Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
INTRODUCCION
Una de las formas de garantizar la calidad, salud y en general el éxito de un cultivo radica en la
implementación de prácticas complementarias agrícolas orientadas a la eficiencia productiva del
Sistema. Sin embargo, tanto campesinos como empresarios agrícolas, tiene poca conciencia del por
qué, para qué, cuándo y cómo realizar las labores complementarias agrícolas, como:
LAS PODAS,
LAS DESCHUPONADAS,
LOS TUTORADOS,
EL MANEJO DEL SOMBRÍO,
EL RALEO DE FRUTOS,
EL USO DE CUBIERTAS,
LAS REHABILITACIONES O RENOVACIONES, ETC.
“Se considera a cada productor como un empresario capaz de tomar decisiones económicas
racionales que le permitan aumentar sus ingresos, ser financieramente independiente y sostener sus
actividades a través del uso eficiente de los recursos.”
En este sentido, el módulo Labores Complementarias Agrícolas tiene como objetivo contribuir a la
formación de un tecnólogo profesional con capacidad para incrementar la eficiencia productiva de los
sistemas de producción, mediante la implementación de prácticas complementarias agrícolas.
La estructura del módulo está conformada por las siguientes partes: Conceptos básicos, Relación con
el proyecto individual; y las competencias requeridas por es estudiante del módulo.
La implementación oportuna de las prácticas o labores complementarias, su intensidad y el
conocimiento de la FENOLOGÍA DEL CULTIVO, nos ayudan a garantizar su estado sanitario, que
junto con la nutrición y el manejo de arvenses permite alcanzar metas de productividad.
La fundamentación en conceptos y principios agronómicos le ofrecen los elementos necesarios para
adquirir las competencias en Labores Complementarias Agrícolas para el mejoramiento del proceso
productivo de sus proyectos agrícolas y de la producción de su región.
EL ESTUDIANTE DEBE ESTAR EN CAPACIDAD DE IDENTIFICAR CUALES SON LAS LABORES
AGRICOLAS BASICAS Y COMPLEMENTARIAS QUE REQUIEREN LOS PRINCIPALES
CULTIVOS QUE SE IMPLEMENTAN EN LA REGION
CONCEPTOS BASICOS
Poda: consiste en modificar la estructura de la planta mediante la eliminación o acortamiento de parte
de las ramas para facilitar la formación, iluminación y aireación de la copa. Con esto se pretende
mejorar la formación del árbol y la producción y calidad de los frutos.
Preparación del suelo: es una de las labores agrícolas de mayor importancia, puesto que persigue
adecuar a las necesidades de las plantas a las características físicas del suelo que afectan la
germinación, crecimiento, brotación y su desarrollo posterior.
Aplicación de enmiendas: son realizadas con fertilizantes o materiales orgánicos para mejorar las
características del suelo en términos de estructura y composición de este, para darle condiciones
óptimas a las plantas.
Desyerbe: Labor que consiste en eliminar las malezas o plantas mal puestas que no pertenecen al
cultivo las cuales van a crear competitiva del cultivo. Se realiza después de la fertilización.
Aporque: consiste en acumular tierra alrededor de la base del tallo con el fin de promover el desarrollo
de raíces más fuertes
Siembra: labor consiste en ubicar una planta en un hoyo o regar semillas en un lote en el cual se
busca establecer un cultivo.
Deschuponadas: labor que consiste en eliminar los brotes laterales que no pertenecen al injerto.
Tutorados: ubicar palos o estacas alrededor de la planta para que crezca erectamente. En el caso de
los cítricos para que sostenga las ramas laterales.
Manejo del sombrío: labor en la cual se eliminan los árboles que generan sombran en el cultivo. En
el caso de los frutales no se requiere sombrío.
Raleo de frutos: práctica cultural que consiste en eliminación de frutos por vía manual o mecánica.
Uso de cubiertas: implementación de plantas concretas o vegetación espontanea que permiten
mantener humedad o fijar nitrógeno y mantener un control de las malezas.
Rehabilitación: consiste en las condiciones de un árbol o planta que está en estado de abandono.
Renovación: consiste en eliminar un árbol o planta que no útil, y reemplazarla por una útil.
Aplicación de pesticidas: consiste en aplicar sustancias toxicas para las plagas que se desean
controlar
Fecundación asistida: consiste en la intervención humana en el proceso de la polinización de las
flores.
Raleo de floración: Es la labor en la cual se eliminan flores que pueden estar defectuosas o cuando
el árbol posee mucha floración.
Proyecto:
Implementación de prácticas complementarias agrícolas
orientadas a la eficiencia productiva del Sistema
COGNITIVAS
-Compara la fenología o las etapas del Comparación de fenología o las etapas del cultivo(caucho, cacao o
cultivo (caucho, cacao o frutas y frutas y hortalizas):
hortalizas) en su desarrollo vegetativo
Define el CONCEPTO DE LABOR AGRÍCOLA complementaria básica,
y reproductivo.
y complementarias.
Identifica las ETAPAS DE DESARROLLO DE LOS CULTIVOS:
vegetativo y reproductivo.
Explica LAS CARACTERÍSTICAS FISIOLÓGICAS DE CADA ETAPA
en relación con las prácticas complementarias.
Argumenta los diferentes métodos Argumentación de los diferentes métodos y prácticas de realización
y prácticas en la realización de de labores complementarias agrícolas, según los principales cultivos
labores complementarias de la región, y el de su proyecto:
agrícolas.
Describe los métodos de labores agrícolas de presiembra,
post siembra, cosecha y pos cosecha aplicados al sistema
productivo.
