Lagunas del Gran Resistencia

Eduardo Madariaga
con la colaboración de Laura Alcalá
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Origen de las fotografías

Fotografías aéreas del año 1935- Fuente: Dirección de Obras Particu-

lares de la Municipalidad de Resistencia
Fotografías aéreas del Año 1962-Fuente: Área AMGR de la Adminis-
tración Provincial del Agua
Fotografías aéreas del año 1998-Fuente: Dirección de Estudios Bási-
cos de la Administración Provincial del Agua
Imagen satelital inundación del año 1998: Dirección de Estudios Bá-
sicos de la Administración Provincial del Agua
Imágenes satelitales parciales de la ciudad de Resistencia año 2005-
Fuente: Google Earth.
Fotografías de calles inundadas por lluvias- Fuente: Diario Norte.
Tomas aéreas de las lagunas y de la ciudad realizadas por el autor
Fotografía de la laguna Arguello, en doble página, Laura Alcalá

Planos

Fuente: Administración Provincial del Agua

Elaboración: José Costas

Agradecimientos

Ing. Oscar F. Rodríguez

Ing. Hugo Rohrmann
Prof. Carmen Grave
Sra. Marisol Díaz
Lagunas del Gran Resistencia |9

La ubicación del observador es la primera condición del conocimiento.

Su posición determina el objeto, elige sus hechuras. Si la mirada nunca
es inocente, el lugar desde el que se la mira, si ha sido fruto de una
opción libre y no de la circunstancia, tampoco lo es.

Josep Ramoneda
Lagunas del Gran Resistencia | 11

Índice
7 Prólogo 82 Laguna Rossi de Fazio
9 Las lagunas del Área Metropolitana del Gran Resistencia 84 Laguna La Lomita
16 Ubicación de las lagunas del AMGR 86 Laguna María Cristina
18 Origen de las lagunas 88 Laguna la Toma
20 Las cuencas 90 El paisaje lacustre, vistas generales
22 La reducción de los espejos de agua
24 Las cuencas recreadas
26 Las lagunas en relación al sistema Integrado de defensas
28 Estado ambiental de las lagunas
30 La recuperación de una laguna como espacio público
34 Las lagunas del Gran Resistencia, imágenes de un paisaje igno-
rado
36 Sistema Laguna Fortini
36 Lagunas Fortini y Oro.
38 Laguna San Javier
40 Laguna Tartagal.
42 Sistema Laguna Ávalos:
44 Laguna Seitor.
46 Lagunas Toba, Villa Ghio, Villa Chica Sur y Villa Chica Norte.
50 Laguna Odorico.
52 Laguna Ávalos.
54 Laguna Espejo.
56 Laguna de Villa Gonzalito.
58 Sistema Los Teros
58 Lagunas Francia Argentina, Los Teros y Colussi.
62 Laguna Vargas
64 Sistema Los Lirios
64 Laguna Argüello
66 Laguna Los Lirios
68 Sistema Rissione o Mujeres Argentinas
70 Laguna Navarro
72 Laguna Blanca y Laguna Negra
74 Laguna La Liguria
76 Laguna Concepción
78 Laguna Villa Hortencia
80 Laguna Rissione o Mujeres Argentinas

82 Sistema María Cristina

Lagunas del Gran Resistencia | 13

Prólogo

Cuando yo era niño, en los años 50 del siglo pasado, los chicos de las
escuelas de Resistencia (yo iba a la Benjamín Zorrilla) ejercitábamos
un deporte natural precioso: pescar en las lagunas aledañas.
La laguna Codutti estaba a sólo cuatro cuadras de mi casa, en la calle
Necochea, y casi todas las siestas yo iba, con otros chicos del barrio, a
pescar bagres, mojarritas, incluso camaroncitos de agua dulce. Otra
aventura era ir a la laguna Argüello, un poco más distante.
No soy experto en la materia, como sí lo es Eduardo Aguirre Mada-
riaga. Este libro notable lo prueba. Yo cumplo en brindarle estas pa-
labras, no sólo por nostalgia de otros tiempos sino con la esperanza
de que estas páginas ayuden a recomponer una conciencia pública
perdida.
Mempo Giardinelli, Octubre de 2007.

En aquellos años mi padre era co-propietario de una fábrica de ga-

lletitas cuyo nombre de fantasía era “Lógica”. Estaba ubicada en una
especie de loma que daba a la Avenida Ávalos, entonces de tierra,
y poco más allá de la vía del Ferrocarril Santa Fe (hoy calle Rioja).
A menos de cincuenta metros de la fábrica había una laguna que se
conocía como “la laguna de la Lógica”. Ahí transcurrió gran parte de
mi infancia. Jamás imaginé que con los años también ese lago sería
tapado, ni mucho menos que un día se levantaría allí lo que hoy es el
hipermercado Carrefour.

Por supuesto, los chicos sabíamos que no debíamos bañarnos ni na-

dar en esas lagunas, y para eso los mayores nos contaban truculentas
historias de ahogados. Pero más de un fin de semana, cuando mis
padres visitaban amigos que vivían detrás del Chaco Golf Club, pa-
seábamos en canoa por la que se conocía como “Laguna del Golf”,
donde había un pequeño amarradero y hasta un tentador trampolín
desde el que podíamos lanzarnos para nadar en aguas transparentes
y bastante seguras.

