se considera accesoria la tabla, el metal, la piedra, el lienzo, el papel…
B) Mezcla o confusión: mezcla de varias cosas de distintos dueños, de forma que, una
vez mezcladas, no pueden separarse. Es indiferente que sean líquidos o sólidos. Los
supuestos regulados por el CC no generan accesión sino copropiedad.
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Habrá copropiedad:
- Actividad realizada de buena fe: aunque haya buena fe, si la materia utilizada tiene
mayor valor que la obra resultante, el propietario de la materia tiene la facultad de optar
por quedarse con la nueva especie, previa indemnización del valor de la obra o, pedir
indemnización de la materia. Si la obra ejecutada tiene mayor valor que la materia
utilizada, hará suya la obra indemnizando el valor de la materia al dueño de ésta.
- Actividad realizada de mala fe: el dueño de la materia tiene derecho de quedarse con la
obra sin pagar nada al autor, o de exigir que le indemnice el valor de la materia y los
perjuicios que se le hayan producido.
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La usucapión se basa en el principio de seguridad y en consideraciones de orden
público: la determinación de la propiedad y de los derechos reales sobre los bienes no
puede generar incertidumbre de forma indefinida.
Hasta la codificación del pasado siglo la prescripción no podía hacer valer contra las
personas que carecían de capacidad de obrar pero, en la actualidad, nuestro CC
establece que los derechos y acciones se extinguen por la prescripción en perjuicio de
toda clase de personas, incluidas las jurídicas, según establezca la ley.
El CC indica que “son susceptibles de prescripción todas las cosas que están en el
comercio de los hombre”, por tanto, la propiedad recayente sobre cualquier bien es
susceptible de ser adquirida mediante usucapión. También puede adquirirse por
usucapión, el usufructo, las servidumbres continuas y aparentes, los derechos de uso y
de habitación y las posiciones jurídicas derivadas de los censos.
Por tanto, en nuestro sistema son susceptibles de usucapión los derechos reales, pero no
las situaciones jurídicas basadas en relaciones jurídicas de carácter obligatoria (STS
declaró que la condición de arrendatario no puede conseguirse por usucapión.)
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8. Posesión y transcurso del tiempo como requisitos generales (EXAMEN).
El CC exige para que la posesión se adquiera por usucapión, como requisitos básicos:
- Posesión en concepto de dueño: si el poseedor actúa por mera tolerancia del dueño de
la caso sus actos posesorios serán irrelevantes a efectos de usucapión.
- Posesión pública: realización de actos posesorios que manifiesten frente a los demás la
creencia de que el usucapiente está ejercitando facultades que le corresponden. No
actuar con ocultación o clandestinamente, pues resulta irrelevante para la usucapión.
- Posesión pacífica: la adquisición no puede realizarse de forma violenta ya que se
inhabilita la usucapión. Y durante todo el periodo posesorio el usucapiente no debe
encontrar oposición por parte del verdadero propietario.
- Posesión ininterrumpida: si se interrumpe la posesión, deja de correr el plazo
prescriptivo. El CC distingue entre “interrupción natural”, o cese de la posesión por más
de un año, e “interrupción civil”, cuando se produce una citación judicial instada por el
verdadero dueño. En ambos casos los actos posesorios dejan de ser válidos a efectos de
usucapión.
La buena fe del poseedor supone creer que la cosa se recibió del dueño y, que éste podía
transmitir su dominio e ignorar que existe vicio en su modo de adquirir que lo invalide.
El usucapiente debe demostrar, que la situación del poseedor puede ser considerada de
buena fe, por darse las dos circunstancias legalmente requerida: que el usucapiente
adquirió de quien tenía facultad transmisiva suficiente y que el título transmisivo pueda
ser considerado válido.
Son títulos válidos y justos los contratos afectados por alguna de las causas de
anulabilidad rescisión, resolución o revocación; en cambio no son títulos hábiles a
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efectos de usucapión aquellos contratos que se encuentren afectos por alguna causa de
nulidad (ejemplo: enajenación de bienes a menores realizados sin autorización judicial).
En la posesión ordinaria los plazos son: de 3 años para los bienes muebles y de 10 para
los inmuebles, salvo que el perjudicado resida en el extranjero o en ultramar, en cuyo
caso se requieren 20 años.
En la posesión extraordinaria (sin necesidad de justo título ni buena fe, por la mera
continuidad posesoria); los bienes muebles prescriben a los 6 años y los inmuebles a los
30 (sin distinción entre presentes y ausentes en este caso)
Según el CC, las personas con capacidad para enajenar pueden renunciar a la
prescripción ganada, pero no el derecho a prescribir para lo sucesivo. La renuncia puede
realizarse de forma tácita cuando resulte de actos que hacen suponer el abandono del
derecho adquirido. Por tanto, la renuncia puede ser expresa o tácita, siempre que no lo
haga en perjuicio de terceros. Pero se prohíbe la renuncia a la usucapión futura. Si se
renuncia a la usucapión en curso, se interrumpe la misma.
