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Abstract
El análisis retórico es uno de los métodos de análisis literario que se pueden aplicar en
la exégesis. La retórica bíblica es el arte de componer un discurso persuasivo. Los textos
bíblicos son, en algún grado, textos persuasivos y muchos estudios recientes prestan
gran atención a la retórica semítica en la Escritura.
Introducción
Muchas veces hemos leído varios artículos de revistas e incluso tesis de trabajo, bajo el
argumento de: Análisis retórico. Pero muy pocas veces, nos hemos dado cuenta que, en
lengua castellana se puede mal entender la terminología, ya que actualmente en el
campo bíblico una cosa es la retórica y otra es la retórica bíblica. La primera se
refiere a la retórica clásica, que se ocupa de distinguir tres factores de persuasión las
cuales contribuyen a la calidad de un discurso: 1.-la autoridad del orador; 2.- la
argumentación del discurso y 3.- las emociones que suscita en el auditorio 1 . Ya que por
retórica –desde Aristóteles- es el arte de componer discursos persuasivos. Dado que
toda la Biblia de alguna manera, contiene textos persuasivos, es posible entonces aplicar
los criterios retóricos clásicos 2 . Quienes han aplicado esta metodología de trabajo han
obtenido grandes resultados, si bien no deja de ser una mirada hermenéutica desde
nuestra mentalidad occidental; cabe recordar ante todo, que el Sitz im Leben o
Background de la Biblia es el humus semítico.
Por tanto nos ocuparemos de la retórica bíblica, como la misma Pontificia
Comisión Bíblica lo indica: Esta “nueva retórica”, se basa en el estudio de la cultura
semítica, poniendo especial atención en la composición simétrica del texto, que ayuda a
determinar la estructura literaria, resaltando mejor el mensaje del texto; pues se intenta
penetrar en el corazón del lenguaje de la Revelación en cuanto lenguaje religioso
persuasivo y valorar su impacto en el contexto social de la comunicación 3 .
Un poco de historia
La retórica bíblica, prácticamente no tiene mucho tiempo de haberse propuesto
como análisis de la Biblia. James Muilembourg había propuesto el término: rhetorical
criticism. En su conferencia del 18 de diciembre de 1968 en el Congreso Anual de la
Society of Biblical Literature, en la Universidad de Berkeley, California, declaraba:
“Lo que me interesa antes que nada, es entender la naturaleza de la composición literaria hebrea,
actualizar las estructuras utilizadas para modelar una unidad literaria, sea en poesía como en
1
Cfr. ENCHIRIDION BIBLICUM, Documenti Della Chiesa sulla Sacra Scrittura, Edizoni Dehoniane,
Bologna 1994, nn.1294-1298.
2
Nos referimos a la búsqueda de elementos literarios que ayudan a persuadir a los lectores en el discurso.
Principalmente se ha aplicado a las cartas paulinas, donde se presupone que, Pablo tenía una educación
helenística, y por ende sabía aplicar la retórica de su tiempo… No ha sido extraño en esta línea de trabajo,
haber hallado, los famosos anacolutos, prosopopeas, Adinatos, Climax, Antitetos, Diatribas, Anáforas,
Periautologías, disgressiones, etc. Algunas veces esta metodología termina haciendo del texto un catálogo
de de figuras literarias.
3
Cfr. ENCHIRIDION BIBLICUM, nn.1299-1302.
prosa, y distinguir los diversos medios con el que se organiza un texto. A este propósito le llamaré
retórica y a la metodología correspondiente, análisis retórico” 4
Prov 18,6
A Los labios del necio
B acarrean DISPUTAS
A’ y su boca
B’ atrae los GOLPES
Prov 16,11
A Las balanzas y las medidas justas
B son de YAHVÉH
A’ todas las medidas de peso
B’ son SU obra
Sal 44,7
A En mi arco
B NO HE CONFIADO
A’ Y mi espada
B’ NO ME HA SALVADO
Sal 117,1
A Alaben a Yahvé
B TODAS LAS NACIONES
A’ Alábenlo
B’ TODOS LOS PUEBLOS
4
J. MUILEMBOURG, “Form Criticism and beyond”, JBL 88 (1969) 8. Si bien E. BLACK ya antes había
publicado en 1965 una obra títulada: Rhetorical Criticism. A Study in Method, Macmillan, New Cork.
