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AR

BI
MÓDULO
ARBITRAJE

TRA
NACIONAL e
INTERNACIONAL

JEJUAN PABLO CÁRDENAS MEJÍA


ISBN Volumen: 978-958-97983-6-2
ISBN Obra completa: 978-958-97983-4-8

CONFEDERACIÓN COLOMBIANA DE CÁMARAS DE COMERCIO, 2019

Derechos exclusivos de publicación y distribución de la obra


Calle 26 No. 57-83, torre 7, piso 15
www.confecamaras.org.co

Dirección arte/Diseño gráfico


Alma Digital S.A.S.
almadigital2010@gmail.com

Impresión: Panamericana Formas e Impresos S.A.


Calle 65 No. 95-28 Alamos
www.panamericana.com.co

Impreso en Colombia
AR
BI
MÓDULO
ARBITRAJE

TRA
NACIONAL e
INTERNACIONAL

JE
Presentación
Los mecanismos alternativos de solución de conflictos han estado ligados a la his-
toria de las Cámaras de Comercio de Colombia y son parte esencial de las acciones
que como agencias de desarrollo empresarial y regional lideran en todas las regio-
nes del país, con la convicción de que brindar instrumentos expeditos y especiali-
zados para resolver sus controversias y proteger sus intereses es fundamental para
la competitividad empresarial.

Hoy, distintos servicios de métodos alternativos como el arbitraje, la conciliación y


la amigable composición se ofrecen a través de la Red Cameral con amplio recono-
cimiento nacional e internacional. 53 Cámaras de Comercio cuentan con Centros
de Conciliación y Arbitraje, que cubren 28 departamentos y 60 ciudades del país, y
trabajan de manera comprometida para brindar a los empresarios y a la ciudada-
nía en general servicios de justicia alternativa.

En este marco, la obra que presentamos para capacitación de jueces en arbitraje


nacional e internacional y conciliación hace parte de nuestro compromiso por
apoyar el Sistema de Justicia Colombiano, y es fruto de una alianza estratégica en-
tre Confecámaras y el Consejo Superior de la Judicatura, con el apoyo de la Escuela
Judicial “Rodrigo Lara Bonilla”.

Los contenidos surgieron del trabajo de varios meses de intercambio de experien-


cias y perspectivas de 130 magistrados, jueces, árbitros y conciliadores en los Cen-
tros de Conciliación y Arbitraje de las Cámaras de Comercio de Bogotá, Barranqui-
lla, Cali y Medellín, los cuales están recogidos de forma virtuosa por sus destacados
autores, los Doctores Juan Pablo Cárdenas y Alfredo Revelo.

Las Cámaras de Comercio y Confecámaras ofrecen esta obra como una contribu-
ción a los esfuerzos conjuntos de la justicia ordinaria y alternativa por contribuir
al clima de confianza e inversión en nuestro país.

Julián Domínguez Rivera


Presidente
6
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional CONTENIDO
CONTENIDO

CONTENIDO
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional
CONTENIDO

1 Prólogo 13

2 Presentación 16

3 Sinopsis profesional y laboral del autor 18

4 Justificación 21

5 Resumen del módulo 23

6 Mapa conceptual del módulo 25

7 Objetivo general 26
7
8 Objetivos específicos del módulo 26

CAPÍTULO I Arbitraje Nacional 27


Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional

Unidad 1 28

1 MARCO GENERAL DEL ARBITRAJE NACIONAL 33

1.1 Naturaleza jurídica del arbitraje: contractual,


jurisdiccional, mixto 34
1.2 Características constitucionales 36
1.2.1 Habilitación o voluntariedad 36
CONTENIDO

1.2.2 Temporalidad o transitoriedad 37


1.2.3 Excepcionalidad 37
1.2.4 Mecanismo procesal 37
1.2.5 Carácter judicial del árbitro 37
CONTENIDO

1.3 El marco normativo del Arbitraje Nacional 38


1.3.1 El papel de la iniciativa privada en la regulación del arbitraje 38
1.3.2 Aplicación del Código General del Proceso y del Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo 38
1.3.3 Clases de arbitraje 40
1.3.3.1 Arbitraje Institucional y arbitraje Ad-hoc 40
1.3.3.2 Arbitraje sujeto a las reglas legales conforme a las reglas pactadas de
un centro de arbitraje 40
1.3.3.3 Laudo en derecho, en equidad y técnico 41
1.4 La arbitrabilidad 42
1.5 El pacto arbitral 46
1.5.1 Naturaleza 47
1.5.2 Clases: cláusula compromisoria y compromiso 47
1.5.3 Condiciones de existencia y validez del pacto arbitral 47
1.5.3.1 Capacidad 47
1.5.3.2 Consentimiento 48
1.5.3.3 Objeto 53
1.5.3.4 Causa 54
1.5.4 El pacto arbitral, el régimen de servicios públicos domiciliarios
y el estatuto de protección al consumidor 54
1.5.5 El pacto arbitral y la Directiva Presidencial 04 de 2018 55
1.5.6 Los efectos del pacto arbitral 55
1.5.6.1 Efectos entre las partes 55
1.5.6.2 Efectos frente a terceros 62
1.5.7 La interpretación del pacto arbitral 62
8 1.5.8 La autonomía del pacto arbitral 63
Actividades pedagógicas 65
Autoevaluación 66
Jurisprudencia 67
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional

Bibliografía 68

CAPÍTULO I Arbitraje Nacional 69

Unidad 2 70

2. EL PROCESO ARBITRAL 75

2.1 El principio de la competencia-competencia y las relaciones con la


CONTENIDO

rama judicial en materia de competencia 75

2.2 Las reglas de procedimiento del proceso arbitral 80


2.3 La inexistencia de requisitos de procedibilidad 82
2.4 Inicio del trámite arbitral: presentación de la demanda 83
2.4.1 Integración del tribunal arbitral 84
2.4.1.1 Las calidades exigidas para ser árbitro 86
2.4.1.2 Deber de información 87
2.4.1.3 La recusación 90
2.4.2 Instalación del tribunal y trámite inicial 91
2.4.3 Primera audiencia de trámite. Declaratoria de competencia 95
2.4.4 Práctica de pruebas 98
2.4.5 Medidas cautelares 99
2.4.6 La posibilidad de acumular procesos arbitrales 100
2.4.7 Laudo 100
2.4.8 Aclaración, corrección o complementación del laudo 103
2.4.9 Efectos del laudo 105
2.4.10 Ejecución del laudo 106
2.5 Recursos contra el laudo 107
2.5.1 Recurso de anulación 107
2.5.2 La ley aplicable al recurso de anulación 110
2.5.3 Las causales de anulación 110
2.5.3.1 La inexistencia, invalidez o inoponibilidad del pacto arbitral 111
2.5.3.2 La caducidad de la acción, la falta de jurisdicción o de competencia 112
2.5.3.3 No haberse constituido el tribunal en forma legal 114
2.5.3.4 Estar el recurrente en alguno de los casos de indebida representación, o falta de
notificación o emplazamiento, siempre que no se hubiere saneado la nulidad 116
2.5.3.5 Haberse negado el decreto de una prueba pedida oportunamente o haberse dejado de
practicar una prueba decretada, sin fundamento legal, siempre y cuando se hubiere
alegado la omisión oportunamente mediante el recurso de reposición y aquella 9
pudiera tener incidencia en la decisión 116
2.5.3.6 Haberse proferido el laudo o la decisión sobre su aclaración, adición o corrección
después del vencimiento del término fijado para el proceso arbitral 117
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional

2.5.3.7 Haberse fallado en conciencia o equidad, debiendo ser en derecho, siempre que esta
circunstancia aparezca manifiesta en el laudo 118
2.5.3.8 Contener el laudo disposiciones contradictorias, errores aritméticos o errores por
omisión o cambio de palabras o alteración de estas, siempre que estén comprendidas
en la parte resolutiva o influyan en ella y hubieran sido alegados oportunamente ante
el tribunal arbitral 121
2.5.3.9 Haber recaído el laudo sobre aspectos no sujetos a la decisión de los árbitros,
haber concedido más de lo pedido o no haber decidido sobre cuestiones
sujetas al arbitramento 123
CONTENIDO

2.5.4 Efectos de la interposición del recurso de anulación 124


2.5.5 Efectos de la decisión del recurso de anulación 124
2.6 Procedencia de la acción de tutela contra las
decisiones del tribunal y contra el laudo 126
CONTENIDO

2.7 Recurso extraordinario de revisión 127


Jurisprudencia 130
Actividades pedagógicas 132
Autoevaluación 134
Bibliografía 136

CAPÍTULO II Arbitraje Internacional 137

Unidad 1 138

1 MARCO GENERAL DEL ARBITRAJE INTERNACIONAL 143

1.1 Criterios para determinar cuándo un arbitraje es internacional 143


1.1.1 La aplicación de los criterios de internacionalidad y el tránsito
de la legislación en el tiempo 144
1.1.2 Los criterios para determinar la internacionalidad 146
1.1.2.1 Primer criterio. El domicilio de las partes 146
1.1.2.2 Segundo criterio. El lugar del cumplimento de una parte sustancial de las
obligaciones o el lugar con el cual el objeto del litigio tenga una relación más estrecha,
está situado fuera del Estado en el cual las partes tienen sus domicilios 148
1.1.2.3 Tercer criterio: La controversia sometida a decisión arbitral afecte los intereses del
comercio internacional 150
1.2 Clases de arbitraje internacional 152
1.2.1 Arbitraje entre estados, arbitraje comercial internacional,
arbitraje de inversión 152
10 1.2.2 Arbitraje Institucional y arbitraje ad hoc 152
1.3 El marco normativo 153
1.4 Los criterios de interpretación de la ley 157
1.5 El papel de la autonomía privada 158
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional

1.6 El pacto arbitral 158


1.6.1 La ley aplicable al pacto arbitral 158
1.6.2 Elementos del pacto arbitral 160
1.6.2.1 Capacidad 161
1.6.2.2 Consentimiento 161
1.6.2.3 Objeto 162
1.6.3 La interpretación del pacto 166
1.6.4 Cláusulas patológicas 166
1.6.5 Efectos del pacto arbitral 169
CONTENIDO

1.6.5.1 Efectos entre partes y frente a terceros 169


1.6.5.2 Efectos frente a los jueces 169
1.7 Regulación del proceso arbitral 170
1.7.1 El régimen de la Ley 1563 de 2012 170
1.7.2 Inaplicabilidad del Código de Procedimiento Administrativo y
de lo Contencioso Administrativo y del Código General del Proceso 171
1.8 La sede del arbitraje 171
1.9 Integración del tribunal arbitral 172
1.9.1 Deberes de los árbitros. 173
1.9.2 La recusación del árbitro 174
1.10 Principio de la competencia 178
Jurisprudencia 181
Actividades pedagógicas 182
Autoevaluación 183
Bibliografía 186

CAPÍTULO II 187

Unidad 2 188

2 TRÁMITE ARBITRAL 193

2.1 La solicitud de arbitraje 193


2.2 Etapas del trámite 194
2.3 La prueba 195
2.4 Medidas cautelares 197
2.4.1 La ejecución de medidas cautelares decretadas por un tribunal arbitral
internacional 198
2.4.2 El decreto de medidas cautelares por un juez en apoyo del arbitraje 200
2.5 Laudo arbitral 202 11
2.6. Recursos contra el laudo 204
2.6.1 Posibilidad de renuncia al recurso 205
2.6.2 Las personas que pueden interponer el recurso 206
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional

2.6.3 Forma y oportunidad de interponer el recurso 206


2.6.4 Trámite del recurso 207
2.6.5 La autoridad judicial competente 208
2.6.6 Efectos de la interposición del recurso 208
2.6.7 El alcance del control judicial 208
2.6.8 Las causales 209
2.6.8.1 Causales de anulación a solicitud de parte 210
2.6.8.1.1 Invalidez del pacto arbitral 210
2.6.8.1.2 Segunda Causal 210
CONTENIDO

2.6.8.1.3 Tercera causal 215


2.6.8.1.4 Cuarta causal 216
2.6.8.2 Causales de oficio 218
2.6.8.2.1 Causal primera de oficio 219
CONTENIDO

2.6.8.2.2 Segunda causal que puede ser declarada de oficio 219


2.6.9 Efectos del recurso 223
2.6.10 Reconocimiento de laudos 225
2.6.11 El recurso de revisión 227
2.6.12 Acción de Tutela contra el laudo arbitral 227
2.6.13 Ejecución de los laudos 229
Actividades pedagógicas 230
Autoevaluación 231
Jurisprudencia 232
Bibliografía 233

CAPÍTULO II 235

Unidad 3 236

3 ARBITRAJE DE INVERSIÓN 239

3.1 Objeto del arbitraje de inversión 239


3.2 Régimen del arbitraje de inversión 240
3.3 Procedimiento 240
3.4 Laudo 241
3.5 Recursos contra el laudo 241
3.6 Efectos del laudo 242
Actividades pedagógicas 245
Autoevaluación 246
12 Jurisprudencia 247
Bibliografía 247
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional
CONTENIDO
Prólogo

P resentar una obra sin conocer su autor puede ser considerado como una
tarea difícil, pues no conozco al Dr. Juan Pablo Cárdenas Mejía, pero en el presente
caso no resulta ser una labor compleja dado que el libro que por el esfuerzo
interinstitucional público privado del Consejo Superior de la Judicatura a través
de la Escuela Judicial “Rodrigo Lara Bonilla” (EJRLB) y Confecámaras ve la luz de
la comunidad judicial y la académica en general intitulado Arbitraje Nacional
E Internacional, refleja claramente las calidades profesionales, académicas y
experiencia de su autor.

Por otro lado, el desarrollo de una figura como el arbitraje, que en ciertas oportuni-
dades es vista por los jueces estatales como un espacio perdido para la judicatura,
en una obra dirigida de manera expresa a formar parte del andamiaje académico
para la formación judicial inicial o posterior, sí es una tarea titánica que el autor 13
logra con creces al presentar el arbitraje desde una óptica integral (nacional, in-
ternacional y de inversión) articulando además con claridad absoluta y maestría,
las relaciones entre la justicia estatal y la arbitral.

Y no solo se trata del desarrollo teórico de las diferentes formas de arbitraje, sin
demeritar la importancia de la teoría en la formación académica, sino que con-
forme al modelo pedagógico y al manual de autores de la EJRLB, se construye un
verdadero módulo de aprendizaje autodirigido que servirá de base y herramienta
para la formación de los jueces y magistrados, a fin de que posean la claridad
jurídica (legal y jurisprudencial) sobre como el arbitraje no es una rueda aislada
dentro de las posibilidades constitucionales y legales de obtener justicia, sino como
la justicia estatal se relaciona de forma concreta con la arbitral desde el inicio
del proceso hasta en su control a través del recurso extraordinario de anulación
o de las acciones constitucionales que puedan interponerse contra el trámite o la
decisión de fondo.
PRESENTACIÓN

Igualmente, en un mundo caracterizado por la globalización de la economía y las


comunicaciones, resulta ser de gran importancia el desarrollo del arbitraje inter-
nacional y de inversión, pues la judicatura no puede ser ajena a dichos fenómenos
al estar en condición de comprometer la responsabilidad internacional del Estado
y por este aspecto también, el libro que se prologa resulta ser una importante he-
rramienta para los jueces y magistrados de las diferentes especialidades.

La obra que se presenta, adicionalmente no es ajena a los cambios surgidos en los


últimos tiempos en torno a las fuentes del derecho, en donde la jurisprudencia
dejó de tener un mero valor indicativo para convertirse en una verdadera fuente
formal principal y con obligatoriedad (en ocasiones absoluta como en las decisio-
nes sobre la constitucionalidad o la legalidad de las fuentes formales del derecho
y en ocasiones relativa como en los demás casos), por lo que desarrolla acertada-
mente los diferentes aspectos abordados por las Altas Cortes en torno a los diversos
temas relacionados con el arbitraje, por lo que claramente se convertirá en un
importante material de consulta para los jueces y magistrados que tengan en sus
manos decisiones referentes a alguno de los aspectos en esa interrelación constan-
te que tiene la justicia arbitral y la estatal.

Así pues, la obra que el lector tiene en sus manos se augura como un importante
material académico y práctico para la formación judicial, que claramente coad-
yuvará en el fortalecimiento de las competencias de los operadores judiciales en
materia de Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos (MASC), al que todos
vamos a acudir en busca de soporte para adoptar las decisiones a nuestro cargo
que posean relaci
14
Por último, agradecer a la Dra. Mary Lucero Novoa Moreno, Directora de la Escuela
Judicial “Rodrigo Lara Bonilla” la oportunidad de revisar el presente módulo como
par académico integrante de la red de formadores; y a Confecámaras, la invitación
a presentar esta obra a la comunidad académica en general y a la judicial en
particular.

Luis Carlos Alzate Ríos


Magistrado, Tribunal Administrativo del Quindío
Convenciones

Og Objetivo general

Oe Objetivos específicos

Co Contenidos

Ap Actividades pedagógicas

Ae Autoevaluación

J Jurisprudencia

B Bibliografía

15

Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional


CONVENCIONES
PRESENTACIÓN

1 PRESENTACIÓN

E n materia de regulación del arbitraje nacional e internacional existen en el


mundo dos grandes aproximaciones. Por un lado, existen los sistemas monistas,
en los cuales es un solo régimen el que se aplica al arbitraje sea nacional o inter-
nacional, y eventualmente algunas normas adicionales que se aplican al arbitraje
internacional. Esta es la solución que adopta el derecho español, el derecho mexi-
cano o el derecho peruano.

El sistema dualista por su parte adopta reglas distintas para el arbitraje nacional
y para el arbitraje internacional. Este es el caso del derecho francés, del derecho
chileno o del derecho colombiano.

La adopción de un régimen dualista en derecho colombiano obedeció al hecho de


que en Colombia hay una tradición jurídica sólida en materia de arbitraje nacional
que se ha concretado en reglas que han sido adecuadas para el desarrollo del ar-
bitraje. Por ello en lugar de romper la tradición, en la Ley 1563 de 2012 el legislador
reguló por separado el arbitraje nacional y el internacional. Respecto del arbitraje
nacional introdujo algunos ajustes a las reglas en esta materia y en relación con
el arbitraje internacional estableció un régimen de arbitraje particular, tomando
16 para el efecto la ley modelo de la Comisión de las Naciones Unidas para el Desa-
rrollo del Comercio Internacional (Cnudmi o Uncitral) con muy pocos cambios.
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional

Así las cosas, el módulo de arbitraje Nacional e Internacional, es una aproximación


a la práctica arbitral teniendo en cuenta la normatividad vigente y aplicable, la
jurisprudencia y la costumbre internacional, cuya intención es plasmar en cada
uno de las temáticas que se van a abordar a continuación de forma objetiva, una
visión integral de lo que es el arbitraje y su práctica, ofreciendo herramientas de
conocimiento útiles a los jueces, juezas, magistrados, magistradas, empleados y
empleadas de la rama judicial, en la solución de inquietudes y problemas alrede-
dor de su interacción profesional con el arbitraje a lo largo de sus funciones, como
funcionarios de la rama judicial.

En ese sentido, con el fin de lograr el objetivo propuesto se desarrollarán dos mó-
dulos: el primero de ellos será en materia de Arbitraje Nacional, donde se abordará
el arbitraje desde su naturaleza jurídica y constitucional, su origen desde el pacto
arbitral y sus características más importantes. Una vez establecido el presente
marco general, se procederá a abordar el trámite arbitral desde su inicio con la
presentación de la demanda, hasta su finalización con la expedición del laudo. Te-
niendo en cuenta, los puntos de interacción entre el desarrollo del proceso arbitral
con la justicia ordinaria, especialmente en lo que se refiere al trámite de los recur-
sos contra el laudo, tema frente al cual se ha elaborado un capítulo en el cual se
hablará de las causales de anulación contra el laudo y la procedencia de la acción
de tutela en los trámites arbitrales.

El segundo módulo a desarrollar es en materia de Arbitraje Internacional, frente


al cual existe un poco más de desconocimiento debido a que inicialmente tuvo
escaso desarrollo, y existen vacíos respecto de su funcionamiento, es por esta ra-
zón que se plantearán temáticas concretas que permitan entender el arbitraje
internacional en Colombia, y el rol del juez de apoyo y de control en estos trámi-
tes. Así las cosas, en este módulo se abordará lo correspondiente a los criterios de
internacionalidad a la luz de lo dispuesto en la Ley 1563 de 2012, el pacto arbitral y
sus efectos, de igual forma, se abordará el trámite arbitral internacional desde la
presentación de la solicitud de convocatoria arbitral, la integración del tribunal
o selección de los árbitros hasta la culminación del trámite con el laudo. En este
módulo, también se ha dispuesto un capítulo en el cual se abordará el trámite de
reconocimiento de laudos arbitrales, la ejecución de laudos y se finalizará con unas
reflexiones en torno al arbitraje de inversión.

En consecuencia, con el estudio de este módulo los discentes tendrán una pers-
pectiva completa del régimen arbitral, tanto Nacional como Internacional que
les permitirá formarse un criterio más amplio frente a las decisiones que deben
tomar los jueces, juezas, magistrados y magistradas, en aquellos eventos en que se 17
presentan las interacciones entre el arbitraje y la justicia ordinaria.
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional
PRESENTACIÓN

2 SINOPSIS PROFESIONAL Y
LABORAL DEL AUTOR

A bogado del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, con estudios de es-
pecialización en Derecho Civil y Comercial en la Universidad de París II y diversos
cursos sobre derecho comparado.

En lo que se refiere a su experiencia profesional, se ha desempeñado como jefe de


la División Jurídica y secretario de la Comisión Nacional de Valores (hoy Superin-
tendencia de Valores), ha sido asesor y secretario jurídico de la Presidencia de la
República.

De igual manera, ha ejercido su profesión en forma independiente, enfocado al


derecho civil, comercial y administrativo.

Es miembro de las listas de árbitros del Centro de Arbitraje y Conciliación de la


Cámara de Comercio de Bogotá, del Centro de Conciliación, Arbitraje y Amigable
Composición de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, del Centro de
Conciliación, Arbitraje y Amigable Composición de la Cámara de Comercio de Cali,
18 del Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio de Barranquilla,
del Centro de Arbitraje de la Superintendencia de Sociedades y del International
Center for Dispute Resolution (ICDR). Así mismo es miembro de la lista de concilia-
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional

dores del Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias relativas a Inversión


(CIADI)

Ha actuado como árbitro en procesos arbitrales en Colombia con sujeción a las re-
glas de la Ley 1563 y de los centros de arbitraje mencionados. Así mismo ha actuado
como árbitro en arbitrajes internacionales bajo las reglas de la Corte de Arbitraje
de la Cámara de Comercio Internacional de París, de la Comisión Interamericana
de Arbitraje Comercial, del CIADI, de UNCITRAL y de la Cámara de Comercio de
Quito.

En su experiencia académica, ha sido profesor del Colegio Mayor de Nuestra Seño-


ra del Rosario, la Pontificia Universidad Javeriana y la Universidad Externado de
Colombia.
Actualmente es profesor de contratos en el Colegio Mayor del Rosario y en la Pon-
tificia Universidad Javeriana. Igualmente ha sido profesor de arbitraje en la maes-
tría de derecho administrativo de la Universidad Javeriana. También es profesor
de arbitraje nacional en la Maestría en Derecho con énfasis en Derecho Procesal
Civil de la Universidad Externado de Colombia, y de arbitraje internacional en la
Maestría en Derecho Internacional de los Negocios de la Universidad Externado de
Colombia.

Fue miembro de la comisión redactora del proyecto de ley que se convirtió en la


Ley 1563 de 2012.

Ha publicado obras sobre:

•• El contrato de agencia mercantil.

•• Fondos de pensiones de jubilación e invalidez.

•• La responsabilidad de las personas jurídicas, la responsabilidad por el hecho


ajeno y la responsabilidad por el ejercicio de actividades peligrosas.

•• Las acciones con dividendo preferencial acumulativo y sin derecho de voto.

•• El nuevo régimen de contratación administrativa.

•• La teoría de la apariencia en la jurisprudencia.


19
•• La protección del contratante y la evolución en el derecho contemporáneo.
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional
•• El arbitraje en equidad.

•• La Convención de Viena y el Derecho Privado Colombiano y La formación


del contrato de compraventa internacional en la Convención de Viena.

•• La autonomía del contrato de arbitraje.

•• La resolución por problemas de funcionamiento de la cosa en el derecho


colombiano: el régimen interno –vicios ocultos y garantía mínima presun-
ta- y el régimen de la compraventa internacional.

•• La evolución del arbitraje en materia estatal.

•• El mandato y la representación.
PRESENTACIÓN

•• Las causales que pueden ser declaradas de oficio para negar el reconoci-
miento de un laudo.

•• Los derechos fundamentales y el derecho privado contractual. La situación


en derecho colombiano.

•• El subcontrato.

•• Cláusulas exoneratorias o restrictivas de responsabilidad.

•• La causa extraña como eximente de responsabilidad.

•• El laudo arbitral y los recursos de anulación y revisión en el arbitraje na-


cional.

•• El acuerdo de arbitraje en el arbitraje internacional.

•• El recurso de anulación en el arbitraje internacional.

•• La huida por la administración del derecho privado contractual.

•• El concepto de orden público en el arbitraje internacional.

En la actualidad, ejerce su carrera profesional de forma independiente como ase-


sor, consultor, árbitro nacional e internacional y abogado litigante.
20
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional
3 JUSTIFICACIÓN

D e conformidad con el Plan de Formación definido por la Escuela Judicial Ro-


drigo Lara Bonilla (EJRLB) para el año 2018, se vislumbró la necesidad de fortalecer
las competencias de los jueces y juezas, magistrados y magistradas en materia de
Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos (MASC), en ese sentido, dentro
de su Tercer Objetivo referente a la Educación Básica, se dejó definido dentro de los
logros esperados para el 2018, que con el apoyo de Confecámaras se realizaría un
módulo de formación sobre los “Elementos y prácticas de mecanismos alternati-
vos de solución de conflictos”, especificando la necesidad de formación en materia
de arbitraje y conciliación.

Siendo este lineamiento establecido por la EJRLB, en materia de arbitraje, se dio


inicio a la realización de cuatro (4) encuentros a nivel nacional dirigidos por el
autor del presente módulo, entre jueces y juezas, magistrados y magistradas, con
árbitros de diferentes ciudades, con el fin de identificar las dificultades en esta ma-
teria y de este modo procurar una formación más completa y precisa que permita
lograr mayor eficiencia en la administración de justicia.

En este el escenario, se definió la necesidad de crear dos módulos en materia de


arbitraje, el primero de ellos en Arbitraje Nacional y el segundo en materia de
Arbitraje Internacional, los cuales serán objeto de estudio de los jueces y juezas, 21
magistrados y magistradas y demás funcionarios de la rama judicial
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional
Esta formación en materia de arbitraje encuentra especial relevancia en las inte-
racciones que se originan del proceso arbitral con la justicia ordinaria. Pues si bien
es cierto que el arbitraje se caracteriza por ser un proceso privado e independiente,
de conformidad con la Constitución Política Colombiana, corresponde a la justi-
cia permanente del Estado realizar una serie de actividades con el fin de apoyar
el desarrollo de los procesos arbitrales e igualmente ejercer un control sobre los
mismos, teniendo en cuenta que de conformidad con la Constitución Política el
árbitro administra justicia.

De esta manera las interacciones entre los árbitros y la justicia permanente del
Estado, están dadas en dos ámbitos: el primero se refiere a aquellas interacciones
donde los jueces y/o juezas actúan como jueces de apoyo al ejercicio de la función
arbitral, en actuaciones tales como: designar los árbitros cuando corresponda, re-
levo de los árbitros por causales de impedimento o recusación o incumplimiento
PRESENTACIÓN

del deber de información, práctica de medidas cautelares, ejecución de laudos ar-


bitrales, entre otras. El segundo, se refiere al control, que se desarrolla a través del
conocimiento y decisión de los recursos de anulación y revisión contra el laudo,
tutelas contra las decisiones del tribunal, reconocimiento de laudos extranjeros en
materia de arbitraje internacional.

Es en este contexto, en el cual es importante que los jueces y juezas, magistrados y


magistradas conozcan las características constitucionales del arbitraje y los prin-
cipios que lo rigen. Adicionalmente los dos módulos recopilan casos y jurispruden-
cia relevante en cada una de las materias, que les permitirá conocer los casos más
emblemáticos y así dar mayor soporte a sus decisiones. Todo lo anterior en pro
de ofrecer a los ciudadanos una coordinada y eficiente administración de justicia.

22
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional
4 RESUMEN DEL MÓDULO

E ste módulo en materia de Arbitraje Nacional e Internacional, se ha dividido


en dos capítulos, en los cuales se desarrollará cada una de las temáticas plantea-
das, teniendo en cuenta que el arbitraje nacional en Colombia tiene fundamento
constitucional y se asemeja a un proceso judicial nacional, y por ello en su es-
tructura y desarrollo es diferente al arbitraje internacional. Así las cosas, en cada
módulo se desarrollarán los siguientes temas:

Arbitraje Nacional: este módulo está dividido en dos Unidades, en la primera se desa-
rrolla el Marco General del arbitraje, tomando como elementos, el marco normativo
y constitucional, y el estudio del pacto arbitral. Este primera Unidad, contribuye a
entender todo el entorno referente al arbitraje nacional, ubicando al arbitraje dentro
del contexto jurídico y sirviendo de base para el desarrollo de la segunda Unidad que
se refiere al trámite. Este módulo es de gran importancia para el discente, pues de su
entendimiento dependerá el eficiente desarrollo de la siguiente unidad.

La segunda Unidad, inicia con el estudio de los criterios para determinar la compe-
tencia de los asuntos que se someten a arbitraje excluyéndolos de la justicia ordi-
naria, luego se aborda todo el trámite arbitral desde su inicio con la presentación
de la demanda, avanzando en cada contenido en las etapas del trámite arbitral,
en los cuales, se hace referencia a temas como la práctica de pruebas y de medidas 23
cautelares, teniendo en cuenta su interacción con la justicia tradicional. Por últi-
mo, se abordarán los recursos y tutela contra el laudo arbitral, haciendo mención
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional
a los principales aspectos de cada una de las causales de anulación.

Arbitraje Internacional: Este módulo se divide en tres unidades, a lo largo de las


cuales, se estudiará el arbitraje internacional desde la óptica de las normas y ju-
risprudencia Colombiana y desde la perspectiva internacional. Por esta razón, con
el fin de brindar herramientas conceptuales adecuadas a los estudiantes de dicho
módulo, se iniciará el mismo con el estudio del marco general del Arbitraje Inter-
nacional, profundizando específicamente en los criterios para determinar cuándo
un arbitraje es considerado internacional conforme a la normativa y jurispruden-
cia actual en Colombia, así mismo se abordará el estudio de las diferentes clases
de arbitraje y la aplicación de los reglamentos de los Centros.

Por otro lado, se estudiará la teoría del pacto arbitral y la aplicabilidad de las
cláusulas patológicas, entendiendo por estas aquellas cláusulas que dificultan o
PRESENTACIÓN

hacen imposible el eficiente desarrollo del trámite arbitral. Una vez, desarrollados
los temas alrededor de la práctica arbitral internacional, el módulo en sus uni-
dades aborda el trámite arbitral internacional, en el cual se analizarán las etapas
generales y comunes, pues dichos trámites en su desarrollo dependerán de la ley
aplicable a cada país y de los reglamentos de los Centros. Teniendo en cuenta que
el objetivo general de este Módulo, es estudiar los criterios para la integración de
los tribunales arbitrales, los deberes de los árbitros y el procedimiento para rea-
lizar dicho nombramiento por los jueces y juezas en los casos previstos por la ley.

Una vez abordado el procedimiento arbitral internacional, que comprende la prác-


tica de pruebas y la práctica de medidas cautelares, las unidades siguientes se
centran en el estudio del laudo: anulación, reconocimiento, ejecución y tutela. Por
último, se hará una breve referencia al arbitraje de inversión, con la finalidad de
entender sus diferencias con el arbitraje comercial internacional, y tener unas
importantes referencias sobre dichas materias.

24
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional
Arbitraje

ARBITRAJE NACIONAL Arbitraje Internacional

Marco General Marco General


del Arbitraje del Arbitraje
Nacional ITERNacional

Laudo Arbitraje Comercial Arbitraje de Inversión


Pacto Arbitral Procedimiento

Cláusula Compromiso Trámite Pruebas Medidas Pacto Arbitral Procedimiento Sede del Laudo
Recursos ACCIÓN de Arbitraje
Compromisoria Cautelares TUTELA Cláusulas Reglamentos
Patológicas de los Centros Reconocimiento Acción de Anulación
Anulación Revisión de Laudos Tutela Causales
Causales Causales Trámite
5 MAPA CONCEPTUAL DEL MÓDULO

Trámite Trámite

25

Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional


PRESENTACIÓN

6 OBJETIVO GENERAL

F ortalecer la formación de los jueces y juezas, magistrados y magistradas en


materia de Arbitraje Nacional y Arbitraje Internacional, con el fin de facilitar
las interacciones entre la justicia arbitral y la justicia ordinaria en pro de una efi-
ciente administración de justicia.

7 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
DEL MÓDULO

26
–– Desarrollar la comprensión de los jueces y juezas, magistrados y magistra-
Módulo de Arbitraje Nacional E Internacional

das respecto de cada una de las etapas del proceso arbitral tanto en materia
de arbitraje nacional como internacional.

–– Conocer y analizar las reglas internacionales utilizadas en materia de ar-


bitraje internacional, con el fin de que los jueces y juezas, magistrados y
magistradas puedan formar un criterio en relación con el apoyo y el control
que deben ejercer respecto de dicho arbitraje.

–– Reconocer los principios que regulan el arbitraje, con el fin de tener un pa-
norama más amplio en materia arbitral.

–– Facilitar la toma de decisiones por parte de los jueces y juezas, magistrados


y magistradas frente a los puntos de encuentro entre la justicia arbitral y
la justicia ordinaria.
UNIDAD
Marco General del Arbitraje Nacional

1
Nacional
Arbitraje
CAPÍTULO
1
UNIDAD

1
Marco General del Arbitraje Nacional
Objetivo General

Estudiar la naturaleza jurídica, constitucional y conceptual alrededor


Og de la cual se desarrolla el arbitraje, con el fin de entender el entorno y
facilitar en entendimiento del procedimiento arbitral y los recursos
contra el laudo.

Objetivos Específicos

•• Mostrar el desarrollo jurídico y jurisprudencial en Colombia


Oe entorno al arbitraje.
•• Entender la naturaleza jurídica del arbitraje y establecer diferen-
cias frente a la justicia tradicional.
•• Estudiar el pacto arbitral, como desarrollo del principio de autono-
mía privada de las partes.

29

Marco General del Arbitraje Nacional

1
UNIDAD
1
CAPÍTULO

ARBITRAJE NACIONAL

Marco General
del Arbitraje
Nacional

Pacto Arbitral Procedimiento Laudo

Cláusula Compromiso Trámite Pruebas Medidas ACCIÓN de


Compromisoria Cautelares TUTELA
Recursos

Anulación Revisión
Causales Causales
Trámite Trámite

30
Marco General del Arbitraje Nacional

1
UNIDAD
CAPÍTULO I Arbitraje Nacional 27

Co Unidad 1 28

1 MARCO GENERAL DEL ARBITRAJE NACIONAL 33

1.1 Naturaleza jurídica del arbitraje: contractual,


jurisdiccional, mixto 34

1.2 Características constitucionales 36


1.2.1 Habilitación o voluntariedad 36
1.2.2 Temporalidad o transitoriedad 37
1.2.3 Excepcionalidad 37
1.2.4 Mecanismo procesal 37
1.2.5 Carácter judicial del árbitro 37

1.3 El marco normativo del arbitraje nacional 38


1.3.1 El papel de la iniciativa privada en la regulación del arbitraje. 38
1.3.2 Aplicación del Código General del Proceso y del Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo 38
1.3.3 Clases de arbitraje 40
1.3.3.1 Arbitraje Institucional y arbitraje Ad-hoc 40 31
1.3.3.2 Arbitraje sujeto a las reglas legales conforme a las reglas pactadas de
un centro de arbitraje 40
1.3.3.3 Laudo en derecho, en equidad y técnico 41

1.4 La arbitrabilidad
Marco General del Arbitraje Nacional

42

1.5 El pacto arbitral 46


1.5.1 Naturaleza 47
1.5.2 Clases: cláusula compromisoria y compromiso 47
1.5.3 Condiciones de existencia y validez del pacto arbitral 47
1.5.3.1 Capacidad 47

1
1.5.3.2 Consentimiento 48 UNIDAD

1.5.3.3 Objeto 53
1.5.3.4 Causa 54
1.5.4 El pacto arbitral, el régimen de servicios públicos
domicilriarios y el estatuto de protección al consumidor 54
1.5.5 El pacto arbitral y la Directiva Presidencial 04 de 2018 55
1.5.6 Los efectos del pacto arbitral 55
1.5.6.1 Efectos entre las partes 55
1.5.6.2 Efectos frente a terceros 62
1.5.7 La interpretación del pacto arbitral 62
1.5.8 La autonomía del pacto arbitral 63
Actividades pedagógicas 65
Autoevaluación 66
Jurisprudencia 67
Bibliografía 68
MARCO GENERAL
DEL ARBITRAJE NACIONAL 1
E l arbitraje está expresamente autorizado por el artículo 116 de la Constitución
Política que prevé que los particulares pueden ser investidos transitoriamente de
la función de administrar justicia en la Condición de árbitros habilitados por las
partes para proferir fallos en derecho o en equidad, en los términos que determine
la ley. Actualmente la regulación del arbitraje está contenida en la Ley 1563 de 2012.
En todo caso el arbitraje en el mundo es muy antiguo, y en Colombia, en general
siempre ha podido operar desde la conquista.

En efecto, existen referencias al arbitraje en textos muy antiguos. Incluso se sostiene


que el arbitraje es anterior a la jurisdicción estatal, en la medida en que el primero
solo supone la voluntad de las partes de someter la controversia a un tercero, en tanto
que la segunda supone la existencia del estado y la adquisición por él del poder de
resolver las controversias. Se ha dicho que la justicia privada es el “antecedente re-
moto de la impartida por el Estado, desde 33
luego que aquella – la del arbitraje- contie-
En todo caso el arbitraje en
ne el germen de esta”, “es el germen de la el mundo es muy antiguo,
justicia estatal”1. En Roma, por ejemplo, el y en Colombia, en general
arbitraje era muy utilizado y en el Digesto siempre ha podido operar
desde la conquista.
Marco General del Arbitraje Nacional

hay numerosas referencias al mismo.

En todo caso en Colombia desde la conquista ha existido la posibilidad de acudir


al arbitraje2. En efecto las normas españolas3 que se aplicaron durante la colonia,

1
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. Sentencia del 9 de mayo de 2017, Radicación n°
11001-31-03-019-2008-00247-01.

1
2
Durante la conquista se citan dos casos importantes de arbitraje, el que se desarrolló entre Francisco Pi-
UNIDAD
zarro y Diego de Almagro en Perú, y el que se realizó ente Francisco de Villagra y Francisco de Aguirre en
Chile. Ver al respecto: Eloy Anzola. Dos arbitrajes del tiempo colonial: Entre Francisco de Pizarro y Diego de
Almagro y entre Francisco de Villagra y Francisco de Aguirre. Disponible en http://eanzola.com/images/
uploads/Arbitrajes_de_conquistadores.pdf, consultado el 10 de enero de 2019.
3
El emperador Carlos V el 10 de diciembre de 1532 dispuso que en las Indias se reconocieran efectos a
las decisiones de los árbitros como se hacía en España de acuerdo con las leyes de Castilla. Ver Recopila-
ción de las Leyes de Indias de 1680 (Libro V. Título X. Ley V).
1
CAPÍTULO

autorizaban el arbitraje. Tal era el caso de las Siete Partidas (Partida III, Título IV,
Leyes XXIII a XXXV), la Nueva Recopilación y la Novísima Recopilación (Recopila-
ción, IV, 21,4; Novísima Recopilación, XI, 17, 4), así como las Ordenanzas de Bilbao
(numeral XVI del capítulo X).

Igualmente, en diversas constituciones adoptadas en los primeros años de la in-


dependencia se consagró el arbitraje y el derecho a acudir al mismo para resolver
controversias (es el caso de las constituciones de Popayán de 1814, Cundinamarca,
de 1815 y Antioquia de 1815; lo mismo ocurrió con la Constitución de la República
de Colombia de 1830 y la Constitución de la Nueva Granada de 1832). Las normas
de procedimiento que se dictaron igualmente consagraron el arbitraje. En algu-
nas de dichas regulaciones se previó la posibilidad de acudir a los jueces y magis-
trados para que decidieran como árbitros4. Posteriormente la ley 2ª de 1938 reco-
noció la validez de la cláusula compromisoria. Como quiera que la Constitución
de 1886 no contempló expresamente el arbitraje, algunas personas cuestionaron
la constitucionalidad de las normas legales que lo consagraban, lo cual fue deci-
dido por la Corte Suprema de Justicia, como juez constitucional, en sentencia del
29 de mayo de 19695. En esta sentencia la Corte concluyó que el arbitraje no era
inconstitucional para lo cual realizó un análisis de dicha institución tanto desde
el punto de vista del derecho privado, como del derecho público. En todo caso el
Constituyente de 1991 decidió incluir en la Carta Política una norma expresa para
regularlo.

1.1 Naturaleza jurídica del arbitraje: contractual,


34 jurisdiccional, mixto
Existen dos teorías orientadas a determinar si el arbitraje tiene naturaleza con-
tractual o procesal - jurisdiccional. Sin embargo, la tendencia contemporánea se
orienta en el sentido de sostener una tercera teoría, según la cual el arbitraje tiene
Marco General del Arbitraje Nacional

una naturaleza jurídica de carácter mixto.

En efecto, no es posible negar el carácter contractual del arbitraje lo cual se ve


reflejado en el principio de habilitación, pues para que se pueda acudir al arbitraje
es necesario que las partes así lo hayan pactado a través de un negocio jurídico.
En este punto ha señalado la Corte Constitucional que por “mandato expreso del

1
UNIDAD
4
Ver por ejemplo, el artículo 95 de la Ley 57 de 1887 y el artículo 215 del Código de Organización
Judicial de la República de Colombia (ley 147 de 1888), con fundamento en el cual un magistrado de
la Corte Suprema de Justicia dicho sentencia como árbitro en diciembre de 1890. G.J. tomo V, P. 362.
Igualmente, el acuerdo 246 de 1888 de la Corte Suprema de Justicia relativo a los casos en que uno de
los magistrados como árbitro se niega a firmar. GJ tomo II, P. 322.
5
GJ CXXXVII, P. 58 y siguientes.
constituyente, la voluntad autónoma de las partes en conflicto es el pilar central
sobre el que se estructura el sistema de arbitramento en nuestro ordenamiento
jurídico”. El carácter contractual del arbitraje se expresa igualmente en el hecho
de que el legislador reconoce la autonomía de las partes, al prever que salvo el caso
de entidades públicas o particulares que cumplen funciones administrativas, pue-
den pactar las reglas aplicables al procedimiento siempre y cuando respeten “los
principios constitucionales que integran el debido proceso, el derecho de defensa y
la igualdad de las partes” (artículo 58 de la Ley 1563 de 2012)6. Es decir, en materia
arbitral no es necesario seguir el procedimiento que establece la Ley 1563 de 2012.
Así mismo, el carácter voluntarista se ve reflejado en el hecho de que en el arbitra-
je las partes en principio son quienes escogen los árbitros, y estos últimos pueden
aceptar o rechazar el encargo que les hacen. Lo anterior ha llevado a concluir 7 que
entre las partes y los árbitros se forma un contrato, que no tiene regulación parti-
cular en la ley. Así mismo la doctrina internacional ha reconocido que cuando se
pacta acudir a un centro de arbitraje, con el mismo se forma también un contrato.

El carácter voluntarista se ve reflejado en el hecho de que


en el arbitraje las partes en principio son quienes escogen
los árbitros, y estos últimos pueden aceptar o rechazar el
encargo que les hacen.

Sin embargo, desde otro punto de vista debe observarse que el arbitraje tiene por
objeto que los árbitros resuelvan la controversia a través de un laudo, al cual la
ley le reconoce el carácter de sentencia con todos sus efectos. Es decir, el objeto 35
del arbitraje es producir un acto jurisdiccional, y por ello, la ley impone que el
procedimiento cumpla por lo menos los principios constitucionales del debido
proceso, derecho de defensa e igualdad de las partes. En derecho colombiano la
jurisprudencia de la Corte Constitucional ha reconocido que el árbitro actúa como
Marco General del Arbitraje Nacional

juez8 y por ello tiene tanto los poderes, como los deberes y responsabilidades de un

6
Igualmente sentencia SU-174-07 señala la Corte Constitucional que las partes “incluso fijan el procedi-
miento arbitral a seguir, dentro del marco general trazado por la ley”.
7
Este concepto viene del derecho romano, en el cual el árbitro aceptaba actuar como tal por un pacto pre-
torio que era el receptum arbitri (Emilssen González de Cancino. Arbitraje Romano publicado en el Contrato

1
de Arbitraje, Eduardo Silva Romero y Fabricio Mantilla. Ed Legis. Universidad del Rosario, 2005, P. 27). La
doctrina mayoritaria a nivel internacional se orienta en dicho sentido (por ejemplo, Thomas Clay. El árbitro.ed UNIDAD
Ibañez, Bogotá, 2012, páginas 12 y siguientes Fouchard Gaillard y Goldman, Fouchard Gaillard Goldman
on International Commercial Arbitration, ed Kluwer, Gary Born, International Arbitration: Law and Practice).
Igualmente lo han hecho las cortes de diferentes países como Francia (Corte de Apelaciones de Paris del 19
de diciembre de 1996 y Corte de Casación del 17 de noviembre de 2010) e Inglaterra (decisión del caso
K/S Norjarl A/S v. Hyundai Heavy Indus. Co. [1992] 1 QB 863, 885 (English Ct. App.).
8
Sentencia SU-174-07
1
CAPÍTULO

juez9. Adicionalmente, como el árbitro administra justicia debe hacerlo imparcial-


mente y por ello la Ley 1563 consagra dicho principio, como uno de los que rigen
el arbitraje.

De esta manera, si bien el arbitraje se funda en un acto de autonomía privada,


que se expresa en diversos aspectos, el mismo concluye en una “decisión eminen-
temente jurisdiccional que equivale a una providencia judicial, en la medida en
que resuelve el conflicto entre las partes pronunciándose sobre los hechos, pre-
tensiones, pruebas y reglas jurídicas aplicables”10 por lo que ha de concluirse que el
arbitraje tiene una naturaleza mixta. En este sentido se orienta la Corte Suprema
de Justicia que adopta una perspectiva ecléctica11 y señala que ello resulta de la
lectura del artículo 116 de la Constitución Política pues al principio de habilitación,
“en cuya virtud los árbitros ejercen transitoriamente la función de administrar
justicia, en tanto en un caso determinado las partes los han autorizado para ello
se aúna la índole jurisdiccional de la actividad desplegada por el tribunal arbitral
y la fuerza de cosa juzgada que tiene el fallo (laudo) con que culmina su actuar”.

Dicha naturaleza mixta incide en el régimen aplicable al arbitraje, pues en diver-


sos aspectos deben tenerse en cuenta las reglas propias de los actos de autonomía
privada, en tanto que, de otra parte, deben tomarse en consideración los principios
que rigen los actos jurisdiccionales.

1.2 Características constitucionales

36 La Corte Constitucional se ha ocupado de precisar las características del arbitraje


desde el punto de vista constitucional. A tal efecto ha destacado las siguientes:

1.2.1 Habilitación o voluntariedad


De conformidad con el artículo 116 de la Constitución Política para que proceda
Marco General del Arbitraje Nacional

el arbitraje es necesario que exista acuerdo de las partes en la controversia. Es


por ello que la Corte ha declarado inconstitucionales diversas disposiciones legales

9
En Sentencia C-431-95 la Corte Constitucional expresó que como el artículo 116 señala que los árbitros
actúan en los términos que señala la ley es a “la ley a quien corresponde determinar: a) los asuntos y la
forma en que los particulares pueden administrar justicia en la condición de árbitros; b) los límites y términos
en que los árbitros están habilitados para administrar justicia, y c) sus funciones y facultades, que son las

1
mismas que tienen los jueces ordinarios”. Agregó la Corte que “El árbitro, particular investido por la ley de
UNIDAD la majestad del juez -como sustituto autorizado por éste, artículos 116 y 29 superiores-, tiene por esta razón
los mismos deberes, poderes y facultades de los jueces civiles, en particular de los del circuito a quienes se
asimila por mandato legal”.
10
Sentencia SU-174-07.
11
Sala de Casación Civil. Sentencia de casación del 9 de mayo de 2017, Radicación n° 11001-31-
03-019-2008-00247-01, que reitera el pronunciamiento de dicha Sala del 1° julio de 2009. Radicación
11001-3103-039-2000-00310-01.
que consagraban el arbitraje como obligatorio. Así ocurrió en materia de servicios
públicos domiciliarios (sentencia C-242 de 1997) o en materia de concesión de tele-
visión (C-060 de 2001).

La Corte sólo ha aceptado que el arbitraje pueda ser impuesto por la ley como
obligatorio en los conflictos colectivos del trabajo, lo anterior “por estar en juego
bienes constitucionalmente relevantes tales como la obligación estatal de proveer
mecanismos de solución pacífica de controversias laborales, la preservación de la
empresa como unidad productiva, e incluso los derechos de los trabajadores y la
protección de valores y principios constitucionales relacionados con la protección
del trabajo”. Agregó dicha Corporación que “que el arbitramento obligatorio es una
medida idónea y necesaria para la consecución de estas finalidades”12

1.2.2 Temporalidad o transitoriedad


El arbitraje tiene carácter temporal. El árbitro es designado para resolver una con-
troversia en un determinado plazo y por ello una vez cumplida su misión desapa-
rece su investidura como juez13. Por ello cumplido el término previsto para el de-
sarrollo del proceso, él no puede continuar actuando y sus actos no tiene carácter
jurisdiccional.

1.2.3 Excepcionalidad
El arbitraje es excepcional, pues no toda controversia puede ser sometida a arbi-
traje. El arbitraje no desplaza a la jurisdicción permanente del estado14.

1.2.4 Mecanismo procesal


El arbitraje “ tiene naturaleza procesal, y como tal está sujeto a un marco legal, así 37
como a lo dispuesto por las partes sobre el procedimiento a seguir” 15 y por ello se
“deben materializar, dentro de la lógica propia del arbitraje y atendiendo a sus espe-
cificidades, los derechos fundamentales al debido proceso, de defensa y de acceso a la
administración de justicia, respetando el marco específico trazado por el legislador”.
Marco General del Arbitraje Nacional

1.2.5 Carácter judicial del árbitro


El árbitro cumple funciones jurisdiccionales y por ello es un verdadero juez, con
todos los poderes, deberes y responsabilidades del mismo.

Desde esta perspectiva el sistema colombiano va más allá de lo que se reconoce en


otros países en que no se asimila totalmente al árbitro y al juez. Así, por ejemplo,

1
UNIDAD

12
Sentencia C-300-12.
13
Sentencias C-431-95 y SU-174-07, entre otras.
14
Sentencias SU 174-97 y C-060-2001.
15
Sentencia T-058-09.
1
CAPÍTULO

en otros países se señala que el árbitro no tiene imperium y no puede tomar


medidas que puedan ser obligatorias para terceros. En Colombia, el árbitro puede
dictar medidas cautelares como lo haría un juez, y por consiguiente, dar órdenes
a terceros (por ejemplo, una entidad bancaria) o incluso a personas que cumplen
funciones públicas (por ejemplo, una oficina de registro de instrumentos públicos).

1.3 El marco normativo del Arbitraje Nacional

1.3.1 El papel de la iniciativa privada en la regulación del arbitraje


La Constitución Política establece que el arbitraje se funda en el consentimiento de
las partes en conflicto. Por ello la ley reconoce que el arbitraje surge de un acuerdo
de voluntades y que en dicho acuerdo las partes pueden ejercer su iniciativa privada.

La iniciativa privada no sólo opera para efectos de que pueda acudirse o no al ar-
bitraje, sino que también opera en diversos aspectos como son:

–– Las partes pueden acordar el procedimiento aplicable siempre y cuando se


respeten los principios constitucionales del debido proceso, derecho de de-
fensa e igualdad de las partes.

–– Las partes pueden escoger los árbitros.

Tan importante es la voluntad particular que en relación con un arbitraje existen


diferentes negocios jurídicos.
38
En primer lugar, debe existir el pacto arbitral, el cual vincula a las partes contra-
tantes y determina las materias que pueden ser sometidas a arbitraje.

En segundo lugar, cuando las partes acuden a un centro arbitral, para que el mis-
Marco General del Arbitraje Nacional

mo administre el proceso arbitral, se celebra un contrato entre quienes acuden


al centro y este último, por el cual el centro se obliga a prestar sus servicios para
apoyar el desarrollo del proceso arbitral y a cambio recibe una remuneración.

En tercer lugar, cuando se designan los árbitros y estos aceptan se forma un nego-
cio jurídico entre los árbitros y las partes por el cual los árbitros se obligan a actuar
en cuanto tales para resolver la controversia que les ha sido sometida.

1
UNIDAD

1.3.2 Aplicación del Código General del Proceso y del Código


de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo
En derecho colombiano el arbitraje se sujeta a la Ley 1563 de 2012. Ahora bien, en algu-
nos casos el Estatuto Arbitral ordena aplicar el Código General del Proceso. Así ocurre
con los requisitos de la demanda, que debe cumplir la convocatoria del tribunal (artí-
culo 12); la admisión, inadmisión y rechazo de la demanda (artículo 20); el amparo de
pobreza (artículo 13); las causales de recusación de los árbitros (artículo 16); las faculta-
des y deberes del tribunal y las partes en materia de pruebas (artículo 31); las medidas
cautelares, que se sujetarán a dicho Código en los casos en que de no existir pacto
arbitral el proceso se hubiese tramitado ante los jueces civiles (artículo 32); y el lla-
mamiento en garantía, la intervención excluyente y de las demás partes (artículo 37).

Igualmente, la ley ordena aplicar el Código de Procedimiento Administrativo y


de lo Contencioso Administrativo en relación con las causales de impedimento y
recusación de dicho Código cuando en el arbitraje sea parte el estado o alguna de
sus entidades (artículo 16), así como en materia de medidas cautelares, cuando de
no haber pacto arbitral la controversia habría de someterse a la jurisdicción con-
tencioso administrativa (artículo 32).

Ahora bien, el artículo 1º del Código General del Proceso establece que el mismo se
aplica, además, a todos los asuntos de cualquier jurisdicción o especialidad y a las
actuaciones de particulares y autoridades administrativas, cuando ejerzan funcio-
nes jurisdiccionales, en cuanto no estén regulados expresamente en otras leyes.

En derecho colombiano el arbitraje se sujeta a la Ley 1563


de 2012. Ahora bien, en algunos casos el Estatuto Arbitral
ordena aplicar el Código General del Proceso.

Desde esta perspectiva la Ley 1563 establece en su artículo 119 que dicha ley “regula 39
íntegramente la materia de arbitraje”. Por consiguiente, el Código General del Proceso
sólo está llamado a aplicarse en las materias en las que exista un vacío en la Ley 1563
de 2012. Es el caso, por ejemplo, de la condena en costas que no regula esta última ley.
Marco General del Arbitraje Nacional

Por el contrario, salvo los casos en los que la Ley 1563 de 2012 hace expresa referen-
cia al Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo,
el mismo no se aplica al procedimiento arbitral.

No sobra en todo caso aclarar que una cosa es el procedimiento a seguir y otra
los términos para intentar las acciones correspondientes, los cuales se sujetan a
las normas que las regulan. Así si se intenta ante un tribunal arbitral una de las

1
acciones que consagra el Código de Procedimiento Administrativo y de lo Conten- UNIDAD

cioso Administrativo, el término de caducidad será el que establece dicho Código16.

16
En tal sentido por ejemplo sentencias de la Sección Tercera del Consejo de Estado del 18 febrero de
2010 Exp. 37.004 Radicación: 110010326000200900058 00 y 13 de abril de 2015 Radicación:
11001-03-26-000-2014-00162-00 (52.556).
1
CAPÍTULO

1.3.3 Clases de arbitraje


El arbitraje puede ser de varias clases según que sea administrado o no por un cen-
tro de arbitraje (institucional o ad-hoc), se desarrolle conforme a la ley, la voluntad
de las partes o las reglas de un centro (legal o convencional), o el fundamento de la
decisión de los árbitros (en derecho, equidad o técnico).

1.3.3.1 Arbitraje institucional y arbitraje ad – hoc


Establece el artículo 2º de la ley que el arbitraje es ad-hoc si es conducido directa-
mente por los árbitros y es institucional si es administrado por un centro de arbi-
traje. La regla general en la ley es que el arbitraje es institucional. Además, cuando
se trata de arbitrajes en los que es parte una entidad pública o un particular que
desempeñe funciones administrativas, no es posible pactar arbitraje ad-hoc.

En el arbitraje institucional la solicitud de arbitraje debe ser presentada en el


centro de arbitraje pactado, o en caso contrario, en un centro del domicilio del
convocado. Por el contrario, en el arbitraje ad-hoc la solicitud se remite directa-
mente a la otra parte.

En el arbitraje institucional la solicitud de arbitraje debe reunir los requisitos de


una demanda, por el contrario, en el arbitraje ad-hoc, se distingue entre la soli-
citud de arbitraje y la demanda, la cual se presenta una vez instalado el tribunal.

Así mismo, en el arbitraje ad-hoc no es necesario que exista secretario, como si


ocurre en el institucional. En lo demás al arbitraje ad-hoc se le aplican las reglas
del arbitraje institucional.
40
1.3.3.2 Arbitraje sujeto a las reglas legales o conforme a las reglas pactadas o
de un centro de arbitraje
En principio el arbitraje se desarrolla conforme a las reglas que establece la Ley
1563 de 2012. No obstante, de acuerdo con el artículo 58 de la misma ley, en los
Marco General del Arbitraje Nacional

arbitrajes en que no es parte el Estado o alguna de sus entidades, las partes pue-
den pactar las reglas aplicables al arbitraje, directamente o por referencia a un
reglamento de un centro de arbitraje. En todo caso la ley exige que dichos proce-
dimientos respeten los principios constitucionales que integran el debido proceso,
el derecho de defensa y la igualdad de las partes. Lo anterior implica que los par-
ticulares pueden pactar reglas de procedimiento distintas a las contempladas en
la Ley 1563 o en el Código General del Proceso, siempre que respeten los principios

1
UNIDAD constitucionales mencionados.

Esta categoría es independiente a la anterior (institucional o ad-hoc). Por ello el


hecho de que la demanda se presente en un centro de arbitraje no significa que
deba aplicarse al trámite arbitral del reglamento de dicho centro, porque para que
ello ocurra es necesario que las partes hayan llegado a un acuerdo en tal sentido.
En todo caso la ley dispone que cuando en el arbitraje es parte el estado o alguna
de sus entidades no es posible pactar un procedimiento especial, por lo que se debe
aplicar el procedimiento previsto en la ley.

1.3.3.3 Laudo en derecho, en equidad y técnico


Una tercera clasificación obedece a las reglas que se siguen para adoptar la deci-
sión en el laudo. A tal efecto, la ley distingue entre laudo en derecho, en equidad
y técnico. A diferencia de la legislación anterior que definía cada una de estas ca-
tegorías, la ley actual no lo hace, en todo caso dichas categorías pueden precisarse
de la siguiente manera:

El laudo en derecho se produce cuando el mismo se fundamenta en el ordena-


miento jurídico. El laudo en equidad es precisamente aquél en el cual el árbitro no
se funda en el ordenamiento jurídico sino busca una solución que le parece justa17.
El laudo técnico es aquel que se funda en una ciencia o técnica.

En todo caso cuando en el proceso arbitral es parte una entidad pública o un par-
ticular que cumple funciones administrativas, el arbitraje no puede ser en equidad
sino en derecho. Lo anterior porque las entidades públicas están sujetas al princi-
pio de legalidad.

Como quiera que lo que caracteriza un laudo en derecho es su fundamentación en


el ordenamiento jurídico, el hecho de que el tribunal incurra en un razonamiento
jurídico erróneo no desvirtúa que el laudo sea en derecho.

En materia de arbitraje técnico ha existido la discusión tradicional de si los árbi- 41


tros pueden pronunciarse sólo sobre aspectos técnicos o si pueden ir más allá. Así,
por ejemplo, cabe preguntarse si además de determinar si una maquinaria tiene
un determinado rendimiento los árbitros técnicos pueden declarar que existe un
incumplimiento del contrato y deducir las consecuencias correspondientes.
Marco General del Arbitraje Nacional

La legislación anterior establecía que las partes debían precisar el alcance de las
facultades de los árbitros en este tipo de arbitraje. La legislación actual no contiene
tal referencia.

En este punto cabe hacer el siguiente análisis. Si las partes han expresamente
otorgado a los árbitros el poder de decidir no sólo el aspecto técnico sino la in-

1
cidencia que el mismo tiene en el cumplimiento del contrato, los árbitros están UNIDAD

17
En sentencia del 27 de noviembre de 2017, radicación 11001-03-26-000-2017-00122-00 (59913),
la Sección Tercera del Consejo de Estado reitero jurisprudencia anterior y precisó que un laudo en equidad
se presenta cuando ”los árbitros inaplican la ley al caso concreto porque consideran que ella es inicua o
que conduce a una iniquidad o también cuando buscan por fuera del ámbito de la ley una solución al caso
controvertido”.
1
CAPÍTULO

habilitados para hacerlo. La discusión que cabe en esta materia es si los árbitros
deciden ese punto en derecho o si lo hacen en equidad. Como quiera que la regla
general en la ley es que los árbitros deben decidir en derecho, en este caso el laudo
debe ser técnico y en derecho. En principio los árbitros técnicos cuya decisión se
debe extender a aspectos jurídicos deben ser además abogados. Las partes podrían
pactar expresamente que además de decidir la controversia técnica los árbitros
deben decidir sus consecuencias jurídicas, pero que lo pueden hacer en equidad.
En tal caso los árbitros no tienen que ser abogados.

Finalmente, la ley de contratación estatal contempla en su artículo 74 lo que deno-


mina “arbitramento o pericia técnicos”, en virtud del cual se somete una diferencia
de carácter exclusivamente técnico a unos expertos designados por las partes, a un
organismo consultivo del Gobierno, a una asociación profesional o a un centro su-
perior. Se ha discutido cuál es realmente la naturaleza de esta figura, si es un arbi-
traje o una pericia. En algunos casos el Consejo de Estado se ha referido a ella como
una forma de arbitraje técnico18, lo que parece razonable en la medida en que la ley
dispone que la decisión adoptada será definitiva. En este caso, la ley no permite que
el árbitro técnico se pronuncie sobre cuestiones distintas al tema técnico.

1.4 La arbitrabilidad

En materia de arbitrabilidad se distingue tradicionalmente entre la arbitrabilidad


objetiva y la arbitrabilidad subjetiva. La primera hace referencia a los asuntos que
pueden someterse a arbitraje por sí mismos, independientemente de la calidad de
42 las partes. La segunda se refiere a los asuntos que pueden ser sometidos a arbitraje
teniendo en cuenta la calidad de las partes. Así, por ejemplo, en muchos países
existen límites a lo que puede someterse a arbitraje cuando se trata del Estado o
una de las entidades estatales.
Marco General del Arbitraje Nacional

En Colombia, de conformidad con el artículo 1º de la Ley 1563 de 2012, pueden so-


meterse a arbitraje los asuntos de libre disposición y aquellos que la ley autorice.

