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EDIFICANDO SEGUN EL PROPOSITO ETERNO

Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios,


edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo
sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto,
el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras
preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque
el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea,
el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá
recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo
será salvo, aunque así como por fuego. (1 Corintios 3:9-15)

En la actualidad muchas Iglesias y congregaciones, están en una etapa de


transición, debido a que Dios está restaurando las verdades presentes de Su
Palabra.

La transición básica, consiste en que las Iglesias están cambiando.

 su visión Pastoral por una visión de gobierno reino.


 una visión de templo por una visión de Reino.
 cambiando la ley por la gracia.
 el culto Aarónico por el de Melquisedec.
 cambiando el Viejo Pacto por el Nuevo.

Tú no viniste a este mundo buscando un propósito, Un propósito te trajo a este mundo

 Esto significa que, debo alinearme al propósito, teniendo en cuenta que ese
propósito es CRISTO como una vida real en nosotros.
 Esto implica enfrentar desafíos, que el sistema nos impone
 En este sentido, los que conocen el propósito eterno tienen una mentalidad
expansionista, asumen un compromiso frente a la edificación de sus vidas.
 Los creyentes que asumen este desafió, operan bajo un propósito y diseño
divino y son entrenados por los cinco ministerios de edificación que
constituyó el Cristo Ascendido (Efesios 4:11).
 Cuando nos ajustamos a los lineamientos que nos ayudan a decodificar una
vida alineada al propósito eterno y a un diseño divino, esa vida mostrará
productividad, frutos, prosperidad, abundancia, tendrá credenciales que lo
habilitarán para ser como dijo el Apóstol Pablo, “perito arquitecto”. (1ª
Corintios 3:10)
 Para esto se debe tener una mentalidad y un espíritu altamente alineados a
una visión, a un propósito y diseño que nos colocará en una posición de
gobierno.
 ¿Conoces la visión de la casa?
 Cuando entiendo el propósito de Dios, me alineo a una visión.

Es importante reconocer que la tarea de edificación se trata de un proceso


práctico y no un suceso mágico, y para lo cual se debe respetar las siguientes
implicaciones.

1. PRINCIPIOS GENERALES DE EDIFICACIÓN DESDE EL PROPÓSITO DE


DIOS.

1.1. Todo Lo Que Se Edifica Nace Del Propósito Del Creador.


Salmos 138.8 ¡El Señor llevará a feliz término su acción en mi favor!
Señor, tu amor es eterno; ¡no dejes incompleto lo que has emprendido!

 La Iglesia no es un fenómeno sociológico que surge por la necesidad de los


creyentes de reunirse, sino que nace por un propósito divino, con un diseño
divino, bajo un gobierno divino y para una misión divina.

¿Qué es propósito?
“Propósito” se define como la razón o el resultado deseado para comenzar a
producir algo. Dicho sencillamente es el “por que” de la existencia de algo o
alguien.

 El propósito es el resultado predeterminado, establecido e intencional


de algo.
 El propósito determina la razón de SER y lo que es correcto HACER.
(ejemplos)
 Sin este conocimiento del propósito la actividad no tiene significado y el
tiempo, el esfuerzo, los recursos, las habilidades y oportunidades están
desperdiciados. (el Ferrari f8 para llevar los niños al colegio que queda a
3 cuadras)
 No hacerlo correctamente es un insulto al creador, un desperdicio de
recursos y potencial, ya que cuando el propósito de algo es ignorado el abuso
es inevitable.

Myles Munroe, hizo esta poderosa declaración: “La mayor tragedia en la vida de un
hombre no es la muerte: es vivir una vida sin descubrir y desarrollar el propósito de
su existencia”.

 El descubrimiento más grande en la vida de una persona es el


descubrimiento de su propósito y la determinación de llevarlo a cabo.
 Yo no existo para buscar un propósito para vivir, sino que un propósito me
trajo a la existencia para vivir en y para el propósito eterno.
 La clave para desarrollar una vida plena es ocuparme en realizar el propósito
eterno de Dios y no resolver el problema temporal del hombre.
 Dios está comprometido en cumplir su propósito en mi vida y no en cubrir la
necesidad de mi vida (Salmo 138:8)
Tenemos diferentes planes y vocaciones pero un mismo
propósito.

 El propósito original y misión de la Iglesia se miden por las propias


declaraciones que el Señor en las Escrituras nos ha revelado en cuanto a su
diseño, gobierno, naturaleza.
 La Iglesia no existe para adornar la tierra, sino para ordenar la tierra. Se nos
ha encargado la tarea de llenar la tierra con la gloria de Dios y no con cultos
en nombre de Dios. Habacuc 2.14 Porque la tierra será llena del
conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren
el mar.
 Estamos llamados a heredar la tierra (Salmo 37:11, Mateo 5:5)
 porque somos coherederos con Cristo
 (Salmo 2:6-8) y somos salvados para tomar posesión de la herencia.
 Entienda que es heredar la tierra no el cielo. No solo heredar sino dominar y
reinar sobre ella, ya que Dios nos salvó no para adorar en el cielo, sino para
reinar en la tierra (Apoc 5:9-10).

1.2. Todo Lo Que Se Edifica Debe Guardar Un Diseño.


Dios como Arquitecto y Constructor de su Iglesia ha definido el diseño que ella debe
guardar (Hebreos 3:1-6 y 11:10) Cristo es el diseño de la casa

¿Qué es un diseño?
• Un diseño está unido a un designio y propósito específico.
• Es un plano de algo trazado y delineado, sea de un edificio o una figura.
• Una concepción original de algo o de una obra para su producción, es la
forma gráfica de cada uno de estos objetos.
• Es la descripción o el bosquejo verbal de algo.
1.3. Todo Lo Que Se Edifica Se Basa En Unos Planos.
Todo diseño está regulado por unos planos y estos son necesarios para que
especifiquen los detalles del proyecto. Cristo como Arquitecto definió los planos en
que se debe edificar Su Iglesia y los reveló a los apóstoles (particularmente a Pablo)
para que esto se guardara en todas las iglesias y para todos los tiempos. (2ª
Corintios 4:17, Filipenses 3:15-17)

¿Qué es un plano?
Es la representación gráfica a escala de un objeto real.
Los planos son los documentos más utilizados de un proyecto, y por ello han de ser
completos, suficientes y concisos. Deben incluir la información necesaria para
ejecutar la obra objeto del proyecto en la forma más concreta posible y no dar
información inútil o innecesaria.
Los planos tienen un carácter vinculante en las reclamaciones jurídicas de un
Contrato de Obra, los planos forman parte de la documentación contractual del
proyecto.
Deben realizarse con sumo cuidado, pues sus errores pueden tener repercusiones
muy grandes.
Funciones de los planos:
a. Recoger los antecedentes que existan antes de realizarse el proyecto.
b. Definir de una manera exacta, inequívoca (que no da espacio a errores), y
también de manera unívoca (que solamente tiene un significado o una
interpretación posible) y completa de todos y cada uno de los elementos del
proyecto, tanto en formas como dimensiones y características esenciales.
c. Representar el funcionamiento de los elementos y combinaciones de elementos
que componen el proyecto.
d. Indicar la flexibilidad de las soluciones adoptadas y sus posibilidades de
ampliación.
e. Reflejar la influencia de la modificación sobre el área circundante.
Desde el punto de vista de ejecución del proyecto los planos deben ser:
Medibles, puesto que con base a ellos se hacen las mediciones y presupuesto,
para permitir el control de la obra en cuanto a plazos y calidades por parte de la
Dirección Facultativa.
Entendibles, para facilitar la planificación de la ejecución de obras e instalaciones,
y ser fácilmente comprensibles por cualquier técnico, contratista o instalador
vinculado al proyecto.
Legales, pues quedan como documentos representativos de las obras e
instalaciones, y pueden ser consultados por cualquier experto ajeno al proyecto.
Para poder ejecutar los diseños divinos, debemos tener una alta capacidad de
interpretación de los planos que Dios ha establecido para llevar a cabo la tarea
asignada.
Los códigos de construcción son universales y guardan dos principios inviolables,
son unívocos y son inequívocos.

1.4. Todo Lo Que Se Edifica Se Hace Desde Un Fundamento Firme.


El apóstol Pablo de manera clara y categórica nos dice que el fundamento para la
edificación de la Iglesia es Cristo y no puede ser cambiado. (1ª Corintios 3:10-11).

Igualmente, Pablo en Efesios 2:19-22, afirma: “Así que ya no sois extranjeros ni


advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo “.
Y esto nos sirve como un trampolín para llegar a donde queremos ir. Aquí
encontramos algunas curiosidades gramaticales útiles para entender el mensaje,
entre esas podemos notar las expresiones siguientes:

 Edificados sobre: Esto tiene que ver con construcción y no de bendición.


La única parte de nuestro ser que puede ser reedificada es nuestra mente, no lo
puedes hacer en tu cuerpo, pues tenemos dominio en él, y el espíritu ya fue
regenerado en el día de tu nuevo nacimiento.

 El Fundamento de: Apóstoles y Profetas.


La doctrina que este edificio tiene que ser apostólica y profética, no puede ser otro.
La solidez del fundamento da seguridad a la estructura en que se amarra el resto
de la edificación. El problema es que algunos arquitectos están edificando con
conocimiento de albañiles y hacen de los rudimentos el fundamento y lo defiende
con sus propios argumentos.

 Va creciendo: Es decir no es de concreto porque experimenta crecimiento.


