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Virtud y personalidad según Tomás de Aquino, Jesús García López, EUNSA, 2003.

INTRODUCCIÓN

Los hábitos operativos y las virtudes humanas constituyen en nosotros como una segunda naturaleza.
La naturaleza de una cosa es la misma esencia de ella considerada como principio radical de sus
operaciones propias. Los hábitos operativos, también son principios de operación, pero principios
próximos, y, cuando están arraigados en un sujeto, encaminan las operaciones de ese sujeto. Es como
una naturaleza sobreañadida a la naturaleza sustancial.
Los hábitos operativos pueden ser buenos o malos. Son buenos los que perfeccionan a un sujeto
en la misma linea de sus inclinaciones naturales, de las tendencias radicales de su naturaleza sustancial.
Son malos los que contrarian esas mismas inclinaciones o tendencias.
El hombre tiene una naturaleza sustancial sumamente abierta e indeterminada. Las
virtudes no anulan la libertad sino que la perfeccionan: El que obra libremente es el que obra por sí
mismo. Pero cuando el hombre obra por un hábito que es congruente con su naturaleza, obra por sí
mismo, pues el hábito inclina a modo de una naturaleza. En cambio si el hábito en cuestión fuese
contrario a la naturaleza humana, el hombre no obraría por sí mismo, sino por una perversión o
desviación sobreañadida. I-II q 108 a1 ad2.
Los hábitos operativos buenos son, en suma, los que hacen posibvle que el hombre actúe
como hombre, de manera racional y libre, y que obrando así alcance su plenitud, su formación o
su recta segunda naturaleza.

CAPÍTULO 1 LA PERSONA HUMANA

1. Necesidad de un sujeto humano.

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