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Unidad 1 / Escenario 1
Lectura Fundamental
El Estado Moderno
Contenido
1 El Estado Moderno
2 ¿Qué entendemos por Estado?
Palabras clave:
Estado, Estado Moderno, sociedad,
sistema político.
1. El Estado Moderno
Para poder entender que es el Estado debemos remitirnos a un problema que se da desde las
ciencias sociales y es básicamente desde que perspectiva o desde que área se estudia
debido en gran parte por que como es un concepto tan ambiguo las diferentes áreas del
conocimiento la interpretan según su necesidad es por esto que desde esta lectura se dará un
concepto general que pueda adaptarse fácilmente.
Para poder entender las particularidades que caracterizan los sistemas políticos actuales, es
necesario dar un vistazo en el tiempo, donde el Estado nace dentro de la organización primaria de
las ciudades sumerias a finales del siglo V; y se fortalece con los fenicios iniciando el siglo IV en lo
que hoy se conoce como la península arábiga. Para este entonces la Ciudad-Estado no era más que
una estructura básica de leyes y normas que los ciudadanos de estos espacios geográficos, debían
acatar su autonomía frente a la toma de decisiones y la creación de leyes no difiere mucho de lo que
en la actualidad conocemos de los Estados federados, si bien se puede tomar como un inicio del
proceso que termino convirtiéndose en el sistema político federativo.
Ya en Grecia el Estado se ve con mayor organización, debido en gran parte por el auge de
ciudades como Uruk, nippur en sumeria o biblos y tiro en fenicia; los atenienses tenían una visión
más compleja del Estado, pues su organización de ciudad aldeana presentaba a su vez un
cambio superior en las relaciones comerciales debido en gran parte por su expansión territorial,
así mismo el Estado ateniense era visto como lugar para reuniones sociales en las que se podía
debatir sobre las decisiones que afectaban a la comunidad, cabe recordar que en
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César:
Es el título con el que se denominó al
emperador romano y deriva de “Cayo Julio
Cesar” quien fuera general y dictador.
esta toma de decisiones solo podía participar aquel ciudadano nacido en Grecia, que tuviera un
estatus económico y que fuera bien parecido además de contar con la edad mínima. La
Ciudad-Estado servía también como sitio de culto de los dioses propios de la época, con el
tiempo el papel del ciudadano se vio más visible y participativo en las tareas de gobierno, así
como en la creación de leyes que beneficiaran a la misma comunidad.
La concepción de Estado se fue transformando a medida que pasaba el tiempo es así que para
inicios del imperio romano las Ciudades-Estado desaparecen debido en gran parte por la
consolidación y unificación en la toma de decisiones que esta vez se centró en el emperador
Si bien con la caída del Imperio Romano en el año 476, se daría un nuevo viraje a la forma
de concepción de la política, por un lado porque las nacientes monarquías que lideradas por
Carlomagno cambiaron el sentido de un solo dirigente político en Europa y lo trasladarían
rápidamente en una dualidad entre lo sumamente humano y una nueva concepción espiritual
liderada por la iglesia católica entre los siglos V Y XV, este cambio traería nuevos retos a
los líderes que vieron un aliado espiritual el cual serviría de interlocutor entre el pueblo y las
monarquías, apoyada también por los señores feudales y la nobleza, como resultado de
este proceso se consolido por varios siglos el sistema monárquico de Europa.
Se podría decir entonces que la visión de Estado hasta la Edad Media no tendría un fin
sumamente político debido en gran parte por el interés individual de los monarcas quienes
no veían con buenos ojos la división del poder lo cual les podría traer sublevación de los
grupos minoritarios, temor que se haría realidad mucho tiempo después a través de la
ilustración y el enciclopedismo francés, gracias a una nueva figura social que cada día se
consolidaba más entre pueblo es así que las nuevas asociaciones de artesanos y
comerciantes toman mayor protagonismo al enviar estos a sus hijos a las escuelas y
universidades y quienes serán al final los que den una nueva visión en las relaciones
políticas y busquen dar respuesta a las necesidades de su entorno.
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Con este cambio de pensamiento impulsado en gran parte por el conocimiento adquirido en
las universidades, y la concepción de una nueva mirada de las relaciones internacionales y
buscando un cambio más estructural en la organización en las que se uniera Estado-Territorio-
Administración de los recursos de las nuevas naciones, nace la política como ciencia como eje
fundamental que va permitir observar el Estado como una estructura que debe cumplir la
función general de los nuevos líderes de velar y proteger los derechos de todos los
ciudadanos, bajo esta premisa es entonces que se concibe el Estado moderno.
El Estado es aquel actor por el cual se le asignan unas responsabilidades, como la defensa,
protección y garantía de unos derechos, por ejemplo. Así mismo, al Estado también se le
reconoce cierta autoridad en el marco de un territorio y a esto lo llamamos soberanía. Luego,
si las distintas sociedades han optado históricamente por distintas formas de organización
política, el Estado reviste una particularidad significativa que lo distingue de todas las otras
formas políticas establecidas. ¿Cuál? El politólogo Rafael del Águila, en su Manual de
Ciencia Política, le atribuye las siguientes las características al Estado:
Se puede inferir que el Estado es un organismo autónomo que está en pro del
beneficio de la comunidad y que a partir de este objetivo construye nuevas
herramientas e instituciones que velen por el bienestar del pueblo que a través
de reglamentación permite que una sociedad pueda convivir pacíficamente
dentro de un territorio específico.
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3. ¿Por qué el Estado es necesario?
Según Thomas Hobbes quien fue un importante pensador inglés del siglo XVII que se ocupó dentro
de muchos temas, de explicar por qué era mejor tener un Estado a vivir en la anarquía de la guerra
civil. Es un tema fundamental, pues para muchos la autoridad es innecesaria y a veces argumentan
que vivirían mejor si el Estado no existiera. Muchos afirman que sería mejor vivir sin leyes, sin
autoridad y señalan en su defensa que no pueden ser libres por completo cuando existen las
restricciones o cuando los impuestos comienzan a impactar la economía personal. Sin embargo, el
propósito de Hobbes es todo lo contrario: justificar la necesidad y pertinencia del Estado en una
sociedad. La mayoría de los argumentos de Hobbes están expuestos en
su obra “El Leviatán”, donde justifica la necesidad de que exista una autoridad soberana
que garantice la vida a los seres humanos e imparta orden.
El Estado como hemos visto es indiscutiblemente una asociación de personas que busca un
bien común y que garanticen la organización jerárquica de la sociedad, así de esta manera se
puede direccionar de una manera más eficaz las necesidades y prioridades de cada
comunidad. cabe aclarar que esto es solo posible si los líderes de estas comunidades tienen
claro el fin único de vivir en sociedad como ya lo definía
Aristóteles frente al ser humano o el zoo
político, el hombre por ser ese animal racional
que es capaz de convivir con su semejante Thomas Hobbes (1588-1679):
está alineado a una dependencia de su par, Filósofo inglés.
así es que cada hombre tiene diferentes Su obra El Leviatán.
El “dilema del prisionero” es un ejemplo clásico que formula la teoría de juegos y que nos
puede ser útil para entender la importancia que tiene el Estado al interior de la sociedad. En
general, la teoría de juegos plantea un escenario en el que dos individuos que hacen uso de su
razón no cooperan de forma natural. A pesar de que existen muchas formulaciones de este
ejemplo, una de las versiones más famosas es la de Albert W. Tucker que es la que resumiré.
El dilema nos pide que imaginemos el siguiente escenario. Imaginemos que ha habido un robo a
mano armada, los asaltantes han escapado y no hay ninguna pista acerca de los criminales. Sin
embargo, cerca del lugar del robo han sido capturados y encarcelados dos hombres armados.
El problema está en que, si bien pueden ser procesados porque portan armas ilegales, no se
tiene evidencia alguna de que hayan participado en el robo. Pero los fiscales del caso deciden
implementar una estrategia en aras de poder obtener pruebas de que han participado en el
robo. Encierran a cada prisionero en una celda individual aislada, donde no tenga medios de
comunicación con nadie más y le hacen a cada prisionero la siguiente propuesta: si confiesan
el robo e inculpan a su compañero obtendrán una rebaja en la pena. La oferta es:
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Pero ¿cuál es la relación entre el “dilema del prisionero” y la pertinencia del Estado? Si el “dilema del
prisionero” nos ha ejemplificado que la racionalidad individual tiene una fuerte tendencia hacia la no
cooperación y en últimas nos señala que los individuos solo luchan por sus propios intereses, en
desmedro del interés general, el Estado surge como la institución que vela porque el interés general
sea realizable. Aterricemos este “dilema del prisionero” en otro ejemplo, de tal manera que sea más
evidente para nosotros la pertinencia y necesidad que tenemos del Estado.
Figura 1. Estados
Fuente: Elaboración propia
Imagine que hay una vereda que se ubica en la falda de una montaña. Es una vereda de 100
hectáreas de extensión, y en la cual viven 10 familias; cada familia tiene 10 hectáreas de
tierra. El problema de la región está en que se trata de una zona fuertemente arborizada y en
la cual no existen terrenos dispuestos para trabajar cultivo alguno. A la vez, la gente de la
región ha sido advertida que si comienzan a talar los distintos árboles hay peligro de que la
erosión del terreno lleve a que se generen derrumbes y deslizamientos de tierra. Sin
embargo, cada una de las familias que reside en el sector se vería muy beneficiada si talara
la tierra que le corresponde y pudiera así cultivar lo que le plazca. ¿Cómo obrarán cada una
de las diez familias que habitan la región? ¿Evitarán buscar su interés particular en aras de
proteger el interés general?
Como lo vimos en el “dilema del prisionero”, la racionalidad de cada individuo está casi que
imposibilitada para representarse el interés general. La mayoría de las veces la racionalidad
individual procurará la defensa de su propio interés, sin que por ello pueda ser tildada de “mala” o
“perversa”, pues de lo que se trata es que un individuo en realidad solo puede representarse el
bien para sí mismo. Así las cosas, si en la vereda que hemos ejemplificado no existen leyes
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o normas que impidan la tala de bosques, ni tampoco una autoridad que defienda el interés
general, seguramente lo que sucederá es que cada familia en defensa de su interés talará la
parte de bosque que le corresponde para poder beneficiarse. Pero el problema es que, si
todos piensan igual, el riesgo de derrumbe aumentará y todos perderán su terreno. Como lo
mostramos en el “dilema del prisionero” si cada sujeto simplemente lucha por su propio interés,
el resultado redundará en contra el interés general.
En conclusión, el Estado tiene el monopolio del poder en pro de garantizar el interés general.
Piensen por ejemplo en las grandes ciudades, si no existiera un control al uso de los vehículos
automotores la afectación al medio ambiente sería enorme. Como sucedió hace poco en la ciudad
de Medellín, la Alcaldía reguló el uso de motos y automóviles en búsqueda de que no se contamine
y afecte el medio ambiente. Si el Estado y, en este caso, la Alcaldía no intervinieran, cada sujeto
simplemente buscaría beneficiarse sin pensar en el bienestar general y el medio am-biente acabaría
desecho. Con esta noble finalidad, el Estado está provisto del monopolio de la fuerza de coerción en
aras de garantizar el orden social. El Estado goza de este poder pues es el pueblo mismo el que
consiente que lo tenga, si y solo si el Estado obra en pro de sus intereses.
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Referencias
Sachica, L. (1982). La Constitución colombiana. Recuperado de https://archivos.juridicas.unam.
mx/www/bjv/libros/2/717/1.pdf 88-98.
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INFORMACIÓN TÉCNICA
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LA FACETA HISTÓRICA
E INSTITUCIONAL DEL ESTADO
MODERNO
Introducción
Estado moderno
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caracteriza por estar orientada hacia las regulaciones legales y administrativas. Como la definición
de burocracia que da Weber guarda paralelismo con los puntos que acaba-mos de citar con
respecto a la administración patrimonial, la enunciaré aquí en forma abreviada. Una burocracia
suele caracterizarse por: l. Derechos y obligaciones definidos, sancionados en regulaciones
escritas. 2. Relaciones de autoridad sistemáticamente esta-blecidas entre los diversos cargos. 3.
Designaciones y promociones reguladas por medio de acuerdos contractuales y basadas en ellos. 4.
La capacitación técnica (o la experien-cia) como condición formal de empleo. 5. Sueldos
monetarios fijos. 6. Una superación estricta del cargo y su titular, en el sentido de que el empleado
no es dueño de los me-dios de administración y no puede apropiarse del puesto. 7. La tarea
administrativa como ocupación de dedicación exclusiva. Reinhard Bendix, Estado nacional y
ciudadanía, Buenos Aires, Edit. Amorrortu Editores, 1964, pp. 108-109.
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MATERIALES
2 "El moderno Estado nacional supone la ruptura de este vínculo entre la autoridad
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integran los dos principios del elemento típico del Estado de Derecho, presente en toda
Constitución moderna. Primero, un principio de distribución: la esfera de libertad del
individuo se supone como un dato anterior al Estado, quedando la libertad del indivi-duo
ilimitada en principio, mientras que la facultad del Estado para invadirla es limitada
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MATERIALES
en casi todos los países del mundo. Gobernar y administrar, por tanto, es una
tarea regida por principios sociales y si se violentan o trans-greden, lesionan la
soberanía estatal y el sistema de instituciones que la sustentan.
en principio. Segundo, un principio de organización, que sirve para poner en práctica ese
principio de distribución: el poder del Estado (limitado en principio) se divide y se en-cierra
en un sistema de competencias circunscritas..." Carl Schmitt, Teoría de la Consti-tución,
Editora Nacional, 1981, p. 147.
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MATERIALES
Un filósofo del siglo XIX dijo con razón: "cuando los Estados viven pro-
blemas graves se echan a sí mismos la culpa de lo que ocurre en la sociedad
e inicia la reforma de sus administraciones públicas".
Acertó, puesto que el Estado no aspira ni a la disolución de la sociedad
ni a la autoeliminación. En este sentido, hay una toma de con-ciencia en las
clases gobernantes que aprovechan para realizar ajustes en el seno del
Estado. Reestructuración, cambio, modernización" y reforma son estrategias
para reordenar la anatomía y fisiología de los propios Estados. Sin embargo,
y en la actualidad, se han iniciado transformacio-
4 "La modemización es un proceso multifacético que implica una serie de cambios en todas
las zonas del pensamiento y la actividad humanas, Como lo expresó Daniel Lerner, es 'un proceso
con cierta calidad distintiva que le es propia, y que explicaría por qué la modernidad se siente
como un todo coherente entre las personas que viven según sus códigos.' Los principales aspectos
de la modernización, urbanización, industrializa-ción, secularización, democratización,
participación de los medios de difusión, no se dan en forma aislada o casual". Samuel P.
Huntington, El orden político en las sociedades en cambio, Ed. Paidós, 1991, p. 40.
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el crecimiento económico guiado por el mercado. Por bienestar no deberían entenderse las
prestaciones estatales, sino la maximización del progreso económico y, por consiguiente, de la
riqueza global, derivada de permitir a los mercados hacer sus milagros. Anthony Giddens, La
tercera vía. La renovación de la socialdemocracia, Ma-drid, Editorial Taurus, 1999, p. 24.
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MATERIALES
Significado de la Modernización
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dada durante la era Liberal, corresponde a un tipo de sociedad (en este caso) de
economía de mercado y como tal hay que ubicarla. Por tanto, el concepto de
modernización es producto directo de una etapa de la humanidad, donde la
diferenciación de las estructuras económicas, polí-ticas, sociales,
administrativas y culturales se da de manera clara. El éxi-to de la
modernización consiste en que la sociedad deja atrás relaciones tradicionales
que impiden el ingreso a la dinámica de los procesos y los patrones del
desarrollo continuo y creciente.
En consecuencia, el recorrido de la modernización empieza en Europa
Occidental y llega tardíamente a sociedades que, como la mexi-cana, viven
largos periodos de colonización. También en África, Asia y el resto de
América, la modernización llega después de la Revolución de Independencia.
Características de la modernización
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MATERIALES
Los Estados que ingresan tarde a la vida moderna son los que están más
obligados a preparar las condiciones que permitan la civilidad y la convivencia
ordenada de la sociedad. En sociedades con pasado colonial, el papel del Estado
y de su burocracia es decisivo para modernizar.
La administración pública, por tanto, es una palanca para acelerar o
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MATERIALES
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represión hay que incluirlas en los dilemas que conllevan por los sende-ros
de la modernización impuestas de modo vertical y autoritario.
Ventajas de la modernización
l. La ingobernabilidad.
16. La centralización decadente.
17. El rezago de las instituciones frente a los cambios políticos.
18. Que la antidemocracia y la represión se utilicen de manera
frecuente para detener los conflictos;
19. Que en la agenda del gobierno tengan cabida grupos
nuevos y grupos tradicionales.
20. Que la Administración Pública no desvincule de lo que la
socie-dad le pide y desea realizar.
21. Que los sistemas políticos a través de las reformas, la
reconver-sión y la reestructuración de procesos, puedan dirigir con más
racionali-dad la lucha de los contrarios.
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MATERlALES
22. " ••• el neoliberalismo es una concepción integral del hombre y la sociedad. Es una
corriente de pensamiento que se nutre de lo principios liberales del siglo XVIII, y por ello
reivindica la libertad del individuo como elemento fundamental. Esto no impide, sin embargo, que
el neoliberalismo se ponga a tono con las radicales transformaciones de la época ... Se requiere de
un Estado que adopte las necesarias decisiones de política eco-nómica", en Reforma del Estado:
las razones y los argumentos, op. cit., p. 41.