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TEMA 9.- LOS DERECHOS REALES DE GOCE. EL USUFRUCTO.
Estos derechos presentan las notas generales de los derechos reales (alcance general,
afección a la cosa, eficacia erga omnes o reipersecutoriedad, etc.), a la vez que suponen
un altísimo componente posesorio (goce total o parcial del bien), ausente en otros
derechos reales limitados. Este componente posesorio es clave en los derechos de goce,
restringiendo así la facultad de disposición del bien por parte de su titular dominical.
Ahora bien, al extinguirse el derecho, el titular recupera la total disposición del bien.
Los derechos de goce pueden formarse por ley o de forma voluntario por el propietario.
En este último caso, además, su constitución puede ser a título oneroso o gratuito.
- La naturaleza de la cosa sobre la que recaen. La prenda recae sobre bienes muebles,
y la hipoteca sobre inmuebles.
- El desplazamiento posesorio del bien sujeto a garantía. En la prenda se requiere este
desplazamiento, y sin él, el derecho no habrá nacido. En la hipoteca no se requiere
este desplazamiento. Debido a que son bienes inmuebles, el deudor conservará la
posesión de la cosa, y sólo la perderá en caso de que incumpla su obligación.
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Estos derechos son los de tanteo, retracto, y de opción. Los dos primeros tienen origen
legal (aunque también cabe el retracto convencional), mientras que el derecho de opción
es de origen convencional.
2. El usufructo.
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a) Reglas de capacidad. El propietario, para constituir el usufructo, deberá tener plena
disponibilidad de la cosa. Respecto del usufructuario, se le exigirá la capacidad
suficiente en relación al contrato o negocio que celebra.
b) Usufructos simultáneos. Cuando los usufructuarios ostentan tal condición de modo
simultáneo, todos a la vez. Se tiene que constituir el usufructo a favor de personas
que ya existan, aunque también puede hacerse a favor de los aún no nacidos. En
cuanto a su extinción, respecto de personas físicas, se extinguirá con la muerte del
último de los usufructuarios simultáneos; salvo pacto en contrario.
c) Usufructos sucesivos. Se constituye el usufructo a favor de varias personas, que
sucesivamente, irán adquiriendo la condición de usufructuario. No está contemplado
expresamente en el CC. Al igual que en el caso anterior, podrá constituirse a favor
de los no nacidos, dentro del segundo grado de parentesco con el constituyente.
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3.2. Las obligaciones de inventario y fianza (EXAMEN).
Según establece el CC, el usufructuario, antes de gozar de los bienes, está obligado a:
3.4. La dispensa.
Aparte de los casos no contemplados en el epígrafe anterior, cabe la dispensa de las
obligaciones de inventario y fianza, bien porque así lo exprese el que constituye el
usufructo (sea nudo propietario o no); o bien porque el nudo propietario, al constituir el
usufructo, no reclama expresamente el cumplimiento de ambas obligaciones.
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usufructuada: deterioros o desperfectos a causa del uso natural de la misma. Si no
las hace, las puede hacer el nudo propietario a costa del usufructuario.
- Avisar al propietario de la necesidad de reparaciones extraordinarias.
- El abono de las cargas y los tributos. Las cargas y contribuciones anuales, y
gravámenes sobre los frutos, correrán a cuenta del usufructuario.
- Comunicar cualesquiera perturbaciones del derecho de nuda propiedad. Cualquier
perturbación de terceros que pueda lesionar la propiedad será puesta en
conocimiento del nudo propietario. De no hacerlo, los daños y perjuicios correrán
por cuenta del usufructuario.
4.2. Obligaciones del nudo propietario relativas a la conservación de los bienes objeto
de usufructo (EXAMEN).
En lo que dure el usufructo, el nudo propietario carece del goce y disfrute posesorio de
los bienes. Además, deberá afrontar dos obligaciones, con el fin de evitar el deterioro de
la cosa:
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5. Derechos y facultades del usufructuario.
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7. Extinción del usufructo (EXAMEN).
El usufructo se extingue:
7.3.Efectos de la extinción.
El usufructuario o sus herederos tendrán que devolver la cosa usufructuada (salvo en el
caso de la expropiación), mediante cualquier procedimiento adecuado. Valen las
diversas formas de entrega estudiadas en la tradición, aunque a esta entrega no la
podemos considerar tradición propiamente dicha, sino una simple restitución.