5
W. WUELLNER, “Where is Rhetorical Criticism Taking us?”, CBQ 49 (1987) 448-463.
6
MEYNET, R., Quelle est donc cette Parole? Lecture “Rhétorique” de l’Evangile de Luc (1-9 et 22-24),
París 1979; También: L’analisi retorica, Queriniana, Brescia 1992. Hay que destacar que el profesor
Meynet, se ha inculturizado en el ambiente semítico, ya que por mucho tiempo fue director de estudios
árabes en Beirut, conociendo muy bien la lingüística semítica.
7
MEYNET, R., L’analisi retorica, 21-104.
Es lo que actualmente se llama paralelismo sinonímico. Significa que los
hagiógrafos siendo de pensamiento semita, les encantaba “repetir” las ideas, y basta
echar una hojeada a vuelo de pájaro para darnos cuenta que, toda la Biblia desde
Génesis hasta Apocalipsis tiene esta manera de componer los textos. Recodemos la
letanía de Gn 1,1-2,3:”… Atardeció y amaneció: día primero,segundo, tercero…”.
Además existe el paralelismo antitético. En este se aprecia con claridad, la
contraposición entre la idea A y la idea B. Hay que notar que los contrastes no se
agudizan hasta entrar en la contradicción. La idea B no se reduce a contradecir la idea A
sino más bien, la remarca, de lo contrario sería solo una tautología.
Prov 11,12-17
A El que desprecia a su prójimo
B es un insensato
A’ el sabio
B’ prefiere mejor callar
A El hablador
B revela secretos
A’ el de espíritu seguro
B’ los oculta
Prov 12,5
A Los planos del justo
B son justicia
A’ las tácticas de los malvados
B’ son injusticia
A LOS CIELOS
B narran
C la gloria de Dios
C’ la obra de sus manos
B’ anuncia
A’ EL FIRMAMENTO
Sal 1,6
A Yahveh conoce
B el camino de los justos
B’ pero el camino de los malvados
A’ se extravía
Jn 1,1-2
A En el principio
B existía la Palabra
B’ y la Palabra
A’ estaba junto a Dios 8
Jn 1,3
A Todo se hizo
B por ELLA
B’ Y sin ELLA
A’ No se hizo nada
Job 3,11
A ¿Por qué no morí
B antes de nacer?
B’ ¿o salí del vientre
A’ ya cadáver?
8
R. MEYNET, “Analyse rhétorique du Prologue de Jean”, RB 96 (1989) 481-510.
9
R. MEYNET, “Un nuovo metodo per comprendere la Bibbia: L’analisi retorica”, CivCatt (1994) III,
121-134. Al respecto ya se han dado buenos resultados en este ámbito exegético, véase por ejemplo:
BOVATI, P.-MEYNET, R., Il libro del profeta Amos, Roma 1995; MEYNET, R., E ora scrivete per voi
questo cantico. Introduzione pratica all’analisi retorica, Roma 1996; J. PIEDAD SÁNCHEZ, “Del
desierto a la montaña. Análisis retórico en Jer 31,2-6” RevBib 38 (1999) 23-44; “El lamento funerario
(qinah) en 2Sam 1,17-27. Análisis retórico-estilístico” Qol 24 (2000) 65-97; M.D. RUIZ PÉREZ,
“Aproximaciones al análisis retórico de textos bíblicos”, Isidorianum 25 ( 2004) 201-210.
10
MEYNET, R., L’analisi retorica, 14.
11
La palabra toledot tiene el mismo significado en todos los textos, indica “lo que ha sido generado por..”.
En el libro de Génesis sirve como una fórmula introductoria de todas las genealogías patriarcales. De
hecho la estructura del Gn está en base a esta fórmula. Cfr. SKA, J.L., Introducción a la lectura del
Pentateuco. Claves para la interpretación de los cinco primeros libros de la Biblia, Estella 2001, 38-43.
