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06 Principios de Gestión

Alejandro Andalaft / Facultad de Ingeniería


ÍNDICE DE CONTENIDOS:

Resumen 03

Introducción 04

La sociedad y la importancia de la administración en las organizaciones 05 - 09

Objetivo de la administración de organizaciones 010 - 011

Situación actual de la gestión de organizaciones 012 - 014

La administración en una sociedad moderna 015 - 016

Perspectiva futura de la gestión de organizaciones 017 - 019

Referencias bibliográficas 020

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Resumen

El mundo de hoy corresponde a una sociedad compleja que considera organizaciones de variada naturaleza y un
entorno heterogéneo, cambiante e impredecible en su evolución.

Las actividades orientadas a la producción de bienes o a la prestación de servicios son planificadas, coordinadas,
dirigidas y controladas en las organizaciones, las cuales están constituidas por personas y por recursos físicos,
materiales, financieros y tecnológicos, entre otros.

La vida de las personas depende de las organizaciones y estas a su vez, del trabajo de las primeras. Así mismo lo
señala el flujo circular de la renta en economía, integrando mercados de bienes y servicios, de factores tales como
el trabajo, la capacidad emprendedora, los intereses al capital, la renta de la renta y activos físicos en general.

El éxito de un administrador en la vida profesional no está correlacionado sólo con lo que aprendió en el proceso
formal de educación, ni con su brillantez académica o con su interés personal, sino que en poner en práctica lo que
aprendió.

El conocimiento teórico de la administración es importante, básico e indispensable, pero el desempeño del adminis-
trador depende, sobre todo, de la personalidad y de su modo de actuar y por lo tanto de sus habilidades. En estas
últimas van incluidas aquellas mal llamadas habilidades blandas, tales como la habilidad para influir en los demás,
es decir, en habilidades de liderazgo y de trabajo en equipo, las cuales se manifiestan finalmente en resultados.

Existen por lo menos, citando al profesor Idalberto Chiavenato en su texto Introducción a la teoría de las organiza-
ciones, tres tipos de habilidades necesarias para que el administrador pueda ejecutar con eficacia el proceso admi-
nistrativo: la habilidad técnica, la habilidad humana y la habilidad conceptual.
La Teoría General de la Administración comenzó por lo que se denomina “énfasis en las tareas” (actividades ejecu-
tadas por los obreros en una fábrica), según la administración científica de Taylor. Posteriormente, el énfasis fue en
la estructura, con la teoría clásica de Fayol y con la teoría de la burocracia de Weber.

La reacción humanística surgió con el “énfasis en las personas”, a través de la teoría de las relaciones humanas,
ampliada más tarde por la teoría del comportamiento y por la teoría del desarrollo organizacional.

El “énfasis en el ambiente” se inició con la teoría de los sistemas, siendo perfeccionada por la teoría situacional que
llevó al “énfasis en la tecnología”.

La gestión integrada obliga a una síntesis que sume e integre de manera robusta, las dimensiones económica, labo-
ral, social y medioambiental.

En la actualidad la labor de gestionar es incierta, desafiante y desgastadora. Se ve afectada por variables, cam-
bios y transformaciones llenos de ambigüedad e incertidumbre en distintas dimensiones técnicas, económicas,
tecnológicas, políticas y medioambientales. El profesional que administra se enfrenta entonces a problemas multi-
dimensionales cada vez más complejos, tomando en consideración eventos y grupos ubicados dentro y fuera de la
empresa, los cuales le suministran señales o mensajes contradictorios, lo que complicará su diagnóstico perceptivo
y su visión de los problemas por resolver o de las situaciones por enfrentar, como las exigencias de la sociedad, en
particular de las comunidades, de los clientes, de los proveedores, de las agencias reguladoras; los desafíos de los
competidores, las expectativas de la alta dirección, de los trabajadores, de los accionistas, entre otros.

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01. Introducción

Han sido tan vertiginosos los cambios que han debido enfrentar las organizaciones en las últimas décadas, que
resulta indispensable que todo profesional universitario esté consciente de los desafíos que deberá enfrentar al
desempeñarse laboralmente. Es en este sentido que la administración de organizaciones puede ayudarle a enfrentar
de mejor manera dichos retos. Independiente de cual sea la formación previa, resulta indispensable conocer los
fundamentos y desafíos de la administración de organizaciones en el mundo de hoy. Es especialmente desafiante
incorporar procesos de gestión y tecnológicos innovadores, que surgen a partir de procesos creativos de las
personas, lo que requiere también espacio para aceptar el ensayo y error en la gestión, sus resultados y también
sus consecuencias.

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02. Las sociedades y la importancia de la administración en las organizaciones

El mundo de hoy es una sociedad compuesta de organizaciones de todo tipo, que inciden en la vida de las personas
tanto o más que los propios países donde éstas viven.