Evalúa las condiciones aptas del Evaluación de las condiciones aptas del cultivo de acuerdo a las
cultivo de acuerdo a las etapas etapas fenológicas, para contribuir a la productividad:
fenológicas y las prácticas
complementarias. Identifica las prácticas complementarias para mantener las
condiciones aptas del cultivo.
AFECTIVAS
Valora, en su proyecto, la importancia de Importancia dada a las labores complementarias en la productividad y
las labores complementarias agrícolas en sostenibilidad del sistema:
la productividad del sistema. Es consciente del efecto de las labores complementarias en la
productividad del sistema.
Valora, en su proyecto, el impacto de Incrementa la eficiencia del Sistema dándole, en su proyecto, valor
las labores complementarias, en lo productivo, social y ambiental empleando labores complementarias
productivo, ambiental y social agrícolas.
PRAGMÁTICAS
Realiza las labores complementarias Realización de labores complementarias (podas de sombríos,
agrícolas empleando métodos y practicas podas del cultivo, deschuponadas, embolsado de frutos,
pertinentes. prácticas de agricultura protegida) con calidad y pertinencia
de acuerdo con el estado de desarrollo del cultivo.
Optimiza el usos de recursos físicos Eficiencia y eficacia en el uso de los recursos físicos
disponibles en la aplicación de labores disponibles en la aplicación de labores complementarias
complementarias agrícolas agrícolas:
- Maneja, con eficiencia y eficacia, las herramientas e
insumos de acuerdo con las prácticas complementarias
para el cultivo.
El algodón es una de las plantas cultivadas productoras de fibras naturales más antiguas del mundo. En
excavaciones realizadas en el valle del río Indo, parte oeste de Pakistán, se encontraron tejidos y cordones
fabricados en algodón que datan del año 3.000 antes de la era cristiana. Las primeras referencias literarias
acerca del algodón se remontan al año 1.500 a.C. escritas en el himno hindú de Rig Veda. Por más de 3.000
años, la India fue el centro principal de la industria algodonera; algunas telas hindúes hechas con rueca y telares
primitivos no fueron igualadas hasta el siglo XIX (Federalgodón, 1990).
El algodón pasó de la India a la China y a Corea hace cerca de 500 años. Los árabes lo propagaron en los
países mediterráneos. En Barcelona (España), tuvo lugar una pujante industria textil desde el siglo X hasta el
XIII. En el siglo XV comenzó el comercio británico a desarrollarse, y dos siglos después Inglaterra se convirtió
en un 29, centro importante de manufacturas de algodón. El siglo XIX, con su revolución industrial, le dio mayor
auge a la utilización de la fibra del algodón.
En Colombia, el algodón se explotaba, hilaba y usaba como vestido desde antes de la conquista española. Por
razones agronómicas, fitosanitarias, climatológicas y económicas, el cultivo ha estado localizado en los valles
interandinos, la región Caribe y la Orinoquía, y su dispersión se vio favorecida por la mecanización, la
abundancia de mano de obra, la adecuada asistencia técnica y el apoyo financiero (Federalgodón, 1990).
Clasificación taxonómica
La mayoría de las clasificaciones modernas ubican la planta del algodón así:
Reino Plantae
División Espermatophita
Subdivisión Angiosperma
Clase Dicotiledónea
Superorden Columnífera
Orden Malvales
Familia Malvaceae
Tribu Hibisceae
Género Gossypium
El género Gossypium comprende un número de especies no determinado con precisión, y hay divergencias en
las clasificaciones; no obstante, en 1947 Hutchinson dividió todas las especies de algodón en seis grupos de
genomas: A, B, C, D, E y F, clasificación que es aceptada mundialmente.
Citológicamente las especies del género Gossypium pueden dividirse en diploides (n: 13) y tetraploides (n: 26).
Las primeras se encuentran en África y Asia (genomas A, B, E, F), América (genoma D) y Australia (genoma
C). De las 30 especies diploides, solo G. herbaceum y G. arboreum han sido cultivadas de manera comercial.
El algodonero es una planta de gran complejidad morfológica, que posee particularidades importantes, utilizadas
inclusive en la identificación de la especie dentro del género Gossypium y de la familia Malvaceae, de la cual
forma parte.
La planta del algodonero herbáceo, Gossypium hirsutum L., también llamada anual o “upland”, posee una
estructura organográfica singular, con dos tipos de ramificación, presentando ramas fructíferas y vegetativas,
dos tipos de macrófilo (fructíferos y vegetativos), flores completas que poseen un tercer verticilo floral, las
brácteas, que cumplen la función de protección extra y puede poseer, en la base interna y externamente,
glándulas de secreción (nectarios), además de presentar prófilos, hojas sin vaina con dos estípulas, dos tipos
de glándula y por lo menos dos yemas en la base de cada hoja (Lagiere et al., citados por Beltrao, N., 2001).
Características de la planta
Según Mauney (1984), citado por Beltrao, N. et al. (1999), para entender la organografía del algodonero
herbáceo es necesario que se comprendan las cuatro principales correlaciones morfológicas de su esporófito,
que son:
Desde el punto de vista de la botánica sistemática, el algodonero herbáceo es una de las 50 especies del
género Gossypium, productora de fibra media, la cual representa más del 90% del consumo mundial de
fibra de algodón (Lec, 1984, citado por Beltrao, N. et al. 1999).
Germinación y emergencia
El principal medio de propagación del algodonero es el sexual, por semillas que al germinar posibilitan la
emergencia de la plántula o planta joven, fitológicamente llamada esporófito joven. En el inicio, con el proceso
de germinación, que es la reactivación de los puntos de crecimiento del embrión, por su elongación y desarrollo,
surge el eje primario de la futura planta (figura 8). Según Mauney (1984), en la semilla en dormancia y/o en
quietud, el eje primario está conformado por la radícula, el hipocótilo y un epicótilo pobremente desarrollado.
dos cotiledones que caracterizan el estado inicial del crecimiento, llamado así por Elner et ál. (1979) de VC2.
