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Introducción.

Competencia monopolística

Supuestos de mercado de competencia monopolística.

Diferenciación de producto.

El modelo de Chamberlin.

1 El equilibrio de Chamberlin a corto plazo.

2 El equilibrio de Chamberlin a largo plazo.

3 Crítica al modelo de Chamberlin.

Competencia monopolística frente a la competencia perfecta.

Elasticidad en competencia monopolística.

Controversia acerca de la diferenciación de producto.

Conclusiones.

Bibliografía.

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INTRODUCCIÓN.

En muchas industrias, los productos están diferenciados. Por una u otra razón, los
consumidores consideran que la marca de cada una es diferente del resto. Por ejemplo, se
considera que la pasta dentif́ rica Licor del polo es diferente de Colgate, de Oral-b y de otras
pastas. La diferencia se halla, en parte, en el sabor, en parte en la consistencia y, en parte, en la
reputación, es decir, la imagen (verdadera o falsa) que tenga el consumidor de la eficacia relativa
de Licor del polo en la prevención de las caries. Algunos consumidores (pero no todos) pagan,
pues, más por Licor del polo.
Como Henkel es el único productor de Licor de polo, tiene poder de monopolio. Pero su
poder de monopolio es limitado, ya que los consumidores pueden sustituir fácilmente Licor del
polo por otras marcas si sube su precio. Aunque los que prefierén Licor del polo pagarán más
por esta marca, la mayoria ́ no pagará mucho más. El usuario representativo de Licor del polo
́ 25 o incluso 50 centimos más por un tubo, pero probablemente no un euro más. Para la
pagaria
mayoriá de los consumidores, la pasta dentif́ rica es pasta dentif́ rica y las diferencias entre las
marcas son pequeñas. Por tanto, la curva de demanda de pasta Licor del polo, aunque tiene
pendiente negativa, es bastante elástica (una estimación razonable de la elasticidad de la
demanda de Licor del polo es –5). Dado su reducido poder de monopolio, Henkel cobrará un
precio más alto que el coste marginal, pero no mucho más alto. La situación es similar en el caso
del detergente Colon o de los rollos de papel de cocina Scott.
Cómo surge esta idea. Hasta 1925 era habitual estudiar los mercados desde la
perspectiva de las dos estructuras polares que eran la competencia perfecta (muchas empresas)
y el monopolio (una), pero Piero Sraffa indicó en 1926 que si el mercado se dividía en clientelas
mediante una diferenciación del producto, incluso ligera, un mercado aparentemente formado
por un gran número de empresas se comportaría según principios más cercanos al monopolio
que a la competencia perfecta. Ello equivale a segmentar el mercado de alguna manera, en lo
que se dice que se da una competencia que no es vía precios.

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COMPETENCIA MONOPOLISTICA

1. Definición
Para Robert Frank, la Competencia monopolística es una estructura de mercado cercana a la
competencia perfecta, ocurre cuando muchas empresas sirven a un mercado con entrada y
salida libres, pero en el cual los productos de un empresa no son sustitutos perfectos de los de
otras compañías.
La ventaja de este mercado es que permite la entrada a los microempresarios, lo cual les
puede servir para hacer crecer a sus negocios.

1.1. Definición de otros economistas

Según Gregory Mankiw. La competencia monopolística es una estructura del mercado en la


que muchas empresas venden productos similares pero no idénticos.

Según Samuelson y Nordhaus. La competencia monopolística es una estructura del


mercado en la que hay muchos vendedores que ofrecen bienes que son sustitutivos cercanos,
pero no perfectos; donde cada empresa puede influir en cierta medida en el precio de su
producto

Para Kotler, Arsmtrong, Cámara y Cruz. Un mercado de competencia monopolística se


compone de muchos compradores y vendedores que negocian sobre un abanico de precios, y
no con un solo precio de mercado. Existe esta variedad de precios porque los productores
pueden diferenciar sus ofertas a los consumidores. Se pueden introducir variaciones en la
calidad, las prestaciones o el estilo del producto, o se pueden cambiar los servicios adicionales.
Los consumidores perciben diferentes productos y por eso, pagarán diferentes precios por
ellos. Los productores intentan diferenciar sus ofertas para los diferentes segmentos del
mercado y para ello, además del precio, utilizan otras herramientas tales como la publicidad, la
marca y la venta personal.