En relación con la categoría de asuntos de libre disposición pueden hacerse las


siguientes precisiones: existen asuntos que siempre son disponibles, las controver-
sias relativas a ellos pueden entonces someterse a arbitraje. Por regla general las
controversias patrimoniales son disponibles. Por el contrario, existen asuntos que

1
UNIDAD en ningún caso son disponibles, en principio tales asuntos no pueden someterse
a arbitraje, a menos que la ley lo autorice. Es el caso del estado civil. Finalmente

18
Sección Tercera. Sentencia del 10 de agosto de 2000 (Radicación 17028) en la que se decidió un re-
curso de anulación contra un laudo que se fundó en las reglas sobre arbitraje y pericia técnicos. Así mismo,
Sentencia del 18 de enero de 2012, Radicado 110010326000 2010 00078 00.
existen asuntos que inicialmente son indisponibles, pero posteriormente son dis-
ponibles. Tales asuntos son arbitrables. El ejemplo de esta última categoría es la
prescripción. Si bien no es posible renunciar a la prescripción antes de que se cum-
pla, una vez cumplida puede no ser invocada. Por consiguiente, una controversia
sobre la prescripción puede ser sometida a arbitraje.

Es por lo demás pertinente precisar que el hecho de que para resolver la contro-
versia hayan de aplicarse normas de orden público no altera la conclusión, pues
precisamente el árbitro debe actuar como juez y resolver la controversia teniendo
en cuenta dichas disposiciones.

Pero aun si la materia fuera claramente indisponible la misma puede ser sometida
a arbitraje cuando la ley lo autoriza. Es el caso de la nulidad absoluta. En efecto, si
bien aun cuando ninguna de las partes la invoque, la nulidad puede ser declarada
de oficio por el juez cuando se funda en objeto o causa ilícita, es decir no es disponi-
ble, la ley establece claramente que pueden someterse a arbitraje las controversias
sobre la existencia, eficacia y validez del contrato (artículo 5). La anterior solución
legal se apoya, de una parte, en que el árbitro actúa como juez y debe aplicar la
ley en esta materia, y de otra, en la necesidad de asegurarse que el pacto arbitral
sea respetado, pues sería muy fácil alegar la nulidad del contrato, por ejemplo, por
causa ilícita, para sustraer la controversia del conocimiento de los árbitros.

En materia estatal, esto es desde el punto de vista de la arbitrabilidad subjetiva,


hay dos temas que han generado controversia: de una parte, la posibilidad de so-
meter a árbitros las controversias en materia de actos administrativos contrac-
tuales, y del otro lado, la posibilidad de someter a árbitros las controversias sobre 43
la responsabilidad del Estado.

Por lo que se refiere a la posibilidad de someter a arbitraje las controversias rela-


tivas a actos administrativos contractuales, es pertinente señalar lo siguiente. Las
Marco General del Arbitraje Nacional

normas anteriores a la Ley 80 de 1993, habían excluido expresamente del campo


del arbitraje, la caducidad, la interpretación, modificación y terminación unilate-
rales (artículo 76 del Decreto 222 de 1983). El artículo 70 de Ley 80 de 1993, expresa-
mente estableció que en los contratos estatales podía incluirse una cláusula com-
promisoria, y no limitó los asuntos que podían someterse a arbitraje. Lo anterior
dio lugar a que algunas personas consideraran que también podía someterse arbi-
traje las controversias sobre los actos administrativos dictados en relación con un

1
contrato, incluyendo los que decretan la caducidad, la terminación, modificación UNIDAD

o interpretación unilaterales.

El Consejo de Estado por su parte consideró lo contrario y señaló que los árbitros
no podían pronunciarse sobre actos administrativos, sin hacer distinción entre
1
CAPÍTULO

ellos. Finalmente la controversia la resolvió la Corte Constitucional que en la sen-


tencia C-1436 de 2000 resolvió declarar exequibles “los artículos 70 y 71 de la Ley 80
de 1993, bajo el entendido que los árbitros nombrados para resolver los conflictos
suscitados como consecuencia de la celebración, el desarrollo, la terminación y
la liquidación de contratos celebrados entre el Estado y los particulares, no tie-
nen competencia para pronunciarse sobre los actos administrativos dictados por
la administración en desarrollo de sus poderes excepcionales”. Posteriormente la
Corte Constitucional precisó en la sentencia SU-174 de 2007, que “cuando se trate
de evaluar exclusivamente las consecuencias patrimoniales de estos actos admi-
nistrativos, sin controlar su validez, es constitucionalmente legítimo que los árbi-
tros administren justicia”. Ahora bien, la sentencia C-1436 generó una controversia
acerca de cuáles actos quedaban excluidos de la competencia de los tribunales ar-
bitrales, finalmente el Consejo de Estado en sentencia del 10 de junio de 2009,19pre-
cisó que los actos que quedaban excluidos de la competencia de los árbitros son
los que consagra expresamente el artículo 14 de la Ley 80 de 1993. Los demás
actos administrativos contractuales, sí pueden ser sometidos a la decisión de árbi-
tros. Esta posición fue adoptada por la Sala Plena de la Sección Tercera20. En este
sentido el Consejo de Estado ha reconocido que los tribunales arbitrales pueden
conocer de los actos administrativos que imponen multas por el incumplimiento
del contrato21.

Por otra parte, se ha discutido si es posible someter a arbitraje las controversias


relativas a la responsabilidad extracontractual del Estado. Durante la vigencia de
la Ley 80 de 1993, la solución parecía clara pues las normas que autorizaban la cláu-
sula compromisoria y el compromiso estaban incluidas en esta ley y se referían
44 a las controversias relativas a los contratos estatales. Sin embargo, la situación
no es tan clara bajo la Ley 1563 de 2012, en la medida en que dicha ley derogó las
normas sobre cláusula compromisoria y compromiso contenidas en la Ley 80 de
1993, por lo cual en materia de cláusula compromisoria y compromiso las entida-
des estatales se sujetan a la Ley 1563 de 2012, que permite el arbitraje en todas las
Marco General del Arbitraje Nacional

materias disponibles. Lo anterior podría llevar a sostener que la responsabilidad


extracontractual del Estado podría someterse a arbitraje. Sin embargo, no existen
pronunciamientos en esta materia por parte de Consejo de Estado.

Finalmente, se ha discutido si cabe el arbitraje para pretensiones ejecutivas. Ini-


cialmente la Corte en sentencia T-057 de 1995, consideró que los árbitros no podían
conocer de procesos ejecutivos porque “la paz y el orden público, se ponen en pe-

1
UNIDAD ligro si a los particulares, así obren como conciliadores o árbitros, se les atribuye

19
Sección Tercera. Sentencia del 10 de junio de 2009, expediente número 36.252.
20
Auto de la Sala Plena de la Sección Tercera del 18 de abril de 2013, rad. 17.859.
21
Sección Tercera. Sentencia del 12 de agosto de 2013. Radicación 5000232600020000133401 (28730).
directamente la facultad de disponer del poder coactivo”. Posteriormente la Corte
Constitucional por sentencia C-294 de 1995, al pronunciarse sobre el artículo 2º del
Decreto 2651 de 1991, que permitía someter a arbitraje “los procesos de ejecución
en los que se hayan propuesto excepciones de mérito”, señaló que del artículo 116
de la Constitución Política solo se desprenden tres límites al arbitraje que son: los
árbitros tienen funciones transitorias, deben ser habilitados por las partes y deben
actuar en los términos que determine la ley. Advierte entonces la Corte Constitu-
cional que no es admisible sostener que los asuntos que se ventilan en un proceso
de ejecución estarían excluidos del proceso arbitral, pues tal excepción no está en la
Constitución Política. Agrega la Corte que si una obligación que presta mérito ejecu-
tivo puede renunciarse o transigirse no se ve porque no podrían acreedor y deudor
someter la controversia a decisión de árbitros. En concordancia con lo anterior en
la sentencia T-299 de 1996 (modificada por auto A033-96), la Corte señaló que “el pac-
to arbitral es válido frente a los procesos ejecutivos” y ordenó a un juez en un pro-
ceso ejecutivo revocar el mandamiento de pago y levantar las medidas cautelares.

Por otra parte, tanto el Consejo de Estado, como la Corte Suprema de Justicia y el
Tribunal Superior de Bogotá han considerado que actualmente no es posible para
los árbitros adelantar procesos ejecutivos.

Así, en sentencia del 8 de julio de 2009, el Consejo de Estado22 consideró que no es


posible adelantar procesos ejecutivos en materia arbitral por las siguientes razones:
1. De un lado, es necesario que el legislador autorice y establezca el procedimiento
a seguir por parte de los árbitros, cuando se trata de cobros ejecutivos, puesto
que el procedimiento que actualmente existe, corresponde a un proceso de
conocimiento, declarativo y de condena, que obviamente no resulta adecuado para 45
aquella finalidad y 2. De otro lado, es necesario que las partes expresamente hayan
acordado en el pacto arbitral la posibilidad de someter al conocimiento de árbitros
el cobro coactivo de obligaciones claras, expresas y exigibles, contenidas en títulos
ejecutivos.
Marco General del Arbitraje Nacional

En sentencia de tutela del 17 de septiembre de 2013,23 la Sala de Casación Civil de


la Corte Suprema de Justicia concedió el amparo frente a un auto de un tribunal
superior que a su turno había confirmado una sentencia de un juez civil del
circuito que había declarado probada la excepción de cláusula compromisoria en
un proceso de ejecución. A tal efecto la Corte hizo referencia a la sentencia del
Consejo de Estado ya mencionada. Así mismo precisó que la sentencia de la Corte

1
Constitucional en que se fundó el Tribunal C-294-95, se basó en una norma que UNIDAD

permitía someter a árbitro las excepciones en un proceso ejecutivo la cual no

22
Radicación número: 11001-03-26-000-2009-00026-00(36478).
23
Ref. exp. 1100102030002013-02084-00.
1
CAPÍTULO

estaba vigente. Adicionalmente agregó la Corte que la facultad de los árbitros de


administrar justicia es transitoria y que el Tribunal contra el que se dirige la tutela
no analizó si del proceso ejecutivo cabe predicar una temporalidad. Así mismo
señaló que no se tuvo en cuenta que la Sala de Casación ha dicho que si los árbitros
no están legalmente facultados para ejecutar los laudos que profieren, menos aún
puede llegar a considerarse que pueden hacerlo respecto de obligaciones derivadas
de instrumentos creados por particulares o de providencias judiciales.

Otras personas como el profesor Ramiro Bejarano consideran que es posible trami-
tar por arbitraje un proceso ejecutivo siempre que haya normas que lo regulen.24

A la luz de lo expuesto podría concluirse que actualmente no es en principio posi-


ble tramitar un proceso ejecutivo ante un tribunal arbitral, pues el procedimiento
arbitral corresponde a un trámite declarativo. Cabría en todo caso la discusión
acerca de si sería posible que con base en el artículo 58 de la Ley 1563 de 2012 las
partes estipularan expresamente que las pretensiones ejecutivas se sujetaran a
arbitraje y dispusieran un procedimiento para el efecto, con un límite temporal.
En este caso, la materia sería arbitrable y existiría un procedimiento para el efecto.

En todo caso subsiste un tema particularmente interesante y que resulta del caso
que analizó la Corte Constitucional en la sentencia T-1224 de 2008, pues en dicha sen-
tencia la Corte se pronunció sobre un caso en el cual se inició un proceso ejecutivo
para cobrar una cláusula penal, en dicho proceso se invocó la excepción de cláusula
compromisoria, la cual fue reconocida por el juez de circuito. Sin embargo, el tribu-
nal superior revocó dicha decisión y ordenó continuar el proceso. En todo caso la de-
46 mandada en el proceso ejecutivo inicio dos procesos arbitrales uno por cada contra-
to, en los cuales los tribunales arbitrales se declararon competentes. En la sentencia
mencionada la Corte reconoció el principio de la competencia-competencia, esto es
que el árbitro es juez de su competencia y por ello la Corte consideró que debía pros-
perar la excepción de cláusula compromisoria propuesta, por lo que dejo sin efectos
Marco General del Arbitraje Nacional

la providencia del tribunal superior de distrito que había negado la excepción.

1.5 El pacto arbitral

El artículo 3º de la Ley 1563 define el pacto arbitral y señala que “El pacto arbitral es
un negocio jurídico por virtud del cual las partes someten o se obligan a someter a

1
UNIDAD arbitraje controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas.”

24
Ramiro Bejarano. Procesos Declarativos, y Arbitrales y Ejecutivos. Ed Temis, Bogotá, 2016, P. 391
1.5.1 Naturaleza
Como se desprende de su definición, el pacto arbitral es un negocio jurídico, lo
cual implica que debe reunir los requisitos de existencia y validez de todo negocio
jurídico.

1.5.2 Clases: cláusula compromisoria y compromiso


La ley reconoce dos formas de pacto arbitral: la cláusula compromisoria y el com-
promiso. La cláusula compromisoria se caracteriza por ser una estipulación del
contrato, por la cual las partes acuerdan someter a arbitraje algunas o todas las
controversias que hayan surgido o puedan surgir por razón del contrato. Por el
contrario, el compromiso se caracteriza porque es un acuerdo para someter a ar-
bitraje una controversia ya surgida entre las partes. Esta diferencia es importante
en derecho colombiano porque la Ley 1563, regula de forma diferente los requisitos
de forma de la cláusula compromisoria y del compromiso.

1.5.3 Condiciones de existencia y validez del pacto arbitral


Como negocio jurídico el pacto arbitral supone capacidad, consentimiento, objeto
y causa lícitos.

1.5.3.1 Capacidad
En primer lugar, para celebrar un pacto arbitral se requiere capacidad. En este
punto ha de observarse, de una parte, que cuando se trata de incapaces la Ley 1306
de 2009 establece en su artículo 93, que se requiere autorización judicial para que
el curador pueda celebrar “Los actos onerosos de carácter conmutativo, de dispo-
sición o de enajenación de bienes o derechos de contenido patrimonial, divisiones
de comunidades, transacciones y compromisos distintos de los del giro ordinario 47
de los negocios, cuya cuantía supere los cincuenta (50) salarios mínimos legales
mensuales”. De la ley se desprende entonces que para acordar someter a arbitraje
una controversia en que es parte un incapaz, su guardador necesita autorización
judicial si la cuantía supera cincuenta salarios mínimos legales mensuales y no
Marco General del Arbitraje Nacional

corresponde al giro ordinario del negocio.

Por otra parte, del artículo 2167 del Código Civil se desprende que el mandatario
requiere facultad expresa para comprometer25, es decir celebrar un pacto arbitral.
Lo anterior marca una diferencia importante con el representante legal de una
sociedad, que en principio puede realizar todos los actos comprendidos en el ob-
jeto social, con excepción de los que limiten los estatutos (artículo 196 del Código

1
de Comercio). UNIDAD

25
El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia señala como primera acepción de la palabra
comprometer “Poner de común acuerdo en manos de un tercero la determinación de la diferencia, pleito,
etc., sobre que se contiende.”
1
CAPÍTULO

Por consiguiente, un pacto arbitral celebrado por un apoderado que no tenía facul-
tades para ello es inoponible a la parte.

1.5.3.2 Consentimiento
En cuanto se refiere a la forma de expresar el consentimiento en el pacto arbitral
se advierte que la Ley 1563 distingue a este propósito entre la cláusula compromi-
soria y el compromiso.

Por lo que se refiere a la cláusula compromisoria, el artículo 4º de la ley dispone


que ella podrá formar parte del contrato o constar en documento separado inequí-
vocamente referido a él.

La ley no exige que cuando la cláusula compromisoria hace parte del contrato, la
misma conste por escrito. Es suficiente que la cláusula compromisoria haga parte
del contrato al cual se refiere. En esta medida si se celebra verbalmente un con-
trato y en el mismo se conviene que las diferencias se resolverán por arbitraje, la
cláusula compromisoria es parte del contrato y por ello es válida.

En este punto es pertinente precisar qué sucede si el contrato al que la cláusula


compromisoria se refiere es inexistente; por ejemplo, desde la perspectiva del Có-
digo de Comercio, por carecer de la formalidad requerida por la ley en razón de la
naturaleza del acto o contrato. En este punto debe observarse que la ley consagra
el principio de autonomía, por lo cual la cláusula compromisoria se considera un
negocio distinto al contrato en el cual se encuentra incluida (artículo 5º), por lo
que la ley dispone que la inexistencia, ineficacia o invalidez del contrato no afecta
48 la cláusula compromisoria y por ello el pronunciamiento del tribunal es proce-
dente. Por consiguiente, al señalar la ley que la cláusula compromisoria podrá
formar parte del contrato al que se refiere, lo que indica es que en este caso la
cláusula compromisoria es válida si resulta del mismo acuerdo de voluntades que
daría lugar al contrato si se reunieran los requisitos exigidos por la ley para que el
Marco General del Arbitraje Nacional

contrato existiera válidamente.

La situación no es igual cuando la cláusula compromisoria no se incorpora en el


contrato, pues en tal caso debe constar en un documento. Adicionalmente exige la
ley en su artículo 4º que la cláusula que se pacte en documento separado exprese el
nombre de las partes e indique en forma precisa el contrato al que se refiere. Esta
última regla resulta de la práctica que se impuso en materia de seguros, pues la

1
UNIDAD Superintendencia Bancaria exigió en su momento que la cláusula compromisoria
no constara en las condiciones generales de seguro sino en un anexo, el cual nor-
malmente se identifica por la referencia a las partes y el contrato al cual se refiere.

Por consiguiente, si como es usual actualmente en ciertos sectores, se celebra un


contrato en el cual sólo se indican los elementos particulares del mismo, como
es el objeto, el precio, el plazo para su ejecución, y se establece que en los demás
aspectos se aplicarán las normas generales de contratación de la empresa contra-
tante en las cuales se incluye un pacto arbitral, habrá que concluir que el pacto
arbitral no existe, pues el documento que lo contiene no expresa el nombre de las
partes ni el contrato al cual se refiere.

Es pertinente señalar que recientemente la Corte Suprema de Justicia señaló que


no puede solicitar la nulidad de un laudo, la parte que sostiene que firmó el con-
trato sin revisarlo y que por ello no consintió en el pacto arbitral incluido en el
mismo26.

Es pertinente señalar que recientemente la Corte Suprema


de Justicia señaló que no puede solicitar la nulidad de
un laudo, la parte que sostiene que firmó el contrato sin
revisarlo y que por ello no consintió en el pacto arbitral
incluido en el mismo.

Por otra parte, la ley establece en el parágrafo 1º del artículo 37 que “Cuando se
llame en garantía a una persona que ha garantizado el cumplimiento de las obli-
gaciones derivadas de un contrato que contiene pacto arbitral, aquella quedará
vinculada a los efectos del mismo”

De conformidad con esta norma quien garantiza el cumplimiento de las obliga-


ciones derivadas de un contrato que contiene un pacto arbitral se entiende que lo 49
acepta. Es pertinente observar que la ley vincula este efecto al caso en que se llame
en garantía a quien ha garantizado el cumplimiento. En la práctica la forma como
se ha aplicado esta disposición consiste en que cuando un contratante demanda a
su cocontratante en un arbitraje y quiere igualmente reclamar a la aseguradora por
Marco General del Arbitraje Nacional

una póliza de cumplimiento, lo que hace es llamar en garantía como demandante.


Esta solución se ha aplicado para dar cumplida aplicación a la norma, pero real-
mente en estos casos lo que hubiera debido proceder es la demanda directa contra
la aseguradora. Si la regla legal se apoya en que al otorgar una garantía del cumpli-
miento de un contrato quien la dio aceptó el pacto arbitral, la posibilidad de citarlo
al proceso no debería depender de que lo vinculen como llamado en garantía, pues
debería aplicarse igualmente cuando lo puede demandar directamente.

1
UNIDAD

Desde otra perspectiva como quiera que la norma establece una presunción de
consentimiento en el pacto arbitral por el hecho de otorgar una garantía, ella sólo

26
Sala de Casación Civil. Sentencia del 15 de enero de 2019. Radicación n.° 11001-02-03-000-2016-
03020-00
1
CAPÍTULO

puede aplicarse a las garantías que se otorguen a partir de la entrada en vigencia


de la Ley 1563 de 2012. Así lo precisó la Corte Constitucional en sentencia C-170 de
2014. En el mismo sentido se pronunció el Consejo de Estado27 respecto a una ga-
rantía constituida antes de la vigencia de la Ley 1563 de 2012.

Como quiera que la ley se funda en una presunción de aceptación del pacto arbi-
tral, quien otorga la garantía puede expresamente manifestar que no consiente en
el pacto arbitral.

Como quiera que la ley se funda en una presunción de


aceptación del pacto arbitral, quien otorga la garantía
puede expresamente manifestar que no consiente en el
pacto arbitral.

Así mismo, el consentimiento del garante debe entenderse otorgado respecto de


lo que conoció o pudo conocer. Por consiguiente, si otorgó la garantía, pero no co-
noció que existía una cláusula compromisoria, porque la misma constaba en otro
documento, no puede entenderse que la cláusula lo vincula.

En cuanto al contenido de la cláusula compromisoria para que la misma exista


basta que las partes expresen que sus diferencias se resolverán a través de arbitraje.
Así es perfectamente válida la cláusula en la cual simplemente se dice “Solución de
controversias: arbitraje”. En efecto, las normas aplicables no exigen que la cláusula
indique el número de árbitros, si el arbitraje debe ser en derecho o en equidad, o el
50 centro que se encargara del arbitraje, pues todas estas menciones las suple la ley.

No obstante, el artículo 14 de la Ley 1682 de 2013, relativa a la infraestructura de


transporte, establece que en los pliegos de condiciones se debe definir el perfil de
los árbitros de tal manera que sus condiciones personales y profesionales sean
Marco General del Arbitraje Nacional

idóneas respecto al objeto del contrato y las actividades a desarrollar por las partes.
Igualmente exige que en las cláusulas compromisorias se limiten los honorarios
de los árbitros.

Lo primero que debe observarse es que este requisito solo procede respecto de con-
tratos relativos a infraestructura de transporte celebrados a partir de la entrada
en vigencia de la Ley 1682 de 2013. Ahora bien, la anterior norma plantea la duda

1
UNIDAD acerca de qué sucede cuando la cláusula compromisoria no incluye estas mencio-
nes. La jurisprudencia del Consejo de Estado no ha tenido que pronunciarse sobre
este particular.

27
Sección Tercera. Sentencia del 17 de agosto de 2017. Radicación 25000-23-26-000-2001-013377-02
Es claro que dichas menciones no constituyen elementos esenciales del pacto ar-
bitral, pues tal calificativo ha de reservarse a aquellos sin los cuales el contrato no
existe o degenera en uno diferente (artículo 1501 del Código Civil). Así como en la
compraventa lo esencial es un acuerdo sobre la cosa y el precio, en el pacto arbitral
lo esencial es la voluntad de las partes de someter controversias futuras o existen-
tes a la decisión de árbitros.

Por otra parte, podría discutirse si el pacto arbitral estaría viciado de nulidad abso-
luta por razón de lo dispuesto por el artículo 899 del Código de Comercio, aplicable
a la contratación estatal por virtud del artículo 44 de la Ley 80 de 1993, el cual es-
tablece dicha sanción legal para cuando el negocio jurídico “contraría una norma
imperativa, salvo que la ley disponga otra cosa”. Si se tiene en cuenta que la Ley
1682 establece que las entidades deben incluir determinadas estipulaciones en los
pliegos (las calidades de los árbitros) o en la cláusula compromisoria (la limitación
de honorarios de los árbitros), ello no implica que cuando se omiten el negocio
jurídico en si mismo viole la ley imperativa, pues lo que la ley contempló fue un
deber para la entidad estatal y no un requisito del negocio jurídico ni un deber
para ambas partes. A este respecto debe además observarse que al momento de
integrar el Tribunal las partes podrían ponerse de acuerdo en los nombres de los
árbitros o pactar expresamente las calidades requeridas, lo que supliría la omisión
en que inicialmente se incurrió. Igual podrían acordar límites a los honorarios
antes de nombrar árbitros. Todo lo anterior indicaría que la omisión no implicaría
la invalidez del pacto arbitral.

Cuando se trata de un compromiso la ley expresa que el mismo debe constar “en
cualquier documento”. Si bien lo normal es que el compromiso conste en un es- 51
crito, como el concepto de documento no se circunscribe a un escrito el mismo
podría constar de otra manera, por ejemplo, en una grabación. Además, en todo
caso podría constar en un mensaje de datos que cumpla los requisitos del artículo
6º de la Ley 527 de 1999.
Marco General del Arbitraje Nacional

Al establecer la ley que el compromiso debe constar en cualquier documento, se


concluye que no tiene que reunir los requisitos de forma del contrato al que se
refiere el conflicto objeto del compromiso. Lo anterior, además, porque por virtud
del principio de autonomía, el compromiso es un negocio distinto al contrato que
da lugar a la controversia y por ello no tiene que reunir las condiciones requeridas
para éste. El compromiso debe contener el nombre de las partes, la identificación

1
de las controversias que se someten a arbitraje y la indicación del proceso en curso, UNIDAD

cuando a ello hubiere lugar, esto es, cuando el mismo exista. En este punto surge la
pregunta acerca de cuál es la consecuencia de omitir alguna de estas menciones.
En efecto, puede ocurrir que no se indique en el compromiso que existe un proceso
en curso. En tal caso podría discutirse si el compromiso existe o si es nulo.
1
CAPÍTULO

Ahora bien, el parágrafo del artículo 3º28, en concordancia con el artículo 20 de la


Ley 1563 de 2012, establece que el pacto arbitral se entiende probado como resulta-
do del hecho de invocar la existencia de un pacto arbitral contenida en el deman-
da, en la contestación a ella o en las excepciones previas, la cual no es contradicha
por la otra parte.

Hay que señalar que el parágrafo del artículo 3º no es claro pues solo hace referen-
cia a la afirmación realizada durante el traslado de la demanda, la contestación
de la demanda o las excepciones previas. No obstante, el artículo 20 de la misma
ley establece que debe rechazarse de plano la demanda, cuando “no se acompañe
prueba de la existencia de pacto arbitral, salvo que el demandante invoque su
existencia para los efectos probatorios previstos en el parágrafo del artículo 3°”. Al
armonizar las dos normas se concluye que la ley reconoce que la invocación del
pacto arbitral puede hacerse en la demanda.

Del conjunto de estas dos normas resulta entonces que pueden presentarse las si-
guientes situaciones: i) que el demandante en su demanda arbitral invoque la exis-
tencia de un pacto arbitral y que el demandado no se oponga a ello, en tal caso el
pacto arbitral queda válidamente probado; o ii) que el demandado en un proceso ante
un juez en el término del traslado de la demanda, invoque la existencia de un pacto
arbitral, es decir formula la excepción de cláusula compromisoria o compromiso, y el
demandante no se opone a ello, se entenderá válidamente probado el pacto arbitral,
y por ello el juez debe declarar probada la excepción y remitir las partes al arbitraje.

Adicionalmente el artículo 37 de la ley establece que en caso de llamamiento en


52 garantía el pacto arbitral puede probarse de conformidad con el parágrafo del artí-
culo 3º. Por consiguiente, si se produce un llamamiento en garantía en un proceso
arbitral, en el que se afirma la existencia de un pacto, y el llamado no se opone a
ello, se entiende probado el pacto arbitral. Igualmente, si en un proceso ante un
juez, al contestar el llamamiento en garantía, el llamado invoca la existencia de un
Marco General del Arbitraje Nacional

pacto arbitral, se debe entender probado el pacto arbitral.

En todo caso la aplicación de esta norma puede generar controversia desde dos pun-
tos de vista: en primer lugar, en la medida en que la ley establece que la consecuen-
cia es que “se entiende válidamente probada la existencia del pacto”. Podría ocurrir
que en el curso del proceso se pruebe que realmente nunca se celebró el pacto arbi-
tral. En esta situación, ¿podría discutirse nuevamente la existencia del pacto? Una

1
UNIDAD posible respuesta es que la ley claramente estableció que el pacto se consideraba
válidamente probado y por consiguiente, ya no es posible probar lo contrario.

28
La norma dispone: “Si en el término de traslado de la demanda, o de su contestación, o de las excep-
ciones previas, una parte invoca la existencia de pacto arbitral y la otra no la niega expresamente, ante los
jueces o el tribunal de arbitraje, se entiende válidamente probada la existencia de pacto arbitral”
En segundo lugar, como quiera que en materia de contratación estatal los contra-
tos son solemnes, pues deben constar por escrito de conformidad con el artículo
41 de la Ley 80 de 1993, y adicionalmente la jurisprudencia del Consejo de Estado
ha aplicado al pacto arbitral en materia estatal el principio de planeación29, cabe
la discusión acerca de si lo dispuesto en el parágrafo del artículo 3º se aplica en los
casos de contratación estatal.

En segundo lugar, como quiera que en materia de


contratación estatal los contratos son solemnes, pues
deben constar por escrito de conformidad con el artículo 41
de la Ley 80 de 1993.

Finalmente, el artículo 80 del Decreto 1829 de 2013 (artículo 2.2.4.2.10.1 del Decreto
1069 de 2015, decreto compilatorio) dispuso que “En todo contrato, y en particular,
en el de adhesión o contenido predispuesto, se podrá incluir el pacto arbitral como
cláusula de opción en los términos del artículo 23 de la Ley 51 de 1918”, para lo cual
estableció una reglamentación. Lo anterior implica entonces que se puede esti-
pular un pacto arbitral en el cual una de las partes tiene la facultad de acudir al
arbitraje o a la rama jurisdiccional del poder público. Debe observarse en todo caso
que la reglamentación contenida en el decreto mencionado no es clara.

1.5.3.3 Objeto
Como en todo negocio jurídico el objeto del pacto arbitral debe ser posible, licito y
determinado o determinable.
53
En cuanto a la posibilidad, ello alude a la existencia de un conflicto por resolver.
Puede ocurrir, aun cuando no es frecuente, que se celebre un compromiso para
resolver una controversia que ya ha sido decidida, bien por un tercero a quien se
le había encomendado como mandatario llegar a un acuerdo, bien a través de una
Marco General del Arbitraje Nacional

sentencia judicial. En tal caso, el pacto arbitral no puede producir efectos.

Por otra parte, el pacto arbitral debe ser lícito. Lo anterior implica que la con-
troversia objeto del mismo pueda ser arbitrable. Ya se precisó que la ley permite
someter a arbitraje todas las controversias que se refieran a materias disponibles,
así como aquellas que expresamente la ley autorice.

1
En tercer lugar, el objeto del pacto debe ser determinado o determinable. La cláu- UNIDAD

sula compromisoria puede referirse a todos los conflictos derivados de un contrato

29
Providencia de la Sección Tercera del 8 de abril de 2013. Radicación número: 85001-23-31-000-1998-
00135-01(17859). En esta providencia el Consejo de Estado cambió su jurisprudencia que sostenía que
podría haber renuncia al pacto arbitral en el caso concreto por el hecho de que el mismo no fuera invocado.
1
CAPÍTULO

o algunos de ellos. Por su parte el compromiso debe referirse a unas controversias


determinadas ya surgidas entre las partes. En tal sentido la ley exige que se indique
la controversia que se somete a arbitraje (artículo 6º).

De estas dos normas resulta que no es posible celebrar un acuerdo por virtud del
cual las partes convengan que cualquier controversia que se produzca entre ellas
en un futuro por los contratos que lleguen a celebrar se someterá a arbitraje.

1.5.3.4 Causa
El pacto arbitral debe tener una causa lícita. Así el pacto arbitral sería ilícito si
se acude a un tribunal arbitral con el fin de lograr a través del mismo evadir el
cumplimiento de las normas legales. Es el caso, por ejemplo, cuando a través de un
proceso se reclama el cumplimiento de un contrato, pero en realidad con ello se
persigue lavar dinero ilícitamente obtenido.

1.5.4 El pacto arbitral, el régimen de servicios públicos


domiciliarios y el estatuto de protección al consumidor
El pacto arbitral puede incluirse en los contratos de servicios públicos domicilia-
rios. En efecto, la ley no lo prohíbe y, por el contrario, establece algunas reglas para
regularlo. En este sentido el artículo 133 de la Ley 142 de 1994, establece las estipu-
laciones en las que se presume un abuso de posición dominante en los contratos
de servicios públicos y entre ellas incluye “133.10. [l]as que confieren a la empresa
mayores atribuciones que al suscriptor o usuario en el evento de que sea preciso
someter a decisiones arbitrales o de amigables componedores las controversias
que surjan entre ellos;” y “133.11. [l]as que confieren a la empresa la facultad de elegir
54 el lugar en el que el arbitramento o la amigable composición han de tener lugar, …”

Por otra parte, si el pacto arbitral se incluye en un contrato con un consumidor,


el mismo debe sujetarse a las reglas de la Ley 1480 de 2012. En este punto debe
observarse que inicialmente el artículo 43 de la Ley 1480 había establecido que
constituían cláusulas abusivas y por ello ineficaces las que “12. Obliguen al consu-
Marco General del Arbitraje Nacional

midor a acudir a la justicia arbitral ”. Esta norma fue derogada por la Ley 1563 de
2012. Lo anterior implica que los pactos arbitrales en las relaciones de consumo
no están prohibidos por sí mismos. En todo caso como cualquier estipulación en
un contrato con un consumidor a los pactos arbitrales debe aplicarse el criterio
contenido en el artículo 42 de la Ley 1480 de 2011, por lo que serán abusivas las
estipulaciones contenidas en un pacto arbitral que claramente son injustificada-

1
UNIDAD mente desequilibradas, como serían aquellas que establecen reglas de procedi-
miento que causan un desequilibrio en perjuicio del consumidor. Tal sería el caso
en que el pacto otorgara mayores facultades al fabricante, proveedor o distribui-
dor que al consumidor, o restringiera las facultades del mismo para pedir las
pruebas necesarias para acreditar los hechos en que se funda sus pretensiones o
excepciones, o estableciera como sede del tribunal un lugar al cual el consumidor
no tiene fácil acceso, etc.

Por otra parte, si el pacto arbitral consta en unas condiciones negociales generales,
deberá darse cumplimiento a lo previsto en el artículo 37 de la Ley 1480 de 2011.
Dicho artículo establece unos requisitos cuya omisión se sanciona con la inefica-
cia de la respectiva estipulación. A tal efecto se exige que se informe suficiente,
anticipada y expresamente al adherente sobre la existencia efectos y alcance de
las condiciones generales. Lo anterior implica que debe informarse al adherente
acerca de la existencia de una cláusula compromisoria que implica que las contro-
versias a las que la misma se refiere no serán resueltas por los jueces permanentes
del Estado sino por árbitros. El pacto arbitral deberá redactarse en castellano. La
cláusula compromisoria debe ser concreta, clara y completa. Lo anterior implica
que sea comprensible para el adherente y adicionalmente que si se incluyen algu-
nas reglas particulares, las mismas estén incluidas en la misma estipulación y no
en otros documentos. La cláusula debe ser además legible.

1.5.5 El pacto arbitral y la Directiva Presidencial 04 de 2018


Por la Directiva Presidencial No 04 de 2018, el Presidente de la República dio una
serie de instrucciones a las entidades del orden nacional en materia de pactos
arbitrales. A tal efecto en la Directiva se expresó que la suscripción de un pacto
arbitral debe corresponder a una decisión de gerencia pública explícita, previa
la evaluación de derogar para el caso concreto la competencia de la jurisdicción
contenciosa, para lo cual el director de la entidad deberá documentar en los ante-
cedentes que justifican el pacto, previo concepto de los jefes de la oficina jurídica o
directores jurídicos de la entidad u organismo. 55
Desde esta perspectiva cabe la duda de si el no cumplimiento de este requisito
puede afectar el pacto arbitral. La respuesta aparentemente es negativa, porque las
condiciones de validez de los actos y negocios jurídicos las fija la ley.
Marco General del Arbitraje Nacional

1.5.6 Los efectos del pacto arbitral


1.5.6.1 Efectos entre las partes
Como todo negocio jurídico el pacto arbitral vincula a las partes. Ahora bien, en
esta materia surge la discusión de quienes son partes.

Esta controversia se ha presentado en relación con las sociedades y los contratos

1
de fiducia. UNIDAD

En cuanto a las sociedades en algunos casos ha surgido la discusión acerca de si


el pacto arbitral vincula a las personas que posteriormente ingresan a la sociedad
o adquieren acciones de la misma o si se requiere un consentimiento específico.
1
CAPÍTULO

En cuanto a las sociedades en algunos casos ha surgido


la discusión acerca de si el pacto arbitral vincula a las
personas que posteriormente ingresan a la sociedad
o adquieren acciones de la misma o si se requiere un
consentimiento específico.

En el caso de las sociedades por acciones simplificadas el artículo 40 de la Ley 1258


de 2008, es claro en el sentido que el pacto incluido en los estatutos vincula a los
accionistas, incluyendo no sólo a quienes aprueban inicialmente el pacto, sino
también a quienes ingresan posteriormente, pues como lo dijo la Corte Consti-
tucional30 el interesado puede conocer la cláusula y al decidir ingresar acepta la
cláusula compromisoria. Adicionalmente, en el caso de las S.A.S. la ley prevé que el
pacto se puede incluir o excluir de los estatutos por unanimidad.

Cuando se trata de otras sociedades la Superintendencia de Sociedades se ha pro-


nunciado sobre la posibilidad de invocar la inclusión o supresión de un pacto
arbitral por reforma estatutaria frente a los accionistas que no manifiestan su
consentimiento específicamente; sobre la posibilidad de impugnar las decisiones
de los órganos sociales que suprimen la cláusula compromisoria, y sobre la aplica-
ción del pacto arbitral a las personas que ingresan a la sociedad cuando el pacto
arbitral se encuentra incluido en los estatutos sociales, sin hacer manifestación
expresa sobre su adhesión al pacto arbitral.

Por lo que se refiere a la inclusión del pacto arbitral por mayoría de la asamblea.
56 La Superintendencia ha hecho referencia a una sentencia del Tribunal Superior
de Bogotá del 5 de diciembre de 2012, en la cual según indica la Superintendencia31
se expresó “la cláusula compromisoria es un negocio jurídico autónomo y privado,
por ende, no puede predicarse que su reforma o extinción respecto del contrato
social pueda surtirse por voluntad de una mayoría social, sino que, por el con-
trario, se requiere para tal propósito de la voluntad unánime de las partes que lo
Marco General del Arbitraje Nacional

celebraron o adhirieron” .

Por otra parte, al referirse a la posibilidad de impugnar las decisiones de los ór-
ganos societarios de excluir una cláusula compromisoria de los estatutos la Su-
perintendencia de Sociedades sostuvo32 que por razón del principio de autonomía
la cláusula compromisoria no constituye un elemento accesorio del contrato de

1
UNIDAD sociedad, sino un negocio autónomo, y por ello concluyó que es “equivocado con-

30
Sentencia C-014 de 2010.
31
Auto 801-018280 de octubre 29 de 2013 de la Superintendencia de Sociedades.
32
Sentencia 800-38/2015-800-165 de abril 28 de 2016.
cluir que la cláusula compromisoria debe regirse por las normas que regulan el
funcionamiento de personas jurídicas de naturaleza societaria”. Agregó que de lo
contrario “se presentaría una contradicción insalvable entre la ley de las mayorías
que rige el funcionamiento del máximo órgano social y los principios en que se
funda la justicia arbitral”. Por lo anterior negó la solicitud de los demandantes
que habían impugnado la decisión que suprimía la cláusula compromisoria de los
estatutos sociales.

Finalmente, la Superintendencia ha considerado que quienes ingresan a una socie-


dad no quedan vinculados por el pacto arbitral incluido en sus estatutos a menos
que se adhieran expresamente a él33. A tal efecto señala que el pacto arbitral es au-
tónomo y que por ello no es una cláusula accesoria del contrato social. Igualmente
agrega que de no aceptarse esta tesis se presentaría una contradicción insalvable
entre la ley de las mayorías que rige el funcionamiento del máximo órgano social
y el principio de habilitación en el que se funda la justicia arbitral, pues el pacto
arbitral podría ser incluido sin consentimiento de uno de los accionistas y a él le
sería aplicable el pacto.

En relación con este punto se deben distinguir dos situaciones que son: la que se
produce cuando una persona adquiere acciones en una sociedad, bien sea porque
las compra, las hereda o suscribe nuevas acciones y la que se presenta cuando se
modifican los estatutos sociales para incluir o excluir un pacto arbitral.

Cuando se adquieren acciones, el derecho debe transferirse en las mismas condi-


ciones que se tenía, y por ello si había pacto arbitral, el mismo se entiende inclui-
do. Lo mismo debe ocurrir cuando una persona suscribe nuevas acciones en una 57
sociedad existente, pues al hacerlo acepta todo lo incluido en los estatutos sociales.

A este respecto debe destacarse que el artículo 110 del Código de Comercio establece
como una de las estipulaciones que pueden incluirse en los estatutos sociales la
Marco General del Arbitraje Nacional

cláusula compromisoria. Por consiguiente, de acuerdo con la ley, dicha cláusula


puede formar parte de los estatutos sociales34.

A lo anterior debe agregarse que el principio de autonomía busca evitar que los vi-
cios del contrato en el cual se incluye una cláusula compromisoria, afecten el pac-
to arbitral. Lo anterior con el objetivo de que los árbitros puedan decidir todas las
controversias incluyendo las relativas a la existencia y validez del contrato. Es por

1
UNIDAD

33
Ver por ejemplo, Auto 801-018280 de octubre 29 de 2013 y auto en el proceso No 2016-800-1.
34
Así lo ha considerado por ejemplo el Tribunal Supremo de España en sentencia del 9 de julio de
2007 Disponible en http://www.poderjudicial.es/search/contenidos.action?action=contentp-
df&databasematch=TS&reference=350212&statsQuer yId=104420772&calledfrom=searchre-
sults&links=%22776%2F2007%22&optimize=20070927&publicinterface=true.
1
CAPÍTULO

ello que la cláusula compromisoria no puede considerarse como una estipulación


totalmente ajena al contrato, pues precisamente las partes al celebrar el negocio
la incluyen como parte de toda su operación económica. Es como consecuencia de
lo anterior, que el artículo 5º de la Ley 1563 de 2012 establece que la cesión de un
contrato implica la cesión de la cláusula compromisoria. Una solución distinta
implicaría desconocer la fuerza obligatoria del contrato, pues una parte a través
de la cesión del contrato privaría de efectos la cláusula compromisoria que pudo
ser fundamental al celebrar el contrato.

A este respecto, debe destacarse que en un caso en el cual la Superintendencia de


Sociedades consideró que el pacto arbitral no vinculaba a un heredero35, la Corte
Suprema de Justicia por vía de tutela invalidó dicha decisión. Precisó la Corte 36
que “la causahabiencia es un principio que se sobrepone a la habilitación especial
que un sector de la Doctrina reclama frente a la cláusula arbitral para exigir en
forma expresa la adhesión de todos los cesionarios a ella”, razón por la que ”no se
requiere que el accionista hereditario pacte una cláusula compromisoria que ya
su causante había aceptado al momento de la celebración del contrato”. Si bien
la Corte sentó esta tesis respecto de los herederos de un socio, el mismo principio
debe aplicarse cuando la causahabiencia es por acto entre vivos, pues no hay razón
para hacer una distinción.

Cuando lo que sucede es que se modifican los estatutos sociales para incluir o ex-
cluir el pacto arbitral, lo que debe determinarse es si a la luz de régimen societario
la asamblea de accionistas puede tomar una decisión en tal sentido aplicable a
todos los accionistas. En particular la discusión que cabe es si una decisión por
58 mayoría puede cobijar a quienes no están de acuerdo con excluir o incluir el pac-
to arbitral. Una primera conclusión parece clara y es la siguiente: si ya se invocó
el pacto arbitral, la decisión de la mayoría no puede privar al minoritario de su
derecho de acudir al arbitraje, pues ya hay una situación jurídica concreta. Otra
conclusión a la que podría llegarse es que la modificación de los estatutos no puede
Marco General del Arbitraje Nacional

afectar a los que ya no son socios37. En efecto, las decisiones de la asamblea o junta
de socios en el marco de sus competencias vinculan incluso a los socios ausentes
o disidentes, pero no a quienes ya no lo son. Por consiguiente, si existiera una con-
troversia que se encontraba incluida en el alcance del pacto arbitral vigente cuan-
do una persona es socia, no podría invocarse contra él una modificación posterior
a su retiro de la sociedad. El problema es más complejo cuando no se ha acudido

1
UNIDAD
35
Auto n.°2015- 800-14.
36
Sentencia de la Sala de Casación Civil del 15 de febrero de 2016, numero STC1779-2016/2015-
02940. Expediente 11001-22-03-000-2015-02940-01. Esta posición fue reiterada en sentencias
STC1857-2016 y STC2511-2016.
37
Ver sobre la no aplicación de la modificación del pacto arbitral a unos socios que fueron excluidos,
sentencia del Tribunal Supremo de España del 9 de julio de 2007.
al arbitraje o ni siquiera ha surgido una controversia y se modifican los estatu-
tos. ¿Obliga dicha decisión a los socios ausentes o disidentes? En tal caso podría
sostenerse que como sucede con cualquier pacto estatutario el mismo puede ser
modificado por mayoría y ello en principio vincula a todos los socios. En todo caso
siempre podrá acudirse a mecanismos que permiten controlar las conductas con-
trarias a los principios que rigen las sociedades, como es el del abuso de la mayoría.

Otro problema que se discute es si el pacto arbitral incluido en los estatutos se


extiende a los administradores. En este punto el artículo 40 de la Ley 1258, que
regula las S.A.S., establece expresamente que las diferencias que ocurran entre los
accionistas o con la sociedad o los administradores, en desarrollo del contrato so-
cial o del acto unilateral, pueden someterse a decisión arbitral, si así se pacta en los
estatutos. Por consiguiente, si en los estatutos de una S.A.S. expresamente se prevé
que las controversias con los administradores en desarrollo del contrato social o
del acto unilateral se someten a arbitraje, hay un pacto válido y vinculante.

Por lo que se refiere a otros tipos sociales, el artículo 110 del Código de Comercio
contempla la posibilidad de que se incluya la cláusula compromisoria para re-
solver las diferencias entre los asociados y la sociedad, es decir, no menciona a
los administradores. Sin embargo, podría sostenerse que ello no significa que no
sea posible establecer en los estatutos de sociedades distintas a las S.A.S. que las
controversias con los administradores por razón de la sociedad se someterán a
arbitraje. Lo anterior porque el administrador debe conocer los estatutos sociales,
pues la ley lo obliga a velar por su cumplimiento38, y por ello puede concluirse que
al aceptar desempeñarse en tal calidad, aceptó el pacto arbitral.
59
En todo caso el pacto arbitral implica el acuerdo de las dos partes, por ello si la
asamblea o junta de socios modifica los estatutos para excluir el pacto arbitral
o para modificarlo, dicha supresión o exclusión no se le aplica al administrador
hasta que el mismo la acepte. Ahora bien, la discusión que puede presentarse es
Marco General del Arbitraje Nacional

cuando el pacto arbitral no es claro en cuanto a su alcance respecto de los sujetos.


Así si el pacto arbitral simplemente señala que todas las controversias que surjan
por razón del desarrollo del contrato social se someterán a arbitraje, cabe la duda
acerca de si dicha estipulación incluye sólo a los socios o accionistas o también a
los administradores. La duda deberá resolverse en cada caso concreto acudiendo a
las reglas de interpretación de los contratos.

1
Respecto de los contratos de fiducia en los que se incluye un pacto arbitral, se ha UNIDAD

discutido si el pacto arbitral puede ser invocado por o contra los beneficiarios de la
fiducia. Han existido distintas opiniones en esta materia. Algunos consideran que
todo aquel que puede invocar derechos derivados del contrato es parte y por ello si

38
Artículo 23 de la ley 222 de 1995.
1
CAPÍTULO

en el contrato de fiducia se incluyó un pacto arbitral, el mismo los vincula. Otros


consideran que sólo queda vinculado por el pacto el beneficiario por el contrato de
fiducia, cuando el contrato claramente lo establece, pues si aceptó el beneficio de
la fiducia, lo aceptó en las condiciones previstas en el contrato, el cual incluye el
pacto arbitral. Finalmente, otras personas consideran que el tercero beneficiario
no es parte en el contrato de fiducia, por lo que el pacto arbitral no lo vincula. Esta
es la posición que adoptó la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 1o de julio
de 200939 en la cual precisó que el beneficiario de una fiducia no podía invocar el
pacto arbitral incluido en el contrato, y para tal efecto señaló:

“Por definición legis, las partes del negocio jurídico de fiducia mercantil, son el fi-
duciante o fideicomitente y el fiduciario; el beneficiario o fideicomisario, expressis
verbis es “un tercero”, cuya previsión por las partes, ni siquiera es menester para la
celebración, existencia o eficacia final de la fiducia mercantil, en cuanto la finali-
dad fiduciaria podrá determinarse por el constituyente, fiduciante o fideicomiten-
te, exclusivamente en su provecho, y determinada, por éste, a favor de un tercero,
no por ello adquiere la calidad de parte, aunque su existencia condiciona la eficacia
final del acto dispositivo, sus efectos definitivos, los fines perseguidos por las partes
y su función práctica o económica social”.

En todo caso la solución de la Corte no impide que se celebre un acuerdo entre


el beneficiario y las partes en el contrato, el cual puede resultar del propio texto
del contrato en el que se indique que el beneficiario al aceptar adhiere al pacto
arbitral.

60 En este sentido es pertinente señalar que en algunos casos se pacta la extensión


del pacto arbitral a personas distintas a quienes firman el contrato. Ello es particu-
larmente importante cuando se trata de desarrollar un proyecto por una sociedad
creada para el efecto, por lo que quienes presentan la oferta son distintos a quien
firma el contrato. En tal caso, el pacto vincula a los oferentes en la medida en que
Marco General del Arbitraje Nacional

lo hayan aceptado. Así por ejemplo, en el modelo de contrato de concesión 4G de


la ANI, con base en el cual se han celebrado numerosos contratos, se estipula que
si se convoca un tribunal arbitral “los efectos de la cláusula compromisoria serán
extensivos a aquellas empresas, sociedades o personas naturales que hayan pre-
sentado conjuntamente la Oferta, en la medida en que dichos sujetos expresaron
su consentimiento al momento de la presentación de la Oferta”40.

1
UNIDAD Del pacto arbitral surgen para las partes obligaciones de hacer, de dar y de no
hacer.

39
Sala de Casación Civil. REF: 11001-3103-039-2000-00310-01
40
https://www.ani.gov.co/sites/default/files/u233/contrato_parte_general_4g_1.docx
En primer lugar, del pacto surge una obligación de hacer y es acudir al arbitraje
para resolver las controversias que surjan entre las partes. Ello no impide que las
partes realicen negociaciones directas y solucionen su controversia por otros me-
canismos

Lo anterior implica a la luz de la buena fe, realizar las actividades necesarias para
integrar el tribunal, permitir que el arbitraje se desarrolle correctamente y que los
árbitros puedan resolver la controversia.

Adicionalmente, del pacto surge una obligación de dar y es sufragar los gastos que
genere el desarrollo del pacto arbitral, particularmente pagar las sumas por con-
cepto de honorarios y gastos.

Finalmente, el pacto arbitral implica una obligación de no hacer y es no acudir


unilateralmente a un mecanismo distinto al pactado para resolver la controversia.
En todo caso puede ocurrir que una parte acuda para solucionar su controversia a
la rama jurisdiccional del poder público y que la otra parte no invoque la excep-
ción de compromiso o cláusula compromisoria. Tal conducta, de conformidad con
el parágrafo del artículo 21 de la ley, implica que las partes han renunciado al pacto
arbitral para el caso concreto. De esta manera, el pacto arbitral subsiste para to-
das las demás controversias de las partes que se encuentren dentro del alcance del
mismo. Para precisar cuál es el caso concreto deberían tomarse en cuenta los tres
elementos que permiten identificar cuándo existe cosa juzgada, esto es la identi-
dad, de objeto, causa y partes (artículo 303 del Código General del Proceso).

El hecho de que existan tales obligaciones determina que, si una parte obstaculiza 61
el desarrollo del proceso, podría incurrir en responsabilidad civil. En otros países
se ha discutido si en tal caso el tribunal arbitral es competente para conocer de
la responsabilidad por violación del pacto arbitral41. Una respuesta a este interro-
gante parte del análisis del pacto arbitral. En este contexto podría sostenerse que
Marco General del Arbitraje Nacional

si el pacto es una cláusula compromisoria y la misma tiene por objeto que los ár-
bitros resuelvan las controversias que se deriven del contrato, los árbitros estarían
habilitados para conocer de las controversias vinculadas al incumplimiento del
pacto arbitral, en la medida en que aunque autónoma, la cláusula compromisoria
es parte del contrato que la contiene. Por lo demás ha de observarse que el árbitro

41
El Tribunal Federal Suizo en dos decisiones ha negado la nulidad de laudos que deciden sobre una

1
demanda de perjuicios contra una parte que ha acudido a la jurisdicción desconociendo el pacto arbi-
UNIDAD
tral: sentencia del 11 de febrero de 2010, número 4A_444/2009 y sentencia del 30 de septiembre
de 2013 número 4A_232/2013 of 30 September 2013, disponibles en http://www.swissarbitration-
decisions.com/sites/default/files/11%20fevrier%202010%204A%20444%20200.pdf y http://www.
swissarbitrationdecisions.com/sites/default/files/30%20septembre%202013%204A%20232%202013.
pdf. Ver igualmente MatthiasScherer, Court proceedings in violation of an arbitration agreement: Arbitral
Jurisdiction to issue anti-suit injunction and award damages for breach of the arbitration agreement disponible
en https://www.lalive.law/wp-content/uploads/2017/07/Press_Proof.pdf
1
CAPÍTULO

al decidir la controversia relativa a un contrato debe adoptar una determinación


sobre las costas, que en el fondo van a permitir resarcir a la parte que ha ganado
el proceso los gastos en que incurrió para tal efecto. Es decir, este aspecto que tiene
que ver con los perjuicios que la parte sufre por el proceso se encuentra incluido
dentro de las materias que puede decidir.

1.5.6.2 Efectos frente a terceros


En virtud del principio del efecto relativo de los contratos, el pacto arbitral no
vincula a los terceros.

Sin embargo, internacionalmente se ha reconocido en algunos países la posibilidad


de que el pacto arbitral vincule a otras personas distintas a aquellas que lo celebra-
ron. Ello puede ocurrir cuando existe un consentimiento tácito en el pacto arbitral.
Es por ejemplo, el caso de una empresa que constituye una filial para celebrar y
ejecutar un contrato en el que se incluye el pacto arbitral, pero quien realmente
participa en la ejecución del contrato es la empresa matriz. En tal caso podría con-
siderarse que la matriz aceptó el pacto arbitral. En todo caso debe observarse que
existen tendencias variadas en los diferentes países en torno a este punto42.

1.5.7 La interpretación del pacto arbitral


En la medida en que el pacto arbitral es un negocio jurídico, el mismo debe ser in-
terpretado teniendo en cuenta las reglas que establece el Código Civil para la inter-
pretación de los contratos. Lo anterior implica, entre otras cosas, tener en cuenta
la intención de los contratantes, e interpretar sus estipulaciones en el sentido que
produzcan efectos y no en el sentido que los prive de ellos.
62
La Corte Constitucional ha señalado, por ejemplo, que ”a menos de que no sea
razonablemente posible deducir la intención de las partes de someterse al arbi-
tramento, el juez debe propender por dotar de plenos efectos al pacto arbitral, sin
detenerse en reparar por deficiencias de redacción o falta de precisión en el alcan-
ce de la habilitación, ya que de lo contrario desconocería indebidamente la libre
Marco General del Arbitraje Nacional

decisión de los contratantes de poner fin de manera pacífica a sus disputas a través
de dicho mecanismo alternativo de resolución de controversias.”43

En este punto el Consejo de Estado ha señalado que “en caso de que la cláusula
arbitral no señale, concretamente, cuáles conflictos quedan a su cargo, se entiende
que todos los transigibles que surjan de la relación contractual están incluidos”44

1
UNIDAD

42
Para una visión general sobre el punto ver Roque Caivano. Arbitraje y grupos de sociedades. Extensión
de los efectos de un acuerdo arbitral a quien no ha sido signatario. Disponible en http://www.limaarbitra-
tion.net/LAR1/roque_j_caivano.pdf. Consultado el 26 de enero de 2019.
43
Sentencia T-511 de 2011
44
Sección Tercera. Sentencia del 24 de julio de 2013. Referencia 11001-03-26-000-2011-00053-00 (42.002)
Adicionalmente deberá tenerse en cuenta el principio que consagra el artículo 902
del Código de Comercio en materia de nulidad, por lo que, si alguna de las estipu-
laciones del pacto está viciada de nulidad, ello solo afectará todo el pacto cuando
aparezca que no se habría celebrado sin dicha estipulación, lo que debe probarse. En
la duda el pacto arbitral no puede anularse en su totalidad. Se puede agregar que lo
normal es que las partes quieren someter sus diferencias a arbitraje y para ello pac-
tan algunas reglas adicionales, pero si ellas hubieran sabido que alguna de dichas
reglas no era válida, lo que hubieran hecho es pactar el arbitraje sin tales reglas.

En este punto es de destacar la sentencia del 26 de noviembre de 2015,45 en la cual


la Sección Tercera el Consejo de Estado debió decidir un caso en el cual el pac-
to arbitral se refería a una institución arbitral inexistente, según la prueba que
obraba en el expediente. A tal efecto el Consejo de Estado precisó que cuando “el
pacto arbitral no se encuentra debidamente redactado o presenta deficiencias, y
ello dificulta su aplicación en el caso concreto, se está en presencia de una cláu-
sula patológica, la cual podrá tener o no eficacia, dependencia del tipo de yerro y
la posibilidad de dar prevalencia a la voluntad de las partes sobre el defecto de la
misma”. Señaló el Consejo de Estado que “Cuando la voluntad de someter a arbitra-
je sea inequívoca y el yerro sea susceptible de ser suplido a partir de la redacción
del pacto arbitral, deberá darse prevalencia a la estipulación contractual”, para lo
cual se apoyó en jurisprudencia internacional. Concluyó el Consejo de Estado que
el yerro en la designación de la institución administradora no es una ausencia
de voluntad de arbitral, por lo cual declaró sin efectos la expresión de la cláusula
que hacía referencia a una institución arbitral inexistente y en su lugar dispuso
aplicar la norma de la ley que establece el centro de arbitraje competente cuando
las partes no lo pactan. 63
1.5.8 La autonomía del pacto arbitral
Siguiendo la tendencia internacional en la materia, la legislación colombiana con-
sagró el principio de autonomía del pacto arbitral inicialmente en la Ley 446 de
Marco General del Arbitraje Nacional

1996, la cual fue declarada constitucional por la Corte Constitucional en sentencia


C-248 de 1999 y actualmente en el artículo 5º de la Ley 156346. El principio de auto-
nomía implica que el pacto arbitral se considera un negocio distinto al contrato
al cual se refiere, razón por la cual las causales de inexistencia, ineficacia o nulidad
del contrato no afectan por ese sólo hecho el pacto arbitral. El pacto arbitral debe
ser entonces analizado por sí mismo a la luz de los requisitos que la ley establece.

1
Esta regla surgió con el fin de hacer respetar la voluntad de las partes de acudir UNIDAD

45
Referencia 07001233100020030001801 (28507)
46
“La inexistencia, ineficacia o invalidez del contrato no afecta la cláusula compromisoria. En consecuen-
cia, podrán someterse a arbitraje las controversias en las que se debata la existencia, eficacia o validez del
contrato y la decisión del tribunal será conducente aunque el contrato sea inexistente, ineficaz o inválido”
1
CAPÍTULO

al arbitraje para resolver la controversia. En efecto, si se considerara que el pac-


to arbitral es simplemente una cláusula más del contrato, podría discutirse si el
pacto arbitral es eficaz cuando el contrato está viciado. En este contexto ocurrió
en diversos países y entre ellos Colombia, que una parte cuestionara la validez del
contrato, para sostener a reglón seguido que como el pacto arbitral era una cláu-
sula del contrato, los árbitros no podían conocer del proceso.

En todo caso, el principio de autonomía encuentra un claro fundamento en la


teoría general de los contratos, pues ciertamente un acuerdo de someter una con-
troversia a un tribunal arbitral, constituye, como lo reconoce la ley, un negocio
jurídico por sí mismo, que, aunque aparezca como cláusula compromisoria en un
contrato no deja por ello de ser en sí mismo un negocio jurídico.

Es pertinente destacar que el principio de autonomía no significa una separación


total entre el pacto arbitral y el contrato en el cual se incorpora como una cláusu-
la compromisoria. En efecto de acuerdo con la ley si cede el contrato se entiende
incluida la cláusula compromisoria (artículo 5º). Lo anterior obedece al respeto
de la voluntad de los contratantes. Si cuando las partes celebraron el contrato
incluyeron un pacto arbitral, ha de entenderse que quisieron que toda controver-
sia se resolviera por la vía del arbitraje. Sería desconocer la fuerza obligatoria del
contrato aceptar que, por el hecho de la cesión, la parte que adquiera un derecho
derivado del contrato no queda sujeta al pacto arbitral.

Vale la pena aclarar que en el arbitraje internacional el principio de autonomía


encuentra desarrollos adicionales a los cuales se hará referencia posteriormente.
64
Marco General del Arbitraje Nacional

1
UNIDAD
Actividades pedagógicas

Ap Discuta los siguientes casos:


a. Dos partes celebraron un contrato de suministro. Surgen
controversias durante la ejecución y una de ellas partes
presenta una demanda. La otra contesta oponiéndose y
formula como excepción previa: cláusula compromisoria
o compromiso. Durante el trámite de las excepciones la
Demandante no hace manifestación alguna. ¿El juez debe
declarar probada la excepción?.

b. Las partes adelantan una negociación de un automóvil


sin lograr ponerse de acuerdo con el precio. Finalmente,
el comprador le envía un mensaje de WhatsApp a la
otra en que le dice que le compra el automóvil que
están negociando por veinte millones de pesos. El
vendedor contesta “de acuerdo” e indica que le enviará
al día siguiente el contrato firmado, con una cláusula
de arbitraje. El comprador contesta Ok. Al día siguiente
cuando el vendedor le envía el contrato al comprador, este
no lo firma. El vendedor inicia arbitraje. El comprador
sostiene que no hay pacto arbitral.

c. José compra un televisor en la página web de un almacén


de cadena. Al realizar la compra aparece un botón
que debe presionar, en el cual se indican términos y
condiciones. En la pantalla aparece un documento y la
posibilidad de dar un click para aceptarlo. José da click.
Le entregan el televisor, pero José sostiene que no es el
modelo pactado, por lo cual formula una demanda ante
un juez civil. El almacén formula la excepción de cláusula
compromisoria, porque las condiciones en la página web 65
que José aceptó incluyen una cláusula en tal sentido.

d. Las partes estipulan en su pacto arbitral, que la


controversia se decidirá exclusivamente con base en
documentos y dictámenes periciales. Una de las partes
Marco General del Arbitraje Nacional

sostiene que dicho pacto es nulo porque viola su derecho


de defensa.

e. Se profiere una sentencia judicial que resuelve una


controversia. Como quiera que ninguna de las partes está
satisfecha con la decisión acuerdan que dicho asunto
será nuevamente decidido por árbitros. Cuando los
árbitros profieren su decisión. La parte vencida sostiene

1
que el pacto arbitral era invalido y que el laudo no es
UNIDAD
válido porque contraria una sentencia con fuerza de cosa
juzgada.
1
CAPÍTULO

Autoevaluación

Ae De las siguientes afirmaciones, indique cuales son verdaderas


(V) y cuales son Falsas (F):

a. A los procesos arbitrales les es aplicable el Código General


del Proceso en todo lo que no sea contrario a la ley 1563
de 2012. ( )

b. En los contratos de condiciones generales con


consumidores el pacto arbitral no es válido. ( )

c. El pacto arbitral incluido en un contrato de fiducia solo


obliga a la fiduciaria y el fideicomitente. ( )

d. El compromiso debe celebrarse por escrito, por ello no es


válido el compromiso que resulte de un intercambio de
mensajes por WhatsApp. ( )

66
Marco General del Arbitraje Nacional

1
UNIDAD
Jurisprudencia

J Corte Constitucional
Sentencia T 057 de 1995.
Sentencia C 294 de 1995.
Sentencia C 431 de 1995.
Sentencia T 299 de 1996.
Sentencia C 1436 de 2000.
Sentencia SU 174 de 2007.
Sentencia C 248 de 1999.
Sentencia C 060 de 2001.
Sentencia T 1224 de 2008.
Sentencia T 058 de 2009.
Sentencia C 300 de 2012.

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil. Sentencia del 1 de julio de 2009.
Referencia: 11001-3103-039-2000-00310-01.