"El enfoque Neoclásico (neoliberal), a su vez, retoma la idea de mercado como un
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mecanismo autorregulatorio: desde los análisis de equilibrio parcial de Marshal, hasta los
enfoques de equilibrio general, la economía neoclásica parte del supuesto de una homeostásis
automática de las fuerzas del mercado, así como de la capacidad de explicar los fenómenos a
partir de unos cuantos supuestos sobre el comportamiento del agente económico y sobre la
tendencia a ajustar los precios relativos hasta que las decisiones de los individuos sean
mutuamente compatibles". Pedro Noyola, Modernidad y economía, México, Edit. Porrúa,
1994, p. 21.
215
MATERIALES
Conclusiones
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A Con base en las ideas de Tomás Moro, la utopía, entendida como algo
que no existe, pero que puede existir, se configurará en la vida de los Estados
como una combinación de esperanzas y realidades para que la sociedad al vivir
bien, aspire a vivir mejor.
B Para los Estados, el imperativo del tiempo actual es el cambio social,
tecnológico, político y económico.
Bibliografía
Contenido
El Estado social tiene su origen en Alemania hacia el siglo XIX y hace parte de la cultura
política actual, se da por la necesidad de crear un Estado más sólido y que garantice los
derechos fundamentales del individuo como lo son la
educación, la salud, a la vivienda y aun trabajo,
a una vejez digna, estos aspectos marcaran el La mayoría de las constituciones de
nuevo horizonte del mismo ya que se buscaba los países latinoamericanos se basan
tener una conexión más fuerte con el en el Estado Social.
ciudadano y que garantizara una filiación más
próxima del mismo con el gobierno.
Para conocer el proceso actual del Estado frente a sus deberes con los ciudadanos es importante
conocer cómo se desarrolló este concepto en el siglo XVIII. Lo cierto es que conviene aclarar que el
Estado es una institución jurídica y política que es netamente moderna. Así las cosas, podemos
afirmar con certeza que en el mundo antiguo no hubo Estado. Por más que en las civilizaciones que
tuvieron lugar en Roma y Grecia se haya alcanzado un altísimo grado de organización, estas no
eran Estados. El concepto de Estado requiere de los conceptos de territorio, nación y soberanía
popular, en el organizaciones políticas griegas y romanas no existía el concepto de nación y mucho
menos el de soberanía popular. En este sentido, podemos afirmar que en la Edad Media no hubo
Estados, a lo sumo en el territorio existían diversas
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unidades políticas desconcentradas sin que ninguna de ellas reclamara un poder soberano
como lo hace el Estado hoy en día. Por supuesto, en las sociedades antiguas el proyecto
de construcción de la nación, de esa identidad política compartida, o lo que Benedict
Anderson llama la “comunidad imaginada”, también está ausente.
El Estado absoluto será la primera forma estatal pues con ella se da la concentración del
poder en un soberano, así como se comienzan a configurar los primeros ejércitos nacionales,
que como señalamos ya estarán respaldando al poder político que se ha consolidado, pero
también sirven a los intereses de la nación, no como los ejércitos de las naciones antiguas que
sirven solo a los intereses del monarca. Es en los distintos estados absolutos que distintos
territorios son integrados bajo el poder de un solo monarca.
El Estado absoluto no se consolidó del todo en Occidente en todos los lugares. Si bien podemos
mencionar a Francia o Inglaterra como ejemplos de estados absolutos, otros países no tuvieron
esta experiencia, como sucedió en Italia o Alemania que se consolidaron de manera muy tardía.
Ahora bien, cuando nos referimos al Estado Liberal, estamos señalando una nueva
transformación del Estado que se caracteriza sobre todo por la independencia de los poderes
económicos de los políticos y por la aparición de los derechos individuales. Es decir, si en un
principio señalamos que el Estado se va transformando a partir de un conjunto de fenómenos
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 3
históricos, culturales y políticos; cambios como la Reforma protestante, la aparición de la
burguesía, el descubrimiento de américa y varios descubrimientos científicos, ayudaron a la
aparición del pensamiento liberal y, claro está, del Estado liberal. Por supuesto, grandes
procesos sociales y políticos a lo largo de los siglos XVIII y XIX, como la revolución inglesa
de 1689 o la Revolución Francesa de 1789, propiciaron la consolidación del Estado liberal.
Ahora bien, la última característica que va a definir el pensamiento liberal y, por lo tanto, al Estado
liberal, es como lo señalamos antes, la idea de que no debe haber restricciones políticas a las
relaciones económicas, o mejor aún, la idea de que el Estado no debe inmiscuirse en
las dinámicas comerciales del mercado. Esta teoría ha sido conocida usualmente bajo la
denominación “laisse faire”, dejar hacer, dejar pasar y lo que traduce es que el Estado tiene
muy pocas funciones, pues casi todas las tareas de regulación social se dejan en manos de
las dinámicas de oferta y demanda del mercado.
Una vez aparece la burguesía, clase social que impulsa el mercantilismo, la industrialización,
así como el comercio a gran escala, se comienza a demandar que el Estado retire todo tipo de
restricciones económicas y deje que el mercado fluya regido únicamente bajo las dinámicas de
oferta y demanda. Así, la única tarea que le quedaba al Estado era el de procurar que el
mercado funcionara procurando que no se constituyeran monopolios ni oligopolios. Así las
cosas, el problema de la distribución de la riqueza deja de ser un tema político, pues el
mercado a partir de la oferta y la demanda distribuye la riqueza entre los individuos a partir de
la participación y el éxito que tenga cada individuo en la inserción en el mercado.
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Este énfasis del Estado liberal en las libertades del mercado para muchos anticipó el éxito del
capitalismo salvaje. Este es un tema objeto de un profundo debate; por supuesto, muchos pen-
sadores proclives al mercado señalarán que la pobreza y la desigualdad surge cuando el merca-do
no funciona de manera óptima. Otros plantean que el mercado absolutamente libre de toda
regulación abandona a la sociedad en manos de los intereses del capital, que no persigue otro
asunto sino la acumulación de dinero sin importar los derechos o las personas mismas. Insisto, es
un tema que se debate actualmente con mucha fuerza. Sin embargo, hay que señalar que cuando el
Estado deja de regular las relaciones económicas y se exilia en la retaguardia obser-vando como la
sociedad se abandona a la lógica del mercado, comienzan a haber unos grandes perdedores en
medio de las lógicas de oferta y demanda. Es decir, es innegable que no todos entran en las
mismas condiciones de competencia en las relaciones económicas, que los mer-cados en ese
sentido no son justos y que en este sentido hay perdedores y ganadores cuando la sociedad es
regulada por la oferta y demanda. Así las cosas, es innegable que el Estado liberal al dejar la
sociedad en manos del mercado y el libre mercado facilitó el auge de la Revolución Industrial y el
capitalismo. Pero, también esto significó que el Estado se dejara de preocupar por garantizar
condiciones dignas para muchos empobrecidos, pues las demandas económicas deberían ser
resueltas por el mercado mismo. A lo sumo, el Estado Liberal se preocupó por pro-teger la libertad,
la propiedad privada y que el mercado funcionara óptimamente.
Una de las crisis económicas más graves a lo largo del siglo XX fue la “Gran Depresión” de
1929. No solo tuvo lugar en los Estados Unidos sino también en gran parte de los países de
occidente, llevando a la economía mundial a un nivel de deterioro que se extendió hasta inicios
de la década de los cuarenta. Para muchos países significó la caída en las rentas nacionales,
caídas en los ingresos fiscales, así como de los precios y de la demanda en general. Todo esto
llevó a un congelamiento del comercio en general que redundó en un desempleo epidémico
que llegó incluso al 40% en muchas ciudades.
El Estado de Bienestar
Es un modelo político sobre el Estado el cual debe garantizar y proveer los
servicios básicos (salud, vivienda, trabajo, etc.).
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El Estado Social de Derecho atribuye al
Estado y a la sociedad una
responsabilidad compartida respecto al
desarrollo y la dignidad humana.
Ante esta situación de crisis, y como alternativa a las revoluciones o Estados totalitarios que se
gestaban en diversos lugares del mundo, el gobierno de EEUU en cabeza de Franklyn Delano
Roosevelt propuso las políticas del denominado “New Deal”. Se trató de políticas novedosas en
las que el Estado jugaba un papel preponderante en la provisión de bienes básicos a la
sociedad, sobre todo salud y educación, pero fundamentalmente como proveedor de fuentes
de trabajo a partir de sus inversiones en distintos sectores. En el corazón de estas nuevas
políticas se abandonaba la idea de que el Estado debería quedarse contemplando como el
mercado funcionaba libremente en la sociedad. Antes bien, el Estado debería intervenir en la
sociedad generando empleo, provisionando bienes a los más necesitados, etc.
Las nuevas políticas de Roosevelt también tuvieron eco en distintos lugares de Europa en
donde distintos Estados iban transitando de Estados exclusivamente liberales a Estados de
bienestar, donde el Estado asume el rol de ser el artífice del desarrollo económico y del
bienestar de los ciudadanos en términos de garantía de derechos. Por supuesto, no se trataba
de ningún tipo de socialismo, sino más bien de una nueva concepción del Estado que, inspirada
en las teorías económicas de John Maynard Keynes, señalaba que el Estado debería tener un
rol dinamizador en el crecimiento económico de la sociedad por medio del intervencionismo en
la economía a través del aumento del gasto público en la provisión de servicios y bienes
sociales básicos como educación, salud y trabajo. Así las cosas, el Estado liberal se
transformaba sin necesidad de convertirse en un Estado socialista, pues sin negar los derechos
a las libertades individuales ni a la propiedad privada, reorientaba sus obligaciones respecto a
los derechos y al manejo de la economía, con una fuerte preocupación por la igualdad material.
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y claman constantemente por la reducción de su tamaño, dejando al Estado solamente a cargo
de responsabilidades relativas a la seguridad y la defensa. Por otra parte, las crisis económicas
asociadas a la crisis del petróleo de los años setentas, llevaron a que diversos países
comenzaran a desmontar paulatinamente el Estado de bienestar pues no tenían sustento
financiero.
Al día de hoy, los pocos Estados de Bienestar que subsisten imponen una carga fiscal y
tributaria a sus ciudadanos, gravándolos con grandes impuestos en aras de hacer el Estado
de bienestar sostenible: Dinamarca cuenta con el índice de impuestos más altos de todos
los países de la Unión europea, cerca del 48%.
Para la década del ochenta son muchas las críticas que tuvo que afrontar el Estado de Bien-
estar. Entre las más reconocidas están las posturas que lideraron la primera ministra británica
Margareth Tacher y el presidente de EEUU Ronald Reagan a favor del desmonte del Estado
de bienestar. Tanto Reagan como Tacher señalando que significaba una carga económica para
la ciudadanía y a la vez le restaba eficiencia al Estado. Estas posturas políticas van a abogar
por que el Estado ceda estas obligaciones sociales a actores privados que sean los
proveedores de estos bienes bajo la lógica del mercado, garantizando así una mayor eficiencia
en el servicio. Esto va a dar inicio a los procesos de privatización del Estado que llevaron
incluso a que en varios países latinoamericanos optaron por esta nueva lógica neoliberal.
El Estado Social de Derecho da un paso más allá del Estado liberal y comprende que no solo debe
trabajar por la garantía y el goce efectivo de los derechos individuales, sino que a la vez deben
prevalecer los derechos sociales por encima de todo. El maestro Carlos Gaviria lo explicaba con
contundencia. Señalaba que, si bien los derechos individuales hacían un énfasis en la libertad
individual, la autonomía, la libertad de pensamiento, la libre expresión y el respeto a la vida, estos
derechos no eran suficientes para vivir una vida digna. Por eso, se hacía necesario comenzar a
garantizar una serie de derechos sociales que dieran plenitud a la vida humana
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como el derecho al trabajo, a la salud, a la educación, etc. En síntesis, el derecho a la vida
parece vacío si no viene acompañado de una garantía adicional a derechos sociales básicos.
Así, el Estado de derecho consiste en el deber del Estado de procurar el mínimo existencial,
es decir, el mínimo vital para todos los ciudadanos. Por lo tanto, el Estado adquiere la
obligación de garantizar un mínimo de derechos que hagan posible la vida digna de las
personas. Ya es bien conocida bajo esta lógica la política del mínimo vital de agua en Bogotá,
por ejemplo, para muchas familias de bajos ingresos. Por otra parte, el Estado adquiere
también la obligación de trabajar en pro de la igualdad real de los ciudadanos, no solo
ofreciendo mecanismos de protección de derechos sino a la vez facilitando medios que
permitan la realización de los mismos, en pro de un goce efectivo de los mismos.
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Referencias
Sáchica, L. (1982). La Constitución Colombiana. Recuperado de https://archivos.juridicas.unam.
mx/www/bjv/libros/2/717/1.pdf 88-98.
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INFORMACIÓN TÉCNICA
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apuesta para la inclusión social bajo el fundado en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo, la
modelo del Estado Social de Derecho solidaridad de las personas y la prevalencia del interés
general, y cuyos fines esenciales son facilitar la participación
de todos en las decisiones que los afectan y en la vida eco-
Muy seguramente por su origen popu-lar, nómica, política, administrativa y cultural de la Nación,
la nueva Constitución, a diferencia de las servir a la comunidad, promover la prosperidad general,
anteriores, adquiere un carácter más huma- garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes
nista y pluralista que expresa el sentir de sus consagrados en la Constitución y asegurar la convivencia
redactores. En un hecho sin precedentes en la pacífica y la vigencia de un orden político, económico y so-
historia de Colombia se conformó un grupo cial justo (Véase Preámbulo y Título I. De los Principios
plural de profesionales de distintas disciplinas, Fundamentales).
empresarios, jóvenes, sindicalistas, indígenas,
representantes de grupos étnicos minoritarios, En este sentido, la Constitución Política
partidarios de distintas corrientes políticas y de 1991 adquiere una característica distintiva
religiosas, e incluso desmovilizados de grupos del constitucionalismo moderno, el cual ha
al margen de la ley, que discutieron amplia- sido descrito por los tratadistas Peter Hä-berle
mente el nuevo texto en una Asamblea Na- y Gerardo Ruiz Rico, como aquel en el que
cional Constituyente. “los ciudadanos y los seres humanos, su
Dicha pluralidad y diversidad quedó plas- dignidad humana, constituyen la premisa
mada en el Preámbulo y en los primeros diez antropológica cultural (Häberle, 2001: 14) y la
artículos del texto que recogen los principios y fórmula “social” refleja la evolución con-
valores fundamentales del nuevo modelo, los ceptual de la cultura, cuya noción “sobrepasa
cuales dan un sentido diferente a todo el la frontera de los derechos subjetivos para ob-
ordenamiento político-administrativo desde jetivarse como elemento esencial del modelo
1991. El estado social de derecho le “impone social que la Constitución intenta consolidar”
al legislador y, sobre todo, a la administración, (Ruiz-Rico, 2003: 29).
tareas configuradoras de lo “social”... exige de Así pues, el respeto de la dignidad hu-mana
hecho que se regulen y se ejerzan en atención (premisa fundamental), el trabajo y la solidaridad
a unos determinados objetivos” La “procura de las personas que lo integran, el predominio
existencial”, es decir, la responsabilidad de ga- del interés general (Artículo 1), la realización de
rantizar la realización de condiciones mínimas los deberes sociales el Estado y los particulares
existenciales para todos los asociados, como (Artículo 2), la responsabili-dad los particulares
una nueva expresión de la dignidad humana. y los empleados públicos (Artículo 6) y la
En esta tarea, la Constitución no solo obligación el Estado y las personas de proteger
comprometió a las autoridades de la las riquezas culturales y naturales de la nación
República sino que hizo referencia a los (Artículo 8), representan
deberes sociales de los particulares,
OPERA,No 10
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“Lo anterior ha sido reafirmado por la Corte todas las personas, en particular a las de me-
Constitucional, la cual ha señalado que, con el nores ingresos, el acceso efectivo a los bienes
propósito de alcanzar una sociedad ver- y servicios básicos, así como para conseguir el
daderamente democrática, participativa, plu- mejoramiento de la calidad de vida de los
ralista, solidaria y respetuosa de la dignidad, de habitantes, la distribución equitativa de las
los derechos y libertades de los habitantes del oportunidades y los beneficios del desarrollo,
territorio colombiano, “sin pretender sujetar a los la preservación de un ambiente sano, y la pro-
agentes económicos a una dirección unita-ria moción de la productividad, la competitividad
centralizada, se reconoce que su acción no y el desarrollo armónico de las regiones
solamente se justifica en términos del sujeto (Véase artículo 334).
individual que ejercita legítimamente una de- Todo lo anterior evidencia que la Cons-
terminada actividad, sino también de la econo- titución Política de 1991 se desarrolla en el
mía en general. La satisfacción de necesidades marco de los postulados de la llamada Econo-
de la comunidad se confía en un alto grado a las mía Social de Mercado, un modelo de ordena-
empresas, de las que depende el nivel de empleo miento económico mixto, de origen alemán,
y bienestar. De ahí que la empresa se exprese en en el que el Estado le confiere al mercado un
una doble dimensión: como liber-tad y como margen de acción suficiente, pero donde el
función social. Por consiguiente, la legitimidad Estado también se compromete a intervenir
de una decisión empresarial, no puede juzgarse activamente en el mercado cada vez que se
únicamente a través del prisma de su autonomía. amenace seriamente la competencia. De este
A esta visión, forzosamente deberá adicionarse la modo se trata de un modelo en el cual el rol
consideración de sus consecuencias sociales y del Estado se dirige hacia la búsqueda del
ecológicas” (Sentencia T-375 de 1997). funcionamiento del mercado, garantizando una
política social y distributiva (León, 2009: 16 y
En este sentido, en el orden actual, el que- 17).
hacer cotidiano de las empresas está estrecha- Este modelo surge bajo el llamado enfo-
mente relacionado con el cumplimiento de los que Ordoliberal de la Escuela de Friburgo o
fines del Estado y el avance hacia el desarrollo. Escuela del Ordoliberalismo (liberalismo del
Éstas deben ser escenario tanto del crecimiento orden) que se desarrolla en Europa después de
de los recursos materiales, como de una ges-tión la Segunda Guerra Mundial. Entre los
responsable de los recursos naturales y de la principales exponentes de este pensamiento se
construcción de una sociedad cada vez más encuentran Franz Böhm, Edith Eucken-
democrática, pluralista, justa e incluyente. Erdsieck, Walter Eucken, Von Hayek, Hans
Así mismo, el Estado ha sido encarga- Gestrich, Hans Grossmann-Doer-th, Paul
do de la dirección general de la economía y Hensel, Friedrich Lutz, Karl Friedrich Maier,
ha sido dotado, en caso de ser necesario, de Fritz Meyer y Leonhard Miksch, así como
la capacidad de intervenir para dar pleno también Alfred Müller-Armack, Wilhelm
empleo a los recursos humanos y asegurar a Röpke y Alexander
OPERA,No 10
121
Rüstow, los cuales sin ser parte de la terio de la conformidad al mercado, para
Escuela de Friburgo, han contribuido las medidas de política económica en
también a su fundamentación. todos los sectores mencionados.
