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2. JURISDICCIÓN.
El Puerto de Dock Sud perteneció a la jurisdicción nacional hasta el 2 de octubre de 1993. Hasta ese momento
formaba parte del complejo portuario de la Ciudad de Buenos Aires.
A partir de un Convenio suscripto entre el Estado Nacional y el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires,
ratificado por la Legislatura Provincial a través de la Ley N°11.535/94, su administración y dominio fue
transferido a la Provincia de Buenos Aires.
Por Decreto Nº 2.693/93 del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires creó la Delegación Dock Sud,
dependiente de la Dirección Provincial de Actividades Portuarias.
La creación de Puerto Dock Sud tiene como antecedentes la Ley Nº 23.696/89 de Reforma del Estado y su
Decreto Nº 1.105/89 con el reglamento administrativo regulatorio aprobado por Decreto Nº 906/91, la Ley
Nacional N° 24.093 de Actividades Portuarias reglamentada y su Decreto Nº 767/93 y la Ley de la Provincia de
Buenos Aires Nº 11.206 con su Decreto Nº 1.579/92 que ratifica el Convenio de Transferencia de Puertos
Nación/Provincia.
3. DOMINIO Y USOS.
El predio de Puerto Dock Sud abarca una superficie terrestre total de 504 hectáreas, sin tener en cuenta la
franja marginal del Riachuelo. El dominio de los terrenos portuarios se divide en áreas públicas y áreas
privadas, según puede apreciarse en el cuadro siguiente:
En lo que se refiere a los usos del espacio portuario, en el cuadro siguiente se encuentra la distribución actual
por actividades.
Plata, lateral a la Dársena de Propaneros, que aseguran una apertura hacia los espejos de agua con la
posibilidad de crear nuevos sitios de atraque y áreas de maniobra para buques con vinculación directa
con el Canal Sur. Se trata en principio de la única extensión que proporcionaría un acceso a las aguas
navegables del Río de la Plata. Cabe destacar que al sur de esta área está previsto el emplazamiento
de la planta de tratamiento de efluentes cloacales de la empresa AySA.
9. Controles permanentes.
Evaluación de tanques: La Secretaría de Energía ejerce su control a través de empresas auditoras inscriptas
en su registro, tanto en lo concerniente a la seguridad de las instalaciones como al impacto ambiental
negativo que podría generarse en razón de fugas en las instalaciones. No obstante a dichas auditorías,
valiosas en sí mismas por ser pormenorizadas por cada unidad de almacenamiento sean estas aéreas o
subterráneas, deberán tienen acceso otros organismos de control como puede ser el ACUMAR o el OPDS, ya
que les permitiría hacer un seguimiento de las correcciones que tienen que implementa r y apurar los tiempos
de concreción.
Gestión de residuos: En coordinación con el OPDS y eventualmente CEAMSE se tendrá que implementar un
programa para realizar un seguimiento desde la generación hasta la disposición final de los residuos,
incluyendo el control de depósitos transitorios y permanentes dentro de las empresas, a fin de verificar las
buenas prácticas. Ello no solamente por pérdidas o mal manejo de los mismos, sino también por la coherencia
en lo que se declara de volúmenes entre materia prima y residuos resultantes.
Para efectivizar el manejo responsable de la calidad ambiental y hacerlo sustentable y sostenible a lo largo del
tiempo, en un circuito de mejora continua debe conformarse un programa de trabajo por un equipo de
profesionales proveniente del ACUMAR, OPDS, PREFECTURA DOCK SUD, INA, SECRETARIA DE ENERGIA, la
Dirección Provincial de Actividades Portuarias y la Delegación Portuaria del Dock Sud. La conducción del
mismo, a cargo del ACUMAR.
Entre las metas que deben trazarse, resultaría fundamental el fijar valores para parámetros de medición,
desarrollar programas de control, de educación y difusión sobre la prevención de riesgos y respuesta a
contingencias para la población adyacente, por ejemplo a través del Proceso APELL "Concientización y
Preparación para Emergencias a Nivel Local" ante la eventualidad de accidentes tecnológicos de magnitud.
Otro de los aspectos a evaluar debe ser cuál es la máxima capacidad de producción y almacenamiento que
puede llegar a tener las empresas en particular y el área portuaria y municipal en general, en virtud a las
sinergias que pueden producirse por la acumulación geográfica o temporal de efectos ambientales no
significativos o medianamente significativos en forma individual pero de mayor riesgo al interactuar entre sí.
Ello es aplicable fundamentalmente en situaciones de hipótesis de accidentes mayores por explosión,
incendio, escape de nubes tóxicas, etc.
Resulta conveniente ponderar la promoción de la producción y almacenamiento de biocombustibles, en
virtud de surgir de recursos renovables, implementarse procesos más limpios y por lo tanto de menor
incidencia al ecosistema, con cargas de fuego menores que con los hidrocarburos provenientes del petróleo.
Tal como ha sido observado en la redacción del plan maestro “debe fortalecerse institucionalmente la gestión
ambiental dentro del organigrama de la Autoridad Portuaria, a fin de que, en el marco de las misiones y
funciones correspondientes, disponga de la capacidad técnica y operativa para responder a las nuevas
necesidades de gestión”. Ello implica en virtud de su importancia, la jerarquización del área alusiva y la
incorporación de profesionales.