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La música en acción: constitución del género

en la escena concertística de Viena, 1790--181 O*


Tia DeNora**

La música en acción

Como arte que se despliega en una performance, la música ocurre. Sin


embargo, los paradigmas de la investigación musical suelen pasar por
alto el carácter de la música como acontecer. Si bien hay estudios de
los textos musicales como representaciones (la "nueva" musicología, los
estudios culturales) y de los contextos musicales como condiciones de
la producción musical (la sociología), aún escasea el trabajo sobre la
música como performance y como algo que se apropia, y de ese modo
deviene (de maneras que es posible documentar y especificar en el
tiempo y en el espacio) en medio constitutivo de la vida social. He ahí
el proceso que describo con la frase "música en acción".
En los párrafos que siguen pongo el foco en los actos de música, ilus~
trando el tema con datos extraídos de un estudio, aún en proceso de
realización, sobre la constitución musical de la diferencia de género
durante el siglo xrx. El presente trabajo se divide en dos partes. En la
primera considero la música como medio constitutivo de la vida social
y me pregunto de qué modo, en su despliegue como acontecimien~
to tecnológico, que toma cuerpo en una performance, la música pue~
de entenderse como medio a través del cual se forjan las relaciones

Poetics, vol. 30, números1~2, mayo de 2002, pp. 19~33.


Profesora de Sociología y Filosofía, Universidad de Exeter.

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sociales. Sugiero que la música no es algo "sobre" lo social, sino que lo He aquí los motivos que me llevaron a emprender este estudio
ejemplifica, y en efecto es vida social -una forma del hacer- por dere# casuístico: aunque el interés por la música y la formación del géne#
cho propio, y lo es de modo tal que puede penetrar y estructurar la ro constituye hoy en día una preocupación importante, tanto de las
experiencia social. Para desarrollar este argumento, presento el con# ciencias sociales como de la musicología, tal interés no suele ligarse
cepto de "habilitación"* musical y considero la música como medio a las prácticas reales de la producción musical, y por ende tampoco a
gestual, con lo cual quiero decir que la música (y muy especialmente la la concepción de la música como acontecimiento performativo (véa#
música como performance) proporciona un lugar para la demostración se Green, 1997, como notable excepción). A mi entender, sin este
-por medios que no son proposicionales y que se hacen carne- de cate# enfoque no es posible iluminar los mecanismos por medio de los cua#
gorías, capacidades y distribuciones sociales de la acción/experiencia. les la música llega a constituir relaciones sociales. Si nos proponemos
En la segunda parte sitúo esta inquietud teórica en el marco de entender cómo funciona realmente la música en calidad de ingrediente
un estudio casuístico. Allí considero la actuación pianística (en Vie# activo, de medio que estructura la vida social, necesitamos contar con
na, circa 1780 a 1810) como un sitio donde las diferencias de género nuevas metodologías y nuevos conceptos, que excedan tanto la musi#
(que más tarde se ligaron a ideas sobre la "naturaleza" de las diferen# cología como la sociología.
cias entre hombres y mujeres) se pusieron en acto por primera vez para
consumo del público. Los detalles empíricos de este estudio casuístico
se han publicado en otros lugares de forma preliminar, pero la investí# Primera parte: la música como acontecimiento
gación continúa (véase DeNora, 2000; 2001; en curso). En el presente
artículo solo me propongo aludir a esos detalles con el fin de ejempli# ¿Qué habilita la música?
ficar una estrategia investigativa dedicada a la música como aconte#
cimiento, y así elaborar conceptos para teorizar el rol formativo de la Algunos estudios de recepción han puesto en evidencia que los signi#
música en la construcción de la vida social: su rol de "ingrediente acti# ficados de los medios culturales de comunicación (incluido su "valor"
vo" de la vida social. percibido) se construyen mediante la interacción entre los medios y los
consumidores de medios (véanse, por ejemplo, Van Rees, 1987; Moo#
* El término que traduzco por "habilitación" es affordance, un neologismo acuñado res, 1990; Tota, 2001). Este aspecto emergente del significado cultu~
por James T. Gibson en un artículo de 1977, "The Theory of affordances". Affordance es ral#textual incluye los significados que los consumidores aficionados o
un sustantivo derivado del verbo afford, cuya acepción más general es "proporcionar" o legos encuentran "en" los textos, así como los significados que augu#
"permitir", y se refiere a lo que permite, habilita o invita a hacer un objeto por sus cua~ ran los lectores y analistas "expertos". Al mismo tiempo, los textos
lidades o características. Por ejemplo, una superficie plana invita a sentarse. El término
-en este caso, los materiales musicales- no son en absoluto neutros, en
también se refiere a lo que diferentes sujetos perciben que pueden hacer con un obje~
to, es decir, a la imaginación y la creatividad. DeNora utiliza el concepto en relación la medida en que integran y contribuyen a determinar sus contextos
con la música (musical affordance: "habilitación musical"). En muchas traducciones de de recepción a través de las percepciones de sus referencias intertex#
textos donde se menciona el concepto de affordance, el término se deja en inglés, pero tuales, así como sus características físicas y convencionales, como los
en otras se traduce por "invitabilidad", "provisión", "potencialidad" o "habilitación", tropos, los tópicos, los parecidos familiares y -en el caso de las audi#
acepción que he elegido para el presente artículo. [N. de la T.] dones repetidas- las connotaciones acumuladas, las interpretaciones

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institucionalizadas y aspectos similares (Middleton, 1990); ello es así
categorías en las que a menudo se desarrolla el pensamiento formal sobre
aun cuando hasta los materiales más convencionales puedan ser, en
nosotros mismos"; Y ello exige, al menos de forma implícita, colocar el
palabras de Eco ( 1992), "sobreinterpretados". Si bien ninguna unidad,
foco sobre los actores cuando se involucran con los materiales cultura,
pasaje u obra musical puede garantizar su recepción en cualquier cir,
l~s Y los mo~ilizan, e~ decir, cuando atraviesan campos culturales par,
cunstancia, los materiales musicales forman parte de las circunstancias
t1culares Y as1 se configuran como agentes conscientes. A mi entender,
de su audición y contribuyen a ellas (véase DeNora, 2000, pp. 21,45,
esta perspectiva se alinea con el foco de los estudios organizacionales
por una explicación más detallada de estos puntos).
e~ la estructuración y en la agencia: con trabajos como el de DiMag,
De ahí que determinados materiales musicales se perciban, en
g10 ( 1982), que posan la mirada en los agentes en tanto estos movilizan
muchos casos con regularidad, como algo conmensurable con diversas
estructuras culturales para producir y reproducir organizaciones. Aquí
"otras cosas". Esas "cosas" pueden ser otras obras (así reconocemos el
entonces, la música puede entenderse como recurso para realizar cosas'
"estilo" de una época, un compositor, una región, por ejemplo), pero
Y en este sentido la sociología de la música no tiene por qué limitarse ~
también -y con mayor interés para el análisis sociomusical- puede ser
aprender del trabajo existente sobre las instituciones, sino que también
algún fenómeno externo a la música, como los valores, las ideas, las
puede hacer avanzar ese trabajo gracias a su su potencial para revelar la
imágenes, las relaciones sociales o los estilos de actividad. Y es allí
dimensión estética y la dimensión no,cognitiva de la agencia social.
donde la música, en el léxico de las diversas "pos" teorías de los años
El foco sobre la música "en acción" es un foco sobre la música como
noventa, pasa a ser entendida, entre otras relaciones, como "análoga
práctica, y so~~e la música como proveedora de una base para la práctica.
a", "simulacro de", "representación de", "homóloga a" la vida social y
Abor~: la mus1ca como medio formativo en relación con la conciencia y
las expresiones, acciones e identidades sociales.
la acc1on, como recurso (más que como medio) para la construcción del
La significación sociológica de este último punto se intensifica cuando
mundo. En el marco de esta concepción dinámica del carácter social de
:,ª mús~~a, el foc~ ~e ª,~eja d~' lo que la música describe o de lo que puede
el receptor no se limita a reconocer el "contenido" social (como repre,
sentación de la realidad o realidad imaginada) sino que actúa sobre él,
es decir, cuando la música pasa a servir de algún modo como material
l~e~se en .l~ i_rms1ca sobre la sociedad, para acercarse a aquello que la
mus1ca pos1b1hta, es decir, "habilita".
organizador para la acción, la motivación, el pensamiento, la imagina,
Adaptado de la psicología social, el concepto de "habilitación" cap,
ción y cosas semejantes. Es ahí donde podemos comenzar a decir que la
tura el rol de la música como "mediadora" de lo social (tal como lo
música "entra en" acción. Y es ahí donde el estudio sociomusical pue,
enu~cia Antaine Hennion, 1993 ). Además, según cómo se lo concep,
de trascender las nociones (derivadas del análisis textual) del carácter
tuahce, pone de relieve el potencial de la música como medio organi,
simbólico de la música, sus interpretaciones y significado(s) percibido(s).
zador, como algo que contribuye a estructurar los estilos de conciencia
las ideas o los modos de hacerse carne. Decir que la música habilit~
Hay precedentes en el trabajo de académicos -entre los que se destaca
Robert Wuthnow en el contexto estadounidense- que se han ocupa,
cosas equivale a sugerir que se trata de un material contra el cual las
do de las relaciones entre los elementos culturales priorizándolas sobre
cosas ~e moldean o se elaboran mediante la acción práctica, a veces no
sus significados, énfasis que procura retener el ímpetu sociológico en el cons~1ente. Algunos ejemplos ayudarán a aclarar este punto.
marco de los estudios culturales. Tal como observa Wuthnow, los signi,
~}~mpl~ 1, la acción hecha carne. Distintos tipos de ritmo pueden
ficados emergen de sistemas y campos culturales que proporcionan "las
habilitar tipos particulares de movimiento corporal. De hecho, esa es

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la razón de ser de muchas "canciones para trabajar", tanto tradicio, produce más de una nota (permitiendo que la voz extraiga armonías o
nales como -por vía del estudio del tiempo y la moción- modernas "sobretonos" dentro de una nota). Este zumbido produce notas "adicio,
(Lanza, 1994). Puede decirse que el ritmo "habilita" el movimiento nales", es decir, notas que no están cantadas por ningún individuo en
en la medida en que se lo percibe como descripción de tipos específi, particular. Podríamos imaginar que este tipo de música "habilita" o pro,
cos de movimiento (por ejemplo, tempos, niveles de energía, estilos de porciona un modelo para pensar el concepto de comunidad (por ejem,
movimiento), y que se actúa sobre él en la medida en que los actores plo, "el todo es más que la suma de sus partes"). (Compárese esto con
adecúan los movimientos corporales a sus propiedades. Si bien quizá el ejemplo de la música marcial y los cuerpos que marchan a su ritmo,
podamos señalarla como uno de los ejemplos más obvios de la a<lecua, circunstancia en la cual cada individuo pone en acto o incorpora en
ción del cuerpo a los ritmos, la danza es apenas una de las actividades su acción una fuente externa de arrastre: el pulso o compás que pro,
más formalizadas donde ocurre esta adecuación. La música también se viene del exterior, es decir, que no emerge de lo que "todos" producen
liga a un séquito de. rasgos corporales más sutiles que caracterizan el en concierto.)
movimiento y el comportamiento en la vida cotidiana: la postura, Aquí vemos de qué modo la música puede servir de recurso para
el paso y el estilo de movimiento. Estas cosas, a su vez, pueden asociar, crear las "metáforas que rigen nuestra vida"; en este caso, brinda un
se a formas (e imágenes) de agencia social como tipos de ser y, cuando recurso para cartografiar/elaborar cognitivamente un concepto siguien,
ciertos atributos individuales se asocian a dichas formas, a jerarquías do los rasgos que se perciben en ella. Las cosas halladas "en" la música
de individuos en relación con esas formas. La música también habilita (incluso los aspectos más abstractos de su textura o estructura) fundo,
la proyección imaginaria del movimiento corporal cuando "nos hace, nan. entonces como recursos para elaborar el conocimiento y sus cate,
mos una imagen" de un movimiento al oír determinado género musí, gorías; además, en este caso, podría entenderse que la música ofrece
cal. El ejemplo de la música marcial sirve como ilustración de estos patrones con respecto a los cuales se moldea el conocimiento. Es así
puntos. Al oír una marcha, podemos (aunque no de forma automática, que la música, incluso en su concepción más abstracta (por ejemplo,
como se aclarará más abajo) recordar o comenzar a imaginar el paso la que no tiene texto, la experimental, la poco convencional), propor,
marcial ("hacernos una imagen" de él). En otras palabras, podemos ser ciona recursos para pensar, recursos en forma de lecciones prácticas,
motivados o incitados en relación con un tipo de agencia -marchar- a analogías, ejemplares y modelos. Es precisamente lo que hizo Ador,
emprender un estilo de movimiento particular, que a su vez se asocia no ( 197 3) cuando situó a Schoenberg como paradigma de los hábitos
a un conjunto particular de prácticas institucionales con sus estados del pensamiento progresista: cartografiar en la música un modelo de
agenciales particulares, como la regulación, la coordinación y el arras, estilo cognitivo. (Nótese también que, según Adorno, la capitulación
tre del cuerpo. Podemos "volvernos" (producir nuestro yo como) "mar, de Stravinsky ante el ritmo y el pulso servía para desintegrar el sujeto
chistas"; es decir, en ocasión de oír música, podemos adaptar nuestro en el objeto, para "forzar" al sujeto a identificarse totalmente con un
yo a las propiedades que percibimos en ella, y así pasar a ser, por vía de poder -musical- externo y arbitrario).
la música, un tipo de agente; en este caso, un agente imbuido de agen, En ambos ejemplos, la música no "causa" nada; no "hace que pase
cia militarista y marcial. nada", como dijo Auden de la poesía, y por cierto no "ocasiona" pasos
Ejemplo 2, reconocimiento y cognición. En Mongolia hay un estilo de de marcha ni ideas de comunidad. Es decir, hablar de la música como
canto que consiste en una especie de zumbido coral en el que cada voz estructura habilitante no equivale en absoluto a hablar de la música