Según la American Marketing Association (A.M.A.). La competencia monopolística es una


situación del mercado donde muchos vendedores, cada uno con una cuota de mercado
relativamente pequeña y con productos levemente diferenciados, compiten por el patrocinio del
consumidor

2. SUPUESTOS DE MERCADO DE COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA.

El análisis de los mercados hasta los años 30 del pasado siglo correspondía a la
competencia perfecta y al monopolio, como casos extremos de la realidad, salvo algunos
modelos “ingenuos” del duopolio. Pero la realidad abarca no sólo casos límites, sino que era
preciso examinar un campo intermedio que hacía referencia a un tipo de organización industrial
que aparecía muy frecuentemente en la vida real, por tal motivo, en los años 30 un grupo de
autores, entre los que destacamos a J. Robinson y E. H. Chamberlin, presentaron un análisis

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que intentaba describir ese tipo de organización industrial diferente a la competencia perfecta y
al monopolio. Con las siguientes características:
1. Que estaban formada por muchas empresas y muchos demandantes, por lo que su
constitución en este aspecto coincidía con la competencia perfecta y se distanciaba del
monopolio.
2. Que los productos vendidos eran sustitutivos y muy cercanos, diferenciándose así de la
competencia perfecta, donde el producto era homogéneo.
Al ser muchas las empresas, la dificultad de acuerdos para controlar el mercado lo hacen
prácticamente imposible, pero además existe libertad de entrada y salida de empresas en el
mercado. Hasta aquí este tipo de mercado corresponde totalmente al mercado competitivo.
Ahora bien, cada empresa produce su propio producto, que se diferencia muy poco del resto de
los productos que ofrecen las otras empresas. Por consiguiente, este mercado tiene, por un lado,
rasgos competitivos y, por otro, aspectos monopolísticos. De ahí su denominación de
competencia monopolística, sin incurrir así en una contradicción como a simple vista pudiera
parecer. Ejemplos de este tipo de mercado son numerosísimos: empresas de tabaco,
cosméticos, productos farmacéuticos, licores, etc.
El rasgo esencial de este mercado es la diferenciación del producto. Los productos son
heterogéneos, pero solo difieren de manera muy ligera. Todos ellos son sustitutivos cercanos,
de modo que el consumidor no los considera idénticos, bien sea porque físicamente no lo son al
tener propiedades distintas, o bien porque el consumidor los diferencia por alguna razón, que
incluiría, por ejemplo, la localización del producto, su envase, etc. Para diferenciación del
producto se precisa darle una “marca” y realizar una publicidad que lo distinga de otros similares.
De la diferenciación del producto se deducen dos consecuencias: primera, que no cabe
hablar en este caso de industria, considerada ésta como un grupo de empresas que producen el
mismo bien, sino de “grupo de empresas” o mejor de “grupo de productos”, aunque en la vida
ordinaria se sigue empleando el término “industria”; segunda, que la sustituibilidad de los
productos hace que cada empresa se enfrente a una curva de demanda negativa y no horizontal,
como sucedía en la competencia perfecta; es más, al existir muchas empresas cada una de ellas
actúa como si sus decisiones sobre los precios no influyera sobre la conducta de las demás, lo
que hace que la curva de demanda de cada empresa sea muy elástica, si bien existen
limitaciones a tal conducta desde el momento que si un empresario tiene incentivos para bajar el
precio y acaparar mercado, también los tendrán los otros empresarios.

CUADRO COMPARATIVAS ENTRE MERCADOS.

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LA DIFERENCIACIÓN DE PRODUCTO.

La clave de la diferenciación de producto es que distintos consumidores tienen preferencias


distintas y que cada productor puede apropiarse de una parte del mercado produciendo aquello
que satisface las preferencias concretas de un grupo de consumidores mejor que los productos
de otras empresas. Se puede diferenciar un producto de tres formas: Diferenciación por estilo o
tipo, diferenciación por localización y diferenciación por calidad.

DIFERENCIACIÓN POR ESTILO O TIPO.

Los establecimientos del centro comercial El Tormes ofrecen diferentes tipos de comida
rápida: hamburguesas, pizzas, comida india, etc. Cada consumidor que llega al centro comercial
prefiere uno de estos tipos de comida. Esta preferencia puede depender, entre otros factores,
del humor del consumidor, de su dieta o de lo que haya comido ese día. Estas preferencias no
hacen al consumidor indiferente al precio: si en el Burger King se cobrase 17€ por una
hamburguesa, todo el mundo iría al Pans and Company, al Kebab o al MCdonald´s. Sin embargo,
alguna gente elegirá una comida más cara si el tipo de comida se ajusta más a sus preferencias.
Por tanto, los productos de los diferentes establecimientos son sustitutivos, pero no son
sustitutivos perfectos: son sustitutivos imperfectos.

DIFERENCIACIÓN POR LOCALIZACIÓN.

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Muchas de las industrias que operan bajo competencia monopolística ofrecen bienes
diferenciados por localización. Esto es especialmente cierto en industrias de servicios, desde las
tintorerías a las peluquerías, donde los consumidores a menudo eligen al vendedor que está más
cerca en lugar de elegir al más barato.

DIFERENCIACIÓN POR CALIDAD.