Todas las actividades orientadas a la producción de bienes o a la prestación de servicios son planificadas, coordinadas,
dirigidas y controladas -es decir administradas- en las organizaciones, las cuales están constituidas por personas
y por recursos físicos, materiales, financieros y tecnológicos, entre otros.

La vida de las personas depende de las organizaciones y estas últimas dependen del trabajo de las primeras, tal
como lo señala el flujo circular de la renta en economía; integrando mercados de bienes y servicios, así también
como de factores, tales como trabajo, tierra, capital, conocimiento y capacidad de emprender, entre otros.

Las personas nacen, crecen, aprenden, ensayan y se equivocan; viven, trabajan, se divierten y sufren; se relacionan
y mueren dentro de organizaciones extremadamente heterogéneas y diversificadas, cuyo tamaño, características,
estructuras y objetivos son diferentes. Las diferencias entre las personas se manifiestan en formas distintas de
pensar, sentir, expresarse, actuar, según principios y valores.

Algunas organizaciones, llamadas empresas, tienen fines de lucro y otras, como el Ejército, la Iglesia, los servicios
públicos de naturaleza gratuita, las entidades filantrópicas, no lo tienen.

La Teoría de las Organizaciones es aquel ámbito del conocimiento que se ocupa de estudiar los organizaciones en
un sentido amplio en general.

Debido al volumen y a la complejidad de las operaciones que realizan, las organizaciones necesitan ser administradas
profesionalmente y no de manera improvisada e intuitiva cuando alcanzan cierto desarrollo.

Este proceso requiere un conjunto de personas distribuidas en diversos niveles jerárquicos que se ocupan de asuntos
diferentes, según sus responsabilidades, en virtud de su formación y experiencia.

La administración es la conducción de las actividades de una organización,


con o sin ánimo de lucro.

Ello implica la planeación, la organización, la dirección y el control de todas las actividades diferenciadas por la di-
visión del trabajo, que se ejecuten en una organización.

La administración es imprescindible para la existencia, la supervivencia y el éxito de las organizaciones. Sin ella, las
organizaciones jamás encontrarían condiciones para existir y crecer.

La Teoría General de la Administración se ocupa del estudio de la administración en general, independientemente de


si ésta se aplica en organizaciones con ánimo de lucro (empresas) o en aquellas que no lo tienen. Hoy en día la admi-
nistración se muestra como una de las áreas del conocimiento humano más complejas y llena de desafíos.

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El profesional que la utiliza como medio de vida puede trabajar en los niveles más variados de una organización:
desde el nivel de supervisión elemental hasta el de alta dirección, trabajando en diversas especializaciones de la ad-
ministración, sea en la administración de la producción, en la administración financiera, en la administración de
recursos humanos, en la administración comercial de mercados incluso en la administración general y también la
administración o gestión integrada, que vela por las dimensiones laboral, ambiental y social.

En cada nivel y en cada especialización de la administración las situaciones son muy diferentes. Además, las orga-
nizaciones también son diferentes y diversificadas en extremo. No existen dos organizaciones iguales, así como no
existen dos personas idénticas.

Cada organización tiene sus objetivos, su campo de actividad, sus directivos y su personal, sus problemas inter-
nos y externos, su mercado, situación financiera, tecnología, recursos y capacidades básicas, ideología y política
de negocios; en definitiva su cultura organizacional o modo de pensar, sentir y actuar, entre otras dimensiones. Un
administrador que ha tenido éxito en una organización puede no tenerlo en otra. Esto se debe a que el ejecutivo
difícilmente puede pasar de una organización a otra sin que se presente algún problema de adaptación. Aunque el
ejecutivo tenga profundos conocimientos de administración y su curriculum profesional sea excelente, no se le juz-
gará por lo que sabe con respecto a las funciones que ejerce en su especialidad, sino por la manera cómo ejecuta su
trabajo y los resultados que obtiene con los recursos disponibles.

En cada organización el administrador soluciona problemas, dimensiona recursos, planea su aplicación, desarrolla
estrategias, diagnostica situaciones, entre otros aspectos.

Cuando una organización necesita contratar un ejecutivo para sus cuadros administrativos, los candidatos se so-
meten a un sinnúmero de pruebas y entrevistas para investigar en profundidad sus conocimientos, las caracterís-
ticas de su personalidad, su pasado profesional, su formación escolar, sus antecedentes éticos, su éxito o fracaso
en determinadas actividades y muchos otros aspectos, entre los cuales pueden citarse su situación conyugal o su
estabilidad emocional. En nuestro país, un proceso estructurado considera entrevista psicológica grupal, entrevista
psicológica individual, entrevista con jefe directo y gerente de área, examen médico y oferta económica.

Teodore Levitt, profesor de administración de Harvard Business School, niega la existencia del administrador profe-
sional porque mientras un abogado o un médico son considerados profesionales porque pasaron pruebas de conoci-
mientos en su profesión, no ocurre lo mismo con el administrador, cuyo conocimiento es apenas uno de los múltiples
aspectos en la evaluación de su capacidad profesional.

