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, 1985]
Las “memorias”
Aunque la redacción formal del libro comenzó en 1900, Schreber escribía notas
sueltas y anotaciones en libretas desde mucho antes, por lo menos desde el
comienzo de su segundo ingreso, en 1894; en este material, junto con lo que le
surgía en el momento de escribir se basa los 22 capítulos, 2 series de apuntes
complementarios y 1 apéndice de sus “Sucesos memorables de un enfermo de los
nervios”.
En 1838 casó con Pauline Haase, hija de su antiguo profesor W.A. Haase, que
provenía de un nivel social muy superior al de Moritz Schreber.
En 1844 se hizo cargo del Instituto de Ortopedia fundado por E.A. Carus, escribió
libros sobre anatomía y fisiología humana, higiene y cultura física. Añadió
principios morales a sus preceptos sobre salud física y creó un sistema
educacional global para padres y educadores que incluía, además de los
instrumentos que se describen en las siguientes páginas, normas cotidianas como
baños fríos, privación de alimentos y otros castigos físicos. Según decía,
empleaba sus métodos con sus propios hijos desde su nacimiento (una niñera fue
despedida por negarse a ello) y estaba convencido de que sus ideas aplicadas a
la vida cotidiana darían por resultado una raza de hombres más fuertes.
La madre de Schreber es descrita por Baumeyer como inestable, nerviosa y muy
depresiva. Una de sus hijas relata así su papel en la familia: “Papá discutía todo
con nuestra madre, ella tomaba parte en todas sus ideas, planes y proyectos, leía
las galeradas junto con él y era su íntima y fiel compañera para todo”. Sin
embargo, es difícil acoplar en este retrato idílico la figura del padre que, aun
obviando el diagnostico Baumeyer, evidencia en el contenido de su obra un
carácter autoritario con aspectos sádicos integrados como sistema de creencias.
Inevitablemente surge la pregunta ¿desde cuándo era Pauline “inestable, nerviosa
y muy depresiva”?.
Los padres de Schreber tuvieron dos hijos y tres hijas; el mayor de los hijos, tres
años mayor que Daniel Paul, padecía parálisis pero no hay datos de qué tipo ni
cuándo ni porqué se produjo. Es poco probable que fuera grave ya que cursó
estudios de derecho y de química, se suicidó a los treinta y ocho años. De las
hijas, una se casó y tuvo por lo menos un hijo. De las otras dos no se sabe casi
nada, una de ellas es descrita como histérica permaneció soltera y al final “no
estaba del todo bien mentalmente”. La otra, 6 años menor que Daniel Paul, parece
que fue la que se ocupó de él en los últimos años.
1842 Nace Daniel Paul Schreber el 25 de julio Ver métodos pedagógicos del padre,
mas adelante.
Muerte de su padre
1861
1885 Alta. Según Baumeyer Aquí hay desacuerdo entre los datos
(junio) aportados por J.Strachey y J.
Numhauser, que fechan el alta a 1 de
enero.
1900-1902 Escribe sus memorias. Inicia acción judicial para Fundamenta su demanda en la
su alta. inocuidad de su insania, no en la
negación de esta y cuestiona la
legalidad de su internamiento.
1902 Gana el juicio en julio, es dado de alta en
diciembre.
Schreber, prolijo en detalles, no nos da sin embargo mucha información sobre los
síntomas que presentó en aquella ocasión, solo habla de “aprensiones
hipocondríacas” pero la forma como las describe invita a pensar que ya se trata de
un trastorno más grave de la percepción de la imagen corporal y que apuntan ya
las ideas obsesivas; cito textualmente: …“podría (Flechsig) haberme liberado sin
tardanza de ciertas aprensiones hipocondríacas que por aquel entonces me
dominaban, en concreto de la obsesión de que estaba cada vez más flaco, con tan
solo haberme permitido utilizar la balanza que se empleaba para pesar a los
enfermos ...”,
Para Schreber...“El alma humana está contenida en los nervios del cuerpo....en
cuya capacidad de reacción a los estímulos exteriores se fundamenta la totalidad
de la vida espiritual humana. En virtud de esta capacidad los nervios experimentan
vibraciones que... generan los sentimientos de agrado y desagrado, de placer y de
displacer. ... Una parte de los nervios sólo está capacitada para captar
impresiones sensibles (los nervios de la vista, del oído, del tacto, de la
voluptuosidad y cosas de esta índole) y únicamente perciben....las sensaciones de
la luz, del sonido, del frío y el calor, del hambre, del placer y el dolor, etc. Otros
(los nervios del entendimiento) reciben y conservan las impresiones espirituales y,
en cuanto órganos volitivos, proporcionan a todo el organismo humano el
impulso.... que le permiten actuar sobre el mundo exterior”.
Como hipótesis plantea que “...todos y cada uno de los nervios del entendimiento
representan la individualidad espiritual total de la persona,....en cada uno de los
nervios está... inscrita la totalidad de los recuerdos...”.