¿Queremos beber café? ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por él? Veamos, hay cafés y
cafés: un starbucks cuesta más que un simple café de máquina expendedora, pero vale la pena.
Debido a que los consumidores se diferencian entre sí en lo que están dispuestos a pagar por
una calidad mejor, los productores pueden diferenciar sus productos por calidad: algunos ofrecen
productos de baja calidad y baratos y otros ofrecen productos de alta calidad a un precio mayor.
La diferenciación del producto, por tanto, puede ser de distintas formas. Sin embargo, las
industrias con productos diferenciados presentan dos importantes características: la competencia
entre vendedores y la ventaja de la diversidad.
La competencia entre vendedores significa que incluso aunque los vendedores de los
productos diferenciados no están ofreciendo bienes idénticos, de alguna forma están compitiendo
en un mercado acotado. Si entran en el mercado empresas, cada empresa venderá menos
cantidad para cualquier precio.
La ventaja de la diversidad se refiere a lo que ganan los consumidores debido a la
proliferación de los productos diferenciados. Cuando hay muchas calidades diferentes de un
mismo producto, menos gente está obligada a pagar por una calidad mayor de la que necesita o
a conformarse con una calidad inferior a la que quiere. En otras palabras los consumidores se
benefician de poder disponer de una mayor diversidad del producto.

EL MODELO DE CHAMBERLIN.

El modelo económico tradicional de competencia monopolística fue desarrollado


independientemente en los años 30 por Edward Chamberlin y por la desaparecida Joan
Robinson, economista de la universidad de Cambridge. Parte de los supuestos de la existencia
de “grupo industrial” claramente definido, que está formado por un gran número de productores
de productos que son sustitutivos cercanos, pero perfectos, unos de otros. El mercado de
camisetas de caballero es un útil ejemplo. Las camisetas que fabrican Gant cumplen la misma
finalidad que las que fabrican Van Heusen, Sero, Ralph Lauren, Arrow o Sears- Roebuck. Y, sin
embargo, a pocos consumidores les da igual la marca de la camisa que compran. Estos
supuestos sobre la estructura de la industria tienen dos importantes implicaciones. En primer
lugar, dado que los productos se consideran sustitutivos cercanos, cada empresa se enfrenta a
una curva de demanda de pendiente negativa. Una persona que tenga una preferencia especial
por los camisas de Gant estará dispuesto a pagar más por ella que por una camisa de algún otro
fabricante. Pero supongamos que Gant sube su precio lo suficiente y que incluso estos
compradores acaban comprando otra marca. La segunda implicación, que se deriva del supuesto
de la existencia de un gran número de empresas independientes, es que cada empresa actúa

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como si sus decisiones de precio y cantidad no influyeran en la conducta de las demás empresas
de la industria. Y como los productos son sustitutivos cercanos, eso significa, a su vez, que cada
empresa considera que su curva de demanda es muy elástica.
Un rasgo fundamental del modelo de Chamberlin es la perfecta simetría de la posición de
todas las empresas en la industria. En términos metafóricos, cabe imaginar que la empresa de
Chamberlin es una de las muchas barcas de pesca que hay en una zona, cada una de las cuales
tiene un determinado número de sedales en el agua. Si cualquiera de ellas pusiera en los
anzuelos un cebo más atractivo y las demás siguieran utilizando el mismo que antes, el innovador
vería aumentar significativamente su proporción de capturas con respecto al total, pues, al fin y
al cabo, sus sedales serían más atractivos no sólo en términos absolutos, sino también en
relación con los de otras barcas. Sin embargo, como la situación es perfectamente simétrica, si
tiene sentido que una barca utilice un cebo mejor, también lo utilizarán otras.
Sin embargo, cuando todas utilizan un cebo mejor, los sedales del innovador no son más
atractivos en términos relativos que antes. Por lo tanto, el aumento de sus capturas totales serán
mucho menos que si los demás no alteran su conducta inicial.

La analogía entre el ejemplo de la pesca y la conducta seguida en la fijación del precio


por parte de la empresa monopolísticamente competitiva de Chamberlin es absoluta. La
empresa, al examinar la demanda de su propio producto, supone que sus competidores no
responden en absoluto a sus decisiones de precio y de cantidad. Al igual que los pescadores,
acierta al suponer que una variación de su propia conducta no inducirá a los demás a cambiar la
suya. Sin embargo, la simetría de las empresas garantiza que si para una empresa tiene sentido
alterar el precio, también lo tendrá para todas las demás.
Por consiguiente, la empresa se enfrenta, de hecho, a dos curvas de demanda diferentes,
una que describe lo que ocurrirá si ella es la única que altera el precio y otra que describe lo que
ocurrirá si todas varían al unísono.
La curva dd de la figura 1 representa la curva de demanda a la que se enfrenta la empresa
de Chamberlin si ella es la única que altera el precio; la curva DD es la curva de demanda a la
que se enfrentan si lo alteran todas. En una situación inicial en la que todas las empresas cobran

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P´, cada una vende Q´. Si sólo baja el precio a P´´ una de ellas,venderá Q´´´. Pero si las demás
también lo bajan, cada una venderá Q´´ solamente.
Es importante recalcar que las empresas no tienen por qué no darse cuenta de que los precios
de las que se encuentran en una situación similar tienden a variar al unísono.