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TEMA 10.- OTROS DERECHOS REALES DE GOCE.
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3. Las servidumbres legales.
Por tanto sólo sería usucapibles las de acueducto, luces y vistas. Las de paso no, por ser
discontinuas.
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- Se computará el tiempo desde el día en que el dueño del predio dominante hubiera
empezado a ejercerla sobre el predio sirviente.
- O bien desde el día en que el dueño del dominante hubiera prohibido, mediante un
acto formal, al del sirviente la ejecución de un acto que sería lícito sin la
servidumbre.
1º) La servidumbre es un derecho real limitado que recae sobre cosa ajena. Exige una
relación de servicio entre dos fincas cuyos titulares asumirán las obligaciones y
derechos de tal relación jurídica.
3º) Las servidumbres son inseparables de la finca a que pertenecen, ya se activa como
pasivamente.
5º) Se caracterizan por su indivisibilidad (si una finca se divide en dos, la servidumbre
no se vería afectada, y cada nueva parte asumirá las obligaciones correspondientes).
6º) Las servidumbres se ejercerán de forma correcta y razonable, atendiendo a los datos
de hecho y su contenido: se permitirá al fundo dominante aprovecharse de ella, a la vez
que se provocará el menor daño posible al fundo sirviente.
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11. La superficie.
Es la facultad que tiene una persona para edificar o plantar en suelo ajeno, pudiendo
disfrutar de lo edificado o plantado durante un plazo indeterminado, mediante canon o
precio (normalmente periódico). El derecho existe antes de edificar o plantar; e
igualmente subsiste en caso de siniestro o perecimiento (si el derecho se adquiere por 30
años pero a los 10 se derrumba el edificio, el derecho subsiste).
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B) La posesión de los bienes gravados. Hay que realizar ciertas precisiones atendiendo
al desplazamiento posesorio del bien sujeto a garantía:
- La prenda requiere desplazamiento posesorio del bien. Mientras éste no se produzca,
el contrato no se habrá perfeccionado, ni el derecho habrá nacido.
- La hipoteca, al recaer sobre bienes inmuebles, no requiere desplazamiento
posesorio. Basta la correspondiente inscripción en el Registro.
Según el propio CC, la única excepción posible a esta regla de indivisibilidad será en el
caso de que se den varias cosas en prenda o hipoteca, y que cada una de ellas garantice
una porción determinada del crédito.
2.3. La especialidad.
Con especialidad de los derechos de garantía nos referimos a que el objeto sobre el que
recae dicha garantía ha de estar especialmente determinado. Históricamente estos
derechos, especialmente el de hipoteca, podían ser tanto especiales como generales.
Esto es, podían quedar afectos a la garantía bienes concretos, o por el contrario, se podía
acordar que en el momento de la ejecución el acreedor elegiría la enajenación coactiva
65
de aquellos bienes que prefiriese. En caso de que la obligación asegurada no haya sido
íntegramente satisfecha con lo recibido, el titular del derecho real pasaría a ser un mero
acreedor de la cantidad restante, concurriendo así con los demás acreedores del deudor.
2.4. La reipersecutoriedad.
El titular de este derecho, el acreedor, podrá ejercitar todas las facultades que se le
atribuyen frente a cualquier otra persona, tercer adquirente o poseedor. No se trata
obviamente de la reivindicabilidad de la cosa, pues el titular de la garantía real carece de
legitimación, sino exclusivamente de ejercitar sus facultades de enajenación del bien
gravado y de preferente cobro. Esto es, el acreedor hipotecario puede promover la
enajenación del bien gravado, sea quien sea su actual adquirente, siempre y cuando la
transmisión dominical del bien afecto a la hipoteca sea posterior a la inscripción de ésta.
Es una reipersecutoriedad activa.
Por otra parte, la prenda supone inexorablemente la posesión de la cosa, por lo que ha
de contemplarse desde un punto de vista pasivo. Es dudoso que el acreedor pignoraticio
ostente reipersecutoriedad en el supuesto de que haya perdido la posesión de la cosa,
aunque sí dispone de la acción interdictal.
En caso de ser incumplida la obligación principal, el titular del derecho real puede instar
la enajenación de la cosa objeto de garantía, promoviendo su venta en subasta pública,
para cobrar de forma preferente su crédito con el dinero obtenido. A esta facultad se la
suele identificar frecuentemente con la expresión latina “ius distrahendi”. Actualmente
también se le denomina “facultad de realización de valor”.
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El crédito garantizado con prenda o hipoteca otorga a su titular la facultad de cobrar
antes que otros acreedores respecto del precio obtenido por la venta en subasta pública
del bien objeto de garantía (derecho de crédito preferente en sentido técnico y propio).