Específicamente, en relación con la teoría
de la Economía Social de Mercado, se destaca 5. En primer lugar, hace referencia al prin-
entre estos autores Alfred Müller-Armack, cipio de política de orden de la libertad del
quien en 1946 por primera vez hizo referencia individuo, señalando que bajo este modelo
a este concepto (Soziale Markwirtschaft), y en la libertad es un valor en sí que solo puede
su trabajo precisó acerca de la necesidad de la manifestarse bajo condiciones reales de
intervención del Estado a través de una polí- competencia. Por eso considera que se
tica social permanente. De hecho, Müller- deben tomar medidas como el fomento de
Armak señaló que este concepto va “más allá nuevas creaciones empre-sariales y de
de oferta y demanda” y pretende recoger “el ayudas para las pequeñas y medianas
principio de libertad en los mercados vin- empresas (fomento de clases medias
culado con la compensación social” y con la empresariales o small business po-licy),
“situación vital” humana (Wilhelm Röpke), acompañadas de atractivos fiscales para
por lo que no parte tanto de una estabilidad mantener el mecanismo de funcio-namiento
básica del sector privado, sino que recomienda del mercado, pues piensa que cuanto mayor
una política económica compensadora (Gar- sea el número de empresas pequeñas y
cía, 1980: 23). medianas que tengan capaci-dad de un
desenvolvimiento económico propiamente
La Economía Social de Mercado se encuentra, tal como dicho, tanto más se asegura la Economía de
lo ha acentuado constantemente Müller-Armack, cons-truida Mercado desde el punto de vista de la
en base a una idea de estilo, la idea del humanismo Sociedad.
económico. A causa de la propia dimensión humana se 6. En segundo lugar, explica el principio de
recomienda la intervención en diferentes campos siempre política de orden de la compensación
y cuando ésta sea adecuada al criterio de la social, que hace referencia a la necesidad
‘conformidad al mercado’ (Dr. Egon Tuchtfeldt, de intervención en el mercado para re-
Catedrático de la Universidad de Berna). solver las tensiones sociales y humanas.
Habla en este sentido de la necesidad de
Para Tuchtfeldt (García, 1980: 23), son que el Estado genere unas condiciones
seis los elementos de estilo que caracte-rizan que garanticen unos estándares sociales
este concepto de la Economía Social de mínimos, como una red de seguridades
Mercado de Müller-Armak: El principio de para los casos cambiantes de la vida y no
política de orden de la libertad del individuo; en el sentido de un aprovisionamiento
el principio de política de orden de la compen- generalizado como el de los Estados de
sación social; la política coyuntural; la política Bienestar. Por ejemplo, cita el caso de la
de crecimiento; la política estructural; y el cri- protección a los individuos que no
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en el modelo de la Economía Social de desde y con sus propios recursos (humanos, materiales y
realización de los principios, finalidades, dere- lazo de identificación con el otro en términos de igualdad, ya
chos y deberes constitucionales, se debe com- que si no se parte de esa base, no parece haber ningún tipo de
prometer la acción de las demás instituciones inclusión posible, y que de alguna manera el mismo ejercicio
del Estado, así como la de las organizaciones de la ciudadanía parte de la generación de una co-rriente
sociales y privadas que también hacen parte de empática de reconocimiento del otro, independiente de cuán
sus formuladores, ejecutores y evaluadores. diferente es éste… Los procesos de inclusión social deben
tener como base el reconocimiento de las potenciali-dades
Las políticas sociales en el marco del Estado moderno, de- propias de los sujetos con los que se está trabajando y el
mocrático y liberal se entienden como las mediadoras en la capital humano que cada quien posee, lo que produce el
relación Estado–sociedad; es decir, las políticas sociales y pú- empoderamiento de la comunidad. La inclusión entonces se
blicas son la concreción de esta relación.... Particularmente, convierte en un proceso que se desarrolla a partir de las
desde la década del noventa en los contextos internacionales necesidades, esperanzas y recursos del mismo sujeto y no de
y nacionales surgen nuevas estrategias y enfoques de política agentes externos a él (Manzanares, 2005: 7-8).
social… tienen que ver con la participación de las personas
en el proceso de desarrollo social; es decir, la participación Esta particularidad que le es connatural y
como objetivo y medio para el desarrollo… Para este enfoque propia a las políticas sociales, en especial a las
de política social la participación pretende que las mismas que promueven la inclusión social, obliga
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a entenderlas, como un proceso global en el Asumir un concepto expansivo implica actuar desde la ló-
que participan diferentes actores y sectores, gica de un Estado de Bienestar donde se asigna a la política
pero todos inscritos en el marco de los funda- el papel rector de la sociedad y la responsabilidad de todo lo
mentos del Estado Social de Derecho y de la que ocurra en ella… De otro lado el concepto restrictivo
Economía Social de Mercado. En este contex- plantea la política como una función específica que es cons-
to, “los gobiernos no son más que conjuntos ciente de sus límites y se guía prioritariamente por criterios
de organizaciones que combinan recursos en de eficiencia; que pondera sus relaciones con otros dominios
programas públicos, servicios y productos, funcionales y establece con ellos puentes comunicativos nece-
para atender los problemas de los ciudadanos, sarios para recibir su influjo sin interferir en su autonomía
controlar sus comportamientos, satisfacer sus recíproca… Aquellos problemas que la política no puede
demandas y, en definitiva, lograr unos impac- resolver por sus propios medios deben ser resueltos dentro de
tos” (Rase, 1984); y las políticas públicas son otros subsistemas que posean más recursos para afrontarlos
el conjunto de objetivos, decisiones y acciones (López-Velásquez, 2009: 326).
que lleva a cabo un gobierno para solucionar
los problemas que en un momento Así mismo, este tipo de observación es la
determinado se consideran prioritarios. que permite concluir que a partir de las polí-ticas
En consecuencia, debido a esta públicas sociales es posible hacer realidad lo
especifici-dad, la construcción de las políticas contemplado en el artículo 334 de la Cons-
sociales se debe observar principalmente a titución Política de 1991, según el cual todo el
partir de dos dimensiones: la primera, en el orden económico y social del Estado debe estar
contexto de las instituciones sociales del dirigido al mejoramiento de la calidad de vida de
Estado creadas espe-cíficamente para este fin, los habitantes, a la distribución equitativa de las
y la segunda, en los demás sectores, tanto oportunidades y de los beneficios del desarrollo,
públicos como privados, los cuales son a la preservación de un ambiente sano, y
igualmente responsables de su concreción. especialmente a dar pleno empleo y a garantizar
Por esta razón, no basta con observar de el acceso efectivo a los bienes y servi-cios
manera aislada las acciones que en relación básicos a las personas de menores ingresos.
con la política social realizan las institucio-nes
sociales del Estado, sino que es necesario Las Alianzas Público -Privadas (a pp): una
también observar las alianzas público-público, tendencia en las políticas de cooperación
público-privadas o privadas-privadas (app) para el desarrollo
que en su desarrollo se han tejido para alcan-
zar los fines sociales del Estado en Colombia. En los últimos años, como resultado de
En palabras de Luhmann (1994), con esta las reflexiones teóricas antes expuestas, y en
aproximación a las políticas sociales se trata especial en el marco de las políticas de coope-
de superar el concepto expansivo de política ración para el desarrollo, se ha consolidado la
por uno restrictivo. idea de una necesaria articulación de los es-
fuerzos de los sectores público y privado. Este
OPERA,No 10
125
aunque de manera unilateral, la tendencia de otros tipos de intervención para la mejora de las infraestruc-
algunas agencias estatales de cooperación que turas, los proyectos de desarrollo urbano suelen descansar en
han promovido en los llamados países del buena medida en la autoayuda de los propios destinatarios:
Tercer Mundo la implementación de proyec- es decir, en la contribución por parte de cada familia, ge-
tos de cooperación para el desarrollo con la neralmente en forma de trabajo no retribuido, a cambio de
colaboración del sector privado y la sociedad las prestaciones proporcionadas por los gestores del proyecto
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(materiales, apoyo técnico, etc.). Esto permite dar cabida mas más avanzadas de organización social, de modo
a la participación de la población local, mejorar la que brindan numerosas oportunidades en materia de
sostenibilidad futura de los resultados del proyecto, así servicios, promoción social y actividad económica. De
como abaratar sus costes (Alberdi / Rapaport, 2000). hecho, en muchos países aportan el 60-80% del
Producto Nacional Bruto (fnuap, 1996:1).
Esta manifestación en los entornos ur-
banos tal vez ha obedecido a varios factores. Las Alianzas Público -Privadas
En primer lugar, es cada vez mayor la pobla- (a pp): un desafío en las políticas de
ción urbana en comparación con la rural; así desarrollo urbano distrital
mismo, son las ciudades el escenario donde se
concentran los problemas más complejos de Las alianzas en los entornos urbanos no
pobreza y exclusión, que exigen un trata- solo se han dado en el marco de la cooperación
miento especial y diferente (Moser, 1998), y para el desarrollo por parte de agencias inter-
finalmente, y aunque parezca paradójico, son nacionales; en el caso colombiano, algunos
al mismo tiempo las urbes los entornos que procesos de desarrollo urbano, especialmente en
presentan en la actualidad las mayores opor- Bogotá, permiten en cierta medida hacer
tunidades y potencialidades para superar este evidentes la colaboración entre los actores
tipo de problemáticas, bajo la perspectiva de locales (empresas, academia, centros de in-
las nuevas teorías del desarrollo, también co- vestigación, grupos sociales, gobierno, etc.) y la
nocidas como de desarrollo endógeno, local, articulación de sus acciones con la planifi-cación
territorial, regional o descentralizado. nacional y sectorial para garantizar la
Estas teorías proponen que para superar convergencia entre las iniciativas de desarrollo
fenómenos como la pobreza y la exclusión y urbano, inversión pública e inclusión social.
lograr mayor competitividad económica, Se habla específicamente de proyectos
progreso, inserción internacional y mejores concretos de alianzas público-público y pú-
condiciones de vida en la población, deben blico- tercer sector, desarrolladas en Bogotá
articularse los esfuerzos de los sistemas por el Instituto de Desarrollo Urbano –idu– en
produc - tivos, ciudadanos, grupos, empresas, trabajo conjunto con el Instituto Distrital para
agencias e instituciones presentes en los la Protección de la Niñez y la Juventud –
territorios locales (Peters, 2004: 305) y, al idipron– y por la Secretaría de Hábitat a través
mismo tiempo, dar a los territorios mayores de su Unidad Administrativa Especial de
responsabilidades y capacidades de gestión, lo Servicios Públicos –uaesp– en trabajo conjun-
cual en la actualidad es más probable en los to con la Unión Temporal Recicladores, con-
territorios urbanos que en los rurales. formada por tres asociaciones: la Asociación
Cooperativa de Recicladores de Bogotá (arb),
El proceso de urbanización puede ofrecer muchos beneficios la Asociación de Cooperativas de Reciclaje y
a las sociedades en desarrollo. Por lo general, las ciudades Recuperación Ambiental (arambiental) y la
concentran gran parte de la creatividad humana y las for-
OPERA,No 10
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Unidad 2 / Escenario 3
Lectura Fundamental
El Estado laico y la
Constitución colombiana
de 1991
Contenido
Palabras clave:
Estado laico, tolerancia, libertad de expresión, autonomía, sociedad plural.
“Democracy demands that the religiously motivated must translate their concerns into
universal, rather than religion-specific values. Their proposals must be subject to argument
and reason, and should not be accorded any undue automatic respect”.
Barack Obama
Hemos decidido incluir en este capítulo del módulo una reflexión del presidente Barack Obama
convencidos de que sintetiza el espíritu laico y democrático que creemos encarna la Constitución
Política de Colombia de 1991. Lo que señala el presidente Obama es que, en un contexto
democrático, quien sea religioso, debe traducir sus preocupaciones en un lenguaje universal
accesible a todos los demás, incluso en el lenguaje de quienes no comparten sus mismas
creencias. Con esto quiere señalar que son bienvenidas todas las creencias siempre y cuando
estén en capacidad de traducir en un lenguaje más universal y público sus valores y
preocupaciones. Las sociedades democráticas deben ser ante todo plurales, abiertas a la
convivencia entre quienes son distintos en un clima de respeto y diálogo. Por eso, se afirma que
son bienvenidos los aportes que pueda traer a la sociedad cualquier creencia, siempre y cuando
puedan explicar su valor en un lenguaje no religioso y comprensible para quienes no comparten esa
religión. Pero, por supuesto, hay que ser enfáticos en esta idea, que en un clima de respeto sean
bienvenidos los valores y preocupaciones de cada creencia o religión no implica que deba
aceptarse todo. En un contexto democrático, señala Obama, deben ser debatidas todas las ideas a
la luz de la razón, sin que se les conceda a priori autoridad sobre la sociedad solo porque para unos
u otros son creíbles. Los aportes a la sociedad que puedan hacer las distintas creencias son válidos
siempre y cuando sean razonables públicamente, pero de ninguna manera existe a priori un
predominio de una creencia sobre otra en una sociedad plural, democrática y laica.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 2
de donde emana la autoridad que legitima la Constitución misma. Pero, para la de 1991, la
Constitución sin dejar a mencionar a Dios planteará que es el “pueblo” la fuente de autoridad,
el pueblo como soberano, desde donde se legitima la autoridad de la Constitución.
No se puede olvidar que la Constitución de 1886 fue fruto del período histórico denominado “La
Regeneración”. Dicho movimiento político surgió en el país a finales del siglo XIX y fue liderado
por Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro; este movimiento buscó revertir las políticas liberales
de periodos anteriores, como la descentralización del país en una república federal, los Estados
Unidos de Colombia o la independencia del Estado del poder religioso. Dentro de las grandes
transformaciones que traerá esta constituyente conservadora estará el énfasis profundo en la
filiación entre el Estado colombiano y la Iglesia católica, así como la concepción centralista del
Estado colombiano. Por supuesto, para 1991 esta orientación del Estado será cambiada por
una concepción mucho más pluralista, secular y sobre todo descentralizada.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 3
1.1 Libertad de expresión, de conciencia y autonomía
El argumento resulta bastante interesante para nuestra sociedad actual. Piensen en que
desde esta perspectiva no debería estigmatizarse ninguna idea previamente. Por ejemplo, si
alguien socialmente desea defender la idea de que debería dedicarse la totalidad del
presupuesto del ejército de la nación a la educación de los jóvenes, el tema no debe ser
excluido a priori como banal o insensato, resguardándonos en nuestras ideas dogmáticas que
usualmente vivimos. Eso sí, debería exigírsele que lo argumentara mucho mejor y a la vez que
los detractores planteen sus argumentos de por qué se oponen a dicha idea. En este orden de
ideas, se tiene la convicción de que solo las ideas mejor argumentadas prevalecen.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 4
Por supuesto, hay temas mucho más sensibles, por ejemplo, como cuando hablamos del
matrimonio entre parejas del mismo sexo o la adopción homoparental. Es claro que nuestras
costumbres se resienten con este tipo de debates, pero si nos centramos dogmáticamente en
nuestras ideas y costumbres y nos cerramos a debates racionales, no avanzaremos nada
como sociedad. Quizás, al final nuestras costumbres se reafirmen y se argumenten más
sólidamente, o, por el contrario, nos demos cuenta que nuestras costumbres no son tan
sólidas como creemos y cambiemos de ideas.
Así las cosas, no hay mayor mal que viole estas libertades que el paternalismo del Estado,
es decir, cuando el Estado decide comportarse como un padre con los ciudadanos
diciéndoles qué deben pensar, en qué deben creer, etc. No solamente el estado no puede
regular la libre expresión de los individuos, sino a la vez no puede interferir en las
convicciones que cada uno tenga y en eso consiste la libertad de conciencia.
