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Por
Pablo Angulo Vera.
crítica local. Remite a contextos inéditos y está construido con materiales que he ido
encontrando y produciendo a lo largo de los últimos años en conjunto con una serie de
compañeros/as que se le han jugado en los últimos años por encontrar un espacio para el
arte de acción y de nuevos medios dentro de la escena del Biobío. Se trata de un trabajo
que reseña mi convivencia con el arte de acción de nuestra zona, objeto de estudio que aún
está lejos de ser sistematizado, pero que ha sido abordado críticamente en variados
formatos por Ángela Neira y Muñoz Coloma de cuyos textos e intervenciones he aprendido a
constantemente.
en las prácticas artísticas locales, poniendo un especial énfasis en las obras referidas al arte
Álvaro Pereda (Al Peroa), Jorge Grandón, Luis Almendra y Adriana Rabanal, entre otros/as.
Paso a paso sus trabajos comienzan a dar cuenta de numerosos procesos políticos y
culturales que afectan al país y a la región, referidos especialmente a las dinámicas del
cuerpo expuesto en la ciudad. La hipótesis que planteo consiste en que el arte de acción, la
espacio simbólico de la ciudad al proponer un tiempo y una vinculación del cuerpo con la
durante los últimos años han estado presente en regiones, donde predomina la práctica del
arte de acción y de la danza, pero salvo contadas excepciones carece casi totalmente de un
ciertos trabajos de Rodrigo Andrade y Sebastián Burgos, la utilización del soporte corporal
para realizar arte de acción o acciones de arte se remite mayoritariamente a las décadas de
los noventa y dos mil con los artistas ya reseñados, pero es desde hace poco que se intenta
se han realizado desde la década de los ochenta, su principal referente fue durante años la
compañía de Danza Calaucán dirigida por Paola Aste, Mariela Raglianti y Viviana Campos
pero siempre con un énfasis en las artes escénicas de cámara. Igualmente, es casi
y extinta Compañía Calaucán realizada por Paola Aste, Alexis Figueroa, Ricardo Sepúlveda y
Fernando Tellier en el texto del 2009 “Arte, danza, entorno. Crónica Historiográfica de
Calaucán 1984-2008” financiado con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las
Artes.
experiencias artísticas antes descritas permitirá (en una investigación futura) dar cuenta de
realizados por Beatriz Preciado en el ámbito internacional y por Juan Pablo Sutherland, entre
constituyen. Las disciplinas artísticas que investigo, arte de acción, danza y Butoh,
aporte en estas materias. La presencia del arte de acción, la danza y el Butoh, ha tomado
cada vez más fuerza en la región, la que ya forma parte del circuito sudamericano de
en sus últimas versiones acompañado por Pamela Navarro, ya forma parte del circuito
exponentes provenientes de diversas partes del mundo. Desde el año 2011 se suma el
festival “Ba C” organizado por el mismo artista y gestor cultural, y que también ha contado
artistas locales como Daniel Campos y Oscar Gavilán. La Danza de Concepción igualmente
durante la dictadura militar, acción, que como decíamos párrafos atrás, transmuta la
del butoh, la presencia es aún incipiente pero constante a través de la compañía Fuchen
Butoh quienes han realizado diversos montajes y seminarios y han logrado atraer nuevos/as
cultores/as en el espacio local, además de realizar lazos con otros intérpretes y compañías a
nivel nacional e internacional, como es el caso de los destacados intérpretes Carla Lobos,
Cuerpo Telúrico
Concepción desde sus inicios ha estado marcada por el signo permanente de la
1818, Concepción y sus alrededores han reclamado siempre para sí un lugar de privilegio
en la historia nacional, a tal punto que durante un periodo planteó su candidatura a capital
de Chile e incluso la separación del “resto del país” para formar una nación independiente.
configurado un aire nostálgico por cada uno de los momentos donde la ciudad ha sido
siempre remite su mirada al pasado glorioso que significó el TUC (Teatro de la Universidad
de Concepción) o las míticas Escuelas de Verano de mediados del siglo XX encabezadas por
Gonzalo Rojas que congregaban a grandes figuras. Hoy, una parte importante de los
ciudadanos sueña aún con el proyecto del Teatro Pencopolitano, lugar de élite en la región
escrituras críticas sobre la ciudad, como es el caso del reciente libro “Konsepción.