Así, el constituyente del derecho real de garantía habrá de ser propietario del bien
gravado, y tener suficiente capacidad de obrar para realizar actos de disposición sobre
él.
5. La prenda (EXAMEN).
Tal y como aparece descrita en el CC, la prenda común tiene poca importancia práctica,
pero no conviene olvidar sus reglas, pues son de aplicación para otros tipos de prenda
denominados “especiales”: prenda irregular, prenda de derechos, prenda de créditos,
prenda de valores, y prendas a favor de los Montes de Piedad.
Son poco relevantes el resto de formas de constitución del derecho de prenda. Se puede
mencionar la mortis causa, o la constitución por usucapión.
3º) Derecho al abono de los gastos que hubiere hecho para conservar la cosa en buen
estado.
5º) Derecho a cobrar de forma preferente, respecto a otros acreedores, y en relación con
lo obtenido por la venta en subasta pública de la cosa pignorada.
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prenda, cuando la cosa pignorada, después de entregada al acreedor, se hallare en poder
del deudor”.
Esta norma contiene una presunción iuris tantum, que por tanto admite prueba en
contrario y declara el efecto extintivo únicamente de la obligación accesoria de prenda,
no de la principal (Ejemplo: un deudor, pintor de profesión, entrega en prenda un cuadro
a un acreedor. Si éste le prestase el cuadro para una exposición, la obligación accesoria
de prenda estaría extinguida, aunque el deudor no hubiese pagado lo debido al acreedor)
Por tanto podemos afirmar que el derecho real de prenda puede extinguirse, aunque no
lo haya hecho la obligación principal.
Según la LH sólo serán hipotecas legales las admitidas por las leyes hipotecarias. La
diferencia entre hipotecas legales y voluntarias está solo en su origen, pues según la LH:
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- Las personas a cuyo favor se concede la hipoteca legal solo tienen el derecho de
exigir la constitución de hipoteca especial suficiente para la garantía de su derecho.
- Para que las hipotecas legales estén válidamente constituidas se requiere inscripción.
- Una vez constituida e inscrita, la hipoteca legal tiene los mismos efectos que la
voluntaria, sin más especialidades que las expuestas en dicha LH. Resaltaremos dos
de estas especialidades:
1. Los créditos asegurados con hipoteca legal sólo podrán cederse cuando su importe
sea exigible.
2. El titular de una hipoteca legal puede solicitar su ampliación, según la LH.
1. Los reservatorios sobre los bienes de los reservistas en los supuestos de reserva
hereditaria o sucesoria.
2. El Estado, las provincias y los pueblos, sobre los bienes de los que contraten con
ellos, o administren sus intereses, por las responsabilidades contraídas con éstos.
3. El Estado, las provincias y los pueblos, sobre los bienes de los contribuyentes, por
los créditos tributarios que no correspondan a las últimas anualidades.
4. Los aseguradores, sobre los bienes de los asegurados, por las primas impagadas de
las dos últimas anualidades.
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Hoy en día resultan casi irrelevantes, pese a que la LH enumera una serie de casos en
los que se pueden constituir este tipo de hipotecas en base a criterios de organización
económica familiar. Tendrán derecho a exigir hipoteca legal:
1º) Las mujeres casadas sobre los bienes de sus maridos, en ciertos casos.
2º) Los hijos sometidos a patria potestad, por los bienes de su propiedad usufructuados
o administrados por el padre o la madre que hubieran contraído segundo matrimonio.
3º) Los menores o incapacitados sobre los bienes de sus tutores, por los que éstos
administren y por la responsabilidad en que incurrieren, a no ser que presten en lugar de
fianza hipotecaria, cualquier otra garantía admitida por el CC.
Para la antigua LH la inscripción solo producía efectos frente a terceros, pero no inter
partes. Para el CC produce efectos erga omnes.
- Obligaciones futuras.
- Obligaciones sometidas a condición suspensiva o resolutoria.
- Títulos transmisibles por endoso o al portador.
- Cuentas corrientes de crédito.
- Rentas o prestaciones periódicas.
Además establece que en la inscripción de la hipoteca se expresará el importe de la
obligación asegurada, así como los intereses, si se hubiesen estipulado.
No obstante, la ley 41/2007 modifica este último punto, flexibilizándolo. La nueva ley
permite que en la inscripción, en lugar de la cuantía exacta de la deuda (e intereses),
pueda inscribirse el importe máximo de la responsabilidad hipotecaria, identificando las
obligaciones garantizadas.