Sala de Casación Civil. Sentencia tutela. 17 de septiembre de


2013. Ref. exp. 1100102030002013-02084-00.

Sala de Casación Civil. Sentencia del 9 de mayo de 2017.


Radicación n° 11001-31-03-019-2008-00247-01.

Consejo de Estado
Sección Tercera. Sentencia del 10 de agosto de 2000. (Radicación
17028).
Sección Tercera. Sentencia del 8 de julio de 2009. Radicación
número: 11001-03-26-000-2009-00026-00(36478).
Sección Tercera 18 febrero de 2010. Exp. 37.004 Radicación:
110010326000200900058 00.
67
Sección Tercera. Sentencia del 18 de enero de 2012. Radicado
110010326000 2010 00078 00.
Sección Tercera. Sentencia del 12 de agosto de 2013. Radicación
5000232600020000133401 (28730).
Sección Tercera. 13 de abril de 2015 Radicación: 11001-03-26-000-
2014-00162-00 (52.556).
Marco General del Arbitraje Nacional

Sección Tercera. 26 de noviembre de 2015. Referencia


07001233100020030001801 (28507).
Sección Tercera. Sentencia del 18 de abril de 2017. expediente
50001-23-33-000-2015-00667 01(58461).
Sección Tercera. Sentencia del 26 de abril de 2017. expediente
11001-03-26-000-2016-00047-00(56661).
Sección Tercera. Sentencia del 17 de agosto de 2017. Radicación

1
25000-23-26-000-2001-013377-02. UNIDAD
Sección Tercera, 27 de noviembre de 2017. Radicación 11001-03-
26-000-2017-00122-00 (59913).
Superintendencia de Sociedades.
Auto 801-018280 de octubre 29 de 2013.
Sentencia 800-38/2015-800-165 de abril 28 de 2016.
1
CAPÍTULO

Bibliografía

B Julio Benetti Salgar El Arbitraje en el Derecho Colombiano. 3ª


Ed Cámara de Comercio de Bogotá, 2009

Ramiro Bejarano Guzmán. Los Procesos declarativos,


arbitrales y ejecutivos. Ed Temis. 2016

Comité Colombiano de Arbitraje. Estatuto Arbitral


Colombiano. Ed Legis. Bogotá, 2013.

Jorge Hernán Gil Echeverry. Régimen Arbitral Colombiano.


2Ed Grupo Editorial Ibáñez. Bogotá, 2017.

Hernán Fabio López Blanco. El Proceso Arbitral Nacional, Ed


Dupre. Bogotá, 2013.

Fabricio Mantilla. Hernando Herrera. Arbitraje 360. El árbitro


y la función arbitral. Tomo I. Vol I Naturaleza de la Función
Arbitral. Tomo I. Vol II Régimen Obligacional. ed. Ibáñez. 2017.

Fabricio Mantilla. Hernando Herrera. Arbitraje 360. La


práctica de litigio Arbitral. Tomo II Vol. I. Estructura del
Proceso y estrategia del litigio. Tomo II Vol. II. Aspectos
Contractuales y Procesales. 2017.

Eduardo Silva Romero, Fabricio Mantilla Espinosa (Coord.)


EL Contrato de Arbitraje. Ed Legis. Universidad del Rosario.
Bogotá. 2005

68
Marco General del Arbitraje Nacional

1
UNIDAD
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

UNIDAD
Nacional
Arbitraje

2
CAPÍTULO
1
UNIDAD

2
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)
Objetivo General
Mostrar en detalle las etapas del proceso arbitral, con el fin
de entender su desarrollo, características y establecer las
Og diferencias con la justicia tradicional.

Objetivos Específicos

Oe •• Estudiar el principio de competencia competencia,


en el cual los tribunales arbitrales sustentan sus
decisiones respecto de su propia competencia para
conocer los asuntos que son excluidos por las partes de
la justicia ordinaria.
•• Observar el marco normativo en materia de medidas
cautelares y pruebas, que sustentan la competencia
del Tribunal para su práctica.
•• Referenciar y desarrollar los recursos contra el laudo,
en especial, lo que se refiere al recurso de anulación y
cada una de sus causales.
•• Referenciar la procedencia o no de la acción de tutela
contra el laudo arbitral.

71

El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

2
UNIDAD
1
CAPÍTULO

ARBITRAJE NACIONAL

Marco General
del Arbitraje
Nacional

Pacto Arbitral Procedimiento Laudo

Cláusula Compromiso Trámite Pruebas Medidas ACCIÓN de


Compromisoria Cautelares TUTELA
Recursos

72
Anulación Revisión
Causales Causales
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Trámite Trámite

2
UNIDAD
Unidad 2 70

Co 2. EL PROCESO ARBITRAL 75

2.1 El principio de la competencia-competencia y


las relaciones con la rama judicial en materia de
competencia 75

2.2 Las reglas de procedimiento del proceso arbitral 80

2.3 La inexistencia de requisitos de procedibilidad 82

2.4 Inicio del trámite Arbitral: Presentación de la


demanda 83
2.4.1 Integración del Tribunal arbitral 84
2.4.1.1 Las calidades exigidas para ser árbitro 86
2.4.1.2 Deber de información 87
2.4.1.3 La recusación 90
2.4.2 Instalación del tribunal y trámite inicial 91
2.4.3 Primera Audiencia de Trámite. Declaratoria
de competencia 95
2.4.4 Práctica de pruebas 98
2.4.5 Medidas cautelares 99 73
2.4.6 La posibilidad de acumular procesos arbitrales 100
2.4.7 Laudo 100
2.4.8 Aclaración, corrección o complementación del laudo 103
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

2.4.9 Efectos del laudo 105


2.4.10 Ejecución del laudo 106

2.5 Recursos contra el laudo 107


2.5.1 Recurso de anulación 107
2.5.2 La ley aplicable al recurso de anulación 110
2.5.3 Las causales de anulación 110
2.5.3.1 La inexistencia, invalidez o inoponibilidad del pacto arbitral 111

2
2.5.3.2 La caducidad de la acción, la falta de jurisdicción UNIDAD

o de competencia 112
2.5.3.3 No haberse constituido el tribunal en forma legal 114
1
CAPÍTULO

2.5.3.4 Estar el recurrente en alguno de los casos de indebida


representación, o falta de notificación o emplazamiento, siempre que

Co no se hubiere saneado la nulidad 116


2.5.3.5 Haberse negado el decreto de una prueba pedida oportunamente o
haberse dejado de practicar una prueba decretada, sin fundamento
legal, siempre y cuando se hubiere alegado la omisión
oportunamente mediante el recurso de reposición y aquella pudiera
tener incidencia en la decisión 116
2.5.3.6 Haberse proferido el laudo o la decisión sobre su aclaración,
adición o corrección después del vencimiento del término
fijado para el proceso arbitral 117
2.5.3.7 Haberse fallado en conciencia o equidad, debiendo ser en derecho,
siempre que esta circunstancia aparezca manifiesta en el laudo 118
2.5.3.8 Contener el laudo disposiciones contradictorias, errores aritméticos o
errores por omisión o cambio de palabras o alteración de estas
siempre que estén comprendidas en la parte resolutiva o influyan en
ella y hubieran sido alegados oportunamente ante el tribunal
arbitral 121
2.5.3.9 Haber recaído el laudo sobre aspectos no sujetos a la decisión de
los árbitros, haber concedido más de lo pedido o no haber decidido
sobre cuestiones sujetas al arbitramento 123
2.5.4 Efectos de la interposición del recurso de anulación 124
74 2.5.5 Efectos de la decisión del recurso de anulación 124

2.6 Procedencia de la acción de tutela contra las


decisiones del tribunal y contra el laudo 126
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

2.7 Recurso extraordinario de revisión 127

Jurisprudencia 130
Actividades pedagógicas 132
Autoevaluación 134
Bibliografía 136

2
UNIDAD
EL PROCESO
ARBITRAL 2
2.1 El principio de la competencia-competencia y
las relaciones con la rama judicial en materia de
competencia
Uno de los principios en materia arbitral es el principio de la competencia-com-
petencia, el cual significa que el tribunal arbitral es juez de su propia competencia.
Así dispone el artículo 2947 de la Ley 1563 de 2012, que el árbitro es juez de su propia
competencia y que su decisión prevalece sobre la de un juez al que se someta el
asunto. En todo caso la decisión del árbitro de declararse competente puede ser
cuestionada, pero ello será a través del recurso de anulación contra el laudo que
ponga fin al proceso. Por el contrario, la decisión del tribunal de declararse no
competente sólo puede ser objeto de recurso de reposición. En la medida en que
de conformidad con el artículo 29 de la Ley 1563, la decisión del árbitro sobre su
competencia prevalece sobre la del juez ordinario o contencioso administrativo, si 75
el árbitro se declara incompetente, no podría el juez determinar que no es compe-
tente por la existencia del pacto arbitral.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

El principio de la competencia-competencia determina entonces las relaciones


entre los tribunales arbitrales y los jueces permanentes.

Si se inicia un proceso ante la justicia ordinaria o contenciosa y una de las partes


invoca un pacto arbitral, a través de la excepción previa de compromiso o cláusula
compromisoria, el juez debe remitir a la parte al arbitraje.

Por el contrario, cuando a pesar de que exista un pacto arbitral, ninguna de las

2
partes lo invoca, en principio el proceso debe continuar ante el juez. En estos casos UNIDAD

se entiende que existe una renuncia al pacto arbitral en el caso concreto (artículo

47
“El tribunal de arbitraje es competente para resolver sobre su propia competencia y su decisión prevalece
sobre cualquier otra proferida en sentido contrario por un juez ordinario o contencioso administrativo. Lo
anterior, sin perjuicio de lo previsto en el recurso de anulación”.
1
CAPÍTULO

21 de la ley). En este punto la ley consagró la jurisprudencia tradicional, la cual por


lo demás es congruente con lo que dispone la Convención de Nueva York sobre
el reconocimiento y ejecución de las sentencias arbitrales extranjeras de 1958, la
que si bien no se aplica al arbitraje doméstico en todo caso suministra un criterio
técnico sobre el punto. Como la renuncia se entiende hecha para el caso concreto,
si posteriormente se inicia otro proceso entre las partes, podrá invocarse el pacto
arbitral48. Para determinar cuál es el caso concreto deberá partirse de los tres ele-
mentos que de acuerdo con el Código General del Proceso permiten identificar la
existencia de la cosa juzgada, esto es, que se trate del mismo objeto, la misma causa
e identidad jurídica de partes. Por consiguiente, si en la controversia que se plan-
tea no existe dicha identidad con la litis que se sometió a los jueces permanentes,
será aplicable el pacto arbitral.

Si bien el Consejo de Estado49 había acogido la misma tesis de la Corte Suprema de


Justicia, en el sentido que la no invocación del pacto implica la renuncia al mismo,
recientemente la modificó y ha sostenido para casos sujetos a la legislación ante-
rior a la Ley 1563 de 2012, que el hecho de que una parte no haya invocado el pacto
arbitral no permite concluir que el mismo deja de producir efectos. A tal efecto,
el Consejo de Estado se fundó en varias consideraciones50: de una parte en que los
contratos estatales son solemnes, por lo que no es posible modificar el pacto arbi-
tral por el sólo hecho de que una de las partes no invoque el pacto, y de otro lado,
en el principio de planeación, que impide hacer cesar los efectos del pacto por el
sólo hecho de no invocarlo, pues en virtud del mencionado principio las decisiones
de contratación debe ser analizadas y evaluadas por la entidad.

76 Adicionalmente el Consejo de Estado invocó el principio del paralelismo de


formas, es decir que las cosas se deshacen como se hacen, sin embargo, este
principio es discutido internacionalmente. En tal sentido la doctrina Alemana51
y Suiza52 ha señalado que las formalidades exigidas para celebrar un contrato
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

no necesariamente se aplican al acto dirigido a ponerle fin. Lo anterior porque


las formalidades buscan proteger el consentimiento en obligarse que es distinto
al consentimiento que se expresa para deshacer el vínculo jurídico. Lo anterior
es además coherente con la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia que,
respecto de contratos de promesa (que en materia civil requieren la solemnidad
de un escrito) ha señalado que si ninguna de las partes comparece a celebrar el

48
En tal sentido sentencia de la Sección Tercera del Consejo de Estado del 26 de abril de 2017 expediente

2
UNIDAD
11001-03-26-000-2016-00047-00(56661).
49
Sección Tercera. Sentencia del 16 de junio de 1997, expediente 10883, 16 de marzo de 2005,
expediente 27.934 y 23 de junio de 2010, expediente 18.395.
50
Sección tercera. Sentencia de 18 de abril de 2013, expediente 85001-23-31-000-199800135-01 (17859).
51
Werner Flume. El Negocio Jurídico. P. 301.
52
Andrea Von Thur. Tratado de las Obligaciones P. 138.
contrato prometido se entiende que existe un mutuo disenso de la formalidad
omitida.

Es pertinente, señalar que la tesis del Consejo de Estado fue adoptada respecto de
casos anteriores a la entrada en vigencia de la Ley 1563 y dicha Corporación ha
precisado que respecto de procesos iniciados a partir de la vigencia de la Ley 1563
de 2012, debe aplicarse la renuncia tácita al pacto arbitral que consagra el artículo
21 de la Ley 1563 de 201253.

La ley precisa que, si el tribunal arbitral se declara


competente, dicha decisión prevalece sobre la de cualquier
otro juez ordinario o contencioso administrativo.

Cuando en un proceso judicial se invoca la existencia de un pacto arbitral surge la


pregunta de cuál es el control que debe hacer el juez en cada caso, es decir si sim-
plemente debe limitarse a verificar prima facie la existencia del pacto o si puede
entrar a examinar su validez y oponibilidad.

La ley precisa que, si el tribunal arbitral se declara competente, dicha decisión


prevalece sobre la de cualquier otro juez ordinario o contencioso administrativo
(artículo 29). Por consiguiente, si cuando se plantea el problema ante el juez, el
tribunal arbitral ya había adoptado o adopta una decisión sobre su competencia,
el juez no puede apartarse de la decisión del tribunal arbitral, por ser este último
el único que inicialmente puede decidir si es o no competente.
77
Incluso ha señalado la Corte Suprema de Justicia que si se invoca la existencia de
pacto arbitral y el juez la niega, la parte podrá “hacer valer-antes de la sentencia
de primera instancia-la cláusula compromisoria disponiendo los mecanismos de
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

inicio del trámite arbitral mediante la conformación del tribunal correspondien-


te”54. En este caso en la medida en que la decisión del tribunal arbitral sobre su
competencia prevalece, el juez permanente no podría continuar conociendo del
proceso.

Más complejo es el asunto cuando no se ha iniciado el proceso arbitral o el tribunal


arbitral no se ha pronunciado sobre su competencia. En este caso cabe la pregunta
hasta dónde puede llegar el análisis del juez ante quien se plantea la excepción de

2
cláusula compromisoria o compromiso. En diversos países se considera que el juez UNIDAD

debe verificar simplemente la existencia prima facie, es decir a primera vista, del

53
Sección tercera. Sentencia del 18 de abril de 2017 expediente 50001-23-33-000-2015-00667 01(58461).
54
Sala de Casación Civil, Sentencia del 9 de mayo de 2017, Radicación n° 11001-31-03-019-2008-00247-
01.
1
CAPÍTULO

pacto arbitral y sólo podría declararse competente si el pacto es manifiestamente


nulo o inaplicable5556.

En derecho colombiano existen dos precedentes jurisprudenciales que deben des-


tacarse. El primero es de la Corte Constitucional, que en sentencia de tutela T-511
de 2011, al referirse a una cláusula que generó la discusión acerca de si las partes
habían acordado someterse a arbitraje, expresó: “a menos de que no sea razona-
blemente posible deducir la intención de las partes de someterse al arbitramento,
el juez debe propender por dotar de plenos efectos al pacto arbitral, sin detenerse
en reparar por deficiencias de redacción o falta de precisión en el alcance de la
habilitación, ya que de lo contrario desconocería indebidamente la libre decisión
de los contratantes de poner fin de manera pacífica a sus disputas a través de di-
cho mecanismo alternativo de resolución de controversias”. Así mismo, la Sección
Tercera del Consejo de Estado en un caso en el cual las partes habían pactado un
arbitraje en una institución que no prestaba este servicio, consideró que era apli-
cable el pacto arbitral excluyendo la referencia a dicha institución y aplicando las
normas supletivas de la Ley 1563 de 201257.

Como quiera que el juez está obligado a remitir a las partes a arbitraje si hay pacto
arbitral, en principio él debe verificar que el pacto exista. Por consiguiente, si ello
no es así, no hay obligación de remitir las partes al arbitraje. En todo caso, el juez
debe tener en cuenta si existe una voluntad de someter la controversia a arbitraje,
pues si ella existe, aunque haya deficiencias de redacción o patologías, salvo que
ellas sean insalvables, debería remitir a las partes a arbitraje. Por otra parte, si lo
que se invoca es que el pacto es nulo la nulidad debe ser declarada y el competente
78 para ello sería el tribunal arbitral, en la medida en que es uno de los extremos que
debe determinar para definir su competencia, por lo cual en principio el juez debe-
ría remitir las partes al arbitraje. Igualmente, cuando exista una discusión acerca
del alcance del pacto arbitral, el juez debe remitir a las partes al arbitraje, salvo que
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

sea manifiesto que el pacto arbitral no incluye dicha controversia.

55
El artículo 1448 del Código de Procedimiento Civil Francés establece que cuando un litigio que co-
rresponde a un pacto arbitral, se someta a la jurisdicción del estado “esta se declarará incompetente,
salvo que el tribunal arbitral no haya sido constituido y la convención arbitral sea manifiestamente nula o
manifiestamente inaplicable”
56
El Reglamento de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional de París igualmente prevé en su

2
artículo 6º que cuando haya discusión en el trámite inicial acerca de la existencia del pacto arbitral, el arbi-
UNIDAD traje proseguirá si la corte de arbitraje de la CCI está convencida “prima facie, de la posible existencia de
un acuerdo de arbitraje”. La Corte de Apelaciones de Singapur, en un fallo del 2015 (Tomolugen Holdings
Ltd and another v Silica Investors Ltd and other appeals) consideró que la corte permanente del estado no
debía conocer de una controversia, cuando se establezca prima facie, esto es a primera vista, que hay un
acuerdo arbitral, la disputa se encuentra en el campo de aplicación del pacto, y el pacto arbitral no es nulo
o imposible de poner en ejecución.
57
Decisión del 26 de noviembre de 2015. Referencia 20152003-00018/28507
Cuando hay llamamiento en garantía en un proceso judicial puede ocurrir que
al contestar el llamamiento, el llamado invoque la existencia de compromiso o
cláusula compromisoria. En tal caso, si el juez encuentra acreditada la existencia
del pacto, en la forma ya indicada, debe declarar probada la excepción y el proceso
continuará sin en el llamado.

Un punto complejo puede presentarse cuando en un proceso hay pluralidad de


demandantes o demandados y el pacto arbitral sólo exista entre algunos de ellos.
En esta materia deberá hacerse la distinción entre los casos en los que existe un
litisconsorcio facultativo o necesario. Cuando el litisconsorcio es facultativo, la
excepción de cláusula compromisoria o compromiso sólo prosperará respecto de
las partes en el pacto arbitral. Cuando el litisconsorcio es necesario, la excepción de
compromiso o cláusula compromisoria no puede prosperar, porque para decidir es
necesario que estén en el proceso todos los integrantes del litisconsorcio y las normas
del proceso arbitral establecen que cuando exista dicha forma de litisconsorcio y no
sea posible notificar oportunamente a alguno de los litisconsortes, que no forman
parte del pacto arbitral, o alguno o algunos de ellos no adhieren al pacto arbitral el
proceso arbitral no puede continuar (artículo 36 de la Ley 1563 de 2012).

Ahora bien, si el juez declara que prospera la excepción previa de compromiso o


cláusula compromisoria dispone el Código General del Proceso que se decretará la
terminación del proceso y se devolverá al demandante la demanda con sus anexos.
En este caso de conformidad con el artículo 95 del mismo Código, el demandante
tiene un término de veinte días hábiles,
contados a partir de la ejecutoria del auto En esta materia deberá
que de por terminado el proceso para ini- hacerse la distinción entre 79
ciar el proceso arbitral, para que se man-
los casos en los que existe
tenga la interrupción de la prescripción
o no opere la caducidad por razón de la
un litisconsorcio facultativo El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

demanda inicialmente presentada. o necesario.

Ha precisado la Corte Suprema de Justicia que la existencia de un pacto arbitral no


genera nulidad por falta de jurisdicción pues es incoherente sostener que “la falta de
jurisdicción genera una nulidad insaneable, declarable de oficio, y simultáneamente
entender que el silencio del convocado tenga la virtualidad de prorrogar la jurisdic-
ción del juez”, como ocurre cuando no se invoca la excepción de compromiso o cláu-
sula compromisoria, por lo que en este caso se está ante una falta de competencia.

2
De esta manera, cuando se niega ilegalmente la excepción de compromiso o cláusula UNIDAD

compromisoria, se produce un fenómeno de “falta de competencia objetiva ratione


materia”, lo que por vía de la causal quinta puede ventilarse en casación58.

58
Sala de Casación Civil, Sentencia del 9 de mayo de 2017, Radicación n° 11001-31-03-019-2008-
00247-01
1
CAPÍTULO

Por otra parte, se puede presentar que una parte inicie un proceso ejecutivo con el
fin de que se pague una cláusula penal incorporada en un contrato que contiene
un pacto arbitral y la parte contraria inicie un proceso arbitral en el cual se discu-
te la validez del contrato. En un caso concreto que conoció la Corte Constitucional,
la misma consideró que en “en aplicación del principio kompetenz-kompetenz el
juez del proceso ejecutivo debía declarar la falta de jurisdicción para conocer dicho
asunto, ya que se estaba adelantando el respectivo proceso arbitral y es el Tribunal
de Arbitramento el primero llamado a decidir sobre su propia competencia”. Por
ello consideró que el tribunal superior que considero que la jurisdicción perma-
nente del Estado era competente, incurrió en un defecto sustantivo, pues en virtud
de la competencia-competencia no se podía continuar el proceso ante la rama
jurisdiccional del poder público.

2.2 Las reglas de procedimiento del proceso arbitral

Como consecuencia del principio de habilitación en materia arbitral, la ley esta-


tutaria de la administración de justicia59 permite en los procesos arbitrales en que
no sea parte el Estado o alguna de sus entidades, pactar el procedimiento aplicable,
directamente o por referencia al reglamento de un centro de arbitraje, siempre y
cuando ello no viole los principios constitucionales que integran el debido proceso.
Una regla semejante consagra el artículo 58 de la Ley 1563 de 2012,60 la cual además
precisa que se deben respetar los principios constitucionales que integran el debi-
do proceso, el derecho de defensa y la igualdad de las partes.

80 De esta manera la facultad de pactar el procedimiento está sujeta a dos límites, el


primero referido a los sujetos en el proceso y el segundo, a los principios constitu-
cionales.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

En cuanto se refiere al primer límite, la ley no permite pactar reglas especiales en


aquellos arbitrajes en que sea parte el estado o algunas de sus entidades. La ex-
presión alguna de las entidades del estado no es precisa. A este respecto se podría
considerar que este concepto hace referencia a las entidades públicas que define
el parágrafo del artículo 104 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo

59
El artículo 13 de la Ley 270, tal como fue modificado por la Ley 1285 de 2009, establece:“... Tra-
tándose de arbitraje, en el que no sea parte el estado o alguna de sus Entidades, los particulares podrán

2
acordar las reglas de procedimiento a seguir, directamente o por referencia a la de un Centro de Arbitraje,
UNIDAD
respetando, en todo caso los principios Constitucionales que integran el debido proceso”.
60
“En los arbitrajes en que no sea parte el Estado o alguna de sus entidades, los particulares podrán
acordar las reglas de procedimiento a seguir, directamente o por referencia a las de un centro de arbitraje,
respetando, en todo caso los principios constitucionales que integran el debido proceso, el derecho de
defensa y la igualdad de las partes. En el evento en que las partes no establecieren reglas o el centro
seleccionado para adelantar el trámite no tuviere reglamento de procedimientos debidamente aprobado,
se aplicarán las reglas establecidas para cada caso en la presente ley”.
Contencioso Administrativo61. En efecto, dicha definición incluye tanto aquellas
entidades que son totalmente públicas, como aquellas en las que el Estado tiene
una participación igual o superior al 50%.

En cuanto al segundo límite, es de destacar que el mismo está constituido por los
principios constitucionales y no por las reglas legales. Por consiguiente, la norma
de la ley estatutaria y de la Ley 1563, permite a las partes apartarse de las reglas
legales contenidas en la Ley 1563 y Código General del Proceso, siempre que ello no
viole los principios constitucionales mencionados.

Dentro de las reglas que podrían adoptar las partes podría


ser que el proceso arbitral tuviera una doble instancia. En
efecto, tal solución no es desconocida en el mundo.

Por lo anterior sólo en la medida en que el procedimiento adoptado violara una de


estas reglas fundamentales, dicho procedimiento sería invalido. Así ocurriría si se
establece un procedimiento en que la parte no tiene derecho a presentar pruebas,
o no puede contradecir las que se presenten en su contra o no puede en general
presentar su caso. Igualmente, no podría pactarse un procedimiento que no diera
igual trato a las partes.

Dentro de las reglas que podrían adoptar las partes podría ser que el proceso ar-
bitral tuviera una doble instancia. En efecto, tal solución no es desconocida en
el mundo, pues en diversos países la ley contempla la posibilidad de recursos de
apelación contra laudos arbitrales ante los jueces estatales (es el caso de Francia 81
y Chile cuando se trata de arbitrajes nacionales o domésticos), o los reglamentos
lo consagran ante otro tribunal arbitral (por ejemplo, el reglamento del ICDR62 o
el de la Corte Española de Arbitraje63) o finalmente ha sido previsto en tratados
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

celebrados por Colombia para arbitrajes de inversión (el artículo 10.20 del TLC con
los Estados Unidos contempla la posibilidad de que en un futuro se cree un órgano
de apelaciones de laudos arbitrales en materia de inversión). En todo caso la auto-
nomía de la voluntad no puede crear un recurso de apelación ante un juez, en la
medida en que las competencias de los jueces deben ser definidas por la ley, pero
si ante otro tribunal arbitral.

2
UNIDAD
61
Parágrafo. Para los solos efectos de este Código, se entiende por entidad pública todo órgano, orga-
nismo o entidad estatal, con independencia de su denominación; las sociedades o empresas en las que el
Estado tenga una participación igual o superior al 50% de su capital; y los entes con aportes o participación
estatal igual o superior al 50%.
62
Optional Appellate Arbitration Rules.
63
Artículo 39 del Reglamento
1
CAPÍTULO

Debe además anotarse que las partes pueden pactar un procedimiento propio, lo
que no es común, o más generalmente pueden pactar que se aplique el reglamento
de un centro de arbitraje, el que normalmente incluye un procedimiento. Dichos
reglamentos deben ser aprobados por el Ministerio de Justicia y del Derecho.

En la práctica a veces ocurre que en los pactos arbitrales se estipulan reglamentos


de entidades internacionales como es el de la Cámara de Comercio Internacional
de París. La referencia a dicho reglamento a nivel internacional no ofrece reparos,
pero se ha discutido si es posible en arbitrajes nacionales. Para algunos ello no
es posible, porque cuando la ley en la sección cuyo objeto es el arbitraje nacional
hace referencia a centros de arbitraje se refiere a los que autoriza el Ministerio de
Justicia (artículo 50). Otros consideran que si las partes pueden diseñar su propio
reglamento como lo tengan a bien, pueden adoptar por referencia el de una enti-
dad internacional, siempre que cumpla los principios constitucionales.

Finalmente, cuando el procedimiento de las partes o algunas de sus reglas no se


ajustan al artículo 58 de la Ley 1563 de 2012, podría aplicarse lo dispuesto por el
artículo 13 del Código General del Proceso, que prohíbe modificar o sustituir las
normas procesales salvo autorización expresa de la ley (la que se encuentra en el
artículo 58 de la Ley 1563) por lo cual las estipulaciones que desconocen los princi-
pios constitucionales se tendrán por no escritas.

2.3 La inexistencia de requisitos de procedibilidad

82 La ley arbitral no consagra requisitos de procedibilidad para iniciar el trámite


arbitral. Así mismo no es necesario acudir previamente a la conciliación, pues la
ley no lo contempló.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Por otra parte, a menudo en los contratos se incluyen lo que se ha denominado


cláusulas escalonadas de solución de controversias, en virtud de las cuales las par-
tes estipulan diversas etapas o mecanismos para la solución de sus controversias.
Así se acuerda que si hay un conflicto, inicialmente el mismo se someterá a las
funcionarios de mayor rango en cada una de las partes, para que ellos intenten
resolver el conflicto directamente; si no hay un acuerdo en un determinado plazo,
se acudirá a conciliación; si no se logra una solución en determinado plazo por
esta vía, se nombrará un amigable componedor, y finalmente, si este no decide

2
UNIDAD el conflicto o una parte considera que la decisión del amigable componedor no se
ajusta a lo pactado, la controversia se someterá a árbitros.

Este tipo de cláusulas se pactan para evitar acudir al arbitraje que implica un
proceso que genera confrontación y supone tiempo y costos, y son reconocidas en
muchos países del mundo como vinculantes siempre que sean claras y precisas
(por ejemplo, en USA, España, Francia, etc.).

En Colombia la jurisprudencia del Consejo de Estado64 consideró que dichas cláu-


sulas eran ilegales porque afectaban el derecho de acceso a la administración de
justicia. Por el contrario, la Corte Constitucional en la sentencia T-058 de 2009
consideró que una cláusula en este sentido debía cumplirse. El Tribunal Superior
de Bogotá65 ha adoptado la misma posición del Consejo de Estado. Finalmente, el
artículo 13 del Código General del Proceso las tiene por no escritas.

2.4 Inicio del trámite Arbitral:


presentación de la demanda
El trámite arbitral se inicia con la solicitud de arbitraje que debe reunir los requi-
sitos de una demanda (artículo 12 de la ley). En la demanda en principio pueden
acumularse pretensiones en los términos del Código General del Proceso. Sin em-
bargo, en todo caso debe tenerse en cuenta que las mismas deben estar incluidas
en el alcance del pacto arbitral, pues de otro modo el tribunal arbitral no sería
competente para conocer de ellas. Ahora bien, cabe preguntarse si se pueden acu-
mular pretensiones que correspondan a contratos con diversos pactos arbitrales.
Esta situación se presentó en el pasado y la conclusión a la que se llegó es que la
acumulación era posible, siempre que los pactos arbitrales fueran compatibles.
Así, por ejemplo, no podría haber acumulación si el pacto arbitral aplicable res-
pecto de unas pretensiones prevé que el tribunal debe ser designado por un centro
de arbitraje, y el pacto referido a otras establece que el nombramiento debe ser 83
hecho por el juez o por un centro de arbitraje distinto.

La solicitud de arbitraje debe presentarse ante el centro de arbitraje pactado, en


El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

su defecto, esto es si no se hubiere pactado, o el pactado ya no operara, se puede


presentar ante un centro de arbitraje del domicilio del demandado, y si no hubie-
re uno, el más cercano. Cuando son varios los demandados el demandante podrá
presentar la solicitud en cualquiera de los centros.

Pueden presentarse conflictos de competencia en esta materia, cuando una de las


partes convoca un tribunal arbitral en un sito y la otra en otro sitio o se opone a la
constitución del tribunal por considerar que el centro no es competente, o cuando

2
UNIDAD

64
Por ejemplo, Sección Tercera. Sentencia de 4 diciembre 2006, Exp. 32.871 y Sentencia del 10 de
junio de 2009, Expediente Radicado al No.1100 103260002008-00032-00 (35.288), en el proceso
arbitral del Patrimonio Autónomo de Remanentes de Telecom y Sus Teleasociadas- Par contra Plescom Ltda
65
Sentencia del 10 de marzo de 2010 referencia. 00-09-01082-00. Laudo Arbitral de Edificio Centro de
Comercio Internacional contra Inhisa
1
CAPÍTULO

dos centros consideran que no son competentes para tramitar el arbitraje. En ta-
les casos la ley dispone que le corresponde al Ministerio de Justicia y del Derecho
resolver la controversia.

Como ya se indicó, cuando el tribunal es ad-hoc la solicitud no se presenta ante un


centro de arbitraje, sino que se dirige a la otra parte. Además, dicha solicitud no
debe reunir los requisitos de la demanda, porque en materia de arbitraje ad-hoc
la ley previó que la demanda se presentaría con posterioridad a la instalación del
tribunal.

2.4.1 Integración del tribunal arbitral


Presentada la solicitud le corresponde al centro respectivo darle el trámite inicial.
La Corte Constitucional66 ha señalado que los centros de arbitraje no pueden cum-
plir funciones jurisdiccionales, por ello sus actuaciones se limitan a adelantar el
trámite inicial para integrar el tribunal. En todo caso, el centro de arbitraje debe
ser competente, y por ello si no lo es debe remitir la actuación al competente.

En principio la integración del tribunal corresponde a las partes (artículo 8 de la


Ley 1563). Ellas pueden ponerse de acuerdo en los nombres de los árbitros o pueden
haber delegado a un tercero la designación total o parcial de los árbitros. Cuando
las partes nombran pueden escoger a quien consideren adecuado, siempre y cuan-
do cumpla los requisitos legales para ser árbitro.

Las partes pueden delegar la designación en un centro de arbitraje, lo que puede


resultar de su acuerdo de sujetarse al reglamento del centro. En este caso la ley
84 exige que la designación se haga por sorteo dentro de la especialidad respectiva y
asegurando una distribución equitativa entre los árbitros.

Tradicionalmente se ha entendido que en materia de arbitraje nacional no es po-


El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

sible que las partes estipulen que cada una de las partes designe un árbitro, y que
estos dos designen al tercero, como lo autoriza la ley para el arbitraje internacional.

Sin embargo recientemente un tribunal superior de distrito negó una solicitud de


anulación de un laudo arbitral proferido por un tribunal arbitral integrado de esta
manera, por considerar que la ley no prohíbe este pacto y que “esta posibilidad se
fundamenta en el principio de voluntariedad o habilitación que gobierna la ma-
teria arbitral, el cual permite que las partes, de manera libre pacten las fórmulas

2
UNIDAD relativas a la escogencia de los árbitros en caso de ser necesaria la constitución de
un Tribunal” Dicha decisión fue objeto de una acción de tutela que decidió la Corte
Suprema de Justicia por sentencia del 23 de agosto de 2017 en la cual expresó que “...
como bien lo dilucidó la Corporación acusada, la forma en que se dispuso confor-

66
Sentencia C-1038 de 2002.
mar el tribunal de arbitramento no contraviene el artículo 122 del Decreto 1818 de
1998, el cual reza que, «[l]as partes conjuntamente nombrarán y determinarán el
número de árbitros, o delegarán tal labor en un tercero, total o parcialmente. En
todo caso el número de árbitros será siempre impar. Si nada se dice a este respecto
los árbitros serán tres (3), salvo en las cuestiones de menor cuantía en cuyo caso el
árbitro será uno solo», ya que las partes en conjunto decidieron cómo ello se haría,
esto es, tanto en la forma como en el número de árbitros que lo integrarían; de
ahí que el hecho de que cada una hubiera escogido uno y el tercero la Cámara de
Comercio de Cartagena, no cobra la relevancia necesaria que dé lugar al motivo de
anulación pretendido por este puntual aspecto.”

Por otra parte, tratándose de arbitrajes en que es parte una entidad estatal debe
observarse que en la Directiva Presidencial 04 de 2018, se reguló un procedimiento
para elaborar las listas de candidatos que la entidad pública pretende postular
para nombrar árbitros. Ahora bien, cabe la discusión de si se afecta la constitución
del tribunal si no se cumple dicho procedimiento. La respuesta parece ser negativa
por cuanto el procedimiento de constitución de un tribunal es el pactado por las
partes o el establecido en la ley.

Finalmente establece la ley que en defecto de la designación por las partes o por
el delegado la misma corresponde al juez civil del circuito. De esta manera, la po-
sibilidad de acudir al juez civil del circuito para la designación puede operar en los
siguientes supuestos: cuando las partes no designan y no han previsto un meca-
nismo para que un tercero designe, o cuando el mecanismo previsto por las partes
por alguna razón no opera.

Es pertinente destacar que la ley atribuyó la competencia 85


para realizar el nombramiento al juez civil del circuito. No
contempló la ley en esta materia la intervención del juez El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

administrativo.

Es pertinente destacar que la ley atribuyó la competencia para realizar el nombra-


miento al juez civil del circuito. No contempló la ley en esta materia la interven-
ción del juez administrativo.

Establece la ley que en tal caso el juez civil circuito designa el o los árbitros a soli-
citud de cualquiera de las partes y dicha designación debe hacerse de plano y por

2
sorteo de la lista de árbitros del centro en donde se haya radicado la solicitud. UNIDAD

Aunque la ley no lo dice, en la medida en que las listas de los centros a menudo
están divididas por especialidades, el juez debería tomar en consideración dichas
especialidades y por consiguiente sortear el nombre de la respectiva especialidad.
1
CAPÍTULO

Como el nombramiento se hace de plano, ello significa que no existe ningún trá-
mite particular.

Por consiguiente, una vez que el juez recibe la solicitud debe proceder a fijar una
fecha para realizar el sorteo. A dicho sorteo pueden asistir las partes. Una forma
común de realizar dicho sorteo consiste en colocar los nombres o números que
identifiquen los nombres en una bolsa y sacarlos al azar.

La ley prevé que deben designarse tanto principales como suplentes. Por lo ante-
rior si el tribunal es de tres personas, deberían nombrarse por lo menos tres prin-
cipales y tres suplentes. Los suplentes deberían ser numéricos para de esta manera
asegurar que el tribunal se pueda integrar.

En la medida en que los árbitros deben ser designados de plano, no cabe allí un
debate acerca de la existencia, validez y oponibilidad del pacto arbitral. El juez
en todo caso debe proceder a hacer la designación y serán los árbitros quienes
deben evaluar dicha situación cuando les corresponda pronunciarse sobre su
competencia.

Cuando se trata de un tribunal ad-hoc la solicitud de arbitraje se dirige a la otra


parte para que se proceda a la designación de los árbitros y si esta no colabora o
guarda silencio, la solicitante puede acudir al juez civil de circuito para que proceda
a nombrar árbitro ad-hoc para lo cual debe acompañar pruebas sumaria de que ha
cumplido con el trámite anterior (artículo 58 de la ley de arbitraje). La ley no prevé
la forma de designar árbitros. En todo caso una forma en la que podría proceder el
86 juez consiste en solicitar la lista de árbitros de un centro de arbitraje con compe-
tencia en el lugar donde se adelanta el trámite para sortear los árbitros de dicha
lista. Si la controversia fuera relativa a un tema especializado, lo más apropiado se-
ría recurrir a un centro en cuya lista de árbitros exista dicha especialidad. Es claro
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

que en este caso también los árbitros deberían ser designados de plano.

2.4.1.1 Las calidades exigidas para ser árbitro


En materia de arbitraje nacional para determinar las calidades requeridas para
los árbitros debe distinguirse, por una parte, entre arbitraje en equidad y arbitraje
en derecho, y por la otra, entre arbitrajes entre particulares y arbitrajes en que es
parte una entidad pública.

2
UNIDAD Por lo que se refiere a arbitrajes en equidad la ley exige para ser árbitro ser
colombiano y ciudadano en ejercicio; no haber sido condenado por sentencia
judicial a pena privativa de la libertad, excepto por delitos políticos o culposos,
ni estar inhabilitado para ejercer cargos públicos o haber sido sancionado con
destitución.
Cuando se trata de arbitrajes en derecho, además de las calidades mencionadas, el
árbitro debe cumplir los requisitos exigidos para ser magistrado de tribunal supe-
rior de distrito judicial, lo que implica que debe ser colombiano de nacimiento, con
título de abogado y con experiencia profesional no inferior a ocho años.

De otra parte, cuando se trata de arbitrajes en los que en que intervenga como par-
te una entidad pública o quien ejerza funciones administrativas en los conflictos
relativos a estas ningún árbitro o secretario podrá desempeñarse simultáneamen-
te como tal, en más de cinco (5) tribunales.

El artículo 14 de la Ley 1682 de 2013, establece que ningún árbitro, amigable compo-
nedor o secretario podrá desempeñarse simultáneamente como tal, en más de tres
(3) tribunales o amigable componedor en que intervenga como parte una entidad
pública objeto de dicha ley, o en los conflictos relativos a estas. Comoquiera que di-
cha ley se refiere a proyectos de infraestructura de transporte, dicha limitación se
aplicará a tribunales que tengan por objeto controversias sobre dichos proyectos.

2.4.1.2 Deber de información


Con el fin de brindar mayor transparencia en el arbitraje y tomando en cuenta
que a diferencia del juez, el árbitro es una persona que normalmente es un activo
abogado que puede por ello tener relaciones con las partes y sus apoderados, el
legislador previó un deber de información por parte de aquella persona que ha
sido designado árbitro o secretario. A tal efecto el artículo 15 de la ley impone a la
persona a quien se comunique su nombramiento como árbitro o secretario infor-
mar si ha coincido con alguna de las partes o sus apoderados en cualquier proceso
o asunto profesional en los últimos dos años. 87
Es importante destacar que el deber de revelación incluye también los asuntos en
que haya participado un miembro de la oficina de abogados a la que pertenezca
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

o haya pertenecido la persona que es designada árbitro o secretario. La norma


podría interpretarse en el sentido de que la persona designada como árbitro debe
revelar una relación con una de las partes que tiene actualmente un abogado de la
oficina de abogados de la cual fue parte antes de que dicho contacto se presentara.
Sin embargo, tal interpretación parece exagerada porque como se verá, el objeto
de la revelación es que las partes puedan expresar dudas justificadas sobre la
imparcialidad e independencia del árbitro, por lo que no tiene sentido revelar
circunstancias que no podrían tener tal alcance. Si se parte del objeto de la norma

2
debería entenderse que cuando la persona designada como árbitro o secretario UNIDAD

pertenece o ha pertenecido a una oficina de abogados, la coincidencia que se debe


revelar es aquella de la parte o su apoderado con un abogado de dicha oficina
en la época en que formaba parte de la misma la persona designada árbitro o
secretario.
1
CAPÍTULO

Por otra parte, la ley también impone “indicar cualquier relación de carácter fa-
miliar o personal que sostenga con las partes o sus apoderados”. Como se puede
apreciar mientras que cuando se trata de coincidencia en asuntos profesionales se
toman en cuenta los asuntos en los que la persona designada árbitro o secretario
coincide o haya coincidido en los dos últimos años con las partes o sus apoderados,
en lo familiar o personal sólo se toma en cuenta la relación que se “sostenga”. Lo
anterior indica que la ley no exige revelar relaciones personales pasadas. Sin em-
bargo, no es muy clara la razón por la cual no lo exige, pues relaciones personales
pasadas pueden ser importantes.

Cuando se trata de situaciones familiares o personales es necesario hacer algunas


precisiones adicionales. En primer lugar, por lo que se refiere a las primeras el
legislador no hace precisión acerca de hasta dónde va dicho vínculo. Este vacío
debe llenarse teniendo en cuenta que en materias análogas se tiene en cuenta la
existencia de un vínculo de matrimonio o de parentesco hasta el cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad.

Por lo que se refiere a las relaciones perso-


Por el contrario, el hecho nales cabe la duda acerca de qué alcance
de que el apoderado de una tiene dicho concepto. Como quiera que el
de las partes y el árbitro objeto de la revelación es que las partes
sean socios del mismo club puedan expresar dudas fundadas acerca
o de la misma asociación de la imparcialidad o independencia de
profesional, no genera la persona designada como árbitro o se-
cretario, lo que se debe revelar son situa-
por sí mismo una duda ciones personales que pueden dar lugar
88 sobre la imparcialidad o a tales dudas. Tal es el caso cuando haya
independencia del árbitro. una relación afectiva entre el árbitro y
una de las partes o sus apoderados. Por
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

el contrario, el hecho de que el apoderado de una de las partes y el árbitro sean


socios del mismo club o de la misma asociación profesional, no genera por sí mis-
mo una duda sobre la imparcialidad o independencia del árbitro. Distinta sería la
situación si, por ejemplo, el apoderado de una de las partes y el árbitro son com-
pañeros de juego de golf o tenis. En esta materia pueden ser útiles las Directrices
IBA sobre conflictos de interés en el arbitraje comercial internacional, que si bien
se emplean en el arbitraje internacional pueden ser útiles en el arbitraje nacional.

2
UNIDAD Dispone la ley que igualmente debe revelarse con posterioridad y sin demora cual-
quiera circunstancia sobrevenida, que pudiere generar en las partes dudas sobre la
imparcialidad e independencia de un árbitro.

Establece la ley que la no revelación determina que el árbitro por ese solo hecho
queda impedido y así debe declararlo so pena de ser recusados.
La regla parece muy sencilla, sin embargo, genera algunas dudas:

Así puede ocurrir que el árbitro sea nombrado por acuerdo de las dos partes y el árbitro
no reveló un hecho que las dos partes conocían. Si las dos partes conocían tal hecho
no parece correcto que, a la luz de la buena fe, las mismas puedan recusar al árbitro.

Por otra parte, si las partes están de acuerdo en que el árbitro continúe actuando
a pesar de que omitió hacer una revelación, debería concluirse que tal hecho no
puede dar lugar al retiro del árbitro, porque la conducta de las partes implica que
tal hecho no afecta su imparcialidad e independencia. Si las partes, pueden nom-
brarlo de nuevo, igualmente pueden aceptar que continúe.

Puede suceder que, aunque ninguna de las partes acepte expresamente que el ár-
bitro continúe, lo cierto es que después de que conocen el hecho omitido por el ár-
bitro no formulan recusación. A este respecto debe observarse que no es conforme
a la buena fe que la parte no haga manifestación y pretenda después aprovecharse
de las circunstancias.

En estos aspectos podría aplicarse las reglas del Código General del Proceso que
dispone que “No podrá recusar quien sin formular la recusación haya hecho cual-
quier gestión en el proceso después de que el juez haya asumido su conocimiento,
si la causal invocada fuere anterior a dicha gestión, ni quien haya actuado con
posterioridad al hecho que motiva la recusación. En estos casos la recusación debe
ser rechazada de plano”.

Establece la ley que hecha la revelación si alguna de las partes manifiesta dudas 89
justificadas acerca de la imparcialidad o independencia del árbitro y su deseo de
relevar al árbitro, el árbitro puede renunciar, caso en el cual se procede a su re-
emplazo.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Si el árbitro no renuncia se procede de la siguiente forma:

Si el tribunal está compuesto de varios árbitros y sólo se expresan objeciones res-


pecto de uno de ellos, corresponderá a los restantes árbitros decidir si existen ra-
zones que justifican su reemplazo. Lo anterior implica que los árbitros determinen
si las circunstancias invocadas y probadas realmente generan dudas justificadas
sobre la imparcialidad o independencia del árbitro. Es importante precisar que lo

2
que debe evaluarse no es si el árbitro es imparcial o es independiente, sino si la UNIDAD

duda sobre la imparcialidad o independencia es justificada, es decir si una tercera


persona razonable al observar la situación podría tener una duda justificada.

Cuando se trate de un árbitro único o cuando la objeción se refiere a la mayoría o


a la totalidad de los árbitros, le corresponderá decidir al juez civil del circuito del
1
CAPÍTULO

lugar en que funcione el arbitraje. En este caso, como en el anterior, no se trata de


establecer que el árbitro es imparcial o es independiente, sino si a la luz de las cir-
cunstancias las dudas planteadas son justificadas. Para este efecto, el análisis debe
hacerse desde la perspectiva de una persona razonable, es decir, debe evaluarse si
esta habría concluido a la luz de las circunstancias que es posible que el árbitro no
es independiente o que no sea imparcial.

Como ya se indicó para ello podrían tomarse como criterio las Directrices IBA so-
bre conflictos de interés en el arbitraje comercial internacional67 que identifican
diferentes situaciones que agrupa en categorías y que si bien han sido desarrollada
para el arbitraje internacional y han sido tomadas en consideración por la Corte
Suprema de Justicia para tal efecto, podrían también recibir aplicación en el ar-
bitraje nacional.

La ley no regula la forma como el juez debe decidir estos casos desde el pun-
to de vista del procedimiento. Existe pues un vacío que de conformidad con el
artículo 12 del Código General del Proceso debe llenarse teniendo en cuenta las
reglas que la propia ley dispone para decidir la recusación de los árbitros, pues la
situación que se examina corresponde sustancialmente a este mismo tema. Por
consiguiente, en estos casos no es necesario tramitar un proceso, sino que debe
decidirse de plano.

2.4.1.3 La recusación
De conformidad con el artículo 16 de la ley, el árbitro es recusable por las mismas
causales previstas en el Código General del Proceso para los jueces. Debe enten-
90 derse que estas causales son predicables de los árbitros en la misma forma que lo
son de los jueces, por ello, debe aplicarse la regla que establece dicho Código en el
sentido que no habrá lugar a recusación cuando la causal se origine por cambio de
apoderado de una de las partes, a menos que la formule la parte contraria.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Adicionalmente, cuando en el proceso arbitral sea parte el Estado o alguna de sus


entidades serán también aplicables las causales de recusación del artículo 130 del
Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo.

Así mismo, de conformidad con el artículo 16 de la ley, el árbitro puede ser recusa-
do por razón de las inhabilidades, prohibiciones y conflictos de interés señalados
en el Código Disciplinario Único. A este respecto deberán entonces tomarse en

2
UNIDAD cuenta las inhabilidades que consagra el artículo 38 de la Ley 734.

67
Disponible en:
https://www.ibanet.org/Publications/publications_IBA_guides_and_free_materials.aspx#Practice%20
Rules%20and%20Guidelines
En cuanto al procedimiento de recusación, la ley distingue entre las causales pre-
existentes y las causales sobrevivientes.

En cuanto a las causales preexistentes, la ley sólo permite la recusación cuando


quien nombró al árbitro fue el juez o un tercero, como podría ser un centro de
arbitraje. A tal efecto la ley fija un plazo de cinco días siguientes a la comunicación
de aceptación para formular la recusación.

Cuando se trata de árbitros nombrados por las partes, la ley no permite la recusa-
ción por causales preexistentes.

La recusación de un solo árbitro en un tribunal compuesto por varios árbitros le


corresponde decidirla a los otros dos árbitros.

En los casos en que la recusación se refiere a un árbitro único, o en el evento en


que se recusen la mayoría o la totalidad de los miembros del tribunal, la decisión
de la recusación corresponde al juez civil del circuito del lugar en donde funcione
el arbitraje.

La ley dispone que la recusación debe decidirse de plano, lo que implica que no se
tramita un proceso. En todo caso pueden existir discusiones en los casos en que sea
necesario probar los hechos en que se funda la recusación. En estos casos parece más
afortunada la redacción del artículo 143 del Código General del Proceso que dispone
que se decidirá la recusación de plano “si considera que no se requiere la práctica de
pruebas”. Realmente debe entenderse que la norma arbitral no reguló cómo debe
procederse cuándo para decidir la recusación es necesario practicar pruebas. Por 91
consiguiente, existe un vacío en la ley arbitral que debe llenarse teniendo en cuenta
el artículo 143 del Código General del Proceso. Por consiguiente, si para decidir la re-
cusación de un árbitro es necesario practicar pruebas, el juez debe decretarlas.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Si se declara fundada la recusación el árbitro recusado debe ser reemplazado. El


reemplazo corresponderá a quien había designado el árbitro, si el árbitro había
sido designado por el juez y prospera la recusación se remite al juez civil de circuito
que lo designó las piezas procesales para que designe el reemplazo.

2.4.2 Instalación del tribunal y trámite inicial


Una vez integrado el tribunal el mismo se instala. En la audiencia de instalación el

2
tribunal designa presidente de entre sus miembros y así mismo secretario, el cual UNIDAD

debe pertenecer a la lista de secretarios del centro. En dicha audiencia el tribunal


debe decidir sobre la admisión de la demanda.

La demanda debe cumplir los requisitos que establece el Código General del Pro-
ceso. Así mismo, el tribunal arbitral debe proceder a inadmitir o rechazar en los
1
CAPÍTULO

casos contemplados en dicho Código. Adicionalmente la Ley 1563, establece como


causal de rechazo que no se acompañe la prueba de la existencia del pacto arbitral,
salvo que el demandado invoque el pacto arbitral para los efectos previstos en el
parágrafo del artículo 3º.

De esta manera, cuando el demandante afirme en su demanda la existencia del


pacto arbitral, el tribunal no podría inadmitir la demanda por falta de mismo,
pues debe admitirla para que el demandado pueda asumir una posición.

Si se rechaza la demanda, por las causales previstas en el Código General del Proce-
so, o por la falta de pacto arbitral y la ausencia de afirmación de la existencia del
mismo, el demandante tiene un término de veinte (20) días hábiles para instaurar
la demanda ante el juez competente para conservar los efectos derivados de la
presentación de la demanda ante el centro de arbitraje.

Si se admite la demanda de la misma se da traslado por el término de veinte días


hábiles. Si se contesta la demanda, se corre traslado al demandante por el termino
de cinco días para que pueda pedir pruebas adicionales relacionadas con los he-
chos en que se fundan las excepciones de mérito. Así mismo, si es del caso se corre
traslado de la objeción al juramento estimatorio realizado.

Una vez vencido el término de traslado de las excepciones de mérito propuestas


contra la demanda inicial o contra la de reconvención, o contestada la demanda
sin que se hubieran propuesto excepciones o vencido sin contestación el térmi-
no de traslado de la demanda, se señala día y hora para celebrar la audiencia de
92 conciliación. Si hay acuerdo en la audiencia, el tribunal aprueba la conciliación si
cumple con los requisitos legales. Cuando se trata de entidades pública, antes de
aprobarla el tribunal debería darle un término al Ministerio Público para pronun-
ciarse, pues es labor de los mismos rendir concepto en estas materias.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

En caso de que la conciliación haya sido total termina el proceso arbitral. Si es


parcial o no hay conciliación en la misma audiencia el tribunal fija honorarios y
gastos.

Para la fijación de los honorarios y gastos el tribunal debe tener en cuenta las nor-
mas reglamentarias (artículos 2.2.4.2.6.2.1. a 2.2.4.2.6.2.5 del Decreto 1069 de 2015, que
derogó el decreto 1819 de 2013), el reglamento del respectivo centro, lo pactado en el

2
UNIDAD acuerdo de arbitraje y lo que las partes hayan acordado antes del nombramiento
de los árbitros y hayan comunicado a estos (artículo 25 de la ley). La ley establece
que para calcular la cuantía del proceso se tomará en cuenta el valor de las pre-
tensiones de la demanda, determinada de conformidad con las reglas del Código
General del Proceso. Si existe demanda de reconvención, se tomará el valor de las
pretensiones de la demanda o de la demanda de reconvención, la que sea mayor.
Aunque las normas no regulan cómo debe procederse en el caso de intervención
ad-excludendum, en principio debería aplicarse el mismo criterio, esto es, tomar
la cuantía mayor.

Dichos honorarios deberán ser pagados por las partes dentro de los diez días si-
guientes. De acuerdo con la ley cada parte debe pagar lo que a ella corresponda.
Cuando la parte este integrada por varias personas, las mismas son solidarias (pa-
rágrafo del artículo 27 de la ley). Corresponde al tribunal determinar cuánto ha de
pagar cada parte. Lo normal es que los tribunales distribuyan los honorarios por
partes iguales.

Cuando hay llamamiento en garantía o intervención ad excludendum, el tribunal


debe fijar las sumas que debe pagar el llamado en garantía o el interviniente ad
excludendum. Lo más adecuado es que dichos montos se fijen en la misma opor-
tunidad en que se determinen los honorarios y gastos del proceso. La ley no fija un
criterio para establecer el monto de los honorarios que se causan en caso de lla-
mamiento en garantía. Dichos honorarios deberían ser fijados teniendo en cuenta
el trabajo adicional que puede implicar el llamamiento en garantía y su cuantía.

Los honorarios deben entregarse


al Presidente, ello podría hacerse Cuando hay llamamiento
en cheque para que el mismo abra en garantía o intervención
una cuenta para el efecto, o se le ad excludendum, el tribunal
transfieren electrónicamente. Los debe fijar las sumas que
recursos deben ser administrados debe pagar el llamado en 93
en una cuenta especial abierta en
garantía o el interviniente ad
una entidad sujeta a la vigilancia de
la Superintendencia Financiera. excludendum. El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Si una de las partes no consigna lo que le corresponde, la otra podrá pagar la parte
correspondiente a quien no consignó dentro de los cinco días hábiles siguientes
(artículo 27 de la Ley 1563 de 2012).

En la práctica a veces ocurre que una parte no paga dentro del plazo original de
diez (10) días, por razones operativas, pero desea pagar. Como quiera que el derecho
a realizar el pago de las sumas no canceladas oportunamente corresponde a la otra

2
parte, la parte que no pago oportunamente podrá pagar en el plazo adicional de UNIDAD

cinco días si la otra parte está de acuerdo.

Si no se produce la consignación, la ley establece que “el tribunal mediante auto decla-
rará concluidas sus funciones y extinguidos los efectos del pacto arbitral para el caso”.
1
CAPÍTULO

Es pertinente destacar que el pacto solo deja de producir efectos en el caso concreto,
por lo que, si surge otra controversia, podrá acudirse a arbitraje. Para definir en
qué casos procedería adelantar otro tribunal deberá determinarse si existe la
triple identidad necesaria para la cosa juzgada (artículo 303 del Código General del
Proceso).

La ley no prevé, como si lo hace en otros casos de terminación del proceso arbitral,
que en caso de no pago de la totalidad de los honorarios, el demandante puede
presentar su demanda en un determinado plazo frente al juez permanente para
conservar los efectos de la demanda inicial. La solución a esta inquietud es fun-
damental pues ella puede determinar que opere la prescripción o la caducidad. El
silencio de la ley puede dar lugar a dos tesis:

La primera sostiene que existe un vacío en el régimen arbitral, y que por ello debe
aplicarse la misma solución que prevé la ley para otros casos, como es, por ejemplo,
el rechazo de la demanda, o que el tribunal se declare no competente, en los cuales
la demanda puede presentarse ante el juez permanente dentro de los veinte días
hábiles siguientes, conservando los efectos de la presentación inicial de la deman-
da en materia arbitral.

La segunda considera que en este caso el demandante no tiene un plazo para


volver a presentar la demanda ante los jueces, conservando los efectos de la pre-
sentación oportuna de la demanda para dar inicio al trámite arbitral, pues la ley
no lo previó y ello es así, porque finalmente es la conducta del demandante que no
paga la que da lugar a la extinción de los efectos del pacto para el caso concreto.
94
Esta última tesis es en principio la correcta, pues es una consecuencia de no cum-
plir con las obligaciones que asumió por el pacto arbitral.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

En todo caso puede preguntarse cuál debe ser la solución en aquellos eventos en los
cuales el demandante no sufraga la totalidad de los honorarios porque no está en
capacidad de hacerlo. De acuerdo con la ley arbitral, si el demandante no cuenta
con los recursos para atender el proceso puede invocar el amparo de pobreza. Lo
anterior implica de acuerdo con la ley, que el “amparado quedará exonerado del
pago de los honorarios y gastos del tribunal arbitral, sin que le corresponda a su
contraparte sufragar lo que al amparado le hubiese correspondido pagar”. Ahora
bien, en dicha hipótesis puede presentarse que el demandado no pague su parte.

2
UNIDAD Ante tal situación lo normal, es que el amparado por pobre no pueda cancelar la
parte que le corresponda al demandado. En tal evento podría discutirse si ante la
ausencia de una conducta reprochable del demandante en el no pago de honora-
rios que le corresponde pagar a la demandada, puede presentarse posteriormente
la demanda ante los jueces conservando los efectos de la presentación oportuna
ante el tribunal arbitral.
En este punto la respuesta debería ser positiva porque no existe una conducta
reprochable del amparado por pobre, y por el contrario, si la hay por parte del de-
mandado. En efecto, las partes se obligaron por el acuerdo arbitral a someter sus
diferencias a arbitraje y asumir los costos correspondientes. El demandado al no
pagar incumple su obligación. En este contexto el incumplimiento de su pacto por
el demandado no puede tener consecuencias favorables para el mismo, pues ello
sería contrario a los principios más fundamentales de los contratos.

Por ello ha de entenderse que en este caso existe un vacío legal, y por consiguiente,
cuando el demandante está amparado por pobre, y termina el proceso por no pago
de los honorarios y gastos del tribunal, debe aplicarse la regla que el legislador
establece en el sentido de que la demanda puede presentarse ante el juez perma-
nente del Estado dentro de los veinte días hábiles siguientes para que conserve los
efectos de la presentación en materia arbitral.

Por otra parte, si una parte paga lo que corresponde a otra, la ley prevé que aquella
que ha pagado podrá iniciar la ejecución ante la justicia ordinaria, con base en una
certificación expedida por el presidente del tribunal con la firma del secretario,
una vez quede en firme la providencia por la cual el tribunal se declare competen-
te. En la medida en que la ley establece que para adelantar la ejecución “bastará”
la certificación mencionada, no es necesario acompañar otros documentos para
efectos de acreditar el título ejecutivo. En el proceso ejecutivo sólo se podrá invo-
car la excepción de pago.

En todo caso dispone la ley que, de no mediar ejecución, la suma que una parte
ha pagado por la otra se tendrá en cuenta en el laudo para efectos de la condena. 95
2.4.3 Primera audiencia de trámite. Declaratoria de competencia
Si los honorarios son pagados, el tribunal debe realizar la primera audiencia de
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

trámite. El objeto de dicha audiencia es doble, en primer lugar, que el tribunal se


pronuncie sobre su competencia, y si declara que tiene competencia total o par-
cialmente se pronuncie sobre las pruebas solicitadas.

Para determinar los asuntos que deben examinarse por el tribunal al pronunciar-
se sobre su competencia, es pertinente tener en cuenta las causales de anulación
del laudo que establece la ley, en la medida en que para que algunas de ellas sean
procedentes se requiere que quien la invoca haya interpuesto recurso de reposi-

2
ción por esta circunstancia contra el auto por el cual el tribunal se declara compe- UNIDAD

tente (artículo 41 de la ley). Lo anterior implica, por consiguiente, que este aspecto
debe ser analizado en el auto que decide la competencia.

De esta manera, el tribunal debe pronunciarse, en primer lugar, sobre la existencia de


jurisdicción y competencia. La ley no precisa claramente qué es falta de jurisdicción
1
CAPÍTULO

y que es falta de competencia como causal de anulación. La referencia a las dos


partió de la base de las discusiones que podían existir sobre el tema y para evitar
controversias sobre el alcance de una y otra se prefirió hacer referencia a ambas.
Con todo es posible discernir un criterio para distinguir la falta de jurisdicción y
la falta de competencia. Podría sostenerse que hay falta de jurisdicción cuando el
asunto no puede someterse a árbitros. Por el contrario, hay falta de competencia
cuando el asunto legalmente puede ser sometido a un tribunal arbitral, pero de
hecho el pacto arbitral no cobija esta materia. En sentencia del 13 de mayo de
2015 el Consejo de Estado señaló 68que la
falta de jurisdicción se produce cuando el
Por el contrario, hay falta
pacto arbitral no existe o cuando el asunto
de competencia cuando el o materia que se somete a la decisión de
asunto legalmente puede los árbitros no es de aquellos que la ley
ser sometido a un tribunal autoriza sean resuelto por arbitraje. Hay
arbitral, pero de hecho falta de competencia cuando el tribunal
el pacto arbitral no se pronuncia sobre algún asunto que por
cobija esta materia. voluntad de las partes no se encontraba
sometido a su decisión.

En este punto es muy importante la interpretación sobre el alcance del pacto arbi-
tral. Si el pacto arbitral es especifico, en principio los árbitros solo serán competen-
tes para lo incluido en el pacto. Por el contrario, si es genérico podría entenderse
que cobija todas las controversias derivadas del contrato que incluye la cláusula
compromisoria. El hecho de que el pacto contenga una enumeración no significa
necesariamente que la competencia esté limitada a los aspectos enumerados, pues
96 la enumeración puede no ser taxativa. En estos casos lo que procede es interpretar
la voluntad de las partes teniendo en cuenta los criterios de interpretación de los
contratos.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Un punto que generó discusión es si los árbitros podían conocer de la nulidad del
contrato, cuando el pacto arbitral no la incluye expresamente. A este respecto debe
observarse que para que un juez pueda condenar al cumplimiento de un contrato
es necesario que el negocio sea válido, por lo que la validez del contrato es una ma-
teria que en principio queda incluida entre los temas que debe decidir quien deba
pronunciarse sobre el cumplimento del contrato.