Término: Unidad mínima, correspondiente en general a un lexema.
Miembro: El miembro es un sintagma, o grupo de términos unidos en sí por medio de
relaciones sintácticas estrictas; un miembro es la mínima unidad retórica.
Segmento. Un segmento comprende uno, dos o tres miembros; y se hablará de
segmento unimembre (en griego se dice: monástico), bimembre (dístico) y trimembre
trístico).
Pasaje: Comprende uno, dos o tres segmentos.
Parte: Comprende uno, dos o tres pasajes.
Paso: Comúnmente llamado perícopa, formado de una o más partes.
Secuencia: Comprende uno o más pasos.
Sección: Formada por una o más secuencias.
Libro: Formado por una o más secciones.
ALABEN A YAH
El Salmo está compuesto por 3 partes; cada parte está formada por tres pasajes, y tanto
la inclusión como la parte central son segmentos unimembres. Está clara la idea del
salmista: nuestro Dios se ocupa de los pobres, su gloria y su alabanza le vienen porque
Él es un Dios misericordioso. Diríamos que en la primera parte se da la invitación a la
alabanza y en la tercera parte se dan las razones por la cuales Yahvé merece ser alabado.
Lc 6,32-35 13
y si AMAN a los que les AMAN
¿Qué MÉRITO tienen?
pues también los pecadores
AMAN a quienes les AMAN
12
MEYNET, R., L’analisi retorica, 251-256.
13
Ibidem 104-105; MEYNET R., Il Vangelo secondo Luca, Roma 1994.
y será grande su RECOMPENSA
y serán hijos del Altísimo
porque Él es bueno con los ingratos y malvados.
Los vv.32-34 forman tres segmentos trimembres del tipo ABA’ paralelos entre
sí: los primeros miembros son oraciones subordinadas condicionales; los segundos,
idénticos son la proposición principal; los terceros dan la respuesta a la pregunta
precedente o mejor dicho la razón de la respuesta que no puede ser otra que ninguna.
Mientras que el v.35 está claramente constituido por tres proposiciones imperativas con
las cuales se inicia. Con los tres imperativos: aman, presten y hagan del bien, los tres
miembros del primer segmento trimembre son simétricos a los primeros miembros de
los tres trimembres del primer pasaje (vv.32-34), con la repetición no sólo de los
mismos verbos iniciales, sino también el de esperar.
Sal 126,5
A Los que SIEMBRAN B en lágrimas
B’ en cánticos A’ COSECHARÁN.
Desde el plano lexical: los verbos “sembrar” y “cosechar” pertenecen al mismo campo
semántico de la actividad agrícola, pero son complementarios y sucesivos en el tiempo.
El “llanto” y los “cánticos” son opuestos.
Desde la morfología: las preposiciones “en” son idénticas.
Desde la sintaxis: La estructura sintáctica es idéntica (verbo y complemento de modo),
aunque los verbos sean en participio e indicativo. Y el orden de los términos no sea el
mismo.
Estructura retórica: tiene una forma quiástica; es un quiasmo antitético.
14
MEYNET, R., E ora scrivete per voi questo cantico. Introduzione pratica all’analisi retorica, Roma
1996, 9-31,
Desde la semántica: se note el valor metafórico de los verbos: “sembrar” indica un
inicio, “cosechar” una final. La diferencia antropológica entre “lágrimas” y “cánticos”:
las lágrimas son una expresión muda de dolor y tristeza, a través de los ojos; mientras
los cánticos son una expresión hablada de alegría, por medio de la boca; no se trata solo
de música sino también de palabras, sostenidas por una melodía y un ritmo. Es muy
importante subrayar las diferencias entre estos dos lenguajes del cuerpo. Sembrar con
sacrificio, culminará con un momento de alegría cuando se recojan los frutos del
trabajo.