Aterricemos esta teoría en dos casos. Podemos ejemplificar la libertad de expresión en el famoso
caso de la existencia de células nazis en Bogotá. Hace varios meses un reconocido medio
periodístico señaló que un grupo de jóvenes se reunía para inculcar y difundir las ideas que a
principios del siglo XX defendió el Partido Nacional Socialista en Alemania, y que en síntesis
sustentaron el régimen fascista hitleriano. ¿Debe prohibírseles expresar estas ideas? Los
mencionados jóvenes no están violando la ley, no están agrediendo los derechos de nadie.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 5
Bajo la defensa de la libertad de expresión, si se trata de adultos conscientes en pleno uso
de sus facultades racionales, el Estado no puede inmiscuirse ni prohibirles profesar estas
ideas. Obvio que están equivocados, no es razonable sostener que hay una “raza superior”,
pero el estado no va a acoger estas ideas, pero tampoco las puede prohibir. Cada cual es
libre de profesar, en su libertad, las ideologías que desee, siempre y cuando no genere un
daño en sí mismo ni en los demás.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 6
hay sustento racional para que obliguemos a que todas las mujeres se practiquen la ablación, y
segundo, se debe respetar siempre los derechos de las minorías que no comparten nuestras
convicciones culturales; luego, no podemos obligar a todas a que se practiquen la ablación.
En síntesis, el Estado es laico cuando se abstiene de adoptar creencias o ideas de
grupos particulares, en contra del pluralismo que debe imperar en la sociedad.
La otra idea que se ha venido presentando es que el Estado no puede intervenir en las creencias e
ideas que los individuos ostentan sin violar la libertad de conciencia de los sujetos. Así, tácitamente
estábamos hablando de la esfera pública y la esfera privada. La esfera pública es el ámbito de las
decisiones que nos conciernen a todos y se debe caracterizar porque en ella se busque el beneficio
general de todos y se haga bajo procedimientos racionales. Se trata del ámbito propiamente político
y público, en donde se decide aquello que nos concierne a todos como, por ejemplo, si la educación
debe ser reformada o no o sobre si el Estado debe entrar o no en guerra, etc. Es el espacio propio
de las decisiones políticas o públicas. Por otra parte, está la esfera privada, que a diferencia de la
pública solo concierne a cada individuo y se constituye a partir de las preferencias y decisiones
personales que tiene cada individuo. Por ejemplo,
la orientación sexual de un individuo concierne solo a su esfera privada y en ella ni el
Estado ni la sociedad tienen cabida, pero un tema como la paz con los grupos alzados en
armas, en la medida en que nos concierne a todos, hace parte de la esfera pública y todos
estamos en potestad de intervenir, pues vincula a toda la sociedad.
Pero ¿qué tiene que ver esto con el Estado laico? Bueno, lo primero es hacer énfasis en una
idea: estado laico no es lo mismo que estado ateo puesto que el ateísmo implica negación de la
divinidad y negación de Dios, pero el estado laico o secular no niega a Dios, simplemente en
una actitud de respeto hacia las distintas creencias crea un ambiente de tolerancia y respecto
que hace posible la convivencia. Los estados ateos, al prohibir la religión, violan la esfera
privada del individuo porque le impiden creer en lo que desee, por eso no tienen nada que ver
con el estado laico. La laicidad es un principio que consiste en dos proposiciones básicas; la
primera es la separación estricta del estado de las instituciones religiosas y la segunda es que
las personas de diferentes religiones y creencias son iguales ante la Ley.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 7
Es muy importante esta doble separación, el secularismo protege a creyentes como a no
creyentes. Se abre así una dinámica de respeto de parte del estado hacia las creencias de los
individuos, pero también en pro de ese respeto es que no se acepta a priori la influencia
directa de ninguna creencia en la esfera pública de la sociedad o en la política misma.
Recientemente el caso más famoso tiene que ver con el debate de la adopción homoparental. Es
evidente que, en Colombia, que es un país tradicionalmente católico, hay una fuerte oposición a este
tipo de reformas pues va en contravía de las creencias de la mayoría. Sin embargo, en defensa del
estado laico no se debe gobernar a partir de las creencias, con argumentos de razón privada, si no
se ha demostrado lo razonable de estas ideas. Por eso, la Corte Constitucional
le pidió a distintas facultades de psicología del país que conceptuaran racionalmente si esta
decisión era conveniente o inconveniente. Si se dan cuenta, por más que el país, en su
mayoría católico, lo que importa no son las creencias, pues en la esfera pública lo que importa
es la razonabilidad. Por eso, se equivocan quienes creen que es democrático imponer las
creencias de la mayoría; eso no es democracia. Las creencias pueden entrar en la esfera
pública, como lo dijimos en un principio, si logran demostrar su razonabilidad con argumentos
que trasciendan la creencia y sean lógicos incluso para los no creyentes.
También, hablar del estado laico implica que el estado y el poder en general no interfieren en las
creencias de los individuos ni los obliga a creer en algo o alguien en particular. Es decir, el estado
no interviene, es decir, deja en libertad para que el individuo sea autónomo en el ámbito de sus
creencias, siempre y cuando estas se desarrollen en el respeto del orden jurídico. En síntesis,
como ya lo venimos afirmando, la esfera pública no incide en la esfera privada.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 8
1.3 Tolerancia y sociedad plural
Una de las grandes reflexiones de la humanidad ha sido la que nos ha llevado a entender la
necesidad de fomentar la tolerancia, que no es otra cosa sino abrirnos al respeto de los
distintos, de quienes en privado viven de otra manera, para así entre todos construir una
esfera pública donde quepamos todos.
El filósofo inglés John Locke en su Carta de la tolerancia, a finales del siglo XVII, hace énfasis
en el valor de la individualidad del hombre y en cómo esta individualidad no puede ser violada
por el Estado ni por la religión. En ese sentido, el pensador sustenta que tiene que hacerse
posible una sociedad donde se respeten las convicciones individuales sin que el Estado o la
sociedad traten de influirlas o modificarlas. Esa fue la respuesta de Locke a las constantes
guerras de religión que sacudieron a Inglaterra en donde entre protestantes y católicos lavaron
en sangre a toda la sociedad buscando imponer sus propias convicciones. No es posible la
convivencia pacífica si no hay lugar a la tolerancia. El respeto se constituye en una instancia
necesaria para el reconocimiento de las ideas, creencias e ideologías de los demás, así como
los demás reconocen las que yo ostento.
Es por esto que el laicismo tiene por objeto garantizar y proteger la libertad de creencias y
prácticas religiosas de todos los ciudadanos, puesto que no se trata de recortar las libertades
religiosas, se trata de asegurar que las libertades de pensamiento y la conciencia se apliquen
por igual a todos los creyentes y no creyentes. Piensen en esta pregunta: ¿qué sucedería en
un Estado dominado por una única religión con las personas que no compartieran dicho
conjunto de creencias? El estado laico en pro de la defensa de la igualdad, del respeto y de la
convivencia democrática, busca no solo respetar las creencias de unos y otros, sino a la vez
abrir espacios para que convivan minorías con las mayorías e incluso para quienes no crean
puedan encontrar un lugar dentro de la sociedad.
Así, el secularismo, que es el fundamento del estado laico, busca defender la absoluta libertad de
creencias religiosas para coexistir entre ellas sin una mutua interferencia, pero a la vez busca
proteger el derecho a que las creencias religiosas se manifiesten en la medida en que no incidan
sobre los derechos y las libertades de los demás. Literalmente, el secularismo consiste en que no
tenemos argumento alguno para afirmar la existencia de Dios, pero tampoco para negarlo; luego, a
diferencia del ateísmo que sí niega la existencia de Dios, el secularismo es respetuoso con las
múltiples creencias y solo exige de ellas ese mismo respeto de ellas hacia las demás.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 9
La laicidad garantiza que el derecho de las personas a la libertad de la religión siempre
se equilibra con el derecho a ser libres de religión y también otorgar las garantías para
los no creyentes.
La no discriminación implica que, sin importar las creencias religiosas o las convicciones
filosóficas o ideológicas, todos los ciudadanos tienen igualdad de acceso a los servicios
públicos estatales, como la salud pública, los servicios de seguridad, la educación, etc. La
prestación de estos servicios públicos debe ser secular, es decir, que nadie está en ventaja
o desventaja en el acceso a estos servicios por motivos de creencias.
Como lo señalamos ya, en una sociedad secular o en un estado laico, las personas religiosas
tienen derecho a expresar sus creencias públicamente, pero también tienen todo el derecho a
expresarse quienes racionalmente pueden oponerse o cuestionar esas creencias. En una
sociedad secular no puede haber lugar a dogmas intocables. Las creencias religiosas, ideas y
organizaciones no deben tener una protección privilegiada. En una democracia, todas las ideas
y creencias deben estar abiertas a la discusión.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 10
Asimismo, el estado laico implica que las leyes, los derechos y las decisiones públicas no
deben estar sujetos a la religión establecida, así sea una religión o creencias que tiene la
mayoría. Todo el mundo es igual ante la ley, independientemente de su religión, creencia o no
creencia. Los procesos judiciales no pueden ser reemplazados por códigos religiosos, no hay
lugar a que la ley civil sea reemplazada por mandatos religiosos. La religión o las religiones no
juegan ningún papel en el estado de manera directa.
En este tema hay que ser enfáticos. La Biblia o los textos sagrados, sean los que sean, tienen
un valor cultural significativo, sin embargo, no son fuente directa de ley civil en el Estado laico.
El Estado es soberano pues predomina su Ley por encima de cualquier decálogo o ley
religiosa. Las leyes y principios religiosos son válidos en la medida que puedan hacer parte del
debate público racional, de otra manera no hay porque sostener su valor a priori. Si lo
pensamos de otra manera, recaeríamos en lo que hoy sustenta a lo que se denomina el
“Estado Islámico” un orden social y político que se funda en el Islam, que ha tomado a las
escrituras sagradas como fuente de derecho; radicalismo puro.
El Estado laico no debe ser entendido de ninguna manera como una institución antirreligiosa
o anticlerical. Es gracias al estado laico que se da garantías a las libertades religiosas y se
hace posible la convivencia pacífica entre diversos credos en una sociedad. Pero como
hemos señalado, la religión y las creencias pertenecen a la esfera privada de cada individuo,
por eso ni el estado, ni los partidos políticos, ni la sociedad, puede legítimamente luchar
contra las creencias que son enteramente personales. La verdadera lucha debe darse en pro
de la mutua tolerancia, comprensión y convivencia pacífica. El estado laico en defensa de la
democracia debería abrirse a los distintos discursos y credos de las distintas religiones y
creencias siempre y cuando se traduzcan sus demandas en un lenguaje público accesible
incluso para el no creyente. Pero desde ninguna perspectiva el estado debe luchar por hacer
realidad los propósitos de alguna religión o creencia, así ésta sea de la mayoría de la
población. El estado debe trabajar y luchar es por dar garantías a los intereses públicos, sin
que esto entre en detrimento de las minorías.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 11
Referencias
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Naciones Unidas. (1948). La declaración universal de los Derechos Humanos. Recuperado de:
http://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/
Bibliografía
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Cepeda, M. (2012). Las Democracias, entre el Derecho Constitucional y la política. Bogotá, D.C:
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Chevallier, J. (2013). Los grandes textos políticos desde Maquiavelo hasta nuestros días.
México: Aguilar.
Naranjo Mesa, V. (2005). Teoría constitucional e Instituciones Políticas. Bogotá, D.C: Temis
Rodríguez, L. (2008). Estructura del poder público en Colombia. Bogotá, D.C: Temis
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 12
INFORMACIÓN TÉCNICA
13
ESTADO LAICO E INTEGRACIÓN EN LA
PERSPECTIVA CONSTITUCIONAL*
Francesco Rimoli**
I. La contingencia
H oy, mucho más que en pasado, la Laicidad es un término con mu-chos sentidos,
rico de significados complejos y de intención semán-tica. Antiguamente, definido en
su distinción del clericus, el laico es el que sabe comenzar toda búsqueda de sentido,
desde las preguntas, sin llegar a conocer (mucho menos a priori ) respuestas que no
sean provisorias. Esto significa que el laico sabe que, en la mejor de las hi-pótesis, a
través de la investigación personal y sobre todo con el diálo-go, es posible alcanzar
verdades efímeras, resultados provisionales, en los que la únicas certezas son la duda
y la necesidad de continuar con la investigación. Y, en esto, tal vez, queda un eco de
la distinción ori-ginaria, pero parcialmente invertida: se podría decir que el clérigo (si
prescindimos de su pertenencia formal a una organización eclesiástica) es el que parte
de respuestas, reveladas o heterónomas, para cuya justi-
1
ficación se plantea preguntas.
Surge de inmediato un rasgo de la laicidad que con frecuencia queda oculto en el uso
corriente del concepto: incluso antes de ser un concep-to jurídico-institucional o un dato
político-cultural, la laicidad puede estar referida a una condición existencial,
ideológicamente y psicoló-gicamente definida en el plano individual, que encuentra su
proyección ética en el relativismo axiológico, y su expresión política más coheren-
← Este trabajo fue publicado por la Revista italiana Parolechiave, núm. 33, 2005, pp. 207-
OO. Agradecemos a los editores la autorización para publicar el texto en castellano. Trad. Pedro Salazar
Ugarte.
← Universidad de Teramo, Italia.
cc Sobre la laicidad como valor estrechamente relacionado con la virtud del diálogo, cfr. G. Calogero,
Filosofia del dialogo (selección de artículos), Comunitá, Milán, 1962. Calogero po-nía el laicismo filosófico no
como una “defensa del Estado ante la invasión de las iglesias”, sino como “defensa de cada hombre ante la invasión
de los malos Estados y de las malas Iglesias” (ivi, p. 125). El tema de una sociedad laica y dialogante, que no puede
solo tolerar, sino que tam-bién debe integrar, es retomado por S. Rodotà, “Alla recerca della laicitá perduta”, en
MocroMega, 2000, 4, pp. 52 ss.
ISONOMÍA No. 24 / Abril 2006
52 FRANCESCO RIMOLI
←
Sobre este punto, G. E. Rusconi, Come se Dio non ci fosse. I laici, i cattolici e la
democra-cia, Einaudi, Torino, 2000, especialmente las páginas 153 y siguientes. La mejor
exposición del nexo entre relativismo y democracia sigue siendo la de H. Kelsen, Absolutismo
e relativismo nella filosofia e nella politica (1948), trad. It., en Id. La democracia (ensayos
1922-1956), V ed., Il Mulino, Bologna, 1984, pp. 441 y ss.
←
Se aceptado el envío a F. Rimoli, Laicità (dir. Const.), en Enciclopedia Giuridica, XVIII,
Istituto Enciclopedia Italiana –G. Treccani, Roma 1995; pero también a C. Cardia, Statu laico,
en Enciclopedia del diritto, XLIII, Giuffrè, Milán, 1990, pp. 874 ss., y a V. Zanone, Laicismo
en Dizionario di politica, coordinado por N. Bobbio, N. Matteucci, G. Pasquino, II ed., Tea,
Turín 1990, pp. 547 ss. Sobre el tema de la libertad de conciencia, G. Di Cosimo, Conscienza e
Costituzione. I limiti del diritto di fronte ai convincimenti interiori della persona, Giuffrè,
Milán, 2000, especialmente, pp. 67 y ss. Hoy el tema es de gran actualidad, también en el
debate no aca-démico: se vean las intervenciones reunidas en el volumen Dibattito sul
laicismo, editado por E. Scalfari, Ed. L’Espresso, Roma 2005.
← Es verdad que no tiene sentido hablar de un principio (y eventualmente de una obligación) de laicidad sino se hace
referencial al Estado, dejando obviamente la esfera del individuo total-mente relegada, en una perspectiva liberal, a su elección
ética, como señalba hace algunos años L. Guerzoni, “Note preliminari per uno studio della laicità dello Statu sotto il profilo
giuridico”, en Archivio giuridico, 1967, pp. 61 y ss. (pero especialmente en la 64). Pero una perspectiva pluridimensional no
puede ignorar la íntima conexión entre los niveles que se han evidenciado, so pena de la incomprensión de la relación entre
autoridad y libertad, que particularmente en este ámbito conoce muchos matices (piénsese, solamente, a los problemas
planteados por el uso de indumentarias simbólicas por parte de maestros de escuelas públicas: sobre este punto, cfr. E. Olivito,
“Laicità e simboli religiosi nella sfera pubblica: esperienze a confronto”, en Diritto Pubblico, 2004, 2, pp. 569, ss.
ESTADO LAICO E INTEGRACIÓN EN LA PERSPECTIVA CONSTITUCIONAL 53
5. Las dos críticas provienen sobre todo del frente católico: por lo que hace al magisterio,
véase la encíclica Fides et ratio (14 de septiembre de 1998), punto 5 de la introducción, en dónde se
afirma que “la filosofía moderna, olvidándose de orientar sus investigaciones sobre el ser, ha
concentrado su búsqueda en el conocimiento humano (…). De ello han derivado diferentes for-mas
de agnosticismo y de relativismo, que han conducido a la investigación filosófica a perderse en las
arenas movedizas de un escepticismo general. Recientemente, además, han adquirido re-levancia
diferentes doctrinas que tienen a devaluar las verdades que el hombre creía haber en-contrado. La
legítima pluralidad de posiciones ha cedido su lugar a un pluralismo indiferenciado, fundado sobre la
idea de que todas las posiciones se equivalen: este es uno de los síntomas más difundidos de la
desconfianza en la verdad que se verifica eb el contexto contemporáneo (…) Con falsa modestia nos
conformamos con verdades parciales y provisorias, sin intentar plantear preguntas radicales sobre el
sentido y el fundamento último de la vida humana, personal y so-cial”: palabras clarísimas, que
condenan sin cuartel a la ética laica antes descrita.