Las etapas vegetativas son llamadas de V, y es el V aquel que ya tiene, además de las dos cotiledonales, una
hoja verdadera y ya iniciando la siguiente; en la etapa V2 ya se tienen tres hojas verdaderas y en la V3, cuatro.
En la etapa reproductiva, las etapas dentro de cada estadio de desarrollo son llamadas R, y es R1 en la que
aparece el primer botón floral.
Sistema radical
Es pivotante o axomorfo, compuesto por una raíz principal y varias secundarias y terciarias, muy desarrollado y
vigoroso en condiciones normales para el pleno crecimiento de la planta. La raíz principal es la continuación
directa del tallo principal de la planta y su función primordial es fijar la planta al suelo y, junto con las demás
raíces, ubicadas en su mayoría en los primeros 20 cm de profundidad del suelo, tiene la de absorción del agua
y nutrientes minerales, conducción de asimilados, reservas de nutrientes orgánicos y centro de producción de
varias sustancias, incluidas algunas hormonas. En plantas adultas la raíz principal alcanzar un diámetro en la
parte cercana al cuello plantular, de 2,5 cm, y dependiendo del tipo de suelo y de su estado físico y nutricional
puede alcanzar profundidades hasta de 2,5 m (Gridi-Papp, 1965; Passos, 1977).
En una raíz se observan cuatro partes principales: la cofia, situada en el extremo, que protege los tejidos
internos; la zona de crecimiento, es lisa y está encima de la cofia, donde ocurren las divisiones celulares y el
alargamiento celular inicial; la zona pilífera, a continuación de la anterior, que presenta numerosos pelos
radiculares por donde sucede la absorción de agua y nutrientes y donde la conductividad hidráulica es máxima,
y la zona de ramificación, donde nuevas raíces y pelos absorbentes surgen del periciclo (Passos, 1977, citado
por Beltrao, N. et al., 1999).
1. SELECCIÓN DE SEMILLAS
En el cultivo del algodón se llevan a cabo siembra con materiales de alta producción, aunque
hay variedades importadas desde USA que se han venido utilizando, las cuales son las
Deltapine 15, Deltapine 16, Deltapine 61, Deltapine Smooth leaf, Deltapine 20, Deltapine 50,
Deltapine 90. Hay algunas variedades Colombianas de las cuales la mas utilizada son las
producidas por Corpoica en este proyecto se pretende utilizar la Corpoica 123, la cual se
consideró por opiniones de algodoneros de la región, que tiene mejor adaptación a las
condiciones agroecológicas del municipio de Pelaya, Cesar.
El algodón transgénico o inicialmente llamado algodón Bollgard es el que posee el gen Bt o Bacillus
thuringiensis, una bacteria del suelo que mata las larvas o gusanos de Lepidópteros como el rosado
colombiano, el rosado de la India, Alabama y el Heliothis, y controla parcialmente el gusano trozador
o agrotis, los falsos belloteros y gusanos tigres conocidos como spodópteras. La tecnología Bollgard
no controla el picudo, el minador Bucculatrix, los áfidos, chinches, trips, ni la mosca blanca.
El gusano o larva pequeña tiene que alimentarse y come tejido de la planta transgénica, la cual
contiene una proteína que le causa la muerte en pocas horas. De esta manera la tecnología Bollgard
protege los tejidos de la planta, o sea, los tallos, las hojas, botones y semillas durante todo el ciclo del
cultivo. Vale anotar que el Bollgard no tiene efectos sobre el ser humano, el ganado, las aves, los
peces o los insectos benéficos como abejas, arañas, chinches o avispas.
2.1 Arado. Arar significa abrir surcos superficiales en el terreno y así prepararlo para recibir la
semilla. Esta actividad se realiza con tractores y un arado de discos o de cincel, dependiendo
del estado del suelo, yo en mi proyecto voy a utilizar un arado de cincel, con la intención del
romper el subsuelo y permitir que el agua drene normalmente, ya que el análisis físico
realizado mostro compactación después de los 25 cm, utilizaremos un sistema de arado en
melgas.
2.2 Rastrillado, El rastrillado es una labor agrícola que se encarga de cortar terrones gruesos
de suelos, en agregados más pequeños, pulverizando esos terrones gruesos para dejar una
cama bien preparada para la siembra, la rastrillada complementa la función del arado. En
este proyecto se utilizara una rastrillo de 4 secciones hidráulico con la intención de dar los
pasos necesarios para que quede lo más pulverizado posible el suelo.
o Descompactar el suelo.
o Control de vegetación no deseada (malas hiervas).
o Esponjar y airear el suelo.
o Rotura de terrones.
o Preparación de la cama de siembra
Fertilización
La naturaleza alimenta la planta de algodón en 85%, dándole carbono, hidrógeno y oxígeno. El
productor, con el asistente técnico, debe proveerle el 15% restante en nitrógeno, fósforo, potasio,
calcio, azufre, magnesio, boro, zinc, cobre, manganeso, hierro y cobalto.