Jn 1,1-18
A La PALABRA ES DIVINA (vv.1-3)
B Es la LUZ Y LA VIDA (vv.4-5)
C Testimonio de JUAN BAUTISTA (vv.6-9)
D ENCARNACIÓN (vv.10-11)
D’ ENCARNACIÓN (v.14)
C’ Testimonio de JUAN BAUTISTA (v.15)
B’ Nos da la GRACIA (LUZ vv.16-17)
A’ LA PALABRA ES DIOS (v.18)
1Tes 4,13-18
A No se PONGAN TRISTES como los demás (v.13)
B Los MUERTOS RESUCITARÁN CON CRISTO (v.14)
C los que quedemos, los que vivamos no nos adelantaremos (v.15)
B’ Los que MURIERON EN CRISTO RESUCITARÁN primero (v.16)
C’ Después los que quedemos, los que vivamos (v.17ª)
A’ CONSUÉLENSE mutuamente con estas palabras (vv.17b-18).
Flp 2,6-11
A Siendo de condición DIVINA (v.6)
B Asumió la condición de esclavo (v.7)
C Obediente hasta la muerte,
y una muerte de cruz (v.8)
B’ Dios lo exaltó y le otorgó el nombre sobre todo nombre (v.9)
A’ Cristo Jesús es EL SEÑOR (vv.10-11)
15
R. MEYNET, “La composition du Notre Père”, Liturgie 119 (2002) 158-191; para ver otras propuestas
de estructura recomendamos: J. ANGÉNIEUX, “Les différents types de structure du Pater dans l’histoire
de son exégèse”, EThL 46 (1970) 40-77; 325-359, Según éste autor, el primero en reconocer la
composición concéntrica de la oración del padre Nuestro de Mt habría sido Teodoro de Mopsuestia (428)
(p. 52). En la escolástica (inicio del s. XII) sería retomada por Pseudo-Anselmo di Laon (p. 59-62), como
por otros posteriores como: Alejandro de Hales, S. Alberto Magno, San Buenaventura y, en época
moderna, por diversos autores, sobre todo por E. Lohmeyer (p. 339-342).
comprende las tres primeras peticiones (que son con el “tú”), y la segunda comprende
las cuatro últimas peticiones (que son con el “nosotros”):
1. En primer lugar, las tres últimas peticiones tienen como objetivo la liberación de las
realidades negativas; “las deudas”, “la tentación”, “el mal” (o “el maligno”).
Contrariamente, “el pan”, de la cuarta petición no es una realidad maligna, es un
elemento bueno, como las otras de las tres primeras peticiones, “el nombre” (de Dios),
su “reino”, su “voluntad”. Es evidente que, del punto de vista morfológico, la cuarta
petición esta unida a las tres últimas peticiones (en primera personal plural), pero desde
el punto de vista semántico, está unida a las tres primeras (las realidades buenas).
2. Por otra parte, la tercera y la quinta petición son las únicas que terminan con una
expansión que inicia con el mismo “como” (in griego hōs): “en la tierra como en el
cielo” y “como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. En términos técnicos,
estas dos peticiones constituyen segmentos bimembres, mientras que las dos primeras
peticiones y las dos últimas constituyen un solo miembro. La tercera y la quinta petición
agrupan a la cuarta de modo maravilloso.
3. Es importante, además, añadir una evidencia que generalmente pasa inobservada, ¡la
cuarta petición es el centro desde el punto de vista numérico!
4. Pero, eso no es todo: como las que la encuadran, la cuarta petición es también un
segmento bimembre. Pero ésta se distingue todavía de las otras dos por el hecho de que
sus dos miembros son estrictamente paralelos. Veamos la traducción literal.
Al inicio, los dos principales términos de la frase (el complemento objeto y el verbo),
seguidos del complemento “de nosotros” y “a nosotros”, y luego por dos sinónimos, el
adjetivo “cotidiano” y el adverbio “hoy”.
5. Además, la petición central se distingue de las otras, porque es la única que
comienza con el objeto y no con el verbo
6. Es más, es la única donde la petición es una realidad material; característica que la
distingue netamente de la Santificación del Nombre, del Reino, de la voluntad de Dios,
del perdón de los pecados, de la tentación y de mal/maligno.
