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El documento discute cómo la relación terapéutica entre el paciente y el terapeuta es fundamental para los resultados de la terapia. Señala que la investigación muestra que factores como la empatía, la alianza terapéutica y la calidad de la respuesta del terapeuta influyen significativamente en los resultados, independientemente del tipo de terapia. También argumenta que los seres humanos están orientados hacia las relaciones desde el nacimiento y que la relación terapéutica permite explorar y sanar aspectos integrales del ser a través de la
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Trabajando en Profundidad Relacional en Couseling y Psicoterápia
El documento discute cómo la relación terapéutica entre el paciente y el terapeuta es fundamental para los resultados de la terapia. Señala que la investigación muestra que factores como la empatía, la alianza terapéutica y la calidad de la respuesta del terapeuta influyen significativamente en los resultados, independientemente del tipo de terapia. También argumenta que los seres humanos están orientados hacia las relaciones desde el nacimiento y que la relación terapéutica permite explorar y sanar aspectos integrales del ser a través de la
El documento discute cómo la relación terapéutica entre el paciente y el terapeuta es fundamental para los resultados de la terapia. Señala que la investigación muestra que factores como la empatía, la alianza terapéutica y la calidad de la respuesta del terapeuta influyen significativamente en los resultados, independientemente del tipo de terapia. También argumenta que los seres humanos están orientados hacia las relaciones desde el nacimiento y que la relación terapéutica permite explorar y sanar aspectos integrales del ser a través de la
Aprendemos a definirnos a través de las relaciones y a
lo largo de la vida nuestro auto concepto recibe una especial influencia de nuestros vínculos.
El trabajo terapéutico a través de la relación es un
desafío para ambas partes pero es la manera lógica de trabajar; si el daño se produjo a través de la relación, ¿No puede lograrse la sanación también a través de ella? En 2002, la Asociación Norteamericana de Psicología, APA, creó un grupo de trabajo para revisar toda la información disponible sobre el vínculo entre la relación terapéutica y los resultados de la terapia “La relación terapéutica contribuye de manera sustancial y consistente a los resultados, independientemente del tipo específico de tratamiento realizado" Y recomendaba que los profesionales "construyeran y cultivaran la relación terapéutica como objetivo fundamental en el tratamiento de paciente. Se observó la relación entre la calidad de la relación terapéutica y los resultados de la terapia en el caso de personas deprimidas que habían sido tratadas con terapia cognitivo-conductual y "terapia interpersonal". Entre los dos grupos terapéuticos, los investigadores no encontraron diferencias significativas en los resultados, pero sí encontraron una relación significativa entre la calidad del vínculo -en opinión de los pacientes- y la mejoría resultante. La conexión entre la relación terapéutica y su resultado fue tan poderosa entre los pacientes en terapia cognitivo conductual como para quienes experimentaron una terapia interpersonal más "relacional". Conclusiones, plantean que los pacientes informaron consistentemente que "la relación con el terapeuta fue más útil que las técnicas empleadas" . Cuando se les pedio a los pacientes que habían terminado tratamientos cognitivo-conductuales que indicaran lo que los había ayudado a resolver sus problemas, la respuesta fue: "hablar con alguien que escuche y comprenda". Hay un conjunto común de factores responsables del cambio terapéutico. Según Asay y Lambert, son:
"Las variables del cliente y los acontecimientos extra terapéuticos“
Estas son variables como, por ejemplo, el grado de motivación del consultante y acontecimientos en su vida -como el nacimiento de un hijo- durante el transcurso de la terapia.
"Calidad de la relación terapéutica".
