Вы находитесь на странице: 1из 2

El alma es, en rigor, para San Agustín, una intimidad –y una intimidad personal–.

Cierto que el
alma es una «parte» del hombre, el cual se compone de cuerpo y alma, por cuanto es
un conjunctum. Pero como el hombre es el modo como el alma adhiere al cuerpo, la existencia del
alma y su modo de «adhesión» son fundamentales para el hombre. El alma está por entero en
cada una de las partes del cuerpo. Ello no significa que no pueda distinguirse entre las diversas
funciones del alma, tales como la voluntad, la memoria, etc. Pero todas estas funciones lo son de
una función principal, de una realidad espiritual indivisa que se manifiesta por medio de lo que San
Agustín llama «la atención vital». En este sentido, el alma es también un principio [106] animador
del cuerpo. Pero como es una substancia espiritual, no depende del cuerpo como si fuese un mero
epifenómeno de éste. El alma ha surgido de la nada por la voluntad creadora de Dios; es una
esencia inmortal. El alma humana es una substancia espiritual, inmaterial, simple, lo que asegura
su inmortalidad, de la que San Agustín ofrece varios argumentos; por su perfección, el destino más
propio del alma es Dios. El alma humana no es una parte de Dios, pero sí su imagen, y con sus
tres facultades principales: memoria, inteligencia y voluntad, también de la Trinidad: Dios es Padre,
Hijo (Verbo) y Espíritu (Amor); tres personas en una misma y sola naturaleza divina. En cuanto al
hombre él explica que, de todas las sustancias finitas, las más perfectas son los ángeles; después
viene el hombre, compuesto de alma y cuerpo. Su concepción del hombre se incluye en la tradición
platónica al defender un claro choque antropológico: el hombre consta de dos substancias
distintas, cada una de ellas completa e independiente, el alma y el cuerpo, siendo el alma superior
en dignidad. El alma reaviva al cuerpo, y produce la vida vegetativa, la sensitiva y la intelectiva.

Tomás de Aquino asume la teoría hilem�rfica de Aristóteles. El hombre está�


formado por materia y por forma (alma, esencia), y su relación es substancial, es decir:
ambas son necesarias para constituir la substancia humana. Sin embargo, estos dos
componentes esenciales del ser vivo no son absolutamente separables, como
posteriormente afanara Descartes. El alma necesita del cuerpo para poder as�,
realizar todas las funciones de la actividad sensitiva, vegetativa e intelectiva ( el
hombre no posee ideas innatas y forma sus ideas a partir del mundo sensible). El alma
humana creada por Dios es inmortal y está� destinada a permanecer unida al cuerpo.
Ahora bien, esta unión del alma con la materia no constituye ninguna cárcel como
habria señalado Platón. No es una relación accidental sino substancial.

La materia por si s�la, no puede existir . La forma constituye el elemento imprescindible para que �esta
obtenga toda su potencialidad. Es a través de la forma como la materia se individualiza, y presenta sus
diferencias. Constituye el sustrato fundamental de la materia, es decir su esencia, pero también su principio de
individuación. 'La forma es lo que hace de un ser vivo sea ese ser vivo y no otro. Es lo que hace por ejemplo
que un perro sea un perro y no sea un caballo, pero, por otro lado, la propia materia �individualizada es lo que
hace que las substancias se diferencien. As�, mi perro es sustancialmente, diferente del perro de mi vecina,
aún siendo ambos de la misma raza.
El alma de los animales es mortal a diferencia del alma humana que es inperecedera. Cuando el
animal muere tambi�n desaparece su alma, sin embargo, esto no sucede con los seres humanos,
puesto que el alma es subsistente, es decir su existencia puede darse sin depender de un cuerpo.
Entre algunos de los motivos citados por Tom�s de Aquino que evidencian el car�cter inmortal
del alma podemos destacar:
a) gracias al alma, el hombre puede percibirse como un ser con conciencia, lo que le diferencia de
los animales.
b) siendo capaz de percibiese como conciencia, es capaz de tomar decisiones libres y voluntarias
sobre su vida.
c) el alma inmortal por su capacidad para percibiese a s� misma, capacita tambi�n para conocer
la esencia de otras sustancias, ya que si solamente fuese materia, estar�a profundamente
limitada su propia capacidad cognoscitiva. Nos convertir�amos en meros ordenadores
comunic�ndonos con ordenadores an�logos, en donde no tendr�amos la oportunidad de ir m�s
all� de los datos archivados en la memoria del ordenador.
la concepción del alma, ya que no existen argumentos que demuestren la existencia de un alma
substancial, inmaterial e inmortal; Es imposible demostrar la existencia de Dios y del alma por
medio de la razón humana, que es limitada, ya que solo es posible conocer a partir de la
experiencia, rompiendo de una vez por todas, la relación de dependencia entre razón y fe. Así
mismo, no existe una ética universalfundada en los principios de la razón, sino que el único
fundamento de la moral es la voluntad de Dios.

Вам также может понравиться