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igual y, no todas compartimos los mismos intereses. Cuando dos posturas o visiones son
opuestas es cuando pueden aparecer los conflictos. Y es en la asertividad donde se encuentra
la clave para gestionar y prevenir esos conflictos.
Cuando nos enfrentamos a una situación de conflicto, debemos tener en cuenta que existen
tres maneras de hacerle frente:
1. Pasividad
El forma en la que se trata de evitar el conflicto. Cuando una persona opta por una
comunicación pasiva está eligiendo dejarse llevar por los demás.
2. Agresividad
La agresividad es otra posición frente al conflicto que busca ganar por la fuerza, más
que por la razón y el entendimiento. En mi opinión las personas agresivas no confían
en ellas mismas, creen que si bajan la guardia podrían perder, y tratan de imponerse
por la fuerza. Son de difícil trato y poco empáticas, Y en mi opinión su peor dificultad,
además de afectar negativamente a la vida de los demás, es que están disgustados
siempre consigo mismo y con la vida en general.
3. Asertividad
Una persona con habilidades asertivas se muestra segura de sí misma y de su valor,
pero respeta en todo momento cualquier otra opinión, aunque sin dejarse influir.
Cuando hablamos de personas que se comunican de manera asertiva hablamos de
personas que expresan sus gustos, opiniones e intereses claramente; personas que
tienen claros y reclaman sus derechos; son personas que no temen dar un no por
respuesta si consideran que es necesario; hablamos de personas que tratan a los demás
con educación y respeto.
Siendo asertivos somos menos vulnerables, se reducen las posibilidades de que otra persona
pueda manipularnos, nos sentimos más satisfechos porque nos permite expresar nuestras
opiniones y sentimientos y reduce el estrés que puede generar el interaccionar con otras
personas.
¿Qué es la asertividad?
La asertividad es un componente esencial de las habilidades que necesitamos para convivir en
sociedad de forma positiva. Se trata de una forma de ser y actuar, más allá de un estilo de
comunicación, es una actitud vital que nos ayuda a defender nuestros derechos personales a la vez
que nos autoafirmamos siendo fieles a lo que sentimos y pensamos.
La asertividad favorece las emociones positivas de uno mismo y de los demás formando parte
del conjunto de habilidades sociales que, niños y mayores, debemos aprender a poner en
práctica. Necesitamos ser asertivos para poder decir lo que pensamos, sentimos o queremos sin
sentirnos culpables pero también sin herir, molestar o agredir a los demás.
La asertividad, como cualquier otra habilidad social se aprende y, por tanto, es susceptible de
enseñar. A diferencia de lo que podríamos pensar, esta habilidad no es innata. Se aprende con
la práctica y se desarrolla en la medida que tenemos la oportunidad de poner en práctica modelos
adecuados de interacción social.
Durante el proceso de socialización del niño la asertividad puede desarrollarse o no en función
de nuestro estilo educativo y de los modelos de interacción que les ofrezcamos.
Padres y educadores cometemos sin querer algunos errores que anulan la capacidad de aprender
o de poner en práctica la asertividad, como por ejemplo:
1. Ofrecer modelos de interacción social inadecuados (agresivos o pasivos) que los niños acaban
por imitar. Modelos que observan de sus padres, maestros, profesores, compañeros o
personajes de ficción cuando se comunican a base de gritos, amenazas o sumisión a las órdenes
o demandas desmesuradas de terceros.
2. Premiar la sobreadaptación a las necesidades de los demás. Muchos niños se sobreadaptan a
lo que los demás esperan de ellos para agradar a sus padres, maestros u otros referentes,
olvidándose de sí mismos.
3. Premiando conductas agresivas que permiten obtener cierta ventaja sobre los demás.
4. Elogiar a los niños obedientes, quietos o callados en clase, reforzando de este modo su
comportamiento inhibido en lugar de reforzar comportamientos más asertivos como sería
preguntar adecuadamente, ayudar a los compañeros o expresar sus opiniones respetando al
resto de compañeros.