6. Porque la ética del laicismo es precisamente en esto “la más estable e incondicional
de to-das las morales posibles”, y la “más universal”, porque es la única que “puede de verdad
asegu-rar la coexistencia de los hombres en esa “casa común”, en esa “casa de todos” (…) que
es la casa en la que ninguno debe sentirse como extranjero, como habitante no de pleno
derecho, in-cluso cuando ninguno comparte su fe”: así, Calogero, Filosofia del dialogo, cit., p.
284. Y el pluralismo, además, caracterizado por una sociedad rica de cross-cutting cleavages,
se basa en la tolerancia, cree en la diversidad y la respeta, pero opera para la integración y,
finalmente, por una unidad consensual del tejido social, en el que cada uno cede algo de sí,
contracambiando lo que obtiene de la comunidad pluralista: sobre el punto, cfr. G. Sartori,
Pluralismo, multicultu-ralismo e estranei. Saggio sulla societá multietnica, II ed., Rizzoli,
Milán, 2002, pp. 45 ss.
54 FRANCESCO RIMOLI
5. Sobre la historia de las relaciones entre poder civil y eclesiástico, véase el amplio
cuadro elaborado por C. Marongiu Buonaiuti, Chiese e Statu. Dall’età dell’illuministo alla
Prima gue-rra mondiale, NIS, Roma, 1994.
Por otra parte, como bien ha señalado el mismo Calogero, “las razones del laicismo no son menos robustas –de
6.
hecho, son, en rigor, incomparablemente más robustas- que las que sostie-nen las fe de sus opositores. De hecho, solo el
laicismo, posee esa universalidad y completitud, que cada una de esas fe desea para sí” ( Filosofia del dialogo, cit., p. 282); y la
“universalidad y completitud de cada fe en lo singular es siempre limitada, en comparación con la universalidad y completitud
de la regla de esta relación (scil. De diálogo), que ninguno puede pretender dero-gar nunca. Todo puede ser discutido, salvo el
derecho a discutir, ya que no se puede someter a discusión sin reafirmarlo. Aquí radica la suprema autoridad del principio del
laicismo” (ivi, p. 285). Sin embargo, también es verdad que la “cultura “laica” ha heredado de su formidable ini-cio –esto es de
pensadores como Nietzche, Gentile y otros, y sobre todo de Leopardo- una poten-cia conceptual extraordinaria”, fundada en la
idea del devenir, que implica “necesariamente la inexistencia de todo Dios eterno”; pero “no ha sabido empuñar y extender el
arco de esta poten-cia, no ha entendido su invencibilidad, por lo que vive como si careciera de ella. Hija imbele de una poderosa
procreación”: en este sentido, E. Severino, Naceré. E altri problema della conscienza religiosa, Rizzoli, Milán, 2005, pp. 43-44.
ESTADO LAICO E INTEGRACIÓN EN LA PERSPECTIVA CONSTITUCIONAL 55
←
Sobre el tema, entre una inmensa literatura, pueden consultarse las aportaciones recientes
de C. Cardia, Genesi dei diritti umani, Giappichelli, Turín, 2003; V. Ferrone, Chiesa católica e
modernità. La scoperta dei diritti dell’uomo dopo l’esperienza dei totalitarismi, en F. Bolgiani,
V. Ferrone, F. Margiotta Broglio (editores), Chiesa católica e modernià. Tai del convengo della
Fondazione Michele Pellegrino, Il Mulino, Bologna, 2004, pp. 17 y ss. El tema de la naturaleza
de los derechos fundamentales es debatido por diferentes autores en el libro de L. Ferrajoli,
Diritti fondamentali. Un dibattito teorico, editado por E. Vitale, II ed., Laterza, Roma-Bari,
2002; una reflexión ulterior en F. Rimoli, Univerzalizzazione dei diritti fondamentali e
globalismo giuridico: qualche considerazione critica, en Studi in onore di G. Ferrara, III,
Giappichelli, Turín, 2005, pp. 321 y ss.
←
Al propósito, se puede consultar el documento Memoria e riconciliazione: la Chiesa e le colpe
del passato, editado por la Comisión teológica internacional, Edizioni paoline, Roma, 2000.
←
Darle a César lo que era suyo, haciendo lo mismo con Dios, más bien parece, en el contex-to de
la narración evangélica, una elección necesaria para permitir que el nuevo credo sobrevi-viera en un
contexto como el imperial: no casualmente Jesús advierte de inmediato la indidia presente en la
exigencia que le hicieron los fariseos, y responde con cautela extrema: la referncia
56 FRANCESCO RIMOLI
está en el conocido pasaje de Mc., 12, 12-17. Pero todo ello no vale para fundamentar las escri-
turas en un principio de laicidad, que es fruto de la modernidad y de las tesis ilustradas (sobre
este punto, cfr., G. Miccoli, Sulla inutilitá della rivendicazione di certe primogenitura, en
Chiesa católica e modernità, cit., pp. 168 y ss.), Si bien la Iglesia católica se ve a sí misma y a
la comu-nidad política como dos entidades que “si bien expresándose las dos con estructuras
organizativas visibles, son de naturaleza diferente tanto por su configuración como por la
finalidad que persi-guen”, siendo en el propio campo “independientes y autónomas una
respecto de la otra”, sin que ello implique una “separación que excluya su colaboración”. Ello
presupone el reconocimiento jurídico de la identidad de la Iglesia, y el respeto de “formas
estables de relaciones e instrumen-tos idóneos para garantizar relaciones armónicas”, que nacen
de la experiencia jurídica de la Iglesia y del Estado: así el Pontificio Consejo de la justicia y de
la paz en el reciente Compendio della doctrina sociale della Chiesa, Parte II, cap. VIII, Par. VI
B, nn. 424-7. Libreria editrice vaticana, Città del Vaticano 2004, pp. 230 y ss.; pero ya la
Constitución past. Gaudium et spes (7 diciem-bre 1965), 76.
←
En este sentido G. Vattimo, Credere di credere. É possibile essere cristiani nonostante la
Chiesa?, II ed., Garzanti, Milán, 1999 ; Id., Dopo la cristianità. Per un cristianesimo non reli-
gioso, Garzanti, Milán, 2002.
← En este sentido, R. Rorty, Anticlericalismo e teismo (2002), ahora en R. Rorty, G. Vattimo, Il futuro della
religione.Solidarietà, carità, ironia, editado por S. Zabala, Garzanti, Milán, 2005, pp. 33 y ss. (citas en las pp. 37 y 57); sobre la
caritas como verdad del amor, “única verdad que la Escritura nos revela”, y que “no puede sufrir ninguna delimitación –porque no es
un enuncia– do experimental, lógico, metafísico, sino que es un llamado práctico”, insiste G. Vattimo, L’età dell’interpretazione
(2003), ivi, pp. 47 y ss. (cita en la p. 53); la referencia es a otro famoso pa-saje evangélico, la primera carta de Pablo a los Corintios (i
discorso (recopilación de ensayos, 1983), trad. it. Laterza Roma-Bari 1993, especialmente pp. 49 ss., el tema de la
reversibilidad de las decisio-nes es de N. Luhmann, Complejidad y democracia (1996), trad. it., en Id., Stato di diritto e sis-
tema sociale, II ed., Guida, Nápoles, 1990, pp. 63 y ss., así como en Id., La differenziazione del diritto (1981), trad. it., Il
Mulino, Bolonia 1990, pp. 343 y ss. La compleja teoría de la democra-cia comunicativa formulada por Habermas conserva
algunos rasgos cognotivistas que no son del todo compatibles con los presupuestos relativistas del pluralismo, además de tener
orientarse hacia un acuerdo entre los actores que, en el campo religioso, es poco realista: sobre el tema, cfr. Rimoli, Pluralismo
e valori, cit., pp. 77 y ss.
ESTADO LAICO E INTEGRACIÓN EN LA PERSPECTIVA CONSTITUCIONAL 59
2. El dato constitucional
23 Según A. C. Jemolo, Chiesa e Stato in Italia dalla unificazione agli anni Settanta,
Einaudi, Turín, 1007, pp. 294 ss., en la Asamblea constituyente, acerca de la norma que quedó
incorpora-da en el artículo 7 “quedó ampliamente difundida la impresión de que la democrazia
cristiana debía cumplir con una orden que provenía desde lo alto” (ivi., 295); por otro lado,
Togliatti afir-mó que los diputados comunistas votaron la disposición porque la clase obrera no
quería “una escisión por razones religiosas”.
24 Fue comprensiblemente demasiado drástico el juicio formulado en esos años por Silón,
para el cual el acuerdo entre el fascismo y el Vaticano no era un “hecho aislado, ni un evento casual,
y ni siquiera el golpe de mano de un papa o de un cardenal”; representado, en cambio, “el punto
culmine de toda la historia de la Iglesia, la conclusión de un proceso secular” seguida por la
bendición del fascismo como “régimen querido por la Providencia” y de una estrecha alianza entre
poder eclesiástico y estructuras del Estado totalitario” (Silone, Il fascismo. Origini e sviluppo (I, ed.,
en lengua alemana, 1934), Mondatori, Milán, 2002 (pp. 225-226). Sin embargo, es cierto que, si
poder abordar en este espacio el delicado tema de la relación entre la Iglesia católica y regímenes
totalitarios (un concordato fue establecido también con la Alemania de Hitler el 20 de julio de 1933),
el modelo concordatorio que se adoptó en Italia en aquel contexto es uno de los hijos más longevos
del régimen fascista. Sobre la compleja relación entre católicos y fascismo, Jemolo, Chiesa e Stato in
Italia dalla unificazione agli anni Settanta, cit., pp. 183 y ss.
Los pactos, además, contenían normas que contravenían la nueva constitución, y su men-ción tuvo lugar en la
25
Carta por las presiones ejercidas sobre los diputados democristianos por parte de las jerarquías vaticanas y por la Acción
católica: sobre el punto, cfr., Verucci, La chiesa católica in Italia dalla unitá a oggi, Laterza, Roma-Bari 1999, pp. 73 y ss.
Además el propio artículo 7, representa una clara derogación del principio de igualdad entre las confesiones reli-giosas, e
instituye un neto privilegio a favor de la católica (hasta llegar al punto de que algunos consideren que Italia no pueda definirse
como un Estado laico, y que las múltiples ingerencias del Vaticano en la política italiana sean, en el fondo, legítimas: sobre este
punto, Severino, Naceré, cit., pp. 63 y ss.
ESTADO LAICO E INTEGRACIÓN EN LA PERSPECTIVA CONSTITUCIONAL 61
25Y, sin embargo, sigue ofreciendo menores garantías a las religiones diferentes de la católi-ca,
estableciendo que éstas pueden organizarse “según sus propios estatutos, en la medida en la que no
entren en contradicción con el ordenamiento jurídico italiano” y que sus relaciones con el estado se
regulan por “leyes, sobre la base de acuerdos con las representaciones correspondien-tes”. Entre
estos, el acuerdo con la Mesa valdese (ley del 11 de agosto de 1984, n. 449, integrada por la ley del 5
de octubre de 1993, n. 409), con la Unión de las Comunidades Judías italianas (ley del 8 de marzo de
1989, n. 101), con la iglesia luterana evangélica italiana (ley del 29 de noviembre de 1995, n. 520),
con la Unión italiana de las iglesias cristianas aventistas del 7º día (ley del 20 de noviembre de 1996,
n. 637). Queda pendiente de resolución el tema del acuerdo con las Comunidades islámicas, que por
su naturaleza acéntrica complican la celebración de un acuerdo y sigue pendiente la emisión de un
acuerdo para las iglesias que no cuentan con un acuerdo que supere la vigencia de los “cultos
admitidos”, contenida en la ley del 24 de junio de 1929, n. 1159 y del 28 de febrero de 1930, n. 231).
Al propósito véase el reciente texto de M. Parisi, Promozione della persona umana e pluralismo
partecipativo: riflessioni sulla legislazione negoziata con le confesión religiose nella strategia
costituzionale di integrazione delle differenze, en “Il diritto ecclesiastico”, 2004, 2, pp. 389 y ss.;
sobre estos temas, también se puede consultar A. Guazzarotti, Giudici e minoranze religiose, Giuffré,
Milán, 2001, pp. II y ss. Toda la materia de las relaciones entre la República y las confesiones
religiosas es objeto de potestades legisla-tivas exclusivas del Estado, incluso después de la reforma
constitucional del 2001: así el artícu-lo 117, 2, c), constitucional.
26La sentencia n. 203/89 puede leerse en “Jurisprudencia constitucional”, 1989, I, pp. 899 y ss.,
más adelante la jurisprudencia en materia de laicidad se ha enriquecido notablemente, no sin algunas
oscilaciones interpretativas y aplicativas: véanse las sentencias nn. 13/91, 290/92, 440/ 95, 334/96,
235/97, 329/97, 508/00, 168/05, así como la ordenanza n. 389/04. También puede consultarse al
respecto: Olivito, Laicitá e simboli religiosi nella sfera pubblica, cit., pp. 549 ss.
27 Así la sentencia n. 235/97, en Jurisprudencia constitucional, 1997, pp. 2240 y ss.
62 FRANCESCO RIMOLI
28
ción respecto de todas las confesiones religiosas”. Aunque ha sido
fuer-temente evolutiva, la jurisprudencia de la Corte ha dejado
abiertas in-certidumbres significativas cada vez que la decisión puede
incidir so-bre intereses concretos de la Iglesia católica: así, por
29
ejemplo, en materia de enseñanza de la religión católica, o, de
reciente, sobre la exposi-ción del crucifijo en las aulas escolares de las
30
instituciones públicas. Por otro lado, el mismo principio ha influido,
con resultados diferen-tes, en decisiones importantes del Consejo de
31
Estado y de la Corte de casación.
La situación italiana actual, caracterizada desde hace algunos años, al
menos en el plano legislativo, por un neto favor institucional hacia la
religión mayoritaria, parece poco propicia para una progresiva reali-
zación del principio afirmado (en línea abstracta) por el juez constitu-
cional. Y esto sucede justo en el momento en el que la creciente hete-
rogeneidad producida por el fenómeno de la inmigración y por la propia
globalización (en sus más diversos aspectos) impondría la adopción de
una directriz extremamente inclusiva en el plano de las políticas socia-les
y una, igualmente amplia, acepción de la laicidad. Más bien, el con-
28 En este sentido, la sentencia n. 329/97, ivi, pp. 3340 y ss; también la sentencia n.
508/00, ivi, 2000, pp. 3968 y ss.
29 Sobre el punto, entre otras, la sentencia citada n. 203/89 que no ha querido excluir la
hora de religión en el horario curricular, dejando un estatuto de no-obligación para los alumnos
(en esta misma dirección, cfr., las sentencias 13/91 y 290/92: sobre la primera decisión, F.
Rimoli, “Alcune consideración sull’insegnamento della religione católica alla luce del principio
di laicitá dello Stato”, en Jurisprudencia constitucional, 1991, pp. 2504 y ss.).
30Sobre el punto la ord. N. 389/04, en Jurisprudencia constitucional, 2004, que ha (por lo
demás de manera correcta, al menos desde el punto de vista formal) declinado la competencia
de la Corte para juzgar normas secundarias (de época fascista) que todavía imponen la
exposición del símbolo religioso en las aulas escolares; a este punto ha hecho posterior
referencia la senten-cia del TAR Véneto, III sez., n. 1110 del 22 de marzo de 2005, que ha
confirmado la legitimidad de la exposición del crucifijo en las aulas (véase en
www.associazione-deicostituzionalisti.it, con nota de G. D’Alberto, Il crocifisso resta in aula).
Veáse el punto de vista del Consiglio di Stato, 27 de abril de 1988, n. 63, en Quaderni di diritto e política eclesiástica,
31
1989, I, pp. 197 y ss., sobre la exposición del crucifijo en las aulas escolares, considerada no lesiva de la libertad para los no creyentes
y los no cristianos, porque el crucifijo sería un “símbolo de la civilidad y de la cultura cristiana, en su raíz histórica, como valor
universal, independientemente de la confesión religiosa de cada cual”; en sentido muy di-ferente tenemos la decisión de Cass. Pen.,
sez. IV, I, marzo 2000, n. 349, en Jurisprudencia constitucional, 2000, pp. 1121 y ss., que legitima el rechazo opuesto por el
escrutador de las ca-sillas electorales en las que se exhibe el crucifijo, cuyo carácter evocativo de un contenido de fe podría
representar un condicionamiento objetivo de las decisiones electorales. Sobre estos temas, Olivito, Laicitá e simboli religiosi nella
retomando la función integradora del primero y, del segundo, los riesgos separatistas y desinte-
grantes: porque “el pluralismo se despliega como una sociedad abierta, caracterizada por perte-
nencias múltiples, mientras el multiculturalismo se configura como el desmembramiento de la
comunidad pluralista en subsistemas de comunidades cerradas y homogéneas” (ivi., p. III). A
este propósito es significativa una afirmación de la Comisión Stasi, según la cual, “el término
‘ciu-dad’, que se encuentra al origen del término ‘ciudadano’, se ha convertido en la
encarnación de la pérdida de sentido por parte del ciudadano: en el territorio francés existen
ghettos”; es decir, está favorecido por formas de “extremismo comunitario” debido a la mala
gestión de la vida social (puntos 4.1.2 y 4.1.2.1).