Parece mentira que sólo cincuenta años después la Ciudad de Resis-

tencia esté como está ahora: en una estúpida y desenfrenada carrera
por “ser moderna” que —más allá del negocio de unos pocos siempre
tolerados por necias autoridades municipales de todos los signos— lo
único que ha logrado es perder bellos paisajes naturales e inventarse
problemas de muy difícil solución.
Lagunas del Gran Resistencia
Las lagunas del área metropolitana
del Gran Resistencia
El término “laguna” (del latín lacüna) tiene dos acepciones. Una, la
de depósito natural de agua, por lo general dulce, de menores di-
mensiones que un lago. La otra, hace referencia a un espacio vacío o
solución de continuidad en una serie de cosas, un olvido u omisión
en una exposición o en un impreso por efecto del tiempo u otra cau-
sa. Por traslación esta idea se aplica a espacios vacíos en la memoria
o en el conocimiento.
Las lagunas del sistema lacustre del Área Metropolitana del Gran Re-
sistencia constituyen para muchos resistencianos lagunas o espacios
ignorados en el territorio conocido de la ciudad.
Sin embargo, la mayor parte de la población que reside en esta ciudad
ha visto, tiene o ha tenido relación a lo largo de su vida con alguna
laguna de este territorio: la de su barrio, la de otro barrio, la que ve al
pasar cuando realiza determinado recorrido.
Todos sabemos de la existencia de varias lagunas en este territorio
y no dudamos al ver una extensión cubierta por un manto verde de
plantas acuáticas que se trata de “alguna” de ellas (un extranjero en
cambio frente al mismo paisaje pregunta “dónde está la laguna”).
Pero desconocemos sus nombres, sus dimensiones, su historia, su
evolución en el paisaje.
Frente a grandes lluvias los informativos “nombran” las lagunas en
las que funcionaron o no los sistemas de bombeos, podemos imagi-
narlas, como podemos imaginar las casas y las calles anegadas, pero
poco sabemos acerca de la relación entre nuestra calle inundada y
alguna de aquellas.
[1] Según el historiador López Piacentini a principios
del siglo XX habían alrededor de 77 espejos de agua en
los alrededores del casco fundacional de la ciudad de
Resistencia. Historia de la provincia del Chaco. Pag. 30.
Editorial Géminis Bs. As. 1969.
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Diríase que hay dos tipos de habitantes; los que conviven con la pre-
sencia directa de las lagunas y sus efectos y los que viéndolas sólo
de lejos, ignoran la estrecha relación que existe entre su barrio, sus
calles, y alguna cuenca.
Las 30 lagunas que hoy sobreviven dentro del sector defendido del
Área Metropolitana del Gran Resistencia son muchas menos que las
que existían en este territorio antes del proceso de urbanización[1] y
la superficie de sus espejos de agua son significativamente menores a
las que seguramente presentaban en sus orígenes.
La urbanización ha modificado el paisaje hasta el punto de que en al-
gunos sectores urbanos –cuando no llueve – se ha borrado cualquier
vestigio visible de la antigua presencia de una laguna. Donde hoy se
encuentran el Colegio Nacional, la plaza 12 de octubre, las calles Sal-
ta, J.D.Perón o J.A Roca en su intersección con la Av. Hernandarias,
por ejemplo, el peatón ya no encuentra signos de la antigua presen-
cia. En otros casos, al ver dos o tres lagunas próximas, separadas
por calles e incluso manzanas edificadas, no imaginamos que antes
constituían un único espejo continuo de agua.
La ignorancia o el desconocimiento generalizado acerca de nuestras
lagunas seguramente tiene distintas explicaciones. Pero quizás la
más importante de ellas surge de la propia historia urbana de este
Área Metropolitana y en la idea o el ideal de lo que se entendió du-
rante mucho tiempo como “progreso”.
Durante décadas, la presencia de los espejos de agua iba en contra
de la noción de “progreso”, rellenar lagunas y ganar sus espacios
para la urbanización y la edificación, era sinónimo de pujanza, de
crecimiento. Una idea de progreso directamente proporcional a la
confianza que por entonces existía en la capacidad de someter la na-
turaleza del territorio a los deseos de la actividad urbana.
Lagunas del Gran Resistencia
Lo “urbano”, lo “moderno”, radicaba en todo aquello que represen-
taba el poder de transformación del hombre sobre la naturaleza. Lo-
grarlo era considerado un compromiso con la misma sociedad, por-
que existía el convencimiento de una relación casi directa entre dicho
proceso de transformación y el desarrollo de una sociedad[2].
Por entonces, los límites físicos de la urbanización eran sólo los de la
propia capacidad técnica y operativa para actuar sobre el territorio.
A medida que éstas fueron mayores, los procesos de transformación
fueron más notables y drásticos.
El primer crecimiento metropolitano en sentido NO-SE apoyado en
el eje 9 de Julio y 25 de Mayo y su posterior tendencia hacia el sur,
demuestran de algún modo que el sistema lacustre del Río Negro ac-
tuaba –a pesar de los deseos “urbanizadores”- como un fuerte límite
natural y un cierto reparo o respeto a las crecidas de este río.
Algunas lagunas fueron consideradas obstáculos temporales a la
posibilidad de extensión de la trama regular y precisa. La idea de
su transitoriedad y carencia de importancia se reflejó en su omisión
expresa en los planos de la ciudad y en el catastro.
El Código de Planeamiento Urbano Ambiental (1980) lo ratificó es-
tableciendo una distinción entre lagunas “transitorias” y de “reser-
vorio”, reconociendo sólo las segundas como espacios de agua a ser
respetados y no conquistados por la urbanización. Todas las demás
–que de hecho no se dibujaron en los planos de la normativa- eran
pasibles de ser rellenadas y edificadas.
[2] “Anoche he podido visitar de incógnito los barrios de
Resistencia; he podido comprobar personalmente con
mis propios ojos la deficiencia de la urbanización, los
charcos de agua, las zanjas inmundas, las lagunas de
aguas estancadas, existentes en ésos centros poblados, y
me da hasta vergüenza como Presidente de la República,
encontrar la capital del Chaco en ésas condiciones” (Juan
Domingo Perón. El Chaco.1953.)
La consolidación de la Av. Sabín, la prolongación de la Av. Sarmiento
hasta su empalme con la Ruta Nicolás Avellaneda, la extensión de
la Av. Italia, la ejecución del Dique Regulador del Río Negro fueron
pasos cruciales en el proceso de conquista del norte de la ciudad. La
urbanización llegó a territorios rodeados de agua, hasta entonces no
ocupados por la ciudad consolidada. El desarrollo de barrios resi-
denciales del “otro lado” del Río Negro y en la ribera sur pero en
proximidades a éste y en cotas bajas hasta entonces nunca alcanza-
das, constituyen una manifestación elocuente de esta confianza.
La rotura del Dique en 1982, supuso un primer punto de inflexión en
el modo de actuar sobre este territorio. Las drásticas consecuencias
sufridas en pocas horas, demostró la gran vulnerabilidad de aquel
proceso irreflexivo de conquista del valle natural del Río Negro, in-
cluidas sus lagunas.
La ciudad inició entonces la construcción de las defensas provisorias
del Río Negro, una obra cuya traza, más que de una planificación
meditada, resultaba de la urgencia y de los avances realizados por la
urbanización hasta entonces.
La idea de la necesidad de defender de manera definitiva la ciudad
de las crecidas de los Ríos Paraná y Negro se fue instalando en el
pensamiento colectivo como las grandes obras que la ciudad tenía
pendiente para garantizar su futuro desarrollo. Obras cuya necesi-
dad y urgencia se recordaba y reclamaba con mayor fuerza frente a
cada nueva creciente.
En momentos de extrema criticidad como en la creciente del año
1998, la ciudad tomó conciencia quizás con mayor crudeza de su
“vulnerabilidad”, los diarios locales y distintos medios masivos de
comunicación dieron a conocer planos hasta entonces nunca vistos,
elaborados por la Administración Provincial del Agua (APA), donde
por primera vez, la ciudadanía redescubría su ciudad, interpretaba
su casa y su barrio en función de “cotas” que explicaban de manera
gráfica y elocuente la relación entre ellas y la posibilidad de quedar
bajo las aguas si el río Paraná alcanzaba determinado nivel o si se
rompían las defensas (La mayoría de ellas hasta ese momento pro-
visorias).
A los efectos de las lagunas, esta parte de la historia urbana resulta
importante recordar porque, entre otras cosas, es a partir de enton-
ces cuando las lagunas que habían empezado a demandar otro tipo
de actuaciones, comienzan también a ser vistas e interpretadas de
una manera distinta. A medida que la ciudad se fue amurallando y
defendiendo de sus ríos se hizo más vulnerable a las lluvias. Se con-
virtió en una gran olla de la que resulta difícil extraer el agua cuando
las precipitaciones son intensas y los ríos están altos. Las aguas de
lluvia, que naturalmente escurren hacia las lagunas, aumentan el ni-
vel de éstas y es preciso entonces bombear el agua que ya no puede
escurrir de manera natural hacia los ríos.
No se trata -como muchas veces se intenta decir para justificar los
efectos-, de que las cifras históricas, o las recurrencias de las gran-
des precipitaciones y de las grandes crecidas hayan cambiado, lo que
cambió fue el territorio ocupado.
Las lagunas no desbordan, sino que la ciudad ha invadido sus cuen-
cas naturales.
El sistema lacustre siempre ha sido el receptor natural del escurri-
miento de las aguas de los distintos sectores de este territorio y a