A continuación se muestra cómo la planta toma los alimentos según su estado de crecimiento, así:
Por tratarse de una planta oleaginosa, de raíz pivotante, el algodonero, aunque se adapta a diferentes
suelos, prefiere aquellos cuyo pH sea ligeramente ácido (entre 6,0 y 6,5), de textura liviana a media
(franco-arenosa a franca), profundos, ricos en materia orgánica, permeables, bien drenados y de
buena fertilidad; sin embargo, puede ser cultivado en varios tipos de suelo de características físicas
adversas y menos fértiles, siempre y cuando se efectúen las debidas correcciones, de manera que
puedan presentar características adecuadas para atender las necesidades básicas para su pleno
desarrollo. Por otro lado, suelos poco profundos, con pH ácidos (menores a 5,6) o alcalinos (superiores
a 7,4), excesivamente arenosos y pedregosos, demasiado arcillosos y de baja permeabilidad deben
evitarse por sus características de difícil corrección. Áreas sujetas al encharcamiento también son
desfavorables al cultivo del algodonero, que no soporta ambientes de difícil aireación (Beltrao, N. et
al., 1999). El algodón no soporta encharcamiento, ya que sus raíces son muy sensibles a las
condiciones anaeróbicas; manifiesta los síntomas de estrés por exceso de humedad en menos de 72
horas y en la mayoría de los casos los desórdenes fisiológicos son irreversibles, por lo que muere, lo
que sin duda afecta en forma considerable el desarrollo y los rendimientos (Montenegro, O., 2002).
Los lotes que se ubican en terrenos compactados que ofrecen resistencia a la penetración y que
influyen directamente sobre el desarrollo y penetración de las raíces o sobre las condiciones de
humedad y aireación, limitan considerablemente el crecimiento y producción del algodonero
(Federalgodón, 1990)
El enriquecimiento del terreno con abono propicia la presencia de nutrientes en el mismo, ya sea de
manera natural (mediante procesos de composting o reciclaje de materia en descomposición) o a
través de añadidos químicos (sulfatos, nitratos, urea, etc.). En ocasiones esto puede incidir en el
tamaño y volumen de la fruta obtenida. El cultivo del algodón que se va a llevar a cabo, pretende
realizar el abonamiento teniendo en cuenta el análisis del suelo (características físicas y químicas)
el cual se tomó, hace dos meses, este reportó que se debe realizar aplicación de abonos químicos y
mejoramiento de la materia orgánica, teniendo en cuenta que el algodón es exigente en elementos
como el Nitrógeno, el Fosforo, el potasio, el Boro, y el Molibdeno.
Realizaremos una corrección de pH, ya que en la región se reportan pH, extremadamente acido, y la
tolerancia del % de saturación del aluminio por parte del cultivo del algodón, es del 35%, así que la
corrección se realizara en la segunda rastrillada, posteriormente realizaremos una preabonada con
Roca fosfórica del 35% de H2PO4, posteriormente a los 15 días realizaremos la primera fertilización,
la cual la realizaremos con 30 g de Nitrógeno, 45 g de fosforo, 40 g de Potasio, 10 g de Calcio, 5 g de
Magnesio, y 1,5 g de Elementos menores (Zn, Fe, Cu, B, Mo). El análisis de suelos reporto la materia
orgánica muy baja, porcentajes inferiores al 1,5%, esto nos lleva a tomar la decisión de aplicar 5
toneladas por hectárea de un abono compostado a base de lombricompost, con un porcentaje de
materia orgánica del 11%.
Siembra.
Para lograr una buena germinación es conveniente que la siembra se efectúe cuando el suelo tenga
una humedad equivalente a la capacidad de campo o lo más cercana a esta. En la zona algodonera
de los departamentos del Tolima, Huila y suroccidente de Cundinamarca la disponibilidad de equipos
de riego por aspersión es muy baja, por lo que hay que recurrir al método de surcos casi como única
alternativa; sin embargo, en muchos casos, aunque se tenga disponibilidad de agua, las siembras se
retrasan en espera de las primeras lluvias que permitan asegurar una buena emergencia.
El algodonero, según Waddle (1984) requiere por lo menos 500 mm de agua para alcanzar una
producción mínima aceptable, y su nivel de producción puede depender del suministro de agua en los
estados sucesivos de crecimiento, siempre y cuando los otros factores de producción se mantengan
en niveles óptimos (Embrapa, 1999). Esta apreciación coincide con lo expuesto por Caicedo (1999),
quien afirma que el cultivo en las condiciones del Valle cálido del Alto Magdalena requiere 505 mm de
agua durante un ciclo de 120 días.
Las mejores épocas de siembra están comprendidas entre la cuarta semana de febrero y la tercera de
marzo, periodo que tradicionalmente ha mostrado las condiciones climáticas coincidentes con los
requerimientos lumínicos, de temperatura (máxima, mínima), de humedad relativa y de precipitación.
Así, es necesaria la aplicación de un riego en la etapa vegetativa y otro en la final, cuando se presentan
de cinco a seis nudos por encima de la flor blanca (Barragán E., 2005).
El déficit hídrico y el exceso de humedad en el periodo comprendido entre 60 y 100 días después de
emergencia (DDE), pueden inducir la caída de estructuras fructíferas y comprometer la producción.
Según Feraz y Lamas (1988), el 80% de las estructuras responsables de la producción del algodonero
son emitidas en este periodo (Embrapa, 1999). Por ello, la época de siembra debe fijarse de tal manera
que los meses de mayor precipitación pluvial coincidan con la época de máxima demanda de
humedad, la cual se presenta a un nivel del 95% en el periodo mencionado. Por otra parte, la
precipitación debe ser un poco baja, tanto al principio del periodo vegetativo, para provocar un buen
crecimiento radicular, como al final, para evitar pudriciones. La precipitación inicial para obtener un alto
porcentaje de emergencia varía entre 20 y 30 mm (Federalgodón, 1990).
La siembra tardía (última semana de marzo y primeras de abril) tienden a reducir la capacidad
productiva del algodonero: sucede, en efecto, que en esta circunstancia el cultivo queda condicionado
a un periodo lluvioso más corto y sujeto a un ataque más severo de plagas; cuando la siembra se
efectúa muy tarde, el proceso de germinación es más lento, debido al bajo índice de humedad en el
suelo. Otro aspecto asociado a la siembra tardía es la posible coincidencia de la cosecha con periodos
lluviosos.