El ser humano vivo es cuerpo y alma al mismo tiempo, mientras que Dios es solo
nervios, que además de las cualidades de los nervios humanos, poseen la facultad
de transformarse en todas las cosas posibles del mundo creado. En esta función
reciben el nombre de rayos. Entre Dios y el universo de las estrellas existe una
relación intima. “En virtud de la luz que dimana del Sol y de las restantes estrellas,
tiene Dios la capacidad de percibir todo cuanto acontece sobre la Tierra....en este
sentido, puede hablarse metafóricamente del Sol y de la luz de las estrellas como
de los ojos de Dios”.
A estas “antesalas del cielo” se les denominaba “reinos divinos anteriores” para
diferenciarlos de los “reinos divinos posteriores” donde aleteaba Dios mismo. Allí
se daba una división que distinguía entre un “dios superior”, Ormuz, y un “dios
inferior”, Arimán.
Sin embargo, este final es fruto de una larga elaboración para ir integrando con
coherencia los cambios sucesivos, en contenido y forma, que se producen en sus
delirios y alucinaciones, p. ej. el designio de su transformación en mujer solo al
final conlleva la grandiosidad redentora, al principio esta connotado de desprecio e
ignominia. Los fenómenos alucinatorios más perturbadores van adquiriendo, a lo
largo de la enfermedad, formas relativamente soportables.
De las “Memorias...”: “... Uno de los milagros más horribles era el llamado milagro
de la compresión del pecho... Consistía en la compresión de toda la pared del
pecho, de manera que el estado de opresión causado por la falta de aliento se
trasmitía a todo mi cuerpo...”.
“Correa para los hombros”: Correa que forma un ocho cerrado en la espalda
pasando por la parte delantera de los hombros donde lleva unas espirales de
alambre. Presiona en la parte delantera de los hombros obligando a mantenerlos
erguidos.
“Correa para el niño que duerme”. Era una correa con tiras en forma de anillos
para los hombros que pasaba por encima del pecho del niño asegurando que su
cuerpo estuviera derecho y supino mientras dormía. Impedía volverse y recostarse
sobre cualquiera de los lados.
De las “Memorias...”: “...Este era tal vez el más abominable de todos los milagros,
después del milagro de la compresión del pecho... la máquina de atar la cabeza...
los diablillos me comprimían la cabeza como si estuviese en un torno... lo que
hacía que mi cabeza asumiera temporalmente forma de pera...”.
Cuando nos habla de “el lenguaje de los nervios” nos está hablando, al comienzo
del delirio, de pensamiento intrusivo y alucinaciones auditivas estrechamente
relacionadas con Flechsig, que, “... de alguna manera ha averiguado el modo de
poner a su servicio los rayos divinos”, pudiendo de esta manera establecer
contacto con él sin estar presente. Pero enseguida se complica con otros
fenómenos y a partir de aquí, son ya multitudes de almas las que mantienen
relación con él, aunque en su mayoría eran almas ya separadas, es decir de
personas que él creía muertas. También le hablan, el sol, los pájaros, etc., y hay
voces internas y externas.
El “milagro del aullido” responde a una coerción extrema del dios inferior Arimán,
con una doble finalidad: hacerle pasar por un idiota y sofocar el ruido de las “voces
interiores”. Este fenómeno, cuya dinámica no queda clara en la trama delirante,
parece obedecer a un conflicto entre el dios inferior y el superior; asociado a él se
encuentra la llamada de auxilio, que es la expresión de los estados de angustia
que se generan “...en las partes desligadas de los nervios divinos...” cuando “...el
dios superior advierte...que una vez más, no se ha alcanzado el objetivo de la
anulación de la capacidad de atracción de mis nervios...” y va siempre seguida de
la frase “!que calle de una vez toda esa maldita llamada de auxilio!” .
Como “Las voces” y el tema de la eviración, “el sistema de las frases incompletas“,
también va cambiando con el paso del tiempo, llegando finalmente a estar
formadas solo por conjunciones o formas adverbiales mucho más tolerables.
LA LITERATURA ANALÍTICA
La publicación de la obra de Freud sobre un caso de paranoia
autobiográficamente descrito” fue el detonante de gran parte de la abundante
literatura posterior sobre“El caso Schreber”, convirtió este caso en un clásico del
psicoanálisis y referencia obligada en los desarrollos posteriores sobre la teoría de
la psicosis.
White comparte la hipótesis kleiniana y fija el origen del odio a la madre en una
frustración oral exagerada, ante la prohibición paterna muy precoz del seno
materno. Muestra que la imagen materna no está tan ausente como se pensaba,
incluso sostiene que su representación simbólica constituye la parte esencial de
las “Memorias…”
Todos ellos buscan la explicación del delirio paranoico en la vida pulsional del
sujeto.
William Niederland a partir del análisis de la obra del padre saca a la luz la
autentica naturaleza sádica y autoritaria del socialmente exitoso, reconocido
filántropo y eximio pedagogo Daniel Gottlob Moritz Schreber, señalando las
sorprendentes semejanzas entre los absurdos pensamientos de Schreber y las
técnicas de su padre para educar a los niños, algunas de las cuales se han visto al
tratar de los “fenómenos”.