Por otra parte, al decidir su competencia el tribunal arbitral también debe pro-

2
UNIDAD nunciarse sobre la existencia, validez y oponibilidad del pacto arbitral. Al respecto
el pacto arbitral podría no existir, como sucede cuando la cláusula compromisoria
consta en un documento separado el cual no identifica las partes ni el contrato al

68
Radicación: 11001-03-26-000-2014-00162-00 (52.556)
que se refiere. Por otra parte, el pacto arbitral será nulo por las causas generales
de invalidez de los actos jurídicos. En este punto deberá el tribunal examinar si la
materia a la que se refiere el pacto arbitral es disponible. Igualmente, el tribunal
deberá examinar si existen causales de nulidad relativa del pacto y si ellas han sido
invocadas por las personas que lo puedan hacer. Así mismo deberá examinar si
existe una causa de inoponibilidad que haya sido alegada por el sujeto legitimado
para ello, esto es, por ejemplo, el poderdante que no confirió al apoderado facultad
expresa para suscribir un pacto arbitral.

Igualmente, el tribunal debe examinar si existe una caducidad de la acción. El


tribunal ha de pronunciarse sobre la caducidad en esta etapa en la medida en
que la ley establece que cuando se invoca como causal de anulación del laudo la
caducidad, ella debió ser alegada frente al auto por el cual el tribunal se declaró
competente. En este punto debe observarse que en ocasiones la caducidad no es
clara por lo que los tribunales arbitrales, siguiendo en esto pronunciamientos del
Consejo de Estado en ocasiones se abstienen de pronunciarse sobre ella, para deci-
dirla posteriormente en el laudo.

En tercer lugar, el tribunal arbitral debe verificar que haya sido debidamente in-
tegrado, lo que implica verificar que quienes fueron designados como árbitros reú-
nen las calidades para actuar como tales y que han sido designados correctamente.
En todo caso en este punto habrá de tenerse en cuenta si frente a la integración
del tribunal han existido reparos de las partes. En efecto, si los árbitros no cum-
plen una condición pactada en el acuerdo arbitraje, pero ello fue revelado a las
partes oportunamente y estas no hicieron manifestación alguna, se entiende que
aceptaron tal situación y no podrían reclamar posteriormente. 97
Si el tribunal declara que no es competente, para que se puedan conservar los
efectos derivados de la presentación de la demanda ante el tribunal arbitral, el
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

demandante deberá presentar la demanda ante el juez permanente con todos


sus requisitos dentro de los veinte días hábiles siguientes. Para efectos de que se
reconozcan los efectos de la interrupción de la prescripción o la no operancia de la
caducidad, debería acompañarse la copia de la decisión del tribunal.

Prevé la ley que si el tribunal se declara competente por mayoría de votos el ár-
bitro que haya salvado voto cesará en sus funciones y será reemplazo en la forma
señalada en la ley. Puede ocurrir que no se cumpla esta disposición legal. En este

2
caso, si las partes no formularon reparo, dicha irregularidad se entiende saneada. UNIDAD

Si el tribunal se declara competente debe pronunciarse sobre las pruebas solici-


tadas.
1
CAPÍTULO

Concluida la audiencia comienza a contarse el término del proceso. A este respecto


debe recordarse que el término del proceso será el que hayan pactado las partes,
y si ellas no lo hicieron “el término será de seis meses”. Dicho término puede ser
prorrogado por las partes por una o varias veces, sin que el total de la prórroga
exceda de seis meses.

2.4.4 Práctica de pruebas


Las pruebas deben ser practicadas en pleno por el tribunal arbitral. La ley no
contempla la posibilidad de que se disponga que uno de los árbitros practicará las
pruebas. Tampoco está previsto que los árbitros comisionen a un juez.

En todo caso dispone la ley que el tribunal arbitral y las partes tienen las mismas
facultades y deberes previstos por el Código General del Proceso.

En materia arbitral se aplican entonces las mismas reglas del Código General del
Proceso sobre pruebas. No obstante, es necesario señalar que en materia pericial
el artículo 31 de la Ley 1563, contiene algunas disposiciones particulares, como es
la fijación provisional de los honorarios del perito en la audiencia de posesión los
que deberán ser consignados tanto por “la parte que solicitó la prueba, como la
que formuló preguntas adicionales dentro del término que al efecto le señale el
tribunal, so pena de que se entienda desistida la prueba respecto de la parte que
no hizo la consignación”. Como se puede apreciar esta regla parte de la base de que
la prueba pericial puede ser solicitada por una de las partes en el trámite arbitral.

En esta materia han existido dos interpretaciones. Algunos consideran que como
98 en materia probatoria las facultades del tribunal y de las partes son las que señala
el Código General del Proceso, la prueba pericial debe seguir las reglas de este Có-
digo y por ello la misma debe ser aportada por las partes. Otros, por el contrario
consideran, que dada la redacción del artículo 31, es posible decretar la prueba
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

pericial a petición de una parte, pues se trata de una norma especial.

Cuando las pruebas deban practicarse en el exterior se aplicarán los tratados vigen-
tes sobre la materia y las normas del Código General del Proceso, por lo que los árbi-
tros podrían acudir a los mecanismos previstos por el artículo 41 del Código General
del Proceso y acudir a una carta rogatoria por conducto del Ministerio de Relaciones
Exteriores o comisionar directamente al cónsul o agente diplomático de Colombia.

2
UNIDAD Vale la pena aclarar que la ley establece que cuando una prueba ha de practicarse
en el exterior el tribunal arbitral podrá suspenderé el proceso arbitral mientras se
practique la misma.

Como quiera que en muchos países se reconoce a los tribunales arbitrales la capa-
cidad de practicar pruebas, sin limitación, es posible para un tribunal arbitral en
Colombia practicar pruebas en el exterior. Así, por ejemplo, es común que tribu-
nales arbitrales reciban declaraciones de personas en el exterior a través de video
conferencias.

2.4.5 Medidas cautelares


En materia de medias cautelares la Ley 1563 adopta un criterio sencillo que con-
siste aplicar las normas que deberían tenerse en cuenta si el proceso se tramitara
ante la jurisdicción ordinara o contencioso administrativa por no existir pacto
arbitral.

Por consiguiente, cuando el proceso habría debido tramitarse ante la jurisdicción


ordinaria se pueden decretar las medidas cautelares que consagra el Código Gene-
ral del Proceso. Si el proceso habría debido tramitarse ante la jurisdicción conten-
cioso administrativa, se aplicarán las medidas cautelares consagradas en el Código
de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo.

Adicionalmente prevé la ley expresamente la posibilidad de decretar medidas cau-


telares atípicas conforme con reglas que coinciden fundamentalmente con las
consagradas por el Código General del Proceso.

En este punto una discusión que se presenta es si es posible decretar como medi-
das atípicas aquellas previstas en el ordenamiento para un supuesto distinto.

Así, por ejemplo, en procesos arbitrales en ocasiones se solicitan medidas de em-


bargo o secuestro, señalando que dichas medidas son atípicas para el proceso de-
clarativo en primera o única instancia, y por ello son procedentes como tales. 99
Diversos tribunales arbitrales han considerado que la medida cautelar atípica es
la que no está regulada por la ley. Por consiguiente, un embargo o secuestro no es
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

una medida atípica y por ello por regla general no procede en un proceso arbitral,
como proceso declarativo. Igual solución se ha dado a solicitudes orientadas a que
se ordene a un Banco congelar los fondos en una cuenta, o no permitir al cuenta
habiente disponer de ellos, pues en el fondo dicha medida equivale a un embargo
de la cuenta.

Es pertinente precisar que en la medida en que algunos procesos declarativos,


como el proceso de restitución de tenencia, procede el embargo y secuestro, dicha

2
medida será procedente cuando el proceso se adelanta por un tribunal arbitral. UNIDAD

Dado que el tribunal arbitral cesa en sus funciones cuando queda ejecutoriado el
laudo, en materia de medidas cautelares se puede presentar el problema de que el
tribunal puede haber decretado una medida cautelar y la misma no fue cancelada
en el laudo. Es por ello que la ley determina que, si el tribunal omite levantar las
1
CAPÍTULO

medidas cautelares, las mismas caducan automáticamente transcurridos tres (3)


meses desde la ejecutoria del laudo o de la providencia que decida definitivamente
el recurso de anulación. Se puede presentar que se hayan decretado medidas
cautelares y el tribunal arbitral termine por una causa distinta a la ejecutoria del
laudo, como podría ser por vencimiento del término del proceso o porque las partes
le han querido poner fin. En tal caso la ley no dispone qué sucede con las medidas
cautelares. Como existe un vacío legal el mismo puede ser resuelto aplicando las
normas que regulan casos semejantes. Por consiguiente, debería entenderse que en
tal caso la medida cautelar que se decretó caduca automáticamente transcurridos
tres meses desde la terminación del proceso arbitral. En todo caso esta solución
puede ser controvertida dado el carácter excepcional de esta norma.

La ley prevé que, para la práctica de las medidas cautelares decretadas por un
tribunal arbitral, el mismo puede comisionar al juez civil municipal o de circuito
donde debe practicarse la medida. Sería el caso por ejemplo de la práctica de un
secuestro en un proceso de restitución de tenencia. Si en el proceso es parte una
entidad pública o quien ejerce funciones administrativas, se puede comisionar
para practicar la medida al juez administrativo.

2.4.6 La posibilidad de acumular procesos arbitrales


La Ley 1563 de 2012 no establece ninguna regla sobre la posibilidad de acumular
procesos arbitrales. Se ha sostenido que dicha acumulación es posible en los casos
previstos por el Código General del Proceso. En este punto debe tenerse en cuenta
que, por virtud del pacto arbitral, las partes han convenido que su conflicto sea
resuelto por árbitros que han de ser designados por ellas o por un tercero. Por
100 consiguiente, si las partes han designado dos tribunales arbitrales con diferentes
árbitros, sería contrario a su voluntad que dichos procesos arbitrales se acumulen.

Ahora bien, es pertinente agregar que los reglamentos de algunos centros de arbi-
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

traje establecen la posibilidad de acumular procesos arbitrales en determinados


casos. En tal situación solo es posible la acumulación en dichos eventos.

2.4.7 Laudo
Una vez practicadas las pruebas decretadas, el tribunal cita a las partes a una au-
diencia para que puedan alegar. En dicha audiencia el tribunal fija la fecha para
la audiencia de laudo.

2
UNIDAD El laudo dice la ley (artículo 1º) “es la sentencia que profiere el tribunal de arbitra-
je”. En esta medida el laudo debe adoptar el contenido de una sentencia. Por consi-
guiente, debe contener un pronunciamiento sobre las pretensiones de la demanda
principal, y la demanda de reconvención, si existe, y cuando corresponda, sobre la
excepciones que hayan sido formuladas. La legislación anterior establecía que en
el laudo debía incluirse la liquidación de cualquier condena contenida en el laudo
(artículo 155 del Decreto 1818 de 1998). La ley actual no lo contempla. En todo caso
debe aplicarse el artículo 306 del Código General del Proceso de acuerdo con el cual
cuando “la ley autorice imponer en la sentencia condena en abstracto, una vez
ejecutoriada la providencia que la concrete, se aplicarán las reglas de los incisos
anteriores”. De esta manera la regla general es que el laudo debe contener conde-
nas en concreto, porque la ley no autoriza condenas en abstracto en esta materia.

La ley establece que el laudo se acordará por mayoría de


votos y debe ser firmado por los árbitros, pero igualmente
precisa que el hecho de que uno de los árbitros no firme el
laudo no lo invalida.
La ley establece que el laudo se acordará por mayoría de votos y debe ser firmado
por los árbitros, pero igualmente precisa que el hecho de que uno de los árbitros
no firme el laudo no lo invalida. La falta de firma del laudo por el árbitro da lugar
a que pierda la segunda mitad de sus honorarios (artículo 48).

El laudo puede ser en derecho o en equidad. La regla general es que si no se pacta


otra cosa el laudo debe ser en derecho. Adicionalmente, dispone la ley que cuando
intervenga una entidad pública o quien desempeñe funciones administrativas,
si las controversias han surgido por causa o con ocasión de la celebración, desa-
rrollo, ejecución, interpretación, terminación y liquidación de contratos estatales,
incluyendo las consecuencias económicas de los actos administrativos expedidos
en ejercicio de facultades excepcionales, el laudo deberá proferirse en derecho. La
redacción de la norma plantea la duda acerca de si es posible pactar que el lau- 101
do es en equidad en aquellos procesos en los que se pretende la responsabilidad
extracontractual del estado. Si bien no es común que se adelante un proceso de
responsabilidad extracontractual del estado ante un tribunal arbitral, tal hipótesis
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

no se excluye por cuanto se trata de una materia disponible y por ello susceptible
de ser sometida a arbitraje.

A diferencia del régimen anterior en el que la ley establecía una definición acerca
de en qué consiste un laudo en derecho, la legislación actual no lo hace, por lo que
es necesario recurrir a la jurisprudencia del Consejo de Estado. A este respecto el
Consejo de Estado ha señalado69 por ejemplo que el fallo es en derecho cuando “la
decisión estuvo fundada en un marco eminentemente jurídico-normativo aplicable

2
al caso y no fue el resultado de la libre apreciación de los árbitros o de su leal saber y UNIDAD

entender -ex aequo et bono“. Igualmente tradicionalmente ha dicho70 “sólo cuando

69
Sección Tercera. Sentencia del 10 de noviembre de 2017. Radicación número: 11001-03-26-000-
2016-00064-00(56800).
70
Sección Tercera. Sentencia del 7 de noviembre de 2002. Referencia: Expediente número 21943 Radi-
1
CAPÍTULO

el fallo que se dice en derecho deje de lado, en forma ostensible, el marco jurídico
que deba acatar para basarse en la mera equidad podrá asimilarse a un fallo en
conciencia”. De esta manera, el laudo es en derecho cuando el mismo se funda en el
ordenamiento jurídico, así el razonamiento contenido en el mismo sea equivocado.

Por otra parte, el laudo puede ser en equidad, lo que implica que el mismo no
tiene que fundarse en normas y principios jurídicos pues se puede fundar en
consideraciones de equidad o justicia.

Por otra parte, el laudo En cuanto al concepto de equidad, en esta


materia vale la pena señalar que el mismo
puede ser en equidad, lo
puede ser entendido en diversas formas.
que implica que el mismo Para algunos cuando el árbitro puede deci-
no tiene que fundarse dir en equidad, ello significa que el árbitro
en normas y principios falla teniendo en cuenta lo que él considera
jurídicos pues justo. Para otros el fallo en equidad signi-
se puede fundar fica que el árbitro puede apartarse de las
normas legales en aquellos casos en que
en consideraciones de
considera que las mismas no brindan una
equidad o justicia. solución justa para el caso concreto.

En la medida en que el ordenamiento no precisa el alcance del fallo en equidad, le


corresponderá a las partes precisarlo, pero si no lo hacen debería entenderse que
los árbitros pueden adoptar la decisión que consideren justa.

102 Es pertinente anotar que el hecho de que el fallo deba ser en equidad no significa
que el mismo pueda dictarse sin motivación o que el mismo pueda dictarse sin
previamente agotar el procedimiento.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

En efecto, todo laudo debe ser motivado. Ello se deriva de las reglas del Código Gene-
ral del Proceso que exigen la motivación de la sentencia y de la jurisprudencia de la
Corte Constitucional que considera que el derecho de acceso a la justicia implica que
el laudo sea motivado71. En este punto es pertinente destacar que la ley contempla
como causal de anulación que el laudo se dicten en conciencia, lo que como se verá
más adelante se puede entender referido a que el laudo se dicte sin motivación. No
sobra señalar además que la Corte Constitucional ha reconocido que las decisiones
en equidad violan la Constitución Política cuando “carecen de motivación material,

2
UNIDAD o son manifiestamente irrazonables, tornándose así en arbitrarias”72

cación No. 11001032600020010066 01


71
Sentencia C-145-98
72
SU-174 de 2007
Por otra parte, en cuanto al procedimiento ha de observarse que la ley distingue
entre el que debe seguirse para dictar el laudo y el contenido del mismo. En efecto,
si no se pactan otras reglas en desarrollo del artículo 58 de la ley, en el proceso
arbitral debe seguirse el procedimiento establecido en la Ley 1563. Otra cosa es que
el laudo sea en derecho o en equidad. Por ello puede ocurrir que no se pacte nada
sobre el procedimiento, pero se establezca que el fallo será en equidad. En tal caso
debe seguirse el procedimiento previsto en la ley, pero el laudo será en equidad.
Igualmente puede ocurrir que se pacte que se aplicará el procedimiento de un cen-
tro de arbitraje, pero que no se indique nada sobre el laudo. En tal caso el proceso
seguirá las reglas del centro, pero el laudo debe ser en derecho.

El laudo se adopta a través de un proceso de deliberación, que la jurisprudencia de


otros países ha señalado que es confidencial.

El laudo debe resolver sobre la condena en costas. Como quiera que la ley arbitral
no contiene ninguna regulación sobre costas, deben aplicarse las disposiciones del
Código General del Proceso.

Igualmente, el laudo debe pronunciarse sobre las medidas cautelares dictadas.

2.4.8 Aclaración, corrección o complementación del laudo


El artículo 39 de la Ley 1563, prevé que dentro de los cinco (5) días siguientes a su
notificación, el laudo podrá ser aclarado, corregido y complementado de oficio;
asimismo, podrá serlo a solicitud de parte, formulada dentro del mismo término.

Lo primero que ha de observarse es que, en materia arbitral la ley no precisa cuál 103
es el alcance de la aclaración, corrección o complementación de los laudos arbi-
trales. Por tal razón, en virtud del artículo 1º del Código General del Proceso debe
acudirse a dicho estatuto para precisar tales conceptos.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Adicionalmente debe partirse del principio que sienta el Código General del Pro-
ceso en el sentido que la sentencia una vez pronunciada no puede ser modificada
por el juez que la dictó.

Por consiguiente, de conformidad con el artículo 285 del Código General del Pro-
ceso la aclaración de un laudo arbitral procederá cuando contenga conceptos o
frases que ofrezcan verdadero motivo de duda, siempre que estén contenidas en la

2
parte resolutiva de la sentencia o influyan en ella. En este punto la jurisprudencia UNIDAD

reiterada de las Cortes ha señalado “la aclaración permitida es sobre aquellas fra-
ses que verdaderamente encierren motivo de duda, ante una deficiente redacción
y que en especial estén contenidas en la parte resolutiva. Más, so pretexto de una
aclaración no se puede pretender, y le está vedado al juez, alterar o modificar el
1
CAPÍTULO

contenido de la decisión, pues ello sería tanto como admitir que el propio juez
puede revocar su sentencia. Tampoco es de recibo que la parte pretenda aclaración
acerca de la valoración de las pruebas, o de las conclusiones, tomadas con relación
a los hechos debatidos, o sobre la legalidad o ilegalidad de la decisión; es decir, no
puede la providencia entrar a analizar lo que la ley establece” 73. En el mismo sen-
tido la Corte Suprema de Justicia “que los conceptos o frases que le abren paso a
dicho correctivo, ‘no son los que surjan de las dudas que las partes aleguen acerca
de la oportunidad, veracidad o legalidad de las afirmaciones del sentenciador; sino
aquellos provenientes de redacción ininteligible o del alcance de un concepto o de
una frase en concordancia con la parte resolutiva del fallo’” 74

Es pertinente precisar que cuando se habla de aclaraciones en la parte motiva,


se hace referencia a aquellos apartes de la motiva que son necesarios para deter-
minar el significado de la parte resolutiva, pero no aquellas otras consideraciones
pues en tal caso lo que se busca es cuestionar el razonamiento del fallador.

Tampoco es de recibo que la parte pretenda aclaración


acerca de la valoración de las pruebas, o de las
conclusiones, tomadas con relación a los hechos
debatidos, o sobre la legalidad o ilegalidad de la decisión;
es decir, no puede la providencia entrar a analizar
lo que la ley establece
Por lo que se refiere a la corrección deberá aplicarse el artículo 286 del Código
104 General del Proceso, por lo que este remedio procesal procede cuando se trata de
un error puramente aritmético o de un error por omisión o cambio de palabras o
alteración de estas siempre que estén contenidas en la parte resolutiva o influyan
en ella. En este aspecto la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia precisó75
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

que el concepto de error aritmético no es sólo el error en una operación aritmética,


“pues la aritmética estudia las propiedades elementales de los números, por lo cual
cualquier error en un número, sea consecuencia de una operación aritmética o
una mala cita es un error aritmético”. El Consejo de Estado ha adoptado esta mis-
ma orientación76 e igualmente ha precisado que procede la corrección en el caso
del error material, es decir un error de la formación de la idea o en la construcción
de la formula. A tal efecto el Consejo de Estado77 cita a Chiovenda quien señalaba

2
UNIDAD
73
Sentencia del 7 de septiembre 2001 Radicación número: 25000-23-26-000-2000-0619-01 ACU-935.
74
Sentencia del 24 de junio de 1992.
75
Sala de Casación Civil. Auto del 14 de julio de 1983.
76
Sección Tercera. sentencia del 6de junio de 2002 Referencia 20634.
77
Ibidem.
sobre la corrección de la sentencia por omisiones o errores que no producen su
nulidad, que no se “trata de impugnar el juicio del juez ni su actividad, sino úni-
camente de hacer corresponder la expresión material de ella, con lo que el juez ha
querido efectivamente, decir y hacer” 78 .

Finalmente, la complementación hace referencia a la adición de la sentencia, la


cual de conformidad con el artículo 287 del Código General del Proceso procede
cuando la sentencia omita resolver sobre “cualquiera de los extremos de la litis o
sobre cualquier otro punto que de conformidad con la ley debía ser objeto de pro-
nunciamiento,”. Ello ocurrirá cuando no se ha decidido alguna pretensión o una
excepción que debió ser objeto de pronunciamiento. Dicho remedio procesal no
procede cuando lo que ocurre es que quien pretende la adición lo que realmente
busca es una modificación de la decisión del juez.

La Ley 1563 prevé que la solicitud de aclaración, corrección o complementación debe


ser presentada dentro de los cinco días siguientes a la notificación del laudo arbitral.

Igualmente precisa que la aclaración, corrección o complementación puede hacer-


se de oficio en el mismo término.

Lo anterior implica una diferencia con el régimen del Código General del Proceso
en materia de corrección del error aritmético. En efecto de conformidad con el ar-
tículo 286 de dicho estatuto el error aritmético o el error por omisión o cambio de
palabras o alteración de estas puede ser corregido por el juez en cualquier tiempo.
En materia arbitral dicha posibilidad de corrección sólo existe a solicitud de parte
presentada dentro de los cinco días siguientes a la notificación de la providencia o 105
de oficio dentro del mismo término. Lo anterior obedece al carácter transitorio de
la jurisdicción del tribunal arbitral.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Lo anterior implica que, si la solicitud no se presenta oportunamente, ni el tribu-


nal advierte el error, el mismo no podrá ser corregido79.

Finalmente es de destacar que como se desprende del Código General del Proceso,
la aclaración o corrección se hacen por auto, en tanto que la complementación o
adición deben hacerse a través de un laudo.

2.4.9 Efectos del laudo

2
Una vez ejecutoriado el laudo, como toda sentencia judicial, hace tránsito a cosa UNIDAD

juzgada. Por consiguiente, si se iniciara un nuevo proceso ante la jurisdicción

78
Principios de derecho procesal civil. Madrid. Ed. Reus S.A., 1977. p. 513.
79
Consejo de Estado. Sala de Consulta y del Servicio Civil. Concepto C.E. 1408 de 2002.
1
CAPÍTULO

permanente del Estado o ante un tribunal arbitral, y existiera la triple identidad


a que se refiere el artículo 303 del CGP cabría invocar la excepción de cosa juzgada.
Igualmente, si existiera un proceso en curso en las mismas condiciones el mismo
debería terminar.

2.4.10 Ejecución del laudo


En la medida en que el tribunal cesa en sus funciones por la ejecutoria del laudo
arbitral, no es posible que el propio tribunal ejecute el laudo.

De la ejecución del laudo conoce la jurisdicción ordinaria por regla general y ex-
cepcionalmente la jurisprudencia contenciosa. Esta regla es precisada por el artí-
culo 306 del Código General del Proceso que señala que “La jurisdicción competente
para conocer de la ejecución del laudo arbitral es la misma que conoce del recurso
de anulación, de acuerdo con las normas generales de competencia y trámite de
cada jurisdicción.” El artículo 104 del Código de Procedimiento Administrativo y de
lo Contencioso Administrativo establece que la jurisdicción de lo contencioso ad-
ministrativo conoce de los procesos “ejecutivos … provenientes de laudos arbitrales
en que hubiere sido parte una entidad pública”. En este punto debe observarse que
de conformidad con la Ley 1563 de 2012, la jurisdicción contenciosa es competente
para conocer del recurso de anulación de los laudos proferidos en procesos en que
ha sido parte una entidad pública o un particular que cumple funciones adminis-
trativas. Por consiguiente, teniendo en cuenta lo dispuesto por el artículo 306 del
Código General del Proceso, la jurisdicción de lo contencioso administrativa conoce
de los recursos de anulación de laudos proferidos en procesos arbitrales en que es
parte una entidad pública o un particular que cumple funciones administrativas.
106
En materia civil la competencia corresponderá al juez civil del circuito o al juez
municipal según la cuantía de la condena, y en materia territorial se aplicarán las
reglas del Código General del Proceso.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

En lo administrativo la competencia corresponderá al tribunal administrativo o


al juez administrativo según la cuantía (artículos 152.7 y 155.7 del Código de Proce-
dimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo)

En cuanto a la competencia territorial, el artículo 156.9 del Código de Procedimien-


to Administrativo y de lo Contencioso Administrativo dispone que “las ejecuciones
de las condenas impuestas por la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo o

2
UNIDAD de las obligaciones contenidas en una conciliación aprobada por esta jurisdicción,
será competente el juez que profirió la providencia respectiva”. Esta regla clara-
mente no puede ser aplicada en materia de laudos arbitrales, dado el carácter
transitorio de los tribunales arbitrales los cuales se extinguen por la ejecutoria
del laudo arbitral. Por ello para determinar la competencia para la ejecución de
laudos relativos a contratos podría aplicarse el criterio fijado por el numeral 4 del
artículo 156 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Ad-
ministrativo que dispone que la competencia territorial en los procesos “ejecutivos
originados en contratos estatales se determinará por el lugar donde se ejecutó o
debió ejecutarse el contrato”.

En materia contencioso administrativo existen reglas particulares en relación con


la oportunidad procesal. Así el artículo 299 del Código de Procedimiento Adminis-
trativo y de lo Contencioso Administrativo establece que “Las condenas impuestas
a entidades públicas consistentes en la liquidación o pago de una suma de dinero
serán ejecutadas ante esta misma jurisdicción según las reglas de competencia
contenidas en este Código, si dentro de los diez (10) meses siguientes a la ejecutoria
de la sentencia la entidad obligada no le ha dado cumplimiento.”

Por otra parte de conformidad con el artículo 164 del Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo el término para solicitar la eje-
cución será de cinco (5) años contados a partir de la exigibilidad de la obligación80.

A este respecto es pertinente recordar que en materia civil y comercial será aplica-
ble el artículo 2536 del Código Civil, tal como fue modificado por la Ley 791 de 2002,
que dispone que la “acción ejecutiva se prescribe por cinco (5) años”.

El título ejecutivo para adelantar la ejecución es la copia del laudo expedida por el
secretario del tribunal en el cual se deje constancia de su notificación y de que el
laudo está ejecutoriado o puede ser ejecutado. Si el laudo fue aclarado, corregido o
adicionado, debe acompañarse copia de la correspondiente providencia. 107

2.5 Recursos contra el laudo El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Contra el laudo arbitral proceden dos recursos extraordinarios: el recurso de anu-


lación y el recurso de revisión.

2.5.1 Recurso de anulación


El recurso de anulación es el que la mayoría de los sistemas jurídicos establecen
para efectuar el control de laudos arbitrales. La importancia del recurso de anula-
ción debe ser destacada, pues si bien el fondo de la decisión del árbitro es defini-

2
tiva, la misma puede ser cuestionada demostrando que existieron los yerros a que UNIDAD

hace referencia el artículo 41 de la Ley 1563 de 2012.

80
Dispone el Código General del Proceso “Cuando la ley autorice imponer en la sentencia condena
en abstracto, una vez ejecutoriada la providencia que la concrete, se aplicarán las reglas de los incisos
anteriores”.
1
CAPÍTULO

El recurso de anulación es un recurso extraordinario, porque procede por causales


taxativas señaladas por la ley (aunque la jurisprudencia del Consejo de Estado ha
reconocido como causal no prevista por la ley, la no solicitud de interpretación
prejudicial al tribunal andino de justicia o el desconocimiento de la misma) y así
mismo porque el control que ejerce el juez de anulación es limitado.

La ley establece un plazo de 30 días hábiles para interponer el recurso de anula-


ción, contados a partir de la notificación del laudo o la providencia que resuelva la
solicitud de aclaración, corrección o complementación. Dicho recurso se interpone
ante el tribunal arbitral. Lo anterior ha llevado al Consejo de Estado a tomar en
cuenta el reglamento del centro de arbitraje para determinar la oportunidad en
la presentación del recurso. Así ha considerado81 que de acuerdo con el Código Ge-
neral del Proceso los recursos se entienden presentados oportunamente cuando lo
son antes del cierre del despacho. Agregó que como en los tribunales arbitrales no
hay despacho, debe tomarse en consideración el reglamento del centro en el cual
se tramita el proceso. Como en el caso que analizó el Consejo el reglamento dispo-
ne que “salvo pacto en contrario, las comunicaciones, notificaciones y actuaciones
por medio electrónicos podrán realizarse durante las 24 horas del día”, concluyó el
Consejo de Estado que el recurso presentado a las 5:12 era oportuno.

El recurso debe ser sustentado con indicación de la causal. En algunas providen-


cias ha señalado por el Consejo de Estado que la sustentación debe ser real, por lo
que no podría ser simplemente la expresión genérica de la causal o de frases de ca-
jón que no hacen referencia a la situación concreta. Ha señalado que “la sustenta-
ción del recurso no consiste en la sola indicación del texto legal que consagra una
108 determinada causal, como tampoco en que, al amparo de la mención de alguna o
de varias de las causales enlistadas en la ley, se aduzcan argumentaciones que en
verdad no configuran ninguna de las previstas por el legislador”82. Igualmente ha
dicho que la sustentación debe ser de cada causal.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

De dicho recurso se da traslado por la secretaria del tribunal arbitral a la otra


parte por quince días hábiles.

Como quiera que la ley no prevé un plazo especial para el traslado al ministerio
público, el mismo podrá pronunciarse dentro del mismo plazo previsto para el
traslado a la contraparte83. Igualmente, en ese plazo podrá pronunciarse, cuando
sea del caso, la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado.

2
UNIDAD

81
Sección Tercera. Auto del 2 de marzo de 2018. Radicación 11001-03-26-000-2018-00011-00(60716)
82
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de febrero 21 de 2011, reiterada en la sentencia del 24
de abril de 2017 Radicación: 11001-03-26-000-2017-00007-00 (58.527)
83
Así lo entiende la Procuraduría según se desprende del artículo 6º de la Resolución 104 de 2017 del
Procurador General de la Nación.
Una vez cumplido el traslado se debe remitir al juez de anulación.

El juez competente para la anulación según la ley es en principio el tribunal su-


perior de distrito del lugar donde funcionó el tribunal de arbitraje. Sin embargo,
de conformidad con el artículo 46 de la Ley 1563 en los procesos arbitrales en “que
intervenga una entidad pública o quien desempeñe funciones administrativas,
será competente la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo
del Consejo de Estado”. La expresión que intervenga una entidad pública o quien
desempeñe funciones administrativas no es clara porque podría interpretarse que
basta que una entidad pública haya intervenido a cualquier título para que el juez
competente sea el Consejo de Estado. Ello incluiría entonces el caso en que una
entidad pública interviene a título de coadyuvante.

Sin embargo, si se tiene en cuenta el objeto de la función contencioso administrativa


puede señalarse que realmente no existe razón para que ella deba intervenir en los
casos en los cuales la entidad pública no actúa como demandante ni demandada,
ni ha sido llamada en garantía, pues es
en estos casos no se van a juzgar “litigios Por otro lado, cabe la
originados en actos, contratos, hechos, discusión acerca del
omisiones y operaciones, sujetos al de- alcance de la regla en virtud
recho administrativo, en los que estén de la cual el Consejo de
involucradas las entidades públicas, o Estado conoce del recurso
los particulares cuando ejerzan fun-
ción administrativa”, lo que constituye
de anulación cuando en
el objeto de la jurisdicción contencioso el proceso arbitral haya
administrativa (artículo 104 del Código intervenido una persona 109
de Procedimiento Administrativo y de que desempeña funciones
lo Contencioso Administrativo) administrativas. El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Por otro lado, cabe la discusión acerca del alcance de la regla en virtud de la cual
el Consejo de Estado conoce del recurso de anulación cuando en el proceso arbitral
haya intervenido una persona que desempeña funciones administrativas.

Así podría discutirse si corresponde al Consejo de Estado la competencia para co-


nocer de un recurso de anulación contra un laudo dictado en un proceso en el
que participó una entidad fiduciaria que administraba un patrimonio autónomo
creado con recursos públicos, o en los que intervino la Federación Nacional de Ca-

2
feteros en su calidad de administradora del Fondo Nacional del Café. UNIDAD

La dificultad en esta materia resulta del alcance del concepto de función administra-
tiva, esto es si se debe interpretar en un sentido amplio o en un sentido restringido.
Podría entenderse que dicha expresión se refiere a la función administrativa en sen-
tido estricto que se concreta en la expedición de actos administrativos, que son actos
1
CAPÍTULO

jurídicos unilaterales a través de los cuales el estado modifica la situación del admi-
nistrado. Por ello no incluye los casos en los que simplemente existe un particular que
participa en la administración de recursos públicos, sin ejercer funciones adminis-
trativas, esto es, aquella en virtud de la cual se pueden expedir actos administrativos.

2.5.2 La ley aplicable al recurso de anulación


El Consejo de Estado ha sostenido que de conformidad que la ley aplicable 1563 de
2012, la ley aplicable al recurso de anulación es la vigente cuando se inició el proce-
so arbitral84. A tal efecto el Consejo de Estado se ha fundado en el artículo 119 de la
ley y ha hecho énfasis en que la anulación es un recurso y no una acción.

En todo caso es de destacar que el artículo 119 de la Ley 1563 de 2012, dispone que dicha
“ley sólo se aplicará a los procesos arbitrales que se promuevan después de su entrada
en vigencia” y que “Los procesos arbitrales en curso a la entrada en vigencia de esta ley
seguirán rigiéndose hasta su culminación por las normas anteriores”. De dichos textos
se infiere la voluntad del legislador de que la ley no se aplique a procesos arbitrales
iniciados con anterioridad, lo que debe incluir el trámite del recurso de anulación,
sobre todo si se tiene en cuenta que en el nuevo régimen el recurso de anulación se
interpone ante el propio tribunal arbitral y el secretario del mismo debe dar traslado
de él. Aplicar estas reglas a procesos anteriores iría en contra del propósito del legisla-
dor en el sentido que tales procesos se sujeten exclusivamente a las reglas anteriores.

2.5.3 Las causales de anulación


Las causales de anulación en el régimen legal son solo las que consagra la ley. Sin
embargo, la jurisprudencia del Consejo de Estado ha señalado que igualmente exis-
110 te otra causal de anulación que es la falta de solicitud de interpretación prejudicial
por parte del Tribunal Andino, o el no sujetarse a dicha interpretación.

De conformidad con el artículo 42 de la ley al decidir el recurso el juez no se pronuncia


El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

sobre el fondo de la controversia, ni califica o modifica los criterios, motivaciones,


valoraciones probatorias o interpretaciones expuestas por el tribunal arbitral. Por
lo anterior, no debe prosperar un recurso de anulación, cuando realmente lo que se
cuestiona son las valoraciones probatorias que hizo el tribunal85. El recurso de anulación
se refiere a errores in procedendo. Los errores in iudicando no son objeto del recurso86.

84
Sección Tercera. Sentencia del 6 de junio de 2013 Expediente 11001-03-26-000-2013-00003-

2
00(45922) y Sentencia del 10 de diciembre de 2015. Expediente 11001-03-26-000-2015-00031-00.
UNIDAD
85
Sección Tercera. Sentencia del 27 de noviembre de 2017. 11001-03-26-000-2017-00122-00 en la
que señala que los cargos lo que expresan son “múltiples quejas sobre la manera en que el Tribunal se
aproximó y valoró el acervo probatorio que alimentó la causa [pero no que prescindió de éste], lo que
inmediatamente los ubica fuera del radio de acción del recurso de anulación”.
86
Sección Tercera. Sentencia del 23 de abril de 2018 Radicación número: 11001-03-26-000-2017-00106-00
(59731).
Adicionalmente ha señalado el Consejo de Estado que en el recurso de anulación
no le es permitido al juez “establecer cuál es la causal que el recurrente invoca87, ni
interpretar lo expresado por el recurrente para entender o deducir la causal invo-
cada y, menos aún, pronunciarse sobre aspectos no contenidos en la formulación
y sustentación del correspondiente recurso extraordinario de anulación88, por lo
que, deberá rechazar de plano el recurso cuando las causales que se invoquen o
propongan no correspondan a alguna de las señaladas en la ley”89.

A continuación, se hace una revisión de las causales de anulación.

2.5.3.1 La inexistencia, invalidez o inoponibilidad del pacto arbitral


Para determinar el alcance de estas causales de anulación deben tenerse las reglas
que rigen los actos o negocios jurídicos.

En cuanto a la inexistencia el artículo 898 del Código de Comercio establece que


ella se presenta cuando se celebra el acto sin las solemnidades sustanciales que la
ley exija para su formación, en razón del acto o contrato, y cuando falte alguno de
sus elementos esenciales.

Así en cuanto a la inexistencia por falta de solemnidades sustanciales debe dis-


tinguirse entre la cláusula compromisoria y el compromiso. Por lo que se refiere
a la cláusula compromisoria, como ya se indicó puede hablarse de inexistencia,
cuando la misma no consta en el contrato mismo sino en otro documento, y este
último no identifica el contrato y las partes del mismo. El compromiso será inexis-
tente sino consta en un documento.
111
Por lo que se refiere a la nulidad, si bien la ley sólo contempló como causal de
anulación la invalidez absoluta, la Corte Constitucional por sentencia C-572A de
2014 declaró inconstitucional dicha expresión, por lo cual se puede invocar como
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

causal de anulación tanto nulidad absoluta como la relativa, siempre y cuando no


haya sido saneada.

La nulidad absoluta se presentará en los casos previstos por la ley sustancial, esto
es, cuando el pacto arbitral fue celebrado por un incapaz absoluto, o cuando el
mismo tiene objeto ilícito, lo que ocurrirá cuando la materia no es disponible.
Igualmente, el pacto arbitral puede tener causa ilícita cuando se demuestra que

2
UNIDAD
87
Sección Tercera, Sentencia del 26 de febrero de 2004, Expediente 25094, entre otras,
88
Sección Tercera, sentencia de 4 de diciembre de 2006, Exp. 32871. Consejo de Estado, Sección
Tercera, Sentencia del 26 de febrero de 2004, Exp. 25094, entre otras.
89
Sección Tercera. Sentencia del 23 de abril de 2018 Radicación número: 11001-03-26-000-2017-
00106-00 (59731).
1
CAPÍTULO

el pacto arbitral tiene una finalidad contraria al orden público, como podría ser
que el propósito del arbitraje sea realizar lavado de activos obtenidos ilícitamente.

La nulidad relativa podrá provenir de la incapacidad relativa, los vicios del con-
sentimiento, o la falta de cumplimiento de requisitos exigidos en consideración a
la calidad de las personas.

Finalmente, puede darse el caso de la inoponibilidad en el caso de que el pacto ar-


bitral haya sido suscrito por una persona actuando como apoderado de otra, pero
sin tener la facultad de celebrar un compromiso.

Debe señalarse que de conformidad con la ley para que puedan invocarse estas
causales, las mismas deben haberse hecho valer mediante recurso de reposición
contra el auto de competencia.

De esta manera, si el pacto arbitral no existía, pero no se invocó tal circunstancia,


el laudo no puede ser anulado. Ello además es congruente con el parágrafo del
artículo 3 de la Ley 1563.

En todo caso debe observarse que una duda puede surgir cuando el pacto arbitral
está viciado de nulidad absoluta por objeto o causa ilícita, pues dicha nulidad no
puede ser saneada, excepto por la prescripción, y puede ser declarada de oficio.
No parece lógico concluir que un laudo arbitral que decide sobre el estado civil
no puede ser anulado si la causal no se invocó a través de un recurso de reposi-
ción contra el auto que decide la competencia. Así mismo, que tampoco puede ser
112 anulado el laudo que se pronuncia sobre un acto administrativo que decreta la
caducidad de un contrato estatal por no haberse interpuesto recurso de reposición
contra el auto por el cual el tribunal se declaró competente. Igualmente, tampoco
es razonable concluir que, si se acredita que el proceso arbitral tenía por propósito
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

realizar un lavado de activos, y ello no se invocó por la vía de recurso de reposición


el laudo no pueda ser anulado.

En realidad, cuando se trata de causales de anulación que no pueden ser sub-


sanadas, las mismas deben poderse invocar aun cuando no se haya interpuesto
recurso de reposición contra el auto por el cual el tribunal se pronuncia sobre su
competencia. En efecto, sostener lo contrario implica reconocer a la voluntad de
las partes un alcance que no les permite el ordenamiento.

2
UNIDAD

2.5.3.2 La caducidad de la acción, la falta de jurisdicción


o de competencia
De conformidad con la ley es causal de anulación la caducidad de la acción. Esta
causal consagra una jurisprudencia del Consejo de Estado que consideró que cuan-
do había caducidad de la acción, se entendía que el tribunal no podía pronun-
ciarse90. De esta manera, si equivocadamente el tribunal consideró que no había
caducidad, el laudo puede ser anulado.

Es importante aclarar que el Consejo de Estado ha precisado que el hecho de que el


tribunal considere que hay caducidad equivocadamente, no constituye una causa
de nulidad91.

Es importante aclarar que el Consejo de Estado ha


precisado que el hecho de que el tribunal considere
que hay caducidad equivocadamente, no constituye una
causa de nulidad.

La ley exige que se invoque la causal a través de recurso de reposición contra el


auto por el cual el tribunal se pronuncia sobre su competencia. Lo anterior plantea
la posibilidad de que exista caducidad pero que no se haya invocado a través de
un recurso de reposición. En este punto cabrá la discusión si en todo caso podría
anularse el laudo, pues la caducidad no es renunciable. Como ya se señaló, aceptar
que en este caso no procede la causal de anulación implica reconocer a las partes
una facultad que no les otorga el ordenamiento y es disponer sobre la caducidad.
Por otra parte, teniendo en cuenta la diferencia entre caducidad y prescripción es
claro que el hecho de que el tribunal no haya declarado una prescripción no cons-
tituye una causal de anulación. Lo anterior dada la naturaleza de la prescripción
y el hecho de que ello implicaría un pronunciamiento sobre el fondo por el juez
de anulación. 113
Por otra parte, la ley hace referencia a la falta de jurisdicción o competencia. La ley
no precisa claramente cuando existe una u otra. Como ya se dijo podría señalarse
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

que hay falta de jurisdicción cuando el asunto no puede someterse a arbitraje. El


Consejo de Estado ha dicho que ello también ocurre cuando no hay pacto arbitral.
Sin embargo, en materia de anulación la ley distingue entre falta de jurisdicción e
inexistencia del pacto arbitral.

Esta causal puede presentarse cuando hay una cláusula compromisoria amplia.
En tal caso debe entenderse que la cláusula arbitral sólo cubre las materias que
pueden someterse a arbitraje. Por consiguiente, si se somete arbitraje un asunto

2
que no puede ser sometida a arbitraje habría falta de jurisdicción y el laudo podría UNIDAD

ser anulado.

90
Sección Tercera. Sentencia del 18 febrero de 2010 Exp. 37.004 Radicación: 110010326000200900058 00
91
Ibídem y 10 de junio de 2009. Expediente Radicado No.1100 103260002008-00032-00 (35.288)
1
CAPÍTULO

En esta hipótesis como en las anteriores, el problema que se plantea es si ninguna


de las partes invoca tal circunstancia a través de un recurso de reposición contra
el auto de competencia, pues de acuerdo con la ley la causal no podría invocarse
posteriormente. Sin embargo, la falta de jurisdicción no puede sanearse. Dicha
duda debería resolverse en el sentido ya anotado.

2.5.3.3 No haberse constituido el tribunal en forma legal


Esta causal se refiere a la constitución del tribunal. Ella puede presentarse cuando
el mecanismo de integración del tribunal no se ajustó a lo pactado o a la ley.

La indebida integración del tribunal también puede presentarse porque las per-
sonas designadas como árbitros no reúnen las calidades exigidas por la ley o las
pactadas.

Así podría ocurrir cuando los árbitros no cumplen las condiciones exigidas por
la ley para ser árbitros en tribunales en derecho. Por ejemplo, los árbitros no son
abogados, no son colombianos o no tienen la experiencia requerida para ser ma-
gistrado de tribunal superior de distrito judicial.

Igualmente podría ocurrir que las partes no cumplieran con los requisitos fijados
en el pacto arbitral, por ejemplo, en relación con la experiencia requerida.

Igualmente podría ocurrir Así mismo podría presentarse esta cau-


que las partes no cumplieran sal cuando el árbitro escogido por el juez
con los requisitos fijados no haya sido seleccionado de la lista de
114 en el pacto arbitral, por árbitros del centro en el cual se presentó
ejemplo, en relación con la la solicitud de arbitraje, o no haya sido
seleccionado por sorteo.
experiencia requerida.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

También podría suceder que el árbitro se encuentra en una causal de recusación


que las partes no conocen y no la revela ni se declara impedido o ha violado el
deber de información.

De igual manera podría presentarse esta causal cuando un árbitro es designado en


un tribunal excediendo el número permitido por la ley.

Igualmente podría presentarse esta causal cuando el tribunal se integra por un

2
UNIDAD número par de árbitros, pues el artículo 7º de la ley exige que el número de árbitros
sea impar. En este punto puede suceder que el pacto prevea sólo dos miembros
del tribunal, pero que las partes designen uno o tres árbitros, caso en el cual no
existirá ningún vicio.
Tradicionalmente se ha visto esta causal desde la perspectiva de la debida integra-
ción al momento de constituirse el tribunal, sin embargo, esta causal puede tener
un alcance mayor. En efecto puede ocurrir que durante el curso del tribunal uno
de los árbitros fallezca, renuncie o por cualquier otra razón deje de ser árbitro. En
tal caso dicho árbitro debe ser reemplazado. Desde esta perspectiva es claro que
cuando se nombra el nuevo árbitro, si este no reúne las condiciones requeridas,
y sin embargo actúa como parte del tribunal, existe una indebida integración del
mismo.

Igualmente puede ocurrir que inicialmente el árbitro cumple con todas las con-
diciones requeridas por la ley y por las partes, y sin embargo, durante el trámite
del arbitraje deja de cumplirlas, por ejemplo, se encuentra en una situación que
constituye una causal de recusación o que implica un deber de revelación y no se
cumple, o deja de asistir al tribunal en dos o más ocasiones sin justa causa o en tres
o más con justa causa (artículo 34).

Desde esta perspectiva podría plantearse que esta causal debe analizarse al mo-
mento en que el tribunal profiere el laudo, pues es en ese momento es fundamen-
tal que los árbitros cumplan los requisitos legales y contractuales.

También cabe plantearse si igualmente no debería proceder esta causal cuando la


decisión se adopta por dos árbitros sin la participación del tercero. En efecto, como
ya se vio, el laudo puede ser adoptado por mayoría, sin embargo, ello no puede
significar que el laudo se pueda adoptar por dos de los árbitros sin que el tercero
pueda deliberar con sus compañeros para exponer sus puntos de vista
115
A este respecto debe observarse que recientemente en derecho español se anuló
una laudo por violación del principio de colegialidad92, esto es, porque se tomó la
decisión por dos de los árbitros sin la participación del tercero. Adicionalmente se
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

condenó a los dos árbitros a indemnizar a las partes los costos de los honorarios
de los árbitros93.

Ahora bien, esta solución no es novedosa porque ya en el derecho romano se seña-


laba que si se nombraban tres árbitros la decisión debía ser discutida por todos94.
Igualmente en Colombia la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 9 de sep-
tiembre de 1921 anuló una decisión en un caso semejante95.

2
UNIDAD

92
Sentencia de 10 de junio de 2.011, dictada por la Sección 28.ª de la Audiencia Provincial de Madrid
93
Sentencia del 15 de febrero de 2017 del Tribunal Supremo de España.
94
Tal era la opinión de Celso ver Digesto 4, 8, 17, 7.
95
G.J. tomo XXIX, P. 27.
1
CAPÍTULO

Si se acepta esta perspectiva de que pueden presentarse hechos sobrevinientes que


afectan la integración del tribunal, se podría indicar que al disponer el legislador
que para que pueda invocarse la causal se requiere que se reclame por la vía del
recurso de reposición contra el auto de competencia, se refirió a la hipótesis usual,
esto es, que los defectos se presentan desde un principio, pero ello no excluye que los
defectos pueden aparecer posteriormente. En tal caso debería entenderse que debe
reclamarse inmediatamente el tribunal actúa sin estar debidamente constituido.

2.5.3.4 Estar el recurrente en alguno de los casos de indebida representación,


o falta de notificación o emplazamiento, siempre que no se hubiere
saneado la nulidad
Lo primero que debe precisarse es a qué se refiere la ley cuando alude a la falta de
notificación. Es claro que esta causal debe interpretarse en armonía con las cau-
sales de nulidad, pues la ley señala que ella puede invocarse siempre no se hubiere
saneado la nulidad. Por consiguiente, la causal opera cuando no se ha notificado
debidamente el auto admisorio de la demanda. En este punto es pertinente des-
tacar que el artículo 3º de la Ley 1563 de 2012, permite que se notifique por medios
electrónicos el auto admisorio de la demanda. Para tal efecto deberá tenerse en
cuenta cuál es la dirección electrónica establecida para recibir notificaciones judi-
ciales. En los casos previstos en el artículo 293 del Código General del Proceso pro-
cederá el emplazamiento y si es del caso al nombramiento del curador ad litem.

Si se dicta un laudo contra una persona que no estuvo debidamente representada, o


que no fue notificada o emplazada legalmente, se le viola su derecho de defensa. Por ello
esta circunstancia da lugar a la nulidad del laudo, salvo que el vicio haya sido saneado.
116
2.5.3.5 Haberse negado el decreto de una prueba pedida oportunamente o
haberse dejado de practicar una prueba decretada, sin fundamento
legal, siempre y cuando se hubiere alegado la omisión oportunamente
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

mediante el recurso de reposición y aquella pudiera tener incidencia en


la decisión
Esta causal se refiere igualmente al derecho de defensa y para que ella opere es
necesario que existe una negativa de una prueba, sin fundamento legal, o una
omisión en su práctica. Además, se requiere que se haya reclamado por la vía del
recurso de reposición y que la prueba pudiera tener incidencia en la decisión.

Los anteriores requisitos implican que cuando la negativa de la prueba se funda en

2
UNIDAD una causa legal no procede la causal de anulación. Igualmente es necesario que la
negativa tenga trascendencia.

Esta causal fue invocada en un caso en que un tribunal arbitral para poder proferir
una decisión decidió solicitar al perito en el proceso que procediera a efectuar unos
cálculos adicionales. Sin embargo, dado que las partes no accedieron a prorrogar
el plazo, el tribunal no corrió traslado del dictamen formalmente a las partes, sino
que simplemente se los puso el conocimiento. El laudo que se dictó se fundó en
los cálculos del perito. El Tribunal Superior de Bogotá determinó que el laudo era
nulo, porque no se cumplieron los pasos necesarios para practicar debidamente
la prueba, y la misma fue trascendente. Es de anotar que dicha decisión fue in-
validada por la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, actuando
como juez de tutela, pero a su turno la decisión de dicha Sala fue revocada por la
Sala de Casación Laboral. Finalmente, la Corte Constitucional se pronunció sobre
la tutela y sentó los principios que se deben seguir en relación con los efectos de la
anulación de laudos arbitrales96.

2.5.3.6 Haberse proferido el laudo o la decisión sobre su aclaración, adición o


corrección después del vencimiento del término fijado para el
proceso arbitral
En la ley colombiana se establece que el proceso arbitral tiene un término de du-
ración, el cual resulta de lo que dispongan las partes, o a falta de acuerdo sobre este
punto, a lo que dispone la ley, que al efecto fija un plazo de seis meses contados a
partir de la terminación de la primera audiencia de trámite, prorrogable por un
plazo máximo de seis meses. Así mismo la ley establece que la suspensión del pro-
ceso por las partes o sus apoderados no puede exceder de ciento veinte días hábiles.

Cuando la ley regula el número máximo de suspensiones que pueden realizar los
apoderados se refiere a las suspensiones que se producen durante el término del
tribunal, el cual comienza a correr una vez termina la primera audiencia de trá-
mite. Ello se desprende del artículo 11 que prevé que “las partes o sus apoderados 117
no podrán solicitar la suspensión del proceso por un tiempo que, sumado, exceda
de ciento veinte (120) días”, pero en esa misma disposición el legislador señala
que “Al término del proceso se adicionarán los días de suspensión, así como los
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

de interrupción por causas legales”. Lo anterior claramente indica que cuando el


legislador regula el límite de suspensiones lo hace teniendo en cuenta el término
del proceso, el cual solo comienza a correr a partir de la primera audiencia.

En esta materia el legislador exigió que en el término del proceso no sólo se dicte el
laudo, sino también la providencia que lo aclare, corrija o complemente.

Ahora bien, de acuerdo con el texto de la ley si se dicta un laudo a tiempo, pero la

2
providencia que decide la aclaración, corrección o complementación se profiere UNIDAD

extemporáneamente el laudo debería ser anulado.

96
Sentencia T-1031 de 2.007
1
CAPÍTULO

La aplicación literal de la ley puede ser exagerada por cuanto el tribunal pudo
haber dictado el laudo en tiempo y realmente no existe nada que aclarar, corregir
o complementar.

En este punto demás debe observarse que cuando el laudo es objeto de recurso de
anulación y debe ser corregido o complementado, porque el tribunal incurrió en
un error aritmético u omitió decidir ciertos aspectos, el legislador no dispone que
el laudo deba ser anulado, sino que debe ser corregido o complementado por el
juez de anulación.

Es entonces incongruente aceptar que se anule un laudo porque se niegue la acla-


ración, corrección o complementación, y no se anule porque no se haga dicha
aclaración, corrección o complementación siendo procedente hacerla y en su lu-
gar se corrija el laudo.

La tesis que conduce a sostener que el laudo se anula siempre que la corrección,
aclaración y complementación se realiza fuera del término, conduce a sacrificar
el laudo, cuando el mismo no tiene una irregularidad, o esta es menor y el propio
ordenamiento establece que ella debe ser corregida por el juez de anulación. Por
ello debería concluirse que, si se dictó el laudo oportunamente y se decide la acla-
ración, corrección o complementación fuera del término, el laudo es válido, pero
no lo son las decisiones de aclaración, corrección o complementación.

Finalmente, la ley establece que la causal de vencimiento del término sólo podrá
ser alegada en anulación por quien la hizo valer oportunamente ante el tribunal
118 arbitral una vez expirado el término. Esta causal desarrolla el principio de buena
fe en el proceso, pues busca evitar que una parte conozca que existe esta causal
de anulación y no la invoque esperando el resultado del proceso, para invocarla
cuando dicho resultado le es desfavorable.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

2.5.3.7 Haberse fallado en conciencia o equidad, debiendo ser en


derecho, siempre que esta circunstancia aparezca
manifiesta en el laudo
La ley no define qué significa haberse fallado en conciencia o en equidad debiendo
ser en derecho.

La expresión fallar en conciencia puede tener dos significados pues puede enten-

2
UNIDAD derse referida tanto al hecho de fallar de acuerdo con las convicciones de la propia
conciencia, como al hecho de decidir sin motivación, como lo hace el jurado de
conciencia. Para determinar el alcance que debe darse a esta expresión en este
caso es pertinente recordar que antes de que se presentara el proyecto de ley que
se convertiría en la Ley 1563, el Consejo de Estado en sentencia del 21 de febrero de
201197 expresó que la causal de anulación prevista en el Decreto 1818 de 1998 que era
fallar en conciencia debiendo ser en derecho se presentaba “cuando: a) El laudo es
conciencia, esto es, cuando los árbitros se apoyan en su íntima convicción y por lo
tanto no dan razones de su decisión o prescinden de toda consideración jurídica
o probatoria; b) Debiendo ser el laudo en derecho, los árbitros inaplican la ley al
caso concreto porque consideran que ella es inicua o que conduce a una iniqui-
dad o también cuando buscan por fuera del ámbito de la ley una solución al caso
controvertido.” En vigencia de la Ley 1563 de 2012, el Consejo de Estado ha reiterado
dicha postura98.

Por ello puede considerarse que cuando la ley hace referencia tanto al fallo en
conciencia como en equidad, alude a estos conceptos. A lo anterior puede agregarse
que si se considerara que al referirse el legislador al fallo en conciencia se refirió
a la decisión de acuerdo con la opinión de lo que es justo, se encuentra que ello
corresponde al sentido del fallo en equidad. De esta manera la referencia al fallo
en conciencia carecería de sentido propio, lo que contradice el criterio de inter-
pretación que parte de la base que el legislador no emplea expresiones superfluas
o inútiles. Por consiguiente, ha de entenderse que fallar en conciencia se refiere a
decidir sin motivación.

Por consiguiente, la ley colombiana prohíbe tanto fallar en equidad, apartándose


del derecho porque se considera inicuo, como fallar sin motivación.

En cuanto a lo que cobija el fallo en equidad el mismo se produce cuando el tribu-


nal arbitral al decidir se aparta del ordenamiento porque lo considera inequitati-
vo. Por consiguiente, si lo que hace el tribunal arbitral es aplicar mal la ley ello no 119
constituye un fallo en equidad, sino en derecho.

En este punto debe señalarse que en algunos fallos, como por ejemplo, la senten-
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

cia del 7 de febrero de 200899), el Consejo de Estado señaló que el fallo en concien-
cia de acuerdo con la jurisprudencia podría presentarse en los siguientes casos:
“Primero, para que pueda hablarse de un fallo en conciencia se ha debido omitir
la referencia el régimen jurídico aplicable a la controversia”… “El segundo pre-
supuesto legal que configura del fallo en derecho y no en conciencia, consiste
en que las normas en que él se apoya deben estar vigentes”… “El tercer supues-
to planteado por la jurisprudencia se presenta cuando las pruebas que deberían
ofrecer convicción a los árbitros carecen de soporte valorativo normativo”. Agregó

2
el Consejo de Estado que para este último requisito se presente es necesario “que UNIDAD

97
Radicación: 11001-03-26-000-2010-00025-00 (38.621).
98
Sección Tercera . Sentencia del 27 de noviembre de 2017, Radicación 11001-03-26-000-2017-
00122-00 (59913).
99
Sección Tercera. Radicación 11001032600020070001700 Referencia: 33.811.
1
CAPÍTULO

los árbitros estimen y asuman las pruebas y su apreciación con absoluto desdén,
capricho o desconocimiento de las reglas básicas que el derecho ofrece para su
valoración, convirtiéndose, auténticamente, en una violación al deber de fallar
según las reglas jurídicas, expresadas a través de los medios de convencimiento de
que disponen los árbitros”.

En la práctica puede ser discutible aplicar los dos primeros criterios por si solos para
determinar la existencia del fallo en equidad o en conciencia, pues claramente la de-
terminación del régimen legal aplicable puede ser el resultado del análisis jurídico del
árbitro y no de un deseo de sustraerse de la aplicación de la ley. Igual puede ocurrir con
el régimen vigente. En tales casos si la conclusión del árbitro es errada, y por ello aplica
unas reglas legales que no son las aplicables o las que están vigentes, hay un fallo en
derecho aunque sea equivocado. Para que se aplique esta causal debe poderse apreciar
claramente que el árbitro quiso sustraerse del ordenamiento jurídico y aplicar un
criterio distinto. El Consejo de Estado ha dicho que para fallar esta causal no se puede
entrar a examinar si la decisión “se ajustó o no a derecho o si la decisión que tomó se
fundamentó en una interpretación que no estaba acorde con las normas sustantivas,
porque reiteramos no puede el juez de la anulación, so pretexto de estudiar la causal o
causales invocadas, proceder a decretar la nulidad del laudo procediendo a hacer una
interpretación diferente a la realizada por el árbitro”100.

Es por ello que para que opere esta causal el haber


procedido en equidad o conciencia debiendo ser en
derecho debe aparecer en forma manifiesta, por lo que no
120 debe requerir un análisis profundo del laudo.

Es por ello que para que opere esta causal el haber procedido en equidad o concien-
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

cia debiendo ser en derecho debe aparecer en forma manifiesta, por lo que no debe
requerir un análisis profundo del laudo.

En sentencia del 5 de julio de 2012 el Consejo de Estado101 precisó que la equidad


no está excluida de los laudos arbitrales, porque el artículo 230 de la Constitución
Política la establece como un criterio auxiliar de la actividad judicial102. Por ello
los árbitros pueden acudir a ella siempre que se trate de un criterio auxiliar, como
ocurre cuando se trata de determinar el monto de la indemnización por daños

2
UNIDAD
100
Sección Tercera. Sentencia 24 de abril de 2017. Radicación: 11001-03-26-000-2017-00007-00
(58.527)
101
Sección Tercera. Referencia 110010326000 2011 00019 01 expediente 40718
102
En igual sentido, Sección Tercera, sentencia del 21 de febrero de 2011. Radicación: 11001-03-26-
000-2010-00025-00 (38.621)
morales, pero no para sustituir la apreciación de derecho en lo que corresponda.
En tal caso no se configura la causal de anulación.

2.5.3.8 Contener el laudo disposiciones contradictorias, errores


aritméticos o errores por omisión o cambio de palabras o
alteración de estas, siempre que estén comprendidas en la
parte resolutiva o influyan en ella y hubieran sido alegados
oportunamente ante el tribunal arbitral
Lo primero que debe destacarse de esta causal es que los errores a los que ella se
refiere deben estar en la parte resolutiva o influir en ella. Esta última expresión
implica que cuando el error está en la parte motiva, el mismo debe ser determi-
nante para establecer el alcance de la parte resolutiva. Así, por ejemplo, cuando en
la parte resolutiva se hace una condena de acuerdo con la liquidación de la parte
motiva. Por consiguiente, no procede la causal cuando se trata de un error en la
parte motiva, pero la parte resolutiva es clara y en ella no hay error.

El concepto de error aritmético fue delineado por la jurisprudencia de la Corte Su-


prema de Justicia103, dicho criterio ha sido seguido en algunos casos el Consejo de Es-
tado104. De acuerdo con este criterio, el error no se limita a un yerro en una operación
aritmética, sino que incluye cualquier error en un número. Así mismo procede esta
causal cuando existen errores materiales por cambio de palabras u omisión de estas.

Para determinar cuándo se está en presencia de este tipo de errores debe recordarse
que en estos casos se trata de corregir un error en la expresión del juez frente a lo que
quiso decir o hacer. En este sentido Chiovenda, citado por el Consejo de Estado, afir-
maba sobre la corrección de la sentencia por omisiones o errores que no se “trata de 121
impugnar el juicio del juez ni su actividad, sino únicamente de hacer corresponder la
expresión material de ella, con lo que el juez ha querido efectivamente, decir y hacer”.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

No obstante en algunas providencias recientes el Consejo de Estado ha adoptado


una interpretación más restrictiva, pues ha señalado que el error aritmético se
refiere a un error en una de las cuatro operaciones aritméticas105.