través de él, los ríos. Pero los sucesivos rellenos afectaron irremedia-
[3] Promedio= 0,15 metros por kilómetro
[4] La Ley Nº 3230, Código de Aguas, determina que la
APA será el Organismo de aplicación y el responsable de
normar sobre el sistema fluvial lacustre de la Provincia. La
Resolución 1111/98 consecuencia de ese mandato, es la
que establece restricciones al uso del suelo en los valles
de inundación de los ríos Paraná y Paraguay en el AMGR.
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blemente este sistema. Cuando hoy llueve copiosamente y numerosas
calles de la ciudad se inundan, en realidad lo que ocurre es que, de
algún modo, las lagunas recrean sus cuencas con una superficie más
o menos igual a la que tenían en sus orígenes e incluso en algunos
casos con una superficie mayor debido a que se agravó el ya difícil
drenaje que presentaba esta planicie de mínimas pendientes[3].
Cuando en 1998, la APA dictó la Resolución Nº 1111/98 [4] se estable-
cieron por primera vez en el AMGR, restricciones al uso de suelo en
función de las cotas y de las líneas de ribera. Ello marcó otro gran
punto de inflexión: se reconocían límites que la urbanización debía
respetar. Los espejos de agua comenzaban a ser reconocidos como
suelo urbano de dominio público, sobre los que ya no se podría edifi-
car, aún cuando formaran parte de parcelas con derechos de propie-
dad previamente adquiridos.
De alguna manera, se producía un cambio importante en la interpre-
tación del papel de las lagunas dentro del AMGR. Empezaban a ser
interpretadas como componentes clave del sistema general de ges-
tión hídrica de la ciudad y como tales debían “preservarse”.
Contemporáneamente se produjeron otros avances conceptuales
importantes, como la comprensión de la necesidad de detener la im-
permeabilización del suelo y se pusieron a prueba aunque sólo en el
Municipio de Resistencia nuevas normativas al respecto[5].
Como una condición indispensable para enfrentar su propia vulne-
rabilidad, después de casi 130 años de su fundación, la ciudad reco-
nocía la importancia de poner un límite a la agresión sobre los que
[5] Ordenanza Nº 5403/01: ésta, limita el aumento de
volúmenes y caudales que escurren a consecuencia de
una lluvia, mediante la fijación de un valor máximo de
impermeabilización en toda nueva construcción.
Lagunas del Gran Resistencia
fueran rasgos esenciales de su territorio de implantación: el agua y
el verde.
Pero este cambio conceptual, el paso de una postura higienista a una
ambientalista, no implicó un cambio sustantivo en la praxis sobre el
territorio. Dentro de una cultura que tiene raíces muy fuertes en la
anterior forma de actuación se trata de un proceso de concienciación
difícil, hasta hora extremadamente lento y lamentablemente siempre
sujeto a otras prioridades (por ejemplo, la de construir más vivien-
das, abrir calles, extender el territorio de la ciudad).
Si bien se ha avanzado en el congelamiento de los rellenos y en el
de las ocupaciones de las líneas de ribera, ello no siempre logra ga-
rantizarse y constituye sólo un paso para evitar se siga afectando el
territorio, ya que de ningún modo apunta a revertir las situaciones
previas existentes.
La existencia de importantes vacíos y dificultades jurídicas[6]; los pro-
blemas de acceso legal al suelo por parte de un sector social cada vez
más amplio; el mismo accionar del Estado que no logra definir una
planificación coherente y eficaz sobre el territorio, ni someter su ca-
pacidad de acción urbanizadora (por ejemplo a través de su política
de vivienda) a una regulación adecuada del suelo; atentan de manera
directa y permanente en pos del logro de condiciones diferentes.
Uno de los principales obstáculos radica en que los pasos dados en
relación a la restricción a los usos del suelo, son sólo eso: “restriccio-
nes” a una misma manera equivocada de urbanizar. Aún no hemos
aprendido a “diseñar con el territorio”, a utilizar la misma lógica del
territorio (las condicionantes del sitio), en la definición de las pautas
de los proyectos de urbanización y de edificación. No hemos dado el
[6] De acuerdo al Código de Aguas de la Provincia del
Chaco las lagunas son de Dominio Público del Estado
Provincial y según el Registro de la Propiedad Inmueble
están registradas como propiedad privada a nombre de
particulares
salto que supone convertir las dificultades y singularidades de nues-
tro territorio en el valor agregado y la identidad de nuestro paisaje y
de nuestro patrimonio público He aquí una de las hipótesis centra-
les de este trabajo: no hemos aprendido a diseñar con el territorio
porque en gran medida aún lo desconocemos. Las causas como di-
jimos de este desconocimiento deben buscarse en la historia urbana
seguida, e incluso en el primer gesto fundacional en pleno valle del
Río Paraná, pero también en una dificultad añadida que nos presenta
este territorio: su dificultad visual.
Hay territorios urbanos de fácil lectura y otros que no la tienen.
Cuando una ciudad tiene elevaciones o desniveles importantes en
su extensión, existe la posibilidad de mirarla desde arriba. Esta es
una visión que permite tener una lectura más abarcativa que la que
se tiene al caminar. Este tipo de visiones muchas veces contribuye a
que los ciudadanos tengan otra noción de sus propias ciudades, del
entorno natural donde se encuentran insertas y de la relación entre
ambos.
Resistencia en cambio es plana, la naturaleza no nos brinda la posibi-
lidad de otearla, de mirarla desde arriba. Descubrimos las variaciones
del paisaje sólo aproximándonos a ellas. La presencia de una laguna
por ejemplo, sólo es advertida al llegar a su entorno inmediato, a los
ríos los descubrimos casi cuando estamos cruzando sus puentes. Si a
esta dificultad visual sumamos el hecho de que los bordes de nuestro
sistema lacustre están, casi en todos los casos ocupados, fácil es com-
prender por qué la mayor parte de nuestra población ignora la pre-
sencia en el AMGR de las 30 lagunas que subsisten. Al tener vedada
la aproximación a ellas, no se tiene la oportunidad de descubrirlas.
No tenemos la posibilidad de cotejar su verdadera dimensión en el
territorio urbanizado, ni de sorprendernos de su belleza.
Cuando tenemos la oportunidad de ver fotos aéreas como las que
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se presentan, esta ciudad calificada frecuentemente como “fea”, se estudios de calidad de sus aguas, las estadísticas existentes sobre los
vuelve “hermosa”. Nos maravillamos de sus espejos de agua, de las niveles alcanzados por los principales ríos y sus recurrencias, las es-
manchas verdes, e inmediatamente pensamos en las oportunidades tadísticas sobre las precipitaciones, etc. son sobradamente suficientes
pendientes. para darnos cuenta de las cuestiones centrales del problema. Falta
entonces una real toma de conciencia, un cambio de actitud, la inten-
La referencia inevitable a lo que se ha logrado en la laguna Argüello, cionalidad clara de transformar progresivamente cada una de estas
nos invita a pensar cómo podría ser esta ciudad si cada una de sus lagunas en un patrimonio activo dentro de la ciudad.
lagunas pudieran convertirse realmente en “espacios públicos”. En si
sus aguas no estuviesen contaminadas. En si cada una de ellas cons- Este libro pretende ser una contribución en este sentido. Las fotogra-
tituyera el centro de un parque urbano y cada parque, en el centro fías incluidas en este libro ponen al alcance de todos y nos muestran
cuidado de las urbanizaciones de su entorno (no la parte de atrás, de cerca, pero desde arriba, la singularidad de cada una de estas lagu-
no los fondos de las casas o el destino final de tantos desagües clan- nas. Tanto estas fotografías (que vienen a suplir esa visión que en ge-
destinos). neral tenemos vedada), como la difusión de las fotografías aéreas de
los años 1935, 1962 y 1998 que en cada caso nos permiten visualizar
El interés por el futuro de las lagunas del AMGR radica no sólo en la evolución de las diferentes cuencas; así como la modelización ac-
que la preservación de los espejos de agua es imprescindible para lo- tualizada de éstas; constituyen herramientas valiosas para esta toma
grar una mejor gestión hídrica de este territorio, sino también, en de conciencia, y para ir produciendo ese cambio de actitudes que este
que su recuperación ambiental y la recuperación de su carácter pú- territorio demanda no sólo para mitigar su vulnerabilidad sino tam-
blico de uso, constituyen una oportunidad para la mejora integral bién para convertirlo en un sitio de calidad urbano-ambiental.
de la ciudad.
Laura Alcalá – Eduardo Aguirre Madariaga
Si bien nos hemos referido a algunos factores que, aún cuando no lo
justifican, ayudan a entender la historia de la negación de nuestras
lagunas y nuestro desconocimiento crónico acerca de ellas, hoy ya no
existen argumentos técnicos para justificar que lo sigamos haciendo,
al menos a nivel de los profesionales de la Arquitectura, la Ingeniería,
la Agrimensura o el Urbanismo, y mucho menos a nivel de los Orga-
nismos del Estado con competencia directa en la transformación de
este territorio.
Las posibilidades que nos brinda el Google Earth, la posibilidad de
interpretación integral de las imágenes satelitales, los trabajos de ni-
velación, los estudios hidrológicos que ya se han hecho y que permi-
tieron reconstruir las cuencas de la mayor parte de las lagunas, los
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Ubicación de las lagunas en el AMGR