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como "causa" o "estímulo" de la acción, el pensamiento o la respuesta la música que se preste a servir de recurso para la constitución de otras
emocional. Por el contrario, el concepto de habilitación hace avanzar "cosas"? En la próxima sección sugiero que la respuesta a esta pregun,
la teoría de la recepción al poner de relieve el hecho de que los efec, ta se halla en el material y las propiedades convencionales de la músi,
tos de la música dependen de las respuestas y los actos de apropiación ca, así como en los procesos mediante los cuales esas propiedades -los
que llevan a cabo los receptores. Este concepto postula que la música patrones de movimiento, tales como el ritmo; las propiedades arquitec,
es algo con lo que se actúa y sobre lo que se actúa. La música "habilita" tónicas (al menos en las sociedades occidentales, donde las notas pue,
cosas solo mediante esta apropiación, lo cual equivale a decir que, si den percibirse en términos "espaciales", como "cercanas", "chocantes",
bien es posible anticipar las cosas que habilita la música, estas no pue, "amontonadas" o "armónicas")- adquieren posesión (son reconoci,
den predeterminarse sino que dependen de cómo los "usuarios" enla, das como en posesión) de cualidades gestuales. Cuando digo gesto, me
cen la música con otras cosas, de cómo interactúen con la música y a refiero a que los receptores suelen responder a la música como si esta
su vez actúen sobre ella en la medida en que la han activado. presentara una parte de alguna "cosa" que sobresale de ella y sirve para
Hasta ahora he ofrecido dos ejemplos hipotéticos para mostrar que recordar a los receptores acerca de esa cosa, o bien la señala.
la música es más que un simple significado, más que la interpretación.
He tratado de poner en evidencia que, en contraste, la música se pone
en acción según como se la apropie, se la describa, se actúe sobre ella. La música como gesto
Solo en (y mediante) este proceso de absorber la música, o de unirla a
otras cosas, es posible entender que la música habilita cosas. Por ejemplo, las marchas pueden habilitar una encarnación "marcial",
Con esto quiero decir que interpretar la música, trazar vínculos porque incorporan en ellas algunos rasgos de la acción de marchar (el
entre ella y otras cosas, es "hacer cosas con la música", así como se claro ritmo 4/4 y el pulso definido), y porque esos rasgos se refuerzan
puede (de acuerdo con la teoría de los actos de habla) hacer cosas cuando la música marcial es interpretada por bandas mrntares que mar,
con las palabras. Del mismo modo en que usamos el concepto de chan en un desfile, circunstancia en la cual se percibe que la música,
acto de habla para captar el poder constitutivo del lenguaje, también tanto de forma literal como figurativa, "marca el tiempo". Del mismo
podemos hablar de actos de música, con miras a captar cómo se rea, modo, el canto de sobretonos puede percibirse como la creación, en
lizan cosas a través de los acontecimientos musicales y de sus apro, la práctica y a través de ella, de algo mayor que la suma de sus partes,
piaciones mediante palabras y acciones. Y tal como ocurre con los algo que "surge" de las contribuciones iguales (desde el punto de vista
actos de habla, los actos de música funcionan según cómo se actúe visual) de todos los participantes (compárese la producción y la apa,
sobre ellos de forma retrospectiva; en otras palabras, no tiene sentido riencia visual de ese conjunto musical con un concierto de violín, por
establecer una taxonomía de los actos de música por adelantado y en ejemplo). En ambos casos; el carácter gestual de la música (los gestos
abstracto (véase la crítica de Streeck a Searle, 1981, sobre este pun, sonoros y los gestos visuales de la música en su ejecución, aspecto visual
to; también se analiza en DeNora, 1986). que retomaré más adelante) es lo que habilita otras cosas. La músi,
Si bien he abordado el tema de la concepción de la música como ca "contiene" (o se percibe como que contiene) una parte de un acto
algo que "entra en acción", aún no he analizado qué hay en la música o de una conceptualización a los que se la ve referirse. La capacidad
que sirva de base para su capacidad de habilitar "cosas". ¿Qué hay en gestual de la música se remarcó y explotó durante el período barroco;

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J. S. Bach, por ejemplo, empleaba un conjunto de artificios alegóricos sentir "otras cosas": y ese recurso se vuelve posible gracias a la capad,
y gestuales en su intento de transmitir el afecto de la música; por ejem, dad que tiene la música de ser oída/percibida como algo que con sus
plo, los trítonos "entrecruzados" del Crucifixus en la Misa en si menor gestos señala esas cosas. La música habilita cosas cuando se percibe
y los ritmos "partidos" de la cantata sobre la partición de los panes para que incorpora en ella o su ejecución alguna propiedad de lo extramu,
alimentar a los pobres. sical -de modo tal que se la percibe "haciendo" la cosa que señala- y
Describir la música como gestual, y como algo que habilita cosas cuando se actúa sobre esas percepciones. Así, la música es mucho más
extramusicales por vía de los gestos, no equivale en absoluto a sugerir que un "reflejo" estructural de lo social: es constitutiva de lo social en
que los gestos de la música sean nítidamente clasificables, sino más la medida en que se la ve entrar en acción o concepción cuando las
bien que las regularidades y convenciones de uso pueden emerger en "cosas" toman forma en relación con ella, cuando los actores hacen
la práctica musical a lo largo del tiempo y ser apropiadas de maneras movimientos que se orientan hacia sus ritmos (por ejemplo, cuan,
convencionales; en ~fecto, el concepto de gusto, así como las regula, do hacen que el cuerpo se mueva "como" el ritmo marcial), o cuan,
ridades estadísticas del consumo musical para géneros y estilos partí, do emplean estructuras musicales a guisa de modelos o analogías para
culares, derivan precisamente de este hecho (Bryson, 1997; Peterson elaborar la conciencia conceptual. Por otra parte, en contraste, puede
y Simkis, 1992). Así ocurre, por ejemplo, en el caso de la música decirse que la acción "entra en" música cuando la música toma forma
marc.ial descripta antes, en la que el cuerpo no solo es arrastrado por en relación con cosas que están fuera de ella: cuando incorpora aspee,
la música, sino que es arrastrado a un modo "regular" de comporta, tos del mundo físico, conceptual o imaginativo. En ambos casos puede
miento en el cual la actividad individual toma forma de una manera entenderse que la música gesticula hacia cosas que están fuera de ella
institucionalmente "rutinaria" o "reconocible": marchar. Sin embar, (como especifican sus productores y consumidores) y, gracias a su capa,
go, no tiene sentido involucrarse en la estrategia analítica de especi, ciclad de medio gestual, describe o brinda parámetros para -entra en-
ficar las propiedades gestuales de la música en relación homológica la configuración de "cosas" extramusicales.
con otras cosas y, tal como lo indica el segundo ejemplo, la música Entonces, lo musical y lo social no son distintos, y la música no
puede usarse para habilitar cualquier cantidad de cosas nuevas según es más autónoma con respecto a la "sociedad" de lo que la "sacie,
cuáles sean las motivaciones de los usuarios. Tal estrategia no tie, dad" lo es con respecto a la música. De hecho la "y" en la frase "músi,
ne a mi parecer valor empírico, sino que es más bien un ejercicio de ca y sociedad" se limita a señalar un constructo que es solo analítico
apropiación "experta" de la música, un caso más de interacción con pero inapropiado en sentido naturalista. Sería más preciso decir que la
la música, de apropiación de la música para que esta habilite signi, "música" y "lo otro de la música" se coproducen e interpenetran: pro,
ficados/usos particulares, puesto que dilucidar así la música equivale porcionan recursos para la configuración mutua.
reflexivamente a activarla en relación con "otras cosas". En efecto, De esta idea se deduce una tarea importante para el análisis socio,
la noción de homología es estática: se emplea para captar la idea de musical: la de observar a los actores cuando se involucran en actos
similitud estructural, de paralelos entre dos cosas preexistentes (por que introducen la música en ámbitos extramusicales, y viceversa (y no
ejemplo, estilos de acción política y estilos de música). siempre con deliberación), cuando la música se emplea para la cons,
En contraste, la noción de habilitación musical es dinámica. Apun, trucción del mundo, y cuando algunos aspectos de los ámbitos y mate,
ta hacia una concepción de la música como recurso para hacer, pensar, riales no musicales se emplean para construir la música y responder a

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ella. Para esta tarea se requieren nuevas metodologías, que indaguen accesorios a la música sino que forman parte de la configuración de
sobre la producción y el consumo de la música en espacios particula, la música como acontecimiento. También pueden servir como artifi,
res y a lo largo del tiempo, a través de ejemplos etnográficos e histó, cios de encuadre y claves de contextualización (DeNora, 1986) para
rico,etnográficos de interacción entre la música, los actores sociales y que la música adquiera sentido como acontecimiento. Además, inclu,
los ambientes musicales/extramusicales; es decir, se necesitan estudios so cuando no vemos el despliegue de esos gestos, podemos imaginar,
casuísticos específicos y versados. Creo que los estudios casuísticos son los y "saber" qué significan ciertos sonidos desde la perspectiva visual
útiles; no simplemente porque su riqueza empírica permite hacer bue, de su producción física; por ejemplo, que los pasajes tutti (de todas las
na historia (su justificación usual), sino también porque la atención a cuerdas) requieren vigorosos golpes de arco sobre las cuerdas. De ahí
los detalles de la práctica musical permite hacer buena teoría, es decir, se deduce que la configuración física de los acontecimientos musica,
proporciona un medio para describir los mecanismos de la cultura (la les es en sí misma un recurso de lo que la música puede llegar a habili,
música) en acción, para especificar cómo funciona la música. Este foco tar, incluidas las ideas sobre cuáles son los agentes más apropiados para
nos aleja aun más de los objetos textuales musicales para acercarnos a producir esos gestos; por otra parte, a la inversa, la visión de agentes
la materialidad de la música como acontecimiento, a sus relaciones, particulares que producen determinados gestos puede habilitar ideas
circu:µstancias y tecnologías de producción/recepción, a sus usos. Par, acerca de esos agentes, sus capacidades, "rasgos" y elementos similares.
tiendo de aquí es posible considerar que la música -en y mediante su La producción de la música se caracteriza por lineamientos físicos que
modo de ejecución y apropiación- "performa" la vida social, en el sen, en sí mismos son potencialmente gestuales. Por ejemplo, uno puede
tido de que constituye un recurso para la producción de vida social: en sentirse "enfervorizado", o enfervorizarse, cuando oye/mira un desplie,
el sentido de que habilita modos de ser, pensar, sentir. gue de virtuosismo (piénsese en la impronta física de Jacqueline Dupre
Para ello es necesario centrarse no solo en la música como sonido, cuando interpreta a Elgar). Este despliegue habilita otras cosas cuando
sino en la música como conglomerado de aspectos visuales y sonoros, "entra en" el modo de pensar, sentir o actuar de sus espectadores en
como acontecimiento que se despliega en una performance y como relación con él o después de experimentarlo.
acontecimiento que, al menos a veces (en especial desde el siglo xrx,
con el ascenso ~e los virtuosi), se caracteriza por "performar la perfor,
manee"; por las maneras en que la ejecución musical se organizó sobre Segunda parte: Beethoven y sus cuerpos
la base de gestos, gestos que pueden habilitar ideas sobre la música (por
ejemplo, sobre su "fuerza" o su "delicadeza") y a la vez sobre su perfor~ La representación de la música y el género durante el siglo XIX
mer como un tipo de agente, alguien que expresa la expresión, que se
aboca a la producción de una "visión del sonido", en el sentido que le Ahora quisiera aplicar este foco en el gesto, el acontecimiento y la
da Richard Leppert ( 1993). Este foco se imbrica y abreva en el aná, capacidad habilitante de la música al análisis de una cuestión medular
lisis que hace Lucy Green ( 1997) del sentido delineado en la música, para la musicología y los estudios culturales en la actualidad: el vínculo
es decir, los significados que surgen de la música cuando esta se des, entre la música y la formación del género. ¿De. qué manera la música
pliega visualmente y exhibe a su performer. Los gestos del despliegue habilita el imaginario de género? Este tema ha recibido gran atención
visual que forman parte de la producción sonora no son meramente allí donde la música fue conceptualizada como una tecnología del