Por otra parte, en cuanto hace referencia a la causal de anulación por contener
el laudo disposiciones contradictorias debe destacarse que la contradicción debe

2
103
En auto de 14 de julio de 1983 la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia consideró
UNIDAD
sobre el error aritmético “Aritmético es lo relativo a la aritmética, es decir, lo relacionado con la ciencia que
estudia las propiedades elementales de los números racionales. Cualquier discordancia en un número, sea
la consecuencia de una operación aritmética o una mala cita es un error aritmético”
104
Sección Tercera. Sentencia del 6 de junio de 2002. Referencia 20634
105
Sección Tercera. Sentencia del 27 de noviembre de 2017. Radicación: 11001-03-26-000-2017-
00122-00 (59913)
1
CAPÍTULO

ser en la parte resolutiva. No importa si hay contradicción en la parte motiva o


esta no es armónica con la parte resolutiva. En esta materia la jurisprudencia del
Consejo de Estado106 ha tomado criterios semejantes a los de la Sala de Casación
Civil de la Corte Suprema de Justicia que en sentencia del 11 de junio de 1999 expre-
só “( ) para que sea próspero el cargo que se apoye en dicha causal, deben darse los
siguientes supuestos: a) Pluralidad de decisiones contenidas en la sentencia que es
objeto del recurso de casación; y b) Contradicción recíproca advertible entre dichas
decisiones, de modo tal que se haga imposible su cumplimiento o ejecución simul-
táneas ( )”107. El ejemplo clásico de un fallo contradictorio es que declara la nulidad
y ordena su cumplimiento.

Establece la ley que estos defectos deben haber sido alegados oportunamente ante
el tribunal arbitral. Lo anterior implica que se haya solicitado al tribunal la co-
rrespondiente corrección del error aritmético o de cambio de palabras. En relación
con la contradicción, la ley también exige que se haya reclamado ante el tribunal
arbitral, el Consejo de Estado al referirse a este requisito señala que debe haberse
pedido “la aclaración o complemento de las disposiciones contradictorias o de los
errores por omisión”108. Lo anterior porque el tribunal arbitral no puede cambiar
su decisión, pero puede ocurrir que la contradicción realmente sea aparente y por
ello pueda superarse con una aclaración. Ha precisado el Consejo de Estado que la
petición de aclaración puede ser hecha por una parte, y el recurso de anulación
puede ser presentado por alguien distinto, como es el Ministerio Público, y el re-
quisito se entiende cumplido.109

Adicionalmente, ha señalado el Consejo de Estado que si el error se produce en la


122 decisión que resuelve sobre la aclaración, corrección o complementación, puede
formularse el recurso de anulación, sin que sea necesario intentar previamente el
reclamo ante el tribunal110.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Es claro que como esta causal busca corregir una discordancia entre lo que expresa
formalmente el fallo y lo que realmente quiso decir el juez, la misma no procede
en aquellos casos en que se cuestiona la decisión misma del árbitro. Así ha dicho
el Consejo de Estado que “no es procedente que invocando esta causal, a juicio de

106
Sección Tercera. Sentencia del 27 de noviembre de 2017. Radicación: 11001-03-26-000-2017-
00122-00 (59913).
107
En igual sentido sentencia de la Sala de Casación Civil del 22 de julio de 2009. Radica-

2
ción:110010326000200800064 00 Expediente: 35.564.
UNIDAD
108
Sección Tercera. Sentencia del 27 de noviembre de 2017. Radicación 11001-03-26-000-2017-
00122-00 (59913).
109
Sección Tercera. Sentencia del 27 de noviembre de 2017. Radicación: 11001-03-26-000-2017-
00122-00 (59913).
110
Sección Tercera. Sentencia del 6 de junio de 2002 Expediente No 11001-03-26-000-2001-0034-01
(20.634).
la sala, se busque la corrección de una tasa de interés, (la comercial a cambio de la
legal), como quiera que se trata de yerros conceptuales o de criterio, que no tienen
cabida dentro del marco estricto o limitado del recurso de anulación”.

2.5.3.9 Haber recaído el laudo sobre aspectos no sujetos a la


decisión de los árbitros, haber concedido más de lo pedido o
no haber decidido sobre cuestiones sujetas al arbitramento
Bajo la ley anterior esta causal fue invocada por el Consejo de Estado cuando el
tribunal arbitral no tenía competencia o se pronunciaba sobre materias que no
eran arbitrables. Actualmente, dichas circunstancias corresponden a otra causal,
por lo que la que se examina procede en casos de incongruencia111, esto es, cuando
el laudo incluye cuestiones que no están sujetas a la decisión de árbitros, porque
no están comprendidas en las pretensiones, excepciones o en general no están in-
cluidas en aquellas materias sobre las cuales el tribunal debe pronunciarse.

Igualmente cabe esta causal cuando se concede más de lo pedido o cuando se


omite decidir algún aspecto que está incluido en la litis bien porque fue objeto de
una pretensión o una excepción, o bien porque por ley se trata de una materia
que debe ser objeto de pronunciamiento. Así por ejemplo, en un caso concreto el
Consejo de Estado consideró que un tribunal arbitral debía declarar una nulidad
absoluta del contrato, como cualquier juez, a pesar de que las pretensiones no
incluían dicha petición112. En general ha dicho el Consejo de Estado que el árbitro
debe reconocer oficiosamente las excepciones de fondo que encuentre demostra-
das con las excepciones de prescripción, compensación y nulidad relativa113.

Ha señalado el Consejo de Estado que el examen de esta causal es puramente for- 123
mal, y supone un ejercicio comparativo entre el pacto arbitral, el objeto del litigio
y lo resuelto, pero no puede implicar un examen sustancial, en la medida en que
los errores in iudicando o sustanciales son en sí mismos impropios del recurso de
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

anulación”114 Por lo “que la resolución del cargo no se hace posible sin revisar la
controversia o las consideraciones acogidas en el laudo, se impone como regla de
decisión despachar en sentido desfavorable el cargo”115.

111
Sección Tercera. Sentencia del 27 de noviembre de 2017. Radicación: 11001-03-26-000-2017-
00122-00 (59913).
112
Sección Tercera. Sentencia del 25 de noviembre del 2004. Radicación número: 11001-03-26-000-

2
2003-0055-01(25560).
UNIDAD
113
Sección Tercera. Sentencia del 27 de noviembre de 2017. Radicación: 11001-03-26-000-2017-
00122-00 (59913).
114
Corte Constitucional SU-556 de 2016. En sentido semejante Consejo de Estado sentencia del 23 de
abril de 2018, Radicación número: 11001-03-26-000-2017-00106-00 (59731).
115
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia del 27 de noviembre de 2017. Radicación: 11001-03-
26-000-2017-00122-00 (59913).
1
CAPÍTULO

2.5.4 Efectos de la interposición del recurso de anulación


La interposición del recurso de anulación no impide la ejecución del laudo recu-
rrido. La única excepción que consagra la ley se refiere al evento en que el laudo
ha condenado a una entidad pública, en tal caso esta última puede solicitar la
suspensión del laudo arbitral.

Lo anterior implica que la suspensión no es automática, sino que procede es a


solicitud de la parte.

La ley no precisa en qué momento procesal puede solicitarse la suspensión del laudo
arbitral. El Consejo de Estado ha considerado que como la ley sólo prevé la intervención
de las partes en el recurso en dos momentos, esto es al interponer el recurso y al des-
correr el traslado del mismo, y el legislador busca agilizar el trámite del recurso, es sólo
en esas oportunidades procesales en que se puede solicitar la suspensión del laudo116.

Por otra parte, en algunas decisiones el Consejo de Estado ha considerado que la


entidad pública al solicitar la suspensión debe motivar su decisión117. Sin embargo,
en otras decisiones el Consejo de Estado ha precisado que la petición de suspensión
no requiere sustentación pues la ley no lo exige118.

Finalmente, la ley no le exige a la entidad pública que constituya una garantía del
cumplimiento del laudo.

2.5.5 Efectos de la decisión del recurso de anulación


124 Si se niega el recurso de anulación, dispone la ley que debe condenarse en costas
a quien lo interpuso. La única excepción es cuando el recurso fue interpuesto por
el ministerio público.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Por el contrario, si el recurso prospera, sus consecuencias varían en función de la


causal que dio lugar a la anulación. La determinación de los efectos de la anulación
se funda en dos aspectos fundamentales: de una parte, la voluntad del legislador
de limitar los efectos de la anulación a lo que es estrictamente necesario, y de otra
parte, la posibilidad de convocar o no un nuevo tribunal arbitral.

En primer lugar, hay casos en los que los vicios no deben conducir a anular el
laudo sino a su corrección. Tal es caso de las causales 8 y 9, esto es, que el laudo

2
UNIDAD
116
Sección Tercera. 21 de julio de 2016, Expediente: 55.477 y 31 de octubre de 2016 expediente
1001-03-26-000-2016-00099-00(57422)A
117
Sección Tercera. 21 de julio de 2016, Expediente: 55.477 y 31 de octubre de 2016 expediente
1001-03-26-000-2016-00099-00(57422)A
118
Auto de la Sección tercera del 23 de enero de 2018, Exp. 11001-03-26-000-2017-00058-00(59216)
incurrió en error aritmético, en falta de pronunciamiento sobre algún aspecto
que debió decidir el tribunal, contiene disposiciones contradictorias, o incurrió en
incongruencia. En todos estos casos el laudo no se anula sino se corrige.

Cuando la causal que prospera no impide convocar un nuevo tribunal, se anula el


laudo y el interesado puede convocar un nuevo tribunal, en el cual conservarán
validez las pruebas debidamente practicadas y en lo posible las actuaciones que no
hubieren resultado afectadas por la anulación, esto es, por el vicio que da lugar a
ella. Lo anterior se presenta en el caso de las causales 3 a 7, esto es, indebida inte-
gración del tribunal, falta de notificación o indebida representación, vencimiento
del plazo del tribunal y la omisión en el decreto y práctica de pruebas.

Como quiera que de acuerdo con el artículo 43 conservan validez las actuaciones
que no hubieren resultado afectadas por la anulación, debe examinarse en cada
caso la causal de anulación que prosperó y su origen. Así cuando la causal que
operó fue la nulidad por vencimiento del término, todas las actuaciones que se
realizaron hasta el vencimiento del plazo mantienen su validez. Ello en muchos
casos simplemente significa que se integra un nuevo tribunal que lo único que
tiene que hacer es dictar el laudo.

Por el contrario, si se anula porque el tribunal fue indebidamente integrado, en


principio dicha causal afecta todo el trámite, salvo las pruebas debidamente con-
trovertidas. En este caso el tribunal debe integrarse por solicitud de una de las par-
tes, pero dicha solicitud no puede ser diferente a la que ya había sido formulada,
pues la demanda no se ve afecta por la anulación.
125
Como quiera que de acuerdo con el artículo 43 conservan
validez las actuaciones que no hubieren resultado El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

afectadas por la anulación, debe examinarse en cada caso


la causal de anulación que prosperó y su origen.

Cuando la causal que se invoca impide convocar un nuevo tribunal, el proceso debe
ser resuelto por la jurisdicción permanente. Ello ocurre cuando el pacto arbitral
era inexistente, nulo o inoponible, el tribunal no era competente o carecía de juris-
dicción. La ley prevé que en tal caso el expediente se remite al juez que corresponda
para que continúe el proceso a partir del decreto de pruebas. Por consiguiente, la

2
ley le otorga validez a todo el trámite previo de admisión de la demanda, traslado, UNIDAD

contestación, y traslado de las excepciones formuladas y de la eventual objeción al


juramento estimatorio. Lo que corresponderá al juez es decretar pruebas. Pero en
todo caso se mantiene la validez de las pruebas practicadas, obviamente con respe-
to del derecho de contradicción. En este punto se puede observar que esta solución
1
CAPÍTULO

pudo también aplicarse a los casos en los que puede convocarse un nuevo tribunal
arbitral por una causal que se presenta desde el origen (por ejemplo, indebida in-
tegración del tribunal), pero la ley no lo previó así.

Por otra parte, en algunos eventos la anulación de un laudo puede conducir a que
los árbitros pierdan la totalidad o parte de sus honorarios. Así cuando se anula
por la indebida integración del tribunal, indebida representación o falta de no-
tificación, omisión en materia probatoria o fallo en conciencia o en equidad, los
árbitros pierden la segunda mitad de sus honorarios. Si la causal de anulación es
el vencimiento del término, los árbitros no sólo pierden la segunda mitad de sus
honorarios, sino que deben restituir el primer cincuenta por ciento que hayan
recibido.

2.6 Procedencia de la acción de tutela contra las


decisiones del Tribunal y contra el laudo
En la medida en que la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha señalado que
los árbitros ejercen función jurisdiccional y el laudo arbitral equivale a una sen-
tencia judicial, contra el laudo procede acción de tutela. Igualmente se ha admiti-
do la acción de tutela contra otras decisiones del tribunal arbitral.

Ahora bien, la jurisprudencia ha precisado119 que en principio se aplican i) los re-


quisitos de procedibilidad de carácter general de la acción de tutela y ii) los requisi-
tos o causas especiales que determinan la eventual prosperidad de la acción frente
126 a las providencias judiciales. Sin embargo, también ha precisado que el carácter
especial de la justicia arbitral implica que se debe hacer un examen de procedi-
bilidad más estricto, lo anterior porque “se está en un escenario en el cual se ha
expresado la voluntad de los sujetos de apartarse de la jurisdicción ordinaria y
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

someterse a la decisión que adopte un tribunal de arbitramento”.

Añadió la Corte que la “decisión de apartarse de la justicia ordinaria, irradia la


facultad de permanencia de la decisión adoptada por el tribunal, la cual no podría
verse condicionada a una posterior ratificación o cuestionamiento por parte de la
jurisdicción a la cual las partes han renunciado originalmente”. Agregó igualmente
la Corte que “si el mismo legislador ha restringido las vías judiciales para contro-
vertir los laudos arbitrales, a su vez la acción de tutela, en principio, no resultaría

2
UNIDAD procedente para controvertir circunstancias propias del proceso arbitral que las
partes decidieron resolver paralelamente a la justicia ordinaria”. Igualmente seña-
ló la Corte que “la excepcionalidad de la acción de tutela para controvertir, tanto

119
Sentencia SU-500 de 2015 que reitera la jurisprudencia anterior. En un sentido semejante sentencia
SU-033 de 2018.
los laudos arbitrales, como los recursos que puedan conocer de ellos, debe tener en
cuenta ‘(i) la estabilidad jurídica de los laudos arbitrales; (ii) el carácter excepcional
y transitorio de la resolución de conflictos mediante el arbitraje; (iii) el respeto
por la voluntad de las partes de someter la resolución de sus controversias a un
particular específicamente habilitado para ello y no a los jueces estatales y (iv) el
respeto por el margen de decisión autónoma de los árbitros, que no ha de ser in-
vadido por el juez de tutela y le impide a éste, pronunciarse directamente sobre el
fondo del asunto sometido a arbitramento’”120 .

La Corte Constitucional igualmente reiteró su pronunciamiento en la Sentencia


SU-174 de 2007, en la que señaló que la acción de tutela exige una vulneración di-
recta de derechos fundamentales.

La Corte Constitucional ha señalado (SU- 500 de 2015) que, si bien la acción de tute-
la es subsidiaria del recurso de anulación, puede acudirse directamente a ella “en
aquellos casos en que el recurso de anulación sea ineficaz por tratarse de asuntos
externos a las causales de solicitud del recurso…”.

A pesar de que este límite parece claro, la realidad muestra que puede haber si-
tuaciones complejas, pues puede haber casos en los que el juez constitucional con-
sidera que no procede el recurso de anulación, en tanto que el juez de anulación
considera que dicho recurso procede en esos casos.

Un caso de anulación que ha generado controversia es el decidido en sentencia SU


556 de 2016, en la cual la Corte Constitucional después de reiterar su jurisprudencia
en la materia invalidó un laudo a través de una acción de tutela. La Corte consideró 127
que en ese caso la tutela era procedente y consideró que había un defecto sustantivo
y procesal vinculado a la interpretación de una póliza de seguros, pues en opinión
de la Corte no se dio una interpretación de conjunto, lo que condujo a concluir que
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

la estipulación contractual era ambigua y por ello a aplicar el artículo 1624 inciso
primero del Código Civil. Lo anterior constituyó una violación al debido proceso.

2.7 Recurso extraordinario de revisión

El recurso extraordinario de revisión procede contra los laudos arbitrales o contra


las sentencias que deciden el recurso de anulación. De dicho recurso conoce en

2
principio la Corte Suprema de Justicia. Cuando en el proceso haya intervenido una UNIDAD

entidad pública o un particular que ejerce funciones administrativas del recurso


de revisión conoce la Sección Tercera del Consejo de Estado.

120
Sentencia SU-500 de 2015.
1
CAPÍTULO

Las causales que pueden ser invocadas son las previstas en el Código General del
Proceso. Lo anterior incluso si del recurso conoce la jurisdicción de lo contencioso
administrativo

En cuanto se refiere a la causal de indebida representación o falta de notificación


establece la ley que la misma no puede ser invocada por quien tuvo la oportunidad
de interponer el recurso de anulación. Lo anterior porque desde el punto de vista
de procedimiento, atentaría contra los principios del mismo que quien puede in-
terponer un recurso, si no lo hace pudiera invocar otro. Por consiguiente, la falta
de notificación o indebida representación sólo puede ser alegada por quien no
estuvo en el proceso en el que se profirió el laudo.

Vale la pena señalar que de conformidad con la jurisprudencia de la Corte Su-


prema de Justicia no puede interponerse recurso de anulación contra un laudo
arbitral invocando como causal de nulidad la originada en la sentencia, pues dicha
causal procede cuando contra esta no procede recurso alguno y contra el laudo
arbitral procede recurso de anulación121.

Igualmente ha existido discusión acerca de la posibilidad de atacar a través de


recurso de revisión la sentencia de un tribunal superior que decide un recurso de
anulación, por incompetencia funcional cuando excede el marco en el que debe
decidir la anulación. En sentencia del 21 de julio de 2005122 reiterando jurispru-
dencia anterior la Corte indicó que la nulidad de la sentencia por incompetencia
funcional “puede en efecto derivar de un exceso injustificado en el ejercicio de las
atribuciones que al juzgador le es dado cumplir en dicho acto, y esto es justamen-
128 te lo que pasa cuando un Tribunal Superior que conoce del recurso de anulación
interpuesto contra un laudo arbitral… franquea los precisos límites de una com-
petencia legal estricta”. Recientemente la Corte Suprema de Justicia ha adoptado
una posición distinta y ha considerado que en estos casos no procede el recurso
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

de revisión123.

La ley aclara el tratamiento que debe darse en caso de que prospere el recurso
extraordinario de revisión, previendo al efecto que en tal caso la autoridad judicial
dictará la sentencia que en derecho corresponda.

Así las cosas, a pesar de que exista un pacto arbitral, el legislador para lograr la
eficiencia en la administración de justicia, previó que el juez de la revisión dictaría

2
UNIDAD
121
Sala de Casación Civil. Providencia del 20 de junio de 2018 Radicación n.° 11001-02-03-000-2017-
02098-00
122
Referencia.: Expediente No. 1101-02-03-000-2004-00034-01
123
Sala de Casación Civil. Providencia del 10 de octubre de 2016, Radicación n.°11001-02-03-000-
2013-02839-00
la sentencia de reemplazo. Es importante destacar que el laudo que se revisa puede
ser en derecho o en equidad, no obstante, en todo caso la ley precisa que el juez de
revisión dictará la sentencia que en derecho corresponda.

Por lo demás igualmente de acuerdo con el Código General del Proceso en la sen-
tencia que invalide la revisada se resolverá sobre las restituciones, cancelaciones,
perjuicios, frutos, mejoras, deterioros y demás consecuencias de dicha invalidación.

129

El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

2
UNIDAD
1
CAPÍTULO

Jurisprudencia
J
Corte Constitucional
Sentencia C-145-98.
Sentencia C-1038 de 2002.
Sentencia SU-174 de 2007.
Sentencia T-1031 de 2007.
SU- 500 de 2015.
SU-556 de 2016.

Corte Suprema de Justicia


Sentencia del 9 de septiembre de 1921 G.J. tomo XXIX, página 27.
Sala de Casación Civil. Auto del 14 de julio de 1983.
Sentencia del 24 de junio de 1992.
Sala de Casación Civil del 22 de julio de 2009.
Radicación:110010326000200800064 00 Expediente: 35.564.
Sala de Casación Civil. 19 de diciembre de 2011. Ref: Exp.
1100102030002008-01760-00.
Sala de Casación Civil, Sentencia del 9 de mayo de 2017,
Radicación n° 11001-31-03-019-2008-00247-01.

Corte Suprema de Justicia


Sala de Casación Civil sentencia del 21 de julio de 2005. Ref.:
Expediente No. 1101-02-03-000-2004-00034-01.
Sala de Casación Civil. Providencia del 10 de octubre de 2016,
Radicación n.°11001-02-03-000-2013-02839-00.
Sala de Casación Civil. Providencia del 20 de junio de 2018.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2017-02098-00.

130 Consejo de Estado


Sección Tercera. Sentencia del 16 de junio de 1997, expediente
10883.
Sección Tercera. Sentencia del 7 de septiembre 2001
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

Radicación número: 25000-23-26-000-2000-0619-01 ACU-935.


Sección Tercera. Sentencia del 6 de junio de 2002 Referencia
Expediente No 11001-03-26-000-2001-0034-01 20634.
Sala de Consulta y del Servicio Civil. Concepto C.E. 1408 de 2002.
Sección Tercera, Sentencia del 26 de febrero de 2004,
Expediente 25094.
Sección Tercera. Sentencia del 25 de noviembre del 2004.
Radicación número: 11001-03-26-000-2003-0055-01(25560).
Sección Tercera. Sentencia de 4 diciembre 2006, Exp. 32.871.
Sección Tercera. Sentencia de 16 de marzo de 2005, expediente

2
UNIDAD 27.934.
Sección Tercera. 7 de febrero de 2008 Radicación
11001032600020070001700 Referencia: 33.811.
Sección Tercera. Sentencia del 18 febrero de 2010 Exp. 37.004
Radicación: 110010326000200900058 00.
Sección Tercera. Sentencia de 23 de junio de 2010, expediente
18.395.
Sección Tercera Sentencia del 10 de junio de 2009, Expediente
J Radicado al No.1100 103260002008-00032-00 (35.288).
Sección Tercera. 21 de febrero de 2011. Radicación: 11001-03-
26-000-2010-00025-00 (38.621).
Sección Tercera. 5 de julio de 2012. Referencia 110010326000
2011 00019 01 expediente 40718.
Sección tercera. Sentencia de 18 de abril de 2013, expediente
85001-23-31-000-199800135-01 (17859).
Sección Tercera. Sentencia del 6 de junio de 2013 expediente
11001-03-26-000-2013-00003-00(45922).
Sección Tercera. Sentencia del 10 de diciembre de 2015.
Expediente 11001-03-26-000-2015-00031-00.
Sección Tercera. Sentencia del 13 de mayo de 2015. Radicación:
11001-03-26-000-2014-00162-00 (52.556).
Sección Tercera. 21 de julio de 2016, Expediente: 55.477 y 31
de octubre de 2016 expediente 1001-03-26-000-2016-00099-
00(57422)A.
Sección tercera. Sentencia del 18 de abril de 2017 expediente
50001-23-33-000-2015-00667 01(58461).
Sección Tercera. Sentencia del 26 de abril de 2017 expediente
11001-03-26-000-2016-00047-00(56661).
Sección Tercera. Sentencia del 24 de abril de 2017
RADICACIÓN: 11001-03-26-000-2017-00007-00 (58.527).
Sección Tercera. Sentencia del 27 de noviembre de 2017.
11001-03-26-000-2017-00122-00.
Sección Tercera. Auto del 23 de enero de 2018, Exp. 11001-03-
26-000-2017-00058-00(59216).
Sección Tercera. Auto del 2 de marzo de 2018. Radicación
11001-03-26-000-2018-00011-00(60716).
Sección Tercera. Sentencia del 23 de abril de 2018 Radicación
número: 11001-03-26-000-2017-00106-00 (59731). 131
Tribunal Superior de Bogotá
Sentencia del 10 de marzo de 2010 referencia 00-09-01082-00.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

2
UNIDAD
1
CAPÍTULO

Actividades pedagógicas
Ap
Discuta los siguientes casos:
a. Se inicia un proceso ejecutivo para cobrar una cláusula
penal prevista en un contrato. En el proceso ejecutivo se
invoca la excepción de cláusula compromisoria. Durante
el traslado, la demandante no hace manifestación alguna.
Considera que ¿debe prosperar la excepción? Si se niega la
excepción y posteriormente se acredita que el demandado
ha iniciado un proceso arbitral, ¿Qué debe ocurrir con el
proceso ejecutivo?

b. Las partes de común acuerdo nombran como árbitro


único a una persona que en cumplimiento del deber de
información revela que hace año y medio fue profesor
en un posgrado al cual era alumno uno de los apoderados
en el proceso arbitral. La contraparte manifiesta que ello
afecta la imparcialidad e independencia del árbitro. Ante
tal situación, el centro de arbitraje remite la actuación a
la oficina de reparto de Bogotá. ¿Qué trámite debe darse a
dicha manifestación?, ¿Cómo debe decidir el juez a quien
corresponda?
c. En un proceso iniciado por un contratista contra un
ministerio las partes nombran el árbitro único de común
acuerdo. El árbitro manifiesta que no tiene nada que revelar.
La demandada sostiene que el árbitro está impedido porque
no reveló que él es demandante en un proceso contra la
Nación. ¿Considera usted que el árbitro incumplió con los
deberes propios de los artículos 15 y/o 16 de la Ley 1563 de
2012?
132
d. En un proceso iniciado por un concesionario contra la
Agencia Nacional de Infraestructura, las partes no llegan
a un acuerdo para designar árbitros. El centro de arbitraje
donde se presentó la solicitud remite copia de la misma
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

para su reparto entre los jueces administrativos. ¿Qué


trámite debe seguirse?, ¿Qué sucede si la ANI sostiene que
la controversia no puede someterse a arbitraje porque no
está incluida en el pacto arbitral o que el pacto arbitral es
nulo?

e. Se presenta una demanda ante un juez administrativo.


En dicha demanda se señala que en el contrato a la que
la misma se refiere, se pactó una cláusula compromisoria.
Así mismo se indica que por ello se presentó una solicitud

2
UNIDAD
de arbitraje y se invocó el amparo de pobreza. Se agrega
que constituido el tribunal arbitral el mismo admitió la
demanda, reconoció el amparo de pobreza. La entidad
demandada contestó la demanda. Durante el término
previsto para consignar los honorarios, ninguna de las
partes lo hizo. El Demandante manifestó que no lo hacía
porque estaba amparado por pobre y carecía de recursos
para ello. A la fecha de presentación de la demanda ante
el juez administrativo se acaba de cumplir el término de
Ap caducidad. La Demandante sostiene que debe reconocerse
la fecha en que presentó la demanda arbitral.

f. En un proceso arbitral en que se discute el incumplimiento


de un contrato de construcción y se reclama el pago de la
cláusula penal, se solicita se decrete como medida cautelar
atípica el embargo y secuestro de la maquinaria en la obra.
El tribunal decreta la medida cautelar y comisiona al juez
civil municipal para su cumplimiento Durante la diligencia
el Demandado se opone señalando que esa medida cautelar
no puede decretarse en un proceso arbitral. ¿Cómo debe
procederse?

g. Se profiere un laudo arbitral en un proceso iniciado por


la ANI en el cual se condena al contratista y a sus socios.
¿Cómo se puede ejecutar este laudo?, ¿Ante qué juez?,
¿Qué sucede si uno de los socios condenados formula como
excepción que el laudo no le es aplicable porque él nunca
fue notificado en el proceso arbitral?

133

El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

2
UNIDAD
1
CAPÍTULO

Autoevaluación

Ae Selección múltiple, marque con una X la respuesta que


considere correcta:
1. Una persona nombrada como árbitro omite revelar que en
los dos (02) últimos años, estuvo en una reunión profesional
en que intervino uno de los apoderados de las partes. En el
curso del proceso durante una audiencia un testigo revela
este hecho.
a. La omisión no tiene trascendencia.
b. La omisión implica que el árbitro está impedido y puede
ser recusado.
c. La omisión da lugar a que cuando se conozca se puedan
formular dudas sobre su imparcialidad o independencia.
d. La omisión da lugar a la nulidad del laudo.
2. En un proceso iniciado por un contratista contra una enti-
dad estatal el árbitro único omite revelar que hace un año
su hijo terminó una relación sentimental que tenía con la
apoderada de la entidad pública. Cuando se conoce, una de
las partes formula una recusación. La recusación debe ser
decidida:
a. Por el Centro de Arbitraje y Conciliación donde se
presentó la solicitud.
b. Por el juez civil del circuito.
c. Por el juez administrativo.
d. Por el juez civil municipal.
3. En una cláusula compromisoria pactada en un contrato
134 entre una entidad estatal y un particular se estipula que
el arbitraje se desarrollará de conformidad con el Regla-
mento del Centro de Arbitraje y Conciliación de (la ciudad
donde se desarrolle la dinámica). Las partes no llegan a un
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

acuerdo para nombrar el árbitro único. El árbitro debe ser


nombrado:
a. Por el juez civil del circuito del domicilio del demandado.
b. Por el juez civil del circuito del centro de arbitraje y
conciliación que se pactó en el contrato.
c. Por el juez civil municipal del centro de arbitraje y
conciliación que se pactó en el contrato.
d. Por el juez administrativo del centro de arbitraje que se
pactó en el contrato,

2
UNIDAD
4. No puede ser nombrado por las partes árbitro para decidir
en derecho:

Ae a. Un abogado de nacionalidad venezolana con tarjeta


profesional expedida por el Consejo Superior de la
Judicatura.
b. Un abogado que no aparece en la lista de árbitros del
centro de arbitraje donde se presentó la solicitud.
c. Un abogado titulado pero que no ha obtenido la tarjeta
profesional.
d. Un abogado mayor de sesenta y cinco años.
5. Cuando se expide una póliza de cumplimiento para asegu-
rar un contrato que contiene una cláusula compromisoria:
a. La cláusula solo vincula a las partes en el contrato.
b. La cláusula vincula a la aseguradora.
c. La cláusula vincula a la aseguradora cuando es llamada
en garantía.
d. La cláusula vincula a la aseguradora salvo que ella
manifieste que no acepta.
6. Se inicia un proceso arbitral. La demandada inicia un pro-
ceso ejecutivo ante un juez civil para reclamar el pago de la
cláusula penal
a. Los dos procesos pueden desarrollarse hasta su
finalización.
b. El proceso en que primero se haya notificado el auto
admisorio o el mandamiento de pago prevalece.
c. El proceso ante la jurisdicción ordinaria prevalece
cuando el tribunal superior haya confirmado la compe-
tencia del juez civil. 135
d. El proceso arbitral prevalece cuando los árbitros se
hayan declarado competentes. El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

7. Los jueces pueden en relación con el arbitraje:


a. Practicar pruebas en desarrollo de la comisión conferida
por el tribunal arbitral
b. Practicar medidas cautelares en desarrollo de la comi-
sión conferida por el tribunal arbitral.
c. Ejecutar los laudos arbitrales.
d. Todas las anteriores.

2
UNIDAD
1
CAPÍTULO

Bibliografía
B
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y la función arbitral. Tomo I. Vol I Naturaleza de la Función
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tica de litigio Arbitral. Tomo II Vol. I. Estructura del Proceso
y estrategia del litigio. Tomo II Vol. II. Aspectos Contractuales
y Procesales. 2017.
Eduardo Silva Romero, Fabricio Mantilla Espinosa (Coord.)
136 EL Contrato de Arbitraje. Ed Legis. Universidad del Rosario.
Bogotá. 2005.
El Proceso Arbitral (el procedimiento y el laudo)

2
UNIDAD
Marco General del Arbitraje Internacional

UNIDAD
Arbitraje

1
Internacional
CAPÍTULO
2
UNIDAD

1
Marco General del Arbitraje Internacional
Og Objetivo General

Mostrar el marco conceptual y teórico del arbitraje


internacional, con el fin que los estudiantes entiendan la
figura y sus diferencias con la justicia tradicional y el arbitraje
nacional.

Objetivos Específicos
Oe
•• Conocer el desarrollo jurídico y jurisprudencial en
Colombia entorno al arbitraje internacional.
•• Entender el alcance del principio de la autonomía de
la voluntad en materia de arbitraje internacional.
•• Estudiar el pacto arbitral y las cláusulas patológicas con
el fin de entender su funcionamiento y limitaciones.
•• Entender los criterios con los cuales se califica un
arbitraje internacional.

139

Marco General del Arbitraje Internacional

1
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Arbitraje Internacional

Marco General
del Arbitraje
ITERNacional

Arbitraje Comercial Arbitraje de Inversión

Pacto Arbitral Procedimiento Sede del


Arbitraje
Cláusulas Reglamentos
Patológicas de los Centros
Laudo

Reconocimiento Acción de Anulación


de Laudos Tutela Causales
140 Trámite
Marco General del Arbitraje Internacional

1
UNIDAD
1. MARCO GENERAL DEL ARBITRAJE INTERNACIONAL 143

1.1 Criterios para determinar cuándo un arbitraje es


internacional143
1.1.1 La aplicación de los criterios de internacionalidad y
Co el tránsito de la legislación en el tiempo 144
1.1.2 Los criterios para determinar la internacionalidad 146
1.1.2.1 Primer criterio. El domicilio de las partes 146
1.1.2.2 Segundo criterio. El lugar del cumplimento de una parte sustancial
de las obligaciones o el lugar con el cual el objeto del litigio tenga
una relación más estrecha, está situado fuera del Estado en el cual
las partes tienen sus domicilios 148
1.1.2.3 Tercer criterio: La controversia sometida a decisión arbitral afecte
los intereses del comercio internacional 150

1.2 Clases de arbitraje internacional 152


1.2.1 Arbitraje entre estados, arbitraje comercial internacional,
arbitraje de inversión 152
1.2.2 Arbitraje Institucional y arbitraje ad hoc 152

1.3 El marco normativo 153

1.4 Los criterios de interpretación de la ley 157

1.5 El papel de la autonomía privada 158


141
1.6 El pacto arbitral 158
1.6.1 La ley aplicable al pacto arbitral 158
1.6.2 Elementos del pacto arbitral 160
1.6.2.1 Capacidad 161
Marco General del Arbitraje Internacional

1.6.2.2 Consentimiento 161


1.6.2.3 Objeto 162
1.6.3 La interpretación del pacto 166
1.6.4 Cláusulas patológicas 164
1.6.5 Efectos del pacto arbitral. 169
1.6.5.1 Efectos entre las partes y frente a terceros 169
1.6.5.2 Efectos frente a los jueces 169

1
UNIDAD

1.7 Regulación del proceso arbitral 170


1.7.1 El régimen de la Ley 1563 de 2012 170
1.7.2 Inaplicabilidad del Código de Procedimiento Administrativo
y de lo Contencioso Administrativo y del Código General del
Proceso 171

1.8 La sede del arbitraje 171

1.9 Integración del tribunal arbitral 172


1.9.1 Deberes de los árbitros 173
1.9.2 La recusación del árbitro 174
1.10 Principio de la competencia 178
Jurisprudencia 181
Actividades pedagógicas 182
Autoevaluación 183
Bibliografía 186
MARCO GENERAL
DEL ARBITRAJE INTERNACIONAL 1
1.1 Criterios para determinar cuándo un arbitraje es
internacional
En la medida en que la Ley 1563 de 2012, consagró un sistema dualista en mate-
ria arbitral, estableciendo unas reglas para el arbitraje nacional y otras para el
arbitraje internacional, es necesario distinguir cuando un arbitraje es nacional o
internacional.

A tal efecto la ley estableció tres criterios para determinar cuándo el arbitraje es
internacional, los cuales tienen dos orígenes: los dos primeros provienen de la ley
modelo de Uncitral, en tanto que el último es tomado del derecho francés.

Por lo que se refiere a los criterios de la ley modelo de Uncitral la ley no tomó en
cuenta todos los criterios propuestos por aquella. Lo anterior teniendo en cuenta
la sentencia C-347 de 1997, en la cual la Corte declarar la inconstitucionalidad de 143
una parte del artículo 4º de la Ley 315 de 1996, señaló que no se puede acudir a un
arbitraje internacional “sin que exista en la controversia un elemento extranjero”124

El artículo 62 de la ley establece que el arbitraje es internacional cuando se cumple


Marco General del Arbitraje Internacional

uno de los tres criterios incluidos en este artículo. Lo anterior implica que no cabe la
posibilidad de que las partes pacten que el arbitraje es internacional, si no se cumplen
los supuestos de la ley. Así mismo, no se puede excluir el carácter internacional de un
arbitraje por la voluntad de las partes si se cumplen los criterios que establece la ley.

La circunstancia de que las partes no puedan acordar cuál es el carácter del ar-
bitraje, es sin perjuicio de que ellas acuerden el procedimiento aplicable. Así, por

1
ejemplo, en un arbitraje nacional, en que ninguna de las partes sea una entidad UNIDAD

124
La ley no incluyó los siguientes criterios: que el arbitraje sea internacional porque la sede del arbitraje
esté situada fuera del Estado en que las partes tiene su domicilio o que las partes han convenido expresa-
mente que la cuestión objeto del acuerdo de arbitraje está relacionada con más de un Estado. Lo anterior
porque en estos casos el carácter internacional depende de la voluntad de las partes y no de la presencia
real de un elemento extranjero.
2
CAPÍTULO

pública, sería posible por acuerdo de las partes aplicar el procedimiento previsto
por la propia ley para el arbitraje internacional. Igualmente, en un arbitraje in-
ternacional las partes pueden acordar que el procedimiento del arbitraje se su-
jete a las normas de la Ley 1563 para el arbitraje nacional. Tal situación ya se ha
presentado en Colombia125. En todo caso, el arbitraje seguirá siendo nacional o
internacional, según su naturaleza, y por ello, la intervención del juez competente
se hará de conformidad con las normas correspondientes. Por consiguiente, si el
arbitraje nacional se tramita como si fuera internacional, en todo caso es nacional
y por ello, las causales del recurso de anulación serán las previstas para el arbitraje
nacional y el juez competente será el tribunal superior de distrito de la sede del
arbitraje. Si el arbitraje es internacional y se tramitó bajo las normas del arbitraje
nacional, las causales del recurso de anulación serán las del arbitraje internacional
y el juez competente será la Corte Suprema de Justicia.

Adicionalmente, en el arbitraje nacional lo que pueden pactar las partes es el pro-


cedimiento aplicable, pero no la norma sustancial aplicable, que será la ley Colom-
biana. Por el contrario, en el arbitraje internacional la norma sustancial aplicable
será la que convengan las partes y si no lo hacen la que determine el tribunal
arbitral.

1.1.1 La aplicación de los criterios de internacionalidad y el tránsito


de la legislación en el tiempo
Uno de los problemas que han surgido en materia de arbitraje internacional es la
aplicación de la ley en el tiempo de los criterios que establece la Ley 1563 de 2012,
particularmente si se tiene en cuenta que, si bien la ley anterior establecía crite-
144 rios semejantes a los que consagra la Ley 1563, disponía igualmente que el arbitraje
era internacional cuando se hubiere pactado. La Ley 1563 no exige que se pacte.

Es claro que si el pacto arbitral se celebra con posterioridad a la entrada en vigen-


cia de la Ley 1563 y se cumplen los criterios de internacionalidad el arbitraje será
Marco General del Arbitraje Internacional

internacional, sin que se requiera que la partes así lo hayan estipulado.

Sin embargo, ha existido discusión cuando el pacto arbitral se celebró con anterio-
ridad a la entrada en vigencia de la Ley 1563 de 2012. En este punto se oponen dos
tesis. La primera que parte de la base de la naturaleza convencional del pacto arbi-
tral, y la segunda que se funda en el carácter procesal del procedimiento arbitral.

1
UNIDAD
125
Así en sentencia del 18 de abril de 2017 (Radicación n° 11001-0203-000-2016-01312-00) la Corte
Suprema de Justicia decidió un recurso de anulación contra un laudo internacional que se profirió en un
proceso en el cual en el pacto arbitral se había estipulado según señala la sentencia de la Corte que “no
existiendo norma imperativa en la sección tercera del Estatuto de Arbitraje Nacional e Internacional, «se
aplicarán de manera subsidiaria las normas del arbitraje local contenidas en la Ley 1563 de 2012, y en
su defecto las del Código General del Proceso, siempre y cuando no pugnen con los principios generales
que rigen el arbitraje internacional»”.
De conformidad con la primera, en la medida en que el pacto arbitral es un nego-
cio jurídico, el mismo se sujeta a la ley vigente cuando se celebró. Por consiguiente,
si en la época en que se celebró el pacto para que el mismo diera lugar a un arbi-
traje internacional era necesario una estipulación en tal sentido, debe entenderse
que, si no se dijo nada, el arbitraje es nacional.

Por el contrario, la visión procesal parte de la base que el artículo 38 de la Ley 153 de
1887, dispone que “En todo contrato se entenderán incorporadas las leyes vigentes
al tiempo de su celebración”, pero al mismo tiempo establece una excepción en el
numeral 1º para “Las leyes concernientes al modo de reclamar en juicio los dere-
chos que resultaren del contrato,…”, las cuales se sujetan entonces al principio del
efecto general inmediato de la ley, como lo dispone el artículo 40 de la citada Ley
153 de 1887, que fue modificado por el artículo 624 del Código General del Proceso.
Por consiguiente, como el arbitraje es el modo de reclamar los derechos el mismo
debe sujetarse a la ley vigente cuando se adelanta, por lo que, si se inicia bajo la vi-
gencia de la Ley 1563 de 2012, y se cumplen las condiciones que establece la ley para
calificar el arbitraje de internacional, son dichas reglas las que deben aplicarse.

De conformidad con la primera, en la medida en que el


pacto arbitral es un negocio jurídico, el mismo se sujeta a la
ley vigente cuando se celebró.

La solución que se adopte es importante por las consecuencias que tiene el que un
arbitraje sea nacional o internacional. En efecto, las diferencias se refieren, entre
otras, a quienes pueden ser árbitros y apoderados; cómo se integra el tribunal ar- 145
bitral; si hay plazo legal para la duración del proceso arbitral; cuál es el contenido
de la solicitud arbitral y cuándo se presenta la demanda; cuál es el trámite mismo
del proceso; en qué hipótesis se puede de acudir al juez para diferentes propósitos;
la prueba; las medidas cautelares; las causales del recurso de anulación y el juez
Marco General del Arbitraje Internacional

competente para ello.

La Corte Suprema de Justicia en sentencia del 15 de enero de 2019126 se pronunció


sobre dicho punto y precisó que en los procesos arbitrales que se iniciaran a partir
de la Ley 1563 de 2012 no se puede exigir que en el pacto mencionado se haya indi-
cado que el arbitraje es internacional, lo anterior como “consecuencia del alcance
procesal que tiene la norma en cita, es claro que perdió vigencia con la expedición

1
de la Ley 1563, la cual entró a gobernar de manera inmediata la materia”. Por otra UNIDAD

parte, en todo caso aclaró que, bajo la ley anterior, la Ley 315 de 1997, no podía
entenderse que dicho requisito fuera necesario para la eficacia del pacto arbitral,
pues no se trataba de una norma sustancial sino adjetiva.

126
Radicación n.° 11001-02-03-000-2016-03020-00
2
CAPÍTULO

1.1.2 Los criterios para determinar la internacionalidad


1.1.2.1 Primer criterio. El domicilio de las partes
El artículo 62 de la Ley 1563, establece que el arbitraje es internacional cuando:
“a) Las partes en un acuerdo de arbitraje tengan, al momento de la celebración de
ese acuerdo, sus domicilios en Estados diferentes;”

Agrega que “1. Si alguna de las partes tiene más de un domicilio, el domicilio será el
que guarde una relación más estrecha con el acuerdo de arbitraje.” (se subraya) Así
mismo señala que “2. Si una parte no tiene ningún domicilio, se tomará en cuenta
su residencia habitual.”

Lo primero que debe observarse es que la Ley 1563 en este punto modificó la re-
dacción de la Ley Modelo de Arbitraje Comercial Internacional de Uncitral (en
adelante la ley modelo).

La ley modelo dispone en lo pertinente que un arbitraje es internacional si: “a)


las partes en un acuerdo de arbitraje tienen, al momento de la celebración de ese
acuerdo, sus establecimientos en Estados diferentes”. Agrega la ley modelo que “a)
si alguna de las partes tiene más de un establecimiento, el establecimiento será el
que guarde una relación más estrecha con el acuerdo de arbitraje;b) si una parte
no tiene ningún establecimiento, se tomará en cuenta su residencia habitual” (se
subraya).

De esta manera, hay una diferencia entre el texto de la ley colombiana y la ley
modelo, pues la primera se refiere a que las partes tengan su domicilio en estados
146 diferentes, al paso que la segunda alude a que las partes tengan sus establecimien-
tos en estados distintos.

Si se examina la historia de la ley se encuentra que dicho cambio no obedeció al


deseo de modificar la regulación de la ley. Así en la ponencia para primer debate
Marco General del Arbitraje Internacional

del proyecto de ley consta que se consideró “lo más prudente y sensato, acoger los
estándares internacionales sobre la materia con el fin de prevenir inconsistencias
o asimetrías frente a las disposiciones generalmente aceptadas a nivel internacio-
nal en otras jurisdicciones”. La explicación del cambio de la expresión estableci-
miento por domicilio obedecería al hecho de que la ley colombiana se refiere al
concepto de establecimiento de comercio, el cual tiene una noción específica que
no corresponde al concepto de establecimiento empleado por la ley modelo. No

1
UNIDAD sobra señalar que la Ley 315 de 1996, al definir los criterios de internacionalidad,
ya había utilizado también la expresión domicilio en lugar de establecimiento, y
bajo dicha ley se había señalado como una explicación del cambio el hecho de que
la Ley 315 no restringía su campo de aplicación a las controversias comerciales,
como lo hace la ley modelo, por lo cual se dijo, se sustituye el concepto de estable-
cimiento, “que es de contenido comercial, por haber eliminado la restricción, y en
su lugar se adoptó el concepto de domicilio, que es general y comprende tanto lo
civil como lo comercial”127.

Si no se quiso entonces cambiar el concepto básico, debe partirse del concepto de


establecimiento en la ley modelo. Ahora bien, la historia de la misma muestra que
se quiso adoptar el concepto de establecimiento el criterio de la Convención de Vie-
na sobre compraventa internacional. Esta solución de la ley modelo en materia de
arbitraje busca la coherencia del régimen de derecho internacional privado, pues si
una compraventa es internacional porque se celebra entre personas que tienen sus
establecimientos en estados diferentes. Igualmente, el arbitraje que se adelanta para
resolver una controversia sobre dicho contrato debe considerarse internacional

En relación con este aspecto la doctrina internacional128 precisa que el estableci-


miento es el lugar donde está localizado el centro de la actividad de negocios, lo
que se vincula con el Estado en el cual el negocio es dirigido, siempre que quien
está allí tenga un poder autónomo, elemento clave en la definición. Si se revisan
las decisiones judiciales sobre estos criterios se aprecia que bajo la perspectiva de
la Convención de Viena no se considera un establecimiento las oficinas de una
empresa que no tienen la capacidad de decidir el negocio y contratar, y tampoco
las instalaciones meramente transitorias.

Por lo demás el concepto de domicilio del Código Civil implica una estabilidad y no
una presencia transitoria. En efecto, de conformidad con el artículo 76 el domicilio
es la residencia, acompañada del ánimo de permanecer en ella, o es el lugar donde
un individuo “ejerce habitualmente su profesión u oficio, determina su domicilio
civil o vecindad” (artículo 78). No lo es el lugar donde se está de manera accidental. 147
Además se presume “el ánimo de permanecer y avecindarse en un lugar, por el
hecho de abrir en él tienda, botica, fábrica, taller, posada, escuela y otro estable-
cimiento durable, para administrarlo en persona;…” (artículo 80 ibidem). En el
caso de las sociedades las mismas tienen un domicilio principal, pero igualmente
Marco General del Arbitraje Internacional

tienen un domicilio en sus sucursales. En particular las sociedades extranjeras con


negocios permanentes deben abrir una sucursal con domicilio en Colombia (artí-
culo 471 del Código de Comercio).

Ahora bien, puede ocurrir que una persona tenga varios domicilios, unos en Co-
lombia y otros en el exterior, y surge entonces la pregunta acerca de cuál debe

1
127 UNIDAD
Marco Gerardo Monroy Cabra. Arbitraje Comercial Nacional e Internacional. 2ª ed. Legis, Bogotá,
1998, P. 252.
128
Allison E. Butler “Place of Business”: Comparison between Provisions of the CISG (Article 10) and Coun-
terpart Provisions of UNIDROIT (Article 1.10) August 2004. Disponible en http://www.cisg.law.pace.
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html. John O. Honnold, Uniform Law for International Sales, 3rd ed., Kluwer (1999) P. 132.
2
CAPÍTULO

tomarse en cuenta para determinar si el arbitraje es internacional. Algunas per-


sonas han sostenido que en el caso de sucursales en Colombia debe tomarse en
cuenta el domicilio principal de la sociedad, lo que conduciría a que los arbitrajes
de contratos que se celebren con sucursales de empresas extranjeras con personas
colombianas siempre se consideraran internacionales.

Sin embargo, tal no parece ser el criterio de la ley, por cuanto el artículo 62 de
la ley expresamente contempla la posibilidad de que una parte tenga más de un
domicilio y a tal efecto dispone que “el domicilio será el que guarde una relación
más estrecha con el acuerdo de arbitraje”. La ley no impone tomar en cuenta el
domicilio principal.

En este punto debe destacarse que existe una diferencia entre el criterio de la
Convención de Viena sobre compraventa internacional y el de la ley modelo de
arbitraje cuando hay varios establecimientos, pues el primero (artículo 10 de la
Convención, Ley 518 de 1999) hace referencia al establecimiento que tiene relación
más estrecha con el contrato y su cumplimiento, en tanto que el segundo (artículo
62 de la Ley 1563 de 2012) alude a la relación más estrecha con el acuerdo de arbi-
traje, lo que implica tomar en cuenta exclusivamente su celebración.

De esta manera, en materia de arbitraje cuando hay varios establecimientos o


domicilios para determinar aquel que tiene la más estrecha relación se toma en
cuenta el lugar donde se toman las decisiones y se celebra el acuerdo de arbitraje,
y no se toman en cuenta aquellas oficinas que simplemente sirven de enlace o
representación. Tampoco se parte de la base que el establecimiento tiene que ser
148 el lugar de constitución o incorporación de la empresa.

Por consiguiente, en un contrato entre una empresa colombiana y una extranjera,


si el pacto arbitral se celebró con las oficinas principales de la empresa extranjera
en el exterior, a la luz de la Ley 1563 el arbitraje es internacional, así el contrato se
Marco General del Arbitraje Internacional

ejecute en Colombia

1.1.2.2 Segundo criterio. El lugar del cumplimiento de una parte sustancial de


las obligaciones o el lugar con el cual el objeto del litigio tenga una relación
más estrecha, está situado fuera del Estado en el cual las partes tienen sus
domicilios
El artículo 62 en lo pertinente establece como segundo criterio para calificar de

1
UNIDAD internacional un arbitraje que “b) El lugar del cumplimiento de una parte sus-
tancial de las obligaciones o el lugar con el cual el objeto del litigio tenga una
relación más estrecha, está situado fuera del Estado en el cual las partes tienen
sus domicilios;”
En relación con este criterio lo primero que debe observarse es que el mismo con-
tiene dos reglas distintas: la primera, que “el lugar del cumplimiento de una parte
sustancial de las obligaciones…está situado fuera del Estado en el cual las partes
tienen sus domicilios”, y la segunda, que “el lugar con el cual el objeto del litigio
tenga una relación más estrecha, está situado fuera del Estado en el cual las partes
tienen sus domicilios”.

En cuanto se refiere a la primera regla en el Reporte de la Secretaría General de


Uncitral sobre el proyecto de ley modelo se señaló129 que este elemento puede pre-
sentarse en el caso en el que dos partes ubicadas en un país concluyen un acuerdo
para distribución en un mercado extranjero o cuando un contratante emplea a un
subcontratista para ejecutar ciertas partes de un proyecto de construcción en el
exterior. Agregó la Secretaría que como el acuerdo arbitral puede cubrir cualquier
disputa vinculada con la relación no es necesario que la disputa misma se refiera
al elemento internacional.

La segunda regla que se deriva del criterio que se analiza toma en cuenta que el “lugar
con el cual el objeto del litigio tenga una relación más estrecha, está situado fuera del
Estado en el cual las partes tienen sus domicilios”. En este caso es posible que la parte
sustancial de las obligaciones derivadas del contrato se ejecute en el mismo lugar en
que las partes tienen sus establecimien-
tos, pero la controversia se refiera al Finalmente, en relación con
cumplimiento de una obligación que no
los criterios de la ley modelo
era la parte sustancial del contrato y la
misma tiene una relación más estrecha
se debe señalar que el
con otro estado, porque se ejecutó allí. En elemento internacional debe
149
tal caso la controversia sobre este asunto tener importancia en el caso
dará lugar a un arbitraje internacional. concreto.
Finalmente, en relación con los criterios de la ley modelo se debe señalar que el
Marco General del Arbitraje Internacional

elemento internacional debe tener importancia en el caso concreto.

En este sentido la Corte Suprema de Justicia de Chile en un fallo del 28 de julio de


2008 señaló130: “no todo elemento extranjero transforma el caso en internacional,
sino que es menester que las consecuencias de los hechos demanden una regla-
mentación que corresponda a su carácter internacional. Por consiguiente, para
que se trate de un auténtico caso de derecho internacional, ese elemento extran-

1
jero debe ser relevante, esto es, importante o significativo”. UNIDAD

129
Report of the Secretary-General (A/CN.9/264) P. 13.
130
Mar lex Limitada con European Industrial Engineering, Corte Suprema de Chile, Rol 2026-2007, 28 de
julio de 2008. Disponible en http://adipri.cl/v1/wp-content/uploads/2014/07/CS2026-2007.pdf.
Consultada el 1 de febrero de 2019.
2
CAPÍTULO

1.1.2.3 Tercer criterio: La controversia sometida a decisión arbitral afecte los


intereses del comercio internacional
El tercer criterio adoptado por la Ley 1563 consiste en que “c) La controversia some-
tida a decisión arbitral afecte los intereses del comercio internacional”.

Este criterio es tomado del derecho francés, donde inicialmente fue formulado por
la jurisprudencia131 y posteriormente adoptado por el legislador132 y ha sido criti-
cado entre nosotros por su vaguedad. Sin embargo, si se examina la jurisprudencia
francesa se encuentra que en la mayoría de los casos su aplicación es muy clara.

Ha señalado la jurisprudencia francesa que el criterio que se analiza hace refe-


rencia a una “definición exclusivamente económica del arbitraje internacional de
conformidad con la cual es suficiente que el litigio sometido al árbitro se refiera a
una operación que no se desarrolla económicamente en un solo estado” 133.

Así mismo se ha dicho que “el carácter internacional del arbitraje debe ser deter-
minado en función de la realidad económica del proceso con ocasión del cual se
pone en marcha; a este respecto es suficiente que la operación económica realice
una transferencia de bienes, servicios o fondos a través de las fronteras; la nacio-
nalidad de las partes, la ley aplicable al contrato o al arbitraje, así como el lugar del
arbitraje son por el contrario inoperantes”134.

Por consiguiente, lo que importa es que la controversia objeto del arbitraje se re-
fiere a una operación que implica una transferencia de bienes, servicios o fondos
a través de una frontera.
150
Ahora bien, en un caso concreto pueden existir elementos que afecten el comercio
internacional y otros que no lo hagan. En la medida en que la ley sólo exige
que la controversia afecte los intereses del comercio internacional, y no que lo
haga exclusivamente, pueden existir otros elementos de carácter nacional en la
Marco General del Arbitraje Internacional

controversia, que no impiden que el arbitraje sea internacional. Así lo ha resuelto

131
El criterio aparece por primera vez en 1927 en las conclusiones del abogado general Matter en el
proceso Pélissier du Besset v. The Algiers Land and Warehouse Co. Ltd., D.P., Pt. I, at 25 en el que se dijo
sobre un contrato internacional: “Para que pueda ser así calificado, es necesario que el contrato produzca
un movimiento de flujo y reflujo más allá de las fronteras, de consecuencias reciprocas en un país y en
otro”. Posteriormente la jurisprudencia va a dejar de exigir el flujo y reflujo a través de las fronteras, para
limitarse a una transferencia.

1
132
El artículo. 1492 del Nuevo Código de Procedimiento Civil Francés dispone: “Es internacional el arbi-
UNIDAD
traje que pone en juego los intereses del comercio internacional”.
133
Sentencias de la Corte de Apelaciones de Paris, del 17 de enero de 2002, Revue d’arbitrage 2002.
P. 391, nota J.-B. Racine, y 14 junio de 2001, Revue d’arbitrage 2001. P. 805, 9e esp., obs. Y. Derains.
En el mismo sentido sentencia del 22 de noviembre de 2007.
134
Corte de Apelaciones de Paris (1re Ch. suppl.) del 14 de marzo de 1989, Société Murgue Seigle v.
société Coflexip.
la jurisprudencia francesa la que por ejemplo se pronunció en relación con un
arbitraje que versaba sobre tres contratos de coproducción de películas, dos de
ellos calificados de internacionales. Por acuerdo de las partes se adelantó un solo
arbitraje. La Corte consideró que se trataba de un arbitraje internacional, a pesar
de que uno de los contratos no era internacional. Señaló la Corte que un arbitraje
sólo puede ser objeto de una calificación sea la de internacional o interno135.

Sin embargo, el hecho de que exista un elemento internacional no le otorga tal


carácter al arbitraje, cuando tal elemento carece de relevancia.

Es importante destacar que en la aplicación del criterio que se examina no tiene


consecuencias que el contrato no haya sido ejecutado o que el movimiento de ser-
vicios o fondos a través de la frontera realmente no haya tenido lugar. Lo impor-
tante es que la operación controvertida envolviera una transferencia de esa clase.

Cuando se trata de un contrato que forma parte de un grupo de negocios jurídicos


la calificación de internacional de la operación puede resultar del conjunto136.

De esta manera se ha considerado que hay arbitraje internacional en numerosos ca-


sos en los que se venden bienes de un país otro; se prestan servicios en otro país; se
arrienda un inmueble que estaba destinado a permitir el ejercicio en Francia de la ac-
tividad de una compañía aérea extranjera; se celebra un contrato de obra por una en-
tidad pública con una empresa nacional y otra extranjera y financiado por un tercer
país137; o se celebra un contrato de licencia de transferencia de know how al exterior138.

En todo caso de acuerdo con el tercer criterio no es internacional un litigio relativo 151
a las condiciones de ejecución y terminación de un contrato celebrado en Francia
para la explotación de un establecimiento de comercio hotelero situado en París
entre dos sociedades francesas, aun cuando las mismas pertenecían a grupos ex-
tranjeros, porque la operación no implica en ella misma el movimiento de bienes,
Marco General del Arbitraje Internacional

servicios ni ningún pago a través de las fronteras y no pone en juego los intereses
del comercio internacional139 .

135
Corte de Apelaciones de Paris 29 marzo 2001, Carthago Films c/ Babel Productions, Rev. arb. 2001.
543, nota D. Bureau.
136
Corte de Apelaciones de París. Courrèges Design c/André Courrèges et autres, Revue d’arbitrage
1992. P. 110

1
137
Ministère tunisien de l’Equipement v. société Bec Frères, Corte de Apelaciones de Paris (1Ch. C), 24 de UNIDAD
febrero de 1994, Revue de l’Arbitrage, 1995, P. 277 – 289.
138
Société Casco Nobel France v. Sico inc. et Kansa, Corte de Apelaciones de Paris (1Ch. suppl.), 13 de
noviembre de 1992 Revue d’arbitrage 1993, P. 632.
139
Société CN France v. société Minhal France, Corte de Apelaciones de Paris (1Ch. C), 28 de noviembre
de 1996.
2
CAPÍTULO

1.2 Clases de arbitraje internacional


El arbitraje internacional puede corresponder a diversas categorías.

1.2.1 Arbitraje entre estados, arbitraje comercial internacional,


arbitraje de inversión
En primer lugar, el arbitraje internacional puede desarrollarse entre Estados. Es
una forma muy antigua para resolver controversias entre los sujetos de derecho
internacional público. Es de destacar, por ejemplo, que parte de los límites entre
Colombia y Venezuela fueron definidos a través de un laudo arbitral que profirió la
reina de España María Cristina de Austria el 16 de marzo de 1891.

Igualmente, un arbitraje entre estados puede desarrollarse para resolver contro-


versias originadas por el tratamiento otorgado en un estado a un nacional de otro
estado. Lo anterior en razón de la protección diplomática que un estado brinda
a sus nacionales. Es el caso del laudo proferido por el presidente Cleveland de los
Estados Unidos el 2 de marzo de 1897, por virtud del acuerdo celebrado entre Co-
lombia y el Reino de Italia, para resolver la controversia surgida por razón de la
privación de las propiedades del señor Cerruti en Colombia.

En estos casos el arbitraje busca resolver controversias de derecho internacional


público.

Por otra parte, el arbitraje puede buscar resolver controversias relativas al comercio
internacional, entendido por tal el intercambio de bienes o servicios. Este arbitraje
puede desarrollarse entre dos personas de carácter particular, o puede ser parte en el
152 mismo un estado o una entidad pública, que ha celebrado un contrato para adquirir
bienes o servicios o para que se ejecute una obra pública. En estos casos la controver-
sia se vincula al derecho internacional privado. Es el arbitraje más común.

Finalmente, más recientemente ha surgido una tercera modalidad que es el arbi-


Marco General del Arbitraje Internacional

traje de inversión. Dicha modalidad se caracteriza porque el arbitraje se desarrolla


entre un particular, nacional de un estado, y otro estado en el cual tiene inversio-
nes, y tiene por objeto establecer si el estado incumplió sus obligaciones en ma-
teria de protección a la inversión. En estos casos las controversias que se discuten
están vinculadas al derecho internacional público, en la medida en que se trata de
establecer la responsabilidad internacional del estado por incumplimiento de sus
obligaciones internacionales.

1
UNIDAD

1.2.2 Arbitraje institucional y arbitraje ad hoc


Por otra parte, el arbitraje internacional puede ser institucional y ad-hoc, según
que el arbitraje se desarrolle en una institución que se encarga de administrar el
arbitraje, o se desarrolla al margen de cualquier institución.
El más común es el arbitraje institucional. Existen diversas instituciones en el
mundo que prestan sus servicios en materia arbitral. En Colombia las más co-
nocidas son la Cámara de Comercio Internacional, que tiene su sede en París, el
ICDR, esto es el International Center for Dispute Resolutions, que es una parte de
la American Arbitration Association, el CIAC, esto es la Comisión Interamericana
de Arbitraje Comercial Internacional, creada por la Convención de Panamá, y el
CIADI, esto es el Centro Internacional para Arreglo de Disputas relativas a Inver-
sión (también conocido por su sigla en inglés ICSID), creado por la Convención de
Washington. A lo anterior se agrega que los principales centros de arbitraje del
país han establecido reglas de arbitraje internacional. Es el caso de los Centros de
Arbitraje de las Cámaras de Comercio de Bogotá, Medellín y Cali.

Por otra parte, existe el arbitraje ad-hoc, que no es administrado por una enti-
dad. Normalmente dichos arbitrajes ad-hoc se adelantan conforme a las reglas de
arbitraje de la Comisión de las Naciones Unidas para el desarrollo del Comercio
Internacional (Cnudmi o Uncitral, por su nombre en inglés). Para resolver los pro-
blemas que se pueden presentar en el desarrollo de estos arbitrajes, es necesario
designar una autoridad nominadora que, por ejemplo, nombre los árbitros cuando
las partes no lo han hecho. Las reglas de Uncitral establecen (artículo 6) que, si no
se pacta otra autoridad nominadora, tendrá tal carácter el Secretario General de
la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya.

