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Universidad Alberto Hurtado

Facultad de Filosofía y Humanidades


Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación
Introducción a los estudios literarios
Profesor: Federico Zurita
Ayudante: Catherine Villanueva
Alumna: Francisca Salas

Lenguaje en “Niñas
Araña”
Forma de representar la marginalidad chilena a través de la escritura.
Las obras del dramaturgo Luis Barrales se han destacado dentro del teatro

chileno actual por la crudeza de sus historias, y por cómo estas conforman lo que

se conoce como el mundo marginal de algunos de los sectores más bajos de la

sociedad en Chile. En particular, en sus obras “HP” y “Niñas araña”, es donde se

distingue mayormente ésta intencionalidad, en cuyo contenido se han tomado

figuras particulares de la noticia criminal chilena para crear una representación de

dicha marginalidad. Y el elemento en el que se centrará éste ensayo es en cómo

el lenguaje explica la marginalidad.

“Niñas araña” narra la historia de tres jóvenes que habitan en dicho mundo

marginal, y que son utilizadas por la historia como la representación de éste, al

poseer ciertos atributos propios, como la forma de expresarse, su conocimiento

del mundo y el entorno que describen desde donde provienen. Tomadas desde un

hecho real, las jóvenes protagonizan diversos asaltos en la capital,

específicamente en el “barrio alto” santiaguino, elemento que será crucial a lo

largo de la historia para comprender mejor su desarrollo, dados los rasgos

sociales de las protagonistas y su constante resentimiento hacia la clase alta

chilena.

Retomando lo dicho en un inicio, el lenguaje será una de las características

más importantes de la obra, pues es por medio de éste y su particular

conformación, donde se hallan elementos de cierto ritmo, musicalidad y cultura de

mundo que le otorgan una peculiar hermosura, que le permiten al lector ser capaz

de asociar la realidad a la que se ven enfrentadas “las arañitas”. El fragmento a


continuación dicho por Elizabeth, una de las protagonistas, es uno de los que más

fielmente afirma ésta idea:

De aquí Santiago parece un jardín y las luces son como flores, mira que linda Los

Conquistadores, eso como flores de cerezas, son las casa en la Dehesa, lo que parece

campos bordados, es la calle Padre Hurtado, la avenida José Ossa, parece una fila de

rosas, allí se pone amarillo rucio, porque cambia pa Vespucio, abajo una culebra de

orquidias, ¿será Pedro de Valdivia? y la avenida holanda, pura risa Jacaranda, un puñadito

de hortensias, la avenida Providencia, maravillas amarillas, esa es Sánchez Fontecilla,

mira Jaime Guzmán, una huincha tulipán, la avenida José Arrieta, manojito de violetas, esa

ronda de azucenas, es la rotonda Atenas, pétalos de jazmín, los moteles de Marín, ese

círculo de dalias, debe ser la plaza Italia, pa allá veo puros alelís, porque empieza otro país,

esas fomes manzanilla, son los postes de las villas, allá grises ilusiones, es la luz de

poblaciones, y las negras pensamientos, pura luz de campamento. (Barrales)

En el discurso anterior, se entrevé una mezcla de elementos rítmicos, en

donde se usa a su vez, una terminología propia de la jerga popular en Chile.

Ibacache (2009) en su análisis de ésta obra, describe el lenguaje de la siguiente

manera:

Además del vocabulario popular con elementos del coa (jerga utilizada por los delincuentes

chilenos), el texto echa mano a un sistema de métrica, rima y reiteración que cita al hip hop,

el rap y las décimas locales. El autor crea una convención eficaz por esa vía y dota a los

monólogos más brutales de belleza literaria sin traicionar el habla y, al mismo tiempo,

conduce a los personajes a través de diálogos punzantes, sagaces y de un humor

aplastante. (166)

Dicho lo anterior, el elemento del hip hop es relevante de mencionar.

Históricamente, éste estilo musical ha sido usado para representar la violencia de


clases, de poder y como una crítica contra la sociedad, por lo que no resulta

menos extraño que el texto emplee ciertos elementos del rap para crear ésta

atmosfera profunda de crítica y decepción, que da paso a la reflexión de las

protagonistas. Prueba de ello en el diálogo de Elizabeth es la distinción progresiva

de los distintos sectores de Santiago, que cambian en su forma, pasando de, e

éste caso, las flores más bellas hacia las más oscuras, en contraste con la

estructura de la ciudad más desarrollada y las poblaciones menos agraciadas.

