Вы находитесь на странице: 1из 5

FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

Línea de Investigación

“Violencia”

Artículo de opinión

“La educación como vehículo para ponerle fin a la violencia contra la mujer
en el Perú”

Autor

Muñoz Ibañez, Nancy Noemy

Asesor

Reyes Carranza, Francisco Javier

Sección de clase

Viernes 7:30 - 12:00  V 122

2019 - 01
INTRODUCCIÓN

La violencia contra la mujer forma parte de una de las violaciones más generalizadas de los derechos
humanos en el mundo actual. Es increíble que las estadísticas informen que en el Perú 66 de cada
100 mujeres han sufrido algún tipo de violencia, ejercida en la mayoría de los casos por su pareja o
acompañante (INEI, 2017). De acuerdo a su nivel de educación, se evidencia que existe un mayor
porcentaje de víctimas de violencia en las mujeres con nivel de instrucción primario que en aquellas
que tienen estudios superiores. Ello se debe a que una mujer sin educación, desconoce de sus
derechos y permite este círculo de violencia, además tiene menos recursos para lograr su autonomía
y evitar involucrarse en este tipo de relaciones violentas.

Según estos datos es plausible considerar que el nivel de escolaridad es una forma de evitar la aparición
y permanencia de la violencia contra la mujer. Lo que nos lleva a plantearnos el siguiente problema
de investigación: ¿De qué manera la educación es un vehículo para ponerle fin a la violencia contra
la mujer en el Perú? Para abordar este problema vamos a describir el impacto de la violencia de la
mujer en el Perú, centrándonos en el factor: nivel de escolaridad de las víctimas, tomando cifras del
Instituto Nacional de Estadísticas e Informática del Perú (INEI). Asimismo, argumentaremos como
influye la educación en el desarrollo de la autonomía, lo cual disminuye la probabilidad que las mujeres
se involucren en relaciones de dominio – sumisión. Finalmente nos planteamos dar a conocer, de qué
manera la Organización de las Naciones Unidas (ONU Mujeres), mediante la educación no formal,
pretende erradicar la violencia contra la mujer, de tal manera que se logren esclarecer los paradigmas
que involucran esta problemática social.

OPINIÓN Y ARGUMENTACIÓN

En el Perú el nivel de escolaridad de la mujer es un factor que influye en la existencia de la


violencia contra la mujer. Aquellas con niveles bajos o muy bajos de educación, tienen mayor
probabilidad de involucrarse en relaciones violentas, ello está ligado a que, en nuestro país, existe un
gran porcentaje de la población que no ejerce su derecho a la educación, en algunos casos por
deficiencias por parte del estado para hacer accesible este derecho a todos los ciudadanos peruanos,
en otros casos ocasionado por factores económicos o de inequidad de género. Según los datos
publicados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2017), a través de la
Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, queda en evidencia que de las mujeres que no han recibido
ningún tipo de educación, el 33.88% ha sido víctima de violencia física, el 67.78% ha recibido
violencia psicológica y verbal, y el 10.97% ha sido violentada sexualmente, mientras que las mujeres
con estudios superiores, el 27.22% ha recibido violencia física, el 59.78% ha sido víctima de violencia
psicológica y verbal, y el 4.04% ha sido violentada sexualmente.

Es así, que el (Banco Mundial, 2015) afirma que, la carencia de una educación genera consecuencias
negativas en las habilidades futuras de una mujer en la búsqueda y obtención de un empleo, el cual le
permita obtener un salario adecuado, prescindiendo de una independencia económica, la cual se

2
refleja no sólo en la capacidad que tiene una mujer de administrar y organizar su dinero, ahorrar,
adquirir bienes e invertir, sino también en su libertad de toma decisiones y poder liberarse de
relaciones domesticas abusivas y violentas.

Estos datos corroboran la existencia de una relación entre el nivel de escolaridad con la persistencia
de la violencia de género en nuestro país, haciendo más posible que aquellas mujeres que tienen
niveles bajos de instrucción sean víctimas de violencia. Esta realidad problemática se debe a la
existencia de una desigualdad de oportunidades, con respecto a la educación entre hombres y mujeres,
ya que aún existe la ideología machista en la cual, el hombre es el que debe instruirse para ser el sostén
económico del hogar y la mujer debe ser la encargada de la crianza de los hijos y las tareas domésticas,
ello la lleva a privarse de una formación educativa, la cual es fundamental para su desarrollo personal
en los diferentes ámbitos de la vida, tanto a nivel individual, social y familiar.

La educación permite desarrollar habilidades y competencias en la mujer, lo cual la


convertirá en una persona autónoma y disminuirá las probabilidades de que se involucre en
relaciones de dominancia y sumisión. Instruir profesionalmente a una mujer es elemental para
combatir la violencia contra ella, puesto que la educación le brinda estrategias para que amplíen su
visión del futuro y fomenten la planificación de metas, además otorga mayores oportunidades de
obtener mejores puestos de trabajo y de esta manera lograr una independencia económica. Para
(Leger, 1978) la educación se considera el área en la que las mujeres han obtenido los mayores logros
en las últimas décadas, asimismo la educación influye en la aportación económica de la mujer y en su
valor adquisitivo, así como también en el número de hijos que decida tener y de ser responsable de
la salud que estos niños gozarán en el futuro, por lo tanto, la formación educativa puede ser la base
de una expansión de oportunidades para el mañana.

