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DE LA IGLESIA
DOCTRINA SOCIAL
DE LA IGLESIA
Primera edición
ISBN-978-9978-09-658-1
Reservados todos los derechos conforme a la ley. No está permitida la reproducción total o
parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por
cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos,
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Octubre, 2017
ÍNDICE
- Estar atentos a los signos de los tiempos: Dios habla a través de los
acontecimientos de la vida ordinaria y hay que saber leerlos.
- ¿Puede y debe, la Iglesia, decir algo sobre temas tan poco espirituales
como lo económico y lo político? ¿La Iglesia debe quedarse sólo en lo
espiritual?
1.3.3. La justicia
Por la dingidad del hombre mismo se le exige una justicia como aquella
virtud que de forma más excelente le hace asemejarse más a Dios.
b) Justicia, en cuanto virtud moral que inclina a dar a cada uno lo que le
corresponde, defendiendo sobre todo la causa del humilde, del inocente
y del oprimido. Es el sentido en el que insistieron especialmente los
profetas del Antiguo Testamento (Am 5, 7-12; Jer 22, 13-15). En el Nuevo
Testamento podemos encontrar referencias en Lc 18, 2-8; Heb 11, 33.
El rey David a pesar de sus muchas virtudes no fue fiel en todo lo que
hizo. Signos de su infidelidad los tenemos insinuados, por ejemplo, en 2
Sam 11 (adulterio y crimen de David) y 2 Sam 24 (censo de la población).
El orgullo y la ambición asesina son presentados como los dos pecados que
van contra la experiencia de fe y que serán objeto de la crítica profética,
suponiendo un avance de la profundización de la fe.
otra salida que dejar de hacer el mal, aprender a hacer el bien, buscar el
derecho, hacer justicia al huérfano, defender a la viuda. Así nos dice:
* Is. 1,11-17
Para el profeta Miqueas está claro que deben caminar con Dios,
relacionarse con él, abandonar una vida inmoral, de injusticia social y
falsedad, dedicándose a practicar el derecho y la solidaridad.
1.3.3.1.6. El exilio
El libro del Levítico (Lv 19, 1-18), nos presenta una serie de normas
fundamentales para la praxis de la fe de Israel en el presente y de cara al
futuro. En este conjunto, impresiona ver la profunda unión que se debe
dar entre el culto y la ley moral y social. Leamos algunos versículos: “ No
explotarás a tu prójimo, ni le expoliarás. No retendrás el jornal del trabajador
desde la noche hasta el día siguiente” (Lv 19, 13). “No cometerás engaño
en juicio. Harás caso del pobre y no favorecerás al poderoso. Juzgarás con
justicia a tu prójimo” (Lv 19, 15).
En el cielo, hay más alegría por un pecador que se convierta que por
99 justos. Lo grande de Jesús era que él, con su Palabra, hacía posible una
nueva existencia para aquellos hombres pecadores, que estaban marginados
desde el punto de vista religioso y social. Por eso, el justo por excelencia es
Jesús. Así lo reconoce el centurión romano.
* Lc. 4,14-21
* Mt. 25,31-46
* 1 Jn. 3,7-24
- “Amar al pobre es romper el yugo que lo oprime, y para ello hay que ver el
drama social como propio”. (Ambrosio)
- “Primero, la justicia; segundo, la caridad”. (Juan Crisóstomo)
Los teólogos católicos en quienes hay que buscar más los rastros de
una DSI podemos encontrarlos en la Escuela Tomista, llamados también
escolásticos, agrupados alrededor de la gran figura de Santo Tomás de Aquino.
El recurso de la Teología es la Filosofía. Su eje característico lo constituye
el Derecho Natural como exigencia que fluye de la Ley Natural. Figuras
destacadas en los temas sociale, sobre todo los primeros formuladores del
Derecho intenacional fueron Francisco de Vitoria y Francisco Suárez. Pero las
dimensiones sociales del Evangelio no están agotadas. La reflexión teológica
actual, marcada por el diálogo con otras disciplinas, como las Ciencias
26 DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
Sobre todo a partir de León XIII, a finales del siglo XIX, como
consecuencia de los problemas y necesidades que trajo consigo la revolución
industrial y la aparición del liberalismo, el capitalismo y el socialismo, los
Papas empezaron a elaborar una DSI más sistemática. León XIII y su
encíclica social Rerum Novarum (1891) supone un hito en la concepción
de una moderna DSI. Preocupado por la deplorable situación en que se
encontraba el proletariado industrial, interviene con un texto valiente que
preparó el desarrollo de la DSI, llevado a cabo por el Magisterio de la Iglesia
en documentos posteriores. La DSI es, según ello, punto de la acción pastoral
de la Iglesia para con la sociedad.
1.3.4.5. Conclusión:
Encíclicas sociales:
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
40. Relación mutua entre la Iglesia y el mundo.
Nacida del amor del Padre Eterno, fundada en el tiempo por Cristo
Redentor, reunida en el Espíritu Santo, la Iglesia tiene una finalidad escatológica
y de salvación, que sólo en el siglo futuro podrá alcanzar plenamente. Está
presente ya aquí en la tierra, formada por hombres, es decir, por miembros
de la ciudad terrena que tienen la vocación de formar en la propia historia del
género humano la familia de los hijos de Dios, que ha de ir aumentando sin
cesar hasta la venida del Señor. Unida ciertamente por razones de los bienes
eternos y enriquecida con ellos, esta familia ha sido “constituida y organizada
por Cristo como sociedad en este mundo” y está dotada de «los medios
adecuados propios de una unión visible y social». De esta forma, la Iglesia,
«entidad social visible y comunidad espiritual», avanza juntamente con toda
la humanidad, experimenta la suerte terrena del mundo, y su razón de ser es
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 29
41. …
de ley divina. Por ese camino, la dignidad humana no se salva; por el contrario,
perece.
para que brille con mayor claridad la señal de Cristo en el rostro de la Iglesia».
