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más apremiantes. Además, Atenas era una demo que todas sus sensaciones eran falsas; o podía se
cracia, una democracia bastante pequeña para ga guir a quienes habían renunciado a toda idea de
rantizar que la participación de todos los ciudada unidad más allá de lo múltiple y ofrecían un mun
nos libres en la vida política era una realidad, y no do de infinita pluralidad, y ni siquiera concedían
simplemente cuestión de votar cada cierto número el nombre de realidad a las cualidades secundarias
de años por un representante político. Algunos car que formaban la mayor parte del mundo de su
gos se proveían por sorteo, y todos los ciudadanos experiencia, el mundo que se ve y se oye, se huele y
veían que tenían muchas probabilidades de repre se gusta.
sentar un papel activo en la dirección de los nego La reacción hacia el humanismo está asociada
cios del Estado. Esto, a su vez, alimentaba la ambi con la aparición de una clase nueva, los sofistas. Se
ción de saber cada vez más acerca de los principios dice con frecuencia que los sofistas no fueron una
que sirven de fundamento a la vida política y de las escuela filosófica particular, sino que la sofística
artes que garantizan el éxito en esas actividades. más bien constituía una profesión. Eran maestros
Pero obligado a resumir con mucha brevedad la ambulantes, que hicieron su modo de vivir del anhe
materia, y así, después de haber recordado rápi lo que empezaron a sentir los hombres de ser diri
damente que también actuaban factores sociales y gidos y orientados en los asuntos prácticos, anhelo
políticos importantes, concentraré mi atención que nació en aquel tiempo de las causas que ya he
sobre las causas de naturaleza más filosóficas que mencionado: las crecientes oportunidades para
determinaron el cambio, lo cual tendrá por lo me tomar parte en la política activa, la insatisfacción
nos la ventaja de permitirme seguir el hilo de una cada vez mayor respecto de las doctrinas de los
argumentación ininterrumpida. La reacción ante filósofos naturales, y (podemos añadir también) el
la investigación de la physis se atribuye a veces, creciente escepticismo acerca de la validez de la
entre otras cosas, a lo que se ha llamado la banca enseñanza religiosa tradicional, con sus represen
rrota de la ciencia física, y ya hemos tenido un taciones de los dioses toscamente antropomórfi
atisbo de lo que est; frase significa. La base de la cas. La palabra sophistes ("maestro de sabiduría")
ciencia física griega fue, como hemos dicho al prin no había implicado hasta entonces ningún sentido
cipio, la busca de la permanencia y la estabilidad y peyorativo. Era, en efecto, la palabra que se aplicaba
de la unidad subyacente en un universo manifies a los siete sabios de la tradición. Fue la impopula
tamente mudable e inestable, el cual consiste sólo ridad de los sofistas del siglo v la que le dio el matiz
en la pluralidad más confusa. Al hombre corriente que tiene desde entonces.
debió parecerle que, sin duda alguna, los físicos Pero, aunque no puede decirse que formara una
habían fracasado. Le daban a elegir entre Parmé escuela filosófica particular, los sofistas tenían en
nides y los atomistas. Una de dos cosas: podía acep común determinados puntos. Uno era la naturale
tar la unidad del mundo a costa de renunciar a za esencialmente práctica de su enseñanza, la cual
creer en todo lo que le parecía real y de admitir tenía por objeto, según decían, inculcar la areté. Ya
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hemos analizado el sentido de esta palabra, cuya lítica nació en Grecia (lo cual significa tanto como
significación práctica está puesta de manifiesto en que nació en Europa) en una atmósfera de escepti
la anécdota del sofista Hipias, según la cual éste, cismo. A combatir este escepticismo consagraron
como una especie de anuncio viviente, se presentó sus vidas Sócrates y sus sucesores. En el terreno
en los juegos olímpicos llevando cosas que él mis físico, Demócrito había dicho que las sensaciones
mo se había fabricado, inclusive el anillo que por de dulce y amargo, caliente y frío, eran meros tér
taba en un dedo. minos convencionales. No correspondían a nada
En segundo lugar, los sofistas compartían algo real. Por esta causa, lo que a mí me parece dulce