No son ladrillos sino personas. Todo lo que se edifica con el conocimiento
del propósito y diseño divino tendrá crecimiento.
 Para ser un templo: Es una analogía, y aunque habla de templo, se refiere
a cada uno de nosotros. No edificamos templos de ladrillos y concreto, somos
el templo del Dios Viviente hecho de piedras vivas.
 Para ser morada: Lo que Dios está edificando es una morada en el Espíritu,
donde El encuentra el lugar de su reposo donde habite para siempre.
Lo importante de estas expresiones es entender que la Iglesia donde Dios va a
morar, es un diseño revelado y su propósito será cumplido, cuyo fundamento y
piedra principal es Cristo, y particularmente a los apóstoles y profetas, les ha
comisionado para aclarar a los santos la obra de edificación que podrá sostener el
peso de la gloria de Dios sobre si misma.
Debemos recordar la enseñanza de Jesús en el pasaje tan conocido de Lucas 6:46
que nos habla del hombre sabio y prudente que al edificar una casa, cavó y puso el
fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu
contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.
En esta parábola se nos habla de las dos casas edificadas sobre diferentes
fundamentos, nos da una lección importante, cuando podemos notar que ambas
casas al final se pudieron edificar y hasta pueden ser muy bonitas en su fachada
externa, aparentan ser iguales en todo, pero solo hasta que llega el día de que sean
probadas se medirá la calidad de su edificación.
La casa es gente y solo podemos saber su fundamento cuando enfrentan los
problemas y vemos como reaccionan, si la casa se tambalea eso habla de la
fragilidad de su fundamento.
Un principio de gobierno y fundamento apostólico y profético es entonces una
capacidad recibida que nos prepara espiritual y mentalmente para reaccionar de la
manera correcta ante las dificultades de la vida.
1.5. Todo Lo Que Se Edifica Debe Conservar Una Estructura Sólida.
Son los pilares en que se amarra el resto de la construcción, no pueden ser
modificado, ni cambiadas sus medidas, consistencia y resistencia. Los elementos
adicionales pueden ser negociables pero el fundamento y la estructura jamás.

Si aceptamos que el fundamento inamovible es Cristo, debemos reconocer


entonces que la estructura en que se edifica la iglesia, son pilares fundamentales
que dan consistencia a toda la edificación, y estos los podríamos resumir en cuatro
ejes principales.

a. El evangelio del reino.


Decir Iglesia no es lo mismo que decir Reino de Dios. No son dos realidades
exactamente iguales, pero están íntimamente ligadas entre sí, pues la Iglesia tiene
que anunciar y hacer presente el Reino de Dios entre los hombres, ella "constituye
en la tierra el germen y el principio del Reino".

Este Reino, sin ser una realidad desligable de la Iglesia, trasciende sus límites
visibles, porque se da en cierto modo dondequiera que Dios esté reinando mediante
su gracia y su amor.

Para comprender, pues, lo que es la Iglesia, es necesario haber comprendido


previamente lo que es el Reino de Dios. La Iglesia tiene que acomodarse al Reino
de Dios y hacerlo presente entre los hombres.

Por lo tanto, la Iglesia es lo que tiene que ser en la medida en que ella misma vive
la realidad del Reino y así lo hace presente en el mundo y en la sociedad. Y, por el
contrario, una Iglesia que no viva el Reino de Dios no puede ser la verdadera Iglesia
que Jesús quiso edificar.

b. Las riquezas de la gracia.


Esta grandiosa tarea de edificar la iglesia sobre las verdades de la gracia, Pablo la
plantea en Efesios 3:2-7. Allí afirma que la economía de la gracia es Dios mismo
dispensado por Cristo con las riquezas de Su gracia en el espíritu del hombre para
hacerlo participe de sus planes y propósito eterno.

La economía de la gracia fue el evangelio o la administración de los asuntos


prácticos y espirituales de Dios que le fueron revelados por Jesucristo al apóstol
Pablo para la pedagogía de las iglesias del primer siglo.

La gracia produce cambios radicales en nuestra teología tradicional, en nuestro


mensaje, en nuestras vidas y en nuestras congregaciones. Estos son cambios
positivos de fe. Una gracia que produce reposo y en la que se camina
exclusivamente por fe y para fe.

La gracia es una economía, un mensaje, un estilo de vida, y un evangelio que actúa


en aquel que es sincero para con Dios. La gracia no es una dispensación ni es una
doctrina, aunque sus inescrutables riquezas pueden ser explicadas por diferentes
doctrinas, estas son como la receta de cocina, que nos dice, como se prepara la
comida, pero no alimenta a quien solo conoce la receta pero no come los alimentos.

c. El nuevo pacto.
El Nuevo Pacto es el punto central de la historia de la redención. A partir de las
palabras de Cristo “está consumado”, debemos observar algo muy importante. El
resultado terrenal de la redención realizada por el Mesías es a la vez la culminación
de (1) el propósito eterno (1ª Pedro 1:20), y (2) el proceso histórico (Gálatas 4:4).

En otras palabras, el plan ordenado anterior a la historia, y la historia misma de la


redención se ven con claridad y se cumplen solamente cuando Cristo sella el Nuevo
Pacto con Su sangre. Esta sangre fue predestinada en la eternidad, tipificada en la
era Mosaica con la sangre sacrificial del cordero pascual y derramada en el tiempo
cuando Jesús el cordero de Dios fue crucificado para quitar el pecado.

Es con la muerte y resurrección de Cristo que se inaugura oficialmente el Nuevo Pacto


trayendo pleno cumplimiento a todo lo que en el antiguo estaba representado en tipo,
sombra y figura de lo que había de venir. (Hebreos 9:9-10).

Por lo tanto, el Nuevo Pacto se sustenta en lo que hizo Jesús, no en lo que nosotros
hemos hecho. Él es el fiador, no nosotros, su persona y su obra perfecta son la
garantía que nos asegura ante Dios que todo está consumado y en El estamos
completos.

La cruz es la cancelación final de un viejo hombre, un vieja creación y un viejo pacto,


para dar inauguración y manifestación de un nuevo hombre, una nueva creación y un
nuevo pacto, del cual Dios nos hizo ministros competentes para edificar a los santos
según el orden de Melquisedec y no bajo los rudimentos del orden levítico de Aarón.

c. La vida en el Espíritu.
El nuevo nacimientos es lo más importante en la vida espiritual, pues sin pasar por
ello, no puedo tener la vida de Cristo. Pero es solo el comienzo. Lo que tiene
realmente importancia es vivir Su vida en nuestra nueva vida en todas sus relaciones,
posibilidades, y capacidades.
Lo que importa tras nacer de nuevo, es vivir la realidad de Cristo y no la religiosidad
cristiana (ritos, tradiciones, ceremonias, etc). Lo que ahora cuenta, si hemos nacido
de nuevo, es vivir una genuina espiritualidad, vivir en la expresión, santificación y
glorificación de Cristo, lo cual es imposible sin la intervención permanente del Espíritu
Santo quien toma de Cristo y nos lo hace saber como realidad de vida y no simple
sentir religioso (Juan 16:13-14).

Pablo en Efesios 5:18, donde nos pide continuar siendo llenos del Espíritu Santo. En
ese mismo orden de ideas, Pablo reitera en Gálatas 5:18-26, la obra del Espíritu y su
experiencia en la vida de los hijos de Dios.

En Gálatas 5:22 dice que el Espíritu produce un fruto multifacético en los hijos del
reino de Dios y que se refleja en ciertas características: amor, gozo, paz, paciencia,
amabilidad, bondad, fidelidad, modestia y dominio propio. Podríamos hablar de una
"espiritualidad relacional" del creyente con Dios, consigo mismo y con su prójimo.
Pablo también nos aclara que la "espiritualidad del Espíritu Santo" busca la justicia y
la paz del reino de Dios (Romanos 14:17-19).

Pablo en este pasaje de Gálatas 5, plantea por un lado nuestro compromiso de


seguimiento, al decir que "somos guiados" por el Espíritu v.18 y que "sigamos" al
Espíritu, v.25b. Por otra parte, afirma nuestra experiencia de muerte y resurrección
con Cristo, cuando declara que todos los que son de El "han crucificado la carne con
sus deseos y pasiones” para así poder "vivir por el Espíritu" v.25a.

Siempre ha sido la intención de Dios formar un pueblo a su imagen, que lleve su


nombre. Y Jesús, no solo nos enseña cómo es Dios, sino que también es la perfecta
imagen de lo que Dios siempre ha querido que la humanidad sea. Este proyecto del
Padre Eterno que apunta a la restauración de la creación entera a su propósito
prístino, culminara en el restablecimiento de su reinado de justicia y de paz. La
auténtica espiritualidad del reino se identifica con este proyecto y participa en su
proceso salvífico.

Teniendo la salvación como experiencia fundante de la espiritualidad, al Espíritu como


el poder y la posibilidad de andar, vivir, según los planes de Dios, es así mismo quien
nos lleva entonces a la revelación activa del Cristo Resucitado y su cumplimiento de
todo el programa de Dios.

El criterio de la vida en el Espíritu tiene que ver con aquello que somos y con las
motivaciones que estimulan nuestro ser, antes que con experiencias de éxtasis o con
la práctica de un misticismo espurio. Si quisiéramos intentar una definición
aproximada, que nos sirva como referencia para el presente punto, diríamos que la
vida en el Espíritu es el proceso continuo por medio del cual vivimos a Cristo,
alimentándonos de la comunión íntima con el Padre, bajo el impulso del Espíritu Santo
y en compromiso fraterno con la iglesia expresamos integralmente las verdades y
principios de la Palabra, para la cooperación efectiva en el propósito eterno de Dios.

1.6. Todo Lo Que Se Edifica Debe Guardar Un Orden De Ejecución.


En una obra de construcción lo primero que se contrata y opera es un arquitecto, no
el ingeniero eléctrico. De igual forma, Dios para edificar Su Iglesia, estableció un
orden de función no de jerarquía, y debe ser respetado (1ª Corintios 12:28)

Sino operamos de acuerdo al diseño y orden divino dejamos a la iglesia sin el


fundamento apostólico y profético correcto, y ella no tendrá una base sólida desde
donde pueda levantarse y resplandecer con la luz de la gloria de Dios que ha sido
depositada en su interior.

