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La práctica de la resiliencia: ¿Cómo podemos ser más resilientes?

La resiliencia no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, aunque sí puede haber una tendencia genética que puede
predisponer a tener un “buen carácter”. La resiliencia es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de la vida.

Hay personas que son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo de resiliencia a seguir, mientras que otras han
encontrado el camino por sí solas. Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos
y creencias.

De hecho, las personas resilientes no nacen, se hacen, lo cual significa que han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han probado
varias veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado
las habilidades necesarias para enfrentarse a los diferentes retos de la vida.

La resiliencia o "rebote” es la capacidad que tienen las personas para recuperarse frente a las adversidades, aquel que se levanta luego de haber
caído es resiliente y es una de las cualidades más necesarias para sobrevivir en el mundo moderno, en el que estamos expuestos al estrés
emocional, a las decepciones, los problemas y muchas veces incluso a las tragedias.

La resiliencia es una característica humana compleja, porque en ella encierra una serie de factores que al unirse y converger dentro de una
persona, le proporciona la capacidad de sobreponerse y lo hace suficientemente flexible como para adaptarse a cualquier situación por más
negativa que parezca y tener la capacidad de salir airoso de ella.

Ahora vale la pena que enumeremos cuáles son los factores de la resiliencia:

1.Se ha comprobado que uno de los factores que favorecen la resiliencia es tener relaciones familiares basadas en la confianza, el cariño y el
apoyo. Una persona que tiene un entorno que le ofrece apoyo y comprensión, que le ayuda a sentirse confiado, es una persona con mayor
tendencia a la resiliencia.

2.Tener una visión del mundo realista. Juzgar la realidad tal cual es, sin exagerar lo negativo ni fantasear ingenuamente, nos ayuda a entender
una situación en particular, lo cual nos da la oportunidad de encontrar de forma más objetiva la salida o solución y así encontrar el camino al otro
lado de la situación negativa que estemos enfrentando.
3.Tener autoestima. Aquel que se mira positivamente y confía en sí mismo, tiene la herramienta necesaria para plantarse frente a cualquier
dificultad.

4.Tener empatía. La persona debe saber comunicarse con los demás pero también deberá ser capaz de leer lo que las otras personas están
sintiendo, para ponerse en su lugar.

5.Por último uno de los factores más importantes de la resiliencia es tener inteligencia emocional, lo cual implica el entendimiento de nuestras
propias emociones y el manejo coherente de las mismas.

Cualquier persona puede adquirir la capacidad de recuperarse frente a las dificultades, pero para tener resiliencia tenemos que trabajar mucho y
aprender a desarrollar ciertas características de la personalidad.

5 consejos para aumentar la resiliencia:

1.Cultivar las relaciones interpersonales. Tener un entorno familiar y social que nos provea de apoyo y consideración nos ayudará a enfrentarnos
a las adversidades, mucho más que si estuviéramos solos.

2.Sé positivo. Es importante ver el futuro con optimismo y creer que a pesar de nuestros problemas siempre se puede salir adelante.

3.Sé realista pero flexible. Ser capaz de ver una situación tal cual es y aceptarla es muy importante, pero debemos igualmente adaptarnos y
entender que el cambio forma parte de la vida.

4.Ponte metas, haz planes, establece objetivos y da el paso. Es importante que tengamos claros cuáles son nuestros objetivos y que actuemos
para alcanzarlos.

5.Desarrolla la inteligencia emocional. Conocerse a sí mismo es necesario a la hora de afrontar situaciones difíciles y la inteligencia emocional
supone el conocimiento de nuestras propias emociones, significa entender lo que sentimos, identificar cuando debemos controlarnos, evitar
actuar de manera impulsiva y aprender a sentir de manera coherente con lo que nos pasa.
Si seguimos estos consejos estaremos mucho más preparados para enfrentar cualquier situación por difícil que parezca y seguro cruzaremos al
otro lado, victoriosos y más fuertes.

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