7. Finalmente, no es el aspecto menos importante la petición del pan de cada día. Es la
petición que concuerda mejor que las otras con el nombre de Aquel a quien es dirigida
la oración: “Padre Nuestro”. En efecto, si hubiera sido necesario anteponer a cada una
de las tres primeras peticiones y a cada una de las tres últimas peticiones el nombre
divino más pertinente o adaptado, hubiera sido evidentemente del siguiente modo:
“nuestro Rey” para la segunda petición (“venga tu reino”); hubiera sido indudablemente
“el Santo” para la primera (“Santificado sea tu nombre”); “Nuestro Señor” o “Nuestro
Patrón”, para la tercera, porque se trata de “hacer su voluntad”; para la quinta, hubiera
sido “Dios bueno y misericordioso”, “lento a la ira e rico en el amor”; para la sexta,
“nuestra Ayuda”; y para la séptima, “nuestro Libertador” o “nuestro Salvador”. En
cambio, estrictamente hablando, solo la petición central reclama el nombre de “Padre”:
según la experiencia común de todos los niños –al menos en aquella época- el padre es
aquel que provee el pan cotidiano y lo distribuye.
8. Considerando las conjunciones coordinantes, “y” al inicio de la quinta y sexta
petición, y “mas/y” al inicio de la última, ciertamente es la segunda “y” la que coordina
la petición quinta y sexta y el “mas/y” coordina las dos últimas peticiones. Pero ¿qué
función tiene el primer “y” al inicio de la quinta petición? Se puede interpretar como la
que coordina la cuarta y la quinta petición. Pero también se puede entender como el
modo para iniciar una frase, como sucede con mucha frecuencia en el texto evangélico.
Para citar dos ejemplos de los muchos existentes en Mt: las dos narraciones de la
controversia a propósito del divorcio (Mt 19,3-4) y sobre las curaciones de los dos
ciegos a Jericó (Mt 20,29-34) inician con un kai; con un kai, inicia también el conjunto
de la secuencia constituido por los capítulos 19 y 20 de Mt. El hecho de que las tres
últimas peticiones inicien con una verdadera conjunción de coordinación puede ser
considerado como un indicio más de la unidad de éstas. Las tres últimas peticiones son
coordinantes, mientras las tres primeras son yuxtapuestas. Si se tiene cuenta de la
convergencia de todos estos indicios, resulta evidente no una división bipartida, sino
una organización concéntrica, que reproduce la forma del candelabro de siete brazos.
Este hecho no puede despertar ninguna sorpresa, si se piensa en todos los textos bíblicos
compuestos de este modo 16 .
Toda la oración esta focalizada en la petición del “pan”, tanto en Lucas como
en Mateo. Las discusiones provocadas por el epíteto añadido a “pan” son muy notorias;
aunque sin dudad alguna, sabemos que la intención del autor sagrado es, sobre el pan
material, el alimento que da vida, realmente no sólo se refiere al sentido espiritual del
16
R. MEYNET, “La composition du Notre Père”, Liturgie 119 (2002) 158-191. El texto que describe el
candelabro (Ex 25,31-37; 37,17-22).
texto 17 . Reconocer a Dios, como Padre, como Rey y Señor implica que nos dará de
comer, para después nosotros hacer lo posible de perdonar, evitar la tentación y evitar
ser víctimas del malvado.
Conclusión
Dirigiéndose a profesores de Sagrada Escritura, decía Pablo VI: “son estudiosos
y expositores. Son peritos y difusores. La Palabra de Dios pasa a través de ustedes para
llegar a otras mentes, al pueblo de Dios. Son no sólo filólogos, historiadores y
especialistas de muchas ciencias que concurren en la inteligencia de los textos
sagrados; son profesores de Sagrada Escritura, son exégetas. Entendemos exégetas no
sólo en el sentido filológico, técnico y, si desean, científico, sino especialmente en el
sentido teológico, en el sentido religioso y en el sentido espiritual; es decir, en el
sentido que reconoce en ustedes a los que explican y transmiten en su profunda y vital
integridad la Palabra de Dios. Son intérpretes. Y éste oficio, en su instancia decisiva
sobre el valor verdadero de la palabra trascendente, es más grande que el hombre;
exige un carisma, una norma, una fidelidad. No es de interpretación privada” 18 .