Es necesario entender dos cosas importantes, primero, que la edificación de la


Iglesia no se hace basado en un don espiritual, en una manifestación de poder ni
en una experiencia espiritual, y segundo, que la fundamentación apostólica y
profética de la Iglesia no es el techo hasta donde debe llegar, sino el piso donde se
debe iniciar para alcanzar su pleno desarrollo.

Percibimos un llamado urgente del Espíritu para afirmar la fe en el matrimonio y la


familia, para levantar un modelo que frene la agenda de un sistema humanista que
pretende desfigurar el diseño divino.

El Señor nos demanda edificar nuestro casa personal, conyugal y familiar para
establecer congregaciones firmes, saludables y efectivas en sus planes y propósito
eterno.

Reconocer el orden de edificación.


Dios mismo con el fin de conservar un orden de edificación y función puso en la
obra primeramente arquitectos y constructores que crean la estructura, establecen
el fundamento y enseñan los planos y diseño (1ª Corintios 12:28)
El Cristo Ascendido constituyó un equipo multifuncional y complementario que
cuando cada uno cumpla su función dentro de su medida de gracia y fe, lograremos
la edificación completa y madura de los santos como Casa de Dios. (Efesios 4:7-
16)
Cuando se valore y reconozca la importancia del ministerio quintuple operando
dentro del orden establecido por Dios para la edificación de su Casa (1ª Corintios
12:28) respetando el diseño revelado en su Palabra, tendremos el edificio terminado
y no la torre de Babel o torre de Pisa que los hombres han levantado.
Es entendible que el orden de operación de los cinco ministerios no es un asunto
jerárquico o piramidal, sino funcional; estos dones han sido dados para el cuerpo de
Cristo y se apoyan en la labor de edificar la iglesia local con la colaboración de
ancianos y diáconos.
No se puede edificar basado en el don sino en la revelación y orden de función.
La expresión “primeramente”, es del griego “protón”, significa el primero en poder,
influencia y rango, y aquí no se refiere a la persona, sino a su enseñanza y gracia
dada por Dios.
No es un asunto de poder jerárquico, sino de funcionalidad operativa. No es SOBRE
sino ENTRE.
No puede haber segundo sin primero. Dios nunca enfatiza un ministerio sobre los
demás, solo los levanta para que ministren en la gracia que poseen, la meta de Dios
no es el ministro, este es solo el canal, es un don para el cuerpo, y no el cuerpo
para el ministro.
En este caso no estamos poniendo a un apóstol o profeta sobre un pastor o maestro,
solo estamos viendo el orden de Dios en la edificación. Los ministerios apostólicos
y proféticos sirven como llaves para abrir las puertas al conocimiento que la Iglesia
necesita para ser edificada como corresponde.
La gran mayoría de pastores están afanados por encontrar el método mágico que
haga crecer su congregación, pero no están ocupados en identificar el diseño y
modelo correcto en que puedan edificar la Iglesia.

Que tengas el carisma y la estrategia para amontonar gente en un lugar, no significa


que estén edificando la iglesia según el orden y propósito de Dios.

Amontonar ladrillos en un terreno no significa que estemos edificando una casa.

El apóstol Pablo dice en Efesios 2:20-22 que todo el edificio bien coordinado va
creciendo. Se trata de ensamblar todas sus partes y al mismo tiempo de adquirir un
desarrollo pleno.

Este edificio, siendo un templo santo al Señor, debe influenciar todo ámbito de la
sociedad en la cual está insertada.

De este modo, la casa de Dios, su pueblo, se constituye en un modelo que exhibe


la presencia de Dios y su multiforme gracia en los santos.

Necesitamos congregaciones que operen por la revelación del diseño de Dios y no


solamente por la manifestación de los dones del Espíritu.

El diseño de Dios no es una opción sino un imperativo.

2. LOS DISEÑOS DE DIOS.


2.1. Adán. Génesis 1:26-28
Esta es la primera obra maestra de toda la creación hecha por Dios, por medio de
la cual extendería el cumplimiento de su propósito eterno en la tierra, para cual
estableció algunos principios en su diseño.
Dios le entregó al hombre por ser diseño divino y por creación natural poseer la
imagen y semejanza de Él, para que como imagen o representante suyo, señoreara
sobre toda la creación. porque cuando Dios entrega autoridad siempre lo hace por
un tiempo y un propósito determinado, y estos siempre están alineados a Sus planes
y a Su diseño eterno.
La palabra imagen es traducción del vocablo hebreo “tselem”, que se refiere a la
presentación visual de una abstracción. Es decir, que el ser humano es la expresión
visible de algunos de los atributos de Dios.
La palabra semejanza, procedente del término hebreo “demut” se refiere a alguien
quien sin llegar a ser idéntico tiene parecido con otra persona, pero no su en su
parte física sino en su funcionalidad. Es decir, el hombre es la única criatura que
comparte cierta igualdad con Dios.
Adán después de su muerte espiritual (no caída) perdió la autoridad, pero no la
productividad, sin embargo EN y POR Cristo todo fue recuperado y mucho
(Romanos 5:17)
En el primer Adán se perdió el diseño como hijos creados, pero Dios no renuncio a
su propósito, pues en el Postrer Adán se recuperó el diseño como hijos
engendrados.
Por esa razón, es importante que conozcamos bien la imagen de Cristo en nosotros,
para que vivamos en su plenitud y en todo el potencial que tenemos como hijos de
Dios y le permitamos al Espíritu del Señor sanar todo daño, distorsión, y complejo
en nuestro ser interior, de manera que Él pueda restaurarnos a su diseño original
(Romanos 8:28-39)
2.2. El Arca De Noé. Génesis 6:13 y 17.
Este es el primer caso de diseño ordenado por Dios para que el hombre ejecute.
Dios mismo le da a Noé:
- La Orden: “hazte un Arca”,
- Los Materiales: “…de madera de gofer calafateada con brea”,
- La Forma: Una puerta, una ventana, tres pisos con aposentos,
- Las Medidas: “longitud 300 codos, ancho 50 codos, alto 30 codos.”
- El Propósito: preservar a Noé, su familia y los animales del diluvio
Aparentemente esta frágil embarcación no podría resistir la magnitud del diluvio,
pero fue preservada porque guardó el diseño de Dios.
Es más fuerte, sólida y segura una frágil arca de madera, hecha conforme al diseño
de Dios, que un impresionante y poderoso Titanic hecho en la fuerza del hombre.
2.3. El Tabernáculo De Moisés. Éxodo 25:9
Para esta nueva obra también fue Dios mismo quien le mostró a Moisés el diseño
de formas y reglas que debería cumplir.
Palabras claves que se encuentran en el relato bíblico son: Diseño… lo que yo te
muestre, …así lo haréis… Éxodo 25:9 – “Conforme a todo lo que yo te muestre, el
diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.
La belleza y esplendor de esta rústica tienda no estaba en sus cortinas multicolores,
en los muebles de oro y plata, ni en los vestidos de los sacerdotes, sino en la Gloria
Shekiná de Dios que la llenaba y esto ocurrió porque todo fue hecho de acuerdo al
diseño de Dios (Éxodo 40:33-34)
El tipo del tabernáculo en el Antiguo Testamento nos provee una revelación íntegra
y completa del Cristo individual, quien es la Cabeza, y del Cristo corporativo, que es
el Cuerpo, la iglesia, puesto que incluye muchos detalles de la experiencia que
tenemos de Cristo para la vida de iglesia.
El tabernáculo y el templo, como morada de Dios, eran solo un símbolo, sombra o
figura representativa del verdadero tabernáculo que el iba a edificar para ser morada
perfecta y terna de su gloria. (Hebreos 9:1-12).
El tabernáculo tipifica a la iglesia de Dios sobre la tierra, mientras que el templo
tipifica a la iglesia como el único Cuerpo de Cristo; aunque la iglesia se encuentra
en diferentes localidades, la realidad espiritual de la misma sigue siendo un solo
Cuerpo, el cual es único y eterno. (Efesios 1:22-23).
2.4. El Templo. 1 Crónicas 28:11,13,19
Una vez el reino de Israel fue consolidado en la Tierra Prometida, David recibe la
orden divina de levantar un templo para que la presencia de Dios no fuera manifiesta
en una tienda movible. El mismo reconoció que todas las cosas del diseño le fueron
trazadas por la mano de Dios.
Dios le reveló el diseño que incluía forma y reglas. 1 Crónicas 28:-11-13, 19 –“Y
David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico del templo y sus casas, sus
tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y la casa del propiciatorio. Asimismo el
plano de todas las cosas que tenía en mente para los atrios de la casa de Jehová,
para todas las cámaras alrededor, para las tesorerías de la casa de Dios, y para las
tesorerías de las cosas santificadas. También para los grupos de los sacerdotes y
de los levitas, para toda la obra del ministerio de la casa de Jehová, y para todos
los utensilios del ministerio de la casa de Jehová. [… ] Todas estas cosas, dijo David,
me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras
del diseño.”