Plataforma Soporte Digital D Cultura”[1] editado por Al peroa, donde unos de los temas
reconocer/se (en) las manifestaciones culturales actuales. Pienso que este afán de
totalización cultural en que gran parte de la ciudad insiste, atenta contra una auténtica
apropiación y aprehensión de ella por parte de todos los actores que la conforman y de
Arte de Acción
poder cartografía las zonas de circulación de los cuerpos en la ciudad, creando circuitos de
desplazamiento acorde a sus intereses. Concepción en particular se vive como una ciudad
industrial, en el sentido que los recorridos urbanos van desde las comunas dormitorio hasta
los lugares de trabajo, comercio y tramitación civil, dejando de lado lugares de
esparcimiento público y de una escena artística y turística consolidada y apropiada por sus
medianoche, cosa que no ocurre en otras ciudades del país. Los procesos de normalización
ciudad han determinado los flujos circulatorios como también las mecánicas corporales de
rebelde del cuerpo resignificado mediante una serie de estrategias de desestructuración del
espacio y el cuerpo impuesto. El trabajo de Guillermo [3] Moscoso y Al Peroa
particularmente, pero también de Adriana Ravanal [4], Jorge Grandón y Luis Almendra, entre
motivos, a la resistencia corporal, en su obra Así como la gota insiste, mi cuerpo persiste la
artista dice “La acción, así tal como la gota, corta el flujo de un acontecer, en un antes y un
derrama por mi cuerpo que comienza la marcha, a persistir frente a esa gota que insiste y
se me clava, que me atormenta como tormenta, que me repite y picotea la cabeza como
pone en tela de juicio la validez del delirante espectáculo político y su juego de promesas
vacías siempre incumplidas, por su parte Luis Almendra [7] con su personaje Huachistáculo,
el discurrir a torso desnudo de Al Peroa (Álvaro Pereda) los espacios simbólicos de la ciudad
van tomando una nueva significación, el eriazo y el desnudo que estas acciones encarnan
interviene la ciudad bajo el signo de una identidad que se resiste a la normalización de las
experiencias. La ciudad travestida en carne y sangre del arte, modifica por un instante y
Eriazo
1. Voluspa Jarpa
En enero del 2011, en el marco de la Escuela de Verano de la Universidad de
de Chile, Voluspa Jarpa posee una importante trayectoria dentro de nuestras fronteras y
también fuera de ellas. Durante el 2010 fui testigo de la intervención que realizó en la
colección de pinturas femeninas del segundo piso de la pinacoteca con dos obras
interpretación de las investigaciones sobre las histéricas de Jean Martin Charcot. Otros de
oficiales realizan mediante la imposición como únicos de ciertos íconos e imágenes que se
ritualizan mediante su constitución como monumentos. Cada imagen que se fija como
monumento esconde tras de sí una realidad completamente diferente, muy distinta a las
este sentido Voluspa Jarpa juega con el fuera de foco de la cámara de cine o de fotografía,
al enmarcar, en clave patrimonial, ciertos elementos de sus cuadros. Con este ejercicio, la
artista muestra la manera de construir la historia por parte del Estado-Nación, esto
es, dejando fuera de marco aquellos elementos que es necesario ocultar a la hora de
presentar nuestra imagen país. Los elementos que quedan fuera son y a la vez
representan el eriazo, aquel lugar fuera de la historia, que se oculta por ser signo de
invisibles/invisibilizados que los dispositivos generadores del relato nacional van dejando en
su paso obsesivo y obsceno hacia el progreso y desarrollo país. Área Sucia se constituye a
partir del fuera de foco de una realidad cegada por las luces del espectáculo televisivo, que
con su hiper transparencia pretende obnubilar la mirada de los consumidores. Las acciones
de Moscoso conforman una poética del eriazo, en cuanto pone en relación distintos
elementos abandonados, borrados del paisaje aséptico que la trampa tendida en clave de
nómade de Área Sucia que transita por distintos recovecos de la ciudad, desde el centro a
los márgenes, desde la urbe al descampado, lleva en su peculiar diseño las huellas
del eriazo, se hace uno con él, lo constituye en el lugar y el momento mismo de su acción.
cuerpo es carne y sangre de una identidad colectiva expulsada del edén modernizador y
traducida a número en las fichas amarillentas de los hospitales públicos, en las salas de
espera de los consultorios y en los gélidos estantes del instituto médico legal. El cuerpo de
sanitario y ciudadano marcado por la exclusión y la violencia. Es así, que jeringas, telas,
envases de medicamentos, clavos y alimentos de hospital son los objetos con los que
propuesta no está en los gestos que realiza en sus acciones ni en los desechos que ocupa
cuerpo violentamente despojado de su identidad que Área Sucia pone en escena ante
nosotros, lo otro, los gestos, los desechos, sus ornamentos y la errancia de su pose
Cuerpo, no representación
desarrollando gracias al trabajo de Fuchen Butoh, la compañía más austral del mundo. Los
manifestaciones artísticas poco exploradas por la crítica y menos aún por los medios de
y de lucro continuo imperante hoy en día, por el contrario su propuesta y reflexión proviene
una actualidad como la nuestra marcada por el dominio de los medios de comunicación
masivos, que modelan los cuerpos (y por ende las conciencias) de cada uno/a de
nosotros/as y por medio de esa modelación dan forma al imaginario colectivo, la búsqueda
de la propia identidad corporal y territorial propuesta por el Butoh constituye al cuerpo del
danzante como cuerpo político de resistencia a una globalización que lo homogeneíza todo
y que tiende cada vez más a la pérdida de la relación inmediata con nuestra territorialidad.