EL EQUILIBRIO DE CHAMBERLIN A CORTO PLAZO.

Como consecuencia de la simetría que existe entre las empresas en relación a la


demanda y los costes, el equilibrio individual es igual para todas las empresas. Así, la empresa
monopolísticamente competitiva de Chamberlain maximiza el beneficio económico a corto plazo
igualando el ingreso marginal y el coste marginal a corto plazo.
Consideremos, a modo de ilustración, el caso de la empresa monopolísticamente
competitiva cuyas curvas de demanda (la curva dd), ingreso marginal, coste total medio y coste
marginal a corto plazo están representadas en la figura 2 podemos demostrar fácilmente que la
cantidad maximizadora del beneficio a corto plazo es Q*, que es la cantidad en la que curva de
ingreso marginal corta a la curva de coste marginal a corto plazo. El precio maximizador del
beneficio es P*, que es el valor que corresponde al punto Q* d la curva de la demanda dd.
Obsérvese también que la curva de la demanda DD en la figura 2 corta a la curva de la
demanda dd en el precio maximizador del beneficio, P*. Esta es otra consecuencia de la simetría
fundamental que existe entre las empresas de Chamberlin. Recuérdese que la curva DD es el
conjunto de puntos a lo largo del cual la cantidad variaría con el precio si variarán al unísono los
precios de todas las empresas. En cambio, la curva dd es el conjunto de puntos a lo largo del
cual la cantidad de la empresa varía con el precio cuando permanecen fijos los precios de todas
las demás. Dado que la situación a la que se enfrenta cada una es la misma, si P* es el precio
maximizador del beneficio, también debe serlo para el resto. Por lo tanto, el nivel de precios en
el que el precio de todas las demás se mantiene fijos a lo largo de dd es P*. Y esa es la razón
por la que dd corta con DD en P*

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EL EQUILIBRIO DE CHAMBERLIN A LARGO PLAZO.

Al igual que ocurre en el caso perfectamente competitivo, el hecho de que haya beneficios
económicos a corto plazo atrae nuevas empresas a la industria monopolísticamente competitiva.
¿Qué consecuencia tiene la entrada estas empresas? En el caso competitivo, sabemos que se
desplazaba la curva de la oferta de la industria hacia la derecha, lo que provocaba una reducción
del precio de equilibrio a corto plazo. En otras palabras, en el modelo perfectamente competitivo
la entrada provoca un desplazamiento descendente de la cuerva de la demanda horizontal de
cada empresa. En el modelo de Chamberlin, desplaza la curva de demanda de cada empresa
hacia la izquierda. Más concretamente, partiendo del supuesto de que cada empresa compite en
condiciones de igualdad por una parte de la demanda total de la industria, la entrada provoca
una reducción en la misma proporción de la cantidad que puede vender cada empresa a un
precio cualquiera dado. Cada una de las empresas del mercado reclama para sí esencialmente
la misma proporción de la demanda de la industria y, al haber más empresas en el sector,
necesariamente disminuye esa proporción.
Tras el desplazamiento de la demanda hacia la izquierda provocado por la entrada, cada
una de las empresas tiene la oportunidad de reajustar el tamaño de su stock de capital y de elegir
su nuevo nivel de producción maximizador del beneficio. Si sigue existiendo la posibilidad de
obtener un beneficio extraordinario, continuarán entrando empresas.
La posición de equilibrio a largo plazo es aquella en la que la curva de la demanda dd se
ha desplazado hacia la izquierda hasta el punto que es tangente a la curva de coste medio a
largo plazo (y tangente también a la curva de coste medio a corto plazo correspondiente).
Obsérvese que en la Figura 3 Q*, el nivel de producción que maximiza el beneficio según el
criterio IMg=CMg, es exactamente igual que el nivel de producción en el que la curva dd es
tangente a las curvas de coste medio a largo y a corto plazo. No se trata de una mera
coincidencia. Podemos sostener independientemente de la condición IMg=CMg que el punto de
tangencia debe ser un punto de máximo beneficio. En ese punto, la empresa obtiene un beneficio
económico nulo, mientras que en cualquier otro nivel de producción el coste medio será superior
al ingreso medio, lo que significa que el beneficio económico será negativo.
Obsérvese de nuevo que en la Figura 3 la curva de demanda DD corta a la dd en el precio
de equilibrio P*, por las razones ya analizadas antes. Si todas las empresas elevarán el precio
P*, cada una se desplazaría en sentido ascendente a lo largo de DD y obtendría un beneficio
económico. Pero en ausencia de un acuerdo colusorio vinculante, a ninguna empresa le
interesaría mantener un precio superior a P*, puesto que en ese precio su ingreso marginal (a lo
largo de la curva IMg correspondiente a dd) sería superior a su coste marginal. A cualquier precio
superior a P*, podría obtener mayores beneficios bajando el precio y vendiendo una mayor
cantidad de producción. El único resultado estable es el punto de tangencia mostrado en la figura
3.