El tema ha sido afrontado por Ch. Taylor, La politica del riconoscimento (1992), en J. Habermas, Ch. Taylor,
37
Multiculturalismo. Lotte per il riconoscimento (ensayos 1992-1996), trad. it., Feltrinelli, Milán, 1998, pp. 9 y ss., así como por
A. Honneth, Lotta per il riconoscimento. Proposte per un’etica del conflitto (1992), trad. it., Il Saggiatore, Milán, 2002, así
como la con-traposición (no resuelta) entre moralidad liberal y patriotismo expresada por A. MacIntyre, Il pa-triotismo è una
virtú? (1984), trad. it., en A. Ferrara (editor), Comunitarismo e liberalismo, Editori Riuniti, Roma 2000, pp. 55 y ss.; Sartori,
Pluralismo, multiculturalismo e estranei, cit., pp. 107 y ss., propugna por un “interculturalismo” como descendencia legítima
del pluralismo que sería negado por el multiculturalismo.
ESTADO LAICO E INTEGRACIÓN EN LA PERSPECTIVA CONSTITUCIONAL 65
co. A la par del aspecto religioso, el modelo laico puede (y debe) in-
fluir en las elecciones de todo sector en el que la dimensión valorativa
sea preeminente: en los campos cultural, artístico, científico y en todo
lo que deriva de ellos. Con una diferencia fundamental respecto de
todo modelo religioso: no puede existir una “religión laica”, porque no
po-dría adoptar contenidos absolutos, ya que encuentra consistencia
en la inclusión (no en la exclusión) de toda verdad posible y en toda
acción orientada a garantizar la permanencia del carácter inclusivo del
siste-ma. El Estado laico no puede, entonces, optar por contenidos
determi-nados, y tiene que mantenerse como una forma capaz de
abarcar al máximo número de instancias posibles provenientes de la
sociedad: actúa, en todo caso, como límite a la expansión transgresiva
de una ins-tancia sobre las otras, no como soporte de dicha trasgresión
y, por ende, como reequilibrador, neutral pero activo, de las
desigualdades sustan-ciales presentes en las dinámicas concretas de la
evolución social y política.
Naturalmente, y para calarse en un contexto un poco más concreto, al
poder político le sigue correspondiendo una tarea elemental, íntima-
mente vinculada con las funciones primarias de la institución estatal y del
propio fenómeno jurídico: más allá de las opciones singulares, una de las
precondiciones esenciales para la expresión de las propias opcio-nes, es
la tutela de la convivencia pacífica, garantizada ante las agre-siones
internas o externas. Los dramáticos acontecimientos con los que ha
iniciado el milenio, desde los atentados de Nueva York, de Madrid y de
Londres, hasta aquellos, diferentes en contexto pero no menos gra-ves, de
Belsan, otorgan una enorme relevancia al problema del diálogo y de la
convivencia, tanto en la dimensión global como en la local: la respuesta
no puede ser sólo aquella, por desgracia cada vez más frecuen-te, de la
limitación de las libertades individuales, del uso de instrumen-tos de
investigación ilícitos y ocultos o, en el extremo, de intervencio-nes
militares en contra de una serie de Estados arbitrariamente identificados
como rogue states por las potencias hegemónicas, siguien-do la lógica de
una ideología hiperoccidentalizante, también funda-mentalista, como la
de muchos teocons (ala religiosa del área neoconser-vadora) presente en
38
el actual establishment estadounidense. De esta
38Sobre el tema, entre muchos, se puede consultar un trabajo escrito antes de la guerra en
Irak de N. Chomsky, Egemonia americana e stati “fuori legge” (2000), trad. it., Dedalo, Bari,
66 FRANCESCO RIMOLI
4. El reto multiétnico
tienen una larga tradición en las ciudades norte-americanas. Sin embargo, “el aislamiento y la marginación el inmigrante
islámico son especial-mente agudos”, y una “fe particularmente pública, particularmente colectiva” como la de los musulmanes
refuerza el sentido comunitario, alimentado por la vida de las mesquitas (ivi, pp. 130-31). El universo islámico es ciertamente
muy complejo, y merecen llamar nuestra atención las tendencias moderadas que surgen en su interior: sin embargo, es un hecho
que, en su versión ortodoxa, la concepción teocrática del Islam se coloca en neta antítesis con la idea de la laicidad del Estado
(la experiencia turca constituye una excepción: sobre este punto, véase, A. Bausani, L’Islam, Garzanti, Milán, 1999;
especialmente pp. 37 y ss, y 172 ss; sobre las diferentes escue-las de interpretación de las cuatro fuentes de la sharj’a islámica,
Corán, Sunna, analogía, con-senso de los doctos, A. M. Di Nola, L’Islam. Storia e segreti di una civilistá, Newton & Compton,
42
nas fe o con la circuncisión impuesta por el credo judío. Esto también
debería auspiciar una sustancial abstención del Estado laico hacia el
fenómeno religioso que, en perspectiva, no debe entenderse como una
devaluación social y cultural del mismo, sino como su asimilación a las
otras manifestaciones de lo humano que, con igual dignidad, emergen de
las instancias heterogéneas de tejidos sociales cada vez más comple-jos,
43
sin justificar tutelas particulares: el factor religioso, históricamen-te, ha
sido elemento de una fuerte cohesión comunitaria, pero también
devastador momento de conflicto, intento de prevaricación de cada
comunidad sobre las otras, así como instrumento de adquisición y con-
solidación de identidades, individuales y colectivas.
El reconocimiento del Estado laico y pluralista debe ser, sobre todo,
reconocimiento (y generación) de afinidades, y no de diversidades. Es
integrador precisamente porque sabe arrinconar lo que divide para po-ner
en evidencia y cultivar lo que une: por eso no puede hacer propias
opciones éticas exclusivas ni favorecer a sujetos que conviertan su pro-
42El uso del chador o del burqa, por ejemplo, hacen que la persona sea irreconocible, impi-
diendo controles de visu o documentales y violando el artículo 85 del r.d. n. 773 del 1931 (TULPS) y
el artículo 5 de la ley n. 152 de 1975. La cuestión de la legalidad del uso de velos por parte de
profesores de escuelas públicas fue resuelta en sentido decididamente negativo en Francia, en Suiza y
por la Comisión europea de los derechos del hombre; en sentido positivo en Alemania: véanse las
decisiones citadas por Olivito, Laicitá e simboli religiosi nella sfera pubblica, cit., pp. 565 ss., y, para
Francia, el informe de la Comisión Stasi, punto 4.2.2.1 (pp. 72 ss de la ed. Citada). Para los
estudiantes, el artículo 1 de la ley francesa n. 2004-228 del 15 de marzo de 2004 (inser-tado como
artículo 141-5-I, en el código de educación) establece que “Dans les écoles, les colléges et les lycées
publiques, le port des signes ou tenues par lesquels les éléves manifestent ostensible-ment une
appartenance religieuse est interdit”. Es obvio que, más allá del caso extremo de una ostentación
provocadora, el valor concreto que adopta el símbolo es diferente si lo utiliza un alum-no o el
profesor que, en cuanto tal, cuenta con el mayor efecto de autoridad que proviene de su función.
Sobre el velo islámico en general también se ha pronunciado la Comisión europea de los derechos del
hombre (Karaduman c. Turquía, 3 de mayo 1993), negando que la prohibición del uso del velo en las
fotografías para documentos viole la libertad religiosa: sobre la decisión M. Belgiorno De Stefano,
Foulard islamico e corte europea dei diritti dell’uomo (modello laico e modelli religiosi in genere di
fronte alla libertà di coscienza e di religione), en “Nomos”, 9/ 2001, pp. 73 ss. Sobre la práctica de
mutilación de los genitales femeninos propia de algunas religiones africanas y de algunas islámicas,
Guazzarotti, Giudici e minoranze religiose, cit., pp. 226 y ss., quien, por cierto, la considera “no
intolerable”.
En este sentido es significativa la jurisprudencia constitucional en materia de tutela penal del sentimiento religioso, que ha
43
llevado, no sin ambigüedades relevantes, a la remoción de al-gunas normas incriminadoras de comportamientos antirreligiosos, como
la blasfemia o el vili-pendio de la religión católica (sentencias nn. 508/00 y 168/05): sobre el tema, aunque con visiones diferentes a
las que he sostenido, véase el trabajo de E. Di Salvatore, “Il sentimento religioso nella giurisprudenza costituzionale”, en
pp. 18 y ss. Conservando la libertad religiosa que ya está contemplada en la Carta de los dere-
chos fundamentales de la Unión, como sea, el texto del Tratado de la convención no incluyó re-
ferencias vinculantes: solo la referencia a las “herencias culturales, religiosas y humanistas de
Europa”, en el Preámbulo; la libertad religiosa ya mencionada (Art. II-70), y el Art. I-52, sobre
el respeto al status previsto en las legislaciones nacionales para las Iglesias y las asociaciones o
comunidades religiosas de los Estados miembros. Pero el fuerte freno que el proceso de
constitucionalización ha sufrido con los resultados de los referéndum en Francia y en Holanda
ha dejado abierta la cuestión y probablemente será objeto de una revisión futura del Tratado
mismo (que en esta versión desagrada a la Iglesia católica y, por otros motivos, a los estados
Unidos). También son previsibles nuevas presiones sobre los temas religiosos en detrimento de
la laicidad de la Unión.
46
Según un modelo que se debe considerar totalmente autónomo y peculiar, afianzado al ejem-plo
norteamericano, que muchos consideran en franca decadencia: sobre el tema, cfr., el conoci-
ESTADO LAICO E INTEGRACIÓN EN LA PERSPECTIVA CONSTITUCIONAL 73
Unidad 2 / Escenario 4
Lectura Fundamental
La Constitución
colombiana de 1991, la
libertad y la autonomía
Contenido
Palabras clave:
Libertad, límite, libertad individual, autonomía.
1. Libertad individual y autonomía
Efectivamente, en el pasado las distintas sociedades lucharon contra antiguas tiranías, como
cuando se daba el gobierno de uno solo (una monarquía) o de unos pocos (una aristocracia). Antes
de que los distintos pueblos asumieran democráticamente la dirección de sus propios destinos a
través de los distintos mecanismos democráticos, estuvieron sometidos a distintas tiranías que
imponían su voluntad sobre la voluntad popular. Pero hoy en contextos democráticos, cuando la
posibilidad de una tiranía ha desaparecido, la principal preocupación que surge es respecto a la
defensa de la libertad individual, sobre todo cuando las decisiones gubernamentales respaldadas en
el principio de la mayoría van en contra de las libertades de las minorías. Es decir, en la actualidad
las mayorías pueden, bajo criterios democráticos, imponerse por encima del individuo, restringiendo
su libertad y su autonomía. Un ejemplo evidente de esta situación puede ser el siguiente. Imaginen
que las mayorías en una población específica tienen unas particulares preferencias gastronómicas,
son vegetarianos. Quizás bajo el argumento de que son la mayoría pueden democráticamente
exigirles a todos los individuos que cambien
su forma de alimentarse y así proscribir el consumo de carne. ¿Es legítima esta exigencia?
El ejemplo puede parecer una obviedad, pero ¿qué pasa, por ejemplo, cuando las mayorías
comparten otro tipo de costumbres y buscan imponerlas a los demás? A esto llamamos la
“tiranía de la mayoría”, y corresponde a cuando las mayorías se imponen sobre los
individuos restringiendo su libertad individual. Así las cosas, se hace urgente una defensa de
la libertad individual de las acciones e imposiciones de la mayoría.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 2
Muchas personas cuando piensan en la “libertad” lo primero que les viene a la mente es
pensar la “libertad” como un problema de locomoción, es decir, como la capacidad que tengo
de moverme sin restricción alguna por cualquier espacio. Así, piensan que la libertad tiene que
ver con la capacidad de moverme sin restricciones, luego, cuando no puedo hacerlo, es
cuando tienen retenido o estoy preso, me han privado de la libertad. No están del todo
equivocados quienes piensan así, de hecho, la libertad de locomoción hace parte intrínseca
del problema de la libertad, pero va más allá de eso.
Lo primero a la hora de hablar de la libertad es que no tiene que ver con un problema filosófico
o religioso. No nos interesa adentrarnos en el problema de si los seres humanos somos libres,
lo cual es un problema eminentemente filosófico o inquietarnos con la pregunta de cuál es la
esencia de la libertad o la pregunta por el libre albedrío, etc. Todas estas cuestiones son muy
interesantes, pero no abordan nuestra preocupación que tiene que ver con la libertad desde
una perspectiva social y política.
Efectivamente, la “libertad” entendida desde una perspectiva social y política tiene que ver con la
cuestión de hasta dónde debe dejarse que un individuo actúe sin que el Estado o la sociedad
intervengan en su acción y qué es lo que legitimaría que el Estado o la sociedad intervinieran.
Me explico, el problema de la libertad puntualmente tiene que ver con la cuestión de hasta
dónde es legítimo que el individuo actúe sin ningún tipo de restricción por parte de la sociedad
o por parte del Estado, y a la vez, qué argumento legitima en qué momento puede el Estado o
la sociedad intervenir la acción libre de cada individuo.
Para quienes ya estén pensando en que deben prohibirse todas las drogas porque son dañinas
para la salud humana, les pediría que cambiaran el ejemplo y pensaran en el alcohol y el
tabaco. ¿Por qué, si el tabaco y el alcohol son dañinos, el Estado y la sociedad permiten que
los individuos en su libertad los consuman? Estamos tratando de pensar a través de estos
ejemplos en la misma pregunta de fondo: ¿hasta dónde debe permitir el estado y la sociedad
que el individuo actúe libremente sin que se le cohíba? ¿Qué legitima que el Estado o la
sociedad cohíban la acción libre del individuo?
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 3
Segundo problema, la eutanasia. ¿Qué legitima que el Estado y la sociedad impidan que una
persona decida terminar con su vida? ¿Por qué algunas sociedades permiten que los individuos
puedan, en determinados casos y en ejercicio de su libertad, terminar con su vida sin que el Estado
o la sociedad intervengan en esta decisión? Como se dan cuenta el problema de la libertad es
enorme y bastante pertinente en nuestra sociedad. Aún hoy, en pleno siglo XXI resulta pertinente
que nos preguntemos hasta dónde debe ir la libertad de un individuo, pero también qué legitima
que el Estado o la sociedad intervengan la libertad individual y ejerza la coerción.
Segundo, la libertad individual abre la posibilidad de que se genere valor dentro de la sociedad. El
liberalismo económico ha señalado desde el siglo XIX que entre más libertades económicas se les
den a los individuos y menos restricciones económicas imponga el Estado, más valor económico se
generará. Efectivamente, si los individuos tienen cada vez menos restricciones para ingresar al
mercado, para articularse en medio de la oferta y la demanda, la riqueza crecerá mucho más que si
el Estado les impidiera a los individuos actuar en términos económicos. Luego, las libertades
económicas en los individuos apuntan a generar mayores riquezas.
Por otra parte, la libertad individual no genera solo riquezas económicas. Cuando se posibilita
la libertad individual los sujetos tienen la posibilidad de vivir como lo desean, quebrando moldes
y costumbres enraizadas en la sociedad y así posibilitando la aparición de nuevas formas de
vivir, de ver el mundo, de realizar lo que es el ser humano. Lo que queremos señalar es que
la libertad posibilita que todo el potencial humano se haga realidad, pues hace posible que
aparezcan nuevas formas de vivir de vida; alternativas a las que son dominantes y esta
suerte de innovación humana es la principal riqueza de una sociedad.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 4
Piensen en qué sería de la sociedad si todos fuéramos iguales, viéramos el mundo y viviéramos de
la misma manera. Sin dudas que la sociedad se empobrecería, perdería su principal fuente de
riqueza que el ser humano mismo y la novedad que cada uno representa de cara a la sociedad.
Finalmente, se entiende por completo el problema social y político que implica la libertad
individual cuando se comprende la necesidad de orden que demanda el Estado y la sociedad.
Me explico. Si bien, hemos señalado que la libertad individual tiene un valor económico, pero
también social, hemos de señalar que la libertad individual también implica un riesgo. Es claro
que, si todos nos comportáramos de la misma forma y actuáramos de la misma manera, el
orden social imperaría. Por eso, el problema de la libertad se comprende cuando se logra
entender que, si bien la libertad tiene un valor, el Estado y la sociedad tampoco pueden permitir
una libertad absoluta, pues esto puede degenerar en caos y desorden. La sociedad le demanda
al Estado que reglamente la libertad de los individuos, que actúe en aras de evitar que se
generen daños, de posibilitar la vida social sin que la libertad de unos afecte la de otros. Por
eso, volvemos a la cuestión: se debe privilegiar la libertad individual, pero ¿cuándo es legítimo
que el Estado o la Sociedad intervengan la libertad individual?
¿Cuál es entonces el límite a la libertad individual? ¿Cuál es el argumento que puede esgrimir
el Estado o la sociedad para limitar la libertad de los individuos? Cuando la libertad individual
genera daño en otros o en sí mismo el Estado o la sociedad pueden cohibir al sujeto en la
libertad de su acción. El sujeto es libre de hacer lo que le plazca siempre y cuando su acción no
genere un daño o en otros o en sí mismo, pues en ese caso el Estado o la sociedad pueden
intervenir. Parece una obviedad. Por ejemplo, si mi actividad económica genera un daño al
medio ambiente el Estado o la sociedad me pueden impedir que siga realizando la actividad
que contamina. Igual, puedo argumentar que en aras de mi libertad individual puedo hacer lo
que me plazca, pero si por ejemplo decido quitar a otros sus propiedades esto genera un daño
en la propiedad de los demás y debe impedírseme esta acción. Sin embargo, el asunto no es
tan simple, requiere que completemos el argumento anexando dos elementos más.