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género. La mayoría de esos trabajos ponen el foco en la música poste, son pasivas, inestables y de constitución delicada. Sin embargo, este
rior a la Ilustración, y muchos de ellos giran en torno a Beethoven y su reconocimiento de las "similitudes" entre la música y ámbitos extra,
"masculinidad" estilística. El estilo "masculino" de Beethoven se con, musicales, entre la música, la biología y las representaciones socia,
trasta a su vez con los estilos musicales "femeninos" de compositores les institucionales de la diferencia sexual, no proporciona un método
como Schubert y, en la cita que sigue, Chopin. para investigar cómo estas cosas tomaron forma en realidad, o cómo se
Por ejemplo, en un ensayo titulado "On grounding Chopin", Rose relacionó la música con ese proceso formativo. En efecto, hacer obser,
Subotnik trae a colación una pregunta que le planteara Susan McClary: vaciones sobre las cualidades que la música "comparte" con otras cosas
¿será que la música de Chopin suele caracterizarse como afeminada equivale a participar en la actividad de constituir las habilitaciones de
porque su "sensualidad demorada [cuando lo que se espera es la clausu, la música, de activar los rasgos representacionales de la música de una
ra tonal] [... ], en contraste con el viril clímax beethoveniano, evoca y manera particular. Escribir "sobre" música es, tal como lo ha enuncia,
afirma la cualidad y el ritmo convencionalmente asociados a la sexua, do el etnomusicólogo Henry Kingsbury (1991), constituir la música
lidad femenina?" (1987, p. 127n). (Nótese aquí el vocabulario horno, en cierto modo. Además, situar las relaciones homológicas entre la
lógico: se traza un paralelo entre las estructuras musicales por un lado, música y (en este caso) el género equivale a tratar el género -o cual,
y las estructuras del deseo y la respuesta sexual por el otro.) La propia quier otra categoría social- como si fuera una suerte de bloque sólido,
McCfary alinea a Beethoven con una forma de masculinidad trans, desprovisto de toda diversidad interna. De este modo es posible que
gresora, violenta en realidad, sugiriendo (de acuerdo con el poema de conceptos tales como "feminidad" y "masculinidad" se fusionen dema,
Adrienne Rich, "La Novena Sinfonía de Beethoven entendida por fin siado fácilmente con el esencialismo.
como un mensaje sexual"*) que Beethoven, por momentos, es un per, Y sin embargo, la idea de que "Beethoven es masculino" tiene por
petrador de violencia musical y -por ende, simbólicamente- sexual cierto una base histórica. Antes de Beethoven (y por ende ya disponibles
(1991, p. 128). como recursos intelectuales de los que Beethoven podría haber hecho
En ambos ejemplos se da por sentado que las estructuras musicales uso), algunos filósofos, como Rousseau y después Kant, se interesaron
y sociales "comparten" ciertos rasgos estructurales: se considera que por la noción de lo "sublime" en el arte, que conceptualizaban como
una gesticula hacia la otra. De ahí se sigue que Beethoven está ligado aquello que fuera capaz de infundir sobrecogimiento. Más aun, tal como
a un tipo particular de masculinidad (la "masculinidad hegemónica"), lo enunció Battersby (1989, p. 76), concebían lo sublime como coto del
o bien que representa esa masculinidad, a su vez asociada al mundo macho. El "Genio", de acuerdo con el desarrollo de ese concepto duran,
"de dos sexos" que comenzó a tomar forma en el siglo xvm (Laqueur, te el siglo XIX, era "aquel" cuya obra se orientaba a evocar lo sublime, a
1991), en el cual fue instalándose la idea de que los hombres son acti, incitar temor y temblor en quienes la contemplaran.
vos, fuertes y estables, mientras que las mujeres, como su "opuesto", Creo que es posible dilucidar cómo Beethoven fue insertando y
movilizando este imaginario en su obra, en el marco de una estrate,
gia empresarial de construcción de su carrera (tal como argumento
*El título original del poema en inglés, tal como lo cita la autora de este ensayo, es
'The Ninth Symphony of Beethoven understood at lastas a sexual message". El títu~
en un trabajo que aún no he finalizado; DeNora, en proceso; DeNora,
lo traducido se tomó de la versión publicada en <http://www.materialdelectura.unam. 2001). En otras palabras, podemos dilucidar cómo los contemporá,
mx>. [N. de la T.] neos y sucesores de Beethoveen fueron estableciendo vínculos entre

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él y las imágenes de potencia masculina. La propia McClary brinda El género al piano, 1796 .. 1810
un ejemplo: en 1840, Robert Schumann contrastó lo que él deno;
minaba "potencia viril" de Beethoven con el más sensible encanto La historia se desarrolla así: circa 1796, tocar el piano en Viena no era
"femenino" de Schubert (McClary, 1991, p. 18). Los propios contem; una actividad ligada al género. Las mujeres tocaban tan bien como los
poráneos de Beethoven decían que su estilo era "de hombre" [manly], hombres, y lo hacían con la misma frecuencia. Por otra parte, las mujeres
y no en el sentido de "maduro", como se usaba esa expresión a prin; no tocaban casi ningún otro instrumento (como tampoco lo hacían la
cipios .del siglo xvu, sino en el sentido de que encarnaba la poten; mayoría de los aristócratas). De acuerdo con una crónica de 1796 sobre
cia estética de lo sublime. Entonces podemos decir que la música de los personajes más destacados en la escena musical de Viena (Schoenfeld
Beethoven ha habilitado, en actores y grupos de actores específi; 1796/Talbot 1992), las mujeres no tocaban instrumentos de viento de
cos, ideas sobre lo que significa ser un hombre, una clase particular ningún tipo y tampoco tocaban el chelo. Las mujeres evitaban esos ins;
de hombre. Y a mi entender, esta tarea -la de seguir a los "usuarios" trumentos porque su ejecución chocaba con las nociones sobre el decoro
de Beethoven en tanto estos moldean, no solo a Beethoven, sino la corporal, nociones que celebraban los cuerpos sosegados, que no se invo;
mismísima imagen de lo masculino- es la que nos permite comenzar lucraran en esfuerzos físicos, y que rigieron en toda Europa durante al
a entender el rol constitutivo de la música en relación con la forma; menos un siglo. "El clavicordio, el piano vertical, el laúd y el contrabajo
ción del género: no como "reflejo de" sino como recurso para poner son los instrumentos más apropiados para las damas", escribió John Essex
en ejecución el imaginario de género en (y mediante) el modo como en un manual de 1722 cuyo título podría traducirse así: El comportamiento
fue apropiada esa música. de las jóvenes damas, o Reglas de educación, en varios apartados, con instruc;
Resulta significativo que este tipo de masculinidad se asocie a la ciones sobre vestimenta, tanto antes como después del matrimonio, y consejos
música que ocupa el corazón del canon musical, es decir, a la música para las esposas jóvenes (citado en Leppert, 1993, p. 67).*
más prestigiosa del siglo XIX. Como tales, los lineamientos de masculi; Charles Rosen (1971, p. 46) conjeturó alguna vez que la naturale;
nidad "hallados" en la música de Beethoven (tanto en el sonido de su za "aficionada" de la música que se tocaba en instrumentos de teclado a
música como en los sentidos delineados que se leían en la ejecución fines del siglo xvm tenía mucho que ver con el hecho de que, a medi;
de su música) también sintetizaron un modo de masculinidad al que se da que se acentuaba la diferencia entre la música privada y pública, los
dio preferencia en el contexto del siglo XIX. Estas cuestiones, que sue; teclados pasaron a estar cada vez más en la jurisdicción femenina. Mien;
len ser abstractas hasta lo insostenible, pueden asentarse en terreno tras que los teclados pertenecían verdaderamente a la jurisdicción de las
firme mediante la consideración de la práctica musical, en particular mujeres en el ámbito privado y -a la par de los hombres- en el público,
examinando las ejecuciones musicales de Beethoven y el significado la naturaleza "aficionada" del teclado en el ámbito doméstico tenía tan;
que los receptores de esas ejecuciones musicales -específicamente, to que ver con la estética del cuerpo aristocrático como con su pertenen;
de su carácter gestual- depositaban en ellas. Creo que es aquí donde cia a la jurisdicción femenina. Y el teclado era jurisdicción de las mujeres
encontramos una manera de pensar de qué modo la música de Bee; por los requerimientos, o falta de requerimientos, que el instrumento
thoven habilitó la constitución, durante el siglo XIX, de las imágenes, El título en inglés que cita la autora es The Yaung Ladies' Canduct ar, Rules far
las ideas y las prácticas institucionales que forjaron un mundo "de Educatian, under Several Heads, with instructians an dress, befare and after marriage and
dos sexos". advice to yaung wives. [N. de la T.]

202 203
presentaba al cuerpo, así como por su capacidad de habilitar la demostra, En síntesis, las mujeres tendían a evitar la música de Beethoven
ción de un cuerpo sosegado frente al instrumento. Más aun, hubo muchas porque su ejecución requería prácticas corporales que eran inconmen,
pianistas competentes en la Viena de Beethoven y de Mozart. Para una surables con las buenas costumbres indicadas para el género. Cuando
mujer, exhibirse como un cuerpo abocado a la labor musical era exhibirse Beethoven llegó a la escena musical vienesa, la estética predominante
en un potencial modo erótico. De ahí que las mujeres tocaran instrumen, en la ejecución del piano celebraba un cuerpo que se desempeñara con
tos de teclado o cantaran, porque estas actividades brindaban oportunida, calma y discreción, exactamente lo opuesto a su música. Beethoven era
des para la participación musical que no chocaban con el decoro. rudo con los pianos: así lo aseveran sus contemporáneos.
Por otra parte, las mujeres y los hombres que tocaban el piano alre, Antoin Reicha, por ejemplo, cuenta que, en 1795, durante la ejecución
dedor de 1796 interpretaban las mismas obras. He ahí un factor clave: de un concierto de Mozart, Beethoven rompió las cuerdas, lo cual pare,
una vez sentados frente al teclado, no había forma de distinguir a los ce decir más sobre el estado del piano en cuestión que sobre su forma de
hombres de las mujeres desde el punto de vista de la práctica pianísti, tocar. Y Reicha no era el único en sugerir que el estilo de Beethoven era
ca, o de los teclados en general (la palabra Klavier podía usarse indis, más visceral que el de sus coetáneos. En 1791, Franz Wegeler, su médico y
tintamente para el pianoforte y el clavicordio). amigo de toda la vida, dijo que Beethoven era "rudo y abrupto" para tocar
Recién con la introducción de las obras beethovenianas aparecen el piano. Según conjetura A. W Thayer (Thayer y Forbes, vol. 1, p. 160),
los prhneros signos de la segregación por géneros en el piano. Y no eran la actitud física que los contemporáneos de Beethoven relacionaban con
solo los contemporáneos de Beethoven quienes remarcaban esta segre, su manera de tocar el piano podía haber sido el resultado de "la rígida y
gación ("en ellas hay cosas nuevas que las damas no desean tocar porque pes;;ida manipulación que le había causado su devoción por el órgano" (en
son incomprensibles y demasiado difíciles"). También más tarde, cuando otras palabras, que el "aporreo" de Beethoven era el resultado de "malos"
Beethoven ya era el compositor de piano más interpretado en Viena, los hábitos arraigados en él por su experiencia con un instrumento que, hacia
datos del repertorio indican que las mujeres no hacían performances de la década de 1780, exigía mucha más fuerza que el pianoforte).
sus conciertos, aunque sí los de otros compositores (véase el cuadro 1). Estos relatos no deben interpretarse como una insinuación de que
Beethoven era inepto para tocar el piano; por el contrario, se lo alaba,
Cuadro 1 • Compositores para el pianoforte interpretados con mayor ba por su agilidad técnica. Sin embargo, en ellos se subraya que Bee,
frecuencia (todos los géneros del piano) en Viena, entre 1787 y 1810 thoven había inscripto sus propios hábitos somáticos en su música: y
estos hábitos rompían con las convenciones dominantes que prescri,
Beethoven 33 (21 % por pianistas mujeres) bían un estilo suave, delicado y grácil para la ejecución del piano, así
Mozart 26 (74% por pianistas mujeres) como con el discurso evaluativo convencional que se usaba para des,
Eberl 11 (72% por pianistas mujeres) cribir ese estilo en los textos sobre música de la década de 1790. De
Steibelt 9 (39% por pianistas mujeres) acuerdo con Carl Czerny, alumno del compositor a fines de esa década:
"En el piano, Beethoven se distinguía por su fuerza, su carácter y una
Fuente: Morrow ( 1989), calendarios de conciertos públicos y privados. Las obras
de Beethoven no se ejecutaron en Viena hasta la llegada del compositor a esa
bravura y fluidez sin precedentes" (Newman, 1988, p. 79).
ciudad a fines de 1792. Con más acordes que efectos "perlados", saltos de registro, introduc,
ción de temas en octavas dobles, contrastes dinámicos extremos, legato,