a) David le dio un plano a Salomón, vv.11-12


b) David le dio instrucciones para el ministerio, v.13
c) David le dio la gente y los recursos para realizar la obra, vr 14 y 21
d) David aseguró que ese diseño lo recibió de Dios, v.19
El templo es un tipo de Cristo como también del Cuerpo de Cristo. El templo
primeramente tipifica a Cristo y, en segundo lugar, a la iglesia, como el único edificio
de Dios en el universo. Estos dos: Cristo y Su Cuerpo, la iglesia, son el centro, la
realidad y la meta del propósito eterno de Dios (Efesios 3:9-11 y 5:32).
El tabernáculo fue diseñado para el desierto y era de naturaleza transitoria; el templo
fue diseñado para el reino y era de naturaleza permanente. (1 Reyes 6:12-13).
El templo reemplazó al tabernáculo como morada de Dios sobre la tierra; así, el
tabernáculo fue mezclado con el templo, conforme al deseo del Señor la Iglesia es
la que puede servirle a Él de peldaño hacia la consumación del reino. (Mateo 16:18,
27-28).
2.5. El Templo Celestial. Ezequiel 43:10-11
Este diseño tipifica el templo final de Apocalipsis, el profeta Ezequiel recibió el
diseño de este templo en su forma y sus reglas, que se convertiría como plomada
divina de las motivaciones y proceder del pueblo de Dios.
Es revelador y reverente nuestro funcionamiento en la tarea de edificación, cuando
lo evaluamos a la luz de todo lo que Dios establece en Ezequiel 43:10-11 –“Tú, hijo
de hombre, muestra a la casa de Israel esta casa, y avergüéncense de sus pecados;
y midan el diseño de ella. Y si se avergonzaren de todo lo que han hecho, hazles
entender el diseño de la casa, su disposición, sus salidas y sus entradas, y todas
sus formas, y todas sus descripciones, y todas sus configuraciones, y todas sus
leyes; y descríbelo delante de sus ojos, para que guarden toda su forma y todas sus
reglas, y las pongan por obra.”
El pensamiento aquí es el siguiente: “El pueblo no se conoce a sí mismo, debes
medirlos de una manera muy particular. No los midas simplemente en conformidad
con preceptos morales ni en conformidad con patrones tradicionales”.
Dios le mandó a Ezequiel que mostrara al pueblo de Israel los planos de su casa,
porque la intención de Dios era usar su casa como la norma y el modelo para
examinar el vivir y la conducta de ellos.
Cuando el pueblo de Dios es examinado de esa manera, se percatan de cuán
inicuos, independientes e individualistas son con respecto a su obra, de cuánto han
defraudado las medidas divinas, de cómo alteran el orden y modelo de Dios, de
cómo están intransigentes, embotados, inamovibles y ciegos, y aunque están
edificando violan las medidas y planos que han sido asignadas, y quebrantan
muchos de los principios rectores del Cuerpo como diseño divino.
El Señor le estaba diciendo a Ezequiel: “Muéstrales el diseño. Descríbeles el
edificio. Muéstrales el modelo, la revelación, el diseño y la visión, y luego pídeles
que se consideren a sí mismos a la luz de este diseño.
Debemos examinar nuestro comportamiento y conducta no solamente en
conformidad con ciertas normas morales y conceptos religiosos, sino también en
conformidad con la casa de Dios.
La vida del Cuerpo es lo que más pone a prueba nuestra espiritualidad; si no
pasamos la prueba de la vida del Cuerpo, eso significa que nuestra espiritualidad
no es genuina. (1ª Corintios 12:27; Efesios 4:16; Colosenses 2:19).
Es por la seriedad de la edificación y la solemnidad para responder ante el Señor
de la obra, que Pablo nos emplaza a que tenemos que mirar cada uno como
sobreedifica, para no ser avergonzados al final y la obra mal hecha sea desechada
y destruida por Dios, aunque en la tierra haya sido admirada y aplaudida por los
hombres (1ª Corintios 3:10-15)
2.6. La Iglesia. Mateo 16:17-19
Es edificada con piedras vivas sobre el fundamento de Cristo como la Roca y Piedra
Angular como Cabeza de la construcción, para que ella se constituya como Casa
del Dios Viviente que opera como Casa Gubernamental pues es Columna y Baluarte
de la Verdad (1ª Pedro 2:4-5, 1ª Timoteo 3:15)
Esta casa es edificada por Cristo, quien constituyó como sus colaboradores a los
cinco ministerios para capacitar a los santos, quienes son los que a la postre
cooperan para la edificación del Cuerpo de Cristo (Efesios 4:11-12).
La realidad del tabernáculo en el Nuevo Testamento es el Cristo individual o sea el
Cristo individual, y también el Cristo corporativo es decir, el Cuerpo de Cristo. El
Cristo individual, mediante su muerte y su resurrección, fue agrandado para
convertirse en el Cristo corporativo, la iglesia, la cual está compuesta por los
creyentes renacidos, quienes son el templo, la casa de Dios, el Cuerpo de Cristo.
(Juan 1:14; 2:19-21; 1ª Corintios 3:16-17; 1ª Timoteo 3:15; Hebreos 3:6).
2.7. La Nueva Jerusalém. Apoc 21:2-27
Esta es la consumación de todo el proyecto de edificación que Dios ha venido
desarrollando en la historia, y por medio de los anteriores diseños mostraba en
pequeña escala lo que era su plan final.
La manifestación de la ciudad de Dios es el cumplimiento del propósito eterno que
Dios ha venido revelando a los hombres, donde El mora para siempre entre y con
nosotros, de tal forma que Cristo llegue a ser el todo, en todos y en todo (Colosenses
3:11).
La consumación del tabernáculo con la cual concluye toda la Biblia es la Nueva
Jerusalén, que es un magnífico Dios-hombre corporativo: una incorporación divino-
humana, eterna, agrandada y universal, la cual se compone del Dios Triuno
procesado y consumado junto con su pueblo que ha sido regenerado, santificado y
glorificado. (Apoc. 21:3 y 22)
El deseo que Dios tiene en Su corazón es ser edificado en el hombre y que el
hombre sea edificado en Él, con miras a la edificación de un magnífico Dios-hombre
corporativo, es por ello, que la Nueva Jerusalén, termina siendo la máxima
consumación del edificio de Dios.
Con esta casa eterna, es que Dios quiere llenarlo todo de su gloria y establecer su
Reino de justicia, paz y poder, de tal forma que podamos participar del propósito
eterno que el Padre Eterno se propuso consigo mismo de reunir todas las cosas en
Cristo Jesús, su Hijo Eterno.
Todos los elegidos por su gracia y redimidos por su sangre venimos a ser la Ciudad
de Dios, cuyo Arquitecto y Constructor es El, ciudad que Abraham pudo concebir
como anticipo de la obra perfecta de Cristo (Hebreos 11:10, 13-16)
3. NATURALEZA DEL DISEÑO DE DIOS
El diseño divino es una concepción eterna en la naturaleza de Dios, revelada
progresivamente en las generaciones en las cuales Dios ha previsto desde
antemano, cuya tarea es interpretar el diseño para sus días para manifestarlo,
edificarlo y llevarlo a cabo. (Hechos13:36)
El éxito que cada generación tenga en la ejecución de ese diseño marcará
significativamente el avance y efectividad en el propósito eterno de Dios.
Nuestra tarea en estos días es ver el alcance de nuestras vidas en una ecuación
matemática de todas nuestras actividades o movimientos si han estado
involucrados en un diseño divino o en un diseño humano, que nos distrajo.
La finalidad de este reflexión es que hayamos sido encausados y recuperados para
la edificación de los diseños divinos para la tierra.
La Biblia tiene valor y si sirve para revelarnos un diseño divino y estás en
condiciones de seguir el ejemplo y el camino de aquellos que vivieron diferentes
circunstancias y a pesar de todo no retrocedieron, porque la vida parte desde donde
se te haya revelado el diseño de Dios (Hebreos 11:13-16).
David transgredió muchas cosas en su reinado, pero en su tiempo él se encontró
con la gracia, que era Dios mismo, por eso las torpezas y pecados que él vivió no
lo incapacitó para seguir el diseño, porque este era mayor que sus errores.
Moisés fue quien escribió la ley, y él tendría que haber sido el primero en morir, la
pregunta es: ¿Porque murió todo el pueblo y no Moisés y luego aparece en el monte
de la transfiguración?
Porque Dios en la expresión de su gracia misma le plació llevar a un lugar secreto
a Moisés y a Elías, este era un lugar de alto rango en donde se estaba diseñando
el gobierno del mundo.
No hay un hombre que se le haya revelado un diseño divino y aunque haya tenido
errores se haya perdido, porque el diseño divino tiene el poder preservador de no
dejarte jamás. Abraham, Moisés, David y Pablo son ejemplos clásicos de esta
verdad.
Cuando se te revela un diseño de Dios sabes demasiado para que te pierdas.
Adán nunca entendió el diseño divino, el no entendió la vida del reino, ni tampoco
entendió el Edén, por eso fracasó en los panes que Dios anunció para su vida.
El sacerdote Elí tampoco entendió el diseño y se vio reflejado en sus hijos, y ellos
aunque ofrecieron la ofrenda a Dios como un acto correcto, no fue aceptable por la
actitud incorrecta por no hacerla según el diseño divino (1 Samuel 2:27-30).
El sacerdocio de Aarón fue caduco, nunca entendió el diseño de Dios, permitió que
sus hijos profanaran el lugar de las ofrendas y sacrificios, por eso el tabernáculo de
Moisés no puede ser restaurado, es el de David, que no tiene que ver con danza
judía sino el reino y gobierno de Dios en las naciones (Amos 9:11, Hechos 15-16)
Saúl ni su descendencia se consolidaron en el trono porque no entendieron el
diseño de Dios y construyó su propio imperio y no el reino de Dios.
3.1. La Obediencia Es Clave Para Ejecutar Un Diseño Divino.
La obediencia debe ser con sentido de propósito, ya que Dios le revelará sus
misterios, sus planos a quienes están dispuestos a edificar según su diseño.
Mayor obediencia traerá mayores niveles de revelación en los diseños de Dios.
Nuestro nivel de obediencia es proporcional a lo que Dios nos ha de revelar.
Ninguno de los hombres puede sobrellevar más de lo que su capacidad de
obediencia está dispuesta a realizar lo que Dios revela.
El poder de Dios está asociado a los hechos, pero su diseño está asociado a su
autoridad.
Un apóstol es alguien que ha visto un diseño y lo sabe ejecutar en la tierra.
No hay nada más poderoso en la vida, que tener un plan que Dios la haya concebido