Un efecto adicional de la época de siembra sobre el cultivo está dado por la temperatura y la radiación.
Los cultivos con siembras tempranas son vulnerables a las condiciones climáticas presentadas, porque
con baja exposición a la luminosidad y elevada humedad relativa, temperaturas mínimas y máximas
altas, las cápsulas se abren lentamente y permanecen más tiempo, expuestas a un clima adverso.
Además, las siembras tempranas tendrán mayor desgaste, debido a que la apertura de cápsulas es
más prolongada que la de siembras tardías.
Para una región dada, la época de siembra debe ser lo más estrecha posible, con el fin de evitar fuertes
ataques de plagas. Cuando los periodos de siembra se alargan en más de 45 días, las pérdidas son
mayores en los algodones tardíos, puesto que las plagas emigran de los tempranos y/u oportunos.
3. Riego.
Demanda hídrica
Gran parte del área algodonera en Colombia se caracteriza por una irregular distribución de las
lluvias, que, si bien son suficientes en cantidad y como tal podrían satisfacer las demandas
hídricas del cultivo, por su irregularidad hacen necesaria la aplicación de riego suplementario
en ciertas etapas del cultivo. Por otra parte, en las zonas donde se utiliza el riego no se le da al
agua el verdadero valor de recurso imprescindible en el proceso de producción, lo cual conlleva
a que sus aplicaciones se realicen sin tener en cuenta las necesidades reales del cultivo y
algunos parámetros físicos del suelo relacionados con un mejor aprovechamiento del agua de
riego; esto trae como consecuencia el deterioro de los suelos y la obtención de producciones
por debajo de las potencialmente esperadas. Es aquí cuando el recurso agua adquiere su
verdadero valor de insumo y aparece la necesidad de manejarlo en forma eficiente y asociado
a un costo integrado a los recursos humanos, de capital y de tecnología (Caicedo, 2002).
El agua es un insumo de gran importancia en la producción del algodonero. Uno de los factores
que determina la calidad de su fibra está dado por la disponibilidad del líquido en la etapa más
crítica, como lo es la reproductiva plena (máxima floración y producción de botones), en la que,
de acuerdo con Caicedo y Barragán (2002), el coeficiente de cultivo (Kc) presenta el máximo
valor (1,35), para las variedades Corpoica M-123 y Gaitana-M-109, para las cuales los
requerimientos hídricos oscilan entre 496 y 500 mm, independientemente del tipo de labranza
utilizada (reducida y convencional)
Requerimientos de agua
Para obtener éxito en el cultivo bajo riego es necesario utilizar oportuna y eficientemente el agua
de manera que se logren los mejores beneficios en producción al menor costo posible; por eso
es importante conocer previamente los factores descritos. Así se puede definir el momento
oportuno para la aplicación del riego, la cantidad necesaria de agua a aplicar en cada riego y el
método de riego que se ha de utilizar.
El riego suplementario
La aplicación de riego suplementario es una decisión muy importante en el manejo eficiente del
cultivo, el agua demanda un análisis preciso de la situación real de la planta desde el punto de
vista fisiológico, pues es posible que se encuentre sometida a un estrés de sequía que
repercutirá en su desarrollo normal; por otro lado, se debe sopesar el costo de la aplicación sea
que se efectúe por aspersión, gravedad o cualquier otro método. Para ello a continuación se
dan algunos parámetros que permiten ayudar a decidir sobre la oportunidad del riego.
Para el cultivo del algodonero existe la información sobre el consumo de agua en sus diferentes
etapas, obtenida en condiciones de campo, valores expresados en mm/día, lo mismo que los
valores del coeficiente de cultivo (Kc).
Establecer el nivel de agotamiento del agua aprovechable del suelo, el cual como criterio
práctico se recomienda sea el 50%.
Monitorear la humedad del suelo con una frecuencia semanal. Para ello se deben tomar cinco
muestras por hectárea y a profundidades acordes con el estado de desarrollo del cultivo
(profundidad radical), a las que se les debe determinar el contenido de humedad, secándolas
en el horno.
Igualmente es posible hacer balances hídricos diarios teniendo en cuenta la capacidad de
retención de humedad del suelo, la profundidad radical del cultivo de acuerdo con su estado de
desarrollo, la precipitación, la evaporación y el coeficiente del cultivo (Kc).
Cultivo. En esta etapa se incluye el riego, el cuido, la poda u otras actividades que tienen como fin
estimular el crecimiento de las plantas y preparar las condiciones para la cosecha y recolección.
CONTROL DE ARVENSES
Entre las principales arvenses del algodón están: las llamadas de hoja ancha y las llamadas de hoja
angosta. Estas son dañinas para el cultivo del algodón, por que compiten con el cultivo por luz, agua,
nutrientes y espacio, además, entorpecen las labores del cultivo
Entre las principales arvenses del algodón están: las llamadas de hoja ancha y las llamadas de hoja
angosta.
Entre las hojas ancha están:
el bledo (Amaranthus dubius Mart y Amaranthus spinosus L.),
el cadillo (Achyranthes aspera L.; Cenchrus brownii Roem & Shult),
cadillo lagaña (Boerhaavia erecta L.),
el chilinchil (Cassia tora L.),
el amor seco (Desmodium tortuosum (Sw)),
la escoba (Sida spp.),
el botoncillo (Eclipta alba (L) Hassk),
la lechosa (Euphorbia hypericifolia L.),
la verbena (Heliotropium indicum L.),
la atarraya (Kallstroemia máxima (L) Hook.& Arn),
la verdolaga (Portulaca oleracea L.),
el meloncillo (Cucumis melo L.) y
las batatillas (Ipomoea spp.),
Estas plantas arvenses, son de importancia durante el ciclo vegetativo del cultivo y especialmente en
la época precosecha.