204 205
cambios abruptos de clima o de tempo, figuras rítmicas sorprendentes música que seguía el "modelo" beethoveniano quedó asociada a la esfe,
y frases quebradas, la música de Beethoven requería un pianista que ra musical masculina. En un tiempo en que las ideas sobre la fuerza y
se embarcara en actividades físicas a menudo abruptas, cambiables y la actividad masculina, contrapuestas a la pasividad femenina, estaban
desconectadas, actividades que entrañaban y naturalizaban movimien, aún en proceso cultural de formación, la música era un espacio de tra,
tos bruscos y sorpresivos; es decir, movimientos que eran la antítesis bajo donde esas ideas, más que teorizarse, se ponían en práctica como
de la corporeidad aristocrática y la feminidad pianística, pero a su vez conjunto de ejemplos vivos que ilustraban la contraposición del traba,
se ligaban a una idea y a un imaginario de lo sublime, así como a una jo masculino y femenino en el campo de la música (o podían leerse o
noción del genio musical como proveedor de esa musicalidad sublime. eran leídas como ilustración de esa antítesis). Por ejemplo, la compo,
Aquel genio era de concepción masculina, y la música de Beethoven sición "enérgica" y el virtuosismo fastuoso comenzaron a ser asociados
era alabada por su "estilo impetuoso y varonil". a los trabajadores musicales de sexo masculino. A lo largo del siglo XIX
La mujer que interpretara a Beethoven ponía en riesgo el deco, se excluyó cada vez más al sexo femenino de la ejecución de las pie,
ro de su ser femenino. Tocar la música de Beethoven era romper con zas más fogosas del repertorio y, tanto en Viena como en el resto de
las nociones existentes de decoro femenino, que se habían difundido Europa, las mujeres pasaron a funcionar como conservadoras del gus,
por toda Europa desde hacía al menos un siglo. Los movimientos más to musical (Ellis, 1997), que interpretaban principalmente las obras de
abiertamente atléticos que requerían estas obras habrían planteado compositores anteriores, menos "varoniles", como Mozart. (De hecho,
dificultades prácticas para las mujeres, tal vez especialmente en una las obras de Mozart quedaron "degradadas" desde el punto de vista tec,
época en que las modas femeninas dictaban vestidos de percal con un nológico al ser interpretadas en los instrumentos posteriores a 1790,
corte bajo que revelaba la figura. (En contraste, las modas masculinas que eran, en lo referente a su resistencia y su capacidad para el regís,
posteriores a 1789, con su creciente simplificación, permitían cada tro dinámico, "demasiado grandes" para ellas -agradezco al pianista de
vez más libertad de movimiento: podría decirse que, en comparación UCLA Tom Beghin por aportar esta observación-). De este modo, los
con las mujeres, los hombres se "desestetizaban" y se asociaban cada actos corpóreo,gestuales de la performance musical, a medida que se
vez más a la acción en la esfera pública.) Si bien este despliegue pue, codificaban como "estilo" y dramatización social en la música, comen,
de haber sido un medio de renegociar la economía musical de la aten, zaron a habilitar la constitución de nuevas nociones de la diferencia
ción del público y la deferencia del intérprete (para un hombre y, más entre los géneros y, en este sentido, la música fue un elemento activo
aun, para un hombre en particular: Beethoven, cuyos vínculos socia, en la efectuación del cambio cultural.
les hicieron posible esta innovación en el ámbito musical; DeN ora,
1995), también contravenía los dictados del decoro femenino. Así, en La práctica se vuelve ideología:
tanto que la música de Beethoven configuraba una nueva cultura de el sonido de la diferencia entre los géneros
la recepción musical que se centraba en el músico, y en tanto que esta
cultura se establecía en parte mediante la incorporación del movimien, La música de Beethoven sirvió para estructurar aquellos modelos de
to corporal que Beethoven había propiciado en sus obras musicales, "masculinidad" que, para la percepción retrospectiva de algunos aca,
las mujeres quedaban excluidas de participar en dicha configuración. démicos, simplemente residen "en" Beethoven. Creo que Beethoven
Y a medida que esta relación social se repetía a lo largo del tiempo, la pasó a ser asociado con la masculinidad porque el acontecimiento de

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su música fue cada vez más apropiado por hombres, cada vez más eje, Un factor clave en este punto es el hecho de que la segregación de
cutado por hombres (en particular por hombres jóvenes como su dis, género, tal como se formó inicialmente en tomo a la música de Beetho,
cípulo Ferdinand Rees, célebre por su atractivo físico) y ejecutado por ven, no derivaba de ideas que indicaran cómo la música de Beethoven
hombres en performances que fungían como gesto de fuerza y heroís, "representaba" modos masculinos de ser. Estas nociones se coligaron
mo. Este proceso puso en marcha una forma de segregación efectuada a a Beethoven con el tiempo. Al principio, las mujeres evitaban hacer
través de las maneras en que la música de Beethoven infringía las con, performances de las composiciones beethovenianas principalmente
venciones de género que regían la ejecución musical. Sin embargo -y porque esa música les exigía actitudes en el piano que las ponían en
este punto es crucial-, a medida que la música de Beethoven continua, desventaja física. En consecuencia, el mecanismo inicial mediante el
ba siendo apropiada por ejecutantes o perfomers varones, recibía cada cual la música de Beethoven llegó a representar la masculinidad musi,
vez más alabanzas por su naturaleza "masculina" y habilitaba modelos cal fue la segregación de género en su ejecución, circunstancia que
para la apariencia de virilidad. Este proceso también se hace visible en terminó por leerse como una demostración, en el terreno musical, de
la historia de la iconografía beethoveniana, en la que Beethoven se lo que los hombres podían y debían hacer, y de lo que las mujeres no
ve cada vez más masculinizado a medida que avanza su canonización hacían y no debían hacer.
(Comini proporciona algunos ejemplos de este imaginario). Este fue un
proceso de articulación, de construcción de lazos entre la música y lo
extramusical en el transcurso del tiempo y a través del espacio; no fue Conclusión
un proceso en el cual Beethoven simplemente "coincidiera" con nocio,
nes preexistentes de masculinidad. Por el contrario, en (y mediante) los Lejos de ser un mero reflejo, la música de Beethoven contribuyó a
actos de apropiación de Beethoven se definía y elaboraba la "masculini, constituir la formación del género durante el siglo XIX, porque pro,
dad" en sí, por vía de ejemplos musicales:. gestos musicales y la música porcionó un espacio de trabajo en el cual fue elaborándose la imagen
como lección práctica sobre el género. moderna del macho activo, enérgico, dominante, viril y controlador:
En otras palabras, Beethoven fue volviéndose emblemático de la como el "genio" y como la figura leonina, visceral e intransigente (aun,
"potencia viril" -como lo expresara Schumann- en (y mediante) la acu, que también una figura de mayor estatus que la del mero virtuoso).
mulación de masculinidad; y en (y mediante) actos como el de Schu, En consecuencia, desde el punto de vista sociológico, resulta menos
mann, la música de Beethoven fue acumulando la "virilidad" que se interesante conjeturar una relación homológica entre los procesos
percibía en ella de modo tal que (al igual que el virtuoso beethoveniano) composicionales de Beethoven y la cultura masculina o misógina, que
adquirió reconocimiento como encamación de los rasgos fundamentales elaborar un relato donde se ponga de relieve la configuración mutua
de la hombría: ferocidad, arrojo, imprevisibilidad, potencia y proeza téc, de la música beethoveniana y las ideas o imágenes a las que esta se aso,
nica. Estos lazos entre los sonidos musicales y sus significaciones socia, ció. En virtud de las circunstancias que rodeaban su ejecución, la músi,
les no estuvieron presentes desde el inicio, sino que fueron forjados en y ca de Beethoven fue ligándose a la virilidad, y de ese modo ayudó a
mediante la práctica y la repetición de la práctica: mediante las circuns, constituir las ideas decimonónicas sobre la "diferencia" entre los hom,
tandas de la performance de Beethoven y mediante el comentario sobre bres y las mujeres, tanto musicales como extramusicales. A lo largo de
su performance. este proceso, las prácticas musicales de Beethoven llegaron a parecer

208 209
ton: the Creation of an Organizational Base for High Culture in America",
emblemáticas de la masculinidad por sus modos de ejecución y porque
Media, Culture and Society, Nº 4, pp. 35~50 y Nº 4, pp. 303;322.
estas ejecuciones, en y mediante sus características visuales;gestuales
Eco, U. ( 1992), Interpretation and Overinterpretation, Cambridge, Cambridge
y musicales-gestuales, pasaron a ser vistas como modos de agencia que University Press [Interpretación y sobreinterpretación, Cambridge, Cam;
delineaban la masculinidad y aleccionaban sobre esa agencia. Cuando bridge University Press, 1995].
hablamos de esta cuestión, no contamos una historia de la masculini; Green, L. ( 1997), Music, Gender and Education, Cambridge, Cambridge Uní;
dad preexistente, sino que subrayamos el hecho de que la música desem; versity Press.
peña un papel activo e incluso impulsor en la provisión de recursos con Hennion, A. (1993 ), La Passion musicale, París, Metaille (de próxima publi;
que se componen formas nuevas y extramusicales. De ahí que hable; cación en inglés con el título Music as Mediation, Manchester, Manchester
mos de la música como algo que "entra" en la vida social y dilucidemos University Press).
de qué modo, en este caso, la música de la élite decimonónica llegó a Kingsbury, H. ( 1991), "Sociological Factors in Musical Poetics", Ethnomusi-
proporcionar un recurso que habilitó la consideración exhaustiva de cology, Nº 35.
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En los párrafos que siguen se detallan las implicaciones, los objeti~


vos y los resultados iniciales de una investigación etnográfica, aún
en curso, sobre los melómanos de hoy. En ella se consideran los pro~
blemas teóricos y metodológicos que plantean estas indagaciones
cuando no se las concibe sólo como explicación de determinismos
externos, es decir, cuando no se vincula el gusto exclusivamente a
los orígenes sociales del aficionado o a las propiedades estéticas de
las obras. Con el foco centrado principalmente en el terreno de la
música clásica, nuestro objetivo, por el contrario, consiste en fijar
la mirada en los gestos, los objetos, los medios, las relaciones y los
artificios involucrados en una forma de tocar o escuchar, que no se
limita a la actualización de un gusto "ya presente ahí", puesto que
se redefine en el curso de la acción con un resultado que en parte
es incierto. Es por ello que las adhesiones y los haceres de los aficio~
nados, lejos de funcionar como mero registro de los rótulos sociales,
pueden involucrar y formar subjetividades, y tienen una historia que
no puede reducirse a la del gusto por las obras.
La importancia de la música en las prácticas culturales, y en

*Publicado en Theory, Culture & Society, octubre de 2001, vol. 18, Nº 5, pp. 1~22.
** Profesor de Sociología. Director del Centre de Sociologie de l'Innovation Mines~
Paris Tech.

212 213
particular entre los adolescentes y los adultos jóvenes 1 -mencionada, incluso si ello nos obliga a despojar la palabra gusto de sus connota,
si no explicada, en todas partes-, exige a los sociólogos que vuelvan a dones más fuertes, enfocadas en el consumo de un objeto valorado.
contemplar una serie de cuestiones. El desarrollo exponencial del mer, Amor, pasión, gusto, prácticas, hábitos, manía: la pluralidad de voca,
cado discográfico y el uso de los medios durante las décadas de 1960, bulario indica la variedad de configuraciones posibles que adquiere el
1970 y 1980 fue de la mano con la intensificación de la práctica afi, vínculo con la música. Es importante no definirlo demasiado a priori,
donada, en particular la de tocar instrumentos. Al mismo tiempo, bajo y especialmente no medirlo solo en relación con el gusto por un obje,
la influencia de una renovación en el ámbito de la música barroca, los to cuya apreciación requiere formación académica. El problema no se
coros se liberaron de sus ataduras con la religión o los grupos cerrados reduce a la elección de un formato social excesivamente selectivo, sino
e ingresaron en el mundo de la música. que se trata también de no hacer conjeturas apresuradas con respec,
En nuestros estudios, estas observaciones nos llevaron a adoptar una to al significado de prácticas en las que el rol y el estatus de la música
definición amplia de los melómanos como "usuarios de la música", es no están determinados en absoluto. "Ponemos" y "tocamos" música,
decir, practicantes activos del amor por la música, ya sea por tocar ins, nos "gusta", la escuchamos, tal o cual género nos "deleita": los verbos
trumentos, formar parte de un grupo, asistir a conciertos o escuchar son más apropiados porque tienden menos a forzar la entrada de una
discos o la radio: tal como lo evidencian los estudios mencionados, práctica colectiva con objetos en el molde de una categoría sustancial,
no hay razones para afirmar que algunas formas son de mero consu~ orientada hacia un objeto.
mo pasivo (asistir a un concierto, escuchar un disco, etc.), y en conse,
cuenda no merecen incluirse en la práctica aficionada. A la inversa,
no hay razones para tratar de manera preferencial la capacidad de tocar Una historia social performativa de los oyentes
un instrumento o de cantar, colocándola de forma automática en un
nivel más alto. Es indudable que existen formas muy pasivas de tocar Nuestra investigación sobre los melómanos debe entenderse menos
música y otras muy activas de escucharla, en el sentido de la experti, como una sociología de la "música" -en el sentido de que esta palabra
se del entendido y el desarrollo apasionado de una competencia (en la tiende demasiado a dar por supuesta una realidad cuya formación aún
acepción no menos tradicional de la palabra aficionado, más usual en el requiere ser examinada- que como una sociología de la "escucha", si
caso de los cigarros, el vino o el café). incluimos en esta palabra las acciones de tocar y practicar música acle,
Las formas de adhesión a la música que menos se adaptan al tradi, más de la de escuchar música en diferentes medios. Cuando hablamos
cional molde del entendido no son más débiles o menos indispensa, de música, de inmediato pensamos en la obra, y luego posiblemente en
bles o vitales para quienes las valoran, y merecen tanta atención como cómo se difunde y se escucha. Incluso lo que podríamos llamar expe,
el formato clásico del desarrollo del buen gusto en un ámbito culto: riencia estética, que debería relacionarse con la emoción real suscitada,
se ve casi de forma exclusiva desde el punto de "vista" de la obra y de
las habilidades necesarias para apreciarla (por ejemplo, Hargreaves y
1 22% en el grupo etario de 35 a 44 años y 40% en el grupo etario de 15 a 19, de acuer,
North, 1997; Sloboda, 1985). La música no es reductible a los factores
do con un estudio realizado en Francia (Donnat, 1996). Más en general, uno de cada
diez franceses ha tocado un instrumento o cantado en un coro en su tiempo de ocio que podrían causarla y circunscribirla, y resulta casi igual de imposible
durante el año pasado. inferir su efecto; debemos verla como algo transitorio; no como algo