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Cuando la hipoteca asegura el cumplimiento de una obligación de cuantía no
determinada, de forma segura y concreta, en la inscripción registral; o bien asegura una
obligación cuya existencia en el futuro es incierta. La exacta identificación del crédito
hipotecario no puede conocerse recurriendo al Registro.
El “triunfo” de esta hipoteca ha sido consagrado por la Ley 41/2007, que justifica
detalladamente la necesidad de este tipo de hipotecas, e introduce en su articulado que
“podrá constituirse la hipoteca de máximo”:
Los intereses legales raramente son aplicables, pues el crédito territorial es una
actividad típica de las instituciones financieras, y por tanto, las cláusulas de estilo
prestan particular atención a la fijación de intereses remuneratorios convencionales, así
como a los moratorios, y a los gastos que pudieran resultar del impago o ejecución de la
hipoteca.
En este sentido, dispone además la LH que si hay un tercero interesado en los bienes
hipotecados, a quien pueda perjudicar la ejecución de éstos por el impago de los
intereses, no se podrá exceder la cantidad que por ella se reclame de la garantizada.
La Dirección General de Registros y del Notariado exige que los intereses variables
puedan determinarse mediante cláusulas específicas tanto al alza como a la baja, y en
relación con tipo de referencia objetivo. Además, ha de incorporarse a la escritura la
fórmula matemática que habrá que aplicar a cada caso.
Entre las costas hay que resaltar el papel de las costas judiciales que pudiera ocasionar
la ejecución hipotecaria o la acción de devastación. Los gastos se limitarán a las
cantidades abonadas por el acreedor para evitar el perjuicio de la cosa hipotecada, o por
acuerdo expreso con el deudor.
La incertidumbre que generan estos gastos hace que deban quedar fijados en la hipoteca
como una “hipoteca de máximo”.
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8. El objeto de la garantía: bienes susceptibles de hipoteca (EXAMEN).
La cosa o el derecho a hipotecar han de encontrarse inscrito previamente en el Registro
de la Propiedad. Según la LH son hipotecables:
Si termina por voluntad del usufructuario, supone acortar la duración del usufructo, y
por tanto burlar las legítimas expectativas del acreedor hipotecario. Por tanto, la LH
expone que la hipoteca subsistirá hasta que se cumpla la obligación asegurada, o hasta
que venza en el tiempo el usufructo.
Se permite porque, normalmente, la primera hipoteca no suele agotar el valor del bien
hipotecado, siendo la segunda hipoteca muchas veces suficiente garantía para el
acreedor hipotecario.
78
Además hay que tener en cuenta que, si la primera hipoteca se cancela como
consecuencia del cumplimiento de la obligación, la segunda hipoteca pasaría entonces a
ser primera hipoteca (y así sucesivamente).
8.4. La subhipoteca.
No es lo mismo hipotecar, aunque sea sucesivamente, los bienes, que hipotecar el
derecho de hipoteca. Es una figura de escasa importancia práctica. Aquí el acreedor
hipotecario hipoteca a su vez el derecho hipotecario del que es titular.
8.7. La hipoteca del retracto convencional y de los bienes vendidos con pacto de retro.
Son también hipotecables el derecho de retracto convencional y los bienes vendidos con
pacto de retro.
Por otro lado, en la hipoteca de los bienes comprados con pacto de retro, el comprador
ha de limitar la hipoteca a la cantidad que deba recibir en caso de resolverse la venta; y
de otra parte, ha de darse conocimiento del contrato al vendedor.
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se haga constar en la inscripción que el acreedor tenía conocimiento del litigio. La
hipoteca quedará pendiente de la resolución del pleito.
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10. La extensión objetiva de la hipoteca (EXAMEN).
Con “extensión de la hipoteca” se hace referencia tanto al alcance de la obligación
garantizada como a la determinación de los bienes y derechos que quedan sujetos a la
garantía hipotecaria. Nos centraremos ahora en el objeto sobre el que recae la hipoteca.
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Dispone la LH que cuando la finca hipotecada pase a un tercer poseedor, no se
extenderá la hipoteca a los bienes muebles colocados permanentemente en los edificios,
ni a las mejoras que no consistan en obras de reparación, seguridad o transformación,
siempre que todo esto haya sido pagado por el nuevo poseedor. Tampoco se extenderá a
los frutos pendientes y rentas vencidas que pertenezcan al mismo.
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La existencia de hipoteca no supone privación alguna de los actos de disposición del
propietario. Eso sí, la eficacia de la hipoteca se vería gravemente alterada si estos actos
disminuyeran el objeto propio de la garantía.
