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NOMBRE: Francisco David Bravo Rodríguez. CURSO: 8-H.

CÓDIGO: 6238116.

PRINCIPIO DE ECONOMIA
(ART. 25 / LEY 80/93)

2o. Las normas de los procedimientos contractuales se interpretarán de tal manera que no den ocasión a
seguir trámites distintos y adicionales a los expresamente previstos o que permitan valerse de los defectos de
forma o de la inobservancia de requisitos para no decidir o proferir providencias inhibitorias.

la manifestación enunciada, prohíbe a la administración motivar una providencia inhibitoria o su falta de


decisión, por la ausencia de algún requisito o yerro meramente formal en las ofertas elevadas por los
proponentes, con esta disposición lo que el legislador busco fue erradicar una cultura de formalización, dando
prioridad a lo sustancial sobre lo formal, al respecto, el Consejo de Estado, en sentencia del 26 de febrero del
2014 (expediente No. 25.804, M.P. Enrique Gil Botero), recuerda como antes de la expedición de la ley 80, era
muy recurrente encontrarse con escenarios en los cuales la administración rechazaba ofertas de manera
arbitraria, indiscriminada e injusta, cuando estas no cumplían con formalidades irrelevantes que en nada
afectaban la evaluación o comparación de las mismas, como por ejemplo por no aportar el índice de los
documentos entregados, o una o más copias junto con el original, o por no aportar los documentos en el “orden”
exigido por la entidad.

Cabe resaltar, que los errores de forma y ausencia de requisitos a los que se refiere la citada norma, hacen
referencia a los elementos faltantes en una propuesta que no interrumpen de fondo el proceso de escogencia, o
en otras palabras, no impiden que la administración evalué y compare la oferta.

Es entonces que se abre el interrogatorio de ¿Cómo saber si la formalidad o requisito faltante no afecta el
proceso de escogencia de la oferta más favorable? El Consejo de Estado, mediante sentencia del 5 de diciembre
del 2016 (Expediente No. 35. 704, M.P. Ramiro Pazos Guerrero), respondió a la pregunta formulada y establece
que la entidad contratante deberá “valorar si lo que falta es necesario para la comparación de propuestas, si
concluye que es indispensable debe rechazarla, pero si no lo es debe concederle al proponente la oportunidad
de subsanarla, para luego admitirla y evaluarla”

Sin embargo, esta disposición resultaba ser muy general y amplia – un concepto jurídico indeterminado-, por
lo tanto, tal libertad fue limitada con la expedición de la ley 1150 del 2007, la cual en el parágrafo 1° del artículo
5° (sobre el principio de selección objetiva), establece que solo serán subsanables los defectos que no asignen
puntaje al proponente, y por lo tanto podrán subsanarlos en cualquier momento, hasta antes de la adjudicación
del contrato.

A partir de lo consultado, resulta fácil concluir que por ejemplo la ausencia de una firma, una copia repetida,
falta de un certificado, etc., son elementos de la oferta los cuales pueden subsanarse en cualquier momento,
hasta antes de la adjudicación del contrato, pues no influyen directamente en el puntaje que recibirá la oferta,
en cambio elementos como el precio, el tiempo de ejecución, o algún otro documento que sirva para aumentar
puntos, no son susceptibles de corrección, tiene sentido que el legislador haya corregido tal omisión, pues
permitirle al contratista corregir su oferta en cualquier momento con elementos que sirvan para aumentar su
puntaje, constituiría una competencia desigual con los demás oferentes.

18. La declaratoria de desierta de la licitación únicamente procederá por motivos o causas que impidan la
escogencia objetiva y se declarará en acto administrativo en el que se señalarán en forma expresa y
detallada las razones que han conducido a esa decisión.