214 215
dado sino como un "nuevo arribo", un presente en cierto modo irre, identidades y diferencias, un pretexto para detonar los mecanismos de
ductible: algo que ocurre, pasa ... a pesar de los esfuerzos que se hacen la recepción o de la resistencia (Hall y Jefferson, 1976; Lamont y four,
para inmovilizarla y alinearla con una norma más "auténtica". El uso de nier, 1992), una actividad coordinada y convencional (Peterson, 1976;
la palabra "escuchar" con respecto a la música significa principalmente Becker, 1982) o una construcción social (Peterson, 1997).
eso: efectuar una reversión de la perspectiva con el fin de colocamos Es necesario, por sobre todo, alejar el análisis social del gusto de la
del lado del individuo que oye algo disciplinado que produjeron otros, 2 perspectiva falsamente objetiva que lo reduce a una mera medida del
o que produce algo para los otros. Entraña ver la música, no como un consumo diferencial de acuerdo con criterios predefinidos. Este tipo de
producto estático metido en una partitura, un disco o el programa de objetividad tiene solo la apariencia de objetividad; la medición solo es
un concierto, sino como un evento impredecible, una performance en posible porque ya se ha reducido de antemano a los melómanos, sin la
tiempo real, un fenómeno real generado por instrumentos, máquinas, más mínima problematización, a mero vehículo de su categoría socio,
manos y acciones. profesional, y la música a un simple bien de consumo pasivo cuya úni,
Esta concepción de la música como un hacer, un uso "performati, ca característica digna de interés es el grado diferencial de educación
vo" inextricablemente enredado con otras prácticas que no son musi, que requiere. A diferencia de otras mediaciones, la música actúa y se
cales -como lo ilustra tan claramente el caso de los adolescentes (cf. mueve; transforma a quienes toman posesión de ella y hacen algo más
Brake, 1980; Frith, 1981; Ross y Rose, 1994 )-, es en muchos otros con ella. A la inversa, no denota siempre la misma cosa en diferentes
casos (el aficionado a la ópera, el integrante de una banda de vientos, momentos y situaciones. Esta coproducción, esta formación conjunta
la cantante que inicia su carrera después de los cuarenta años, etc.) un de una música y de quienes la hacen y la escuchan (con otras activi,
modelo tan realista como el del consumo regulado de un bien cultural. dades) puede ser el tema de una sociología de la música más equilibra,
Mantener estos ejemplos en la mente nos ayuda a no tomar la música da, en la cual la sociología tiene tanto que aprender de la música como
como un objeto de buenas a primeras, reduciendo la sociología de la viceversa (Hennion, 1993). Bajo condiciones que es necesario esta,
música a una sociología del arte que consista en el análisis de modos blecer (la idea no es transferir a la música "en sí" lo que la interpreta,
de producción, recepción y producción de un objeto dado, ya sea que ción social exógena ya no brinda), las capacidades más generales de la
la "ofrenda" del objeto se tome en cuenta pero de inmediato se deje de música para producir estados individuales y colectivos -o bien, en otras
lado para delegar su análisis a otras disciplinas (Moulin, 1995), o bien palabras, la hipótesis de una performatividad condicionada de la música-
se rechace, con lo cual la obra de arte, a través de su elección arbi, son el factor que nos permite formular las implicaciones de la investi,
traria (Bordieu, 1984), quede reducida a una muestra en un juego de gación sobre el gusto musical tal como lo entienden de maneras muy
variadas los más diversos melómanos: como una práctica rica e inven,
tiva que simultáneamente recompone la música y sus practicantes in
2 Aquí me baso hasta cierto punto en el modelo sugerido por Chartier (1987), quien situ, de acuerdo con las necesidades y con los diversos medios, recursos,
liberó a la historia de la imprenta de la oposición binaria "oralidad/alfabetización",
artificios y ceremoniales disponibles. 3
observando que la mayoría de los libros se leían en voz alta en público, o bien, desde un
abordaje menos histórico, en los análisis de la "recepción" realizados por Jauss (1982) y
principalmente por Iser (1978); en lo que respecta a la música, lamentablemente, esta 3 La historia social de la música, con demasiada frecuencia reducida a la histo~

senda no se ha recorrido, con la excepción de la obra de DeNora (1995; 1997). ria de la profesión musical, mostró el camino en algunos libros excelentes, aunque

216 217
Damos por sentado que, lejos de perderse en la infinita variedad espacio necesarios, luego de un largo aprendizaje histórico y colectivo
subjetiva del hacer individual, estas modalidades íntimas o colectivas que produjo un universo de objetos coordinados. 5 No es lo mismo par;
de tocar, practicar o escuchar música pueden agruparse, y que condu; ticipar en un ritual africano como adolescente a punto de ingresar en
cen a una posible descripción de formas comunes a todos, mediana; la adultez que estar en una iglesia protestante de Leipzig escuchando la
mente estables e identificables (que no necesariamente se comparten palabra de Dios embellecida por una cantata cuya función, de acuerdo
desde el punto de vista físico, pero que son recurrentes entre diversos con la retórica de la época, consistía en asegurar que los fieles enten;
aficionados), de la melomanía actual. dieran el texto religioso, se dejaran llevar por su imaginería y lo memo;
rizaran con mayor facilidad. Esa ceremonia tenía lugar en el contexto
de una denominación religiosa, y nadie tenía idea de que la música en
De la historia de la música a una sociología de la escucha cuestión pudiera ejecutarse en otro momento. Tal escenificación del
acto de la escucha, ya tan alejada del ritual africano, se opone diame;
Una vez reformulada la cuestión del gusto, podemos devolverla a la con; tralmente a nuestra posición como melómanos modernos, que elegi;
tinuidad de la historia (Morrow, 1989; Weber, 1986 yl992; Johnson, mos, comparamos y coleccionamos obras e interpretaciones musicales,
1995); lo que está en juego es la invención del oyente: ese especialista en parte porque el campo de la musicología y la industria discográfica
dotado de una habilidad que nadie poseía antes del siglo xx, represen~ nos han dado la posibilidad de comprar discos compactos con las can;
tada por la disponibilidad técnica de un repertorio musical historizado tatas completas de Bach en una megatienda local de música: y la dife;
que se remonta a la Edad Media y llega hasta el presente, con diferen; renda más importante, aunque menos obvia, radica sencillamente en
tes interpretaciones, folletos explicativos y relaciones bien demarcadas que nosotros escuchamos música, mientras que los adolescentes atra;
(Hennion, 1997a; Maisonneuve, 2001 ). Si los espacios modernos donde vesaban un rito de pasaje y los fieles oían la palabra de Dios (Hennion,
se escucha música son muy diferentes de los que se conocían en épocas l 997b; Fauquet y Hennion, 2000).
pasadas,4 la diferencia se halla menos en una modificación interna de Nosotros hemos aprendido a disfrutar de la música.
la psicología profunda o de los principales contextos sociales de la sig;
nificación musical, que en una serie de nuevos medios y ocasiones para
escuchar música. Es la radical transformación de todos sus intermedia; "Discomorfosis" de la música
rios materiales lo que verdaderamente ha creado el espacio de la escucha
actual, en un proceso que denomino la producción del aficionado. El argumento se vuelve especialmente claro si comparamos los con;
La habilidad de escuchar no es tanto una cualidad personal como ciertos en boga durante el siglo XIX con los del siglo xx, dominado por
el resultado último de haberse hecho reflexivamente del tiempo y el la industria discográfica. La performance y la participación física en un
evento colectivo eran elementos centrales para una ocasión social cuyo
lamentablemente aislados (Beaufils, 1983; Fulcher, 1987; Gumplowicz, 1987; White,
1987; Darré, 1996). 5 Un enfoque como este llevó a Baxandall (1972) a decir, con gran radicalidad,
4 Weber (1997) se pregunta con razón si podemos decir que la música era escuchada que en realidad ya no vemos las pinturas del Renacimiento. En el caso del disco y sus
antes de que surgiera nuestra concepción de la música clásica. emociones musicales específicas, véase Maisonneuve (2001).

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factor crucial era la novedad y en la que la mayoría de las obras musica, gusto al denunciar esas emociones como encubrimiento de un juego
les se habrían ejecutado dos o tres veces como máximo, en tanto que la social del que los actores no son conscientes. Necesitamos evaluar los
presencia de un público ponía claramente de relieve la importancia de efectos destructivos que ha tenido la popularización de esta forma de
pertenecer a un grupo social. Esta imagen de la asistencia a conciertos se sociología, que determina la recepción de los sociólogos: los melómanos
mantiene hoy en día pero ya no refleja en absoluto la realidad: hoy los se sienten culpables y sospechosos de inmediato; se avergüenzan de su
espectadores escuchan a través de las muchas otras versiones que conocen placer; decodifican y anticipan el significado de lo que dicen; se acusan
y tienen presentes, y van a ver a determinado intérprete ya escuchado en de una práctica que es demasiado elitista, y admiten exageradamente la
una grabación, que toca un repertorio cada vez más parecido al "catálogo" naturaleza ritual de sus salidas a escuchar rock o de su amor por la ópe,
de una compañía discográfica. Hoy las fronteras de nuestro espacio musi, ra. Peor aún, ya no hablan de objetos, de gestos, de sus sentimientos, de
cal están marcadas por los medios técnicos, por grabaciones, emisiones las incertidumbres que hacen tan atractiva la difícil carrera del aficio,
radiales y, naturalmente, en primer lugar, por el disco. La mayor parte de nado,* sino que se sitúan a sí mismos en categorías que suponen hechas
la música que escuchamos está grabada en discos compactos. En lugar de para ellos, con una sola preocupación: demostrar que están al tanto de
proporcionar el material a ser grabado, los conciertos representan ahora que su gusto es una cuestión sociológica. La "sociologización" está hoy
un estándar de comparación: evaluamos y apreciamos un concierto des, tan difundida que los entrevistados, cuando responden a la pregunta
pués de familiarizamos con la música grabada en un disco. por sus gustos musicales, comienzan por disculparse: "mi familia era
Nunca antes hemos tenido tan al alcance de nuestra mano la his, muy clase media; yo tuve un profesor particular; mi hermana tocaba
toria de la música, en el sentido de una cronología de obras (que pue, el violín". Aparte de la importante pero no exclusiva pregunta por los
de verse en los estantes de las tiendas discográficas, y a menudo en las determinantes sociales que influyen en el gusto, planteada en el chato
colecciones de vinilos y discos compactos de los propios melómanos), receptáculo que ha creado esta sociología negativa del gusto, es impe,
y sin embargo el hecho de tener a nuestra disposición quince siglos de rativo comprender qué significa que "algo nos guste" hoy en día, cómo
música -como producto-, en la forma de un repertorio coherente de lo experimentamos, qué medio usamos y con quién sucede (DiMaggio,
discos, es en realidad una negación de la música como historia: como 1987; Donnat, 1996).
producción. La aparición del oyente devenido en cliente es, al menos Por todo esto fue preciso buscar un punto de partida que se diferen,
tanto como la de la música propiamente dicha, la principal creación ciara de la entrevista como método sociológico automático y exento
musical del siglo xx. de problemas; y paradójicamente, la forma de hacerlo consistió en de,
sociologizar a los entrevistados, pidiéndoles que hablaran, no de sus
determinismos sino de sus maneras de hacer cosas; no de lo que les
Entrevistas en situaciones reflexivas de la escucha gustaba (y mucho menos que enumeraran excusas o reconocieran que
sus elecciones estaban determinadas), sino de sus maneras de escuchar,
Esta investigación también se rigió por la idea de que era posible y tocar y elegir, y de lo que les ocurría en esos momentos. Este es un
necesario "liberar" el discurso -no solo el del sociólogo, sino sobre todo enfoque empírico inverosímilmente fértil para un sociólogo: las mismas
el de los entrevistados- acerca de las prácticas, los placeres y el amor
de los melómanos, del peso con que los ha aplastado la sociología del En español en el original. [N. de la T.]

