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Requerimientos nutricionales y la fertilización del

cultivo del café


Enviado por María R. Suárez

Partes: 1, 2
1. Resumen
2. Introducción
3. Requerimientos Nutricionales del Cultivo
4. Nutrimentos Recomendados (Dosis, Tiempo y Cantidad de Aplicación)
5. Respuesta del Cultivo del Café a los Fertilizantes y Niveles Críticos en el
Suelo
6. Métodos y Época de Aplicación de Fertilizantes
7. Síntomas Típicos de Deficiencias Nutricionales del Café
8. Conclusiones

Resumen
Este artículo presenta un resumen de los trabajos realizados sobre fertilización y aspectos
nutricionales del cultivo del café, llevado a cabo en países productores del grano en África,
Sur América, Centro América y región del Caribe. Comprende una revisión de literatura de
trabajos científicos sobre el tema y se remonta a las décadas de los 60 y 70, cuando los
aspectos de fertilización, manejo adecuado del suelo y promoción de prácticas efectivas
para lograr mayores rendimientos, era imperante en un mundo cada vez más exigente y
competitivo que es el mercado mundial del café. Se presentan los aspectos históricos del
cultivo, sus requerimientos nutricionales, las dosis de fertilizantes recomendadas según la
región, la respuesta del cultivo a los fertilizantes, la utilización de nutrimentos por parte del
cultivo, los síntomas típicos de las deficiencias nutricionales, los niveles críticos reportados
para suelo y planta, reportes de toxicidad, las prácticas actuales para mejorar
la nutrición del cultivo, los requerimientos especiales y el uso de tecnologíainnovadora para
la evaluación de fertilidad y el suministro de nutrimentos.
Palabras claves – fertilidad, análisis de suelo, análisis foliar, extracción, exportación,
macro y micro nutrientes, pH, materia orgánica, niveles críticos, requerimientos
nutricionales, interacción, calibración de pruebas de suelo, dosis de fertilizantes,
enmiendas, toxicidad.

Introducción
Se dice que el café es originario de la región de la antigua Etiopía (República de Yemen),
pero la antigua costumbre de tomar café y las leyendasalrededor de la bebida, provienen de
Arabia y datan de los años 800 D.C.. Fueron los árabes quienes desarrollaron todo
el proceso del cultivo y procesamiento del café, haciendo de su bebida un evento social y
reemplazando bebidas prohibidas para su cultura. De Arabia el café pasó a la India y llegó
a Europa en el siglo XVII. Para el año 1615, se tomaba café en Venecia, y en 1643, aparece
en París, y quizá ya en 1651 en Londres[1]El café fue introducido a América a finales del
siglo XVII y desde su llegada tomó un gran auge como cultivo de producción y exportación,
especialmente en países como Brasil, Costa Rica, Colombia, Honduras, El
Salvador, Ecuador, Méjico, Belice, Guatemala, Panamá y la zona del caribe,
principalmente Puerto Rico y Republica Dominicana. En algunos de estos países el café se
tornó, y aún continúa siendo un renglón principal dentro de su economía y parte
importante del producto interno bruto, así como un decisivo factor para el desarrollo
social y económico de las regiones donde se cultiva el grano.
A medida que el cultivo del café y sus exportaciones recobraron auge en América, durante el
siglo XVII y XVIII, siendo los Estados Unidos uno de los principales compradores del
grano, así mismo estos países se dieron a la tarea de mejorar la productividad y tecnificar
sus cultivos. Actualmente, se reconoce que los mayores rendimientos, así como la
mejor calidad del grano solamente puede ser alcanzada mediante la combinación de buenas
prácticas agronómicas y de conservación de suelos, entre las cuales se incluyen: el uso de
variedades superiores, densidad de siembra adecuada, renovación sistemática
de madera de reproducción, control fitosanitario, renovación total de la plantación una vez
la productividad empieza a decaer y una fertilización adecuada, intensiva y oportuna[2]

Requerimientos Nutricionales del Cultivo


Los requerimientos nutricionales del cultivo se establecen a partir de lo que las plantas en
su óptimo estado de desarrollo y vigor retiran del suelo y que está contenido en el tejido
vegetal de toda la planta. Se relaciona con cantidades suficientes de los elementos que están
disponibles en el suelo y que la planta puede absorber para lograr un crecimiento y grado de
productividad deseada.
Según Malavolta, E. (1986)[3], citado por Palma (1991)[4], la cantidad de minerales que el
café retira del suelo y que está contenida en todas las partes de la planta se denomina
"extracción"; la "exportación" se refiere a los elementos existentes en los frutos colectados.
En orden de importancia un cultivo típico de café realiza las siguientes exportaciones:
Macronutrientes:
K>N>Ca>Mg>S>P
Micronutrientes:
Fe>Zn>B>Mn>Cu>Mo
En Costa Rica, Carvajal, J.F (1984)[5], citado por Palma (1991)[6] y Carvajal (1984)[7],
encontró que una cosecha de café (Coffea arabica) de 30 fanegadas (1 fanegada = 6400 m2,
= 238 kg de café de uva maduro) retira del suelo las siguientes cantidades de nutrientes:

Elemento Cantidad, kg

N 43
P2O5 8.4

K2O 48

CaO 11.3

MgO 4.7

S 2.33

Fe2O3 0.31

Mn2O3 0.03

B2O3 0.097

De este cuadro se deduce que el equilibrio entre N, P2O5 y K2O en los frutos del cafeto
tiene una relación de: 5.2:1:5.8. Para otras localidades se encontraron resultados similares
como Costa de Marfil y Hawai[8]Por ejemplo, en plantaciones de Coffea canephora en
Costa de Marfil, Snoeck, J, (1980)[9] (citado por Carvajal, 1984)[10], se encontró que los
requerimientos nutricionales son similares para una producción de 1000 kg/ha de café
demercadeo.
Mehlich (1966)[11], citado por Carvajal (1984)[12] reporta que el café tiene los siguientes
requerimientos nutricionales a los tres años de edad, expresados en kg/ha, para una
densidad de siembra de 1345 arbustos/ha y una producción estimada de 1255 kg de café
limpio:

Parte
N P K Ca Mg S
planta

Órganos
hipogeos 19.3 2.8 32.9 11.8 2.8 2.8
Tallo

Ramas 17.9 2.5 23.9 7.5 4.2 1.5

Follaje 66.4 13 56.8 23.6 8.5 3.5

Frutos
37 3.3 43.3 4.1 4.2 3.1
maduros

Totales 141 14 157 47.0 19.7 10.9

Para este trabajo se deduce que el equilibrio N:P:K tiene una relación de 10:1:11 y que el
potasio se destaca como el elemento mayoritario. De este trabajo también se concluyó lo
siguiente:
 1. El requerimiento de nitrógeno y potasio aumenta rápidamente a medida que los frutos
alcanzan mayor edad.
 2. La exigencia neta de fósforo es siempre menor y se mantiene más o menos constante.
 3. La proporción N: P2O5: K2O es 6:1:8, similar a la encontrada por Carvajal en 1984,
aunque un poco inferior para nitrógeno.
 4. En los frutos a 5 años de edad los contenidos de N: P2O5: K2O representan el 28.2,
31.2 y 34.7% del consumo total por la planta, respectivamente.
En cuanto a los requerimientos a nivel foliar, el Conjunto Tecnológico para la Producción
de Café en Puerto Rico (1999)[13], tomado de Wilson K.C. (1985)[14] relaciona los niveles
adecuados de nutrimentos foliares así:

Nutrimento Bajo Adecuado Alto

N (%) 2 2.6 3.5

P (%) 0.10 0.15 0.20

K (%) 1.5 2.1 2.6

Ca (%) 0.40 0.75 1.5

Mg (%) 0.10 0.25 0.40

S (%) 0.10 0.15 0.25

Fe (ppm) 40 70 200

Mn (ppm) 25 50 100

Zn (ppm) 10 15 30

Cu (ppm) 3 7 20

B (ppm) 25 40 90

Mo (ppm) 0.5 0.08 -

Este mismo análisis fue reportado por Moya C. y Zantua, M.I. (1991)[15] para Honduras en
la región cafetalera de Santa Bárbara,, encontrándose poca diferencia con
la interpretación del análisis foliar anterior, según se muestra en la siguiente tabla:

Nutrimento Bajo Adecuado Alto

N (%) <2.5 2.5 - 3 >3


P (%) <0.13 0.13 a 0.2 >0.2

K (%) <1.5 1.5 - 2.7 >2.7

Ca (%) <1.1 1.1-1.7 >1.7

Mg (%) <0.2 0.20-0.35 >0.35

S (%) <0.16 0.16-0.25 >0.25

Fe (ppm) <75 75-150 >150

Mn (ppm) <50 50-150 >150

Zn (ppm) <15 15-20 >20

Cu (ppm) <6 6-12 >12

B (ppm) <50 50-100 >100

Estos reportes establecen valores confiables en cuanto a contenidos de nutrimentos en las


hojas y pueden ser utilizados como guía por el caficultor. Las diferencias más marcadas
entre una fuente y la otra están básicamente en los niveles de Ca y Mn.
Por otra parte, el Manual del Cafetero Colombiano, IV Ed. (1979)[16] establece
las funciones de los nutrimentos en la fisiología de las plantas, que complementadas con las
descritas por Carvajal (1984)[17], se resumen a continuación:
 1. Nitrógeno: es necesario para la época de crecimiento y durante la producción. Entre
las funciones del nitrógeno están: forma parte de las moléculas de proteínas, participa
en la transferencia de información genética y en la fotosíntesis y experimenta gran
movilidad en la planta. La fuente de nitrógeno como sulfato de amonio no es muy
recomendable porque aumenta la acidez del suelo, y se recomienda aplicarlo en forma
de urea.
 2. Fósforo: su mayor consumo se presenta en el período de crecimiento, es decir
durante sus tres primeros años de vida. Forma parte de las moléculas que conservan y
transfieren energía en la planta para procesos metabólicos, hace parte de la bicapa de
fosfolípidos de las membranas celulares y su absorción a través de H2PO4- y HPO4-2 es
indispensable para la formación de compuestos orgánicos, principalmente hexosas
fosfatadas. Experimenta una gran movilidad en la planta. La mayoría de los suelos
tienen cantidades suficientes de fósforo para el cafeto.
 3. Potasio: su uso primordial por parte de la planta se hace durante la producción.
Influye en procesos metabólicos como fotosíntesis, respiración, síntesis de clorofila,
nivel hídrico en las hojas, apertura y cierre de estomas y como activador enzimático y
partícipe del flujo y translocación de metabolitos en la planta. No forma parte
constitutiva de compuestos orgánicos, sin embargo está presente en todos
los tejidosvegetales y presenta una gran movilidad. El efecto máximo del potasio a través
de la fertilización es de 4 meses.
 4. Calcio: juega un papel importante en la formación de estructuras constituidas
por lípidos y en la formación de membranas y pared celulares. Influye en el mecanismo
de la mitosis y actúa como activador de enzimas durante el crecimiento. No experimenta
gran movilidad en la planta.
 5. Magnesio: participa en la fotosíntesis y en
el metabolismo de carbohidratos (glicólisis), así como en la integración de ribosomas.
Promueve la transferencia de grupos fosfatos y en la activación enzimática de procesos
metabólicos. Forma parte de la molécula de la clorofila.
 6. Azufre: es constituyente de tres aminoácidos (cistina, cisteína y metionina) que
hacen parte de todas las proteínas vegetales. Se absorbe como SO4-2 y forma parte de
las vitaminas biotina y tiamina (B1) y de la coenzima A. Interviene en la síntesis de
clorofila.
 7. Boro: desempeña funciones fisiológicas asociadas a las relaciones hídricas,
metabolismo del nitrógeno, acumulamiento de azucares, formación de metaxilema en
ápices gemulares. Un bajo nivel de boro reduce la cantidad de giberelina, que a su vez
causa alteración en la actividad de la amilasa (. No experimenta movilidad en la planta.
 8. Zinc: es responsable de la síntesis de la auxina, hormona de crecimiento que
estimula el alargamiento de las células. Participa en procesos metabólicos, estabiliza las
fracciones ribosomales y promueve la síntesis del citocromo C.
 9. Cobre: el cobre se encuentra mayoritariamente en los cloroplastos, donde forma
parte de la plastocianina involucrada en la transferencia de electrones durante el
proceso de fotosíntesis.
 10. Hierro: es componente estructural de moléculas de porfirina y participa en la
síntesis de la clorofila y en el sistema de transporte de electrones en el proceso de
fotosíntesis.
 11. Molibdeno: se encuentra en las plantas en cantidades muy pequeñas y es
componente estructural de las enzimas nitrogenasa y reductasa del nitrato. Ha sido
asociado con los mecanismos de absorción y translación del hierro.
 12. Manganeso: es uno de los activadores enzimáticos más importantes en el ciclo de
Krebs y participa en el sistema de transporte de electrones de la fotosíntesis (fotosistema
II), conducente a la fotólisis del agua. Además de participar en la respiración, actúa en el
metabolismo del nitrógeno y ayuda a mantener la estructura de la membrana del
cloroplasto.
Una vez establecidos los requerimientos nutricionales a nivel de plantación y por arbusto en
el cultivo del café y de entender las funciones fisiológicas que cumple cada elemento dentro
de los procesos de crecimiento y desarrollo, la siguiente sección presenta una discusión
sobre las dosis de fertilizantes y los niveles críticos descritos por caficultores en varios
países productores.