Las organizaciones apenas evalúan al administrador por sus conocimientos técnicos de gestión; en cambio, tienen
muy en cuenta su modo de actuar, sus actitudes, su personalidad y su filosofía de trabajo.

Según Levitt, la finalidad es verificar si esas cualidades se adaptan a los nuevos estándares, a la situación de la
empresa y al personal que trabajará con él, pues no existen administradores con una manera única de conducirse o de
actuar, sino directivos con temperamentos y modos de actuar propios, quienes en determinadas condiciones ejecu-
tan de manera correcta tareas específicas en ciertas empresas.

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Asimismo, Teodore Levitt recuerda el principio de incertidumbre de Heisenberg, según el cual el proceso de observa-
ción de un fenómeno que produce la alteración del mismo.

Si en física, la observación de los átomos equivale a alterar la posición y la velocidad de éstos, en la administración
de una organización, la presencia de un profesional en determinada función afecta y modifica esa función, inde-
pendientemente de qué labor realice. La presencia de otro profesional producirá otro tipo de alteración. Además, si
la modificación ocurre, la manera de actuar debe ser, y acaba siendo, diferente. De lo anterior se concluye que la
administración no es una actividad mecánica que dependa de ciertos hábitos físicos que deben ser superados o co-
rregidos a fin de lograr un comportamiento correcto.

Aunque puede enseñarse lo que un administrador debe hacer, tal hecho no lo capacitará efectivamente para aplicarlo
en todas las organizaciones.

El éxito de un administrador en la vida profesional no está correlacionado del todo con lo que le enseñaron, ni con
su brillantez académica, ni con su interés personal en poner en práctica lo que aprendió.

El conocimiento tecnológico de la administración es importantísimo, básico e indispensable, pero depende, sobre


todo, de la personalidad y del modo de actuar del administrador, o sea, de sus habilidades y de los resultados que
alcanza.

Existen por lo menos tres tipos de habilidades necesarias para que el administrador pueda ejecutar con eficacia el
proceso administrativo: la habilidad técnica, la habilidad humana y la habilidad conceptual.

• Habilidad técnica: capacidad para utilizar conocimientos, métodos, técnicas y equipos necesarios para cumplir
tareas específicas de acuerdo con su instrucción, experiencia y educación.

• Habilidad humana: capacidad de discernimiento para trabajar con personas, comunicarse, comprender sus
actitudes y motivaciones, y aplicar un liderazgo eficaz.

• Habilidad conceptual: capacidad para comprender la complejidad total de la organización y la adaptación del
comportamiento de la persona dentro de aquella. Esta habilidad permite que la persona proceda de acuerdo con
todos los objetivos de la organización y no sólo según los objetivos y las necesidades de su departamento o
grupo inmediato.

La combinación adecuada de esas habilidades varía a medida que un individuo asciende en la escala organizacional,
desde posiciones de supervisión hasta posiciones de alta dirección, tales como una subgerencia comercial, gerencia
de marketing y gerencia general.

La premisa es que en general, a medida que se asciende en los niveles de la organización, disminuye la necesidad de
habilidades técnicas y aumenta la necesidad de habilidades conceptuales.

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Fuente : Idalberto Chiavenato, Intruducción a la teoría general de la Administración.

En los niveles inferiores, los supervisores requieren considerable habilidad técnica para instruir y formar técnicos y
demás subordinados.

En los niveles más altos, los ejecutivos no precisan conocer en detalle las tareas específicas ejecutadas en el nivel
operacional.

A pesar de que varíe la proporción de las habilidades técnicas y conceptuales necesarias en los diferentes niveles de
la organización, en apariencia el denominador común crucial en todos los niveles es la habilidad conceptual.

La administración se propone desarrollar la habilidad conceptual, sin prescindir por completo de las habilidades
humanas y técnicas. En otros términos, pretende desarrollar la capacidad de pensar, definir situaciones organizacionales
o empresariales complejas, diagnosticar y plantear soluciones. Las aplicaciones prácticas de la Administración se
desarrollan a través de las diferentes disciplinas especializadas en gestión.

En una época de complejidades, cambios e incertidumbres como la que se atraviesa hoy, la administración se ha
convertido en una de las áreas más importantes de la actividad humana.

Vivimos en una civilización donde el esfuerzo cooperativo del hombre y no sólo la competencia, es la base fundamental
de la sociedad.

La tarea básica de la administración consiste en llevar a cabo las actividades con la participación de las personas. Ya
sea en las industrias, en el comercio, en las organizaciones de servicios públicos, en los hospitales, en las universidades, en las

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instituciones militares o en cualquier otra forma de empresa humana, la eficacia con que las personas trabajan en
conjunto para conseguir objetivos comunes depende principalmente de la capacidad de quienes ejercen la función
administrativa.

