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Si analizamos el proceso penal, este puede iniciarse según nuestra legislación por
cualquiera de los actos introductorios que se contemplan en el Código Procesal Penal y que
son a saber: a) La denuncia b) La querella c) La prevención policial d) Conocimiento a
prevención
1.1 La denuncia
La denuncia entendida como el acto procesal por medio del cual cualquier persona
debe poner en conocimiento del juez un hecho que reviste caracteres delictivos, es una
institución que data desde los primeros inicios del proceso penal, el Código Procesal Penal
guatemalteco establece:
1.2 La querella
“Es la declaración que una persona efectúa por escrito para poner en conocimiento
del juez unos hechos que cree que presentan las características de delito. Con ella el
querellante solicita la apertura de una causa criminal en la que se investigará la comisión del
presunto delito, y se constituirá como parte acusadora en el mismo.”
Se puede definir como el documento redactado por los agentes de la Policía Nacional
Civil para informar al Ministerio Público la ocurrencia de un hecho que reviste los caracteres
delictivos y las diligencias preliminares que estos efectuaron en cumplimiento de su mandato
legal. Este mandato legal está contenido en los Artículos del 304 al 308 del Código Procesal
Penal que a continuación se transcribirán.
“Artículo 304.- Prevención policial. Los funcionarios y agentes policiales que tengan
noticia de un hecho punible perseguible de oficio, informarán enseguida detalladamente al
Ministerio Público y practicarán una investigación preliminar, para reunir o asegurar con
urgencia los elementos de convicción y evitar la fuga u ocultación de los sospechosos. Igual
función tendrán los jueces de paz en los lugares donde no existan funcionarios del Ministerio
Público o agentes de policía.” (GARCÍA, 2009)
Después de enumerar cada una de las formas comunes por medio de las cuales el
Ministerio Público da inicio a la investigación, se describe el procedimiento que consiste en
primer lugar en averiguar si el hecho denunciado existe en realidad o no y si es constitutivo
de delito.
Con ello da inicio la etapa preparatoria del proceso o sea la etapa de instrucción; la cual puede
terminar de las siguientes formas:
Criterio de oportunidad
Conversión
El Procedimiento abreviado
2.1 El antejuicio
Existe prejudicialidad cuando la solución del proceso penal depende de la solución de otro
proceso. Dentro de la prejudicialidad se distingue:
2º Prejudicialidad por otras vías: Estaremos ante una cuestión prejudicial no penal
cuando la existencia o inexistencia del delito dependa de una resolución que el juez penal no
tenga competencia material para resolver. Por ejemplo, para condenar por quiebra
fraudulenta (art. 348 CP), es necesario que el juez civil la haya declarado como tal (art. 389
Código Procesal Civil y Mercantil) o para perseguir por negación de asistencia económica
(Art. 242 CP) es necesario sentencia firme o convenio. (Lopez, 2009)
2.3 Excepciones
El Código Procesal Penal, en su artículo 294, especifica cuáles son las excepciones
que se pueden oponer a lo largo del procedimiento. Las excepciones las pueden plantear las
partes a lo largo del procedimiento, aunque podrán ser asumidas de oficio por el juez o
tribunal, siempre que la cuestión no requiera de instancia del legitimado a promoverla. Las
excepciones se tramitarán en forma de incidentes y no suspenderán la investigación durante
el procedimiento preparatorio. Las excepciones no interpuestas durante el procedimiento
preparatorio se podrán plantear durante el intermedio. (Lopez, 2009)
3. Medidas Desjudicializadoras
“Para que pueda aplicarse una medida desjudicializadora es necesario que concurran
una serie de condiciones, como: a) La colaboración del imputado con la justicia, lo que
implica el reconocimiento o la conformidad de los hechos que motivan el proceso. b) El
resarcimiento de los daños y perjuicios provenientes del hecho delictivo. c) La aceptación de
la víctima de la aplicación del criterio de oportunidad. d) Que no se trate de delitos violentos,
graves, de compleja investigación, de criminalidad organizada o que amenacen o afecten la
seguridad colectiva. e) Que se pueda prescindir de la pena, porque no es necesaria la
rehabilitación por tratarse de una persona que no tiene una conducta o un comportamiento
criminal. f) Que el efecto preventivo de los delitos, razón de la pena, quede cubierto o
satisfecho con la regla de conducta impuesta o la amenaza de continuar el proceso. g) Que la
culpabilidad del imputado sea atenuado o culposa, en todo caso, no caracterizada por
circunstancias agravantes. h) Que el hecho no lesione o amenazare la seguridad social. i) Que
el límite máximo de la pena, con que está sancionado el delito concreto no exceda de cinco
años de prisión”.