Nutrimentos Recomendados (Dosis, Tiempo y Cantidad de


Aplicación)
La caficultura modera requiere de una fuerte inversión de insumos para su producción y
cada día es más apremiante que el agricultor evalúe la relación costo-beneficio dentro de
sus prácticas agronómicas. El conocimiento de la composición química del suelo y de los
nutrimentos presentes en el tejido vegetal constituyen una herramienta fundamental para
determinar los requerimientos nutricionales del cultivo del café y para formular
un programa de fertilización adecuado[18]Estos requerimientos se cumplen
adecuadamente cuando los elementos necesarios para el crecimiento, desarrollo y
productividad están presentes en forma suficiente y al alcance de las plantas, de tal manera
que no se conviertan en factores limitantes para el normal desarrollo del cultivo y no haya
ninguna interacción antagónica entre ellos.
El cultivo del café no es la excepción y requiere para una adecuada dosificación, de análisis
químicos de suelo que proporcionen datos como nivel de nutrimentos, pH, porcentaje de
saturación de bases, aluminio intercambiable, capacidad de intercambio catiónico, etc, que
calibrados versus diferentes niveles de aplicación de fertilizantes a través de ensayos de
campo a mediano y largo plazo, se pueden interpretar para extraer la mejor recomendación
posible para cada región y cada localidad.
De acuerdo con la literatura revisada, las fórmulas de los fertilizantes, el momento y
cantidad de aplicación varía de país a país, y dentro de un país, varía según la región
productora, la edad del cultivo, el tipo de suelo, la variedad utilizada, la densidad de
siembra, según si el cultivo tiene o no sombra o las prácticas agronómicas anteriores, entre
otros factores. De acuerdo con esto, es imposible tener una fórmula universal que cubra los
requerimientos nutricionales óptimos, aun para la misma variedad sembrada bajo el mismo
tipo de suelo, en dos localidades diferentes. La Tabla 1. del Anexo contiene un resumen de
los trabajos revisados o citados por otros autores con respecto a las dosis de fertilizantes
recomendadas, su momento y cantidad de aplicación y las fórmulas comerciales utilizadas.
De esta tabla y de los resultados de las investigaciones realizadas por Vicente Chandler, J.
et. al. (1969)[19], Abruña F. et. al. (1959)[20], Rodríguez, S.J. et. al. (1965)[21], Abruña, F.
et. al (1963)[22] y Monroig, M.F. (2001)[23] para Puerto Rico, Palma M.R. (1991)[24],
Moya, C. et. al. (1991)[25], Jaramillo, S. et. al. (1991)[26], San Juan, J.R. et. al. (1991)[27] y
Girón, J.J. (1991)[28] para países centroamericanos y Uribe, A. (1983)[29], Aponte del
Londoño, M.E. et.al. (1983)[30], Valencia G. et.al. (1981)[31] y Uribe, A. (1981)[32] para
Colombia, se puede concluir en términos generales, lo siguiente:
 1. La fórmula más adecuada debe basarse en trabajos de calibración a mediano y largo
plazo, de acuerdo con lo que el suelo de cada región aporte al cultivo (análisis de suelo),
a la eficiencia estimada según el nutriente, a los análisis de tejido vegetal y la respuesta
que el cultivo tiene para diferentes niveles de fertilización, y para un nivel de
productividad deseada. A continuación se presenta un estimado de eficiencia para N, P,
K, Ca y Mg y una interpretación de análisis de suelos presentada por Palma (ref. 24) y
complementada por Moya (ref. 25) para países centroamericanos:

Elem. Eficiencia % Observación

N 40-50 Menor con fuertes lluvias

A pH altos=>fosfatos de Ca
P 25-30 A pH bajos=>fosfatos de Fe
y Al

K 50-60 Según CIC

Ca 80-90 "

Mg 80-90 "