Según la LH, todas las porciones o divisiones de la finca original se verían sujetas a la
hipoteca, salvo que el acreedor preste su conformidad a la distribución de la
responsabilidad hipotecaria. Además la LH faculta al acreedor que no está conforme a
dicha distribución a repetir por la totalidad de la suma asegurada contra cualquiera de
las nuevas fincas en que se haya dividido la primera, o contra todas a la vez.
Desde la perspectiva del acreedor hipotecario, se tendría que dirigir judicialmente contra
cada uno de los derechos o porcionarios objeto de hipoteca.
El tercer adquirente de una finca hipotecada puede subrogarse en la posición del deudor,
o puede adquirir la finca, pero sin asumir la responsabilidad de la hipoteca, que seguirá
recayendo sobre el deudor original.
El acreedor cuenta con estas dos acciones, siendo la real la más relevante en la práctica.
Esto se debe a que la acción personal supondría un juicio declarativo con sentencia de
condena, que posteriormente tendría que ejecutarse. Si optamos por ejercitar la acción
real, se ejecutarán directamente los bienes hipotecados.
- Caducidad: la hipoteca, como los demás derechos reales, puede ser constituida por
un plazo determinado. En estos casos, la acción hipotecaria no podría ejercitarse
transcurrido dicho periodo. Se entiende que ha caducado el ejercicio de las acciones.
88
11. Extinción de la hipoteca.
La hipoteca, como derecho real constituido como garantía del cumplimiento de una
obligación, seguirá la suerte de ésta. La hipoteca, por tanto, se extingue con el
cumplimiento de la obligación asegurada. No obstante, la hipoteca puede seguir vigente,
registralmente hablando, pese al cumplimiento de la obligación principal. Se requiere el
consentimiento del acreedor (o ejecutoria judicial) reflejado en escritura pública.
Todo acuerdo entre las partes, que pueda modificar o destruir la eficacia de una
obligación hipotecaria anterior (pago, compensación, espera, novación, etc.) sólo tendrá
efectos frente a terceros tras nueva inscripción en el Registro, cancelación total o
parcial, o nota marginal. Extinguida una obligación principal, el acreedor hipotecario
dejará de serlo, pero sólo inter partes. Sus derechos y obligaciones frente a terceros
seguirán vigente hasta la correspondiente anotación en el Registro.
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Estos derechos otorgan a su titular la facultad de adquirir, con preferencia frente a otros,
la propiedad de una determinada cosa en caso de que su propietario decida enajenarlo.
Son los derechos de tanteo, retracto y opción.
Para Lasarte sí que son derechos reales, ya que atribuyen a su titular un “señorío parcial
sobre la cosa”, aunque sea limitado.
2.1. Concepto.
El tanteo procede del término tantundem (misma cantidad). Así, el derecho de tanteo es
la facultad de que goza una persona para adquirir preferentemente una cosa que va a ser
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enajenada por un tercero, abonando la misma cantidad y en las mismas condiciones
pactadas entre el vendedor y el tercero.
Por otra parte sería ilógico conceder solo el derecho de retracto, ya que significaría
exigir que se completase la enajenación para luego dejarla sin efecto.
Por tanto parece lógico que ambos derechos vayan de la mano, y se concedan
conjuntamente. No obstante hay quien critica los argumentos anteriores.
El plazo para ejercitar el derecho de retracto será de nueve días desde la inscripción en
el Registro de la Propiedad, o desde que el retrayente haya tenido conocimiento de la
venta.
- Los arrendatarios.
- Los propietarios del suelo respecto de los del subsuelo y viceversa.
- Los usufructuarios respecto de los nudos propietarios.
- Los cotitulares en las situaciones de propiedad horizontal o multipropiedad.
Históricamente, el derecho de retracto de comuneros sólo se ejercía ante bienes
inmuebles. Hoy, el CC no lo especifica, luego se admite que sea también sobre cosas
muebles.
El CC además dice que si dos o más propietarios quieren ejercitar el retracto, será a
prorrata de la porción que tengan en la cosa común.
Habría que desembolsar el precio de la venta, los gastos de contrato y otros legítimos, y
los gastos necesarios y útiles hechos en la cosa vendida.
Respecto de los inmuebles, obviamente, tendrá efectos frente a terceros siempre que se
haya inscrito en el Registro. Transcurrido el plazo del derecho de retracto sin haber sido
ejercitado, dicho asiento se cancelará de forma automática. De igual forma podemos
afirmar que el retracto convencional será ejercitable frente a terceros cuando conste
expresamente inscrito.
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En el caso contrario, la opción de venta, es el eventual adquirente el que queda obligado
a comprar, en caso de que el propietario se decida a vender. En la práctica, la opción de
venta es menos relevante que la de compra.
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3. El Registro de la Propiedad.