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CRÍTICAS DEL MODELO DE CHAMBERLIN.

El premio nobel George Stigler y otros autores han criticado el modelo de Chamberlin por
varias razones. En primer lugar, es difícil explicar qué se entiende por “grupo industrial”. El
concepto de Chamberlin imagina un grupo de productos que son diferentes en algún aspecto
indeterminado y que, sin embargo, tienen la misma probabilidad de atraer a un comprador
cualquiera dado. Stigler se queja de que, en la práctica, es imposible utilizar este método para
delinear unos límites entre los grupos de productos que sirvan para algo. Desde un cierto punto
de vista, un producto como Coca-cola es único en sí mismo. Sin embargo, visto desde una
perspectiva algo diferente, Coca-cola es un sustitutivo de Pepsi, el cual es un sustitutivo de la
leche, la cual es, a su vez, un sustitutivo del helado. Pero el helado es un sustitutivo del pastel
de chocolate, que ciertamente no parece un sustitutivo de la Coca-cola. Stigler sostiene que el
grupo de productos de Chamberlin, llevado hasta su extremo lógico, se expande rápidamente
para englobar casi todos los productos de consumo de la economía.
Desde una perspectiva metodológica, Stigler coincide con Milton Friedman en afirmar que
una teoría no debe juzgarse por la precisión descriptiva de sus supuestos sino por su capacidad
de predecir las respuestas a los cambios de su entorno económico. Stigler cree que la teoría de
Chamberlin complica significativamente la teoría de la competencia perfecta, sin alterar
apreciablemente sus predicciones más importantes. Esta ecuación tiene claros fundamentos en
relación con cuestiones específicas. Por ejemplo, Las dos teorías predicen que el beneficio
económico atrae la entrada de empresas, lo que reduce los precios y elimina al mismo tiempo el
beneficio a largo plazo.
Pero la crítica más reveladora del modelo de Chamberlin no es que se parece demasiado
al modelo competitivo sino que no se aleja lo suficiente de él al menos en un aspecto muy
importante. El problema se halla en el supuesto fundamental de que todas las empresas tienen
las mismas posibilidades de atraer a cualquiera de los compradores de una industria. En algunos
casos, esta descripción es razonablemente precisa, pero no lo es en muchos otros. Por ejemplo,
en el caso de los cereales de desayuno una familia con niños preferiría comprar “corn flakes” o
“choco rice” y no “Special K” o “Fitness”.

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ELASTICIDAD EN COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA.

La elasticidad de tal demanda está en función del grado en que los bienes rivales son
sustitutivos. En el caso de productos idénticos, las demandas individuales tendrán muy alta
elasticidad y serán más horizontales en tanto sea mayor el número de empresas que los
producen.
En este caso, la empresa debe vender a un precio muy semejante al de sus competidores,
ya que uno superior hará que los consumidores los abandonen y consuma otra de las variedades.
Por el contrario tiene derechos sobre una patente, marca o nombre comercial cuando produce
un artículo ampliamente diferenciado, la demanda individual con la que se enfrentarán será de
una gran elasticidad y las modificaciones en el precio se realizan sin gran incertidumbre respecto
de la retirada de los consumidores.

En este tipo de competencia, existe una gran cantidad de productores participando en el


mercado sin que exista un control dominante por parte de ninguno de los que participa en
particular.
Lo que marcaría la diferencia en este caso es que los productores presenten su producto
de una manera muy diferente, es decir un producto poco común, dependiendo del productor,
puede tener variaciones que le permitan ser en algunos aspectos, diferentes a los demás
productos similares hechos por otra empresa. En el caso de un mercado de competencia
monopolística, cada productor individual posee cierto grado de poder monopolístico nos
referimos a incrementar el precio por encima del coste marginal, en la producción y ventas de un
producto diferenciado, existiendo muchos sustitutos cercanos para ese producto.
Esta interrelación con las demás empresas obliga a cada una de las del conjunto, en el
momento de tomar sus decisiones en relación al precio, el total de producción, localidad o
diferenciación de la mercancía a considerar las posibles reacciones de sus competidores, no
obstante que sabe que ninguno de ellos podrá producir con el nombre o marca que es de su
propiedad, lo cual le da privilegios de monopolista ante los compradores que lo prefieran. La
interrelación también le indica que los competidores están en todo el derecho de lanzar productos
que sean similares a los que ya están en el mercado, con los cuales necesariamente va a tener
que competir.