3.1 ARTÍCULO 25.- Criterio de oportunidad. Cuando el Ministerio Público considere que
el interés público o la seguridad ciudadana no están gravemente afectados o amenazados,
previo consentimiento del agraviado y autorización judicial, podrá abstenerse de ejercitar la
acción penal en los casos siguientes:
3) En los delitos de acción pública, cuya pena máxima de prisión no fuere superior a cinco
años con excepción de los delitos tipificados en la Ley contra la Narcoactividad.
5) Que el inculpado haya sido afectado directa y gravemente por las consecuencias de un
delito culposo y la pena resulte inapropiada;
6) El criterio de oportunidad se aplicará por los jueces de primera instancia obligadamente a
los cómplices o autores del delito de encubrimiento que presten declaración eficaz contra los
autores de los delitos siguientes: contra la salud, defraudación, contrabando, delitos contra la
hacienda pública, la economía nacional, la seguridad del Estado, contra la Constitución,
contra el orden público, contra la tranquilidad social, cohecho, peculado y negociaciones
ilícitas, así como en los casos de plagio o secuestro.
3.2 La mediación
1) Cuando se trate de los casos previstos para prescindir de la persecución penal, conforme
el criterio de oportunidad.
2) En cualquier delito que requiera de denuncia o instancia particular, a pedido del legitimado
a instar, cuando el Ministerio Público lo autorice, porque no existe un interés público
gravemente comprometido y el agraviado garantiza una persecución penal eficiente.
3) En los delitos contra el patrimonio, según el régimen previsto en el inciso anterior, excepto
cuando se trate de delitos de hurto y robo agravados, si en un mismo hecho hubiere pluralidad
de agraviados, será necesario el consentimiento de todos ellos, aunque sólo uno hubiere
asumido el ejercicio de la acción penal.
4. Primera Declaración
Tal como lo regula actualmente el Código Procesal Penal, la declaración del sindicado
sirve para establecer la forma en que se declara éste, con respecto al hecho que se le imputa.
Contrario a esto, al ser tomada como prueba va en contra de los fines del proceso. Al respecto,
conviene confrontar los Artículos 16 constitucional y 370 del Código Procesal Penal, en el
sentido de establecer la contradicción que se presenta entre ambas normas. Por un lado, el
Artículo 16 de la Constitución Política de la República de Guatemala, establece que nadie
puede ser ”obligado” a declarar contra si mismo, empero, el Artículo 370 del Código Procesal
Penal en su tercer párrafo, establece lo siguiente: “si el acusado se abstuviere de declarar,
total o parcialmente, o incurriere en contradicciones respecto de declaraciones anteriores, que
se le pondrán de manifiesto, el presidente ordenará, de oficio o a petición de parte la lectura
de las mismas declaraciones”, con lo cual se permite utilizar declaraciones que haya hecho
el sindicado durante el proceso, en su contra, lo cual se entiende prohibido en el espíritu de
la norma constitucional citada anteriormente.
4) La prohibición de salir sin autorización del país, de la localidad en la cual reside o del
ámbito territorial que fije el tribunal.
7) La prestación de una caución económica adecuada, por el propio imputado o por otra
persona, mediante depósito de dinero, valores, constitución de prenda o hipoteca, embargo o
entrega de bienes, o la fianza de una o más personas idóneas.
2) La comprobación por dictamen de dos peritos, de que sufre una grave alteración o
insuficiencia de sus facultades mentales que lo tornan peligroso.