que puede llamarse con más propiedad una acti puede parecerle amargo a otro, y aun a mí mismo
filosófica: es, a saber, el esce12.�mo, la descon cuando estoy enfermo, y la misma agua puedo sen
\ tud
fianza respecto de la posiblfü:íad del conocimiento tirla caliente con una mano y fría con la otra. Todo
i\
� absoluto. Era esto el resultado natural del callejón ( es cuestión de la disposición accidental de los áto
sin salida a que parecía haber llegado la filosofía mos de nuestro cuerpo y de su reacción a la com
natural. El conocimiento depende de dos cosas: la binación igualmente accidental en que se hallan
posesión de facultades capaces de ponemos en con los del objeto llamado sensible. La transferencia al
tacto con .la realidad, y la existencia de una reali terreno moral era muy fácil, y la realizó en aquel
dad estable que pueda ser conocida. En cuanto tiempo, si hemos de dar crédito a la tradición, un
instrumentos del conocimiento los sentidos habían ateniense llamado Arquelao, discípulo de Anaxá
sido tratados con gran severidad, y no se les había goras Si el calor y el frío, el dulzor y el amargor,
._
sustituido con nada; y la fe en la unidad y la esta no existen en la naturaleza, sino que dependen de
bilidad del universo había sido socavada, sin que nuestra sensibilidad en un momento determinado
hasta entonces hubiera surgido la idea de que pue wor ��é no hemos de suponer que la justicia y l�
de haber una realidad permanente y cognoscible m1ust1cm, lo recto y lo tuerto, tienen una existencia
fuera y más allá del ipundo físico. igualmente subjetiva e irreal? No puede haber en
Lo que anima a la filosofía es la controversia. la naturaleza principios absolutos que rijan las
Pasados ya sus primeros comienzos, todo nuevo relaciones entre los hombres. Todo es cuestión de
desarrollo representa generalmente una reacción lo que en cada momento nos parezca.
contra las ideas anteriores. Tal ocurre con los más La actitud escéptica de los sofistas puede ser
grandes pensadores griegos: Sócrates, Platón y Aris ilustrada mediante citas de los dos más famosos e
tóteles. Por eso merece la pena invertir algún tiem influyentes entre ellos, Gorgias y Protágoras. El
po, como lo estamos haciendo, en estudiar a sus título que preferentemente habían dado los filóso
predecesores para comprender los productos de su fos naturales a sus obras era: "Sobre la Naturaleza
pensamiento propio; y para este objeto es particu (physis) o lo Existente". Parodiando deliberada
larmente importante advertir el punto a que ahora mente los numerosos libros que llevaban ese título,
hemos llegado, a saber, que la filosofía moral y po- Gorgias escribió uno al que tituló "Sobre la Natu-
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ANI SMO 81
raleza o lo No existente", en el que se propuso may oría de l o s h omb res a
qui ene s e s o l e s pare
�
demo trar tres cosas: a), que nada existe; b), que si ce mal o debe esforzarse por
existiese algo, no podríamos conocerlo; cj, ,
que men tal, orientándolo hacia cree
cam biar aquel estado
si conociésemos algo, no podríamos comumcarse ncias que en sí mis
ma no son más verdaderas,
pero son mejores. Así
lo a nuestro prójimo. que da abandonada Ja prueba
(P�t g á oraSJexpresaba sus opiniones religiosas
...,-'"' . falsedad, sust ituid a por Ja pru
de Ja verdad o de la
eba pragmática .
en l0Sstgu1entes términos: "E n 1o que concierne � El irreverente esceptic ism o de
los dioses, no dispongo de medios para saber s1 los sofistas afectó
a la san ción de las leyes, no
disc utid a hasta enton
existen o no, ni la forma que tienen; porque hay ces porque se basaba en la
creencia en su origen
muchos obstáculos para llegar a ese conocimiento, divi no. Se creía que Jos anti guo
incluyendo la oscuridad de la materia y la cortedad s autores de con sti
tuci one s, com o Licurgo, lege
ndario fundadoraeEs
de la vida humana." Fue él también el autor de la parta, habían sido i nspirados
por Apo lo, y era aún
sentencia famosa: "El hombre es la medida de to costumbre entre los legislad
ores acu dir al oráculo
das las cosas", que significa -si hemos de fiarnos de Delfos y obtener, si no el con
de la interpretación de Platón- que la manera sejo del dios, por lo
men os su san ción para las leye
como las cosas se le presentan a un hombre es la s en proyec to. Este