1. Fortini 6. Toba 11. Toba 16. Los Teros 21. Negra 26. Hortensia

2. Oro 7. Villa Ghio 12. Odorico 17. Vargas 22. Blanca 27. Rossi de Fazio

3. San Javier 8. Villa Chica Sur 13. Villa Gonzalito 18. Arguello 23. Liguria 28. Lomita

Imagen Landsat 04/05/98 4. Tartagal 9. Villa Chica Norte 14. Colussi 19. Los Lirios 24. Rissione 29. Maria Cristina

Pico de la creciente del río Paraná 5. Seitor 10. Espejo 15. Francia Argentina 20. Navarro 25. Concepción 30. La Toma
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Origen de las lagunas

Los ríos de llanura escurren lentamente debido a la reducida pen-

diente; al tener escaso poder erosivo rodean lo que no pueden arras-
trar formando curvas con forma de “S” que se denominan meandros.
En su recorrido los ríos van depositando sedimentos que arrastran
en la zona convexa del meandro, mientras que en la cóncava erosio-
na lentamente, cuando las dos curvas cóncavas se unen, el río corta
camino dejando a un costado una laguna en forma de herradura.
Este proceso es el que ha dado origen a las lagunas del AMGR. En
la fotografía aérea del año 1962 se observan meandros y lagunas en
formación del río Negro en la zona de la Av. Sabín. La imagen en la
página opuesta corresponde a meandros y lagunas en formación del
río Salado y es una elocuente muestra del proceso descrito.

Mendros del Río Negro y

lagunas en formación.1962

Mendros del Río Salado y laguna en formación.

Lagunas del Gran Resistencia
Las cuencas
Aún cuando las pendientes de este territorio son mínimas, la planicie
del AMGR no es homogénea, presenta variaciones del relieve que de-
terminan la presencia de diferentes cuencas hacia el interior de la mis-
ma. Cada cuenca constituye el área de aporte de alguna de las lagunas.
Cuando se producen precipitaciones, las aguas de lluvia escurren por
gravedad en cada cuenca hacia el cuerpo receptor, la laguna.
En sus orígenes las cuencas mantenían una relación más directa en-
tre sí y con el Río Negro, receptor natural de los excedentes de éstas.
Sin embargo, la divisoria de cuencas que naturalmente establecía la
topografía fue modificándose con el tiempo debido a la construcción
de los terraplenes de defensa, a las pendientes del cordón cuneta de
las calles pavimentadas y la orientación del desagüe de zanjas y cu-
neteos en las calles de tierra.
La modificación y obstrucción del sistema natural de drenaje, así
como la reducción de las superficies de agua de cada cuenca, dis-
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minuyó ostensiblemente la capacidad de almacenamiento de las la-
gunas, las que en el presente cuando aumenta su volumen de agua
por lluvias suponen el anegamiento de extensas áreas urbanas. Estos
excedentes de agua sólo pueden ser extraídos mediante sistemas de
bombeos que impulsan las aguas hacia el Río Negro.
Las lagunas operan hoy como un elemento imprescindible para el
funcionamiento del sistema de desagües pluviales de la zona norte
del Gran Resistencia, ya que al producirse la desvinculación con el
cauce principal del río Negro al materializarse el sistema de defensas,
cada laguna debe actuar como cuerpo reservorio temporario de los
excesos generados por las lluvias , regulando los ingresos producidos
por los conductos y demás dispositivos del sistema pluvial y garanti-
zar una evacuación ordenada hacia el curso principal del río a través
de alcantarillas, estaciones de bombeo, canales, etc. dependiendo de
ello la reducción de las áreas urbanizadas afectadas.
Distribución e identificación de las cuencas en el AMGR Cuenca Sistema Fortini Cuenca Sistema Avalos Cuenca Laguna Vargas
Cuenca Laguna Oro Cuenca Los Inmigrantes Cuenca Sistema Los Lirios
Cuenca Laguna Tartagal Cuenca Laguna Villa Gonzalito Cuenca Sistema Rissione
Cuenca Laguna Espejo Cuenca Sistema Los Teros Cuenca Sistema María Cristina
Cuenca Laguna La Toma
Lagunas del Gran Resistencia | 27

La reducción de los espejos de agua

Laguna Arguello

A lo largo del tiempo la urbanización avanzó sistemáticamente sobre La laguna Codutti se situaba en el sector comprendido actualmen-
las lagunas. La superficie de los espejos de agua, se redujo significati- te entre las calles Santiago del Estero, Juan D. Perón y las Avenidas
vamente como consecuencia de rellenos que permitieron la apertura Hernandarias y Belgrano. Hoy el damero y la ocupación total de las
de calles y avenidas así como la extensión de lotes particulares sobre manzanas han borrado cualquier vestigio de la misma.
la morfología lagunar, mientras que en otros casos los rellenos supu-
sieron su desaparición total.

En esta página puede observarse el proceso de avance de la urbani-

zación sobre las Lagunas Argüello y Francia Argentina. En la página
opuesta en cambio, puede observarse uno de los ejemplos de relleno
total, como el de la Laguna Codutti.