El texto en su muestra del desarrollo de las jóvenes, continua con ésta

narrativa de la mano de Yasna, Nicole y Elizabeth, quienes a lo largo de la historia

liberan pensamientos de una profunda mentalidad, algo que escaparía a la

realidad que se conoce del mundo marginal, pues al provenir de una situación

vulnerable, su educación dista de ser la suficiente para poseer dichos

conocimientos culturales. Esto provoca que el texto en su diálogo realice una

cierta crítica a la burguesía por medio de veraces comparaciones con elementos

asociados a dicho estrato social, inculcando cierta ironía y burla. En uno de los

diálogos entre las protagonistas, hablan del “sushi”, el que es por efecto de su

comercialización, un elemento propio de los sectores más acomodados y que ha

sido adquirido por la clase media inclusive.

YASNA: ¿Qué es el sushi?

ELIZABETH: Son rollitos, así, de arroz con pescado crudo. Y salsa de soya. Y todos los de

la tele comen. Hay uno en Alonso de Córdoba donde todos van. Yo no he comido nunca.

YASNA: ¿Y será rico?

ELIZABETH: Demás.

NICOLE: ¿Como la comida china?


ELIZABETH: Más rica. Si es más cara.

YASNA: Pero es pescado crudo.

ELIZABETH: Pero comen los de la tele, poh.

YASNA: Pero el pescado crudo debe ser asqueroso.

NICOLE: Los de la tele se toman su propio pichi. El pichi es más asqueroso que el pescado

crudo.

ELIZABETH: Quizá poh. Quizá si comís pescado crudo el pichí sale más rico. Osea, no rico,

pero con gusto a nada, a lo mejor. (Barrales)

A través de éste fragmento, y de forma casi cómica, las protagonistas

revelan sus conocimientos provenientes de elementos como la televisión, la cual

juega un importante papel en su aprendizaje de la realidad, pues también, es el

medio por el que se han hecho conocidas debido a sus asaltos, y en donde

aspiran a aparecer, atribuyendo a ello la importancia de verse bien para los

medios, dada la imagen que éstos les han otorgado.

YASNA: Si se me antoja, entro a robar a la moneda. Hago el plan mientras suena esta

canción. Dos perreos y ya lo tengo. ¿Pero qué vamos a encontrar ahí? Vamos bailando,

vamos eligiendo, boten las pilchas, pónganse las tenidas. ¿No ven que van a salir en la

tele? Tu cara así, y tus iniciales. Hay que verse lili (...) Hay que puro cambiarse de barrio.

Venirnos pa acá. Si pasamos piola. Con buena percha y estas caritas que nos dio la

genética… Si desde que hicieron la toma que no había nadie tan famoso que fuera de allá.

Y a tu mami le gustaba salir en la tele, aunque fuera llorando. Se había puesto ese chaleco

de Zara que choreamos la otra vez. Más que lo que alumbró ese día… igual se lo puso pa’

salir en la tele. Si a todos les gusta salir en la tele. (Barrales)


La palabra “lili” que aparece en el monólogo de Yasna posee una

connotación muy importante para las protagonistas, puesto que lo que es

denominado como “lili” es aquello bello, aquello que es digno de robar, como

deben verse y de forma global, lo que es bueno. Es una prueba concreta de su

utilización del lenguaje como configuración de sus pensamientos, de una forma de

visualización de la realidad. Fernández también realiza un comentario sobre el

lenguaje de la obra, refiriéndose a la intención de Barrales como la creación de

realidades por parte de las clases populares, dada su fascinación por dichas

clases que buscan lo bello de la vida por medio de su léxico con lo que tienen para

ello. (10)

Todos los elementos que se han destacado, son los que finalmente

permiten corroborar que el lenguaje en “Niñas araña” es una expresión que refleja

la marginalidad, dadas las reiteradas comparaciones, críticas e ideales que son

expuestos en él por las protagonistas. Y en cierta manera, el lector puede

identificarse con las protagonistas, puesto que su forma de relatar sus vivencias

crea una suerte de reconocimiento, que permite sentir simpatía hacia ellas, y

verlas bajo una nueva luz, todo ello gracias a lo que Fernández destaca como la

fascinación de Barrales por la “creación de realidades”, las mismas con las que

más de una persona, puede sentirse a fin al momento de leer o ver la obra

representada.
Bibliografía

Barrales, Luis. Niñas Araña. Santiago, Chile., 2008.

Fernández, Adolfo Bisama. «Las Niñas Araña de Luis Barrales: un ejemplo significativo de la
dramaturgia chilena actual.» Nueva Revista del Pacífico (2009): 1-13.

Ibacache, Javier. «Teatro chileno actual: retrato de la desazón.» Revista Nuestra América (2009):
166 - 167.

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