La asertividad se puede enseñar de forma indirecta (influir en el niño sin que él se dé cuenta,
elogiando y premiando su comportamiento asertivo) o directa (con técnicas concretas).
Una forma directa de poder enseñar a un niño a ser asertivo es mediante el diálogo. Es
importante hablar con nuestros hijos de las conductas adecuadas o erróneas que observamos en
terceros y en nosotros mismos. Este diálogo puede surgir de cualquier escena que veamos en la
calle o de algún acontecimiento diario que haya sucedido en el cole o en nuestro trabajo.
El juego de roles es otra de las formas en las que padres y maestros podemos enseñara a neustros
hijos o alumnos a ser personas asertivas.
En este tipo de juego planteamos diferentes situaciones en las que deban comportarse de forma
asertiva, por ejemplo decir que no a algo que no quieren hacer o pedir información sobre algo
que necesitan saber. Este mismo juego lo podemos aplicar para afrontar situaciones problema
como por ejemplo llegara a acuerdos sin que ninguna de las partes pierda.
Así pues, educar a nuestros hijos para que tengan actitudes asertivas supone:
1. Enseñarles a expresar sus sentimientos, sus deseos y decidir acerca de lo que quiere y no quiere
hacer.
2. Enseñarles a respetar la individualidad de cada uno, incluida la propia, respetando las
libertades y derechos de los demás y defendiendo los propios.
Conseguir que un niño aprenda a ser asertivo aumentará sus posibilidades de éxito en la vida
Lo alejaremos de problemas tan graves como está siendo hoy en día el acoso escolar.
Los juegos para trabajar la asertividad forman parte de las habilidades de la inteligencia
emocional. Cuanto antes y de mejor forma la desarrollen los niños, más posibilidades tendrán
de ser adultos íntegros desde el punto de vista emocional y psíquico.
La comunicación asertiva nos ayuda a expresar nuestras opiniones de forma adecuada. Con
frecuencia un adulto deberá enfrentarse a situaciones donde deberá actuar de forma
equilibrada para comunicarse de la manera correcta, respetando las opiniones del resto.
Formas de comunicación
Dragón: el dragón transmite sus propios sentimientos, pensamientos, ideas y opiniones propias
y desmerece la de los demás.
Generalmente mantiene un tono de voz elevado y a veces agresivo. No sugiere, más bien
impone su punto de vista.
Tortuga: la tortuga es opuesta al dragón. En vez de expresar sus propias opciones, se esconde
en su propio caparazón. Tampoco puede defender sus intereses ni expresar sus opiniones o
sentimientos. En pocas palabras, acepta la opinión de los demás incondicionalmente.
Persona: este es el personaje que representa una comunicación asertiva. La persona expresa
sus ideas y opiniones empleando las palabras adecuadas de manera tal que exprese sus propios
pensamientos, sentimiento e ideas pero respetando y escuchando las ideas ajenas.
Materiales:
3 figuras o fichas:
1 dragón
1 tortuga
1 persona
Dinámica del juego: Se divide a los niños en 3 grupos y se reparte a cada uno, una de las
tarjetas sin que el resto de los grupos se entere de cuál tarjeta tiene cada equipo.
La maestra pide a cada niño que pase al frente para repasar la clase anterior pero tú no has
hecho los deberes aunque recuerdas lo que han hablado la última clase.
Te toca el turno de pasar al frente. Escoge cómo reaccionas dependiendo de la tarjeta que
tengas:
1. Decides expresarle a la maestra tu angustia por no haber cumplido con la tarea pero decides
también contarle que sí recuerdas lo hablado la última clase. Pasas al frente y expones lo que
recuerdas. Utilizas tizas o marcadores y expones la clase de la mejor manera posible.