Superficie aproximada

30,6 has. Año 1935

15,2 has. Año 1962

8,1 has. Año 1998

9,2 Año 2005

Laguna Francia Argentina

19,9 has. Año 1935

13,5 has. Año 1962

11,3 has. Año 1974

5,8 has. Año 1998

Año 1935 Año 1962 Año 1998

Lagunas del Gran Resistencia
Las cuencas recreadas
Los rellenos efectuados sobre los espejos de agua impactaron nega-
tivamente en el sistema natural de drenaje del territorio. El agua de
las copiosas e intensas lluvias subtropicales que se producen periódi-
camente en este territorio, originalmente en cada cuenca escurría de
modo natural hacia las lagunas y desde ellas, a través de conexiones
naturales, fluía hasta el Río Negro.
Con los rellenos no sólo se cometió el error de reducir la capacidad de
almacenamiento de las lagunas sino que fue equivocado el procedi-
miento empleado. Los rellenos se limitaron a suprimir los espejos de
agua, olvidándose que éstos son sólo los receptores finales de un área
de aporte mayor, la cuenca de cada laguna o sistema de lagunas. De
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este modo, cuando en la actualidad se producen lluvias, el agua de
cada cuenca escurre hacia donde antes se encontraba su laguna, ane-
gando grandes zonas ahora urbanizadas. De algún modo las lagunas
“desaparecidas” son “recreadas” en calles totalmente inundadas y las
que fueron significativamente reducidas recuperan la superficie de
los espejos de agua original.
En el gráfico que se acompaña, aparece representada la topografía
actual del sector ocupado antiguamente por la laguna Codutti (pág.
Anterior), en el se visualiza que a pesar de haber sido totalmente re-
llenada la laguna aún subsiste, y los resultados de estos equívocos
pueden verificarse en las imágenes de la página siguiente.
A- Av. 25 de Mayo al 600 B- Av. Hernandarias 50
C- Av. Hernandarias y Salta D- Av. Belgrano y Salta
Lagunas del Gran Resistencia | 31

Las lagunas en relación al sistema

integrado de defensas

La construcción de los terraplenes de defensas del Río Negro y del

Río Paraná que protegen al área urbanizada de las crecidas de dichos
ríos modificaron drásticamente el sistema natural de drenaje de este
territorio al impedir el desagüe natural de las lagunas hacia el Río
Negro y desde éste hacia el Paraná.

Las defensas convirtieron a la ciudad en un recinto del que sólo es

posible extraer los excedentes de agua mediante sistemas de bombeo
y alcantarillas con compuertas.

En la actualidad existen ocho estaciones de bombeos fijas, emplaza-

das en las lagunas: Oro, Avalos, Los Teros, Los Lirios, Mujeres Ar-
gentinas, Maria Cristina y la Toma. Y tres estaciones de bombeos
móviles en las lagunas: Vargas, Rossi de Fazio y Colussi

Defensas Permanentes río Paraná

Defensas Provisorias río Negro

Defensas en construcción

XII Estaciones de Bombeo Fijas APA

Estaciones de Bombeo Móviles de APA

y Municipalidad

Sistema de bombeo y compuerta: dentro del recinto defendido Zona de descarga en meandro del río Negro
Lagunas del Gran Resistencia | 33

Estado ambiental de las lagunas

En general las lagunas del Área Metropolitana del Gran Resistencia
se encuentran altamente contaminadas. El origen de esta contami-
nación es múltiple: el vertido clandestino de efluentes cloacales, el
desagüe del sistema pluvial urbano que arrastra todo tipo de basura
de las calles de la ciudad, y la práctica incívica de arrojar basura de
manera directa a las lagunas.
El origen de las fuentes contaminantes excede ampliamente los lími-
tes de los entornos inmediatos de cada laguna. Si bien es frecuente
que desde los asentamientos que bordean las lagunas se realice el ver-
tido directo de aguas servidas, también este tipo de vertidos proviene
de áreas urbanas más alejas debido a la existencia de fallas e irregula-
ridades en los sistemas infraestructurales de la ciudad, donde existe
un número importante de conexiones clandestinas que suponen la
vinculación de los sistemas cloacales domiciliarios al sistema de de-
sagüe pluvial urbano.
Por su parte, el problema crónico de limpieza que caracteriza a las
calles de la ciudad, así como los kilómetros de desagüe pluvial preca-
rios a cielo abierto que aún existen, hacen que los días de lluvias, se
produzca el arrastre de todo tipo de residuos hacia las alcantarillas y
desde ellas hacia las lagunas.
Un estudio muestral realizado en el año 2003 en algunas de las la-
gunas del AMGR, pone en evidencia la gravedad de los niveles de
contaminación, los que superan ampliamente los límites admitidos
por la OMS para el desarrollo de la actividad humana

Estado de una laguna luego de alguna de las lluvias Muchas de las lagunas se encuentran en este estado,
periódicas cubiertas de basura

UBICACIÓN FECHA COLIFORMES COLIFORMES PSEUDOMONA CALIDAD OBSERVACIONES

MUESTRA TOTALES FECALES AERUGINOSA
100ml 100ml

1. LAGUNA 07-03-03 540000 540000 Presencia Mala

PROSPERIDAD

2. LAGUNA 07-03-03 540000 540000 Presencia Mala

ARGÜELLO

3. LAGUNA 07-03-03 540000 11000 Presencia Mala

COLUSSI

4. LAGUNA 26-03-03 540000 54000 Presencia Mala

ÁVALOS

5. LAGUNA 26-03-03 540000 540000 Presencia Mala

ODORICO

COLIFORMES TOTALES: NMP en 100ml 500 El arrojo de basuras, el relleno informal de las riberas, los vertidos contaminantes, son
COLIFORMES TERMOTOLERANTES: NMP en 100ml determinantes para la proliferación de plantas acuáticas y la mortandad de peces por
Fuente:APA falta de oxígeno
Lagunas del Gran Resistencia
La recuperación de una laguna
como espacio público
En los últimos años se ha producido la recuperación de la Laguna Ar-
güello como parte de un parque urbano. Esta intervención ha contri-
buido a poner en valor el capital patrimonial –aún inexplotado- del
sistema lacustre del AMGR.
Esta propuesta de recuperación es impulsada por el área AMGR de
la Administración Provincial del Agua en el año 2002 con el objetivo
de instalar en la conciencia colectiva la idea de otro uso y apropiación
posibles de las lagunas. Se convoca a los vecinos de ése sector que
años atrás habían impedido que el edificio de la Legislatura se cons-
truyera en un sector rellenado de la laguna, a la Universidad, Facul-
tad de Arquitectura, para que realizara el proyecto de recuperación
paisajística y a la Municipalidad de Resistencia.
Calle Olazábal y Av. Vélez Sarfield-Año 2002 - 2004-
Las obras consistieron en destapar una parte de la laguna que se había
rellenado en los años 1990, limpieza y recuperación de la capacidad
de reservorio del tramo comprendido entre la calle Olazábal y Av.
Paraguay y como tercer etapa la intervención del sector comprendido
entre Avenidas Paraguay y Laprida. Las dos primeras etapas fueron
finalizadas en el año 2003 y durante los años 2005-2006 se completo
la tercer etapa.
Hoy constituye uno de los parques de mayor afluencia por parte de
la ciudadanía.
El principal obstáculo para la conversión de las distintas lagunas
en espacios de uso público radica en la existencia una legislación
Enero del año 2003 Octubre del año 2003
| 35
contradictoria, el Código de Aguas de la Provincia establece que las
lagunas son de dominio público pero de acuerdo al Registro de Pro-
piedad de la Pcia. las mismas son de propiedad privada a nombre de
particulares.
Ello no debiera ser un impedimento para conseguir progresivamente
la conversión de todas ellas en espacios públicos. Haciendo primar
el interés colectivo, el rol fundamental que ellas tienen en la gestión
hídrica urbana y considerando que la relación entre superficie verde
y el número de habitantes en el área metropolitana dista de lo reco-
mendado por la Organización Mundial de la Salud, es imprescindi-
ble desarrollar los instrumentos técnicos y legales necesarios para
hacer de su recuperación una política urbana prioritaria.
Año 2006
Lagunas del Gran Resistencia | 37
Lagunas del Gran Resistencia,
imágenes de un paisaje
ignorado
Lagunas del Gran Resistencia | 41

Sistema Laguna Fortini

Lagunas Fortini y Oro

Ubicación: Fontana.
Laguna Fortini, Chacra Nº 43, sector comprendido entre calles: Sal-
ta, Av. Alvear, Sarmiento y Av. Gral. Quemes.