* Cuadro de Eficiencia según elemento


** Interpretación de Análisis de Suelos para Café

Análisis Unidad Bajo Normal Alto

pH - <5 5-6.5 >6.5


MO % <5 5-10 >10

N total % <0.4 0.4-0.8 >0.8

P Ppm <5 5-15 >15

meq/100
K <0.2 0.2-0.7 >0.7
suelo

Ca " <3 3-9 >9

Mg " <0.5 0.5-2 >2

Fe Ppm <5 5-15 >15

Mn " <2 2-10 >10

Cu " <0.5 0.5-1 >1

Zn " <1 1-5 >5

S " <12 12-20 >20

B " <0.5 0.5-8 >8

% Sat.
% <60 60-70 >70
Bases

Mg/K <2 2-5 >5

Ca +
<5 5-13 >13
Mg/K

Ca/Mg <2 2-5 >5

Ca/K <5 5-25 >25

meq/100
Ca, Mg, K <5 5-10 >10
suelo

Al " <0.3 0.3-1.5 >1.5

TEA " <1.5 1.5-4.5 >4.5


CIC " <10 10-20 >20

 2. El café responde más positivamente a las aplicaciones de nitrógeno y potasio que a las
aplicaciones de fósforo. Sin embargo el fósforo (sobretodo en etapas tempranas de
crecimiento), así como los elementos menores son indispensables para lograr el máximo
beneficio nutricional en la planta. Estos últimos deben ser parte del programa de
abonamiento.
 3. El equilibrio entre los cationes mayores debe estar bien balanceado para que la
relación entre ellos no se convierta en un factor limitante en el desarrollo y crecimiento
del cultivo. Se establece a partir del porcentaje de saturación de bases y para la gran
mayoría de los suelos cafetaleros, debe guardarse una proporción 1:9:3 de K.Ca:Mg,
respectivamente. Esto evita que la falta de una o más bases en determinada fase
fenológica del cultivo o por desequilibrio en la disponibilidad, se ocasione una
deficiencia inducida.
 4. La aplicación de fertilizantes en cultivos de café debe comenzar al momento de la
siembra (asumiendo una adecuada fertilización en vivero) y sucesivamente cada año
hasta el cuarto año. Las dosis recomendadas al año deben repartirse en 3 o 4
aplicaciones, según si la plantación está en fase de crecimiento o en fase de producción y
teniendo el cuenta el régimen de lluvias locales.
 5. La relación de la fórmula promedio es aproximadamente 15:9:13 (N: P2O5: K2O) y la
cantidad de aplicación debe ser aproximadamente 250 kg/ha/año N, 125 kg/ha/año
P2O5 y 50 kg/ha/año K2O para densidades de siembra entre 3,000 y 4,000 plantas/ha.
Para efectos de una aplicación real, se debe ajustar a la localidad de acuerdo con los
ensayos respectivos.
 6. Aunque la literatura no relaciona un aumento de rendimientos debido a la aplicación
de cal, esta debe aplicarse a razón de 2 a 4 ton/ha/año para corregir la acidez del suelo y
ajustar el pH a 5.5. Esto logra los siguientes beneficios sobre el cultivo: neutraliza los
suelos ácidos, disminuye el nivel de aluminio intercambiable, disminuye las posibles
deficiencias de calcio, magnesio y potasio y reduce el efecto de la toxicidad por
manganeso (que a niveles superiores a 500 ppm se considera tóxico).
Partes: 1, 2
BIBLIOGRAFIA

https://www.monografias.com/trabajos94/requerimientos-nutricionales-y-fertilizacion-del-
cultivo-del-cafe/requerimientos-nutricionales-y-fertilizacion-del-cultivo-del-cafe.shtml
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-34292016005000002

Sostenibilidad en agroecosistemas de café de pequeños


agricultores: revisión sistemática

Sustainability in coffee agroecosystems of small farmers: a


systematic review

Mónica María Machado Vargas1, Leonardo Alberto Ríos Osorio2*

1
Grupo de investigación Medio Ambiente y Sociedad, Universidad de Antioquia.
Sede de Investigación Universitaria, torre 1, oficina 213, tel. 57 4 2196479.
Medellín, Colombia.
2
Universidad de Antioquia, Grupo de Investigación Salud y Sostenibilidad. Medellín,
Colombia. * Autor para correspondencia: leonardo.rios@udea.edu.co

RESUMEN

El propósito de este artículo fue realizar una revisión sistemática respecto de


indicadores para estudiar y evaluar agroecosistemas de café en pequeños
agricultores. Dentro de la literatura encontrada se observó dos marcos
referenciales: las áreas técnico-ambientales de los cuales se derivan indicadores
como prácticas de protección del medio ambiente y producción; y las áreas sociales
con indicadores para evaluar los medios de vida, bienestar y lo referente a capital
natural, capital humano, capital social, capital físico y capital financiero. De acuerdo
con esto, emergen indicadores para analizar la capacidad adaptativa de las
poblaciones rurales para ser resilientes a los cambios sociales, ecológicos y
económicos. Estos indicadores deben relacionar lo social, lo económico y el sistema
ecológico, e interaccionar en una escala temporal, espacial y organizacional.

Palabras claves: sostenibilidad, indicadores, café, pequeños agricultores.

ABSTRACT

The purpose of this paper was to conduct a systematic review of indicators to study
and evaluate agro coffee smallholders. Within the found literature, two frames of
reference were observed: the technical-environmental areas in which indicators and
practical protection of the environment and production are derived; and social
areas with indicators to assess livelihoods, welfare and all related to natural capital,
human capital, social capital, physical capital and financial capital. Accordingly,
indicators emerge to analyze the adaptive capacity of rural communities to be
resilient to the social, ecological and economic changes. These indicators have to
include social, economic and ecological dimensions, and interact in a temporal,
spatial, and organizational scale.

Key words: sustainability, indicators, coffee, small farmers.

Introducción

En los últimos años, la creciente conciencia acerca del impacto ambiental, social y
cultural de prácticas de la agricultura moderna como es el uso ineficiente de
insumos sintéticos derivados del petróleo, ha ocasionado erosión y salinización de
suelos, contaminación de aguas y aumento de gases de efecto invernadero; otras
prácticas han ocasionado la pérdida de cultivos tradicionales, aumento de plagas y
enfermedades, entre otros (Altieri, 2008). Asimismo, el aumento del área para la
agricultura ha ocasionado pérdida de hábitats y su biodiversidad asociada, y con
ellos la pérdida de los servicios ecosistémicos (Pretty, 2008). También la agricultura
moderna ha aumentado la marginación de la población rural que ve deteriorarse
sus niveles de vida, particularmente en lo que respecta a las condiciones de trabajo
y a los niveles de alimentación (Altieri y Toledo, 2011).
No está ajeno a esto la caficultura en el mundo. A mediados del siglo pasado las
plantaciones de café que se establecieron tenían la estrategia denominada "cafetal
bajo monte raleado", es decir, se aprovechaba la sombra de las especies arbóreas
nativas del bosque primario para la producción de café. A partir de los años
sesenta, la adopción de nuevas tecnologías con la llegada de la Revolución Verde,
orientadas a intensificar la caficultura por medio del uso intensivo de agroquímicos
y la eliminación del sombrío del cafetal, transformó los cafetales diversificados en
monocultivos (Fischersworring y Robkamp, 2001).