93. Los cristianos, recordando la palabra del Señor: En esto conocerán todos
que sois mis discípulos, en el amor mutuo que os tengáis, no pueden tener otro
anhelo mayor que el de servir con creciente generosidad y con suma eficacia
a los hombres de hoy. Por consiguiente, con fiel adhesión al Evangelio y con el
uso de las energías propias de éste, unidos a todos los que aman y practican
la justicia, han tomado sobre sí una tarea ingente que han de cumplir en la
tierra, y de la cual deberán responder ante Aquel que juzgará a todos en el
último día. No todos los que dicen: «¡Señor, Señor!» entrarán en el reino de
los cielos, sino aquellos que hacen la voluntad del Padre y ponen manos a la
obra. Quiere el Padre que reconozcamos y amemos efectivamente a Cristo,
nuestro hermano, en todos los hombres, con la palabra y con las obras, dando
así testimonio de la Verdad, y que comuniquemos con los demás el misterio de
amor del Padre celestial. Por esta vía, en todo el mundo los hombre se sentirán
despertados a una viva esperanza, que es don del Espíritu Santo, para que,
por fin, llegada la hora, sean recibidos en la paz y en la suma bienaventuranza
en la patria que brillará con la gloria del Señor.
1887 La inversión de los medios y de los fines, que lleva a dar valor de fin
último a lo que sólo es medio para alcanzarlo, o a considerar las personas
como puros medios para un fin, engendra estructuras injustas que “hacen
ardua y prácticamente imposible una conducta cristiana, conforme a los
mandamientos del Legislador Divino”.
1888 Es preciso entonces apelar a las capacidades espirituales y morales
de la persona y a la exigencia permanente de su conversión interior para
obtener cambios sociales que estén realmente a su servicio. La prioridad
reconocida a la conversión del corazón no elimina en modo alguno sino, al
contrario, impone la obligación de introducir en las instituciones y condicio-
nes de vida, cuando induce al pecado, las mejoras convenientes para que
aquellas se conformen a las normas de la justicia y favorezcan el bien en
lugar de oponerse a él.
a) DERECHOSY DEBERES:
Preámbulo
Artículo 1.
Artículo 2.
Artículo 3.
Artículo 4.
Artículo 5.
Artículo 6.
Artículo 7.
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual
protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda
discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal
discriminación.
Artículo 8.
Artículo 9.
Artículo 10.
Artículo 11.
Artículo 12.
Artículo 13.
Artículo 14.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial real-
mente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos
y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 15.
Artículo 16.
Artículo 17.
Artículo 18.
Artículo 19.
Artículo 20.
Artículo 21.
Artículo 22.
Artículo 23.
Artículo 24.
Artículo 25.
Artículo 26.
Artículo 27.
Artículo 28.
Artículo 29.
Artículo 30.
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DOCUMENTOS ECLESIÁSTICOS
Dios, pues, nos dice también la Biblia, miró cuanto había hecho, y lo
juzgó muy bueno (Gen I,31).
50 DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
El Pecado
13. Creado por dios en la justicia, el hombre, sin embargo, por instigación
del demonio, en el propio exordio de la historia, abusó de su libertad,
levantándose contra Dios y pretendiendo alcanzar su propio fin al margen de
Dios. Conocieron a Dios, pero no le glorificaron como a Dios. Oscurecieron
su estúpido corazón y prefirieron servir a la criatura, no al Creador. Lo que
la Revelación divina nos dice coincide con la experiencia. El hombre, en
efecto, cuando examina su corazón, comprueba su inclinación al mal y se
siente anegado por muchos males, que no pueden tener origen en su santo
Creador. Al negarse con frecuencia a reconocer a Dios como su principio,
rompe el hombre la debida subordinación a su fin último, y también toda su
ordenación tanto por lo que toca a su propia persona como a las relaciones
con los demás y con el resto de la creación.
Nuestra época, más que ninguna otra, tiene necesidad de esta sabiduría
para humanizar todos los nuevos descubrimientos de la humanidad. El destino
futuro del mundo corre peligro si no se forman hombres más instruidos
en esta sabiduría. Debe advertirse a este respecto que muchas naciones
económicamente pobres, pero ricas en sabiduría, pueden ofrecer a las demás
una extraordinaria aportación.
52 DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
Grandeza de la libertad
17. La orientación del hombre hacia él bien sólo se logra con el uso de la
libertad, la cual posee un valor que nuestros contemporáneos ensalzan con
entusiasmo. Y con toda razón. Con frecuencia, sin embargo, la fomentan de
forma depravada, como si fuese pura licencia para hacer cualquier cosa, con
tal que deleite, aunque sea mala. La verdadera libertad es signo eminente
de la imagen divina en el hombre. Dios ha querido dejar al hombre en
manos de su propia decisión para que así busque espontáneamente a su
Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada
perfección. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe
según su conciencia y libre elección del bien y se procura medios adecuados
para ello con eficacia y esfuerzo crecientes. La libertad humana, herida por
el pecado, para dar la máxima eficacia a esta ordenación a Dios, ha de
apoyarse necesariamente en la gracia de Dios. Cada cual tendrá que dar
cuenta de su vida ante el tribunal de Dios según la conducta buena o mala
que haya observado.
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 53
El ateísmo sistemático
21. La Iglesia, fiel a Dios y fiel a los hombres, no puede dejar de reprobar
con dolor, pero con firmeza como hasta ahora ha reprobado, esas perniciosas
doctrinas y conductas, que son contrarias y privan al hombre de su innata
grandeza.
1. Introducción
305 En el ministerio de Cristo, Dios baja hasta el abismo del ser humano
para restaurar desde dentro su dignidad. La fe en Cristo nos ofrece, así, los
criterios fundamentales para obtener una visión integral del hombre que, a su
vez, ilumina y completa la imagen concebida por la filosofía y los aportes de
las demás ciencias humanas, respecto al ser del hombre y a su realización
histórica.
306 Por su parte, la Iglesia tiene el derecho y el deber de anunciar a todos los
pueblos la visión cristiana de la persona humana, pues sabe que la necesita
para iluminar la propia identidad y sentido de la vida y porque profesa que
todo atropello a la dignidad del hombre es atropello al mismo Dios, de quien
es imagen. Por lo tanto, la Evangelización en el presente y en el futuro de
América Latina exige de la Iglesia una palabra clara sobre la dignidad del
hombre. Con ella se quiere rectificar o integrar tantas visiones inadecuadas
que se propagan en nuestro continente, de las cuales, unas atentas contra la
identidad y la genuina libertad; otras impiden la comunión; otras no promueven
la participación con Dios y con los hombres.
2. VISIÓN DETERMINISTA
309 Una variante de esta visión determinista, pero más de tipo fatalista y social,
se apoya en la idea errónea de que los hombres no son fundamentalmente
iguales. Semejante diferencia articula en las relaciones humanas muchas
discriminaciones y marginaciones incompatibles con la dignidad del hombre.