Manejo
Las recomendaciones de manejo de arvenses deben ser concertadas entre asistente técnico y el
productor. El método más utilizado para manejarlas es el mecánico combinado con el control químico.
Una opción de manejo es el uso de químicos más actividades manuales; también lo es el empleo
exclusivo de herbicidas.
La cultivada sola o acompañada con el aporque son las prácticas de mayor preferencia para manejar
mecánicamente las arvenses, con el uso muy generalizado de la cultivadora accionada por tractor. El
rastrillo, el escardillo, el disco más gancho, la rastra pesada, el rastrillo pulidor y algunas
combinaciones de estos equipos, son opciones usadas, aunque con baja frecuencia.
El periodo crítico de competencia del algodón con las arvenses se da entre la etapa de crecimiento
o vegetativa, y la primera parte de la etapa reproductiva temprana; de ahí que su manejo debe tener
un enfoque integral, y en él es importante la valoración de la población de arvenses presentes en el
lote antes de sembrar.
Para ello, es necesario utilizar una metodología de muestreo del lote con el fin de determinar la
población presente de arvenses y con base en ella estimar su futura generación; asimismo conocer el
tipo de las predominantes (hoja ancha o angosta), cobertura y estado de desarrollo (número de hojas,
macollas). Tal información, sumada a la clase de labranza que se utilizará, facilitará la definición de la
práctica agronómica más conveniente para su manejo (cultural, mecánico, físico, biológico y/o
químico).
Control de plagas
Es muy útil reconocer el grupo u “Orden” al cual pertenece un insecto, porque los insectos que
pertenecen a un mismo orden tienen características similares, tal como tipo de metamorfosis y aparato
bucal. La correcta identificación de una plaga es esencial para su control. Es importante conocer todos
los estados biológicos de una plaga; es decir, como son los huevos, las larvas, dónde pupan y cómo
es el adulto, así como qué tipo de daño causan a la parte reproductiva de la planta (botón, flor,
cápsulas) o a las hojas.
Insectos benéficos
Dentro del cultivo de algodón se podrá observar una cantidad de insectos generalmente pequeños que
no hacen daño a las plantas: antes, por el contrario, se alimentan de los huevos, larvas y pupas de los
insectos dañinos. Son llamados predadores y parásitos, que hacen parte del llamado “control
biológico”. Es imperativo protegerlos, evitando aplicar insecticidas altamente tóxicos. También se usan
algunos microorganismos como virus, bacterias y hongos, para controlar plagas.
Predadores
Son los insectos que necesitan consumir generalmente más de dos individuos plaga durante su ciclo
de vida. Comen de todo. Los más comunes son:
Cucarrones. De tamaño medio, negros, como el calosoma, que vive en el suelo, debajo de los
terrones. Come gusanos, tierreros y abunda en suelos arenosos. Otros cucarrones son los
coccinélidos y crisomélidos que son pequeños, de forma redonda, de varios colores vistosos,
generalmente con manchas negras o marrones sobre las alas. Comen áfidos, huevos y larvas
pequeñas de mariposas. Los más conocidos son los llamados mariquitas, vaquitas, petaquitas,
tortuguitas, y volkswagen.
Diferentes especies de calosomas
Crisopas. Tienen alas transparentes más largas que el cuerpo, el cual es delgado, largo y de color
verde pálido, cuando se molestan, despiden un olor característico, que les sirve para repeler a sus
depredadores.
Avispas. Viven en colonias, como la avispa angola o papeleta, guitarrera, patiamarilla. Comen larvas
de alabama, spodóptera y heliothis.
Moscas. En algunas familias, sus larvas son excelentes predadoras de áfidos, y sus adultos son
parásitos de algunas plagas
Parásitos
Son aquellos insectos que ponen sus huevos dentro o sobre el huevo, larva o pupa de la plaga y se
desarrollan dentro de ella. Los más comunes son:
Microorganismos
Virus, hongos y bacterias son los más comúnmente usados para controlar insectos plaga en algodón.
Está el Bacillus Thuringiensis o Bt para controlar larvas de mariposas.
Para el control biológico en el cultivo del algodonero, la liberación masiva de los parásitos Trichograma
y Telenomus son una práctica recomendada por Corpoica como parte del manejo integrado de plagas
(MIP).
Trichograma
Es una avispa muy pequeña que parasita huevos de insectos plaga, especialmente de mariposas
como heliothis, alabama y spodóptera. Las hembras de Trichograma son atraídas por el olor de los
huevos del insecto plaga, en cada uno de los cuales ponen uno o más huevos, la oviposición sucede
durante las primeras 48 horas después de haber nacido.
INSECTOS DAÑINOS
En cada una de sus etapas de crecimiento, el algodón sufre el ataque de distintos insectos plaga que
dañan sus estructuras tiernas, y le causan pérdidas parciales o totales y, por consiguiente, lo hacen
menos productivo.
El picudo
Son blancos y lisos muy pequeños, de 0,1 a 1,0 mm de largo, puestos dentro de los botones florales,
las flores o las cápsulas, a una profundidad de 2 a 3 mm, bien escondidos. Después de dos a tres
días, el huevo se convierte en larva y desarrolla todo el ciclo de vida del insecto dentro del botón.
Las larvas, son blancas, con la cabeza café clara. El cuerpo tiene forma de media luna, se alimenta
sin moverse pues no tiene patas; así dura de cuatro a siete días. Inicialmente la larva mide 0,5 mm de
largo, lo que hace difícil verla, y puede llegar a medir entre 3 y 7 mm, cuando consume lo que queda
de la parte interna del botón. Cuando el ataque es abundante y no hay botones, entra a las cápsulas.