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personas que no encuentran las palabras y formulan excusas cuando se algunos casos, cómo tocan un instrumento, ya sea solos o en grupo.
les pregunta por sus gustos se vuelven notablemente inventivas al des, Esto nos conduce al quid de lo que significa ser un melómano hoy en
cribir lo que hacen cuando alguien, en lugar de inquirir sobre lo que les día, actividad que en gran parte gira en torno a la práctica de escu,
gusta, les pregunta cómo forman sus aficiones, con quién, qué hacen, char discos.
cómo proceden en esos casos, aun cuando ello plantee incontables Se trata de un modo de escucha instrumentalizado, en cierto modo
problemas nuevos -de vocabulario, por ejemplo-, porque los entrevis, solitario, que no suele analizarse en profundidad. Es un modo altamen,
tados ·describen prácticas y situaciones íntimas que rara vez se verbali, te representativo, aunque íntimo, por lo cual se experimenta de for,
zan. 6 Se trata menos de llenar un catálogo que de describir variaciones ma muy personal. En él emergen prácticas y tipos representativos. Por
de los estados. Hablar no es describir desde el exterior, sino reproducir ejemplo, cuando los entrevistados ponen de relieve su forma personal
reflexivamente los sentimientos. De ahí la necesidad de llevar a cabo y poco convencional de escuchar música diciendo "así es como lo hago
las entrevistas in situ, basándose en situaciones reales de escucha, de yo", sus acciones e idiosincrasias reflejan las de miles de otros melóma,
modo que los gestos y las disposiciones habituales ocurran con natu, nos. Y con buenas razones. La intimidad nada tiene que ver con un
ralidad, en presencia de los correspondientes objetos y en el escenario jardín único y singular; por el contrario, es el producto más caracte,
apropiado. rístico de la discomorfosis moderna de la escucha, del trabajo reflexi,
L~s relatos y las observaciones muestran con creces hasta qué punto la vo, común a los vendedores de discos y a los aficionados, de moldear
música es nada sin sus apoyaturas. Mejor aún, la música es todo aquello y formatear el amor por la música. Lejos de acentuar una realidad del
en lo que se apoya. Aquí me propongo brindar elementos que lo demues, gusto oculta tras las apariencias del mercado discográfico, las entrevis,
tren, extraídos de un estudio en proceso de realización sobre los diversos tas revelan cuánto ha progresado esta sociologización de los aficiona,
medios actuales del consumo musical: conciertos, radio, discos, grabado, dos y hasta qué punto estos reflejan las categorías y los formatos que la
nes, funciones de aficionados, música de cámara, coros, etcétera. 7 industria de la música fue desarrollando de forma gradual.
En consecuencia, lo que en realidad se expresa es el cuidado meti,
culoso con que los melómanos construyen una zona dedicada a la escu,
Estrategias para la escucha personal cha personal, así como la importancia de ese espacio, que los coloca en
el marco mental apropiado y les permite encontrar lo que buscan. En
Observando los diferentes medios de acceso a la música, vemos que se algunas personas -ejecutivos, empleados, doctores, maestros- se revela
emplean muchas estrategias para crear oportunidades de escucha per, de forma muy marcada la naturaleza casi clandestina de esta pasión, la
sonal. Los entrevistados describen cómo compran discos, cómo escu, sensación de llevar una "doble vida", acentuada por el aspecto ritualis,
chan música en un concierto, en la calle y en otros lugares; cómo los ta de la escucha musical, que implica reservar un espacio y un tiempo
afecta la música en los supermercados o la música de películas y, en de su rutina diaria:

6 Pensamos en el trabajo precursor de Elias (1939), por ejemplo. Mi esposa no lo soporta, no comparte en absoluto mi pasión, cree
7 Véase Hennion y Maisonneuve (2000) si se desea consultar un primer informe que desperdicio el dinero. "Me saco el gusto", como dice ella; cla,
de este trabajo. ro que lo dice críticamente. Por un lado, es una pena; a menudo

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peleamos por eso, en especial por el dinero que gasto en discos y En este caso, el cuerpo, la sexualidad y la subjetividad parecen subpro,
por las noches en que la dejo sola [... ] Pero por otro lado creo que
duetos inesperados de la actividad musical. Este hombre no habla de
eso me salva de algún modo (BH, hombre, 54 años, coro y armo,
música, sino del momento en que emergió su propio yo y del placer que
nía, zona rural).
eso le causó, relatando los detalles de una práctica organizada, llena de
gente, de objetos y de gestos.
Hay personas que reescriben su vida en relación con la actividad de Otros se aseguran de tener un continuo acompañamiento musi,
escuchar música o después de haberla descubierto. cal, con el radio,despertador, el walkman en el subte, la radio encen,
dida a la hora de dormirse, e incluso, en algunos lugares de trabajo,
Creo que sorteé un serio problema emocional, en esa atmósfe, la posibilidad de poner discos compactos en la oficina. Un fanáti,
ra de escuela secundaria provinciana, pésima, abyecta. Yo era co del rock que trabajaba en una revista me contó que en su oficina
tímido, era el típico adolescente torpe; casi siempre me sentía habían perfeccionado un sistema para turnarse en la elección de los
tan incómodo que me quería morir. En realidad, la cosa era más co, resolviendo así uno de los problemas más antiguos que experi,
simple: yo era gay. Lo sigo siendo, por supuesto, pero me refiero a mentan los melómanos: lograr la mezcla correcta entre viejos favori,
que ese era mi problema, algo que no estaba para nada bien; me
tos y nuevos descubrimientos.
sentía culpable, sentía que no le caía bien a nadie, estaba obse,
Para otros, la música es el entorno natural, el material aglu,
sionado con la idea de que si los demás me hablaban era para
tinador de las relaciones con quienes los rodean; casi no pueden
burlarse de mí ...
Y entonces apareció este tipo alto cuyos padres dirigían un coro imaginar su ausencia porque la música forma parte de la vida comu,
donde él cantaba y era la estrella, y por supuesto que a mí me pare, nitaria: son los melómanos "sociólogos"; la música es para ellos un
cía hermoso el muy imbécil. .. De repente me encontré cantando medio social.
dos noches por semana, también· los domingos a la mañana, y en
conciertos y giras. Nunca dejé de hacerlo. El director era un inútil; Comencé a tomar clases de piano antes de los siete años; tocaba
hoy el repertorio me parecería vomitivo, pero en ese momento yo con mi madre y con mi hermano mayor. Mi hermano aprendía
estaba ... yo estaba ... Paro acá porque la palabra que me viene a violín con el marido de mi profesora de piano. Yo todavía sigo
la mente es "transfigurado": ya lo ve, no ando con rodeos, pero es tomando clases con ella, pero ya no de forma regular. Toqué en sus
verdad, todavía me emociono de solo pensarlo. audiciones de fin de año durante muchos años después de haber
Nunca antes había hecho nada de música ... Y de repente estaba terminado la escuela secundaria. Todavía toco el piano, aunque
cantando Handel, piezas renacentistas, cosas malísimas para coros, ahora con menos dedicación. Toco las piezas que me gustaban
piezas que estaban de moda en esa época, tonterías; ahora no daría antes. A veces trato de trabajar con una pieza nueva. Me gustan
un comino por ellas, pero estaba feliz y pronto pasé a ser uno de Fauré, Chopin, Schumann; en resumen, los grandes compositores.
los líderes. No le puedo explicar cuánto disfrutaba de esas sesiones. También toqué muchas cosas de Ravel y música de cámara, con
Incluso ahora me parece un momento especial de mi vida. Claro amigos, en especial con mis profesores, con los hermanos y las
que había tipos muy lindos (y también otros feos), pero no era por hermanas de los estudiantes de piano (QM, mujer, 28 años; música
eso; yo me sentía bien y punto, usaba mi voz como un medio para clásica, piano; departamento caro, colección promedio de discos
estar con ellos (HLS, hombre, 4 7 años, coro). pero mucha música de partitura).

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Pero esta es apenas una forma de experimentar la música. Podemos técnicas de escucha y crean sus tradiciones (según el género musical,
contrastarla, por ejemplo, con la siguiente entrevista, en el registro hay otros lugares muy típicos, como tiendas especializadas o clubes de
exactamente opuesto: música).
La "música en sí" no está separada de este trabajo reflexivo y colee,
Lo hacemos para divertimos. Es posible hacer muchas cosas, si uno las tivo de formación conjunta. Los instrumentalistas aficionados también
elige bien, pero si hay que practicar durante horas no tiene sentido. Yo cincelan su repertorio, lo adaptan para ellos:
hago transcripciones, pero nadie viene todas las veces [... ] La gente
cambia constantemente [... ] Lo digo así pero no en serio; en realidad, Lo que importa es que funcione con los músicos. No depende tanto
somos amigos que nos conocemos desde hace mucho tiempo; siempre de los compositores; hay piezas que a nadie le gusta tocar, no enea,
hay uno que se está yendo, la novia de otro que justo llega (digo esto, jan; no podemos "sostenerlas", aun cuando sean muy hermosas.
pero no hay muchas chicas, ¡y casi todas vienen con alguien!); las También está el nivel; tiene que ser claro, de modo que sepamos
cosas se desarrollan más o menos así. Ahora no quedamos muchos, dónde estamos. Si por perder una nota uno no puede volver a
tampoco; hace cuatro o cinco años llegábamos a ser quince. encontrar su lugar, esa pieza no sirve. La hacemos, pero no sale bien.
Tocamos Schubert, movimientos lentos (bueno, no tanto, ¡tam, Lo contrario sí funciona, ya sea Bach o una habanera. Pero con la
bién hacemos allegros! ), alguna cosita de Poulenc, divertida, ¿qué bossa nova siempre nos embarullamos (ZT, hombre, 49 años, lidera
más? Todo lo que traen los muchachos, el Arte de la fuga -bueno, una banda de metales y una orquesta municipal en un pueblito pro,
algunos extractos-, alguna cosita brasileña. muchas sardanas y pasos, vinciano; clase trabajadora).
y cosas así. Pero también hacemos cosas como coros de Brahms, un
Enesco una vez, cosas que nadie conoce. Hicimos más jazz, recuerdo,
Ellington o Monk, una vez, pero jazz más bien clásico. Somos un poco La intimidad de la emoción compartida
limitados para la improvisación, y eso nos limita para el jazz. Una vez
transcribimos hits, solo para divertimos: Michelle y algún lento de los
El acto de escuchar sigue ligado al uso inventivo del espacio persa,
Stones, pero una banda de metales no está hecha para eso. La llamo
"banda de metales" en broma; en realidad es una bandita de vientos. nal: es necesario desarrollar una estrategia de escucha a fin de "sentir~
Claro que después nos vamos a tomar algo, muchas veces; pero es se cómodo" con la música. El abanico de posibilidades es muy amplio,
más en las giras, en los conciertos de primavera, en nuestras actua, desde adolescentes con walkman o con radiocasetes gigantes a todo
dones en festivales, donde sentimos que tocamos juntos, donde nos volumen en su habitación hasta, en el otro ( ?) extremo del espectro,
vamos juntos por ahí después ... Es importante, es nuestro tercer los wagnerianos de sillón que, luego de establecer reglas estrictas para
tiempo musical (KRC, hombre, 39 años, clarinete, dirige una banda mantener a raya a la esposa y a los hijos, desarrollaron una apreciación
de vientos; colección de instrumentos de viento, muchos discos de "hi~fi" de la música creando un entorno acústico especial para ellos,
todos los tipos y estilos). con carísimos sistemas de estéreos y una sala de estar transformada en
sala de parlantes, donde pueden sumergirse en momentos de exaltación
En este caso, ser "social" es tener una vida social activa y alegre con bayreuthiana. La música no es el fin de una pasión por la música, sino
amigos cercanos. Cada uno a su manera, esos grupitos construyen su un medio, como la orquesta, la voz, la técnica instrumental y el esce,
propia sociología del gusto, de la misma manera en que desarrollan sus nario, para alcanzar ciertos estados.

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vista; es un pequeño círculo (DM, mujer, 49 años, toca el piano y
Menos interesado por la música escrita que el amante de los cuar, canta, intelectual, muchos discos).
tetos, el amante de la ópera (a causa del canto, el cuerpo, las divas, la
tendencia a erotizar la voz) es más propenso a pensar la música con
referencia al logro de intensos estados de emoción, y se acerca a ella Es interesante que lo más valorado, la habilidad de dejarse llevar por lo
teniendo en cuenta ese factor emocional. 8 sublime, se exprese en los mismos términos que describen el efecto de las
drogas: nos "lleva fuera de nosotros"; "nada más importa" ... Pero no hay
Soy un amante de la lírica bastante típico, insoportable y dogmáti, una verdadera razón para preferir la palabra "clímax", un típico térmi,
co; lo sé todo y estoy orgulloso. Me importan un pepino las notas y no de la ópera, para hablar sobre el amor por la música: usar un registro
todo eso; a mí me gustan las voces, las arias y las divas, la atmósfera que describe la "verdadera emoción" es apenas una manera de referirse
de una ópera; leo, colecciono artículos, califico las funciones, los al acceso a una pasión que no puede describirse en palabras porque tras,
recitales ... un verdadero loco, sin medias tintas. Más que los direc, dende por completo la forma aceptada y excesivamente estrecha de ver
tores, como es el caso con algunos amigos, lo que realmente me el sentimiento de placer. Algunos desarrollan espontáneamente análisis
gusta es el canto, las voces y el fraseo. Ver cuándo algo se vuelve bastante técnicos de su emoción.
divino. Fácil decirlo así como así, pero no tan fácil de ameritar si se
lo toma en serio. Lo demás, en mi opinión, es para los que solo quie,
Fui a ver dos castings de la Somnambule y mi preferida fue Liliana
ren hacer sociales, no yo, los que van a la ópera sin encontrar eso,
Faraon. Era menos virtuosa que la coreana, pero más emocionante.
disculpe el término, esencial, eh ... vital. ¿Tengo derecho a decirlo?
El tono era más rico. Pasaba algo. La otra daba una imagen de perso,
¡No sé! (HC, hombre, 34 años, muchos discos, va siempre a la ópera
naje más estereotipado. Claro que su vocalización era fabulosa, espe,
en Francia y en otros lugares).
cialmente en la última aria. Pero emocionaba menos (MG, hombre,
38 años, alto ejecutivo, ama la ópera).
Hay una constante referencia al vocabulario de los drogadictos o a la
sexualidad, tanto por parte de observadores como de participantes; y
aunque se trata de una analogía conveniente, va mucho más allá de La actitud inversa se refleja en la reserva que expresa este aficionado
una simple metáfora. a los cuartetos frente a comentarios que psicologizan en exceso el pla,
cer musical: lo que ocurre "en" la música, fuera de nosotros, también
Para mí es una necesidad, una droga. Cuando estoy muy nerviosa, cuenta.
paro todo para escuchar un disco, o toco algo o canto; me recuesto
y cierro los ojos; la música me ayuda a vivir, es tan hermosa ... Tam, Puede parecer una estupidez, pero lo que me interesa a mí es la
bién voy mucho a conciertos, a veces con mi marido, pero a menu, música, cuando toco con otros. Soy bastante tímido por naturaleza;
do sola o con algunos amigos con quienes toco partituras a primera no me gustan las cosas muy conocidas; eso de "me encanta esto,
odio aquello", las discusiones sobre la ejecución, no les veo el senti,
do. Tampoco me gusta la onda banda de amigos, en especial con las
8 Es en parte por esto que los sociólogos, psicólogos e historiadores sociales han
dos chicas. Me caen bien, pero solo nos vernos cuando tocamos. No,
estudiado mucho más la ópera que la música en sí misma (Martorella, 1982; Constant, si toco en un cuarteto con ellas es porque todos queremos lo mismo,
1983; Poizat, 1986; Fulcher, 1987; La Rochelle, 1987; Patureau, 1991).