El avance tecnológico y el desarrollo del conocimiento humano, por sí solos, no producen efectos si la calidad de la
administración de grupos organizados de personas no permite una aplicación efectiva de los recursos humanos y
materiales.

Una buena administración, con sus nuevas concepciones, es considerada una de las principales claves para la solución
de los problemas más graves que afligen el mundo en la actualidad.

Peter Drucker, autor de clara tendencia neoclásica, afirma que no existen países desarrollados ni países subde-
sarrollados, sino simplemente países que saben administrar la tecnología existente y sus recursos disponibles y
potenciales, y países que todavía no saben hacerlo. En otros términos, existen países administrados y países sub
- administrados.

En este sentido, no hay distinción básica como administradores entre directores, gerentes, jefes o supervisores.
Independientemente de la posición o el nivel que ocupe el administrador, cuando éste debe responder por la
participación de los subordinados, sólo puede alcanzar resultados a través de la efectiva cooperación de éstos.

Esta tarea implica la utilización de principios bien diferentes de los aplicados por el contador, el economista, el
vendedor, o el ingeniero en el ejercicio de sus ocupaciones.

Aunque la tarea que corresponde al administrador puede variar infinitamente, y aunque el dirigente máximo de una
organización tenga una autoridad mucho más amplia y elevada que la del supervisor de nivel más bajo, la premisa
permanece: todos los que logran resultados a través del desempeño de los subordinados tienen básicamente las
mismas funciones administrativas.

Toda organización, sea industrial o de cualquier tipo de servicio, necesita ser administrada de modo adecuado para
alcanzar sus objetivos con mayor eficiencia y economía de acción y de recursos. Debido a sus limitaciones físicas,
biológicas y psíquicas, el hombre necesita cooperar con otros hombres para alcanzar objetivos en conjunto. Cualesquiera
sean estos objetivos, la coordinación del esfuerzo humano es un asunto esencialmente administrativo.

Cuando se requiera la cooperación organizada y formal de los individuos para alcanzar uno o más objetivos comunes, el
componente básico y fundamental de esa asociación es la administración; lograr que las personas realicen muy bien
las actividades, con óptimos resultados. A partir del momento en que las organizaciones alcanzaron cierto tamaño
y complejidad, su administración comenzó a presentar dificultades y desafíos ignorados hasta entonces por los directivos.
De ahí surgió la creciente necesidad de desarrollar una teoría de la administración que permitiese ofrecer a los
directivos de las organizaciones, modelos y estrategias adecuadas para la solución de sus problemas empresariales.

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03. Objetivo de la administración de organizaciones

La palabra administración proviene del latín ad (dirección, tendencia) y minister (subordinación u obediencia), y
significa cumplimiento de una función bajo el mando de otro; esto es, prestación de un servicio a otro. Una perspectiva
incompleta e incluso errónea es que esta relación se llevará a cabo fundamentalmente en un marco de obediencia
de manera natural.

El significado original de esta palabra sufrió una radical transformación. La tarea actual de la administración es
interpretar los objetivos propuestos por la organización y transformados en acción organizacional a través de la
planeación, la organización, la dirección y el control de todas las actividades realizadas en las áreas y niveles de la
empresa, con el fin de alcanzar tales objetivos de la manera más adecuada a la situación. Por consiguiente, administración
es el proceso de planear, organizar, dirigir y controlar el uso de los recursos para lograr los objetivos.

El significado y el contenido de la administración experimentan una formidable ampliación y profundización en las


diversas teorías existentes. El propio contenido de estudio de la administración varía enormemente según la teoría
o escuela considerada. Normalmente, cada autor o estudioso de la administración tiende a abordar las variables y
los asuntos característicos desde la orientación teórica de su escuela o doctrina.

La Teoría General de la Administración comenzó por lo que se denomina “énfasis en las tareas” (actividades ejecutadas
por los obreros en una fábrica), según la administración científica de Taylor.

Posteriormente, el énfasis fue en la estructura, con la teoría clásica de Henry Fayol y con la teoría de la burocracia
de Weber.

La reacción humanística surgió con el “énfasis en las personas”, a través de la teoría de las relaciones humanas,
ampliada más tarde por la teoría del comportamiento y por la teoría del desarrollo organizacional.

El “énfasis en el ambiente” se inició con la teoría de los sistemas, siendo perfeccionada por la teoría situacional que
llevó al “énfasis en la tecnología”.

Cada una de las cinco variables enumeradas; tareas, estructura, personas, ambiente y tecnología, originaron en su
momento una teoría administrativa diferente y marcó un avance gradual en el desarrollo de la Teoría General de la
Administración, TGA.