Primero, si bien el Estado de derecho reconoce la libertad de los individuos, esta última
tiene lugar solo en sujetos conscientes, adultos capaces de juicio autónomo y de asumir las
consecuencias de sus actos. Así, la libertad individual supone que el sujeto sea consciente
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 5
y responsable, lo que nuestras constituciones determinan como la mayoría de edad. De otra
forma, cuando se trata de un menor de edad la Constitución y la ley señalan que el sujeto debe
estar en una condición de tutela por parte del Estado y la sociedad. Es el caso de los niños y
los menores de edad. El Estado no les permite hacer lo que les plazca, les restringe el
consumo de ciertos productos como alcohol y tabaco, por ejemplo, así como señala que estos
no se autodeterminan pues están bajo la tutela de sus padres. Pero el asunto no tiene que ver
solo con la edad, pues incluso la ley determina que puede darse el caso de un mayor de edad
que ha demostrado con sus actos que no es consciente ni responsable. En esa situación o
bien el Estado asume su tutela u otros adultos responsables pueden hacerlo. Es lo que la ley
denomina un “interdicto”. Alguien incapaz de asumir su libertad personal y que la ley legitima
que debe estar bajo la tutela de otros.
Finalmente, también hay que incluir en el argumento que el Estado o la sociedad solo pueden
intervenir la acción individual si la mencionada acción genera un daño necesario. El daño
necesario es radicalmente opuesto al daño contingente. El daño contingente plantea que entre
la acción y el daño causado puede darse la relación como no darse, mientras que el daño
necesario ocurre y no puede ser de otra forma. Me explico, ¿por qué el Estado y la sociedad
permiten el consumo de tabaco? La relación entre el consumo del tabaco y el daño, un
enfisema o un cáncer, por ejemplo, es contingente. Es decir, no está demostrado que siempre
que alguien consuma tabaco necesariamente va a enfermar de cáncer o va a padecer un
enfisema. Luego, se trata de un daño contingente y en ese caso se deja en manos del sujeto
consiente el que autónomamente tome la decisión de consumir o no tabaco.
Así las cosas, el Estado o la sociedad solo pueden intervenir en casos en los cuales la relación
entre la acción y el daño es necesaria. En los casos en los cuales no hay otro efecto de la
acción sino el de un daño que el Estado y la sociedad deben evitar, ante todo.
Finalmente, esto no significa que el Estado deba volverse permisivo. Si bien, nosotros
señalamos la importancia de la libertad individual, también señalamos que es clave que el
Estado genere orden en la sociedad y busque maximizar el bienestar de la mayoría. Así, incluso
en actividades que es bien sabido que no generan un daño necesario y que por eso el Estado
no puede prohibir legítimamente, sí puede regularlas o por lo menos procurar que no se
difundan; el Estado si bien no prohíbe puede controlar. Veamos un ejemplo.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 6
como delito. Pero en aras de que no se expanda esta conducta el Estado recurre a medidas
como establecer en los planes de desarrollo de las ciudades, zonas de tolerancia donde se
controle el fenómeno y se mantenga a raya; recurre a políticas públicas en aras de ofrecer
alternativas a esta labor, etc. Lo mismo podríamos decir del alcohol y el tabaco. Si bien los
distintos Estados toleran esta conducta en respeto de la libertad individual, agregan impuestos
al consumo de estos productos tratando de desestimularlos.
Un ejemplo de políticas de control que, si bien no son permisivas del todo, apuntan a mitigar
la acción que no desea promoverse, si deben permitir que los individuos en su libertad
decidan si desean actuar así.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 7
Referencias bibliográficas
Araujo Rentería, J. (2000). Principios de Derecho Constitucional. Bogotá: MacGraw Hill.
Cepeda, M. (2012). Las Democracias, Entre el Derecho Constitucional y la Política. Bogotá: Uniandes.
Chevallier, J. (2013). Los Grandes Textos Políticos desde Maquiavelo hasta Nuestros Días. México:
Aguilar.
POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 8
INFORMACIÓN TÉCNICA
9
CARLOS V. RICAURTE PÉREZ
colectivo, inclusive el ámbito estatal, toda tolerancia determinaba que “ningún hom-
vez que el Estado colombiano llegó a con- bre puede atentar o disminuir los dere-chos
siderarse hasta hace pocos años un Estado civiles de otro por el hecho de que éste se
confesional, teniendo la de la Iglesia cató- declare ajeno a la religión y rito de aquél
lica como la religión oficial del Estado. […] Y lo dicho en torno a la toleran-cia
Hoy contamos con una Constitución entre particulares debe ser extendido
Política reciente, que definió para el Esta- también a las iglesias, las cuales son entre
do un carácter distinto al que le imprimió sí como personas particulares, y ninguna
la anterior Constitución. En 1991 se esta- tiene derecho sobre otra, ni en los casos en
bleció la separación definitiva entre la que el gobernante pertenezca a alguna,
Igle-sia y el Estado, de tal manera que bajo pues el Estado no puede dar a la iglesia
esta nueva Carta se tiene un Estado laico, ningún derecho ni ésta a aquél”3. Esta era
pluralista, que garantiza como derecho la mentalidad que rondaba en Europa en el
fun-damental la libertad de cultos y la siglo XVII, la cual condujo a que se
igual-dad de todas las confesiones produjeran cambios significativos de
religiosas e iglesias ante la ley. manera progresiva en los Estados euro-
Esta nueva realidad hace meritorio que se peos, y además de ello fueron un reflejo
realice un análisis referente al avance que llegó a inspirar los cambios que se han
constitucional alcanzado, al igual que a la llegado a lograr en otros países, in-cluido
manera como el Tribunal Constitucional el nuestro.
colombiano ha obrado respecto a la garan-tía Podría decirse que se ha roto el velo que
de este derecho, a través de los fallos de aislaba a esta región del resto del mundo
control de constitucionalidad y los de tute-la. occidental, como un reducto de la Edad
Ello para saber si efectivamente con la Media. La Carta Política promulgada en
separación entre la Iglesia y el Estado se ha 1991 se considera un avance definitivo de
garantizado la igualdad y la libertad en el actualización en cuanto a la igualdad y la
ámbito religioso, para lo cual haremos una libertad en el ámbito religioso, no solo para
breve reseña de la transición que se efec-tuó Colombia, sino para toda Latinoamérica, en
de la Constitución de 1886 a la Consti-tución la medida en que determinó el tránsito de un
de 1991; luego se hará referencia a las Estado confesional a uno laico.
sentencias de la Corte Constitucional en En este punto resulta de especial impor-
materia de igualdad y libertad religiosa, para tancia acudir a una tipología que expone la
después realizar una exposición de algunos teoría política, sobre los diferentes mo-
de los obstáculos que se identifican en el delos que derivan de las relaciones que
análisis, los cuales consideramos han im- sostiene el Estado con la Iglesia4. Se dis-
posibilitado la garantía de la igualdad por tinguen cinco tipos de Estados:
parte de la Corte Constitucional. En primer término, los Estados confesio-
nales sin tolerancia religiosa, en los que se
acoge una religión oficial y se discrimina a
I. TRANSICIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1886 A las demás, conducta que es avalada por el
LA CONSTITUCIÓN DE 1991
Estado, situación que se presenta actual-
mente en algunos países musulmanes.
En sus Cartas sobre la tolerancia (1689), Un segundo modelo estaría conforma-do
JOHN LOCKE consideraba que el deber de por los Estados confesionales con tole-
Ricaurte Pérez El Estado laico y la garantía del derecho a la igualdad en materia religiosa 131
rancia o libertad religiosa. En ellos se de- cimiento hecho por los partidos políticos
clara a una religión como la oficial del de que la religión católica, apostólica y
Estado, pero no por ello se excluyen los roma-na es la de la Nación...”.
demás credos. Dicho reconocimiento fue eliminado en el
Un tercer modelo, variante del anterior, preámbulo de la nueva Carta política. Si bien
se denomina “Estado de orientación en este aparte se invoca la protección de
confesional”, en el que en principio no se Dios, los constituyentes no consagra-ron un
declara un credo religioso como el oficial Estado confesional, sino que con tal
del Estado, y sin embargo se le da a uno de referencia quisieron expresar que las
ellos una preeminencia en el trato, por ser creencias religiosas constituían un valor
la religión de la mayoría, como por ejem- constitucional protegido, tal y como lo es-
plo, el Estado colombiano bajo la tablecieron en el artículo 19. Sin embar-go,
Constitu-ción de 1886. vale la pena mencionar que aun cuando se
El cuarto modelo es el de un Estado ateo, aprobó la nueva Constitución el punto no era
que presenta hacia el ámbito religioso una pacífico. Un sector importante de-fendía a
actitud de indiferencia o de hostilidad. ultranza la religión católica y pro-ponía
Por último, tenemos al Estado laico con continuar con su consagración como religión
plena libertad religiosa. En este modelo se del Estado. Finalmente se atendieron las
presenta un separación entre la Iglesia y el voces de quienes patrocinaban la diver-
Estado, no existe una religión oficial y se sidad, el pluralismo y más específicamente
les garantiza a todas las iglesias y confe- la igualdad en materia religiosa.
siones religiosas una igualdad ante la ley. Otra diferencia que se percibe entre los
En este último modelo se encuentra el Es- dos órdenes constitucionales es la manera
tado colombiano bajo la Constitución po- como se regula lo referente a la libertad
lítica vigente. religiosa, dado que en la anterior Consti-
La transición constitucional que se dio tución, si bien se garantizaba la libertad de
en 1991 fue significativa, toda vez que cultos, ésta se subordinaba a su conformi-
fue-ron varios los puntos tratados y dad con la moral cristiana (art. 53 inc. 2.º).
desarrolla-dos en la nueva Carta Política. La manera como se trató este tema en la
A continuación expondré los puntos más Carta Política de 1991 fue diametralmente
relevantes en la materia, realizando una diferente, puesto que no se consagró nin-
comparación entre las dos constituciones. gún límite constitucional, de tal manera
En primer lugar, la Constitución Política que ya ningún culto tendrá que alinearse y
de 1886 obedecía a un Estado de orienta- su-bordinarse a la moral cristiana.
ción confesional, porque a través de distin- En tercer lugar, en la Constitución de 1886
tas normas se le daba un trato preeminente a se expresaba que la religión católica era un
un determinado credo religioso, a tal pun-to elemento importante para el orden social, y por
de dedicar un título entero (título IV) a tanto, los poderes públicos debían pro-tegerla.
regular las relaciones entre Iglesia y Esta-do. Sin embargo, tal referencia además de ser
El preámbulo aprobado por el plebisci-to de eliminada por el constituyente, fue sustituida
1957 consagraba lo siguiente: “En nombre por el principio constitucional que establece
de Dios fuente suprema de toda autoridad, y que Colombia es un Estado so-cial de derecho
con el fin de afianzar la unidad nacional, una ontológicamente pluralista (art. 1.º CP). Como
de cuyas bases es el recono- obvia consecuencia de
132 Revista Derecho del Estado
lo anterior, ordena a los poderes públicos hacia la garantía de las libertades por parte
amparar no sólo a la religión católica sino de los jueces no fue tan sencillo, porque a
a todas las confesiones religiosas en partir de ese momento empezó la
igualdad de condiciones, puesto que es desestructuración del paradigma de la in-
deber del Estado proteger la diversidad tolerancia y la discriminación en materia
étnica y cul-tural de la Nación colombiana. religiosa. No resulta fácil amoldarse a los
Por último, se tiene que en la Carta Polí- efectos e implicaciones que trae el nuevo
tica de 1886 se realizaba una abierta discri- modelo de Estado laico, máxime cuando el
minación, en la medida en que se le daba un nuestro tenía una marcada orientación
trato preferencial a determinado credo (la confesional. De ahí el protagonismo del
religión católica). Situación que cambió de Tribunal encargado de la guarda de la
manera radical, pues la Constitución de Constitución, cuyos fallos en esta materia
1991, tal como se expone en la Sentencia C- serán de vital importancia para la cohe-
152 de 2003, “introdujo significativos rencia del nuevo ordenamiento y para la
avances en la protección del principio de garantía de los derechos fundamentales.
igualdad. Dentro de éstos se destaca que en Por ello, nos parece relevante hacer re-
materia religiosa no sólo prohíbe la discri- ferencia a la línea jurisprudencial de la Corte
minación ‘por razones de [...] religión’ (art. en dos fases. En primer lugar, se hará énfasis
13 CP) sino que extiende la igualdad reli- a los fallos proferidos por la Corte
giosa a una dimensión colectiva al señalar Constitucional en sus primeros años de
que “las confesiones e iglesias son igual- actividad (1992-1994). Este periodo resulta
mente libres” (art. 19 CP). El celo del cons- muy significativo, debido a que empieza a
tituyente en ese punto se refleja en el énfasis regir la nueva Constitución, comienza la
consistente en advertir que “todas” ellas lo
labor de este órgano jurisdiccional y ade-más
son, y en que además de proteger la liber-tad
se emprende la transición de un Esta-do
de cada una separadamente considera-da,
confesional a un Estado laico, hecho
también garantiza que todas son “igualmente
relevante, puesto que será importante sa-ber
libres ante la ley”.
cuál es la conducta de la Corte ante el
Estas fueron, en síntesis, las diferencias
análisis que haga teniendo en cuenta el
relevantes. Se destaca que con el cambio
nuevo contenido constitucional.
constitucional se garantiza la igualdad for-
mal ante la ley, y a partir de allí se em-
Consideramos relevante este lapso por-
prende una nueva etapa, determinada por el
que fue entonces cuando se pronunciaron
papel de los jueces, en que la Corte Cons- las primeras sentencias, las cuales se co-
titucional ha cumplido una importante la-bor nocen como “sentencias hito”, es decir,
como nuevo tribunal defensor de la aquellas que van a marcar el derrotero para
integridad de la Carta Política y protector de las demás sentencias.
los derechos fundamentales. En una segunda fase nos dedicaremos a la
línea jurisprudencial desarrollada por este
Tribunal desde 1995 hasta el día de hoy,
teniendo en cuenta que en este lapso la Corte
PP. JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL
SOBRE IGUALDAD Y LIBERTAD RELIGIOSA evidencia una reiteración de los fallos que se
profirieron del 92 al 94, teniendo así un
periodo en el cual no se evidencia un cam-
Con la expedición de la nueva Carta Polí-
bio significativo, tomando como base aque-
tica en 1991, el camino que se emprendió
Ricaurte Pérez El Estado laico y la garantía del derecho a la igualdad en materia religiosa 133
llos pronunciamientos en los cuales se evi- a. Fallos que garantizan los derechos a
denció una actitud garantista. Esta labor nos la igualdad y a la libertad religiosa
será útil a fin de determinar si efectivamente
la Corte ha garantizado el derecho a la igual- Empecemos por el estudio de
dad en el ámbito religioso. constituciona-lidad de varios artículos del
Concordato9, que de manera abierta eran
7. Fase de transición del discriminatorios de otros credos religiosos.
confesionalismo a la libertad de cultos En primer tér-mino se declaró la
inconstitucionalidad del artículo 6.º del
La actividad de la Corte en sus primeros Concordato, que ex-presaba lo siguiente:
años no fue muy amplia en materia de “El Estado y la igle-sia colaboraran en la
igualdad y libertad religiosa. Sin embargo, pronta y eficaz pro-moción de las
dentro de los pocos fallos que se profirie- condiciones humanas y sociales de los
ron en este ámbito, se presentaron provi- indígenas y de la pobla-ción residente en
dencias bastantes discutidas, como la re- zonas marginadas sus-ceptible de un
sultante del examen de constitucionalidad régimen canónico espe-cial”.
de la Ley 20 de 1974, que se refiere al La Corte consideró que dicho artículo
concordato que se celebró entre la Santa vulneraba la autonomía que se reconoce a
Sede y el Estado colombiano5; la que las comunidades indígenas, autonomía que
alude al control de constitucionalidad congloba su misma identidad cultural y
sobre el proyecto de ley que desarrolla lo religiosa. Expulsar del ordenamiento jurí-
concer-niente a la libertad de cultos 6; la dico una norma como esta es una gran
sentencia en la que se realiza el análisis de conquista, distinta de la que se logró hace
constitu-cionalidad del artículo 2.º de la cinco siglos cuando en nombre de la coro-
Ley 1.ª de 1952, que hizo la consagración na española y de Dios se cometió el más
oficial de la República al Sagrado Corazón terrible genocidio indígena, que se perpe-
de Jesús7; y el fallo en el cual se decide la tuó por siglos y en el que se impuso la re-
exequibilidad del artículo 13 de la Ley 153 ligión a la fuerza. Esta circunstancia hizo
de 1887, refe-rente a la moral cristiana8. que los indígenas tuvieran que recibir el
En los casos fallados por la Corte se catolicismo para salvar sus vidas.
percibe una conducta cambiante: su argu- El hecho de tener actualmente una nor-ma
mentación varía de una providencia a otra, constitucional que garantice la igualdad de
destacándose algunos aspectos positivos que religiones ante la ley nos permite enten-der
consideramos son muy importantes dentro la actitud permisiva que siempre tuvo el
de la garantía de los derechos que se pre- Estado respecto de la vulneración de la
tende alcanzar. Sin embargo, no todos los autonomía de las minorías indígenas. Uno de
pronunciamientos presentan esta tenden-cia, los constituyentes que luchó con ahínco por
sino que también encontramos algunos que lograr el reconocimiento de derechos para
son acreedores de fundadas críticas frente al estos grupos fue LORENZO MUELAS, quien
nuevo orden constitucional, fallos que se afirmo: “Nosotros siempre hemos sido res-
analizarán a continuación. petuosos a la otra parte de la religión, con
católicos, evangélicos y otras sectas religio-
sas, nunca nos hemos atrevido a irrespetar un
templo, una catedral, pero nosotros siem-
134 Revista Derecho del Estado
pre hemos sido calificados en estos sitios 2.º Cada año se renovará la consagración
de brujos, como obra del demonio, o oficial de la República en análoga forma y
hechi-ceros […] sin respeto de nuestros en el día en que se celebra la fiesta del
sitios y creencias sagradas” 10. Razones que Sagrado Corazón de Jesús, la que será na-
se tu-vieron en cuenta en la Asamblea cional a partir del año venidero, y se deno-
constitu-yente para aprobar la libertad de minará de Acción de Gracias”.
cultos, de la cual gozamos actualmente. La Corte declara la inexequibilidad del
En segundo término se declaró la incons- artículo 2.º, manifestando que hay una dis-
titucionalidad del artículo 11 del Concorda- criminación con los otros credos religio-
to, que era del siguiente tenor: “Contribución sos, la cual se hace aún más clara si se
económica del Estado a los planteles cató- tiene en cuenta que la consagración se
licos: A fin de hacer más viable el derecho efectúa por medio del presidente de la
que tienen las familias de escoger libremente República, quien es, como lo expresa la
centros de educación para sus hijos, el Esta- Constitución, símbolo de unidad nacional.
do contribuirá equitativamente, con fondos De esta ma-nera, la disposición obliga a
del presupuesto nacional, al sostenimien-to realizar una ceremonia que congloba a los
de planteles católicos”. nacionales no católicos en un ritual
El argumento que adujo la Corte fue el religioso católico o, en sentido contrario,
siguiente: “De otro lado, el artículo 11 con- los excluye sim-bólicamente de la
templa un trato preferencial para los hijos de pertenencia a la nación colombiana. De
familias católicas, con lo cual se desco-noce igual modo se desconoce la separación
el principio de igualdad en que la entre el Estado y la Iglesia, así como la
Constitución coloca a todas las religiones naturaleza laica y pluralista del Estado.
