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En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a
los deseos engañosos. Efesios 4:22
OBJETIVOS: Reconocer que necesitamos morir al “yo”. Enseñar que la clave para no perder lo
que Dios nos da es morir al “yo”
Muchos, después de recibir a Jesús en su corazón, no saben cómo cambiar su vida; peor aún,
creen que no necesitan cambiar. Un día el Señor me enseñó que este tipo de personas quiere los
beneficios de creer en Dios, sin pagar el precio de morir al “yo”. No quieren morir al “viejo hombre”
ni crucificar su carne; por el contrario, dejan puertas abiertas para que el enemigo los ataque.
Debo advertirle que, no importa cuántas veces pase por liberación, si no cierra la puerta, el
demonio volverá; la enfermedad regresará, los vicios retornarán y la bendición cesará. La clave
para no perder lo recibido de Dios, es morir al “yo”, al “ego”, a la “vieja naturaleza”, el “viejo
hombre”, a la “naturaleza de pecado”.
Jesús nos advierte: “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos,
buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la
halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores
que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el
primero…” (Mateo 12:43-45).
Esto demuestra que los demonios ocupan áreas de nuestro ser, y consideran que ese lugar les
pertenece. De ahí que si dejamos la casa vacía, limpia y adornada, el enemigo volverá con siete
espíritus peores. Por eso el creyente debe otorgarle el señorío a Cristo.
Nada de lo que Dios ha hecho en mí y a través de mí ha sucedido sin que mediara una muerte
continua al “viejo hombre”. He tenido que morir una y otra vez a mí mismo, para ver nuevos
niveles de unción, poder y gloria. El “sacrificio vivo” es para mí un estilo de vida.
Gálatas 2.20 dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en
mí…”. Pablo no habla aquí de una muerte física, sino que se refiere a presentar sacrificios de
alabanza, adoración, oración, a presentar nuestro cuerpo como sacrificio y renunciar al pecado.
En conclusión, toda persona que desea a Cristo, pero quiere seguir cómoda, complaciendo los
deseos de la carne, no llegará a ninguna parte. ¡Necesitamos morir al “yo”! ¡En el ministerio de
Cristo todo huele a sacrificio!
PREGUNTAS:
APLICACIÓN
DIEZMOS Y OFRENDAS
Deuteronomio 12:5-7
ANUNCIOS:
Todos los martes PREPARACIÓN RENUEVO, Hora 7:00 pm, todos los que van asistir al renuevo
del mes de octubre.
Todos los miércoles ESCUELA PARA LIDERES, SUBLIDERES Y ANFITRIONES, Hora 7:00 pm.
Todos los viernes CASA DE ORACIÓN, donde la gloria del Padre se hará manifiesta para ti y toda
tu familia. ¡Te esperamos!
Sábados de ¡AYUNO!, todos los sábados tiempo de ayuno y oración, Hora 8:00 am.
FIESTA NUEVOS COMIENZOS, 22 de septiembre, Valor $20.000, Restaurante Pino Limón, Hora
8:00 am