No es raro, de vez en cuando, escuchar en la Iglesia opiniones sobre la
insatisfacción que la exégesis científica puede producir, y así, se habla de una exégesis
con una finalidad propia y exclusivamente científica (académica) y una exégesis,
también científica, pero intímamente unida y ordenada a la vida de la Iglesia (pastoral).
Entre las dificultades que se señalan respecto a la exégesis científica suelen ser:
complejidad e impenetrabilidad de los métodos histórico-críticos; diversidad de
conclusiones a que se llega con ellos; incapacidad para juzgar adecuadamente de las
distintas hipótesis; dificultad para abarcar la inmensa bibliografía existente; queja de
que el biblista prescinde en demasiados casos de toda perspectiva trascendente; queja de
que su lenguaje demasiado técnico se hace inutilizable a la hora de comunicar los
resultados de su trabajo al pueblo cristiano. Así pues esta breve exposición desea
presentar un método sencillo para hacer exégesis de una perícopa y, esto pueda
convertirse en algo asequible. Un acercamiento que no exime, por supuesto, de un
estudio y disciplina para su correcta aplicación. Pues el análisis retórico es uno de los
métodos de análisis literario que se pueden aplicar en la exégesis. La retórica es el arte
de componer un discurso persuasivo. Los textos bíblicos son, en algún grado, textos
persuasivos y muchos estudios recientes prestan gran atención a la retórica semítica en
la Escritura. Fundamentalmente, y en grandes líneas, se distingue entre dos tipos
esenciales de retórica: la greco-latina y la semítica. Se suele decir, en una fórmula muy
breve y quizás forzada, que el griego demuestra y el judío muestra. El griego quiere
convencer imponiendo un razonamiento, mientras que el judío indica el camino que el
lector puede emprender si quiere comprender, y de este tipo de pensamiento está
17
Aquel que sufre hambre y vive constantemente con la preocupación por la subsistencia y con la
angustia de nutrirse y proveer a los suyos, será indudablemente más sensible hacia el pan material con
respecto de aquellos que están saciados. Los millones de cristianos que, todavía hoy, se encuentran en
esta situación, tendrán todas las razones para pedir al Padre de los cielos su ayuda para la sobrevivencia
día a día. Sin embargo no es del todo obvio que sean ellos los más herméticos a cualquier interpretación
espiritual. Los más pobres saben, seguramente mejor que los otros, “que el hombre no vive sólo de pan”;
que tienen la misma necesidad de la palabra que de un pedazo de pan, de respeto, de dignidad más que de
una ayuda para satisfacer las necesidades esenciales. Resumiendo, el sentido literal no debe ser excluido
sino todo lo contrario.
18
María Dolores RUIZ PÉREZ, “Aproximación al análisis retórico de textos bíblicos”, Isidorianum
25(2004) 201.
empapada la Biblia, “por eso –decía Paul Beauchamp– es sin duda por lo que los textos
bíblicos dan tanto que pensar al espíritu más exigente, sin jamás pensar en su lugar 19 ”
La retórica semítica parte del presupuesto de que, aunque los hagiógrafos hayan
utilizado material preexistente (fuentes, tradiciones, etc.) han compuesto una obra
coherente siguiendo este tipo de retórica. Al seguir este enfoque, entre otras cosas, se
busca localizar las composiciones simétricas gracias a las cuales se establecen
relaciones entre los diferentes elementos del texto y se estudian las múltiples formas de
paralelismo de los procedimientos semíticos de composición para discernir mejor la
estructura literaria de los textos y llegar a una mejor comprensión de su mensaje. En
realidad éste es de hecho su última función.
19
MEYNET, R., Lire la Bible, Flammarion 1996, 80.