En los últimos años se ha hecho énfasis en el deterioro de la biodiversidad en la


conversión del café de sombra al café de sol. Estudios han demostrado que los
elementos de biodiversidad, incluyendo las plantas, reptiles, aves, insectos y
algunos mamíferos, son más altos en el café con sombra que en el café sin sombra
(Borkhataria et al., 2012). La conservación de la biodiversidad como son las
hormigas, aves y lagartos pueden disminuir la abundancia de insectos plagas en el
café (Perfecto et al, 2004; Borkhataria et al., 2012). Los árboles como sombrío en
el cultivo de café constituye una práctica agroecológica que proporciona servicios
ecosistémicos como, refugio y hábitat para la biodiversidad, secuestro de carbono,
regulación del microclima y fijación de nitrógeno, además de ser otra fuente de
ingreso para los caficultores (Meylan et al., 2013).

Un estudio realizado en Centroamérica acerca de las estrategias utilizadas por los


pequeños productores de café que les permitió un cierto nivel de éxito para superar
las fluctuaciones de los precios internacionales encontró que entre las más efectivas
implementadas estaba la producción y comercialización de cafés especiales y la
diversificación de la producción de café por la introducción de rubros
complementarios; esto implicó la aplicación de prácticas agroecológicas para
mejorar la calidad y asegurar la naturaleza orgánica del producto (Damiani, 2005).
Actualmente el café es considerado uno de los principales commodities en el
mundo, con plantaciones de café que cubren aproximadamente 10,6 millones de
hectáreas de tierra, casi toda en los trópicos y la producción soporta el sustento de
vida de cuatro millones de pequeños productores en 14 países (Castro-
Tanzi, 2012).

Por todo lo anterior, se ha llegado a plantear la necesidad de un cambio en la


producción de alimentos, es decir, una agricultura sostenible. De ahí la necesidad
de estudiar la complejidad de los problemas de insostenibilidad de los sistemas
agrarios desde un nuevo enfoque sistémico. Este enfoque holístico, que permite
entender la problemática agrícola en términos sistémicos se denomina
agroecología, esta estudia las relaciones entre los sistemas agrícolas y el medio
ambiente y la sociedad dentro de las que se desarrollan tales sistemas (Altieri,
1999). Por tanto, la agroecología estudia las relaciones socioecológicas de los
agroecosistemas, entendiendo los sistemas socioecológicos como sistemas
constituidos por los subsistemas sociales, económicos, institucionales y ecológicos,
y las relaciones entre ellos (Gallopín, 2003). Es por esto que la agricultura
sostenible no debe soportarse solamente en la ecología del agroecosistema
específico donde se practica, sino que debe trascender las estructuras culturales y
sociales en las que el sistema se desarrolla (Holt-Giménez, 2008).

Actualmente, uno de los desafíos que enfrentan tanto agricultores como


extensionistas e investigadores es saber en qué estado se encuentra el
agroecosistema. Por esto, algunos especialistas (Hart, 1985; Masera et al., 1999;
Astier et al., 2008; Sarandón, 2002) han diseñado metodologías para la evaluación
de agroecosistemas que permite monitorear la evolución de un mismo
agroecosistema en el tiempo, para que tanto el agricultor como el investigador o
extensionista puedan determinar el estado del mismo y con ello realizar una
planeación y un diseño sostenible. En este sentido, Altieri y Nicholls (2002)
desarrollaron una metodología rápida para evaluar el agroecosistema de café de
pequeños productores en Costa Rica, los indicadores para la evaluación se
construyeron de forma participativa y de acuerdo con las necesidades y
conocimientos de los pequeños caficultores. Es importante a la hora de hacer una
evaluación de sostenibilidad de un agroecosistema de café, en seleccionar unos
indicadores que reflejen la integración social, ambiental y económica, así como sus
interrrelaciones (Sarandón y Flores, 2009), de esta forma permite tener una visión
holística del agroecosistema.

Es por esto, que el objetivo de este artículo fue describir los indicadores para el
estudio y evaluación de la sostenibilidad de pequeños productores de café a partir
de una revisión sistemática de la literatura científica.

Materiales y Métodos

Estrategia de búsqueda

El estudio se llevó a cabo en conformidad con la declaración PRISMA (Urrútia y


Bonfill et al., 2010). En julio de 2014 se realizó una búsqueda sistemática de
literatura en las bases de datos ScienceDirect, Springer Link y Scopus, por
sensibilidad, utilizando descriptores DeCS, por exhaustividad, utilizando
descriptores no DeCS y por especificidad, utilizando la combinación mediante
operadores booleanos de términos definidos de acuerdo con la pregunta de
investigación.

La búsqueda de la ruta general utilizada fue: [((coffee smallholder) AND indicator))


AND (agroecology OR sustainability)]. En las bases de datos ScienceDirect,
Springer Link y Scopus se utilizaron los límites de tiempo "2004 to present" y
"between 2004 and 2014".

Las citas encontradas junto con su respectivo resumen se importaron al software de


gestión de referencias EndNote, en el que se eliminaron las citas duplicadas entre
las bases de datos. El protocolo de búsqueda fue aplicado por dos revisores de
forma independiente, cuyas diferencias fueron analizadas y resueltas por mutuo
acuerdo.