1.3 El marco normativo

En materia de arbitraje internacional deben tenerse en cuenta los tratados inter- 153
nacionales y las normas locales, como se expone a continuación.

Existen varios tratados internacionales celebrados por Colombia que deben to-
marse en consideración. Ellos son la Convención de Nueva York de 1958, la Conven-
Marco General del Arbitraje Internacional

ción de Panamá de 1975, la Convención de Washington de 1965 y la Convención de


Montevideo de 1979.

En primer lugar, Colombia es parte de la Convención Nueva York de 1958 “sobre el


reconocimiento y ejecución de sentencias arbitrajes extranjeras”. Esta Convención es
una de las más importantes del mundo, pues son parte en la misma 159 estados (ci-
fra a abril de 2018). Dicha Convención fue aprobada en Colombia por la Ley 39 de 1990.

1
UNIDAD

El campo de aplicación de la Convención es definido por su artículo 1º, de con-


formidad con el cual se aplica en dos supuestos. El primero es que se aplica “al
reconocimiento y la ejecución de las sentencias arbitrales dictadas en el territorio
de un Estado distinto de aquel en que se pide el reconocimiento y la ejecución de
2
CAPÍTULO

dichas sentencias, y que tengan su origen en diferencias entre personas naturales


o jurídicas”. De acuerdo con este criterio para la aplicación en Colombia de esta
Convención lo que debe tenerse en cuenta es que el laudo arbitral se haya dictado
en el exterior en un país que es parte de la Convención de Nueva York. A este res-
pecto no tiene trascendencia que en ese otro país el laudo arbitral tenga carácter
nacional o internacional. Así, por ejemplo, si se dictó un laudo en Francia en una
controversia internacional, y se pide su reconocimiento en Colombia se aplicará
la Convención de Nueva York. Igualmente se aplicará cuando se dicta un laudo en
Francia o Chile (países en los cuales es distinto el régimen de arbitraje nacional
y el doméstico) en un asunto entre nacionales franceses o chilenos, y se pide su
reconocimiento en Colombia para efectos de su ejecución.

Por otra parte, existe un segundo supuesto en el que se aplica la Convención, el cual
se refiere a los laudos arbitrales que aunque se dictan en un estado, no se conside-
ran como sentencias nacionales en el estado. En este punto el artículo 111 de la Ley
1563 de 2012, establece que “los laudos dictados en arbitrajes internacionales cuya
sede sea Colombia se considerarán laudos nacionales y, por ende, no estarán suje-
tos al procedimiento de reconocimiento y podrán ser ejecutados directamente sin
necesidad de este, salvo cuando se haya renunciado al recurso de anulación, caso
en el cual será necesario su reconocimiento”. Como se puede apreciar, la ley colom-
biana considera que un laudo dictado en un arbitraje internacional en Colombia
no se considera nacional cuando se haya renunciado al recurso de anulación. Aho-
ra bien, de acuerdo con la ley colombiana se puede renunciar al recurso de anu-
lación cuando ninguna de las partes tenga su domicilio o residencia en Colombia.

154 Otro aspecto que debe destacarse de la Convención de Nueva York es la obligación
que el artículo 2º de la misma impone a los estados de reconocer el acuerdo por
escrito conforme al cual las partes se obliguen a someter a arbitraje todas las dife-
rencias o ciertas diferencias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto
a una determinada relación jurídica, contractual o no contractual, concerniente
Marco General del Arbitraje Internacional

a un asunto que pueda ser resuelto por arbitraje. Añade la Convención que el juez
permanente de uno de los Estados Contratantes al que se someta un litigio respec-
to del cual las partes hayan concluido un acuerdo arbitral remitirá a las partes al
arbitraje, a instancia de una de ellas, a menos que compruebe que dicho acuerdo
es nulo, ineficaz o inaplicable

La Convención establece las reglas y causales aplicables al reconocimiento y eje-

1
UNIDAD cución de los laudos arbitrales extranjeras, que son básicamente las que incorpora
la Ley 1563 de 2012.

Finalmente, la Convención de Nueva York no afecta otros acuerdos para el reco-


nocimiento y ejecución de sentencias ni afecta el derecho que tuviera una parte
a hacer valer una sentencia arbitral de acuerdo con la legislación o los tratados
del país donde dicha sentencia se invoque. Lo anterior implica que lo dispuesto
en la Convención de Nueva York es un mínimo, por lo que si un tratado o la ley
establece reglas más favorables para el reconocimiento de un laudo las mismas
serán aplicables.

Por otra parte, existe la Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial In-
ternacional de 1975 (aprobada en Colombia por la Ley 44 de 1986).

Dicha Convención no delimita su campo de aplicación, pero el mismo ha sido


deducido de su contexto. En tal sentido se ha señalado que de conformidad con su
título la misma se aplica al arbitraje comercial internacional.

La Convención de Panamá rige aspectos semejantes a la Convención de Nueva


York, pero contiene algunas reglas particulares.

Es importante señalar que, si las dos convenciones son aplicables, porque los dos es-
tados son partes de la Convención de Nueva York y la Convención de Panamá, debe
aplicarse la Convención de Panamá. Lo anterior de una parte, porque si las dos par-
tes lo son de las dos convenciones, la Panamá como acto posterior, debe prevalecer.
A lo anterior se agrega que como ya se vio, la Convención de Nueva York establece
claramente que la misma no impide invocar otro tratado más favorable140.

Normalmente cuando el laudo se dicta en uno de los países


americanos, el reconocimiento del laudo se sujetará a la
Convención de Panamá. 155

Esta solución ha sido aplicada por los jueces norteamericanos. Por consiguiente,
normalmente cuando el laudo se dicta en uno de los países americanos, el recono-
Marco General del Arbitraje Internacional

cimiento del laudo se sujetará a la Convención de Panamá.

Entre los aspectos particulares de la Convención de Panamá que deben destacarse


se encuentra el artículo 3º de la misma que establece “a falta de acuerdo expreso
entre las partes, el arbitraje se llevará a cabo conforme a las reglas de procedi-
miento de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial.”

1
UNIDAD

140
La sección 305 de la Federal Arbitration Act de los Estados Unidos Establece que si la mayoría de las
partes en el acuerdo arbitral son ciudadanos de estados partes en la Convención de Panamá y miembros
de la OEA se aplicará la Convención de Panamá. Esta regla ha sido criticada por John Bowman (Presen-
tación realizada en el Congreso de Arbitraje Internacional en Panamá con motivo de los 40 años de la
Convención de Panamá. 2015) quien considera que la Convención de Panamá sólo debía ser aplicable
si todas las partes son ciudadanos de estados partes.
2
CAPÍTULO

Por consiguiente, si se pacta un arbitraje internacional en un caso sujeto a la Conven-


ción de Panamá, sin precisión adicional, se aplica el reglamento de arbitraje de la CIAC.

Las causales para negar el reconocimiento de laudos arbitrales en la Convención


de Panamá son las mismas de las consagradas en la Convención de Nueva York.

Por otra parte, existe la Convención de Washington “sobre arreglo de diferencias


relativas a inversiones entre Estados y Nacionales de otros Estados” de 1965, que fue
aprobada en Colombia por la Ley 267 de 1996. Dicha Convención busca facilitar la
resolución de controversias relativas a inversión y evitar que se acuda a la protec-
ción diplomática.

La Convención de Washington creó el Centro Internacional de Arreglo de Diferen-


cias Relativas a Inversiones. El artículo 25.1 de la misma previó que la jurisdicción
del Centro se extenderá a las diferencias de naturaleza jurídica que surjan directa-
mente de una inversión entre un Estado Contratante y el nacional de otro Estado
Contratante, que las partes hayan consentido por escrito en someter al Centro.

Los arbitrajes que se tramitan con sujeción a las reglas del CIADI presentan varias
características que deben destacarse.

En primer lugar, el acuerdo arbitral normalmente se celebra por la oferta de ar-


bitraje que hace un estado en un tratado internacional, que puede ser un tratado
de libre comercio (como el TLC con los EEUU) o un tratado bilateral de protección
a las inversiones, en el que se expresa que las controversias relativas a inversión se
156 resolverán por arbitral, la cual es aceptada por el inversionista al presentar su soli-
citud de arbitraje. Igualmente, la oferta de arbitraje puede estar contenida en una
ley de protección a la inversión. En todo caso siempre es posible que se celebre un
acuerdo arbitral específico para someter las controversias a un tribunal arbitral
con sujeción a las reglas del CIADI.
Marco General del Arbitraje Internacional

Por otra parte, de conformidad con el artículo 54.1 de la Convención de Washing-


ton, el laudo dictado en estos casos se debe tratar como una sentencia firme dic-
tada por un tribunal existente en dicho estado, es decir en el caso Colombiano el
laudo debe ser reconocido como si fuera una sentencia ejecutoriada del Consejo de
Estado o la Corte Suprema de Justicia.

1
UNIDAD Adicionalmente, los laudos dictados al amparo del CIADI no pueden ser objeto de
recurso de revisión o anulación ante los jueces de un estado. En efecto, en el caso
de la revisión, la misma debe ser solicitada al CIADI, y ella se decide por el mismo
tribunal, si ello es posible, y si no por un nuevo tribunal (artículo 51.1).
Por lo que se refiere a la anulación, la solicitud en este sentido es sometida a un
comité ad-hoc integrado por el CIADI (artículo 52.1).

Finalmente, existe la Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de


las Sentencias y Laudos Arbitrales Extranjeros de Montevideo de 1979, la cual fue
aprobada por Ley 16 de 1981. Debe destacarse que dicha Convención expresa que en
el caso de laudos arbitrales ella se aplicará en lo no previsto en la Convención de
Panamá. Desde este punto podría considerarse que la Convención de Montevideo
se aplicará en relación con las formalidades requeridas para el reconocimiento de
laudos arbitrales cuando ellos se hayan proferido entre partes que sean nacionales
de los estados partes en esta última convención.

Es de señalar que las normas de la Ley 1563 de 2012 en materia de arbitraje inter-
nacional se aplican en principio a los arbitrajes internacionales cuya sede está en
Colombia. Las normas de la Ley 1563 sobre arbitraje internacional sólo se aplican
respecto de arbitrajes que se desarrollan en exterior cuando se trata del deber del
juez colombiano de remitir a arbitraje cuando una de las partes lo solicita; el apoyo
judicial en la práctica de pruebas en Colombia; el decreto de medidas cautelares en
Colombia; la ejecución de medidas cautelares en Colombia, y el reconocimiento y
ejecución de laudos arbitrales (artículo 62 de la ley).

1.4 Los criterios de interpretación de la ley

El artículo 64 de la ley establece que al interpretarla deberá tenerse en cuenta el


carácter internacional del arbitraje y la necesidad de promover la uniformidad en 157
su aplicación y la observancia de la buena fe.

El carácter internacional del arbitraje implica, de una parte, que no deben tomar-
se en consideración las reglas que rigen los trámites nacionales y, de otra parte,
Marco General del Arbitraje Internacional

que el arbitraje internacional es el punto de encuentro de personas que provienen


de diferentes tradiciones jurídicas, razón por la cual los procedimientos en materia
de arbitraje internacional deben tener en cuenta dicha circunstancia. Para tener
en cuenta la internacionalidad del arbitraje y lograr la uniformidad en la aplica-
ción se han adoptado diferentes guías por organizaciones como la International
Bar Association, ello ha ocurrido en materia probatoria, en materia de criterios
para establecer la imparcialidad e independencia o respecto de reglas de conducta

1
de los abogados en los arbitrajes internacionales. UNIDAD

Adicionalmente, para promover la uniformidad en la aplicación de las normas


sobre arbitraje internacional, los jueces o cortes locales al adoptar sus decisiones
toman en cuenta los criterios que han seguido otras cortes en otros países del
2
CAPÍTULO

mundo y la práctica internacional. Así ha ocurrido con la Corte Suprema de Justi-


cia que en diversas sentencias ha hecho referencia a estándares internacionales141.

1.5 El papel de la autonomía privada

Al igual que en materia de arbitraje nacional el arbitraje internacional se funda


en la autonomía de voluntad. Dicha autonomía se expresa en la posibilidad de
someter a arbitraje las controversias que se presenten entre las partes; la posibi-
lidad de determinar la forma de seleccionar los árbitros; los requisitos que deben
cumplir los árbitros, así como la facultad de escogerlos ellos mismos; la posibilidad
de determinar el procedimiento que debe seguirse, y la norma sustancial aplicable.

La autonomía se puede ejercer a través de la selección de un reglamento de un


centro de arbitraje, al cual se le reconoce valor como reglas adoptadas por las par-
tes, de tal manera que cuando la ley hace referencia a un acuerdo de las partes, ello
incluye el reglamento pactado.

1.6 El pacto arbitral

El arbitraje internacional supone un pacto arbitral. El mismo puede estar conte-


nido en una cláusula compromisoria o en un acuerdo posterior.

1.6.1 La ley aplicable al pacto arbitral


158 Lo primero que debe establecerse es cuál es la ley aplicable al pacto arbitral. A este
respecto debe precisarse que el pacto arbitral es autónomo respecto del contrato
que contiene la cláusula compromisoria. Lo anterior implica entonces que el pacto
arbitral puede estar sujeto a una ley distinta a la aplicable al contrato.
Marco General del Arbitraje Internacional

Ahora bien, para determinar la ley aplicable al pacto arbitral es pertinente remi-
tirse a la Convención de Nueva York, pues de ella se desprende cuál es dicha ley.

A tal efecto, el artículo 5 prevé entre las causales para negar el reconocimiento de
un laudo la nulidad del pacto arbitral142. Ahora bien, para efectos de determinar

141
Ver por ejemplo la sentencia del 30 de octubre de 2017 SC17655-2017 (Radicación n° 11001-

1
UNIDAD
02-03-000-2016-03300-00) en la que se hace constante referencia a la Guía relativa a la Convención
sobe el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras de la Uncitral. Igualmente la
sentencia del 15 de enero de 2019 (Radicación n.° 11001-02-03-000-2016-03020-00)en la que hace
referencia a la necesidad de interpretar las causales de anulación de laudos internacionales siguiendo los
criterios adoptados internacionalmente para la Convención de Nueva York.
142
“a) Que las partes en el acuerdo a que se refiere el artículo II estaban sujetas a alguna incapacidad en virtud
de la ley que es aplicable o que dicho acuerdo no es válido en virtud de la ley a que las partes lo han sometido,
o si nada se hubiera indicado a este respecto, en virtud de la ley del país en que se haya dictado la sentencia;”
la validez del pacto la Convención hace una distinción entre la ley que regula la
capacidad para celebrar el pacto arbitral y el régimen del mismo.

En cuanto a la ley aplicable a la capacidad, la misma es según la Convención, la


que les fuera aplicable a quienes lo suscriben. Ello obedece a que la ley aplicable
a la capacidad de las personas no puede estar librada a la autonomía privada,
pues para saber si la voluntad de una persona puede comprometerla, es necesario
establecer si ella puede vincularse de ese modo, es decir si es capaz. En el derecho
comparado la capacidad de una persona obedece a diferentes criterios. Así cuando
se trata de personas naturales en algunos países la ley aplicable a la capacidad es
la ley de la nacionalidad, mientras que en otros la ley aplicable es la del domicilio.
Cuando se trata de personas jurídicas se aplica bien la ley de la incorporación, o la
ley del domicilio o la ley de la sede efectiva de negocios, que en principio se presu-
me es la ley del domicilio, según el sistema aplicable143.

En cuanto a los demás aspectos que inciden en la validez del pacto arbitral, la
Convención hace referencia a la ley escogida por las partes. Una referencia igual
se encuentra en la Ley 1563. De esta manera, en esta materia se reconoce la auto-
nomía privada. Las partes pueden escoger la ley que consideren apropiada para el
pacto arbitral. En este punto podría discutirse si se puede estipular que el pacto
arbitral se someta a una norma jurídica que no tenga el carácter de una ley, como
los principios Unidroit aplicables a los contratos comerciales internacionales, que
constituyen una forma de soft-law. Aunque tanto la Convención de Nueva York,
como la Ley 1563 al regular la anulación del laudo o su no reconocimiento, hacen
referencia a una ley aplicable al pacto arbitral, el artículo 101 de dicha ley dispo-
ne que el tribunal arbitral “decidirá de conformidad con las normas de derecho 159
elegidas por las partes”. Esta regla permite que las partes seleccionen como regla
aplicable a su relación no sólo una ley sino otra norma de derecho, como serían
los principios mencionados. Desde esta
perspectiva no se encuentra una razón En cuanto a los demás
Marco General del Arbitraje Internacional

que justifique que se puede pactar que aspectos que inciden en la


el contrato se sujete a los principios de
validez del pacto arbitral, la
Unidroit, pero que dicho pacto no pue-
de incluir la cláusula compromisoria.
Convención hace referencia
Realmente debe entenderse que la re- a la ley escogida por las
gla del artículo 101 se extiende al pacto partes. Una referencia igual
arbitral. se encuentra en la Ley 1563.

1
UNIDAD

143
En los sistemas del derecho continental la ley aplicable normalmente en materia de personas naturales
es la ley que rige la capacidad es la ley de la nacionalidad, en tanto que en los sistemas de common law
es la ley del domicilio. Cuando se trate de personas jurídicas, la ley aplicable normalmente en países con-
tinentales es la ley del domicilio social o en la common law la ley de incorporación. Ver sobre el particular
Born, Gary, OB. Cit., P. 2784
2
CAPÍTULO

En materia de norma aplicable al pacto la libertad de las partes es total, pues no


tienen que escoger para que rija el acto, ni la norma que se aplica en el lugar donde
se va a adelantar el arbitraje, ni la vigente en el domicilio de una de las partes.

Ahora bien, lo usual es que las partes no estipulen explícitamente cuál es la norma
aplicable al pacto arbitral.

En algunos casos podría entenderse que cuando las partes han seleccionado la
norma aplicable al contrato, entienden que ello incluye el pacto arbitral. En todo
caso ello dependerá de la interpretación del acuerdo de las partes.

Ahora bien, si las partes no escogen la ley aplicable, la Convención dispone que se
aplicará la ley de la sede del tribunal y por ello establece la Ley 1563 que en el caso
de tribunales arbitrales con sede en Colombia se aplicará la ley colombiana.

Es interesante señalar que existen sistemas que van más allá para reconocer efec-
tos en la medida de lo posible al pacto arbitral.

Así hay países en los que se reconoce la validez del pacto arbitral siempre que el
mismo pueda serlo con una de varias alternativas. Así, por ejemplo, el artículo
178 de la ley federal suiza sobre derecho internacional privado establece que un
acuerdo de arbitraje es válido si se ajusta a las condiciones establecidas por el
derecho escogido por las partes, o por el derecho que rige el objeto del litigio y en
particular el derecho aplicable al contrato, o en todo caso por el derecho suizo. Por
consiguiente, basta que el pacto arbitral sea válido desde la perspectiva de uno de
160 dichos ordenamientos para que se le reconozca efectos al pacto arbitral.

En otros sistemas, como el Francés, se señala que por virtud del principio de auto-
nomía, el pacto arbitral no está sujeto a una ley determinada, por lo que se juzga
con base en reglas generales que no dependen de la ley de un estado determinado144.
Marco General del Arbitraje Internacional

1.6.2 Elementos del pacto arbitral


Si la norma aplicable al pacto arbitral es la ley colombiana es pertinente señalar
que como todo negocio el pacto arbitral requiere capacidad, consentimiento y
objeto.

1
UNIDAD

144
Sentencia de la Corte de Casación Francesa del 20 de diciembre de 1993 en el caso Dalico. Journal
de Droit International. 1994, P. 690. Dijo la Corte: “…en virtud de una regla material del derecho inter-
nacional de arbitraje, la cláusula compromisoria es independiente jurídicamente del contrato principal que
la contiene directamente o por referencia y su existencia y eficacia se aprecia, bajo reserva de las reglas
imperativas del derecho francés y del orden público internacional, de acuerdo con la voluntad común de
las partes, sin que sea necesario referirse a la ley estatal”
1.6.2.1 Capacidad
Desde el punto de vista de derecho internacional la capacidad de una persona
debe juzgarse en el caso de personas naturales según la ley de la nacionalidad o del
domicilio, según el régimen legal aplicable, y en el caso de las personas jurídicas
la ley del estado en que se incorporaron o la ley de su domicilio o su sede efectiva
de negocios.

1.6.2.2 Consentimiento
Por otra parte, se requiere que exista consentimiento. La Ley 1563 sigue la conven-
ción de Nueva York y a tal efecto hace referencia a que el acuerdo arbitral debe
constar por escrito. En todo caso la ley adopta una de las dos alternativas propues-
tas de la ley modelo para flexibilizar este requisito.

Así dispone la ley que el acuerdo de arbitraje consta por escrito cuando quede
constancia de su contenido en cualquiera forma, ya sea que el acuerdo de arbitraje
o contrato se haya concertado verbalmente, o mediante la ejecución de ciertos
actos o por cualquier otro medio. Igualmente permite la ley que el acuerdo de
arbitraje conste por escrito si es una comunicación electrónica accesible para su
posterior consulta.

De esta manera, puede en realidad no haberse celebrado el pacto arbitral por es-
crito, pero para la ley habrá escrito si hay constancia del mismo, por ejemplo, a
través de una grabación o videograbación o por un intercambio de mensajes. En
este punto cabria discutir si se puede aceptar que existe escrito cuando lo que hay
son declaraciones de testigos, por escrito, que afirman haber presenciado la cele-
bración del acuerdo arbitral. 161
Igualmente, prevé la ley que el acuerdo de arbitraje puede resultar de un intercam-
bio de escritos de demanda y contestación en los que la existencia de un acuerdo
sea afirmada por una parte sin ser negada por la otra. En este punto la fórmula
Marco General del Arbitraje Internacional

adoptada en materia de arbitraje internacional parece más afortunada que la que


se contempla para el arbitraje nacional, pues en este último se hace referencia
a que, si una parte en su demanda o contestación manifiesta que existe acuerdo
de arbitraje y la parte contraria no se opone, se entiende probado el acuerdo de
arbitraje. La expresión utilizada por el legislador en materia de arbitraje nacional
genera la duda de si posteriormente podría ser posible probar lo contrario. Dicha
duda no existe en el arbitraje internacional.

1
UNIDAD

Así mismo, la ley permite el pacto arbitral por referencia que se presenta cuando
en el acuerdo entre las partes se haga referencia a un documento que contiene el
pacto arbitral, siempre que ello implique que hace parte del acuerdo arbitral. En
esta materia nuevamente es más afortunada la fórmula del arbitraje internacional,
2
CAPÍTULO

porque en el arbitraje nacional se exige que cuando la cláusula compromisoria


se encuentra incluida en otro documento, el mismo debe indicar las partes y el
contrato al que se refiere, lo que no se exige en el arbitraje internacional.

Finalmente debe observarse que en la Directiva Presidencial No 04 de 2018 se esta-


bleció que para la suscripción de pactos arbitrales de alcance internacional se debe
contar con el concepto del Director de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del
Estado. En este punto cabe discutir si la falta de cumplimiento de este requisito
afecta la validez del pacto arbitral. La respuesta parece ser negativa, pues no se
trata de un requisito establecido por la ley.

1.6.2.3 Objeto
El pacto arbitral debe tener un objeto determinado, posible y licito.

En cuanto a la determinación ha de observarse que el artículo 69 de la Ley 1563 es-


tablece que el “acuerdo de arbitraje es aquel por el cual las partes deciden someter
a arbitraje todas o algunas controversias que hayan surgido o puedan surgir entre
ellas respecto de una determinada relación jurídica, contractual o no”.

Como se puede apreciar, la ley no permite un acuerdo por el cual las partes convie-
ne que cualquier controversia que surja entre ellas, por cualquier causa, se someta
a arbitraje, pues se exige que surja de una determinada relación jurídica.

Por otra parte, el objeto del pacto debe ser posible. De esta manera si por ejemplo
el pacto se refiere a un conflicto que ya no existe, por ejemplo, porque fue resuelto
162 por un acuerdo extrajudicial celebrado por un apoderado, o una sentencia ejecuto-
riada, dicho pacto no puede producir efectos.

Finalmente, en la sección internacional de la ley, la misma no define cuáles son


las cuestiones arbitrables en materia internacional. La Corte Suprema de Justicia
Marco General del Arbitraje Internacional

al decidir el reconocimiento de laudos extranjeros ha señalado que la causal para


negar el reconocimiento porque la controversia no es arbitrable bajo la ley colom-
biana, se examina de conformidad con al artículo 1º de la Ley 1563 de 2012145. Agregó
la Corte que el artículo 62 de la ley dispone “que las normas del estatuto relativas al
mismo no afectarán ‘ninguna otra ley colombiana en virtud de la cual determina-
das controversias no sean susceptibles de arbitraje o se puedan someter a arbitraje
únicamente de conformidad con disposiciones que no sean las de la presente ley’”.

1
UNIDAD

En este punto existe otra orientación posible y es considerar que la ley colombiana
no define la arbitrabilidad en materia internacional y que no es posible acudir

145
Sentencia del 30 de octubre de 2017 Radicación n° 11001-02-03-000-2016-03300-00, que reitera
la SC8453-2016, rad. n° 2014-02243-00
al régimen de arbitraje nacional, que es el contenido en el artículo 1º , que forma
parte de la Sección Primera de la ley que regula el arbitraje nacional, pues ninguna
norma se remite a él y el artículo 64 de la ley establece que “En la interpretación
del arbitraje internacional habrán de tenerse en cuenta su carácter internacional
y la necesidad de promover la uniformidad de su aplicación y la observancia de
la buena fe”. Agrega la ley que “Las cuestiones reguladas en materia de arbitraje
internacional que no estén expresamente resueltas en ella se resolverán de confor-
midad con los principios generales que la inspiran”.

Por consiguiente, bajo esta aproximación no es procedente aplicar las normas del
arbitraje nacional, sino que debe acudirse a los principios que inspiran el arbitraje
internacional.

Por consiguiente, bajo esta aproximación no es procedente


aplicar las normas del arbitraje nacional, sino que
debe acudirse a los principios que inspiran el arbitraje
internacional.
En cualquier caso, en materia de arbitrabilidad se ha distinguido tradicionalmen-
te entre inarbitrabilidad subjetiva e inarbitrabilidad objetiva.

La inarbitrabilidad es subjetiva, cuando no se permite someter a arbitraje una


determinada controversia por razón de la calidad o naturaleza de las partes en
conflicto. La inarbitrabilidad objetiva, se presenta cuando el conflicto en sí mismo
no es susceptible de ser sometido a arbitraje.
163
La inarbitrabilidad subjetiva existe normalmente respecto de los estados o las en-
tidades de derecho público que pueden encontrarse en imposibilidad de acudir al
arbitraje por razón de normas legales que se lo prohíben o que establecen condi-
ciones para ello. Desde un punto de vista conceptual podría plantearse si en estos
Marco General del Arbitraje Internacional

casos se trata de un problema de capacidad para suscribir el pacto arbitral o de


inarbitrabilidad. La doctrina actual se orienta en el sentido de considerar que, des-
de el punto de vista internacional, no es posible aceptar que el Estado, que tiene la
capacidad de administrar los asuntos públicos, se encuentre en una situación de
incapacidad. En efecto conceptualmente la incapacidad corresponde más bien al
hecho de que es necesario proteger a una persona porque carece de la posibilidad
de formar adecuadamente su consentimiento o de la experiencia y ponderación

1
para hacerlo. En el caso que se analiza se trata más bien de que por razones de po- UNIDAD

lítica legislativa el legislador no quiere permitir el arbitraje y por ello es una inar-
bitrabilidad desde el punto de vista subjetivo. Esta aproximación tiene la ventaja
de evitar las discusiones que se pueden presentar por el hecho de que la capacidad
se determina conforme a la ley personal.
2
CAPÍTULO

A nivel de derecho comparado existe una tendencia a considerar que en esta mate-
ria existe una regla material de acuerdo con la cual a nivel internacional los estados
o las entidades públicas pueden someter a arbitraje las controversias en las cuales
son partes, sin que puedan invocar las limitaciones de su derecho interno. Dicha re-
gla fue consagrada por la jurisprudencia146 y ha sido incorporada en diversos ordena-
mientos, como la ley suiza147, la ley española148 o la ley peruana149. Ella se funda en la
idea de que a nivel internacional los estados son capaces, por lo que no tiene sentido
que invoquen la falta de capacidad sosteniendo que su ley nacional no les permite
arbitral. Adicionalmente también parte de considerar que quien suscribe un pacto
arbitral y después pretende desconocerlo invocando las normas que lo rigen no está
actuando de buena fe. Esta regla la consagra el artículo 62 de la ley. En efecto ella
dispone que “Ningún Estado, ni empresa propiedad de un Estado, ni organización
controlada por un Estado, que sea parte de un acuerdo de arbitraje, podrá invocar
su propio derecho para impugnar su capacidad para ser parte en un arbitraje o la
arbitrabilidad de una controversia comprendida en un acuerdo de arbitraje”. No
sobra anotar que una autorizada doctrina ha controvertido dicha solución.150

Por otro lado, existe la arbitrabilidad en sentido objetivo. Se trata entonces de


determinar qué materias son arbitrales. En el fondo se trata de establecer qué
materias ha querido el legislador reservar a los jueces estatales.

Por otro lado, existe la arbitrabilidad en sentido objetivo. Se


trata entonces de determinar qué materias son arbitrales.
En el fondo se trata de establecer qué materias ha querido
164 el legislador reservar a los jueces estatales.

Como ya se vio, existe una orientación, adoptada por la Corte Suprema de Justicia,
que considera que la arbitrabilidad corresponde a lo dispuesto en el artículo 1º de la
Ley 1563. Otra orientación considera que dicha norma no es aplicable y por ello no
Marco General del Arbitraje Internacional

hay norma expresa que determine las materias que serían arbitrables en materia
internacional. En este punto se advierte que la arbitrabilidad no tiene que ser igual
en situaciones sujetas exclusivamente al derecho nacional y en aquellas que tienen
relación con diversos ordenamientos. La posibilidad misma de aplicar diversos

146
Inicialmente fue consagrada por tribunales arbitrales, posteriormente por diversas cortes. Así por ejemplo
la Corte de Apelaciones de Paris en el caso Gatoil en 1991 y en el caso Bec Freres en 1994.

1
147
UNIDAD Artículo 177.2 de la ley de derecho internacional privado.
148
Artículo 2º Ley 60/2003.
149
Artículo 2o Decreto legislativo Nº 1071 de 2008.
150
Eduardo Silva Romero “Requiem for the Rule or Article 177(2) of de Swiss Private International Law Act,
publicado en Global Reflections on International Law, Commerce and Dispute Resolution liber amicorum en
homenaje a Robert Briner, P. 825 y siguientes.
ordenamientos impone una aproximación más flexible, es por ello que el concepto
de orden público internacional es mucho más restringido que el de orden público
interno. Por lo anterior en diversos países se considera que la arbitrabilidad se debe
examinar bajo parámetros diferentes a nivel nacional y a nivel internacional151. Así
ha ocurrido en el derecho norteamericano y en el derecho francés.

A nivel internacional la doctrina señala que la inarbitrabilidad de la materia ra-


ramente da lugar al no reconocimiento de laudos arbitrales152. En este sentido se
afirma que en materia internacional la arbitrabilidad “es la norma y solo puede
ser excluida si los derechos son fundamentalmente indisponibles o entran en con-
flicto con prerrogativas reservadas de manera exclusiva a los estados o a las auto-
ridades competentes de los grupos de estados soberanos y de conformidad con las
disposiciones relacionadas con el orden público internacional”.153

Lo anterior permitiría concluir que en principio todo tipo de controversias son


arbitrables, salvo aquellas que expresamente excluye el ordenamiento en materia
internacional o que por definición son incompatibles con el arbitraje. En cuanto
a las materias que son inarbitrables por disposición del ordenamiento de acuerdo
con la jurisprudencia de la Corte Constitucional (sentencia C-1436 de 2000) se en-
cuentran los actos administrativos expedidos en ejercicio de facultades extraordi-
narias. En efecto, si se revisa la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia en
materia de exequátur, se advierte que la Corte en sentencia del 19 de diciembre de
2011,154 señaló que las controversias dimanadas de los contratos estatales colom-
bianos, no son del resorte exclusivo de sus jueces de lo contencioso administrativo,
pero agregó que la facultad de esos terceros (árbitros) no puede ser omnímoda,
como lo precisó la Corte Constitucional en la sentencia C-1436 de 2000, al concluir 165
que “los árbitros nombrados para resolver los conflictos suscitados como conse-
cuencia de la celebración, el desarrollo, la terminación y la liquidación de con-
tratos celebrados entre el Estado y los particulares, no tienen competencia para
pronunciarse sobre los actos administrativos dictados por la administración en
Marco General del Arbitraje Internacional

desarrollo de sus poderes excepcionales”.

Lo anterior indica que para la Corte Suprema de Justicia un laudo no podría ser re-
conocido si hubiera versado sobre uno de estos actos administrativos. Igual deberá
ocurrir en materia de anulación. En todo caso esta inarbitrabilidad sólo se refiere

151
Por ejemplo, Bernard Hanotiau. L’arbitrabilité et la favor arbitrandum: un rexamen. Journal du Droit Inter-

1
national 1994, página 929, P.923. UNIDAD
152
Álvarez, Henri. Artículo V(2)(A) de la Convención de Nueva York. La arbitrabilidad como criterio para
negar el reconocimiento y la ejecución, publicado en la obra de Tawil, Guido y Zuleta, Eduardo. El Arbitra-
je Comercial Internacional. Estudio de la Convención de Nueva York con motivo de su 50º aniversario. Ed
Universidad del Rosario. Facultad de Derecho, Uba. Abaledo Perrot, Buenos Aires, 2008, P. 599.
153
Hanotiau, citado por Álvarez, P. 600.
154
Fallo del 28 de enero de 1981, caso Industria Motora Rakovice v. Lynx Machinery Ltd.
2
CAPÍTULO

a los actos administrativos expedidos en ejercicio de facultades excepcionales por


autoridades colombianas.

Adicionalmente en relación con las controversias que no son arbitrables por su


naturaleza podría hacerse referencia a aquellos eventos en que las decisiones que
se adoptan tienen efectos erga omnes, como es, por ejemplo, las relativas al estado
civil. Dada la fuente del arbitraje internacional: un contrato, es claro que el arbi-
traje sólo puede tener efectos entre las partes.

Por otra parte, debe destacarse que no es posible sostener que una materia no es
arbitrable porque toca con el orden público, pues precisamente, la ley sólo san-
ciona con la nulidad el laudo cuando viola el orden público internacional y no
cuando se refiere a temas de orden público.

1.6.3 La interpretación del pacto


El pacto arbitral debe ser objeto de interpretación como negocio jurídico. En tal
sentido ha dicho la Corte Suprema de Justicia que “para determinar el alcance
del pacto deberá acudirse a las reglas de interpretación del negocio jurídico, así
como al principio pro-arbitraje, teniendo en cuenta su amplitud o limitación, al
igual que la remisión que hagan las partes a las reglas que han de gobernarlos”155.
Es de destacar que la Corte ha señalado que debe hacerse una interpretación
pro-arbitraje.

En relación con la interpretación puede ser muy importante la ley que rige el
pacto arbitral, pues puede discutirse si la ley que rige el pacto arbitral es la que
166 regula su interpretación. Lo anterior, porque los criterios de interpretación no son
universales. Así por ejemplo, las reglas de interpretación bajo la ley inglesa son
distintas a las que se aplicarían en Colombia.

1.6.4 Cláusulas patológicas


Marco General del Arbitraje Internacional

En materia arbitral se habla de cláusulas patológicas para hacer referencia a aque-


llas cláusulas que presentan dificultades para hacer efectiva la voluntad de las par-
tes de someter la controversia a arbitraje. Este término fue acuñado por Frederic
Eisemann quien señalaba que las funciones esenciales de una cláusula arbitral
eran cuatro:

1. Producir consecuencias obligatorias para las partes,

1
UNIDAD

2. Excluir la intervención de las cortes en la resolución de la controversia antes de


que se profiera el laudo,

155
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Expediente 11001-02-03-000-2017-03480-00
3. Darle poder a los árbitros para resolver las disputas que puedan surgir entre las
partes y ,

4. Permitir establecer un procedimiento bajo el cual se pueda expedir un laudo e


condiciones de eficiencia y rapidez que pueda ser ejecutado. Una cláusula es pa-
tológica cuando no permite lograr dichas finalidades156. En todo caso los defectos
más graves son aquellos que afectan la primera y tercera función.

Para resolver muchas de las patologías157 que se pueden presentar en las cláusulas
arbitrales, el juez debe partir de que son negocios jurídicos y que por ello debe in-
terpretarlas en el sentido buscado por las partes y en lo posible darle efectos.

Uno de los casos en que la cláusula puede ser patológica es cuando la misma esta-
blece que las partes “pueden” recurrir a arbitraje. En efecto, en este aspecto cabe
discutir si la cláusula es obligatoria. De hecho uno de los casos en que intervino
la Corte Constitucional la cláusula no era clara en su carácter obligatorio, sin em-
bargo la corte le reconoció eficacia y señaló que “a menos de que no sea razonable-
mente posible deducir la intención de las partes de someterse al arbitramento, el
juez debe propender por dotar de plenos efectos al pacto arbitral, sin detenerse en
reparar por deficiencias de redacción o falta de precisión en el alcance de la ha-
bilitación, ya que de lo contrario desconocería indebidamente la libre decisión de
los contratantes de poner fin de manera pacífica a sus disputas a través de dicho
mecanismo alternativo de resolución de controversias”158.

Adicionalmente en esta materia se discute la posibilidad de las cláusulas opcionales,


es decir que permiten a las partes o a una de ellas decidir si acude al arbitraje o al 167
juez. En España se consideró valida una cláusula opcional en la medida en que daba
la facultad a ambas partes159. En otros países como Francia e Italia se ha aceptado
la validez de cláusulas que sólo conceden la opción de acudir el arbitraje a una sola
parte160. En Colombia, el 80 Decreto 1829 de 2013, prevé expresamente que el pacto ar-
Marco General del Arbitraje Internacional

bitral puede convenirse como opción, sin limitar dicha norma al arbitraje nacional

Otro evento en que la cláusula es patológica se presenta cuando hace referencia


a un centro de arbitraje que no existe. Así ocurre cuando la cláusula menciona

156
F. Eisemann, La clause d’arbitrage pathologique, Commercial Arbitration Essays in Memoriam Eugenio
Minoli, U.T.E.T. 1974, citado por Benjamin G. Davis. Pathological Clauses Frédéric Eisemann’s Still Vital

1
Criteria. Arbitration International. Vol 7 No 4, 1991, P. 365 y s.s.
157 UNIDAD
Ver sobre el particular: Luis Alfonso Gómez-Domínguez. Cláusulas de arbitramento defectuosas: sus
causas y consecuencias. Revista Estudios Socio Jurídicos. Universidad del Rosario. Vol. 9, Núm. 2 (2007)
158
Sentencia T-511 de 2011
159
Corte de apelaciones de Madrid 30 de junio de 2014
160
Ver por ejemplo, Simon Nesbitt; Henry Quinlan. The Status and Operation of Unilateral or Optional
Arbitration Clauses. Arbitration International, Vol. 22 No. 1 (2006), pp. 133 - 149
2
CAPÍTULO

la cámara de comercio internacional en Zúrich o en Londres. Esta redacción


presenta el problema de que la Cámara de Comercio Internacional tiene sede
en Paris. En estos casos se ha señalado que la cláusula debe interpretarse en el
sentido que el arbitraje se desarrollará bajo las reglas de arbitraje de la Cámara
de Comercio Internacional que tiene sede en París, pero la sede del tribunal será
Zúrich o, Londres, etc.

En otros casos se hace referencia a la cámara de comercio oficial, por ejemplo la


de París, entidad que no existe. Una corte francesa interpretó que como en París
no había cámara oficial y la que se dedicaba a arbitraje era la internacional ella
era la competente.

En otros casos se hace referencia a la cámara de comercio


oficial, por ejemplo la de París, entidad que no existe. Una
corte francesa interpretó que como en París no había
cámara oficial y la que se dedicaba a arbitraje era la
internacional ella era la competente.

Otro problema se presenta cuando hay contratos que prevén, de una parte, que la
resolución de controversias será resuelta por un tribunal arbitral y, por otra parte,
que los conflictos serán resueltos por los jueces. En esos casos para darle efectos a
ambas estipulaciones de las partes se reconoció efectos a la cláusula arbitral y se
señaló que correspondía a los jueces resolver las controversias relativas al arbitraje.

168 Uno de los problemas más graves que se pueden presentar ocurre cuando las par-
tes simplemente disponen que las controversias derivadas del contrato se resolve-
rán por arbitraje. Como quiera que en materia internacional pueden estar en juego
diversas legislaciones, la determinación de las reglas aplicables puede ser compleja.
Marco General del Arbitraje Internacional

En el caso en que se aplique la Convención de Panamá, porque el conflicto es entre


personas que provienen de estados parte en dicha convención, la solución parece
sencilla, porque en tal caso se aplica el reglamento del CIAC, lo que implica que, si
no se indica nada distinto, el arbitraje será administrado por dicha entidad, bajo
las reglas de la misma.

Finalmente, debe señalarse que puede haber pactos arbitrales escalonados, que

1
UNIDAD contemplan la necesidad de agotar una serie de etapas para resolver el conflicto, la
última de las cuales es el arbitraje. En derecho comparado se ha discutido dichas
cláusulas, pero la tendencia es a reconocerlas siempre que sean claras y precisas161.

161
Así ocurre en EEUU, España, Francia e Inglaterra. Ver CREMADES BERNARDO M. Multi-Tiered Dispute
Resolution Clauses. 14 ICC International Court of Arbitration Bulletin, No.1
En derecho colombiano si bien dichas cláusulas no son eficaces a nivel interno de
conformidad con el Código General del Proceso, no existe prohibición a nivel del
arbitraje internacional, por lo que si las mismas son claras y precisas pueden ser
obligatorias.

1.6.5 Efectos del pacto arbitral


1.6.5.1 Efectos entre las partes y frente a terceros
El pacto arbitral en principio obliga a las partes a acudir a arbitraje para resolver
las controversias. Como consecuencia de su deber de acudir a árbitros, deben co-
laborar en el desarrollo del proceso arbitral y asumir, los costos correspondientes.

Por consiguiente, desde este punto de vista el pacto arbitral impone a las partes
obligaciones de hacer y de dar.

Por otra parte, el pacto arbitral implica que cada una de las partes no puede acudir
a los jueces permanentes para resolver la controversia. Por consiguiente, el pacto
arbitral implica una obligación de no hacer.

1.6.5.2 Efectos frente a los jueces


El artículo 67 de la ley establece como principio que en materia de arbitraje inter-
nacional la intervención del juez sólo procede en los casos y para los propósitos que
la ley consagra. De esta manera, la intervención del juez permanente es excepcio-
nal en materia de arbitraje internacional.

Entre los casos en que puede intervenir el juez se encuentra el evento en que se
presente una demanda ante la rama jurisdiccional, a pesar de que exista un pacto 169
arbitral. En tal caso dispone la ley que el juez debe remitir las partes al arbitraje si
lo solicita cualquiera de ellas, a más tardar, en la oportunidad para la contestación
de la demanda.
Marco General del Arbitraje Internacional

Lo anterior implica que, si se presenta una demanda ante una autoridad judicial,
la misma no puede en principio inadmitirla por razón de la existencia de un pacto
arbitral, pues para que ello ocurra es necesario que una de las partes lo solicite.

Si ninguna de las partes invoca el pacto arbitral ha de entenderse que las dos han
renunciado al arbitraje para el caso concreto y no procedería tampoco que poste-
riormente se anulara el proceso con el argumento de que la existencia del pacto

1
arbitral impedía adelantarlo. UNIDAD

Si una de las partes invoca el pacto arbitral, el juez debe remitir a las partes al
arbitraje. En todo caso es importante destacar un cambio que presenta la ley ar-
bitral colombiana frente a la ley modelo de Uncitral y frente a la Convención de
2
CAPÍTULO

Nueva York. En efecto, tanto el artículo 8 de la ley modelo como el artículo 2.3 de
la Convención de Nueva York prevén que, si una parte invoca el pacto arbitral, el
juez debe remitir a las partes arbitraje, salvo que “compruebe que dicho acuerdo es
nulo, ineficaz o inaplicable”.

Esta regla no se incluyó en la ley colombiana. Por consiguiente, en principio el juez


está obligado a remitir a las partes al arbitraje, así una de ellas alegue que el acuer-
do es nulo, ineficaz o inaplicable. Lo anterior porque el legislador considera que es
el tribunal arbitral el que debe determinar la validez y eficacia del pacto arbitral.
Lo anterior además, porque el pacto arbitral puede estar sujeto a una ley distinta
a la colombiana y el tribunal arbitral que se desarrolle en virtud del pacto puede
tener sede en el exterior.

En todo caso, la autoridad judicial debe partir de la base de un acuerdo de arbitraje,


por lo que si el mismo no existe no podría remitir a arbitraje. Por ello la forma de
conciliar la inexistencia de un control de fondo por el juez y la obligación de remi-
tir a arbitraje si existe un pacto arbitral, consiste en que el juez debe verificar que
prima facie aparentemente existe un pacto. No procede un análisis detallado. En
otros países como Francia o Suiza los jueces permanentes se contentan con ejercer
un control prima facie, es decir, si a la luz de lo que obra en el proceso existe un
pacto arbitral válido, eficaz y aplicable162

1.7 Regulación del proceso arbitral

170 1.7.1 El régimen de la Ley 1563 de 2012


El régimen del arbitraje internacional está consagrado en la Sección Tercera de
la Ley 1563 de 2012, la cual establece las reglas del procedimiento. Dichas reglas de
procedimiento tienen dos grandes características, de una parte, fijan un marco
general dentro del cual puede desarrollarse el proceso, ajustándose a las particula-
Marco General del Arbitraje Internacional

ridades de cada caso. Por otra parte, las reglas normalmente son supletivas, por lo
que las partes pueden modificar lo allí previsto o acordar reglas de procedimiento.

El acuerdo de las partes sobre el procedimiento puede expresarse diseñando reglas


propias, lo que no es común, o conviniendo aplicar un determinado reglamento.

En todo caso hay un límite al régimen que las partes pueden pactar. En efecto el

1
UNIDAD artículo 92 de la ley dispone que ellas pueden acordar el procedimiento conforme
a las disposiciones de la sección tercera de la ley, las cuales en su gran mayoría
prevén que lo dispuesto en los respectivos artículos puede ser modificado. Sin em-

162
Emmanuel Gaillard, John Savage. Fouchard Gaillard Goldman on International Commercial Arbitration.
Ed Kluwer. 1999, párrafo 675
bargo, el artículo 91 de la ley establece que el tribunal arbitral debe tratar a las
partes con igualdad y dar a cada una de ellas plena oportunidad de hacer valer sus
derechos y no permite a las partes estipular en contrario. Lo anterior implica que
este es un límite al acuerdo de las partes, por lo que no pueden pactar un procedi-
miento que afecte la igualdad de las partes o impida presentar el caso.

1.7.2 Inaplicabilidad del Código de Procedimiento Administrativo


y de lo Contencioso Administrativo y del Código General del
Proceso
En cuanto se refiere al proceso arbitral en un arbitraje internacional, es pertinente
destacar que el mismo no se sujeta a las reglas del Código General del Proceso, el
Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo o la
regulación del arbitraje doméstico163.

1.8 La sede del arbitraje

En materia de arbitraje internacional la sede tiene un papel muy importante. Lo


primero que debe aclararse es que la sede de un tribunal no implica la presencia
física del tribunal, sino un vínculo jurídico. Por consiguiente, es perfectamente
posible que un tribunal tenga una sede en una determinada ciudad y los árbitros
nunca se reúnan en ese lugar. Sin embargo, para efectos jurídicos se considera que
el tribunal arbitral funciona en ese lugar.

La sede del tribunal tiene varias consecuencias importantes. En primer lugar, la


sede del tribunal determina la ley aplicable al arbitraje, es decir la lex arbitri. Ello 171
puede ser muy importante pues dicha ley puede contener disposiciones impera-
tivas que deben ser observadas o normas supletivas que deben guiar al tribunal a
falta de acuerdo de las partes.
Marco General del Arbitraje Internacional

En segundo lugar, a falta de pacto de las partes, por regla general es la ley de la sede
la que regula la validez del pacto arbitral, con excepción de lo relativo a la capacidad.

En tercer lugar, la sede del tribunal igualmente determina la competencia de los


jueces en ciertas materias. Es así como es el juez de la sede el que debe actuar para
lograr la integración del tribunal arbitral.

1
En cuarto lugar, la sede del tribunal determina el juez competente para conocer UNIDAD

del recurso de anulación. Esta regla la precisó el Consejo de Estado al analizar las

163
El artículo 92 de la Ley 1563 dispone en materia de procedimiento: “A falta de acuerdo, el tribunal
arbitral podrá dirigir el arbitraje del modo que considere apropiado, con sujeción a lo dispuesto en la
presente sección y sin necesidad de acudir a las normas procesales de la sede del arbitraje” (se subraya)
2
CAPÍTULO

causales para negar el reconocimiento de laudos arbitrales en la Convención de


Nueva York. En efecto, la Convención señala que se puede negar el reconocimiento
de un laudo cuando haya sido anulado por una autoridad competente del país en
que, o conforme a cuya ley, haya sido dictado.

1.9 Integración del tribunal arbitral

En esta materia existe una gran diferencia entre el arbitraje nacional y el arbitraje
internacional en relación con las personas que pueden ser árbitros.

En efecto, en el arbitraje doméstico el árbitro debe ser colombiano y ciudadano en


ejercicio y. además, si el arbitraje es en derecho debe ser abogado y reunir los re-
quisitos para ser magistrado de tribunal superior de distrito judicial, lo que impli-
ca además que debe ser colombiano de nacimiento. En el arbitraje internacional
el árbitro no tiene que ser nacional colombiano. Además, aún si el arbitraje es en
derecho, el árbitro no tiene ser abogado.

En principio de acuerdo con ley de arbitraje el tribunal debe ser integrado en la


forma como las partes hayan pactado. Cuando las partes estipulan que el arbitraje
se desarrollará conforme a un reglamento, usualmente el mismo establece la for-
ma como se integra el tribunal, y prevé que si las partes no designan el tribunal lo
hará la institución que administra el arbitraje.

De conformidad con la ley, cuando las partes no han estipulado otra cosa si se ha
172 pactado un árbitro único el mismo será designado de común acuerdo por aquellas,
y si ellas no lo hacen dentro de los 30 días siguientes contados a partir de la solici-
tud de una de ellas, lo hará el juez.

Cuando el tribunal es de tres árbitros, la ley prevé que cada parte designa un ár-
Marco General del Arbitraje Internacional

bitro y los dos designados nombrarán el tercero. Si una de las partes no nombra
el árbitro que le corresponde dentro de los 30 días siguientes al recibo del reque-
rimiento por la otra parte, o si los dos árbitros no se ponen de acuerdo, la desig-
nación debe ser hecha por la autoridad judicial a petición de cualquiera de ellas.

De conformidad con el artículo 68 de la ley el juez competente en esta materia es


en principio el juez civil del circuito. Cuando en el tramite sea parte una entidad

1
UNIDAD pública colombiana o quien ejerza funciones administrativas colombianas, el juez
competente es el administrativo.

Establece la ley que al “nombrar un árbitro, la autoridad judicial tendrá en cuenta


las condiciones de este requeridas por las partes y tomará las medidas necesarias
para garantizar el nombramiento de persona independiente e imparcial. En el
caso de árbitro único o del tercer árbitro, apreciará la conveniencia de nombrar
un árbitro de nacionalidad distinta a la de las partes”.

En relación con el nombramiento de los


árbitros por la autoridad judicial lo pri- Ahora bien, en la práctica
mero que debe precisarse es que no se está la dificultad que tiene el
ante un proceso y por ello debe aplicarse juez es cómo lograr que se
el mismo criterio que sigue la ley en el ar-
cumplan las condiciones
bitraje nacional, esto es, que el árbitro o
árbitros deben ser nombrados de plano.
que establece la ley.

Ahora bien, en la práctica la dificultad que tiene el juez es cómo lograr que se cum-
plan las condiciones que establece la ley.

A este respecto el juez podría emplear un mecanismo semejante al que la ley con-
templa para nombrar árbitros nacionales. Esto es, podría acudir a solicitar al cen-
tro de arbitraje donde se presentó la solicitud o a un centro de arbitraje de su sede
que le suministre su lista de árbitros internacionales, si la tiene. En los lugares
donde no haya un centro de arbitraje con lista de árbitros internacionales, podría
acudir a un centro arbitral cercano que si la tenga.

Para asegurarse que el árbitro cumpla las condiciones que han fijado las partes
y que al mismo tiempo sea imparcial e independiente, el juez podría emplear la
misma fórmula que utilizan los centros de arbitraje. Es decir, el juez podría escoger
los árbitros, incluyendo principales y suplentes y solicitarles a los escogidos que 173
remitan una manifestación en el sentido de si aceptan el encargo y si son impar-
ciales o independientes y además si cumplen las condiciones fijadas por las partes.

1.9.1 Deberes de los árbitros


Marco General del Arbitraje Internacional

En el derecho comparado se ha concluido que al aceptar su designación se forma un


contrato entre las partes y el árbitro. Este contrato implica derechos y obligaciones.

El árbitro debe ser imparcial e independiente y debe revelar cualquier circunstan-


cia que pueda generar dudas sobre su imparcialidad e independencia.

El árbitro debe conducir el proceso en condiciones de igualdad dándole a cada

1
parte la oportunidad de hacer valer sus derechos. UNIDAD

El árbitro debe proferir el laudo arbitral decidiendo el conflicto materia de arbitraje.

Finalmente, el árbitro tiene derecho a su remuneración.


2
CAPÍTULO

En cuanto al deber de revelación del árbitro la ley adopta el criterio de que toda
persona a quien se comunique su posible nombramiento como árbitro deberá
revelar todas las circunstancias que puedan dar lugar a dudas justificadas acerca
de su imparcialidad o independencia. Así mismo durante la actuación arbitral, el
árbitro debe revelar oportunamente las circunstancias que sobrevengan que pue-
dan generar dichas dudas.

1.9.2 La recusación del árbitro


La ley dispone en su artículo 75, que árbitro podrá ser recusado si existen circuns-
tancias que den lugar a dudas justificadas respecto de su imparcialidad o indepen-
dencia, o si no posee las calidades convenidas por las partes.

En cuanto a estos aspectos deben precisarse que los conceptos de imparcialidad e


independencia no son idénticos.

La imparcialidad hace referencia al hecho de que el juez no debe tener una opi-
nión preestablecida acerca de la forma como ha de resolverse la controversia y
por ello está en capacidad de analizar los argumentos de cada parte para tomar la
decisión que corresponda.

La independencia alude a que el árbitro no tiene ningún vínculo con las partes que
pueda comprometer su capacidad de decidir.

Como es muy difícil conocer el aspecto subjetivo de los árbitros, y como además lo
que se busca es asegurar la confianza de las partes, la ley establece que lo que el ár-
174 bitro debe revelar son las circunstancias que puedan dar lugar a dudas justificadas
sobre su imparcialidad o independencia.

Las dudas a las que se refiere la ley no son las que puede tener el árbitro. No se trata
de que el árbitro sea o se considere a sí mismo imparcial o independiente, sino que
Marco General del Arbitraje Internacional

el análisis debe hacerse partiendo de la base de lo que una persona colocada en la


situación de las partes podría considerar acerca de la independencia e imparciali-
dad del árbitro a la luz del hecho.

Como quiera que a diferencia de los jueces los árbitros normalmente son abogados
en ejercicio, respecto de ellos pueden presentarse muchas circunstancias que no
se dan en relación con los jueces. Por ello la ley no establece que se aplican unas

1
UNIDAD determinadas causales de recusación, sino que hace referencia a las circunstan-
cias que puedan afectar su imparcialidad o independencia. Además, los abogados
pertenecen a firmas, por lo que la imparcialidad e independencia del árbitro debe
tomar en consideración los vínculos de su firma.
Para facilitar la labor de precisar estas circunstancias la Internacional Bar Asso-
ciation adoptó unas guías sobre conflictos de interés en el arbitraje internacional.
La última versión es del año 2014.

A tal efecto, la Guías agrupan las circunstancias que pueden presentarse por cate-
gorías, que a su turno se agrupan por colores: rojo, naranja y verde.

La categoría roja a su turno tiene dos modalidades: la roja no renunciable y la roja


renunciable.

Cuando se trata de la categoría roja no renunciable, en principio la persona que


se encuentra en una de estas circunstancias no debería ser árbitro. Ello ocurre,
por ejemplo, cuando hay una identidad entre la parte y el árbitro; el árbitro es re-
presentante legal o empleado de la parte, o miembro de su junta directiva o tiene
el control de la parte o de una entidad que tiene un interés en el resultado en el
laudo; el árbitro tiene un interés en el resultado del caso, o el árbitro o su firma de
abogados regularmente aconseja a la parte o su firma deriva un ingreso financiero
significativo de la misma.

Por otra parte, existe la categoría roja renunciable. En esos casos el árbitro sólo
podría actuar si las partes expresamente están de acuerdo. Así ocurre, por ejemplo,
cuando: el árbitro dio una opinión legal u opinión experta sobre la disputa a la
parte; el árbitro tiene acciones en una de las partes, o en una parte vinculada con
una de las partes, siempre que no se trate de una sociedad que se negocia en el
mercado público; un pariente cercano del árbitro tiene un interés financiero en las
resultados de la disputa, o el árbitro o un familiar cercano tiene una relación cer- 175
cana con una persona que no es parte, pero puede ser responsable por una acción
de la parte que no triunfe en la disputa. Igualmente, cuando el árbitro representa
o aconseja a una de las partes o alguien vinculado a las partes.
Marco General del Arbitraje Internacional

Por otra parte, la lista naranja se refiere a circunstancias que pueden generar du-
das justificadas sobre la imparcialidad o independencia de los árbitros. En estos
casos el árbitro debe revelar la circunstancia y se entiende que las partes aceptan
el árbitro si después de haberse hecho la revelación no se formularon objeciones
oportunamente. Entre las circunstancias que se encuentra en esta lista, está por
ejemplo, el hecho de que el árbitro dentro de los tres años anteriores haya actuado
como apoderado de una de las partes o de una persona afiliada a una de ellas; o

1
en los últimos tres años el árbitro ha servido como apoderado contra una de las UNIDAD

partes o una afiliada de una de las partes, en una materia no relacionada con el
caso; en los últimos tres años la persona recusada ha sido nombrado árbitro en
dos o más ocasiones por una de las partes o por afiliados a dicha parte; o existe
2
CAPÍTULO

una amistad estrecha o enemistad entre un árbitro y el administrador o director


o miembro de la junta directiva de la parte, de una entidad que tiene un interés
económico en el laudo o cualquier persona que tenga control o influencia; etc.

Finalmente, existe la lista verde que se refiere a circunstancias que se considera


no generan apariencia de que el árbitro puede no ser imparcial o independiente y
por ello las Guías consideran que no existe el deber de revelar tales circunstancias.
Esta lista incluye, por ejemplo, las siguientes circunstancias: el árbitro expresó una
opinión legal, en una revista o conferencia, sobre una materia que se presenta en
el arbitraje; el árbitro pertenece a la misma asociación profesional o social de un
apoderado de las partes; el árbitro y el apoderado han actuado previamente con-
juntamente como árbitros; el árbitro enseña en la misma facultad del otro árbitro
o apoderado de una de las partes o sirve como oficial de una asociación profesional
o social con otro árbitro o el apoderado de una de las partes, etc.

De acuerdo con la ley una parte sólo podrá recusar al árbitro nombrado por ella, o
en cuyo nombramiento haya participado, por causas de las que haya tenido cono-
cimiento después de hecha la designación.

Cuando se produce una recusación la misma debe ser resuelta en primer lugar a
través del procedimiento pactado por las partes. Lo anterior implica que cuando se
ha pactado un reglamento de un centro de arbitraje, la decisión correspondiente
usualmente le corresponde a dicho centro, pues así lo prevén los reglamentos.

Ahora bien, si las partes no han pactado un procedimiento, cuando se formula una
176 recusación el árbitro y la otra parte tiene un término de diez días para pronun-
ciarse. En tal caso puede ocurrir que la otra parte convenga en la recusación. En
tal caso el árbitro no puede seguir actuando y se procederá a nombrar quien deba
reemplazarlo salvo que existiera un suplente. Lo anterior porque ninguna de las
partes está de acuerdo con que dicha persona continúe como árbitro.
Marco General del Arbitraje Internacional

De la misma manera se procede si el árbitro recusado renuncia.

Si la otra parte no conviene en la recusación y el árbitro la niega o no se pronuncia


la ley distingue si se trata de un tribunal de un solo árbitro o de una pluralidad.

Si solo haya un árbitro, la recusación será resuelta por la entidad que lo haya de-

1
UNIDAD signado, pero si no existiera, la recusación será resuelta por el juez.

Así mismo cuando el tribunal es plural, la ley prevé que la recusación será resuelta
por los otros árbitros, por mayoría absoluta, pero si hay un empate, porque uno
de los árbitros considera que la recusación debe prosperar y el otro tiene una opi-
nión distinta, le corresponde decidir al presidente del tribunal, a menos que sea
el recusado. En este último caso resolverá la institución que lo hubiere nombrado
y a falta de ella la institución que lo haya nombrado y a falta de esta la autoridad
judicial.

Si se recusan varios árbitros por la misma causa, le corresponde resolver la recu-


sación a la institución arbitral que hubiera efectuado el nombramiento, y a falta
de ella la autoridad judicial.

Si se recusan varios árbitros por la misma causa, le


corresponde resolver la recusación a la institución arbitral
que hubiera efectuado el nombramiento, y a falta de ella la
autoridad judicial.

Como se puede apreciar, la intervención del juez en materia de recusación es bas-


tante limitada.

La decisión de la recusación no implica un proceso. Si bien en materia de arbitraje


internacional no se aplican las normas del arbitraje nacional. En todo caso debe
observarse que en materia nacional la ley dispone que la recusación debe resolverse
de plano, es decir el legislador considera que en este no hay lugar a un proceso. El
mismo criterio debería aplicarse en materia de arbitraje internacional. Por consi-
guiente, lo que procede es que el juez asuma el conocimiento del asunto y decida la
recusación. Ahora bien, pueden presentarse casos en los que el juez considera que
para decidir debe practicar pruebas. En tal caso podrá decretarlas de oficio. Para
decidir el juez puede tomar en consideración los criterios de la IBA ya mencionados. 177
En este punto es de destacar que la Corte Suprema de Justicia al decidir sobre el
reconocimiento de laudos arbitrales igualmente ha aplicado dichos criterios164.

A diferencia de lo que ocurre en el arbitraje doméstico, en el internacional mien-


Marco General del Arbitraje Internacional

tras se tramita la recusación el tribunal puede continuar con las actuaciones e


incluso dictar el laudo (artículo 76). En todo caso si ello ocurre y finalmente existía
fundamento para la recusación, el laudo podría ser impugnado a través del recurso
de anulación, como se verá más adelante.

Finalmente establece la ley que la decisión de la recusación es definitiva y contra


ella no procede recurso. En todo caso el tema puede ser revisado por el juez de

1
anulación. UNIDAD

Otra situación que puede presentarse es que el árbitro esté impedido de ejercer sus
funciones de iure o de facto, o que no las ejerza en un plazo razonable. En tal caso si

164
Sentencia del 12 de julio de 2017. Radicación n° 11001-02-03-000-2014-01927-00
2
CAPÍTULO

el árbitro no renuncia las partes pueden removerlo. Si hay desacuerdo cualquiera


de las partes puede pedirle al juez que declare la cesión del encargo, decisión que
no admite recurso (artículo 77). La ley no prevé cómo debe adelantarse esta actua-
ción. En todo caso, cabe discutir si debe adelantarse un proceso. A este respecto
podría discutirse si en este caso se puede acudir al proceso verbal sumario, en la
medida en que, aunque la ley no lo dice expresamente, de ella se puede decir que
el juez debe decidir breve y sumariamente.