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COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA FRENTE A COMPETENCIA PERFECTA.

El equilibrio de largo plazo de una industria que opera bajo competencia monopolística
se parece, en cierto sentido, al equilibrio de largo plazo de una industria perfectamente
competitiva. En ambos casos hay muchas empresas, no hay beneficios y el precio recibido por
cada empresa es igual al coste total medio de producción.
Sin embargo, las dos versiones del equilibrio de largo plazo son diferentes en aspectos
que son importantes desde un punto de vista económico.

FIGURA 1. Comparación del equilibrio de largo plazo bajo competencia perfecta y bajo competencia monopolística.

Precio, coste marginal y coste total medio.


La figura 1 compara el equilibrio de largo plazo de una empresa estándar de una industria
perfectamente competitiva con el equilibrio de una empresa estándar de una industria que opera
bajo competencia monopolística. El gráfico (a) muestra una empresa perfectamente competitiva
que se enfrenta a un precio de mercado igual al mínimo de su coste total medio; el gráfico (b)
reproduce el equilibrio de largo plazo con beneficio igual a cero.
Comparando los gráficos, observamos dos diferencias importantes representada en el
gráfico (a), el precio, Pc´ , recibido por la empresa cuando produce la cantidad que maximiza
beneficios, Qc´ es igual al coste marginal de la empresa, CMg c´ , en el que incurre cuando produce
dicha cantidad de bien. Por el contrario, el competidor monopolístico del gráfico (b) elige la
cantidad, QCM´ que es la que maximiza sus beneficios. En este caso, el precio que recibe, PCM´
es mayor que el coste marginal, CMg CM´.
Esta diferencia se debe a que las empresas tienen actitudes diferentes hacia los
consumidores. Un productor de trigo, que puede vender todo el trigo que desee al precio de
mercado vigente, no se alegra especialmente cuando le ofrecen comprar algo de su trigo al precio
de mercado. No le están haciendo ningún favor, puesto que no tiene deseo de producir más a
dicho precio y el trigo se lo puede vender a otra gente.
Sin embargo, si decide llenar el depósito en la gasolinera de Jamil en lugar de en la de
Katy, le están haciendo un favor a Jamil. No está dispuesto a bajar el precio para conseguir más
clientes, pues ya ha elegido el menor de los intercambios precio- cantidad. Pero es una buena

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noticia tener más clientes de los que esperaba al precio elegido: a dicho precio, una venta
adicional incrementa sus ingresos más de lo que aumentan sus costes debido a que el precio
elegido es mayor que el coste marginal.
El hecho de que los competidores monopolísticos, a diferencia de los perfectamente
competitivos, deseen vender una cantidad mayor al precio vigente es crucial para comprender
por qué se gastan dinero en publicidad; ésta les ayuda a aumentar sus ventas.
En la figura 1 se observa otra diferencia entre el competidor monopolístico y el
perfectamente competitivo, relacionada con la posición de cada empresa sobre su curva de coste
total medio. En el gráfico (a), la empresa perfectamente competitiva produce en el punto QC´ en
el mínimo de la curva de coste total medio en forma de U. Es decir, cada empresa produce la
cantidad para la cual el coste total medio es menor posible: la producción de mínimo coste. Como
consecuencia, también se minimiza el coste total de la industria.
En el gráfico (b), el competidor monopolista produce QCM; esta cantidad está situada en
la parte decreciente de la curva CTMe en forma de U, por tanto, la empresa produce una cantidad
inferior a la que minimizaría el coste total medio. Esta incapacidad para producir lo suficiente
para minimizar el coste total medio a menudo se denomina exceso de capacidad. Un
establecimiento estándar de comida rápida de un centro comercial y de ocio, o una gasolinera
estándar de carretera, no son lo suficientemente grandes para sacar el máximo provecho del
ahorro de costes que tienen a su alcance. Por tanto, en el caso de un mercado
monopolísticamente competitivo, el coste total de la industria no se minimiza.
Algunos han dicho que, debido a que cada competidor monopolista tiene exceso de
capacidad, las industrias monopolísticamente competitivas son ineficientes. Sin embargo, la
cuestión de la eficiencia bajo competencia monopolística no está clara.

¿Es ineficiente la competencia monopolística?