Asay y Lambert calculan que esta influye aproximadamente en un 30% en los resultados de la terapia. Hubble y sus colegas dicen al respecto que "excepto por lo que los clientes traen a la terapia", los factores vinculados con la relación "probablemente son responsables de la mayoría de los beneficios obtenidos en las intervenciones terapéuticas". Aunque no todos los investigadores del campo de la psicoterapia concuerdan en que la asociación entre los factores relacionales y el resultado obtenido sea de esta magnitud, hay una coincidencia general en que "la calidad de la relación es uno de los factores más correlacionados con el resultado de la terapia". La APA clasificó los factores relacionales en dos aspectos: 1. "Demostrablemente efectivos" Empatía del terapeuta Alianza terapéutica: "la solidez y la calidad de la relación cooperativa entre terapeuta y paciente" Nivel de acuerdo entre terapeuta y consultante con respecto a los objetivos de la terapia 2. "Prometedora y probablemente efectivos" Aceptación positiva incondicional Congruencia del terapeuta Calidad de respuesta (feedback) que el terapeuta ofrece al consultante con respecto a sus conductas Capacidad de auto revelación del terapeuta, siempre y cuando la auto revelación no fuera demasiado frecuenté y estuviera focalizada en temas "no íntimos". Voluntad, el deseo y la habilidad del terapeuta para reparar crisis o "rupturas" de la alianza terapéutica Habilidad del terapeuta para manejar los temas de "contratransferencia'', es decir, su capacidad y voluntad de no exteriorizarlos al consultante. La calidad de las interpretaciones relacionales, siempre que estas interpretaciones no sean habituales y estén principalmente focalizadas en la manera como el cliente se relacionaba con el terapeuta. En el campo de la filosofía durante el siglo pasado apuntan hacia la idea de que la relación entre el consultante y el terapeuta es fundamental para el resultado de la terapia. Hasta mediados del siglo XX la filosofía ejemplificada a través de Descartes en la visión moderna del hombre considera al ser humano como identidad autónoma, soberana, única, básicamente distinta y separada de cualquier otra persona a su alrededor. Aún los teóricos relacionales como Carl Rogers no se apartaron de esta concepción e infieren que el ser humano es una entidad única y separada con capacidad de existencia autónoma, dirigida hacia sí misma y con derecho a autodeterminación. Durante el transcurso del siglo XX muchos filósofos y psicólogos cuestionaron esta afirmación y sostienen, en cambio, que estamos fundamental e inexplicacablemente entrelazados con otros y que nuestro ser es, en primer lugar, un "ser en relación". Este punto de vista "intersubjetivo" proviene de distintas perspectivas.
Filósofos existencialistas como Martín Heidegger
(1962) comenzaron afirmando que la existencia humana no era un objeto en el sentido en que lo son una mesa o una molécula, sino un flujo de experiencia en permanente cambio, o sea, para la esencia de quienes somos son fundamentales otras existencias. Por lo tanto vivimos- siendo. Varios filósofos y psicologos contemporáneos ostienen que el lenguaje está en la raíz de todos nuestros pensamientos, algo de lo que no podemos "sustraernos" y algo que es intrínseco a nuestro sentido de quiénes somos. En consecuencia, aun las nociones de "individualidad" o "sí mismo" no pueden ser consideradas como verdades definitivas y preestablecidas, sino como constructos que provienen de un contexto sociolingüístico particular. Feministas e interculturales, que también cuestionaron la idea de que la individualidad es una verdad predeterminada de la existencia humana.
Investigadores del campo psicosocial demostraron que
muchas culturas no occidentales tienen una mirada más "interdependiente" del sí mismo en la cual el "Yo" no es considerado como una entidad aislada, sino como algo que se define en relación con otros. Orientarse en torno a una comprensión más intersubjetiva de la existencia humana supondría un cambio significativo hacia una práctica terapéutica más relacional. Entonces, cuando conceptualizamos a una persona como sus vínculos con los demás, la relación consultante-terapeuta se convierte en el caldero en el que pueden sanarse los aspectos más integrales del ser del consultante. Además, a través de la exploración de la relación entre consultante y terapeuta, el primero puede comenzar a reflexionar y revisar aquellos elementos de su ser que son absolutamente centrales en su existencia: sus relaciones con los demás. En el sentido evolutivo tanto psicólogos como filósofos y psicoanalistas sostienen que los niños no comienzan la vida como individuos aislados sino como parte de una matriz relacional fundamental.
Buber, escribe: "La vida prenatal del niño es una
combinación puramente natural, una interacción corporal que fluye de uno al otro“ Margaret Mahler, psicoanalista, a partir de la cuidadosa observación del comportamiento del niño y su cuidador, afirma que desde las cuatro semanas hasta los cinco meses de vida, el niño atraviesa una "etapa simbiótica" en la cual ''funciona y se comporta como si él y su madre fueran un sistema omnipotente, una unidad dual dentro de un espacio común “. El niño aprende a diferenciarse de los otros a medida que se desarrolla. Un numero creciente de psicólogos evolutivos argumentan que los niños llegan al mundo orientados a otros y en sintonía con ellos.
Bowlby, psicoanalista, sostenía que por razones
evolutivas los niños nacen con una predisposición a encariñarse con sus cuidadores y que organizan su comportamiento y su pensamiento para mantener dichas relaciones de apego. Recientes avances en la psicología evolutiva y la observación de niños sugieren que los seres humanos tienen la capacidad innatos no solo para vincularse con otros, sino también de comunicarse e interactuar con ellos.
Davis Brazier, ECP, afirma que la necesidad humana
fundamental puede no ser recibir consideración positiva sino proporcionarla a los otros.