primero.
Los planes que Dios concibió son los que crearon el mundo en que vivimos y son
los planes de Dios las que controlarán el mundo en que vivimos, por eso cuando un
plan de Dios se concibe se llaman pensamientos divinos y un pensamiento divino
es un concepto divino, y los conceptos divinos son el material del que está hecha la
visión de Dios para la tierra, es la sustancia para vivir e interpretar la vida que Dios
quiere que vivamos.
El concepto original siempre está en la mente del emisor, este estado de proceso
de pensamiento se llama precepto.
Precepto, es una idea original, para poder comprender el concepto original debemos
tener el entendimiento claro de los preceptos del emisor en un mensaje, la clave de
la comprensión se basa en preceptos y conceptos, el error es el producto y el
resultado de lo que se llama una concepción errada, el receptor malinterpretó el
concepto del emisor.
El destrabe de un diseño divino está en separar lo que necesitamos de lo que
deseamos.
Cuando hablamos de diseños divinos estamos hablando desde una base de amor,
un diseño divino es para llevar adelante una obra y en eso es que se divide el
Antiguo y Nuevo Testamento, en el Antiguo Pacto encontramos la sombra de lo que
había de venir y es Jesús el que marca una gran diferencia, porque El es la
sustancia y realidad que trajo cumplimiento de todo lo prometido
Muchos hombres del Antiguo Testamento cuando interpretaban un diseño lo veían
desde la perspectiva de la naturaleza humana porque no les había sido revelado en
plenitud la naturaleza divina y no fue hasta la aparición de Cristo en la tierra que se
pudieron entender los diseños de Dios desde un plano en el que Dios ama, en el
sentido de compartir con el hombre su reino y su gobierno.
Dios por amor quiso compartir con el hombre su gobierno, porque la verdadera
naturaleza de amar es compartir lo que se gobierna.
La verdadera razón de la existencia humana tiene por raíz la naturaleza de Dios, el
cual como no se puede traicionar así mismo, por amor y gracia decide compartir con
el hombre el gobierno invisible de su reino hacia un mundo visible.
5. ESTORBOS PARA EDIFICAR SEGÚN EL DISEÑO DIVINO.
Cuál ha sido hasta hoy el peor enemigo de la ejecución de los planes divinos?
a. Interpretaciones Personales:
Históricamente el hombre ha tenido lecturas muy independientes de los diseños
divinos, pero Dios tuvo; tiene y tendrá un diseño divino para el hombre.
Esto nos condujo a la situación casi de anarquía en la que la gran mayoría de las
congregaciones se encuentran, vemos hombres y mujeres llenos de tremendas
ideas y planes pero que no tienen la capacidad de definir de una manera exacta,
unívoca y completa, todos y cada uno de los elementos del proyecto, tanto en
formas como dimensiones y características esenciales.
Por demasiado tiempo hemos cultivado una actitud independiente, interpretando los
diseños divinos a nuestra manera, leyendo los planos según nuestra propia
interpretación de acuerdo a los lentes, perspectiva y mentalidad que se ha
improntado, sin tener la voluntad dispuesta a fundir nuestra vida con alguien a quien
el Espíritu nos guíe a unir no solamente nuestra capacidad, talentos, tiempo y
recursos, sino todo nuestro ser para definitivamente volvernos una persona
altamente productiva, ya no por fuerzas y capacidades humanas, sino por
manifestación de nuestro propósito en el reino.
Debemos unirnos a alguien por propósito divino y no por necesidad humana, ya que
esa persona puede ser la conexión más estratégica que Dios haya diseñado para
destrabar nuestra vida, de tal forma que, el propósito y potencial que el Señor nos
ha dado se convierta no solamente en nuestra fuente de provisión, sino también en
la realización mayor de lo que Dios asignó a nuestra vida.
b. Intereses Propios:
Veo que la trampa más grande en la que han caído muchos ministros es que siguen
la corriente de un mundo que se mueve por necesidad de autorrealización, deseo
de autosatisfacción y exitismo mediático, pero no por propósito eterno.
La pregunta que surge a estas alturas es ¿en que terreno haré que mi vida se mueva
de aquí en adelante? Necesidad o propósito? Conveniencia humana u obediencia
divina?
Muchos no quieren reformar lo que han edificado mal, porque se les derrumba el
imperio que han construido, el cual ven como un patrimonio familiar que debe ser
conservado.
El modelo de vivir abrazando una causa fue el que Jesús vivió (Juan 13:1-2) y Pablo
aprendió a imitar (Efesios 3:1 y 14) el cual nosotros estamos llamados a reproducir,
de tal manera que no vivamos para satisfacer una necesidad temporal, sino para
cumplir una Causa Eterna.
c. Orgullo Ministerial.
Gente ignorante, orgullosa y legalista, no recibe ni acepta instrucción; pues le cuesta
reconocer que se ha estancado o que se ha equivocado, por lo tanto no quiere
recibir ayuda de otros; pues teme recibir dirección, ya que siente una amenaza
contra su cargo, el cual desea defender egoístamente; por el contrario, la gente
sabia y entendida en los tiempos, si lo acepta (1 Cron.12:32-36; Sant. 3:13-17).
Se requiere humildad y sencillez para poder reconocer que no se están haciendo
bien las cosas, o que se pueden y se deben hacer mejor. El Señor nos dará la gracia
y la sabiduría para realizar los cambios!, pero no nosotros debemos tener la
disposición para implementarlos.
Para corregir esta deficiencia se requiere de una alta capacidad de humildad que
nos permita recibir instrucción de un perito que nos ayude a decodificar y reconocer
los planos, para que podamos ejecutar efectivamente el diseño de Dios para nuestra
vida.
Definitivamente debemos reconocer a alguien como nuestro abridor de puertas,
nuestro instructor y mentor, nuestro conector con la gracia asignada a nuestra vida
por la razón de nuestro propósito en el reino.
Dios quiere de nosotros obediencia en lugar de sacrificios. Si hay algo que Dios no
soporta es la rebelión. La obediencia es la expresión más completa de nuestra
respuesta a la voluntad de Dios, como autoridad en nuestra vida. (I Sam 15:1-3.)
Si Jesús fue entrenado en la obediencia, quiere decir que obedecer es algo que se
necesita y debe aprender, en cambio desobedecer es natural. Si aprendemos a
obedecer vamos a florecer.
Todo aquel que tiene un verdadero encuentro con la autoridad, se somete a ella, ya
que nuestra sumisión no está dirigida a una persona, sino a la autoridad de Dios en
esa persona, por lo tanto debemos aceptar la forma y el instrumento que Dios utilice
para revelarnos lo que Él quiere enseñarnos.
Saulo se sometió a la ministración de un desconocido discípulo llamado Ananías,
quien fue enviado para instruirle en el inicio de su llamamiento apostólico, pero de
esta manera logró que se desarrollara el Pablo que llevaba adentro.
Muchos ministros con ínfulas de grandeza no reciben ni aceptan la instrucción de
algunos “pequeños” porque les miden por los títulos, números, renombre que
puedan ostentar, y de esta manera están resistiendo el canal primario que Dios
quería utilizar para luego conducirles a niveles superiores de formación.
6. DISEÑO DIVINO VS. RELIGIÓN HUMANA
¿Porque se conecta a Dios con una religión aunque nunca fue su deseo, ni su
intención?
La religión es la acción humana errónea a una actitud divina, Dios amó e intentó
hacer coparticipe al hombre de su naturaleza gobernante por amor y el hombre por
su fracaso reacciona con religión por causa del vacío espiritual, por su incapacidad
de entender las intenciones y diseños de Dios.
La palabra religión denota:
• Un sistema de creencias o de credos y adherencia de fe y convicciones,
desarrollándolas en una variedad de tradiciones o de ritos.
• Son prácticas culturales que van desde lo más simple hasta lo más complejo.
Podemos decir que la religión es el método que el hombre diseña para religarse con
el Dios Eterno del cual se desligó al romper el diseño y orden divino.
Las estructuras religiosas permeadas de sus tradiciones y sistemas han sido un
enorme impedimento para la realización del diseño y propósito de Dios.
Zacarías 1:16 dice: Por tanto, así a dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con
misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la
plomada será tendida sobre Jerusalén.
Aquí encontramos una edificación para ser la casa de Dios, nosotros sabemos que
esa casa son personas, pero los principios son idénticos para explicarlos en el día
de hoy para la Iglesia presente.
Esto es importante porque dice que “Será”, o sea no hay dudas de ello, lo que si
debemos de tener en cuenta es que no se sabe ¿cuándo?, porque se necesita una
generación especial para este trabajo.
También dice: “Con Plomada”, o sea con un control estricto de normas y planos.
Esta casa va a servir para juzgar el mundo porque cada ladrillo será puesto derecho
conforme al arquitecto que la diseñó. Esto significa que no será como a nos parece,
o como lo aprendimos de nuestros antepasados, sino por un riguroso control de
calidad, y lo importante es seguir ese orden.
No podemos olvidar que la peor mentira es la que más se parece a la verdad, pues
si ya creemos que estamos completos no estamos listos para recibir nuevos
cambios.
7. LA VISIÓN DEL EDIFICIO DE DIOS:
La iglesia es un diseño divino y solo se edifica a través de principios, planos y
procesos que debemos descubrir en las Escrituras, tal como fueron revelados a los
apóstoles y profetas, para que todos los santos al ser iluminados por el Espíritu
colaboren efectivamente con la obra de Dios.
La iglesia es gloriosamente normal en los diseños divinos, es natural en su
desarrollo de crecimiento y orgánica en su proceso de edificación, pero estamos
tratando con personas que necesitamos milagros para ser normales.
Tanto el cuerpo humano como la iglesia poseen el mismo principio, no fueron
diseñados para estar enfermos, sino diseñados para ser sanos.
Como ejemplo y parábola de la iglesia como cuerpo de Cristo, diseño
contemporáneo para expresar los diseños de Dios sobre la tierra, tiene que ver