Criterios de inclusión y exclusión

Se incluyeron solo artículos originales reportados en la literatura científica en los


últimos 10 años (2004 a 2014), escritos en el idioma inglés. Los artículos fueron
estudios relativos a la evaluación de sistemas de producción de café de pequeños
productores que utilizaron indicadores de sostenibilidad o agroecológicos. Además
se tuvieron en cuenta artículos que describieran la categoría de análisis del sistema
de producción y tipo de productor; describiera el indicador y su nivel de medición y
describiera el marco referencial del concepto de sostenibilidad. Se excluyeron los
artículos que solo contemplaran los grandes productores de café. Los datos de cada
publicación fueron extraídos y tabulados para su posterior análisis, en una base de
datos en Excel.

Resultados y Discusión

La implementación del protocolo de búsqueda mediante las rutas descritas


previamente arrojó 218 artículos publicados entre 2004 y 2014 (ScienceDirect 52,
Springer Link 67 y Scopus 99). Posteriormente se eliminaron nueve referencias
duplicadas entre las bases de datos (gestor de referencias EndNote), se evaluaron
209 publicaciones con base en el título y el resumen, de estas 190 fueron
descartadas por no cumplir con los criterios de inclusión determinados de acuerdo
con la pregunta de investigación. Se analizaron 19 artículos en texto completo y
como resultado tres fueron eliminados por cumplir con los criterios de exclusión.
Basado en lo anterior, el protocolo de búsqueda en las tres bases de datos incluyó
15 artículos en la revisión sistemática (Figura 1).

Figura 1. Flujograma estrategia de búsqueda (Urrútia y Bonfill et al., 2010).

A estos 15 artículos obtenidos se le sumó literatura gris que fue obtenida mediante
la herramienta de búsqueda Google Académico, con 12 tesis de doctorado para
garantizar la exhaustividad, de estas solo tres cumplen con los criterios de inclusión
y nueve se descartaron por cumplir con los criterios de exclusión. Los artículos
seleccionados son investigaciones de África, Asia, Centro y Sur América (Figura 2).
Figura 2. Mapa con las áreas de estudio, sus autores y año de publicación,
encontrada en la revisión sistemática.

Sistema de producción de los pequeños agricultores de café

De acuerdo con la literatura encontrada, autores como Katlyn et al., 2013; Bacon et
al., 2014 afirman que la mayoría de los productores de café en el mundo son
pequeños agricultores, en este sentido, el 85% de los caficultores en Centroamérica
son pequeños y en su mayoría indígenas. Estos pequeños caficultores se
caracterizan por poseer áreas mínimas de producción, como se evidencia en
América Latina, países como Nicaragua donde la gran mayoría son pequeños
productores con 3,5 ha que producen el 85% de la cosecha de café (Donovan y
Poole, 2014). En Costa Rica las áreas mínimas son 0,17 ha y máximo 4,9 ha
(Castro-Tanzi, 2012), mientras que en Perú los pequeños caficultores poseen de 5 a
6 hectáreas y generalmente utilizan cerca de 0,5 hectáreas para cultivos, huertas
familiares y ganadería a pequeña escala o estabulada (Ruben y Fort, 2012). En
África, en países como Rwanda, el tamaño promedio es de 0,76 ha y en monte
Kilimanjaro, Tanzania, el tamaño promedio de esta zona es de 0,56 ha, pero la
mitad de los agricultores tienen menos de 0,4 ha, los que son considerados chacras
o huertos caseros (Soini, 2005; Elder et al., 2013).

Según Bacon et al. (2014), una de las características importantes de los pequeños
caficultores son los agroecosistemas diversificados o sistemas agroforestales, los
que proporcionan servicios ecosistémicos. Este mismo autor sugiere que las
primeras tierras con café bajo sombra se dieron en El Salvador, Guatemala,
Nicaragua y parte de México (Bacon et al., 2012). En la literatura encontrada
autores como Bacon et al., 2012; Katly et al., 2013; Speelman et al., 2014,
sugieren que estos sistemas agroforestales de café se caracterizan por la
conservación de la biodiversidad y conservación de remanentes de bosques; los
árboles le proporcionan al agricultor una variedad de productos como frutas, leña y
madera. Los pequeños caficultores también tienen parcelas de subsistencia de maíz
y frijol que son parte de su dieta, otras parcelas contienen pequeñas cantidades de
variedades de vegetales para consumo o ventas ocasionales y plantas medicinales;
también se resalta en estos sistemas agroforestales la calidad del café (Bacon et
al., 2012; Katly et al., 2013; Speelman et al., 2014).

En Tanzania, monte Kilimanjaro, Soini (2005), describen los sistemas


agroforestales tradicionales de café en sistemas combinados de café-banano, con
múltiples otros cultivos de comida, cultivos intercalados y cultivos de maíz, mijo y
frijol. Los árboles son utilizados para protección del café, como cercas vivas, para
forraje y mulch, para alimento de abejas, para madera y leña. También las
colmenas y gallinas juegan un papel muy importante dentro de estos sistemas. Por
otro lado, los sistemas de café a pequeña escala en Rwanda y Brasil descritos por
Nonato de Souza et al., 2012; Elder et al., 2013, respectivamente, estos sistemas
de café en su mayoría crecen sin sombra, el que requiere de altas cantidades de
pesticidas y fertilizantes químicos.

Según Moguel y Toledo, 1999, en un estudio realizado en México, los sistemas de


producción de café se clasifican de acuerdo con su vegetación y complejidad de la
estructura de sus policultivos tradicionales o comerciales. En los policultivos
complejos tradicionales el café crece junto a especies de plantas nativas o
introducidas que incluye remanentes de bosque y en doseles de 20-30 m de altura.
Los sistemas policultivos no tradicionales se caracterizan por una completa
remoción de los árboles de los bosques originales y la introducción de especies de
árboles para sombra que son apropiados para los cultivos de café y que
frecuentemente son plantas fijadoras de nitrógeno como Inga sp. y con doseles
menos de 15 metros (Rahn et al., 2013).