La regla general es que en caso de que sea necesario nombrar un árbitro para re-
emplazar a otro, dicho nombramiento se hace siguiendo el procedimiento por el
que se designó al árbitro a sustituir (artículo 78). Sin embargo, puede ocurrir que
se haya acudido al juez para la designación inicial porque la parte no compareció
al proceso y posteriormente lo hace. En tal caso, debería entenderse que si la parte
quiere hacer la designación ella debería poder hacerla.

1.10 Principio de la competencia

Al igual que en el arbitraje doméstico, en el arbitraje internacional opera el prin-


cipio de la competencia - competencia, por lo cual de conformidad con el artículo
79 de la ley el tribunal arbitral es el único competente para decidir sobre su propia
competencia. Lo anterior implica que su decisión prevalece sobre la de cualquier
otro. Por lo anterior si se inicia un proceso ante la rama judicial y el juez considera
que no existe pacto arbitral, pero se inicia un proceso ante un tribunal arbitral y
el mismo considera que si es competente, su decisión prevalece.
178
Al decidir sobre su competencia el tribunal puede incluso pronunciarse sobre la
inexistencia, nulidad, anulabilidad, invalidez o ineficacia del acuerdo de arbitraje.
Así mismo puede pronunciarse sobre las excepciones de prescripción, caducidad,
cosa juzgada y cualquiera otra que tenga por objeto impedir la continuación de la
Marco General del Arbitraje Internacional

actuación arbitral.

Es pertinente señalar que, por regla general, para que el tribunal deba pronunciar-
se sobre su competencia es necesario que una de las partes formule reparos sobre
el particular, pues si ello no ocurre, se puede concluir que la parte acepta la com-
petencia del tribunal, incluso si la materia no estaba incluida en el pacto arbitral,
pues este puede entenderse ampliado por el intercambio de escritos de demanda

1
UNIDAD y contestación.

A diferencia de lo que ocurre con el arbitraje nacional en el que el tribunal debe


pronunciarse sobre su competencia en la primera audiencia de trámite. Cuando
se trata de arbitraje internacional la ley (artículo 79) contempla dos posibilidades
que son: que se decida la competencia como cuestión previa o que se decida en el
laudo sobre el fondo.

Si el tribunal decide la falta de competencia como cuestión previa y niega las


excepciones de falta de competencia, la decisión del tribunal sólo podrá ser im-
pugnada mediante recurso de anulación contra el laudo que ponga fin al arbitraje.
La anterior regla tiene por finalidad evitar que el arbitraje pueda ser perturbado
durante su desarrollo por un recurso de anulación.

Por el contrario, si lo que ocurre es que el tribunal decide previamente y se declara


no competente dicha decisión puede ser impugnada por la vía de un recurso de
anulación. Si bien la ley no establece que la decisión que se adopta es un laudo
arbitral, lo cierto es que al prever que contra ella procede el recurso de anulación
le dio el tratamiento de laudo arbitral. De hecho, el reglamento del centro de arbi-
traje y conciliación de la cámara de comercio de Bogotá señala que tal decisión se
adopta a través de un laudo (artículo 3.16.5). Lo anterior corresponde a la tendencia
que existe en muchos países a considerar que la decisión de no competencia por
un tribunal arbitral constituye un laudo arbitral. Así por ejemplo lo reconoce la
jurisprudencia francesa.

Si lo que sucede es que el tribunal solo decide que no es competente o que ha


excedido su mandato como cuestión previa respecto de ciertas materias, la ley
establece que las actuaciones arbitrales continuarán sobre las otras materias y la
decisión de no competencia o exceso en las actuaciones solo podrá ser impugnada
mediante el recurso de anulación luego de emitirse el laudo por el cual se resuelve
la controversia. Nuevamente en este caso el legislador quiere evitar la que la con- 179
troversia pueda afectar el desarrollo del proceso arbitral y por ello solo permite el
recurso de anulación una vez terminado el mismo.

Ahora bien, cuál causal debe invocarse para atacar la decisión de no competen-
Marco General del Arbitraje Internacional

cia. En otros países se ha sostenido que la causal consiste en que el tribunal no se


ajustó al pacto arbitral.

Finalmente es pertinente destacar que cuando se profiere un laudo arbitral el


mismo puede ser objeto de recurso de anulación en el país de la sede del tribunal
arbitral. Pero si el laudo se va a ejecutar en otro país, normalmente debe solici-
tarse su reconocimiento en ese país, lo que implica un control por parte de las

1
autoridades judiciales de ese estado. De esta manera un laudo arbitral puede ser UNIDAD

sometido a un doble control.

A este respecto se observa que la Convención de Nueva York contempla como cau-
sal para negar el reconocimiento de los laudos arbitrales que la materia a la que
2
CAPÍTULO

se refiere el laudo no sea arbitrable de acuerdo con la ley del país en que se solicita
el reconocimiento (artículo V.2.a.). Por consiguiente, podría ocurrir que el tribunal
se declare competente y dicha decisión sea declarada válida cuando se impugne a
través del recurso de anulación en el país de la sede, y que posteriormente, el juez
competente del país en el cual se solicite el reconocimiento lo niegue porque la
materia no es arbitrable a la luz de la legislación de ese país.

180
Marco General del Arbitraje Internacional

1
UNIDAD
Jurisprudencia
J
Corte Constitucional
Sentencia C-347 de 1997.
Sentencia T-511 de 2011.
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil
Sentencia del 18 de abril de 2017 (Radicación n° 11001-0203-000-
2016-01312-00).
Providencia de 2 de mayo de 2017 Radicación n.° 11001-02-03-
000-2017-00079-00.
Sentencia del 12 de julio de 2017. Radicación n° 11001-02-03-000-
2014-01927-00.
Sentencia del 30 de octubre de 2017 SC17655-2017 (Radicación n°
11001-02-03-000-2016-03300-00).
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Expediente 11001-02-03-
000-2017-03480-00.
Sentencia del 15 de enero de 2019. Radicación n.° 11001-02-03-
000-2016-03020-00.

181

Marco General del Arbitraje Internacional

1
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Actividades pedagógicas

Ap Discuta los siguientes casos:


a. Una empresa española celebra un contrato con una empresa
colombiana para desarrollar la construcción de una planta
de tratamiento en Colombia. En dicho contrato se incluye
una cláusula compromisoria. El contrato es firmado por la
empresa española pero su ejecución se realiza por la sucursal
de la empresa colombiana. ¿Hay arbitraje internacional?

b. Una empresa colombiana celebra con otra empresa


colombiana un contrato para que esta última construya
una máquina, que será enviada a Quito para ser instalada en
una planta que se está construyendo. En el contrato se pacta
arbitraje. ¿El arbitraje es internacional?

c. Se constituye una sociedad en Colombia en la cual participan


cinco personas colombianas. En los estatutos se incluye una
cláusula compromisoria. posteriormente dos de los socios
transfieren sus acciones a dos sociedades panameñas. Surge
un conflicto entre estos nuevos socios y los anteriores. ¿El
arbitraje es internacional?

d. Se celebra un contrato verbal entre una persona que vive


en Bogotá y otra que vive en Miami, pero que está de paso
por Bogotá. Las partes pactaron arbitraje. Dos testigos
que presenciaron la negociación hicieron declaraciones
extra juicio en las que declaran que se acordó verbalmente
arbitraje. ¿Hay pacto arbitral?

e. En proceso arbitral adelantado entre una empresa italiana


182 y una empresa colombiana bajo las reglas del Centro de
Arbitraje de la Cámara de Comercio de Bogotá, una de las
partes encuentra que uno de los árbitros tuvo una relación
sentimental con la representante legal de la otra parte y
formula recusación contra el árbitro. ¿Quién decide esta
Marco General del Arbitraje Internacional

recusación, qué procedimiento sigue y cómo debe decidirse


la recusación y cómo debe decidirse?

f. En un procedimiento adelantado entre una empresa mexicana


y una empresa colombiana, un árbitro en el tribunal A actúa
como apoderado de una de parte en el tribunal B, uno de los
árbitros en el tribunal B es apoderado en el tribunal A de una
de las partes. La otra parte en el tribunal A recusa al árbitro.
¿Quién decide esta recusación, que procedimiento sigue y

1
cómo debe decidirse la recusación?
UNIDAD

g. En un proceso entre una empresa norteamericana y una


empresa colombiana, uno de los árbitros sufre un desmayo
y es hospitalizado. Después de una semana, una de las partes
solicita la remoción del árbitro por estar impedido para
ejercer sus facultades: ¿Quién puede decidir esta solicitud?,
¿cómo se tramita y cómo se decide?
Autoevaluación

Ae De las siguientes afirmaciones, indique cuales son verdaderas


(V) y cuales son Falsas (F):

a. A los procesos arbitrales les es aplicable el Código General


del Proceso en todo lo que no sea contrario a la ley 1563
de 2012. ( )

b. En los contratos de condiciones generales con


consumidores el pacto arbitral no es válido. ( )

c. El pacto arbitral incluido en un contrato de fiducia solo


obliga a la fiduciaria y el fideicomitente. ( )

d. El compromiso debe celebrarse por escrito, por ello no es


válido el compromiso que resulte de un intercambio de
mensajes por WhatsApp. ( )

183

Marco General del Arbitraje Internacional

1
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Autoevaluación

Ae En los siguientes casos seleccione una respuesta:

a. En el año 2011 una empresa colombiana y una empresa


suiza celebran un contrato y pactan arbitraje de acuerdo
con el reglamento del centro de arbitraje de la cámara
de comercio de Bogotá. Se inicia un proceso arbitral en el
2018. Dicho proceso arbitral debe tramitarse:

a. Como arbitraje nacional, porque las partes no


exigieron que fuera internacional como lo exigía la
ley 315

b. Como arbitraje nacional, porque el reglamento de


la Cámara de la Cámara de Comercio de 2011 no
regulaba el arbitraje internacional.

c. Como arbitraje internacional de acuerdo con la ley


1563

b. En un contrato entre una empresa alemana y una


empresa colombiana se pacta arbitraje en derecho.
Cuando cada una de las partes nombra un árbitro, una de
ellas nombra un árbitro que es ingeniero.

a. El árbitro puede ser recusado por la otra parte porque


no es abogado

b. El árbitro no puede ser recusado porque para ello se


requiere que no sea imparcial e independiente.
184 c. No se puede recusar el árbitro.
Marco General del Arbitraje Internacional

1
UNIDAD
c. Se celebra un contrato entre una empresa oficial de
Barataria (país ficticio) y una empresa colombiana
y se pacta que la ley aplicable al contrato será la ley
Ae de Barataria, pero que el arbitraje se desarrollará en
Colombia. La ley de Barataria establece que las entidades
estatales solo pueden someterse a arbitraje cuando lo
autorice la ley.

Se convoca un tribunal arbitral:


a. El pacto arbitral es nulo porque la empresa de
Barataria no era capaz.

b. El pacto arbitral es nulo porque viola una ley de


orden público de Barataria.

c. El pacto arbitral es nulo porque así resulta de la ley


de Barataria que es la pactada.

d. El pacto arbitral es válido porque la ley colombiana


es aplicable para determinar la validez del mismo

d. Se inicia un proceso judicial en Colombia por parte de una


empresa colombiana contra otra empresa colombiana. La
demandada al contestar invoca la existencia de un pacto
arbitral en el que se dice que todas las controversias se
decidirán por un tribunal arbitral con sede en Panamá:

a. La excepción debe prosperar.

b. La excepción no puede prosperar porque dicho pacto


arbitral no es válido según la ley colombiana.

c. La excepción no puede prosperar porque no se ha 185


acreditado que el tribunal se haya constituido.

Marco General del Arbitraje Internacional

1
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Bibliografía

B Born, Gary. International Commercial Arbitration, Ed Kluwer


Law International 2009.

Cremades, Bernardo M. Multi-Tiered Dispute Resolution


Clauses. 14 ICC International Court of Arbitration Bulletin,
No.1

Gaillard, Emmanuel, Savage, John. Fouchard Gaillard


Goldman on International Commercial Arbitration. Ed
Kluwer. 1999.

Monroy Cabra, Marco Gerardo. Arbitraje Comercial Nacional


e Internacional. 2ª ed. Legis, Bogotá, 1998

Tawil, Guido y Zuleta, Eduardo. El Arbitraje Comercial


Internacional. Estudio de la Convención de Nueva York con
motivo de su 50º aniversario. Ed Universidad del Rosario.
Facultad de Derecho, Uba. Abaledo Perrot, Buenos Aires, 2008

186
Marco General del Arbitraje Internacional

1
UNIDAD
CAPÍTULO
Arbitraje
Internacional
Trámite Arbitral

2
UNIDAD
UNIDAD

2
Trámite Arbitral
Objetivo General
Og Estudiar las principales etapas del trámite arbitral
internacional, con el fin de entender sus efectos, validez
jurídica y principales características.

Oe Objetivos Específicos

•• Diferenciar la práctica de pruebas en el arbitraje


nacional y en el arbitraje internacional.
•• Entender el rol y los momentos de interacción del
arbitraje internacional con la justicia ordinaria.
•• Ofrecer elementos conceptuales, jurisprudenciales
y académicos al juez de control, que le permitan
tomar decisiones en aquellos momentos que
deban pronunciarse sobre los procesos arbitrales
internacionales.
•• Estudiar la práctica de las medidas cautelares en el
trámite arbitral internacional.
•• Dar una mirada al arbitraje de inversión, con el fin
de entender sus diferencias y su régimen regulatorio
respecto del arbitraje comercial internacional.

189

Trámite Arbitral

2
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Arbitraje Internacional

Marco General
del Arbitraje
ITERNacional

Arbitraje Comercial Arbitraje de Inversión

Pacto Arbitral Procedimiento Sede del


Arbitraje
Cláusulas Reglamentos
Patológicas de los Centros
Laudo

Reconocimiento Acción de Anulación


de Laudos Tutela Causales
190 Trámite
Trámite Arbitral

2
UNIDAD
Objetivo General

Og Mostrar en detalle las etapas del proceso arbitral, con el fin


de entender su desarrollo, características y establecer las
diferencias con la justicia tradicional.

Objetivos Específicos

Oe •• Estudiar el principio de competencia competencia,


en el cual los tribunales arbitrales sustentan sus
decisiones respecto de su propia competencia para
conocer los asuntos que son excluidos por las partes de
la justicia ordinaria.
•• Observar el marco normativo en materia de medidas
cautelares y pruebas, que sustentan la competencia
del Tribunal para su práctica.
•• Referenciar y desarrollar los recursos contra el laudo,
en especial, lo que se refiere al recurso de anulación y
cada una de sus causales.
•• Referenciar la procedencia o no de la acción de tutela
contra el laudo arbitral.

191

Trámite Arbitral

2
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Unidad 2 188

2 TRÁMITE ARBITRAL 193

Co 2.1 La solicitud de arbitraje 193


2.2 Etapas del trámite 194
2.3 La prueba 195
2.4 Medidas cautelares 197
2.4.1 La ejecución de medidas cautelares decretadas por un
tribunal arbitral internacional. 198
2.4.2 El decreto de medidas cautelares por un juez en
apoyo del arbitraje 200
2.5 Laudo arbitral 202
2.6. Recursos contra el laudo 204
2.6.1 Posibilidad de renuncia al recurso 205
2.6.2 Las personas que pueden interponer el recurso 206
2.6.3 Forma y oportunidad de interponer le recurso 206
2.6.4 Trámite del recurso 207
2.6.5 La autoridad judicial competente 208
2.6.6 Efectos de la interposición del recurso 208
2.6.7 El alcance del control judicial 208
2.6.8 Las causales 209
2.6.8.1 Causales de anulación a solicitud de parte 210
2.6.8.1.1 Invalidez del pacto arbitral 210
192 2.6.8.1.2 Segunda Causal 210
2.6.8.1.3 Tercera causal 215
2.6.8.1.4 Cuarta causal 216
2.6.8.2 Causales de oficio 218
2.6.8.2.1 Causal primera de oficio 219
2.6.8.2.2 Segunda causal que puede ser declarada de oficio 219
2.6.9 Efectos de la interposición del recurso 223
2.6.10 Reconocimiento de laudos 225
2.6.11 El recurso de revisión 227
2.6.12 Acción de tutela contra el laudo arbitral 227
Trámite Arbitral

2.6.13 Ejecución de los laudos 229

2
UNIDAD Actividades pedagógicas 230
Autoevaluación 231
Jurisprudencia 232
Bibliografía 233
TRÁMITE
ARBITRAL 2
E l trámite del proceso arbitral se sujeta a las reglas de la Ley 1563, la que permi-
te que las partes acuerden un procedimiento bien directamente o por referencia a
un reglamento arbitral (artículo 92 de la ley)

Dispone la ley que en lo que no se encuentra regulado en la ley o no fue regulado


por las partes directamente o por referencia a un reglamento de arbitraje, el Tri-
bunal puede dirigir el proceso de la manera que le parezca más apropiada.

En todo caso, el artículo 61 de la ley establece que el tribunal debe tratar a las
partes con igualdad y darles plena oportunidad de hacer valer sus derechos. Esta
norma se ha considerado de orden público y por ello las partes no pueden acordar
un procedimiento que desconozca la igualdad o que impida a una de las partes
hacer valer sus derechos. 193

2.1 La solicitud de arbitraje

El trámite del arbitraje internacional normalmente se inicia por una solicitud


que debe reunir los requisitos que establezca el respectivo reglamento, pero que
a diferencia de lo que sucede con el arbitraje nacional, no tiene que cumplir los
requisitos de la demanda.
Trámite Arbitral

Cuando el arbitraje esté sujeto al reglamento de Cuando el arbitraje esté


un centro, la solicitud se presenta a dicho cen- sujeto al reglamento de

2
tro y el mismo da impulso al trámite. UNIDAD
un centro, la solicitud se
Cuando no se ha pactado un centro, o no es presenta a dicho centro
aplicable el reglamento del CIAC, la solicitud de y el mismo da impulso al
arbitraje debe ser dirigida por una parte a la otra. trámite.
2
CAPÍTULO

2.2 Etapas del trámite

La solicitud de arbitraje es contestada por la convocada y se procede a integrar el


tribunal.

La ley no regula en forma detallada el procedimiento que debe seguirse, porque


considera que el arbitraje debe ser flexible para que las partes puedan adoptar
el procedimiento más adecuado para su caso que les permita en forma rápida y
eficiente resolver sus controversias. Si las partes no adoptan un procedimiento le
corresponderá al tribunal arbitral hacerlo, teniendo siempre en consideración que
debe dar un trato igualitario a ambas partes y darles la oportunidad de hacer valer
sus derechos.

Lo que normalmente ocurre es que las partes han pactado un reglamento que en
forma más precisa determina el procedimiento aplicable. Pero en todo caso los
reglamentos de arbitraje suelen ser bastante amplios, de tal manera que tanto las
partes, como el tribunal arbitral puedan acordar un procedimiento adecuado para
cada caso y adelantar el proceso de la forma rápida y eficiente.

Para este efecto es bastante común en los arbitrajes que al inicio de los mismos
las partes y los árbitros se reúnan físicamente o virtualmente y en esa reunión
acuerden la forma como van a llevar el proceso. Como consecuencia de lo anterior
usualmente se adoptan reglas sobre la presentación de escritos y pruebas y un
calendario procesal que fija la época en que deben realizarse las distintas actua-
194 ciones. Normalmente el tribunal profiere un acto (a menudo denominado orden
procesal) en el que se consagran tales reglas.

Una situación particular se presenta cuando se ha pactado que el arbitraje se ade-


lantará de conformidad con el reglamento de la Cámara de Comercio Internacio-
nal, pues el mismo contempla que tan pronto reciben el expediente de parte de
la CCI los árbitros debe elaborar un Acta de Misión que será firmada por ellos y
las partes, la cual determina aspectos fundamentales del arbitraje, como son: la
identificación de las partes y los árbitros, las pretensiones que se formulan, la sede
del arbitraje y las normas aplicables. Esta Acta contiene en el fondo un verdadero
Trámite Arbitral

pacto arbitral.

2
UNIDAD Usualmente la siguiente actuación prevista después de que se han fijado las reglas
que se van a observar en el arbitraje es la presentación de la demanda, la cual debe
indicar los hechos en que se funda, los puntos controvertidos y el objeto de ella.
Dicha demanda debe contestarse por la otra parte en la oportunidad prevista en
el calendario procesal.
Adicionalmente, el demandado puede en la oportunidad para contestar la deman-
da presentar demanda de reconvención.

Es igualmente común que dentro del trámite se prevea la presentación de escritos


adicionales sobre el fondo (dúplica por el demandante, y réplica con el demandado)

2.3 La prueba

Un aspecto muy importante en el proceso arbitral es el relativo a las pruebas. En


relación con la prueba deben considerarse dos aspectos: las reglas aplicables a las
pruebas y el apoyo judicial en la práctica de pruebas.

En el arbitraje internacional no se aplican las normas locales en materia de prue-


bas, es decir, si el arbitraje tiene sede en Colombia no se aplicará en derecho co-
lombiano el Código General del Proceso. Le corresponde en principio al tribunal
arbitral decidir la admisibilidad, la pertinencia y el valor de las pruebas. Así lo
establece el artículo 92 de la ley.

Lo anterior obedece al hecho de que en el arbitraje internacional intervienen per-


sonas provenientes de muy distintas culturas jurídicas que en materia de pruebas
tienen orientaciones diversas y por ello las reglas probatorias deben buscar solu-
ciones que sean coherentes para todos.

Es por ello que la Internacional Bar Association adoptó unas guías en materia de
prueba en el arbitraje internacional que a menudo son seguidas o tomadas en 195
cuenta por los tribunales arbitrales. En dicha Guía se establecen entre otras las
siguientes disposiciones:

En primer lugar, el deber del tribunal de consultar a las partes lo más rápidamente
posible e invitarlas a consultarse mutualmente a fin de acordar un procedimiento
eficiente, económico y equitativo en materia de pruebas.

En segundo lugar, se regula la presentación de documentos. En este punto es de


destacar que uno de los aspectos que más controversia generan en arbitrajes inter-
Trámite Arbitral

nacionales es lo relativo a la exhibición de documentos. Ello porque hay múltiples


aproximaciones sobre el particular en el derecho comparado.

2
UNIDAD

Así en la common law y en particular en los Estados Unidos se conoce el Discovery,


en virtud del cual previamente a adelantar el proceso, cada parte puede solicitar a
la otra todos los documentos que tengan que ver con la controversia. En los EEUU
ello incluye la posibilidad de interrogar funcionarios.
2
CAPÍTULO

En otros países la posibilidad de solicitar documentos en poder de la otra parte es


muy restringida.

Para solucionar estas diferencias de aproximación, las reglas de la IBA prevén que
cada parte puede presentar a la otra una solicitud de exhibición de documentos
en la época fijada por el tribunal arbitral, lo cual normalmente se determina en el
calendario procesal. La solicitud debe contener una descripción de cada documen-
to que permita identificarlo o una descripción de una concreta y especifica de una
categoría de documentos, así como una declaración de porque los documentos son
relevantes; una declaración de que los documentos no se encuentran en poder de
quien lo solicita, y una declaración de las razones por las cuales la parte supone
que están en poder de la otra parte. Dentro del plazo que se haya fijado, la otra
parte puede pronunciarse y finalmente el tribunal toma una decisión.

En tercer lugar, en materia de declaración testimonial las guías prevén que puede
declarar como testigo la propia parte, un empleado o representante de la misma.
Usualmente las declaraciones se presentan por escrito y los testigos solo compa-
recen a declarar personalmente cuando la parte contraria lo solicita para contro-
vertir su testimonio. Usualmente cuando ello ocurre en la audiencia no se repite el
testimonio, sino que se adelanta el contrainterrogatorio.

En cuarto lugar, en relación con la prueba pericial, se prevé tanto la posibilidad de


que las partes aporten la prueba pericial, como que el tribunal decrete un peritaje.

En cuarto lugar, en relación con la prueba pericial, se prevé


196 tanto la posibilidad de que las partes aporten la prueba
pericial, como que el tribunal decrete un peritaje.

Por otra parte, el artículo 100 de la ley consagra la colaboración de las autoridades
judiciales para la práctica de pruebas. A tal efecto, prevé la ley que un tribunal
arbitral internacional, sea que tenga su sede en Colombia o fuera de ella, puede
solicitar la colaboración de la autoridad judicial colombiana para la práctica de
pruebas.
Trámite Arbitral

La autoridad judicial colombiana es el juez civil del circuito, salvo que se trate de
un proceso en que sea parte una entidad pública colombiana o una persona que

2
UNIDAD cumpla funciones administrativas de las autoridades públicas colombianas caso
en el cual la competencia le corresponde al juez administrativo.

Dispone la ley que la autoridad judicial procederá con arreglo al régimen del
respectivo medio probatorio, lo que implica que la prueba se debe practicar de
conformidad con las reglas del Código General del Proceso. Así mismo precisa la ley
que en tal caso se procederá como si se tratará de una comisión judicial.

Igualmente prevé la ley que la solicitud de pruebas la puede hacer una de las par-
tes en el arbitraje con aprobación del tribunal arbitral.

En todo caso es de destacar que la ley no contempla que dichas solicitudes deban
hacerse por conductos diplomáticos, por consiguiente, es suficiente presentar la
solicitud del tribunal arbitral, debidamente traducida si es del caso.

2.4 Medidas cautelares

En los procesos arbitrales internacionales es muy importante la posibilidad de


pedir y decretar medidas cautelares.

De conformidad con la Ley 1563, que en esta materia sigue de cerca la ley modelo
de Uncitral, los tribunales arbitrales pueden decretar medidas cautelares y por
ellas se entiende “toda medida temporal, decretada en forma o no de laudo,
por la que, en cualquier momento previo a la emisión del laudo por el que se
dirima definitivamente la controversia, el tribunal arbitral ordene a una de las
partes…”.

De esta definición vale la pena destacar que en el arbitraje internacional la me-


dida cautelar ordenada por un tribunal arbitral es una orden a las partes. Lo
anterior implica que el tribunal no puede adoptar medidas que impliquen una 197
orden a terceros. En este punto existe una diferencia entre las facultades en
materia de medidas cautelares de un tribunal arbitral nacional y de uno inter-
nacional. El tribunal internacional no podría ordenar el embargo de una cuenta
corriente.

El otro aspecto relevante es que las medidas cautelares se pueden adoptar por
laudo. Dicha solución busca facilitar la ejecución de las medidas cautelares a tra-
vés de la Convención de Nueva York. Sin embargo, hay diferentes aproximaciones
sobre que es un laudo de acuerdo con la Convención, pues esta no lo define, por lo
Trámite Arbitral

que puede suceder que en un país no se considere que una decisión sobre medidas
cautelares constituye un verdadero laudo para efectos de su reconocimiento de

2
conformidad con la Convención de Nueva York. UNIDAD

En materia de arbitraje internacional el principio es que las medidas cautelares


solo se decretan después de haber dado a la otra parte la oportunidad de pronun-
ciarse sobre ellas. Sin embargo, como puede haber casos en los que el conocimien-
2
CAPÍTULO

to por la otra parte de la solicitud de la medida cautelar puede afectar su eficacia,


la ley prevé que en esos casos se puede emitir una orden preliminar por la cual se
ordena a la otra parte que no frustre la medida.

En relación con las medidas cautelares hay dos aspectos que deben destacarse,
y son la ejecución por el juez de las medidas cautelares decretadas por un tri-
bunal y la posibilidad de que el juez decrete medidas cautelares en apoyo del
arbitraje.

2.4.1 La ejecución de medidas cautelares decretadas por un


tribunal arbitral internacional
El artículo 88 de la Ley 1563 de 2012, prevé que las medidas cautelares adoptadas
por un tribunal arbitral internacional pueden ejecutarse a través de una autoridad
judicial en Colombia.

Tal posibilidad aplica no sólo respecto de las que decreten tribunales con sede en
Colombia, sino también de las ordenadas por tribunales arbitrales con sede fuera
de Colombia. La ley no prevé que para obtener la ejecución en Colombia de una
medida cautelar decretada en el exterior se requiera que la decisión haya sido ob-
jeto de reconocimiento por la Corte Suprema de Justicia.

En este punto ha de destacarse que en el arbitraje internacional se ha desarrolla-


do la figura del árbitro de emergencia, que consagran diferentes reglamentos de
arbitraje como el de la CCI. Dicha figura tiene por objeto designar un árbitro cuya
única función es decretar una medida cautelar urgente, que no puede esperar a
198 que se constituya el tribunal arbitral.

Para hacer cumplir una medida cautelar decretada por un tribunal arbitral dispo-
ne la ley que se debe proceder en la forma prevista por la ley para la ejecución de
providencias ejecutoriadas proferidas por las autoridades judiciales colombianas.
Lo anterior implica que para la ejecución se acude al proceso ejecutivo y el título
ejecutivo estará conformado por la decisión del tribunal arbitral a través de la cual
se decretó la medida cautelar.

Dentro de dicho proceso sólo proceden las excepciones que consagra el artículo
Trámite Arbitral

89 de la ley, que corresponden en buena medida a las causales para negar el reco-
nocimiento de laudos arbitrales. Lo anterior implica que en la interpretación de

2
UNIDAD dichas causales deberían tenerse en cuenta los criterios que ha decantado la Corte
Suprema de Justicia sobre las causales de anulación.

Dichas causales son taxativas y están divididas en dos grupos. Unas causales que
operan a petición de parte y otras que operan de oficio.
Las causales para negar la ejecución de la medida a petición de parte son las si-
guientes:

1. El pacto arbitral no es válido. Ello puede ocurrir porque la parte que invoca la
causal estaba afectada por una incapacidad. Por otra parte, el pacto arbitral puede
ser invalido de acuerdo a la ley a la que las partes lo han sometido o si no se hubie-
re indicado de acuerdo con la ley del país en que se decretó la medida. En relación
con este punto se remite a lo examinado sobre la validez del pacto arbitral.

2. La parte no fue debidamente notificada de la iniciación de la actuación arbitral.


Posteriormente se hará referencia a esta causal.

3. El tribunal no es competente, porque la decisión se refiere a una controversia que


no está comprendida en el acuerdo de arbitraje o excede los términos del acuerdo
de arbitraje. Esta causal será examinada al revisar las causales de anulación.

4. La composición del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se ajustaron


al acuerdo celebrado entre las partes o, en defecto de tal acuerdo, no se ajustaron a
la ley del país donde se tramita el arbitraje. En este punto es importante destacar
que la ley precisa que para que se pueda invocar un defecto en la composición del
tribunal o en el procedimiento arbitral, es necesario que el mismo haya privado
a una parte de su derecho de defensa. Ello puede ocurrir en los países en que se
adopta la ley modelo cuando se decreta la medida sin darle a la parte la previa
oportunidad de pronunciarse.

5. No se ha cumplido la decisión del tribunal arbitral sobre la prestación de la cau- 199


ción que corresponda a la medida cautelar decretada.

6. La medida cautelar haya sido revocada o suspendida por el tribunal arbitral o,


en caso de que esté facultado para hacerlo, por una autoridad judicial del Estado
en donde se tramite el procedimiento de arbitraje o conforme a cuyo derecho se
decretó dicha medida. Esta regla destaca que la autoridad competente para privar
de efectos una decisión de un tribunal arbitral, es la de la sede del arbitraje.

Agrega la ley que no se podrán invocar los motivos 1 al 4 si la parte podía invocar
Trámite Arbitral

este motivo ante el tribunal arbitral y no lo hizo.

2
Como quiera que estas causales operan a petición de parte, es a esta a quien corres- UNIDAD

ponde acreditar los hechos en que se funda. Lo anterior implicará que será dicha
parte la que deberá acreditar el pacto arbitral y los vicios del mismo, si considera que
no es válido, o que la controversia no está incluida en el, o que la composición del
tribunal o el procedimiento no se ajustaron a lo establecido en dicho negocio jurídico.
2
CAPÍTULO

Por otra parte, la ley contempla unas causales para negar el reconocimiento de la
medida cautelar que el tribunal puede decretar de oficio y que son las mismas que
se pueden invocar para anular el laudo arbitral. Estas causales son:

i. Según la ley colombiana el objeto de la controversia no es susceptible de arbitraje.

ii. La ejecución de la medida sería contraria al orden público internacional co-


lombiano. En relación con esta norma debe destacarse que la misma alude al
orden público desde una perspectiva internacional, al cual se hará referencia más
adelante.

Aclara la ley que la determinación a la que llegue la autoridad judicial respecto


de cualquier motivo enunciado en el presente artículo será únicamente aplicable
para los fines de la solicitud de ejecución de la medida cautelar. Precisa igualmente
la ley el carácter restrictivo del control judicial pues señala que la autoridad judi-
cial a la que se solicite la ejecución solo podrá pronunciarse sobre la existencia de
las causales a las que se refiere este artículo y no sobre el contenido de la medida
cautelar. Por consiguiente, la autoridad judicial a la que se solicite la ejecución de
la medida cautelar no podrá alterarla.

2.4.2 El decreto de medidas cautelares por un juez en apoyo del


arbitraje
Dado que la integración de un tribunal arbitral puede demorarse, y que, por otro
lado, para lograr el propósito que se persigue con las medidas cautelares no son
200 suficientes las que la ley prevé para el arbitraje internacional, la ley permite que se
soliciten medidas cautelares al juez.

La ley regula esta materia en dos artículos: el 71 y el 90.

Las dos disposiciones claramente prevén la posibilidad de que se soliciten medidas


cautelares a la autoridad judicial con anterioridad al proceso arbitral o en curso
del mismo y sin que ello afecte el proceso arbitral. El hecho de que se soliciten
medidas cautelares al juez en manera alguna afecta el pacto arbitral.
Trámite Arbitral

La competencia en esta materia será normalmente del juez civil del circuito, pero
corresponderá al juez administrativo cuando en el proceso arbitral sea parte una

2
UNIDAD entidad pública colombiana o quien ejerza funciones administrativas colombianas.

Ahora bien, el artículo 90 precisa que la autoridad judicial ejercerá dicha compe-
tencia de conformidad con su propia ley procesal y teniendo en cuenta los rasgos
distintivos del arbitraje internacional.
La primera parte de la norma es clara, el juez al decretar la medida cautelar debe
tener en cuenta su propia ley procesal. Lo anterior implica que el juez no puede
decretar medidas cautelares que no autorice su ley procesal. Así mismo, cabe la
pregunta acerca de cuál es el procedimiento que debe seguir el juez para decretar
la medida. Lo anterior porque la ley procesal colombiana no regula de manera
general la facultad del juez de decretar medidas cautelares extraproceso.

A este respecto se observa que el artículo 589 del Código General del Proceso se
refiere a las medidas cautelares extraprocesales y señala que, para los asuntos re-
lacionados con violaciones a la propiedad intelectual, la competencia desleal y en
los demás en que expresamente una ley especial permita la práctica de medidas
cautelares extraprocesales, éstas podrán solicitarse, decretarse y practicarse en el
curso de una prueba extraprocesal.

Como se puede apreciar, la ley permite dichas medidas cautelares cuando estén
autorizadas por la ley, como ocurre en el presente caso, y señala que ellas pue-
den decretarse y practicarse en el curso de una prueba extraprocesal. Ahora bien,
como quiera que las medias cautelares
en apoyo del arbitraje internacional no Como se puede apreciar, la
suponen una prueba extraprocesal ha ley permite dichas medidas
de entenderse que simplemente se de- cautelares cuando estén
cretan siguiendo las reglas del artículo autorizadas por la ley, como
589. En efecto, no parece razonable en-
ocurre en el presente caso,
tender que si no se solicita una prueba
extraprocesal no puede decretarse la
y señala que ellas pueden
medida cautelar, porque ello implica- decretarse y practicarse
201
ría hacer prevalecer la forma sobre la en el curso de una prueba
sustancia. extraprocesal.

La discusión que puede presentarse es si el decreto de la medida cautelar debe


hacerse con o sin citación de la contraparte. Si se examina este aspecto desde la
perspectiva de la ley colombiana se aprecia, que el principio en el Código General
del Proceso es que la medida se decreta sin audiencia de la parte contraria. Por
el contrario, cuando se trata del Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo, las medidas cautelares se decretan con citación de
Trámite Arbitral

la parte contraria. Desde esta perspectiva podría sostenerse que todo dependerá
de quien deba decretar la medida. Como quiera que lo normal es que se solicite

2
la medida cautelar al juez civil, la misma se podrá decretar sin citación de la UNIDAD

contraparte. Si la medida cautelar debe ser decretada por el juez administrativo,


el mismo en principio deberá citar a la otra parte, salvo los casos de urgencia, de
conformidad con lo previsto en el Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo.
2
CAPÍTULO

2.5 Laudo arbitral


No existe una definición universal de lo que constituye un laudo arbitral. En par-
ticular ni la Convención de Nueva York ni la Convención de Panamá definen el
laudo arbitral. Tampoco lo hace la Ley 1563 en materia internacional.

A nivel internacional para efectos de la Convención de Nueva York la tendencia


es a buscar una regla material teniendo en cuenta la materia o contenido y no
su denominación. Desde esta perspectiva se ha considerado que los laudos para
efectos de la Convención de Nueva York son “aquellas decisiones proferidas por un
tribunal arbitral, que, habiendo analizado los planteamientos y argumentaciones
de las partes, resuelven de manera definitiva una o más controversias que le han
sido sometidas o una parte de tales controversias, poniendo fin al procedimiento
arbitral o a la cuestión litigiosa materia de la decisión”165.

A diferencia de lo que ocurre con el arbitraje nacional en el que en principio solo


se prevé un laudo que decide las pretensiones y excepciones formuladas, a nivel
internacional puede haber varios laudos. Así, es común que muchos procesos ar-
bitrales se bifurquen para que diversos aspectos sometidos al tribunal se decidan
por separado. Lo anterior entonces da lugar a la existencia de laudos parciales. La
propia ley prevé una primera forma de bifurcación que consiste en que el tribunal
decide inicialmente sobre su competencia y posteriormente sobre el fondo. Otra
forma de bifurcación bastante usual se presenta cuando se establece que inicial-
mente se decidirá a través de un laudo si existe o no incumplimiento y responsa-
bilidad, para posteriormente decidir a través de otro laudo, cuál es el monto de la
condena. Cada uno de estos laudos puede ser objeto de recurso de anulación.
202
Adicionalmente, el concepto de laudo no queda restringido a la providencia a tra-
vés de la cual se deciden de fondo las pretensiones y las excepciones propuestas. En
efecto, como ya se vio, la decisión que decide la competencia puede calificarse de
laudo arbitral, y de hecho así lo precisa el Reglamento de Arbitraje Internacional
de la Cámara de Comercio de Bogotá.

Igualmente el artículo 103 de la Ley 1563 de 2012, contempla el laudo por acuerdo,
que es el que se presenta cuando las partes resuelven ellas mismas la controversia
y el tribunal, a solicitud de las partes, incorpora los términos del acuerdo en un
Trámite Arbitral

laudo. Como se puede apreciar, a diferencia del derecho interno en el cual, en caso
de una conciliación judicial, el juez la aprueba por auto, en materia de arbitraje

2
UNIDAD internacional se puede dictar un laudo. Ello tiene como propósito permitir que

165
Eduardo Zuleta. ¿Qué es una sentencia o laudo final? El laudo parcial, el laudo final y el laudo interino.
Publicado en Publicado en Tawil, Guido y Zuleta, Eduardo. El Arbitraje Comercial Internacional. Estudio de
la Convención de Nueva York con motivo de su 50º aniversario. Ed Universidad del Rosario. Facultad de
Derecho, Uba. Abaledo Perrot, P. 59.
dicho acuerdo pueda ser ejecutado en otros países como laudo conforme a las
reglas de la Convención de Nueva York. Es pertinente señalar que los árbitros no
están obligados a incorporar los términos del acuerdo en un laudo, pues pueden
no estar de acuerdo en la legalidad del mismo. En tal caso, si las partes llegan a un
acuerdo, se pondrá fin al proceso pero no habrá laudo.

Adicionalmente, el artículo 80 de la Ley 1563, establece que las medidas cautela-


res pueden decretarse a través de un laudo. La posibilidad que establece la ley de
decretar las medidas cautelares a través de un laudo tiene por objeto facilitar su
ejecución internacional.

Adicionalmente, el artículo 80 de la Ley 1563 establece que


las medidas cautelares pueden decretarse a través de un
laudo. La posibilidad que establece la ley de decretar las
medidas cautelares a través de un laudo tiene por objeto
facilitar su ejecución internacional.

Sin embargo, debe observarse que el artículo 89 de la ley contempla las causales por
las cuales el juez colombiano puede negar la ejecución de las medidas cautelares
decretadas por tribunal arbitral, las cuales coinciden en buena parte con las cau-
sales de anulación. Se plantea entonces la duda acerca de si procede la anulación
del laudo que decreta medidas cautelares o si lo que procede es negar su ejecución.

Técnicamente son dos situaciones distintas. El recurso de anulación del laudo ar-
bitral tiene por objeto ejercer un control sobre el mismo por parte de la autoridad 203
judicial de la sede del tribunal. Por el contrario, la posibilidad de negar la ejecución
de una medida cautelar busca impedir que la misma pueda hacerse cumplir en
Colombia. Se trata entonces de instrumentos legales distintos. Así puede suceder
que en Colombia se solicite una medida cautelar para que se decrete a través de un
laudo para ser cumplida en el exterior. En tal caso el control en la ley colombiana
se cumplirá a través del recurso de anulación. Por el contrario, si la medida caute-
lar se decreta en el exterior, lo que procede es la ejecución y ella podrá negarse por
las cuales previstas por el artículo 89 de la ley.
Trámite Arbitral

Por otro lado, si se va a pedir en Colombia la ejecución de la medida cautelar


decretada por un laudo en el país, la parte contra quien se invoca la medida puede

2
oponerse a ella en virtud del artículo 89 de la ley. Cabría en todo caso preguntarse UNIDAD

si cuando se podía solicitar la anulación y no se hizo, la parte podría oponerse


a la ejecución por las mismas causales que procederían para la anulación. En
efecto, al no haberse invocado oportunamente la anulación podía entenderse
que se han convalidado los vicios que se podrían hacer valer a través del recurso
2
CAPÍTULO

de anulación. Sólo podría entonces negarse la ejecución por las causas que puede
aplicar de oficio el juez.

Por otra parte, el laudo puede ser en derecho o en equidad, pero la regla general
es que es en derecho, salvo que se pacte otra cosa. En todo caso, dispone la ley que
aun cuando sea en equidad el tribunal “decidirá con arreglo a las estipulaciones del
contrato y teniendo en cuenta los usos mercantiles aplicables al caso”.

Las decisiones del tribunal y el laudo se adoptan por mayoría, salvo que las partes
estipulen otra cosa. Adicionalmente precisa la ley que si no hay mayoría decide el
árbitro presidente. Por otra parte, la ley exige que el laudo sea motivado, se profiera
por escrito, se indique la fecha y la sede del arbitraje y sea firmado por el árbitro
o los árbitros.

La ley sólo prevé que un laudo puede no ser motivado en dos casos: cuando se trata
de un laudo por acuerdo, pues su contenido es sólo lo que las partes han conveni-
do, y cuando las partes han acordado que el laudo no sea motivado, lo que la ley
permite siempre y cuando ninguna de ellas tenga domicilio o residencia en Co-
lombia. Esta regla obedece a que el legislador considera que las personas residentes
en Colombia tienen derecho a una motivación de la decisión judicial, como una
expresión del derecho de acceso a la justicia.

Establece la ley que la falta de firma de un árbitro no afecta la validez del laudo,
pero precisa que se debe dejar constancia del motivo de la ausencia de firmas, lo
que plantea la duda de qué sucede cuando no se indica dicha circunstancia.
204
Algunos reglamentos prevén reglas particulares para la expedición de los laudos.
Así, por ejemplo, el Reglamento de la CCI establece que el laudo antes de su firma
debe ser sometido a aprobación de la Corte de Arbitraje de la CCI. Lo anterior de-
termina que cuando el laudo se profiere sin dicha aprobación el mismo puede ser
anulado.

El laudo se notifica por la entrega de una copia firmada a cada parte. Cuando el
arbitraje es institucional, dicha entrega normalmente se hace por conducto del
centro de arbitraje.
Trámite Arbitral

2
UNIDAD
2.6 Recursos contra el laudo

El artículo 107 de la Ley 1563 de 2012, dispone que el único recurso que procede con-
tra el laudo en el arbitraje internacional es el recurso de anulación. Lo anterior
implica, por consiguiente, que en materia de arbitraje internacional no cabe el
recurso extraordinario de revisión contra el laudo. Como se verá posteriormente,
algunos de los supuestos a los que se refiere el recurso extraordinario de revisión
pueden ser invocados a través del recurso de anulación.

Por otra parte, en materia internacional pueden existir otros recursos. Así, por
ejemplo, puede llegar a existir un recurso de apelación. En efecto, por una parte,
en el artículo 10.20 del Tratado de Libre Comercio de Colombia con los Estados
Unidos de Norteamérica se pactó que si entre las partes entrara en vigencia un
tratado multilateral que establezca un recurso de apelación para revisar laudos
dictados por tribunales constituidos para conocer las controversias de inversión,
las partes procurarán alcanzar un acuerdo para que dicho órgano revise los laudos
dictados conforme al TLC. Por otra parte, en ciertos reglamentos de arbitraje se
prevé la posibilidad de que el laudo arbitral sea apelable ante otro tribunal arbitral.
Así en el Reglamento del ICDR (Internacional Center for Dispute Resolution de
la Asociación Norteamericana de Arbitraje-AAA), que se ha pactado en algunos
contratos celebrados en Colombia, se establece la posibilidad de pactar la apelación
ante otro tribunal arbitral conforme a las reglas que establece el reglamento.
Adicionalmente, e independientemente de un reglamento, las partes en ejercicio
de la autonomía privada pueden pactar un arbitraje y establecer un mecanismo
de apelación ante otro tribunal arbitral.

Al igual que en materia nacional el recurso de anulación es extraordinario, dado


que sólo procede contra las providencias taxativamente señaladas en la ley y por
las causales que la misma ley establece. Así, por lo demás, lo señala el artículo 109
de la ley.
205
2.6.1 Posibilidad de renuncia al recurso
Establece la ley en su artículo 107, que cuando ninguna de las partes tiene su do-
micilio o residencia en Colombia, ellas pueden mediante declaración expresa en
el acuerdo de arbitraje o mediante un acuerdo posterior por escrito, excluir com-
pletamente el recurso de anulación, o limitarlo a una o varias de las causales con-
templadas taxativamente señaladas en la ley.

En este punto caben varias observaciones, en primer lugar, la ley permite no sólo
la renuncia al recurso sino también limitar el alcance del recurso a algunas de las
Trámite Arbitral

causales establecidas en la ley. Las partes no pueden, por consiguiente, crear nue-
vas causales de anulación. Por otra parte, cabe la pregunta de si en todo caso, en la

2
medida en que la ley contempla dos causales que pueden ser declarables de oficio UNIDAD

por la autoridad judicial que conoce del recurso, es posible excluir dichas causales.
Si se renuncia al recurso, en principio la Corte no podría conocer del laudo y por lo
mismo, no podría declarar de oficio la nulidad del laudo. Sin embargo, una situación
distinta se presenta cuando no se ha renunciado al recurso, sino que se han limitado
2
CAPÍTULO

las causales, evento en el cual, podría sostenerse que si bien la parte ha renunciado
a invocar tales circunstancias, ello no impide que la Corte como juez de anulación
las pueda declarar de oficio.166 Lo anterior dado que las causales de anulación decla-
rables de oficio se fundan en que la materia no es arbitrable o que se viola el orden
público internacional, es decir aluden a límites fundamentales de la actividad ar-
bitral que trascienden el interés privado, por lo cual la autoridad judicial no podría
proferir una providencia que permitiera producir efectos un laudo que los viola.

Por otra parte, es claro que para que exista renuncia al recurso debe quedar cla-
ramente establecida la voluntad de las partes en tal sentido. Así por ejemplo, ha
dicho la jurisprudencia suiza que no puede considerarse que hay una renuncia vá-
lida cuando se expresa que el laudo es final167, o que las partes se obligan a cumplir
el laudo, pues ello es connatural a los laudos arbitrales.

2.6.2 Las personas que pueden interponer el recurso


En cuanto a las personas que pueden interponer el recurso, las mismas serán las
partes que tengan interés para recurrir. También lo podrá hacer el Ministerio Pu-
blico de conformidad con el numeral 5º del artículo 109 de la ley que establece que
cuando el recurso no prospere y haya sido presentado por el Ministerio Público
no se le condenará en costas. La Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado
podrá interponer el recurso cuando actúa a nombre de la entidad estatal. Sin
embargo, cabe la discusión de si lo puede hacer cuando no actúa en tal calidad,
pues la Ley 1563 no lo contempla.

2.6.3 Forma y oportunidad para interponer el recurso


206 En el arbitraje internacional el recurso se debe interponer ante la autoridad ju-
dicial competente (artículo 109) y no ante el propio tribunal como sucede en el
arbitraje nacional. Adicionalmente el recurso debe interponerse debidamente sus-
tentado, con indicación de las causales invocadas.

Dispone la ley que el recurso se debe interponer dentro del mes siguiente a la noti-
ficación del laudo. La Corte Suprema de Justicia ha entendido que como la ley dice
que el término es de un mes contado a partir de la notificación, la fecha de venci-
miento del término es el mismo día del mes siguiente a la fecha de notificación168.
Trámite Arbitral

166
A nivel del reconocimiento se ha sostenido que las partes no pueden renunciar anticipadamente a las
causales que pueden ser declaradas de oficio. Sobre el particular ver Nacimiento, Patricia Article  V(1)

2
(a) publicado en Kronke, Herbert y Nacimiento, Patricia Recognition and Enforcement of Foreign Arbitral
UNIDAD
Awards: A Global Commentary on the New York Convention. Ed Kluwer Law International 2010. P. 216.
Igualmente Gary Born Recognition and Enforcement of International Arbitral Awards - D. Grounds for Refu-
sing to Recognize International Arbitral Awards. Ed Kluwer Law International 2009. P. 2734
167
Born, Gary, ob. Cit. P. 2735, quien cita casos de las cortes norteamericanas. Igualmente, el Tribunal
Suizo en sentencia del 15 de febrero de 2010 referencia 4A_464/2009.
168
Providencia de 2 de mayo de 2017 Radicación n.° 11001-02-03-000-2017-00079-00
Precisa la ley que cuando haya solicitud de aclaración o corrección, el término se
cuenta a partir de la notificación de la providencia que resuelva sobre la corrección
o aclaración del laudo. Así mismo, establece que cuando se rechaza la solicitud de
laudo adicional el término para interponer el recurso se cuenta a partir de la no-
tificación de la providencia que adopta dicha determinación.

Al igual que en el arbitraje


Aunque la ley no lo precisa debe en-
tenderse que cuando se dicta un laudo nacional la ley establece
adicional el término para interponer el la posibilidad de rechazo
recurso de anulación tanto respecto del de plano del recurso
laudo original, como del laudo comple- cuando sea manifiesta su
mentario, corre a partir de la notifica- interposición extemporánea,
ción del laudo o de la providencia que re-
que no fue oportunamente
suelva sobre su aclaración o corrección.
sustentado.
Al igual que en el arbitraje nacional la ley establece la posibilidad de rechazo de
plano del recurso cuando sea manifiesta su interposición extemporánea, que no
fue oportunamente sustentado, o que las causales alegadas no corresponden a las
establecidas en la ley. Es perfectamente posible igualmente el rechazo del recurso
cuando el mismo carece evidentemente de una sustentación real.

2.6.4 Trámite del recurso


Al admitir el recurso se corre traslado por el término de un mes a la parte o partes
opositoras para que presenten sus alegaciones. Dicho traslado es común. Como no
se fijó un término de traslado especial para el ministerio público, el término que
tiene el mismo para pronunciarse será el de la parte opositora. 207
Vencido el término, el negocio pasa al despacho para que se dicte sentencia dentro
de los dos meses siguientes.

A diferencia del arbitraje nacional, respecto del cual claramente la ley establece
que se envía al tribunal superior o al Consejo de Estado, según el caso, el recurso
interpuesto, con su réplica y el expediente, en el caso del arbitraje internacional la
ley no contempla si debe remitirse o no el expediente a la autoridad judicial que
conoce de la anulación.
Trámite Arbitral

Lo anterior implica que a menos que el juez solicite el expediente, el mismo no

2
tiene que remitirse al juez de anulación. El juez podrá requerirlo cuando lo con- UNIDAD

sidere necesario para decidir la causal que alega. Adicionalmente, puede haber
casos en que la decisión del recurso de anulación suponga el decreto de pruebas
adicionales. Es el caso, por ejemplo, de un vicio en el pacto arbitral, o la corrupción
en el proceso.
2
CAPÍTULO

La Corte Suprema de Justicia ha entendido que el recurso se decide de plano, por


lo que no es posible que las partes soliciten pruebas169. Por consiguiente, la única
posibilidad de que se decreten pruebas en el trámite del recurso es que ello se haga
en virtud de la facultad oficiosa del juez.

2.6.5 La autoridad judicial competente


De conformidad con el artículo 68 de la ley, como regla general, la competencia
para conocer del recurso de anulación es de la Sala de Casación Civil de la Corte Su-
prema de Justicia. No obstante, cuando en el proceso arbitral haya sido parte una
entidad pública colombiana o quien ejerza funciones administrativas colombia-
nas, la competencia para conocer del recurso de anulación previsto en el artículo
108, corresponderá a la Sala Plena de la Sección Tercera de la Sala de lo Contencio-
so Administrativo del Consejo de Estado.

Por otra parte, para que se pueda concluir que ha sido parte una entidad estatal
en el proceso arbitral, debe entenderse que se requiere que dicha entidad haya
sido parte principal, por lo que no podría tomarse en cuenta el evento en que haya
sido coadyuvante. En efecto, la competencia del Consejo de Estado resulta de que
el fallo puede afectar directamente a una entidad pública colombiana, en cuanto
la condena o niega sus pretensiones o excepciones.

La calidad de entidad pública colombiana de una de las partes en el proceso ar-


bitral debe determinarse con base en el parágrafo del artículo 104 del Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo.

208 La competencia para conocer de recursos de anulación contra laudos proferidos


contra entidades públicas extranjeras o internacionales, le corresponde a la Sala
de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia.

2.6.6 Efectos de la interposición del recurso


Dispone la ley que la interposición y el trámite del recurso extraordinario de anu-
lación no suspende el cumplimiento de lo resuelto en el laudo.

Es importante destacar que, a diferencia del arbitraje nacional, en el cual el legisla-


dor consagró una excepción permitiendo que se pueda suspender los laudos contra
Trámite Arbitral

entidades públicas, en el arbitraje internacional no existe ninguna excepción.

2
UNIDAD 2.6.7 El alcance del control judicial
El papel del juez del recurso de anulación no es resolver el litigio, sino anular una
sentencia que desconoce principios fundamentales que se reflejan en las causales

169
Auto del 16 de diciembre de 2018. Radicación 11001-02-03-000-2016-03020-00
de anulación. Por ello el objeto de su juicio está circunscrito a la decisión misma
y no puede entrar en el fondo de la controversia ni al análisis de las pruebas o
consideraciones del tribunal.

La Corte Suprema de Justicia ha señalado que el recurso “tiene como finalidad


esencial garantizar la protección efectiva al debido proceso”, sin que puedan plan-
tearse errores de juzgamiento. Por ello “al resolver el recurso, no podrá realizar
un estudio de fondo de la situación debatida, de la valoración probatoria, o de los
razonamientos jurídicos en que el tribunal soportó su determinación”. Por ello el
laudo “únicamente podrá enervarse cuando con ocasión de ellas se hubiere afecta-
do el derecho al debido proceso por vicios procesales que afecten las garantías de
las partes o por el desconocimiento del orden público”170.

Es por esta razón que en principio no es posible aceptar que por la vía de este
control se puedan plantear nuevos hechos o nuevas pruebas. Lo anterior salvo
excepciones que se presentan cuando por la naturaleza de la causal que se invoca
es necesario acreditar hechos referidos no al fondo de la disputa sino a la violación
de los principios que rigen el proceso, como, por ejemplo, la necesidad de probar
la corrupción del tribunal o la falsedad de documentos, etc. En todo caso, en esta
materia se observa que algunos procesos171 la Corte ha considerado que el recurso
debe decidirse de plano y que por ello no se pueden pedir pruebas porque además
se trata pruebas que pudieron ser aportadas por la parte, porque además se trata
pruebas que pudieron ser aportadas por la parte, por lo que solo cabe la posibili-
dad de que ella las decrete de oficio. En algunas providencias parece admitirse la
posibilidad de que la parte acompañe la prueba a su recurso .En otros procesos
la Corte Suprema de Justicia ha negado el reconocimiento de laudos arbitrales 209
internacionales señalando que la parte no cumplió con la carga de la prueba que
le correspondía probando la ley extranjera, para lo cual debía aplicarse el Código
General del Proceso por existir un vacío en la Ley 1563.172

2.6.8 Las causales


El artículo 108 de la ley contempla las causales del recurso de anulación que son
básicamente las mismas que consagra la Convención de Nueva York para negar el
reconocimiento de laudos arbitrales. Teniendo en cuenta el artículo 64 de la ley y
con el objeto de preservar la uniformidad en la aplicación, al aplicar las diferentes
Trámite Arbitral

causales de anulación debe tomarse en cuenta la práctica internacional. En parti-


cular la Corte Suprema de Justicia ha señalado173 que como la ley modelo consagra

2
UNIDAD
170
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Radicación No: 11001-02-03-000-2017-03480-00
171
Por ejemplo, auto 4 de julio de 2018 en el proceso el proceso 11001-02-03-000-2016-03020-00.
Igualmente en el proceso con Radicación No: 11001-02-03-000-2017-03480-00
172
Sentencia del 30 de octubre de 2017. Radicación n° 11001-02-03-000-2016-03300-00
173
Sentencia del 15 de enero de 2019. Radicación n.° 11001-02-03-000-2016-03020-00
2
CAPÍTULO

las causales de anulación teniendo en cuenta las causales de no reconocimiento


de la Convención de Nueva York, dichas causales de anulación deben ser interpre-
tadas teniendo en cuenta lo que se ha dicho respecto de la Convención, sin acudir
a estándares locales174

En materia de arbitraje internacional hay dos grupos de causales de anulación: las


que sólo pueden dar lugar a la nulidad a solicitud de parte, y las que pueden ser
declaradas de oficio, como se analiza a continuación.

2.6.8.1 Causales de anulación a solicitud de parte


Las causales de anulación que sólo pueden ser declaradas a solicitud de parte su-
ponen que la parte acredite el hecho en que se funda. Como lo señala la doctrina
respecto de la Convención de Nueva York “hay una presunción de validez de la
sentencia arbitral”175.

2.6.8.1.1 Invalidez del pacto arbitral


La primera causal se refiere a la invalidez del pacto arbitral. En este punto se dis-
tingue entre lo relativo a la capacidad de las partes para suscribir el pacto y los
demás aspectos de validez del mismo.

Sobre este aspecto ya se hicieron consideraciones en otro aparte de este documento.

Por otra parte, en la medida en que la invalidez del pacto afecta la competencia
del tribunal, podría considerarse que dicha causal de anulación queda saneada,
cuando ello es posible, si no se invoca oportunamente durante el proceso. A este
210 respecto la ley dispone al regular la competencia del tribunal arbitral en el artí-
culo 79 que las excepciones u objeciones deberán proponerse a más tardar en el
momento de presentar la contestación de la demanda, sin que el hecho de haber
nombrado o participado en el nombramiento de los árbitros impida oponerlas.

2.6.8.1.2 Segunda causal


La segunda causal consiste en que la parte “no fue debidamente notificada de la
designación de un árbitro o de la iniciación de la actuación arbitral o no pudo,
por cualquiera otra razón, hacer valer sus derechos; de este modo la causal se
refiere a dos aspectos: la falta de notificación y a la imposibilidad de hacer valer
Trámite Arbitral

los derechos”.

2
UNIDAD
174
Sentencia del 12 julio de 2017, rad. n.° 11001-02-03-000-2014-01927-00
175
Giusti, Gilberto y Barradas, Marcelo. La taxatividad de los supuestos que obstan el reconocimiento y la
ejecución de las sentencias arbitrables extranjeras y la carga de la prueba invertida: factores que convierten
el artículo V en un triunfo de la Convención de Nueva York. Publicado en Tawil, Guido y Zuleta, Eduardo.
El Arbitraje Comercial Internacional. Estudio de la Convención de Nueva York con motivo de su 50º aniver-
sario. Ed Universidad del Rosario. Facultad de Derecho, Uba. Abaledo Perrot, Buenos Aires, 2008, P. 383
En el arbitraje internacional las notificaciones no tienen que hacerse conforme a
las reglas del Código General del Proceso, basta al respecto que se cumplan las nor-
mas de la Ley 1563, la cual sólo exige que se acredite la entrega bien en forma perso-
nal o en la dirección señalada en el contrato o en la residencia habitual o lugar de
actividades principales o si no se puede determinar uno de estos lugares se acude
a la última dirección o residencia habitual o lugar de actividades del destinatario.

Es pertinente observar que la Corte Suprema de Justicia en sentencia del 19 de


diciembre de 2011176 al analizar la causal contemplada en la Convención de Nueva
York en este sentido expresó: “en torno a la forma de efectuar la citación, a la luz
del referido instrumento internacional, la doctrina es insistente en que ‘no existe
ningún requisito formal con carácter general’, por lo que ‘debe valer cualquier
medio al que las partes hayan prestado su consentimiento’”.

La causal de nulidad exige que la parte no haya sido “debidamente” notificada. La


expresión debidamente ha sido entendida referida no solo al hecho de que se en-
tregue la notificación, sino también a que el contenido de la misma sea suficiente,
de tal manera que la persona que la reciba conozca a que se refiere el proceso y por
consiguiente pueda evaluar su situación.

La causal de nulidad exige que la parte no haya sido


“debidamente” notificada. La expresión debidamente ha
sido entendida referida no solo al hecho de que se entregue
la notificación, sino también a que el contenido de la misma
sea suficiente. 211
En cuanto se refiere a la notificación de la designación de los árbitros ella debe
hacerse de manera que se conozca quien ha sido designado y si el mismo pre-
sentó información sobre sus calificaciones, imparcialidad e independencia, que
la parte haya podido conocer dicha información, pues sólo en tal caso podrá la
parte formular reparos. En efecto, ha dicho la Corte Suprema de Justicia que el
conocimiento de la designación tiene por objeto “constatar de manera liminar la
existencia o no de alguna causal de impedimento o recusación que pueda afectar
su desempeño”177.
Trámite Arbitral

Por otra parte, la nulidad también se presenta cuando la parte que recurre no ha

2
tenido la oportunidad de hacer valer sus derechos. UNIDAD

176
Ref: Exp. 1100102030002008-01760-00
177
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Expediente 11001-02-03-000-2017-03480-00
2
CAPÍTULO

Esta causal debe interpretarse en armonía con el artículo 91 de la ley que dispone:
“El tribunal arbitral tratará a las partes con igualdad y dará a cada una de ellas
plena oportunidad de hacer valer sus derechos”. El derecho a presentar el caso lle-
va entonces implícito que dicho derecho debe hacerse en condiciones de igualdad,
por lo que la violación de tal principio afecta el derecho a presentar el caso.

El derecho a presentar el caso lleva entonces implícito que


dicho derecho debe hacerse en condiciones de igualdad,
por lo que la violación de tal principio afecta el derecho a
presentar el caso.

Para que se pueda invocar que se viola el derecho a presentar su caso se requie-
re una violación sustancial de tal derecho. A este respecto la Corte Suprema de
Justicia en sentencia del 19 de diciembre de 2011 señaló178 que deben tomarse en
cuenta “las garantías fundamentales del procedimiento”. Por lo anterior señaló
que “Las garantías mínimas que se deben ofrecer en cualquier actuación que se
surta en Colombia, se explicitan, naturalmente, en la jurisprudencia sobre dere-
chos fundamentales; la sentencia C-641 de 2002, por ejemplo, indica … ‘entre las
garantías mínimas objeto de protección, el artículo 29 de la Constitución Política
consagra, entre otras, (i) el derecho de acceso a la administración de justicia con la
presencia de un juez natural; (ii) el derecho a ser informado de las actuaciones que
conduzcan a la creación, modificación o extinción de un derecho o a la imposición
de una obligación o sanción; (iii) el derecho de expresar libre y abiertamente sus
opiniones; (iv) el derecho de contradecir o debatir las pretensiones o excepciones
212 propuestas; (v) el derecho a que los procesos se desarrollen en un término razona-
ble y sin dilaciones injustificadas y, por supuesto, (vi) el derecho a presentar prue-
bas y controvertir las que se alleguen en su contra’ (Corte Constitucional, sentencia
de 13 de agosto de 2002)”.

