Reseña de museo

La visita realizada al museo del chopo fue enriquecedora en el aspecto de comprender una parte más
de nuestra cultura, es decir, con las exposiciones visitadas ampliamos nuestra visión cultural de quien
puede ser un artista reconocido no solo aquel que plasma sus ideas en obras abstractas, sino también
artistas que plasman su arte en las vivencias de cada día.
De esta manera, al entrar a la exposición “Los huecos del agua” -Arte actual de los pueblos originarios-
pudimos apreciar una variedad de obras de arte de artistas relacionados a pueblos originarios de
México que en sus obras reflejan su identidad, procedencia, denuncias etc. En una serie de obras de
Darío Canul y Cosijoesa Cernas representaban la vivencia de pueblos indígenas con la delincuencia
organizada o las nuevas tecnologías, por ejemplo, en una de sus obras “Smile now, cry never”, se da
la representación de una madre concentrada en el celular tomando una “selfie” mientras que su hijo a
mi parecer se involucra con delincuentes o aspira a ser uno de ellos. La siguiente exposición fue por
parte de la artista mexicana Lourdes Grobet, llamada “Caminata”, estaba compuesta por una serie de
fotografías, cine documental, piezas interactivas, y algunas salas con muestras de video, la temática de
sus obras se plasma como su necesidad para establecer un dialogo en diferentes direcciones. Esta
exposición fue a pesar del tamaño tomo la mayor parte del tiempo en el museo debido a la complejidad
de sus obras, comenzando por un pasillo con una serie de fotografías y en el piso un tapete conformado
de distintos textos, continuando por dos de sus obras interactivas donde al caminar destellos o gotas
de agua marcaban tus pasos, después toparse con un cuarto de donde salían sonidos de corriente
eléctrica pasando por varillas; habiendo atravesado eso nos topamos con sus obras en video que
presentaban una serie de imágenes o animaciones, y terminamos con un pequeño cuarto oscuro con
una lampara que alumbraba una silla junto a una mesa, cual si fuera sala de interrogatorio. Esta
exposición fue muy entretenida, sin embargo, queda en segundo plano tras haber visto la exposición
anterior.

Por último, se encontraba una exposición que consistía en una sola pieza compuesta de varias obras,
por el artista Eduardo Sarabia, con el nombre de “El Toro y otros relatos”. Fue una de las muestras
más llamativas de lo visitado en el museo por sus colores y presentación, era una exposición de las
vivencias de la juventud del artista, así como de sus intereses personales plasmados en el mural, por
ejemplo, su búsqueda del quetzal; los campeonatos de los Dodgers y su viaje a rusia a temprana edad,
entre otros.

cuenta con muy buenas instalaciones, teniendo dos grandes galerías y salas audiovisuales, sobre las
exposiciones visitadas fueron de mi total agrado y recomendaría su visita antes de que sea cambio de
temporada, y de no ser posible visitarlas aun cuenta con algunas exposiciones permanentes en distintos
días de la semana, donde integran artes vivas, música entre otras cosas.