Más que en teoría, esa falta de respeto a la persona se manifiesta en
expresiones y actitudes de quienes se juzgan superiores a otros. De aquí, con
frecuencia, la situación de desigualdad en que viven obreros, campesinos,
indígenas, empleadas domésticas y tantos otros sectores.
3. visión psicologista
4. VISIONES ECONOMICISTAS
5. Visión estatista
6. visión cientista
Reflexión Doctrinal
1 PROCLAMACIÓN FUNDAMENTAL
317 Profesamos, pues, que todo hombre y toda mujer por más
insignificantes que parezcan, tienen en sí una nobleza inviolable que ellos
mismos y los demás deben respetar y hacer respetar sin condiciones; que
todas vida humana merece por sí misma, en cualquier circunstancia, su
dignificación; que toda convivencia humana tiene que fundarse en el bien
común, consistente en la realización cada vez más fraterna de la común
dignidad, lo cual exige no instrumentalizar a unos en favor de otros y estar
dispuestos a sacrificar aun bienes particulares.
60 DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
320 De este modo, nos sentimos urgidos a cumplir por todos los medios
lo que puede ser el imperativo original de esta hora de Dios en nuestro
continente; una audaz profesión cristiana y una eficaz promoción de la
dignidad humana y de sus fundamentos divinos, precisamente entre quienes
más lo necesitan, ya sea porque la desprecian, ya sobre todo porque,
sufriendo ese desprecio, buscan -acaso a tientas- la libertad de los hijos de
Dios y el advenimiento del hombre nuevo en Jesucristo.
Dignidad y Libertad
planos inseparables: la relación del hombre con el mundo, como señor; con
las personas, como hermano y con Dios, como hijo.
324 Pero la dignidad del hombre verdaderamente libre exige que no se deje
encerrar en los valores del mundo, particularmente en los bienes materiales,
sino que, como ser espiritual, se libere de cualquier esclavitud y vaya más
allá, hacia el plano superior de las relaciones personales, en donde se
encuentra consigo mismo y con los demás. La dignidad de los hombres se
realiza aquí en el amor fraterno, entendido con toda la amplitud que le ha
dado el Evangelio y que incluye el servicio mutuo, la aceptación y promoción
práctica de los otros, especialmente de los más necesitados.
325 No sería posible, sin embargo, el auténtico y permanente logro de
la dignidad humana en este nivel, si no estuviéramos al mismo tiempo
auténticamente liberados para realizarnos en el plano trascendente. Es el
plano del Bien Absoluto en el que siempre se juega nuestra libertad, incluso
cuando parecemos ignorarlo; el plano de la ineludible confrontación con el
misterio divino de alguien que como Padre llama a los hombres, los capacita
para ser libres, los guía providentemente y, ya que ellos pueden cerrarse
a El e incluso rechazarlo, los juzga y sanciona para vida o para muerte
eterna, según lo que los hombres mismos han realizado libremente. Inmensa
responsabilidad que es otro signo de la grandeza, pero también del riesgo
que la dignidad humana incluye.
327 El amor de Dios que nos dignifica radicalmente, se vuelve por necesidad,
comunión de amor con los demás hombres y participación fraterna; para
nosotros, hoy, debe volverse, principalmente obra de la justicia para los
62 DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
328 Pero a la actitud personal del pecado, a la ruptura con Dios que envilece
al hombre, corresponde siempre en el plano de las relaciones interpersonales,
la actitud de egoísmo, de orgullo, de ambición y envidia que generan injusticia,
dominación, violencia a todos los niveles; lucha entre individuos, grupos, clases
sociales y pueblos, así como corrupción, hedonismo, exacerbación del sexo
y superficialidad en las relaciones mutuas. Consiguientemente se establecen
situaciones de pecado que, a nivel mundial, esclavizan a tantos hombres y
condicionan adversamente la libertad de todos.
336 Por otra parte, Dios nos da la existencia en un cuerpo por el que
podemos comunicarnos con los demás y ennoblecer el mundo; por ser
hombres necesitamos de la sociedad en que estamos inmersos y que
vamos transformando y enriqueciendo con nuestro aporte en todos los
niveles, desde la familia y los grupos intermedios, hasta el Estado cuya
función indispensable ha de ejercerse al servicio de las personas y la
misma comunidad internacional. Su integración es necesaria, sobre todo la
integración latinoamericana.
339 Sólo así se llegará a vivir lo más propio del mensaje cristiano sobre
la dignidad humana, que consiste en ser más y no en tener más, esto se
vivirá tanto entre los hombres que, acosados por el sufrimiento, la miseria,
la persecución y la muerte, no vacilan en aceptar la vida con el espíritu de
las bienaventuranzas, cuanto entre aquellos que, renunciando a una vida
placentera y fácil, se dedican a practicar de un modo realista en el mundo
de hoy las obras de servicio a los demás, criterio y medida con que Cristo
ha de juzgar, incluso a quienes no lo hayan conocido.
3. LA SOCIEDAD
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 67
3.1. La familia
3.1.1. El plan de Dios sobre el matrimonio y la familia.
«El dominio del instinto mediante la razón y voluntad libre impone una
ascética (esfuerzo). Esta disciplina, lejos de perjudicar el amor conyugal, le
confiere un valor humano más sensible» (HV 21). La disciplina lleva a la
virtud de la castidad. La carencia de esta virtud lleva a la sociedad a disolver
el pleno sentido de la familia.
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DOCUMENTOS ECLESIÁSTICOS
El Matrimonio y la familia en el mundo actual
49. Muchas veces a los novios y a los casados les invita la palabra divina
a que alimenten y fomenten el noviazgo con un casto afecto, y el matrimonio
con un amor único. Muchos contemporáneos nuestros exaltan también el
amor auténtico entre marido y mujer, manifestado de varias maneras según
las costumbres honestas de los pueblos y las épocas. Este amor, por ser
eminentemente humano, ya que va de persona a persona con el afecto
de la voluntad, abarca el bien de toda la persona, y por tanto, es capaz de
enriquecer con una dignidad especial las expresiones del cuerpo y del espíritu
y ennoblecerlas como elementos y señales específicas de la amistad conyugal.