Laguna Oro, Chacras Nº 43 y 44, sector comprendido entre calles:

Salta, Av. 25 de Mayo, San Juan y Río Negro.

La Laguna Fortini posee una cuenca de aporte de 74,22 hectáreas y

la Laguna Oro una cuenca de 47 hectáreas, el sistema totaliza 121,22
hectáreas.

La descarga del sistema se produce a través de una estación de bom-

beo y compuertas.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Primer plano Laguna Fortini, atrás a la derecha Laguna Oro
Lagunas del Gran Resistencia | 43

Laguna San Javier

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 120, sector comprendido entre ca-

lles Pasaje Santa Fe, Santiago del Estero, ex vías del ferrocarril Santa
Fe y Lago Nahuel Huapi.

La laguna San Javier posee una cuenca de aporte de 62.84 hectáreas

y descarga hacia el Río Negro por medio de una alcantarilla de caño
de hormigón de sección circular.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 En primer plano Laguna San Javier, atrás meandros del
Río Negro y Río Negro, a la derecha vías del ex ferrocarril
Santa Fe.
Lagunas del Gran Resistencia | 45

Laguna Tartagal

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 120, sector comprendido entre ca-

lles Villa Carlos Paz, Ruta Nac. Nº 11, Av. 25 de Mayo y calle Santiago
del Estero.

La laguna Tartagal posee una cuenca de aporte de 56.81 hectáreas.

Actualmente no posee ningún tipo de descarga esta situación puede
controlarse a partir del alcantarillado transversal previsto en el pro-
yecto ejecutivo de la Autovía Ruta Nacional Nº 11.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Tartagal, al fondo Ruta Nacional Nº 11 y el Río
Negro
Lagunas del Gran Resistencia | 47

Sistema Laguna Ávalos

Este sistema de está compuesto por una serie de lagunas cuyos exce-
dentes derivan a la Laguna Avalos, con destino final al Río Negro. An-
tiguamente todas éstas estaban conectadas en forma natural y todo el
sistema fluía libremente, como se observa en la imagen del año 1962.
En la actualidad el avance de la urbanización produjo disminución de
sus superficies e interrumpió esa conexión natural que existía.
Las lagunas que integraban este sistema son: Tartagal, Seitor, Toba,
Villa Ghio, Villa Chica, Villa Odorico, Espejo y Avalos.

Año 1962 Año 2005

Lagunas del Gran Resistencia | 49

Laguna Seitor

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 121, en el sector comprendido

entre Ruta Nacional Nº 11, calle Agustín Fotheringan, Avenida 25
de Mayo y Avenida Moreno (vías del Ferrocarril Gral. Manuel Bel-
grano).

La laguna Seitor es una subcuenca que está asociada al Sistema Hí-

drico Urbano “Avalos”, como sistema principal, cuenta con una su-
perficie de aporte de 97.29 hectáreas.
La laguna Seitor recibe los excesos de su propia cuenca de aporte para
luego producir la descarga hacia la laguna Toba por medio de una
alcantarilla de hormigón armado, que cruza la Avda. 25 de Mayo a la
altura de la calle Brignole.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Seitor, a la derecha Av. 25 de Mayo en la zona del
Triángulo (intersección con Ruta Nacional Nº 11)
Lagunas del Gran Resistencia | 51

Lagunas Toba, Ghio, Villa Chica Norte y Villa Chica Sur

Las tres lagunas se encuentran en Resistencia y pertenecen al Sistema Las Lagunas de Villa Chica (Norte y Sur) se ubican en la Chacra 118,
Hídrico Urbano “Ávalos” . en el sector comprendido entre calles: Avenida Lavalle, Benjamín
Zorrilla, José Ameri y Pasaje Cruz Roja Ex vías del Ferrocarril Santa
La laguna Toba se localiza en las Chacras Nº 121 y Nº 118, en el sec- Fe). Cuentan con una superficie de aporte de 68.31 has y descargan
tor comprendido entre calles: Dr. Iñiguez Crisanto, Ramón de las en la laguna Ávalos a través de cuentas sin regulación
Mercedes Tissera, Pasaje Cruz Roja (ex vías del Ferrocarril Santa Fe)
y Avenida 25 de Mayo.
Posee una cuenca de aporte de27,45 has. Descarga hacia la laguna de
Villa Ghio por medio de un canal y alcantarilla.
La Laguna de Villa Ghio se encuentra en la
Chacra Nº 118, entre calles: Avenida Lavalle, calle Andriani, calle
Raúl B. Díaz y Pasaje Cruz Roja. (Ex vías del Ferrocarril Santa Fe).
Cuenta con una superficie de aporte de 57.86 has y descarga directa-
mente hacia la laguna Avalos por medio de cunetas sin regulación y
conductos.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 1-Laguna Toba,

2-Laguna Villa Ghio, 3-Laguna Villa Chica Sur. A la iz-
quierda Av. 25 de Mayo y su prolongación hacia Fontana.
Al medio Ex-vía del Ferrocarril Santa Fe (Zona Barrio
Toba). Atrás, a la derecha, meandros del Río Negro
Lagunas del Gran Resistencia | 53

Laguna Villa Chica: Norte y Sur. Abajo intersección Av.

Mac Lean con Av. 25 de Mayo, atrás laguna Espejo y
laguna Avalos y al fondo el Río Negro.

Laguna Villa Ghio. A la de-

recha Av. Lavalle, al fondo
Río Negro

Laguna Villa Ghio. A la derecha Av. Lavalle, al fondo Río Negro.

Lagunas del Gran Resistencia | 55

Laguna Odorico

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 119, en el sector comprendido en-

tre calles: Pasaje Catamarca, Pasaje la Rioja, Concepción del Bermejo
y San Buenaventura del Monte Alto.

La laguna Odorico es una subcuenca que está asociada al Sistema

Hídrico Urbano Ávalos, como sistema principal, y cuentan con una
superficie de aporte de 11.33 has. Descarga directamente hacia la la-
guna Avalos por medio de cunetas y conducto.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Odorico. Abajo y a la izquierda intersección Av.
Avalos y Av. Lavalle.
Lagunas del Gran Resistencia | 57

Laguna Ávalos

Ubicación: Resistencia, Chacras Nº 114 y 115, sector comprendido

entre calles Concepción del Bermejo, Andriani, San Juan y Terraplén
de Defensas del Río Negro.

La laguna Avalos se encuentra dentro del Sistema Hídrico Principal

“Avalos” el cual cuenta con una superficie total de aporte de 625.84
has. La descarga al río Negro se produce a través de dos alcantarillas
con compuertas y estaciones de bombeo.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Avalos, terraplén de defensas y Río Negro
Lagunas del Gran Resistencia | 59

Laguna Espejo

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 114, sector comprendido entre ca-

lles: Av. Juan M. de Rosas, Andriani, San Juan y prolongación de Av.
Guerrero.