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y lo que hacemos allí solo puedo hacerlo allí: el placer de un movi, función de las vivencias y los medios que los melómanos tienen a su
miento que es un poco difícil, oírse a uno mismo, escucharse unos a disposición, construcción determinada por ellos pero que también los
otros, llegar a los pianissimos que todos hicimos bien porque los sen, reorganiza en profundidad. Esos espacios musicales no deben inter,
timos juntos. Para mí nada supera eso (CS, hombre, 42 años, violín, pretarse como espacios externos (incluso si partimos de los elementos
integra un cuarteto de aficionados que tocan juntos hace diez años,
materializados de la música: organizaciones de aficionados, escuelas,
excepto por un miembro más reciente).
catálogos publicados, salas de conciertos, tiendas, programas de radio,
etc.), sino como espacios internos donde los aficionados se trasladan
Realicé una entrevista en profundidad con un saxofonista aficionado mentalmente cuando tienen ganas de tocar una pieza, elegir una fun,
que toca con un grupito de amigos y además practica dos noches por ción, comprar una entrada, apagar o prender la radio.
semana hasta las dos o tres de la mañana -a pesar de que trabaja ocho
horas por día-, en el intento de alcanzar ese ocasional estado emoti,
vo que ocurre cuando "todo se conjuga", cuando "un hombre muestra Formatos de escucha: una secularización de lo sublime
de qué está hecho" (esas fueron sus palabras, y describen algo que va
mucho más allá de la simple búsqueda de un placer emocional): y para En tal contexto, el desarrollo de la música como forma independiente
qu~ se sintiera así bastaba con que, de repente, cuatro notas sonaran a
del arte no se refiere a la institucionalización y la exclusividad de un
grupo de obras, sino a la secularización de lo sublime: a la formación
la perfección ...
La escucha tiene sus momentos y sus fluctuaciones. La pérdida de gradual de una habilidad específica, muy sofisticada, que se desarro,
atención es fácil de detectar en el ejemplo de los discos, pero también lla colectivamente con el fin de lograr a través de la música, de forma
está presente cuando se toca un instrumento o en el estado interno ordenada, riesgosa y exenta de autoindulgencia, estados de emoción y
de un músico que forma parte de un grupo (coro, orquesta, banda de momentos que son "sublimes" (o "de otro mundo" o "alucinantes": las
vientos, etc.). Valorar los momentos de intensa concentración (una palabras cambian o faltan, según el género musical, pero no su objeti,
dificultad, un pasaje complicado, un momento espectacular, un frag, vo). No es fácil de poner en palabras este entrecruzamiento; el voca,
mento predilecto) pronto lleva a describir la práctica musical exclusi, bulario "objetivo" de la música no está equipado para lidiar con él, y el
vamente en el régimen del embelesamiento inspirado y el entusiasmo vocabulario de la pasión es estereotipado porque es más performativo
continuo. Es al menos igual de importante, y probablemente más que constativo: enfoca la atención en el deseo de ver aparecer la pasión
realista, describir la velocidad de crucero salpicada de momentos de de repente (o pone de relieve la intensidad de un recuerdo) en lugar de
desatención, de rutinas automáticas (que de ningún modo excluyen trazar una descripción del apasionamiento por la música, analizando en
el placer), de distracciones y ausencias, lo cual da mayor fuerza a los particular la índole específica que lo diferencia de otras pasiones.
momentos de presencia activa u olvido del tiempo. Este aspecto tem, No obstante, una buena manera de articular esta pasión consiste
poral de la práctica no tiene nada de anecdótico. Nos permite ver al en dirigir la mirada una vez más hacia el medio del que nos valemos
melómano como coproductor de la obra en lugar de suponerlo siem, para escuchar música, porque a diferencia del repertorio musical como
"gama"de pro ductos, que crece sm . pausa, estos medios son finitos, des,
pre un admirador incondicional, de cuerpo y alma.
Lo mismo se aplica a la organización personal de un espacio en criptibles y forman un sistema. No hay necesidad de contrastar el disco

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con la radio o el concierto: todos ellos se vinculan estrechamente y justifica todos los intentos fallidos previos. Es una teoría de la media,
cada uno de ellos existe sólo en conexión con los demás. La música no ción en acción: todos los medios son importantes; es necesario usar,
es un arte abstracto que simplemente toma distintas formas. Si en lugar los, implementarlos fielmente, pero no contienen su objetivo final,
de tomarla por algo dado comenzamos por considerar sus medios, vere, no ofrecen garantías y, a la inversa, desaparecen por completo en los
mos con mayor claridad que la música y el acto de escuchar son trans, momentos sublimes que pueden causar.
formados por ellos, y también se transforman mutuamente. Es preciso El resultado es un constante y característico malabarismo entre, por
comparar los medios de escucha -radio, discos, conciertos- y las diver, un lado, los términos relativos al aspecto rutinario de la pasión musi,
sas prácticas -ensayar con una banda, tocar un instrumento en casa- si cal, términos aislantes y restrictivos que conjuran la actividad dili,
nos proponemos entender el contexto técnico y musical configurado gente, y por el otro lado la súbita sensación de entrega, el estado de
por todos estos factores y en el cual escuchamos música. completa receptividad a lo que sea que pueda pasar, el momento en el
El proceso de crear la atmósfera apropiada para la pasión a través que "nada más importa".
de los rituales y las prácticas que rodean el acto de escuchar música, Una sociología crítica que pone el foco en la condena a la desigual,
lejos de ser trivial, debe considerarse seriamente. Ello trae a colación dad cultural nos ha acostumbrado a desechar la descripción apropiada
una vez más el paradójico tema de la escucha como actividad, extra, del gusto como proceso activo, que produce algo específico por medio
ña ~ezcla de lo activo y lo pasivo. Escuchar es una actividad precisa de ciertas técnicas colectivas, ciertos tipos de expertise que pueden estu,
y muy organizada, pero no apunta a controlar algo ni lograr una meta <liarse y enumerarse. La música posibilita el abordaje de esta actividad
específica: por el contrario, su objetivo es lograr una pérdida del con, paradójica, el proceso activo de colocamos en el estado mental corree,
trol, un acto de entrega. No se trata de hacer algo, sino de hacer que to para que algo acontezca, la actividad meticulosa cuya meta es lograr
algo acontezca ( Gomart y Hennion, 1998). Lo que debería acontecer la pasividad completa: un estado en el que podemos dejamos llevar por
no es planeado ni intencional: para que tenga lugar es preciso que nos algo, dejar que algo nos eleve. En este sentido, el caso particular de la
dejemos llevar, conmover. Una vez que he hecho todo lo necesario música -a condición de que se realice un análisis atento de sus proce,
para que ocurra, es imperativo que no trate de controlar lo que ocu, dimientos específicos y se examinen en detalle los medios técnicos, las
rre. Mis pequeñas acciones, mis idiosincrasias, mis rituales, aun cuan, actividades grupales y la expertise que ponen en juego los participantes-
do sean muy activos, son "meta,acciones"; influyen en mi entorno, en puede posibilitar comparaciones con otros tipos de involucramiento. La
mi ánimo, pero no pueden ayudarme a controlar lo que me hace sen, música nos permite formular una teoría de la pasión.
tir la música, porque eso equivaldría a negar mi pasión. "Es esencial
no adelantarse a la música". Cuando escuchamos música, tenemos que
ponemos en el estado físico, espacial y psicológico correcto, el "estado Conciertos, el elemento del mito
mental" correcto, para facilitar el inicio gradual de la pasión sin aban,
donamos a ella. De tanto en tanto, si hemos erigido una resistencia Conciertos, disco, radio. Uno de los medios, el concierto, goza de un
eficaz, si no nos hemos permitido la autoindulgencia, algo puede acon, estatus social más pronunciado, que varía según el género pero repre,
tecer. Este vocabulario del melómano se refiere a otros tipos de pasión; senta un foco categórico, una cota de referencia, ya sea un concierto de
trae a la mente el discurso del aficionado sobre ese instante sublime que rock o de música clásica. Los otros dos, por el contrario, cumplen una

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función más continua y económica en nuestra vida cotidiana y poseen otros, uno se deja transportar deliciosamente por el entusiasmo acepta,
menos prestigio cultural. Son los compañeros silenciosos de una pasión do; es un momento desafiante, en el cual lo que importa es que ocurra
que tendemos a describir exclusivamente en relación con el concier, lo inesperado, que a uno le guste lo que creía que no le gustaba; la veta
to, que es un evento "en vivo"; sin embargo, como era de esperarse, aficionada del melómano que asiste a un concierto no es el esnobismo
esta circunstancia está cambiando: la infructuosa comparación entre sino la verdad de esta prueba: una mezcla de severidad y displicencia,
la música "en vivo" y la música "enlatada" ya no es un tema para los de mantener el engaño, de esperar incansablemente ese instante de
fanáticos de los discos compactos. sobrecogimiento; también hay momentos de felicidad en los cuales,
La asistencia a un concierto no es más inmediata que el acto de por contraste, lo que garantiza el placer es la familiaridad mil veces
escuchar un disco. Cuando le pregunto a alguien "¿cómo va a un con, oída de un pasaje, una posición, un momento típico de lo que ocurre
cierto, cómo lo decide, en qué circunstancias lo disfruta?", la entrevis, en general durante un concierto.
ta progresa rápido, sobre la base de las estrategias sutiles que emplea el Uno no está allí para consumir una mercancía ni marcar la tarje,
melómano, hacia una teoría espontánea sobre las etapas progresivas de ta de miembro, sino para ocasionar un estado de alteración: no se pue,
la preparación. El concierto es un evento extremadamente mediato: de lograr la pasión sin oponerle resistencia, sin empezar por negarse a
requiere atravesar una serie de etapas diferentes, ninguna de las cua, la tentación. Al comienzo, los más diversos críticos se preparan para
les puede pasarse por alto. No se va a un concierto "así como así"; la saltar a la yugular del infortunado intérprete. Estudian la postura del
iniciativa presupone la necesidad de lograr el estado mental correcto: pianista y escudriñan su técnica, casi en la esperanza de que toque una
los melómanos "se esfuerzan por ver algo diferente", o por el contrario nota errónea... De repente, la música atraviesa el cuerpo del solista
se conceden el lujo de renunciar a los asientos reservados por falta de en lugar de tropezar con él, y ahora concentramos la atención en su
deseo ... A veces buscan viejos favoritos; otras veces, nuevos descubrí, manera de tocar la obra. Ocasionalmente olvidamos la técnica para oír
mientas, y es la combinación de ambas cosas lo que posibilita el <lesa, algo nuevo en una obra que, como suele decirse, creíamos conocer a
rrollo de los gustos propios. fondo. Pero esto aún ni siquiera se parece a la "música en sí": es una
¿Qué se escucha en los conciertos? El alto nivel de idealización, que interacción de referencias entre las versiones que uno tiene en la cabe,
los contrapone a las grabaciones, protege a estos eventos de los exáme, za, incluso una noción ideal de la obra o de la ejecución del piano, y
nes críticos exhaustivos. Una vez que. ha comenzado, el concierto no las ideas que tenemos sobre el intérprete. Todavía estamos lejos de la
se reduce en absoluto a la situación de escuchar "esa obra", que solo rendición inmediata; paso a paso, una performance puede ir superan,
requiere ser escuchada tal como se presenta. Los conciertos no expen, do los juicios críticos espontáneos que trataban de controlarla. A veces
den música; son performances, en el sentido de que detonan un acon, logramos un estado sublime de intensidad emocional con esa obra: ya
tecimiento. Al comienzo no hay música; solo espectadores escépticos, no comparamos una interpretación con otra, olvidamos al intérprete y
hastiados o indulgentes que vacilan en torno a su deseo, a la caza de solo oímos a Schumann, Beethoven o Chopin ...
deslices organizativos, con un ojo en el auditorio y otro en su vigi, En otros momentos, o quizá nunca, ni siquiera la obra sigue impor,
landa. Hay un sentimiento de resistencia. Este sentimiento es funda, . tando: lo que cuenta es el momento fugaz per se; el "viaje", como dicen
mental para determinar si uno se permite (o no) dejarse llevar por la los rockeros: esos inefables momentos "sublimes" que las palabras solo
música. Por momentos uno se opone al entusiasmo de los vecinos; en pueden trivializar ... En la música clásica, como en otros géneros, con