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 73
propios padres. El mismo Dios, que dijo: No es bueno que el hombre esté
solo(Gen 2,I8), y que desde el principio... hizo al hombre varón y mujer(Mt
I9,4), queriendo comunicarle una participación especial en su propia obra
creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: Creced y multiplicaos(Gen
I,28). De aquí que el cultivo auténtico del amor conyugal y toda la estructura
de la vida familiar que de él deriva, sin dejar de lado los demás fines del
matrimonio, tienden a capacitar a los esposos para cooperar con fortaleza
de espíritu con el amor del Creador y del Salvador, quien por medio de ellos
aumenta y enriquece diariamente a su propia familia.
Obra de todos
52. La familia es escuela del más rico humanismo. Para que pueda lograr la
plenitud de su vida y misión se requieren un clima de benévola comunicación
y unión de propósitos entre los cónyuges y una cuidadosa cooperación de los
padres en la educación de los hijos. La activa presencia del padre contribuye
sobremanera a la formación de los hijos; pero también debe asegurarse el
cuidado de la madre en el hogar, que necesitan principalmente los niños
menores, sin dejar por eso a un lado la legítima promoción social de la
mujer. La educación de los hijos ha de ser tal, que al llegar a la edad adulta
puedan, con pleno sentido de la responsabilidad, seguir la vocación, aun
la sagrada, y escoger estado de vida; y si éste es el matrimonio, puedan
fundar una familia propia en condiciones morales, sociales y económicas
adecuadas. Es propia de los padres o de los tutores guiar a los jóvenes con
prudentes consejos, que ellos deben oír con gusto, al tratar de fundar una
familia, evitando, sin embargo, toda coacción directa o indirecta que les lleva
a casarse o a elegir determinada persona.
“La solidaridad nos ayuda a ver al otro como semejante nuestro, que al
igual que nosotros también está invitado al banquete de la vida” (SRS 39).
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 81
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
RESPONSABILIDAD Y PARTICIPACIÓN
1915 Los ciudadanos deben cuanto sea posible tomar parte activa en la
vida pública. Las modalidades de esta participación pueden variar de un país
a otro o de una cultura a otra. “Es de alabar la conducta de las naciones en
las que la mayor parte posible de los ciudadanos participa con verdadera
libertad en la vida pública”.
1917 Corresponde a los que ejercen la autoridad reafirmar los valores que
engendran confianza en los miembros del grupo y los estimulan a ponerse al
servicio de sus semejantes. La participación comienza por la educación y la
cultura. “Podemos pensar, con razón, que la suerte futura de la humanidad
está en manos de aquellos que sean capaces de transmitir a las generaciones
venideras razones para vivir y para esperar”.
82 DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
LA JUSTICIA SOCIAL
1934 Creados a imagen del Dios único y dotados de una misma alma
racional, todos los hombres poseen una misma naturaleza y un mismo
origen. Rescatados por el sacrificio de Cristo, todos son llamados a participar
en la misma bienaventuranza divina: todos gozan por tanto de una misma
dignidad.
Yo no doy todas las virtudes por igual a cada uno... hay muchos a los
que distribuyo de tal manera, esto a uno, aquello a otro... A uno la caridad, a
otro la justicia, a éste la humildad, a aquél una fe viva... En cuanto a los bienes
temporales las cosas necesarias para la vida humana las he distribuido con
la mayor desigualdad, y no he querido que cada uno posea todo lo que le era
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 83
necesario para que los hombres tengan así ocasión, por necesidad, de
practicar la caridad de unos con otros... He querido que unos necesitasen
de otros y que fuesen mis servidores para la distribución de las gracias y de
las liberalidades que han recibido de mí.
LA SOLIDARIDAD HUMANA
3.3. EL ESTADO
3.3.1 La Autoridad Política de la sociedad.
Política es, en términos muy amplios, «la acción común para el Bien
Común». El político, de esta manera, resulta el verdadero arquitecto de
la convivencia organizada. A través de la actividad política, el político se
hace acreedor a las bienaventuranzas prometidas a quien da de comer al
hambriento: «Bienaventurado porque tuve hambre e implementaste un plan
alimentario, tuve sed y creaste un Departamento para establecer redes de
agua potable, era forastero y pusiste en marcha un Fondo Nacional para la
Vivienda...»
interés. Declara que «la Iglesia alaba y estima la labor de quienes al servicio
del hombre se consagran al bien de la cosa pública» (GS 75). Y el Papa Pablo
VI fue todavía más explícito: «El cristiano tiene la obligación de participar
en la organización y la vida política» (OA 24). «La política ofrece un
camino serio y difícil para cumplir el deber grave que el cristiano tiene
de servir a los demás» (OA 46).
- O bien, desde la Base del Pueblo, procurándo acudir a las urnas para
elegir a los candidatos más idóneos y manteniéndose informado del
acontecer nacional y mundial. Votar es un derecho de todo ciudadano,
pero también es un deber.
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
74. Los hombres, las familias y los diversos grupos que constituyen la
comunidad civil son conscientes de su propia insuficiencia para lograr una
vida plenamente humana y perciben la necesidad de una comunidad más
amplia, en la cual todos conjuguen a diario sus energías en orden a una
mejor procuración del bien común. Por ello forman comunidad política según
tipos institucionales varios. La comunidad política nace, pues, para buscar
el bien común, en el que encuentra su justificación plena y su sentido y
del que deriva su legitimidad primigenia y propia. El bien común abarca el
conjunto de aquellas condiciones de vida social con las cuales los hombres,
las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad
su propia perfección.
Pero son muchos y diferentes los hombres que se encuentran en una
comunidad política, y pueden con todo derecho inclinarse hacia soluciones
diferentes. A fin de que, por la pluralidad de pareceres, no perezca la
comunidad política, es indispensable una autoridad que dirija la acción de
todos hacia el bien común no mecánica o despóticamente, sino obrando
principalmente como una fuerza moral, que se basa en la libertad y en el
sentido de responsabilidad de cada uno.
contra el abuso de tal autoridad, guardando los límites que señala la ley
natural y evangélica.
76. Es de suma importancia, sobre todo allí donde existe una sociedad
pluralística, tener un recto concepto de las relaciones entre la comunidad política
y la Iglesia y distinguir netamente entre la acción que los cristianos, aislada
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 93
LA AUTORIDAD
1904 “Es preferible que un poder esté equilibrado por otros poderes y
otras esferas de competencia que lo mantengan en su justo límite. Es éste
el principio del “Estado de derecho” en el cual es soberana la ley y no la
voluntad arbitraria de los hombres”.
EL BIEN COMÚN
Ante la crisis del Estado del Bienestar hacia los años setenta revivió
un neoliberalismo con principales ideológos en Friedman y Hayer que se
enmarcan en una visión económica particular dentro del liberalismo de Adam
Smith.