Asimismo, el (Banco de Desarrollo de América Latina, 2016) promueve acciones para que las mujeres
mejoren su independencia económica, impulsando iniciativas de formación profesional que generen
cambios en la vida de las mujeres e incrementen sus capacidades de liderazgo como representantes
del cambio social, económico y político, ya que considera que la dependencia económica y la falta de
ingresos económicos, constituye un factor que incide en la permanencia de las mujeres en situaciones
de violencia. Como podemos ver la independencia económica es un factor protector de la violencia
contra la mujer, y para lograrlo uno de los medios es la formación profesional de la mujer, ello la
llevara a tener sentimientos de autorrealizacion y autodeterminación, siendo libre para decidir sobre
su futuro e involucrarse en relaciones simétricas, tanto es así que las Organizaciones de carácter
Mundial están utilizando a la educación como herramienta para erradicar la violencia contra la mujer
en nuestras sociedades.

Para erradicar la violencia contra la mujer es importante tener en cuenta a la educación no


formal la cual desarrolla en las mujeres, capacidades de toma de decisiones y resolución de
conflictos, brindándole las herramientas necesarias para afrontar adecuadamente

3
situaciones de violencia y no permanecer en este ciclo de violencia. Tal como lo menciona
(Grinstead, 2015) la educación no se trata solamente de aprender a sumar y restar, y a leer y escribir,
sino debe formar a los alumnos con habilidades para el siglo actual, referidas a temas como
ciudadanía, liderazgo, confianza y autoestima, también debe abarcar los desafíos y problemáticas a
los que las personas se enfrentan hoy en dia, por ejemplo, la cuestión de la violencia contra la mujer.
Es por ello que, la Organización de las Naciones Unidas (ONU,2013), con la cooperación de
la Asociación Mundial de las Guías Scouts, ha preparado un programa mundial de educación no
formal para involucrar a los jóvenes en el trabajo por prevenir y poner fin a la violencia contra
mujeres, el cual ha sido denominado “Voces contra la Violencia”. Este es un programa elaborado
para diferentes grupos de edad que comprenden desde los 5 hasta los 25 años de edad, brindando a
los jóvenes herramientas, mediante la exposición de experiencias cotidianas, para entender los
factores que están implicados en la violencia en sus comunidades, fomentando la reflexión sobre la
existencia de prejuicios y estereotipos de género, además de educar y hacer partícipe a sus iguales y a
las comunidades para prevenir esta clase de violencia, así como también, saber adónde recurrir en
busca de ayuda en caso de ser necesario.

La educación en conocimientos para la vida profesional son importantes para autonomía de la mujer,
no obstante, la educación formal, también lo es en igual medida, ya que permite el desarrollo de
habilidades y capacidades que permiten a la mujer hacer uso de un pensamiento crítico reflexionando
y analizando las posibilidades antes de tomar decisiones, también posibilita la capacidad de resolver
conflictos de manera asertiva, expresando sus sentimientos y pensamientos de manera libre, haciendo
valer sus derechos, puesto que mediante experiencias reales de otras personas, se genera una mejor
comprensión y sensibilización acerca de la violencia contra la mujer y de esta manera saber identificar
los indicadores de violencia en sus relaciones.

CONCLUSIONES

- Según los datos estadísticos, el nivel de instrucción de la mujer, es un factor para la incidencia y
prevalencia de la violencia contra la mujer en nuestro país.
- La educación para la vida profesional es un medio para combatir la violencia contra la mujer,
puesto que genera autonomía en ellas.
- La educación no formal también es importante para enfrentarse a la violencia contra la mujer, ya
que genera capacidades como toma de decisiones, resolución de conflictos, asertividad, que van a
ayudar a la mujer a no involucrarse en relaciones violentas.

4
BIBLIOGRAFIA

Banco de Desarrollo de América Latina (2016). 3 medidas para erradicar la violencia contra mujeres y niñas.
Recuperado de https://www.caf.com/es/actualidad/noticias/2016/11/3-medidas-para-
erradicar-la-violencia-contra-mujeres-y-ninas/

Banco Mundial. (2015). La educación como vehículo para poner fin a la violencia contra las mujeres. Recuperado
de https://blogs.worldbank.org/voices/es/la-educaci-n-como-veh-culo-para-poner-fin-la-
violencia-contra-las-mujeres

Grinstead, N. (2015). La educación debe ser reevaluada, reenfocada y redefinida. Recuperado de


http://beijing20.unwomen.org/es/news-and-events/stories/2015/2/oped-education-and-
training

Instituto Nacional de Estadística e Informática (2017). 66 de cada 100 mujeres alguna vez unidas han sufrido
alguna forma de violencia ejercida por su esposo o compañero. Recuperado de
https://www.inei.gob.pe/prensa/noticias/66-de-cada-100-mujeres-alguna-vez-unidas-han-
sufrido-alguna-forma-de-violencia-ejercida-por-su-esposo-o-companero-10209/

Leger, R. (1978). Salud, Dinero y Amor. El mundo de las mujeres. Revista Poder y Libertad.7, 46-55

Observatorio Nacional de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familia. (2017).
Indicadores de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar ENDES0 - INEI. Recuperado de
https://observatorioviolencia.pe/datos-inei-2017-2/

Organización de las Naciones Unidas Mujeres. (2010). Causas, factores de riesgo y de protección. Recuperado
de http://www.endvawnow.org/es/articles/300-causas-factores-de-riesgo-y-de-
proteccin.html

Organización de las Naciones Unidas Mujeres. (2013). Enfoque en la prevención de la violencia. Recuperado
de http://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/prevention

Poll, M., Alonso, H., y Mederos, M. (2012). Violencia contra la mujer en la comunidad. MEDISAN,
16 (8), 1267-1273

Soto, G. (2013). El estado como garante de los derechos fundamentales de las mujeres en Venezuela bajo el marco
de la nueva ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia (tesis doctoral).
Universidad Nacional de Educación a Distancia, España, Madrid

Вам также может понравиться