La duda recae, en si tal directriz solo procede en los casos en que se aplica como modalidad de selección la
licitación pública, toda ves que las demás modalidades de selección no se encuentran taxativamente enunciadas,
al respecto, el Consejo de Estado en sentencia del 25 de julio del 2018 (Expediente No. 56165, M.P. Marta
Nubia Velázquez Rico), establece que tal regla, es aplicable a todos los medios de selección donde sea necesaria
la convocatoria, bajo ese orden de ideas, se concluye que tal directriz se aplica en la licitación, concurso y
contratación directa.
NOMBRE: Francisco David Bravo Rodríguez. CURSO: 8-H.
CÓDIGO: 6238116.

PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD
(Art. 26 / LEY 80 del 93)

4o. Las actuaciones de los servidores públicos estarán presididas por las reglas sobre administración de
bienes ajenos y por los mandatos y postulados que gobiernan una conducta ajustada a la ética y a la justicia.

Según concepto No. 846 de 1996 de la Sala del Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, las reglas
sobre la administración de bienes ajenos, son aquellas consagradas en los artículos 63, 104(derogado) y 2155
del Código Civil.

Leídas las disposiciones, se establece que el funcionario – mandatario responderá por los daños que le sean
imputables, incluso si fueron causados con culpa leve. La culpa leve puede definirse como la falta al deber
objetivo de cuidado, o falta de administrar unos negocios como buen padre de familia, puede ser sinónimo de
los daños causados por descuido o falta de negligencia. Lo anterior es un claro ejemplo de la idea expuesta en
clase, sobre como en materia de contratación pública, se acogen figuras jurídicas del derecho civil y son
moduladas a su propio contexto.

6o. Los contratistas responderán cuando formulen propuestas en las que se fijen condiciones económicas y
de contratación artificialmente bajas con el propósito de obtener la adjudicación del contrato.

Al respecto, el Consejo de Estado mediante sentencia del 4 de junio del 2008 (Radicado No. 2003274, M.P.
Myriam Guerrero de Escobar), establece que una oferta artificialmente baja, es aquella que propone precios
irracionalmente bajos a los normalmente conocidos en el mercado comercial, en ese sentido, cuando la
administración se encuentre frente a una oferta artificialmente baja, deberá seguir la directriz del Artículo
2.2.1.1.2.2.4. del Decreto 1082 de 2015, la cual manifiesta que se debe “requerir al oferente para que explique
las razones que sustentan el valor ofrecido. Analizadas las explicaciones, el comité evaluador de que trata el
artículo anterior, o quien haga la evaluación de las ofertas, debe recomendar rechazar la oferta o continuar con
el análisis de la misma en la evaluación de las ofertas.”

A partir de lo consultado, se puede concluir, que lo que busca la citada norma, es excluir a la administración de
toda responsabilidad frente al contratista y en general de todas las consecuencias que puedan derivarse cuando
el contratista intencionalmente ofrece precios extremadamente bajos a los acostumbrados en el comercio, con
la finalidad de que se le sea adjudicando el contrato.

PRINCIPIO DE ECUACIÓN CONTRACTUAL.


(ART. 27 /LEY 80 DEL 93)

Sobre el principio de la ecuación contractual.

La ecuación contractual, como lo ha señalado Juan Ángel Palacio Hincapié en su obra titulada “La Contratación
De Las Entidades Estatales”, hace referencia a que “el contratista deberá recibir, en todos los eventos en que
por alguna circunstancia ajena a su voluntad se resquebraje la contraprestación económica que lo llevó a
obligarse con la Entidad, una compensación o indemnización que le restablezca su interés, sin embargo, la ley
80, dejo claro que si alguna de las partes de la relación contractual resultare afectada con el rompimiento del
equilibrio financiero del contrato podía acudir a su restablecimiento adoptando las medidas necesarias, … por
cuya virtud se faculta expresamente a las entidades estatales para solicitar la actualización o revisión de precios
cuando se produzcan fenómenos que alteren en su contra el equilibrio económico del contrato. Este enfoque del
equilibrio financiero del contrato permite concebir esa institución como un derecho que tienen, en igual medida,
las dos partes de la relación contractual”