- Exhibición de los libros registrales respecto de los bienes que afecten al consultante.
- Nota simple informativa, emitida por el Registrador, a petición oral o escrita. Esta
nota carece del valor de documento público.
- Certificación registral: solicitada por escrito, con valor de documento público. Hace
fe del Registro, y genera responsabilidad del Registrador en caso de inexactitud,
falsedad u omisión.
Frente al sistema de folio personal (en del Registro Civil), opera aquí el del folio real: a
cada inmueble se le dedica un conjunto de folios del libro fundamental del Registro: en
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el Libro de Inscripciones se anotan derechos reales que, tras el examen del Registrador,
se anotan quedando “foliados y visados judicialmente”.
Este libro de entrada ha de ser accesible telemáticamente y de forma directa para los
funcionarios y empleados del Registro. En la presentación telemática se seguirán las
siguientes reglas:
5. El Registrador de la Propiedad.
Al Registro sólo acceden los derechos reales inmobiliarios siempre que estén
documentados en un título público y hayan sido objeto de calificación registral. Esta
labor corresponde al Registrador, que velará por la legalidad de la forma externa de los
documentos, por la capacidad de los otorgantes, y por la validez de los actos
dispositivos contenidos en las escrituras públicas. Es una función técnica muy
importante, y que requiere un gran conocimiento del derecho privado.
- Edificios en régimen de propiedad por pisos cuya construcción esté concluida, o por
lo menos comenzada.
- Pisos o locales en régimen de propiedad horizontal, siempre que conste en la
inscripción del inmueble la constitución de dicho régimen.
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6.3. La descripción de la finca.
La legislación hipotecaria establece una serie de normas referentes a la descripción de
las fincas que se inscriben en el Registro. Constará, al menos, la naturaleza (rústica o
urbana), situación y linderos de los inmuebles, y su medida superficial. También se
añadirán otros detalles, como el nombre que ese tipo de finca tenga en la localidad, si es
secano o regadío, con la superficie destinada a uno y otro, etc.
Si la finca no está inscrita, no podrá acceder al Registro ningún derecho que recaiga
sobre ella. En estos casos el Registrador no puede abrir un nuevo folio sobre la
inscripción de derecho alguno, si la finca no figura.
- Mediante certificado del artículo 206, sólo en los casos que se indican en el mismo.
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La LH enumera una serie de personas, que por tener “algo que decir sobre el asunto”,
tendrán que ser citadas al proceso.
Estos títulos serán inscribibles sin necesidad de previa intervención judicial. Basta la
actuación del Registrador, y comunicación a la colectividad a través de los edictos del
Ayuntamiento correspondiente. Se han de cumplir los siguientes requisitos:
Es frecuente el hecho de que una misma finca aparezca registralmente en dos o más
folios (total o parcialmente), con el problema que esto conlleva para nuestro sistema
hipotecario. En estos casos, la concordancia entre lo reflejado en el Registro y la
realidad, podrá conseguirse conforme a las siguientes reglas:
- Cuando la finca (o las partes de ella) inscrita doblemente figure a favor de la misma
persona, la contradicción podrá salvarse a iniciativa de ésta, por parte del
Registrador, que inscribirá las anotaciones posteriores en el folio más antiguo. Si
hubiese titulares de derechos afectados por este traslado, se requiere su
consentimiento en escritura pública.
- Si la doble inmatriculación es a favor de personas distintas, y hay acuerdo entre
ellas, a solicitud suya y conformes todos los interesados (en escritura pública), se
cancelará o rectificará el folio en cuestión. Nada dice la legislación en el caso de que
no haya acuerdo. La doctrina apuesta por la validez de la inmatriculación más
antigua.
- Agrupación de fincas. Reunir dos o más fincas, ya inscritas, en una nueva. Ésta
constará en nuevo folio, con sus pertinentes notas marginales de referencia.
- División de finca. De una finca inscrita en dos o más porciones. Cierre del folio de
la finca original, y la creación de nuevos folios para las nuevas fincas.
- Segregación de fincas. Separar parte de una finca inscrita para formar una nueva. Se
pueden realizar varias segregaciones simultáneas, que coincidiría, en la práctica, con
una división. La diferencia entre ambos conceptos es solamente formal: en la
división se cierra el folio de la finca original; y en la segregación no.
- Agregación de fincas. Anexionar a una finca inscrita otras porciones también
inscritas. La inscripción se realizará en el folio de la finca mayor, sin alterar su
numeración, pero expresando en ella las nuevas condiciones. Se requiere que la
finca absorbente tenga, al menos, el quíntuplo de la suma de las que se agreguen.
- El que presenta el título tiene derecho a que se le acredite la hora y fecha de entrega.