Las pupas son exaratas blancas y exhiben las partes físicas que se volverán alas. Cuando está
próxima a volverse adulto, sus ojos y el pico se tornan negros. La pupa mide entre 4,0 y 6,5 mm y su
metamorfosis puede durar entre tres y cuatro días.
La hembra perfora profundamente en la parte media del botón y de la cápsula o en la base de las
flores, dentro de la cual pone un solo huevo, cubriendo el agujero, que aparece como una pequeña
verruga de color café en su parte central. Una hembra puede depositar hasta 6 huevos en un día y un
promedio de 242 huevos durante su vida reproductiva. Los botones abren sus brácteas y caen al suelo.
Las cápsulas perforadas no caen y en su interior la larva destruye uno o más lóculos.
Los HUEVOS son de colores verde oliva o azul verdoso, circulares y aplanados en forma de tejo; en
la superficie tiene unas estrías; son puestos individualmente en el envés o revés de las hojas,
especialmente en las superiores; eclosionan a los tres o cuatro días.
LAS LARVAS cuando salen del huevo, miden entre 1 y 2 mm y son de color variable, generalmente
verde-amarillas, casi translúcidas. A medida que crecen se vuelven verde oscuras, casi negras con
líneas longitudinales blancas y negras. La cabeza es amarilla con placas café oscuras. Las larvas
maduras alcanzan de 4 a 5 cm de longitud. Cuando están pequeñas, caminan arqueándose, como
midiendo cuartas, igual a un falso medidor. Las larvas roen inicialmente las hojas sin llegar a consumir
la parte superior, dando lugar a áreas transparentes. Cuando están grandes, las larvas pueden comer
todas las hojas y roer pétalos, brácteas, botones e inclusive cápsulas. La transformación de la larva
se realiza en un periodo de diez a doce días.
LAS PUPAS son de color café oscuro a negro y poseen espinas o bastoncitos en la parte terminal del
abdomen; tienen una longitud de 1,5 a 2,0 cm. Permanecen recubiertas con una especie de telaraña
con la cual juntan dos o más hojas donde duran entre seis y ocho días.
Los Adultos son polillas de color café claro con una figura típica de triángulo, cuando está en reposo.
Tiene en las alas anteriores una mancha en forma de ocho
Manejo de enfermedades
En general el algodonero era considerado un cultivo con muy pocos problemas patológicos. Sin
embargo, últimamente están aumentando los disturbios causados por enfermedades, de manera que
es necesario tomar las medidas precautelativas requeridas para frenar su diseminación.
La detección oportuna de las enfermedades redundará en la aplicación temprana de las medidas de
manejo con el objetivo de disminuir incidencia y severidad, tener menores costos de producción y
lograr mayor rentabilidad del cultivo. Se requiere integrar medidas de tipo preventivo entre las que se
cuentan la selección de variedades que ofrecen mayor resistencia y el uso y tratamiento de semilla
certificada libre de patógenos, obtenida en zonas con baja incidencia de hongos.
En la etapa de establecimiento del cultivo es importante hacer muestreos para determinar posibles
incidencias de enfermedades, efecto de semillas infectadas, de malos drenajes o de exceso de agua.
Entre las principales enfermedades que atacan las plántulas del algodonero están: antracnosis,
Rhizoctonia, Fusarium, Sclerotium y Pythium; de igual forma pueden presentarse efectos de
nematodos.
A partir de la etapa vegetativa se puede evidenciar otra enfermedad, la ramulosis, que es posible
prevenir seleccionando variedades resistentes a ella; pero si se detecta, es pertinente hacer control
químico, el cual únicamente resulta efectivo en el estadio inicial (de las manchas) de la enfermedad,
nunca cuando ya está en inducción del superbrotamiento. El nivel de control es de 10 pulgones por
hoja o de 5 a 10% de plantas con tres a cinco pulgones. Hay que tener presente que la rotación de
cultivos y la destrucción de residuos, ayudan a mantener la enfermedad en niveles bajos de incidencia
(Embrapa Algodao, 1999).
Asimismo, se debe inspeccionar el cultivo para detectar marchitez causada por Fusarium o Verticillium,
antracnosis o mancha de alternaria. Especial cuidado merece la presencia de mancha de ramularia y
la pudrición de cápsulas por Diplodia, Colletotrichum, Fusarium o Xanthomonas. En ataques fuertes
de mosca blanca puede aparecer el mosaico común. También puede presentarse apertura
Cosecha.
Última etapa en la cadena de producción agrícola, inicia con la selección del momento óptimo de
maduración de los frutos, para garantizar su óptima calidad. La recolección puede hacerse
manualmente o mediante procedimientos mecánicos, dependiendo del modelo agrícola y del tipo de
producto. En algunos casos este proceso incluye el sacrificio de las plantas.
El algodonero ha llegado al final, a la etapa de cosecha. Ahora hay que prepararse para recoger el
fruto del trabajo. Vale recordar que gran parte del beneficio que obtendrá el productor depende del
cuidado que ponga en la recolección de la mota. A continuación, se presentan algunos aspectos
técnicos para mejorar la calidad del algodón que se cosechará y así obtener mayores ingresos,
independientemente de si se va a recolectar en forma manual o con máquina, decisión que depende
del sistema y manejo del cultivo escogidos desde el momento en que se decidió sembrar algodón.
Analicemos, los siguientes datos, teniendo en cuenta los árboles que tenemos sembrados en el lote
los cuales tienen 6 meses de edad:
Cantidad de fertilizante compuesto a aplicar por planta año, si esta tiene una densidad de siembra de
6x6 en tres bolillos.