Dicha postura es acogida por el Consejo de Estado, sin embargo la misma alta corte mediante auto del 7 de
junio del 2001 (Radicado No. 2.035.347, M.P. Alier Eduardo Hernández Enríquez), establece que tal concepto
jurídico, hace referencia al derecho que tiene las partes del contrato estatal a que se mantengan las condiciones
iniciales del contrato durante toda la ejecución del mismo hasta su finalización, lo que se pretende entonces es
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que cada una de las partes alcancen la finalidad esperada con la celebración del contrato, la administración por
su parte espera la satisfacción del interés general, mientras que el particular espera un lucro personal.

Es por eso que cuando la ecuación contractual o financiera, se ve afecta en perjuicio de uno de los sujetos
contractuales surge en virtud del art. 27 de la Ley 80, la obligación de reparar tal desigualdad.

En ese orden de ideas, según el Consejo de Estado, mediante sentencias del 18 de septiembre del 2003
(Radicado No. 15119, M.P. Ramiro Saavedra Becerra), la ecuación contractual, se ve afecta por tres casos a
saber:

1. Los actos particulares de la administración en ejercicio de la potestad de dirección y control contractual


(particularmente del ius variandi, que es la capacidad que tiene la administración de cambiar o
modificar de manera unilateral alguna de las cláusulas del contrato).

2. Por causas imputables al estado, mismas causales que son tratadas dentro de la teoría del “hecho del
príncipe”.

3. Por causas no imputables al Estado y que son tratadas en la teoría de la “imprevisión”

Sobre la teoría de la imprevisión y el hecho del príncipe.

La teoría del hecho del príncipe, parafraseando la manifestación del Consejo de Estado mediante sentencia del
4 de febrero del 2010 (Radicado No. 15.400, M.P Enrique Gil Botero), tal teoría se manifiesta cuando las
conductas o decisiones emanadas de la administración en su papel como autoridad y en cumplimiento de sus
deberes generales, causa indirectamente una afectación en el contrato y por lo tanto un quebrantamiento en la
ecuación financiera.

Para mejorar el entendimiento de lo enunciado, tomaré como ejemplo la licitación trabajada en clase, respecto
de la cual la Alcaldía de Pasto abrió litación con la finalidad de brindar dotaciones a los funcionarios y
trabajadores de la misma, a través de tarjetas recargables y canjeables, en ese sentido, se quebrantaría la
ecuación contractual y el equilibrio financiero a través de la teoría del hecho del principie, en el caso hipotético
en que Alcaldía de Pasto, después de adjudicar el contrato, (si se hubiera hecho) y cumpliendo con sus deberes
como autoridad administrativa expidiera una norma de carácter general que importara una tarifa sobre las telas
(materia prima necesaria para el cumplimiento del contrato), en ese sentido el costo de tal material alzaría,
consecuentemente los intereses del contratista se verían afectados, pues tal vez el valor del contrato ya no sería
suficiente para el cumplimiento del objeto contractual.

En otras palabras, esta teoría se perfecciona cuando: a) la conducta o decisiones emana de la autoridad con la
que se contrató, b) tal decisión es de carácter general y en cumplimiento de los deberes de la autoridad
administrativa y c) la decisión no emana directamente del contrato, pero repercute en el mismo de forma directa
o indirecta.

Por su parte la teoría de la imprevisibilidad, generalmente hace referencia a la fuerza mayor como hecho
exonerante de la responsabilidad que impide el estricto cumplimiento de las obligaciones emanadas del
contrato, en términos del consejo de estado mediante sentencia del 11 de septiembre del 2003 (Radicado No.
1478, M.P. Ricardo Hoyos Duque) la teoría de imprevisibilidad, hace referencia a los acontecimientos que no
son posibles de contemplar antes de su ocurrencia, y que son ajenos a la administración y al contratista, y por
lo tanto truncan la ejecución del contrato, al ser hecho externos a los sujetos contractuales, no le serán
imputables a los mismos.