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Tabla 1. Teoría administrativa y enfoques

Énfasis Teorías Administrativas Enfoques Principales


En las tareas Administración Científica Recionalización del trabajo
Teoría Clásica - Organización formal
- Principios generales de la administración
Teoría neoclásica
- Funciones del administración
- Organizacion formal burocrática
En la estructura Teoría de la burocracia
- Racionalidad organizacional
- Enfoque múltiple
- Organizacion formal e informal
Teoría estructuralista
- Análisis intraorganizacional y análisis
interorganizacional
- Organización informal
Teoría de las relaciones humanas - Motivación, liderazgo, comunicaciones y
dinámica de grupo
Teoria del comportamiento organizacional - Estilos de administración
En las personas
- Teorías de las decisiones
- Integración de los objetivos organizacio-
Teoría del desarrollo organizacional
nales e individuales
- Cambio organizacional planeado
Teoría estructuralista - Enfoque de sistema abierto
- Análisis interorganizacional y análisis
Teoria neoestructuralista
En el ambiente ambiental
Teoría situacional - Análisis ambiental (imperativo ambiental)
Teoría situacional o contingencial - Enfoque de sistema abierto

Decada en que se origina Teorías

1900 Administración científica

1910 Teoría de la burocracia

1920 Teoría clásica

1930 Teoría de la relaciones humanas

1950 Teoría estructuralistas

1950 Teoría de los sistemas

1950 Enfoque sociotécnico

1960 Teoría neoclásica

1960 Teoría del comportamiento

1960 Desarrollo organizacional

1970 Teoría situacional

1990 Gestíon integrada

Figura 1. Periodos el que se originaron las teorías administrativas

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04. Situación actual de la gestión de organizaciones

Al esbozar los pasos graduales de la gestión de organizaciones, se quiere demostrar el efecto acumulativo y paula-
tino de las diversas teorías con sus contribuciones y puntos de vista. Todas las teorías administrativas presentadas
son válidas, aunque cada quien le de valor que desee solo a una o algunas de las cinco variables básicas.

En realidad, cada teoría administrativa surgió como una respuesta a los problemas empresariales más importantes
de su época. En este sentido, todas tuvieron éxito al presentar soluciones específicas para tales problemas.

En cierto modo, todas las teorías administrativas son aplicables a las situaciones actuales; por consiguiente, el
administrador necesita conocerlas bien para tener a su disposición un abanico de alternativas interesantes para
aplicar en cada situación.

La moderna industria automovilística utiliza los principios de la administración científica en sus líneas de montaje,
y los principios de las teorías clásica y neo clásica en su estructura organizacional.

La organización empresarial como un todo, puede explicarse mediante la teoría de la burocracia. Los supervisores
son preparados según el enfoque de la teoría de las relaciones humanas, los gerentes se preocupan por la teoría del
comportamiento organizacional, y los directivos del área de recursos humanos, por la teoría del desarrollo organiza-
cional. Las relaciones de este tipo de empresa con la comunidad se estudian con la lente de la teoría estructuralista,
de la neoestructuralista y de la teoría situacional, y su interrelación con la tecnología es explicada por esta última
teoría.

El estado actual de la teoría es bastante complejo: se caracteriza por una variedad enorme de enfoques con respec-
to a su objeto de estudio e implica una amplia gama de variables que deben tomarse en consideración.

Hoy en día la teoría estudia la administración de las empresas y demás tipos de organizaciones desde el punto de
vista de la interacción e interdependencia entre las cinco variables principales, cada una de las cuales es objeto es-
pecífico de estudio por parte de una o más corrientes de la teoría administrativa. Las cinco variables básicas (tareas,
estructura, personas, tecnología y ambiente) son los componentes esenciales en el estudio de la administración
empresarial.

El comportamiento de esos componentes es sistémico y complejo: cada cual influye en los demás componentes, y a
su vez es influenciado por éstos. Las modificaciones que se llevan a cabo en uno de ellos provocan cambios en mayor
o menor grado en los demás. Su comportamiento conjunto es diferente de la suma de los comportamientos de cada
componente considerado de manera aislada.

Adecuar esas cinco variables es el principal reto de la administración y consciente de este desafío, el Programa de
Magíster en Gestión Integrada ofrece una perspectiva sistémica, con metodologías y herramientas modernas que
contribuyen al fortalecimiento y sustentabilidad de la organización y su relación con el entorno. Del mismo modo,
entrega una propuesta única, equilibrada entre la teoría y la práctica y con miradas múltiples que se entretejen, con
aportes desde las ciencias biológicas, medioambientales, de la ingeniería y la gestión, en constante evolución, fruto
de la investigación en sus respectivas unidades académicas.

Debido a la creciente importancia de la administración y a los nuevos y complejos desafíos que ella enfrenta, algunos
autores e investigadores se han concentrado en ciertos aspectos o variables aisladas del enorme contexto de variables
que intervienen en la estructura y el comportamiento de las organizaciones.

