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De Mita, afirma que el principio constitucional de legalidad es uno de los pilares del
sistema fiscal, cuya finalidad es contener a la discrecionalidad de la administración
tributaria. Conforme a la concepción inglesa, se proyecta a la ley como “producto de
justicia” más que de la voluntad política soberana, es decir la administración halla
sumisión a la ley. La ley previa es garantía contra la arbitrariedad y otorga coherencia
al sistema jurídico.
El impuesto como prestación pecuniaria exigida por el Estado, que provoca una
detracción del patrimonio de los ciudadanos para transferirlos a las arcas del tesoro
nacional solo pueden crearlos a través de una norma emanada de los representantes del
pueblo específicamente la ley formal del Congreso dentro de la cual debe obrar la
voluntad del gobernante o del juzgador debido a que los representantes del pueblo son
los legitimados para la aplicación de gravámenes. De manera que son las leyes y no los
hombres los que gobiernan lo que hace el ser del sistema de pesos y contrapesos,
acuñado por el constitucionalismo norteamericano.
Dicey, respalda lo dicho anteriormente bajo tres aspectos que deben estar ordenados por
la ley:
2. Autoridad con facultades para efectuar los gastos y satisfacerlos con aquella
recaudación de las rentas públicas; y
Debemos agregar que conforme a lo dicho por Gandra Da Silva Martins, debemos
además entender que el principio de tipicidad tributaria del sujeto pasivo de la relación
tributaria tiene la certeza de a qué atenerse en los términos de la ley, ya que la ley
emanada de un poder independiente del beneficiario de la aplicación de la norma,
sienta un principio jurídico el que no admite interpretaciones flexibles pues contiene la
tipología precisa e indelegable. La legalidad como garantía en el Derecho Tributaria,
indica que los sacrificios patrimoniales solo pueden ser impuestos por el Estado
mediante una ley, así se exige una ley para crear un impuesto lo que significa que
ninguna interpretación o ejercicio discrecional del poder tributario puede configurar un
hecho imponible, si no está previsto con anterioridad en una ley.
i. Intensidad del princpio
A. Relativista. Sostiene que no es necesario que la ley contenga todos los elementos
de la imposición, siendo suficiente que la prestación impuesta sea determinada
indicando los elementos necesarios a los fines de identificar la imposición, el
hecho imponible y el sujeto obligado a efectuar la prestación pecuniaria.
- La Discrecionalidad
a. La oscuridad normativa
b. La falta de certeza en materia tributaria. Esta situación despliega el ejercicio de
facultades discrecionales en la Administración, el Derecho tiene una innata
orientación hacia la actuación del orden en la convivencia social y la necesidad
de certeza es un dato concreto para su logro.
c. Los conceptos jurídicos indeterminados