Así, por ejemplo, existe una gama de socialismos que van desde los
modelos latinoamericanos y europeos hasta los asiáticos y africanos. Dígase
lo mismo del Liberalismo Capitalista. Se da un abanico que comprende
desde el pensamiento de Adam Smith hasta el de Milton Friedman y desde
las concepciones clásicas del Siglo XVIII hasta los Neoliberalismos actuales.
Dentro de cada una de estas concreciones convendrá distinguir su utopía de
sus métodos y de su análisis social, de sus procedimientos de lucha política
y de sus postulados teóricos. No se puede canonizar o satanizar en bloque,
metiendo a todas las concreciones históricas de estas dos ideologías en el
mismo costal.
3.4.5. La ideologización de la Fe
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
Evangelización e ideologías
538 Para el necesario discernimiento y juicio crítico sobre las ideologías, los
cristianos deben apoyarse en el “rico y complejo patrimonio que la ‘Evangelii
Nuntiandi’ denominada doctrina social o enseñanza social de la Iglesia”(Juan
Pablo II, Discurso Inaugural III, 7.AAS LXXI p.203).
539 Esta doctrina o enseñanza social de la Iglesia expresa “lo que ella
posee como propio: una visión global del hombre y de la humanidad”(PP
13). Se dejan interpelar y enriquecer por las ideologías en lo que tiene de
positivo y, a su vez las interpela, relativiza y critica.
Responsabilidad y participación
31. Para que cada uno pueda cultivar con mayor cuidado el sentido de
su responsabilidad tanto respecto de sí mismo como de los varios grupos
sociales de los que es miembro, hay que procurar con suma diligencia una
más amplia cultura espiritual, valiéndose para ello de los extraordinarios
medios de que el género humano dispone hoy día. Particularmente la
educación de los jóvenes, sea el que sea el origen social de éstos, debe
orientarse de tal modo, que forme hombres y mujeres que no sólo sean
personas cultas, sino también de generoso corazón, de acuerdo con las
exigencias perentorias de nuestra época.
c) Estar abierto a actividades orientadas más allá del «tener más» y dirigidas
a promover el bien social, como serían programas educativos, etc.
- Que los males que implique la huelga sean aventajados por los bienes
que de ella se deriven.
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
Por último, la remuneración del trabajo debe ser tal que permita al
hombre y a su familia una vida digna en el plano material, social, cultural
y espiritual, teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de
cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común.
Conflictos laborales
«La Biblia desde sus primeras páginas nos enseña que la creación
entera es para el hombre... Si la tierra está hecha para procurar a cada
uno los medios de subsistencia y los instrumentos de progreso, todo
hombre tiene derecho a encontrar en ella lo que necesita. Todos los
demás derechos, sean los que sean, comprendidos en ellos los de
propiedad y libre comercio, a ellos están subordinados» (PP 22).
c) La propiedad no es intocable.
Así como hay una constante cuando la Iglesia se dirige a los Propietarios
de Bienes de Producción, que es el recordatorio de la «hipoteca social» que
grava sobre toda Propiedad Privada, así también hay una constante en la
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 123
4.2.7. La globalización.
Hoy todo país se encamina hacia una globalización. Ningún país puede
proyectar empresas por sí y para sí sola. Ello lleva a la aparación grandes
transnacionales. Estas empresas es fácil que pierdan visión de su función
social y busquen primordialmente el lucro. La globalización conllevan mu-
chos peligros sociales. Por ello se exige una globalización en la solidaridad
de los países ricos y desarrollados con los países menos desarrollados y
más pobres.
69. Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos
los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a
todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la
caridad.
Sean las que sean las formas de la propiedad, adaptadas a las institu-
ciones legítimas de los pueblos según las circunstancias diversas y variables,
jamás debe perderse de vista este destino universal de los bienes.
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
Acceso a la propiedad y dominio de los bienes
Problema de los latifundios
71. La propiedad, como las demás formas de dominio privado sobre los
bienes exteriores, contribuye a la expresión de la persona y le ofrece ocasión
de ejercer su función responsable en la sociedad y en la economía. Es por
ello muy importante fomentar el acceso de todos, individuos y comunidades,
a algún dominio sobre los bienes externos.
Son, pues, necesarias las reformas que tengan por fin, según los casos,
el incremento de las remuneraciones, la mejora de las condiciones laborales,
el aumento de la seguridad en el empleo, el estímulo para la iniciativa en
el trabajo; más todavía, el reparto de las propiedades insuficientemente
cultivadas a favor de quienes sean capaces de hacerlas valer.
Tanto Pablo VI como Juan Pablo II han sido muy explícitos al afirmar
que la DSI se opone a una concepción de Desarrollo que lo identifique con
el solo bienestar material y con la mera acumulación de bienes. Esto llevaría
solamente a «tener» más. No se puede decir que un país sea desarrollado
porque su Producto Nacional Bruto (la riqueza que sus habitantes producen
en un año) alcance cifras elevadas o porque sus cuotas de producción de
alimentos y energía se encuentren en un nivel alto.
Juan Pablo II, renovaba 20 años más tarde, en 1987, el mismo llamado
de Pablo VI a las naciones fuertes, y añadía una invitación a la Solidaridad.
En su encíclica Sollicitudo Rei Socialis dedicó varias de las últimas páginas
a profundizar en este concepto. Entre otras cosas señaló:
b) La Deuda Pública
«Entre las tareas más graves de los hombres de espíritu generoso hay
que incluir, sobre todo, la de establecer un nuevo sistema de relaciones en
la sociedad humana» (PT 163).
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
Evangelización, liberación y promoción humana
474 Queda claro, pues, que toda la comunidad cristiana, en comunión con
sus legítimos pastores y guiada por ellos, se constituye en sujeto responsable
de la evangelización, de la liberación y de la promoción humana.
476 Para que nuestra enseñanza social sea creíble y aceptada por todos,
debe responder de manera eficaz a los desafíos y problemas graves que
surgen de nuestra realidad latinoamericana. Hombres disminuidos por
creencias de toda índole reclaman acciones urgentes en nuestro esfuerzo
promocional que hacen siempre necesarias las obras asistenciales. No
podemos proponer eficazmente esta enseñanza sin ser interpelados por ella
nosotros mismos, en nuestro comportamiento personal e institucional. Ella
exige de nosotros coherencia, creatividad, audacia y entrega total. Nuestra
conducta social es parte integrante de nuestro seguimiento de Cristo. Nuestra
reflexión sobre la proyección de la Iglesia en el mundo, como sacramento
de comunión y salvación, es parte de nuestra reflexión teológica, porque “la
evangelización no sería completa si no tuviera en cuenta la interpretación
recíproca que en el curso de los tiempos se establece entre el Evangelio y
la vida concreta, personal y social del hombre”(EN 29).