2. Te quedas callado y no respondes. Solo bajas la cabeza y te entristeces.
3. Respondes que no has hecho los deberes y que consideras injusto que tú tengas que hacerlos.
Te opones siempre a la idea de hacer los deberes”
LA AMISTAD
La amistad
Cómo los niños pueden aprender a ser amigos
Guiainfantil.com
09 de marzo de 2018
La amistad es uno de los valores más importantes a desarrollar en la educación de los niños.
Se trata del afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se
fortalece mediante las interrelaciones entre los seres humanos.
Para que el niño aprenda sobre el valor de la amistad es necesario formarle con nociones,
conocimientos, habilidades, emociones, vivencias, sentimientos, y que le preparemos para
vivir con armonía y respeto.
Cómo enseñar la amistad a los niños
Las habilidades sociales son básicas para relacionarse plenamente en sociedad. Enseñar a los
niños, por lo tanto, a cultivar las relaciones sociales, a hacer amigos, cuidarlos y mantenerlos,
es fundamental. Es importante porque los amigos son sus iguales, de ellos aprenden cada día,
son compañeros de juegos, de experiencias y confidencias. Pero, para que los niños entiendan
hasta qué punto son importantes, los amigos te contamos cómo fomentar el valor de la amistad
en los niños.
Los niños deben saber quién es un buen amigo y por qué, cómo se comportan los buenos
amigos, y cómo mantener una buena amistad. Deben aprender que un buen amigo puede ser
para siempre, y que para eso es necesario cultivar y alimentar la amistad, día tras día, en la
escuela, en el parque, en la vecindad, etc.
El contacto con los iguales hace con que el universo del niño sea aún más grandioso y rico. A
través del otro, él puede aprender mucho de todo y de sí mismo.
Tipos de amistad
La amistad puede surgir entre hombres y mujeres, novios, esposos, familiares con cualquier
clase de vínculo, personas de distintas edades, religiones, ideologías, culturas, extracción
social, etc. Incluso, una amistad se puede establecer entre un ser humano y un animal; no por
nada el perro es el mejor amigo del hombre.
Rasgos de la amistad
Desinterés
Tenerse confianza
Generosidad
Ser leales
Ser agradecidos
No ser yoísta
Mantener amistades
Hacer nuevos amigos
Desinterés
Para que la amistad sea verdadera, no basta con caerse bien hay que dar el paso definitivo:
ayudarse definitivamente, sin esperar nada a cambio. Al amigo se le quiere por lo que es y no
por lo que soy yo. La amistad no es comercio de beneficios. La verdadera amistad es, en gran
medida, servicio afectuoso y desinteresado. Se manifiesta en:
Tenerse confianza
Tener confianza en el amigo significa que tenemos la seguridad moral de que responderá
favorablemente a esperanza de amistad que depositemos en él.
Generosidad
La generosidad nos ayuda y facilita dar que es esencial en la amistad. El dar y darse es
esencial en la amistad. El amigo de verdad es generoso y da, siempre para ayudar eficazmente
al amigo. El egoísmo se opone radicalmente a la amistad.
Ser leales
Responde a la fidelidad de la amistad Son buenos amigos los que defienden los intereses y el
buen nombre de los amigos.
Ser agradecidos
No ser yoísta
Hacer nuevos amigos es abrir horizontes. Si alguna vez algún amigo nos ha pagado mal, no
significa que ocurra así con todo el mundo, lo peor es cerrarse, podemos buscar nuevos
amigos. Para que la amistad sea verdadera debe existir algo en común y, sobre todo,
estabilidad, La amistad es algo que requiere estabilidad en el trato. Es un cariño, un apreciarse
que promueve dar, un darse y para ello es necesario encontrarse y conversar. La verdadera
amistad es, en gran medida, servicio afectuoso y desinteresado
Demostración de la amistad
Religión y amistad
La Biblia inmortaliza la amistad entre David y Jonatán (1 Samuel 18:1-4), que superó la
adversidad (1 Samuel 19-20) hasta la muerte (2 Samuel 1:25) y que sobrevivió en la memoria
del corazón (2 Samuel 9:1 y 21:7). La Biblia griega señala: "El amigo fiel no tiene precio"
(Eclesiástico 6:15; 7:18).