Cantidad de enmienda si se utiliza cal dolomita, y que periodos se debe aplicar
Cantidad de materia orgánica a aplicar por árbol.
Encalamiento
pH optimo: 5,5 - 6
Está en 4,0; se requiere corregir 1,5 mil equivalentes
Si 150 kg de CaCO3 1,0 meq de pH
X 1,5 meq pH
Profundidad= 30 cm
d.a=1,5
0,00136 100
X 1000000
X=13,6 ppm
𝑘𝑔 𝑁⁄ 𝑑. 𝑎 ∗ 𝑝𝑟𝑜𝑓 ∗ 𝐷𝑎𝑡 𝑝𝑝𝑚
ℎ𝑎 =
10
𝑘𝑔 𝑁⁄ 1,5 ∗ 30 ∗ 13,6 𝑝𝑝𝑚
ℎ𝑎 =
10
𝑘𝑔 𝑁⁄
ℎ𝑎 = 61,20 𝑘𝑔 𝑁
Un árbol de un año de edad requiere entre 50 a 200 gr de N/árbol año
En una hectárea hay 320 plantas. Tenemos del análisis del suelo 61,20 kg de N.
10000 m2 61,20 kg
623,5 m2 x
X=3,81 kg 3810 gr
623,5 m2 3810 gr
1 m2 x
X=6,1 gr de N/m2
La planta a una edad de 6 meses necesita una aplicación de 100 gr de N y en 1m 2 donde se ubica la
planta hay 6,1 gr de N.
100 gr-6,1 gr=93,9 gr de N/árbol faltan
20*93,9 gr de N=1878 gr N/20 árboles faltan
FOSFORO
Lo óptimo 7 ppm
Tenemos 5 ppm
20 ∗ 64,40 𝑔𝑟 𝑑𝑒 𝑃2 𝑂5 = 1288 𝑔𝑟 𝑑𝑒 𝑃2 𝑂5
Na
Está en 8,31%
Optimo 3-9%
POTASIO (K)
𝑘𝑔 𝐾⁄ 𝑑𝑎𝑡𝑚𝑒𝑞
ℎ𝑎 = 𝑑. 𝑎 ∗ 𝑝𝑟𝑜𝑓 ∗ ∗ 39
100𝑔
𝑘𝑔 𝐾⁄ 𝑚𝑒𝑞
ℎ𝑎 = 1.5 ∗ 30 ∗ 0,12 ∗ 39
100𝑔
𝑘𝑔 𝐾⁄ 𝐾
ℎ𝑎 = 210,60 𝑘𝑔 𝑑𝑒
ℎ𝑎
X=0,02526 kg de K2O/1m2 25,26 gr de K2O hay en un metro cuadrado donde se encuentra ubicada
una planta
HIERRO (Fe)
MANGANESO (Mn)
COBRE (Cu)
10000 m2 7.16 kg de Cu
623,5 m2 X
446,40𝑔𝑟
= 𝟐𝟐, 𝟑𝟐 𝒈𝒓𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒇𝒂𝒍𝒕𝒂𝒏 𝒑𝒐𝒓 𝒂𝒓𝒃𝒐𝒍
20
Se necesita aplicar
Aplicación de nitrógeno
1 kg de 13-26-6 0,13 kg de N
X 1,878 kg de N
Aplicación de fosforo
1 kg de 13-26-6 0,26 kg de P2O5
28,90 Kg de 13-26-6 X
Aplicación de potasio
1 kg de 13-26-6 0,06 kg de K2O
28,90 Kg de 13-26-6 X
-Beltrao, N.E. de M. et al. 2001. En: Embrapa Algodao 2001. Algodao tecnología de producao,
Dourados, MS, pp. 54-75
-Beltrao, N.E. de M. et al. 1999. En: Embrapa Algodao 1999. O agronegocio do algodao no Brasil,
Campina Grande, PB (1): 57-86
-Beltrao, N.E. de M. et al. 2001. En: Embrapa Algodao 2001, Algodao tecnologia de producao,
Dourados, MS, pp. 54-75.
-Caicedo, A.M. 2001. En: Sistema de recomendaciones para el cultivo del algodonero en el Valle cálido
del Alto Magdalena, C.I. Nataima, documento de trabajo.
-Caicedo, A. M.; Barragán, E. 2001. Requerimientos hídricos y manejo del agua en las nuevas
variedades de algodón. En: Memorias del tercer encuentro regional de la Cadena Algodón-Textil-
Confecciones. Ibagué (Colombia).
-Caicedo, A. M. et al. 2003. Recomendaciones para el manejo del riego a nivel predial por el método
de surcos. Boletín técnico. Edit. Tecnimpresos, Ibagué, 28 p.
-Castro, H. 1996. Bases técnicas para el conocimiento y manejo de los suelos del Valle cálido del Alto
Magdalena. Corpoica, Ibagué, Tolima.
-Clavijo, P, J. 1994. SCCS. Fertilidad de suelos diagnóstico y control. Metabolismo de los nutrientes
en las plantas. Ed. Guadalupe Santafé de Bogotá (Colombia) p. 13-27
-Doorenbos, J. Pruitt W.O. 1984. Crop water requeriments. FAO, Irrigation and drainage. Paper No.
24. Roma (Italia), 144 p.
-Doorenbos J.; Kassan, A.H. 1986. Yield response to water. FAO, irrigation and drainage. Paper No.
33. Roma (Italia), 190 p.
-Federación Nacional de Algodoneros (Federalgodón). 1990. Bases técnicas para el cultivo del
algodón en Colombia. 4a. edición, Bogotá (Colombia) 711 p.
-Federación Nacional de Algodoneros (Federalgodón). 2001. Bases técnicas para el cultivo del
algodón en Colombia, Bogotá, 27 p