484 Debe ponerse en claro que esta liberación se funda en los tres grandes
pilares que el Papa Juan Pablo II nos trazó como definida orientación: la verdad
sobre Jesucristo, la verdad sobre la Iglesia, la verdad sobre el hombre.
485 Así, si no llegamos a la liberación del pecado con todas sus seducciones
e idolatrías; si no ayudamos la liberación que Cristo conquistó en la Cruz,
mutilamos la liberación de modo irreparable. También la mutilamos si olvidamos
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 139
486 Es una liberación que sabe utilizar medios evangélicos con su peculiar
eficacia y que no acude a ninguna clase de violencia ni a la dialéctica de la
lucha de clases sino a la vigorosa energía y acción de los cristianos, que
movidos por el Espíritu, acuden a responder al clamor de millones y millones
de hermanos.
489 Como muy bien lo señaló Juan Pablo II en el discurso inagural: “hay
muchos signos que ayudan a discernir cuando se trata de una liberación
cristiana y cuando, en cambio, se nutre más bien de ideologías que le
sustraen la coherencia con una visión evangélica del hombre, de las cosas,
de los acontecimientos(EN 35). Son signos que derivan ya de los contenidos
que anuncian o de las actitudes concretas que asumen los evangelizadores.
Es preciso observar a nivel de contenidos, cuál es la fidelidad a la Palabra
de Dios, a la tradición viva de la Iglesia, a su Magisterio. En cuanto a las
actitudes, hay que ponderar cuál es su sentido de comunión con los obispos,
en primer lugar y con los demás sectores del Pueblo de Dios: cual es el aporte
que se da a la construcción efectiva de la Comunidad y cuál la forma de
volcar con amor su solicitud hacia los pobres, los enfermos, los desposeídos,
los desamparados, los agobiados y como, descubriendo en ellos la imagen
de Jesús ‘pobre y paciente’, se esfuerzan en remediar sus necesidades
y procurar servir en ellos a Cristo(LG 8). No nos engañemos: los fieles,
humildes y sencillos, como por instinto evangélico, captan espontáneamente
cuándo se sirve en la Iglesia al Evangelio y cuándo se lo vacía y asfixia con
otros intereses.
140 DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
490 Quién tiene sobre el hombre la visión que el cristiano da, asume a su vez
el compromiso de no reparar sacrificios para asegurar a todos la condición
de auténticos hijos de Dios y hermanos en Jesucristo. Así, la evangelización
liberadora tiene su propia realización y la comunión de todos en Cristo según
la voluntad del Padre de todos los hombres.
entre diversas regiones dentro de un mismo país. Cada día se agudiza más la
oposición entre las naciones económicamente desarrolladas y las restantes,
lo cual puede poner en peligro la misma paz mundial.
Los hombres de nuestro tiempo son cada día más sensibles a estas
disparidades, porque están plenamente convencidos de que la amplitud de
las posibilidades técnicas y económicas que tiene en sus manos el mundo
moderno puede y debe corregir este lamentable estado de cosas. Por ello
son necesarias muchas reformas en la vida económico-social y un cambio de
mentalidad y de costumbres en todos. A este fin la Iglesia, en el transcurso
de los siglos, a la luz del Evangelio ha concretado los principios de justicia y
equidad, exigidos por la recta razón tanto en orden a la vida individual y social
como en orden a la vida internacional, y los han manifestado especialmente
en estos últimos tiempos. El Concilio quiere robustecer estos principios
de acuerdo con las circunstancias actuales, y dar algunas orientaciones
referentes sobre todo a la exigencias del desarrollo económico.
64. Hoy más que nunca, para hacer frente al aumento de población y
responder a las aspiraciones más amplias del género humano, se tiende con
razón a un aumento en la producción agrícola e industrial y en la prestación
de los servicios. Por ello hay que favorecer el progreso técnico, el espíritu
de innovación, el afán por crear y ampliar nuevas empresas, la adaptación
de los métodos productivos, el esfuerzo sostenido de cuantos participan
en la producción; en una palabra, todo cuanto puede contribuir a dicho
progreso.
Recuerden, por otra parte, todos los ciudadanos el deber y el derecho que
tienen, y que el poder civil ha de reconocer, de contribuir, según sus posibilidades,
al progreso de la propia comunidad. En los países menos desarrollados, donde
se impone el empleo urgente de todos los recursos, ponen en grave peligro el
bien común los que retienen sus riquezas improductivamente o los que -salvado
el derechos personal de emigración- privan a su comunidad de los medios
materiales y espirituales que éste necesita.
Sin embargo, por más arraigadas que estén estas estructuras de pecado,
es posible su erradicación y transformación. Las estructuras no son un
producto «determinado» por la historia, son fruto de la libertad humana.
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 149
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DOCUMENTO DE LA IGLESIA
35. A la luz del mismo carácter esencial moral, propio del desarrollo,
hay que considerar también los obstáculos que se oponen a él. Si durante
los años transcurridos desde la publicación de la Encíclica no se ha dado
este desarrollo -o se ha dado de manera escasa, irregular, cuando no
contradictoria-, las razones no pueden ser solamente económicas. Hemos
visto ya cómo intervienen también motivaciones políticas. Las decisiones que
aceleran o frenan el desarrollo de los pueblos, son ciertamente de carácter
político. Y para superar los mecanismos perversos que señalabamos más
arriba y sustituirlos con otros nuevos, más justos y conformes al bien común
de la humanidad, es necesaria una voluntad política eficaz. Por desgracia,
tras haber analizado la situación, hemos de concluir que aquélla ha sido
insuficiente.
36. Por tanto, hay que destacar que un mundo dividido en bloques, presididos
a su vez por ideologías rígidas, donde en lugar de la interdependencia y la
solidaridad, dominan diferentes formas de imperialismo, no es más que un
mundo sometido a estructuras de pecado. La suma de factores negativos,
que actúan contrariamente a una verdadera conciencia del bien común
universal y de la exigencia de favorecerlo, parece crear, en las personas e
instituciones, un obstáculo difícil de superar (64).