Esta laguna recibe sólo los aportes de su propia cuenca, cuya super-
ficie es de 48,30 has. No posee canales de descarga ni estaciones de
bombeo. No tiene conexión con el Río Negro.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Espejo, Primer plano Río Negro, al fondo Laguna
de Villa Ghio
Lagunas del Gran Resistencia | 61

Laguna de Villa Gonzalito

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 116, sector comprendido entre ca-

lles: Av. Guerrero, Ecuador, Pasaje Liniers y Mitre.

Posee una cuenca con una superficie de aporte de 52.50 has. Su des-
carga al Río Negro se efectiviza a través de una compuerta y estación
de bombeo. Antiguamente esta laguna se conectaba en forma natural
con el Río Negro.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Primer plano Laguna de Villa Gonzalito, al fondo el Río
Negro, puente Ejército Argentino y puente del Regatas
Lagunas del Gran Resistencia
Sistema Los Teros
Lagunas Francia Argentina, Los Teros y Colussi
Laguna Francia-Ubicación: Resistencia, Chacras Nº 191 y Nº 187,
sector comprendido entre calles Av. Sarmiento, Av. Italia León Zo-
rrilla y Celmira Cabral. Posee una cuenca de aporte de 94.00 has y
está comunicada con la laguna Los Teros por medio de un conducto
subterráneo.
Laguna Los Teros-Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 187, sector
comprendido entre calles: Av. Combate Vuelta de Obligado, Bélgica,
Av. Italia y Av. Vélez Sarfield. Esta laguna posee una cuenca que está
asociada al Sistema Hídrico Principal con el mismo nombre y cuenta
con una superficie de aporte propio de 40.50 has; en total en ésta la-
guna drenan 134.50 has. La descarga al Río Negro se realiza a través
de compuertas y estación de bombeo.
Año 1935 Año 1962
| 63
Laguna Colussi- Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 187, sector com-
prendido entre calles: Av. Combate Vuelta de Obligado, Celmira Ca-
bal, Av. Sarmiento y prolongación calle Pellegrini.
Esta laguna formaba parte de un antiguo meandro del río Negro,
seccionado por la ejecución de la avenida Sarmiento y carece de vin-
culación superficial con la planicie de inundación. Carece de esta-
ción de bombeo, por lo cual los excedentes que descarga su cuenca
de aporte deben ser asimilados por el propio cuerpo lagunar. Cuenta
con una superficie de aporte de 30.60 has.
Año 1998 Primer plano Laguna Francia Argentina, abajo Av. Italia,
arriba a la derecha Laguna Colussi y al fondo el Río Negro
en la zona de la Av. Sarmiento
Lagunas del Gran Resistencia | 65

Laguna Los Teros, abajo terraplén de defensas, arriba Primer plano laguna Colussi, al fondo el Río Negro
izquierda barrio Los Troncos
Lagunas del Gran Resistencia | 67

Laguna Vargas

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 192, sector comprendido entre ca-

lles Av. Vélez Sarfield, Av. Borrini, Av. Rissioni y calle León Zorrilla.

Esta laguna cuenta con una superficie de aporte de 45.40 has. La des-
carga de ésta laguna se realiza por una alcantarilla a un sistema de
meandros del Río Negro.

Año 1935 Año 1998 Año 2003 Laguna Vargas, abajo Av. Vélez Sarfield, al fondo Laguna
los Lirios.
Lagunas del Gran Resistencia | 69

Sistema Los Lirios

Laguna Argüello

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 195, sector comprendido entre

calles: Av. Laprida, Almirante Brown, Av. Vélez Sarfield y Nicolás
Patrón.

La Laguna Arguello posee una cuenca de aporte de 160.51 has y se

encuentra dentro del Sistema Hídrico Principal “Los Lirios”. Esta la-
guna descarga a través de un canal a cielo abierto a la Laguna Los
Lirios.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Arguello, a la izquierda Av. Vélez Sarfield, a la de-
recha abajo Hospital Perrando y arriba laguna Los Lirios.

Al fondo meandro del Río Negro.

Lagunas del Gran Resistencia | 71

Laguna Los Lirios

Ubicación: Resistencia, Chacras Nº 195 y 196, l sector comprendido

entre calles: Av. Laprida, Don Bosco, Carmen viuda de Ross y Nicolás
Rojas Acosta.

Es la laguna más grande del A.M.G.R., posée una cuenca de aporte de

411.64 has. y se encuentra dentro del Sistema Hídrico Principal “Los
Lirios” el cual cuenta con una superficie de 659.74 has.
Esta laguna descarga sus excedentes al Río Negro a través de com-
puertas y una estacion de bombeo.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Los Lirios, a la izquierda Golf Club, a la derecha
terraplén de defensas.
Lagunas del Gran Resistencia | 73

Sistema Rissione o Mujeres Argentinas

En la actualidad el Sistema Rissione está integrado por las lagunas:
Navarro, Negra, Blanca, La Liguria, Concepción, Hortensia y Rissio-
ne o Mujeres Argentinas, a través de esta última se bombea el agua
al Río Negro.
Antiguamente como se puede apreciar en la imagen del año 1935 to-
das estas se interconectaban en forma natural e inclusive formaban
parte de este sistema las lagunas Arguello y Los Lirios.

Año 1962 Año 2005

Lagunas del Gran Resistencia | 75

Laguna Navarro

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 200, sector comprendido entre ca-

lles: Juan. B. Justo, Obligado, Bolívar y Cocomarola.

La laguna Navarro posée una subcuenca que está asociada al Sistema

Hídrico Principal Los Lirios y cuenta con una superficie de aporte
de 87.59 has. Se comunica con la laguna Los Lirios por medio de un
conducto subterráneo.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Navarro, en primer plano estadio de Chaco For
Ever, a la izquierda Av. 9 de Julio.
Lagunas del Gran Resistencia | 77

Laguna Concepción

Ubicación: Barranqueras, Chacras Nº 270 y 274, sector comprendido

entre calles: Alice Lesaige, Saavedra, Chile y Terraplén de defensas
del Río Negro (Ex vías del Ferrocarril Santa Fe).

La laguna Villa Concepción es una subcuenca que está asociada al

sistema hídrico urbano Mujeres Argentinas, como sistema principal,
cuenta con una superficie de aporte de 103.32 has. Descarga en la
laguna Mujeres Argentina a través de una alcantarilla circular.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Primer plano Laguna Concepción, a la derecha Laguna
La Liguria
Lagunas del Gran Resistencia | 79

Laguna Villa Hortencia

Ubicación: Barranqueras, Chacra Nº 270, sector comprendido entre

calles Agrim. Seelstrang, Bolivia, Av. Lonardi (Vías del ex Ferroca-
rril Santa Fe) y Av. Rissioni.

La laguna Villa Hortencia es una subcuenca que está asociada al sis-

tema hídrico urbano Mujeres Argentinas, como sistema principal,
cuenta con una superficie de aporte de 37.70 has. Esta laguna descar-
ga sus excedentes en la laguna Concepción a través de una alcantari-
lla ubicada en las ex vías del Ferrocarril Santa Fe.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Hortensia, al fondo Laguna Concepción (centro),
y Laguna La Liguria (derecha).
Lagunas del Gran Resistencia | 81

Laguna Rissione o Mujeres Argentinas

Ubicación: Resistencia, Chacra Nº 269, sector comprendido entre ca-

lles: Av. Rissione, Av. Lonardi, Av. Farías y Agrim. Seelstrang.