Un competidor monopolístico, al igual que un monopolista, recibe un precio superior al
coste marginal. Por ello, alguna gente que está dispuesta a pagar por un rollito de primavera en
El Maravilloso Wok lo que cuesta producirlo, no lo comprará. Bajo competencia monopolística,
algunas transacciones beneficiosas para ambas partes no se llevan a cabo.
Además, a menudo se dice que la competencia monopolística está sujeta a otro tipo de
ineficiencia: el exceso de capacidad (producen una cantidad inferior a la producción para la cual
el coste total medio es mínimo) de cada competidor monopolístico implica una duplicación
perjudicial: las industrias monopolísticamente competitivas ofrecen demasiadas variedades del
mismo producto. Según este argumento, sería mejor que hubiera sólo dos o tres establecimientos
de comida rápida en un centro comercial y de ocio, en lugar de seis o siete. Si hubiera menos
establecimientos, tendrían menores costes totales medios y, por tanto, podrán ofrecer comida a
menor precio.
Este argumento de que la competencia monopolística disminuye el excedente total dando
lugar a una ineficiencia, ¿va en su contra? No necesariamente. Es cierto que si hubiera menos
gasolineras en una autopista, cada gasolinera vendería más combustible y sus costes por litro
se reducirían. Sin embargo existe una desventaja: los usuarios se verían perjudicados por el
hecho de que las gasolineras estuvieran más alejadas entre sí. La clave está en que la variedad
del producto ofrecido por una industria en la que hay competencia monopolística beneficia a los
consumidores. Por tanto, a éstos les compensa tener que pagar un precio superior debido a que

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hay un exceso de capacidad, a cambio de la satisfacción que obtienen por tener una mayor
variedad del producto.
En otras palabras, hay un intercambio: más productores implican mayores costes totales
medios pero también una mayor diversidad del producto. ¿Una industria en la que hay
competencia monopolística alcanza el óptimo social? Probablemente no, ¡Pero es difícil decir si
hay muchas empresas o demasiadas pocas! Actualmente, la mayoría de los economistas creen
que la duplicación del esfuerzo y el exceso de capacidad que hay en las industrias con
competencia monopolística no son cuestiones importantes en la práctica.

CONTROVERSIA ACERCA DE LA DIFERENCIACIÓN DE PRODUCTO.

Hasta ahora hemos supuesto que la diferenciación del producto guarda relación con los
deseos de los consumidores. Es mejor tener una gasolinera cerca de casa; la comida china es
diferente de la comida mexicana.
Sin embargo, en el mundo real algunos tipos de diferenciación de producto pueden
desconcertar cuando se piensan en ellos. ¿Cuál es la diferencia real que existe entre el servicio
telefónico de larga distancia de AT&T y MCI? ¿Y entre las pilas Energizer y Duracell? ¿Y entre
la habitación del hotel Ramada y del Marriot? La mayoría de la gente tendría dificultades para
responder a cualquiera de las preguntas. Además,los productores de esos bienes hacen
esfuerzos considerables para convencer a los consumidores de que sus productos son
diferentes y mejores que los de sus competidores.
Ninguna discusión acerca de la diferenciación de producto está completa si no se dedica
algo de tiempo a dos cuestiones relacionadas- y controvertidas- como son la publicidad y marcas
comerciales.

EJEMPLO. LA COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA EN LOS MERCADOS DE BEBIDAS DE


COLA Y DE CAFÉ.
Los mercados de bebidas refrescantes y de café ilustran las características de la
competencia monopolística. Cada uno tiene diversas marcas que se diferencian levemente, pero
que son sustitutivas cercanas unas de otras. Cada marca de bebida de cola, por ejemplo, tiene
un sabor algo distinto (¿sabes distinguir entre la Coca-Cola y la Pepsi?¿Entre la Coca-Cola y la
Royal Crown Cola?) Y cada marca de café molido tiene un sabor, un aroma y una cantidad de
cafeína distintos. La mayoría de los consumidores tienen sus propias preferencias; es posible
que el alguien prefiera el café Maxwell House a las demás marcas y lo compre habitualmente.
Sin embargo, esta lealtad a una marca suele ser limitada. Si el precio de Maxwell House subiera
significativamente con respecto al de otras marcas, un servidor y casi todos los demás
consumidores que compraron Maxwell House probablemente cambiarían de marca.
¿Cuánto poder de monopolio tiene exactamente General Foods, productor de Maxwell
House, con esta marca? En otras palabras, ¿cuál es la elasticidad de la demanda de Maxwell
House? La mayoría de las grandes compañías estudian detenidamente las demandas de su
producto dentro de su investigación de mercado. Sus estimaciones no suelen divulgarse, pero
un estudio de las demandas de algunas marcas americanas de bebidas de cola y café molido
se basó en un experimento de ventas simulado para averiguar cómo cambiarían las cuotas de
mercado de cada marca en respuesta a distintas variaciones del precio.

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CUADRO 1. Las elasticidades de la demanda de marcas de bebidas de cola y de café.

