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JACQUES-ALAIN MILLER EL REVERSO DEL SÍNTOMA-GOCE

Apenas Lacan tomó conocimiento de esto, hizo circular su lectura Hace falta también un sufrimiento, hace falta una alianza especial de
de Bentham y lo promovió, casi podemos decir, como un antecedente sentido y sufrimiento. Además, aquí se dividen -como ya lo subrayé-
de Freud, al punto de que pude en un momento poner a Bentham las formaciones del inconsciente. En efecto, uno no sufre de sus sue-
entre las condiciones del descubrimiento freudiano, en el mismo ños, de sus lapsus, de sus actos fallidos y de sus chistes, para hacer
rango que Descartes. Como si en cierto sentido Descartes hubiera sido una lista a partir del ternario inaugural de Freud. Por cierto, hay que
el descubrimiento del sujeto barrado, la afirmación del sujeto barrado, ponderar, moderar esta proposición. Puede ocurrir que se sufra de los
mientras que Bentham fue la evocación de la instancia primaria del sueños, por ejemplo cuando se repite una pesadilla con frecuencia o
goce. Al menos considerado a partir de Lacan. por un largo período. Se puede sufrir de los sueños, si pensamos en
De este modo, con la exposición de Pierre-Gilles Guéguen vamos a esos sueños llamados traumáticos sobre los que Freud reflexionó; se
tomar el reverso del tema del síntoma-goce. No es algo abstracto, si puede sufrir de actos fallidos en la medida en que se produce la repe-
puedo decirlo así, y nos damos cuenta de ello si simplemente nos pre- tición; se puede incluso sufrir de los chistes cuando uno no puede evi-
guntamos: ¿por qué uno viene al análisis?, ¿por qué se pide un análi- tar hacer reír.
sis? A decir verdad, ya hay que dar un paso entre estas dos preguntas: Pero, en el fondo, el sufrimiento se introduce ahí, en este registro
venir a análisis y pedir un análisis. del sueño, del lapsus, de los actos fallidos por el elemento de repeti-
ción que pueden conllevar. Es por este a repetición que el sufrimiento
es susceptible de introducirse en esta dimensión.
La dinámica de la cura Aquí me parece que no se puede negar una disimetría: cuando se
trata de sueños, de lapsus, de actos fallidos, de chistes, su concepto no
Hubo un tiempo en que venir a análisis era diferente de pedir un incluye en tanto tal este rasgo repetitivo. Más bien, cuando Freud
análisis. Un tiempo en que alguien era mandado a análisis, y los ana- mismo los trae, es por su carácter único e imprevisto, como manifesta-
listas reflexionaban sobre eso. Era el tiempo en que se podía venir al ciones que se producen en una temporalidad relámpago. Por cierto, el
análisis por indicación de un analista, porque la forma del síntoma rasgo repetitivo se puede agregar ahí, como recién lo mencioné. Por el
parecía recomendar el tratamiento psicoanalítico. Entonces en el psi- contrario, este a repetición está incluido en nuestro concepto mismo de
coanálisis se reflexionó, se rivalizó con listas de indicaciones y de con- síntoma. Lacan hablaba incluso -ya lo recordé- del et cetera del sínto-
traindicaciones al análisis. ma, que se traduce incluso por un sentimiento de permanencia del
Toda esta problemática es hoy en su conjunto obsoleta. Toda esta síntoma. En la cura analítica, el et cetera aparece como un estancamien-
problemática dejaba de lado la dimensión propia de la demanda de to de la cura, como inercia respecto del cambio que se espera. Esta
análisis.
dimensión es la que explica la dinámica de la práctica analítica, que
En el fondo, la indicación de análisis reflejaba la evaluación hecha llevó a ir más allá de lo que en un primer tiempo se concebía como la
por el médico de que la forma del síntoma convenía al tratamiento cura-tipo, como la cura del psicoanálisis puro en la época en que se
psicoanalítico. Es evidente que la demanda de análisis tiene coordena- pensaba poder dar la lista de las indicaciones y de las contraindicacio-
das muy diferentes y es más bien a esto a lo que nos enfrentamos, la nes del análisis. Se disponía de un concepto de la cura-tipo todavía en
respuesta "su síntoma es una contraindicación" no se da más. el momento en el que Lacan comenzaba su enseñanza. Lo que podía
Pero entonces, ¿por qué se pide un análisis? No voy a ahondar en motivar una indicación de análisis era la perspectiva de acabar con el
esta pregunta, que abordé en otro ámbito y que retomaré tal vez más síntoma a través de un tratamiento administrado a razón de cinco se-
tarde. Sin duda hace falta allí una búsqueda de la verdad -para reto- siones por semana, cinco sesiones largas, cinco sesiones cercanas a
mar el título de Malebranche- y al menos una búsqueda del sentido. una hora, durante un lapso de un año y medio a dos años. Con fre-

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