He creído oportuno señalar este tipo de análisis, ante todo para mostrar
cuál es la naturaleza real del mal al que nos enfrentamos en la cuestión del
desarrollo de los pueblos; es un mal moral, fruto de muchos pecados que
llevan a «estructuras de pecado». Diagnosticar el mal de esta manera es
también identificar adecuadamente, a nivel de conducta humana, el camino
a seguir para superarlo (SRS).
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 153
La pobreza es un mal social. Está tan extendida que bien puede llamarse
una plaga. La erradicación de la pobreza de una sociedad es deber moral
de todos. Cristo se indentifica con el pobre porque lo ve como hermano e
hijo de su Padre. Porque lo ama, le desea el bien, el honor, la cultura que la
sociedad pueda dar. Nadie puede quedar excluido. El Bien Comun es para
todos y no excluye a nadie.
Dios ama a todos los hombres, pero tiene también ciertas preferencias
por los más débiles y por los sencillos. Quizás, parte de la explicación de
esta «extravagancia» de Dios se encuentra en lo que nos dice san Pablo
en la carta a los Corintios:
Una opción preferencial por los pobres que se nutre del Evangelio tiene
los siguientes rasgos:
de Jesús quien tuvo predilección por los pobres porque veía y valoraba
a cada hombre como un hijo de su Padre.
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
Opción preferencial por los pobres
De Medellín a Puebla
1142 Por esta sola razón los pobres merecen una atención preferencial,
cualquiera que sea la situación moral o personal en que se encuentren. Hechos a
imagen y semejanza de Dios para ser sus hijos, esta imagen estáensombrecida
158 DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
y aun escarnecida. Por eso Dios toma su defensa y los ama. Es así como
los pobres son los primeros destinatarios de la misión y su evangelización
es por excelencia, señal y prueba de la misión de Jesús.
1143 Este aspecto central de la Evangelización fue subrayado por S.S. Juan
Pablo II: “He deseado vivamente este encuentro, porque me siento solidario
con vosotros y porque siendo pobres teneis derecho a mis particulares
desvelos; os digo el motivo: el Papa os ama porque sois los predilectos de
Dios. El mismo, al fundar su familia, la Iglesia, tenía presente a la humanidad
pobre y necesitada. Para redimirla envió precisamente a su hijo que nació
pobre y vivió pobre para hacernos ricos en su pobreza (Cf.2 Cor 8,9)”.
(Alocución barrio Santa Cecilia.ASS LXXI p220).
La pobreza cristiana
- No a la pobreza material.
y otras heredadas, las hay repentinas y las hay seculares, las hay resignadas
y también en rebeldía. Hay pobrezas degradantes y dignificantes. Hay
pobrezas estructurales, que son aquellas que más vamos a tratar aquí.
- No a la pobreza moral.
- Sí a la pobreza espiritual.
La pasividad puede darse como fruto de dos posturas: 1a. Negar que
existe el problema y por tanto negar que se necesita emprender alguna
acción de cambio. 2a. Aceptar que el problema existe, pero reconocerlo
como irremediable o reconocerse como impotente para emprender alguna
acción de cambio.
- Ausencia de guerra
- Simple prosperidad económica
- Resultado de un mero equilibrio de fuerzas
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 167
Sí es:
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
77. En estos últimos años, en los que aún perduran entre los hombres
la aflicción y las angustias nacidas de la realidad o de la amenaza de una
guerra, la universal familia humana ha llegado en su proceso de madurez a un
momento de suprema crisis. Unificada paulatinamente y ya más consciente
en todo lugar de su unidad, no puede llevar a cabo la tarea que tiene ante sí,
es decir, construir un mundo más humano para todos los hombres en toda la
extensión de la tierra, sin que todos se conviertan con espíritu renovado a la
verdad de la paz. De aquí proviene que el mensaje evangélico, coincidente
con los más profundos anhelos y deseos del género humano, luzca en
nuestros días con nuevo resplandor al proclamar bienaventurados a los
constructores de la paz, porque serán llamados hijos de Dios (Mt 5,9).
Naturaleza de la paz
79. A pesar de que las guerras recientes han traído a nuestro mundo
daños gravísimos materiales y morales, todavía a diario en algunas zonas
del mundo la guerra continúa sus devastaciones. Es más, al emplear en la
guerra armas científicas de todo género, su crueldad intrínseca amenaza
llevar a los que luchan a tal barbarie, que supere enormemente la de los
tiempos pasados. La complejidad de la situación actual y el laberinto de
las relaciones internacionales permiten prolongar guerras disfrazadas con
nuevos métodos insidiosos y subversivos. En muchos casos se admite como
nuevo sistema de guerra el uso de métodos del terrorismo.
con sentido humano, el caso de los que se niegan a tomar las armas por
motivo de conciencia y aceptan al mismo tiempo servir a la comunidad
humana de otra forma.
La guerra total
La carrera de armamentos
82. Bien claro queda, por tanto, que debemos procurar con todas nuestras
fuerzas preparar una época en que, por acuerdo de las naciones, pueda ser
absolutamente prohibida cualquier guerra. Esto requiere el establecimiento
de una autoridad pública universal reconocida por todos, con poder eficaz
para garantizar la seguridad, el cumplimiento de la justicia y el respeto de
los derechos. Pero antes de que se pueda establecer tan deseada autoridad
es necesario que las actuales asociaciones internacionales supremas
se dediquen de lleno a estudiar los medios más aptos para la seguridad
común. La paz ha de nacer de la mutua confianza de los pueblos y no debe
ser impuesta a las naciones por el terror de las armas; por ello, todos han
de trabajar para que la carrera de armamentos cese finalmente, para que
comience ya en realidad la reducción de armamentos, no unilateral, sino
simultánea, de mutuo acuerdo, con auténticas y eficaces garantías.
83. Para edificar la paz se requiere ante todo que se desarraiguen las causas
de discordia entre los hombres, que son las que alimentan las guerras. Entre
esas causas deben desaparecer principalmente las injusticias. No pocas de
éstas provienen de las excesivas desigualdades económicas y de la lentitud
en la aplicación de las soluciones necesarias. Otras nacen del deseo de
dominio y del desprecio por las personas, y, si ahondamos en los motivos más
profundos, brotan de la envidia, de la desconfianza, de la soberbia y de más
pasiones egoístas. Como el hombre no puede soportar tantas deficiencias
en el orden, éstas hacen que, aun sin haber guerras, el mundo esté
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 175
plagado sin cesar de luchas y violencias entre los hombres. Como, además,
existen los mismos males en las relaciones internacionales, es totalmente
necesario que, para vencer y prevenir semejantes males y para reprimir
las violencias desenfrenadas, las instituciones internacionales. [Concilio
Vaticano Gandium etspes].
