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Pero, insatisfecho y persistente, el filósofo de Elea propuso otra demostración más, en la que aludía que el tiempo contradice nuestra

intuición sobre el movimiento.


Ésta se conoce como la Paradoja del Estadio o de las Filas y se plantea así: supongamos que en un estadio, hay tres filas paralelas de soldados, como muestra la
imagen siguiente.

La fila de los soldados “X” se mantendrá estática. Mientras


tanto, la fila de los “Y” se desplazará hacia la izquierda y la
fila de los “Z”, hacia la derecha. Terminarán llegando
exactamente a mismo tiempo, como muestra la siguiente
ilustración.

Aquí parece que no hay nada anormal, y que todo está bien.
Pero lo que Zenón extrae de esto es que la fila “Y” se movió dos lugares con respecto a “X”, y por otro lado los “Z” se desplazaron cuatro lugares con relación a los
“Y” en el mismo tiempo. Es decir que, puesto que la longitud de las filas es idéntica, la velocidad de la fila “Z” es el doble que el de la fila “Y”. Pero si los “Y” se
desplazaron cuatro lugares con respecto a los “Z”, y éstos también se movieron cuatro lugares, significa que sus velocidades son idénticas, ¿cómo es posible que no
lo sean, al mismo tiempo? ¡¿Acaso poseen dos velocidades distintas simultáneamente?! En conclusión, el filósofo afirmaba que aceptar al movimiento implica
aceptar que la mitad de un tiempo, es igual al total del mismo, una fatalidad total. Como decir 2 = 4.
¡No grites, por favor!, ya sé que si lees esto te dan ganas de arrancarte los pelos, pero sabe que, en la época en que fue postulado, causó furor en todas partes. Para
empezar, la premisa que se intenta contradecir, es que un cuerpo se mueve con igual velocidad, en el mismo tiempo, tanto a lo largo de un cuerpo en movimiento
como lo largo del que está en ‘reposo’. Como sabes, esto es falso, ya que está comparando la velocidad de un objeto, desde dos sistemas de referencia distintos:
obviamente las velocidades medidas pueden lógicamente no ser iguales.
Si no caíste, me ofrezco a darte un ejemplo; si ya lo entendiste pasa al párrafo siguiente. Supongamos estás en un vehículo “A”, conduciendo a 40 Km/h en dirección
al norte. Es decir, que estás moviéndote a esa velocidad con relación a un coche estacionado. Supongamos ahora, que se acerca otro vehículo “B” a 20 Km/h,
también en relación a alguien estacionado, pero en dirección al sur. Cuando pase por al lado tuyo ¿A qué velocidad lo verás pasar? La respuesta es 60 km/h, porque
al ser contrarias las direcciones, a ti te parece que viene más rápido. Es decir, que desde tu punto de vista va a 60 km/h, pero desde el punto de vista de alguien que
está estacionado va a 20 km/h. En el caso ideal, ¿Quién tiene razón? Los dos.

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