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A medida que la administración enfrenta nuevos desafíos y situaciones, las doctrinas y las teorías administrativas
adaptan sus enfoques o los modifican para que continúen siendo útiles y aplicables; este hecho explica, en parte, los
avances graduales de la Teoría en los siglos XX y XXI.

En la teoría clásica, pionera en la historia de la administración, el campo de estudio de la administración era en principio,
los métodos y el proceso de trabajo de cada obrero. Después de algunas décadas, ese campo fue elevándose
gradualmente en nivel y en amplitud organizacional hasta llegar, con la teoría situacional, al contexto ambiental, que
pertenece más a la esfera externa que interna de la organización. La teoría administrativa se ha venido ampliando
con gran rapidez, lo cual dificulta la familiarización del estudiante de administración, así sea de modo superficial,
con la muestra representativa de la literatura existente sobre esta área. En la gestión integrada se combinan las
perspectivas laborales, sociales, técnicas y medioambientales.

El objeto de estudio de la administración fue siempre la acción organizacional, que en principio se entendió como
un conjunto de cargos y tareas, después como un conjunto de órganos y funciones; posteriormente se desdobló en
una compleja gama de variables hasta llegar a la concepción de sistemas. Las teorías administrativas más recientes
estudian la organización como un sistema compuesto de subsistemas que interactúan entre sí, con el ambiente
externo en contextos de conflictos y cooperación permanentes.

Fuente: Idalberto Chivenato, introducción a la teoría general de la Administracion

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Debido a la creciente importancia de la administración y a los nuevos y complejos desafíos que ella enfrenta, algunos
autores e investigadores se han concentrado en ciertos aspectos o variables aisladas del enorme contexto de variables
que intervienen en la estructura y el comportamiento de las organizaciones.

A medida que la administración enfrenta nuevos desafíos y situaciones, las doctrinas y las teorías administrativas
adaptan sus enfoques o los modifican para que continúen siendo útiles y aplicables; este hecho explica, en parte, los
avances graduales de la Teoría en los siglos XX y XXI.

En la teoría clásica, pionera en la historia de la administración, el campo de estudio de la administración era en principio,
los métodos y el proceso de trabajo de cada obrero. Después de algunas décadas, ese campo fue elevándose
gradualmente en nivel y en amplitud organizacional hasta llegar, con la teoría situacional, al contexto ambiental, que
pertenece más a la esfera externa que interna de la organización. La teoría administrativa se ha venido ampliando
con gran rapidez, lo cual dificulta la familiarización del estudiante de administración, así sea de modo superficial,
con la muestra representativa de la literatura existente sobre esta área. En la gestión integrada se combinan las
perspectivas laborales, sociales, técnicas y medioambientales.

El objeto de estudio de la administración fue siempre la acción organizacional, que en principio se entendió como
un conjunto de cargos y tareas, después como un conjunto de órganos y funciones; posteriormente se desdobló en
una compleja gama de variables hasta llegar a la concepción de sistemas. Las teorías administrativas más recientes
estudian la organización como un sistema compuesto de subsistemas que interactúan entre sí, con el ambiente
externo en contextos de conflictos y cooperación permanentes.

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05. La Administración en una sociedad moderna

A pesar de que la administración es una disciplina relativamente nueva, su desarrollo fue muy rápido. La propia his-
toria del pensamiento administrativo proporciona una perspectiva de las contribuciones y de los problemas y situa-
ciones con que se enfrentó durante las últimas décadas en el mundo industrial.

Cada organización y cada empresa requieren tomar decisiones, coordinar múltiples actividades, dirigir personas,
evaluar el desempeño con base en objetivos previamente determinados, conseguir y asignar diferentes recursos al
interior de un sistema organizacional y en fricción con diversos sistemas políticos y sociales, que favorecen o difi-
cultan el quehacer de la empresa.

Toda organización o empresa necesita que los administradores realicen numerosas actividades administrativas
orientadas hacia áreas o problemas específicos. El profesional, sea ingeniero, economista, biólogo, contador, médico, ne-
cesita conocer profundamente su especialidad, y cuando es promovido en su empresa a supervisor, jefe, gerente o
director, a partir de ese momento debe ser administrador. Entonces debe cumplir una serie de responsabilidades que
le exigirán conocimientos y adoptar posiciones completamente nuevas y diferentes que su especialidad en ningún
momento le enseñó. De ahí, el carácter eminentemente universal de la administración: cada empresa necesita
no sólo un administrador sino un equipo de administradores en los diferentes niveles, áreas y funciones, para sacar
adelante las diversas especialidades dentro de un conjunto integrado y armonioso de actividades orientadas a al-
canzar los objetivos de la empresa.

Esta es la causa de que muchos profesionales de nivel superior regresen a las aulas universitarias a tomar cursos
de administración, que pueden encontrar en un programa de graduados de esta naturaleza.