Los evangelios canónicos refieren cómo Jesús dio a la amistad de Dios con los hombres un
rostro de carne. El Evangelio de Juan enfatiza, por ejemplo, la amistad que Jesús de Nazaret
guardaba por Lázaro de Betania (Juan 11). En ese mismo Evangelio, Jesús dice a sus
discípulos en la Última Cena: "Nadie tiene mayor amor que este, el dar su vida por sus
amigos" (Juan 15:13). Los Padres de la Iglesia identificaron en el Evangelio de Juan la figura
del "discípulo al que Jesús amaba" con Juan el Apóstol, razón por la cual se le atribuye a Juan
el patronazgo sobre la amistad.
Cultura popular
Las relaciones de amistad han sido profusamente narradas, tanto en el mundo de la literatura
como en del cine y la televisión, a grado tal que si bien un listado verdaderamente completo
sería imposible, es fácil identificarlas en casi cualquier obra.
Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson, Los Tres
Mosqueteros, son ejemplos variados de diversos tipos de amistades entrañables exhibidas en la
literatura.
En el mundo del cine y la televisión se puede hallar desde los clásicos como El gordo y el
flaco y Los tres chiflados hasta la serie de televisión de Friends, comedia que gira en torno a
las relaciones de seis amigos.
La palabra lealtad es una virtud que cuesta encontrar en el mundo y la sociedad en la que
nos desenvolvemos hoy en día. Si buscamos la palabra lealtad en el diccionario su definición
es la siguiente: 'Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor'. ¿Y
como inculcar algo tan complicado de explicar a un niño?.
Lealtad es el compromiso voluntario que se adquiere con algo o alguien en los buenos y en los
malos momentos y es recomendable que los niños aprendan esto desde una edad temprana,
cuanto antes asimilen este tipo de conceptos con más facilidad los adoptaran luego en diversas
situaciones. Te explicamos cómo inculcar el valor de la lealtad en los niños. ¡Apunta!
Te damos algunos consejos para inculcar el valor de la lealtad en los niños
La lealtad va un paso más allá de la amistad. Lealtad por unos ideales, por un club
deportivo, por un animal, por una religión, etc. Bien sea formar parte de una hermandad
religiosa, de un equipo de fútbol o de una comunidad ecologista, hay que educar a nuestro hijo
en respetar los valores de una institución o de una causa concreta. Hacerle ver que hay que
remar todos en la misma dirección, pese a que a veces no le guste algo. Hacer algo por alguien
o algo que amen es parte del significado de la lealtad.
Pero la lealtad también es con uno mismo. Hay que inculcar al niño que tenga sus ideales, que
ame lo que hace, que no renuncie a sus sueños. A veces es más difícil ser leal a uno mismo
que a los demás, porque al fin y al cabo no nos enojamos con nosotros mismos, es fácil
renunciar a algo que queremos porque las circunstancias no nos son favorables. Por eso hay
que hacerle ver a nuestro hijo que ser leal a uno mismo también es importante, no se alcanza la
meta sino se adquieren compromisos por el camino.
- Manifiesta lealtad entre los esposos y con los hijo/as, familiares y amigos.
- Manifiesta confianza con tu hijo, familiares y demás para que te pregunten sus dudas.
La Fidelidad
La fidelidad está ligada a la fe. Fiel es el que tiene fe. La fe consiste en la confianza
depositada, generalmente en Dios, pero también en una persona
¿Qué es la fidelidad?
Frutos de la fidelidad
La confianza generada por la fidelidad que se nos tiene, nos hace esperar
cosas grandes y bellas.
En el hogar se aprende a ser fiel. Los hijos tienen como maestros a sus
propios padres. La fidelidad de los esposos no es tan sólo el estar juntos,
sino el crecer cada día en el amor que se tienen. Cuando siguen juntos,
pero se desprecian o se odian, es algo peor que un abandono. Son infieles.