El pagaré es un título de crédito en el que el emisor se compromete a
pagar una suma económica a un beneficiario antes de una fecha determinada. Este documento privado puede ser utilizado como instrumento público y se denomina título de crédito porque el tenedor podrá exigir el cumplimiento del pago del mismo dentro de los términos acordados. Los requisitos legales de los pagarés pueden encontrarse en la Ley Cambiaria y del cheque.
En la realización del pagaré intervienen dos sujetos:
El emisor: Sujeto que se compromete a pagar un determinado importe. El beneficiario: Sujeto a cuya orden hay que pagar el importe acordado en el pagaré. Un tercer sujeto puede intervenir en la realización del pagaré: el avalista. Este sujeto garantizaría el pago del pagaré aunque es de mencionar que la gran mayoría de estos documentos no cuentan con un avalista. Por otra parte, es importante mencionar que el descuento de pagarés es una buena opción para las personas que prefieran obtener liquidez de forma inmediata sin esperar a la fecha de vencimiento de éste.
PARTES DE UN PAGARÉ
Para que un pagaré se considere emitido correctamente y para que esté
amparado dentro de la legalidad tiene que contener estas nueve especificaciones: Fecha y lugar de emisión del pagaré Nombre de la entidad y oficina librada Nombre completo del beneficiario (puede ser una persona física o jurídica) Importe expresado en números y letras. Fecha y lugar de vencimiento Número de cuenta y Código IBAN de la cuenta del emisor La palabra pagaré Identificador de la barra de truncabilidad: Esta barra permite informatizar el pagaré. Firma del emisor Durante los años las especificaciones se han ido ampliando, ya que en los orígenes del pagaré no estaban amparados en la legalidad. Actualmente, los pagaré siguen estas mismas características entre ellos: Literalidad: La exigencia del pago se limitará a aquello que se estipule en el documento. El pagaré deberá pagarse a la fecha acordada y el importe será el que consta en el pagaré. Todo aquello que suceda posteriormente de la emisión, como arreglos, “tratos” o prórrogas no surtirán ningun efecto si así no se estipula en la emisión. Autonomía: El pagaré puede cambiar de beneficiario, si así lo desea el mismo. De esta manera, el nuevo beneficiario se convertirá en el nuevo propietario del documento y junto a él obtendrá el derecho a cobro de éste. El emisor quedará al margen del derecho de endoso. Por ejemplo, María firma un pagaré a favor de Jesús, pero Jesús decide transmitirlo o endosarselo a Jordi. Jordi, el nuevo propietario del pagaré, en ese momento pasa a tener el derecho de cobro de este sin necesidad de que María se entere y sin necesidad de conocer “los tratos” que ha hecho con Jesús. Circulación o traslación: Este derecho se refiere a que un documento puede circular de forma libre y cambiar de propietario. El acreedor del pagaré podrá cambiar en el tiempo y el último poseedor podrá exigir su pago aunque el suscriptor no conozca al acreedor. Abstracción: El pagaré persistirá y será exigible de forma independiente de la causa que lo originó. Este documento privado consta como el inicio y el final de una obligación, no como un documento accesorio a otro acto jurídico. Es decir, un pagaré siempre se podrá cobrar a no ser que éste sea devuelto o destruido al deshacer el trato. Si esto no sucede, al deudor le costará salir bien parado de una demanda mercantil. Incorporación: Para poder ejercer y reclamar los derechos y obligaciones asociados al pagaré, este tiene que existir y poder exhibirse.