PRINCIPIO DE SELECCIÓN OBJETIVA


(Art. 5 / Ley 1150 del 2007)

2. (…) En los procesos de selección en los que se tenga en cuenta los factores técnicos y económicos, la
oferta más ventajosa será la que resulte de aplicar alguna de las siguientes alternativa: (…)b)La ponderación
de los elementos de calidad y precio que representen la mejor relación de costo-beneficio para la entidad.
NOMBRE: Francisco David Bravo Rodríguez. CURSO: 8-H.
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Resulta, que la determinación de la mejor relación de costo – beneficio no está a discrecionalidad de la


administración determinarla, sino que deben seguirse unas reglas estipuladas en el Decreto 734 del 2012 (Por
el cual se reglamenta el Estatuto General de Contratación de la Administración Pública y se dictan otras
disposiciones.), dichas regla se pueden resumir así:

Será escogerá la mejor oferta, cuando después de un procedimiento de ponderación de elementos de calidad y
precio, representen la mejor relación de costo – beneficio, para la entidad, para ello se estipulara en el pliego de
condiciones:

a) Uno requisitos técnicos y económicos para la presentación de la oferta.


b) Condiciones técnicas, que representen para la entidad ventajas en la calidad.
c) Las condiciones económicas adicionales que para la entidad representen ventajas cuantificables en
términos monetarios. (descuentos, mayor asunción de riesgos, la forma de pago etc.)
d) Cada ofrecimiento técnico y económico, se deberá cuantificar económicamente según el valor que
represente el beneficio a recibir de conformidad con lo establecido en los estudios previos.

Posteriormente, se le restará al valor total ofrecido los beneficios técnicos y económicos adicionales – por eso
la importancia de cuantificarlos económicamente-, la oferta que obtenga la cifra más baja será la que represente
la mejor relación costo – beneficio para la entidad, y a ella será a quien se le adjudique el contrato, pero por el
valor total ofrecido.

¿Qué sucede si hay empate entre las ofertas?

El desempate, está reglamentado en el artículo 4.2.5 del Decreto 734 del 2012, el cual establece que los criterios
de desempate se fijaran en el pliego de condiciones, siguiendo las siguientes reglas:

a) En caso de igualdad de puntajes en las ofertas más favorables, se aplicaran en primera medida de
desempate las reglas del art. 5 de la ley 1150 del 2007.

b) Si el empate persiste, se entenderá que las ofertas están en igualdad de condiciones, se preferirá a la
oferta nacional, sobre la oferta extranjera.

c) Si entre los ofertantes se encentra Mipymes nacional, se los preferirá a este sobre los otros, sin importar
si es proponente singular, o consorcio, unión temporal o promesa de sociedad futura

d) Si no hay lugar a la hipótesis anterior pero entre los empatados se encuentran consorcios, uniones
temporales o promesas de sociedad futura en los que tenga participación al menos una Mipyme, este
se preferirá.
e) Si persiste el empate, se preferirá al proponente singular que acredite tener vinculado laboralmente por
lo menos un mínimo del 10% de sus empleados en las condiciones de discapacidad, debidamente
certificadas por la oficina de trabajo de la respectiva zona, que hayan sido contratados con por lo menos
un año de anterioridad y que certifique adicionalmente que mantendrá dicho personal por un lapso
igual al de la contratación.

f) En caso que no proceda la hipótesis anterior, y entre los proponentes se encuentren proponentes
singulares o plurales conformados por consorcios, uniones temporales o promesas de sociedad futura
conformados con al menos un integrante que acredite circunstancias de discapacidad, se lo preferirá a
este.

g) Si el empate se mantiene, se podrán utilizar métodos aleatorios (al azar).

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