Es por ello, que esta práctica ha cobrado una gran importancia en Latinoamérica a su vez
valorada especialmente incluso por los maestros japoneses herederos de los iniciadores,
conservan un gran número de conocimientos ancestrales de los que se han nutrido las
espectáculo, pues no plantea una representación sino que se basa en lo real, la sangre que
generadas por las prácticas artísticas citadas es que permiten retornar al cuerpo y ponerlo
Patrimonio(s)
de los objetos llamados patrimoniales, estos es, la reflexión sobre lo patrimonial se centra
precisamente en eso, los objetos, y para esa discusión entre más antiguos, aristocráticos y
Para abordar este tema nos apoyaremos en el artista visual lotino Eduardo Cruces,
quien desde hace tiempo está realizando una serie de proyectos que se enmarcan dentro
enfoque capitalista sobre los objetos patrimoniales, es decir, el muro, la fachada, el edificio
antiguo y centrar la mirada en los cuerpos ausentes en esa representación, los cuerpos de
los/as obreros y obreras quienes construyeron esos objetos, de quienes le dieron vida,
las relaciones sociales y personales de cada uno/a de nosotros/as en lugar de sólo venerar
falta, como diría Deleuze, pero desde otra materialidad, la de los cuerpos, los cuerpo de
clase y no ya desde el objeto que invisibiliza, ritualiza y objetualiza a los y las sujetos/as
Lota Green
que el colectivo Caserío, del cual Gavilán y Cruces son parte, aborda la problemática
patrimonial. Lota Green fue una industria de refractarios (ladrillos y cerámicas) que durante
cerca de un siglo operó en la comuna de Lota, octava región de Chile y que dejó de
mencionados realizan una intervención que tiene como punto de partida la reescritura de la
cuerpos que opera la empresa por medio del proceso productivo. Manos mutiladas,
pulmones afectados por silicosis, espaldas dañadas, entre otras afecciones corporales son
destacadas en esta obra, asimismo las propiedades de los materiales como el fuego, el
ácido y las prensas que son trabajadas en toda su complejidad. La intervención opone su
de construcción del patrimonio impuesto por la oficialidad ministerial chilena, que construye
dejando completamente fuera los cuerpos de las obreras y obreros que desarrollaron su
vida allí y ocultando asimismo los elementos de trabajo y sus consecuencias (las
Gavilán a la manera de los bustos de los héroes nacionales, bustos heroicos construidos
con los cuerpos enfermos de los/as trabajadores/as que el cuerpo del performer actualiza,
escribir la historia del pueblo que falta, en esta ocasión el cuerpo de las y los trabajadores
refractarios de lota, ocultos bajo la sombra omnipresente de la industria y los cuerpos del
cuerpo a partir del cyborg, que siguiendo las concepciones de Donna Haraway corresponde
a una temporalidad post género, que asume la condición de cuerpo-máquina y que fractura
entendiéndose como una aporte a la memoria del territorio y que se vende en diferentes
la industria.
[1] http://www.alperoa.blogspot.com/
[2] Con poder me refiero a los organismos de Estado y sus instituciones (burocráticas y
militares) como al saber canonizado en las universidades que propician el disciplinamiento
y el control social, y a los llamados poderes fácticos que controlan la economía y el trabajo
y desde ese lugar modelan los cuerpos/conciencias de los trabajadores/consumidores.
[3] http://guillermo-moscoso.blogspot.com/
[4] http://arravanal.blogspot.com/
[5] http://arravanal.blogspot.com/search/label/mi%20cuerpo%20persiste%E2%80%9D.
[6] http://www.facebook.com/wuatanaz.
[7] http://www.luisalmendra.blogspot.com/?zx=563da60aa9760830
[8] http://escenicaenmovimiento.blogspot.com/
[9] http://fuchenbutoh.blogspot.com/
[10] http://munozcoloma.blogspot.com/
[11] http://proyectocaserio.blogspot.com/ y http://www.facebook.com/proyectocaserio
Publicado 12th February 2014 por Óscar Gavilán Ortiz