Continuando en esta línea, Morton Schatzman (1973) encuentra que varias de las
peculiares experiencias de Schreber que fundamentaron el diagnostico de
paranoia, pueden vincularse a procedimientos concretos del padre; que las
practicas educativas del padre podrían confundir a cualquier niño y que hubiera
sido difícil para un niño ver lo confuso de sus métodos.
Las aportaciones del grupo de Palo Alto con las nociones de double bind y
comunicación paradójica y sus efectos patógenos cuando aparecen en el marco
de la interacción, así como el importante papel de la persistencia de ese tipo de
comunicaciones para que adquieran efectos patógenos, apoyan la perspectiva de
Schatzman.
Un intento (mas) de análisis
Pienso, como Paul Baker (2000) que las llamadas alucinaciones auditivas de los
pacientes psiquiátricos tienen en realidad plena significación y cobran sentido en
el contexto de sus vidas y en el contexto también de la forma en que las han
afrontado.
Pero sobre todo porque se basa en la apreciación errónea por parte Freud de las
condiciones reales en que discurrió la infancia de Schreber, y que, desde mi punto
de vista, determinaron lo fundamental de su patología: El fracaso en la
estructuración de su identidad y el desarrollo de un falso self como consecuencia
del sistema educativo paterno, basado en prácticas tremendamente
traumatizantes.
Esta hipótesis encaja mejor con la maltratada infancia de Schreber y las
dificultades que suponen la identificación con un padre amenazante y realmente
peligroso en la intimidad familiar, pero brillante y valorado en el entorno social.
Otros daños descritos por Barudy como ansiedad crónica, trastorno de la imagen
corporal, desesperanza, autodestrucción y trastorno de la identidad son
claramente apreciables a través de los datos biográficos y del desarrollo de su
enfermedad. Por ejemplo, cuando se nos describe a Schreber como estudiante
bueno y aplicado pero a la vez temeroso e inquieto ¿no se está describiendo la
conducta ansiosa de un niño que intenta adaptarse a un medio amenazador
desarrollando un falso self? ¿no hay en el fondo de las ideas hipocondríacas que
le llevan al primer ingreso, (por ejemplo, cuando se quejaba de que padecía
reblandecimiento cerebral) lo mismo que en algunos contenidos delirantes (“...lo
que hacía que mi cabeza asumiera temporalmente forma de pera...”) un trastorno
de la imagen corporal?. La desesperanza y autodestrucción se evidencian en los
intentos de suicidio.
Y si reconocemos que la idea persecutoria en principio está basada en una
percepción buena, no delirante, de la realidad ya que realmente su padre le
persiguió y el mensaje le trasmitía era por una parte verbal: “tienes que ser así”
pero por otra parte, desde su práctica y desde su propia patología, lo que le
comunicaba era “tienes que no ser”, ¿ese tener que “no ser” para poder ser, que
Schreber asumió para sobrevivir?, ¿no define el mayor trastorno posible de la
identidad?.
Como él mismo nos dice, las dos crisis que le llevan a ingresar se producen por
“extenuación mental”.
Como el propio Schreber declara, con esta obra pretendía apoyar el recurso
interpuesto ante el Tribunal Supremo de Dresden para revocar la sentencia de
incapacidad emitida por el Tribunal de Primera Instancia dos años antes. Resulta
interesante que Schreber iniciara las acciones encaminadas a revocar su
incapacitación a raíz de desacuerdos con su esposa sobre la administración que
esta hacía de sus bienes, en concreto cuando se le restringe el consumo de
algunos objetos (cuerdas de piano, papel...) que utilizaba durante su
internamiento.
No pretendo equiparar la actitud con que nos acercamos a una obra literaria al
proceso de transferencia-contratransferencia pero si me voy a permitir un cierto
paralelismo ya que, tanto las referencias y conocimientos previos como las
impresiones y las distintas emociones que su lectura nos suscita, van a determinar
lo que extraigamos de ella como más significativo.
A MODO DE EPÍLOGO
Tras recuperar su libertad, Schreber volvió a hacer una vida casi normal; paseaba
con su hija adoptiva y sus sobrinos y visitaba a su madre regularmente. Para
hacernos una idea más exacta de cómo se encontraba respecto a su enfermedad,
citaré tres detalles que me parecen significativos: Su hija adoptiva, en una
entrevista con Niederland, dice que recibió de Schreber cuidados maternales que
no había recibido de su propia madre; para el cumpleaños de su esposa en 1907
Schreber le escribió unos cálidos versos en los que no falta la referencia a los
años de su enfermedad, y en este periodo incluso se hizo construir una nueva
casa en Dresden supervisando personalmente las obras. Cinco años más tarde
muere su madre y se producen conflictos familiares por la herencia, cuando en
estas circunstancias su esposa sufre un infarto, él vuelve a sus temores y es
ingresado en el asilo de Leipzig-Dösen donde fallece en 1911. Entre sus
pertenencias se encontraron hojas sueltas en las que, con dificultad, se pueden
reconocer algunas palabras: ...sincero....justo....inocente...eternamente maldito...,
pero que en su mayor parte son grafismos indescifrables.