Marca Elasticidad de la demanda

Bebidas de cola: Royal Crown -2,4


Coke - 5,2 a - 5,7
Café molido: Hills Brothers -7,1
Maxwell House - 8,9
Chase & Sanborn -5,6

El cuadro 1 resume los resultados mostrando las elasticidades de la demanda de varias


marcas. En primer lugar, por lo que se refiere a las bebidas de cola, Royal Crown es mucho
menos elástica con respecto al precio de Coca-Cola. Aunque tiene una pequeña cuota de
mercado de bebidas de cola, su sabor es más característico que el de Coca-Cola, Pepsi y otras
marcas, por lo que los consumidores que la compran son más leales a la marca. Pero el hecho
de que Royal Crown tenga más poder de monopolio que Coca-Cola no significa que sea más
rentable. Los beneficios dependen de los costes fijos y del volumen, así como del precio. Aunque
los beneficios medios de Coca-Cola sean menores, esta compañía obtiene más beneficios
porque tiene una cuota de mercado mucho mayor.
En segundo lugar, los cafés en su conjunto son más elásticos con respecto al precio que
en las bebidas de cola. Hay menos lealtad a la marca que en el caso de las bebidas de cola
porque las diferencias entre ellos son menos perceptibles que las diferencias entre las bebidas
de cola. En comparación con éstas, es menor el número de consumidores que se dan cuenta o
se preocupan de las diferencias entre las marcas de café Hill Brothers y Maxwell House.
Con la excepción de Royal Crown, todas las bebidas de cola y los cafés son muy elásticos
con respecto al precio. Tienen elasticidades de orden de -5 a -9 y un reducido poder de
monopolio. Este hecho característico de la competencia monopolística.

CONCLUSIONES.

● La competencia monopolística es una estructura de mercado en la que existen muchos


productores que compiten entre sí, cada uno produciendo un producto diferenciado, y
existe libertad de entrada y salida en el largo plazo. La diferenciación del producto se
lleva a cabo, principalmente, de tres formas: por estilo o tipo, por localización o por
calidad. Se considera que los productos de los vendedores competidores son sustitutivos
imperfectos y que cada empresa tiene su propia curva de demanda y su curva de ingreso
marginal asociada, ambas decrecientes.
● Los beneficios en el corto plazo atraen la entrada de nuevas empresas. Esto reduce la
cantidad de producto que vende cada uno de los vendedores existentes para cualquier

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precio y desplaza su curva de demanda hacia la izquierda. Las pérdidas de corto plazo
inducirá la salida de algunas empresas. Esto desplaza hacia la derecha la curva de
demanda de cada una de las empresas que permanecen en la industria.
● En el largo plazo, una industria con competencia monopolística se encuentra en el
equilibrio con beneficio cero: para la cantidad que maximiza los beneficios, la curva de
demanda de cada una de las empresas existentes es tangente a su curva de coste
total medio. Los beneficios de la industria son nulos y ninguna empresa entra ni sale.
● En el equilibrio en el largo plazo, las empresas de una industria con competencia
monopolística venden a un precio superior al coste marginal. Asimismo, tienen un
exceso de capacidad ya que producen una cantidad inferior a la producción del mínimo
coste; fruto de lo cuál tendrá unos costes mayores que los que tienen la empresa de una
industria competitiva. No está claro si la competencia monopolística es o no eficiente,
puesto que los consumidores valoran la diversidad de producto que genera.
● Una empresa monopolísticamente competitiva preferirá siempre vender una unidad
adicional al precio vigente, por lo cuál se ocupará de hacer publicidad para aumentar
la demanda de sus productos y fortalecer su poder de mercado. La publicidad y las
marcas comerciales tienen valor económico cuando proporcionan información útil al
consumidor. No obstante, suponen un desperdicio de recursos cuando su único objetivo
es crear poder de mercado. En la práctica, la publicidad y las marcas comerciales
probablemente son ambas cosas: algo económicamente valioso y un derroche de
recursos.

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BIBLIOGRAFÍA:
- Pindyck, Robert S. y Rubinfeld, Daniel L. Microeconomía. Editorial Prentice Hall. Edición
1998.
- Krugman, Paul y Wells, Robin. Introducción a la economía. Microeconomía. Editorial Reverté.
Edición 2006.
- Martín Simón, José Luis. Principios de Economía. Editorial Prentice Hall Edición 2003.
- Jeffrey M. Perloff. Microeconomía 3ªEdición. Pearson, Addison Wesley, 2004
- Robert H. Frank. Microeconomía y Conducta. Mc Graw Hill 1996

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INTEGRANTES DEL GRUPO DE TRABAJO; GRUPO 1.
1. Fabio Alcón González.
2. Irene Bindang, Abeso Angué
3. Cristina Barés
4. Raquel Peña Nieto.
5. Ana María Cortés Garrido.

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