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CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
ANTECEDENTES
La demanda
Con base en lo anterior, solicitó declarar que los demandados violaron los
Decretos 190 de 1993 y 1023 de 1998, que violaron y han puesto en peligro los
derechos colectivos al ambiente sano consagrado en el artículo 79 de la
Constitución Política, al desarrollo sostenible consagrado en el artículo 80 del
mismo ordenamiento y a la realización de construcciones y edificaciones
respetando las disposiciones jurídicas, así como, ordenar la demolición de todo lo
construido en el predio ubicado en la carrera 5ª este No. 109-18 de Bogotá.
Contestación de la demanda
Curador Urbano N° 3
Argumentó que no existe norma legal que determine un plazo específico para
que el destinatario de una comunicación, en relación con un trámite administrativo,
se haga parte en el mismo.
Por esta razón, al expedir la Resolución 0057 de 2001, por medio de la cual
se resolvió el recurso de apelación interpuesto contra la decisión de conceder la
prórroga de la licencia, el Departamento Administrativo de Planeación Distrital no
analizó si en este caso debía aplicarse el Decreto 190 de 1993.
Respecto del argumento del actor, según el cual la resolución 0057 de 2001
es contraria a derecho, puesto que para su expedición no se practicaron pruebas,
el Departamento Administrativo de Planeación Distrital señaló que, de acuerdo con
el artículo 59 del decreto 2150 de 1995, los recursos de apelación se resuelven de
plano, con base en el acervo probatorio que obra en el proceso.
Para que prosperen las acciones populares es necesario que exista una
vulneración o puesta en peligro de los derechos e intereses colectivos, lo cual no
se ha acreditado en este caso, en tanto que los trámites y procedimientos
adelantados para la expedición de la licencia LC98-03-0296 cumplieron la totalidad
de los requisitos legales, permitiendo la intervención de la colectividad dentro de
los parámetros que para ello fijó la ley.
-Cosa Juzgada:
Los supuestos mediante los cuales se agotó la vía gubernativa son los
mismos en los que se fundamenta la acción popular.
Pacto de Cumplimiento
Luego de analizar las pruebas del proceso, señaló que la Curaduría Urbana
N° 3 no desconoció las normas urbanísticas necesarias para la construcción del
edificio; por el contrario, los demandados demostraron que la construcción cumple
con las disposiciones pertinentes.
La impugnación
La parte actora
Apelación adhesiva
CONSIDERACIONES
La Sala se pronunciará sobre la últimas, pues las dos últimas hacen alusión
a puntos que deben dilucidarse al estudiar de fondo el caso concreto.
Para el señor Bernardo Sánchez Restrepo son dos las circunstancias que
dan lugar a que, en el presente caso, se configura la cosa juzgada; la primera, que
los supuestos discutidos en la vía gubernativa son los mismos planteados en la
acción popular y, la segunda, que él instauró una acción de tutela en contra de los
actores en la que se ordenó la protección de sus derechos a la honra y buen
nombre.
Luego, por regla general, una acción popular dirigida contra un particular
será de competencia de la jurisdicción ordinaria, mientras que la dirigida contra una
autoridad pública o un particular que desempeñe funciones administrativas lo será
de la Contencioso Administrativa.
La regla anterior se exceptúa en los eventos en los que una acción se dirija,
al tiempo, en contra de una autoridad pública y de un particular; en tal caso, la
competencia para conocer de la misma reside en la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, en tanto que ésta prevalece sobre la de la Jurisdicción Ordinaria en
virtud del fuero de atracción.
“(...)
Ha sostenido esta Corporación que cuando la parte demandada es plural y
con respecto de uno de los demandados no cabe duda que la jurisdicción
contenciosa administrativa es la competente, en virtud del llamado fuero de
atracción queda prorrogada la competencia para conocer de la acción con
respecto a otro u otros demandados que en principio fueran justiciables ante
la jurisdicción ordinaria. Así se ha pronunciado al respecto el fuero de
atracción de esta jurisdicción se fundamenta en la acumulación de acciones,
por pasiva, contra quienes son señalados como responsables solidarios de
las obligaciones que se pretenden. También ha aceptado la jurisprudencia
la aplicación de esta figura cuando la cuestión litigiosa haya de resolverse
de manera uniforme para todos los litisconsortes (necesarios) pasivos, y
alguno o algunos deban ser juzgados ante esta jurisdicción. Conforme a los
lineamientos trazados por la jurisprudencia, tratándose de una acción
popular, el aludido fuero opera cuando se acumulan acciones contra
entidades públicas o personas privadas que cumplen funciones públicas, por
un lado, y particulares por otro, señalados como responsables solidarios del
hecho u omisión que amenace o vulnere derechos colectivos, o cuando su
comparecencia conjunta es forzosa para que se produzca sentencia, porque
ésta podría afectarlos de manera uniforme”2
2AP- 077 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Quinta. Sobre
el punto ver también AP-510 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Tercera.
Los Intereses Colectivos
1. Que la zona de Cerros de Santa Ana está delimitada en los planos U11/4,
U11/B y U-59/4.(Fl. 816 y 817 c. 1)
5. Que dicha licencia fue prorrogada mediante resolución No. 039155 contra
la cual se interpuso recurso de reposición y en subsidio apelación, los
que fueron resueltos confirmando la prórroga. (Fl. 13, 15, 22 c. 1)
promulgación y deroga todas las disposiciones que le sean contrarias, y expresamente los
trámites y procedimientos existentes en otras normas sobre la materia.”
La mencionada ley fue publicada el 6 de agosto de 1998, en el Diario Oficial año CXXXIV
43.357; de lo cual se infiere que entró en vigencia el 6 de agosto de 1999.
expedición no son susceptibles de revisarse en sede de la acción popular, puesto
que para esa época no existía el mentado derecho colectivo, susceptible de ser
protegido, si existían y perduran otros mecanismos legales para garantizar el
cumplimiento de los procedimientos y competencias que deben observarse en
dicho trámite administrativo, así como las sanciones correspondientes para el
desconocimiento de los mismos.
Los citados artículos ponen de presente que, en los municipios con población
superior a cien mil habitantes, la competencia para estudiar, tramitar y conceder
licencias de construcción o urbanismo recae en los curadores urbanos, quienes
actúan como particulares en cumplimiento de funciones públicas7.
De otra parte, el artículo 59 del Decreto 2150 de 1995, por medio del cual se
suprimen y reforman regulaciones, procedimientos o trámites innecesarios
existentes en la Administración Pública establece “contra los actos que resuelvan
las solicitudes de licencias de urbanismo o de construcción procederán los recursos
de reposición y apelación. Este último se interpondrá para ante la oficina de
planeación o en su defecto para ante el alcalde distrital o municipal y deberá
resolverse de plano.” (Negrillas de la Sala).
7El artículo 36 del Decreto 1052 de 1998 dispone: “Naturaleza de la función del curador
urbano: El curador urbano ejerce una función pública para la verificación del cumplimiento
de las normas urbanísticas y de edificación vigentes en el distrito o municipio, a través del
otorgamiento de licencias de urbanización y construcción.
pero únicamente para efectos de revisar la decisión tomada en primera instancia por
el curador, es decir, que la obligación no es de su resorte directo.
Lo anterior, por cuanto el derecho colectivo, una vez consagrado por la ley,
no puede tener dotes de “intemporalidad” que genere, ad infinitum, la aplicación
retroactiva de la ley que lo consagra, salvo que la propia ley establezca excepciones
de esta índole, que no es el caso.
FALLA