En sentencia del 19 de diciembre de 2018, la Corte expresó que para la prosperidad


de esta causal es imperativo “que la afectación al debido proceso tenga un carácter
sustancial, esto es, que sea de tal relevancia que ciertamente afecte dicha garan-
tía, pudiendo calificarse de tales, a modo ilustrativo, el rechazo injustificado de
pruebas pertinentes y útiles, la celebración de audiencias o diligencias en fechas
Trámite Arbitral

distintas a las programadas, o no notificar oportuna y debidamente a las partes la


fecha de su realización, impedir la contradicción de las pruebas arrimadas por las

2
UNIDAD partes”. Así mismo precisó que es imperativo que “el yerro probatorio sea ostensi-
ble, flagrante, manifiesto e irrazonable, además debe tener una incidencia directa
en la decisión”.

178
Ref: Exp. 1100102030002008-01760-00
El artículo 97 de la ley dispone que, salvo acuerdo en contrario de las partes, le
corresponde al tribunal arbitral decidir si han de celebrarse audiencias para la
presentación o práctica de pruebas o para alegatos orales, o si las actuaciones se
sustanciarán sobre la base de documentos y demás pruebas. Agrega el artículo
que salvo que las partes hubiesen convenido que no se lleven a cabo audiencias, el
tribunal arbitral las celebrará a petición de cualquiera de ellas.

En todo caso el hecho de que se niegue una audiencia no implica por sí mismo
que la parte no haya podido presentar su caso, por lo que debe examinarse en qué
medida ello ha afectado dicha posibilidad.

La circunstancia que el tribunal debe otorgar a las partes el derecho a presentar


su caso no significa que deba decretar todas las pruebas solicitadas. En efecto,
de acuerdo con el artículo 92 de la ley en desarrollo de la facultad de dirigir el
arbitraje del modo que le parezca más apropiado, el tribunal arbitral debe deter-
minar la admisibilidad, la pertinencia y el valor de las pruebas. Por consiguiente,
el solo hecho de negar una prueba no es causal de anulación. La práctica inter-
nacional indica que la nulidad por razones probatorias solo ocurre en casos ex-
cepcionales, como cuando se puede apreciar que realmente era la única prueba
de que se disponía179.

De ahí que se viola el derecho a presentar su caso cuando el tribunal se basa


en una prueba que la parte no tuvo oportunidad de controvertir o cuando el
tribunal cambia los requerimientos de prueba entre la audiencia inicial y la
audiencia final180.
213
Otro aspecto que se ha planteado en relación con esta causal es el lenguaje del
arbitraje. En general, las cortes son bastante restrictivas respecto de la posibilidad
a privar de efectos un laudo por razón del idioma empleado en el proceso o en el
laudo181. En sentencia del 27 de julio de 2011, la Corte Suprema de Justicia consideró
que no se había violado el derecho a presentar el caso cuando el idioma ingles
había sido pactado como el idioma del arbitraje.

Por regla general, los tribunales nacionales no consideran que se afecte el derecho
a presentar el caso porque una parte sostiene que el término es muy corto. Ade-
Trámite Arbitral

más, en todo caso, si la parte no solicitó la ampliación del plazo, no podrá reclamar
posteriormente.

2
UNIDAD
179
Jana, Ob. Cit., 249
180
Sobre todos estos aspectos ver Jana, ob. Cit., P. 249
181
La Corte de Apelaciones de París consideró que no cabía el reparo a un laudo cuando se alegó que
el presidente no tenía las habilidades para escuchar y sentenciar un caso en francés. Sentencia del 10 de
junio de 2004.
2
CAPÍTULO

Tampoco la Corte Suprema de Justicia ha aceptado que una parte invoque sus difi-
cultades económicas para pedir el no reconocimiento del laudo arbitral.182.

También podría discutirse si podría pretenderse la nulidad del laudo por el he-
cho de que no todos los árbitros participaron en la deliberación del tribunal. En
este punto debe observarse que la Ley 1563, establece en su artículo 102 que cuan-
do haya más de un árbitro toda decisión del tribunal arbitral se adoptará, salvo
acuerdo en contrario de las partes, por mayoría de votos de todos los miembros.
Así mismo, el artículo 104 establece que cuando haya más de un árbitro bastará
la firma del laudo por la mayoría de los miembros del tribunal arbitral o por la
del árbitro presidente en su caso y se dejará constancia del motivo de la ausencia
de una o más firmas. La falta de una o más firmas no afectará la validez del laudo
arbitral. De esta manera, el hecho de que la decisión se adopte por mayoría o que
el laudo no sea firmado por todos los árbitros no afecta su validez.

Sin embargo, cabe la discusión si lo anterior implica que no es necesario que todos
los árbitros hayan podido participar en la deliberación. En efecto, podría discutirse
si el derecho a presentar el caso implica que el tribunal conformado por todos los
árbitros haya examinado los argumentos de las partes. En este punto hay jurisdic-
ciones en las cuales se ha reconocido la posibilidad de invocar este vicio señalando
cuando no se incurre en él. Así, por ejemplo, el tribunal federal suizo ha señalado
que no se incurre en esta causal cuando el árbitro tenía la posibilidad de participar
en la deliberación y no lo quiso hacer. En sentido semejante se ha pronunciado la
Corte de Casación Francesa183 al prever que no existe violación cuando al árbitro se
le dio la posibilidad de participar en la deliberación184.
214
La audiencia de Madrid anuló un laudo, porque el mismo fue proferido por dos
árbitros, que lo hicieron cuando el tercer árbitro se ausentó por un viaje.185

Se ha discutido si se puede invocar la falta de independencia o imparcialidad


de los árbitros dentro de la causal que se refiere a no haber podido presentar el

182
Sentencia del 27 de julio de 2011 .
Trámite Arbitral

183
Fallo del 28 de enero de 1981 en el caso Industria Motora Rakovice v. Lynx Machinery Ltd.,
184
Born, Gary P. 2757

2
185
Sentencia de 10 de junio de 2011 de la Sección 28ª de la Audiencia Provincial de Madrid - JUR
UNIDAD
2011256573) posteriormente los árbitros son condenados a indemnizar a la empresa PUMA con las
cantidades que percibieron de PUMA por el desempeño de su cometido (750.000 euros cada uno de
ellos), puesto que tuvo que tramitarse otro procedimiento arbitral (toda vez que se había declarado nulo el
laudo en el que los dos árbitros excluyeron de las deliberaciones al árbitro designado por PUMA).El 15 de
febrero de 2017, el Tribunal Supremo ha confirmado la condena de los dos árbitros que, en palabras del
Tribunal Supremo, “han violentado de forma palpable las reglas arbitrales”, condenándoles nuevamente al
pago de las costas procesales.
caso186. Lo anterior bajo el argumento de que, si un tribunal no es imparcial, la
parte no tiene una verdadera oportunidad de presentar su caso. Sin embargo, po-
dría sostenerse que este hecho corresponde más bien a un vicio en la composición
del tribunal.

La Corte Suprema de Justicia tampoco ha aceptado que invocando esta causal se


pretenda anular un laudo sosteniendo que existieron errores en la apreciación
de las pruebas187. En esta causal el artículo 66 de la ley establece que cuando una
parte prosiga el arbitraje conociendo que no se ha cumplido alguna disposición de
la ley en materia de arbitraje internacional de la que las partes puedan apartarse
o algún requisito del acuerdo de arbitraje y no exprese su objeción a tal incumpli-
miento tan pronto sea posible o, si se prevé un plazo para hacerlo, dentro de este,
no podrá formular objeción alguna posteriormente. De esta manera se contempla
la posibilidad de sanear este vicio. Por consiguiente, si inicialmente no fue debi-
damente notificada y actuó en el proceso sin reclamar, dicho vicio se entiende
saneado. De igual manera, si no pudo hacer valer sus derechos en algún momento
del proceso, pero no formuló reparo alguno, no podrá invocar la causal.

2.6.8.1.3 Tercera causal


La tercera causal consiste en que “el laudo versa sobre una controversia no previs-
ta en el acuerdo de arbitraje o contiene decisiones que exceden los términos del
acuerdo de arbitraje. No obstante, si las disposiciones del laudo que se refieren a
las cuestiones sometidas al arbitraje pueden separarse de las que no lo están, sólo
se podrán anular estas últimas”.

Existen dos aproximaciones a esta causal. Para algunos esta causal sólo opera 215
cuando el tribunal decide por fuera del marco señalado por el pacto arbitral188. Por
consiguiente, no se incurre en ella cuando se exceden las pretensiones formuladas.
Pero se aclara que cuando hay términos de referencia, como el acta de misión en
el sistema de la CCI, que en si mismo constituyen un acuerdo arbitral, el haber
fallado por fuera de los mismos constituye esta causal189. Otros consideran que
esta causal también cobija los eventos en que el tribunal decide por fuera de las
pretensiones de la demanda190.
Trámite Arbitral

186
Born, Gary, P. 2755
187
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Expediente 11001-02-03-000-2017-03480-00

2
188
Gaillard and Savage. Fouchard Gaillard Goldman on International Commercial Arbitration , Kluwer
UNIDAD
(1999), P. 988
189
Ibidem
190
Born, Gary, ob. Cit.,2798. Azeredo da Silveira, Mercédeh y Lévy, Laurent “Transgression of the Ar-
bitrators’ Authority: Article V(1)(c) of the New York Convention,” publicado en Enforcement of Arbitration
Agreements and International Arbitral Awards - The New York Convention in Practice. Dirigida por Emanuel.
Gaillard y Domenico Di Pietro Cameron May, 2008, P. 644
2
CAPÍTULO

La Corte Suprema de Justicia ha considerado que esta causal solo se aplica cuando
se exceden los términos del acuerdo arbitral y no cuando se exceden las pretensio-
nes formuladas191. Es decir, no procede cuando lo que hay es un laudo incongruen-
te frente a las pretensiones de la demanda.

Es claro que, si una parte no controvierte oportunamente la arbitrabilidad de una


disputa, puede aplicarse los artículos 69 y 79. Este último precepto dispone que
las excepciones u objeciones deberán proponerse a más tardar en el momento de
presentar la contestación de la demanda, sin que el hecho de haber nombrado o
participado en el nombramiento de los árbitros impida oponerlas. Agrega la ley
que la excepción u objeción basada en que el tribunal arbitral ha excedido el ám-
bito de su competencia, deberá oponerse tan pronto como sea planteada, durante
las actuaciones arbitrales, la materia que supuestamente exceda su competencia.
Precisa además que el tribunal arbitral solo podrá admitir excepciones u objecio-
nes planteadas con posterioridad si la demora resulta justificada.

Igualmente ha expresado la Corte que esta causal se configura cuando se profiera fallo
en equidad, sin autorización de las partes192. En todo caso ha precisado la Corte que ella
no se produce si el tribunal invocó las reglas para apreciación probatoria y señaló las
pautas obligatorias para valorar los daños, sin explicar si aparecen señalados tales fun-
damentos legales, habría de estimarse que la respectiva decisión no fue en derecho193.

Finalmente, la ley prevé la posibilidad de que la anulación sea parcial cuando las
disposiciones del laudo que se refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje pue-
den separarse de las que no lo están.
216
2.6.8.1.4 Cuarta causal
La cuarta causal dispone “que la composición del tribunal arbitral o el procedi-
miento arbitral no se ajustaron al acuerdo entre las partes, salvo que dicho acuer-
do estuviera en conflicto con una disposición de esta sección de la que las partes
no pudieran apartarse o, a falta de dicho acuerdo, que no se ajustaron a las normas
contenidas en esta sección de la ley”.

Esta causal se refiere de una parte a la composición del tribunal y de otra al pro-
cedimiento arbitral.
Trámite Arbitral

En cuanto a la composición del tribunal, la causal podrá operar cuando no se

2
UNIDAD constituyó el tribunal conforme a las reglas pactadas. Así, por ejemplo, cuando el

191
Sentencia del 18 de abril de 2017, Radicación n° 11001-0203-000-2016-01312-00
192
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Expediente 11001-02-03-000-2017-03480-00
193
Sentencia del 18 de abril de 2017 Radicación n° 11001-0203-000-2016-01312-00
número de árbitros no es el estipulado o carecen de las calidades acordadas o no
se siguió el procedimiento pactado para nombrar el presidente.

Por lo que se refiere al procedimiento arbitral, lo primero que debe tomarse en


cuenta son las reglas acordadas por las partes. Cuando las partes se refieren a un
reglamento de arbitraje, es este el procedimiento aplicable por voluntad de las
partes (artículo 92 de la ley). Debe observarse que la ley no contempla la posibilidad
de que las partes se refieran a una ley extranjera para que la misma rija el proceso
arbitral en Colombia.

Por lo que se refiere al procedimiento arbitral, lo primero


que debe tomarse en cuenta son las reglas acordadas por
las partes.

Ha precisado la Corte que esta causal solo se configura “cuando el tribunal desa-
tiende injustificadamente aquellas pautas de procedimiento fijadas por las partes,
bien por definición directa o por remisión a un reglamento arbitral, siempre que
la omisión recaiga sobre todo el trámite y no de una actuación determinada, o
que con ello se haya vulnerado-el-derecho de contradicción y defensa y, pese a ser
puesto en conocimiento del tribunal por el afectado, no se hubieran adoptado las
medidas para superar la vulneración, caso contrario, si estas no hacen manifes-
tación alguna en relación con la mecánica procesal, no habrá lugar a cuestiona-
mientos posteriores”194. En este sentido la Corte Suprema de Justicia no aceptó que
pudiera anularse un laudo, porque un testigo que declaró por escrito no compare-
ció a la audiencia a la que fue citado, cuando se había previsto que si los testigos no 217
comparecían su declaración no se tendría en cuenta, salvo que el tribunal conside-
rara que había una justa causa. Señaló la Corte que en el caso concreto no existió
una “una afrenta total al procedimiento convenido, máxime cuando la decisión,
como ya se dijo, se soportó en múltiples pruebas, sin que se haga una mención
expresa a la que el recurrente aduce mal valorada”195 Por lo demás, la Corte precisa
que lo que se cuestiona son los documentos aportados por el testigo y que el tribu-
nal tuvo en cuenta y no la declaración y se trata de dos pruebas distintas.

Bajo esta causal podría llegar a anularse un laudo que es incongruente con las pre-
Trámite Arbitral

tensiones de la demanda. Así por ejemplo se acude al sistema de la CCI, se observa


que en él se elabora un acta de misión en la cual se determinan las cuestiones que

2
van a ser sometidas a arbitraje y de acuerdo con el Reglamento de la CCI nuevas UNIDAD

reclamaciones no pueden ser presentadas si no es con autorización del tribunal

194
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Expediente 11001-02-03-000-2017-03480-00
195
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Expediente 11001-02-03-000-2017-03480-00
2
CAPÍTULO

arbitral. Por consiguiente, si el tribunal excede dichas cuestiones viola el acuerdo


de arbitraje y por ello podría invocarse la causal de que no se ajusta al procedi-
miento pactado.

Esta causal también podría aplicarse cuando las partes o el reglamento a la que las
mismas se refieren establece un plazo para dictar el laudo y el mismo se vence sin
que se haya proferido el laudo. Lo anterior sin embargo no impide tomar en cuen-
ta la buena fe y el deber de no actuar en forma contradictoria. Así, por ejemplo,
cabría discutir si puede invocar dicha causal aquella parte que actúa una vez ven-
cido el término sin invocarla. Igualmente podría sostenerse que a semejanza de lo
que ocurre con el arbitraje nacional, la parte que quiere invocar esta circunstancia
debe advertirla tan pronto se presenta y no esperar a conocer la decisión del laudo.

Igualmente, esta causal puede presentarse cuando el tribunal acumula o consolida


el proceso con otros violando el acuerdo de las partes. A este respecto debe observarse
que, a diferencia de otras legislaciones en materia de arbitraje, la ley colombiana no
previó la posibilidad de acumular procesos arbitrales. Sin embargo, el reglamento
de arbitraje de la Cámara de Comercio de Bogotá si lo establece. Por consiguiente,
en este caso la acumulación sólo daría lugar a nulidad si se violó dicho reglamento.

Adicionalmente, es igualmente posible acudir a esta causal para cuestionar el lau-


do por la falta de independencia e imparcialidad de los árbitros. A este respecto
debe observarse que cuando las partes se remiten a un reglamento de arbitraje, el
mismo normalmente consagrará la regla de que el árbitro debe ser imparcial e in-
dependiente. Adicionalmente hay quienes consideran que la independencia e im-
218 parcialidad es un aspecto esencial de la función de impartir justicia, por lo cual la
falta de la misma puede invocarse por violación al orden público internacional196.

En todo caso debe tenerse en cuenta que la causal no opera cuando el procedimiento
pactado por las partes contraviene normas imperativas. Ello ocurrirá cuando las reglas
de procedimiento acordadas son contrarias a los principios fundamentales que rigen
el debido proceso. Así cuando las reglas acordadas impiden realmente a una parte
presentar su caso o establecen un trato claramente desequilibrado entre las partes.

2.6.8.2 Causales de oficio


Trámite Arbitral

La ley, siguiendo la Convención de Nueva York, consagra dos causales que se pue-
den declarar de oficio por el juez de la anulación. Lo anterior no significa que la

2
UNIDAD parte no pueda alegar dichas causales, sino que el juez puede reconocerlas de oficio.

Dichas causales son las siguientes:

196
Born, Gary, Ob. Cit, P. 2805, quien cita sentencias suizas, alemanas e italianas
2.6.8.2.1 Causal primera de oficio
La primera causal que puede ser declarada de oficio es que, según la ley colombia-
na, el objeto de la controversia no es susceptible de arbitraje.

Esta causal es independiente de la validez del pacto arbitral. El pacto arbitral pue-
de ser válido, pero la controversia puede no ser arbitrable a la luz de la ley colom-
biana. Tal podría ser el caso de un contrato estatal en el que existieran cláusulas
exorbitantes y se hubiera pactado la aplicación de una ley extranjera.

Debe observarse que al decidir una solicitud de reconocimiento de un laudo ex-


tranjero, la Corte Suprema de Justicia analizó esta causal, y señaló que la arbitrabi-
lidad se analiza de acuerdo con la ley del país en que se solicita el reconocimiento,
por lo cual se refirió al artículo 1º de la Ley 1563 de 2012197.

2.6.8.2.2 Segunda causal que puede ser declarada de oficio


La segunda causal que puede ser declarada de oficio es que el laudo sea contrario
al orden público internacional de Colombia.

La ley precisa que la violación debe ser del orden público internacional, que, por
consiguiente, se distingue del orden público interno.

El concepto de orden público internacional no se identifica con la norma impe-


rativa ni tampoco con el concepto de orden público nacional. Lo anterior en la
medida en que estos casos se está frente a una situación internacional que por
su naturaleza tiene contacto o relación con diversos ordenamientos. Por consi-
guiente, el concepto de orden público internacional sólo puede referirse a aquellos 219
aspectos en los que el ordenamiento no puede aún en situaciones internacionales,
permitir la aplicación de una regla distinta.

En este sentido la Corte Suprema de Justicia ha dicho que el concepto de orden


público internacional198 “se limita a los principios básicos o fundamentales de las
instituciones, a lo cual servirían de ilustración: la prohibición del ejercicio abusivo
de los derechos, la buena fe, la imparcialidad del tribunal arbitral y el respeto al
debido proceso. Por lo tanto, en principio, el desconocimiento de una norma im-
perativa propia del ‘foro’ del juez del exequátur, per se, no conlleva un ataque al
Trámite Arbitral

mencionado instituto, lo será, si ello trae como consecuencia el resquebrajamiento


de garantías de linaje superior, como las antes enunciadas’ “.

2
UNIDAD

197
Sentencia del 30 de octubre de 2017 Radicación n° 11001-02-03-000-2016-03300-00, que reitera
la SC8453-2016, rad. n° 2014-02243-00
198
Sentencia de 27 de julio de 2011, expediente 2007-01956, Igualmente la sentencia del 30 de octu-
bre de 2017 que reitera la sentencia SC5207-2017, rad. n° 2016-01312-00
2
CAPÍTULO

Igualmente ha dicho la Corte Suprema de Justicia que “Integran el orden público


internacional los derechos fundamentales, los bienes jurídicos tutelados por los
tipos penales, el principio de la buena fe, la prohibición de abuso del derecho, y
otros estándares que salvaguardan un mínimo de moralidad en la sociedad”199.

Por otra parte, la ley se refiere al orden público internacional de Colombia. Lo


anterior permite aclarar que en este caso no se trata de un orden público transna-
cional, sino a un orden público que corresponde al ordenamiento jurídico de cada
estado y por ello puede variar de un Estado a otro.

En todo caso ha señalado la Corte Suprema de Justicia que el concepto de orden


público “no puede tornarse en un medio para destruir la integración regional, la
cooperación entre los diferentes pueblos y los procesos de unificación justificando
nacionalismos falsos, egoístas y aislacionistas. Por ello la Sala, también tiene expli-
cado que la cuestión debe encararse desde un criterio de orden público dinámico,
tolerante y constructivo que reclama la comunidad internacional en el mundo
contemporáneo”200.

Ahora bien, este orden público puede ser de carácter sustantivo o de carácter pro-
cesal. Así consta en la historia de la ley modelo de Uncitral que es el antecedente
de la ley colombiana.201

En el reporte final de la Asociación de Derecho Internacional sobre la materia202


se incluyeron los siguientes principios de orden público desde un punto de vista
sustancial: el principio del no abuso de los derechos; el principio de la buena fe, el
220 principio de la fuerza obligatoria del contrato; la prohibición de expropiación sin
indemnización203; así como la prohibición de actividades contrarias a las buenas
costumbres como la proscripción de la piratería, el terrorismo, el genocidio, la
esclavitud, el contrabando, el tráfico de drogas y la pedofilia.

Cuando se trata de determinar si hay una violación al orden público internacional


por razón de la transgresión de tales principios debe actuarse con cautela, pues

199
Sentencia del 7 de septiembre de 2016. Rad. 2014-02737-00, reiterada el 15 de enero de 2019.
Radicación n.° 11001-02-03-000-2016-03020-00
Trámite Arbitral

200
Sentencia del 7 de septiembre de 2016. Rad. 2014-02737-00, reiterada el 19 de diciembre de
2018. Expediente 11001-02-03-000-2017-03480-00

2
201
Reporte de la Comisión sobre la ley modelo y nota explicativa del proyecto de ley uniforme.
UNIDAD
202
Informe Final de la Asociación de Derecho Internacional Público acerca del orden público como una
prohibición a la ejecución de laudos arbitrales internacionales.
203
Con fundamento en esta idea el Tribunal Suizo en decisión del 9 de enero de 2006 consideró que teóri-
camente se podría violar el orden público en el caso de una condena en costas que sería fuera de toda pro-
porción con los gastos de defensa de sus derechos, al punto de afectar de manera chocante los principios
más esenciales del orden jurídico. En el caso concreto el Tribunal no encontró que ello hubiera ocurrido.
por esta vía podría terminar ejerciéndose un control que no le corresponde al juez
estatal. En efecto, cualquier discrepancia acerca de si el árbitro debió o no hacer
cumplir el contrato, puede pretender convertirse en un debate acerca del principio
de la fuerza obligatoria del contrato. Sin embargo, a menos que se desconozca el
principio general de que el contrato tiene fuerza obligatoria no podría sostener-
se que se viola el principio, pues en derecho existen muchas circunstancias que
pueden determinar que un contrato no sea obligatorio. Por consiguiente, no se
puede entrar a sostener que los argumentos del laudo son equivocados sobre si
el contrato es válido o está vigente, o era obligatorio. Lo que se debe analizar es si
a pesar de que se reconoce la existencia del contrato se le priva sin razón de sus
efectos obligatorios204.

Por otra parte, se considera que por regla general permitir que se obtengan bene-
ficios por corrupción afecta el orden público internacional.

Igualmente, la protección de la persona humana conduce a concluir que el cuerpo


humano no puede ser explotado como mercancía, por lo cual podría ser invali-
dado el laudo que da efectos a un contrato de trata de blancas o de comercio del
cuerpo humano, así como aquellos que tienen por objeto la explotación de niños
o el proxenetismo.

La Corte Suprema ha señalado que entre los principios que constituyen el orden
público internacional “se pueden mencionar los que refieren al orden social y po-
lítico del propio Estado, las libertades públicas…”205

La Corte Suprema ha señalado que entre los principios 221


que constituyen el orden público internacional “se pueden
mencionar los que refieren al orden social y político del
propio Estado, las libertades públicas…”

Desde un punto de vista procesal el laudo debe ser anulado si viola principios
fundamentales del derecho de defensa. En efecto, la Corte Suprema de Justicia
ha dicho que entre los principios del orden público internacional está “el derecho
del ciudadano a tener un proceso con plenas garantías que le permita utilizar
Trámite Arbitral

todos los medios de prueba pertinentes para su defensa”206. Por consiguiente,


dicho principio se viola cuando en el proceso existió corrupción o se emplearon

2
documentos falsificados o testimonios falsos y ello claramente afectó el laudo. Se UNIDAD

204
En tal sentido el fallo del Tribunal Federal Suizo 4A_4/2010 del 10 de marzo de 2010
205
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Expediente 11001-02-03-000-2017-03480-00
206
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Expediente 11001-02-03-000-2017-03480-00
2
CAPÍTULO

trata de situaciones en las que se atenta la noción básica de un proceso judicial.


En esta materia se ha considerado que se puede violar el orden público por el
desconocimiento de la cosa juzgada o res judicata207. En todo caso las simples
irregularidades procesales no permiten la anulación del laudo.

Un laudo internacional puede ser contrario al orden público internacional de un


Estado cuando viola lo que se denominan sus leyes de policía. Así lo señaló la
Asociación de Derecho Internacional Público 208. En este sentido el profesor Pierre
Mayer señala que una ley es de policía
Un laudo internacional cuando “es aplicable aun si el orden ju-
rídico al cual pertenece no es designado
puede ser contrario al orden por la regla de conflicto, cuando el esta-
público internacional de un do que la ha dictado considera necesario
Estado cuando viola lo que aplicarla a las situaciones que presentan
se denominan sus leyes con dicho estado un vínculo”209. De esta
de policía. Así lo señaló manera, la ley de policía es una norma
la Asociación de Derecho imperativa que se aplica aun a litigios
internacionales teniendo en cuenta el
Internacional Público .
objetivo que persigue210.

Desde esta óptica se ha considerado que son leyes de policía las reglas de protec-
ción a la competencia. En tal sentido la Corte de Justicia de las Comunidades Euro-
peas ha dicho que el juez nacional debe anular una sentencia arbitral contraria al
derecho comunitario de la competencia211. En sentido análogo se han pronunciado
los jueces de diversos países europeos (por ejemplo, de Alemania, Austria y Fran-
222 cia). Así mismo en el caso Mitsubishi, al admitir la posibilidad de que existieran
tribunales arbitrales que examinaran temas relacionados con el derecho de la
competencia, los jueces norteamericanos señalaron que al ejercer el control sobre
la sentencia se debería examinar si las normas sobre competencia se tuvieron
en cuenta. Sin embargo, en este punto debe destacarse la posición reciente del
Tribunal Suizo que considera que estas normas no hacen parte del orden público
internacional212.

207
Born, Gary, P. 2856
Trámite Arbitral

208
Lo anterior a pesar de que ha habido siempre discusión acerca de qué leyes de policía debe aplicar
el árbitro.

2
209
Citado por Christophe Seraglini. Lois de police et justice arbitrale internationale, P. 2
UNIDAD 210
Citado por Seraglini, Lois de police.
211
Revista de Derecho Comunitario Europeo de julio de 1999, P. 519 y siguientes
212
En decisión del 8 de marzo de 2006 el Tribunal Suizo señaló que las normas de protección a la com-
petencia son un principio importante del derecho suizo, que inclusive es reconocido por la Constitución, sin
embargo, agrega que sería presuntuoso considerar que las concepciones europeas o suizas en materia de
derecho de la competencia deberían aplicarse en todo el planeta.
También se ha considerado que puede haber violación al orden público cuando el
reconocimiento del laudo implicaría desconocer obligaciones internacionales. Así
las normas internacionales que imponen un bloqueo a un Estado por parte de la
comunidad internacional y que son obligatorias para Colombia.

Adicionalmente, en Colombia cabe discutir si un laudo internacional que se pro-


dujera sin haber realizado la solicitud de interpretación prejudicial por parte del
Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina debería ser anulado, tal y como lo
hizo el Consejo de Estado en las sentencias del 9 de agosto de 2012213.

El control no puede llevar a la autoridad que conoce del recurso a convertirse en


el juez que va a decidir de nuevo el litigio. El papel de la autoridad que conoce del
recurso no es resolver el litigio, sino evitar el reconocimiento de una sentencia que
viola el orden público internacional. Por ello el objeto de su juicio está en principio
circunscrito a la decisión misma. Es por esta razón que en principio no es posible
aceptar que por la vía de este control se puedan plantear nuevos hechos o nuevas
pruebas. Sin embargo, cuando se examinan las causas que pueden dar lugar a
que se considere una decisión como contraria al orden público, se encuentra que
algunas de ellas pueden conducir a probar hechos. Es el caso de las violaciones del
orden público procesal y particularmente los casos en que se han falsificado prue-
bas o el propio Tribunal ha incurrido en actos de corrupción. Por consiguiente, sólo
en casos excepcionales en los que por su naturaleza hay que probar otros hechos,
puede aceptarse que se le presenten a la autoridad judicial que conoce del recurso,
hechos y pruebas nuevos.

Es pertinente destacar que la violación del orden público debe existir cuando se 223
decide la anulación. Por consiguiente, si en el momento en que se desarrolló la
situación litigiosa o incluso cuando se profiere el laudo, la solución de la contro-
versia no es conforme al orden público que se analiza, pero si lo es respecto del
orden público existente cuando se decide la anulación, no se puede afirmar que la
sentencia viole el orden público.

2.6.9 Efectos del recurso


A semejanza de lo que ha ocurrido con legislaciones recientes, la ley regula los
efectos del recurso de anulación.
Trámite Arbitral

Si la causal que prospera es la invalidez del pacto arbitral, se declara la nulidad

2
y por consiguiente, ante la desaparición del pacto, las partes pueden acudir a la UNIDAD

autoridad judicial.

213
Sentencias de la Sala Plena de la Sección Tercera del 9 de agosto de 2012 en los siguientes expe-
dientes: Radicación: 11 001 03 26 000 2012 00020 00 (43281), 11001032600020120001800
(43.195) Radicación: 110010326000201200013 00 (43.045)
2
CAPÍTULO

Si prosperan las demás causales que deben ser invocadas, esto es falta de notifi-
cación, imposibilidad de presentar su caso, desconocimiento del pacto arbitral en
cuanto al alcance del mismo o en cuanto al procedimiento, se declara nulo el laudo,
pero precisa la ley que ello es sin que perjudique el acuerdo de arbitraje. Por consi-
guiente, en tales casos podrá convocarse un nuevo tribunal arbitral para que decida.

Por lo demás, como ocurre en el arbitraje nacional lo que se invalida en principio


es el laudo, y en consecuencia, las actuaciones del tribunal que no se vean afecta-
das por la anulación se mantienen.

Igualmente precisa la ley que cuando se invalida por las causales señaladas en el
numeral 2 (falta de arbitrabilidad, violación del orden público) se declara la nuli-
dad del laudo. En este caso queda la duda de que sucede, pues la ley no lo precisa.

En este punto es necesario distinguir si el laudo es anulado porque la materia no


es susceptible de arbitraje, es claro que no podrá adelantarse un proceso arbitral y
por ello las partes podrán acudir ante los jueces.

Por el contrario, cuando el laudo es anulado por violación


del orden público, tal circunstancia no afecta el pacto
arbitral y por ello mismo se puede acudir al arbitraje.

Por el contrario, cuando el laudo es anulado por violación del orden público, tal
circunstancia no afecta el pacto arbitral y por ello mismo se puede acudir al ar-
224 bitraje.

Por lo demás precisa la ley que en cualquiera de dichos casos las pruebas practi-
cadas en el curso del trámite arbitral podrán ser apreciadas bien por tribunal ar-
bitral o bien por la autoridad judicial. Lo anterior implica que la prueba no queda
viciada por la anulación del laudo. Esta consecuencia supone que el vicio no haya
afectado la prueba misma. Así no podrá ser tomada en cuenta la prueba que no
haya sido objeto de contradicción, a menos que se subsane este defecto.

Puede ocurrir que la causal que prospere no afecte la totalidad de las decisiones
Trámite Arbitral

contenidas en el laudo arbitral, en tal caso la nulidad del laudo debe ser parcial.
Si bien la ley sólo prevé esta consecuencia para la causal 3ª, es claro que ella puede

2
UNIDAD predicarse de las otras. Así puede suceder que el laudo se pronuncie sobre cues-
tiones que no son arbitrables y sobre otras que, si lo son, o que la violación del
derecho de presentar el caso se refiera a una pretensión específica. En tales casos
la nulidad no tiene por qué afectar la totalidad del laudo, si es posible separar las
decisiones.
Por otra parte, si el recurso no prospera, se condenará en costas al recurrente, salvo
que dicho recurso haya sido presentado por el Ministerio Público.

Agrega la ley que contra la decisión sobre el recurso de anulación no procede re-
curso alguno.

2.6.10 Reconocimiento de laudos


Para que los laudos proferidos en el exterior puedan producir efectos en Colombia
se requiere su reconocimiento. Señala la Corte Suprema de Justicia que el “ «re-
conocimiento» constituye un mecanismo judicial que tiene como finalidad dotar
de eficacia al «laudo arbitral extranjero», para efectos de habilitar su ejecución o
cumplimiento en un Estado distinto de aquel donde tuvo la sede el tribunal de
arbitramento que lo profirió.”214

A tal efecto, es necesario distinguir entre reconocimiento y ejecución. El reconoci-


miento hace referencia a admitir la providencia proferida en el exterior para que
produzca efectos en Colombia. Lo anterior es importante incluso si no se solicita
la ejecución de la sentencia.

El reconocimiento procede en dos casos: cuando se trata de laudos proferidos en


el exterior, o de laudos proferidos en Colombia respecto de los cuales se ha renun-
ciado al recurso de anulación porque ninguna de las partes tiene su domicilio o
residencia en Colombia.

La autoridad competente para el reconocimiento es la Sala de Casación Civil de


la Corte Suprema de Justicia. Pero cuando en el proceso haya sido parte una enti- 225
dad pública colombiana o quien ejerza funciones administrativas colombianas, la
competencia para el reconocimiento corresponderá a la Sala Plena de la Sección
Tercera del Consejo de Estado.

La Corte Suprema de Justicia ha señalado que “para resolver la solicitud de «reco-


nocimiento del laudo arbitral extranjero», se deben tomar en cuenta los siguientes
aspectos: la no revisión del fondo de la decisión arbitral; la especificidad de las causa-
les de denegación; la carga de la prueba del convocado en cuanto a los motivos invo-
cados para solicitar la desestimación de la citada petición; la existencia de causales
Trámite Arbitral

que permiten de oficio declarar la improcedencia del reconocimiento pretendido y


la posibilidad excepcional de conferir el reconocimiento y ejecución de la «sentencia

2
arbitral extranjera» a pesar de configurarse alguno de los motivos para su rechazo”. UNIDAD

Los motivos para negar el reconocimiento son los mismos motivos que consagra
ley como causales de recurso de anulación.

214
Sentencia del 30 de octubre de 2017. Expediente 11001-02-03-000-2016-03300-00
2
CAPÍTULO

De conformidad con el artículo 114 el reconocimiento de un laudo, se sujeta ex-


clusivamente la Ley 1563 de 2012 y las disposiciones contenidas en los tratados
suscritos y ratificados por Colombia, lo que implica aplicar las disposiciones de la
Convención de Nueva York y la de Panamá. La ley precisa, además, que no debe
acudirse al Código General del Proceso.

Para solicitar el reconocimiento se debe presentar el laudo original o una copia.


Agrega la ley que cuando el laudo no estuviere redactado en español, la autoridad
judicial competente podrá solicitar a la parte que presente una traducción del
laudo a este idioma.

En este aspecto la Ley 1563, En este aspecto la Ley 1563, es más favo-
es más favorable que la rable que la Convención de Nueva York,
Convención de Nueva York, pues la misma exige que se acompañe
pues la misma exige que se no solo el laudo o copia del mismo, sino
igualmente el original del acuerdo arbi-
acompañe no solo el laudo
tral o una copia del mismo. Así mismo
o copia del mismo, sino prevé que si el laudo no está en el idioma
igualmente el original del oficial del país en que se solicita el re-
acuerdo arbitral o una copia conocimiento debe presentarse una tra-
del mismo. ducción hecha por un traductor oficial.

La ley colombiana no exige copia del acuerdo arbitral y tampoco requiere en todos
los casos traducción oficial.

226 La ley no prevé la posibilidad de decretar pruebas en el curso del trámite de recono-
cimiento, pero claramente puede haber casos en que debe adelantarse una activi-
dad probatoria para establecer los hechos que se invocan como causal de anulación.

Así, por ejemplo, la falta de capacidad. En tal caso cabe la duda de si la parte podría
solicitar pruebas, dado que tiene la carga de acreditar la causal que invoca. Como ya se
dijo, la Corte ha negado la práctica de pruebas en el trámite de la anulación de laudos
internacionales, porque considera que debe decidirse de plano el recurso, ya que la ley
no prevé trámite. En todo caso cabría la posibilidad de acudir a la prueba de oficio.
Trámite Arbitral

Finalmente, es importante señalar que en el mundo se ha discutido si un laudo


anulado en un país puede ser reconocido en otro. En Francia la jurisprudencia ha

2
UNIDAD reconocido que un laudo internacional anulado en un estado puede ser reconocido
en Francia si no viola el orden público internacional francés, porque dado su
carácter internacional, el laudo sigue existiendo a pesar de su anulación. En
Estados Unidos las cortes han reconocido laudos anulados en otros países, para lo
cual se fundan en que la Convención de Nueva York establece que un laudo puede
no ser reconocido si ha sido anulado, lo que implica un margen de decisión en esta
materia. En Colombia la Corte Suprema de Justicia no ha enfrentado ningún caso,
pero en algunas sentencias ha expresado “la posibilidad excepcional de conferir
el reconocimiento y ejecución de la «sentencia arbitral extranjera» a pesar de
configurarse alguno de los motivos para su rechazo” 215.

La posibilidad de reconocer un laudo anulado en otro estado obedece a que pue-


de ocurrir que un laudo sea anulado por razones que no son razonables y que en
particular no se ajustan al propósito de la Convención de Nueva York, que es el
reconocimiento de los pactos y de los laudos arbitrales, salvo las razones que la
misma Convención señala.

2.6.11 El recurso de revisión


La ley no prevé la posibilidad de intentar un recurso de revisión contra laudos ar-
bitrales internacionales. Ello obedece a que los problemas más graves que podrían
justificar un recurso de revisión podrían resolverse a través del recurso de anu-
lación, pues podrían considerarse una violación del orden público internacional
procesal.

Por otra parte, contra la sentencia que decide la anulación o el reconocimiento de


un laudo extranjero procede el recurso de revisión por las causales establecidas por
el Código General del Proceso, pero en todo caso dicho recurso no puede ser usado
para controvertir el análisis de la Corte al realizar el reconocimiento. Ha dicho la
Corte que “La nulidad originada en la sentencia se refiere, de manera exclusiva, a la
ausencia de alguno de los requisitos formales que la ley exige para la constitución
de ese acto procesal, visto únicamente desde una perspectiva procedimental; es 227
decir por faltar el presupuesto adjetivo que se requiere para que dicho fallo pro-
duzca los efectos jurídicos que la ley instrumental le atribuye. De ahí que pueda ser
considerado como una nulidad procesal y no como un error en la argumentación,
pues esto último podrá ser objeto de casación por vicios in judicando en los casos
en los que hubiere lugar, pero no de revisión”216.

2.6.12 Acción de tutela contra el laudo arbitral


La Corte Constitucional ha admitido que cabe acción de tutela respecto de laudos
proferidos en arbitrajes internacionales con sede en Colombia. En efecto, en la
Trámite Arbitral

sentencia SU 500 de 2015, la Corte se pronunció sobre una acción de tutela contra
una sentencia del Consejo de Estado que había negado un recurso de anulación, así

2
como contra el laudo arbitral internacional que había sido objeto de la anulación. UNIDAD

La Corte no cuestionó la posibilidad de intentar un recurso de anulación y por

215
Sentencia del 30 de octubre de 2017. Expediente 11001-02-03-000-2016-03300-00
216
Sentencia del 24 de mayo de 2017. Expediente.: 11001-02-03-000-2012-02952-00
2
CAPÍTULO

el contrario reiteró su jurisprudencia sobre la procedencia de la acción de tutela


contra laudos arbitrales.

Por su parte el Consejo de Estado217 examinó un caso en que se intentó una


acción de tutela contra un laudo internacional en un litigio en que era parte
una entidad estatal. En la acción se sostenía en que se había tramitado el
proceso como arbitraje internacional, desconociendo la voluntad de las partes
que no pretendieron que fuera internacional, además desconocieron las normas
sobre contratación estatal. El Consejo de Estado consideró que no cabía acción
de tutela por falta de relevancia constitucional, porque lo que se cuestionaba
era la competencia del tribunal para resolver si el tribunal era internacional
y lo relativo al cumplimiento o incumplimiento contractual, lo que implica
continuar con el debate jurídico que fue resuelto por el tribunal. Añadió que
respecto del laudo en que se decidió que el tribunal era internacional no se
cumplió el requisito de inmediatez pues la tutela se interpuso pasados más de
seis meses de la fecha del laudo. En cuanto al incumplimiento ello no reviste
relevancia constitucional.

En todo caso se ha discutido si realmente la acción de tutela debería proceder


contra laudos internacionales.

A tal efecto, se hace referencia al hecho de que a diferencia de lo que ocurre con los
laudos nacionales, en los laudos internacionales los problemas que busca resolver
la acción de tutela pueden ser atendidos con el recurso de anulación. A tal efecto se
ha señalado que, el juez que conoce del recurso de anulación puede anular el laudo
228 arbitral porque el mismo es violatorio del orden público internacional de Colom-
bia. Desde esta perspectiva se señala que las reglas constitucionales sobre derechos
constitucionales fundamentales forman parte del orden público internacional de
Colombia, por lo que si el laudo es violatorio de un derecho constitucional fun-
damental el mismo puede ser anulado. Lo anterior conduciría a que la acción de
tutela no procedería directamente contra el laudo arbitral.

Por otra parte, se ha advertido que a diferencia a lo que puede sostenerse respec-
to del arbitraje nacional, en el arbitraje internacional la facultad de los árbitros
internacionales de resolver la controversia no surge del ordenamiento jurídico
Trámite Arbitral

colombiano. Para aclarar lo anterior se puede señalar el siguiente ejemplo: una


empresa ecuatoriana acuerda someter sus diferencias con una empresa nortea-

2
UNIDAD mericana a un tribunal arbitral con sede en Colombia compuesto por un mexi-
cano, un norteamericano y un ecuatoriano. En tal caso no es posible sostener que
la capacidad de los árbitros de resolver dicha diferencia surge del ordenamiento

217
Sección Cuarta. Sentencia del 26 de julio de 2018, radicado 11001-03-15-000-2018-00604-00
jurídico colombiano. Por ello podría controvertirse que en tales casos procediera
la acción de tutela.

2.6.13 Ejecución de los laudos


Los laudos proferidos en arbitrajes con sede en Colombia pueden ser ejecutados
en el país sin necesidad de reconocimiento. Por otra parte, cuando el laudo es
proferido en el extranjero para que se pueda solicitar su ejecución en Colombia se
requiere su previo reconocimiento.

La ejecución de un laudo debe hacerse a través de un proceso ejecutivo de un título


judicial.

El juez competente de conformidad con la Ley 1563, es el juez civil del circuito. Pero
cuando en el proceso ha participado como parte una entidad pública colombiana
o una persona que cumple funciones administrativas colombianas, el juez compe-
tente es el juez administrativo.

229

Trámite Arbitral

2
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Actividades pedagógicas

Ap Analice los siguientes casos:


1. Se presenta copia de una orden procesal proferida por un
tribunal arbitral con sede en Londres en la cual se dispone
recibir como prueba el testimonio de una persona que se
encuentra en Bogotá y se solicita la colaboración de los
jueces colombianos para recibir dicha declaración. En la
solicitud se indican las partes en el proceso y las personas
que la representan. ¿Cómo debe procederse?, ¿Si se cita al
testigo y el mismo no comparece qué debe hacerse?

2. Se presente una orden procesal proferida por un tribunal


con sede en Bogotá para resolver una controversia entre
una empresa colombiana y una empresa española, en la
cual se solicita la colaboración de los jueces del circuito
de una ciudad colombiana para recibir unos testimonios.

3. Se presenta una demanda ejecutiva acompañando copia


de un documento titulado Laudo Arbitral proferido
por un tribunal arbitral con sede en Paris en el cual
se establece la obligación para la Demandante, que es
una empresa colombiana, de otorgar bien una garantía
bancaria por US2.500.000 a órdenes del tribunal para
efectos de garantizar el pago de la eventual condena a
la Demandada o bien depositar US2.500.000 a órdenes
del Tribunal Arbitral en una cuenta bancaria que se
identifica.

4. Se presenta un memorial en el cual una persona


manifestando actuar a nombre de otra quien actúa
230 como demandante en un proceso arbitral con sede en
Miami solicita que se decrete el embargo de un monto
de US500.000 en una cuenta corriente para garantizar
el pago del eventual laudo arbitral. La parte contraria
presenta un memorial en que se opone a la medida
porque considera que dicha medida sólo la puede decretar
el tribunal arbitral y que además dicha medida viola el
orden público colombiano.

5. Se solicita a la Corte Suprema el reconocimiento de un


laudo proferido por un tribunal arbitral con sede en
Miami en desarrollo de una cláusula compromisoria
Trámite Arbitral

contenida en un contrato de venta una empresa en


Colombia entre dos empresas colombianas, en la cual se
pactó que cualquier controversia sería decidida por un

2
UNIDAD tribunal arbitral conforme a las reglas de la CCI con sede
en Miami.
Autoevaluación

Ae Indique cuáles de estas afirmaciones son verdaderas (V) y


cuáles son falsas:
•• Un tribunal arbitral con sede en el exterior solo puede
solicitar a la autoridad judicial colombiana la colaboración
en la práctica de pruebas, cuando no pueda practicarlas él
mismo. ( )
•• Un juez colombiano sólo podría decretar medidas cautelares
para apoyar un arbitraje internacional en USA si así lo
solicita el tribunal arbitral.( )
•• Un tribunal arbitral internacional con sede en Colombia
podría decretar las mismas medidas cautelares que podría
decretar un juez colombiano. ( )

231

Trámite Arbitral

2
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Jurisprudencia

J Corte Suprema de Justicia


Sentencia de 27 de julio de 2011, expediente 2007-01956.
Sentencia del 7 de septiembre de 2016. Rad. 2014-02737-00.
Sentencia del 18 de abril de 2017, Radicación n° 11001-0203-
000-2016-01312-00.
Sentencia del 24 de mayo de 2017. Exp.: 11001-02-03-000-2012-
02952-00.
Sentencia del 12 julio de 2017, rad. n.° 11001-02-03-000-2014-
01927-00.
Sentencia del 30 de octubre de 2017. Radicación n° 11001-02-
03-000-2016-03300-00.
Sentencia del 19 de diciembre de 2018. Radicación No: 11001-
02-03-000-2017-03480-00.
Sentencia del 15 de enero de 2019. Radicación n.° 11001-02-03-
000-2016-03020-00.
Auto del 16 de diciembre de 2018. Radicación 11001-02-03-000-
2016-03020-00.

Consejo de Estado
Sentencias de la Sala Plena de la Sección Tercera del 9 de
agosto de 2012 en los siguientes expedientes: Radicación: 11
001 03 26 000 2012 00020 00 (43281), 11001032600020120001800
(43.195) Radicación: 110010326000201200013 00 (43.045).

Sección Cuarta. Sentencia del 26 de julio de 2018, radicado


11001-03-15-000-2018-00604-00.
232
Trámite Arbitral

2
UNIDAD
Bibliografía

B –– Born, Gary. International Commercial Arbitration, Ed


Kluwer Law International 2009.
–– Gaillard, Emmanuel y Savage, John. Fouchard Gaillard
Goldman on International Commercial Arbitration. Ed
Kluwer. 1999
–– Tawil, Guido y Zuleta, Eduardo. El Arbitraje Comercial
Internacional. Estudio de la Convención de Nueva York con
motivo de su 50º aniversario. Ed Universidad del Rosario.
Facultad de Derecho, Uba. Abaledo Perrot

233

Trámite Arbitral

2
UNIDAD
CAPÍTULO
Arbitraje
Internacional
Arbitraje de Inversión

3
UNIDAD
UNIDAD

3
Arbitraje de Inversión
Objetivo General
Og
Dar una mirada al arbitraje de inversión, con el fin de tener
clara la diferencia con el arbitraje comercial internacional, y
estudiar los aspectos más relevantes respecto de su régimen ju-
rídico y su trámite.

Objetivos Específicos
Oe
•• Entender el trámite del arbitraje de inversión desde su
inicio hasta su culminación con el laudo arbitral.
•• Referenciar el régimen jurídico del arbitraje de inversión.

237

Arbitraje de Inversión

3
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Arbitraje Internacional

Marco General
del Arbitraje
ITERNacional

Arbitraje Comercial Arbitraje de Inversión

Pacto Arbitral Procedimiento Sede del


Arbitraje
Cláusulas Reglamentos
Patológicas de los Centros
Laudo

238 Reconocimiento Acción de Anulación


de Laudos Tutela Causales
Trámite
Arbitraje de Inversión

3
UNIDAD
Unidad 3 236

3 ARBITRAJE DE INVERSIÓN 239

3.1 Objeto del arbitraje de inversión 239


Co
3.2 Régimen del arbitraje de inversión 240

3.3 Procedimiento 240

3.4 Laudo 241

3.5 Recursos contra el laudo 241

3.6 Efectos del laudo 242

Actividades pedagógicas 245


Autoevaluación 246
Jurisprudencia 247
Bibliografía 247

239

Arbitraje de Inversión

3
UNIDAD
ARBITRAJE DE
INVERSIÓN 3
3.1 Objeto del arbitraje de inversión
Como ya se dijo, el arbitraje de inversión tiene por objeto resolver una controversia
entre un inversionista y un estado que surge porque el inversionista considera que
el Estado ha violado sus obligaciones en materia de inversión.

Normalmente en los tratados de protección a la inversión se establecen disposicio-


nes por las cuales el estado se obliga a garantizar los inversionistas extranjeros un
trato igual a los nacionales, un trato justo y equitativo, protección y seguridad, y se
prohíbe la expropiación o medidas equivalentes sin indemnización.

La violación del Estado de sus obligaciones internacionales le genera responsabilidad.


241
Dicha violación puede provenir de los diferentes órganos del estado, tanto la rama
ejecutiva, sea en el nivel central, o en el descentralizado territorialmente o por
servicios, como la judicial, o la legislativa.

Así, por ejemplo, la responsabilidad internacional puede surgir del hecho de que
después de que un inversionista ha obtenido todas las autorizaciones para realizar
una inversión una autoridad le impide desarrollar el proyecto218. Igualmente pue-
de surgir de la denegación de justicia, cuando se produce una decisión arbitraria
Arbitraje de Inversión

3
218
Ver por ejemplo el laudo del 18 de abril de 2013 en el caso Abengoa, S.A. y COFIDES, S.A. v. Esta-
UNIDAD
dos Unidos Mexicanos (Caso Ciadi No. ARB(AF)/09/2), disponible en https://www.italaw.com/sites/
default/files/case-documents/italaw3187.pdf (consultado el 7 de febrero de 2019) y el laudo del 30 de
noviembre de 2017 Bear Creek Mining Corporation c. República del Perú (Caso CIADI No. ARB/14/21)
disponible en https://www.italaw.com/sites/default/files/case-documents/italaw9382.pdf (consultado
el 7 de febrero de 2019)
2
CAPÍTULO

que causa un perjuicio a un inversionista y se agotan los recursos internos219 o de que


las autoridades no brinden seguridad física de acuerdo con lo previsto en el tratado.

3.2 Régimen del arbitraje de inversión

Los arbitrajes de inversión pueden desarrollarse bajo diversas reglas.

Así puede adelantarse bajo las reglas del CIADI, o de Cnudmi (UNCITRAL) o de un
centro de arbitraje. Así por ejemplo, el TLC celebrado entre Colombia y los Estados
Unidos contempla220 la posibilidad de acudir al CIADI, a Cnudmi (UNCITRAL) o
cualquier otras reglas de arbitraje que acuerden el demandante y el demandado.

Por lo que se refiere al CIADI pueden existir dos modalidades. La primera se pre-
senta cuando tanto el estado en el que se realizó la inversión, como el estado del
inversionista, son partes en la Convención de Washington. En tal caso el tribunal
se desarrollará de acuerdo con las reglas de dicha Convención y el reglamento.

Pero aun si uno de los dos estados no es parte del CIADI, es posible acudir al mismo,
bajo las reglas del mecanismo complementario. En tal caso si bien el arbitraje se
desarrollará bajo las reglas del CIADI, no se aplicarán las reglas específicas de la Con-
vención de Washington, como es el hecho de que el laudo que se dicte tendrá igual
valor que una sentencia proferida por los jueces del estado y que por ello no requiere
reconocimiento. Por consiguiente, debe procederse a obtener el reconocimiento del
laudo. Así mismo procederá el control del laudo a través del recurso de anulación.
242
Por otra parte, cuando se acude a un arbitraje bajo las reglas de Cnudmi (UNCITRAL)
o de otro centro de arbitraje, los laudos proferidos no se sujetan a las disposiciones
particulares de la Convención de Washington y por ello pueden ser objeto de recurso
de anulación ante el juez de la sede del tribunal y para que se puedan hacer efectivos
en un país distinto de aquel en que se profirieron se requiere su reconocimiento.

3.3 Procedimiento
Arbitraje de Inversión

Las reglas de procedimiento de los arbitrajes de inversión en principio no


difieren fundamentalmente de las reglas del arbitraje comercial internacional.

3
UNIDAD

219
En el laudo del 30 de agosto de 2018 proferido en el caso de Chevron y Texaco contra Ecuador,
el tribunal consideró que había denegación de justicia porque se profirió una sentencia contra Chevron
por fraude, soborno y corrupción, disponible en https://www.italaw.com/sites/default/files/case-docu-
ments/italaw9934.pdf (consultado el 7 de febrero de 2019)
220
Artículo 10.16.3
Ello obedece a que el arbitraje de inversión surge con posterioridad al arbitraje
comercial internacional, lo cual condujo a que el arbitraje de inversión adoptara
las prácticas del arbitraje comercial internacional.

Sin embargo, ha de destacarse que en la medida en que en el arbitraje de inversión


siempre hay una parte estatal, y adicionalmente, en ellos se discuten materias re-
levantes para el interés público, la tendencia es adoptar reglas que hagan que estos
tribunales sean transparentes.

Para tal efecto, la Cnudmi (Uncitral) elaboró en 2013 el “Reglamento de la Cnudmi


sobre la Transparencia en los Arbitrajes entre Inversionistas y Estados en el Marco
de un Tratado”, el cual fue adoptado por la Asamblea General de la ONU por la
Resolución 68/109, y entró en vigencia el 1º de abril de 2014. Así mismo se adoptó la
Convención de las Naciones Unidas sobre la Transparencia en los Arbitrajes entre
Inversionistas y Estados en el Marco de un Tratado (Nueva York, 2014) (“Conven-
ción de Mauricio sobre la Transparencia”).

3.4 Laudo

El laudo en materia de arbitraje internacional de inversión sigue las reglas de un


laudo tradicional.

3.5 Recursos contra el laudo


243
Cuando el arbitraje se adelanta conforme a las reglas de la Convención de Washin-
gton son aplicables reglas particulares.

A tal efecto la Convención contempla, de una parte, la revisión del laudo cuando se
produce el descubrimiento de algún hecho que hubiera podido influir decisivamente
en la decisión y que desconocía el tribunal. En tal caso la petición de revisión deberá
presentarse dentro de los 90 días siguientes al día en que fue descubierto el hecho, y,
en todo caso, dentro de los tres años siguientes a la fecha de dictarse el laudo.
Arbitraje de Inversión

En principio la revisión debe someterse al mismo tribunal que dictó el laudo y sólo
si ello no es posible, se constituye un nuevo tribunal. Ello ocurrirá, por ejemplo,

3
cuando uno de los árbitros ha fallecido o está incapacitado. UNIDAD

Por otra parte, el laudo dictado con sujeción a las reglas de la Convención de Was-
hington puede ser objeto de un recurso de anulación. A tal efecto, el artículo 52.1 de
la Convención establece las causales de anulación, las cuales son:
2
CAPÍTULO

a) Que el tribunal se hubiere constituido incorrectamente;

b) Que el tribunal se hubiere extralimitado manifiestamente en sus facultades;

c) Que hubiere habido corrupción de algún miembro del tribunal;

d) Que hubiere quebrantamiento grave de una norma de procedimiento, o

e) Que no se hubieren expresado en el laudo los motivos en que se funde.

Ahora bien, el recurso de anulación lo decide una comisión ad-hoc integrada por
tres personas seleccionadas de la lista de árbitros del CIADI.

Si el laudo es anulado, la diferencia se somete, a petición de cualquiera de las par-


tes, a un nuevo tribunal arbitral.

Cuando el arbitraje de inversión se desarrolló conforme a las reglas de Cnudmi


(Uncitral) o de otro centro de arbitraje, contra el laudo procederán los recursos
previstos en el régimen ordinario.

3.6 Efectos del laudo

En materia de efectos del laudo hay que distinguir nuevamente entre los dictados
conforme a las reglas de la Convención de Washington y los que han sido dictado
244 bajo otras reglas como son las de Cnudmi (Uncitral) o las de la CCI.

Cuando se trata de un laudo dictado en desarrollo de las reglas de la Convención de


Washington el mismo se debe reconocer como si se tratara de una sentencia firme
dictada por un tribunal del estado. Es decir que en Colombia debería tratarse como
una sentencia ejecutoriada del Consejo de Estado y no se requiere reconocimiento.

En principio en la medida en que de acuerdo con Convención contra el laudo no


procede recurso alguno, contra el laudo de un tribunal arbitral dictado al amparo
Arbitraje de Inversión

de las reglas de la Convención de Washington no procedería acción de tutela.

Cuando el laudo es dictado conforme a las reglas de Cnudmi (Uncitral) o de otro

3
UNIDAD centro de arbitraje para la ejecución del laudo proferido por un tribunal con sede
fuera de Colombia se requiere su reconocimiento.
Actividades pedagógicas

Ap Discuta los siguientes casos:


a. Al amparo del tratado suscrito entre Colombia y España
se dicta un laudo bajo las reglas del CIADI en Washington
que condena a Colombia. Dicho laudo, ¿puede ser anulado
por el juez norteamericano?, ¿para ser ejecutado debe
ser reconocido en Colombia por el Consejo de Estado?,
¿Contra el mismo podría intentarse una acción de tutela?

b. Al amparo del tratado entre Colombia y EEUU se dicta un


laudo bajo las reglas de la CNUDMI en París. Dicho laudo,
¿Podría ser objeto de anulación ante el juez colombiano?,
¿Podría ser objeto de anulación ante el juez francés?,
¿Para ser ejecutado en Colombia debe ser reconocido por
el Consejo de Estado?

c. Al amparo del tratado entre Colombia y México se


dicta un laudo en Washington conforme a las reglas
del mecanismo complementario del CIADI. Dicho
laudo, ¿podría ser objeto de anulación ante el juez
colombiano?, ¿podría ser objeto de anulación ante el juez
norteamericano?, ¿Debe ser reconocido por el Consejo de
Estado para ser ejecutado en Colombia?

d. Se dicta una medida cautelar en Colombia contra la filial


de una empresa francesa que es claramente contraria al
Código General del Proceso. La parte contra quien se dicta
la medida recurre la providencia a través de reposición
y apelación y la medida es confirmada. La medida
es ejecutada y causa que la empresa no pueda seguir
operando. ¿Podría haber responsabilidad del estado 245
colombiano?, ¿Cómo se haría efectiva?

Arbitraje de Inversión

3
UNIDAD
2
CAPÍTULO

Autoevaluación

Ae Responda las siguientes preguntas:

1. La ejecución en Colombia de laudos dictados conforme


a las normas del CIADI, ¿requiere reconocimiento por el
Consejo de Estado?

2. La ejecución en Colombia de laudos dictados en materia


de inversión bajo las reglas de la CNUDMI, ¿Requiere
reconocimiento del Consejo de Estado?

3. Un laudo de inversión dictado en Colombia bajo las reglas


de la CNUDMI contra Chile, ¿Podría ser anulado por la
Corte Suprema de Justicia de conformidad con la ley 1563?

4. Para que proceda una acción por denegación de justicia


en un caso de inversión, ¿se requiere haber agotado los
recursos internos?

246
Arbitraje de Inversión

3
UNIDAD
Jurisprudencia

J Laudo del 18 de abril de 2013 en el caso Abengoa, S.A. y


COFIDES, S.A. v. Estados Unidos Mexicanos (Caso Ciadi No.
ARB(AF)/09/2), disponible en https://www.italaw.com/sites/
default/files/case-documents/italaw3187.pdf (consultado el 7
de febrero de 2019).

Laudo del 30 de noviembre de 2017 Bear Creek Mining


Corporation c. República del Perú (Caso CIADI No. ARB/14/21)
disponible en https://www.italaw.com/sites/default/files/
case-documents/italaw9382.pdf (consultado el 7 de febrero de
2019).

Laudo del 30 de agosto de 2018 proferido en el caso de Chevron


y Texaco contra Ecuador, el tribunal consideró que había
denegación de justicia porque se profirió una sentencia contra
Chevron por fraude, soborno y corrupción, disponible en
https://www.italaw.com/sites/default/files/case-documents/
italaw9934.pdf (consultado el 7 de febrero de 2019).

247

Bibliografía

B Christian Sommer. Laudos Arbitrales del Ciadi. Ed. Astrea


Arbitraje de Inversión

2016

Francisco González de Cossio. Arbitraje de Inversión. Ed.


Porrúa. México 2009.

3
UNIDAD
Gary Born. International Commercial Arbitration, Ed Kluwer
Law International 2009.
PRESENTACIÓN

Ruta del Arbitraje Nacional

INTEGRACIÓN
DEL TRIBUNAL
ARBITRAL

Etapa 1 Etapa 2
Solicitud de Designación
arbitraje / de Árbitros
Demanda
Interacción
con la Justicia Interacción
Ordinaria

248 ETAPA ARBITRAL


Continuación...

Etapa 6 Etapa 7 Etapa 8


Primera Pruebas Alegatos de
audiencia conclusión y
de trámite laudo
Interacción Interacción Interacción
Ruta del Arbitraje Nacional

ETAPA ARBITRAL

Etapa 3 Etapa 4 Etapa 5


Audiencia de Contestación y Conciliación
Instalación vinculación de y fijación de
del Tribunal terceros honorarios
Arbitral
Interacción Interacción Interacción

ETAPA POSARBITRAL 249

Etapa 9 Etapa 10 Medidas Cau-


Recursos Ejecución telares
contra el del Laudo
laudo
Interacción
PRESENTACIÓN

Ruta del Arbitraje Internacional

ETAPAS DEL
ARBITRAJE
INTERNACIONAL

Etapa 1 Etapa 2
Presentación de Integración
250 la solicitud de del Tribunal
inicio del Arbi- Arbitral
traje Interna-
cional
Interacción Interacción
con la Justicia con la Justicia
Ordinaria Ordinaria
Ruta del Arbitraje Internacional

Etapa 3 Etapa 4 Medidas


Litigio y Laudo Cautelares
Pruebas 251

Interacción Interacción Interacción


con la Justicia con la Justicia con la Justicia
Ordinaria Ordinaria Ordinaria

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