simple y sencillamente con la alimentación y con el estilo de vida de quienes la
componen.
Cuando se nos presenta un proyecto y un diseño divino nunca está centrado en el
tamaño, ni en lo largo, ni en lo grande que lleva a reproducirse, sino más bien en
que cumpla a la perfección su intención y propósito original donde el bienestar
integral, vida plena, productividad y efectividad sea la consecuencia de ese diseño
divino.
Esto lo vemos reflejado en el contexto de las Escrituras, al citar el arca de Noé y el
tabernáculo de Moisés que tuvieron un diseño divino, las medidas que tenían no
eran grandes en sí mismas, igualmente el arca del pacto uno lo puede ver como un
diseño divino no muy inmenso, también Jesús fue un diseño divino manifestado en
un pesebre.
Un diseño divino no necesita ser algo grande para poseer grandeza, o extenso y
majestuoso a los ojos de los hombres para tener trascendencia, sino que puede ser
pequeño y estar cumpliendo con los planos y planes específicos de Dios y esto es
lo que lo hace poderoso y efectivo.
Es importante precisar las siguientes declaraciones:
a. La Biblia en su totalidad es un libro que trata sobre la edificación; el tema principal
es revelar a Cristo como Arquitecto y Constructor del edificio de Dios. (Génesis
28:10-22; Mateo 16:18; Hebreos 11:10, Apocalipsis 21:2-3).
b. El pensamiento central y divino hallado en las Escrituras es que Dios está en
procura de un edificio divino que sea producto de la mezcla de Sí mismo con la
humanidad, a saber: una entidad viviente compuesta de personas que hayan sido
redimidas y renacidas para mezclarse con Él. (Efesios 2:16-22).
c. La intención de Dios es obtener un grupo de personas que hayan sido edificadas
conjuntamente como edificio espiritual, de modo que expresen a Dios y le
representen al derrotar a su enemigo y al recobrar el reino que se había perdido.
(Génesis 1:26; Malaquías 2:15).
d. Todo lo que Dios hace hoy, en la predicación del evangelio, en la edificación de
los santos y en el establecimiento de la iglesia, forma parte de su propósito eterno;
estas actividades contribuyen a la obra principal que Dios realiza, esto es, la obra
de edificación del Cuerpo de Cristo para la expresión plena de Cristo. (Efesios 4:16).
e. Es necesario que el Espíritu por medio de la Palabra nos ilumine y nos sature el
pensamiento de que en el universo, Dios está haciendo una sola cosa: Él está
edificando Su morada eterna. (Mateo 16:18; Efesios 2:21-22; Apocalipsis 21:2-3).
f. Es por causa de su propósito eterno que el Señor necesita que la iglesia sea
edificada; es únicamente la iglesia que haya sido edificada conforme al deseo del
Señor la que puede servirle a Él de plataforma hacia la gloria del reino. (Mateo
16:18, 27-28).
g. Ser edificados con otros creyentes es el requisito supremo y más elevado que el
Señor impone a aquellos que fielmente le sirven; este requisito está en conformidad
con la unidad divina del Dios Triuno. (Juan 17:20-23)
h. Ser edificados con aquellos que son copartícipes de la vida divina es la virtud más
elevada que manifiesta alguien que está unido a Cristo, en conformidad con la
economía eterna de Dios. (Filipenses 3:7-12).
8. LA IGLESIA ES EL EDIFICIO DE DIOS.
El edificio de Dios es el Dios Triuno forjado continuamente en nosotros como vida
al grado en que al transfundirse e infundirse en nosotros, lleguemos a ser su
expresión corporativa. (Efesios 3:17a, 19b, 21).
El edificio de Dios es la mezcla de Dios con el hombre, es decir, Dios mismo que se
mezcla con nosotros; por tanto, la iglesia es el edificio de Dios compuesto de Cristo
mismo, quien es el material divino como Roca Eterna, y de los redimidos, que son
el material humano como piedras vivas, los cuales se mezclan entre sí. (Juan 14:20;
Efesios 3:17; 1ª Corintios 3:9-11).
El edificio de Dios es la expresión corporativa del Dios Triuno. (1ª Timoteo 3:15-16;
Juan 17:22; Efesios 3:19b, 21).
Puesto que el edificio es lo que Dios desea obtener, el tema central de las Escrituras
es revelar a Cristo como el modelo en quien el Padre desea reproducir la totalidad
del edificio, a fin de contar con un elemento visible que exprese su Reino (Romanos
8:29).
Génesis 28:10-22, es el primer pasaje de las Escrituras donde Dios revela que su
intención es ser edificado conjuntamente con el hombre y obtener una morada, Bet-
el, en la tierra.
En Génesis 35 la visión de Bet-el se presenta por segunda vez, pero ya no como un
sueño sino como una realidad; en Génesis 35 se da un giro muy crucial y radical,
pues pasa de la experiencia individual de Dios a la experiencia corporativa de Dios:
la experiencia de Dios como el Dios de Bet-el, según el versículo 7, al declarar que
ahora el lugar es El-Bethel.
Por otra parte, de acuerdo a lo revelado en el libro de Éxodo, el edificio de Dios es
tanto el deseo que Dios tiene en su corazón como la meta de la salvación para su
pueblo escogido. (Exodo 25:8-9; 40:1-38)
El pueblo escogido de Dios debe ser edificado conjuntamente como una sola
entidad, el tabernáculo, donde Dios y el hombre pueden reunirse, comunicarse y
morar mutuamente.
Es en Cristo que nosotros y Dios, y Dios y nosotros, podemos ser edificados,
fundirnos y morar juntos; al establecer la unión genética, natural, inseparable y
orgánica entre Cristo como Cabeza y la iglesia como Cuerpo (Efesios 1:18-22)
Este edificio como la morada de Dios debe ser edificado en conformidad con el
modelo que fue revelado en sombra y figura inicialmente a Moisés en el monte Sinaí
y luego a Cristo como sustancia y realidad en el monte de Sión. (Éxodo 25:8-9;
Hebreos 8:5).
8.1. Recibir La Visión Por Medio De Oración y Revelación
Sobre esta particular en las Escrituras hayamos esta constante. Cuando Dios quiso
revelar a Moisés el diseño y modelo del tabernáculo, le condujo al Sinaí a un tiempo
de oración, donde puedo recibir las instrucciones específicas de parte de Dios para
conocer los detalles de las medidas, materiales, diseño y funciones de los muebles
y elementos que allí se iban a utilizar.
Luego vemos en 2 Samuel 7:11b-14, que el Señor profetizó, en tipología, que David
no le edificaría casa a Jehová sino que, más bien, Jehová le edificaría casa a él y
que la simiente de David llegaría a ser el Hijo de Dios y que sería éste quien
edificaría la casa de Dios.
En respuesta a esta palabra, David no dijo simplemente: “Señor, eso es maravilloso,
aprecio mucho que hagas eso”; más bien, se sentó delante de Jehová y oró al Señor
con las mismas palabras que le habían sido habladas (vs. 18-29). En esencia, él oró
lo siguiente: “Haz conforme a lo que has hablado”.
Igualmente cuando Dios quiso que la realidad de su diseño fuese revelado, escogió
a Pablo para revelarle a Cristo en él, y luego le llevó al tercer cielo para darle la
visión celestial de todo lo que tendría que ejecutar en la tierra con respeto a la
edificación de la iglesia.
Nosotros también si queremos ejercer el ministerio y función de acuerdo al orden
de Dios, debemos orar para que el Señor a través de su Palabra y por el Espíritu
ilumine nuestro entendimiento y de esta forma podamos entender y conocer lo que
El ha revelado para edificar de acuerdo a su diseño y propósito eterno.
Debemos pedirle al Señor que nos ayude a morir a nosotros mismos, y confiar en
que Él respaldará la obra de sobreedificación de cada uno de nosotros, y nos librará
de incluir en esa obra divina asuntos de nuestra imaginación humana.
Cuanto más seamos parte del diseño de Dios, más oraremos con entendimiento.
Así, como casa de Dios haremos oraciones que corresponden a la edificación,
oraciones que corresponden al Cuerpo y oraciones que iluminarán nuestros
corazones para saber cómo manifestar su gloria en la tierra.
8.2. Estar Abiertos A Recibir La Visión
Una visión espiritual es una escena extraordinaria que vemos en la esfera divina.
Nunca debemos menospreciar el valor de todo aquello que Dios nos ha permitido
ver con claridad. Lo que vemos nos transforma y afecta nuestra forma de pensar,
ser y hacer. Así que la visión celestial es nuestro punto de partida.
En la visión se combinan estos elementos: revelación, iluminación, entendimiento y
conocimiento . Sin una visión no tenemos nada positivo que nos regule, gobierne o
dirija. Al servir al Señor, lo más crucial es tener una visión celestial, tal como Pablo
lo testifica frente al rey Agripa (Hechos 26:15-19).
Si pretendemos ser los sabios arquitectos, nos engañamos a nosotros mismos, nos
hacemos ilusiones propias o imaginaciones humanas, y no podemos conocernos a
sí mismos a la luz del diseño divino. Los apóstoles que tenían el ministerio de la
edificación recibieron la visión de parte del Señor mediante la revelación del Espíritu
y luego nos la transmitieron por medio de las Escrituras.
De manera que lo que nos toca hacer a nosotros es entender lo que ya fue revelado,
para que luego, por medio de la iluminación, la visión celestial se convierta en el
enfoque que nos dirige y gobierna en toda la implementación y ejecución del
llamamiento celestial.
En ese caso nuestra oración será: “Señor, te ruego que nos des la visión del diseño
y edificación de la casa de Dios. Necesitamos recibir una visión de todo lo que es
divino y genuino, no queremos una visión humana producto de una ilusión o
ambición personal n tampoco edificar nada que sea el resultado de la imaginación
de la mente natural, solo queremos y haremos la visión acerca del asunto central
tocante a la operación del propósito eterno que tu realizas en todo el universo”.
Cuando seamos entendidos acerca del propósito eterno que Dios se propuso llevar
a cabo en Cristo, seremos efectivos en la realización de los planes que Dios nos ha
asignado para colaborar con El, en la edificación de todo lo que Dios ha diseñado
desde la eternidad para ver manifestado en la dispensación de los tiempos.
9. LA TRASCENDENCIA ETERNA DE LA EDIFICACION
La importancia de la temática de este estudio debe ser asumida con profundo
respeto y solemne responsabilidad, pues se trata de una tarea de edificación del
diseño, orden y propósito divino.