Concepto de sostenibilidad para evaluar agroecosistemas de café

En los estudios seleccionados se encontró que la descripción del concepto de


sostenibilidad se divide en dos marcos referenciales, una desde las áreas técnicas
ambientales y la otra en las áreas de lo social.

Según Castro-Tanzi (2012), consideró que los agroecosistemas de café más


sostenibles son aquellos que presentan características con mayor eficiencia en el
uso de fertilizantes orgánicos, ligado a esto la calidad del suelo y por tanto el
rendimiento del café y la calidad de taza de café, con lo anterior, los caficultores
pueden reducir los costos de producción y mejorar sus estilos de vida mientras
mantengan o mejoren la producción y calidad.

Otros autores (Gillison et al., 2004; Nonato de Souza et al., 2012; Cerdán et
al., 2012; Bacon et al., 2012) se refieren a los sistemas con agrobiodiversidad
como es el caso de los sistemas agroforestales de café, que contribuyen a la
conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, como estabilidad del
clima, suplemento del agua, regulación de las inundaciones, polinización de los
cultivos, fertilidad y conservación del suelo, control de enfermedades y plagas,
secuestro de carbono, oportunidades de recreación, esparcimiento y cultura, como
sistemas que mejoran la sostenibilidad y resiliencia de los sistemas de agricultura.

Para el autor Cerdán et al. (2012) los servicios ecosistémicos y la conservación de


la biodiversidad en los sistemas agroforestales de café frecuentemente se han
estudiado por separado desde su productividad, entradas y salidas, la rentabilidad,
el precio del café y los salarios locales. Bacon et al. (2012) resalta la importancia de
introducir las dimensiones sociales para el estudio de los agroecosistemas de café,
ya que existe una interdependencia entre los ecosistemas y el sistema
socioeconómico-cultural en lo local, regional, nacional, continental y global, a esto
se suma el desarrollo de un marco referencial que usa la interdisciplinariedad para
evaluar los sistemas sociecológicos. Por tanto, identificar las variables sociales para
el estudio complejo de las realidades socioambientales de los agroecosistemas de
café, requiere una multidisciplinariedad (Bacon et al., 2012).

Otro autor como Katlyn et al., (2013) propone estudiar la sostenibilidad de los
medios de vida rural analizada en lo referente a la pobreza, inseguridad alimentaria
y la ausencia de acceso a recursos, siendo la inseguridad alimentaria un indicador
de inestabilidad e insostenibilidad de los medios de vida. Los medios de vida son la
capacidad de adquirir varias actividades de subsistencia y se nombran como capital
humano, capital natural, físico, social y financiero, que podrían ser individuales o
colectivos (Donovan y Poole, 2014). Además de permitir a los agricultores tener
estrategias para ganar mejores estilos de vida, como más ingresos, incremento del
bienestar, reducción de la vulnerabilidad, entre otros (Soini, 2005; Mendén et
al., 2010). Según Katlyn et al. (2013), para evaluar los medios de vida se debe
tener en cuenta lo social, cultural y el contexto político, enfatizando en las políticas
globales y locales, la globalización, las redes de mercado y los desafíos
ambientales.

El término de sostenibilidad de los medios de vida generalmente se refiere a la


resiliencia de los agricultores ante el estrés o perturbaciones ambientales,
económicas y sociales (Katlyn et al., 2013). La diversificación de los medios de vida
está relacionado con las estrategias de cómo las poblaciones rurales pueden
manejar el riesgo, mantener la resiliencia, enfrentar y adaptarse al estrés o las
perturbaciones (Katlyn et al., 2013). Mejorar la capacidad adaptativa de los
agricultores y las comunidades es esencial para el futuro sostenible de los medios
de vida rurales, siendo definida la capacidad adaptativa como la habilidad individual
o colectiva para modificar el manejo sostenible de los recursos naturales en
respuesta a lo actual, mejorar la resiliencia de un sistema y reducir su
vulnerabilidad, esto permite pasar de un sistema en estado indeseado o un sistema
deseado (Speelman et al., 2014). La capacidad adaptativa de un sistema es
fundamental para desarrollar estrategias adaptativas que frecuentemente están
basadas en redes sociales, reorientación en la producción agrícola, mejorar
la infraestructura, mejorar la estructura de organización local y diversificar la
producción del sistema. Sin embargo, estas estrategias dependen de la
disponibilidad de recursos, que incluye respuestas económica e institucional que
afectan los sistemas socioeconómicos (Speelman et al., 2014).

Según Danse y Vellema (2007), este creciente interés por incorporar el concepto de
sostenibilidad en el comercio internacional de la producción de café se debe en
parte por la presión que los compradores internacionales de café, principalmente
los tostadores, ejercieron sobre los proveedores para cumplir con los nuevos
requerimientos de los consumidores respecto de las condiciones ambientales y
sociales en los años 90 con estándares que combinan la calidad del café y los
procesos de producción sostenibles. Para Elder et al. (2013), el marco de la
producción cafetera está medida por tres ejes fundamentales que contemplan lo
social, ambiental y lo económico y cada una de las certificadoras enfatizan bien que
sea en uno de estos aspectos como mínimo o en todos, siendo el caso ideal. De ahí
la creación de nuevos nichos de mercado que tienen estándares ambientales
específicos para la protección del medio ambiente, salud laboral y seguridad
(Elder et al., 2013) y otros para la preservación de bosques y aves.
Por tanto, autores como Danse y Vellema, 2007; Méndez et al., 2010; Ruben y
Fort, 2012; Elder et al., 2013; Katlyn et al., 2013; Donovan y Poole, 2014;
Bacon et al., 2014; han realizado estudios para entender cómo las certificadoras
internacionales de café están influenciando o afectando los medios de vida de los
pequeños productores, su cultura y las condiciones ambientales, es por esto que
estos autores han desarrollado varios indicadores para este propósito.

Indicadores para evaluar agroecosistemas de café

Basados en el marco referencial para estudiar la sostenibilidad de los


agroecosistemas de café, en esta revisión sistemática se encontró que algunos
autores proponen indicadores técnico-ambientales para conocer el estado actual de
un agroecosistema, mientras que otros autores combinan indicadores técnico-
ambientales y socioeconómicos.