Cuando son promovidos del nivel operacional donde ejecutan sus especialidades al nivel intermedio, dejan de ser ingenie-
ros, economistas, contadores, médicos especialistas y se convierten en administradores. Como el administrador no es
el ejecutor sino el responsable del trabajo de otros, debe estar consciente de las consecuencias de cometer errores
o de recurrir a estrategias de ensayo y error, lo cual implicaría conducir a sus subordinados por el camino menos
indicado, con resultados no satisfactorios para la organización.

El administrador es un profesional cuya formación es extremadamente amplia y variada: necesita conocer disci-
plinas heterogéneas como matemáticas, derecho, psicología, sociología y estadística, y habilidades para permanentes
negociaciones, liderazgo y trabajo en equipo, lo que resume en Hard management, así como también en Soft mana-
gement.

El administrador precisa tratar con personas que ejecutan tareas o que planean, organizan, controlan, asesoran, inves-
tigan, etc., que jerárquicamente están en posiciones subordinadas, iguales o superiores a la suya; requiere estar
atento a los eventos pasados y presentes, así como a las previsiones futuras, pues su horizonte debe ser muy amplio
por cuanto es responsable de la dirección de otras personas que siguen sus órdenes y orientaciones; debe tratar con
eventos internos y externos, necesitando ver más allá que los demás, pues debe estar identificado con los objetivos
que la empresa pretende alcanzar a través de la acción conjunta de todos sus estamentos.

El administrador no es un héroe al cual queremos exaltar, sino un agente de cambio y de transformación de las
empresas, que las conduce por nuevos rumbos, nuevos procesos, nuevos objetivos, nuevas estrategias, nuevas tec-

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nologías; un agente educador que, con su dirección y orientación, modifica los comportamientos y actitudes de las
personas; un agente cultural en la medida en que, con su estilo de administración, modifica la cultura organizacional
existente en las empresas. Pero, más que eso, el administrador deja huellas profundas en la vida de las personas a
medida que trata con ellas y con sus destinos en las empresas y, al tiempo, su actuación influye en el comportamiento
de los consumidores, proveedores, competidores y demás organizaciones humanas. Un nivel de liderazgo que destaca
la literatura, es aquel de una paradójica combinación de humildad sumada a una capacidad de resolución feroz.

La administración se volvió tan importante como el mismo trabajo por ejecutar, a medida que éste fue especiali-
zándose y que la magnitud de las operaciones fue creciendo de modo alarmante. La administración no es un fin en
sí misma, pero sí un medio de lograr que las cosas se realicen de la mejor manera posible, al menor costo y con la
mayor eficiencia y eficacia.

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06. Perspectiva futura de la administración

Warren Bennis predijo que en las próximas décadas el mundo vería el fin de la forma organizacional de hoy y el
surgimiento de sistemas nuevos más adecuados a las exigencias de la post industrialización. Tal predicción se basa
en el principio evolutivo según el cual cada época desarrolla un tipo de organización apropiada a sus características.
Debido al cambio de época y paradigmas que estamos viviendo, resulta razonable un cambio en los modelos de
administración sustentable.

Bennis destaca que las debilidades de la organización burocrática serán los gérmenes de los futuros sistemas
organizacionales; con esta afirmación se refiere a:

• Los cambios rápidos e inesperados, principalmente en el campo del conocimiento y de la explosión demográfica,
que imponen nuevas y crecientes necesidades que las actuales organizaciones no están en condiciones de atender.

• El crecimiento de las organizaciones, que se vuelven complejas e internacionales.

• Las actividades actuales, que exigen personas con competencias diversas y altamente especializadas, lo cual
implica problemas de coordinación y, principalmente, de seguimiento de los cambios acelerados.

En las próximas décadas la tarea administrativa será incierta y desafiante, pues se verá afectada por un sinnúmero
de variables, cambios y transformaciones, llenos de ambigüedad e incertidumbre. El administrador se enfrentará
con problemas multifacéticos cada vez más complejos que los anteriores, y deberá dedicar su atención a eventos y
grupos ubicados dentro y fuera de la empresa, los cuales le suministrarán información contradictoria que complicará
su diagnóstico perceptivo y su visión de los problemas por resolver o de las situaciones por enfrentar; como las
exigencias de la sociedad, en particular de las comunidades, de los clientes, de los proveedores, de las agencias
reguladoras, los desafíos de los competidores, las expectativas de la alta dirección, de los trabajadores, de los
accionistas, entre otros.

Todas esas exigencias, desafíos y expectativas sufren profundos cambios que sobrepasan la capacidad del administrador
para seguirlos de cerca y comprenderlos de manera adecuada. Con la inclusión de nuevas variables, a medida que el
proceso se desarrolla, esos cambios tienden a aumentar y crean una turbulencia que perturba y complica la tarea
administrativa de planear, organizar, dirigir y controlar una empresa eficazmente.