La definición de una identidad, es una base fundamental ya que es la acción previa


inherente a la búsqueda de propósito. No se pueden establecer metas, objetivos o
tareas para un organismo del cual no se conocen sus funciones más elementales.

Existen en la Biblia, diversas figuras literarias para referirse a la iglesia, al pueblo de


Dios; figuras que lejos de ensombrecer el significado de la misma, están ahí, para
expresar de manera clara, la identidad de la Iglesia; esa identidad que nos permite
establecer las funciones y acciones que debe desempeñar la misma; esa identidad
que nos permite ver la naturaleza y propósito eterno de Dios para su Pueblo en la
tierra.

En este punto, vamos a profundizar un poco sobre una de estas figuras que el
apóstol Pablo emplea para enseñar a los creyentes en Corinto, de lo que es la
Iglesia, como el Edificio de Dios.

Pablo, expone con amplitud que la iglesia es el edificio de Dios, con todas las
características que esto implica: un arquitecto, un diseño, unos planos, un
fundamento, una estructura, unas medidas y unos materiales que se implementan
en un proceso de edificación.

El apóstol no concibe esta tarea ingente como un suceso instantáneo donde el


producto final aparece de manera automática, sino como un proceso orgánico por
el cual de manera práctica y natural Dios lleva a cabo sus panes. No existen
acciones mágicas en el reino.

Pablo declara que dar a conocer a los santos este misterio, (en el cual Dios se funde
con el hombre, y crear su morada, al impartir a Cristo en nosotros como esperanza
de gloria), es una tarea ardua; para lo cual lucha y trabaja, anunciando, enseñando,
amonestando para presentarles perfectos en Cristo, pero lo hace confiado en el
poder de Dios que actúa en él (Colosenses 1:28-29)

Por tratarse de una tarea solemne de edificación, se requiere de ingenieros y


arquitectos profesionales y no albañiles incompetentes.

La historia humana registra miles de tragedias por causa de que las cosas
fundamentales fueron desestimadas, acareando pérdidas de vidas y recursos, que
repercuten en la vida presente y futura.

Hoy nos enfrentamos a una sociedad postmoderna que ha heredado de


generaciones anteriores, diversas formas de pensamiento y filosofías que la
influyen:

El Humanismo, filosofía denigrante que desplaza la autoridad de Dios y donde el


centro de todo es el hombre, quien rinde culto a la criatura antes que al Creador.

El Materialismo, tendencia cautivante que das más importancia a la codicia por las
cosas que a la trascendencia de los valores.

El Hedonismo, pasión aberrante que busca el placer de disfrutar la vida no importa


cómo, ni con quién, ni en qué.

El Sincretismo, postura enajenante que carece de una verdad absoluta que defina
el fundamento de fe y creencias que gobiernan la vida de los creyentes.

El Pragmatismo, opción fascinante, que persigue la búsqueda de los resultados,


no importándole si para lograr el éxito, los medios y métodos humanos que se
utilizan violan los principios y valores divinos.

Muchos ministros edificadores de la casa de Dios han caído en esta trampa, donde
el reconocimiento y aceptación del sistema religioso está basado en números,
apariencia y cosas. Una actitud facilista que le interesa lo cosmético pero no lo ético,
le interesa más el estilo de lo que se dice, que la sustancia de lo que se dice.

Esto funciona? Da resultados? Es la pregunta que muchos pastores hacen sobre


los métodos, estrategias y programas, sin importarles si esto es de acuerdo al
diseño, orden, naturaleza y propósito de Dios.

Nadie puede ser un edificador competente sino conoce el Propósito Eterno,


garantizado en el Pacto Eterno, por el cual el Padre Eterno, a través del Cristo
Eterno, se propuso edificar una Ciudad Eterna.

10. PRINCIPIOS PARA SER EDIFICADORES COMPETENTES

10.1. Se requiere depender de la gracia de Dios. Vr 10


Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse
el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.

Al describir su obra entre los corintios, Pablo comienza con una declaración
de gracia. Él sabía que su estatus como obrero en el campo de Dios, o en el edificio
de Dios, estaba basado en el favor inmerecido de Dios, no en ser merecedor o digno
de ello.

Esta misma afirmación la hizo a los creyentes en Roma, cuando les dijo que él
recibió primero la gracia de Dios, para luego ejercer el apostolado en las naciones
(Romanos 1:5-8).
Es un altísimo privilegio y honor poder ser un colaborador con Dios. Sin embargo,
en todas las Escrituras observamos que Dios nunca elige gente engreída y
prepotente para hacer su obra. No hay nada en los edificadores que los haga dignos
de ser sus obreros, es conforme a la gracia de Dios.

Este trabajo edificante es por gracia y se hace con gratitud (Hebreos 12:28). No por
ganancia personal ni conveniencia propia.

Dios nos ha dado la maravillosa oportunidad de trabajar con Él. No podemos


trabajar sin Él, pero Él si puede trabajar sin nosotros, pero decidió hacerlo con
nosotros.

¡Gracias Dios por tu gracia al escogerme como tu compañero de trabajo!

Cuando consideramos todas las formas en que Dios pudo haber hecho su trabajo,
es aún más asombroso saber que quiere nuestra participación, nos llama sus
colaboradores, esta palabra en griego es “sunergos”, de donde se deriva sinergia,
el principio de la dinámica donde la suma y unión de las partes hace mayor al todo.

La obra que Pablo hizo con Dios era trabajar “en, con y entre” el pueblo de
Dios. Ellos eran su “labranza o campo” (usando la ilustración del granjero plantando
y regando), y ellos eran su “edificio” (usando la ilustración del constructor).

Cuando el texto dice que “Pablo plantó y Apolos regó”, marcan actos definidos en
el pasado; y cuando dice que “Dios da el crecimiento”, marcan la obra continuada
de Dios.

Cuando un granjero planta una semilla, y la riega, él realmente no la hace crecer. El


milagro de la vida hace eso. Todo lo que el granjero puede hacer es proveer los
aspectos correctos para el crecimiento, y confiar en el poder de la vida que la semilla
contiene producirá el fruto. Nosotros hacemos lo mismo al ministrar a Jesús a otras
personas.

Algunas personas están frustradas porque solo quieren regar cuando Dios los ha
llamado a plantar, o quieren plantar cuando Dios los ha llamado a regar. Otros están
frustrados porque quieren hacer que el crecimiento aparezca, cuando solamente
Dios puede hacer eso.

Productividad real en el ministerio ocurre cuando estamos pacíficamente contentos


con lo que Dios no ha llamado a hacer.

10.2 Se requiere tener conocimiento del propósito, fundamento y diseño


de Dios. Vrs 10b-11
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es
Jesucristo.

Pablo es el experto arquitecto de este fundamento y receptor de la gracia que le


permite explicar la naturaleza de este cimiento. La palabra fundamento, proviene
del vocablo griego “themelíos” que significa aquí́ en el texto, “colocar la
subestructura”; es el descanso donde todo lo exterior es mantenido o sostenido,
aludiendo a Jesucristo.

Cristo y nada más que Cristo es la Roca sólida, única y eterna de los siglos. El
salmista declara que si los cimientos son destruidos no hay esperanza de nada
seguro para los justos (Salmo 11:3)

El fundamento es el que determina tanto el tamaño como el peso del edificio. Nunca
se puede construir un edificio más grande de lo que el cimiento puede soportar. Lo
mismo sucede con la Iglesia. Una iglesia edificada en un fundamento incorrecto o
inadecuado no podrá alcanzar la altura que Dios pretende que alcance.

La tarea de edificación de la iglesia en su mayoría carece de arquitectura apostólica


e ingeniería profética, que establezca el fundamento sólido y la estructura correcta,
para un crecimiento integral de los santos, como lo declara Efesios 2:20-22:
“edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va
creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois
juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”.

10.3. Se requiere una supervisión apropiada. Vr


“ mire cada uno vea como sobreedifica”

La instrucción apostólica es sobreedificar en Cristo y hacerlo de manera atenta y


cuidadosa para que la obra sea permanente, puesto que Jesucristo es el autor y
consumador de nuestra santísima fe.

Es un llamado serio para inspeccionar el trabajo y ser cuidadosos de no construir


en la base de los anti- valores del reino de Dios que el sistema humano y religioso
quiere distorsionar los diseños divinos, porque vivimos en un contexto donde
fácilmente se convergen tales motivaciones efímeras con los valores enseñados por
Cristo.

Muchos quieren realizar sus propósitos egoístas y humanistas en nombre del


evangelio y de Jesucristo. Edificar su iglesia no es asunto de programas religiosos,
auditorios ostentosos y equipos modernos, sino de conocer a Cristo y el poder de
su resurrección, es asunto de exaltar su bendito y glorioso nombre, de decirle al
mundo que Él, y sólo Él es fundamento firme y seguro donde el hombre puede
construir su vida.

10.4. Se requiere utilizar los materiales correctos. Vr 12


Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera,
heno, hojarasca,

Pablo presenta dos categorías de materiales de construcción, que son diferentes no


solo por su apariencia sino en su consistencia, los cuales serán sometidos a prueba
de fuego para definir la calidad y durabilidad de los mismos.

En una edificación inmensa una pequeña piedra de oro no se destaca mucho, y no


es tan visible como un montón de madera, pero su valor y utilidad es mayor. Piedras
preciosas no significa joyas, sino materiales finos de piedra como mármol y granito.