Quien con obediencia a Cristo busca ante todo el reino de Dios, en-
cuentra en éste un amor más fuerte y más puro para ayudar a todos sus
hermanos y para realizar la obra de la justicia bajo la inspiración de la caridad.
(GS).
6. CULTURA Y EVANGELIO
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 179
ETY los define cultura como «ese conjunto complejo que abarca los
conocimientos, las creencias, el arte, el derecho, las costumbres y los demás
hábitos y aptitudes que el hombre adquire en cuanto miembro de la sociedad.
Cada cultura tiene su forma particular. Este modo de comportamiento y
pensamiento comprende:
Sin embargo, sería también un error decir que todo en las culturas
es bueno y positivo. A veces se han dado auténticas aberraciones que han
pasado a formar parte de la “costumbre” y que están en contra de los derechos
humanos más elementales y contra todo sentir humano. Pensemos en el
“trago“ y sus graves consecuencias familiares y sociales, en la “prostitución“,
en los “cacicazgos”, en la “persecución de minorías”, etc.
Entre las tendencias más notables de esta cultura que nace podríamos
citar:
a) La urbanización y la industrialización
b) La secularización y la modernidad
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
La fe y la cultura
58. Múltiples son los vínculos que existen entre el mensaje de salvación y
la cultura humana. Dios, en efecto, al revelarse a su pueblo hasta la plena
manifestación de sí mismo en el Hijo encarnado, habló según los tipos de
cultura propios de cada época.
59. Por las razones expuestas, la Iglesia recuerda a todos que la cultura
debe estar subordinada a la perfección integral de la persona humana, al bien
de la comunidad y de la sociedad humana entera. Por lo cual es preciso cultivar
186 DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
Es preciso, además, hacer todo lo posible para que cada cual adquiera
conciencia del derecho que tiene a la cultura y del deber que sobre él pesa
de cultivarse a sí mismo y de ayudar a los demás. Hay a veces situaciones
en la vida laboral que impide el esfuerzo de superación cultural del hombre y
destruyen en éste al afán por la cultura. Esto se aplica de modo especial a los
agricultores y a los obreros, a los cuales es preciso procurar tales condiciones
de trabajo, que, lejos de impedir su cultura humana la fomenten. Las mujeres
ya actúan en casi todos los campos de la vida, pero es conveniente que
puedan asumir con plenitud su papel según su propia naturaleza. Todos
deben contribuir a que se reconozca y promueva la propia y necesaria
participación de la mujer en la vida cultural GS.
EVANGELIZACIÓN DE LA CULTURA
Cultura y Culturas
participados en común por sus miembros, los reúnen en base a una misma
“consciencia colectiva”( EN 18).
391 La cultura es una actividad creadora del hombre, con la que responde
a la vocación de Dios que le pide perfeccionar toda la creación y en ella sus
propias capacidades y cualidades espirituales y corporales.
Finalidad de la Evangelización.
Opción pastoral
Iglesia, Fe y Cultura
402 Con mayor interés asume la Iglesia los valores específicamente cris-
tianos que encuentra en los pueblos ya evangelizados y que son vividos por
estos según su propia pluralidad cultural.
411 Posteriormente, durante los dos últimos siglos, afluyen nuevas corrientes
inmigratorias, sobre todo en el Cono Sur, las cuales aportan modalidades
propias, integrándose básicamente al sedimento cultural preyacente.
412 En la primero época del siglo XVI al XVIII, se echan las bases de la
cultura latinoamericana y de su real sustrato católico. Su evangelización
fue suficientemente profunda para que la fe pasara a ser constitutiva de
su ser y de su identidad, otorgándole la unidad espiritual que subsiste,
pese a la ulterior división, en diversas naciones, y a verse afectada por
desgarramientos en el nivel económico, político y social.
420 Los hechos recién indicados marcan los desafíos que ha de enfrentar
la Iglesia. En ellos se manifiesta los signos de los tiempos, los indicadores de
futuro hacia donde va el movimiento de la cultura. La Iglesia debe discernirlos,
para poder consolidar los valores y revocar los ídolos que alientan este
proceso histórico.
423 Los niveles que presentan esta nueva universalidad son distintos:
desde los elementos científicos y técnicos como instrumentos de desarrollo;
el de ciertos valores que se ven acentuados, como los del trabajo y de una
mayor posesión de bienes de consumo; el de un “estilo de vida” total que
lleva consigo una determinada jerarquía de valores y preferencias.
La ciudad
431 Por otra parte, reconoce que la vida humana y el cambio industrial
ponen al descubierto problemas hasta ahora no conocidos. En su seno se
transtornan los modos de vida y las estructuras habituales de la existencia: la
familia, la vencidad, la organización del trabajo. Se trastornan, por lo mismo,
las condiciones de vida del hombre religioso, de los fieles y de la comunidad
cristiana.
El secularismo
Conversión y estructuras
Desde el año 1971, primero Pablo VI y luego Juan Pablo II nos han
recordado que la naturaleza merece respeto en base a cuatro considera-
ciones:
3. Es a los padres a los que les toca decidir, con pleno conocimiento de
causa, el número de sus hijos (planificación familiar), aceptando sus
responsabilidades ante Dios, ante los hijos que ya han traído al mundo
y ante la comunidad a la que pertenecen, siguiendo las exigencias de
su conciencia, instruida por la ley de Dios... (Cfr. PP 37).
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DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
34. El carácter moral del desarrollo no puede prescindir tampoco del
respeto por los seres que constituyen la naturaleza visible y que los griegos,
aludiendo precisamente al orden que lo distingue, llamaban el «cosmos».
Estas realidades exigen también respeto, en virtud de una triple consideración
que merece atenta reflexión.
NOMENCLATURAS
P. Puebla
QA Quadrajésimo año
DSI Doctrina Social de la Iglesia
HV Humanac Vitae
CA Centesimus Annus
SD Santo Domingo
GS Gaudium et Spes
ESN Evangelii Nuntrandi
RN Rerum Novarum
MM Mater Magister
SRS Solicitud Rei Socialis
OA Octogesima Advemiens
DP Populoum Progresiv