El deseo humano básico de contacto y compromiso con los
demás es tan omnipresente que es fácil de omitir, aunque las investigaciones empíricas con adultos indican que es una de las principales necesidades básicas.
También hay evidencia que los niveles de salud están
relacionados con la experiencia de poder conectarse con otras personas tanto que la presencia de una o dos personas de confianza pude ser decisiva en el bienestar físico de un individuo. En el enfoque dialógico de la terapia centrada en la persona se hace hincapié en la entrega personal del terapeuta durante el encuentro y en la interacción con el consultante de una manera mutuamente transparente. El terapeuta no es solo un contenedor del trabajo o la personificación de un conjunto de condiciones; mas bien esta presente en ese encuentro como un sr humano real y genuino, y es el proceso del consultante siendo real en la relación con un terapeuta que también esta siendo real, lo que esta conceptualizado como el quid del proceso de sanación. Otras evidencias muestran que los niños parecen nacer con una capacidad para asumir un rol proactivo en las interacciones personales. No solo están en la capacidad que los cuiden sino también de influir significativamente sobre sus cuidadores.
En términos de interrelación humana, parecería que
los bebes nacen con la habilidad tanto de recibir como de transmitir comunicaciones interpersonales y para los diez u once meses ya se los puede comunicadores muy competentes. Como ocurre con los avances filosóficos a los que ya nos referirnos, los desarrollos en el campo de lo intersubjetivo tienen gran importancia para la práctica del counseling y la psicoterapia. Si los seres humanos vienen al mundo fundamentalmente orientados hacia los demás, tiene sentido sugerir que la relación terapeuta-cliente suele tener una importancia primordial en la terapia, porque es el crisol en el que el consultante puede explorar, revisar y sanar aquello que es central para su ser. Además, si los seres humanos nacemos con la necesidad de l compromiso con los otros, entonces la relación terapéutica es uno de los contextos en los que es posible satisfacer en un nivel muy profundo esta necesidad. En estos años ha habido avances en el desarrollo de terapias relacionales: Martin Buber y Maurice Friedman desarrollaron una Psicoterapia dialógica que considera el encuentro del terapeuta y el consultante como núcleo central de la sanación. Terapeutas feministas de la línea psicodinámica como Judith Jordan consideran que la empatía es la clave para el proceso de desarrollo. Hay cada vez mas aumento de abordajes interpersonales que se enfocan en ayudar a los consultantes a reflexionar y revisar sus maneras de relacionarse con los demás. Paralelamente en los abordajes terapéuticos mas convencionales han empezado a surgir variaciones orientadas a lo relacional. Ejemplos: - Gestalt: Richard Hycner desarrollo una modalidad dialógica. - Enfoque transaccional. - Campo cognitivo- conductual - Campo de la psicodínámica y psicoanalítica . Saliendo del pensamiento psicoanalítico clásico, los psicoanalistas orientados a lo relacional, coinciden que los psicoterapeutas no deben ser ``Pantallas en blanco´´ en las que las personas proyectan su subjetividad, sino como verdaderos seres humanos que interactúan con sus clientes en el sentido bidireccional. - Desde el ECP hay un vuelco hacia este enfoque relacional a un encuentro dialógico. Si bien este enfoque revolucionó en esta área el enfoque clásico no es coherente con la postura dialógica intersubjetiva, con el encuentro mutuo bidireccional entre terapeuta consultante.
- En el campo de la terapia existencial [Rollo May
Medard Boss y rD. LAing] se propone un encuentro genuino entre terapeuta y cliente constituyente de una verdadera relación sanadora. - Irvin Yalom, humanista existencial, está poniendo mas énfasis e la interrelación humana y en el encuentro terapéutico, y menos en la ``soledad primordial´´ del ser humano. En primer lugar, parecería claro que la calidad de la relación entre el terapeuta y el cliente es un factor clave que determina l a efectividad del trabajo
Daría la impresión de que los seres humanos son menos
individualistas de lo que la sociedad moderna occidental quiso hacernos creer.
Muchos abordajes terapéuticos parecerían estar
volcándose e n un a dirección relacional, dialógica e intersubjetiva. Se sabe muy poco de los procesos y dinámicas que acontecen entre el terapeuta y consultante, y cómo estos pueden conducir a cambios terapéuticos significativos. De hecho la comprensión de las variables relacionales clave y el tipo de cambio que puede producir se ha desarrollado muy poco de las primeras afirmaciones de Rogers sobre las condiciones necesarias y suficientes. Es por eso que hay que seguir en avance de estas investigaciones con el fin de obtener mayores datos que ayuden al proceso terapéutico.
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