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Canciller
Bismarck
Káiser
Guillermo
II
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El colonialismo y el imperialismo agudizaron las tensiones económicas. Las
potencias imperialistas tendieron a establecer economías cerradas con sus
colonias, lo que llevó primero a una feroz lucha por territorios y, posteriormente,
cuando el reparto estaba prácticamente hecho, a una guerra de aranceles. El
proteccionismo fue otro elemento que enrareció las relaciones internacionales.
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Un último elemento que no debemos olvidar es la rivalidad psicológica
entre los pueblos. El creciente nacionalismo fue sistemáticamente
fomentado por la prensa y por las campañas de militares y grandes
industriales. Los casos más evidentes se dieron en Francia, Alemania y
Gran Bretaña. El odio al vecino fue más la norma que la excepción.
El emperador de
Austria-Hungría y el
zar de Rusia pugnan
por el reparto de los
Balcanes ante un
desolado Sultán turco
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LA FORMACIÓN DE BLOQUES ENFRENTADOS
El primer resultado de la política del nuevo Káiser fue lo que más temió
Bismarck, el fin del aislamiento de Francia. En 1893, se firmó la Alianza
franco-rusa, acuerdo que suponía un compromiso de ayuda militar en caso
de guerra contra Alemania.
Por último, animadas por Francia y tras resolver sus problemas en Asia
Central (Persia, Afganistán), en 1907 se firmó el Acuerdo anglo-ruso. Se
ponían así las bases de la denominada Triple Entente entre Francia, Gran
Bretaña y Rusia.
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Europa en 1914
Las alianzas enfrentadas
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Dos sucesivas guerras de los estados balcánicos, la primera contra
Turquía y la segunda interna entre ellos (Serbia y Grecia y Montenegro
contra Bulgaria) concluyeron con el Tratado de Bucarest (1913). Las
guerras balcánicas provocaron un vuelco en la situación en la zona:
o Turquía quedó reducida en los Balcanes a la región en torno a
Estambul
o Serbia (aliada de Rusia y defensora de los derechos de los
eslavos en el imperio austro-húngaro) se consolidó como el
principal estado de la región:
Austria-Hungría, alarmada por el fortalecimiento serbio,
llegó a la conclusión de que solo una guerra preventiva
impediría que Serbia encabezara un levantamiento general
de los eslavos en el Imperio de los Habsburgo, alentado
por la gran potencia eslava, Rusia.
Alemania estaba resuelta a apoyar a su aliado austro-
húngaro en caso de conflicto.
Rusia estaba decidida a intervenir en el caso de que
Austria-Hungría atacase a Serbia. Francia, a su vez, era
mucho más proclive a apoyar a Rusia en caso de guerra
que en 1908.
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