(art. 19 inc. 2.º) y ello, no obstante se re- Este fallo de la Corte nos permite perci-
conozca el hecho social-religioso palma-rio bir dos cosas: en primer lugar, la relación
de ser la Iglesia Católica la de la inmensa tan cercana que llegó a crear el Estado con
mayoría del pueblo colombiano”11. Esto nos la Iglesia lo cual, como ya se había indica-
muestra la manera como la Corte sin ma- do, hace referencia a un Estado
yores explicaciones propendía por garan- confesional; en segundo lugar, es uno de
tizar el derecho a la igualdad, disminuyendo los muchos ejemplos normativos que debe
poco a poco las prerrogativas reconocidas ir expulsando la Corte del ordenamiento
durante décadas a una determinada confe- jurídico, para así pulir el modelo de Estado
sión religiosa. laico que consa-gró la Constitución.
En otro de los pronunciamientos de la Otro de los fallos que se destaca en es-tos
Corte12 se analizó la constitucionalidad de primeros años de actividad jurispru-dencial
una norma muy particular de la Ley 1.ª de es el que alude al estudio de
1952, que expresaba lo siguiente: “Artícu- constitucionalidad de la Ley estatutaria so-
lo 1.º Renuévase la consagración oficial de bre libertad religiosa: la Ley 133 de 1994 13.
la República de Colombia al Sagrado Co- En esta providencia, así como se percibe un
razón de Jesús por intermedio del Exce- cierto favorecimiento de la Iglesia ca-tólica
lentísimo señor Presidente de la República por parte de la Corte, también se ex-ponen
o un representante suyo, ceremonia que se argumentos que se orientan a garantizar la
verificará el día en que la Iglesia Católica igualdad. Uno de ellos surge del estudio que
celebra esa festividad religiosa. Artículo hizo el máximo Tribunal
Ricaurte Pérez El Estado laico y la garantía del derecho a la igualdad en materia religiosa 135
del artículo 2.º de la ley en mención, que materia de igualdad religiosa, es el de los
consagra: “Ninguna Iglesia o confesión re- límites que se colocan en el ejercicio de las
ligiosa es ni será oficial o estatal. Sin libertades religiosas. Expresa el artículo 4.º
embargo, el Estado no es ateo, agnóstico, o de la Ley 133 de 1994: “El ejercicio de los
indiferente ante los sentimientos religio- derechos dimanantes de la libertad religio-
sos de los colombianos. El Poder Público sa y de cultos, tiene como único límite la
protegerá a las personas en sus creencias, protección del derecho de los demás al
así como a las Iglesias y confesiones reli- ejer-cicio de sus libertades públicas y
giosas y facilitará la participación de éstas derechos fundamentales, así como la
y aquéllas en la consecución del bien co- salvaguarda de la seguridad, de la salud y
mún. De igual manera, mantendrá relacio- de la moralidad pública, elementos
nes armónicas y de común entendimiento constitutivos del orden público protegido
con las Iglesias y confesiones religiosas por la ley en una socie-dad democrática”.
existentes en la sociedad colombiana”. La Corte Constitucional lo declara exe-
Tal como lo consideró la Corte de ma- quible. Al analizarlo, considera que se tra-
nera expresa, se dice que ya no habrá reli- ta de un artículo importante, en cuanto
gión oficial, y se deja claro que nuestro plantea un asunto bien complejo y difícil:
Estado no puede considerarse ateo. El ca- el límite de los derechos constitucionales
rácter laico (no ateo) del Estado, lo impri-me fundamentales, y especialmente la libertad
el postulado según el cual todas las religiosa y de cultos. “Los límites a que se
confesiones religiosas son merecedoras de refiere el artículo 4.º se encuentran inspi-
respeto y son igualmente importantes y li- rados en alguna forma en textos interna-
bres ante la ley. Si bien en Colombia no hay cionales sobre derechos humanos, entre
religión oficial, el Estado expresa su interés ellos, el artículo 2915, párrafo 2.º de la De-
por un aspecto que considera im-portante en claración Universal de los Derechos del
la vida activa de la sociedad (el religioso), Hombre”16.
enfatizando en que “no es indiferente ante La Corte expuso unos parámetros para
los sentimientos religio-sos de los realizar el análisis de los límites de este
colombianos”. Es oportuno alu-dir a la derecho: “1. La presunción debe estar siem-
tipología esbozada en el apartado anterior, pre a favor de la libertad en su grado máxi-
que distingue entre cinco tipos de estados: mo. 2. Esta sólo puede restringirse en la
los estados confesionales sin to-lerancia medida en la que, racional y objetivamen-te,
religiosa, los estados confesionales con la libertad de manifestar su religión o sus
tolerancia o libertad religiosa, los es-tados de convicciones no puede ser objeto de más
orientación confesional, los esta-dos ateos y restricciones que las que, previstas por la ley,
los estados laicos. La diferencia entre los dos constituyen medidas necesarias en una
últimos modelos radica en que los estados sociedad democrática. 3. Las posibles
ateos son indiferentes frente al ámbito restricciones deben ser establecidas por la
religioso, cosa que no ocurre en los estados ley, no arbitrarias ni discrecionales, como
laicos como el colombiano. Así lo dejó claro corresponde a un verdadero Estado de de-
el artículo 2.º de la Ley estatutaria sobre recho”17.
libertad religiosa (Ley 133 de 1994). Este aspecto presenta especial interés,
Otro punto tratado por la Corte en la pro- dado que bajo la normatividad constitucio-
videncia en comento14, de notorio interés en nal anterior se colocaba como límite a los
136 Revista Derecho del Estado
otros cultos su correspondencia con la mo- turales, y concluye que la moral cristiana
ral cristiana18, reflejándose una preferencia designa la moral social, porque es la mo-ral
por determinados principios y valores. Sin que prevalece en la sociedad colombiana.
embargo, aunque se haya establecido a tra- Además dice que la moral cristiana no es
vés de esta ley unos límites a la libertad re- contraria a la Constitución de 1991 20, ya que
ligiosa sin hacer referencia a la moral no pugna con la diversidad étnica y cultural,
cristiana, la Corte, en otra sentencia a la que ni con el derecho fundamental a la igualdad
nos referiremos más adelante y que alude (art. 13), pues lo único que hace la norma
precisamente a la moral cristiana, profiere un acusada es reconocer la moral de las
fallo que puede considerarse equivoca-do a mayorías.
la luz del nuevo orden planteado por la Carta La corporación consideró que de
de 1991. La Corte erró al dejar la norma ninguna manera se estaba favoreciendo a
examinada dentro del ordenamiento jurídi- determi-nado credo religioso, y que por lo
co. tanto la norma demandada no estaba
Lo anteriormente expuesto recoge en vulnerando la igualdad respecto a los
términos generales los aspectos positivos demás credos reli-giosos.
más significativos que surgen de los pro- Con respecto a esta decisión, no com-
nunciamientos realizados por la Corte en partimos la carga argumentativa que utili-
este primer periodo de actividad jurispru- zó la Corte para no sacar la norma del
dencial. Sin embargo, este tribunal también ordenamiento jurídico. Fueron más cohe-
ha errado en varias de las consideraciones a rentes los salvamentos de voto realizados
propósito del estudio de ciertas normas que por la minoría (cuatro magistrados), los
de manera clara vulneraban la igual-dad en cuales sí consideran que se vulnera la
materia religiosa. Tales considera-ciones se igual-dad en el ámbito religioso.
expondrán a continuación. Es claro que esta norma es contraria a la
Constitución al desconocer derechos
b. Fallos que vulneran la igualdad y fundamentales (arts. 13 y 19 de la Consti-
la libertad religiosa tución). Con la norma acusada se condi-
ciona el alcance de una fuente de derecho (la
En primer lugar, cabe señalar que es cri- costumbre) a su conformidad con una
ticable el examen de constitucionalidad determinada concepción religiosa, privile-
que realizó la Corte del artículo 13 de la giándola con respecto a las demás. La Cons-
Ley 153 de 188719: Artículo 13: “La cos- titución de 1991 no hace alusión a ninguna
tumbre, siendo general y conforme con la moral religiosa, de tal manera que la rese-ña
moral cristiana, constituye derecho, a fal- que se hace a la moral cristiana edifica una
ta de legislación positiva”. abierta discriminación con respecto a otras
En síntesis, estos son los argumentos formas de moralidad religiosa, que puede ser
expuestos por la Corte para declarar la distinta a la cristiana, pero ser acorde con la
exequibilidad de la norma: El máximo Tri- Constitución.
bunal expone que en toda sociedad hay Uno de los argumentos que utilizó la
siempre una moral social, que incluye a Corte es el relacionado con la moral de las
todos los individuos y que corresponde a mayorías; sin embargo, no es de recibo, pues
un momento histórico, determinado por las tal como se expone en uno de los salva-
circunstancias sociales, económicas y cul- mentos de voto21, la moral, siendo una ma-
Ricaurte Pérez El Estado laico y la garantía del derecho a la igualdad en materia religiosa 137
Decreto 1355 de 1970, que expresa lo si- tucional y las demás instituciones estata-les
guiente: “El Comité de Clasificación de deben trabajar para que los obstáculos y las
Pe-lículas estará integrado por cinco barreras que en algún momento im-pidieron
miembros, así: Un experto en cine, un la protección de los derechos con-sagrados
abogado, un psicólogo, un representante en la Constitución no vuelvan a presentarse.
de la asocia-ción de Padres de Familia y Algunos de tales inconvenientes se
un represen-tante de la Curia expondrán en el siguiente aparte.
Arquidiocesana de Bogotá”.
En esta sentencia la Sala considera que
la norma acusada lo que pretende es privi- MMM. FACTORES QUE HAN OBSTACULIZADO LA
legiar la cosmovisión del orden social y GARANTÍA DEL DERECHO A LA IGUALDAD
RELIGIOSA
moral que tiene la confesión religiosa ca-
tólica, lo cual no debe tolerarse a la luz de
los principios de un Estado laico. A continuación se expondrán algunos as-
Las anteriores son algunas de las sen- pectos que consideramos deben tenerse en
tencias que la Corte ha proferido en mate-ria cuenta por el Tribunal encargado de la
de igualdad religiosa, consideramos que guarda de la Constitución, al momento de
ellas son suficientes para resaltar la posi- fallar una providencia.
ción de la Corte en referencia al aspecto
tratado. De este modo puede percatarse que 7. La argumentación jurídica
en este segundo periodo, la constante fue manipulada por las creencias
garantizar la libertad y la igualdad religio-sa, de los magistrados
sin que se perciba preeminencia algu-na de
un credo religioso en particular. Es importante la labor de los jueces como
En términos generales, puede decirse que cabezas visibles y representativas tanto de
los fallos de la Corte Constitucional profe- la justicia como del Estado, puesto que a
ridos después de la etapa de transición, le-jos través de sus fallos plasman los princi-pios
de contener cambios jurisprudenciales, dan e ideales de justicia que se consagran en el
continuidad a la línea jurisprudencial trazada ordenamiento jurídico. No es menos
desde el inicio, y reiteran varias de las relevante comentar que también el juez
consideraciones y fallos de la Corte pro- tiene una esfera personal definida por sus
feridos en su primer periodo de actividad. principios, convicciones y creencias, las
cuales pueden no estar de acuerdo con más
Definido el estado actual de las cosas,
de una consagración normativa, pero que
se considera que aún falta un amplio
por la misma ambigüedad de ésta puede a
espectro por recorrer, en el que esperamos
través de una carga argumentativa
no se re-troceda en el trayecto avanzado,
orientarse a plasmar a través de una pro-
ya que la ganancia que se ha obtenido
videncia lo que su fuero interno le dicta.
hasta el mo-mento representa en todo su
Lo anterior expone un factor importan-te,
esplendor los rasgos característicos de un
pues como es apenas obvio, la Corte
Estado demo-crático y pluralista.
Constitucional está compuesta por hombres,
Conscientes de ello, y para lograr las fi-
quienes también tienen creencias y profe-san
nalidades propias de un Estado social de
algún credo religioso; esto nos lleva a
derecho, caracterizado por la garantía de los
cuestionar si la neutralidad o el carácter laico
derechos fundamentales, la Corte Consti-
del Estado pueden verse afectados por
142 Revista Derecho del Estado
la confesión religiosa que predica cada una alta vinculación y preferencia con la
uno de los miembros de la Corte. religión católica?
Ponemos de presente este aspecto, dado Estas y muchas otras situaciones nos
que no es extraño que esas creencias perso- lle-van a cuestionar si efectivamente el
nales, inclinaciones o preferencias religio- Esta-do colombiano es un Estado laico, en
sas se vean reflejadas en las providencias, la medida en que no es suficiente la
sea en el desarrollo de la sentencia hecha por garantía formal ante la ley, sino que
el magistrado ponente, o en los salva-mentos también es necesario el despliegue de una
de voto, circunstancia esta que se percibió en actividad estatal a través de las diferentes
las consideraciones de algunas de las ramas del poder, que lleve a que el derecho
sentencias expuestas en renglones anteriores. a la li-bertad e igualdad religiosa se
garantice en términos reales.
No se concibe que a través de argumen- Son varios los pronunciamientos efec-
tos se manipulen las normas jurídicas para tuados por la Corte, en los que no obstante
llegar a la sentencia que en lugar de ser un haberse declarado la inconstitucionalidad de
reflejo de la justicia y del derecho, llegue a ciertas normas que pugnaban con la garantía
expresar eventualmente aquello que de-sea de la que estamos tratando, no tu-vieron
algún miembro de la sala constitucio-nal. mayor impacto en la realidad, ya que el
Los jueces deben entender que son los orden de las cosas sigue siendo el mismo.
representantes del pueblo, que han sido Un ejemplo de ello es la declaración de
lla-mados para administrar justicia, y no inconstitucionalidad en la sentencia 027 de
los delegados de determinado credo 1993 del artículo XVII del Concordato, en el
religioso. Ya es tiempo para que se deje de cual se expresa lo siguiente: “La aten-ción
utilizar el sistema jurídico que en más de espiritual y pastoral de los miembros de
una oca-sión lo hiciera resbalar ante los las Fuerzas Armadas se ejercerá por medio
prejuicios morales de los hombres. de la Vicaria Castrense, según nor-mas y
reglamentos dictados al efecto por la Santa
7. Garantía de la igualdad Sede, de acuerdo con el gobier-no”.
formal y material
Aunque la Corte consideró que esta nor-
Actualmente el ordenamiento jurídico co- ma limitaba la libertad de culto y de reli-gión
lombiano cuenta con normas de rango cons- que tienen los miembros de las fuerzas
titucional, leyes que reglamentan y desa- armadas, y que era discriminatorio frente a
rrollan la igualdad y la libertad religiosa y las demás iglesias y credos religiosos, la
una línea jurisprudencial desarrollada por la declaratoria de inexequibilidad no cambió
Corte que a través de sus fallos ha prote-gido una realidad que al día de hoy es palpable,
el derecho en mención. Adicionalmente ya que la Iglesia católica sigue siendo la
deberíamos preguntarnos: ¿Qué pasa en la encargada de asistir espiritualmente al brazo
realidad? ¿La educación religiosa que se armado del Estado de derecho.
imparte en los colegios (públicos y priva- Ante este punto podríamos hacer dos
dos) es acorde con la proclama constitu- comentarios. En primer lugar, establecer que
cional? ¿Por qué las fuerzas militares, siendo el hecho de que la Corte Constitucio-nal saque
una institución esencial del Estado, tiene del ordenamiento jurídico una
Ricaurte Pérez El Estado laico y la garantía del derecho a la igualdad en materia religiosa 143