Los indicadores técnico-ambientales se refieren a prácticas de protección del medio


ambiente y producción, autores como Gillison et al., 2004; Soini, 2005; Nonato de
Souza et al., 2012; Cerdán et al., 2012; Elder et al., 2013; Rahn et al., 2013
sugieren atributos como composición florística, microclima, calidad de suelo, calidad
de hojarasca, uso de fertilizantes, uso de pesticidas, número de cultivos,
rendimiento del café, ingresos de la finca, manejo del dosel de los árboles de
sombra, clasificación de los árboles en la finca, clasificación de mamíferos y aves en
la finca, prácticas de conservación de agua y suelo, uso de coberturas,
productividad y calidad del café, prácticas para mitigar el cambio climático, entre
otros.

Además, los indicadores socioeconómicos más utilizados por los autores de esta
revisión (Soini, 2005; Ruben y Fort, 2012; Bacon et al., 2012; Katlyn et al., 2013;
Rahn et al., 2013; Donovan y Poole, 2014; Hauserman, 2014; Speelman et
al., 2014) fueron basados en atributos para evaluar los medios de vida, bienestar y
lo referente a capital natural, capital humano, capital social, capital físico y capital
financiero. Algunos atributos que se pueden resaltar de la literatura revisada
fueron: grado de inseguridad alimentaria, migración, ingresos del hogar, educación,
redes sociales, vulnerabilidad al cambio climático, instituciones sociales y
organizaciones, demografía del hogar, uso de la tierra, salud y nutrición, entre
otros.

Según Katlyn et al. (2013), los caficultores invierten más tiempo y energía en la
producción de café que en producir alimentos para su seguridad alimentaria, ello da
como resultado que muchos pequeños caficultores y sus familias pasen periodos de
hambre, a esto se suma la pobreza, la ausencia de educación, la falta de
infraestructura y de redes de mercado. Es bien sabido que la vulnerabilidad de los
pequeños caficultores se debe en parte a los altos costos de la producción de café y
la fluctuación de los precios internacionales, y en algunos casos a la tenencia de la
tierra o cambios en el uso de la tierra (Hausermann, 2014).

Por lo anterior, es importante examinar esos cambios económicos, institucionales,


en el uso de la tierra y la respuesta de las comunidades a la reorganización social,
asimismo estudiar las estrategias y diversificación de los medios de vida, la
capacidad adaptativa y la resiliencia. Actualmente la capacidad adaptativa es
comúnmente analizada y discutida en el contexto del cambio climático, sin
embargo, el concepto puede ser utilizado más ampliamente, ya que incluye una
respuesta económica, institucional, que afecta los sistemas socioecológicos
(Speelman et al., 2014). Por tanto, los indicadores para analizar la sostenibilidad de
los agroecosistemas de café se deben relacionar con lo social, económico y el
sistema ecológico, que interacciona en una escala temporal, espacial y
organizacional. Es por esto que la sostenibilidad de la agricultura no es fácil de
delimitar en una parcela, campo, finca o en una escala de tierra porque está
inmersa dentro de un gran sistema socioecológico (Bacon et al., 2012).

Por consiguiente, si partimos de un marco referencial como la sostenibilidad de los


medios de vida, han surgido algunos atributos emergentes para evaluar las
estrategias de adaptación de las comunidades y su resiliencia, como: Redes
sociales, reorientación de producción agrícola, infraestructura, organización local,
diversificación de los medios de vida, diversificación de los sistemas de producción,
disponibilidad de recursos, instituciones y organizaciones, vulnerabilidad al cambio
climático, seguridad alimentaria, salud y nutrición, educación, redes de mercado,
tenencia de la tierra y contexto político (políticas globales y locales). Se espera que
estos atributos puedan tener un acercamiento a la realidad compleja que viven los
pequeños caficultores en el mundo, estos están bajo la presión de los cambios en
los precios del mercado internacional, las presiones políticas, de uso de la tierra y
tenencia de la tierra, así como a los cambios climáticos.

Conclusiones

En la literatura científica se encuentran dos modelos de evaluación de la


sostenibilidad de sistemas de pequeños productores de café: uno que se basa en un
concepto de sostenibilidad relacionado con los beneficios de los servicios
ecosistémicos y las prácticas ambientales asociados a la calidad del café, abordaje
más relacionado con una visión ecologista de la sostenibilidad. El otro modelo se
basa en una concepción de sostenibilidad más relacionada con los medios o modos
de vida de los pequeños productores, generando una línea base para valorar la
capacidad adaptativa de las poblaciones rurales frente a los cambios sociales,
ecológicos y económicos del entorno.

Otra de las características encontradas en la literatura es la carencia de información


tanto de las variables involucradas en la concepción de sostenibilidad a evaluar
como de la serie de tiempo de los datos necesarios para conocer mejor esta
condición, ello evidencia que se hace necesario generar sistemas de información
acordes con las concepciones de sostenibilidad que se están desarrollando en el
sector agrícola.

Igualmente, la envergadura de los sistemas productivos está directamente


relacionada con las propuestas de indicadores de sostenibilidad, observándose
cómo para sistemas de pequeños productores se encuentran tendencias en los
indicadores más relacionadas con aspectos socioculturales de la producción
agrícola, asociados a la concepción de agricultura familiar, que integra la
productividad con los estilos de vida de los productores.

De acuerdo con lo anterior, se hace necesario desarrollar sistemas de indicadores


que trasciendan atributos independientes de los sistemas productivos y se acerquen
a propuestas de índices o marcos de evaluación, que deriven de conceptos de
sostenibilidad integradores de los aspectos productivos y los aspectos
socioculturales, concertados con las comunidades objeto de evaluación.

Finalmente, las revisiones sistemáticas son una herramienta útil para conocer el
panorama actual de un área específica de conocimiento, como base para poder
desarrollar preguntas de investigación más pertinentes para el avance de la ciencia.

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Fecha de Recepción: 10 Octubre, 2015. Fecha de Aceptación: 26 Noviembre, 2015.

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