fun dam ento religioso de las
leye s esta ba sien do so
verdad para él, y el modo como se presentan a otro cavado no sólo por la tend enc
ia atea de la filosofía
es la verdad para éste. Ninguno de los dos puede natural, que los sofistas man
tuvieron mu y gustosa
achacar error al otro, pues que si uno ve las cosas mente, sino también por circ
de una manera son de esa manera para él, aunque unstancias externas
tales com o el creciente contact
le parezcan diferentes al vecino. La verdad es mer� o de los griegos con
países extranjeros y el gran
, volumen que entonces
mente relativa. Sin embargo, Protagoras concedia alcanzó la actividad legi slat
iva en relación con la
aún cierto espacio a las opiniones convenciona es � fundación de nuevas colonias
. Los sofistas eran hi
sobre la verdad y la n¡oral al añadir que, aunque nm jos de su tiempo. Lo primero
guna opinión es más verdadera que otra, pued� ser les enseñó las dife
rencias fundamentales que pue
1.!.!:fi2_r. Si a los ojos de un h.ombre enfermo de 1ct� den existir entre las
leyes y las cos tum bres de pue
blos que viven en cli
ricia todo le parece amanllo, las cosas para ese mas dist into s; y en cua nto a
lo seg und o, era difícil
hombre son realmente amarillas, y nadie tiene de creer que las constituciones vini
eran del cielo, cuan
recho a decirle que no lo son. Pero puede merecer do los propios amigos de uno
le la pena a un médico hacer cambiar el mun o de � enemigos políticos)-formaban
(o lo que es peor, sus
ese hombre modificando el estado de su orgamsm� , parte de las com i
sion es encargadas de hacerla
s. El mis mo Protágo
de manera que las cosas dejen de parecerle am�n ras figuró en Ja com isió n env
iada en 443 a.c. para
llas. Análogamente, si a un hombre le parece sin dar una con stitu ción a la nue
va colo nia ateniense
ceramente que es bueno robar, le parecerá que ésa de Turii, en el sur de Ital ia. No
es sorprendente , por
es la verdad mientras siga creyéndolo. Mas la gran lo tanto, que haya sido el prim
ero en formular la
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teoría sobre el origen de las leyes que nosotros co nes, pero la prem isa era la mism a
para todo s. To
nocemos ahora con la denominación de contrato dos a la par se apoyaban en la ausencia
social. Dijo que para su propia protección contra total de va
lores y principios absolutos, ya se basa
lüs animales selváticos y para mejorar su modo de sen o no en
consideraciones teológicas. Para los
sofistas, toda
vida, los hombres se habían visto obligados en tiem acción humana se basaba en la expe
riencia única
pos muy remotos a reunirse en comunidades. Has mente y sólo era dictada por su utilid
ad o eficacia.
ta entonces no habían tenido ni principios morales Lo justo y lo injusto, la sabiduría, la justi
cia y la bon
ni leyes; pero la vida en sociedad no era posible si dad eran ��ros nombres, aun cuan
do pudiera ar
prevalecía la ley de la selva, y así, le� ta y penosa güirse que algunas véées era prudente
mente aprendieron que eran necesanas las leyes y obrar como
si fuesen algo más que eso.
las convenciones por virtud de las cuales los más En esa situación mental, apareció
fuertes se comprometen a no atacar ni robar a los ··S<Jcrates, y
dedicó su vida a combatirla, porque
le parecía in
débiles, basados simplemente en el hecho de que telectualmente errónea y moralme
nte dañosa.2
son más fuertes. t La mayor fama de Sócrates descansa
Dada la premisa inicial de que las leyes y los có- probable
mente en la célebre sentencia que suele
digos morales no eran de origen divino, sino im traducirse
por "virtud es conocimien�� · Descubri
r lo que ella
perfectos y hechos por los h? mbres, er� posi� le signifiCa es un medio tan bueno com
, o cualquiera
deducir ampliamente conclus10nes practicas dife otro para llegar a la esencia de su ense
ñanza. Se le
rentes. El mismo Protágoras dijo que existían por comprende mejor históricamente, es
decir, ponién
que eran necesarias. Por esta razón, fue un defen dola en relación con los problema
s que el pensa
sor del contrato social y pidió la sumisión a las miento anterior y contemporáneo y
las circunstan
leyes. Otros sofistas más radicales lo rechazaron Y cias de su tiempo exponían a su aten
ción, y que él
sostuvieron el derecho natural del más fuerte a hizo cuanto pudo por resolver.