La paja y el heno pueden estar bien para construir el techo de una granja, pero es
un material inadecuado para construir un palacio de gobierno. Los edificadores del
reino debemos entender que el Rey nos llamó para edificar la Iglesia del Dios
Viviente, que es Columna y Baluarte de la verdad, o sea una casa de gobierno. No
fuimos llamados para construir un establo para reunir ovejas.

Mezclar la sabiduría de los hombres con la sabiduría de Dios en la obra de la


edificación de la iglesia es levantar una estatua babilónica, que tenía cabeza de oro
con pies de hierro y barro. Mucha apariencia de grandeza y esplendor, pero una
pobre estabilidad y firmeza, que inevitablemente terminó derrumbándose.

Del mismo modo, la sabiduría humana y atracciones carnales pueden tener un lugar
en el sistema religioso, pero no en la edificación de la iglesia. Lo erróneo y lo
infundado se desvanecerá; pero por la misericordia de Dios el edificador equivocado
se salvará, pero su obra se perderá.

10.5. Se requiere la aprobación divina. Vr 13


“la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el
fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará

En la amplitud de la tarea que tenemos como edificadores, sabemos que la calidad


de la obra será probada para ver cuál sea su fidelidad al orden, diseño, materiales
y naturaleza que el diseño divino establece.

Cuando nuestra obra sea probada delante del Señor, seremos recompensados de
acuerdo a lo que permanezca. La obra de cada uno será examinada bajo el fuego
divino. Es importante destacar que el fuego no purifica al obrero, prueba su obra.

Algunos serán salvos, pero con una vida que fue un desperdicio, y no recibirán una
corona para ponerla a los pies del Rey, para su gloria (Apocalipsis 4:10-11). Él
mismo será salvo, aunque así como por fuego, es decir: Salvo, pero solamente salvo
y salvo sin nada.

Si uno hizo mucho trabajo terrenal incorrecto, será como si no hubiera hecho
nada. Su obra será quemada y se desvanecerá en la eternidad. Es vital reconocer
que la cantidad del trabajo no será evaluada (aunque tiene cierta relevancia), sino
la calidad de la obra.

Hay muchos que están edificando sinceramente equivocados, pero cuando el


Espíritu Santo les trae el conocimiento de la verdad presente y entendimiento de la
gracia del reino, que revela el diseño divino, o dejaran de estar equivocados o
dejaran de ser sinceros, pero no pueden seguir iguales.

PRINCIPIOS BASICOS PARA LOS EDIFICADORES.

Para finalizar queremos resumir cuatro principios fundamentales en que todo


edificador en el reino, debe tener en cuenta para la sabia y eficiente administración
de la vida y los recursos que Dios le ha dado.

1. El Principio De Responsabilidad. Vr 10
Mire cada uno como sobreedifica…

Los propietarios tienen derechos; los administradores tienen responsabilidades.

Estamos llamados como colaboradores de Dios a edificar fielmente conforme al


propósito, diseño y orden de Dios.

Mientras que Dios nos ha confiado amablemente el cuidado, desarrollo y disfrute de


todo lo que Él tiene, nosotros como sus colaboradores somos responsables de
administrarlo bien y multiplicarlo conforme con sus planes y propósito de Dios.

Podemos dejar de ser fieles edificadores de Dios, cuando actuamos como jefes en
vez de servidores.

Podemos dejar de ser fieles edificadores de Dios, cuando ignoramos el propósito,


modificamos el diseño, cambiamos el fundamento, mezclamos la estructura,
alteramos las medidas y adulteramos los materiales

Pablo nos ha presentado tres clases de seres humanos: el hombre natural, el


hombre espiritual y el hombre carnal.

El hombre natural es el descendiente de Adán, nacido en este mundo con una


naturaleza pecaminosa, con una propensión, una inclinación natural a hacer el mal.

Luego está "el hombre espiritual", o sea, el que tiene el Espíritu de Dios, al ser un
hijo suyo. Él comprende todas las cosas, tiene un discernimiento, una percepción
espiritual.

Ese criterio espiritual hace que resulte incomprendido por los que están dominados
por la forma de pensar del sistema del mundo. Porque el hombre normal y natural
sencillamente no puede entender ni sus creencias ni sus actitudes.

En esta tercera clasificación de personas, están los creyentes llamados "carnales",


o sea aquellos que actúan dominados por su propia naturaleza, con criterios
puramente humanos, condiciones que se manifestarán en sus vidas y en su servicio
en la obra.
El creyente carnal es un hijo de Dios salvado, pero no transformado, es sellado con
el Espíritu Santo; pero no anda en el Espíritu. Romanos 7 es un retrato del creyente
carnal; sellado por el Espíritu, pero dominado por la carne.

Hay una diferencia entre ser de carne, que en griego es “sarkinos”, usado en 2
Corintios 3:3 y ser carnal, la palabra griega “sarkikos”, usada en este pasaje.

De carne es simplemente “hecho de carne”; puede hablar de debilidades que es


común de cualquier humano caído.

Carnal, cuando se habla de una persona, significa “caracterizado por la


carne.” Habla de uno que puede y debería hacer las cosas diferentemente, pero no
lo hace. Pablo dice que los creyentes corintios eran “sarkikos”.

Ser edificador de carne es una condición general, pero ser edificador carnal es una
decisión personal.

En el contexto de esta tarea, Pablo presenta las características de un edificador


carnal.

Por la clase de alimento que consume. Vr 2. Leche y no vianda.

Por la clase de relaciones que fomenta. Vr 3-4. Pleitos, disensiones, discordias y


divisiones.

Por la clase de materiales que construye. Vr 11 paja, heno, hojarasca.

Por la clase de sabiduría que conoce. Vr 19-20


Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo,
hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo
es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia
de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son
vanos.

Pablo dice que de la sabiduría humana debemos ser ignorantes, pero de la divina
conocedores.

Debemos glorificar a Dios persiguiendo la sabiduría real. ¿Qué es lo que hay que
hacer si son sabios en este siglo? Si son sabios de acuerdo con la medida humana
de sabiduría? Deben hacerse ignorantes, para que lleguen a ser sabios.

Pablo les pide que renuncien a toda sabiduría del mundo, todo el humanismo
(filosofía centrada en el hombre), incluso si significa ser llamado un ignorante.

Si alguien no está deseando ser considerado un ignorante por aquellos que valoran
la sabiduría humana, nunca podrán ser capaces de realmente ser sabios a la
manera de Dios.
Dios ha evaluado la sabiduría de este mundo, y Él la considera insensatez, astucia,
y vana. ¿Estaremos de acuerdo con la evaluación de Dios, o no?

2. El Principio De Rendición De Cuentas. Vr 13

Indudablemente un principio de la administración es la responsabilidad de rendir


cuentas de nuestra gestión, así que Dios nos demandará resultados óptimos sobre
los dones y talentos, recursos y bienes, tiempo y vida que nos confió administrar.

De la misma forma, Dios ha confiado la autoridad sobre la edificación de su Iglesia


y no se nos permite edificarla bajo nuestros criterios y para nuestros intereses.
Estamos llamados a ejercer el servicio de edificación bajo la atenta mirada del Señor
y demanda que lo hagamos de acuerdo con los principios, diseño, orden y propósito
que Él ha establecido.

Todos vamos a dar cuenta a Dios como el legítimo propietario de todo,


presentaremos un reporte de todo lo que hemos logrado con las cosas que Él nos
ha confiado, y particularmente los hijos de Dios seremos al final juzgados cada uno
según sea su obra, pero este juicio no es para condenación, sino aprobación de
nuestras responsabilidades como salvados (2 Corintios 5:10).
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo,
para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo,
sea bueno o sea malo.

3. El Principio De Recompensa. Vr 14

En Colosenses 3:23-24 Pablo escribe: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón,


como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

La recompensa de todos los edificadores fieles es sobremanera grande, aspiremos


a ella. Todo lo que deberíamos procurar es ser hallados, fieles, aprobados y
premiados por el Rey, esperando escuchar al Señor decir a cada uno de nosotros,
lo que está escrito en Mateo 25:21: “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel;
sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”

La recompensa no se da de acuerdo a los dones, talentos, o incluso éxito, sino de


acuerdo a la fidelidad de su labor. Todos trabajan juntos, pero cada uno es
recompensado individualmente.

Dios sabe cómo recompensar apropiadamente. En la tierra, muchos ministros


reciben o mucha o poca recompensa.

Como edificadores en el siglo 21, necesitamos abrazar esta visión apostólica sobre
la edificación, que va más allá de los programas eclesiásticos o los proyectos
personales, compra de propiedades y equipos, si bien son importantes; no nos
conectan con todo lo que Dios está haciendo en el mundo.

4. El Principio De La Propiedad. Vr 23
Este es el principio fundamental con el que Pablo cierra el capítulo 3: Todo es de
Dios.

Dios es el dueño y Creador de todo. Salmo 24:1, dice: “Del Señor es la tierra y su
plenitud, el mundo y los que en el habitan”.

Esto nos incluye a nosotros mismos y a todas las cosas que él ha puesto a nuestro
cuidado. Nosotros somos simplemente mayordomos o administradores que actúan
en su nombre. por consiguiente, debemos manejar la vida, tiempo, recursos y
talentos de la mejor manera para agradar a Dios.

Dios se reserva los derechos de propiedad exclusiva sobre la iglesia por cuanto es
el Creador y Redentor de ella, además es el Arquitecto y Constructor de la misma,
es la cabeza de ella, es el fundamento y también piedra angular de este edificio
santo.

¡Somos poseedores de todo, pero dueños de nada!


El creyente posee, en Cristo, todas las cosas

Que Dios nos revista de su sabiduría y de su gracia para responder eficientemente


al alto grado de confianza que ha depositado en nosotros como sus colaboradores
para la edificación de la iglesia, para la gloria de su nombre, para la extensión del
reino y para la restauración de todas las cosas en su propósito eterno.

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