- Existirá un libro de entrada en el Registro, en el que constarán, según el orden de
entrada, los títulos inscritos.
- El Registrador no podrá, bajo ningún concepto, modificar el orden de presentación
de los títulos.
- El asiento de presentación tendrá una vigencia de 60 días, desde la inscripción; y
determinará la prioridad tanto formal como material del título inscrito.
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Si se dan todos los requisitos exigidos para la calificación registral, el Registrador está
obligado a practicar el asiento correspondiente. En caso de que falte alguno de estos
requisitos, podemos encontrarnos ante dos supuestos:
- Para inscribir o anotar títulos en los que se declaren, transmitan, graven, modifiquen
o extingan el dominio (y otros derechos reales), deberá constar previamente inscrito
el derecho de la persona que otorgue los actos.
- Si el derecho se inscribe a favor de persona distinta de la que otorga la transmisión,
los Registradores denegarán la inscripción.
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Por tanto, los sucesivos propietarios de una finca han de estar registralmente
concatenados. A esta concatenación se le denomina “tracto sucesivo”. Este tracto
sucesivo afecta tanto a la propiedad como a los demás derechos reales.
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Ante estas situaciones, el ordenamiento posibilita que quien desee inscribir su derecho
pueda hacerlo sin tener que recrear en el registro todas las transmisiones anteriores. Esto
se realiza mediante dos procedimientos: el acta de noriedad, y el expediente de dominio.
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Así se estableció que la LH sólo será aplicable en caso de fincas inscritas o
inmatriculadas. En caso de derechos no inscritos en el Registro, será de aplicación lo
dispuesto en el CC.
6. La legitimación registral.
Los asientos del Registro están bajo la salvaguarda de los Tribunales, y producen todos
los efectos mientras no se declare su inexactitud en los términos establecidos en la LH.
Negativamente, una vez cancelado el asiento, se extingue el derecho al que se refiera.
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la peligrosa situación de que adquirente de un bien no lo inscriba en el Registro, y el
anterior titular, el vendedor, siga actuando como legítimo propietario del bien.
Esta presunción posesoria tiene una gran importancia en derechos reales susceptibles de
posesión. Positivamente, facilita la usucapión del titular registral. Negativamente
dificulta la posesión ad usucapionem de terceros que pudieran perjudicar al titular.
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- En casos en que la posesión ad usucapionem haya sido compatible con el ejercicio
de la posesión del derecho real limitado de que se trate, la usucapión no afectará a la
pervivencia de dicho derecho.
- En caso de posesiones incompatibles, el titular del derecho real limitado que no
haya conocido la posesión ad usucapionem, tampoco se verá afectado por la
usucapión liberatoria por prescripción adquisitiva.
- Si el titular del derecho real limitado ha conocido la posesión ad usucapionem o la
haya consentido durante un año, la usucapión tendrá efectos liberatorios a favor del
usucapiente.
Esto es, el titular inscrito pierde el derecho real limitado por falta de uso, y aunque
posteriormente lo transmita a un tercero hipotecario, la inscripción realizada a favor de
éste no hace renacer el derecho real ya inexistente.
En cambio, si los bienes objeto de apremio están inscritos por persona distinta al
deudor, el procedimiento se suspenderá, y el acreedor deberá instar un juicio aparte.
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8.3. Ejercicio del procedimiento sumario regulado en el art. 41 LH.
La mera inscripción de un derecho otorga a su titular, respecto de la situación posesoria,
efectos erga omnes. La LH prevé un proceso especial y sumario para evitar
perturbaciones por personas que no tengan título inscrito.
8.4. El ejercicio del juicio verbal por los titulares de los derechos reales inscritos.
La LEC ha reformado la LH al establecer que las acciones reales procedentes de
derechos inscritos podrán ejercitarse a través de juicio verbal contra quienes, sin título
inscrito, se opongan a aquellos derechos o perturben su ejercicio. Se exigirá siempre al
Registrador la correspondiente certificación del título inscrito.
Si el anotante ejercita su derecho, tendrá prioridad frente a terceros que hayan ingresado
en el Registro con posterioridad a la anotación preventiva.
Las anotaciones preventivas tienen efectos retroactivos. Esto es, si dentro de plazo, se
determina la posibilidad de realizar la anotación que se quería practicar desde el
principio, ésta contará desde la fecha en que tuvo lugar la anotación preventiva.
Una vez dictada sentencia, los efectos variarán según se estime o desestime la demanda:
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7.1. Notas marginales.
El Registro sólo podrá hacer constar en el folio real las notas marginales legalmente
establecidas. Constituyen un numerus clausus. Distinguiremos tres tipos:
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