abrirse camino. Podian sacarse diversas conclusio- Ya sabemos que la palabra virtud
ofrece falsas
asociaciones con la palabra griega
1 Supongo aquí que el mito que Protágoras expo e en el
areté, la cual
� . originariamente sign ificaba eficacia
diálogo platónico de ese título es �erdaderamente �1u� o en en una activi
dad determinada. Hemos visto tamb
el sentido de que todo el aparato d1vmo puede ser ehmmado ién que los ad
. versarios contra quienes se dirigía
sin que se pierda nada del grave mensaje que qmere comu
. la enseñanza de
nicar. No debe darse importancia al hecho de que diga que la Sócrates pretendían dos cosas: a),
que podían en
conciencia y el sentido de la justicia fueron dados al hombre señar o infundir areté; b), que el cono
por orden de Zeus . Quizá no todo el mundo � sté de ��uerdo cimi ento , por
lo menos el conocimiento que pudiera
en esto; pero no sólo se insiste allí �n el caracter r;i1t1�0 del ser compar-
relato (como lo manifiesta el comienzo legendano: Hace
mucho tiempo") , sino que cualquier otra interpretación sería
2 Para entender a Sócrates es especialmente recomenda
incompatible con las opiniones religiosas de Protágoras, tal
ble el excelente artículo del profesor R. Hackforth en Philoso
como las expone en otros sitios.
phy, vol . VIII, 1 933.
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tido ' es una quimera. No existe tal conocimiento. plos de los oficios útiles, no le fue dificil a Sócrates
Por 10 tanto, al identificar areté y conocimiento, la demostrar que la adquisición, en cada caso, de aque
sentencia de Sócrates tomaba deliberadamente el lla capacidad dependía del conocimi ento, y que el
aspecto de un reto, que únicamente podemos com coffocímiento primero y más necesario es el del fin
prender si nos remontamos mentalmente a la que se persigue, el de lo que el hombre quiere con
época en que él vivió. seguir. Dada la comprensión correcta del fin, se se
Una de las cosas de Sócrates que irritaba a los guirá la de los medios que deben emplearse, pero
atenienses sensatos y prácticos era que le gustase no al contrario. Por consiguiente, la areté depende
hablar con gentes tan humildes y sin importancia en cada caso, primero, de tener alguna tarea de
como los zapateros y los carpinteros, cuando lo finida que hacer, y después, de saber bien en qué
que ellos querían saber era qué es lo que constitu consiste dicha faena y lo que con ella nos propo
ye la habilidad política y si existe algo que pueda nemos alcanzar. Así, pues -,.añadía Sócrates-, si
llamarse obligación moral. Si quieres ser buen za se puede hablar legítimamente de una areté abso
patero --decía Sócrates-, la primera cosa necesa luta o general, como la que pretendfai i enseñár fos
ria es saber lo que es un zapato y para qué sirve. sofütas:es deci r, si hay una eficacia para la vida
-
No es lo habitual decidir acerca de cuáles son las que todo hombre debe poseer en cuanto hombre,
mejores herramientas y el mejor material que de síguese de ahí que debe haber un fin o una función
ben emplearse, y los mejores métodos de usar unas que todos por igual, en cuanto seres humanos, te
y otro, antes de haberse formado una idea clar:i Y nemos que desempeñar. Por lo tanto, nuestra pri
detallada de lo que se quiere hacer y de la func10n , mera tarea, si deseamos adquirir esa virtud gene
que eso que quiere hacerse ha de desempeñar. Para ral , consiste en averiguar cuál es la función u objeto
emplear la palabra griega, la areté de un zapatero del hombre.
depende primero y ante todo de la posesión de es� Ahora bien, en los informes que acerca de l a
conocimiento. El z;¡¡,patero debe ser capaz de defi enseñanza d e Sócrates nos han dejado sus discípu
nir en términos daros la naturaleza de lo que se los (pues él no escribió nada, por creer que lo úni
propone hacer, y la definición debe incluir el uso a co valíoso era el intercambio vivo de ideas mediante
que va destinado eso que se propone. Era absolu preguntas y respuestas entre dos personas en con
tamente natural hablar de la areté de un zapatero, tacto directo) no encontramos la respuesta a esa
lo mismo que de la de un general o un estadista. primera cuestión acerca del fin u objeto universal
En ninguno de esos casos tenía la palabra areté re de la vida humana. Puede afirmarse que esta ausen
lación alguna necesaria con la esfera moral, como cia fue la razón más poderosa que indujo a Platón,
lo sugiere nuestra palabra "virtud". Significaba sim más inclinado a la precisión de las ideas, a consi
plemente lo que hay en el zapatero, el general ? el derar como deber suyo no sólo reproducir las
estadista que les gradúa de buenos en sus particu enseñanzas de su maestro, sino desarrollarlas. No
lares tareas; y tomando primero los humildes ejem- podemos, en este caso, deducir del carácter de Só-
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