Existe la necesidad de establecer funciones administrativas volátiles y transitorias, para que el administrador pueda
enfrentar esa turbulencia; a pesar de que todos los individuos vuelven rutinario gran parte de su comportamiento
para simplificar el proceso de la vida diaria, existen numerosos cambios en el medio ambiente que sobrepasan los
límites normales del comportamiento condicionado. El futuro parece complicar esa realidad pues, sin duda, innumerables
factores causarán profundos impactos en las empresas.

017
En las próximas décadas, los principales desafíos para la administración serán los siguientes:

• Crecimiento de las organizaciones: las organizaciones exitosas tienden al crecimiento y a la ampliación de sus
actividades, bien sea en términos de tamaño y recursos, de la expansión de sus mercados o del volumen de sus
operaciones. El crecimiento es una consecuencia inevitable del éxito organizacional. A medida que una organización
crece, se presenta una subdivisión interna (división del trabajo) y una especialización de los órganos y, en conse-
cuencia, una mayor necesidad de coordinación e integración de las partes responsables de garantizar la eficiencia
y la eficacia. Dado que el mundo externo se caracteriza por cambios rápidos y constantes, para enfrentarlos con
éxito los administradores "generales", dotados de habilidades genéricas y variadas, tendrán perspectivas más
promisorias que los administradores "especialistas", concentrados en pocas habilidades gerenciales.

• Competencia más intensa: a medida que aumentan los mercados y los negocios, cre¬cen también los riesgos
en la actividad empresarial. El producto o servicio que demuestre ser superior o mejor, será el que tenga mayor
demanda. La fabricación de tal producto o la prestación de tal servicio, implicará mayores inversiones en investi-
gación y desarrollo, perfeccionamiento de la tecnología, disolución de viejos departamentos y creación de otros y
de nuevas divisiones, búsqueda incesante de nuevos mercados y necesidad de competir con otras organizaciones
para sobrevivir y crecer.

• Sofisticación de la tecnología: con el progreso de las comunicaciones, del computador y del transporte, las
organizaciones y las empresas han internacionalizado sus operaciones y actividades. La tecnología proporcionará
eficiencia y precisión mayores, y liberará tiempo que podrá dedicarse a tareas más complejas que exijan planeación
y creatividad. La tecnología introducirá nuevos procesos e instrumentos que afectarán la estructura y el compor-
tamiento de las organizaciones.

• Tasas elevadas de déficit fiscal e inflación: los costos de la energía, de las materias primas, de la fuerza laboral
y del dinero se elevan continuamente. La inflación exigirá, cada vez más, mayor eficiencia en la administración de
las organizaciones y empresas para que éstas puedan obtener mejores resultados con los recursos disponibles y
los programas de reducción de costos de operación. La inflación impondrá de modo inevitable nuevas presiones y
amenazas sobre las organizaciones con ánimo de lucro: éstas deberán luchar por las utilidades y la supervivencia
a través de mayor productividad.

• Globalización de la economía e internacionalización de los negocios: la actividad de exportación y la creación


de nuevas subsidiarias en territorios extranjeros son un fenómeno reciente, ocurrido después de las dos guerras
mundiales, que influirá en las organizaciones del futuro y su administración. La competencia se torna mundial
debido al intercambio global.

• Protagonismo mayor de las organizaciones: a medida que crecen, las organizaciones se vuelven más competitivas,
más sofisticadas tecnológicamente, más internacionales y, con esto, aumentan su influencia ambiental. En otros
términos, paulatinamente las organizaciones llaman más la atención del entorno y del público, pasando a ser más
notorias ante la opinión pública. El protagonismo de la organización (su capacidad de llamar la atención de los
demás) puede ser positivo (imagen positiva de la organización frente al público) o negativo (imagen negativa).
En todo caso, la organización jamás será ignorada por los diversos sectores: consumidores, proveedores, prensa,
sindicatos, gobiernos, etc., hecho que influirá en su comportamiento.

018
• Conflictos crecientes en número, complejidad, frecuencia e intensidad.

Todos estos desafíos obligarán a que la administración de las organizaciones y empresas tenga en cuenta la
administración de la incertidumbre. Los cambios rápidos y repentinos, el crecimiento organizacional, la competen-
cia de las demás organizaciones y empresas, el desarrollo tecnológico, los fenómenos económicos de la inflación,
la internacionalización de las actividades, el protagonismo y el peso de la opinión pública harán que las organiza-
ciones del futuro (y del nuevo milenio) deban tener en cuenta, no sólo la previsión, la continuidad y la estabilidad, sino
también lo imprevisible, la discontinuidad y la inestabilidad en todos los sectores de la actividad empresarial. En estos
tiempos serán necesarias nuevas formas y modelos de organización, y será imprescindible una nueva mentalidad
en los administradores.

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Referencias bibliograficas

Idalberto Chiavenato, Introducción a la teoría general de la administración, séptima edición, Mc Graw Hill, México,
2006.

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