La laguna Mujeres Argentinas posee una cuenca de aporte propia de

148.83 has y se encuentra dentro del Sistema Hídrico Principal “Mu-
jeres Argentinas”, el cual cuenta con una superficie total de aporte de
509.36 has. La descarga al Río Negro se realiza a través de compuer-
tas y estaciones de bombeo.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Mujeres Argentinas, al fondo: a la izquierda la
Laguna Concepción, al centro Laguna La Liguria. A la
derecha Laguna Blanca
Lagunas del Gran Resistencia | 83

Sistema María Cristina

Laguna Rossi de Fazio

Ubicación: Barranqueras, Chacra Nº 271, sector comprendido entre

calles León Zorrilla, Sargento Cabral, González y Mamerto Esquiú.

La laguna Rossi de Fazio posée una subcuenca que está asociada al

Sistema Hídrico Principal María Cristina y cuenta con una superficie
de aporte de 162.67 has. En esta laguna existe una estación de bom-
beo que descarga a una cuneta, por la que el agua es derivada hasta el
conducto de la Av. Gaboto y desde allí hasta la laguna María Cristina
para finalizar en el Riacho Barranqueras.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Rossi de Fazio, a la izquierda Plaza de Barran-
queras
Lagunas del Gran Resistencia | 85

Laguna La Lomita

Ubicación: Barranqueras, Chacras Nº 267 y 271, sector comprendido

entre calles San Juan, Asunción, Av. San Martín y Fray Mocho.

La laguna La Lomita posee una subcuenca que está asociada al Sis-

tema Hídrico Principal María Cristina y cuenta con una superficie
de aporte propia de 62.90 has. A través de cuneteo se conecta con la
laguna María Cristina.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Al centro Laguna La Lomita, al frente terraplén de defen-
sas del Río Paraná, al fondo meandros del Río Negro
Lagunas del Gran Resistencia | 87

Laguna María Cristina

Ubicación: Barranqueras, Chacra Nº 267, sector comprendido entre

calles: Av. Río Negro, calle Pasteur, Av. San Martín y Terraplén de
defensas del río Paraná.

La laguna María Cristina posée una subcuenca que está asociada al

Sistema Hídrico Principal María Cristina y cuenta con una superficie
de aporte propia de 89.24 has. Totalizando 251.91 has. de aporte. Des-
carga al Riacho Barranqueras a través de una estación de bombeo.

Año 1935 Año 1962 Año 1998 Laguna Maria Cristina, frente al Riacho Barranqueras y
terraplén de defensas del Río Paraná, al fondo meandros
del Río Negro.
Lagunas del Gran Resistencia | 89

Laguna La Toma

Ubicación: Barranqueras, Chacra Nº 263, sector comprendido entre

calles: Av. Maipú, Av. Las Piedras, Av. San Martín y Terraplén de
defensas del río Paraná.

Esta laguna cuenta con una superficie de aporte de 68.99 has. Recibe
las aguas que llegan de su propia cuenca y descarga a través de una
estación de bombeo hacia una laguna que se encuentra en el valle de
inundación del Río Negro.

Año 1962 Año 1998 Laguna La Toma, al frente Riacho Barranqueras y terra-
plén de defensas del Río Paraná, al fondo meandros del
Río Negro
El paisaje lacustre,
vistas generales
Lagunas del Gran Resistencia | 93

RESISTENCIA. 1-Laguna Fortini. 2- Laguna Oro. 3- Lagu-

na San Javier. 4- Laguna Tartagal. 5- Laguna Toba.6-
Laguna Seitor. 7- Laguna Villa Ghio. 8- Laguna Villa Chica
Sur. A la izquierda zona del Triángulo, a la derecha ex vías
del Ferrocarril Santa Fe (Barrio Toba) y al fondo la ciudad
de Fontana.

Laguna La Toma, al fondo Río Negro.

Lagunas del Gran Resistencia | 95

RESISTENCIA. 1-Laguna Arguello. 2- Laguna Los Lirios. RESISTENCIA. 1- Laguna Los Lirios. 2- Laguna Arguello.
Al centro Av. Vélez Sarfield – Las Heras intersección Av. 9 3- Laguna Vargas. 4- Laguna Francia Argentina. 5- Lagu-
de Julio. Al fondo el Río Paraná. na Colussi- 6 Río Negro en Avenida Sarmiento.
Lagunas del Gran Resistencia
En primer plano Municipio de Barranqueras, al fondo
la ciudad de Resistencia. 1- Laguna Rossi de Fazio.
2-Laguna Conecepción. 3-Laguna Mujeres Argentinas.
4-Laguna La Liguria.
5-Laguna Blanca. 6- Laguna Negra. 7-Laguna Los Lirios.
| 97
1- Laguna Tartagal. 2- Laguna Toba. 3- Laguna Seitor. 4-
Laguna de Villa Ghio
Al centro ruta Nacional Nº 11, hacia el sur
Lagunas del Gran Resistencia | 99

1- Laguna Villa Chica Sur, 2- Laguna Villa Chica Norte, 1- Laguna Francia Argentina, 2- Laguna Gonzalito
3- Laguna Seitor, 4- Laguna Tartagal, 5- Laguna San Javier, 3- Río Negro, al fondo Barrio Miranda Gallino
6- Laguna Fortini.
Lagunas del Gran Resistencia

En el Área Metropolitana del Gran Resistencia subsisten 30 lagunas del sistema lacustre
del Río Negro. Estas lagunas constituyen un invalorable patrimonio natural ignorado
sistemáticamente por el proceso de urbanización de la ciudad. Las lagunas agonizan
detrás de bordes ocupados, al acecho de calles y rellenos que avanzan sobre ellas,
recibiendo vertidos contaminantes.

Con el fin de contribuir a una toma de conciencia colectiva y de producir un cambio de

actitudes frente al territorio, el libro aporta imágenes desde el aire que ponen en evidencia
por un lado, el modo en que el proceso de crecimiento actuó negativamente sobre este
patrimonio natural y por el otro, el enorme capital paisajístico aún inexplotado.

Incluye fotografías aéreas de los años 1935, 1962 y 1998 que permiten reconstruir la
evolución de cada uno de los espejos de agua y el modo en que se impactó sobre ellos.
Y fotografías a vuelo de pájaro (tomadas por el autor a lo largo de los últimos 10 años)
que ponen al alcance de todos, una visión distinta de una ciudad que, calificada frecuen-
temente como “fea”, pudiera ser “hermosa” si pusiera en valor sus espejos de agua y sus
ambientes verdes.

Expuesto en un lenguaje llano, el libro persigue un fin didáctico, con el objeto de llegar al
público en general, no exclusivamente técnico, partiendo del convencimiento que el
respeto al ambiente y al territorio sólo puede lograrse si existe la posibilidad de conocerlo.

Eduardo Aguirre Madariaga es Agrimensor y Magíster en Gestión

del Ambiente, el Paisaje y el Patrimonio (FAU- UNNE). Entre los
años 2000 y 2006 fue responsable del Área Metropolitana de la
Administración Provincial del Agua del Chaco. En el año 2007,
Consultor técnico del sistema fluvial lacustre del Municipio de
Resistencia. Actualmente se desempeña como Director de Gestión
de Riesgo del Gobierno de la Ciudad de Santa Fe.

Laura Alcalá es Arquitecta, Especialista en Urbanismo y Ordena-

miento del Territorio y Doctora por la Universidad Politécnica de
Catalunya. Desde 1993 es Docente e Investigadora de la Facultad
de Arquitectura y Urbanismo de la UNNE.