234 235
los diversos métodos para crear la atmósfera apropiada (los músicos de un programa de música; así como el disco, la radio -aunque en ocasio,
jazz emplean medios distintos, como el humo, el cansancio, la ronque, nes funciona como contraste- cumple una función decisiva: ha forma,
ra del saxo, el contacto con los demás, las drogas, las altas horas de la do una cualidad apropiada de la escucha. Medio común y corriente, que
noche, etc.), esos raros momentos en que salimos de nosotros mismos apenas requiere ser encendido, la radio suele ser despreciada en compa,
solo tienen lugar luego de un esfuerzo vacilante, laborioso y arduo para ración con el concierto o incluso con el disco (la obra se oye solo una
colocamos en el estado mental correcto. Este principio, que vale tanto vez, rodeada de cháchara que a menudo molesta). Sin embargo, escu,
para.el quinceañero que ama el rock como para el cincuentón que ama char la radio también brinda, de acuerdo con los aficionados, elementos
la música clásica, se nutre de una técnica bien orquestada que es tan irreemplazables en ese juego de construcción que es el amor por la músi,
personal como colectiva, e involucra el uso sofisticado del espacio Y el ca: imposibilidad de controlar lo que se escucha; receptividad limitada
tiempo, así como una receptividad voluntaria a ciertos estados. de piezas o géneros desconocidos con los que uno se permite la sorpresa,
La inmediatez es· el resultado paradójico de una extensa secuencia posibilidad de oír de repente una obra cuyo sonido, melodía y uso de la
de mediaciones. armonía produce un impacto inesperado (Barbelin y Hennion, 1986). La
importancia de la radio proviene de este fácil acceso a lo conocido y a
lo menos conocido, y a un entorno familiar continuo: voces y programas
Discos y radios: buenos compañeros conocidos, horas marcadas, fibra del sonido, incluso la banalidad de un
repertorio regular (la cantata de Hamoncourt -y no ya la de Bach- los
De carácter casi mítico, el concierto brinda una arena para lo sublime. domingos de mañana, las voces nasales de los años cuarenta en un pro,
Aun cuando lo sublime solo ocurra de vez en cuando y tenga más que grama nocturno de "referencias"). La radio también brinda la posibili,
ver con su imagen que con el estar realmente allí, el formato del con, dad de zapear inescrupulosamente de Schumann a las noticias y luego de
cierto se construye por entero en tomo a la posibilidad de que acontez, vuelta a la sonata en el medio de un tema; la escucha no es en absoluto
can esos momentos extraordinarios. deferente sino que se ajusta estrictamente a cada uno.
Con el disco y la radio pasa lo contrario: si bien como mediadores La radio ha conducido al característico advenimiento del "oyente";
son capaces de despertar pasiones, aunque a menor escala y en· casa, afectados de "hipergnosis", una dolencia típica de los coleccionistas que
colocan el énfasis en el aspecto profano y familiar del amor por la acumulan fechas y nombres de sus intérpretes favoritos (los cinéfilos o
música. Son las modestas herramientas con que los melómanos suelen los amantes del jazz son buenos ejemplos), el oyente, luego de un pro,
desarrollar a diario su habilidad y cultivar su gusto musical, mejorando longado aprendizaje de una forma particular de la escucha, se ha vuel,
continuamente su conocimiento del repertorio que aprecian y sus pro, to hipersensible a las diferencias infinitesimales entre interpretaciones,
pios gustos. Entre las pequeñas acciones laboriosas de la escucha diaria muy en exceso con respecto a lo que puede oír un buen instrumentalista.
y los intensos momentos de pasión, cada medio cumple su función Y Este último tiene una relación completamente distinta con el repertorio,
desarrolla una habilidad distintiva, irreductible a las que impulsan los una relación que es una mezcla particular de respeto y expertise instru,
otros medios y prácticas musicales. mental: "cualquier cosa es buena si permite practicar las escalas". Solo
El principal factor responsable de transformar la pasión por la músi, a modo de tendencia, dada la polivalencia de algunos aficionados, pue,
ca en el siglo xx es el equipamiento físico que introduce al oyente en de decirse que, en oposición al gusto hipertrófico de los "radiófilos", los

236 237
instrumentalistas no desarrollan una sensibilidad tan aguda a las diferen, disposición anímica del melómano: desde la fidelidad ortodoxa a los
cias de interpretación estética, sino más bien una hiperestesia inversa en gustos propios hasta los momentos de entretenimiento, la imperturba,
relación a la música como técnica, en el sentido etimológico de la pala, ble compulsión a llenar el pequeño mundo propio, siempre dosificando
bra: una destreza mecánica o manual que les permite, de forma simétrica, el confort y la sorpresa, la suavidad y la aspereza, el placer cotidiano y
burlarse del amateurismo desplegado por los melómanos "comunes". los momentos inusuales. La especificidad del disco clasifica la música.
Queda el disco, el medio que ocupa el lugar central en la vida del Hay obras que uno ama infinitamente pero escucha rara vez, y vicever,
melómano moderno. El material de alta fidelidad abre la puerta a sa. También hay una gran diferencia entre una elección del momento
prácticas que lo distinguen tajantemente de los conciertos. S. Mai, y la jerarquía "seria" de gustos que se arguye y se acepta.
sonneuve9 analiza en detalle la "discomorfosis" de la música clásica:
costo absorbido por la escucha múltiple; ahorro de tiempo; disponibi,
lidad y usos flexibles; posibilidad de escuchar en un espacio privado, Siempre me asombra la diferencia entre los compositores que amo
en momentos elegidos, de acuerdo con un "programa" propio (pistas, Y los discos que me gusta escuchar. A menudo hablo de eso con
volumen, repeticiones), falta de exclusividad (trabajo, tareas hogare, amigos, otros melómanos inveterados, y les ocurre lo mismo. En mi
ñas, lectura, baño). En contraste, la ausencia de gestos e imágenes faci, caso, típicamente, es Schubert y Bach en comparación con Schu,
lita la escucha. La sinfonía creada para una gran sala de conciertos se mann y Debussy, aunque a ellos también los venero, Dios, me vuel,
oye en una habitación de 60 metros cuadrados. Esta circunstancia cam, ven loco, pero los pongo muchísimo menos (PA, hombre, 45 años,
bia el efecto sonoro, la dinámica, la dimensión espacial, por nomen, coleccionista de discos clásicos).
donar la desaparición de la orquesta y los músicos "en" el sonido que
emiten (Blaukopf, 1992). 10 La frase estereotipada que describe al disco Este amante de los discos distingue ciertos músicos por familiaridad,
como un "concierto en casa" enmascara la realidad original de la escu, como si no fuera una cuestión de calidad estética, como si el disco
cha íntima que satisface el deseo personal. tuviera su propia fluidez que respetan solo ciertos géneros y, póstuma,
Los discos tienden a reemplazar los conciertos. Si se considera el mente, ciertos autores. 11 Editores y aficionados están al tanto de esta
tiempo dedicado a la música en el hogar, los discos sirven de referencia nueva mediación que "emite" más o menos bien, según el género, la
para el gusto musical. Esa "discomorfosis" del repertorio se correspon, obra Y los instrumentos. Una vez adquiridos, los discos siguen curvas
de con una discomorfosis del gusto que tiene la misma importancia, específicas de escucha (descubrimiento, novedad, hastío, retomo, aler,
en su contenido pero también en sus formas y formatos. El disco es el gia, o bien memorización y estabilidad definitivas). Algunos reemergen,
medio ideal para percibir, en un continuo, las sutiles diferencias en la otros caen en el olvido, otros quedan ahí sin clamar por ser oídos otra

9 Los siguientes elementos provienen del análisis de esta autora, en Hennion y 11


Después de la entrevista, el mismo aficionado me dijo, en una confesión más
Maisonneuve (2000); véase también Maisonneuve (2000; 2001). personal típica de esos momentos, que no le gustaba tanto Fauré, pero que se deleitaba
10 Un efecto que la televisión aún no puede apreciar cuando insiste en hacer "pri,
ahora con el carisma y la refinada técnica de un músico que encamaba la reacción en
meros planos" del oboe o de las expresiones faciales del director, inconsciente de la una época en que nuestro aficionado, como antiguo izquierdista, había luchado por la
nueva incongruencia que plantea esta nueva "visibilidad excesiva" de la música. vanguardia.

238
239
vez. ¿Qué ha de escucharse con frecuencia? He ahí un criterio esencial Este gusto llega a ser muy profundo: es importante señalar hasta qué
para los discos (no para la música), distinto de la calidad. punto se diferencia del gusto musical característico de los siglos ante,
La elección de discos implica dos experiencias opuestas, que ema, riores, que los melómanos modernos mantienen cautivo en el disco
nan de la naturaleza ambivalente de la pasión; la de buscar el disco (Hennion, 1997c).
correcto y la de disfrutarlo en privado: breves listas obsesivas, diarios y
reseñas marcadas, modus operandi y métodos rituales para examinar los
estantes, permiten escucharlo otra vez en otro momento y lugar, si uno Ceremonias de placer
quiere. La lenta y cuidadosa formación de una discoteca personal no
excluye antojos impulsivos, apremios incontrolables por escuchar cier, Sin partir de interpretaciones predeterminadas, los resultados del estu,
to disco, cuando "n.inguno otro sirve": en realidad los genera. Los dis, dio sobre aficionados evidencian que, además de las dos interpretado,
cos han pasado a ser la piedra de toque de una experiencia estética sin nes "ortodoxas" tradicionales del gusto musical (como obra de arte a
precedentes: el disfrute personalizado de un "programa" que se extien, admirar, como práctica colectiva que constituye una identidad), existe
de sin cesar, quince siglos de música de todo el mundo que los meló, otra modalidad dominante que es tan local como personal y se vincula
mapas tienen ahora al alcance de la mano. más estrechamente al uso concreto que se hace de los diversos medios
Para ventaja de ese uso discográfico, el repertorio se ha alejado del musicales: es la música como ceremonia de placer, una serie de peque,
abordaje musicológico o estético a las obras, incluso -y particularmen, ños hábitos y maneras de hacer las cosas en una situación, según cuáles
te- si en las fundas de los discos y los folletos de los CD se hace abun, sean las preferencias de cada uno, así como los conjuntos de rutinas,
dante referencia a él: se usa la historia como ejercicio de etiquetado del arreglos y sorpresas. A la manera del chef o del gourmet, el asiduo a las
mismo modo en que la alta tecnología se sirve de las especificaciones fiestas o a la vida social, el amante del goce o el rigor, es el aficionado,
técnicas como argumento de venta; los instrumentos "de época" evo, sociable o solitario, quien en cada oportunidad y hasta cierto punto
can el similar uso comercial de la "alta fidelidad''. Antes y por encima compone su música como otros arman su menú, empleando todos los
del aspecto musicológico del renacimiento barroco, es preciso conside, medios disponibles y prestando escasa atención a las divisiones acadé,
rar el lado técnico de este movimiento: los discos han proporcionado micas o las ortodoxias del gusto.12
un nuevo acceso a un repertorio que no se habría oído en el gran espa, He puesto de relieve la riqueza de las prácticas vinculadas al gusto:
cio de la sala de conciertos romántica, donde el público nunca tuvo toda suerte de combinaciones inesperadas y muy fructíferas, la indis,
ocasión de oír clavicordios, laúdes, violas o contratenores. La "histori, ciplina de los aficionados, esa extraña mezcla de precisión e inven,
zación" del repertorio se basa en un fenómeno totalmente opuesto: su tiva que los lleva a definir, poco a poco, sus caminos al placer. La
nueva independencia de los orígenes históricos, que lo ha vuelto acce,
sible para cualquiera. De ahí que sea posible establecer una relación 12
apasionada con ciertos compositores o ciertas obras sin necesidad de En parte en contraste con la nueva actitud reservada y respetuosa respecto de
las "cumbres musicales", que los aficionados también inventaron en el mismo gesto,
justificarse con argumentos académicos o históricos. La propia apari, se halla esta diversidad prosaica, estos tics y hábitos raros, estos placeres realistas del
ción de la música antigua en nuestro entorno musical marca su deceso aficionado que mostró el análisis que hizo J.~M. Fauquet de los servicios de cuartetos
como música antigua. en la parís decimonónica ( 1986).

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música en sí misma constituye una frontera bastante impermeable. clásica. Un examen de los procedimientos y métodos empleados por
Según el caso, delinea con eficacia los límites precisos de una prácti, los distintos géneros en la escucha musical tiende a relativizar la idea
ca aislada de las demás, o bien, por el contrario, debe "reconfigurar, de la creciente autonomización de la música; la tendencia se muestra
se" en el marco de un conjunto más grande: desde salidas con amigos, mucho más compleja: aunque por un lado la música ha adquirido una
fiestas y escuchas compartidas de la misma música hasta un conjun, autonomía muy acentuada como género y como práctica técnica espe,
to de elementos culturales fuertemente integrados. En el caso de los cializada, por el otro lado, en contraste, como factor de una experien,
"jóvenes" (una categoría que evidentemente no se relaciona con la cia emocional, se vincula cada vez más a muchas otras prácticas de lo
edad), este continuo va desde la ropa y los zapatos hasta las historie, más variadas. Los festivales, las danzas, la ropa, los estimulantes y las
tas, la comida, el básquetbol y los ídolos negros de Estados Unidos, relaciones sexuales, entre otras cosas, son los modos de placer colectivo
pasando por el lenguaje y la "facha", incluidos los modos de comer y y personal que definen las condiciones del gusto musical en la actuali,
el uso intensivo de videos y juegos electrónicos (Yonnet, 1985): sería dad. No es posible disociarlos de la "música propiamente dicha". Lejos
muy difícil producir un sistema de símbolos relacionado con los pro, de acrecentar la autonomía de un arte divorciado de sus anteriores cua,
yectos sin este tipo musical de mediación continua, "complaciente" Y lidades funcionales, estos procedimientos emocionales destruyen la da,
flµida. Pero lo mismo aplica, de forma desigual, a ciertos géneros más ra frontera entre lo que pertenece y lo que no pertenece al campo de
clásicos o maduros, tales como la música contemporánea, el jazz o la la música, e inclinan a tomar en cuenta un conjunto heterogéneo de
lírica, no solo en el sentido de que la sociología externa pueda iden, prácticas que sirven para lograr un estado de intensidad emocional.
tificar los rasgos compartidos por los miembros de un grupo diferen,
ciado, sino en el sentido de que los miembros crean su identidad y su
gusto mediante una serie de prácticas comunes (Frith, 1996). Referencias bibliográficas
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